México: Información
sobre Aspectos
Geográfico s,
Sociales y Económicos
Aspectos Económicos
Volumen M, México,1983
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COORDINACION GENERAL DE LOS SERVICIOS NACIONALES DE ESTADISTICA. GEOGRAFIA E INFORMATICA
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Aspectos Económicos Volumen m, México,1983
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COOROINACION GE NERAl DE lOS SERVICIOS NACIONALES D~ ESTADISTICA, GEOGRAFIA E INFORMAllCA
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Secretaría de Programación y Presupuesto.
Coordinación General de los Servicios Nacionales de
Estadística Geografía e Informática.
Informes y ventas:
Balderas No. 71 planta baja. Centro Delegación Cuauhtemoc,
06040 México, D. F.
Tel. 521 42 51.
Insurgentes Sur No. 795 planta baja.
Colonia Ñapóles, Delegación Benito Juárez,
03810 México, D. F
Tels.: 687 46 91 y 687 29 11, ext. 289
México, D. F. octubre de 1982.
ISBN 968 809 371 8
Presentación
En esta ocasión, la Coordinación General de
los Servicios Nacionales de.Estadística, Geo-
grafía e Informática (CGSNEGI) de la Secre-
taría de Programación y Presupuesto, pre-
senta la publicación México: información
sobre aspectos geográficos, económicos y
sociales, la cual está integrada por tres volú-
menes y constituye una actualización y com-
pendio de la información que esta misma
dependencia ofreció en la serie titulada Ma-
nuales de Información Básica de la Nación.
El objetivo principal de esta obra es el de di-
vulgar información que le permita al público
en general conocer la problemática socioeco-
nómica y geográfica del país, para que de
esta forma pueda normar sus acciones y opi-
niones respecto de la realidad mexicana en
la que se desenvuelve.
Así pues, el tratamiento de los diferentes
temas abordados se ha enfocado desde los
puntos de vista cuantitativo y cualitativo,
esto es, mediante la presentación de cuadros
estadísticos que ofrecen el aspecto mensu-
rable de los fenómenos de gráficas y mapas
que muestran en forma objetiva y clara sus
aspectos más importantes, y de textos que
describen el comportamiento de las variables
así como sus características más relevantes.
El lenguaje empleado es de fácil compren-
sión, pues se ha evitado, hasta donde ha sido
posible, la utilización de términos técnicos.
Es así como se pretende que la información
se divulgue entre núcleos de población cada
vez mayores y que el conocimiento de los as-
pectos socioeconómicos y geográficos del
país se encuentre al alcance de todos y no
sólo de los especialistas de las diversas mate-
rias.
Debe recordarse que la serie Manuales de
Información Básica de la Nación estuvo inte-
grada por las publicaciones tituladas: Cómo
es México, La población de México, su ocu-
pación y sus niveles de bienestar y Las activi-
dades económicas en México. En ellas se
abordaron, respectivamente, los fenómenos
físico-geográficos, sociodemográficos y eco-
nómicos de la problemática nacional.
La presente obra también toca estos aspec-
tos en tres volúmenes, y trata de dar res-
puesta a las siguientes interrogantes: ¿cómo
es el territorio nacional desde el punto de
vista físico-geográfico?, ¿cómo es la pobla-
ción del país y cómo vive?, ¿cuáles son las
actividades económicas que realizan sus ha-
bitantes?
De acuerdo, pues, con los propósitos descri-
tos, el contenido de la obra se ha distribuido
en tres volúmenes en los que se han agrupa-
do los temas según su naturaleza. Así, el pri-
mer volumen se dedica exclusivamente a la
descripción del país en sus aspectos físicos y
geográficos; en esta forma, se establece como
punto de partida el conocimiento del medio
ambiente que nos rodea y que en muchas
ocasiones resulta determinante de las moda-
lidades adoptadas en la vida de la población
y de las características de su economía. Se
abordan en dicha sección temas tales como
la ubicación y extensión del territorio na-
cional, su división política, los climas que
presenta, el relieve del suelo, las caracterís-
ticas de su subsuelo sus recursos hidrológi-
cos y las peculiaridades de su vegetación,
entre los más importantes.
En el desarrollo de estas materias se incor-
pora la información geográfica que propor-
ciona la Dirección General de Geografía del
Territorio Nacional de la CGSNEGI, lo cual
ha permitido tratarlas en forma más profun-
da y hacer una mejor caracterización de los
aspectos físicos del país, pues los datos con
que se cuenta son más recientes y pre-
cisos que los contenidos en la publicación
anterior.
Debido a la alta especialización de algunos
de estos asuntos, en los capítulos correspon-
dientes fue imposible evitar la utilización
de ciertos tecnicismos; no obstante, en estos
casos se incluyen definiciones o explicacio-
nes breves de los mismos que facilitarán su
comprensión a los lectores.
En el segundo volumen se tratan los aspectos
demográficos y sociales del país; en él se pre-
tende delinear una semblanza de la dinámica
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poblacional, las condiciones de vida que pre-
valecen, las características de la población y
la forma en que ésta satisface sus necesida-
des. Por lo tanto, la información que ofrece
se refiere, entre otros tópicos, al crecimiento
demográfico, la estructura de la población
por sexos y edades, la problemática ocupa-
cional, los ingresos y gastos familiares, las
características de la vivienda, los niveles edu-
cativos, alimenticios y de salud y seguridad
social.
En el desarrollo de estos capítulos se inclu-
yen los resultados preliminares del X Censo
General de Población y Vivienda levantado
en junio de 1980, así como información pro-
veniente de la Encuesta nacional de ingresos
y gastos de los hogares y de la publicación
El sector alimentario en México; todos és-
tos constituyen proyectos realizados por la
CGSNEGI, y fueron de mucha utilidad para
ampliar y actualizar el panorama que esta
obra presenta sobre los aspectos demográfi-
cos y sociales de la población del país.
En el tercer volumen se describen la evolu-
ción y las condiciones en que se desenvuel-
ven las distintas actividades económicas del
país.
Inicia con una breve reseña histórica del com-
portamiento de las diversas ramas económi-
cas, tratadas en forma general, para después
proseguir con la caracterización más detalla-
da de cada actividad. En esta forma, los dife-
rentes capítulos abordan en forma exclusiva
cada uno de los siguientes rubros: agricultu-
ra, ganadería, pesca, silvicultura, minería,
industria manufacturera, industria petrole-
ra, generación de energía eléctrica, industria
de la construcción, comercio, prestación de
servicios y comunicaciones y transportes.
