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S E R I E C U L T U R A u
Dirigida por Nstor Garca Canclini
Se ha vuelto necesa rio estudiar la cultura en nuevos territorios. La indus-
trializacin y la globalizacin de los procesos culturales, adems de mo-
dificar el papel de los intelectuales y los artistas, provoca que se interesen
tambin en este campo los empresarios y los economistas, los gestores de
proyectos cul turales y los animadores de la comunicacin y la par t icipa-
cin social. La serie Culturas dar a conocer estudios sobre estos nuevos
escenarios, as como enfoques interdisciplinarios de las reas clsicas, las
artes y la l i teratura, la cultura popular, los con flictos fronterizos, los desa-
fos culturales del desarrollo y la ciudadana. Darem os preferencia a estu-
dios en espaol y en otras lenguas qu e estn renovando tanto el trabajo de
las disciplinas dedicadas a la cultura antropologa, historia y comuni-
cacin com o los campos del conocimiento que se abren para estos temas
en la economa, la tecnologa y la gestin sociopoltica.
T E R E S A P I R E S D O R I O C A L D E I R A
J OO S T S M I E R S
J E A N -P IE R R E W A R N I E R
G E O R G E Y D I C E
R O S A L A W I NO C U R
S C O T T M I C H A E L S E N
Y D A V I D E . J O H N S O N
G U S T A V O L I NS R I B E IR O
G E O R G E Y D IC E Y T O B Y M IL L E R
J O OS T S M I E R S
T I E N NE B A L I B A R
R E N A T O O R T I Z
Ciudad de muros
Un m undo sin copyright
Artes y m edios en la g lobal izacin
La m undializacin de la cultura
El recurso de la cultura
Usos de la cul tura en la era g lobal
Ciudadanos mediticos
La construcc in de lo pbl ico en la radio
Teo ra de la frontera
Los l mites de la po l t ica cul tura l
Postimperialismo
Cultura y po l t ica en el mundo
contemporneo
Poltica cultural
Un m undo sin copyright
Artes y m edios en la g lobal izacin
V iolencias, identidades y civilidad
Por una cu l tura po l t ica g lobal
Mundializacin: saberes
y creencias
MEDIOS,
MODERNIDAD
Y TEC NOLOGIA
Hacia una teora interdisciplinaria
de la cultura
David M or ley
Traduccin de Margarita Polo
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NDICE
2007 David Morley
All right reserved
Ttulo del original en ingls:
Media Modemity Technology: The Geography of the New
Authorised translation from the English language edition published by Routledge, a member of the
Taylor & Francis Group.
Traduccin: Margarita Polo
Primera edicin: diciembre de 2008, Barcelona
Derechos reservados para todas las ediciones en castellano
Editorial Gedisa, S.A.
Avenida del Tibidabo 12, 3
08022 Barcelona, Espaa
Tel 93 253 09 04
Fax 93 253 09 05
www.gedisa.com
ISBN: 978-84-9784-250-1
Depsito legal: B. 43386-2008
Diseo de coleccin:
ans
Impreso por Romany Valls
Impreso en Espaa
Printed in Spain
Queda prohibida la reproduccin parcial o total por cualquier medio de impresin,
en forma idntica, extractada o modificada, de esta versin castellana de la obra.
Ilustraciones
Agradecimientos
1
Introduccin
3
Primera parte: La geograf-a de la modernidad
y la orientacin del futuro
1.
EurAm, modernidad, razn y alteridad: despus
de Occidente?
3
2.
Ms all de la abstraccin global: la teora regional
y la espacializacin de la historia
3
Segunda parte: Domesticidad, mediacin y tecnologas de lo nuevo
3.
Asuntos pblicos e historias ntimas: mediacin,
domesticacin y dislocacin
121
t/
4.
Retrica de lo sublime tecnolgico: las paradojas
de la racionalidad tcnica
171
Tercera parte: Tecno
ntropologa: iconos, ttems y fetiches
5. La televisin: no tanto un medio visual como un
objeto visible
225
6.
Tecnologas mgicas: lo nuevo, lo brillante y lo simblico
C o d a
7.
Prodigios y maravillas: modernidad, tradicin y tecnologa
275
ndice analtico
301
249
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Ilustracin
3. Anuncio de un refrigerador de Siemens con televisin
incorporada. Reproducida con autorizacin de Siemens plc y BSH
Home Appl iances L t d .
3. A SU NT OS PBL IC OS E H IST OR IA S NT IM A S
M E DIA CIN, DOM E ST ICA CIN Y D ISL OCA CIN
Tras haber examinado algunas perspectivas tericas genera-
les sobre la s nuevas fo rmas de modern idad y su geogra f a en
un n ive l m acro, me concen tra r ahora en una m ic roperspec t i-
v a s o br e o t r a f o r ma d e n o v e d a d , e n r e l a c in c o n l a s n u e v a s
tecno logas de nues tro t iempo, sobre cmo han s ido dom es t i -
cadas y cmo v ivimos con e l las en n uest ra ex is tencia cot id iana .
M i in te rs espec f ico en es te cap tu lo es abordar la s cues t iones
L
de la iden t idad desde e l pun to de v is ta de cmo deb emos com -
\ prenderTa idea de la casa mediatizada, y tambin abordar las
cues t iones de tecno loga desde e l pun to de v is ta de cmo pod e-
mos com prender tan to e l proceso h is tr ico de su dom es t icac in
como e l fenmeno con temporneo de su d is locac in .
En es te contex to t ambin me propongo e laborar una pers -
pec t iva que t ra ta de a r t icu la r lo s imbl ico con las d imens iones
materiales del anlisis. Lynn Spigel aborda este aspecto de otra ma-
nera cuando sos t iene que e l auge s imultneo de l suburbio pro-
ducido por l as masas y un lugar ubicuo l l amado
televisionland
(la t ierra de la televisin) plantea una serie de cuestiones que hace
poco t iempo los acadmicos han comenzado a indagar .
1 Al re-
plantear estas cuestiones retomo, siguiendo a Spigel, la formula-
c in de Raym ond Wil l iams de la priva t izac in mvil a f in de
describir los estilos de vida de los suburbios mediatizados. Para
Wil l iams , la priva t izac in m vil o frece la do ble sa t is facc in
de perm itir a las personas qued arse en casa, seguras, dentro del
mbito de su seguridad on to lgica famil ia r , y a l mismo t iempo
viajar (imaginaria o virtualmente) a lugares que las generacio-
nes anteriores ni siquiera podan imaginar visitar.
2
Spigel sos t iene que, por lo menos en e l contex to nor teamer i -
cano, se puede com prender la genealoga de las ideas sobre la do-
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/ M E DIOS , M ODE R NIDA D Y T E C NOLOGA
mest ic idad en un mundo sa tu rado por los medios como un desa -
rrollo en tres etapas principales en el perodo de posguerra. Com o
ella observa, en la situacin inmediatame nte posterior a la guerra
/ la televisin se vea, en gran m edida, como agente de enlace, capaz
de juntar las
vidas de los fam iliares qii-EhibiltiTid7seTa-rados por
la guerrultesidga se vea como un agente e ormas dese-
i h re s d e
' juntar a la familia
.3
La pr imera e tapa de l desa rro l lo
de la te levis in en e l per odo de posguerra impl ic e l mod elo del
hom e theatre
(basado en ideas de acce sibilidad, de traer una sa-
lida imaginaria en la ciudad a la cultura dom stica sedentaria de
espectadores pasivos, seguros en ca sa, en el crculo familiar, en
la sala de estar; perm itir visi tas imaginarias a los grandes placeres
de la ciudad y una se nsacin falsa de estar participando en la vida
pblica, para familias que, en realidad, se quedaba n seguras en los
suburbios . Es ta pr imera e tapa , segn opina Spige l , e s la que en-
capsula realmente el modelo de la privatizacin mvil de Wi-
lliams. Con el advenimiento de la te levis in porttil en Estados
Unidos en los arios sesenta, destinada a simbolizar las aspiracio-
nes de lo que la industr ia entonces imaginaba como u na audiencia
mv i l y ms ac t iva de personas que es taban en l a onda , es te
mo delo fue suplantado por e l (an v igente) modelo de l hogar
mv i l , que se carac ter iza no t anto por l a pr iva t izac in m vi l ,
sino por lo que la autora l lama la m ovilidad privatizada .4
En la l t ima e tapa de es tos desa rro l los , como sos t iene Spi-
gel, se da el modelo de la ca sa inteligente digitalizada (a la que
nos re fe r i remos ms ade lan te ) , que o frece no tan to una imagen
de mov ilidad, sino un espacio sensible que, com o suele decir-
se, t rasciende profundam ente las divisiones interior/exterior y tra-
ba jo /casa , en e l sen t ido de que rea lmente hace innecesa r io t ras -
ladarse adonde sea . En su fo rma d ig i ta lizada , la misma casa se
puede co nsiderar, en trminos de Viri l io, como el lt imo vehcu-
lo, donde e l confor t , la seguridad y la e s tab i l idad pueden con-
vivir felizmente con la posibilidad de un vuelo instantneo di-
gi ta li zado adonde sea , y l a impor tac in ins tantnea en casa de
elementos deseados procedentes de cualquier otro lugar.s Sin
embargo , com o veremos , todo es te d iscurso
high-tech
suele es-
tar cuidadosamente enmarcado y domesticado por una visin
A S UNT OS PBLIC OS E H IS T OR IA S NT IM A S : M E DIA CIN, DOM E S T IC A C IN Y D IS LOC A C IN /
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Queda claro, en el presente contexto, que tenemos que ir
ms all del inters prcticamente exclusivo que los estudios so-
b re medios s iempre han tenido por la te levis in, a f in de abordar
e l s igni f i cado contemporneo de una gam a ms am pl ia de t ec-
nologas de l a comunicac in. Sin embargo, sos tendr que ne-
