Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 17 Diciembre 2005
AREA III. Actividad física y depor te para la salud 1 MESA REDONDA
MESA REDONDA:
“ACTIVIDAD FÍSICA Y DEPORTE PARA LA SALUD”
Moderador: D. Fernando J iménez Díaz. Profesor de la Universidad de Castilla LaMancha. (docjimenez@telefónica.net)
D. Manuel Delgado Fernández. Profesor de la Universidad de Granada.([email protected])
D. José Antonio López Calbet. Profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. ([email protected])
D. Esteban Gorostiaga Aryestain. Director del Centro de Estudios, Investigación y Medicina del Deporte de Navarro. ([email protected])
Dña. Susana Aznar Laín. Profesora de la Universidad de Castilla LaMancha. ([email protected])
D. David Sanz Rivas. Director del Área de Docencia e Investigación de la REFT, miembro equipo Paralímpico Español. ([email protected])
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LA METODOLOGÍA DE INTERVENCIÓN EN EDUCACIÓN
FÍSICA COMO ELEMENTO CONDICIONANTE DE LA
PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICA SALUDABLE
D. Manuel Delgado Fernández. Profesor de la Universidad de Granada.([email protected])
La práctica regular de actividad física está asociada con mejora de la salud y
reducción del riesgo de todas las causas de mortalidad. Además de los efectos sobre la
mortalidad, la actividad física tiene muchos efectos beneficiosos sobre la salud,
incluyendo reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular (Delgado et al., 2000),
isquemia coronaria, diabetes no insulinodependiente, cáncer de colon, osteoporosis y
depresión. A pesar de los beneficios de la actividad física regular, tan solo alrededor del
25 % de la población adulta en países desarrollados y tecnológicamente avanzados
realiza la misma en su tiempo libre y cercano al 30% de estudiantes de educación
obligatoria realiza actividad moderadavigorosa que tenga implicaciones en su salud.
Similares resultados ha encontrado nuestro grupo a través del estudio AVENA respecto
a la población adolescente española (Tercedor et al. 2003; Martín et al., 2005). Por otra
parte, recomendaciones a nivel internacional, como el informe Healthy People 2010,
incluyen la promoción de actividad física como una de las medidas principales a tomar
para mejorar la calidad de vida de las personas, siendo uno de sus objetivos prioritarios
reducir la conducta sedentaria de los adolescentes, debido a que en esta etapa de vida se
ha verificado internacionalmente una clara disminución del nivel de práctica físico
deportiva. Para ello se aconseja llevar a cabo programas de intervención en promoción
de la actividad física como hábito de vida saludable.
Las intervenciones en promoción de actividad física saludable pueden ir dirigidas
en general en dos sentidos diferentes: hacia la propia conducta de práctica de actividad
física o hacia el desarrollo de la condición física, cuyo exponente más evidente es la
mejora de la capacidad aeróbica o fitness cardiorespiratorio. En este sentido ya lo
indicaban Bouchard et al. en 1990, proponiendo dos paradigmas complementarios para
llegar a la salud desde la actividad física: 1) paradigma de prescripción de ejercicio
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 3 MESA REDONDA
físico para el desarrollo de la condición física orientada a la salud, y 2) paradigma de
actividad física para toda la vida, el cual indica que se puede conseguir mejoras en la
salud de la persona sin incrementos en la condición física. Este segundo paradigma tiene
implicaciones más evidentes en el estado psicosocial de bienestar y de calidad de vida
de las personas, mientras que el primero tiene un enfoque más orientado a los aspectos
biológicos de la mejora de la salud. En cualquier caso, debe ser tenido en cuenta que
actualmente se entiende que deben ser complementarios aunque en investigación a
veces los estudios se decantan más por un tipo que por el otro. En este sentido, en una
revisión sistemática más reciente de los estudios de intervención para promocionar la
actividad física (Kahn et al. 2002) siguiendo las consideraciones de la Guide to
Community Preventive Services, se indican tres modelos posibles de intervención que
se han mostrado efectivos a la hora de conseguir dicha promoción en alguna de sus
variantes (figura 1): 1) intervenciones basadas en información (puntos de decisión y
campañas comunitarias); 2) intervenciones basadas en cambios comportamentales o
sociales (Educación Física escolar, soporte social en lugares comunitarios y cambios
conductuales saludables individuales), y 3) intervenciones en medio ambiente y
políticas (mejora de la accesibilidad a instalaciones combinado con información sobre
las actividades). Los estudios realizados por nuestro grupo de investigación se ubicarían
en el segundo grupo de intervenciones, en concreto, en la que toma como referente el
tratamiento de la salud desde el área de la Educación Física escolar. Hemos optado por
el modelo teórico de intervención en educación para la salud, basado en el aprendizaje
social, de Costa y López (1996).
