OCTUBRE DE 2014
MEMORIA DE LA ENTREGA DE LA MEDALLA AL MÉRITO FUNDACIÓN UNAM
AL DR. JOSÉ SARUKHÁN KERMEZ
Antiguo Colegio de San Ildefonso y Salón “El Generalito”, sede del evento.
C o n t e n i d o
Presentación 5
Palabras del Lic. Dionisio A. Meade 15
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Palabras del Rector Dr. José Narro Robles
Palabras del Dr. José Sarukhán Kermez
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Imágenes del recinto previas al evento.
Rector Dr. José Narro Robles,
Dr. José Sarukhán Kermez y
Lic. Dionisio A. Meade a su ingreso al
Salón “El Generalito”.
P r e s e n t a c i ó n
El 13 de octubre de 2014, se hizo entrega de la Medalla al Mérito Fundación UNAM al
Dr. José Sarukhán Kermez, Rector fundador de dicha Asociación, en el marco del Vigésimo
Aniversario de su creación, presea que se ha otorgado con periodicidad anual a quienes han
contribuido de manera destacada en favor de la FUNAM.
El evento tuvo lugar en el Salón “El Generalito” del Antiguo Colegio de San Ildefonso, y se
contó con la presencia de distinguidos miembros de la comunidad universitaria: el Presidente
de la Junta de Gobierno de la Universidad Autónoma de México, Dr. Javier Garciadiego
Dantán; el Rector de nuestra Máxima Casa de Estudios, Dr. José Narro Robles; el Presidente
de su Patronato, Dr. José Meljem Moctezuma; de ex Rectores como Dr. Francisco Barnés de
Castro y Dr. Guillermo Soberón Acevedo; del Presidente de la Fundación, Lic. Dionisio A.
Meade; de sus ex Presidentes Lic. Isaac Chertorivsky Shkoorman y M. en A. Rafael Moreno
Valle Suárez, al igual que de diversos integrantes de su Consejo Directivo, algunos de los
cuales forman parte del mismo desde su creación, como el Ing. Carlos Slim Helú y el C. P.
Alfredo Harp Helú.
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También estuvieron presentes los Consejeros Lic. Miguel Alemán Velasco y la Ministra Olga
Sánchez Cordero. Como invitados especiales asistieron Dr. Mario Molina Pasquel, Premio
Nobel, y Dr. José Antonio Meade Kuribreña, Secretario de Relaciones Exteriores.
Al inicio del evento se proyectó un video con una semblanza de la vida del Dr. Sarukhán,
preparado por TV UNAM. Seguidamente, hizo uso de la palabra el Presidente del Consejo
Directivo de la Fundación, Lic. Dionisio A. Meade, quien destacó algunos de los logros que
esta Asociación Civil ha conseguido, para apoyar las causas de nuestra Alma Mater. Señaló
que fue gracias a la visión del Dr. José Sarukhán; que la Fundación fue creada hace 20 años,
la cual afortunadamente ha seguido contando con el apoyo decidido de todos los Rectores
que lo sucedieron, así como con el entusiasmo y dedicación de quienes han presidido su
Consejo Directivo. Tales acciones, indicó, tienen como propósito una mayor inclusión social,
en medio de circunstancias inexcusables de rezago y marginación, que sólo se combaten a
través de mejores oportunidades de educación media y superior.
Asimismo, el Presidente de la FUNAM expresó que, con la entrega de la Medalla al Mérito
de la Fundación UNAM al Dr. José Sarukhán, se reconocía al gran Rector que inspiró su
creación, teniendo como testigos de honor de este acto a muchos de quienes han creído a lo
largo de estos 20 años en nuestra Asociación Civil, pero sobre todo para darle las gracias a
nombre de tantos jóvenes mexicanos, a quienes los apoyos que les brinda esta institución les
ha permitido cambiar sus vidas y optar por un destino mejor para ellos y para nuestro país.
La Fundación les ayudó a hacer posible lo imposible, al cristalizar sus sueños de contar con
una educación superior.
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A continuación, el Rector Dr. José Narro manifestó que se trataba de un reconocimiento justo que
le otorga la Fundación a un hombre honesto, íntegro, que ha defendido permanentemente sus
verdades, y de quien nos podemos sentir extraordinariamente orgullosos como universitarios.
Del mismo modo, agradeció a los presentes su apoyo para hacer posible las ilusiones y los
sueños de muchos jóvenes que no lo podrían hacer sin esa sin esa beca, o sin esa ayuda que
les permite conocer otras latitudes, otros países, otras instituciones.
Expuso igualmente que la medalla que se otorga al Dr. José Sarukhán representa un merecido
agradecimiento por haber tenido la iniciativa de crear la Fundación, así como por contagiar
a otros la emoción de otorgar estos apoyos, puesto que las acciones que impulsa nuestra
Asociación, tienen el mérito de ayudar a los jóvenes estudiantes de la UNAM a ser mejores
cada día.
Al finalizar su intervención, el Rector Dr. José Narro refrendó su gratitud al Dr. Sarukhán por lo
que ha hecho en favor de nuestra Casa de Estudios, por lo que sigue haciendo por ella, y por
lo que representa para nuestra Universidad, por lo que afirmó se sentía muy orgulloso de poder
decir “POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU”.
