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MANEJO COSTERO INTEGRADO EN EL LITORAL BONAERENSE
Lasta Carlos A. (1), Jaureguizar Andrés (2), Ortale Manuel (1), Milessi Andrés (3), Manchiola Juan P. (1).
(1) Dirección Provincial de Recursos Naturales del Organismo Provincial para el
Desarrollo Sostenible (OPDS). (2) Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC)–
Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) (3) INIDEP
Marco conceptual:
Las zonas costeras son esenciales como sustento de la vida en nuestro planeta. Aunque
abarcan el 20% de la superficie terrestre, albergan una considerable proporción de la población
humana. Los ecosistemas costeros son sumamente productivos y variados, correspondiéndoles el
90% de las pesquerías mundiales y alrededor del 25% de la productividad biológica mundial. Estos
ecosistemas son, además, los encargados de la limpieza y el procesamiento de la corriente, cada vez
más caudalosa, de fertilizantes artificiales y otros subproductos de la industria moderna.
Un hecho ampliamente reconocido, es que existen importantes vínculos entre los
problemas referentes al agua dulce en los tramos superiores de las cuencas fluviales y los problemas
hídricos existentes en sus zonas costeras adyacentes. La modificación de las corrientes causada por
el riego, la generación de energía y el suministro de agua, han alterado los niveles de salinidad en
estuarios y lagunas costeras. Las descargas de aguas residuales domiciliarias y de productos
industriales tóxicos, han deteriorado la calidad del agua y han causado repercusiones ambientales
desfavorables en los ecosistemas costeros, así como en las condiciones de vida de millones de
personas de bajos recursos, que dependen de pesquerías adyacentes a las costas. Los resultados de
la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible realizada en Johannesburgo, Sudáfrica, en el año
2002, en especial el Documento “Framework for Action on Water and Sanitation”, indican
claramente que es preciso reforzar los vínculos entre el ordenamiento del agua dulce y el
ordenamiento costero.
En la Provincia de Buenos Aires, aproximadamente el 50% de la población humana
vive a no más de 200 km. de la costa. La densidad de población media en las zonas costeras es de
alrededor de 80 personas por kilómetro cuadrado, es decir el doble del promedio mundial. Varios
conglomerados de ciudades (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, La Plata, Partidos del Gran
Buenos Aires), con más de 11,5 millones de habitantes, están ubicados en zonas costeras; más del
90% de las aguas residuales y un alto porcentaje de las aguas industriales se descargan, sin
adecuado tratamiento depurativo, en las aguas costeras.
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Estas estadísticas ilustran las presiones que se ejercen sobre el ambiente costero de la
Provincia de Buenos Aires, y que la problemática costera no escapa a las situaciones descriptas en
general para los espacios costeros a nivel global. Generalmente las actividades realizadas en tierra,
repercuten sobre las zonas costeras, sin tenerse en cuenta precisamente el impacto de la falta de un
ordenamiento integrado de las cuencas fluviales. Como en la mayor parte de las regiones del
mundo, la falta de un enfoque integrado como base del planeamiento y ordenamiento de zonas
costeras, de zonas de captación o cuencas fluviales y de planificación del uso de la tierra, ha sido
una de las causas de llegar al estado de situaciones críticas.
En consecuencia, un plan de ordenamiento ecosistémico para la utilización de los
recursos naturales renovables y no renovables del litoral bonaerense, es una de las soluciones
técnicas para llegar al aprovechamiento de la franja costera, sin causar detrimentos en su
conservación en el mediano y largo plazo. En este contexto, el presente Capítulo define los distintos
ecosistemas costeros, a través de la integración de la información referida al contexto físico y
biológico de los ambientes acuáticos, y a la red de cuencas tributarias, como uno de los primeros
pasos hacia el ordenamiento del litoral de la provincia de Buenos Aires.
La problemática de la Gestión Costera ha sido revisada y modelada a nivel
internacional, obteniéndose un consenso general acerca de la necesidad de que cada administración,
asuma la responsabilidad de la planificación, desarrollo y control mediante distintos tipos de
herramientas, pero fundamentalmente en un marco de consenso con los diferentes actores de
gobierno, sociedad civil, usuarios, ámbito científico, organizaciones no gubernamentales y el sector
productivo.