La fuente de información más importante
para el tratamiento de las distintas ramas
económicas fue el Sistema de Cuentas Nacio-
nales 1970-1978, recientemente elaborado
por la CGSNEGI, que proporcionó impor-
tantes datos referentes al conjunto de la eco-
nomía y para cada actividad en particular,
sobre todo en el aspecto de los grandes agre-
gados económicos. En forma similar, las pu-
blicaciones sectoriales, elaboradas también
por dicha coordinación, tituladas La indus-
tria petrolera en México, La minería en
México, El sector eléctrico en México y La
actividad de la construcción en México, con-
tribuyeron con valiosa información sobre el
comportamiento y las características de las
actividades a que se refieren.
En los capítulos que integran esta publica-
ción se ha realizado un esfuerzo tendente a
recopilar información dispersa en una amplia
gama de documentos, publicaciones y regis-
tros de un gran número de instituciones en
las esferas de su competencia, y se ha procu-
rado incluir en todos los casos los datos más
recientes que existen sobre los tópicos que se
tratan en la obra.
Por otra parte, también se ha procedido has-
ta donde ha sido posible, a agrupar los datos
sobre los diversos temas bajo el criterio de
entidad federativa, con el propósito de apre-
ciar las diferencias regionales en los aspectos
geográficos, demográficos, sociales y econó-
micos.
En forma similar, y también en la medida en
que se dispuso de información adecuada, se
procuró establecer comparaciones entre Mé-
xico y otros países en las diversas materias,
con la intención de ubicar a nuestro país en
el concierto internacional.
Es conveniente, sin embargo, aclarar al lector
que dada la amplitud de la temática en cues-
tión, esta obra presenta únicamente los as-
pectos más relevantes de cada materia, y no
pretende cubrirlas a profundidad, lo cual
hubiera requerido de una extensión bastante
mayor que la que tiene. Asimismo, el usuario
advertirá algunas diferencias en la estructura
de cada capítulo, respecto a la forma de abor-
dar los diversos tópicos y los aspectos que se
resaltan en ellos; situación que obedece a
sus diferentes naturalezas, así como a la dis-
ponibilidad o carencia de información para
los temas tratados; y se reconoce que en al-
gunos, los datos no fueron todo lo abundan-
tes que se hubiera deseado.
Por último, resulta necesario hacer patente
un justo reconocimiento a todas las institu-
ciones que en forma directa o a través de sus
diversos documentos y publicaciones, contri-
buyeron a hacer posible la presente obra.
Debido al gran número de estas fuentes re-
sultaría muy extenso hacer aquí mención de
cada una; sin embargo, sus nombres aparecen
al calce de las tabulaciones respectivas o bien
se citan a lo largo de los textos.
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Indice General
Introducción 1
1 Panorama Gene, al de las Actividades Económicas 5
2 Agricultura 17
3 Ganadería 55
4 Silvicultura 81
5 Pesca 97
6 Sector Minero 125
7 La Industria Manufacturera 143
8 La Industria del Petróleo 167
9 Sector Eléctrico 199
10 Actividad de la Construcción 213
11 Sector Comercial 235
12 Transportes y Comunicaciones 261
13 Sector Sen/icios 295
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Introducción
El presente trabajo ofrece un panorama de la
evolución y las condiciones en que se desen-
vuelven las distintas actividades económicas
en México y explica la importancia especí-
fica de cada una de ellas.
El presente volumen se divide, pues, en trece
capítulos. En el primero de ellos se incluye
una breve reseña histórica del desarrollo de
las actividades económicas del país desde
principios de siglo hasta la actualidad.
Los capítulos del segundo al quinto están
dedicados a las actividades agrícolas, pecua-
rias, forestales y pesqueras, respectivamente.
En ellos se pretende ofrecer una visión ge-
neral sobre estos temas vitales para el desa-
rrollo del país. Esos apartados recopilan in-
formación dispersa en una amplia gama de
documentos, publicaciones y registros de di-
versas dependencias públicas. Asimismo, se
ha agrupado en ellos a casi la totalidad de las
cifras bajo el criterio de entidad federativa;
esto se ha hecho con el propósito de apreciar
las diferencias regionales en estas materias.
La información proveniente de los censos
agrícolas y ejidales se sometió a ciertas ela-
boraciones tendentes a incrementar el poten-
cial analítico de esa estadística básica, con
el afán de destacar algunas peculiaridades del
sector.
Se ha procurado que la conjunción de esos
cuatro capítulos, permita obtener a las per-
sonas no interiorizadas con la dinámica del
sector agropecuario una primera aproxima-
ción a un tema tan variado y complejo, y a
la vez tan interesante.
En primer término, se presentan las cifras
acerca de la utilización del suelo en las acti-
vidades primarias; a continuación se ubica a
éstas dentro de la estructura económica de
México y se ofrecen los datos relativos a la
infraestructura con que cuentan. Posterior-
mente se presentan las cifras de producción
y precios.
Cabe aclarar aquí que algunas de las estadís-
ticas contenidas en este trabajo constituyen
una actualización de las publicadas en el Ma-
nual de Estadísticas Básicas Sectoriales del
Sector Agropecuario y Forestal, editado en
1979. El criterio general que se empleó en la
selección de los datos fue, por un lado, el
de incluir aquéllos que las fuentes oficiales
hubieran dado a conocer a través de sus ca-
nales y publicaciones autorizados, y por
otro, el que mantuviesen una estructura in-
terna coherente con otros indicadores de
estas actividades.
La pesca constituye una importante activi-
dad dentro de la estructura productiva de
México, por ser una fuente tanto de produc-
tos alimenticios, como de empleos y de in-
gresos. Por este motivo, la Coordinación
General de los Servicios Nacionales de Esta-
dística, Geografía e Informática y la Direc-
ción General de Planeación, Informática y
Estadística del Departamento de Pesca, han
hecho un esfuerzo de compilación estadís-
tica, que se ofrece en el capítulo respectivo,
con el fin de presentar un panorama general
de esta actividad.