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Por su parte, el Dr. José Sarukhán celebró que hace dos décadas hubiera sido creada la Fundación,
concebida como una vía adicional para apoyar económicamente a los estudiantes de familias
de recursos modestos, que en ese momento representaban dos tercios de toda la población
estudiantil, y que tenían un buen desempeño escolar. De esta manera, precisó, contarían con un
sustento económico que les permitiría dedicarse de lleno a sus estudios y no tener que trabajar
en auxilio de la economía familiar.
El Rector fundador de dicha Asociación compartió con los asistentes al evento las causas
que dieron origen a la Fundación; el valioso y desinteresado apoyo de varios egresados de la
Universidad Autónoma de México para su creación; el anuncio formal sobre su constitución
y la celebración de la primera Asamblea de Asociados, en una ceremonia que tuvo lugar en
la Residencia Oficial de Los Pinos el 13 de junio de 1994, así como el ofrecimiento por parte
del Titular del Ejecutivo Federal de que su administración aportaría un peso por cada peso que
aportaran los ex alumnos o fuentes privadas para la Fundación.
Resaltó que, hasta esta fecha, la Fundación ha apoyado con decenas de miles de becas a los
estudiantes; con laboratorios de cómputo a planteles de Bachillerato y para un buen número
de Facultades; con equipo para laboratorios a varios institutos de investigación; con su
reacondicionamiento a diversas bibliotecas, así como la mejor clínica para equinos del país,
entre otros ejemplos.
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Por lo anterior, Dr. José Sarukhán aseveró que la Fundación se ha constituido
como un referente para la mayor parte de las universidades del país; su historia
es conocida por todos, y está pletórica de aportes invaluables para la Universidad
Nacional Autónoma de México, su personal académico y en especial sus alumnos.
Concluyó su intervención deseando a la Fundación muchas más décadas de labor
fructífera para continuar contribuyendo al fortalecimiento de nuestra Universidad y
seguir siendo la expresión del espíritu de su lema: concebir la educación de nuestros
jóvenes como algo que supone proveerles, además de formación académica, de
una consideración como seres humanos, con todas sus capacidades y limitaciones.
La presente publicación tiene como propósito difundir y dejar constancia de tan
importante evento: la entrega de este merecido reconocimiento, la Medalla al
Mérito Fundación UNAM, conmemorativa de su Vigésimo Aniversario, al Dr. José
Sarukhán, Rector fundador de dicha Asociación.
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Las palabras expresadas en dicho evento posibilitan conocer en voz de su fundador,
el Dr. José Sarukhán, las circunstancias que rodearon e impulsaron su creación.
De igual modo, permiten tomar conciencia de la trascendental función que ha
venido desempeñando la Fundación UNAM, en apoyo de la consecución de los
objetivos de nuestra Máxima Casa de Estudios, y revelan la importancia de las
aportaciones que, en forma por demás desinteresada, han contribuido a cambiar la
vida de los jóvenes beneficiados con los apoyos otorgados, que les han permitido
optar por un destino mejor para ellos y para nuestro país.
Pero también con esta edición se pretende incentivar la participación de la
sociedad en su conjunto para proveer mejores oportunidades de educación media
y superior, que contribuyan a mitigar las condiciones de rezago y marginación
que prevalecen en nuestro País y favorezcan una mayor inclusión social.
Dr. Javier Garciadiego Dantán, Dr. José Sarukhán Kermez, Rector Dr. José Narro Robles,
Lic. Dionisio A. Meade y Dr. José Meljem Moctezuma.
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Dr. Francisco Barnés de Castro,
Mstra. Olga Sánchez Cordero,
Ing. Carlos Slim Helú y
Lic. Miguel Alemán Velasco.
C.P. Alfredo Harp Helú,
Dr. Mario Molina Pasquel y Henríquez y
Dr. Guillermo Soberón Acevedo.
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Los presentes a punto de escuchar las
palabras del Lic. Dionisio A. Meade.
El Lic. Dionisio A. Meade se encamina
a pronunciar su discurso.
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Palabras del
Lic. Dionisio A. Meade
Nos congregamos en este espacio formidable, el Salón “El
Generalito” del Antiguo Colegio de San Ildefonso, universitario
como el que más, para rendir testimonio de gratitud a un gran
personaje, universitario también como el que más.
El breve video que acabamos de ver, nos ha ofrecido una
apretada semblanza de José Sarukhán, cuyo recorrido en la
vida ha ido siempre al lado de nuestra querida Universidad.
Desde hace muchos años, la Fundación UNAM decidió
otorgar una Medalla al Mérito para reconocer a quienes le
hubieran tributado una contribución excepcional. Algunos
de ellos nos acompañan aquí ahora y hacen más grato este
evento con su presencia.
En esta ocasión, en el marco del Vigésimo Aniversario de su
creación, ha sido unánime la decisión de otorgar esta presea
a Don José Sarukhán, Rector fundador de nuestra Asociación,
concebida, desde el principio, para apoyar los tres objetivos
básicos de la UNAM: la docencia, la investigación y la difusión
de la cultura.
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Con entusiasmo, la comunidad universitaria
aquí reunida ha querido estar presente en
este merecido reconocimiento: el Presidente
de la Junta de Gobierno; el Presidente de
nuestro Patronato; el Rector de nuestra
Máxima Casa de Estudios; exRectores
ilustres; el Dr. Mario Molina, nuestro Premio
Nobel; integrantes de nuestro Consejo
Directivo, como la Ministra Olga Sánchez
Cordero, recientemente galardonada por la
Cámara de Diputados con la presea Eduardo
Neri; algunos de ellos desde la creación
de la FUNAM, activos impulsores de sus
finalidades, como el Ing. Carlos Slim y el
C.P. Alfredo Harp.
