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ISIO
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TIF
ICIA
SNº 139 NOVIEMBRE AÑO 2013
T E R C E R M I L E N I O
Las negociaciones de paz que
desde hace un año mantienen el
Gobierno y las FARC han desperta-
do en Colombia la esperanza de
poner fin a tantos años de violencia.
14
en este número...
y además...
EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.eshttp://www.domund.org
Nº 139. NOVIEMBRE, 2013
AGUSTINOS RECOLETOSPaseo de La Habana, 167. 28036 Madrid.Tel. 91 345 34 60 COMPAÑÍA DE JESÚSAvda. de la Moncloa, 6. 28003 Madrid. Tel. 91 534 48 10 COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓNEstocolmo, 9. 28022 Madrid. Tel. 91 313 56 40 FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍACardenal Marcelo Spínola, 38. 28016 Madrid.Tel. 91 302 61 99 MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA(HERMANAS BLANCAS)Asensio Cabanillas, 39. 28003 Madrid. Tel. 91 553 82 60 MISIONEROS CLARETIANOSClara del Rey, 6. 28002 Madrid. Tels. 91 415 23 61 y 91 415 21 99 INSTITUTO ESPAÑOL DE MISIONES EXTRANJERASFerrer del Río, 17. 28028 Madrid. Tel. 91 355 23 42 MERCEDARIAS MISIONERAS DE BÉRRIZFereluz, 2. 1ª A 28039 Madrid. Tel. 91 571 63 03MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIAMadre Nazaria, 7. 28044 Madrid. Tel. 91 525 32 04 MISIONERAS DE CRISTO JESÚSPeñuelas, 18. 5º A. 28005 Madrid. Tel. 91 517 41 78 MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIOGeneral Kirkpatrick, 44. 28027 Madrid. Tel. 91 367 36 71 MISIONEROS ESPIRITANOSSanta Engracia, 149. 1º B. 28003 Madrid. Tel. 91 554 21 57 Olivos, 12. 28003 Madrid. Tel. 91 553 36 16 MISIONEROS DE MARIANNHILL Arturo Soria, 249. 28033 Madrid. Tel. 91 359 07 40 MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Corazón de María, 19. 5º B. 28002 Madrid. Tel. 91 415 43 55 MISIONEROS OBLATOS DE MARÍA INMACULADA Diego de León, 36. 28006 Madrid. Tel. 91 411 12 12 Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 91 352 34 16 PADRES BLANCOSLiebre, 25. 28043 Madrid. Tel. 91 574 04 00SOCIEDAD DE MARÍA - MONFORTIANOSGarabay, 7. 2º. 28850 Torrejón de Ardoz(Madrid). Tel. 91 677 69 11 SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS Asura, 34. 28043 Madrid. Tel. 91 300 00 41
coeditores
T E R C E R M I L E N I O
IGLESIA A FONDO
PRIMER PLANO
"Si queremos salvarnos del naufragio de
esta sociedad, es necesario seguir la vía
de la pobreza". Estas palabras del Papa
son todo un programa de vida, que
muy bien conocen nuestros misioneros.
INFORME
"¡Vergogna!", exclamó el papa Francisco al
conocer la muerte de cientos de inmigran-
tes en Lampedusa. Pero la criminalización
de la inmigración no es la única
vergüenza que castiga al mundo actual.
7 TRIBUNA Año de la Fe, año misionero
10 EL OBSERVADORMALASIA - SIRIAPAKISTÁNCOREA DEL SUR
20 ASÍ VA EL MUNDOTÚNEZ - NICARAGUA R. D. CONGO - EGIPTO
36 ENTREVISTAJuan M. Pérez Charlín, misionero de África
40 ANIMACIÓN MISIONERA
43 CARISMASOperarias del Divino Maestro
46 CULTURAFrancisco, un Papa de película
54 MISIÓN VIVAEstanislau Chindekasse, obispo de Dundo (Angola)
56 MISIÓN VIVATeresa Subieta, directora de Contexto (Bolivia)
24
30
Pobreza y hambre van a
menudo de la mano,
como si fueran las dos
caras amargas de una
misma moneda. Este pasado “oc-
tubre misionero” también han
ido unidas informativamente ha-
blando. Por un lado, la semana
en torno al 17 de ese mes, Día
Internacional para la Erradicación
de la Pobreza, se celebraban en
toda España las actividades de la
Semana contra la Pobreza, orga-
nizada por la Campaña Pobreza
Cero y en la que participan, entre
otras, diversas ONG católicas. Por
otro lado, el día 16, Jornada
Mundial de la Alimentación, el
papa Francisco volvía a sacar los
colores a la comunidad interna-
cional, al poner el dedo en la lla-
ga con respecto a otra de las
múltiples vergüenzas que exhibe
nuestro mundo. Lo hacía en un
mensaje enviado al director gene-
ral de la Organización de las Na-
ciones Unidas para la Alimenta-
ción y la Agricultura (FAO), José
Graziano da Silva. En la carta, el
Papa afirmaba: “Es un escándalo
que todavía haya hambre y mal-
nutrición en el mundo”.
Y lo mismo que dijo de la
hambruna, que campa por los es-
tómagos vacíos de unos 842 mi-
llones de personas, lo podría ha-
ber afirmado de los 1.300 millo-
nes de personas que viven en una
situación de pobreza extrema en
todo el mundo. Porque, además
de “escándalo”, es una paradójica
vergüenza que, habiendo alimen-
tos de sobra, haya quien no tenga
para comer –y conviene recordar,
llegado este momento, que cada
año se tiran a la basura 1.300 mi-
llones de toneladas de alimentos–.
Y es también una paradójica in-
justicia confiar en un sistema de
distribución de la riqueza que
acrecienta la distancia entre ricos
y pobres; que, como apunta el le-
ma de la Semana contra la Pobre-
za, estimula una “riqueza que em-
pobrece”. De hecho, mientras son
cada vez más las personas que se
ven obligadas a sobrevivir con
1,25 dólares al día, la riqueza de
las personas con grandes patrimo-
nios aumentó un 10% en 2012,
hasta alcanzar la cifra récord de
34,5 billones de euros.
Ante estos datos obscenos,
que reflejan situaciones indignas
para todo aquel que merece y de-
be ser tratado como persona, no
se puede permanecer indiferente.
Los misioneros y misioneras, que
han de convivir más de lo que
desearían con estas situaciones
de hambre y miseria, y que se es-
fuerzan en promover la justicia,
lo saben perfectamente. “No se
trata solo de responder –como ha
escrito el Papa a la FAO– a las
emergencias inmediatas, sino de
afrontar juntos, en todos los ám-
bitos, un problema que interpela
nuestra conciencia personal y so-
cial, para lograr una solución jus-
ta y duradera”. Por algo a los mi-
sioneros y misioneras se les en-
cuentra antes y después de la tra-
gedia. Ellos están atentos al dolor
ajeno. Como ha dicho el Santo Pa-
dre, “el hambre y la desnutrición
nunca pueden ser considerados
un hecho normal al que hay que
acostumbrase, como si formara
parte del sistema”. Estos males,
lo mismo que la pobreza, son
fruto de la acción directa de per-
sonas y estructuras que fomen-
tan la acumulación de riquezas
en pocas manos. Por eso, el papa
Francisco ha recordado que “es
necesario, más que nunca, edu-
carnos en la solidaridad [...] y ha-
cer que se convierta en actitud
de fondo en las decisiones en el
plano político, económico y fi-
nanciero, en las relaciones entre
las personas, entre los pueblos,
entre las naciones”.
E D I T O R I A L
DIRECTOR Alfonso Blas REDACCIÓN Rosa Lanoix, Rubén Azuara
DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES Anastasio Gil, Rafael Santos, Dora
Rivas, Montserrat Vilaseca, Antonio José Molina, José Beltrán, José Carlos Ro-
dríguez, José Ignacio Rivarés, Modeste Munimi, José Ramón Carvallada, María
Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, Joaquín Martínez, Juan Lázaro Sánchez, Vicente Marqués
Ruiz, Lourdes Gabilondo DOCUMENTACIÓN Ana Fernández ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael Santos
FOTOGRAFÍAS Efe, Missio SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034
IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36
T E R C E R M I L E N I O
Además de un escándalo, es una paradójicavergüenza que, habiendo alimentos de sobra,
haya en el mundo quien no tenga para comer.