cesitamos descen tra r los m edids en nues tro m ar i- r i t t icb ,
pa ra comp render mejor la s maneras en qu e los procesos de los
Ea os y- l Vid-a-cotidiana se entrelazan. El problema que afron-
tamos no ser resuelto por las propuestas contemporneas de
modernizar los estudios sobre medios, reconceptualizndolos
com o es tudios sobre l a web o a lgo s im i lar, ya que e l lo slo
implica r a co locar a In te rne t en e l cen tro de la ecuac in , don
so l a e s ta r la te lev is in . Ese cam bio s lo reproduc ir a una p ro-
blemtica tecnolgicamente determinista muy antigua, pero con \
una nuev a apar ienc ia . Aqu la cues t in c lave es , pa ra dec ir lo de \ \
fo rma paradj ica , cmo comprender la va r iedad de maneras en
que los medios nuevos y los an t iguos se adaptan unos a o tros y
conviven en formas s imbit icas , y t ambin cmo v iv imos con
e l los en tan to pa r tes de nues tros con jun tos de m edios pe rso-
nales o domsticos. '
La muy anunciada) muerte de la geografa
Entre o t ras cosas , es tas nuevas tecnolog as de co municacin
han s ido promocionadas com o e l anunc io de la muerte de la
geograf a . Desde un p unto de v i s ta br i tnico , un e jemplo con-
temporneo e locuen te que pa rece r a sea la r en esa d irecc in es
el crecimiento de los
call centres
(centros telefnicos de atencin
a l c l iente) ins ta lados en l a India . Debido a l a com binacin de
una econ om a con sa lar ios ba jos y un a l to n ive l en e l dominio
de l ingls na t ivo , numerosas em presas br i tn icas han ins ta lado
en ese pa s una gran cant idad de cen t ros t e le fnicos de a ten-
cin a l c l iente . A los em pleados de esos ce nt ros se les impar ten
cursos in tens ivos sobre la cu l tu ra br i tn ica con tempornea y se
los forma para que presenten , a quienes los l laman , una forma
muy desar ro l lada de br i t anidad v i r tua l , que ocul te por com-
pleto su ubicacin ge ogrfica real . Se les incita a uti l izar nombres
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M E DIOS , M ODE R NIDA D Y T E C NOLOGA
que suene n ingleses para ident if i carse cuando responden las
llamadas y a que, en la medida de lo posible, dis imulen su acen-
to ind io . En rea l idad , en a lgunos de esos cen tros ahora se ense -
a de l ibe radamente a los empleados a h abla r con acen tos br i t -
nicos regionales , a fin de establecer mejor la autenticidad de su
bri tan idad y la ve rac idad de la impres in que se le s ensea a
dar, de responder a quienes los llaman como si estuvieran en
a lgn lugar cerca de casa En las panta ll as de los ordenado-
res de esos centros, en la India, continuamente se muestra la
temperatura actu al en el Reino Unido y la hora del meridiano de
Green wich, y se l es pide que o peren en funcin de es tos da tos
para satisfacer a los clientes britnicos. Adems, los emplea-
dos tienen que estar al corriente de las noticias y las te lenovelas
en G ran Bre taa y consu l ta r los in formes de l t iempo br i tn icos ,
a fin de poder entablar una conversacin ms amena con sus
clientes.
Sin embargo , s i b ien es tos cen tros te le fn icos ya no neces i-
tan es ta r en e l te rr i to r io geogrf ico de l Re ino U nido para t ra ta r
eficazmente con sus clientes britnicos, no estn (a pesar de los
defensores de la nomadologa posmoderna) en cualquier lado, y
tampoco estn de ningn modo desterritorializados. Estn
ubicados prec isamente donde es tn porque la Ind ia o frece a los
inversores la atractiva combinacin de un alto nivel de habilida-
des en e l mane jo de l ingls na t ivo con una econ om a de ba jos
sa la r ios, como resu l tado de la la rga h is to r ia de la presenc ia im -
perial bri tnica en t ierra india. Por razones del mismo t ipo, los
cent ros t e le fnicos f ranceses y espaoles t i enden a es ta r en e l
norte de frica. De modo que la supuesta geografa dester
-
i
-
6
in te rpre ta com o un conjunto de geog raf as secundar ias o a
la sombra , c reada s a t ravs de l a comp le ja h is tor ia de l imp e-
rialismo.
Adems, a pesar de las dis imulaciones que por lo general se
I
practican en esos centros de atencin telefnica, e l c iberespacio
t iene una geogra f a muy rea l . Como han dem os trado las
gaciones realizadas por el Centre for Advan ced Spatial Analysis
de Londre s, la densidad relativa de las conexiones a Internet por
A S UNT OS PBLIC OS E H IS T OR IA S NT IM A S : M E DIA CIN, DOM E S T IC A C IN Y DIS LOC A C IN / 125
enormem ente y e l acceso a esas tecno logas (y a la conec t iv i-
dad que o frecen) depende en gran m edida de donde uno es t ,
tanto en el espacio geo grfico com o social. ' En general, la distri-
buc in de es tas nuevas tecno logas copia la s e s t ruc tu ras de po-
der establecidas, y los flujos del trfico por Internet t ienden a se-
guir las rutas establecidas por las formas de comunicacin
an te r io res . Com o demues tra M at thew Zook, la economa de la
era de la informac in est lejos de ser sin lugar, y en realidad
l a produccin de conocimiento es t a r ra igada en lugares muy
par t i culares , lo que co ns t i tuye un med io de innovacin geo-
grfico especfico. Com o observa Ca stells en su introduccin al
trabajo de Zook, la ubicacin de los dominios de Internet es uno
de los pa trones ms concen trados_en e l p lano espac ia l , no s lo
por pas s ino tamb in por regin, e incluso por lugares espec fi-
cos dentro de las reas metropolitanas. ' Adems, como demues-
t ra Zook, una pa r te muy desproporc ionada de la produ cc in , la
dis tribucin y el consumo de datos sobre Internet tiene lugar, en
rea l idad , den tro de l te rr ito r io geogrf ico de Es tados Unidos : no
slo la tercera parte de los nombres de dom inios mundiales est
regi s t rada en ese pa s , s ino que cas i todo e l t rf i co mund ia l de
Interne t pasa a t ravs de t rece servidores ra z ins ta lados en
Estados Unidos, que tienen los directorios maestros de los sufi-
jos de dominios ( .com, .net, .uk, . fr, e tc .) . Zook observa que la
gran paradoja es que, a pesar de la capacidad de In ternet de t ras-
cender e l e spac io , la gran ma yora de la s compaas mun dia les
punto.com
sigue estando agrupada en un nmero muy pe-
queo de con g lomeraciones urbanas : Nueva Y ork, Los ngeles ,
Lond res y San Franci sco . '
Adems , como ha dem os trado e l proyec to Globa l ised So- f
ciety en Copenhag ue, a pesar de todas las opiniones que anuncia-
ban que In ternet significara la muerte de la geog rafa, la pregun-1
ta D nde es t s? es una deTi1rnISTrs is tentes en las ses iones
de c l t por In terne t , y
preginits como Miide-
ViVSr
-
O, iriS
tcnicamerit, '
-
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r
126 / M E DIOS , M ODE R NIDA D Y T E C NO LOGA
premisa de un espac io abs t rac to , f luctuante , es constantemen-
te desafiada por los participantes que pasan una cantidad de
tiempo considerable en la creacin de anclajes geogrficos
para textos cuyos orgenes terrestres se ocultan en la interfaz
del ordenador
.11
Anlogamente a las observaciones que he p resentado ms
ar r iba sobre e l uso de la hora br i tn ica y las norma s cu l tu ra -
les bri tnicas en los c entros de a tencin telefnica en la India, los
inves t igadores de Cop enhague tambin ha l la ron muchos e jem -
plos de lo que carac te r izan com o dar por sen tado que E s tados
Unidos es e l lugar y la cul tura de la red y de la norteamerica-
nidad como la norma silenciosa o la posicin por
default
del uso de In te rne t :2 Es tas supos ic iones es tn incorporadas en
ac t i tudes y prc t icas que cons t ruyen a E s tados Unidos como e l
centro del universo en lnea y a las dems partes del mundo
com o su per i fer ia , y es tn expresadas en f rases hechas , como
cuando alguien se ref iere a s mismo en l nea diciendo que escr i-
be desde e l sur , suponiendo que e l des t inatar io del mensaje
entender que s ign i f ica e l sur de Es tados Un idos ; o cuando a l -
gunas personas se ref ieren a s mismas diciendo que estn en la
hora de la costa este, sin sentir la necesidad de indicar que
se t ra ta de la costa este de determinado pas ." En efecto , en ese
sent ido Estados Unidos (y la hora de E stados Unidos) s igue con-
formando, en am plia medida, e l horizonte de la percepcin de lo
que podramo s l lamar lo real en l nea.14
' Pongamos un e jemplo de o t ra tecnologa , a la que m e re fe r i -
f m s ade lan te . Al igua l que con In te rne t , l a pr imera pregunta
;que se hace en muchas conversaciones por telfono mvil es
.Dnde es ts? . A pesar de los a rgumentos de M eyrowi tz de
1
yque a l adven imien to de la t e lev is in s ign i f ica que noso t ros
(quienesquiera que seamo s) ahora vivimos en un otra par te ge-
neral izado, y no en un lugar que pueda espe cif icarse , y a pesar
de la opin in de Wark de que ya no tenemos ra ces u o r genes ,
s ino slo an tenas y te rmina les , parece que , en rea l idad , an se -
I
guimos
habitandipcalidadesPo
r l iCas realesi-qeas-imisni
t ienen consecuencias m uy reales para nuestras posibi l idadesde.
