Narrativas y otras lunas La voz de las mujeres 2018-2019
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MÓDULO 1: LA IDENTIDAD
Vivian Maier, Autorretrato
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1. INTRODUCCIÓN
Todas las personas tenemos una historia que contar, y las herramientas básicas
para hacerlo: imaginación, memoria, oralidad, familiaridad con las narrativas.
Nos contamos constantemente una historia a nosotras, a nosotros mismos, y
narramos nuestras vidas a otras personas. La ficción y lo autobiográfico forman
parte de nuestra vida cotidiana.
Y, sin embargo, estamos aquí. Quizá porque, a medida que avanzamos en la
edad adulta, vamos interiorizando las expectativas de otras personas acerca
de lo que debemos, podemos, queremos ser; se van pegando a nuestra piel,
hasta que dejamos de diferenciarlas.
Identificar esas pieles, nombrarlas, despojarte de ellas si así lo deseas, puede
ayudarte a contar tu propia historia, lo que nos permite:
• Conocernos, respetarnos, querernos.
• Buscar personas y actividades que nos confirmen.
• Recuperar nuestras explicaciones del mundo.
• Saber cuáles son nuestros mapas, aceptarnos.
• Dejar de navegar con mapas ajenos, de perseguir sueños ajenos:
conocernos nos ayuda a encontrar también nuestros propios referentes.
• Identificar y neutralizar las voces críticas.
• Encontrar la mejor forma de ordenarnos, e integrarnos.
• Recuperar las personas y situaciones que fueron importantes para nosotros.
• Perdonarnos.
• Acceder a los secretos.
• Conocer y aceptar nuestras emociones, compartirlas.
• Permitirnos sentimientos, emociones, pensamientos. Ser más flexibles.
• Aligerar el peso de la culpa.
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2. LA IDENTIDAD
Lo que soy, lo que siento que soy, que es algo que va a articular como todo el
taller, teniendo en cuenta que la identidad no es algo estático ni unívoco, sino
que:
Cambia a lo largo del día, del año, de la vida
Depende de la mirada de otras personas, sobre todo de las familias de
origen durante la infancia y la adolescencia;
También de los mandatos de género universales, los de cada cultura, de
las narrativas dominantes y las expectativas.
Lo que se espera de mí puede estar tan enraizado con lo que siento que soy,
que a veces es difícil reconocerlo. Ir en contra de cualquier discurso mayoritario
conlleva una gran dosis de culpa y, por tanto, mucho sufrimiento.
Frente a lo que me han dicho que soy, o lo que otras personas esperan de mí,
buscaremos reconocer y validar la diversidad y la multiplicidad de mujeres
deseos y roles que a veces siento que soy: “contengo multitudes1”. Para lograrlo,
recorremos con la escritura y la lectura nuestra historia personal, así como las
historias de vida de aquellas que nos acompañan o nos precedieron.
3. LA VOZ DE LAS MUJERES
En la literatura, como en cualquier otro ámbito cultural o histórico, las mujeres
siempre han estado presentes; negarlo forma parte del discurso que invisibiliza y
victimiza. Igual que sucede con los sures y los países que fueron colonizados, la
tarea en la actualidad no es dar voz a las mujeres, sino prestarles (prestarnos) un
altavoz para que se escuche la nuestra.
Tenemos una voz, un discurso, y la hemos tenido siempre; el problema surge
cuando alguien, al contar la historia, decide borrarnos de la cronología, y
reescribirla desde un punto de vista exclusivamente masculino. Solo dos
ejemplos:
1 Walt Whitman
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Alice Guy-Blaché quien creó uno de los primeros estudios
cinematógraficos, Solax y dirigió alrededor de setecientos cortometrajes,
entre ellos el que se considera el primer film con guión: La fée aux choux
(1896). En la biblioteca encontrarás un pequeño cortometraje suyo.
Roby Davison, la mujer que atravesó sola el desierto de Australia con su
perro y unos camellos; volveremos a hablar de ella más adelante.
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Las mujeres necesitamos nuestras propias referencias; para sacarlas a la luz,
reivindicamos el papel de todas las que fueron antes que nosotras; reclamamos,
también, la visibilización y puesta en valor de las tareas que sostienen la vida, la
importancia de los cuidados. Y contamos nuestras historias porque, como nos
recuerda Chimamamda,
“El poder es no sólo la capacidad para contar la historia del otro, sino de
hacer que esa sea la historia definitiva.”