Conviene hacer notar que los sistemas de in-
formación del Departamento de Pesca se
encuentran en formación, razón por la cual
las cifras que se presentan constituyen en
general, una parte del sector pesquero. Por
ejemplo: las cifras de captura se refieren
—hasta 1979— a las que registran las oficinas
de pesca existentes en el país. Sin embargo,
una encuesta realizada en 1978 por ese mis-
mo Departamento, muestra que existen alre-
dedor de 750 localidades pesqueras, cuya
producción no se capta por los medios nor-
males. Además, una elevada proporción de la
captura que se comercializa y consume in-
ternamente en las localidades pesqueras, no
se registra por dificultades obvias en su
detección.
Por lo que se refiere a los datos sobre recur-
sos humanos y materiales aplicados a la acti-
vidad pesquera, éstos provienen del Registro
Nacional de Pesca, el cual es un sistema ad-
ministrativo en fase de revisión. Actualmente
cubre una parte del universo, por lo que las
cifras provenientes de dicho Registro y que
fueron utilizadas en esta obra, deben consi-
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derarse como órdenes de magnitud y dentro
de un esfuerzo por acercarse al conocimien-
to de la realidad pesquera del país.
La descripción que se hace de este sector con-
siste básicamente en la cuantificación de los
recursos marinos, la importancia de esta acti-
vidad en el marco económico y social del
país, la captura de especies en los litorales
mexicanos, la infraestructura y los equipos
con que cuentan los grupos poblacionales de-
dicados a la pesca y el financiamiento que
se les proporciona; se incluyen también al-
gunas comparaciones internacionales.
Los capítulos sexto y séptimo de este vo-
lumen tratan sobre las industrias extractiva
y de transformación respectivamente. En los
dos se presenta un resumen del proceso de
industrialización que históricamente ha ob-
servado el país, en el que se presta especial
atención al papel que el Estado ha desem-
peñado en el desarrollo de las actividades
industriales.
Se destaca también el comportamiento que
han experimentado las principales variables
de las ramas económicas en cuestión, tales
como el valor de su producción y su estruc-
tura por giros industriales o productos, así
como por la naturaleza de los bienes que
extrae o que transforma; la ocupación y re-
muneraciones que proporcionan y el valor
de sus activos fijos. Asimismo, se ofrecen
algunos aspectos de la localización geográfi-
ca de la minería y la producción de manufac-
turas, con el fin de estudiar su estructura
regional.
En estos dos capítulos se incluye amplia in-
formación aportada por el Sistema de Cuen-
tas Nacionales, elaborado por la Coordinación
General de los Servicios Nacionales de Esta-
dística, Geografía e Informática (CGSNEGI).
Los capítulos octavo y noveno se dedican a
la industria petrolera y a la generación de
energía eléctrica, respectivamente. El citado
en primer término inicia con una reseña ge-
neral del consumo de energía en el país aten-
diendo a la fuente de generación, y prosigue
con la descripción de las características más
importantes de esta industria. La exposición
abarca desde las actividades de exploración
y perforación de pozos hasta la de industria-
lización y comercialización de hidrocarburos
y sus derivados, pasando por el nivel de re-
servas que posee el país.
En lo relativo a la generación de energía
eléctrica, se ofrece la información relativa a
la capacidad instalada y la producción del
fluido, así como sobre el consumo del mismo
y el grado de electrificación. Tanto para la
2
actividad petrolera como para el sector eléc-
trico se proporcionan antecedentes históricos
y se analiza su importancia económica.
La infraestructura estadística que sustenta a
ambos capítulos provino principalmente de
publicaciones editadas por la CGSNEGI, co-
mo son La industria petrolera en México y
El sector eléctrico en México, así como de la
Memoria de labores de PEMEX para 1979, y
de diversas publicaciones editadas por la Co-
misión Federal de Electricidad y por la Comi-
sión de Tarifas de Electricidad y de Gas.
Las estadísticas utilizadas para elaborar el
capítulo correspondiente a la industria de
la construcción se obtuvieron principalmente
de la publicación La actividad de la construc-
ción en México y fueron complementadas
con la información contenida en la Matriz
de insumo-producto de México. 1975; am-
bos trabajos también fueron editados por la
citada Coordinación. En el presente trabajo
se destacan la importancia de esta industria
en el contexto de la economía nacional y el
papel que desempeña en la formación de
capital del país, así como las relaciones que
guarda con otras actividades y las peculiari-
dades de su oferta y su demanda.
Los capítulos sobre el comercio y la presta-
ción de servicios se proponen, en primera
instancia, ubicar las funciones e importancia
de estos sectores dentro del sistema econó-
mico y, en segunda, describir algunas de sus
principales características, como son; el em-
pleo, las remuneraciones que proporcionan
y el valor bruto de la producción, desglosando
los conceptos en los diversos giros que inte-
gran tanto al comercio como a los servicios.
El sistema de Cuentas Nacionales de México
constituyó la fuente primordial de informa-
ción para ambos sectores. Esto implica que
la cobertura temporal del estudio en los dos
casos llega hasta el año de 1978. El hecho
de que los datos provengan de ese documento
facilitó un tratamiento homogéneo de las dife-
rentes actividades comerciales y de servicios,
debido a que, en la actualidad, constituye la
única fuente que abarca en forma integral a
dichos sectores.
El último capítulo se ocupa del transporte y
las comunicaciones. En él se destacan las fun-
ciones que este sector desempeña como parte
del aparato de distribución del sistema eco-
nómico y del papel que juega en la integra-
ción regional, nacional e internacional de los
mercados como en el caso de las demás acti-
vidades terciarias, proporciona la información
referente al personal que ocupa y las remu-
neraciones que proporciona, así como a la
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distribución de los ingresos de esta actividad,
atendiendo a los diversos medios utilizados
para la transportación y la comunicación. Las
estadísticas utilizadas se obtuvieron funda-
mentalmente del Programa de Acción del
Sector Comunicaciones y Transportes, del IV
Informe Presidencia! y del Sistema de Cuen-
tas Nacionales de México.
También se presenta en este capítulo la in-
formación relativa a la infraestructura exis-
tente en el país en lo referente a carreteras,
ferrocarriles, aeropuertos, puertos y sobre la
operación de los principales medios de comu-
nicación. De esta forma se presenta una visión
global de esta clase de servicios.
En suma, este volumen pretende proporcio-
nar al lector los elementos necesarios para que
tenga un panorama general de las condiciones
actuales de los distintos sectores de la activi-
dad económica del país.