El escándalo del hambre y la pobreza
Apunto de clausurarse
el Año de la Fe, si-guen resonando laspalabras que Benedic-
to XVI escribió en la carta apostó-lica Porta fidei: “Hoy como ayer, Élnos envía por los caminos delmundo para proclamar su Evange-lio a todos los pueblos de la tie-rra”. Ha sido un largo recorrido,iniciado el 11 de octubre de 2012.Con ocasión y sin ella, la Iglesianos ha ido exhortando al compro-miso misionero, porque “la fe, enefecto, crece cuando se vive comoexperiencia de un amor que se re-cibe y se comunica como experien-cia de gracia y gozo. Nos hace fe-cundos, porque ensancha el cora-zón en la esperanza y permite darun testimonio fecundo: en efecto,abre el corazón y la mente de losque escuchan para acoger la invi-tación del Señor a aceptar su Pala-bra para ser sus discípulos”.
En esta exhortación al compro-miso misionero se descubre la in-trínseca relación entre la fe y lamisión. Por eso, el papa Francisco
comenzó su Mensaje para el DO-MUND con estas palabras: “Esteaño celebramos la Jornada Mun-dial de las Misiones mientras seclausura el Año de la Fe, ocasiónimportante para fortalecer nuestraamistad con el Señor y nuestro ca-mino como Iglesia que anuncia el
Evangelio con valentía”; para con-cluir el documento con el mismodeseo de Benedicto XVI de que“este Año de la Fe haga cada vezmás fuerte la relación con Cristo,el Señor, pues solo en Él tenemosla certeza para mirar al futuro yla garantía de un amor auténticoy duradero”. Así, el Año de la Fe
será “un estímulo para que todala Iglesia reciba una conciencia re-novada [...] de su misión entre lospueblos y las naciones”.
Lo que el papa Francisco ha di-cho, lo ha ratificado con gestos ysignos. Al evocar las palabras dePablo a Timoteo para que no seavergonzara de dar testimonio deJesús, el Santo Padre se refiere acada uno de los cristianos: “Cadauno de nosotros, en la propia vidade cada día, puede dar testimoniode Cristo, con la fuerza de Dios, lafuerza de la fe. Con la pequeñísi-ma fe que tenemos, pero que esfuerte. Con esta fuerza dar testi-monio de Jesucristo, ser cristianoscon la vida, con nuestro testimo-nio”. Compromiso misionero queen el creyente, en las personasque se dejan transformar por la fe,
tiene una connotación de alegría yesperanza, como deseaba Pablo VI:“Que el mundo actual –que buscaa veces con angustia, a veces conesperanza– pueda así recibir laBuena Nueva, no a través de evan-gelizadores tristes y desalentados,impacientes o ansiosos, sino a tra-vés de ministros del Evangelio, cu-
ya vida irradia el fervor de quieneshan recibido, ante todo en sí mis-mos, la alegría de Cristo”.
Esta es la señal de identidadde los jóvenes que responden a lavocación misionera, y que descu-brimos al contemplar y admirar elrostro, pletórico de paz y de ale-gría, de los misioneros. No son re-conciliables la tristeza y el pesi-mismo con quienes tienen la cer-teza de llevar la esperanza almundo. Transmitir la fe es sem-brar la alegría, la concordia y lapaz en el corazón de quienes es-tán llamados al encuentro con Je-sucristo. Esta es la grandeza delos misioneros, hombres y muje-res que no son para nosotros se-res abstractos, sino personas ca-paces de susurrar al oído que esposible creer en Dios.
NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013 misioneros 1
Por D. Anastasio Gil. Director Nacional de OMP
T R I B U N A
“Cada uno de nosotros, en la propia vida decada día, puede dar testimonio de Cristo,con la fuerza de Dios, la fuerza de la fe”.
AÑO MISIONEROAÑO DE LA FE,
La pobreza como un valorevangélico. Pero también co-mo un desafío, una realidada la que hay que plantar ca-
ra. Lo saben los misioneros ylo certificó el papa Franciscodurante su histórica visita a
Asís el pasado 4 de octubre:"Si queremos salvarnos del
naufragio de esta sociedad,es necesario seguir la vía dela pobreza, que no es la mi-
seria –esta hay que combatir-la–, pero es el saber compar-tir, ser más solidarios con los
necesitados, confiar más enDios y menos en nuestras
fuerzas humanas". Este pro-grama de vida, resumido enuna frase, es el que siguen
en cada uno de los cincocontinentes los hombres
y mujeres entregados a lamisión ad gentes.
14 misioneros NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013
Se enteró a través de un
SMS. Lo enviaba su her-
mana, desde Argentina.
“Jorge Bergoglio es el
nuevo Papa”. En un rincón de la
India, a miles de kilómetros de su
casa y de Roma, una sonrisa se di-
bujó entonces en el rostro de la
madre Inés Martincic. “Visitaba
con relativa frecuencia el hogar
para niñas de familias desestruc-
turadas que tenemos en Buenos
Aires”, explica esta misionera cala-
sancia que desde hace cinco años
está al frente de la primera obra
de su congregación en el conti-
nente asiático. En un principio,
Inés se mostró expectante, a la es-
pera de lo que conllevaría el pri-
mer Papa argentino. Ahora, siete
meses después, no tiene dudas:
“Lo que hace y dice Bergoglio pue-
de resultar nuevo para el mundo,
pero no es nuevo ni para él ni pa-
ra los que conocemos su trayecto-
ria. Está poniendo el foco en la di-
mensión social y en primar a la
persona, algo que siempre hizo,
primero como jesuita, y después,
como obispo”.
En las “villas miseria”, de la
mano de los jóvenes enganchados
a la droga; con las madres solte-
ras; en las eucaristías con los car-
toneros; en los encuentros en las
cárceles... El rostro de los olvida-
dos, que él conoce con nombre
y apellidos. La Iglesia pobre y de
pobreza de los misioneros, que
Francisco está dibujando en este
arranque de Pontificado y que se-
lló con su viaje a Asís el pasado 4
de octubre. Allí, en la Sala de las
Expoliaciones, donde el “Povere-
desafío y realidadde la Iglesia misionera
I G L E S I A A F O N D O
POBREZA,POBREZA,
NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013 misioneros 15
llo” renunció a todos sus bienes y
se desnudó de todo signo de ri-
queza para vivir desde la sencillez,
el Papa reivindicó que “todos esta-
mos llamados a ser pobres, a des-
pojarnos de nosotros mismos, y
para eso debemos aprender a estar
con los pobres, a compartir con
quien está privado de lo necesario.
¡A tocar la carne de Cristo!”.
Un estilo de vida, más que un
mero despojo de bienes. En lo co-
tidiano, con un utilitario para mo-
verse en los desplazamientos. En
la gestión, a través de una pro-
funda reforma en marcha, orienta-
da hacia las transparencia de to-
das las instituciones vaticanas,
económicas y ejecutivas. En la pa-
labra, siendo voz de denuncia an-
te las injusticias, gritando la “ver-
güenza” del drama de las pateras
y exigiendo respuestas claras fren-
te a conflictos como el de Siria o
realidades preocupantes como “la
globalización de la indiferencia”,
la cual arrastra tras de sí a 12
millones de personas en nuestro
país –según el informe más re-
ciente de Cáritas– que viven en si-
tuación de pobreza y exclusión, a
120 millones en la Unión Europea
y a 1.400 millones en el mundo.
“Necesitamos hacer más para es-
cuchar y actuar a favor de los que
con frecuencia son ignorados: las
personas que viven en la pobreza,
y en particular, entre ellas, los in-
dígenas, los ancianos, los discapa-
citados, los migrantes, las minorías
y los desempleados”, explicaba ha-
ce unas semanas el secretario ge-
neral de la ONU, Ban Ki-moon.