El concepto de Costa, involucra la zona acuático – terrestre, donde se produce el
encuentro del agua marina y/o dulceacuícola, la tierra, la atmósfera, las aguas subterráneas y el
lecho marino o del río. La franja costera conforma una unidad ecosistémica en sí misma, producto
de las interacciones entre estos componentes, y es entendida como una unidad conceptual, de
estudio, de administración y de gestión integrada. Consta de tres componentes principales: el mar o
el cuerpo de agua del río, la playa y el espacio detrás de la playa. Su límite exterior coincide con la
jurisdicción Provincial en el litoral marítimo o fluvial, y el límite interior, identificado por la Línea
de Ribera, debe ser fijado y demarcado, por los partidos que poseen costa fluvial o marítima, con
intervención de la Autoridad de Aplicación correspondiente.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), por su parte,
define que el espacio o franja costera, incluye el área continental sujeta a las influencias marinas y
el área de tierra bajo la influencia terrestre. En líneas generales, se aprecia una tendencia a
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considerar un conjunto cada vez más amplio de bienes ubicados en la zona costera, enfocándose a la
protección del equilibrio dinámico del sistema costero, o de alguno de sus componentes o factores
determinantes.
La zona costera soporta diversas actividades, e inevitablemente ocurren interacciones
entre dos o más usos costeros. Estas interacciones son a menudo conflictivas o mutuamente
excluyentes, por lo que se requiere un marco de gestión integral, a fin de planificar y coordinar los
usos de la costa evitando tales conflictos. La radicación de industrias y disposición de residuos
generan contaminación del agua; las ocupaciones de planicies costeras destruyen ambientes
naturales; las obras de defensa costera interfieren con la dinámica natural de sedimentos; la
degradación de las dunas costeras por urbanización contribuye a la erosión costera, y en muchas
localidades reduce las áreas para recarga de agua subterránea. Los impactos sobre la zona costera
son importantes por sí mismos, pero también reducen el valor de la costa como recurso (Schnack,
Enrique J., 2004).
En términos generales, se pueden citar los siguientes usos típicos de la zona costera:
Residencial, turístico y recreativo; Infraestructura; Industrial y comercial; Disposición de
residuos; Recursos minerales; Agricultura y Ganadería; Acuicultura; Pesca; Reservas
naturales y áreas protegidas en general; Obras de protección; Militar y estratégico.
El manejo de la zona costera, también se relaciona con procesos naturales no-
antropogénicos que afectan las costas, como el aumento del nivel del mar, aunque en
ciertos aspectos una aceleración del incremento del nivel marino se asocia con el cambio
climático global inducido por la actividad humana (Schnack, Enrique J., 2004).
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En el pasado, la gestión costera se concentraba en problemas puntuales que eran
resueltos por una autoridad específica, sin analizar todas las variables en juego. Pero la creciente
complejidad de los problemas y la variabilidad de las escalas temporales y espaciales, así como la
vulnerabilidad de los ambientes costeros involucrados, hacen necesaria la participación de diversas
organizaciones con intereses en el manejo de las costas. Estas organizaciones incluyen autoridades
administrativas, Sector Industrial, Organizaciones no Gubernamentales, y otros grupos interesados
(residentes y turismo). En esta perspectiva, se ha impuesto un nuevo enfoque de gestión,
denominado Manejo Costero Integrado.
Manejo Costero Integrado (MCI):
El manejo integrado de la zona costera, constituye un proceso dinámico y continuo, por
medio del cual se toman decisiones tendientes al uso sustentable, el desarrollo y la conservación de
la costa y de sus recursos.
El MCI comprende un control sistemático de todos los procesos y desarrollos de la
zona costera, incluyendo sus límites marinos. La zona costera marca el límite ente el cuerpo de agua
y las áreas adyacentes emergidas. En un sentido geográfico, el MCI abarca las cuencas que tributan
al mar, el litoral y las planicies costeras (playas, cordones medanosos, humedales), estuarios, deltas
y las aguas costeras.
Asimismo, el MCI está íntimamente ligado al concepto de sustentabilidad. Según la
Comisión de Medio Ambiente de la ONU (Informe Brundtland, 1987), el Desarrollo Sustentable se
definió como "aquel que satisface las necesidades actuales sin poner en peligro la capacidad de las
generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades". En este contexto, la sustentabilidad
es una nueva forma de pensar, en la cual los seres humanos, la cultura y la naturaleza están
estrechamente vinculados.
En consecuencia, el manejo sustentable de la costa, implica que las actividades
humanas deben ser no-destructivas, de modo que no comprometan a las futuras generaciones. En un
sentido general, la aplicación del concepto de sustentabilidad ha resultado en un enfoque integrador
con una visión a largo plazo.
El MCI no es una ciencia, sino un complejo proceso político, social y técnico que
requiere de buen gobierno, democracia real, buen conocimiento, tecnologías adecuadas y
oportunas, y continuidad. El MCI es una política pública, una de las más importantes en esta
etapa del desarrollo humano.
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El MCI, puede fortalecerse a través del cumplimiento de los siguientes objetivos
generales:
� Promover el desarrollo racional y sustentable de los recursos costeros.
