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MISIONEROS COMBONIANOS - ECUADOR
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FUNDAMENTOS BÍBLICOSFUNDAMENTOS BÍBLICOSFUNDAMENTOS BÍBLICOS
El mensaje bíblico es básicamente un mensaje de VIDA,
de ESPERANZA, de JUSTICIA, de PAZ.
Una reinterpretación de la Biblia es necesaria para des-
cubrir el tema bíblico de la Justicia como Relaciones
Justas que es el hilo conductor en toda la Escritura.
En la Biblia, Dios toma repetidas veces la iniciativa para
revelarse como Amor y Compasión, por su deseo de esta-
blecer relaciones profundas:
entre si mismo y sus criaturas;
entre los pueblos;
entre el pueblo y el resto de la creación.
La relación de Dios con los seres humanos
En el Antiguo Testamento
+ Ex 3:7-12: He visto la humillación de mi pueblo en Egip-
to, y he oído sus quejas cuando lo maltrataban. Me he
fijado en sus sufrimientos...
+ Ex 34:5-7: Un Dios misericordioso y generoso, lento
a la ira y grande en amor, firme, ... fiel... y clemente...
+ Jer 31:3: Yo te he amado con amor eterno... te sigo
tratando con bondad...
+ Jer 29:11-14: Yo conozco los planes que tengo para us-
tedes... planes para su bienestar, para darles un futuro
lleno de esperanza...
+ Is 49:14-16: ¿Acaso una madre olvida a su hijo?... Yo
te llevo grabado en la palma de mi mano.
+ Os 11:1-9: Yo enseñé al pueblo de Efraín a caminar...
Yo los cuidaba... Los conduje con lazos de ternura, con
cuerdas de amor... Me incliné a ellos para darles de co-
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Conclusiones: ¿Cuáles son las causas fundamentales de cómo está la situación o problema actualmente? ¿Qué hemos aprendido como grupo de este proceso de análisis social? ¿Qué haremos con la nueva comprensión que tenemos ahora de la situación?
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL PARA PROMOTORES DE JPIC – Comisión de JPIC US-G/UISG, Roma 1997
GUIANOS EN TU JUSTICIA – UN ITINERARIO FORMATIVO PARA UNA VIDA RELIGIOSA PROFETICA, Comisión de JPIC de la USG/UISG, Roma 2010
ORIENTACIONES PARA LA ANIMACIÓN DE JPIC – ORDEN DE HERMANOS MENORES, Roma 2009
CONSTRUYENDO GRUPOS PARROQUIALES DE JPIC - Grupo intercongregacional de promotores de JPIC (traducción. Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Sudáfrica, Instituto Lumko y Programa de Apoyo al Desarrollo Rural, 2003)
REFLEXIONES SOBRE EL MINISTERIO DE JUSTICIA Y PAZ E INTEGRIDAD DE LA CREACIÓN - Pierli, Parise, Pettersen. Roma, 2011
COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIAPON-
TIFICIO CONSEJO « JUSTICIA Y PAZ », Roma 2004
CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Orienta-
ciones para el Estudio y Enseñanza de la Doctrina Social de la
Iglesia en la Formación de los Sacerdotes, Roma 1989
TOSO M., Dottrina sociale oggi. Evangelizzazione, catechesi e
pastorale nel più recente Magistero sociale della Chiesa, SEI,
Torino 1996
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lores y proyecto; conclusiones. Esto nos lleva a un plan de acción: proceso, infraestructura, contactos de trabajo, que incluya todos los aspectos y que sea realizable. Conversión: ¿Por qué estamos interesados en este asunto o proble-ma? ¿Por qué nos importa? ¿Qué factores han influido en nuestra elección de este asunto o problema? ¿Qué esperamos conseguir examinando este asunto o problema? Descripción: ¿Qué observamos en el momento actual de esta situa-ción? ¿Quiénes son las personas implicadas y qué están experimentado? ¿Qué es lo que está en juego aquí? ¿Cuál es el asunto clave? ¿Cuál es nuestra experiencia de este asunto o problema? ¿Cómo nos afecta? Análisis: ¿Qué cambios se han producido en los últimos 5-10-20 años? ¿Cuáles han sido los cambios más significativos? ¿Qué influencia tiene el dinero en esta situación? ¿Por qué? ¿Quién toma aquí la decisión más importante en relación a la situación o problema? ¿Cuáles son las relaciones más importantes que la gente tiene aquí? ¿Por qué son importantes? ¿Cuáles son las tradiciones más importantes de la gente? ¿Por qué son importantes? ¿Qué es lo que más valora o desea la gente en la vida? ¿Por qué? Si la situación permanece la misma, ¿qué cosas gustarían en el corto, medio y largo plazo? ¿A quienes interesa que la situación permanezca inalte-rable? ¿Quién se beneficiará de la total transformación de la situación?
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mer.
+ Salmos 9, 12, 22, 35, 69, 72, 82,103, 107, 130
En el Nuevo Testamento
Tenemos tres parábolas en el Nuevo Testamento que se-
ñalan claramente una nueva comprensión de la relación
entre Dios y el pueblo, una relación basada en un nuevo
orden mundial de Justicia tal como lo concebía Jesús.