Chimamanda Adichie, charla TED disponible en la biblioteca
Si alguna vez miramos atrás, nuestro objetivo no es hurgar en las heridas, sino
reconocer el derecho a la vulnerabilidad y la importancia de nombrar todo lo
que nos pasa; no sólo lo que nos duele, también, y hacia allí caminamos, lo que
nos mantiene con vida y con fuerza. Nombrar la herida para invocar la cicatriz.
4. ¿POR QUÉ LA ESCRITURA?
La escritura es una herramienta muy potente para el autoconocimiento y el
autocuidado, que podemos poner en práctica en cualquier lugar y en cualquier
momento; es sencilla, no requiere una gran inversión económica y está al
alcance de cualquiera. Nos permite avanzar de forma progresiva en el
autoconocimiento y, al mismo tiempo, potenciar la imaginación; podemos
conocernos, desconocernos, crear nuevos mundos, comunicarnos con otras
personas; volver a lo que hemos escrito tantas veces como queramos.
Desde el punto de vista social, la escritura testimonial está demostrando ser,
también, un recurso único para compartir el dolor y la resiliencia; para tejer y
entretejer nuevas historias de resistencia.
Muchas personas sentimos el deseo de escribir para expresarnos, ordenarnos,
entendernos. Necesitamos darnos permiso para hacerlo, detectar los bloqueos,
combatir las voces críticas y legitimar nuestra voz; contar nuestra propia historia.
Tendremos que dominar la técnica si queremos publicar una obra literaria; pero,
si escribimos para nosotras, es suficiente encontrar la forma de llegar a los nudos,
desatarlos, echarlos a volar. En este taller intentaremos avanzar en ambas
direcciones a la vez; escribir para ordenarnos, pero también para compartir.
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4.1. Escribir en el taller: recomendaciones de viaje
Recuerda que no hay respuestas buenas ni malas, ejercicios bien o mal hechos.
Lo importante es explorar los márgenes, jugar, experimentar, permitirnos.
Es posible que al principio te resulte difícil, extraño, compartir tus textos; a
medida que vayamos avanzando, será cada vez más sencillo y natural. Aun así,
si en algún momento no te sientes cómoda compartiendo en el aula, no tienes
por qué hacerlo. Puedes revisar tus ejercicios por tu cuenta, y compartir con
nosotras tus impresiones.
En nuestro viaje juntas, visitaremos distintos territorios. La mayoría serán de goce,
redescubrimiento, disfrute. Así debería ser, siempre, la escritura. Pero, en algún
momento, transitaremos lugares remotos, inciertos, altas montañas para las que
aún no tenemos una guía. Tú eres quien mejor sabe hasta dónde puede y quiere
llegar en cada momento. Cuando tengas dudas sobre lo que vas a encontrarte,
cuando sientas temor, pregúntanos. Siempre que sea posible, plantea tu duda
en el grupo; pero, si sientes que no quieres hacerlo, escríbeme. Espera a que te
contestemos, a que te conteste, antes de emprender el vuelo. No tenemos prisa,
ni una meta establecida.
Diseñé La voz de las mujeres porque algunas alumnas de otros talleres, cuando
empezaban a conectar con la niña que fueron, visitaban lugares oscuros.
Quería ofrecer una hoja de ruta para acompañar el viaje; una que
contemplara, también, las resistencias y la luz; siempre la luz.
Mi experiencia en todos estos años es que la luz y la resiliencia prevalecen,
siempre. Todas las personas tenemos una capacidad inmensa para
sobreponernos a los acontecimientos, para transformarlos. Necesitamos tiempo;
a veces días, a veces años. Pero lo logramos. Así que lo que queda, después de
atravesar el dolor el miedo, es una fuerza inmensa.
No te cuento esto para asustarte; el objetivo de este taller no es, ni mucho
menos, reabrir heridas. No pretendemos desenterrar momias, sino disfrutar de la
escritura; ordenar y contar nuestra propia historia; lo que pretendo decirte es
que, de alguna manera, estás a salvo. Cuando intentemos alumbrar las partes
oscuras, nos prepararemos con antelación, haremos acopio de todo lo bueno
que tenemos. Construiremos un espacio seguro al que volver, siempre; yo no voy
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a llevarte a ningún lugar terrible. Quienes han hecho antes un taller conmigo,
saben que hasta nuestros peores monstruos terminan siendo entrañables, dignos
de compasión.