� Preservar y proteger la productividad y diversidad biológica de los ecosistemas costeros,
evitando la destrucción de hábitats, contaminación y sobre explotación del suelo.
� Elaborar una estrategia de desarrollo de la zona costera como un sistema ambiental
integrado, debiendo tomar en consideración las interrelaciones entre los ecosistemas de las
cuencas de drenaje, las lagunas costeras, sistemas de ríos y estuarios, y el océano
adyacente.
� Utilizar la mejor tecnología disponible para la investigación y el desarrollo de obras y
actividades, contribuyendo a una utilización responsable y sostenible de los recursos
existentes en la zona.
� Las obras que se permitan realizar en la zona, deben cumplir con los procedimientos de
Evaluación de Impacto Ambiental.
� Se debe asegurar el acceso público y gratuito al mar o curso de agua.
� Proteger los recursos naturales, y en especial el recurso pesquero, tendiendo a lograr la
sustentabilidad, a los fines de evitar la pesca destructiva.
� Proteger y controlar el recurso minero
� Determinar a pedido del sector publico y/o privado la línea de ribera y poner en marcha un
sistema de monitoreo permanente.
� Implementar un sistema de observaciones costeras, tendientes a estimar tasas de erosión o
cambios en la zona costera, con especial atención en los efectos del cambio climático.
Gobernabilidad y Gobernanza (Lectura recomendada: Ochoa, Emilio. www.ecocostas.org)
La gobernabilidad designa la capacidad de una sociedad de establecer el carácter y el
sentido de los cambios que espera; la gobernanza designa la capacidad operativa de construir y
manejar los mecanismos y prácticas que aportan y sostienen los procesos hacia los resultados
esperados. Aunque gobernabilidad y gobernanza se sostienen y fortalecen mutuamente, muestran en
su constitución y funcionamiento las fisuras y tensiones que mueven a la sociedad (Caille, Ochoa y
Olsen, 2006).
La gobernabilidad corresponde a los fundamentos, a la base ética, a las grandes
políticas que definen el tipo de sociedad que anhelamos, y que están en la base de los cambios que
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queremos guiar. La gobernanza corresponde a los mecanismos y procesos concretos, por medio de
los cuales se organizan y guían los cambios.
La relación entre mercado, gobierno y sociedad civil es siempre dinámica y con
frecuencia los principios, la base ética y las grandes políticas que fundamentan y dan sentido a una
sociedad muestran fisuras y desencuentros con los mecanismos y las prácticas con que se impulsan
los cambios concretos. Esto es en razón de la diversidad de intereses y del diferente poder que el
mercado, el gobierno, y la sociedad civil han acumulado y manejan, en un momento concreto de la
historia, dentro y fuera de cada sociedad.
Los mecanismos y prácticas incluyen acuerdos formales e informales, regulaciones,
organizaciones, costumbres y más instrumentos que interactúan en una dinámica compleja y
estructuran e influyen principalmente en:
� Cómo se analizan y evalúan las oportunidades y problemas
� Cómo se utilizan los ambientes y recursos
� Cómo se decide qué conducta es aceptable o prohibida
� Qué reglas y sanciones se aplican para decidir cómo se afectará el uso y la distribución de
los recursos naturales
Los desencuentros entre gobernabilidad y gobernanza, de alguna manera están
vinculados a los que con frecuencia se muestran entre la parte dogmática y la parte orgánica de las
Constituciones de nuestros países.
Una derivación práctica de lo enunciado sobre gobernabilidad y gobernanza, es que los
usos sostenibles de los ecosistemas requieren del compromiso constante de los actores del gobierno,
las empresas y la sociedad civil con la visión de desarrollo establecida por la sociedad (base de la
gobernabilidad), del desarrollo y uso de mecanismos de balance y control en la participación de los
tres sectores, y de buena ciencia y buen conocimiento, para volver compatibles los intereses de
corto y largo plazo.
Marco Metodológico:
El proceso de Manejo Costero Integrado está guiado por tres bases fundamentales.
1.- Fuentes y Mecanismos para Gobernar los Cambios
La identificación de los actores para desarrollar este proceso contempla el Sector Político, el Sector
Empresarial y la Sociedad Civil, en un adecuado balance, en una unión decididamente participativa
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que implique vinculación en sus decisiones. Esta participación de los sectores debe estar regida por:
mecanismos de balance y control entre las tres fuentes de gobernabilidad; negociar los intereses
combinando el corto y largo plazo; buena ciencia y buen conocimiento, y un proyecto social que
aporte esperanza y sentido de dignidad al cambio
2.- Órdenes y Escalas de Cambios
Para guiar nuevos esfuerzos de manejo costero integrado es necesario desarrollar un marco
metodológico común, enfocado en el cambio de comportamiento en los usos (pesca, turismo,
desarrollo urbano, acuicultura, etc.), y en la manera en que los individuos, empresas e instituciones
toman e implementan sus decisiones (desafíos de cambio acordados con los actores claves).