1) Mt 18:21-35: Parábola del Amo Misericordioso
2) Mt 20:1-16: Parábola del Empleador Compasivo
3) Lc 15:11-32: Parábola del Padre Comprensivo
En Jesucristo, Dios revela la voluntad de recrear la hu-
manidad y toda la creación (cf. Col1, 15-20). La encarna-
ción es el misterio que hace resplandecer la minoridad de
Dios, su condición de siervo de la humanidad (cf. Flp2, 6-
8), el acercamiento a los pobres y a los pequeños, la deci-
sión de ser Dios-con-nosotros.
Relaciones entre los seres humanos
En el Antiguo Testamento
Ex 22:20-21
Dt 10:18-19 tratamiento justo a huérfanos, viudas y
extranjeros
Dt 24:17-24
Ex 22:24-26
Ex 23:3-11
Lev 15:4ss tratamiento justo a los pobres y necesi-
tados
Dt 24:12-15
Ex 22:24 no cobrar intereses
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Ex 23:6 justicia para los pobres
Lev 19:35-36 juicio correcto de otros
Dt 25:13-16 no engañar a otros
Ex 23:8 no aceptar sobornos
Ex 23:1 no difundir falsos rumores
Is 1:11-20 tratamiento justo a huérfanos, viudas y
oprimidos
Jer 7:1-7 mejorar el proceder y las obras y hacer
justicia a todos
Am 5:10-15 buscar y amar el bien
Am 5:21-24
Mi 6:1-8 practicar la justicia, amar con ternura y
ser humilde
En el Nuevo testamento:
la relación de Jesús con la gente
Mc 1:41 Un leproso viene a él... Jesús se conmueve y
siente compasión...
Mc 2:23 En día sábado, sus discípulos tenían hambre...
él dejó que rompieran el "descanso del sábado" para que
pudieran comer... El relativiza la ley: la compasión es más
importante que la ley.
Mc 3:1ss Salvar la vida, promover la vida es más impor-
tante que la ley.
Mc 8:2 "Siento compasión de esta gente..." (Da de co-
mer a cuatro mil)
Mt 14:13-21;Mc 6:35-43;Lc 9:12-17 Multiplica los pa-
nes y los peces para alimentar a la multitud
Mc 12:28-34 Amarás al Señor... amarás a tu prójimo
como a ti mismo... "Amar al prójimo es mucho más que
todas las ofrendas de holocausto y todos los sacrificios."
Mc 2:15 Jesús no excluye a nadie
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2. JPIC nació de una espiritualidad centrada en el pro-yecto de Dios: VIDA para toda la creación.
Somos invitados a colaborar en este proyecto. Lo que sostiene JPIC es el haber descubierto el amor compasivo y misericordioso de Jesús, revelado en la historia y que encontramos en las personas y en los acontecimientos del mundo que nos rodea. Este proyecto brota de nuestro deseo de seguir al Señor Jesús, con lucidez y compasión, en un mundo injusto, desgarrado y violento. “Ya se te ha dicho, hombre, lo que es bueno y lo que el Señor te exige: tan sólo que practiques la justicia, que ames de verdad y con ternura, y que camines humilde-mente con tu Dios.” (Mi 6,8) 3. El principio de trabajar juntos como Familia Combo-
niana puede extenderse a la cooperación con otras organizaciones eclesiales y laicas, lo cual servirá pa-ra fortalecer los esfuerzos por crear un mundo más justo y en paz.
Organizaciones que ya existen, como por ejemplo: las co-misiones nacionales JPIC, las organizaciones de coopera-ción internacional patrocinadas por los obispos, Caritas Internationalis, etc. Habría que buscar dicha colabora-ción en todos los niveles (local, regional e internacional). Trabajar en relación con los movimientos sociales: los movimientos de los excluidos, y los grupos que trabajan con y para ellos, y promover la colaboración con esos mo-vimientos. Formato sencillo de análisis social No tenemos que ser expertos para hacer análisis social. Algunas veces se requieren herramientas sofisticadas de análisis, pero en un ambiente pastoral podemos trabajar en pequeños grupos, investigando una situación o un pro-blema local, y analizando las preguntas sencillas que van a continuación. Las preguntas se agrupan en cuatro momentos: conver-sión, despejar el terreno; descripción, traer los hechos más relevantes; análisis: historia, estructura, pueblo, va-
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y el abanico de opciones para responder a la situación mediante un análisis social y cultural; ha reflexionado y compartido las relaciones entre fe y el problema, llegan-do a aceptar con responsabilidad el hecho de tener que afrontar el tema y la línea de acción a tomar. Todo esto necesita que se convierta ahora en un plan comunitario (proyecto) para actuar conforme lo dicho y con la colabo-ración de todos; semejante plan incluirá estrategias y tareas específicas, sistemas de monitorización y evalua-ción, e iniciativas para construir la capacidad de llevar adelante la estrategia y tareas planeadas. El ciclo pastoral para lograr la transformación social se basa en una articulada serie de asunciones: la primera de todas, una situación de crisis, que ofrece la oportunidad de regeneración de la gente y de la sociedad; luego la fe en la gente y empeño en su capacidad de poder. La meto-dología misma lleva unidos diferentes aspectos de la vida de la gente, incluyendo una dimensión sanadora durante el proceso. Un proceso metodológico alternativo 1. Para abordar los problemas de nuestro mundo, en
primer lugar debemos estudiarlos, con sus causas y efectos.