En primer plano“Aquello que está poniendo en
un primer plano el Papa es lo
que uno vive todos los días; por
Los misioneros encarnan mejor quenadie esa Iglesia pobre y para los
pobres que quiere el papa Francisco.
Inés Martincic
eso sintoniza con los alejados,
pero también con los que esta-
mos a pie de obra. A medida que
avanza la jornada, me encuentro
con formas insospechadas de po-
breza, no solo de tipo material, si-
no otras ocultas que subyacen”,
explica Inés, que ve en esto “un re-
to permanente que te cuestiona.
Quienes estamos en la misión co-
rremos el peligro de acostumbrar-
nos a vivir en la precariedad y con-
formarnos”. Este es uno de los
desafíos que afronta con su comu-
nidad en Derang, donde las cala-
sancias cuentan con una escuela
para más de 300 niños, donde han
puesto en marcha en apenas un
lustro un comedor, un internado
para niñas y un dispensario de
atención primaria: “A veces me
preocupa la cerrazón de mente de
aquellos a los que no se les ha da-
do una oportunidad. Estamos lla-
mados a abrirles las puertas y
plantearles que otra realidad es po-
sible. Por ejemplo, nosotras inten-
tamos hacer caer en la cuenta a las
familias de que, a través de la edu-
cación que reciben sus hijos, ten-
drán herramientas para mejorar su
situación. Por suerte, los niños son
permeables y tienen la capacidad
de soñar con un futuro nuevo”.
Consciente de que, como subra-
ya el papa Francisco, la Iglesia no
es una ONG, sino que fe y caridad
van de la mano siempre, esta reli-
giosa reconoce que la madurez y
las experiencias vitales no han fre-
nado su apuesta por la promoción
de los niños y jóvenes que viven en
la miseria. “Cuando te encuentras
por primera vez con la desigualdad
encarnada, como me sucedió a mí
hace 30 años en Colombia, el pri-
mer impulso es el de combatir con-
tra las estructuras, pero pronto te
das cuenta de que el camino pasa
por cambiar la realidad concreta en
la que te toca vivir. Eso no quita pa-
ra que seas consciente de que vives
en un mundo injusto”.
“Se nos pide dedicar tiempo a
los pobres, prestarles una amable
atención, escucharlos con inte-
rés...; compartir horas, semanas o
años de nuestra vida”, señala el
Documento de Aparecida, esa hoja
de ruta que se redactó en manos
del cardenal Bergoglio y que rati-
fica “la opción del amor preferen-
cial por los pobres”, no como un
derivado ideológico, una filosofía
o un optimismo social, sino como
una obligación enraizada en
“nuestra fe en Jesucirsto, el Dios
hecho hombre”. Pero el texto va
más allá, pues apunta que las
obras han de ir “acompañadas por
la búsqueda de una verdadera jus-
ticia social, que vaya elevando el
nivel de vida de los ciudadanos,
promoviéndolos como sujetos de
su propio desarrollo”.
Por y con los pobres“Optamos por vivir por y con
los pobres, pero eso no significa
que elijamos y admitamos la po-
breza. Esto no significa ir «con-
tra» alguien, sino lanzar un «¡des-
pertaos!»”, subraya María Jesús
Arandia, hermanita de Jesús, per-
16 misioneros NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013
teneciente a la familia de Carlos
de Foucauld, que de 1994 a 2011
vivió en Marruecos y ahora forma
parte de una fraternidad en el
madrileño barrio de Usera. Com-
partir la mesa, los temores y las
ilusiones de sus vecinos es uno de
los sellos de identidad de esta
congregación, que trae consigo
insertarse como uno más en el
ritmo vital y laboral. Por eso, en
el país norteafricano, del que ape-
nas nos separan 13 kilómetros,
María Jesús comenzó trabajando
en una fábrica de confección para
Europa. “Ahí es donde me conmo-
vió e indignó la precaria situación
laboral en la que se encuentran
millones de personas en nuestro
planeta. Se trabaja para el boca-
dillo, con salarios bajos, sin ga-
rantías de continuidad en caso de
que te pongas enfermo...”, recuer-
da de su primer destino, en la tie-
rra donde se forjó Foucauld en su
experiencia de abandono a la Pro-
videncia, pero también de en-
cuentro con otras culturas. “De
allí me traigo muchos rostros,
mucha vida compartida, la fe de
otros pueblos creyentes, una ale-
gría que nos cuesta encontrar en
Europa a pesar de las carencias
que viven allí... Pero también me
he topado con historias dramáti-
cas, tanto de los marroquíes que
quieren dar el salto a España, co-
mo de los subsaharianos que pa-
saban por el país con el único ob-
jetivo de alcanzar Europa”.
Estos testimonios que acarrea
consigo es lo que le empuja a
identificarse con el llamamiento
de Francisco “a salir a las perife-
rias”. “Esta idea –que subraya
constantemente– la vivo como el
enriquecimiento que supone acom-
pañar al otro en su pobreza y re-
conocer la tuya, sobre todo cuan-
do tienes la oportunidad de ver
cómo la vida se ve amenazada en
todos los sentidos. Para mí esta
apuesta del Papa me ayuda a con-
firmarme en mi vocación, porque
siento, como él, que los religiosos
tenemos que oler a rebaño. No po-
demos hablar desde una oficina;
tenemos que estar allí donde se
mueve la vida: ¡que nos duela la
carne del otro!”, expresa la herma-
nita de Jesús, convencida de que
solo es posible contagiar la verdad
de la Buena Noticia “desde la au-
tenticidad de Jesús de Nazaret”.
El privilegio de la pobreza“No vivimos en una Iglesia di-
ferente a la que se encontró Fran-
cisco cuando llegó a Roma; lo que
ocurre es que se está redescubrien-
do y haciendo hincapié en otro as-
pecto. Todo lo que es Evangelio es
Iglesia”, explica Antonio Serrano,
misionero javeriano, que se consi-
dera “un privilegiado por poder to-
car la pobreza, por contaminarme
de ella frente a las otras opciones
que nos ofrece el mundo”. Por eso,
ve en las propuestas que lanza el
Papa una invitación clara a “apren-
der a manejar menos medios para
llevar a cabo nuestra misión, pero
a manejarlos bien; a tener claro
que con los valores de la Iglesia no
se comercia ni existen atajos; a ser
críticos con todo exceso de poder,
pero también a rezar por los pode-
rosos”. Ahí es donde ve cómo su
mensaje es un impulso para reno-
var la labor evangelizadora, que no
se aparte del camino de la sencillez
y la humildad.
“Además, Francisco insiste mu-
cho en la urgencia de contar con
una Iglesia de puertas abiertas,
NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013 misioneros 17
“Los religiosos tenemos que olera rebaño –dice María Jesús–,
estar allí donde se mueve la vida”.
María Jesús Arandia
no para que la gente entre, sino
para que nosotros salgamos, pa-
ra que estemos en contacto con la
realidad, ampliando horizontes y
construyendo caminos”, detalla
Serrano, sabedor de que todas es-
tas rutas, en el caso de los misio-
neros, pasan por experimentar en
primera persona el sufrimiento y
el dolor del que no tiene alimento,
casa o ropa, como él vivió durante
dos años en Colombia y ocho
en Chad. “Aunque es cierto que
la realidad africana es dura, me
preocupó más la pobreza en los
suburbios de Cali, fruto de la de-
sigualdad existente en el país. En-
tre otras cosas, porque las perso-
nas con las que trabajaba vivían
un desarraigo convertido en sen-
sación de fracaso. Habían dejado el
mundo rural, con sus tradiciones y
sus raíces, para invertirlo en un
sueño frustrado”, expresa el jave-
riano, que en aquel entonces cola-
boraba en la enfermería y en Cári-
tas, donde comprobaba con sor-
presa “cómo, a pesar de las difi-
cultades, para ellos creer en Jesús
no era un barniz, sino algo esen-
cial; era la confianza de sus vidas”.