La propuesta es clasificar los cambios sociales a los que contribuye un proyecto en cuatro órdenes:
el primero es la construcción de las condiciones mediante los arreglos institucionales; el segundo,
los relacionados con los comportamientos y las prácticas; el tercero, los que se refieren a la calidad
de vida y al ambiente; y el cuarto, los que tienen que ver con la sostenibilidad de la sociedad. A
estos cambios se les da el nombre de resultados en vez de productos.
Cambios en los Usos de los Ecosistemas
Fuentes de la gobernabilidad
Entidades y herramientas
Legales y Políticas
Entidades y herramientas Económicas
Mecanismos para gobernar los cambios
(Gobernanza)
Sector Empresarial
Sector Social
Sector Político
Entidades y herramientas de incidencia
social y política
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Órdenes de cambio/ resultados
PRIMER ORDEN Construcción de las
precondiciones (arreglos institucionales)
SEGUNDO ORDEN Cambios de
comportamiento
TERCER ORDEN Cambios en la calidad de
vida y del ambiente
CUARTO ORDEN
Sociedades sostenibles
Decisiones que establecen y/o cambian metas, planes y normas (las metas son siempre resultados de tercer orden).
Buenas prácticas en la toma de decisiones y en su implementación.
Indicadores socioeconómicos de calidad de vida.
Usos sostenibles
Decisiones que establecen y/o cambian la autoridad formal e instauran los fondos.
Buenas prácticas en los usos
Indicadores de calidad ambiental.
Responsabilidad social.
Decisiones que establecen y/o cambian la capacidad de ejecución y la logística relevante para las metas.
Buenas prácticas en la infraestructura y los servicios.
Recuperación y/o desarrollo de valores culturales y estéticos.
Estado de derecho.
Decisiones que establecen y/o cambian el sistema de alianzas y las formas de la participación.
Fortalecimiento de la identidad local en las oportunidades de desarrollo.
Fortalecimiento, desarrollo y/o integración de la sociedad local en ámbitos más amplios (aporte a cambios de escala).
Desarrollo de valores claves para la esperanza.
3.- Trayectoria del Cambio
La sistematización de esta trayectoria modela cinco etapas secuenciales en el ciclo de vida de un
proyecto:
1. Identificación de asuntos y actores claves
2. Preparación de un programa de acción estratégico
3. Establecimiento formal del programa y ejecución de proyectos piloto
4. Implementación
5. Evaluación
En cada una de las etapas se reconoce un conjunto de rasgos esenciales, que dan entidad a las
mismas; y se identifican los actores claves participantes, con el fin de apreciar la continuidad de la
acción y el proceso de acumulación de fuerzas. Este análisis permite evidenciar el proceso
constructivo de MCI y realizar los ajustes necesarios para tener un avance consistente del
programa.
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Sistematización de la trayectoria de la Iniciativa de Manejo Costero
Antecedentes Institucionales:
El Primer Taller de Manejo Costero Integrado, coordinado desde el ámbito de la
Gobernación de la Provincia de Buenos Aires y celebrado en San Clemente del Tuyú los días 19 al
21 de mayo de 2004, constituye el antecedente administrativo de mayor relevancia, que oficia como
base para la formulación de una política de costas necesaria para el territorio bonaerense.
Este taller, que reunió a los principales actores institucionales y sociales, vinculados a
la protección del entorno de la extensa costa bonaerense, tuvo como objetivo general lograr un plan
de gestión integrada de la zona costera, mediante el logro de un consenso entre los organismos
gubernamentales y el resto de la sociedad civil, para una adecuada planificación, control y
desarrollo de la zona costera, en sus aspectos biofísicos, económicos y socioculturales.
A su vez, el taller se realizó para fortalecer la percepción a nivel local de la
problemática costera, y alcanzar acuerdos y consensos básicos para delinear un Plan de manejo de
Costas.
Zonificación de la franja costera fluvial y marítima:
A modo de orientar las acciones en vista a una regionalización de usos de la franja
costera fluvial y marítima, la Provincia de Buenos Aires puede ser dividida en cinco zonas (Fig. 1).
Mandato Inicial
1111 5555
2222 4444
3333
Establecimiento Formal
Implementación Preparación del
Programa
Evaluación Identificación de los
Asuntos
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Las mismas presentan características propias que las identifican, y que permiten ajustar el Plan de
Manejo provincial, considerando las actividades específicas prioritarias para cada una.