En términos científicos, esto exige un “análisis de la realidad”; si a este proceso le añadimos una perspectiva teológica, hablamos de “lectura de los signos de los tiem-pos”. Usando las herramientas científicas a nuestra disposi-ción, estamos invitados a llevar a cabo un riguroso análi-sis de las condiciones sociales, las causas y los efectos que tienen sobre la gente, y especialmente sobre los po-bres y oprimidos. Una vez hecho el análisis, estamos lla-mados a “juzgar” las situaciones descritas, haciendo uso de lo que nos dice la Biblia, la tradición de la Iglesia, la reflexión teológica y la experiencia contemporánea del Pueblo de Dios que lucha por vivir su fe, en justicia. La lectura de los signos de los tiempos no es algo auto-mático: necesita aprendizaje y práctica.
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Mt 9:27-28 Compasión por los ciegos
Mt 22:37-39 Amor al prójimo
Mt 18:21; Lc 17:4 Perdonar a otros
Lc 6:6-11 Curación de enfermos
Lc 7:36-50; Jn 4:7-39 Actitud hacia las mujeres margi-
nadas
Lc 7:9 Valoración de la fe de los no-judíos
Lc 7:11-17 Resucita a un joven
Lc 19:1-10 Habla a Zaqueo subido al árbol
Mt 19:13-15;Mc 10:13-16;Lc 18:15-17 La relación con los
niños
Jn 8:1-11 Compasión por los "pecadores"
La relación de Jesús con la gente cruzó todas las barre-
ras:
barreras de raza -- samaritanos;
barreras de género — una y otra vez reconoce a las mu-
jeres como personas y como compañeras en la misión;
barreras de cultura -- aceptando la cultura mezclada,
híbrida, de Galilea y Decápolis;
barreras de religión — contra la estructura religiosa
formal del Templo de Jerusalén;
barreras de edad -- aceptando a los niños;
barreras de los llamados parias — aceptando a parias po-
líticos tales como recaudadores autorizados de impues-
tos, parias sociales tales como los leprosos, parias reli-
giosos tales como las prostitutas.
Jesús con su vida y misión fue una amenaza constante al
status quo. En una sociedad políticamente colonizada, so-
cialmente patriarcal, religiosamente conservadora, Jesús
presentó una alternativa para relacionarse con Dios y con
los demás: rompe el sábado cuando la necesidad humana
lo exige; da a las mujeres su legítimo lugar; dio importan-
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cia a la hermandad universal de comensalía, rompiendo
los tabúes sociales, culturales, religiosos y políticos.
La comunidad de Jesús se basaba en:
(1) los "dos mandamientos", Mt 22:36-40;
(2) las ocho bienaventuranzas, Mt 5:1-12
Relación entre los seres humanos y la creación
Ex 23:10-11 "Dejar descansar" la tierra cada séptimo
año
Lev 25:1-7
Lev 25:7 Recta relación con los animales
Ex 23:4-5 Respeto y compasión por los animales.
Ex 12:12
Pro 6:16-19;
Job 42:1-6;
Eclesiastés (Qoheleth) 11:5;
Eclesiástico (Sir) 10:6-7;
Sab 7:22-30;
Sal 103 Las glorias de la creación de Dios
El sueño de Dios revelado a lo largo de la historia de la
salvación es una humanidad nueva y distinta, fraterna y solidaria, donde cada persona viva en plenitud, con la dig-
nidad para la que ha sido creada (imagen y semejanza de Dios), en comunión de vida con Dios, con las otras perso-
nas y con toda la creación. Jesús de Nazaret, inicio de esta nueva humanidad, llamó
a ese Proyecto, el Reino de Dios. El Espíritu del Señor lo ungió y le envió «a anunciar a los pobres la Buena Nueva,
a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los
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dirijan al corazón del problema, mucho mejor que preo-cuparse de los síntomas de sus problemas. El ejercicio del análisis, sin embargo, no se limita a los problemas, sino que tiene que dar amplia cancha a la búsqueda de so-luciones posibles, oportunidades y medios al alcance de la mano. El análisis social tiende a definir las fronteras del fenó-meno (sea un problema o una oportunidad) en la comuni-dad o en la sociedad. Puede incluir la historia del fenó-meno, el nivel del tema, (tanto a nivel local, regional, na-cional, continental), estadísticas que describen la situa-ción y las tendencias, la comprensión de las relaciones de poder que existen: poder político, tradicional, religioso, financiero, legal e ilegal; relaciones de género, cómo el estado se enfrenta al tema, las causas del fenómeno, va-lores económicos y deudas existentes para solucionarlos, y cosas parecidas. Habiendo entendido cómo se llegó a esa situación y por qué, los agentes de JPIC acompañan al grupo o comuni-dad en el ejercicio de reflexión teológica. Este paso tiende a sacar a la superficie el sentido existencial de lo que se ha analizado; es un proceso que busca la verdad, crítico de las asunciones básicas y valores actuales (o contra valores) que soportan el estado del tema actual que se tiene entre manos. De la misma manera, la comuni-dad busca interioridad e inspiración en vistas a transfor-mar la realidad con el discernimiento basado y enraizado en la sabiduría de su tradición de fe, en diálogo que pue-de incluir distintas fuentes (ej. Narraciones Bíblicas o Evangélicas, la Doctrina Social de la Iglesia, puntos de referencia en la historia de los santos y comunidades cristianas). La finalidad de la reflexión teológica es la de profundi-zar la influencia de la fe en relación con el asunto que se trata. ¿Cuánto une la gente la fe con su propia situación penosa? ¿Cómo ilumina la fe la comprensión de lo que es-tá pasando? En este momento la comunidad está lista para pasar a la acción. Ha hecho suyo el problema y entendido las causas