Al igual que a Inés y María Je-
sús, las penurias y la escasez le lle-
van a rebelarse contra los postula-
dos de una sociedad globalizada
que ignora a aquel que no maneja
los hilos del poder. “En Chad tuvi-
mos que vivir años de hambre por
culpa de decisiones políticas, y
sentimos cómo la injusticia se im-
pone hasta el extremo, sin impor-
tar a quién se pueda llevar por de-
lante”, lamenta Antonio, que tam-
bién aprendió de aquel destino la
necesidad de despojarse de los cli-
chés occidentales para anunciar la
Palabra: “La riqueza del Evangelio
precisamente está en quitarle todo
aquello que son ropajes culturales,
para ir a lo esencial”.
Ahora, Antonio está volcado en
la animación misionera en Murcia,
acompañando durante el verano a
jóvenes y adultos a participar en
experiencias de misión en México,
con la población indígena, un co-
lectivo especialmente vulnerable.
Lo cierto es que el país americano
cuenta con 7 millones de indígenas
pertenecientes a 62 grupos étnicos.
Y aunque el respeto de sus dere-
chos aumenta a medida que lo ha-
ce su visibilidad, 7 de cada 10 resi-
dentes en una familia indígena vi-
ven en la pobreza y 1 de cada de 10
en la pobreza extrema. “Aunque es
cierto que estos años de crisis nos
han venido bien a todos para des-
cubrir qué es lo verdaderamente
importante para vivir, el hecho de
18 misioneros NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013
Los mensajes del Papa son, segúnAntonio Serrano, un impulso pararenovar la labor evangelizadora.
Antonio Serrano
poder viajar allí, según coinciden
luego en las evaluaciones, les lleva
a no ignorar la realidad de la mar-
ginación a partir del viaje”, comen-
ta; y hace hincapié en cómo todo
aquel que baja al Sur “descubre en
un primer momento la pobreza
material, para, posteriormente, de-
jarse empapar por la gran riqueza
de valores que hace posible supe-
rarla, con personas que, teniendo
poco, saben confiar”.
Lo mismo en Chad que en In-
dia, Colombia o Marruecos, los mi-
sioneros son otros “franciscos”
que encarnan una de esas metáfo-
ras con las que cotidianamente el
Santo Padre sorprende en las au-
diencias, en las misas en la capilla
de Santa Marta y en las entrevis-
tas. Ellos ponen en pie ese “hospi-
tal de campaña tras una batalla”
con el que sueña el Papa argenti-
no, conscientes de que, antes de
preguntarle al herido “si tiene al-
tos el colesterol o el azúcar”, hay
que “curarle las heridas. Curar he-
ridas, curar heridas...”.
JOSÉ BELTRÁN
NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013 misioneros 19
Combatir la “nueva pobreza”Combatir la “nueva pobreza”orea del Sures uno de lospaíses más
desarrollados delmundo. Su sistemaeducativo es dignode imitación. No loes tanto el estilode vida, en una so-ciedad de lo máscompetitiva y ma-terialista, una tierraasfaltada de consu-mismo, donde re-sulta complicado
que el anuncio dela Palabra logredar fruto. Aun así,el avance de la fecristiana es másque significativo.En los últimos 50años, la Iglesia ca-tólica ha pasadodel 1% de fieles al10%. Cientos demisioneros deunos 80 países lohan hecho posible.
Habrá quien pue-da considerar com-plicado hablar demisión ad gentesallí, asociando estaestrictamente a lafalta de recursos
económicos. O no.Lo pone de mani-fiesto el italianoVincenzo Bordo,misionero oblatode María Inmacu-lada, que hace dosdécadas fundó "LaCasa de Ana", uncentro de acogidapara lo que él de-nomina "la nuevapobreza", esa con-tra la que tambiénclama el Papa
cuando señala que"el actual sistemaeconómico nos es-tá llevando a latragedia" y que es-tá condenando alabandono a aque-llos que dentro dela sociedad sonconsiderados "im-productivos".
Este hogar recibea personas que vi-ven solas, niñosabandonados, hom-bres sin hogar, ni-ños de la calle, pa-rados... Cada día500 sin techo reci-ben una cena, unaducha y un dormi-
torio, además deasistencia social,psicológica y médi-ca. "Se ignora a losnuevos pobres. Lagente cree que enCorea no hay vaga-bundos. Este es eldesafío de la mi-sión en una socie-dad secularizada,en un mundo rico",explica el padreVincenzo, cuyo ob-jetivo es la reinser-
ción de estos colec-tivos, a través detalleres, en el casode los adultos, yde acompañamien-to, en el de los ni-ños, para intentarreestructurar el teji-do familiar o, ensu defecto, facili-tarles un nuevo ho-gar y una oportuni-dad para formarse."Oír al Papa invitar-nos a ir a las peri-ferias existencialesme consuela y meda un gran impul-so y energía de fu-turo", sentencia elsacerdote.
C
Colombia vive días decisivos. Desdehace un año, el Gobierno y las
Fuerzas Armadas Revolucionarias(FARC), la guerrilla más antigua de
América, negocian la paz. A la espe-ranza que este proceso ha desper-tado tanto allí como en el exterior
se añade ahora la posibilidad deque el Ejecutivo que preside Juan
Manuel Santos inicie también con-versaciones con el Ejército de Libe-ración Nacional (ELN). Las eleccio-
nes legislativas y presidenciales queasoman por el horizonte amenazan,
sin embargo, con entorpecer e in-cluso acabar con los diálogos. LasFARC dicen que, pase lo que pase,
no se levantarán de la mesa de ne-gociación, y han sugerido la sus-
pensión temporal de las conversa-ciones hasta que pasen ambos co-micios. El presidente Santos, cuya
popularidad sigue cayendo y que nisiquiera ha confirmado aún su can-
didatura, ha consultado entre lossuyos y se lo está pensando.
24 misioneros NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013
COLOMBIACOLOMBIAHORAS DECISIVASPARA LA PAZHORAS DECISIVASPARA LA PAZ
P R I M E R P L A N O
Hay que suspender tem-
poralmente las nego-
ciaciones con las FARC
para que estas no in-
terfieran en la disputa electoral?
Esto es lo que se planteaba, a me-
diados de octubre, el presidente
de Colombia Juan Manuel Santos,
quien por esas fechas consultaba
a los congresistas de su forma-
ción, el Partido de Unidad Nacio-
nal, si debía congelar los diálo-
gos, romperlos o seguir adelante
con ellos. La situación del actual
inquilino de la Casa de Nariño no
era por entonces nada cómoda.
Las encuestas indicaban que su
popularidad seguía cayendo. A fi-
nales de septiembre, solo un 19%
de los colombianos apoyaban ya
su hipotética reelección, mientras
que un 77% (casi 20 puntos más
que en el anterior sondeo) la re-
chazaban. El candidato mejor co-
locado para la Presidencia era por
entonces “uno de los suyos”, el ex
ministro de Interior Germán Var-gas Lleras, líder de Cambio Radi-
cal. Santos, que gobierna al fren-
te de una coalición de centro-de-
recha, tenía hasta finales de no-
viembre para decidir si se presen-
taba nuevamente, algo que, por
otra parte, se daba por hecho.
Colombia celebra elecciones le-
gislativas el 9 de marzo, y presi-
denciales el 25 de mayo. Faltan
aún meses para ambas citas, pero
hace tiempo que los políticos se
han lanzado ya al ruedo electoral.
Y, lógicamente, uno de los temas
estrella de la precampaña de todos
ellos es el proceso de paz, máxime
cuando no parece probable un
acuerdo definitivo con esta guerri-
lla marxista-leninista antes del pa-
so por las urnas. El ex presidente
Álvaro Uribe (2002-2010), el más
férreo opositor de la negociación,
se presenta para el Senado, y su
nuevo partido, Centro Democráti-
co, tiene muchas papeletas para
arrasar en las legislativas. El pro-
pio Uribe, abogado, 61 años, tenía
en septiembre, según Gallup, un
“índice de favorabilidad” (inten-
ción de voto) del 63%. De obtener
ese respaldo, prácticamente calca-
ría los resultados que le llevaron a
la reelección presidencial en 2006.