El concepto de zona encuentra sustento en los siguientes aspectos técnicos:
� Confluencia de cuencas tributarias
� Regímenes de mareas
� Tipos de aguas
� Biodiversidad y Conjuntos Icticos
La Zona Norte Fluvial, corresponde a la región continental con una débil influencia de mareas y
constituye el límite provincial con la Provincia de Entre Ríos. Incluye los Partidos de: San Nicolás,
Ramallo, San Pedro, Baradero, Zarate, Campana, Tigre, San Fernando, San Isidro y Vicente López.
Su ictiofauna es netamente dulceacuícola con gran afinidad con la ictiofauna del Río Paraná. En
esta zona drenan las cuencas de las áreas más industrializadas de la Provincia de Buenos Aires,
caracterizadas por su alto grado de impacto ambiental.
La Zona Río de La Plata, es la región continental con influencia de mareas ubicada sobre el Río de
La Plata interior y medio (Tratado Argentino-Uruguayo del Río de La Plata). Incluye los Partidos
de: Avellaneda, Quilmes, Berazategui, Ensenada, Berisso y Magdalena
La Zona Estuarial es la región estuarina que abarca el humedal costero de Bahía Samborombon,
con aguas de mezcla entre continentales y marinas. Incluye los Partidos de: Punta Indio,
Chascomús, Castelli, Tordillo y General Lavalle. Comprende el área de transición entre las aguas
dulceacuícolas y marinas, con salinidades en un rango de 2 a 27 ups, incluyendo la Bahía
Samborombón. Su ictiofauna esta dominada por especies residentes y en menor grado por especies
dulceacuícolas ocasionales y marinas, visitantes o migrantes. Las especies estuariales residentes
usan la Bahía Samborombón como la principal área de cría. En esta zona drenan las aguas
provenientes del área con mayor importancia agrícolo-ganadera de la Provincia de Buenos Aires.
Las lagunas y humedales presentes en esta zona actúan como filtros que disminuyen los aportes de
nutrientes y contaminantes provenientes del resto de la región, a la Bahía Samborombón.
La Zona Marítima es la zona frente al Océano Atlántico, caracterizada como ambiente marino.
Incluye los Partidos de: La Costa, Pinamar, Villa Gesell, Mar Chiquita, General Pueyrredón,
General Alvarado, Lobería, Necochea, San Cayetano, Tres Arroyos, Coronel Dorrego y Monte
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Hermoso Sus aguas, con salinidades superiores a 27 ups, están dominadas por especies de peces
marinas costeras, la mayoría de interés comercial. Los tributarios a esta zona, drenan otra de las
áreas importantes desde el punto de vista de la actividad agropecuaria.
Finalmente, la Zona Sur es la región con influencia del estuario de Bahía Blanca y de la Patagonia.
Incluye los Partidos de: Coronel Rosales, Bahía Blanca, Villarino y Carmen de Patagones
Concepto Ecosistémico:
La franja costera debe ser interpretada como una gran unidad ambiental o ecosistémica,
que incluye tanto el litoral fluvial como el marítimo. En consecuencia, el Manejo Costero Integrado
debe ser implementado mediante una “visión ecosistémica”, basada en una mejor comprensión de
las interacciones ecológicas presentes en el ambiente.
La aplicación de la visión ecosistémica ayuda a alcanzar el balance de dos objetivos
fundamentales; conservación-uso sustentable y uso equitativo de los beneficios.
El cambio desde el manejo tradicional (de la conservación y el desarrollo sustentable)
al manejo ecosistémico, se resume en la siguiente tabla:
Desde: Hacia:
Especies individuales Ecosistemas
Escala espacial pequeña Escalas múltiples
Perspectiva de corto plazo Perspectiva de largo plazo
Humanos considerados como independientes de los ecosistemas
Humanos considerados como parte integral de los ecosistemas
Gestión divorciada de la investigación Gestión adaptativa y vinculada a la investigación
Manejo centrado en productos Manejo centrado en sostener el potencial de producción de los bienes y servicios de los
ecosistemas Tomado con modificaciones de: unep/gpa (2006).
Ecosystem-based management: Markers for assessing progress.
El manejo basado en ecosistemas ha sido definido como: “dirigido por metas
explícitas; ejecutado mediante políticas, protocolos y prácticas; adaptado conforme los resultados
del monitoreo y la investigación; y, basado en nuestro mejor entendimiento de las interacciones
ecológicas y los procesos necesarios para sostener la estructura y la función del ecosistema”.
(Christensen, et al., 1996).