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El Ciclo Pastoral (CP) mira a convertir la comunidad local en un agente pastoral vis-à-vis con los retos del tiempo y del lugar, inmiscuyéndose en el movimiento de transfor-mación desde una situación dada hacia una mejor. Los agentes de JPIC ayudarán al CP a darse cuenta de que en su comunidad la gente tiene diferentes expectativas, ne-cesidades, y deseos; y no tan solo una visión común que tendrá que convertirse en un plan de acción común, des-de el inicio. Las dos, la visión y el plan son el resultado del proceso del CP. La experiencia del Éxodo del pueblo de Israel es un icono típico usado por la teología de la Liberación para ejemplificar y modelar el proceso de transformación de la justicia social, dignidad humana y el bien común que el CP trata de facilitar. La transforma-ción se inspira en el mensaje cristiano, motivado por la espiritualidad de Jesucristo, por la historia del pueblo de Dios y suscitado por las necesidades y aspiraciones de la gente. El primer momento del CP es el de la experiencia de vida. ONGs y organizaciones gubernamentales a menudo ope-ran desde fuera de la comunidad, mandan un buscador o analista social, y después preparan un proyecto para que lo financien los donantes. La lógica del CP es diferente : se necesita, de hecho, ca-minar con la gente, jugando un papel mayéutico y facili-tando procesos de aprendizaje transformador. La inser-ción es esencial para establecer una relación provechosa con la comunidad, para imbuir confianza, e identificar temas generativos – es decir que evocan emociones fuer-tes y sentimientos en la comunidad, y por tanto dan mo-tivación y energía para romper la apatía y meterse a tra-bajar para cambiar la situación – que son los puntos ne-cesarios para el proceso de transformación de la comuni-dad y la realidad con la que está combatiendo. El paso siguiente es el de promover una conciencia críti-ca en la comunidad. Si la gente tiene que actuar efecti-vamente en su situación, necesita darse cuenta de lo que ha perdido a causa de ello (factor motivador) y conocer las causas del problema para buscar estrategias que se
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ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor» (cf. Lc 4:16-18).
Jesús, con su praxis liberadora y con su palabra, nos re-
veló que la benevolencia y la misericordia es lo que inspi-ra el actuar de Dios, que Dios es Padre y está preocupa-
do especialmente por sus hijos que más sufren y es con-trario a todas las leyes, normas y tradiciones, y a todas
las estructuras sociales, económicas y políticas que pro-ducen exclusión o no respetan la dignidad de cada uno de
sus hijos e hijas. El nos enseñó que de los pobres, los mansos, los miseri-
cordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la
justicia y por la paz es el Reino de Dios porque el amor,
la justicia, el respeto de cada persona, la preocupación por los débiles y excluidos, la igualdad, la libertad, el
compartir, la solidaridad, el perdón, la reconciliación y la paz son los valores del Reino.
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ESPIRITUALIDADESPIRITUALIDADESPIRITUALIDAD
La espiritualidad de Justicia y Paz es un estilo de vida mode-lado según el ejemplo de Jesús, y enraizado en las Escrituras
y en la Doctrina Social de la Iglesia, cuyo objetivo es la transformación de la sociedad,
hecha vida por cristianos comprometidos. (Peter Henriot S.J.)
La espiritualidad de JPIC es un modo de vida
Si creemos en Dios y en Jesús, en el Espíritu Santo, y
queremos vivir nuestra fe en Dios, trabajar por la justi-
cia y la paz será parte de nuestra vida. El trabajo por la
justicia y la paz no es opcional si queremos vivir nuestra
fe, es sencillamente parte de nuestro modo de vida.
Todo empieza con el bautismo. Cuando somos bautizados
nos transformamos en “Jesús” para aquellos que nos ro-
dean. En nuestro bautismo nuestros padres hicieron en
nuestro nombre una promesa importante. Esta promesa
es seguir los pasos de Cristo con toda nuestra fuerza.
Después en la confirmación nos insertamos más en la
Iglesia y recibimos la fuerza del Espíritu Santo para el
envío a la misión. Esta misión es pensar como Jesús pien-
sa, mirar como Él mira, escuchar como Él escucha, decir
la verdad como Él lo hizo, actuar como Él actuó y tener
un corazón como el suyo.
2. La espiritualidad de Justicia y Paz es modelada según
el ejemplo de Jesús y se enraíza en las Escrituras y en la
Doctrina social de la Iglesia.
El apostolado de justicia y paz como modo de vida tiene
como ejemplo la vida de Jesús y se fundamenta en las
Escrituras y en la Doctrina Social de la Iglesia
No se basa en primer lugar en la Declaración Universal
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4. Planificación y puesta en acción.
- Decidir la respuesta a las cuestiones y apuntar a sus
raíces.
Preguntarse, a la luz de la información que tenemos:
“Señor, ¿qué deberíamos hacer?”
5. Evaluación
- Evaluar el éxito de la acción emprendida y aprender de
los errores cometidos.
- Esto nos lleva de nuevo al primer paso y volvemos a em-
pezar el proceso.