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______________________________________________________________________
______________________________________________________________________ Figura 1. Esquema sobre las aproximaciones conceptuales a la intervención en promoción de actividad física. Fuente: adaptado de Kahn et al., (2002).
Son varios los autores que realizan una profunda revisión de los estudios de
programas de intervención orientados hacia la salud aplicados en centros escolares
(veasé Harris y Cale, 1997; Stone, McKenzie, Welk y Booth, 1998; Kahn et al., 2002).
En nuestra obra hicimos una revisión de los estudios de grupos de trabajo españoles
(Delgado y Tercedor, 2002), ampliados en las tesis doctorales de Chillón (2005) y Pérez
López (2005). Antes de ello habíamos valorado el nivel de práctica y estado de salud de
la población con la que se iba a intervenir (Tercedor, 1998; Casimiro, 1999; Casado,
2000; Estudio AVENA, 20002003, véase http//www.estudioavena.com) En esta obra
propusimos un modelo que recopilaba lo hecho hasta dicha fecha y que hemos seguido
desarrollando, tanto en educación primaria como secundaria. Estos estudios de
intervención han sido realizados en sentido vertical (la salud como contenido
fundamental de las unidades didácticas) y horizontal (la salud como factor que impregna
cada uno de los bloques de contenido tratado en las unidades didácticas).
Entre los estudios publicados se pueden destacar la:
1. Intervención cuasiexperimental mediante un programa de toma de conciencia,
fortalecimiento y estiramiento muscular para la alineación del raquis y la cortedad
INTERVENCIÓN
Determinantes Modificables
Determinantes Basados en la Información
Determinantes Comportamentales y sociales
Determinantes Ambientales y políticos
Conducta actividad física
Resultados Intermedios
Capacidad Aeróbica
Otras medidas Fisiológicas
Composición Corporal
Capacidades Coordinativas
Fitness Metabólico
Estado de ánimo
Resultados en la salud Medidas de mortalidad, morbilidad y calidad de vida:
Prevención 1ª y 2ª establecida Isquemia coronaria; Hipertensión Diabetes tipo II; Cáncer de colón Caídas con fracturas CV relacionada con la salud
Medidas de mortalidad, morbilidad y calidad de vida
Prevención 1ª y 2ª sugerida Osteoporosis; Depresión Infarto; Enf aterosclerótica periférica Colelitiasis CV relacionada con la salud
Otros determinantes Modificables
(Genética, nutr ición, Comorbilidad)
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isquiosural en primaria y secundaria de Rodríguez García (1998) (también en
Rodríguez García et al., 1999);
2. Intervención vertical en educación primaria (910 años) para la modificación de
actitudes hacia la práctica físicodeportiva valorada mediante C.A.T.P.A. (Santaella
y Delgado, 2003);
3. Un estudio en adolescentes de 4º de ESO (1517 años) con diseño cuasiexperimental
(grupo control sin intervención en EF orientada a la salud y un grupo experimental o
de intervención en EFS de forma vertical) con medidas pretest, postest y retest,
incluyendo el uso de las nuevas tecnologías para la mejora del conocimiento teórico
práctico y el desarrollo de la actitud crítica ante el salutismo relacionado con la
práctica físicodeportiva (Pérez López y Delgado, 2002, 2003ac, 2004; 2005);
4. Una 2ª intervención en secundaria, en este caso con alumnado de 3º (Chillón, 2005),
con el mismo diseño de trabajo pero con un tratamiento horizontal de hasta 6 meses,
y con una valoración en profundidad tanto de resultados de aprendizaje (siguiendo
metodología AVENA; véase en parte Ortega et al., 2004) como del propio proceso
de enseñanzaaprendizaje por parte del alumnado y profesorado;
5. Y un último programa de intervención en secundaria mediante juego de rol en salud,
presentado esta misma semana a la comunidad científica (Pérez López, 2005).