Más difícil lo tendría en las pre-
sidenciales. Ninguno de los tres
NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013 misioneros 25
¿
precandidatos que baraja (Fran-cisco Santos –ex vicepresidente
del país y primo del actual man-
datario–, Carlos Holmes y el ex
ministro Óscar Iván Zuluaga) aca-
ban de despegar en los sondeos.
Creciente malestar socialEl presidente Santos, que fue
ministro de Defensa con Uribe, es
hoy por hoy un hombre al que le
llueven los problemas. Lógicamen-
te, su primera prioridad es la fir-
ma de la paz con las FARC, empre-
sa complicada donde las haya que
le otorgaría un lugar de honor en
los libros de historia. Pero además
de tener que lidiar con los guerri-
lleros-terroristas tanto en el frente
de batalla como en la mesa de diá-
logo, ha de hacer frente también al
nuevo y creciente malestar social
instalado en el país de un tiempo
a esta parte, cuyo máximo expo-
nente fueron las graves protestas
de agosto y septiembre. Comenza-
ron los paros los agricultores, pero
a ellos pronto se unieron los mi-
neros, los médicos, los estudian-
tes, los obreros y los camioneros.
Los campesinos protestaban por el
alto coste de los fertilizantes, los
bajos precios de sus productos y el
aumento de las importaciones de
alimentos, problemas que atribu-
yen a los Tratados de Libre Comer-
cio firmados con Estados Unidos
(hace ahora año y medio) y con la
Unión Europea. El preacuerdo al-
canzado con los agricultores en
septiembre supuso el fin de tres
semanas de paros y bloqueos de
los accesos a las principales ciuda-
des, así como la creación de una
mesa negociadora con el Gobierno.
Pero el conflicto no se ha solucio-
nado del todo, los problemas de
fondo persisten, y puede volver a
estallar en cualquier momento.
El plato fuerte de la legislatu-
ra de Santos, con todo, es el pro-
ceso de paz con las FARC. Se tra-
ta, en verdad, de una apuesta de-
cidida y valiente, que entraña
enormes riesgos y que ha de ven-
cer no pocos obstáculos. Las con-
versaciones, como es sabido, se
iniciaron el 18 de octubre de 2012
en Oslo, después de seis meses de
encuentros exploratorios. Poco
después fueron trasladadas a La
Habana, donde comenzaron de
manera oficial el 15 de noviem-
bre. Los principales puntos de la
agenda son el acceso a la tierra;
la renuncia de las FARC a la lucha
armada y su ingreso en la vida
política; la solución al problema
del narcotráfico; y los resarci-
Esta vez parece existir verdaderavoluntad por ambas partes
de lograr acuerdos definitivos.
26 misioneros NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013
mientos a las víctimas del conflic-
to, especialmente a los millones
de desplazados internos. En mayo
pasado, se alcanzó un principio
de acuerdo sobre el primero de
estos puntos y actualmente los
equipos negociadores, liderados
por Humberto de la Calle y el co-
mandante guerrillero Iván Már-quez, trabajan en el segundo: la
participación política de las FARC.
Las partes deberían hacer público
en noviembre un informe sobre el
progreso de los diálogos.
¿Que cómo marcha el proceso?
Pues lentamente, muy lentamente.
En todo un año de discusiones –ya
está dicho– solo se ha podido al-
canzar un único acuerdo.
Otra cuestión. ¿Cómo ve la so-
ciedad colombiana el proceso? ¿Lo
acepta? ¿Lo rechaza?
En general, el pueblo se mues-
tra esperanzado con él, pero, por
si acaso, no se hace demasiadas
ilusiones. Otra cosa son los políti-
cos. Y aquí hay de todo, como en
botica. Como en cualquier conflic-
to armado enquistado –y este co-
menzó hace ya más de medio si-
glo– hay quien se opone de plano
a “negociar con terroristas”; están
también quienes, siendo partida-
rios de sentarse a hablar, están re-
celosos, pues temen que este Go-
bierno vaya a realizar demasiadas
concesiones; los hay, asimismo,
que creen que las FARC, por mor
de su debilidad en el frente de ba-
talla (sus comandantes históricos
están muertos, ha visto muy mer-
mada su capacidad operativa, y ha
pasado de 25.000 a 8.000 efectivos,
un 20%-30% de ellos menores de
18 años) está dilatando las conver-
saciones para reorganizarse y ga-
nar tiempo; y están por último los
que opinan, como la gente de Igle-
sia, que la esperanza es lo último
que se pierde y que la paz, una paz
basada en la justicia social, en la
reconciliación y en el reconoci-
miento y resarcimiento de las víc-
timas, bien merece la espera. “Tó-
mense el tiempo que haga falta,
pero que no se levanten de la me-
sa hasta alcanzar una solución jus-
ta y definitiva”, vienen a decir es-
tos últimos, hartos de tanta mise-
ria y sufrimiento. Quienes así pien-
san recuerdan, además, que las
FARC nacieron oficialmente en 1964
y que todos los intentos anteriores
por firmar la paz –este es el pri-
mero que se realiza fuera de Co-
lombia– acabaron en fracaso.
A día de hoy, puede decirse que
el proceso ha deparado ya dos no-
ticias, una buena y otra mala. La
buena es que, esta vez, parece ha-
ber una auténtica voluntad por
ambas partes de alcanzar acuer-
dos definitivos. La mala, que lle-
van un año negociando sin haber
decretado siquiera un alto el fue-
go o un cese temporal de las hos-
tilidades. Las FARC lo propusieron
al inicio del proceso, pero el Go-
bierno lo rechazó. De manera que,
como los combates, los asesinatos
y los secuestros continúan, bien
puede decirse que las negociacio-
nes penden de un hilo.
Justicia transicionalLa consecución de la paz va a
tener que sortear también otros
obstáculos. Hay uno, y no baladí,
que llega –quién lo iba a decir–
nada menos que del Tribunal Pe-
nal Internacional (TPI). El Gobier-
no colombiano se teme, y con fun-
damento, que este organismo in-
tervenga de oficio si considera
que el proceso se hace a costa de
dejar impunes los innumerables
crímenes que se han cometido du-
rante todos estos años. De ahí que
el presidente Santos, en su discur-
so de septiembre en la asamblea
general de la ONU, y en un inten-
to de blindar el proceso de una fu-
tura intervención del TPI, pidiera a
la comunidad internacional com-
prensión y amplitud de miras “pa-
ra poder solucionar el conflicto
por la vía negociada”. “Nuestro
modelo busca hacer justicia y per-
sigue la reparación de las vícti-
mas, y va más allá de meros pro-
cesos penales”, afirmó. “No se tra-
ta de sacrificar la justicia por la
paz, sino de lograr la paz con un
máximo de justicia”.
Con expresiones como “nuestro
modelo” o “un máximo de justi-
cia”, Santos se estaba refiriendo al
llamado Marco Jurídico para la
Paz, una iniciativa legislativa,
aprobada por el Congreso, que
permitiría aplicar lo que se ha da-
do en llamar una “justicia transi-
cional” en caso de desmovilización
guerrillera. O lo que es lo mismo:
castigar únicamente a los “máxi-
mos responsables” de los crímenes
más graves y no a todos los auto-
res. Los partidarios de la línea
dura, como Uribe, ven en esta le-
NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013 misioneros 27
Juan Manuel SantosP R I M E R P L A N O
gislación un camino hacia la im-
punidad. Los “posibilistas”, en
cambio, consideran que es imposi-
ble juzgar a todos los culpables de
delitos atroces y que la paz bien
merece esa apuesta. El TPI está en
la línea de los primeros.
¿Qué opina al respecto la Igle-
sia colombiana? La respuesta se
deja entrever en el comunicado
que la Conferencia Episcopal hizo
público en mayo, tras saludar la
llegada de ese primer acuerdo so-
bre la tierra. “La consolidación de
la paz –dice el punto número cin-
co de ese documento– requiere
una justicia que acentúe la di-
mensión restaurativa de la pena y
sea capaz de reparar, integral-
mente, a las víctimas del conflic-
to armado. Es necesario encontrar
salidas jurídicas y políticas que
faciliten la reincorporación a la
sociedad de los actores armados
evitando, sin embargo, cualquier
apariencia de impunidad”.
