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ELEMENTOS DE LA RACIONALIDAD ÉTICA EN LA TOMA DE DECISIONES
GERENCIALES Y SU RELACIÓN CON LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
EMPRESARIAL
MARIA CAMILA OVIEDO LARA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS
ADMINITRACIÓN DE EMPRESAS
BOGOTÁ D.C.
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TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 3
1. CARACTERÍSTICAS DE LA ÉTICA Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
PARA LAS EMPRESAS ................................................................................................. 7
2. ELEMENTOS PRIMORDIALES DE LA RACIONALIDAD PARA LA TOMA
DE DECISIONES GERENCIALES .............................................................................. 14
3. CONCLUSIONES .................................................................................................. 25
BIBLIOGRAFIA ............................................................................................................ 27
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INTRODUCCIÓN
En épocas pasadas, las empresas y organizaciones a nivel mundial, concebían como su
único objetivo la generación y maximización de utilidades en un sentido puramente
económico, dejando de lado todas aquellas actividades que pudieran beneficiar no sólo a
los accionistas, sino a los demás grupos de interés e incluso al medio ambiente. Algunas
décadas atrás, desde 1940, se analizaba la empresa en función de la rentabilidad; y la
preocupación por actuar amablemente con el entorno, el medio ambiente y los grupos
sociales era relativamente baja.
Sin embargo, esta perspectiva ha ido cambiando; con el pasar del tiempo, se ha dado un
reconocimiento a los diferentes agentes que intervienen en una organización y que
hacen que ella funcione, generando una visión un poco más global de las organizaciones
en cuanto a su entorno y mercados se refiere.
Dado este reconocimiento, se dice que las organizaciones operan en diferentes
ambientes como ambientes tecnológicos, legales, económicos, sociales y políticos
cambiantes donde operan diferentes grupos de interés como clientes, proveedores,
distribuidores, empleados, accionistas, competidores, entre otros. Se habla de pensar de
manera global, antes que actuar de modo local y para que las acciones estén enfocadas
globalmente, es necesario comprender todas las fuerzas ambientales que influyen en los
intereses de las organizaciones, pues evidentemente éstas cada vez más se desarrollan
en ambientes que se fusionan entre negocios y economías. Dentro de estos ambientes se
destacan: (Weiss, 2006, pág. 12)
Ambiente económico: donde se da una evolución constante en un contexto un
poco más global de comercio, mercados, y flujos de recursos.
Tecnológico: en el cual la tecnología cambia a las economías e industrias,
compañías y empleos, todo esto a través de Internet.
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Político: el crecimiento y desarrollo de nuevas potencias económicas, y el
aumento del terrorismo mundial.
El surgimiento de nuevas leyes y procesos gubernamentales.
Considerar estos ambientes, permite el surgimiento del enfoque de administración de
stakeholders, que entre otras cosas, es de gran ayuda para comprender los efectos éticos
que tienen las fuerzas del entorno en casos específicos que afectan a los stakeholders y
su bienestar en tiempo real.
Es así como en esta necesidad de generar e implementar este nuevo enfoque, puede
hablarse también del termino Responsabilidad Social Empresarial que se refiere
entonces a un cambio de paradigma frente a la relación existente entre la empresa y la
sociedad, en el cual se da una transición de una sociedad que presentaba sus
inconformidades a la empresa, y ésta las resolvía con medios económicos para
satisfacerla, a un entorno en el cual la empresa, por iniciativa propia y siendo un poco
más proactiva, invierte en la sociedad de forma cuidadosa, con planeación previa, con el
fin de solucionar problemas y falencias que se hayan identificado con el tiempo, para
recibir al final de este proceso una retroalimentación por parte de la sociedad.
Para poder llevar a cabo la construcción de dicha agenda, y poder introducir el concepto
de RSE en las empresas, es necesario que éstas sean vistas como sistemas, donde los
eventos e inconvenientes sean traducidos, analizados y compartidos por los gerentes. Es
aquí donde los gerentes juegan un papel importante, pues las organizaciones están
compuestas por seres humanos, dirigidas por los mismos, y son ellos quienes toman
decisiones y ejecutan acciones. Como seres humanos, los gerentes perciben el ambiente
de forma única pero también imperfecta, debido a la subjetividad de sus observaciones.
Incluso, los gerentes interpretan y seleccionan información de acuerdo a sus propios
valores y predisposiciones cognitivas. (François, Adam, & Valerie, 2008)
En este mismo orden de ideas, y debido a los cambios que se han ido presentando en los
últimos años, hoy en día el tema de responsabilidad social empresarial, es un tema que
está despertando interés no solo en las organizaciones, sino también en los mercados,
grupos de interés, y diferentes ramas del conocimiento, provocando que se generen
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flujos de información sobre los diferentes temas que guardan una relación con la RSE,
información que es utilizada o debería ser utilizada por las empresas para tomar
decisiones éticas y responsables.