Los resultados de todos estos estudios nos llevan a concluir que en intervenciones
en EF orientadas hacia la salud la metodología de trabajo, más que los propios
contenidos, condiciona la promoción, presente y posiblemente futura, del hábito de
actividad física saludable. Por tanto, el compromiso del profesor con la aplicación de
principios metodológicos promotores de salud será fundamental, debiendo conseguir la
implicación cognitiva y física del alumnado en su aprendizaje, a través de experiencias
gratificantes, para garantizar su autonomía en el ámbito extraescolar.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 8 MESA REDONDA
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y OBESIDAD INFANTIL
D. José Antonio López Calbet. Profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. ([email protected])
La obesidad infantil se asocia a un mayor riesgo de coronariopatía isquémica,
hipertensión arterial, diabetes mellitus y síndrome metabólico en la vida adulta y la
vejez. Tanto la calidad de vida como la expectativa de vida son menores en las personas
con obesidad. La prevalencia de la obesidad infantil ha aumentado considerablemente
en España y en todos los países desarrollados durante las últimas décadas. La
acumulación de masa grasa corporal depende del balance calórico diario (diferencia
entre las calorías ingeridas y gastadas). Como la ingesta calórica de los niños ha
permanecido más o menos estable (o en todo caso ha disminuido) en las últimas cuatro
décadas, la principal razón por la que se ha producido un aumento de la obesidad es
porque el gasto calórico ha disminuido. El gasto calórico resulta de la suma del gasto
debido al metabolismo basal, el efecto termodinámico de los alimentos (DIT, diet
induced thermogenesis) y la actividad física. El metabolismo basal de los niños por kg
de masa corporal es superior al de los adultos, posiblemente debido al coste energético
asociado a la síntesis de proteínas necesaria para el crecimiento. El DIT es posiblemente
similar en niños y adultos, una vez ajustado el efecto de la masa magra. El DIT en los
niños es independientemente del grado de adiposidad. Tanto en niños con en adultos se
ha demostrado que la composición de la dieta influye en el DIT. Las dietas isocalóricas
con una mayor proporción de grasas requieren menos gasto energético para su digestión
y asimilación que las dietas con una menor proporción de calorías grasas. Este efecto
parece más acusado en niños con ciertos polimorfismos genéticos. No obstante, el DIT
es poco modificable o disminuye ligeramente con la práctica deportiva.
Tanto el grado de actividad física como la condición física de la población infantil
han disminuido en las últimas décadas, al tiempo que han aumentado las horas
dedicadas a actividades sedentarias (ordenadores, videojuegos y televisión,
principalmente). La práctica regular de actividad física se asocia a una mejor condición
física, menor masa grasa y mayor masa ósea y densidad mineral ósea en los niños
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 9 MESA REDONDA
prepúberes y postpúberes. Los niños con mayor masa grasa rinden peor en los tests de
condición física. Aproximadamente entre un 20 y 40% de la pérdida de rendimiento
deportivo de los niños con mayor grasa corporal se puede atribuir al exceso de peso
originado por la grasa corporal en sí misma, mientras que el resto es explicable por la
menor actividad física de los niños con mayor masa grasa corporal. En la población
infantil de Gran Canaria hemos constatado que los niños que participan en actividades
deportivas extraescolares (al menos 3 horas semanales) presentan un 30% menos de
masa grasa corporal y de grasa en la región del tronco que los niños que no practican
deportes. Además, los niños que siguen practicando deportes a lo largo del crecimiento
mantienen estable su porcentaje de grasa corporal. Queda por establecer cuáles son los
deportes más ventajosos de cara a prevenir el desarrollo de obesidad infantil y cuál es la
dosis (volumen, intensidad, frecuencia) de actividad física más adecuada para cada
edad. Otros aspectos que requieren especial atención son la identificación de los
factores genéticos responsables de la variabilidad en la respuesta al ejercicio en las
poblaciones humanas y el desarrollo de estrategias que permitan aumentar la adherencia
de los niños a la práctica deportiva. Finalmente, recalcar que la obesidad tiene un origen
multifactorial y que la lucha eficaz contra la obesidad debe basarse en la adopción de
múltiples medidas entre las que el aumento de la actividad física y la adopción de una
dieta adecuada juegan un papel primordial.
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 10 MESA REDONDA
LA ORIENTACIÓN HACIA LA SALUD EN LA PRÁCTICA DE LA
ACTIVIDAD FÍSICA DE LOS MAYORES
D. Esteban Gorostiaga Aryestain. Director del Centro de Estudios, Investigación y Medicina del Deporte de Navarro. ([email protected])
El número de ancianos está aumentado significativamente en los países
industrializados. Se cree que, si continúa la actual tendencia, cerca del 40 % de la
población europea tendrá más de 65 años en el año 2050. Como una gran parte de esta
población será dependiente y con enfermedades crónicas, se piensa que tendrá una
pobre calidad de vida y provocará un aumento desmesurado del gasto sanitario y social
que puede llegar a bloquear los actuales sistemas de protección social. Una parte de la
pérdida de la independencia funcional y del aumento de las enfermedades crónicas
durante la tercera edad se debe a la disminución de la actividad física regular que se
suele observar en esta población. Para evitar, al menos parcialmente, esta situación, la
Organización Mundial de la Salud (OMS), basándose en estudios realizados en los
últimos 30 años, afirma oficialmente que la actividad física regular es un método
indicado para prevenir una gran parte de la pérdida de la capacidad física y funcional
que se observa con la edad. La OMS también afirma que la mejora de la condición
física que se observa en ancianos sedentarios que comienzan a participar en programas
de ejercicio físico, se acompaña de una mejora de su calidad de vida y de su salud, y de
una disminución del gasto sanitario y social. Sin embargo, la realidad es que una parte
muy pequeña de esta población practica ejercicio físico de modo regular, con la
intensidad, frecuencia, duración y modalidad recomendadas por diferentes Sociedades
Científicas Internacionales. Para aumentar la actividad física del anciano, los poderes
públicos necesitan diseñar, impulsar, dirigir y coordinar programas de calidad que
contemplen, entre otros, los siguientes aspectos: 1) desarrollo de sistemas sencillos de
valoración previa de salud y de motivación a la práctica deportiva a ancianos sanos y
enfermos, 2) formar, actualizar y acreditar a los profesionales que supervisan la
actividad física, 3) proponer programas y modalidades de ejercicio de calidad, con
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 11 MESA REDONDA
sistemas sencillos de evaluación y de información, 4) crear y trabajar con grupos piloto
(I +D) de ancianos que permita avanzar e innovar en el conocimiento, y 5) sensibilizar
a los mayores y al resto de la sociedad sobre la necesidad de la práctica deportiva como
fuente de salud, de bienestar y de prevención de la incapacidad funcional. En esta
presentación se muestra el proyecto que está empezando a ponerse en marcha en la
Comunidad Foral de Navarra.