En términos simples, el manejo basado en ecosistemas, reconoce que las comunidades
humanas y las comunidades de plantas y animales son interdependientes e interactúan en y con su
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ambiente físico, en las unidades que denominamos ecosistemas. En este enfoque, la población
humana (con su organización y funcionamiento) es parte del respectivo ecosistema.
Los ecosistemas no se conforman según los límites políticos, administrativos y de
jurisdicción establecidos por nuestra sociedad y, sin importar dichos límites, reciben, acumulan y
reaccionan a los efectos de las acciones naturales y humanas, inmediatas y distantes.
Características físicas de los ambientes litorales y costeros
La confluencia de las aguas de origen continental y marino da origen a los tres tipos de
masas de agua que cubren el litoral bonaerense (Fig. 2). La escasa pendiente y la gran amplitud del
litoral bonaerense, hacen que las características físico-químicas y la distribución de las aguas sean
influenciadas por el ciclo térmico atmosférico y por los vientos prevalecientes. El agua dulce o
continental proviene de la confluencia de los ríos Paraná y Uruguay en el Río de la Plata, que drena
las aguas de la segunda cuenca más grande de Sudamérica (3.170.000 km2), con una descarga
promedio de 24.000 m3s-1. Estas aguas, con salinidades menores a 2 ups, cubren el Paraná de las
Palmas y la parte Interior y Media del Río de la Plata, llegando hasta Punta Piedras, Partido de
Punta Indio. La confluencia de las aguas dulces del Río de la Plata con las marinas, generan un
sistema estuarial con un área de 35.000 Km2 que constituye una superficie extendida para el
intercambio de propiedades entre las aguas de plataforma y las aguas continentales. Estas aguas de
mezcla o transición, con salinidades en un rango de 2 a 27 ups, cubren el área entre Punta Piedras
y Cabo San Antonio (Partido de Gral. Lavalle), incluyendo la Bahía Samborombón. Las aguas
marinas, con salinidades superiores a 27 ups, provienen principalmente de la cuenca de El Rincón
(39º S, 62º O), donde la descarga combinada del Río Negro y el Río Colorado (~ 1.000 m3s-1)
conforma su sistema estuarial, y de la cuenca de Golfo de San Matías (41º30´ S, 64º30´ O) con
salinidades (33.7 - 34.2) de 33.7 -34.2 ups. A lo largo de la costa, estas aguas cubren desde San
Antonio hasta el sur de la Provincia de Buenos Aires, Partido de Carmen de Patagones.
Características biológicas
En la región costera y marina del sector bonaerense pueden diferenciarse tres ecosistemas
principales: continental, estuarial y marino costero (Fig. 3). Dichos ecosistemas son distinguibles
tanto por las características ambientales, como por la combinación de especies de peces que las
estructuran. El ecosistema continental, netamente dulceacuícola, cubre la parte interna y media del
Río de la Plata. Su ictiofauna, dominada por especies dulceacuícolas (vieja de agua, bagre blanco,
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boga, armado, carpa y pati y especies anádromas como el bagre de mar y anchoita), muestra gran
afinidad con la fauna de peces del Río Paraná y del Río Uruguay. El ecosistema estuarial, ocupa la
región con aguas mixohalinas del Río de la Plata, y esta dominada por especies residentes
estuariales (corvina rubia, anchoita, saraca, córvalo y pescadilla real, y en menor grado por especies
dulceacuícolas ocasionales (bagre blanco, porteñito y pati) y marinas, visitantes (pescadilla común,
congrio y lenguado) o migrantes (testolín azul y raya). Las especies estuariales residentes usan la
Bahía Samborombón como la principal área de cría. El ecosistema costero marino ocupa desde la
costa hasta aproximadamente la isobata de 50 m, y a partir de los 38º S (Mar del Plata) se extiende
por fuera del ecosistema estuarial. Su ictiofauna está principalmente representada por especies
marinas, siendo las principales en cuanto a biomasa e interés comercial corvina rubia, pescadilla
común, gatuzo, raya, cazón espinoso, pez palo, palometa pintada, lenguado, pez ángel, pez sable,
pargo blanco y brótola. La ictiofauna costera marina está limitada por una comunidad de transición
entre la comunidad íctica costera y de altura, caracterizada por la castañeta, la merluza común, el
surel y el cazón espinoso.
Regiones Tributarias al Litoral Bonaerense
Los cursos de agua tributarios a la Región del Delta, al Río de la Plata y el Frente Marítimo en la
Provincia de Buenos Aires pertenecen en su mayoría a la llanura pampeana y se caracterizan por su
escasa pendiente y alto grado de utilización, ya sea por urbanización o por actividades industriales y
agrícola-ganaderas (Fig. 4).