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consiste en criticar y lamentarse por las injusticias, y
poner de manifiesto los errores y las prácticas perver-
sas. Esta no es la tarea del trabajo de Justicia y Paz. Si
queremos hacer algo diferente y transformar nuestro
mundo en un lugar más justo, tenemos que trabajar de
modo eficaz y competente. Si vemos un problema y co-
rremos a aplicar la primera solución que se nos ocurre, no
seremos ni eficaces ni competentes. Tenemos que com-
prender realmente el problema antes de poder elegir el
camino más eficaz para enfrentarlo.
El Círculo Pastoral es un instrumento clave que nos ayuda
a ser eficaces y competentes en el trabajo de Justicia y
Paz.
Tiene cinco pasos:
1. Mirar la experiencia de vida.
- Preguntarse sobre el asunto: “¿qué está pasando?”
- Identificar los asuntos – ver claramente de qué se tra-
ta
- Investigarlos y recoger información sobre los mismos.
2. Análisis social.
- Analizar las cuestiones para comprender qué las ha mo-
tivado, entendiendo sus raíces.
- Preguntarse: “¿por qué pasa esto?”
3. Reflexión de fe.
- Reflexión sobre las cuestiones a la luz de nuestra fe y
mirando qué dicen las Escrituras y la Doctrina Social de
la Iglesia sobre las mismas
- Preguntarse: “Señor, ¿qué dices tú sobre lo que está
pasando?”
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de Derechos Humanos de 1948 de las Naciones Unidas,
ni en la Carta de Derechos de la Constitución Nacional de
nuestro país, ni tampoco en una Comisión nacional de De-
rechos Humanos, sino en el ejemplo del propio Jesús. Las
Escrituras y la Doctrina Social de la Iglesia nos enseñan
cómo trabajar por la justicia y la paz cada día de nuestra
vida.
El primer libro de la Biblia, el Libro del Génesis, nos dice
por qué debemos trabajar siempre por la justicia y la
paz. En el Génesis se nos recuerda que hemos sido
“creados a imagen y semejanza de Dios” (Gn 1:27). Esto
significa que todo aquel que hace daño o maltrata a otro
ser humano peca contra Dios. Cada persona es creada a
imagen de Dios, de modo que cuando una persona tiene su
dignidad humana disminuida o destruida o es maltratada,
es Dios el ofendido. Por tanto debemos tratar a cada
persona como trataríamos a Dios y asegurar que todas
sean tratadas con justicia.
Desde el libro del Génesis en adelante las Escrituras es-
tán llenas de enseñanzas sobre respetar como algo sa-
grado esta imagen de Dios en nosotros y en cada persona
respetando la dignidad de cada uno. Este es el apostola-
do de JPIC. El mismo Jesús nos recuerda que todo lo que
hagamos al más pequeño de nuestros hermanos y herma-
nas, se lo hacemos a Él (Mt 25:31-46).
Hay cuatro palabras clave que identifican los aspectos
esenciales de la espiritualidad de justicia y paz:
1. Fe- Somos creyentes en Jesucristo, el Hijo de Dios
que caminó entre nosotros para asegurar que todas las
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personas tengan vida y la vivan en plenitud. Abrazamos e
intentamos vivir los valores y las actitudes de Jesús.
Cuando trabajamos por la justicia y la paz, y vivimos
nuestra fe en Dios y en Jesús en el Espíritu Santo, tene-
mos la espiritualidad de JPIC.
2. Relaciones – Vivimos nuestra fe a través de lo que de-
cimos y hacemos, especialmente en el modo como trata-
mos a los demás y nos relacionamos con ellos. Relaciones
buenas, limpias, honestas y respetuosas son justas y
traen paz. Relaciones destructivas, explotadoras, dañi-
nas e irrespetuosas son injustas e impiden la paz.
Nuestro modo de relacionarnos puede convertirse en ex-
presión de nuestra espiritualidad de JPIC.
3. Profecía - Vivimos nuestra fe a través del papel que
desempeñamos en la sociedad. Siguiendo la tradición de
los profetas del Antiguo Testamento, ejercitamos una
función profética cuando nos identificamos con las per-
sonas que reciben un trato injusto y hablamos y actua-
mos contra esta injusticia. Desafiamos la injusticia en la
sociedad, promovemos la justicia en la sociedad y traba-
jamos por traer paz a la sociedad. El testimonio proféti-
co es un elemento enormemente importante en nuestra
espiritualidad de JPIC.
4. El Espíritu Santo – El Espíritu Santo nos ayuda a vivir
nuestra fe y expresar nuestra espiritualidad de JPIC. Es
el Espíritu el que nos capacita, nos fortalece y nos da sa-
biduría y valor para actuar con justicia en la promoción
de la paz. El Espíritu es el único que nos da fuerza y
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METODOLOGÍAMETODOLOGÍAMETODOLOGÍA Quienes trabajan en Justicia y Paz utilizan las cuatro
“Ces”: compromiso, compasión, comunidad y competencia.
Se comprometen a trabajar por la Justicia y la Paz
como los padres se comprometen a cuidar de sus
hijos. Tienen una profunda fe en Dios y se compro-
meten a vivir esta fe lo mejor posible las veinticua-
tro horas del día.
Son compasivos y viven la enseñanza de Jesús:
“Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Están interesa-
dos en la justicia por la que Jesús nos invitó a tra-
bajar, la justicia que se basa en el amor y es compa-
siva.
Está orientado a la comunidad y no excluye a nadie.