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 12 MESA REDONDA
“EL PAPEL DE LA ACTIVIDAD FÍSICA EN LOS NIÑOS” Actividad Física y Salud Guía para padres y madres
Dña. Susana Aznar Laín. Profesora de la Universidad de Castilla LaMancha. ([email protected])
Estudios longitudinales con adultos muestran una asociación entre la actividad
física habitual y el fitness cardiorrespiratorio con una menor incidencia de mortalidad,
enfermedades cardiovasculares (CHD), cardiopatías, hipertensión, cáncer de colon,
fracturas por osteoporososis, diabetes mellitus no dependiente y depresión (U.S
Department of Health and Human Services [USDHHS], 1996). La actividad física
pueden también reducir el riesgo de obesidad (Blair 1993), aliviar la depresión y la
ansiedad (Weyerer 1993) y mejorar la salud de la masa ósea (Chilibeck et al. 1995).
En niños y jóvenes, la relación entre la actividad física y factores de riesgo de
CHD también está presente. Por ello, la promoción de la actividad física como hábito
saludable desde la infancia, tiene un especial interés. Además, diversos estudios
sugieren que los hábitos de actividad física que se desarrollan en la niñez y la
adolescencia pueden continuar durante la edad adulta (Livingstone 1994; Meredith y
Dwyer 1991). Sin embargo, casi todos los estudios de niños han revelado un descenso
de la actividad al cumplir años y llegar a la adolescencia. Esta tendencia decreciente
enfatiza el hecho de que incluso aquellos niños que cumplen las recomendaciones
mínimas de la actividad física para la salud, corren el riesgo de convertirse en adultos
sedentarios.
Además, la continuidad de práctica de la actividad física no ha sido objeto
aislado de estudio. El papel de las influencias ambientales y de las personas cercanas,
entre las que incluimos el padre, la madre, el hermano, la hermana, los amigos, el
entrenador y el médico de familia, cobra especial importancia. En algunos estudios
europeos se ha descrito la importancia de las personas cercanas en la continuidad de
práctica de la actividad física (Van Mechelen y Kemper 1995; Raitakari 1994;
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 13 MESA REDONDA
Vanreusel et al. 1993). Los niveles de participación en actividades deportivas del padre
o del profesor son buenos ejemplos de esto. Es más, Taylor et al (1993) han manifestado
que compartir la actividad física con compañeros y amigos durante la infancia se
correlacionaba positivamente con un hábito de actividad física en años posteriores.
Estos resultados apoyan la necesidad de un enfoque socioambiental para examinar los
hábitos de actividad física presentes y futuros. La influencia de personas cercanas junto
con factores ambientales pueden desempeñar un papel importante en la continuidad de
práctica de la actividad física.
En España, datos de la última encuesta de salud representativa a nivel nacional
(Laheras, Aznar, Merino, Gil 2001), indica que menos de un 30% de los niños y niñas
Españoles eran activos en su tiempo de ocio varias veces por semana. El porcentaje de
niños activos era mayor que el de las niñas en todas las categorías de edad.
Aunque se desconoce la cantidad óptima de actividad física saludable en los
niños, se han publicado recomendaciones de la actividad física (Sallis y Patrick 1994)
(Tabla 1). Estas recomendaciones se basaban principalmente en estudios de sobre los
efectos de la actividad física en adultos (Sallis, Patrick y Long 1994). La base científica
que apoyaba estas recomendaciones fue un conjunto de nueve artículos (Bouchard et al.