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Panorama General de las
Actividades Económicas
Indice capitular:
Introducción 7
Panorama histórico 8
Periodo independiente 8
Cuadro 1.1 9
Porfiriato y revolución mexicana 9
Periodo posrevolucionario 10
Periodo 1935-1970 11
Evolución económica reciente 1970-1978 12
Cuadro 1.2 13
Cuadro 1.3 15
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1. Panorama General de las Actividades Económicas
Introducción
Desde el punto de vista económico, la pri-
mera gran división que han presentado las
sociedades humanas es la del trabajo. Como
consecuencia de esta división, los distintos
grupos sociales se especializan en determina-
das labores que integran el proceso produc-
tivo de la comunidad; conforme se va des-
arrollando la economía de esa sociedad, es
posible dedicar al intercambio una parte de
los bienes y servicios que ésta crea, a fin
de obtener de otras sociedades los satisfacto-
res que ella misma no produce. Así, la eco-
nomía de la sociedad sigue su evolución hasta
-el grado en que se estructura principalmente
en función del mercado.
Son muchas las especialidades que pueden
observarse en la producción de bienes y ser-
vicios; sin embargo, dentro de esa diversidad
existen similitudes que permiten agruparlas
según las características comunes de sus
procesos productivos. Los expertos interna-
cionales han elaborado una clasificación que
comprende a todas las actividades económi-
cas de la época moderna, según la cual hay
tres grandes sectores: el primario, el secun-
dario y el terciario. El primario incluye a la
agricultura, la ganadería, la silvicultura y la
pesca; el secundario a las actividades mineras o
extractivas, de transformación o manufactu-
reras, la generación de energía eléctrica y
la industria de la construcción, y el terciario
a las actividades tales como el comercio, los
servicios, el transporte y las comunicaciones.
La experiencia histórica muestra que en
los diferentes países la importancia de
cada uno de los sectores descritos ha variado
dependiendo de las etapas económicas por
las que han atravesado. En épocas remotas
las actividades primarias predominaron sobre
las demás, proporcionando los satisfactores
de consumo vital. Posteriormente, con el
descubrimiento y desarrollo de métodos y
técnicas para procesar los bienes que proveía
el sector primario y para transformar al
mismo medio ambiente en el que se desen-
volvían las comunidades, el sector secunda-
rio o industrial pasó al primer plano. Las
diversas actividades terciarias cobran rele-
vancia en distintos momentos históricos: el
comercio surge con la necesidad de las
sociedades de complementar sus economías
mediante el intercambio de productos; como
consecuencia, se desarrollan los transportes
y después los servicios de tipo comunal y
social cuando los centros comerciales se
transforman en grandes ciudades.
En la actualidad, la preponderancia de algu-
no de los tres tipos de actividad depende
del grado de desarrollo de cada país. En las
naciones avanzadas, los sectores industrial y
terciario son de magnitudes extraordinarias.
En la mayoría de esos países, la importancia
del sector primario es menor que la de las
otras actividades económicas; pero aún así
les permite la satisfacción casi total de sus
necesidades alimenticias. Esto se debe a los
altos niveles de eficiencia que han alcanzado
en esta materia, además de que su gran capa-
cidad económica les permite cubrir cualquier
carencia recurriendo a los mercados inter-
nacionales.
En cambio, en los países en desarrollo el
sector primario sigue siendo el más impor-
tante, pues en él se encuentra acaparada
una alta proporción de su fuerza de trabajo
y es el que produce la mayor parte de los
bienes que intercambian con el resto del
mundo. En estas naciones el sector indus-
trial es incipiente —en muchos casos todavía
con características artesanales— y el sector
terciario presenta grados de desarrollo muy
heterogéneos, que van desde un marcado
retraso hasta un desarrollo casi comparable
al de los países industrializados en algunas
actividades de servicios.
Con ciertos matices, en México prevalecen
las características de un país en vías de
desarrollo respecto del panorama que se
observa en sus sectores primario, secundario
y terciario. Si bien en las últimas décadas
las actividades agropecuarias han mostrado
una tendencia declinante en su participación
dentro de la producción de bienes y servicios,
su ponderación sigue siendo muy importante
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y mantiene su papel en el sector económico
tradicional. También en las últimas décadas,
la industria ha mostrado una vigorosa expan-
sión; sin embargo, no ha alcanzado los nive-
les que se observan en los países desarrollados.
En el caso de los servicios, coexisten activi-
dades dinámicas y con un funcionamiento
moderno, como son los servicios turísticos
y financieros, con otras escasamente desarro-
lladas o de carácter familiar.
De acuerdo con lo que se ha expuesto, se
pueden diferenciar diversos periodos en la
historia del país, en los cuales cada una de
las distintas actividades económicas ha expe-
rimentado, a su tiempo, auge, estancamiento
o retroceso. (Ver cuadro 1.1). A continua-
ción se ofrece una breve descripción de este
proceso histórico, a fin de entender cómo
han evolucionado las distintas ramas econó-
micas hasta nuestros días.
Panorama Histórico
En los siglos XVI, XVII y XVIII, durante la
dominación española, la economía de la Nue-
va España estaba inscrita dentro de un marco
de relaciones de dependencia con respecto a
la metrópoli, y por lo tanto no pudo desarro-
llar todo su potencial. El sector agropecuario
se encontraba orientado hacia el autoconsu-
mo, su estructura productiva estaba domina-
da por terratenientes españoles y criollos,
quienes poseían amplias extensiones de tierra
al igual que el clero, el cual era propietario
de una alta proporción de la superficie cul-
tivable; la mayor parte de estas tierras per-
manecían ociosas. La mano de obra que se
utilizaba era la indígena, la cual se explotaba
en forma infrahumana. Generalmente, las
rentas que obtenían los terratenientes se
dilapidaban en bienes suntuarios.
La minería fue la actividad que presentó las
condiciones más alentadoras, aunque se cen-
tró en la extracción del oro y la plata.
Las manufacturas fueron una actividad pos-
trada debido al sistema de prohibiciones
impuesto por la Corona, pues ésta tendía
a defender el monopolio de los comercian-
tes peninsulares que servían de intermedia-
rios entre los países manufactureros desa-
rrollados de Europa, y las colonias america-
nas. En tales condiciones, la industria se
reducía a pequeños talleres artesanales
donde se trabajaban artículos tradicionales
como algunos textiles baratos y la cerámica.