En ese sentido y dado que el tema central del presente trabajo se refiere a la toma de
decisiones éticas es importante analizar ciertos elementos de la racionalidad y
propiamente la teoría de la decisión racional que juegan un papel importante en el
decidir de las empresas. Por consiguiente, comprender que “el quehacer gerencial
implica una estrecha relación con la ética y, en particular, con el concepto de
responsabilidad” (Rodríguez & Bustamante, 2008) generará compromisos directos,
desde tipologías racionales específicas, que posibilitarán vincular la RSE con el
quehacer particular del gerente, quien es el encargado de tomar las decisiones más
relevantes y apremiantes en estos tiempos inciertos.
Es así como teniendo en cuenta lo anterior, y partiendo del supuesto que muchas
gerentes hoy en día no saben cómo tomar estas decisiones, vale la pena formularse esta
pregunta: ¿Cuáles son los elementos de la racionalidad ética que intervienen en la toma
de decisiones responsables por parte de los gerentes?
Sobre la base de lo anteriormente planteado y conforme a la necesidad que actualmente
el proceso de globalización se experimenta a nivel mundial, se ha generado un impacto
ya sea positivo o negativo, tanto en los países en desarrollo como en los países
desarrollados, que ha motivado a que las empresas se concienticen sobre las
contribuciones que puedan hacer, no solo para beneficio de sus accionistas sino,
también para los demás grupos de interés que hacen parte de ella.
La RSE juega así, un papel protagónico debido a los impactos que puede llegar a
generar en la sociedad vista como un conjunto; sin embargo para poder desempeñar este
papel, es necesario abordar temas específicos que la complementan y ayudan a las
empresas a entender por qué hoy en día es tan importante actuar responsablemente.
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Es evidente que la aplicación de las teorías a la práctica no siempre se lleva a cabo con
éxito, y que algunas empresas se muestran reacias a cambiar sus normas y
procedimientos, por unos nuevos que tal vez les sean desconocidos. Sabiendo además
que el desarrollo de la RSE varía dependiendo del contexto en el que se aplique, la
solución al problema no se basa en saturar a las empresas con información que muy
posiblemente desconocen, sino brindarles elementos de análisis que les permitan por
medio de juicios racionales, decidir lo mejor para todos los involucrados.
Por lo antes mencionado, hay que tener en cuenta que las empresas se desarrollan en un
entorno que está compuesto por grupos e individuos, lo que hace que las decisiones
tomadas por las empresas los afecten de manera directa. Es por esto que estas decisiones
deberían ser tomadas de forma ética y racional, de forma tal que los resultados
obtenidos beneficien en ámbitos sociales y económicos, no solo a la empresa y a sus
accionistas, sino a la sociedad en general considerada como un todo.
En consecuencia, y como objetivo primordial, es importante analizar cómo la
racionalidad de la gerencia posibilita la toma de decisiones éticas y responsables en el
marco de la Responsabilidad Social Empresarial; al distinguir las principales
características de la ética y la responsabilidad social para las empresas y al establecer
los elementos primordiales de la racionalidad para la toma de decisiones gerenciales y
su relación con la RSE.
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1. CARACTERÍSTICAS DE LA ÉTICA Y LA
RESPONSABILIDAD SOCIAL PARA LAS EMPRESAS
Ética y RSE son dos conceptos fundamentales que las empresas y sobretodo los
gerentes hoy en día deben tener en cuenta cuando tomen decisiones. Estas decisiones
deberían ser enfocadas al beneficio de los Stakeholders de la empresa, lo que
conllevaría a la implementación de un nuevo enfoque gerencial.
Sin embargo, la RSE no comprende solamente las relaciones comerciales que las
organizaciones establecen con el entorno en el que se desarrollan, sino también del
papel que las empresas como organizaciones dentro de una sociedad están llamadas a
cumplir en algunos aspectos como pobreza, globalización, desarrollo, entre otros.
Por consiguiente, es fundamental que hoy en día las empresas incluyan dentro de sus
procesos, agendas de RSE, donde cada empresa desarrolle su propio significado de
RSE, con el fin de identificar los stakeholders y las principales necesidades y
prioridades que son referentes a los mismos.
En este sentido, es un compromiso moral de la empresa en su búsqueda por construir
una sociedad mejor, construcción que implica una integración de criterios de RSE en
sus propias operaciones, generando beneficios para los stakeholders, sabiendo que lo
fundamental no es como se reparten los beneficios, sino la manera en la que son
generados. (Fontrodona & Argadoña, 2011)
La RSE, así las cosas, según Cardoso y Brum en (Sánchez, 2011), dentro sus múltiples
definiciones, puede decirse también que es una forma de hacer empresa, que surge del
convencimiento y reconocimiento de la necesidad de innovación empresarial con el fin
de ser más competitivos y sustentables. Es un concepto que va más allá de lo puramente
tecnológico, y se centra en el ámbito de la gestión y relación de la empresa con su
entorno social y medioambiental, teniendo en cuenta el espacio de lo laboral. Es
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importante recalcar, que las personas son los principales agentes generadores de cambio
en la empresa, y en especial, el gerente en su acervo de toma de decisiones.
Atehortúa, resalta los aportes de Leonardo Schvarsein en cuanto al concepto de RSE
quien concluye que:
… cuando nos referimos a la responsabilidad social de una organización, debemos
distinguir la responsabilidad interna –que la propia organización siente hacia sus
integrantes y los miembros de su comunidad– de aquella que le es exigible y por la cual
debe rendir cuentas frente a alguien que tiene la autoridad para exigir su cumplimiento.