1994; Morrow y Freedson 1994; Bailey y Martin 1994; BarOr y Baranowski 1994;
Alpert y Wilmore 1994; Armstrong y SimmonsMorton 1994; Calfas y Taylor 1994;
Macera y Wooten 1994; Blair et al. 1992). Dos fundamentos relacionados con la salud
respaldaban estas recomendaciones: promover el bienestar y la salud física y
psicológica durante la adolescencia y promover la actividad física para mejorar la salud
futura mediante el incremento de probabilidades de permanecer activo durante la edad
adulta. (Sallis y Patrick 1994).
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 14 MESA REDONDA
Tabla 1: Recomendaciones Oficiales de Actividad Física para la Salud de los Niños
y Adolescentes (Sallis and Patrick 1994: 307308)
Recomendación 1: “Todos los niños/as y adolescentes deben ser físicamente activos
diariamente o casi cada día, como parte del juego, deporte, trabajo, transporte,
recreación, educación física o ejercicio planeado, etc. en el contexto de la familia, la
escuela y las actividades de la comunidad.......la intensidad del ejercicio o la duración de
la actividad son menos importantes que el gasto calórico total y el establecer un hábito
de actividad física.....”
Recomendación 2: “Tres o más sesiones por semana deben tener una duración de 20
minutos o más con una intensidad de moderada a vigorosa....”
La recomendación 1 se basaba principalmente en las recomendaciones para
adultos que también se utilizaron en los niños (Sallis y Patrick 1994). La recomendación
2 se basaba en estudios de entrenamiento que sugerían que el ejercicio habitual de una
actividad física de moderada a intensa mejora la salud mental e incrementa el colesterol
de las HDL así como la salud cardiorrespiratoria (Sallis y Patrick 1994).
Algunas investigaciones han estudiado el cumplimiento satisfactorio de estas
recomendaciones de los niños. Pate, Long y Heath (1994) han revelado que las niños
norteamericanos no cumplen la primera recomendación pero un número sustancial de
niños y la mayoría de las niñas no cumplen la segunda. Se han encontrados resultados
similares en niños británicos (Aznar y Riddoch 1996).
Estas recomendaciones se han modificado hasta aumentar la sesión de actividad
de 30 minutos durante la mayoría de los días de la semana a 60 minutos de actividad
cada día (Biddle y Sallis 1998) (tabla 2). La recomendación 1 se basa en la premisa de
que la mayoría de los jóvenes cumplen en la actualidad con el criterio de los treinta
minutos de actividad física moderada durante casi todos los días de la semana. La
recomendación 2 se refiere al tipo de actividad que se realiza, con una especial atención
sobre ejercicios como bailar, saltar y hacer aeróbic para favorecer la salud de la masa
ósea.
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 15 MESA REDONDA
Tabla 2: Recomendaciones Oficiales Vigentes de Actividad Física para Niños y
Adolescentes (Health Education Authority new recommendations 1998)
Recomendación 1: “ Todos los jóvenes deben participar en actividades físicas de al menos intensidad moderada durante media hora al día, preferiblemente una hora diaria......”.
Recomendación 2: “Al menos dos veces por semana, algunas de esas actividades deben ayudar a mantener la fuerza muscular y la salud de la masa ósea”
Desde una perspectiva socioambiental, entre los determinantes de la actividad
física en los niños se incluyen factores interpersonales (la influencia de las personas
cercanas) y las influencias ambientales (influencias del entorno: el hogar y la escuela).
En la adolescencia, la formación de pandillas, grupos y de equipos deportivos son de
gran aceptación entre los adolescentes (Sallis 1993). El valor que adquiere la actividad
física puede considerarse un reflejo de las normas culturales de la sociedad, el entorno
familiar y educativo, y las influencias de las personas cercanas. Éstas pueden influir en
la actividad física que se ejerce durante la vida. Un estudio europeo sobre hábitos
saludables de niños entre once a quince años concluyó que cuando tres o más de tres
miembros de la parentela (amigos, padres y/o hermanos) realizan actividad física, un
84% de los chicos y un 74% de las chicas hacen deporte dos o más veces a la semana
(Wold y Andersen 1992). Sin embargo, cuando ninguno de estos familiares o amigos
realizan ejercicio, solamente un 25% de los chicos y un 30% de las chicas lo hace.
La aplicación de la teoría sociocognitiva a los diferentes aspectos del
comportamiento sobre la salud ha obtenido buenos resultados (Godin 1994; Price et
al.1993). Esta teoría asume que el comportamiento es el resultado de la conjunción de
factores sociales, ambientales y personales. El estudio que nos ocupa se centra en los
factores socioambientales (personas cercanas y entorno) analizados desde la
perspectiva de los niños. Este estudio investiga la práctica de la actividad física de los
niños desde una perspectiva socioambiental.
META DEL ESTUDIO:
El propósito de este estudio es medir las influencias demográficas, ambientales y
familiares en la actividad física de los niños.