Trabaja por la Justicia y la Paz para hombres y mu-
jeres, jóvenes y viejos, los excluidos y los que no
tienen voz, gentes de todos los colores, culturas y
religiones, ricos y pobres.
Es competente y sabe cómo trabajar eficazmente a
favor de la Justicia y la Paz. Si se quiere ser efec-
tivo en el trabajo por la Justicia y la Paz hay que
empezar por conocer y analizar la situación para
planificar la mejor forma de orientarla.
Un método: el Círculo Pastoral
El Círculo Pastoral es un método o pauta fundamentado
en las Escrituras; nos ayuda a responder con habilidad y
efectividad al mundo que nos rodea de acuerdo con la Pa-
labra de Dios.
La actividad de JPIC no es simplemente reconocer la in-
justicia: es hacer algo contra ella. El trabajo de JPIC no
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El documento “Una llamada a la acción”, del Papa Pablo VI, señala que es responsabilidad de la comunidad cris-tiana: 1. tomar conciencia de los signos de los tiempos y de
los múltiples cambios que se están produciendo en el mundo;
2. analizar la situación de cada uno de nuestros países y comunidades;
3. utilizar el Evangelio y la Doctrina Social de la Igle-sia como guía para este análisis;
4. decidir lo que se debe y se puede hacer; 5. y finalmente desarrollar los planes y llevar las ideas
a la práctica.
LA FE CRISTIANA Y LA CULTURA
GS 53-62 PP 12ss;40;41;42
CA 32ss;38-41;50-52 MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL
OA 20 CP 14-17;58;80
SRS 22 ECOLOGÍA
MM 196-199 OA 21
RH 8 y 15 LE 4
SRS 26; 29; 34 CA 37-38
11
amor para continuar nuestro trabajo, incluso a través de
obstáculos y dificultades.
Una espiritualidad orientada hacia el Reino de Dios llama
a prestar atención profunda a la historia donde Dios se
manifiesta a sí mismo a través de los signos de los tiem-
pos. Una historia donde el misterio del mal se haya pro-
fundamente entrelazada con el pecado personal, social, y
estructural; estructuras que esparcen muerte, explota-
ción, corrupción, polución y todo tipo de esclavitudes –
especialmente hoy en día explotación sexual de niños y
mujeres – junto a todo tipo de agresión en la explotación
de los recursos naturales tales como las forestales, el
agua y los minerales. Semejante espiritualidad exige la
denuncia de todo tipo de pecados y exige una conversión
personal y social, una reconciliación personal y social.
El Reino de Dios trae una profunda transformación de la
realidad histórica: diferente tipo de poder y relaciones
humanas, que influencia también las estructuras sociales.
Pero el Reino de Dios se introduce a través de las expe-
riencias vividas del misterio pascual: una espiritualidad
de JPIC requiere permitir que nosotros mismos pasemos
por semejante experiencia en la historia y en cada una
de nuestras propias vidas.
La espiritualidad es un asunto de educación del corazón.
La espiritualidad implica un proceso de transformación.
"No vivan ya de acuerdo a los criterios del tiempo pre-
sente; al contrario, cambien su manera de pensar para
que así cambie su manera de vivir, y lleguen a conocer la
voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es
grato, lo que es perfecto" (Rom 12:1-2).
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JPIC y transformación social aún andan lejos de consoli-
darse y de llegar a ser una rutina en las comunidades
eclesiales. Cuando se habla de JPIC y transformación so-
cial no se trata solo de métodos ni de técnicas, especiali-
zación en apostolado social, un saber-cómo; se necesita
competencia, pero su esencia se encuentra en el camino
de fe y discipulado de la comunidad cristiana que se su-
merge en los ministerios sociales, que en definitiva se
configura en la forma del misterio pascual.
Pablo VI decía que la misión de Justicia y Paz era
“mantener abiertos los ojos de la Iglesia, el corazón sen-
sible y la mano pronta para la obra de caridad que está
llamada a realizar con el mundo”. En esa frase ya se
apunta la espiritualidad de JPIC.
Ojos abiertos
Y también oídos abiertos al mundo para
poder estar de veras presente en él. Se
trata de estar atentos a la vida, a lo que
ocurre, para ver y escuchar los gritos
del mundo en el que vivimos, para ver la
vida con los ojos de Dios, para darnos
cuenta de la acción del Espíritu en nues-
tro mundo, y para escuchar las llamadas
que recibimos desde la realidad a colaborar con esa ac-
ción del Espíritu.