-c-ri-ocirhiento o accin.15
A S UNT OS PBLIC OS E H IS T OR IA S NT IM A S : M E DIA C IN, DOM E S T IC A C IN Y DIS LOC A C IN / 127
Historias mediadas y la domesticacin de la televisin
Rodeados com o es tamos de los deba tes acerca de l impac to
que en e l fu turo tendrn las nuevas tecnolog as de la comu ni-
cacin, es muy posible que lo primero que nec esi temos, si desea-
mos ev i tar los pel igros tanto del utopismo com o de la nostalgia ,
y adem s evi tar e l error his tr icamente egoc ntr ico de t ra tar los
dilemas de nuestra propia poca como si fueran nicos s en-
contrar alguna manera de ubicar esos debates uturokgico.s_.en una
perspect iva his tr ica . Por supuesto , es ta preocupacin nos l leva
- u-ha de las cuest iones ce ntrales del t rabajo his tr ico: la cues-
t in de la per iodizacin y de cm o dis t inguir entre las formas de
acceso y provis in de los medios en d esarrol lo , ya que son t rans-
formadas por procesos de cambios inst i tucionales , econmicos,
pol t icos, tecnolgicos y cul turales . Contamos con algunas pau-
t as que pueden gu ia rnos . John E l li s ha sea lado acer tadamente
la necesidad de dis t inguir , por lo que respecta a la te levisin, en-
t re lo que l llama la era de la escasez (cuando h ab a pocos
canales), la era de la disponibi l idad (cua ndo el nm ero de ca-
nales en ofe r ta para e l t e lespec tador comenz a aum entar pau-
la t inamente) y la e ra ac tua l de la abu ndanc ia y la incer t idum-
bre (donde h ay ml t ip les canales , cont roles remotos , v deos
programados y fragmentacin de la audiencia).16
La cues t in c lave es de te rminar qu es exac tamente lo que
es t s i endo t rans fo rmado y cm o, en r e spues ta a e sos cambios ,
neces i tamos adapta r nues t ros parad igm as ana l t icos . Jun to con
la conveniente genealoga de modelos de domest ic idad y consu-
mo d e medios qu e propone S pigel , ser a t i l considerar e l t raba-
jo de Robe r t Al len sobre la t ransform acin de la indu st r ia del
c ine como resu l tado de cam bios tan to dem ogrf icos como tec-
no lgicos , en un contex to donde la c rec ien te cen t ra lidad de los
valores famil iares en la esfera pol t ica tambin se ref le ja en el
creciente predomihio en el M er-ca-do de pel culas para pblico
famil iar. El anl isis de Allen clari fica no slo la m anera en que,
'en Estados Unidos, los vdeos y los DVD domsticos se han
transformado en el principal modo de consumo de pelculas,
s ino tambin cm o func ionan ahora las pe l cu las en v deo : no
son tanto una fuente de ingresos (ya en 19 92 los ingresos por ta-
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qui l la regis t raban una d i sminuc in de l 25%), s ino como forma
de mercad eo de p la ta forma para las ven tas de produc tos au-
xil iares (en part icular , juguetes y juegos) que h oy en da co nst i -
tuyen la pr inc ipa l fuen te de ga nanc ias de la indus t r ia . En re la -
c in con m is observac iones acerca de la neces idad de ev i ta r e l
med iacentrismo, lo que los anl isis de Allen y Spigel nos ofre-
cen , como e jemplos , son man eras de t razar l as in te rconex iones
entre los discursos pjf i r iE6
-
1-&
-
AFrf7,-
1 7 5 5
-en--b
ios
-
afi
os en la estructura domstica, las definiciaes
iliu7ares de do-
mest ic idad , los modo s de consumo de los medios y sus e rec tos
retroactivos en los modos de la produccin industr ial . ' '
El desarrol lo del t rabajo his t rico sobre los medios de co-
municac in ha s ido uno de los m s impor tan tes de l per odo re -
ciente , sobre todo el de Paddy Scannel en el Reino U nido y el de
Spigel y Jeffrey Sconce en Estados Unidos.iR Con una perspec-
tiva a ms largo plazo, el trabajo de Siegfried Zielinski ubica
acer tadamen te la rec ien te h i s to r ia de l c ine y la t e lev isin en e l
contexto ms amplio de la historia de lo que l llama la au-
diovis in . Subraya que e l c ine y la te levis in deber an verse
slo como en treactos en esa historia. Anlogamen te, la coleccin
a ca rgo de B arba ra Mar ia S ta f fo rd y Frances Te rpak , basada en
la exhibicin del LA Getty Museum, en 2002, sobre disposi t i -
vos visuales maravi l losos, por lo general ubica las tecnologas
de m edios mod ernas den t ro de la l a rga se r ie h i s tr ica de ins -
t rumentos para e l aumento de la percepcin, desde el gabinete
de cur ios idades y e l
peep show
hasta la cmara osc ura , e l mi-
croscopio y e l d i9 rama."
Sin embargo, a pe sar de estas dignas excepciones, cuando se
aborda la his tor ia de los medios por lo general se suele hacer de
mane ra muy reducida , tanto en trminos ins ti tucionales como
tecnolgicos. Mi principal inters al respecto son las historias
n t imas d e cm o v iv imos con medios tan d i s t in tos . Una cues-
t in importante en este sent ido es cmo nuestros recuerdos per-
sonales , sobre todo de la infancia , son formulados en torno a ex-
periencias con los medios, como los program as y los personajes
emblem t icos de la t e lev isin . Al respec to , tambin podr amos
t razar un paralel ismo con el anl is is de Gaston Bachelard acer-
ca de cm o la es t ruc tura mater ia l de la casa provee e l te j ido
sobre e l que se van t ramando los recuerdos de la in fanc ia , pero
ahora ta l vez debamo s ampl iar la analog a y pensar cmo ese
tej ido t iene una estructura mediada y mater ia1.
2 0
De sde es te punto de vis ta , tambin debem os p res tar a ten-
c in a la com ple ja h i s to r ia de l proceso de dom es t icac in de la
televisin, reconociendo que, al respecto, la historia domstica
de la te levis in est le jos de ser s ingular . As como, c on el t iem-
po, el televisor fue d esplazndose de su lugar fi jo en la sala de es-
tar a otros espacios de la casa, el telfono ha hecho un viaje si-
milar , ta l como descr iben Eliseo Vern y sus c olegas en Francia .
En efecto , e l te lfono se ha mult ipl icado paulat iname nte y se ha
trasladado del espacio pblico de la recepcin a otros cuartos de
..
la casa.
2 1
Clarame nte, cuando l legamos a la era del te lfono m-
vi l (que E jn i idrar m s de ta l ladamente ms ade lan te ) , no slo
se trata de la personalizacin total de la tecnologa, sino que
muchos usuarios lo consideran como una parte de su cuerpo,
como un reloj de pulsera. Como dijo un maestro britnico al
describir las dif icultades que tena para lograr que los alumnos
no llevaran el telfono mvil al aula de examen, donde estn
prohibidos, el problema es que, para los nios de hoy en da, el te-
lfono es como una d imensin de su exis tencia que dan por des-
contada: para e l los es com o cualquier otro ar t culo de su vest i -
menta [ . . . I Se lo ponen en el bols i l lo por la maana y no piensan
conscientemente en el lo; para esos nios, tener te lfono es s im-
plemente una parte normal de estar vestidos, y viceversa_
2
En oposicin al argumento de Simon Frith, segn el cual
his tricamente las t ecnologas de d i fus in re forzaban los pla -
ceres de l corazn co mo un s i t io para las ac t iv idades de l oc io
dom st ico que antes hab an adop tado form as ms pb l icas , la
cues t in actual puede ser lo que e l surg imiento de formas p-
blicas de te levis in y de las nuevas tecnologas de comunicacin
personalizadas hacen ahora para desestabilizar la centrali-
dad de la casa.
2 3
En efec to, hoy en da el telfono mv i l suele ser
la direccin vi
rtuaraTialiefs
ailla filie
-
va orporizciii
e su
sent ido de
, capa mi
_
l a l nea te le fn ica f i j a se con-
v ie r te en un m ed io de com unicac in abso lu tamen te secundar io ,
y de aparente insignif icancia para muchos de los in tegrantes de
l a nueva generac in en e l Reino Un ido , que ra ra vez se m oles -
1 2 8 / M E D I O S , M O D E R N I D A D Y T E C N O L O G A
S U N T O S P B L I C O S E H I S T O R IA S N T I M A S : M E D I A C I N , D O M E S T I C A C I N Y D I S L O C A C I N / 1 2 9
7/24/2019 Morley.medios,Modernidad y Tecnologia
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130 / M E DIOS , M ODE R NIDA D Y T E C NO LOGA
tan en dar su telfono fijo (si es que lo tienen), excepto como
una suer te de refuerzo o d e l t imo recurso , y s lo dan su
nmero m vi l .
Hogares mviles y educacin Palm Pilot
..
..