Y todos ustedes que, con su presencia, han
querido testimoniar el afecto y la gratitud
que sentimos por José Sarukhán.
A todos agradecemos su presencia.
Lic. Dionisio A. Meade inicia su discurso.
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Al cabo de veinte años, el Dr. Sarukhán, primer Presidente
Honorario de la Fundación, como lo disponen nuestros
Estatutos en el caso de los Rectores de la UNAM, podrá ver
con satisfacción que aquella idea en la que participó desde
su inicio ha germinado y ha dado frutos.
Contribuyeron a este logro de manera significativa quienes
sentaron sus primeros cimientos: Óscar Espinosa, su primer
Presidente; el Arquitecto Ángel Borja Navarrete, a quien
ahora evocamos; Isaac Chertorivsky y Rafael Moreno Valle –
aquí presentes–, sin cuya valiosa aportación la Fundación no
habría alcanzado los logros que hoy la distinguen.
Todos ellos contaron con el apoyo decidido de los Rectores
que los acompañaron en su desempeño: Francisco Barnés de
Castro y Juan Ramón de la Fuente, de la misma forma como
lo hace hoy, entusiasta y comprometidamente, el Rector José
Narro Robles.
A todos, vaya desde aquí, el agradecimiento de la Fundación
UNAM. Y, por lo que a mí respecta, de manera muy particular,
al Rector Narro Robles.
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Qué satisfacción para todos ustedes poder apreciar algunos de los logros que la Fundación,
gracias a su inspiración y generosa entrega, ha conseguido alcanzar en apoyo de las mejores
causas de nuestra Alma Mater.
Cuando se habla de becas, destaca el Programa PRONABES, que ha beneficiado a miles
de estudiantes que pudieron llevar a cabo sus estudios universitarios gracias a este apoyo
institucional. Desde que el Dr. Sarukhán promovió la creación de la FUNAM, el número de
becas que se han otorgado a la fecha, asciende a 302,882.
No siempre se pondera la importancia de lo que significa contar con este beneficio. Acceder
a la UNAM, no trae automáticamente aparejado contar con los recursos para cursar una
carrera. El 40 por ciento de nuestros estudiantes provienen de familias cuyo ingreso no supera
los cuatro salarios mínimos, así que una Beca PRONABES es, muchas veces, el único camino
para que se realice esta ilusión.
De ahí que los beneficiarios de las becas PRONABES respondan con tanto entusiasmo a
este privilegio, estudiando más y siendo mejores universitarios, hombres de bien. Con su
dedicación y entrega, así como con el apoyo de sus familias, muchas de las cuales por
primera vez ven a sus hijos realizando estudios superiores, no sorprende que la eficiencia
terminal de los alumnos PRONABES sea superior al promedio de los demás estudiantes.
¡Cuántos compañeros más pudo haber tenido el Dr. Sarukhán mientras estudiaba su carrera
de Biólogo si hubieran contado con estos apoyos!
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Lic. Dionisio A. Meade durante su participación.
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El Dr. Sarukhán podrá observar también que los apoyos alimenticios que se canalizan
a través de la Fundación –gracias a la generosidad de destacados egresados de nuestra
Máxima Casa de Estudios–, han permitido que, quienes ahora acceden a una comida bien
balanceada, eleven de manera significativa su rendimiento académico.
Qué importante que esta canalización de recursos permita ensanchar las oportunidades de
muchos jóvenes mexicanos para realizar sus estudios superiores, contribuyendo con ello a
alcanzar objetivos más justos de inclusión social en medio de circunstancias inexcusables
de rezago y marginación, que sólo se combaten a través de mejores oportunidades de
educación media y superior. Un México con el que seguramente soñó el Dr. Sarukhán
cuando estudiaba su postgrado en Chapingo.
La Fundación UNAM pone también su grano de arena en los espacios de sustentabilidad
de nuestro desarrollo, que tanto han estado asociados a la vida profesional y académica
del Rector Sarukhán. Actualmente se brinda apoyo a programas hídricos, mediante los
cuales se busca mejorar el acceso de comunidades muy pobres al recurso del agua, insumo
fundamental que se traduce en vida y esperanza. Algo que sin duda fue preocupación
esencial del Dr. Sarukhán, mientras se desempeñaba como Director del Instituto de
Biología y más tarde como Coordinador de Ciencias de la UNAM.
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También la Fundación promueve brigadas de salud odontológica y visual que llegan a
un gran número de comunidades del país, gracias a la participación activa de maestros
y alumnos que llevan su conocimiento y su servicio social a muchos compatriotas
necesitados. De igual forma, se apoya al Centro de Atención Temprana para niños
que enfrentan problemas neurológicos para los cuales el tratamiento oportuno de su
padecimiento les ha hecho la diferencia en su vida.
Nuestros cuatro Centros de Lenguas se abren también a miles de estudiantes para dotarlos
de un mejor manejo de idiomas, herramienta fundamental en el mundo global que hoy nos
ha tocado vivir, como lo pudo acreditar el Doctor Sarukhán, mientras hacía sus estudios
superiores en Inglaterra.