(Atehortúa Hurtado, 2008)
Por otro lado, la Organización Internacional de Normalización (ISO) en la guía
ISO26000 sobre Responsabilidad Social Empresarial la define como como:
Las acciones de una organización para asumir su responsabilidad por los impactos que
sus actividades tienen en la sociedad y en el ambiente, mediante un comportamiento
ético y transparente que contribuya al desarrollo sostenible, incluyendo la salud y el
bienestar de la sociedad; que tome en consideración las expectativas de las partes
interesadas, que cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con la normativa
internacional de comportamiento, y que esté integrada en toda la organización y se lleve
a la practica en sus relaciones (UNIT-ISO 26000, 2010)
Teniendo en cuenta estas distintas definiciones, entonces la RSE puede entenderse como
un conjunto de acciones consientes y sistemáticas que las empresas realizan en su
interior y hacia las partes interesadas externas (Stakeholders) para contribuir al
mejoramiento de su calidad de vida, a la preservación del medio ambiente y al
desarrollo social del país donde operan.
Sin embargo, en ocasiones tienden a existir confusiones y tergiversaciones del concepto,
así por ejemplo, no sólo es responsabilidad social empresarial todo aquello que la
empresa hace para cumplir sus obligaciones legales pues esto es lo mínimo que
cualquier empresa debería hacer, así como tampoco lo es las obras de caridad que éstas
hacen con la comunidad, antes de pensar en acciones de caridad con otros, debería
pensarse en acciones que mejoren la calidad de vida de sus empleados.
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Al definir entonces lo que es y lo que no es RSE, puede entonces concretarse los
ámbitos en los que ésta se mueve y todo lo que esto implica.
El primer ámbito de la RSE es el ambiental, donde se promueve la preservación de los
recursos racionales, previniendo la contaminación y la escasez de los mismos.
Putterman en (Atehortúa Hurtado, 2008) se refiere al uso racional y controlado de
materiales energía, agua y la reducción de emisiones, y tratamiento adecuado de
desperdicios.
El segundo ámbito, el social, trata sobre la realización de actividades que fomenten el
desarrollo entre comunidades, respetando siempre su cultura y orígenes, y promoviendo
iniciativas.
Por último, está el ámbito económico, donde la empresa debería aportar parte de los
beneficios que recibe de la sociedad, en proyectos y actividades provechosas que sean
útiles no sólo a los empleados sino también a las comunidades. (Olcese & Rodríguez,
2008)
Ya definidos los ámbitos en los que se mueve la RSE, puede hablarse ahora de dos
posturas epistemológicas que tienen gran relación con este concepto. En primer lugar
los compromisos éticos asumidos por la empresa frente a entornos tanto internos como
externos y sobre los cuales debe cumplir ciertas responsabilidades, y en segundo lugar
la racionalidad técnica en la forma en que la empresa contribuye a la sostenibilidad del
entorno para de esta forma hacer también sostenible su negocio y actividades.
Sin embargo, hoy en día, muchas empresas no saben distinguir la tenue línea que existe
entre estas dos posturas, es por eso que según Jorge Etkin citado en (Atehortúa Hurtado,
2008), asegura que la ética va mas allá de una discusión y reflexión sobre los criterios
que pudo haber tenido en cuenta los gerentes para elegir estrategias o formas de
comportamiento, se enfoca sobre todo en el problema, en qué nivel se ubica, y como
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éste ayuda a definir ciertos valores sobre los cuales debería ser tomada la decisión para
solucionarlo.
Por otro lado, la ética en una empresa no es solamente la aplicación de normas, códigos
o principios, ni tampoco responde sólo a la racionalidad económica, es por el contrario
un proceso dinámico que está sujeto a los aprendizajes de tipo evaluativo de cada
agente, es decir el desarrollo de la capacidad de tomar decisiones en el futuro. De esta
forma, el carácter ético de una decisión radica en que el agente pueda desarrollar una
capacidad moral, o sea, que éste sepa identificar qué es bueno en cada circunstancia
dada, y así mismo que sea capaz de llevarlo a cabo, superando las posibles dificultades
que se le presenten, por esta razón se dice que ética consiste principalmente en el
desarrollo de las virtudes.
Con esto se quiere decir en otras palabras, que la RSE y la ética van mas allá de la
racionalidad económica propia de las empresas, pues no todo puede verse y medirse en
términos de maximización de beneficios económicos, ya que desde la parte ética
también están en juego los compromisos que la empresa asume con sus stakeholders.
La teoría de los stakeholders, propuesta por Freeman en 1984 (Freeman, 2010): “The
Stakeholder Concept: all of those groups and individuals that can affect, or are affected
by, the accomplishment of organizational purpose. Each of these groups plays a vital
role in the success of the business enterprise in today´s environment.”1posee dos tesis
fundamentales: la primera plantea que la organización debe observarse y entenderse
desde una pluralidad que incluye tanto a grupos como individuos que hacen posible su
funcionamiento tales como accionistas, directivos, trabajadores, clientes, proveedores,
agentes gubernamentales, sociedad, etc.; y la segunda, donde se afirma que el objetivo
de la empresa es la creación de valor para todos y cada uno de los stakeholders, pero se
debe dar un creación de valor no solo a nivel económico, sino también social y
ecológico. (González Esteban, 2008, pág. 233)
1 Todos los grupos e individuos que afectan o son afectados por los logros y resultados de la
organización. Cada uno de estos grupos, juega un papel vital en el éxito de la organización en el entorno
actual. (Traducción propia).