Por otra parte, el comercio se veía limita-
do por la carencia de transportes adecuados
y por las alcabalas* que regían en el mercado
* Impuestos que gravaban el traslado de mercancías de una región a otra dentro del mismo territorio novohispano.
8
doméstico. El comercio con el exterior era
el más desventajoso para el país, pero al
mismo tiempo el más jugoso para los grandes
comerciantes españoles. La Nueva España
exportaba metales preciosos, pero a cambio
tenía que importar todo lo que se le impedía
producir, esto es bienes manufacturados,
algunos cultivos prohibidos en la Colonia y
artículos suntuarios para la clase dominante.
Periodo Independiente
El panorama no mejoró mucho durante los
años de la Guerra de Independencia y los sub-
siguientes. No fue sino hasta el periodo his-
tórico conocido como "La Reforma" (1856-
1863) cuando se tomaron algunas medidas
tendientes a impulsar la economía, y especial-
mente la agricultura. La más importante
de esas medidas consistió en la desamorti-
zación de los bienes eclesiásticos. Sin embar-
go, en contra de la intención que animó a los
legisladores reformistas, la propiedad de la
tierra no obstante que cambió de manos, vol-
vió a concentrarse en grandes latifundios,
cuya explotación se asemejaba en mucho
a las condiciones que prevalecieron en la
época de la Colonia.
La importancia de la Reforma consistió bási-
camente en la incorporación al proceso pro-
ductivo de muchos bienes que hasta entonces
se mantenían ociosos.
Respecto de la situación de la industria en
ese periodo, las manufacturas seguían elabo-
rándose en talleres de tipo artesanal con
métodos tradicionales y sin incorporar los
adelantos tecnológicos que se aplicaban en
otros países.
La minería disminuyó sus niveles en compa-
ración con los observados en los últimos
años del coloniaje; sin embargo, continuó
siendo la mayor fuente de riqueza del país.
La explotación minera pasó de manos espa-
ñolas a capitales de otras nacionalidades,
principalmente ingleses, franceses y alemanes
que centraron su interés en los metales pre-
ciosos con fines de exportación.
El comercio en esos años también se encon-
traba dominado por extranjeros, en especial
por españoles, ingleses y alemanes, que ob-
tenían grandes ganancias con la exportación
de oro y plata acuñados, y con la importa-
ción de artículos lujosos destinados a los
grupos sociales que concentraban la riqueza.
Como en años anteriores ta falta de vías de
comunicación adecuadas representaba un
serio obstáculo para el desarrollo de las
actividades económicas.
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PRODUCTO INTERNO BRUTO POR RAMAS DE ACTIVIDAD
1895-1933
(Millones de pesos de 1950)
Cuadro 1.1
1895 1910 1921 1925 1929 1933
RAMAS DE ACTIVIDAD ABS. °/0 AGS. °lo ABS. °/o ABS. °/o ABS. °/o ABS. °/o
Producto Interno Bruto Agricultura Ganadería Silvicultura Pesca Minería Petróleo Manufacturas Construcción Energía Eléctrica T ransportes Comercio Gobierno Otros
6 483 100.0 11 650 1 382 21.3 2 609 1 251 19.3 1 501
19 0.3 43
438 6.8 1 039 33
890 13.7 1 836 41 0.6 102
2 o 26 228 3.5 329
1 170 18.0 2 377 156 2.4 220 906 14.1 1 535
100.0 11 273 100.0 22.4 1 441 12.8 12.9 905 8.0 0.4 44 0.4
5 o 8.9 620 5.5 0.3 1 733 15.4
15.8 1 669 14.8
0.9 140 1.2 0.2 35 0.3 2.8 459 4.1
20.4 2 314 20.5
1.9 254 2.2 13.1 1 654 14.8
14816 100.0 16 115 2 421 16.3 2 504 1 521 10.3 1 573
48 0.3 51 17 0.1 15
1 087 7.3 1 611 1 268 8.6 561 2 085 14.1 2 427
257 1.7 292 85 0.6 115
581 3.9 801 3 008 20.3 3 554
374 2.5 371 2 063 14.0 2 240
100.0 15 759 100.0 15.5 2 940 18.7 9.8 1 617 10.3 0.3 123 0.8 0.1 8 0.1
10.0 926 5.9 3.4 511 3.2
15.1 2 235 14.1 1.8 317 2.0 0.7 128 0.8 5.0 586 3.7
22.0 3 817 24.2 2.3 377 2.4
14.0 2 180 13.8
o Cifra no significativa.
FUENTE: Leopoldo Solís, La Realidad Económica Mexicana: Retrovisión y Perspectivas, Siglo XXI. México 1971. a pud. Banco de México., Producto Interno Bruto. Revisión de las estimaciones para los años 1919-1949.
Porfiriato y Revolución Mexicana
En el periodo histórico denominado como
"Porfiriato" (1876-1910) se pueden distin-
guir dos etapas económicas: la primera com-
prende el inicio y la consolidación de la dic-
tadura, y se caracteriza por el auge general de
la economía; la segunda abarca los últimos
años del siglo XIX y los primeros del XX, y
en ella se observa el agotamiento del esquema
económico, con la consecuente declinación
generalizada en los sectores productores de
bienes y servicios.
Tres hechos fueron especialmente importan-
tes para dinamizar la expansión de las activi-
dades económicas: las leyes de desamortiza-
ción emitidas durante los gobiernos de Juárez
y Lerdo, la aparición de la energía eléctrica
y la construcción de ferrocarriles; a esto hay
que agregar la desaparición de las alcabalas.
Estos factores favorecieron la ampliación
del mercado, facilitaron el transporte de
bienes agrícolas e industriales, agilizaron las
transacciones comerciales, contribuyeron ala
integración de ciudades y regiones remotas
a los centros que hasta entonces habían mos-
trado el mayor desarrollo y aceleraron los
procesos productivos de muchas ramas eco-
nómicas.
La producción agrícola se orientó hacia la
obtención de materias primas industriales y
hacia la exportación, al igual que la gana-
dería. En esos años se fortalecieron los lati-
fundios, los cuales obtuvieron incrementos
importantes en la producción, sustentados
más en la ampliación del área cultivable que
en un aumento de la productividad, ya
que no hubo preocupación por mejorar el
equipo de trabajo ni por construir obras de
riego. No obstante los notables crecimientos
registrados en este sector, todavía extensas
superficies de labor permanecían ociosas.