Y un novedoso programa de becas para apoyar a alumnos de excelencia que desean realizar
estudios en instituciones académicas del extranjero, que ya ha beneficiado a decenas de
jóvenes a quienes nosotros llamamos alumnos GIBEX, estudiantes de excelencia que, al
igual que usted lo hizo en su momento, buscan profundizar su preparación en los mejores
centros académicos del mundo.
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Nuestro Vigésimo Aniversario ha servido también de ocasión para abrir espacios de reflexión
sobre las grandes mega tendencias del mundo que nos están obligando a un cambio acelerado,
motivado también por nuestras profundas transformaciones y reformas internas.
Por ello, con la entusiasta colaboración de las cinco Coordinaciones de la UNAM, hemos
organizado una serie de eventos para que junto, con la comunidad universitaria, podamos
meditar sobre estrategias y orientaciones para mejorar el futuro universitario.
El Dr. Sarukhán podrá testimoniar igualmente que la Fundación, su Fundación, extiende
también sus alas al campo de la difusión de la cultura. Aprovechando el formidable
patrimonio inmobiliario del que dispone nuestra Universidad en lo que fuera su sede original
en la ciudad, ha establecido el Programa SuSede en el Centro, mediante la organización de
exposiciones, seminarios y muchas otras actividades que permiten regresar las actividades
culturales de la Universidad al Centro Histórico de nuestra ciudad.
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Amigas y amigos de la Fundación UNAM:
A todos nos llena de emoción estar en este homenaje. Nos
emociona realizarlo en este bellísimo e histórico recinto de
San Ildefonso, por donde pasaron tantos universitarios de la
talla de Gabino Barreda, Antonio Caso con los Siete Sabios,
Octavio Paz, nuestro Nobel de Literatura, y tantos otros
cuya influencia política, científica, cultural y diplomática ha
dejado huella en la historia de nuestro país; acompañados por
las obras de Orozco y Rivera que sembraron en sus espacios
los albores de nuestro muralismo; aquí, donde se dieron los
debates formidables de quienes hicieron posible el logro
de la autonomía universitaria y en donde tuvo nacimiento
nuestro Goya, emblema glorioso de nuestra Universidad.
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¿Cómo no nos va a emocionar que éste sea el digno marco
para reconocer a un universitario excepcional, que ha hecho
de la UNAM el centro de su vida?
Nos emociona reconocer, con la entrega de esta Medalla al
Mérito, al gran Rector que inspiró la creación de la Fundación,
y que se viene a sumar a los muchos reconocimientos de
que ha sido objeto el Dr. Sarukhán en su brillante y fructífera
trayectoria, en la cual hoy realiza una contribución mayor al
frente de la CONABIO.
Nos emociona que sean testigos de este acto muchos de
quienes creyeron en nuestra Asociación Civil y que, con su
generoso apoyo, la continúan manteniendo activa y palpitante.
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Nos emociona, sobre todo, poder decirle “gracias” al Dr. Sarukhán a nombre de
tantos jóvenes mexicanos, porque los apoyos que les ha brindado la Fundación
les ayudaron a cambiar sus vidas y les permitió optar por un destino mejor para
ellos y para nuestro país. La Fundación les ayudó a hacer posible lo imposible,
al cristalizar sus sueños de contar con una educación superior.
Finalmente, nos emociona evocar a Justo Sierra quien, en su discurso para
presentar la Iniciativa de Creación de la Universidad Nacional de México, el 26
de abril de 1910, señaló que la nueva institución “tiene por función crear hombres
de ciencia, hombres de saber en toda la extensión de la palabra... hombres que
puedan adquirir los más altos elementos de la ciencia humana, para propagarla
y para crearla...” “Hombres que puedan, en una especialidad escogida por ellos,
pretender el grado de doctor. Jóvenes que tengan derecho a ir a completar sus
estudios al país escogido por ellos, a expensas de la Universidad, y que (puedan)
volver a establecer sus enseñanzas aquí, en los planteles universitarios, para así
contribuir al progreso de la ciencia, bajo los auspicios de la Universidad.”
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José Sarukhán es el mejor ejemplo de la realización de este sueño
de Justo Sierra de lo que debiera ser un egresado de la UNAM.
Por eso nos honra entregarle esta Medalla al Mérito que, con
admiración y afecto, le otorga la Fundación UNAM, en la
celebración de su Vigésimo Aniversario.
¡Gracias a José Saruhkán por su vida ejemplar!
¡Gracias por su entrega a la Universidad!
Octubre 13 de 2014
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El Dr. José Sarukhán Kermez recibe su merecido reconocimiento.
28
Una felicitación al Dr. José Sarukhán Kermez por parte del Rector Dr. José Narro Robles.
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Anverso de la Medalla al Mérito Fundación UNAM.
Reverso de la Medalla al Mérito Fundación UNAM.
Aplausos al Dr. José Sarukhán Kermez por tan distinguido reconocimiento.