A modo de propuesta, los cursos de agua puden ser agrupados en regiones de la siguiente manera:
Tributaria a la Zona Norte Fluvial (R1): está formada por las cuencas y arroyos del Litoral
Noreste de Buenos Aires (cuencas urbanizadas). En esta región se encuentran las cuencas del Río
Luján y Reconquista, la última de las cuales se caracteriza por ser la más industrializada después de
la cuenca del Matanza-Riachuelo y por presentar un alto grado de deterioro ambiental.
Tributaria al Río de la Plata (R2): comprende las cuencas de desagüe hasta el límite con la Bahía
Samborombón. Incluye la Cuenca del Matanza - Riachuelo y las cuencas del arroyo Jiménez y
arroyos del sur platense, arroyos del Gato, El Pescado y Buriñigo. Esta región, presenta terrenos
ondulados y escasa pendiente, que sumados a las características climáticas y a los efectos de la
marea del Río de la Plata y especialmente de las sudestadas, llevan a que se produzcan
anegamientos e inundaciones en forma frecuente.
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Tributaria a la Zona Estuarial - Bahía Samborombón (R3): comprende la cuenca del Río
Samborombón, del Río Salado conjuntamente con sus extensiones artificiales (110.000 km2), los
grandes canales y faldeo norte del Sistema de Tandilia (30.000 km2) que incluyen las cuencas de
los Canales 9, 1 y 2 (Río Ajó), y la desembocadura de la ría de San Clemente, que se caracteriza por
recibir los efluentes cloacales del Partido de la Costa, correspondientes a los balnearios ubicados
entre Mar de Ajó y San Clemente del Tuyú. La Cuenca del Río Samborombón corresponde a la
Pampa Deprimida del sur. Es una zona rural de escasa pendiente, con obras de canalización y
drenaje. La cuenca del Río Salado es una planicie ubicada a menos de 100 m sobre el nivel del mar,
predominando las dunas en la zona centro oeste, y conectadas artificialmente con el arroyo
Vallimanca a las lagunas Encadenadas del Oeste. Las sierras de Tandil constan de una serie de
arroyos que conducen el agua de escorrentía hacia lo que se ha dado en llamar la Zona Deprimida
del Salado, básicamente conformada por la deposición de sedimentos por acción eólica, fluvial y
costera. Dentro de esta zona se puede identificar a la llamada Zona Costera, que es la ubicada entre
la ruta 11 y la línea de costa, caracterizada por la presencia de una gran cantidad de canales
aliviadores que encauzan el agua presente a escala local hacia la Bahía de Samborombón. Las
lagunas y humedales presentes en esta zona actúan como filtros que disminuyen los aportes de
nutrientes y contaminantes a la bahía.
Tributaria a la Zona Marítima (R4): esta región abarca las cuencas de los ríos y arroyos del
litoral sudeste y sur de Buenos Aires. Está conformada por una serie de arroyos chicos y medianos,
siendo los más relevantes la cuenca de la laguna Mar Chiquita, del Río Quequén Grande, del
Quequén Salado y del arroyo Sauce Grande. Esta región es muy importante desde el punto de vista
de la actividad agropecuaria, y se encuentran ambientes naturales relativamente bien preservados o
en proceso de recuperación como, por ejemplo, pastizales, albúferas y dunas de la costa Atlántica.
El terreno es una llanura con suaves lomadas con una planicie que termina en el océano,
presentando la costa una alternancia de formas acantiladas y playas medanosas de arena fina.
Tributaria a la Zona Sur (R5): esta región se caracteriza por la presencia de formas de meseta,
características de la zona de transición hacia el relieve patagónico, con suelos de escasa
productividad, arenosos, rocosos y salinos. En esta región el clima es semiárido con precipitaciones
estacionales que decrecen hasta los 300 milímetros, por lo tanto la deficiencia hídrica es frecuente.
Comprende la cuenca inferior o desembocadura del Río Colorado y del Río Negro. En la zona
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costera se destacan las bahías Blanca, Falsa, Verde, Unión, Anegada y San Blas. Esta última se
caracteriza por poseer una alta diversidad de especies ictícolas de importancia para la provincia.
Dentro de estas regiones, se definen como Cuencas Hidrográficas a las áreas
geográficas limitadas por las divisorias de aguas, que por su configuración topográfica contribuyen
con los aportes de su escurrimiento, a la formación del caudal del río principal de la misma.
Planificación estratégica para la formulación del Plan Integral de Costas:
La planificación estratégica es un proceso por el cual los individuos y/o las
organizaciones intentan proyectar el futuro y desarrollar procedimientos y operaciones necesarias
para concretarlo en forma efectiva. Es un proceso de reflexión y toma de decisiones, encaminado a
determinar estrategias de acción, objetivos y metas que orientan las actividades de una organización
o de un sistema. Para ello, la planificación estratégica responde a los siguientes interrogantes:
¿Cómo es la situación actual? ¿Por qué y para qué encaramos esta situación? ¿Qué nos proponemos lograr? ¿Cómo alcanzamos los objetivos?