Independientemente de lo que
depare el futuro, lo cierto es que
durante décadas Colombia ha sido
un Estado tan solo sobre el papel,
y que en el país, sobre todo en el
campo, ha imperado siempre la ley
del más fuerte. Allí han matado to-
dos, las guerrillas, los paramilita-
res, los carteles de la droga, las
bandas criminales, los sicarios...
Allí se ha asesinado, se ha secues-
trado, se ha torturado, se ha eje-
cutado, se ha hecho desaparecer a
gente... Las cifras de la violencia
son realmente estremecedoras. Se
suele hablar de entre 200.000 y
220.000 muertos, de 25.000 de-
saparecidos y de cuatro millones
de desplazados en los últimos 60
años. La guerra ha dejado también
39.000 secuestrados, según el re-
ciente informe del Centro Nacional
de la Memoria Histórica. Algunos
de estos secuestrados estuvieron
privados de libertad hasta 14
años. Uno de los casos más estre-
mecedores es el del ex gobernador
de Caquetá, Luis Francisco Cué-llar, quien fue raptado hasta en
cinco ocasiones, siendo finalmente
asesinado por las FARC en 2009. La
guerra ha dejado, sobre todo, un
país sumido en el odio y la violen-
cia, que ha hecho del crimen y del
asesinato algo cotidiano. Asesina-
tos de sindicalistas –casi 3.000 en
los últimos 25 años–, de líderes co-
munales, de defensores de dere-
chos humanos, de ecologistas...
De un tiempo a esta parte, sin
embargo, da la impresión de que
28 misioneros NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013
P R I M E R P L A N O
La Iglesia apela a la reconciliacióny a la justicia social como pilarespara crear una nueva Colombia.
a Iglesia no ha cesadonunca en todos estosaños de tender lazos,
acercar posturas, construirpuentes que hagan posible lapaz. Los últimos servicios los haprestado facilitando los contac-tos con el ELN. "Tenemos unacierta comunicación con sus lí-deres", ha confirmado el carde-nal Salazar. "En ciertos momen-tos se ha podido llegar a ellos,y siempre la invitación quenosotros hemos hecho es quedepongan las armas, se sientenverdaderamente a negociar y sereintegren en la vida civil". Todoparece indicar que habrá nego-ciaciones también con el que esel segundo grupo guerrillerodel país, algo a celebrar pues,como se ha resaltado con acier-to, "sin él (el ELN) los acuerdosa los que se llegase establece-rían una paz irreal".
Entre las innumerables inicia-tivas organizadas por la Iglesiaestá la Semana por la Paz,que, coordinada por la Pasto-ral Social-Cáritas Colombia, hacelebrado este año ya su vigé-sima quinta edición. Y tambiénla reciente campaña "Por el de-recho de las víctimas a la vidadigna y a la restitución de tie-rras", que tiene por objeto in-formar de sus derechos y pres-tar asesoramiento a quienesmás han sufrido todos estosaños. Del 14 de septiembre al19 de octubre, además, unaréplica de la Virgen de Chi-quinquirá, patrona de Colom-bia, ha sido llevada en peregri-nación por la cuenca del ríoMagdalena para instar a lascomunidades a rezar por lapaz y la reconciliación.
Tender lazos,acercar posturasTender lazos,acercar posturas
ese orden rural adicto a la violen-
cia se está derrumbando y que se
está acabando también el secular
vacío del Estado en el agro colom-
biano. De ahí que al ser pregunta-
da por las revueltas campesinas de
los últimos meses, la ministra de
Asuntos Exteriores, María ÁngelaHolguín, replicara sin vacilar: “Mi-
re, se lo digo como colombiana.
¡Qué bueno que Colombia pase del
conflicto armado al conflicto so-
cial! ¡Qué bueno que la gente, en
vez de matarse, proteste! ¡Qué
bueno que la gente se sienta tran-
quila de salir a protestar!”.
Justicia socialLas palabras de la ministra re-
sultan a todas luces exageradas,
pues la gente se sigue matando
en su país. La paz, además, es al-
go más que la ausencia de guerra.
La paz conlleva poder vivir con
dignidad, no solamente sobrevi-
vir. Y eso es algo que hoy día no
tienen garantizado varios millo-
nes de personas en Colombia. Las
estadísticas dicen que de los 47
millones de habitantes del país,
14,6 millones (el 31%) son pobres.
Y de ellos, más de cuatro millo-
nes, pobres de solemnidad que vi-
ven en condiciones de miseria.
“Un auténtico proceso de reconci-
liación y de paz no es simple-
mente restaurar lo dañado, por-
que es imposible restaurarlo. Se
trata, más bien, de crear una so-
ciedad nueva”, decía a primeros
de septiembre el arzobispo de Bo-
gotá y presidente del episcopado,
cardenal Rubén Salazar, en el VI
Congreso Nacional de Reconcilia-
ción. Esa “sociedad nueva” debe
ser edificada, ante todo, sobre los
pilares de la reconciliación y de la
justicia social.
El Gobierno de Juan ManuelSantos espera que este año, aun
con guerra, la economía nacional
crezca por encima del 4%. El Fon-
do Monetario Internacional reba-
ja esta previsión al 3,7%, lo cual
no está tampoco nada mal para
los tiempos que corren. Al 49% de
los colombianos, sin embargo, to-
dos estos datos no les dicen nada.
No ven que nada mejore y cada
día tienen más problemas para
llegar a fin de mes. Así lo confe-
saban este verano en una encues-
ta. “El desafío mayor –escribieron
los obispos sobre el proceso de
paz en su última plenaria– se en-
cuentra en la creación de estruc-
turas que den solución a las cau-
sas que generan violencia de todo
orden”. Y añadieron: “Mantener y
fortalecer lo que el país ha gana-
do en su democracia e institucio-
nes es punto de partida que no
impide ver las necesarias refor-
mas que se deben adelantar (...)
para afianzar el camino”.
Lo dicho. Colombia vive una
oportunidad histórica y única para
conseguir la paz.
JOSÉ IGNACIO RIVARÉS
NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013 misioneros 29
L
La muerte de varios cientos de inmigrantes africanos el pasado mes de octubre frente a las costas de Lampedusa y Malta fue calificado de“vergogna” (“vergüenza”) por el papa Francisco.La criminalización xenófoba de la inmigración essolo una de las lacras que sufre el mundo actual.Este artículo repasa algunas de ellas.
I N F O R M E
30 misioneros NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013
Criminalizaciónde la inmigración
“Solo me viene la palabra ver-güenza, ¡es una vergüenza!”. Conesta contundencia se expresó el pa-pa Francisco el pasado 3 de octu-bre cuando tuvo noticia de las pri-meras cifras de muertos en el nau-fragio frente a las costas de la islade Lampedusa, que él mismo habíavisitado tres meses antes. En díassucesivos los equipos de rescate re-cuperarían más cadáveres, que, su-mados a los de otro naufragio el 11de octubre, dieron un balance totalde algo más de 350 inmigrantes, ensu mayoría eritreos y somalíes.