Palabras del
Rector Dr. José Narro Robles
Buenas noches tengan todas y todos
ustedes. Para mí es motivo de enorme
gusto estar presente y poder acompañar al
Dr. José Sarukhán en este reconocimiento
justo, digno, que le otorga una de las varias
instituciones que él formó. Muchas gracias
al Sr. Presidente de la Fundación UNAM
por la iniciativa. Yo digo siempre que las
ideas, aunque no tienen “copy right” ni
generan derechos de autor, sí tienen una
autoría, y fue el Sr. Presidente de Fundación
UNAM quien tomó la iniciativa que, por
supuesto recibí con enorme júbilo, de que
fuera reconocido el Dr. Sarukhán, y como
en el Consejo de la Fundación mi voto vale
uno, gustoso di uno de los votos para que
así fuera.
El Rector Dr. José Narro Robles al comienzo
de su intervención.
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Saludo con mucho aprecio al Sr. Presidente en turno de la Junta de
Gobierno; al Sr. Presidente del Patronato; a nuestros muy apreciados
y queridos ex Rectores de la Universidad; a la Ministra Olga Sánchez
Cordero, que nos engalana y nos hace menos pesada la pena de que
seamos tantos varones en el Presídium. Me da mucho gusto igualmente
compartir esta ceremonia con el Dr. Molina y con universitarios
extraordinarios que nos hacen el favor de ayudar, y participar en la
Fundación; muchas gracias a ustedes por hacerse presentes el día de
hoy. Y, por supuesto, me da muchísimo gusto que esté aquí Adelaida,
y que nos haga el favor de acompañar al Dr. Sarukhán, ella sabe que
en nuestra Casa de Estudios es muy apreciada. Gracias por supuesto a
quienes presidieron la Fundación y que hoy están aquí con nosotros;
muchísimas gracias a Isaac Chertorivsky y, por supuesto, a un gran
Presidente que, como Isaac, fue Rafael Moreno Valle. Gracias a los
integrantes de la Fundación; muchísimas gracias a los universitarios
que están aquí presentes; a los familiares y amigos del Dr. Sarukhán;
muchas gracias al Sr. Secretario de Relaciones Exteriores y al Sr.
Subsecretario que están presentes con toda discreción, y soy yo el
que rompo esa discreción para saludarlos desde aquí.
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Déjenme decirles que ésta es una gran noche. Ésta es una ocasión muy muy
especial. Pensaba ahora que a la Universidad la distinguimos en muchos sentidos;
es una gran institución; es una institución que tiene una enorme trayectoria; es una
institución que le ha dado a nuestro país una enorme cantidad de razones para
sentirse orgulloso de ella. La Universidad Nacional Autónoma de México es, como
muchas otras, una institución configurada fundamentalmente por los académicos,
los estudiantes, y con el apoyo y participación de los trabajadores.
Pero en el caso de la nuestra, es una institución que está llena de familias, de
familias en muchos sentidos. Está, por supuesto, la familia de los científicos. Buena
parte del origen de la ciencia mexicana tiene que ver con esa familia universitaria
de mujeres y hombres de ciencia. Y tenemos como motivo de orgullo contar con
la familia de los humanistas. La nuestra es una institución que tiene una enorme
trayectoria, una gran tradición en el cultivo de las humanidades. Y, por supuesto,
está la familia de los artistas, y la familia de una enorme cantidad de profesiones,
abogados, ingenieros, administradores, economistas, hasta médicos. Pero ahorita
que veía el auditorio, caí en cuenta de que aquí está reunida la familia de familias.
Aquí hoy se dan cita precisamente una enorme cantidad de integrantes de esas
familias: científicos, humanistas, artistas, profesionales, docentes, todos y cada uno
representando una parte de lo mucho muy bueno que tiene nuestra Universidad.
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Y a esta reunión, articulación de representantes de tan diversas familias, se debe
a dos razones; de una parte, a que en la Fundación UNAM confluyen todas esas
representaciones. Pero todavía más importante que eso, la razón es que hoy nos
convoca el homenaje a un universitario extraordinario, como lo es el Dr. José
Sarukhán. Para mí, como Rector de la Universidad, es motivo de un enorme privilegio
el poder asistir, el poder estar presente en esta ceremonia, y el poder formar parte de
este reconocimiento a un universitario extraordinario, a un universitario ejemplar,
como lo vimos en el video de la Semblanza que preparó TV UNAM.
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El Rector Dr. José Narro Robles en el transcurso de su alocución.
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José Sarukhán es un egresado de nuestras filas. José Sarukhán es un académico
distinguido que ha impartido cátedra, que ha formado a varias generaciones de
ecólogos de nuestro país. Que ha formado una escuela de investigación alrededor
de la ecología, de las ciencias ambientales. Pero José Sarukhán es también un
hombre que le ha prestado a la Universidad Nacional, y al país, una enorme
cantidad de servicios. Él ha formado algunas de las instituciones de las que hoy
nos podemos sentir extraordinariamente orgullosos, como es la que actualmente
preside, la CONABIO; una instancia que nos ha hecho a todos los mexicanos
preocuparnos más por el ambiente, a entender más y mejor lo que representa
tener ese capital natural que él ha estudiado, que él ha descrito, pero sobre todo,
que él ha protegido. Y José Sarukhán es también, junto a todas esas prendas,
condiciones y virtudes, un hombre honesto, un hombre íntegro. Un hombre que
ha estado permanentemente defendiendo sus verdades, defendiendo sus puntos
de vista, y tratando de argumentar, de razonar para convencer a muchos otros de
lo importante que es cuidar esa riqueza ambiental que tenemos.