Pero también quiero que sepas que eres la persona que mejor puede cuidar de
ti misma; la que sabe dónde quiere y puede ir. Nada es obligatorio. Si sientes
que un ejercicio te abre un nudo en el estómago, que la escritura te remueve;
si experimentas una sensación de rechazo, de malestar, que no quieres transitar
Para. Todas las personas somos vulnerables; para mí ha sido un descubrimiento
maravilloso, que exploraremos más adelante. Por eso te pido que no seas
kamikaze, no vayas en soledad. Nada más.
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PROPUESTA DE ESCRITURA
Ejercicio 1: La voz de las mujeres
Escribe un texto (mínimo medio párrafo, máximo una página) sobre lo que
significa, para ti, la voz de las mujeres. Si lo necesitas, puedes apoyarte en estas
frases:
Cuando escucho la voz de las mujeres, pienso…
Cuando pienso en la voz de las mujeres, siento que…
Cuando alguien dice la voz de las mujeres me gustaría que…
Compártelo en la sección ejercicios; si quieres, puedes añadir fotografías.
Ejercicio 2: Autocaracterización (técnica basada en un ejercicio original de
George Kelly)
Este ejercicio resulta muy complejo para algunas personas y muy sencillo para
otras. A veces nos resulta incómodo centrar la atención en nosotras mismas
porque es como si nos diéramos demasiada importancia. Si estas dificultades
aparecen mientras realizas el ejercicio, acéptalas. Después déjalas a un lado e
intenta seguir escribiendo con total libertad, como si lo hicieras sólo para ti.
Éstas son las instrucciones:
Escribe una descripción de ti misma en tercera persona como si lo hiciera una
persona imaginaria que te conozca muy bien, que te tenga cariño y que haya
estado contigo desde siempre. Puedes incluir rasgos físicos, aficiones, anhelos,
lo que quieras. Recuerda lo que hemos dicho sobre la identidad. Para mantener
la tercera persona, empieza así:
(Tu nombre) es…
Extensión: mínimo medio párrafo, máximo una página.
Recuerda que cuando compartas el ejercicio en el aula (sección ejercicios)
puedes acompañarla de una o varias imágenes.
Si por cualquier motivo no quieres hacer o compartir los dos ejercicios, puedes
elegir uno de ellos.
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LECTURAS ADICIONALES PRIMERA UNIDAD
Son opcionales, y las he seleccionado para que tengas diferentes puntos de
vista. Quédate con las que te gusten y, si te apetece, coméntalas en la plaza.
¡Gracias!
I
Fragmentos de Diario de Adán y Eva, Mark Twain
Diario de Adán
LUNES
La nueva criatura dice que su nombre es Eva. Está bien, no tengo objeciones.
Dice que es para que la llame cuando quiero que venga. Entonces le dije que
eso era superfluo. La palabra evidentemente me granjeó su respeto. Y por cierto
es una palabra buena, grandiosa y digna de ser repetida. Dice que no es un El,
que es un Ella. Esto es dudoso, probablemente. Sin embargo, para mí es lo
mismo. Que sea ella no me importa, mientras se las arregle sola y no hable.
JUEVES
Ella me dijo que había sido hecha de una costilla extraída de mi cuerpo. Esto es
por lo menos dudoso, si no más que eso. Yo no perdí ninguna costilla. Ella está
preocupada por el buitre; dice que el pasto no le cae bien; tiene miedo de no
poder sacarlo a flote; piensa que fue creado para vivir de carne en
descomposición. El buitre debe arreglarse lo mejor que pueda con lo que se le
da. No podemos trastornar todo el esquema para comodidad del buitre.