, Aunque tengamos que evitar los peligros de una noma-
idologa demasiado general izada de la vida posmoderna, las mo-
vil idades, del t ipo que sea n, s in duda son cen trales para nuestro
anlisis . En este contexto, ahora la familia extendida t iene que
\ ser vis ta como la fam il ia estrechada, gracias a las conexiones te-
lefnicas a larga distancia, sobre todo en el caso de los inmi-
,grantes , que suelen gastar una gran parte de su salar io en l lama-
Idas a su pas de origen. Como Ro ger Rouse dice, esto les permite
1no slo "estar en contacto", s ino contr ibuir a tomar decis iones
part icipar en la vida familiar a distancia . ' Esto pone en evi-
dencia las maneras en que las personas se han adaptado a las ca-
pacidades que esas n uevas tecnologas les ofrecen para perm it ir -
les , li te ra lmen te , es tar en dos lugares a l mismo t iempo . Como
Kevin Robins y Asu Aksoy sost ienen en su estudio de los inmi-
grantes turcos en Lon dres, esa capacidad de osci lar entre lugares
ahora no e s , pa ra m uchos inmigran tes , ms que un hecho t r iv ia l
de la v ida co t id iana , pues por lo genera l van y v ienen , en d i fe -
ren tes mom entos de un m ismo d a , en t re cana les de te lev is in
turcos y br i tnicos, entre conversaciones cara a cara en L ondres
y l lamadas te lefnicas a lar la dis tancia a par ientes o am igos que
es tn le jos , prac ticando una gran var iedad d e in te racc iones co-
mun icat ivas por diferentes medios. En ese sent ido, dando vue l ta
a la panacea de Raym ond Will iams, Robins y Aksoy insis ten en
que, para muchos inmigrantes, lo usual es ahora la cultura
t ransnacional , por lo meno s en sus formas me diadas.25
Evidentemente, las nuevas tecnologas son cada vez ms im-
por tantes en la v ida de m uchas fam il ias , no s lo las de los in-
migrantes . La inves t igacin real izada por Jan Eng l ish-Lueck,
Charles Darrah y James Freem an de la San Jos State Universi ty
of California sobre Tener una famil ia en Si l icon Valley deriva
de un estudio etnogrf ico a largo plazo real izado como parte de
A S UNT OS PBLIC OS E H IS T OR IA S NT IM A S : M E DIA C IN, DOM E S T IC A C IN Y DIS LOC A C IN / 131
su Si l icon Val ley Cul tures Project (Proyecto de cul turas de S i-
l icon Valley). Como centro de la industr ia informtica de Cali-
fornia , Si l icon V alley, con su concen tracin s in igual de
techies,
ofrece un laborator io natural para e l es tudio de las ms actuales
apl icaciones tecnolgicas en la vida co t idiana y, en real idad, de
la saturacin tecnolgica de la vida domstica. Para dar slo
una idea , en ese contex to un e n t rev is tado en e l marco de l pro-
yecto se descr ibi apologt icamente como algo ant icuado por
seguir escr ibiendo las notas donde organiza sus act ividades dia-
r ias con lpiz y papel, en lugar de usar la Palm Pilot . '
Al invest igar estas cuest iones, English-Lueck y sus colegas
es tud ia ron una gran var iedad de lo que descr iben como los ho-
gares infomatizados de la zona, que por lo general poseen
una m asa bs ica de d i spos i t ivos de in formacin , inc lu idas gra -
badoras de c in tas de v deo , reproduc tores de CD , d i scos lser ,
fax , con tes tador au tomt ico , se rv ic io de contes tador au tomt i -
co,
pagers,
ordenadores f i jos y m viles , Palm Pilots y te lfonos
mviles . As como Bausinger sost iene que, en lugar de estudiar
el uso de las tecnologas de medios una por una, deberamos
prestar atencin a cmo funcionan todas juntas, como con-
juntos de medios, En glish-Lueck insiste en que no debera ver-
se a esas personas como s imples propie ta rias o usuar ias de d i s -
pos i t ivos ind iv idua les , s ino como operadoras de ecos is temas
de tecnologa ."
Por supuesto, incluso en la vanguardia de la alta tecnolo-
ga los mismos disposi t ivos pueden u t i lizarse de var ias mane-
ras y pueden tener efectos cont rar ios en hogares de di ferentes
t ipos, juntando a famil iares que ya mantienen una relacin cer-
cana, a l mismo t iempo que permite a otros a le jarse y, por ende,
colocando los ant iguos patrones de re laciones en formas med ia-
das y de u na m anera d i fe ren te . ' As , en a lgunos casos se c rean
nuevas r edes de conexin med ian te l a p roducc in y e l env o de
vdeos a t ravs de l cor reo e lec t rn ico y , ahora , por la d i s t r ibu-
cin electrnica de imgenes f i jas y m viles de la vida domst i-
ca a t ravs de la cm ara de l t e l fono mvi l ( los pr imeros pasos
del beb; lo que le pas a Jack al salir de la escuela hoy). En
ot ros casos , los miembros de la fam i l ia han m ani fes tado sen t i r
place r po r pode r se r ms independ ien tes y pasa r ms t i empo f -
o
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132 / M E DIOS , M ODE R NIDA D Y T E C N OLOGA
sicamente separados, porque se s ienten ms seguros gracias a
l as fo rmas v i r tua les de contac to a d i s tanc ia que perm i ten es tas
tecnologas (en rea l idad , segn Engl i sh-Lueck, l a n ica vez en
que todos los miemb ros de una famil ia haban estado f s icamen-
t e jun tos a lgunas semanas fue cuando acordaron es ta r todos en
casa para ser entrevis tados por e l invest igador).
Una de las pr incipales preocupaciones de la invest igacin de
Engl i sh-Lueck y su equipo es la d i fum inac in rad ica l de los l -
mites ent re t rabajo y hogar deb ida a l desarrol lo de los nuevo s
pat rones de t raba jo en casa que perm i te la t ecnologa de l o rde-
nador . En ese con tex to , un aspec to in te resan te es la medida en
que los discursos inst i tucionales sobre la ident idad que se or igi-
nan en el mundo de los negocios comienzan a abrirse camino en
,1 e l hogar . Nos en cont ramos con s i tuac iones donde las fami l ias
cada vez M s se ven. s mismas y a Sus problemas en los trmi-
nos de la teora de la gest in. De mo do que sus diversas act ivida-
des se o rga n izan u t i l izando los pr inc ip ios de la g es t in comer-
c ia l , com o en e l caso de una fam i l ia que haba es tablec ido una
Declarac in de m is in fam i l ia r , der ivada de l l ibro de S teven
Covey,
Los siete hbitos de la gente altamente productiva,
que
haban impreso y pegado en la puer ta de l re f r igerador ."
Si bien esas instancias de t ransferencia de los modos de or-
ganizacin de g rupo y de ac t iv idades basados en e l ordenad or
desde e l mundo de los negoc ios has ta e l espac io doms t ico son
exclusivas, por lo menos hasta hoy, de las secciones ms tecno-
lg icamente avanzad as de las sociedades r icas , ahora se es tn
expandiendo m s al l de los confines de Si l icon Valley. En todo
Estados Un idos , dado e l auge de los d isposit ivos de compu ta-
cin mviles , como los Palm Pilots en el mbito domst ico de la
clase media , ahora diversos s i t ios web promo cionan calendarios
basados en In t erne t y tamb in ahora p rog ramas como W eSync
y Organ i sedHome.com
permiten que los famil iares separados
puedan mantenerse en contacto y coordinar sus actividades a
distancia.
Como sostienen estos investigadores, todo esto revela un
cuadro de s i tuac in donde ahora los nuevos modos de comuni -
cac in e lec t rn ica se han conver t ido en la in f raest ruc tura de la
vida famil iar . Esto se da, sobre todo, en fam il ias de c lase med ia ,
A S UNT OS PBLIC OS E H IS T OR IA S NT IM A S : M E DIA C IN, DOM E S T IC A C IN Y DIS LOC A C IN / 133
donde los padres es tn ocupados , son profes iona les , v iven con
horar ios muy a jus tados y t i enen que equi l ibra r cons tan temente
las exigencias del t rabajo y la fam il ia . En estos casos, la organi-
zacin de la f ies ta de cum pleaos de los hi jos est junto con las
obl igac iones de t raba jo , y los acuerdos se negoc ian tan to en t re
cnyuges com o entre padres e hi jos , as como cuan do se l lega a
un acuerd o con un c l iente . Por lo tanto, los disposi t ivos de te le-
com unicac iones se u t i l i zan para coord inar l as obl igac iones la -
bora les de los padres y los com promisos soc ia les en s incron a
con e l c lub de los n ios despus de la escue la . En lugar de ver
una simple oposicin entre la tecnologa y la 'familia, en esta
cul tura , ahora ma ntener y ac tual izar la inf raes t ructura tcnica
que apoya, y Tosibilita las actividades de la familia es vista
crri t iM a iOrma ciave de t rabajo famil iar. Adems, estas tec-
nologas a menudo const i tuyen las modalidades de la in t imidad
dom st ica . Como d ice Engl i sh-Lueck, los en t rev is tados d i je -
ron l l egar a su casa por la noche , sen ta rse jun tos , cada uno con
su ordenador por t t i l , lee r cada u no su cor reo e lec t rn ico y ha-
blar sobre eso, [ . . .] [y] eso es lo que ahora consti tuye su "t iem-
po para la pare ja"
.31
Para los miembros muy est resados y mvi les de esas famil ias
con dob les ingresos, la cuest in de quin pasa a bu scar a los ni-
os de qu lugar y a qu h ora , por e jemplo , de sus ac t iv idades
despus de la escuela , se nego cia cada da , por te lfono mv il y
por cor reo e lec t rn ico . Cuando l legan a casa , los n ios pueden
reci tar sus act ividades para e l d a s iguiente , mientras los padres
l as ano tan debidamente en sus Pa lm P i lo t s , ver if ican s i hay a l -
gn problema co n sus dem s c i tas y prometen a sus h i jos con-
f i rmar les e l lugar y la hora do nde pasarn a buscar los a me dia
tarde del da s iguiente . ste es un mundo don de ahora la educa-
cin vir tual t iene que l levar par te de la carga del cuidado d e los
hi jos , y donde estar en contacto e lectrnico con un hi jo (dar le la
bienvenida a casa con un m ensa je de tex to , desear le que ten-
ga un buen da como una manera de demostrar preocupa-
cin y responsab i l idad) puede cu mpl i r un papel cada vez ms
impor tan te en los pa t rones de c r ianza d e los h i jos . '
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134 / M E DIOS , M ODE R NIDA D Y T E C NO LOGA
A S UNT OS PBLIC OS E H IS T OR IA S NT IM A S : M E DIA C IN, DOM E S T IC A C IN Y DIS LOC A C IN / 135
Vigilancia tecnolgica en la esfera domstica
En las fam il ias que son ob jeto del es tudio de Si l icon V alley,
los d i spos i tivos de com unicac in m vi les ll evan una par te im-
portante de la carga de la educ acin y, lo que es bastante prede-
cib le , de la par te de la mad re . As , e l es tudio muest ra que una
madre s iempre l leva un
pager
y un te lfono mvil para estar en
contacto con su hi jo adolescente cuando l lega a casa despus de
l a escue la . En esas fami l ias tamb in hay un s i s tema cada vez
ms complejo de reglas famil iares que r igen el uso (y penal izan
el no uso) de los disposi t ivos tcnicos a t ravs de los cua les se co-
munican (se les dice a los nios que deben tener s iempre encen-
didos sus
pagers
o te lfonos). Incluso una madre dice: M e pon-
go nerv iosa cuando [ su h i jo] no t i ene e l t e l fono encendido .