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Si eso fuera poco –que no lo es–, el Dr. José Sarukhán forma parte
de la intelectualidad de nuestro país. Ahí está su membresía
en las numerosas agrupaciones nacionales e internacionales
de ciencia y de cultura; ahí está su presencia, por ejemplo, en
El Colegio Nacional o en varias de las academias en Estados
Unidos y en el Reino Unido, que lo han recibido como se
merece un científico, un intelectual de la talla de José Sarukhán.
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El Rector Dr. José Narro Robles dirigiéndose a los asistentes del evento.
43
Quiero tomar algunos minutos más para hacer una
consideración sobre la institución que él imaginó, que él
articuló y que nos tiene hoy aquí congregados: la Fundación
UNAM. Ya se dijo algo del papel tan importante que juega;
pero yo quiero subrayarlo. Del recuento que hizo hace un
momento el Sr. Presidente Dionisio Meade de lo que en estos
20 años ha hecho la Fundación UNAM, quisiera destacar
lo relativo a tan solo una de las áreas, en la de la entrega
de recursos para apoyar a nuestros estudiantes, la de becar
a nuestros alumnos, de abrirles horizontes, de resolverle
alguno de los problemas más elementales, como es el de
la alimentación. A veces uno no da crédito que a nuestra
Máxima Casa de Estudios lleguen algunos de los alumnos
sin las posibilidades de recibir una alimentación básica. Por
eso yo quiero aprovechar esta oportunidad para decirles a los
integrantes del Consejo Directivo, a nuestros benefactores,
muchos de los que aquí están presentes, que la Universidad
Nacional Autónoma de México reconoce la generosidad de
ustedes para con su “Casa”, para con su Universidad, para
con los estudiantes de nuestra Alma Mater.
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Hay muchas formas de medir, de valorar, de evaluar a una institución de educación superior
pero, desde mi perspectiva, una de las mejores es reconocer la calidad de los egresados, y
aquí hay una muestra de la calidad de egresados que tiene nuestra Universidad. Ustedes,
todas y todos, forman parte de esa muestra de la calidad, del compromiso, del saber y del
hacer en favor de nuestro país.
Por eso a todas y todos ustedes, el reconocimiento por ese apoyo; por hacer posible las
ilusiones y los sueños de muchos jóvenes que, sin esa modesta aportación, que sin esa
beca, que sin ese apoyo para que conozcan otras latitudes, otros países, otras instituciones,
no podrían hacerlo. Pocas ceremonias son tan emotivas como las que hacemos cuando nos
reunimos con estudiantes que salen de nuestro país y nos dicen, con una enorme frescura
y con una gran dignidad, que ese viaje representó su primera oportunidad para tramitar
un pasaporte; que ese viaje les significó saber lo que es viajar en un avión, o ir más allá
de nuestras fronteras. A mí me emociona –francamente se los digo–, encontrar jóvenes
que hace unos meses, en el verano pasado, pudieron ir con el apoyo de la Fundación
UNAM, sumando recursos de la Universidad, y encontrando la manera de regatear precios
y condiciones, a fin de que pudieran ir a tomar, durante cinco o seis semanas, un curso de
inglés a la Universidad de Texas, en El Paso, y que me dijeran del orgullo que sentían de
estar ahí, la satisfacción de poder asomarse –decían ellos–, todos los días, para ver desde
lejos el otro lado: México, su país; y para regresar motivados y con un enorme compromiso
con su patria.
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Lo que hace la Fundación UNAM, en ese sentido, tiene el
enorme mérito de cambiar a las personas, de ayudarles a
ser diferentes y a ser mejores. Por eso le digo “gracias” a la
Fundación y a su Consejo Directivo. Por eso le digo “muchas
gracias” a nuestros benefactores; y por eso digo que la medalla
que hoy recibe el Dr. José Sarukhán en mucho representa
un agradecimiento por haber tenido la iniciativa de crear
la Fundación UNAM. Y, reiterarle nuestro reconocimiento y
gratitud por hacer posible, por contagiar a otros la emoción
de otorgar estos apoyos. Hoy, es una noche especial, porque
podemos decirle gracias a la Fundación, y porque nos permite
decirle muchas, muchas gracias Dr. Sarukhán por lo que usted
ha hecho en favor de nuestra Casa de Estudios, por lo que
sigue haciendo por ella, y por lo que representa para nuestra
Universidad. Hoy me siento muy orgulloso de poder decir
“POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU”.
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El Rector Dr. José Narro Robles al término de su discurso.
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Palabras del
Dr. José Sarukhán Kermez
Celebramos hoy que, hace dos décadas, nació a la vida la Fundación UNAM.
Para mí, la Fundación representa el concepto de Espíritu del lema universitario:
“Por mi Raza hablará el Espíritu”.
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Dr. José Sarukhán Kermez al principio de su intervención.
51
Dos décadas de vida, en lo que se refiere ya no digamos a los
individuos sino a las instituciones, no parece nada muy notable,
suena como algo normal y sencillo. Pero déjenme decirles que
no lo fue. La Fundación fue la idea que mis colaboradores
cercanos en la Rectoría y yo, concebimos como una vía
razonable para manejar los ingresos que podrían venir de los
nuevos niveles de cuotas escolares propuestas a la comunidad
estudiantil y que estaban a punto de ser aprobadas. La idea era
que los recursos que se obtuviesen del incremento de cuotas
–que en el mejor de los casos representarían alrededor del
7 por ciento del presupuesto de la UNAM–, fuesen usados
para apoyar económicamente a los estudiantes provenientes
de familias de recursos modestos, que en ese momento
representaban dos tercios de toda la población estudiantil,
y que tenían buen desempeño escolar, contaran con un
apoyo económico que les permitiese dedicarse de lleno a
sus estudios y no tener que trabajar para apoyar la economía
familiar. Queríamos, además, que las becas se manejasen por
una instancia universitaria externa, para evitar que pudiese ser
vulnerable frente a conflictos internos.