Estar atentos, escuchar y ver, al estilo de Dios que está
21
EL PODER POLÍTICO
MM 20-21,44,52-53,104,201-202 PT 68-69, 72, 75-79,130-131
GS 73-75 OA 46
PT 52; 68; 73 GS 73; 74; 75
RH 17 SRS 41
COMPROMISO SOCIO-POLITICO DE LOS CRISTIANOS
PP 14; 19-21; 43-51; 56-59 OA 24-25; 37; 46-51;3-4; 23;45
SRS 27-39 PT 146-152
GS 36; 75-76 SRS 47-48
PT 35;73 GS 26c, 27-28;75
LA COMUNIDAD IN-TERNACIONAL
GS 84 PT 86-108; 120-125
GS 85-90 PP 78
CA 21;27 SRS 14, 16, 43; 45
VIOLENCIA SOCIAL
PT 161-162 PP 30-31 LE 11-13
PT 109-116 GS 77-82 PP 53;78
SRS 10; 20;23-24; 39 GS 79
PAZ
PT 109-117; GS 79-80;82;
CA 14b; 17 a, b; 19a PT 109-112;
GS 81; PP 53;
SRS 23-24; CA 28c
GS 78-82 PP 76 GS 78
SRS 26;39 CA 5c; 23c; 28c; 29a
20
DESTINO UNIVERSAL DE BIENES
GS 69-71 PP 22-23 CA 30-32
PROPIEDAD PRIVADA
QA 44-52 MM 104-121
GS 69-71 PP 19, 22-24
LE 14 SRS 28,42
PROPIEDAD PUBLICA
QA 105-110 MM 51-67 GS 70-71
PP 23-24, 33-34 LE 14
SRS 15 TRABAJO Y SALARIOS
MM 82-103 GS 67
LE 1,3,4-10,18-19,22-27 SRS 18
QA 71 LE 19
QA 64-68 MM 75-77
LE 19 QA 70-75 MM 68.71
HUELGAS QA 94 GS 68 OA 14 LE 20
SINDICATOS
QA 34-38, 81-97 MM 97-103
GS 68 PP 38-39 y OA 14
LE 20 SRS 15
LA POLÍTICA Y LOS POLÍTICOS
GS 73,76 OA 3-4, 48-51
SRS 47-48 COMUNIDAD CIVIL Y POLÍTICA
GS 74a PT 46-52 GS 74b-e
13
abajo, lo que ocurre en la vida diaria, alrededor nuestro,
en los acontecimientos, en la historia...Al Dios cristiano
se le encuentra sobre todo en la Palabra Encarnada, Je-
sús, el Hijo (cf. Heb 1:1-4). Hemos de encontrarlo en y
desde el pesebre (cf. Gál 4:4; Rom 1:3; Lc 2:6-7), en y
desde el pan compartido, en y desde la cruz (cf. Jn 6; Lc
22:14.20; Jn 13). Y todos sabemos con qué gen-te andaba
fundamentalmente Jesús: los pequeños, los marginados,
con aquellos a los que el sistema no les dejaba ni ser, ni
tener, ni poder. Es la kénosis de Jesús de la que nos ha-
bla la carta a los Filipenses.
Corazón sensible
Aquel ver, conocer y saber de la reali-
dad del mundo, del sufrimiento y de
los pobres no es algo frío, que se hace
desde la distancia o sólo desde el es-
tudio. Para que el conocimiento de la
realidad nos mueva a trabajar en su
transformación, tiene que afectarnos,
tiene que alcanzar lo profundo de
nuestra persona, el corazón, y conver-
tirse en compasión. Sólo se sabe lo que se padece, o me-
jor, lo que se com-padece.
Para el cristiano el único conocimiento válido es el que
lleva a la compasión; como decía I. Ellacuría, el que lleva a
“encargarse y a cargar” con el sufrimiento de la gente.
Pero para mantener el corazón sensible, y para que se
avive la compasión es muy necesario estar en contacto
14
con los problemas y con las personas que sufren.
El lugar social en el que estamos situados, nuestro hábi-
tat y nuestro estilo de vida pueden condicionar mucho
nuestra mirada sobre la realidad, hasta el punto que nos
pueden impedir verla haciéndonos merecedores del re-
proche de Jesús a sus discípulos: “¿Aún no entienden ni
comprenden? ¿Acaso tienen embotado el corazón, pues
teniendo ojos no ven y teniendo oídos no entienden?”(Mc
8:17b-18).
“Mano pronta para la obra de caridad que la Iglesia
está llamada a realizar en el
mundo”
La caridad es el amor de Dios que
hay que hacer presente en el mun-
do. La acogida y la experiencia del
Dios que es amor nos lleva a poner
en el centro de nuestra vida cris-
tiana el amor a Dios y a los hom-
bres. Y el amor al prójimo, como dice la Primera Carta de
Juan, es la señal del amor a Dios. Pero la caridad o el
amor, entendido como la relación de fraternidad y soli-
daridad entre las personas que intenta que el “otro” o los
“otros” sean más, posean más vida y la tengan cada vez
más en plenitud, tiene diversas manifestaciones según
sea el tipo de relaciones que se establezcan entre las
personas: relaciones de familia, matrimonio, amistad,
ayuda individual de tipo psicológico, económico, etc. Una
de esas formas de relación es la estructural o política.
19
EL HOMBRE Y LA MUJER COMO PERSONAS SOLIDA-RIAS
MM 218-219; 59-67 PT 31
GS 24-25 IGUALDAD FUNDAMENTAL DE TODAS LAS PERSO-NAS
GS 24 y 29
PRIMACÍA DE LAS PERSO-NAS SOBRE LAS ESTRUC-TURAS
GS 31 RH 14
ESTRUCTURAS DE PECA-DO
GS 13,25 Sollicitudo Rei Socialis SRS 36-37
Centesimus Annus CA 38 DERECHOS HUMANOS
GS 27 Octogésima Adveniens OA 23
SRS 15,26,33 PT 143-144, 11-34; 75-79
GS 27;79;29;60;52;75;71;67; 68; 65;69;59
OA 23 Puebla 3890-3893
RH 17 SRS 26, 33-34
EL BIEN COMÚN
MM 65, 71, 78-81; PT 53-66,136
GS 26, 74 Populorum Progressio PP 54
OA 46 RH 17
SRS 26, 33-34 Centesimus Annus CA 9, 37-38,
47 SOLIDARIDAD Y SUBSIDIA-RIDAD
GS 32, 80 PT 98
SRS 38-40 CA 10c, 33, 41d, 51
Quadragesimo Anno QA 79-80 MM 51-52, 54-55, 57-58
PT 140-141 LE 17
MM 91-92 GS 31, 55, 59, 63, 68
OA 22,24, 46-47 SRS 45
CA 33
18
Una pastoral social sin la contribución de la DSI es una
acción eclesial expuesta a la improvisación, a la superfi-
cialidad, a un compromiso misionero de evangelización
manco y desenfocado. Se puede decir, más bien, que la
Doctrina Social es, para la pastoral social, parte inte-
grante y esencial para conseguir su fin.