El trabajo en el campo se realizaba median-
te la contratación de peones mal retribuidos
y en condiciones infrahumanas. Este panora-
ma al final del Porfiriato sería una de las
causas determinantes del movimiento revolu-
cionario de 1910, sobre todo si se toma en
cuenta que a principios del siglo XX aproxi-
madamente el 56o/o de la mano de obra
estaba ocupada en la agricultura.*
La industria manufacturera fue una de las ra-
mas que más se expandieron en este periodo.
Las bases que sustentaron su desarrollo fueron
la política de recepción de inversiones extran-
jeras, la protección arancelaria y un aconteci-
miento notable como lo fue la aparición de
la energía eléctrica. La fuerza de trabajo de la
industria estaba integrada por artesanos y
campesinos que emigraban a las ciudades
* Leopoldo Solís, La Realidad Económica Mexicana: Re- trovisión y Perspectivas, Siglo XXI, México, 1971, pág. 57.
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y que, al igual que los trabajadores agrícolas,
recibían salarios sumamente reducidos.
Las altas utilidades que la anterior situación
produjo a los empresarios, les permitieron
la adquisición de equipos y técnicas moder-
nas, así como la ampliación de las fábricas,
surgiendo de esta manera las primeras gran-
des industrias manufactureras en el país. La
producción industrial se diversificó al sus-
tituir bienes importados con artículos nacio-
nales; así, florecieron las industrias de con-
servas alimenticias, cervecera, química, ciga-
rrera, vitivinícola, del cemento y del vidrio,
por citar algunas. No obstante, todos estos
productos tenían una característica en
común: su importación era fácilmente sus-
tituible.
En la minería prosiguió el dominio de las
inversiones extranjeras, ahora de origen nor-
teamericano, que incorporaron nuevos méto-
dos para beneficiar metales y diversificaron
la explotación dando énfasis al cobre, y no
ya a los metales preciosos. En este cambio
desempeñó un papel importante la aparición
de la energía eléctrica, que además de ser
un gran demandante del cobre como insumo,
favoreció a las actividades mineras al electri-
ficar algunos de sus procesos. También en
esta actividad, la baja remuneración de los
trabajadores fue la regla.
Por otra parte, el comercio, con la aparición
del ferrocarril, la supresión de las alcabalas,
el mejoramiento de los puertos mexicanos y
una más amplia oferta de bienes agrícolas e
industriales producidos en México, se desa-
rrolló rápidamente tanto en el interior del
país como en las relaciones con el exterior.
En la última década del Porfiriato se empezó
a manifestar la debilidad del esquema
seguido hasta ese momento; los factores
favorables que habían determinado el rápido
crecimiento de las distintas actividades
económicas, paulatinamente perdían su
impulso y con ello también las diversas
ramas productivas. En esos años se regis-
traron fuertes incrementos en los costos de
producción, la industria había agotado las
posibilidades más fáciles para sustituir ¡m-,
portaciones, los salarios reales se habían
deteriorado extraordinariamente; la conse-
cuencia de esto fue una ostensible concen- tración de la riqueza que produjo un raquí-
tico mercado interno; estos factores fueron
causa de un desaliento en la inversión, en la
producción y en general en el proceso de
expansión de la economía mexicana.
Para 1910, la participación de las distintas
actividades económicas en el producto in-
terno bruto del país era, en orden de impor-
tancia: la agricultura con el 22°/o, el comer-
cio con el 20°/o, las manufacturas con el
16°/o, la ganadería con el 13%, la minería
con el 9% y el restante 20o/o correspon-
día a la industria petrolera, la generación
de energía eléctrica, la industria de la cons-
trucción, el transporte y otros servicios*
(Ver cuadro 1.1).
Periodo Posrevolucionario
Al Porfiriato siguió un periodo de estanca-
miento en muchas ramas de actividad y de
escaso crecimiento en otras, que abarca los
años desde 1910 hasta mediados de la déca-
da de los treinta. Esto se debió principalmen-
te a dos acontecimientos: el caos que imperó
en el país como consecuencia del movimien-
to armado que se inició en 1910 y el fenó-
meno conocido como la "Gran Depresión"
que sufrió la economía mundial de 1929 a
1933.
Durante el proceso revolucionario se presen-
tó una decaída general de las actividades; se
registraron descensos en la producción agrí-
cola, ganadera, minera, manufacturera y en
el comercio, tanto interior como exterior.
En los años posteriores a la etapa armada de
la Revolución, la situación económica no
cambió sustancialmente; la destrucción de
gran parte del aparato productivo del país
limitó la expansión de los sectores económi-
cos, de tal manera que a mediados de la dé-
cada de los veintes la agricultura y la gana-
dería apenas alcanzaban los niveles de pro-
ducción registrados en 1910, la minería se
encontraba en una situación similar y la
industria manufacturera, el comercio y los
transportes mostraban crecimientos anuales
muy modestos. Sólo la producción petro-
lera se expandió rápidamente a fines de los
años veintes, pero su dinamismo se fincaba
básicamente en la exportación; sin embargo,
a principio de los treinta empezó a registrar
descensos que no se detuvieron en muchos
años y después se mantuvo estancada, tam-
bién durante un largo periodo.
Por otra parte, la Gran Depresión treno
también la reanimación de la economía
nacional. Otra vez fueron la agricultura, la
ganadería y la minería las que resintieron
sus efectos con mayor intensidad; las ma-
nufacturas y el transporte se mantuvieron
prácticamente estancados y la producción
petrolera seguía en descenso. Las activida-
des mejor libradas fueron la generación de
energía eléctrica y el comercio, aun cuando
sus avances fueron reducidos.
* Estas cifras provienen de la valoración del producto inter- no bruto a precios de 1950.
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La estructura del producto interno bruto
por ramas de actividad al finalizar el periodo
depresivo (1933), mostraba algunos cambios
respecto de la que prevalecía en 1910: el
comercio pasó al primer lugar al representar
el 24o/o de la variable citada, desplazando
a la agricultura, cuya participación bajó al
190/o; también redujeron su participación
las manufacturas, la ganadería y la minería;
las cuales bajaron al 14, 10 y 6°/o, respec-
tivamente; en tanto que empezaron a figurar
los transportes con el 4<Vo y la construcción
con el 2°/o, actividades que en periodos an-
teriores representaban una fracción insigni-
ficante de la producción nacional de bienes
y servicios,*
Resumiendo, se puede decir que en los años
comprendidos desde la iniciación del perio-
do revolucionario hasta la finalización de la
Gran Depresión, el país registró estancamien-
to en ta mayoría de sus actividades económi-
cas y ligeros avances en las menos.
