TITO ORTIZMUJERES DE AIRE
TITO ORTIZMUJERES DE AIRE
Ni apolíneas ni dionisiacas, las gordas de Tito Ortiz son como la extensión abierta del Tao; vienen del vacío, pasan zumbando, brillan certeras e ingrávidas y vuelven el vacío. Siguen siempre la línea de menor resistencia y esperan el momento del retorno.
Casquivanas e impúdicas se devoran a si mismas de puro amor, de puro gozo y vuelan en el aire como pirinolas de papel, pero son de bronce, de risa de bronce, de cobre y aéreo estaño.
Estas gordas que se balancean como nidos de oropéndolas son el devenir ingrato de la lógica de Aristóteles y se ríen a carcajadas de Newton y su manzana, ellas adoran los peca-dos de San Agustín y les da lo mismo sus confesiones.
Se agitan livianas, obscenas, profanas; giran sobre si mismas inocentes y cándidas. En ellas no hay dualidad; son una pura y misma cosa de un extremo al otro de su volumen.
Fulguran en la belleza del exceso pero vuelven siempre a su punto de retorno, a un puro e infantil equilibrio de cerámica o metal.
Estas gordas y su improbable geometría se ríen porque en el espejismo de los sentidos dejan ver gozosas el engaño mientras respiran libremente su artificio.
MUJERES DE AIRE
GORDI / 17 x 18 x 8 cm / gres
Página opuestaGORDAMANOS (detalle) /
GORDA T / 31 x 25 x 10 cm / gres
Página opuestaGORDA I (detalle) / 50 x 20 x 10 / gres
GORDA T / 31 x 25 x 10 cm / gres
Página opuestaGORDA I (detalle) / 50 x 20 x 10 / gres
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