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El esquema del incremento de las cuotas había sido pensado con base en una
muy completa encuesta, con visitas casa por casa, aplicada a muestras aleatorias
de las familias de los alumnos de bachillerato y licenciatura, para conocer el
nivel socioeconómico y los ingresos de sus hogares. La cuota máxima –que,
si recuerdo bien, era de dos mil pesos anuales–, representaba una proporción
modesta del ingreso del sector de familias de más altos ingresos, y descendía de
forma escalonada hasta llegar a cero, conforme el ingreso familiar disminuía; eso
significaba que, casi dos tercios de la población de estudiantes no pagarían esa
cuota, la cual se reducía también si dos herman@s estudiaban simultáneamente
en la UNAM; así como en algunos otros casos más. La asignación del nivel de
cuota a cada alumno se haría con base en la declaración de los ingresos familiares
cada uno de ellos, basándonos en creer en su palabra.
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El raciocinio detrás de esta propuesta se
basaba en la idea de que es socialmente injusto
que alumnos provenientes de bachilleratos
privados, y que llegan en automóvil propio a
estudiar, paguen lo mismo que aquellos que
han estudiado en escuelas públicas y tienen
que hacer dos o tres transbordos en transporte
público desde las cinco o seis de la mañana,
para llegar a sus clases frecuentemente sin
desayunar. Explicamos en una carta, que
escribí a todos los padres de familia, las
razones de este incremento, y la forma en que
los recursos se usarían para becas y apoyos
a los estudiantes. En respuesta, no recibimos
más que muestras de apoyo a la medida. La
propuesta fue aprobada por las comisiones
pertinentes del Consejo Universitario, y estaba
lista para ser presentada al pleno del Consejo
Universitario para su discusión y aprobación.
54
Dr. José Sarukhán Kermez durante su participación.
55
Pero eran tiempos de definiciones políticas en el país para nombrar
al candidato a la presidencia. Como se pueden imaginar, se inició la
manipulación política de nuestro proyecto de cuotas desde un sector
que organizó manifestaciones y marchas de grupos muy “universitarios”
como los Panchos Villa, la Coordinadora Nacional de Movimientos
Urbanos Populares (CONAMUP), Antorcha Campesina y una miscelánea
de pequeños grupos.
El Dr. José Sarukhán Kermez recibe los aplausos de los asistentes al término de su
participación.
56
En discusiones que sostuve al más alto nivel, me fue comunicada la preocupación
por la situación de conflicto potencial de esas marchas a punto de celebrar
elecciones en un par de entidades del país; pero se dejó a mi criterio continuar
con la propuesta y aprobarla. No entraré en este momento en los detalles de
nombres y circunstancias, eso está guardado para otro momento. Baste con decir
que me resultó claro que quien había promovido las marchas estaba dispuesto a
no perder cara ante el Presidente de la República, por lo que el riesgo de conducir
a la UNAM a un conflicto del que no sabía cómo podría librarse, me pareció real
y me hizo detener la propuesta y no someterla al pleno del Consejo Universitario.
Fue probablemente la decisión más dolorosa que tomé en los ocho años de mi
rectorado. Pero para entonces, yo ya había sostenido muchas pláticas con varios
buenos amigos, egresados de la UNAM, que estaban interesados en el esquema
de la Fundación UNAM. La decisión fue echarla a andar de todos modos. En este
punto, debo expresar un sentido agradecimiento por su valioso y desinteresado
apoyo a varios egresados de la UNAM, pero en especial a dos queridos amigos,
universitarios de primera: Gilberto Borja y Francisco Rojas.
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Un poco de tiempo después discutí la idea con el Presidente Salinas, quien mostró
un gran interés y apoyo, y sugirió que la Fundación se anunciase formalmente
en una ceremonia en Los Pinos. En esa ceremonia aproveché para dar a conocer
a los muchos ex alumnos ahí presentes, los avances y logros obtenidos por la
UNAM en los años recientes, y para anunciar que acabábamos de recibir un
préstamo especial del Banco Interamericano de Desarrollo por 230 millones de
dólares, que permitiría fortalecer el Bachillerato y las áreas de investigación y
docencia en ciencias.
En realidad, la reunión en Los Pinos se aprovechó para la celebración de la
primera Asamblea de Asociados de la Fundación; y además, ¿por qué resistirse
a una invitación a que la Fundación se presentase en público en la casa
presidencial con todos los reflectores de los medios enfocados hacia ella? La
reunión ocurrió el 13 de junio de 1994, y en ella tomó posesión públicamente
como primer Presidente de la Fundación UNAM mi muy estimado y querido
amigo Oscar Espinoza Villareal –que no está esta noche aquí por estar celebrando
el nacimiento de su nieto en Canadá–, y quien condujo de manera espléndida
la organización en sus primeros cinco años. En esa ceremonia Oscar Espinoza
expresó que, de los muchos puestos de alta responsabilidad que había tenido
hasta entonces, la presidencia de la Fundación era “la función que más lo
satisfacía y lo llenaba”.