La finalidad inmediata de la doctrina social es la de pro-
poner los principios y valores que pueden afianzar una
sociedad digna del hombre, iluminada por el primado de
la caridad « que es signo distintivo de los discípulos de
Cristo (cf. Jn 13:35) ».
Algunos temas tratados por la Doctrina Social de la Igle-
sia con sus documentos de referencia:
DIGNIDAD DEL SER HU-MANO, IMAGEN DE DIOS
Divinis Redemptoris DR 30 y 32-33 Mater et Magistra MM 219-220 Pacem in Terris PT 31; 28-34 y
sobre todo 44 Gaudium et Spes GS 31 Ecclesiam Suam ES 19
Laborem Exercens LE 4-9
15
Respecto a los pobres y a la paz, la caridad tiene varias
formas de expresarse:
+ Hay una caridad que se expresa en las relaciones cor-
tas, interpersonales, en las relaciones comunitarias, en
las que el otro tiene un rostro concreto: familia, amigos,
vecinos, comunidad, pobres (en este caso se expresa co-
mo servicio, acompañamiento asistencia, promoción...)
+ La caridad también se expresa en las relaciones socia-
les, estructurales o políticas: la llamada “caridad políti-
ca” que es un compromiso activo y operante, fruto del
amor cristiano a todos los hombres y mujeres, conside-
rados como hermanos, a favor de un mundo más justo y
más fraterno con especial atención a las necesidades de
los más pobres.
JPIC promueve esas diversas formas de expresarse la
caridad, pero está llamada a promover especialmente la
caridad política, aquella que busca eliminar las causas que
provocan la pobreza y la violencia.
Por tanto, mano pronta para la promoción integral de los
sectores sociales frágiles y excluidos y para una acción
transformadora de las “estructuras de pecado” que opri-
men y deterioran la existencia de tantos seres humanos.
16
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIADOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIADOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Hoy, la Doctrina Social está llamada, cada vez con mayor
urgencia a aportar su propio servicio específico a la
evangelización, al diálogo con el mundo, a la interpreta-
ción cristiana de la realidad y a las orientaciones de la
acción pastoral, para iluminar las diversas iniciativas en
el plano temporal con principios rectos.
La Iglesia, experta en humanidad, en una espera confiada
y al mismo tiempo laboriosa, continúa mirando hacia los «
nuevos cielos » y la « nueva tierra » (2Pe 3:13), e indi-
cándoselos a cada hombre, para ayudarle a vivir su vida
en la dimensión del sentido auténtico. « Gloria Dei vivens
homo»: el hombre que vive en plenitud su dignidad da
gloria a Dios.
La esperanza cristiana confiere una fuerte determina-
ción al compromiso en campo social, infundiendo confian-
za en la posibilidad de construir un mundo mejor.
Los cristianos deben comportarse de tal modo que «la
virtud del Evangelio brille en la vida diaria, familiar y so-
cial. Se manifiestan como hijos de la promesa en la medi-
da en que, fuertes en la fe y en la esperanza, aprovechan
el tiempo presente (cf. Ef 5:16; Col 4:5) y esperan con
paciencia la gloria futura (cf. Rm 8:25). Pero no escondan
esta esperanza en el interior de su alma, antes bien ma-
nifiéstenla, incluso a través de las estructuras de la vida
secular, en una constante renovación y en un forcejeo
con los dominadores de este mundo tenebroso, contra los
espíritus malignos (Ef 6:12) ».
17
Los principios en el corazón de la enseñanza de la Iglesia
son:
La vida, la dignidad y los derechos de la persona
humana. La medida de cada política está en cómo
protege la vida humana, promueve la dignidad y res-
peta los derechos humanos. Este principio es el fun-
damento de la enseñanza de la Iglesia sobre la gue-
rra, la paz y la vida social.
La opción preferencial por los pobres. En la doctri-
na social católica los pobres y vulnerables tienen el
primer lugar en nuestras conciencias y políticas. Si
bien el lenguaje es nuevo - es un lenguaje que pro-
viene de América Latina - ha sido abrazado por to-
da la Iglesia como la expresión contemporánea de
Mateo 25: seremos juzgados por todo lo que haya-
mos hecho por los más humildes, "por los más pe-
queñitos".
La solidaridad. Este es un principio esencial para
edificar un mundo nuevo. Es una expresión moral de
interdependencia, un recuerdo de que somos una
sola familia sin importar nuestras diferencias de
raza, nacionalidad o posición económica. Las perso-
nas de tierras lejanas no son enemigas ni intrusas,
los pobres no son una carga, son hermanas y herma-
nos, dotados de vida y dignidad, a quienes estamos
llamados a proteger.
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