3 3
med iada se es tn expandiendo cada vez m s . S in duda , y en e l
Reino Unido tambin, ahora se ha vuelto muy comn que los
padres efecten di ferentes formas de te lecuidado de los h i -
jos y los equipen con te lfonos mviles precisamente para poder
sabe r dnde e s tn y qu e s tn hac iendo .
Esta forma de vigilancia parental posibil i tada por la tecno-
loga es un negocio cada vez m s grande. En el Reino Unido, en
el verano de 2005 se hizo el lanzam iento come rcial , a l in ic io de
las vacaciones escolares de verano, del servicio KidsO K, que
permite a los padres seguir cont inuam ente e l paradero de los hi-
jos a t ravs de los enlaces GPS de sus te lfonos mviles . ' Por su-
puesto , s ta no es una va unidireccional ; tambin hay ejemplos
de hi jos adultos que imponen a sus pa dres mayores e l uso del te-
l fono mv i l , para m antener los ba jo v ig i lanc ia , como p ar te de
su obl igacin de cuidarlos .
3 5
Pero no slo se trata de una
cuestin de vigilancia intergeneracional: la prensa bri tnica ha
publicado recientemente una ser ie de ar t culos donde se da cuen-
ta del fenmeno emergente de re laciones de adultos que rompen
cuando uno d e los miembros de la pareja descubre la inf idel idad
del o t ro cont rolando subrep t ic iamen te la cas i lla de m ensajes
rec ib idos de su te l fono m vi l .'
En ese contexto, el telfono m vi l o el
pager
t amb in se con-
vier ten en un s mbolo concre to que represen ta la perm anenc ia
del vnculo entre los miembros de la famil ia . Como dicen Andr
Caron y Li t iz ia Caranovia , independien temente de s i es t en-
cendido o no, es e l s mbo lo de la disponibi l idad recproca de los
miem bros de la famil ia y de es tar constanteme nte "en contac-
to" . Por supuesto , com o tambin ob servan, e l s ignif icado atr i -
buido a ese smbolo puede ser diferente para cada miembro:
para una m adre, puede ser e l s mbolo del cordn umb il ical e lec-
trnico con sus hijos, que a veces pueden verlo, con resenti-
miento , com o una suer te de cor rea e lec t rn ica . '
La medida en que el hogar t rasciende el espacio f s ico de la
casa para incorporar las extensiones como el coche est bien
establecida, y esas cuest iones de formas mediadas de vigi lancia
parental a dis tancia tambin surgen en e se contexto. En Estado s
Unidos, como observan James Hay y Jeremy Packer en su estu-
dio sobre la in tegracin progresiva de una variedad de disposi t i -
vos de comunicac in en e l au tomvi l , ahora es pos ib le ins ta la r
una caja negra en el coche y controlar cmo conducen sus hi-
jos ado lescen tes cuando toman e l coche pres tado , lo que au to-
mt icamen te adv ie r t e a l conduc to r que e s t supe rando l a ve -
locidad permitida o cometiendo alguna forma de infraccin
vehicular def inida por los padres . Com o dice una mad re, todos
los coches debe ran tener este disposi t ivo; [ . . .] es como tene r una
niera en el coche.
3 8
Aqu ta l vez sea necesar io hacer una observacin, pues a lgu-
nos de e s tos comen ta r io s pueden in te rpre ta r se como una sue r t e
de nos ta lg ia i r rac iona l por un mund o prev i r tua l de mi par te . S i
b ien reconozco ca ba lmente los benef ic ios po tenc ia les de es tas
tecnologas en el hogar , tambin hay l mites por lo que respecta
a la sust i tucin de los v nculos reales por vnculos vir tuales . Este
argum ento ha s ido sos ten ido por Dei rdre Boden , que ha l la , en
su invest igacin sobre agentes de Bolsa , que el contacto por co-
r reo e lec t rn ico y por te l fono se cons ideraba inadecuado para
mantener la con f ianza persona l de la que , en l t ima ins tanc ia ,
dependen su s acuerdos f inancieros. Para esos f ines , slo se con-
sideran sufic ientes las reuniones cara a cara , es decir , segn B o-
den, la compu lsin de la proximidad incluso en un m undo al-
tamente tecnologizado.
3 9
Sea en e l m undo de l a s f i nanz as o en
las re laciones famil iares , la cuest in es cmo pu ede m antenerse
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A S UNT OS PBLIC OS E H IS T OR IA S NT IM A S : M E DIA C IN, DOM E S T IC A C IN Y DIS LOC A C IN / 137
36 / M E DIOS , M ODE R NIDA D Y T E C N OLOGA
la confianza sin esas reuniones cara a cara, y es dif ci l lograrlo
s in e l g rado de redundanc ia comunica t iva que p roporc iona l a
prox imidad f s ica para en tabla r y mantener re lac iones de co n-
fianza, sobre todo cuando hay problemas. Sin embargo, cabe
observar que En gl i sh-Lueck y su equipo tambin ha l la ron ev i -
dencia de angust ia en la vida cot idiana. La angust iada concien-
cia de sus entrevistados ac erca de la fragi l idad de todas esas ac t i -
vidades organizadas en microd ispos i tivos e lec t rn icos jus to a
t i empo se m ide g r f icamen te po r l a m ed ida en que a d ia r io in -
t en tan cons t ru ir una redundanc ia com unica t iva de sa lvaguar-
dia : se comunican por correo electrnico,
pager
y te lfono para
recordarse mutuamente e l mismo acuerdo domst ico, como una
forma de seguro cont ra los pe l igros t r iv ia les , pero con pos i -
bles consecuencias de peso, de una b ater a muerta o un fal lo tc-
nico en a lguno de sus m uchos disposi t ivos de comu nicacin."
Fragmentacin e individualizacin
Sin duda , l a v ida fami l ia r de nues t ro t i empo es t cam bian-
do, mientras nos adaptam os a las nuevas tecnologas y hal lamos
la manera de ha cer f rente a nuevas es t ructuras de t rabajo y de
movilidad y, a pesar de su continua centralidad ideolgica, el
ncleo
familiar estdegyendo.rpidmente en Occidente
sea-p~o-ate en defini tiva, imp"or ' tn-feTensar-demde, est e l
I i ireV" 57-Z6n-d U-gallina l este a 'speCi, )ro e s evidente q ue
necesi tamos e
laborar un-M do-drri iii ,s2u-e pueda 7rt iet t lar
E - 5 - 1 - c - a - m - b - i - o
- - s - s e
-n la drlo-ra'fa de IO CIi-Ogares con elTkicfp7cre-
-CirriTeritb-deferris-denisedio's
Sersdnaliza
do~s, individuales
que 's est produciendo en nu est ra poca. En este co ntexto' se ha
sostenido que, en el Reino Unido, e l xi to de un programa te le-
visivo de tipo magacn familiar, como
Nationwide,
que se
emit i con tanta repercusin en el horar io pr incipal de noche de
la BBC1 durante muchos ar ios en el Reino Unido, no podra re-
pet i rse en la ac tual idad. Segn e l ver i f icador de C anal 4 , Tim
Gardam, que haba participado en el programa
Nationwide,
[ste] funcion porque se em it i a una sociedad y un pbl ico de
espectadores de televisin que suelen ver juntos la tele, si tua-
c in que , segn Gardam , ya no es pos ib le , pues se t ra t de la
l t ima generacin de la televisin fam il iar.41
Por cier to , en el Reino Unido los m odos de v er la te levis in
han cam biado rad ica lmente en los l t imos a r ios ; l a cos tumbre
de que toda la fam il ia junta vea la te levis in ha s ido reemplaza-
da por modo s individual izados de consum o de los medios . Elhogar m ult ipantal la ya es la norm a, y esto afecta a la vida do-
mst ica de ma neras profundas. Ahora ms del 50% de los nios
bri tnicos entre 4 y 9 ar ios t iene un te levisor y, con frecuen cia ,
t ambin t i ene una conso la de juegos en su habi tac in . M uchos
anal istas han sealado, adem s, que existe una fragmentacin in-
t e rna de l hogar , com o la moda que r ige en much as casas de la
a l imentac in por tu rnos , donde los miembros de la fam i l ia co-
men en h orar ios dis t in tos comidas preparadas en el m icroondas.