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Esta teoría cuenta con algunas formulaciones normativas que podrían llamarse
principios éticos rectores del actuar del gerente. Dentro de estos principios se
encuentran algunas corrientes filosóficas que se han mantenido en el tiempo y han
ayudado a explicar y dar validez a estas teorías.
Figura 1. Stakeholders externos, intereses morales y responsabilidades corporativas.
Fuente: Tomado de (Weiss, 2006)
La Figura 1 trata sobre cómo las empresas deben y pueden implementar relaciones con
los stakeholders a través de compromisos rentables y responsables, teniendo en cuenta
los incentivos económicos, legales y éticos.
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Así las cosas, Weiss (Weiss, 2006) destaca el utilitarismo propuesto por John Stuart
Mill y lo explica como un principio consecuencialista en el cual propone que una acción
es juzgada como buena o mala en relación con sus consecuencias y acepta la noción de
que el fin justifica los medios. Según esta corriente una acción es moralmente correcta
si produce el mayor beneficio al mayor número de personas, si los beneficios netos
obtenidos son superiores a los costos y favorecen a cada individuo, y si estos beneficios
son más altos que los costos de las demás alternativas.
Otra de las corrientes expuestas por Weiss (Weiss, 2006), el universalismo, propuesto
por Emmanuel Kant, sostiene en cambio que el fin no justifica los medios, pues siempre
debe hacerse lo correcto, incluso si acciones erradas benefician al mayor número de
personas, de ahí que el universalismo sea conocido como una ética no consecuencialista,
donde Kant con su imperativo categórico ubica la autoridad moral como herramienta
para tomar decisiones y ejecutar acciones hacia la humanidad. Este imperativo
categórico de Kant se compone de dos principios fundamentales: el primero de ellos
afirma que una persona debería actuar si y solo sí las todas y cada una de las personas
en el mundo actuaran de la misma manera si estuvieran en su posición; y el segundo,
que propone que una persona debería actuar de forma determinada tal que le permita
respetar y tratar a los demás como fin y de igual forma como medios para lograr dicho
fin.
Los derechos se encuentran también dentro de los principios éticos que validan la teoría
de stakeholders. Existen derechos legales que están enmarcados dentro de un sistema
legal, los derechos morales que son universales y a su vez propios de cada sociedad, los
derechos contractuales que limitan y otorgan al individuo una serie de responsabilidades
y deberes, y finalmente derechos positivos y negativos, donde los negativos son
referidos al deber que tienen las demás personas de no intervenir ni tomar parte en las
acciones que estén relacionadas con los derechos de cualquier individuo, y los positivos
que fomentan un deber en otros para el logro de las metas propuestas.
El principio de justicia, defiende tanto imparcialidad como igualdad. Weiss, resalta el
trabajo realizado por Jhon Rawls quien propone dos principios de imparcialidad:
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1. Cada persona tiene un derecho iguala las libertades básicas más extensas que son
compatibles con las libertades similares para otros.
2. Las desigualdades sociales y económicas se arreglan de tal modo que son: a)
esperadas de manera razonable que sean para la ventaja de todos y b) adjuntas a
puestos y oficios abiertos a todo (Weiss, 2006)
Por otro lado, Fantoni (Fantoni, 2002), afirma que para hacer posible la fundamentación
de una ética discursiva, es necesario tomar como punto de partida cualquier expresión
lingüística e incluso cualquier acción humana dotada de sentido en la medida que pueda
verbalizarse. En otras palabras, una ética racional, debe tener en cuenta todo tipo de
acciones humanas con sentido, porque es en ellas donde puede observarse un
comportamiento racional. Solo que, esta racionalidad solo se manifiesta a luz de un
discurso argumentativo en el que el interlocutor explica y expone las razones que
argumentan su decisión.
De lo anterior, puede afirmarse que los principios éticos juegan un papel importante en
este enfoque de stakeholders, ya que proporcionan las bases de sus supuestos, que de
forma muy breve puede decirse proponen un cambio de perspectiva de las empresas
como agentes maximizadores de valor, no solo económico, sino también social, donde
además, éstas actuando como la mano invisible del mercado, hagan uso de un
capitalismo que no se enfoque únicamente en aspectos financieros, sino que genere
acciones orientadas a la cooperación entre individuos y grupos de interés de la empresa.
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2. ELEMENTOS PRIMORDIALES DE LA RACIONALIDAD
PARA LA TOMA DE DECISIONES GERENCIALES
La racionalidad consiste en la búsqueda inteligente de los fines adecuados. Se apoya en
el uso de la razón o inteligencia para tratar de resolver nuestros asuntos. Se trata del uso
apropiado de la razón para tratar de elegir de la mejor manera posible (Rescher, 1993)
Tiene tres contextos principales en los que se desarrolla: el contexto cognoscitivo, el
práctico y el evaluativo. Cada uno de estos contextos tiene cierta importancia y tiene
características básicas que serán explicadas más adelante.