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También en esa ocasión en Los Pinos con el Presidente de la
República, se anunció el “apoyo semilla” de la Presidencia
consistente en diez millones de pesos, así como el generoso
ofrecimiento de que su administración aportaría un peso por
cada peso que los ex alumnos o fuentes privadas aportaran
para la Fundación. Esto no sólo fue muy bien recibido por
todos, sino que estimuló de manera importante los aportes de
los ex alumnos a los programas de la Fundación. Esto significó,
por ejemplo, que los recursos que Carlos Slim ofreció para
becas a alumnos cuyos hogares requerían de su trabajo para
complementar los ingresos de los mismos, y que tuviesen buen
desempeño académico, se duplicasen de golpe y porrazo.
59
Y así ocurrió con todos los apoyos provenientes de los ex alumnos y de otras
fuentes de ahí en adelante hasta 1997, al final de mi rectorado. Hasta esa fecha,
la Fundación apoyó con miles de becas; con laboratorios de cómputo para los
15 planteles del Bachillerato y para un buen número de Facultades; la mejor
clínica para equinos del país; así como recursos para el reacondicionamiento
de bibliotecas y apoyos de equipo para laboratorios de varios institutos de
investigación, entre otros ejemplos. La Fundación se constituyó de inmediato en
un referente para la mayor parte de las universidades del país, cuyos rectores me
consultaban acerca de cómo se había gestado, establecido y articulado.
Lo que sigue es la historia de la Fundación, conocida por todos, y que está
pletórica de aportes invaluables para la UNAM, para su personal académico y, en
especial, para sus alumnos, como había sido el propósito original.
60
No puedo terminar estas breves palabras sin agradecer de corazón el gesto de la
Fundación, en especial de su actual Presidente, Don Dionisio Meade. Él tuvo la
gentileza y la sensibilidad de comunicarme esta decisión de la Fundación, no por
una carta o por una llamada telefónica, ni siquiera por un correo electrónico o uno de
esos mensajes acotados por el número de palabras. Me invitó a su casa a un desayuno
a platicar de sus recientes experiencias como Presidente de la Fundación y para
explorar si yo estaría de acuerdo en que la Fundación me otorgase un reconocimiento
y la medalla conmemorativa de sus 20 años de vida. Por ello le agradezco a Don
Dionisio no solo su amabilidad sino su sensibilidad. Mi agradecimiento se extiende
a la Directora Ejecutiva de la Fundación, Doña Araceli Rodríguez González de
Fernández, que de manera afectuosa y efectiva, logró convocar a tantos colaboradores
y buenos amigos esta noche, en éste, el mejor espacio del mejor de los edificios
históricos con los que cuenta nuestra querida UNAM. Gracias Sr. Rector por haber
permitido que este acto tuviese lugar aquí, y gracias a todos y todas ustedes por
haber tomado parte de su tiempo para acompañarme.
61
Termino deseando para la Fundación UNAM muchas más décadas de
labor fructífera para seguir contribuyendo al fortalecimiento de nuestra
Universidad; para seguir siendo la expresión del espíritu de su lema:
concebir la educación de nuestros jóvenes como algo que supone
proveerles, además de formación académica, de una consideración
como seres humanos, con todas sus capacidades y limitaciones, cosa
que la Fundación ha realizado a lo largo de dos décadas.
Gracias nuevamente por este reconocimiento que mucho me honra.
62
Los asistentes muestran su reconocimiento
al Dr. José Sarukhán Kermez.
63
Orgullosos universitarios unidos
en un “goya”.
Ceremonia de entrega de la
Medalla al Mérito Fundación UNAM,
Salón “El Generalito”,
Antiguo Colegio de
San Ildefonso.
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Lic. Dionisio A. Meade y
Lic. Miguel Alemán Velasco.
Dr. Francisco Barnés de Castro,
Ing. Carlos Slim Helú,
Dr. José Meljem Moctezuma y
Dr. Guillermo Soberón Acevedo.
67
Dr. José Antonio Meade Kuribreña,
Lic. Benjamín González Roaro y
Dr. Sergio Alcocer Martínez de Castro.
Lic. Dionisio A. Meade,
Lic. Miguel Alemán Velasco y
Dr. Alejandro Carrillo Castro.
68
M. en A. Rafael Moreno Valle Suárez y
Senador Enrique Burgos García.
Lic. José Carral Escalante y la Directora
Ejecutiva de Fundación UNAM, Lic.
Araceli Rodríguez González.
69
Dr. José Mario Molina Pasquel y Henríquez,
Act. Luz Lajous Vargas,
Lic. Dionisio A. Meade y
Dr. Javier Garciadiego Dantán.
Dr. Eduardo Bárzana García,
Mstra. Olga Sánchez Cordero e
Ing. Jaime Lomelín Guillén.
70
Otros distinguidos asistentes
al evento.
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MEMORIA DE LA ENTREGA DE LA MEDALLA AL MÉRITO FUNDACIÓN UNAM
AL DR. JOSÉ SARUKHÁN KERMEZ
Terminó de imprimirse durante el mes de noviembre de 2014.
Diseño y Formación:Israel Ayala
Jahir GutiérrezJuan Carlos Yañez
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