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 16 MESA REDONDA
MUESTRA
La muestra de estudio constaba de 769 niños (389 niños y 380 niñas). La
población estudiada tenía entre 14 y 15 años. Se incluyeron diferentes tipos de institutos
para conseguir una mayor representación de distintos estratos. Así participaron
institutos privados, públicos, además de institutos de zonas urbanas y rurales, así como
institutos femeninos, masculinos y mixtos. De cada estrato se obtuvo una muestra de los
niños según el análisis polietápico estratificado por conglomerados.
PROCEDIMIENTO
Se utilizó un cuestionario validado específicamente diseñado para evaluar las
influencias de demográficas, ambientales y familiares en la actividad física y se midió la
actividad física que practicaban mediante el método validado del diario personal (Aznar
y Riddoch 1996). La ventaja del método del diario personal estriba en el bajo coste de
su implementación y en la comodidad en su administración en estudios de gran escala.
ANÁLISIS ESTADÍSTICOS
Se aplicó un análisis estadístico cuantitativo al cuestionario y al diario personal
de la actividad física. Para realizar el estudio se utilizó el paquete informático SPSS de
Windows.
En el cuestionario de las influencias ambientales se utilizó el alfa de Cronbach
para evaluar la fiabilidad interna de los ítems que representaban los diferentes
constructos: la influencia de modelo, la influencia social y la influencia del apoyo. La
retención de los ítems fue un valor común entre 0,60 y 1 (Tabachnick y Fidell 1996)
puesto que la intención del estudio era producir la escala más extensa posible a la vez
que se preservara su integridad psicométrica para reducir el potencial de ítems
redundantes. En los análisis subsecuentes se integraron los resultados de las subescalas
medias basadas en los factores.
Se llevó a cabo una regresión múltiple stepwise para los datos de los niños y otra
para los datos de las niñas entre el tiempo total dedicado a la actividad física como
variable dependiente y todas las subescalas creadas que representaban las influencias
ambientales como variables independientes con el fin de evaluar la varianza que
explicaban las subescalas (R 2 ). El orden de entrada de las variables se basó solamente
en criterios estadísticos, las variables independientes se añadieron una a cada paso si
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 17 MESA REDONDA
cumplían los criterios estadísticos, pero también se prescindía de ellas en cualquier paso
cuando no contribuían ya a la regresión. La regresión paso a paso se considera el
método más seguro para conseguir la ecuación de predicción (Tabachnick y Fidell
1996). Se aplicó por separado el mismo análisis a aquellos niños que tenían un hermano
(o hermanos) y aquellas niñas que tenía una hermana (o hermanas).
Todos los análisis se hicieron separando a los integrantes de la muestra por sexo
debido a las diferencias de género que hay entre niños y niñas en la adolescencia
(Coleman y Hendry 1993). Se utilizaron los Ttest y el Chicuadrado para evaluar las
diferencias de género. Se fijó el nivel de significación en todos los análisis en p<0,05.
RESULTADOS
Se presentan en esta sección un resumen de los resultados más interesantes.
Para mayor información referirse al texto original.
Las influencias ambientales como indicadores de los niveles de actividad física de los
niños.
Se introdujo como variable dependiente el tiempo total dedicado a la actividad
física. Todos los factores relacionados con las influencias ambientales se introdujeron
como variables independientes. Tres factores (las intenciones de seguir haciendo
ejercicio en el futuro, ayuda de los padres con el dinero, el desplazamiento y la
equipación, y la influencia de los amigos) contribuyeron a una regresión de R múltiple =
0,550 y explicaron el 30,28% (R 2 ) de la varianza. Para evaluar el efecto de cada variable
independiente la tabla 3 muestra el peso β asociado a cada una de estas variables
respectivamente. Todos los pesos β de las variables independientes fueron positivas, lo
que indicaba que cuando las tres variables independientes aumentaban, aumentaba
también el tiempo total de la actividad física.
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Tabla 3. Análisis de Regresión: Efecto de las variables independientes en la
ecuación en niños.
Variables B T p
Apoyo paterno 83.816016 2.688 .0081
Amigos 106.216096 2.267 .0250
Futuras intenciones 138.382478 3.219 .0016
(Constante) 149.271032 .989 .3246
El resultado de tiempo total previsto para los chicos fue:
(Y’) = 149,271 – 83,816 (ayuda de los padres con el dinero, el desplazamiento y la
equipación) + 106,216 (influencia de los amigos) + 138.382 (intenciones de seguir
haciendo ejercicio en el futuro)
Las influencias ambientales como indicadores de los niveles de actividad física de las niñas.
