En efecto, aquellos aristócratas señores devoraban
sendos platos de la rica cazuela de ave
El cortejo fúnebre
EPITAFIO (En la tumba de Can-Pino.)
Fuiste digno i leal. Tu triste suerte Te condenó a virir en la agonia; No hai perro que no aulle por tu
muerte: «¡Moriste oh, can! en la mitad del
día» Buenos Aires, 8.-Los perros chilenos residentes en esta capital se acercaron hoi a su Ministro i le pidieron hiciera presente a1 Gobierno sus sentimientos por la muerte de Can-Pino.
El corresponsal