Es preciso decir que aun cuando existen circunstancias contextuales en la resolución de
problemas, la racionalidad es completamente universal en un sentido, en el que dadas
exactamente las mismas circunstancias, la posibilidad racional de adoptar una
resolución determinada es la misma para cualquier individuo.
Antiguamente el hombre era considerado como el “animal racional” diferenciándose de
otras especies por su capacidad de hablar y deliberar. Hoy, considerados como Homo
Sapiens, y según los pensadores occidentales precedidos por la filosofía griega, son los
seres humanos los afortunados por tener la capacidad de hacer uso del pensamiento.
Este uso de la razón para tomar las mejores decisiones, consiste en hacer
deliberadamente lo mejor que cada individuo puede con los medios que tiene a su
disposición, esforzándose siempre por alcanzar los mejores resultados, es entonces
como la optimización de lo se piensa, hace y evalúa es el centro de la racionalidad.
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En este sentido, Rescher (1993) sostiene que la razón, al ser el medio por el cual se
toman las decisiones, permite reconocer, desde Kant, tres contextos principales:
1. Racionalidad cognoscitiva: ¿Qué se cree o acepta?, da como resultado las
opiniones sobre los hechos, las creencias.
2. Racionalidad práctica: ¿Qué hacer?, su resultado son las recomendaciones sobre
acciones, las directivas.
3. Racionalidad evaluativa: ¿Qué preferir o apreciar? Llegando a las evaluaciones o
valoraciones como producto final.
Al tomar como base los anteriores contextos, se puede decir entonces que la
racionalidad no solo incluye el pensamiento, sino que va más allá y abarca también la
acción, siempre y cuando esta sea una acción de tipo racional. Pero ¿Cómo pueden
calificarse las acciones como racionales o no?, pues bien, acciones, creencias y
evaluaciones son racionales si el agente puede “dar cuenta” y narrar con sentido
mostrando qué y cómo en circunstancias determinadas es razonable llegar a un resultado
específico. En otras palabras, la racionalidad se apoya en la presentación de buenas
razones, de razones convincentes.
Ahora bien, estas razones son presentadas por seres humanos, ante otros seres humanos,
lo que la convierte en una racionalidad intersubjetiva que brinda ciertas bases que
definen la responsabilidad e importancia de las acciones humanas. Es en este sentido, se
puede decirse que el reconocimiento e interacción humana son parte fundamental de la
racionalidad ética.
Ahora bien, a la luz de la teoría de la decisión racional (TDR), se puede entender las
acciones humanas, y dar respuesta a algunos interrogantes que surgen acerca de cómo
evaluar la misma racionalidad en las acciones individuales y colectivas. La TDR se
ocupa entonces de un problema específicamente: explicar de qué modo son posibles las
acciones humanas racionales y todo lo que de ellas se deriva, para nuestro caso, las
acciones y elecciones a nivel de la gerencia.
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Carlos Eduardo Maldonado (Maldonado, 1998) en su artículo Teoría de la acción
racional, diálogo con las ciencias sociales, propone que según esta teoría los individuos
tienen tres componentes a saber:
Preferencias
Información relativamente completa acerca de su entorno y situación, y
capacidad de calcular sus acciones
Decidir basándose en su propia jerarquía de preferencias
Siendo así, puede decirse que el individuo actúa racionalmente en la medida en que
escoge una acción que él considera como el instrumento más adecuado para satisfacer
sus preferencias, lo que resulta al final como una escogencia cuyas consecuencias
prefiere, generando así una maximización de utilidad.
Para entender la TDR es necesario aclarar dos conceptos que están presentes en la
misma; con Guillen (Guillén Parra, 2006), Nozick (Nozick, 1995), Olivé (Olivé, 2000),
y Nudler (Nudler, 1996) definen la racionalidad técnica (instrumental) como una
racionalidad científico- técnica que mira solo a los resultados de la acción sin considerar
quien la realiza, siendo así de tipo orgánico y mecánico. Analiza los medios para lograr
resultados que sean observables, cuantificables o tangibles.
Por otro lado, Guillén, Nozick, Olivé y Nudler diferencian dos tipos de racionalidad
ética, la racionalidad teórica y la racionalidad práctica. En primer lugar la racionalidad
teórica hace referencia a un conocimiento racional de la realidad; busca conocer la
realidad con mayor certeza posible. En segundo lugar, la racionalidad práctica se enfoca
en el entendimiento para lograr una acción racional; busca conocer cómo actuar en
determinada acción.
El siguiente cuadro resume de cierta forma la Teoría de Decisión Racional:
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TEORÍA DE DECISIÓN RACIONAL
RACIONALIDAD
DE DECISIONES
INDIVIDUALES
La TDR no contribuye a la toma de decisiones racionales de los individuos.
Estudia minuciosamente las decisiones humanas y los modos cómo se actúan
racionalmente, siendo así una teoría explicativa más no interpretativa de las
decisiones humanas.
El punto de partida para el estudio de estas decisiones humanas es entonces
la idea de que cada individuo es racional en el sentido en que se interesa sólo
por lo suyo e intenta maximizar su propia utilidad.