Se introdujo en análisis de regresión múltiple el tiempo total dedicado a la
actividad física como variable dependiente. Todos los factores relacionados con las
influencias ambientales se introdujeron como variables independientes. Tres factores:
“expectativas paternas sobre la actividad física de al niña”, intención de seguir haciendo
ejercicio en el futuro, falta de tiempo, contribuyeron una regresión de R = 0,438 y
explicaron el 19.2% (R 2 ) de la varianza. Para evaluar el efecto de cada variable
independiente, la tabla 4 muestra el peso β asociado a cada variable respectivamente.
Los datos de peso β asociados con los factores de falta de tiempo, e intención de seguir
haciendo ejercicio en el futuro eran negativos, lo que indicaba que la actividad física
disminuía al incrementar dichos factores y viceversa.
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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 19 MESA REDONDA
Tabla 4. Análisis de Regresión: Efecto de las variables independientes en la
ecuación en niñas.
Variables B T p
Expectaciones de los
padres
174.861605 4.925 <.001
Falta de tiempo 68.224015 2.441 .0159
Futuras intenciones 107.248395 2.804 .0058
(Constante) 831.960413 5.134 <.001
El resultado de tiempo total previsto para las chicas fue: (Y’) = 831,960 + 174,862 (expectativas de los padres) – 68,224 (falta de tiempo) –
107,248 (intención de seguir haciendo ejercicio en el futuro)
CONCLUSIONES FINALES
Una de las conclusiones más importantes de este estudio indica que las personas
cercanas se conforman como una de las influencias más importantes en la actividad
física analizada en esta muestra. Además, se ha indicado que los factores de ayuda de
los padres con el dinero, el desplazamiento y el dinero, apoyo de los amigos tienen un
componente génerico, ya que son más importantes para los chicos mientras que para las
chicas son más importantes las expectativas de los padres sobre la actividad física de la
hija. Además, las chicas consideraron como influencias negativas la existencia de
barreras para hacer ejercicio (falta de tiempo, desinterés por el ejercicio), mientras que
los chicos no lo consideraron así.
A la luz de estas conclusiones, se recomienda tener en cuenta la ayuda de los
padres con el desplazamiento y la dotación de material en cualquier programa de
intervención. La unión de factores como el tráfico, la seguridad y la falta de lugares
seguros donde practicar ejercicio dotan de una crucial importancia al papel de los padres
cuya ayuda consiste en garantizar que los chicos dispongan de una oferta variada de
actividad física, así como la posibilidad de practicarla aire libre. Sin embargo, el tiempo
que se pasa al aire libre y las oportunidades de realizar ejercicio pueden depender de las
decisiones y opciones de los padres, ya que los chicos no pueden controlar su entorno.
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Esto indica que las opciones y decisiones de los padres que apoyan la participación de
los chicos en la actividad física son importantes.
Se recomienda también que los padres muestren expectativas sobre la actividad
física de sus hijos que sean alentadoras y respondan positivamente, especialmente en el
caso de las chicas. Por lo tanto, las respuestas positivas y las expectativas positivas de
los padres podrían considerarse estrategias apropiadas para aumentar el nivel de
actividad física en las chicas. Varios estudios (Dempsey, Kimiecik y Horn 1993; Perry
et al. 1989) han corroborado la idea de que las expectativas y la aprobación de los
padres podrían conformar las ideas de los chicos y chicas sobre su participación en la
actividad física. Una investigación similar ha concluido que las expectativas de los
padres era la variable de factores relacionados con los padres que más
significativamente se relacionaba con la actividad física de los niños (Brustad 1996).
Para los chicos, los factores sociales parecen ser importantes, lo que indica la
necesidad de centrarse en una estrategia que tenga en cuenta a los compañeros e iguales
cuando se promocione la actividad física.
Por lo tanto, es posible que algunos niveles de motivación de diferente
procedencia (diferentes personas) puedan ser más efectivos que otros. Quizá una
variedad de actividades que tengan diferentes propósitos, competitivos o recreativos,
puede jugar un papel importante cuando se realiza ejercicio en el entorno familiar.
Además, en el caso de las chicas se asoció la falta de tiempo con un nivel de
actividad física menor. Entre las barreras para hacer ejercicio, la falta de tiempo fue la
dificultad que más se registró (Sallis 1995). Se debe destacar además que esta influencia
sólo se evidenció en las chicas y no en los chicos cuya disponibilidad de tiempo no debe
variar mucho de la de las chicas.
Finalmente, este estudio enfatiza que las recomendaciones para la actividad
física de los adolescentes deben tener en cuenta sus primeras experiencias de
socialización así como factores relacionados con su entorno. Resulta evidente que las
diferentes influencias en la actividad física tienen diferentes orígenes. Por lo tanto,
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desde una perspectiva de la salud pública, se recomienda una estrategia que incorpore
un enfoque multidimensional que abarque la familia, la escuela y el instituto, la
comunidad, los medios de comunicación y los centros de atención primaria.