Periodo 1935-1970
A partir de ese momento y hasta fines de la
década de los sesenta se advierten dos perio-
dos más o menos diferenciados, caracteriza-
dos por la consolidación del crecimiento eco-
nómico del país; el primero abarcó de me-
diados de tos treinta hasta el primer quin-
quenio de los cincuenta y el segundo, de
estos últimos años hasta 1970.
Los acontecimientos que dinamizaron las
actividades económicas durante el primer
periodo fueron:
— La reforma agraria, que a través de la
apertura de nuevas superficies al cultivo y
del reparto de tierras permitió aumentos
en la superficie cosechada y por ende de
ta producción agrícola.
— El cambio en la orientación del gasto
público hacia el fomento económico, me-
diante la inversión en obras públicas que
expandieron y mejoraron las redes de co-
municación, fortalecieron la irrigación en
el sector agropecuario y ampliaron en ge-
neral la infraestructura del país.
— La nacionalización de la industria petro-
lera, que pasó a vincularse al crecimiento
económico interno y dejó de estar sujeta
a decisiones del exterior. Este aconteci-
miento constituiría a la industria petrolera
en importante factor para el desarrollo
industrial del país, al proveer energéticos
y materias primas a precios reducidos.
— La consolidación del sistema financiero
* Estos cálculos también se valoraron a precios de 1950,
mediante la creación de nuevas institu-
ciones crediticias y la ampliación de las
existentes. De esta manera se fortaleció a
la banca nacional de crédito agrícola, se
crearon instituciones especializadas en el
financiamiento al sector industrial y sur-
gió la banca de servicios públicos. Así
pues, la formación de capital en diversas
actividades fue alentada por el otorgamien-
to de créditos.
La agricultura constituyó el pilar del vigoro-
so crecimiento económico en esa época, al
garantizar la satisfacción de las necesidades
internas de bienes agrícolas, generar impor-
tantes excedentes para exportación y pro-
veer materias primas a la industria, además
a precios reducidos. Asimismo, las divisas
captadas por la exportación de bienes
agropecuarios permitieron financiar las cuan-
tiosas importaciones que requería el sector
manufacturero para su expansión.
Durante el periodo 1935-1955 el sector in-
dustrial experimentó crecimientos notables
en casi todos sus ramos, que en buena me-
dida se explican por los factores menciona-
dos y algunos otros, como son por ejemplo,
la política de protección arancelaria y de fo-
mento a la producción de manufacturas den-
tro del esquema de sustitución de importa-
ciones elaborado por el Estado. Esta situación
se vio favorecida por la Segunda Guerra Mun-
dial, ya que los países beligerantes tuvieron
que dirigir su producción hacía el armamento
y obtener de otros países los demás bienes.
En México, esto propició la fabricación inter-
na de ciertos productos que antes sol ía impor-
tar, aunque el esfuerzo en la sustitución de
importaciones se centró en los bienes llama-
dos de consumo final, cuyos procesos son
más sencillos que los de los bienes interme-
dios y los de la fabricación de maquinaria y
equipo.
El nuevo enfoque del gasto público, en espe-
cial el de la inversión gubernamental hacia la
creación de obras públicas, favoreció el crecí-
cimiento de la industria de la construcción y
de los servicios de transporte.
A principios de la década de los cincuenta,
nuevamente se observaron cambios en la par-
ticipación de las diversas actividades económi-
cas en el producto interno bruto: el comercio
incrementó su ponderación hasta 21°/o, las
manufacturas pasaron a ocupar el segundo
sitio con el 18.4°/o, la agricultura representó
el 11.5%, la ganadería bajó al 6.1 %, la mi-
nería descendió al 3°/o, el petróleo representó
el 1.5°/o, la construcción el 6.5°/o y los trans-
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portes alcanzaron el 3.3°/o.* (Ver cuadro
1.2).
El siguiente periodo, que se extendió de me-
diados de los cincuenta a fines de los sesen-
ta, se caracterizó por una orientación de
todos los esfuerzos a promover el sector in-
dustrial de transformación, en detrimento
del sector agropecuario. En efecto, durante
los años comprendidos en ese intervalo la
protección arancelaria se mantuvo e incluso
se incrementó en algunos campos manufac-
tureros, se puso en marcha una política de
incentivos tributarios para esta actividad, el
Estado le procuró mayores volúmenes de
crédito en condiciones preferentes, además
de proveerle de energéticos a precios sub-
sidiados.
En contraposición, la inversión en el sector
agropecuario redujo su ritmo de crecimiento
al igual que el otorgamiento de crédito; dis-
minuyó también la distribución de tierras;
la explosión demográfica incrementó la
demanda de tierra frente a una superficie
de labor poco flexible, lo que desembocó en
una parcelización excesiva; las extensiones
con mejores posibilidades agrícolas se desti-
naron a cultivos de exportación descuidando
la producción de bienes para el abastecimien-
to interno. Todo esto determinó que a medi-
da que avanzaban los años sesenta se fuera
agotando el impulso que recibió el sector
agropecuario de la expansión de la inversión
pública en infraestructura en los años prece-
dentes.
Las contradicciones existentes en el campo
se volvieron críticas en los setenta, pues
por un lado había extensiones agrícolas pro-
ductivas dedicadas a cultivos para exporta-
ción que gozaban de las mejores condiciones
de riego, crédito y tecnología y, por otro, un
gran número de minifundios con una agricul-
tura para consumo interno, a nivel de subsis-
tencia, en tierras de temporal y que carecían
de financiamiento y tecnología.
Como se mencionó, la industria petrolera y
la generación de energía eléctrica se utiliza-
ron para promover el desarrollo industrial
del país mediante el aprovisionamiento de
energéticos a precios subsidiados, lo cual
frenó la capitalización de dichas actividades
en el periodo considerado, aún cuando en
esos años mostraron un comportamiento
bastante dinámico.
La industria de la construcción, apoyada en
los programas de obras públicas del gobierno,
mantuvo tasas de crecimiento considerables
y el comercio sostuvo los incrementos regis-
trados en el periodo anterior.