Podem os ver , en tonces , que la ins t ituc in de la com ida fami-
l iar, aunque para mucho s t rabajadores fuera a lgo as como una
fan tas a de c lase media , ahora ha s ido socavada por la comb i-nac in de comidas rpidas , de fc i l preparac in , d i sponibles
en los supermercados, con nu evas tecnologas para cocinar y los
nuevos pa t rones de t raba jo de las m ujeres que , en pocas an te -
r io res , habr an preparado la comida .
A fin de colocar estos cambios demog rficos y tecnolgicos
en las estructuras domst icas y formas tecnolgicas en un mar-
co terico ms ampli9, , ,, tal vez debamos volver a la toura.-de Ul-
r ich Beck sobre-Tr
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138 / M E DIOS , M ODE R NIDA D Y T E C NO LOGA
Retomar ms adelante la cuest in part icular del walkman,
pero ahora debem os hacer a lgunas observaciones s i no desea-
mos reducir nuestra perspectiva histrica. La individualizacin
del ocio es anter ior , en bastante t iempo, a la invencin del walk-
man y, en realidad, se puede interpretar que existe desde que
se invent la imprenta, por lo menos. Como observa Witold
Rybczynski , la pr ivat izacin de la lectura [ . . .] [fue] [ . . .] uno d e
los p r incipales desarrol los de la era m oderna tem prana [y] un
hi to en la h i s to r ia de l o c io [ . . .] La re f lex in , l a con tem plac in ,
la privacidad y la soledad estn asociadas a la lectura de l ibros
[. . .] [y] a ret irarse del mundo circundante, as como a las preo-
cupaciones de la vida cot idiana.
4 4
Sin emb argo, s i bien la estra tegia para e l ocio de re t i rarse a l
espacio privado suplantada por el walkman tal vez pueda ser
anloga, en cier tos aspectos, a la prct ica sol i tar ia de la lectura ,
se puede sos tene r que m uchas o t r a s fo rmas con temporneas de
consumo individual izado de los medios t ienen una funcin algo
diferente. Si b ien este argumento rev ela cierto tono nost lgico, el
novelis ta Richard Powers ha escr i to recientemente sobre los as-
pec tos nega t ivos de la decadenc ia contempornea de la l ec tura
como u na forma de ocio, en favor del uso constante de disposi t i -
vos de comunicacin individuales que nos mantienen actual iza-
dos y en onda con los acontec imientos de l mundo m s ampl io .
Para Powers, la lectura representa e l l t imo refug io del contagio
epidmico del t iempo real en el que estamos atrapados s iem-
pre: pel cula del ao, disco del mes, personal idad del da , escn-
dalo del minuto a t ravs d e todas nuestras tecnologas , que nos
ofrecen dos m omen tos envuel tos en uno solo . La pantal la divi-
dida , e l "mul t it a reas" , e l env o de m ensa je de voz p or te l fono
mvil inalmbrico, las not icias en RSS , la escena dentro de la es-
cena, son todas maneras de que n ecesi temos -y, a decir verdad,
podamos- no pe rde rnos nada . s te e s un mundo en que
s i em pre s e nos p uede enco n t r a r , si em pre es t am os ac tua l i z ados
y s iempre es tamos inmersos en la imagen del mu ndo desplegable ,
nunca estam os solos, nunca estarnos fuera del f lu jo constante de
datos que no s l levan cada vez ms le jos . En t iempo rea l , vivimos
en dos cabezas , t res t iempos y cuat ro cont inentes a la vez, y recu-
A S UNT OS PBLIC OS E H IS T OR IA S NT IM A S : M E DIA C IN, DOM E S T IC A C IN Y DIS LOC A C IN / 139
peramos e l t i empo que perdimos por culpa de l t rnsi to con las mi-
llas que recorre el viajero habitual.
4 5
sta es una visin significativa, claramente distpica, de lo
que el futuro tecnolgico nos tiene reservado. Retomar esta
cuest in ms adelante .
Domesticar el futuro
La cuest in del futuro y la cuest in de la tecnologa s in duda
estn inextr icablemente vinculadas, no slo porque el futuro (y
cada vez m s el presente) se def ine en trminos tecnolgicos. Si ,
para muchas personas, el futuro representa un mbito preocupan-
tee Q
d
- '7 1
-
0, - ----
0.1.1011311n,Us,s4
-n7ffrr,e
e s a
preocupa io
S ` t
s imbol izada por -y en- las fo rmas tecnolgicas . La cues i inn-
tonces 'e s cmo esa p roblemt ica
-
esfera teckIgica puede ser
natural izada y domest icada, con objeto de volverla meno s amena-
zante y ms m anejab le para sus hab i tantes . Por supuesto , hay
una vis in a l ternat iva de todo es to : es tn aquel los (def in idos ,
sobre todo , por la generac in , e l n ive l de educac in y la c lase)
para quienes el futuro es la esfera de la esperanza, y no d e la pre-
ocupacin. Para e l los , la tecnologa funciona como el smbolo
br i ll an te y resplandec ien te de esas esperanzas , pero en ambos
casos , sea posi t ivo o negat ivo, esas cues t iones s iguen es tando
vincu113175n
rs i
g
Ai rawg-:abac i i
-
dlas tecnologas .
Si en el Occidente r ico, por lo menos, la cotidiari ictnb ca-
racter iza por lo que Bausinger una vez l lam la omnipresencia
discreta de lo tcnico, una de las conclusiones ms sorprenden-
t es de la inves t igac in sobre los usos dom s t icos de la TIC" es
cmo, en muchos hogares, las personas se preocupan mucho
por disfrazar la presencia de tecnologas de la comunicacin en
sus casas; con frecuencia ocu l tan el te levisor , e l ordenador y los
cables en comp art imentos de mad era o detrs de una cort ina. Si
un nme ro cada vez mayo r de tecnolog as se ha natura l izado,
hasta el pun to de l legar a la invisibil idad l i teral -o psicolgica-
en e l mbi to domst ico , debemos entender cm o se fue rea l i-
zando ese proceso.
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4
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M EDI O S, M O DERN I DA D Y TECN O L O G A
Domesticacin y naturalizacin
La otra razn por la cual una perspect iva his tr ica sobre los
nuevos m edios deber a se r cen t ra l en nues t ro enfoque de es tas
cuest iones es que, en la prct ica, la dinmica de h acer que las tec-
nologas sean fci les de usar para e l consumidor con frecuencia
\ implica inser tar las en formas reconocibles de pocas anter iores .
r
t-r-igrliiiidja innovacin tecnolgica suele ir acompaada
del impulso cont inuo de lograr un tecnofu turo seguro . incorpo-
rndolo en form atos , i conos y s mbolos fam i l ia res . As , Akiko
Busch m enciona los ejemplos de las cocinas de diseo actuales,
que contienen refr igeradores con puertas de mad era que los ca-
muflan com o si fueran alacenas, y los te levisores colocados en
gabinetes de est i lo Shaker don de ahora sus h i jos ven las pel cu-
las de
Terminator.'
A veces es po s ib le ver que esa es t ra tegia de d i seo gu iada
por la nostalgia apunta a calmar los tem ores a la tecnologa pro-
pios de generaciones anter iores; por e jemp lo, la prensa br i tnica
dio a conocer una not ic ia respecto a que u n asi lo de ancianos, en
Bristol, haba hecho una peticin para que algn donante le
proporcionara una cabina de te lfono roja y un buzn rojo tra-
dic ionales , para que los ancianos se s in t ieran ms seguros a l
hacer l lamadas o enviar car tas . Anlogamente, en el Reino Uni-
do sue len publ icarse anunc ios de reproduc tores de CD que pa-
recen antiguos, sobre todo en publicaciones destinadas a una
poblac in de ms edad , como
Radio Times y Daily Telegraph.
Uno de los g randes x i tos del mercado d e la e lec t rnica en e l
Reino Unido fue, en 2004, la radio digital retro, descrita por
Caroline Roux com o el heredero na tural de la te levis in de los
ar ios c incuenta d i simulada en e l fa l so mueble bar . S in em bar-
go, es t c laro que es tos ar t culos no s lo a t raen a las personas
mayores : lo s jvenes que v iven v idas muy t ecno log izadas t am-
bin sue len com prar la misma c lase de nos ta lg ia . As , una im-
por tan te gu a de d i seo de l Re ino Unido , des t inada a un p bl i-
co am bicioso, joven, que m aneja tecnolog a , tena un ar t culo
sobre siete magnf icos receptculos para te levis in, descr i tos
como armar io de lus t re
wenge,
de roble s l ido y de teca
rec ic lada , todos con un aspec to rs t ico que ocu l ta l a presen-
c ia de a l ta t ecnologa m oderna de t rs de las puer tas de m adera
cerradas."
Al respecto, David Aaronovitch ha e scr i to acerca de los ha-
bi tan tes de l Reino Unido a los que ta l vez en verdad les gus-
ta r a v iv i r en la pgina pr inc ipa l de l ca t logo de "Pas t T im es".