A raíz de estos resultados se elaboró la “Guía de actividad Física y Salud para
padres y madres”, disponible en la página web del Ministerio de Educación y Cultura:
http://www.mec.es/cide/publicaciones/textos/inn1999afs/inn1999afs.htm.
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ACTIVIDADES FÍSICAS Y DEPORTIVAS PARA LA SALUD EN
LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
D. David Sanz Rivas. Director del Área de Docencia e Investigación de la REFT, miembro equipo
Paralímpico Español. ([email protected])
De todos es conocido que la práctica de actividades físicas conlleva la
adquisición de unos hábitos de vida saludables, de hecho, la práctica de actividad física
cubre las tres esferas del individuo (Reina, Sanz y Mendoza, 2003), la personal, por cuanto se refiere a los aspectos volitivos, la social, puesto que te permite establecer nuevas relaciones con otras personas y la física propiamente dicha, referida a todos los beneficios que reporta la actividad física en el organismo, desde un punto de vista
fisiológico.
En este sentido, entendemos la práctica de actividad física como una necesidad
que, en su defecto, puede acarrear una serie de consecuencias negativas propias del
sedentarismo, y que, de hecho, se verán enormemente agravadas en las personas con
discapacidad, tanto a nivel físicofisiológico, como psicológico y social. Numerosos
estudios corroboran las bondades de la práctica de actividad física y deportiva en las
personas con discapacidad, así Glaser, R.M., Janssen, T.W.J., Suryaprasad, A.G.,
Gupta, S.C. y Methews, T. (1996), indicaban cómo un estilo de vida activo, en las
personas con discapacidad, contribuía a romper el ciclo del sedentarismo, consiguiendo
una mayor independencia y calidad de vida en este colectivo. De igual forma Hutzler,
Y., Ochana, S., Bolotin, R., y Kalina, E. (1998); Dallmeijer, A.J., Hopman, M.T., Van
As, H.H.J., y Van Der Woude, L.H.V. (1996), señalaban que la actividad física,
concretamente en sujetos con lesión medular, podía mejorar la funcionalidad en
actividades típicas de la vida diaria, frente a la inactividad de sujetos con el mismo tipo
de discapacidad. Esto por lo que se refiere, fundamentalmente, a discapacidades de tipo
físicofuncional, pero que, igualmente, nos podríamos referir a otro tipo de
discapacidades como la sensorial o la intelectual. Concretamente, al respecto, existen
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algunos trabajos como los de Leitao, M.T.K. (2005), que señalan el aspecto
socioafectivo de las actividades físicas y deportivas en las personas con discapacidad
intelectual, desde el punto de vista del incremento de la autonomía e independencia de
estos sujetos, así como, incluso, el decremento en la toma de medicación de algunos
casos.
La orientación de estas actividades físicas y deportivas, en el colectivo de
personas con discapacidad, puede ser muy amplia, y podríamos hablar de cuatro
ámbitos claramente definidos como son el ámbito educativo, donde el practicante
aprende y adquiere una serie de habilidades, el ámbito terapeútico, con un enfoque rehabilitador, el ámbito recreativo, destinado a cubrir el tiempo de ocio mediante la realización de una actividad deportiva y, finalmente, contamos con el ámbito competitivo, donde la práctica de una actividad física y deportiva se encuentra
íntimamente relacionada con una situación agonística. Concretamente, en este último
ámbito, destacaríamos que en el colectivo de personas con discapacidad existe una
fuerte orientación a la tarea (Cervelló, E., Hutzler, Y., Reina, R., Sanz, D. y Moreno,
J.A. 2005), por lo que podríamos diferenciar una orientación del deporte de competición
hacia el rendimiento y una orientación del deporte de competición con un componente,
esencialmente, recreativo. (Sanz, 2005).
De esta manera, las actividades físicas y deportivas suponen una implicación
física, cognitiva, y afectiva para todos aquellos que se ven inmersos en la misma y, de
esta forma, son numerosos los centros hospitalarios que se han adscrito a programas
deportivos como mecanismo de rehabilitación de la persona con discapacidad, ya no
sólo desde el punto de vista físicofuncional, sino también socioemocional (Sanz y
Reina, 2004). Así, referimos las actividades físicas como un medio que potencia el
desarrollo socioafectivo de las personas con discapacidad y que permite establecer
relaciones fuera del contexto en el que, en muchos casos, se ven abocados,
contribuyendo a la tan anhelada integración que pese a todos los documentos legales
existentes al respecto, queda todavía muy distante de ser una realidad.
Por todos estos aspectos, consideramos que las actividades físicas y deportivas,
en el colectivo de personas con discapacidad, están estrechamente ligadas a la
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adquisición de hábitos saludables que contribuyan a una mejora de la calidad de vida de
estos sujetos, obteniendo una mayor autonomía, independencia y facilitando el acceso
hacia la plena integración.
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