Una tragedia de estas propor-ciones no puede achacarse solo aun desgraciado accidente. La ver-güenza aquí tiene varias caras. Enprimer lugar, varios supervivientesseñalaron que tres barcos que avis-taron la embarcación atestada deafricanos negaron su auxilio a loscientos de personas que estaban enpeligro de morir. Pocos medios decomunicación recordaron que lasleyes actualmente en curso en Ita-lia penalizan a quien ayude a un in-migrante sin papeles, aunque seaintentando salvarle la vida mien-tras naufraga, o incluso dando alo-jamiento a uno que esté en la calle.Esta legislación es la consecuenciade la reforma del Gobierno de Sil-
vio Berlusconi hace cuatro años.Tras las apresuradas visitas ofi-
ciales de varios ministros de paí-ses de la Unión Europea a la isla
para mostrar su “solidaridad”, elprimer ministro italiano Enrico
Letta anunció que se concedería lanacionalidad italiana a todos losfallecidos, al mismo tiempo quelos adultos rescatados podían sermultados con hasta 5.000 euros yla expulsión del país. De poco sir-ve extrañarse de esta hipocresía sipreviamente se han apoyado leyesque alientan la xenofobia: hasta 15países europeos penalizan a susciudadanos si alquilan viviendas alos indocumentados, y la propiaUnión Europea (Premio Nobel de laPaz 2012, ¿recuerdan?) se ha dota-do de medidas que permiten la de-tención hasta un periodo de año ymedio a un inmigrante en situa-ción irregular. Teniendo en cuentasemejante contexto, las palabrasdel Papa, denunciando lo que lla-mó “una gran falta de respeto porel ser humano”, cobran aún másvalor, puesto que durante esos dí-as la suya fue la única voz de unlíder mundial que se alzó para lla-mar a las cosas por su nombre.
Apenas empezaban a desdibu-jarse en nuestro recuerdo las imá-genes de los náufragos de Lampe-dusa, cuando en otros rincones deEuropa se continuaba con la deri-
va hacia la criminalización de lainmigración. El pasado 15 de agos-to, en Francia, la policía llegó a ha-cer bajar a la fuerza a una niña gi-tana rumana de un autobús esco-lar para proceder a su expulsiónjunto con el resto de su familia, yen Reino Unido acaba de comenzaruna agresiva campaña de “infor-mación” con eslóganes exhibidosen furgonetas y dirigidos a los ex-tranjeros en situación irregular:“Vete a casa o te detendremos”.No nos echemos demasiado lasmanos a la cabeza. En España tam-bién hemos puesto nuestro grani-to de arena en esa deriva xenófo-ba que denuncia el Papa. La refor-ma sanitaria del actual Gobiernoha dejado sin tarjeta sanitaria alos 150.000 inmigrantes irregula-res que se calcula que hay ennuestro país, y que está arrojandoa muchos enfermos crónicos a si-tuaciones como la siguiente: ima-ginemos qué destino le aguarda aun enfermo seropositivo que de-pende de la medicación antiretro-viral para seguir vivo y al que derepente le niegan su tratamiento...Tal vez la única diferencia con unnáufrago que muere ahogadofrente a un pesquero que pasa
Las leyes italianas penalizan a quienpreste ayuda a un inmigrante sin papeles,
aunque sea para salvarle la vida.
NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013 misioneros 31
32 misioneros NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013
de largo sin auxiliarle es que lamuerte del enfermo crónico se-
rá más silenciosa y sus imágenesno es probable que salgan ennuestros telediarios.
Trata de personasTambién aquí empezaremos
con una cita del papa Francisco:“Estamos ante la esclavitud másextendida en este siglo XXI”. Asícalificó el Pontífice la trata de per-sonas el pasado 1 de abril, domin-go de Pascua. Según él, esta lacraes consecuencia de “la codicia dequienes buscan fáciles ganancias”y de “un mundo herido por el egoís-mo que amenaza la vida humana yla familia”. No es casualidad quequienes caen en las trampas de es-ta esclavitud procedan mayorita-riamente de los países más pobresdel mundo. Como señala el estudioLa trata de personas con fines de ex-
plotación sexual, publicado por Cá-ritas Española en 2011, “la dife-rencia de oportunidades para lapoblación de los países del Sur enrelación al Norte, las migracionespropiciadas por alcanzar la super-vivencia y la cultura del placer co-mo objetivo en los países desarro-llados son el caldo de cultivo parala creación de redes operadas pormafias oportunistas que se enri-quecen mediante la comercializa-ción de personas”.
Un reportaje de investigaciónpublicado el pasado 6 de abril deeste año por el New York Times
afirma que “mientras el resto dela economía en España está encrisis, la prostitución –casi siem-pre alimentada por el tráfico demujeres extranjeras– prospera yse ofrece a plena vista de todosen ciudades grandes y peque-ñas”. El rotativo cita datos de2010 del Departamento de Estadonorteamericano, que ofrece cifrasmuy preocupantes: entre 200.000
y 400.000 mujeres trabajan en laprostitución en España, “y al me-nos el 90% de ellas son víctimasdel tráfico”. Muchas de estas mu-jeres viven en condiciones de se-miesclavitud, como es el caso deincontables jóvenes nigerianasvíctimas de la trata que tienenque pagar enormes “deudas” ba-jo amenaza de que el impago lespodrá acarrear consecuencias trá-gicas, ya que, para mantenerlascontroladas bajo presión, las ma-fias que las explotan les obligana someterse a rituales tradiciona-les conocidos como yuyu.
En los países europeos se haoptado en muchos casos por en-durecer las medidas contra los res-ponsables de estas mafias, y tam-bién por organizar campañas desensibilización dirigidas a losclientes, llegando a sancionar a es-tos por medio de ordenanzas mu-nicipales. Pero otras piezas del en-granaje, gracias al cual funciona elnegocio de la trata, siguen sin to-car. Así ocurre con los anunciospor palabras en los periódicos, untema que ha sido objeto de encen-didos debates, incluso en el Con-greso de los Diputados (en sep-
I N F O R M E UN MUNDO DE VERGÜENZAS
tiembre de 2010). Pero lo que sediscutió en aquella ocasión no pa-só de ser una proposición no deLey que está lejos de ser una nor-ma de obligado cumplimiento, sinouna simple exhortación a la auto-rregulación de la prensa. Demasia-do difícil renunciar a unos ingresosque se calculan pueden estar entredos y seis millones de euros al añopor estos espacios publicitarios. Lahermana oblata Cleofé Rodríguez,que lleva muchos años dedicada alacompañamiento y rehabilitaciónde algunas de estas chicas en Gali-cia, lo tiene muy claro: “Ya haymuchas leyes escritas, otra cosa esque se cumplan o no. En España,la última reforma que se hizo delCódigo Penal tipifica la trata depersonas como un delito, pero losclubes de carretera están abiertoscon todos los permisos legales.Otro problema es que la mayorparte de las mujeres víctimas deesta explotación con frecuencia
tienen miedo a denunciar. Aquípuede ser testigo protegido, peroen su país de origen probablemen-te no se les pueda garantizar unaprotección suficiente. Además hayque tener en cuenta que en esacadena de explotación hay muchaspersonas, por desgracia incluso amenudo algunos de sus propios fa-miliares”. En su opinión, este tur-bio negocio prospera en España“porque hay una enorme demandade prostitución, ya que, si no exis-
tieran los clientes que quieren uti-lizar a las mujeres como objetos,se acabaría el negocio”.
Los trapos suciosde la moda
El pasado 24 de abril, un edifi-cio de ocho plantas llamado RanaPlaza se derrumbó en las afuerasde Dacca, la capital de Bangladesh.Murieron 1.127 personas y otras2.438 resultaron heridas, la mayo-ría de ellas trabajadores de cincotalleres textiles que producían pa-ra grandes marcas de Occidente.La última rescatada, Reshma Be-
gum, de 19 años, pasó 17 días ba-jo los escombros sobreviviendocon un paquete de galletas y doslitros de agua. Después de su res-cate, la policía dio a otras 98 per-sonas por desaparecidas.
Durante los días sucesivos, sa-lieron a la luz detalles cada vezmás estremecedores. Supimos que,apenas dos horas antes de la tra-gedia, grupos de trabajadores ha-bían protestado a las puertas deledificio para quejarse de la faltade seguridad, pero sus jefes lesobligaron a entrar a la fuerza. Otrodato hecho público desde aquel fa-tídico 24 de abril nos toca más decerca a los consumidores de paísesoccidentales: los talleres situados
en aquel inmueble servían de pro-veedores a grandes marcas de ro-pa, como Benetton, Mango, El Cor-te Inglés, Primark, Dress Barn, TheChildren's Place y Wal Mart.