RACIONALIDAD
Tiene dos concepciones:
Sustancialista: ciertos fines son esenciales a la racionalidad.
Instrumental: la racionalidad no requiere de ningún fin sustantivo
particular, ni posee finalidad propia.
La razón en su carácter instrumental, puede entenderse a través de la
comprensión económica de racionalidad, que estudia la relación medios-fin.
RACIONALIDAD
DE DECISIONES
COLECTIVAS
Una acción colectiva que se ve afectada por el problema del free-rider donde
el individuo se beneficia por el resultado una decisión y acción colectivas sin
pagar por el beneficio de las acciones de los demás. La solución que se
presenta para este problema es la cooperación.
La TDR contribuye a la comprensión del papel de las instituciones en la vida
social, y a la solución del dilema comúnmente presentado entre cooperación
y no cooperación. En esta vía es necesario reconocer que las instituciones
democráticas son disfuncionales pues tienden a caer en la lógica del free-
rider, siendo más fuerte esta tendencia que la participación, la solidaridad e
incluso la misma cooperación.
MAXIMZACIÓN
Y
RACIONALIDAD
Una acción es racional dependiendo, no de las intenciones que motivaron al
individuo, sino de los resultados obtenidos.
Cada individuo es un maximizador de utilidad.
Otra de las tareas de la TDR es, (sabiendo que las acciones individuales
pueden calificarse como racionales en cuanto son maximizadoras de utilidad,
y los agentes maximizadores son los individuos) explicar los resultados
colectivos con referencia a las acciones maximizadoras de los individuos.
Cuando se habla de individuos no sólo se habla de personas, también se
refiere a comunidades, asociaciones, organizaciones, instituciones, etnias y
culturas.
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TEORÍA DE
JUEGOS
La teoría de juegos consiste en proporcionar explicaciones causales a los
equilibrios.
El principio de los juegos de esta teoría es que lo que sucede depende en
parte de cómo ordena cada jugador los resultados que presenta la situación de
decisión. El resultado de los juegos es el equilibrio, que puede presentarse en
dos formas:
1. Equilibrio de Nash: el resultado del juego es un par de estrategias,
una para cada jugador, y cada estrategia es una réplica de la otra.
2. Pareto superior: aquí el resultado es superior para todos los
jugadores, y es natural asumir que cada jugador es racional para
poder escoger la estrategia que condujo a este equilibrio. Siempre
habrá un resultado que beneficia a uno de los jugadores, pero no
perjudica al otro jugador. Fuente: Basado en (Maldonado, 1998). Elaboración propia.
El problema surge entonces, cuando la empresa, en cabeza del gerente, se enfrenta a la
inclusión de la RSE, se enfrenta ante la tarea de tomar decisiones éticas y responsables,
que no sólo beneficien a los socios y accionistas de la empresa, sino que sea un
beneficio extendido a los demás stakeholders que la conforman, y que a su vez estas
decisiones permitan y contribuyan a una maximización y generación de valor tanto
económico como social.
Partiendo del hecho que las empresas están formadas por personas con diferentes
características, historias, culturas, edades, aspiraciones, etc., y todas ellas tienen que de
alguna manera encontrar el equilibrio para trabajar juntos, se definen entonces los
elementos que definen a una empresa. A saber son los siguientes elementos que se
describen a continuación (Atehortúa Hurtado, 2008):
El primero de estos elementos corresponde al conjunto de personas que tienen
intereses diferentes. Dentro de este conjunto se puede mencionar a los propietarios,
los directivos, empleados y clientes externos de una empresa. Cada uno de ellos está
motivado por razones diferentes a saber:
Resultados extrínsecos: son todos aquellos que la empresa proporciona, y
pueden ser de tipo económico o no. (remuneración, planes de desarrollo de
carrera).
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Resultados intrínsecos: se producen en el interior de cada persona y pueden ser
de tipo sicológico como la satisfacción por su trabajo, o de aprendizaje como la
adquisición de conocimientos o el desarrollo de habilidades.
Resultados en otras personas: como la satisfacción de clientes a quienes sirve,
colaboración entre compañeros de trabajo, dando lugar a otros aprendizajes
intrínsecos, pero esta vez de tipo evaluativo ya que tienen su base en cómo tener
en cuenta a las personas.
El segundo elemento son los resultados. Estos resultados pueden ser de tres tipos,
lo que implica que las personas pueden actuar por tres motivaciones diferentes:
Extrínsecas: se da cuando el agente se esfuerza por alcanzar satisfacciones
que producen los resultados extrínsecos. Es muy humana, y está presente
casi siempre en el sentido que cada vez que el ser humano tiene una
necesidad, trata de satisfacerla.
Intrínsecas: busca las satisfacciones personales y los aprendizajes en pro de
mejorar las capacidades del agente.
Trascendentales: se dan en ocasiones cuando el agente renuncia a sus
satisfacciones personales con el fin de lograr un aprendizaje con las otras
personas con las que se relaciona.