En E s tados Un idos , Aaron Be t sky obse rva que hoy en d a pa re -
ce haber una ne ces idad ma yor de lo famil iar , lo conocido, lo
antiguo y lo seguro, ya q ue la gente quiere vivir en la casa don -
de imagina que se criaron sus padres, quieren martillos que
parezcan antiguos, aunque tengan mangos ergonmicos. [...]
quieren [...] lo vernculo y, por supuesto, lo vernculo sera
natural izado hasta e l extremo de la invis ibi l idad." Exactamente
de l a m isma manera , un anunc io no r teamer icano de l l t imo s i s -
t ema dom s t ico mul t ifunc iona l de en t re ten imien to es una ima-
gen de v ida fami l ia r que mues t ra e l nuevo s i s tema ins ta lado en
el mismo t ipo de gab inete de mad era t radic ional donde , como
hemos vis to , se ponan los te levisores cuando fueron introduci-
dos por pr imera vez en el hogar , en una p oca anter ior . Adems,
l a imagen de l anunc io , donde todos los m iembros de la fam i l ia
se m ues t ran sonr ien tes, ba jo la mirada benv ola de l padre , po-
dra der ivarse prct icamente de un retra to de Norm an Rockwell
de la vida famil iar suburbana en Estados Un idos en los ar ios c in-
cuenta. As, la naturaleza potencialmente problemtica de la
nueva tecnologa es neutral izada por e l hecho de que se mu estra
com o fe l izmente incorporada en e l s imbol ismo t ranqui l izador
del hogar m s convenc iona l ."
Sin embargo,
el proceso
de dom es t icac in de lo s med ios va
ms al l
de es t No es
sTou-ncuesti
3e-C73177Tjr i t l rga
a sentirse :91, cz42. ,c4n.laL,tgcn:"ofgTas arniro.ITYPI.-Eiret
o e os hogares
de Silicon Val-ley ante 's menc ionados, sostu-
ve que las tecnologas que ut i l izaban para coordinar sus vidas se
haban conver t ido ,
In efecto, en la infraestructura de las fami-
l ias , Con e l advenimien to de Ia Dream house (casa de los sue-
os) e lectrnica, sea en las pr imeras versiones que S pigel descr i-
be en los arios cincuenta/sesen ta o, en la actual idad, en el paraso
domst ico to ta lmente conec tado de Bi l l Ga tes , debidamente
anal izado por Fiona Allon (vase ms adelante), l legamo s a una
nueva s i tuacin. ' En lugar de dom est icar las tecnolog as e lec-
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trnicas, en el caso de la casa inteligente lo que sucede es que
la misma esfera domstica se mediatiza y se vuelve totalmente
electrnica. En esta visin del hogar, las tecnologas ya no son
un mero suprm
r iT
si
irn
c
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S2Lepa
rr
tgilirSr
Otro' 1
6rpendente anuncio, producido en Estados Unidos
por Applied Materials en su campaa televisiva Information
for Everyone (Informacin para todos) muestra a un grupo
numeroso de nios de clase media, vestidos a la moda, cuya na-
cionalidad no se distingue, que descienden ruidosamente del
transporte escolar al final del da y van entrando, de modo re-
lajado y amistoso, en una casa vaca pero repleta de tecnologa.
En el transcurso del anuncio se nos muestra que, si bien la casa
no tiene ocupantes adultos (a pesar de que se ve el tpico y ami-
gable perro labrador), s tiene una alarma electrnica, un tele-
visor, un reproductor de vdeos, muchos controles remotos, un
ordenador de escritorio, un ordenador porttil, un equipo de
msica, una guitarra y un teclado electrnicos.' Al entrar a la
casa, el primero de los nios (que parece tener unos nueve aos)
teclea, como si tal cosa, el cdigo para desactivar la alarma,
mientras charla con sus amigos y sin prestar demasiada atencin
a la tarea tcnica bastante compleja que est realizando. Mien-
tras, los nios van recorriendo la casa, se sacan los zapatos, en-
cienden los ordenadores, se sientan en el sof, comen patatas
fritas mientras llaman por telfono mvil o se pelean por tener
el control remoto del televisor. Al final, no se sabe dnde est
geogrficamente esa casa con los nios, pero lo que s sabemos,
metafricamente, es que se sienten totalmente en casa con
una gama de tecnologas altamerie sofisticadas. En realidad,
para esos nios el placer de volver a casa al final de la jorna-
da escolar parece ser, en gran medida, sentirse en casa con la
tecnologa.
Adems, no slo la casa est siendo transformada de esta
manera; lo mismo sucede con el automvil. Como James Hay y
Jeremy Packer observan, la instalacin de telfonos, ordenado-
res personales, sistemas de navegacin y bsqueda de automvi-
les es cada vez ms importante en el diseo de automviles; ya
no es un aspecto suplementario. En ese sentido, la inteligencia
del automvil reforzado con medios de comunicacin es inse-
parable de toda la infraestructura de comunicacin, de la que el
automvil slo es un punto de enlace.
5
Todo esto nos lleva a la necesidad de reconceptualizar una
nueva versin de la idea de Raymond Williams acerca de la pri-
vatizacin mvil, en la medida en que ahora las tecnologas que
pueden utilizarse para adoptar las nuevas formas virtuales de
viaje dentro de casa son mucho ms poderosas que lo que Wi-
lliams haya podido imaginar. Sin embargo, conviene recordar
que las casas que fueron construidas en Levittown en el pero-
do de posguerra en Estados Unidos tambin tenan, como una
caracterstica clave de su deseabilidad, televisores empotrados
en las paredes de la sala de estar. La casa electrnica tiene una
historia, que haramos bien en recordar cuando imaginamos su
futuro." Adems, retomando la cuestin de la domesticacin de
las formas futuristas de tecnologa, como seala Allon, pue-
de decirse que incluso Bill Gates representa la forma de vida fa-
miliar que imagina al comportarse en su casa de los sueos
totalmente conectada de la manera ms convencional, ms su-
burbana, lo que muestra que la futurologa casi siempre va ha-
cia atrs en la misma medida que hacia delante."
Tecnologa y nostalgia en la casa inteligente
La visin de Gates de la casa inteligente se basa en la pro-
duccin de un tipo particular de espacialidad conectada pero
muy domesticada, un modo de vida compatible con el espacio
de flujos de una aparente movilidad incontrolada. Adems, im-
plica la produccin de una retrica implcita de la manera de ha-
bitar ese espacio, y la casa inteligente/conectada se presenta
como la manera de encontrar un lugar dentro de la gran red
global multinacional y descentrada de las comunicaciones.
5 6
Ante todo,
esta visin de ,la utpjtecn_91
3zista..po.r_la,
casa instrumental ofrece una retrica de cmo vivir con con-
TErryseirTaZ en un mundo in
-
segiii:571
Trrite se
presenta como un recinto conectado, sensible y seguro, que ofre
:
ce una intensa sensacin de privacidad en un mundo de ciudades
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--n
asoladas por e l cr imen, e l terror ismo y la a l ienacin suburbana.
En ese contexto, la casa funciona como un equilibrio entre el
acceso instantaneo al mundo exterior ado or 1 olo a
711s-
quilidad personal inviolables. Como
dice Margaret Morse, ste es el discurso de la autonoma de
, l a ind iv idua l idad pro tegida , que of rece una forma de conex in
con el mundo y, al mismo tiempo, es una proteccin contra
e --
En esta vis in, la casa tambin es un espacio en el que se en-
marca la nueva tecnolog a , se cul tur iza y se hace segura en e l
contexto de imgenes del pasado socialmente conservadoras , de
l a a rmona rura l y la es tabil idad fami l ia r . De m odo que vem os
que las formas de la a l ta tecnologa ms modernas de consumo
in tegrado , computac in y d i spos i t ivos de com unicac in con-
vergen en torno a una ima gen mu y tradicional de la maravi l losa
fami l ia nuc lear es t i lo Hol lywood de los a r ios c incuenta . ' An-
logamente , en re lac in con la comercia l izacin del ordenador
M acin tosh Per forma a f ines de los a r ios noventa , Alexander
Chance l lo r observ que , a pesar de la decadenc ia demogrf ica
de los hogares de fami l ias nuc leares , e l o rdenador l l eg con un
fol le to que mostraba una fotograf a de la famil ia perfecta y t ra-
dicional de cuatro miembros reunida alrededor del aparato.
Adem s, el diseo del
software
supona que el hombre de la casa
determinara , a t ravs de una apl icacin l lamad a At Ease , qu
miem bros de la fami l ia t endr an acceso a de te rminados n ive les
de informacin y control , a l modo (supuestamente) t ranquil iza-
dor , aunque au tor i ta r io , de l c ls ico
pater familias
victoriano.
Ga tes subraya los valores y las vi rtudes famil iares de confort ,
privacidad y relax, vinculando su utopa tecnolgica con una
l a rga h i s to r ia de sueo de dom es t ic idad t ranqui la , de ta l modo
que , como sos t iene Al lon , e l mundo v i r tua l a l que aspi ra Gates
es pac f ico y dom es t icado , sin e lementos d i s rupt ivos o desco-
nocidos, [ . . .] un lugar donde se vive una calidez, una familiari-
dad y una int imidad general izadas y global izadas. ' Como vimos
antes, en relacin con la domesticacin de otras tecnologas, el
resul tado es , una vez ms, un complejo hbr ido de la a l ta tecno-
loga y lo t rad ic iona l , un mu ndo don de las "fachadas" sue len
es ta r en f lagran te opos ic in a sus in te r io res ; l a fachada que s i -
mula es tar hecha a m ano y cam ufla todos los apara tos de a l ta
tecnologa que contiene. En este sent ido, e l est i lo
country
de
los mue b les y e l p ino natura l conno ta una no sta lg ia rs tica , s i
no buclica , de un mundo ant iguo, ms seguro, com o si los im-
plementos de al ta tecnologa cada vez m s sofist icados de las ca-
sas [ . . .] tuvieran que ser co mpen sados [ . . .] con un sel lo que cer-
t i fique los t iempos pasad os.61
Y ahora? Dis-locar los medios?