DIAGNOSTICO VISION/ MISION OBJETIVOS ESTRATEGIAS
La planificación estratégica parte de una situación inicial, resultado de la observación
de la realidad. El proceso de planificación estratégica es un esfuerzo sistematizado para determinar
e instrumentar decisiones fundamentales.
El marco de toma de decisiones debe relacionarse con los siguientes aspectos:
� Futuro deseado o finalidad perseguida
� Diagnóstico de la situación presente y de los recursos disponibles
� Fortalezas y debilidades propias del funcionamiento del sistema
� Características y habilidades de los integrantes
� Descripción de los escenarios posibles y probables.
� Tendencias futuras a corto, mediano y largo plazo en el contexto que rodea al sistema, en
términos de amenazas y oportunidades.
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� Elaboración de una estrategia integral
� Optimización de los recursos disponibles para alcanzar los objetivos en los probables
escenarios.
� Prever posibles acciones y escenarios futuros, anticipar mediante planes de contingencia
las alternativas posibles, a fin de generar mecanismos de mitigación eficientes.
La clave de una correcta planificación estratégica consiste en la habilidad para
determinar y neutralizar posibles amenazas, por una parte, y para aprovechar las oportunidades, por
otra; en la creatividad para elaborar e implementar acciones adecuadas; y en la flexibilidad para
modificar esos lineamientos, de acuerdo con los cambios que se producen en el entorno, a lo largo
del tiempo.
En este marco, el Manejo Costero Integrado es parte de una realidad que comprende un
escenario de desarrollo de diversas actividades. Los contextos sociales, políticos, económicos y
legales son, en el presente, variables y dinámicos y pueden constituir, tanto una fuente de
oportunidades, como de amenazas para el cumplimiento de los fines propuestos.
A continuación se enuncian los principales organismos gubernamentales involucrados
en el manejo costero integrado, así como las líneas de acción programáticas que debería desarrollar
cada uno de ellos, a fines de contribuir con el desarrollo de los objetivos previstos en el Plan
Estratégico Integral de Costas:
1.- Autoridad del Agua: determinación o fijación de línea de Ribera
2.- Dirección de Geodesia: definición de líneas de cota – cartas topográficas actualizadas
3.- Dirección Provincial de Ordenamiento Urbano y Territorial (Ministerio de Infraestructura) y
OPDS: planeamiento del territorio: Resolución 3202/06, de regulación de emprendimientos
urbanísticos en la zona costera y Decreto 1496/08 de creación de la Comisión Interministerial de
Ordenamiento Urbano Territorial. Decreto - Ley 8912/77 de Ordenamiento Territorial y Uso de
Suelo. Estudio de todas las herramientas normativas vigentes para cada región costera.
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4.- Dirección Provincial de Minería: regulación de extracción de áridos.
5.- Asuntos Municipales: restricción de circulación de vehículos en zonas de playa, a fines de evitar
la compactación y pérdida de dunas móviles
6.- Dirección Provincial de Pesca: conformación de Consejos regionales de pesca.
7.- Consejo Provincial de Emergencias: Zonificación y concordancias de hipótesis de emergencias.
Diseño de sistemas de alerta temprana
8.- Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS): Estudios de Impacto Ambiental de
obras portuarias, de defensa costera, espigones y escolleras, obras blandas; refulado de arena -
recuperación de médanos. Zonas de reserva (gestión de áreas naturales protegidas)
9.- Prefectura Naval Argentina: Batimetrías de alta resolución costeras y Plan de Observaciones
Costeras.
10.- Dirección General de Cultura y Educación - OPDS: Educación ambiental – Estrategias de
divulgación y concientización ambiental.
- 18 -
Fig. 1: Zonas de la costa bonaerense, propuestas para el Manejo Costero Integrado
- 19 -
Fig. 2. Masas de agua del litoral bonaerense (modificado de Lucas et al., en presna)
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34 55 58
arine
pecies
cies
1 4 7 10 13 16 19 22 25 28 31 35 39 42 45 48 51
0
25
50
75
100
25
50
75
100
0
25
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0
25
50
75
100
Especies
Dulceacuicolas
Estuariales
Marinas
Marinas de aguas profundas
Bi o
ma s
a re
lativ
a (%
)
Fig. 3: Contraste de especies (biomasa) por ecosistemas (modificado de García et al. 2003).
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Fig. 4. Regiones Tributarias del litoral Bonaerense.
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