SÁBADO
Ayer se cayó en la laguna, cuando se estaba mirando en ella, que es lo que
está haciendo siempre. Casi se ahoga y dijo que era muy desagradable. Esta
experiencia la llevó a compadecerse de las criaturas que viven allí, a las que
llama peces, porque continúa endilgando nombres a las cosas que no los
necesitan y que no vienen cuando se los llama por ellos; lo cual no tiene
importancia para ella, ya que es una cabeza dura; así que anoche sacó un
montón de ellos del agua, los trajo aquí y los puso en mi cama para mantenerlos
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en calor, pero durante el día los estuve observando y no veo que estén más
felices allí de lo que estaban antes; solamente más quietos. Cuando anochezca
los voy a tirar afuera. No voy a dormir con ellos otra vez; es desagradable y
pegajoso dormir con ellos para una persona que no tiene nada puesto.
Diario de Eva
SÁBADO
Ahora tengo casi un día de vida. Llegué ayer. Por lo menos, eso me parece a
mí. Y debe ser así, porque si hubiera sido anteayer yo no estaba allí cuando
sucedió o me acordaría. Podría ser, por supuesto, que haya sido así y que yo no
lo haya notado. Muy bien; ahora seré muy observadora y, si algún anteayer
sucede, tomaré nota. Será mejor empezar ya mismo y no dejar que los registros
se confundan ya que el instinto me dice que estos detalles van a ser importantes
para la Historia algún día.
Me siento como un experimento, exactamente como un experimento; sería
imposible que una persona se sintiera más como un experimento que yo, de
modo que comencé a convencerme de que eso es lo que realmente soy —un
experimento; un simple experimento y nada más—. Pero entonces, si soy un
experimento, ¿soy la totalidad del mismo? No, creo que no. Pienso que el resto
también es parte de ~1. Soy la parte principal, pero creo que el resto tiene parte
en el asunto. ¿Mi puesto está asegurado o tendré que vigilarlo y cuidarlo? Lo
último, quizás. Cierto instinto me dice que una eterna vigilancia es el precio de
la supremacía. [Esta es una buena frase, creo yo, para alguien tan joven].
Estuve siguiendo al otro Experimento, ayer a la tarde, a distancia, para ver si
averiguaba de qué podía servir. Pero no pude darme cuenta. Creo que es un
hombre. Nunca antes había visto un hombre, pero eso es lo que parece y creo
que estoy segura de que eso es lo que es. Reconozco que siento más curiosidad
por él que por ningún otro reptil. Si es un reptil, como supongo, porque tiene el
cabello revuelto y ojos azules y parece un reptil. No tiene caderas; es cónico
como una zanahoria; cuando se pone de pie, se desparrama como una trucha;
entonces pienso que es un reptil, aunque también puede ser una obra
arquitectónica.
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Al principio le tenía miedo, y empezaba a correr cada vez que aparecía,
porque pensaba que quería atraparme; pero poco a poco me di cuenta de
que solo trataba de alejarse; después ya no me intimidó y empecé a seguirlo
varias horas por todas partes, a unas veinte yardas de distancia, lo cual lo puso
nervioso y molesto.
Finalmente se asustó y se trepó a un árbol. Esperé un buen rato, pero después
me rendí y volví a casa.
Hoy sucedió lo mismo. Lo hice trepar al árbol otra vez.
DOMINGO
Todavía está allí arriba. Descansando, aparentemente. Pero eso es un
subterfugio: el domingo no es el día de descanso; el sábado fue elegido para
eso. Parece ser una criatura más interesada en el descanso que en ninguna otra
cosa. Yo me cansaría de descansar tanto. Me canso con solo sentarme y mirar
el árbol. Me pregunto para qué sirve; nunca lo vi hacer nada.
Anoche devolvieron la luna, ¡yo estaba tan feliz! Creo que fue muy honesto de
su parte. Se resbaló y se cayó otra vez, pero no me angustié; no es necesario
preocuparse cuando uno tiene esa clase de vecinos; la traerán de vuelta. Ojalá
pudiera hacer algo para demostrarles mi aprecio. Me gustaría mandarles
algunas estrellas, ya que tenemos más de las que podemos usar. Quiero decir,
nosotros no porque me doy cuenta de que al reptil no le importan esas cosas.
Tiene gustos ordinarios y no es nada amable. Cuando aparecí ayer a la noche
en plena oscuridad, había bajado sigilosamente y estaba tratando de atrapar
los pequeños peces moteados que juegan en la laguna, entonces tuve que
arrojarle terrones de tierra para que se subiera al árbol otra vez y los dejara
tranquilos. Me pregunto si eso es para lo que sirve. ¿Es que no tiene corazón?