He t razado has ta aqu l a l a rga h i s to r ia de la domes t icac in
paulat ina de algunos m edios, en part icular la te levis in, y he to-
mado l a casa in te ligen te como e l pun to cu lm inan te o f ina l de
esta his tor ia , donde la m isma casa se convier te en un lugar to tal-
mente tecno logizado/conectado y l lega a ser definido por las tec-
nologas que la cons t i tuyen . ' S in em bargo , podr a a rgume ntar -
se que ahora estamos ante e l comienzo de una his tor ia bastante
diferente , donde el re la to se encamina en la direccin contrar ia ,
hacia la de-dome st icacin de los medios y la dis locacin radical
de la dom est ic idad.
En m uchos pases , la te levis in comenz como m edio pbli-
co, que era vis to colect ivamente en lugares pblicos y paulat ina-
mente fue entrando en las casas y , poco a poco, en los interst icios
de stas . Pongamos dos ejemplos: en el per odo inmediatamente
poster ior a la Segunda G uerra Mu ndial , en Estados Unidos la te-
levisin era exhibida, sobre todo, en lugares pblicos como
bares y grandes a lmacenes o en el t ransporte pblico. Anloga-
mente , en Japn , a com ienzos de los a r ios c incuenta , l a t e lev i -
sin funcion com o una suerte de teatro a l a ire l ibre para e l p-
bl ico que vea eventos depor t ivos , como luchas en esc enar ios
insta lados en esquinas y en plazas y parques pblicos, donde la
mult i tud se reuna a contem plar los .' S in embargo, es evidente
que , a l haber co lon izado tan fuer teme nte la casa en e l per odo
poster ior , ahora la te levis in se ha vu el to a escapar de sus confi-
nes . Hoy en da , en todos lados, espacios pblicos como salas de
espera , es tac iones de t ren , aeropue r tos , comercios , bares , res-
taurantes o lavanderas , encontramos te levisores . La diferencia
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MEDIOS, MODERNIDAD
Y
T E C N O L O G
S UNT OS PBLIC OS E H IS T OR IAS NT IM A S : M E DIA C IN, DOM E S T IC A C IN Y DIS LOC A C IN / 147
es que ahora es un suplemento y no, como originalmente era,
una alternativa a su lugar en casa, como Anna McCarthy, en
Estados Unidos, y Goran Bolin, en Suecia, han documentado
en sus es tud ios sobre las nuevas formas am bien ta les de te le -
visin pblica."
Una impor tan te m ot ivac in com erc ia l para es te t ipo de de-
sarrollo ha sido la concienciacin, en la industr ia de la publici-
dad , de la medida en que la casa es un en torno donde los anun-
cios te levis ivos pueden, en e l mejor de los casos, esperar formas
distra das de atencin del espectador . Otra es su creciente preo-
cupacin acerca de la movilidad virtual creada para los es-
pectadores en el hogar por el control remoto, que les permite
cambiar de canales, programar lo que van a ver y evitar los
anuncios. Otra motivacin es haberse dado cuenta de que es
muy dif c il l legar a a lgunos grupos dem ogrficos par t icularmen-
te deseables (como los hom bres con al tos ingresos y los jvenes
con ingresos perso nales disponibles) a t ravs de la te levis in en
el hogar y , por lo tanto , es m ejor hacer lo en o t ros lugares . Por
todas es tas razones , ha habido una fue r te neces idad com erc ia l
de elaborar formas pblicas de te levis in basadas en la public i-
dad a f in de l l egar has ta esos consum idores po tenc ia les donde-
quiera que se renan, com o pb l icos ms dispuestos a dejarse
captar, as es tn haciendo vida social en bares y restaurantes
o esperando un vuelo en el aeropuerto . Tras hab er colonizado la
casa y vis to que algunos de los consumidores c lave a los que se
desea l legar estn ausen tes de los confines de sta , ahora la pu-
bl ic idad com erc ia l ha dec id ido segui r los fuera de l hogar y des-
plazarse a la esfera pb lica .
Desde e l punto de vis ta de los patrocinadores , las formas p-
bl icas de la te levis in t ienen algunas ventajas c lave: fundamen-
ta lmente , es tn l ib res del zapeo, ya que e l p rogramado r , no
el espectador, t iene el control exclusivo de los contenidos de la
panta l la ; adems, la ub icacin del te levisor (por lo general de
grandes dimen siones) por encima de l nivel de la vis ta suele dar-
le un aire de autoridad que no tiene la pantalla pequea habi-
tual . Por otro lado, e l pblico de esos lugares de espera (de la
c lase que sean) sue le es ta r abur r ido y , por lo tan to , busca a lgu-
na forma de dis traccin visual , pero adems algunos grupos de-
mogrficos especficos tambin pueden ser alcanzados si se
t ransmiten anuncios en los lugares correctos, donde el grupo
deseado ya ha decidido, por as decir lo, estar presente y, por lo
tan to , d i sponible para e l anunc ian te . Com o expl ica un d i rec tor
de una agenc ia de publ ic idad c i tado por M cCar thy, la demo-
graf a del [pblico] est controlada por e l lugar donde el m ensa-
je se t ransmite ."
Es natural , entonces, que s i se considera que esos anuncian-
tes es tn in tentando hacer h ab i tar y pasar a t ravs de lugares
part iculares [ . ..] una experiencia "auspiciada", para l legar mejor
a los consum idores , just if iquen la in trusin con frecuencia inde-
seada de la pan ta l la en la v ida pbl ica como un a a t racc in gra-
tu i ta , es decir , o tra dimensin de la ndole p blica de un s i t io."
Sin embargo, m uchas personas han l legado a sent ir que ese t ipo
de formas d e te lev isin comerc ia l basadas en de te rminados lu -
gares son, en efecto, un atentado contra la privacidad indivi-
dual . El punto culminante de esa tenden cia en e l Reino Unido
fue el escndalo, en 2004, surgido por la insta lacin de te leviso-
res comerciales a l pie de la cama de pacientes de hospi ta les por
la compa a i lus t remente l lama da Pat ient l ine . Es t c laro
que esta form a de te levis in se dir ige a un p blico que, por def i-
nicin, est cautivo. Adems, los televisores estaban diseados
de ta l modo que se enc endan automticam ente a las 6 de la ma-
ana y funcionaban s in interrupcin hasta las 10 de la noche. En
ese caso en part icular , nadie poda escapar , l i teralmente; quienes
no queran ver los programas no po dan apagar e l te levisor y es-
taban obl igados a asis t i r a una ser ie in interrumpida de anuncios
de servic ios no deseados y de repet i t ivos mensajes acerca del
cuidado de l pac ien te em i t idos por las au tor idades de l hospi -
tal. Cuando a ste se le presion por la irritacin y la angus-
t ia que todo el lo estaba causando a m uchos pacientes muy e nfer-
mos, el portavoz de la compa a dijo , poco convincentemente, que
e l hecho de q ue los te lev isores no tuv ie ran una tec la para apa-
garlos haba sido un acc idente.67
Estas evoluc iones deben en tenderse en e l con tex to ter ico
ms am pl io de los deba tes sobre la t ransformacin perman ente
de las re laciones entre las e sferas pblica y pr ivada. Al respecto,
Armand M at te la rt ha sos ten ido con ac ie r to que , desde hace ya
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7/24/2019 Morley.medios,Modernidad y Tecnologia
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150 / M E DIOS , M ODE R NIDA D Y T E C NO LOGA
S UNT OS PBLIC OS E H IS T OR IAS NT IM A S : M E DIA C IN, DOM E S T IC A C IN Y D IS LOC A C IN / 151
pareciendo efect ivam ente o sustrayndose de la esfera pblica ,
aunque s iguen estando f s icamente presentes en el la ." Volvien-
do a mis observaciones anter iores sobre la manera en qu e la his-
toria de la individual izacin del ocio es anterior a la invenc in de
t ecnologas como la de l walkman, aqu t ambin conviene con -
s iderar e l pape l de la l ec tura de l per id ico como un a forma an -
ter ior , con la que los t rabajadores que tenan que viajar para l le-
gar a la of ic ina podan ret i rarse del espacio pblico a un mundo
ms p r ivado . Al respecto , e l x ito del nuev o diseo en tab loi -
des ms pequ eos de a lgunos de los per idicos de g randes di -
mensiones del Reino Unido, que en su formato original eran
algo incmodos de leer en autobuses o trenes repletos, es sin
duda ot ro ndice de la adap tacin ex i tosa y de la cont inua im-
portancia de los medios impresos, para cumplir las mismas fun-
ciones en nuevas condiciones.
En su teorizacin ejemplar de la funcin protectora de las
tecnologas del sonido, B ul l se inspira en el t rabajo de varios te-
r icos de lo u rbano , desde las preocupac iones de Georg S immel
acerca de los efectos problemticos en el individuo de la sobre-
carga sonora en la c iudad a tes tada has ta las observaciones de
Richard Senne t t sobre la s maneras en que l a t endenc ia con tem-
pornea de las personas de ret i rarse al santuario de los guetos
sol ipsis tas auriculares socava la capacidad d e sostener encuen-
t ros po tenc ia lmente produc t ivos con la a l te r idad que cons t i tu -