La existencia de estos dos tipos de resultados y motivaciones da lugar a que
cualquier decisión se evalué desde tres puntos de vista:
Eficacia: un empleado puede calificar la relación laboral como eficiente si le
proporciona los resultados extrínsecos deseados, es decir una remuneración
adecuada por ejemplo. Para la empresa en cambio, esta eficacia consiste en
la creación de valor para todos los stakeholders. Pertenece al ámbito
económico.
Atractividad: ubicada en los ámbitos de la psicología social y la sociología,
un empleado define una empresa como atractiva, si el trabajo que realiza es
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satisfactorio, socialización eficaz, y adquisición de conocimientos y
habilidades que le permitan mejorar en su trabajo a futuro.
Consistencia: hace parte del ámbito de la ética. Para que la relación entre el
empleado y la empresa se mantenga y continúe en el tiempo, deben crearse
capacidades necesarias que mejoren este tipo de relaciones.
Este último aspecto para evaluar decisiones, es quizá el más importante ya que
en base a las decisiones que se toman, se determina cómo serán las relaciones
entre los miembros de una empresa y con otros agentes. De esta manera debería
ser alarmante cualquier fallo en la consistencia ya que si los gerentes o
empleados no tienen en cuenta las consecuencias que sus acciones tienen en los
demás, aprenderán por ende no tener en cuenta a los demás, dándose así un
aprendizaje negativo que al acumularse reduce la capacidad del agente de extraer
lo que es importante en sus decisiones.
Argadoña (2011) define que una acción es buena cuando es eficaz, atractiva y
consistente. Establece también que la condición mínima para determinar si una acción
es buena en una empresa es que atienda al problema que surge hoy (eficacia) pero sin
arriesgar la solución de posibles necesidades futuras, es decir que no sea inatractiva y
mucho menos inconsistente.
Es aquí donde la ética entra a jugar un papel relevante en el proceso de toma de
decisiones, en la manera que se deben analizar los cambios que tiene una persona que
toma decisiones, cuando tiene en cuenta a los demás, o cuando sencillamente opta por
ignorar las consecuencias que sus acciones tienen no solo sobre si mismo sino sobre
otras personas.
Como parte de la ética, vale la pena analizar la ética dialógica ya que es el diálogo el
elemento esencial de una relación social, personal o comercial que brinda además la
oportunidad para que a través de él se construyan soluciones con las demás personas.
Villa y Dueñas (2011) hacen referencia a la ética dialógica como una perspectiva de
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acción comunicativa, donde lo primordial para elaborar ética en comunidad es tener
como base el principio de la intersubjetividad. Esto consiste en el reconocimiento de los
demás seres humanos, como seres clave para la existencia individual. Al aplicar esta
idea en la empresa el resultado es el reconocimiento de todos los grupos de interés
(stakeoholders) como aquellos que hacen cualquier negocio posible. Es importante
afirmar que el medio por el cual los Stakeholders se relacionan entre sí es el diálogo y,
de esta forma, puede considerarse como el único método apropiado para la resolución
de problemas. Para que esto se lleve a cabo se debe cumplir con cuatro principios,
basados en Habermas (Villa & Dueñas, 2011) a saber:
1. Principio de comunicación: consiste en la intención de dialogar. Tiene como
objetivo es comunicar y lograr que las diferentes partes se entiendan entre si,
mediante el intercambio de ideas y puntos de vista. Su característica es buscar la
conciliación.
2. Principio de inclusión: como su nombre lo indica, debe ser un elemento que
incluya y proporcione vías de participación a todas las partes que discuten cierto
problema. Esto brinda las condiciones justas y necesarias para que cada parte se
exprese con la seguridad de que sus aportes van a ser considerados.
3. Principio de igualdad: este principio se centra en las condiciones de igualitarias
que por derecho deben tener todos los actores cuando estén dialogando, dando la
posibilidad de llegar a un equilibrio que aporte beneficios para todos.
4. Principio de reciprocidad: se caracteriza por el debate que genera el diálogo
entre los participantes, así existe una retroalimentación y revisión argumentativa
por parte de todos.
Como complemento, en este proceso de análisis de los cambios, las virtudes morales
como parte de la ética tienen cierta importancia. Según Argadoña, las virtudes son
hábitos operativos que se adquieren y desarrollan a través de la repetición deliberada,
esforzada y voluntaria de actos que tratan de ser cada vez mejores (Argadoña, 2011).
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El ser humano, en orden de la toma de decisiones, sigue un proceso con diferentes
etapas que deben ser comprendidas lo mejor posible con el fin de que estas decisiones
puedan ser tomadas de una mejor manera.
En la Figura 2 se explica de una manera muy sencilla este proceso:
Fuente: Adaptado de. (Guillén Parra, 2006)
Guillen (2006) define este proceso de toma de decisiones como el conjunto de pasos
que permiten diagnosticar un problema sobre el que hay que tomar una decisión,
diseñar alternativas que generen soluciones, elegir la mejor alternativa posible dentro de
las opciones, y controlar si la decisión que ha sido tomada es correcta.
A continuación se hace una explicación detallada de las fases de este proceso:
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1. Fase del diagnóstico: consiste en identificar el problema sobre el cual hay que
tomar decisiones. Implica formular el problema, establecer criterios de decisión
e identificar una ponderación para cada uno de estos criterios.