¿No tiene ninguna compasión por esas criaturitas? ¿Puede ser que haya sido
diseñado para un trabajo tan poco gentil? Tiene toda la apariencia de eso. Uno
de los terrones lo alcanzó cerca de la oreja y utilizó palabras. Me dio un
escalofrío porque era la primera vez que escuchaba una voz, a excepción de
la mía. No entendí las palabras, pero parecían expresivas.
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Cuando descubrí que podía hablar, sentí un renovado interés en él, porque a
mí me encanta hablar; hablo todo el día y en sueños también y soy muy
interesante, pero si tuviera otro para conversar, sería dos veces más interesante,
y no pararía nunca, si lo deseara.
Si este reptil es un hombre, ¿no puedo llamarlo eso, no es cierto? No sería
gramatical, ¿verdad? Pienso que sería un él. Creo que sí. En tal caso, se
analizaría así: nominativo, él; dativo, a él; posesivo, de él. Bueno, lo voy a
considerar un hombre y lo voy a llamar él hasta que resulte ser otra cosa. Esto
será más práctico que estar en la incertidumbre.
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II
GIOCONDA BELLI: REVELIONES Y REBELACIONES
Disponible en documento adjunto.
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Tal vez antes de ser mujer
fui árbol en algún bosque
y mis ramas crecían hacia el cielo
siempre intentando ver
el horizonte
y estuve allí por siglos
enraizada
aferrada a la tierra
bebiendo el cielo
habitada de pájaros y estrellas.
Tal vez antes de ser mujer
diseminé retoños
dejé semillas
y el viento fue mi amante
en los silencios
mi piel era corteza
mis colores símbolos
del transcurso del tiempo
en crecimiento.
A veces pienso en ello
y el bosque
no es un lugar extraño.
Tal vez antes de ser mujer
fui árbol en algún bosque
aún siento el latido de la tierra
en mis venas
y hay días que regresan los pájaros
y anidan.
Anamaría Mayol
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Soy la que soy.
Casualidad inconcebible
como todas las casualidades.
Otros antepasados
podrían haber sido los míos
y yo habría abandonado
otro nido,
o me habría arrastrado cubierta de escamas
de debajo de algún árbol.
En el vestuario de la naturaleza
hay muchos trajes.
Traje de araña, de gaviota, de ratón de monte.
Cada uno, como hecho a la medida,
se lleva dócilmente
hasta que se hace tiras.
Yo tampoco he elegido,
pero no me quejo.
Pude haber sido alguien
mucho menos individuo.
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Parte de un banco de peces, de un hormiguero, de un enjambre,
partícula del paisaje sacudida por el viento.
Alguien mucho menos feliz,
criado para un abrigo de pieles
o para una mesa navideña,
algo que se mueve bajo un cristal de microscopio.
Árbol clavado en la tierra,
al que se aproxima un incendio.
Hierba arrollada
por el correr de incomprensibles sucesos.
Un tipo de mala estrella
que para algunos brilla.
¿Y si despertara miedo en la gente,
o sólo asco,
o sólo compasión?
¿Y si hubiera nacido
no en la tribu debida
y se cerraran ante mí los caminos?
El destino, hasta ahora,
ha sido benévolo conmigo.
Pudo no haberme sido dado
recordar buenos momentos.
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Se me pudo haber privado
de la tendencia a comparar.
Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
lo que habría significado
ser alguien completamente diferente.
Wislawa Szymborska
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Me niego rotundamente
A negar mi voz,
Mi sangre y mi piel.
Y me niego rotundamente
A dejar de ser yo,
A dejar de sentirme bien
Cuando miro mi rostro en el espejo
Con mi boca
Rotundamente grande,
Y mi nariz
Rotundamente hermosa,
Y mis dientes
Rotundamente blancos,
Y mi piel valientemente negra.
Y me niego categóricamente
A dejar de hablar
Mi lengua, mi acento y mi historia.
Y me niego absolutamente
A ser parte de los que callan,
De los que temen,
De los que lloran.
Porque me acepto
Rotundamente libre,
Rotundamente negra,
Rotundamente hermosa.
Shirley Campbell
Su blog: http://rotundamentenegra.blogspot.com.es/
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