Todo esto es parte de un fenó-meno económico que se ha de-sarrollado a pasos gigantescos du-rante las últimas décadas: miles deempresas del Primer Mundo trasla-dan la producción a países pobres,donde los trabajadores –en su ma-yoría mujeres– carecen de dere-chos laborales o sindicales y sedesloman en jornadas intermina-bles por salarios de menos de 40dólares al mes. De este modo, lasgrandes empresas ofrecen preciosmás competitivos a sus potencialesconsumidores y multiplican sus be-neficios. Inditex, el principal mi-norista de prendas de vestir y
NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013 misioneros 33
propietario de Zara y MáximoDutti, registró durante 2012 un
margen bruto de beneficio del58%. La sueca H&M (Hennes andMauritz) tuvo un margen del 55%.Mango, que no revela sus márge-nes, tuvo el año pasado unas ven-tas de 1.690 millones de euros.
En caso de que los abusos la-borales lleguen a ser conocidos,un laberinto opaco de contratas ysubcontratas garantiza la impuni-dad, y las grandes empresas se de-fienden alegando que han realiza-do auditorías dentro de los már-genes de la ley. Como explica Al-
bert Sales, portavoz de la Campa-ña Ropa Limpia en Cataluña, “lasmarcas no están obligadas a reve-lar el origen de sus proveedoresinternacionales ni a incorporar laetiqueta ‘made in’ en sus pren-das”. Este modo de obrar facilitaque las élites empresariales se la-ven las manos: “Como no son susfábricas, sino empresas proveedo-ras propiedad de terceros empre-sarios, no hay una relación con-tractual entre los obreros y lamarca internacional, y esto sirve alas marcas para desentenderse delas condiciones de los empleados”.En Bangladesh, se calcula que tresmillones de personas viven enca-denadas a una de las 25.000 fábri-cas existentes, que son controla-das (es un decir) por los 93 ins-pectores laborales que existen enesta nación de 160 millones de ha-bitantes. En Dacca, una caóticaciudad de 14 millones de habitan-tes en la que existen varios milesde talleres textiles, hay solo 18inspectores. Cuando, hace pocosaños, los costes laborales en Chi-na se incrementaron, las grandesmarcas de ropa no perdieron eltiempo en trasladarse a Bangla-desh, donde un trabajador textilcobra la mitad de lo que gana unchino que hace el mismo trabajo.
También de este tema se haocupado el papa Francisco: “¡Estose llama trabajo esclavo!”. Así ca-lificó el Pontífice en su homilía delpasado 1 de mayo las condicionesde los trabajadores víctimas delderrumbe del edificio de Dacca.Sus palabras no pudieron ser másdirectas: “No pagar un salario jus-to, centrarse exclusivamente enlos libros de contabilidad, en losbalances financieros y mirar solo alos beneficios personales. ¡Esto vacontra Dios! Aquí tenéis un titulardel día de la tragedia que me im-presionó: ‘Vivir con 38 euros almes’. Este era el sueldo de la gen-te que murió en Bangladesh”.
Fuga de capitalesde países pobres
Al menos 55 de las grandesfortunas mundiales se encuentranen el continente africano. Así loaseguró a principios de octubrede este año la revista internacio-nal Ventures. Entre todos ellosacumularían una fortuna cercanaa los 144.000 millones de dólares.El dueño del grupo industrial ce-
mentero, Aliko Dangore, nigeria-no, encabeza la clasificación conun patrimonio de 20.000 millonesde dólares. Los datos coincidenbásicamente con los publicadosanteriormente por la revista For-
bes International. Es curioso quede los 40 africanos más ricos delcontinente según la lista Forbes,once de ellos son nigerianos. Mu-chos hicieron fortuna gracias a su“destacado” papel en el Gobierno.Este es el caso del general Theo-
philus Danjuma, antiguo minis-tro de Defensa y cuya fortuna secalcula en 600 millones de dóla-res; Sani Bello, ex embajador enZimbabue, con cerca de 425 mi-llones en sus bolsillos; y Moham-
med Indimi (550 millones), fami-liar del ex presidente Ibrahim Ba-
bangida. Pero la mayoría de ellosse enriquecieron con el petróleo.Este es el caso de la empresariaFolorunsho Alakija, consideradala mujer negra más rica del pla-neta y quien ha sabido rentabili-zar sus inversiones en moda, fi-lantropía y, sobre todo, en inver-siones en petróleo. Resulta harto
34 misioneros NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013
I N F O R M E UN MUNDO DE VERGÜENZAS
llamativo que esto ocurra en Ni-geria, donde cerca del 70% de supoblación vive por debajo del ín-dice de la pobreza y una cuartaparte se encuentra desempleada.
Nigeria es uno de los países afri-canos donde se da la paradoja deque, pese a que su índice de creci-miento anual es muy alto (el 7%),la proporción de sus ciudadanosque viven en la pobreza va tambiénen aumento. El ejemplo de Nigeriaes extrapolable al continente. Pesea que la fortuna conjunta de los 55“súper millonarios” se acerca a los144.000 millones de dólares, segúndatos del Banco Mundial, el 48.5%de la población del África Subsaha-riana vive por debajo del umbral dela pobreza (1,25 dólares al día).
Y es que uno de los contrasen-tidos de África es que, al mismotiempo que la mayor parte de susciudadanos viven con muy pocosmedios, bastantes de sus dirigentesacumulan unas fortunas escandalo-sas que han adquirido de formafraudulenta. A finales del pasadoaño, Transparencia Internacionaldenunciaba en un informe la vora-cidad adquisitiva de tres de las másinfames dictaduras del continenteafricano: Denis Sassou Nguesso
(República del Congo), Omar Bongo
Ondimba (Gabón, ya fallecido, aun-que su hijo continúa con la estirpe
presidencial), así como Teodoro
Obiang (Guinea Ecuatorial). A prin-cipios de agosto, el expresidentesudafricano Thabo Mbeki, actualpresidente del Panel de Alto Nivelde Conflictos Financieros en África,dio una cifras para la reflexión:África pierde 50.000 millones dedólares cada año en lavado de di-nero. Y la propia Unión Africana haasegurado que África pierde al año,debido a la corrupción, más de157.000 millones de dólares, elequivalente al 5,6% del PIB de todoel continente africano.
Acaparamiento de tierrasEs el último grito en la explota-
ción descarada contra las personasmás vulnerables. Un buen día un
grupo de campesinos en un paísafricano llega a sus tierras, encuen-tran a personas cercándolas con va-llas de alambre y el mandamás dela zona les informa que el Gobier-no las acaba de vender a una com-pañía extranjera que va a cultivar agran escala maíz, arroz o caña deazúcar. En África es muy raro tenerun título de propiedad, puesto queen las zonas rurales todos se cono-cen y la posesión de un terreno decultivo se basa en la costumbre. Es-to hace que los campesinos despo-seídos de su propiedad se encuen-tren sin ninguna protección legalante un acuerdo hecho a sus espal-das. Si se resisten, lo más probablees que las autoridades envíen a sol-dados y policías para emplear laviolencia contra ellos.
Desde que los alimentos básicosse convirtieron en objeto de espe-culación en las Bolsas mundialesy sus precios se dispararon, variospaíses (sobre todo árabes y asiáti-cos) cayeron en la cuenta de quepara alimentar a sus poblaciones lesresultaba más barato comprar gran-des extensiones de tierras en paísesafricanos, cultivar en ellas arroz omaíz y transportar el producto finala su propio territorio. En otras oca-siones cultivan palmera aceitera ojatropha para elaborar biocombusti-bles. Hay países, como Madagascar,Etiopía, Uganda o Mozambique,donde millones de hectáreas han si-do acaparadas por compañías ex-tranjeras que las explotan a granescala, empujando a sus legítimosdueños a emigrar a ciudades dondeacabarán malviviendo en suburbiosmiserables. Para “dorar la píldora”se intenta convencer a la poblaciónde que estas inversiones significan“progreso y desarrollo” y de quetraerán miles de puestos de trabajo,algo que, en casi todos los casos, nollega nunca.
JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ
NÚM. 139, NOVIEMBRE DE 2013 misioneros 35
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