2. Fase de diseño de alternativas: requiere dos aspectos:
El desarrollo de posibles alternativas que brinden soluciones y
El análisis de cada una de estas alternativas según los criterios y
ponderaciones que se hayan definido en la primera fase.
3. Fase de elección: consiste en seleccionar la alternativa que concuerde con las
fases anteriores, para luego ejecutar dicha alternativa.
4. Fase de revisión: esta última etapa es la revisión o control de los resultados de la
acción que se llevó a cabo.
(Guillén Parra, 2006)
Con base en lo anterior, es pertinente que se sigan cada una de estas fases con el fin de
garantizar que la decisión que se tome haya sido la mejor opción a seguir. Así, con este
proceso puede observarse y establecerse una relación con la racionalidad técnica
(instrumental) de la siguiente forma:. Se consideran decisiones racionales, como ya se
mencionó anteriormente, a las decisiones que son eficaces es decir que logran sus
objetivos; y eficientes, si estas decisiones se llevaron a cabo usando la menor cantidad
de recursos posibles. (Guillén Parra, 2006)
Finalmente en el proceso de toma de decisiones también puede observarse la
racionalidad ética, así entonces, las decisiones son mejores si además de ser eficaces y
eficientes, son a su vez éticas, en el sentido que quien decide es un ser humano, y su
decisión tendrá consecuencias positivas o negativas en otros seres humanos. Dicho de
otra forma, el tener en cuenta la racionalidad ética en este proceso, significa comprender
los elementos de la dimensión humana en todas y cada una de las fases del mismo, en
otras palabras, identificar si existe la intención de hacer el bien con las acciones que se
realizan, siguiendo por ende ciertas normas éticas que se derivan de lo bueno y lo malo
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de la decisión y por ultimo poniéndolas en practica según unas circunstancias concretas
dadas. (Guillén Parra, 2006)
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3. CONCLUSIONES
Los cambios que se han ido dando a través de los años en cuanto a las empresas se
refiere, han obligado a las mismas a replantear sus actividades y orientarlas no solo al
logro de un beneficio económico, sino al logro de un beneficio de todas las partes
interesadas que finalmente hacen que el negocio sea posible. Este enfoque de
reconocimiento a los Stakeholders implica por ende, que todas aquellas decisiones que
se tomen, y las acciones que se lleven a cabo, procuren el bien. Esta intención, puede
decirse que abre las puertas al concepto de Responsabilidad Social Empresarial, en
donde se pretende que las empresas asuman responsabilidad tanto con las partes internas
como externas, por todas aquellas decisiones que puedan tener un impacto en las
mismas, asegurando también que se hará el intento por evitar a toda costa o por lo
menos minimizar cualquier repercusión negativa.
Esta responsabilidad no puede ser tomada nada mas y nada menos que por lo gerentes
quienes a la hora de la verdad son los encargados de tomar decisiones y definir planes
de acción, es por esto que la dimensión humana no puede dejarse de lado, y de hecho es
un factor fundamental en el presente trabajo. Bajo la premisa que las empresas están
formadas por personas, y que son los gerentes quienes se enfrentan a la tarea de decidir
responsablemente, la ética, como elemento base determinante de virtudes y juicios para
determinar lo bueno y lo malo de una acción, juega entonces un papel muy importante
en su intención de ir mas allá de la racionalidad económica.
Por otro lado, en el proceso que realizan las personas y en este caso lo gerentes para
tomar decisiones intervienen elementos como la racionalidad, sus tipos y sus
componentes que ayudan a determinar las razones y motivaciones que los agentes tienen
para tomar o no determinada decisión. Lo que se pretendía analizar con este tema era
como a través de una serie de pasos y etapas se da el proceso para tomar decisiones, y
como el ser humano pasa por las mismas etapas identificando creencias que le permitan
cuestionarse sobre las soluciones a los problemas dados, formulando objetivos y planes
de acción y evaluación que si se hacen a consciencia y teniendo en cuenta lo valores
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éticos darán como resultado acciones buenas, dentro de los marcos de racionalidad,
donde no solo se tenga en cuenta la racionalidad instrumental que evalúa solo los
resultados de una acción, sino que también haya espacio para una racionalidad ética, ya
sea de tipo teórico o practico, pero que implique un conocimiento de la realidad de
forma que se logre un entendimiento que permita llegar a una acción racional.
Finalmente es importante resaltar cómo estas teorías (Stakeholders, RSE, y
racionalidad) guardan una estrecha relación entre ellas. En el ámbito gerencial son los
gerentes quienes deben elaborar un proceso de toma de decisiones cuidadosamente,
donde se evalúen con detenimiento las posibilidades que se presentan en circunstancias
dadas, conociendo la realidad con la mayor certeza posible para que de esta forma
puedan tomarse decisiones y ejecutarse acciones que generen un beneficio a todos los
Stakeholders de la empresa, asumiendo así cualquier responsabilidad que dichas
decisiones puedan tener en estas partes interesadas, donde el dialogo debe ser el
principal instrumento, no solo para comunicar estas decisiones, sino para resolver
aquellos problemas que puedan presentarse, un dialogo donde todos pueden y deben ser
participes, siempre con la seguridad que solo a través de este medio se llegara a una
decisión final que sea la mejor para todos.
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