* El producto interno bruto se valoró a precios de 1970. 12
Con la evolución descrita, las actividades
económicas presentaron para 1970, las si-
guientes participaciones en el PIB: la indus-
tria manufacturera pasó al primer sitio al
representar el 23.7°/o del producto interno
bruto, desplazando al comercio cuya partici-
pación fue del 22.8°/o; la agricultura descen-
dió al 7.1%, igual que la ganadería que bajó
al 4.4°/o, la industria extractiva llegó al
2.50/0, la rama de ta construcción participó
con el 5.30/0, los servicios de comunicacio-
nes y transportes con el 4.8% y la genera-
ción de electricidad con el 1.2°/o; el restante
28.2% correspondió a otras actividades,
principalmente dentro del sector servicios*
(Ver cuadro 1.2).
Puede concluirse queen el periodo que abarca
de mediados de los cincuenta a fines de los
sesenta, casi todas las actividades económi-
cas observaron crecimientos de magnitudes
importantes, con excepción de la minería, la
cual experimentó incrementos reducidos. No
obstante, en esta época se gestaron varios
problemas que habrían de obstaculizar a la
producción en la última década, en especial
en el sector agropecuario, el cual, aun cuando
siguió registrando incrementos superiores en
promedio a los demográficos, redujosu ritmo
de expansión respecto al periodo anterior.
Evolución económica reciente. 1970-1978
En la década de los setenta se observa una
ruptura en el esquema de crecimiento soste-
nido que prevaleció entre la mitad de los
cincuenta y el fin de los sesenta. La pro-
ducción nacional de bienes y servicios
observó un comportamiento errático con
incrementos importantes en algunos años y
reducidos en otros. De esta manera en 1972,
1973 y 1978 el producto interno bruto del
país registró elevaciones que rebasaron el
8%, en tanto que en 1971 y 1976 apenas
sobrepasaron el 4%; 1977 fue el año que
experimentó el menor crecimiento con 3.4
por ciento.
Esta situación se debió al desgaste de varios
de los elementos que sustentaron la actividad
económica en la etapa precedente. A conti-
nuación se describirán brevemente aquéllos
que afectaron con más fuerza a la economía
del país.
A principios de la década pasada y concre-
tamente en 1971, la formación de capital
fijo en el país, o sea la inversión en construc-
ciones, maquinaria y equipo productivos,
mostró un retroceso del 4.9% respecto del
valor alcanzado en 1970. Este acontecimiento
habría de repercutir en años posteriores ma-
* El producto interno bruto se valoró a precios de 1970.
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PRODUCTO INTERNO BRUTO POR RAMAS DE ACTIVIDAD
1939-1960
Cuadro 1.2
1939 1940 19 45 a 1950 1960 b
RAMAS DE ACTIVIDAD ABSOLUTO o/o ABSOLUTO o/o ABSOLUTO °/o ABSOLUTO °/o ABSOLUTO o/o
Producto interno bruto 46 058 100.0 46 693 100.0 62 608 100.0 111274 100.0 210 022 100.0 Agricultura 5 223 11.3 4 672 10.0 6 152 9.8 12 783 11.5 20 260 9.6 Ganadería 3 641 7.9 3 703 7.9 4 254 6.8 6 752 6.1 9 597 4.6 Silvicultura 609 1.3 626 1.3 702 1.1 1 236c 1.1 2 034C 1.0 Pesca 49 0.1 56 0.1 103 0.2 Minería 1 767 3.8 1736 3.7 1 767 2.8 3 313 3.0 4 526 2.2 Petróleo 1 317 2.9 1 253 2.7 1 411 2.3 1653 1.5 4 961 2.4 Manufacturas 6 752 14.7 7 193 15.4 9 985 16.0 20 549 18.4 37 575 17.9 Construcción 963 2.1 1*169 2.5 2 153 3.4 7 232 6.5 9 860 4.7 Energía eléctrica 345 0.8 354 0.8 430 0.7 606 0.5 1 698 0.8 Comunicaciones y transportes 1135 2.5 1 187 2.6 1 822 2.9 3 668 3.3 5 769 2.7 Comercio 14 281 31.0 14 439 30.9 20 383 32.6 23 334 21.0 61 316 29.2 Gobierno 3 280 7.1 3 348 7.2 4 530 7.2 5 681 5.1 11 239 5.3 Otros 6 696 14.5 6957 14.9 8 916 14.2 24 467 22.0 41 187 19.6
a Millones de pesos de 1960.
^ Millones de pesos de 1970. c Incluye pesca.
FUENTE: Nacional Financiera, La Economía en Cifras, México, 1978. SPP, CGSNEGI, Bases Informativas para la Utilización del Modelo de Insumo-Producto, Tomo I: Homogenización de las Matrices, 1950-1960-1975, México, 1980.
n¡testándose como saturación o agotamiento
de la capacidad de producción instalada de
algunas ramas económicas, que acabarían
por constituirse en cuellos de botella para
otras actividades, en importantes aumentos
de precios de algunas materias primas e insu-
mios y en frenos para el aparato productivo
del país.
Este fenómeno de retra'míento en la inversión
habría de presentarse nuevamente en losaños
de 1975, 1976 y en menor medida en 1977,
obstaculizando con ello la ampliación de la
capacidad de producción del país y también
la posibilidad de un crecimiento sostenido
de las actividades económicas.
En el sector agropecuario se observó un pre-
dominio de los crecimientos reducidos y en
algunos años estancamientos en su produc-
ción, debido a las causas que se gestaron en
la etapa de crecimiento económico preceden-
te y que ya fueron señaladas. De hecho, en la
década pasada este sector fue el menos diná-
mico de la economía.
Tal situación ocasionaría que en los últimos
años de los setenta se tuviera que recurrir a im-
portantes compras en el exterior de productos
agrícolas básicos para cubrir los requerimien-
tos de consumo del país, en tanto que se hu-
bieron de reducir las exportaciones de estos
bienes. Esto último hizo que el papel relevan-
te que habían venido desempeñando las
actividades agropecuarias en cuanto a la cap-
tación de divisas para compensar las crecien-
tes importaciones del país, en especial las
que efectuaban el sector industrial, se dete-
riorara. Aun cuando el intercambio de pro-
ductos agropecuarios con el resto del mundo
siguió siendo favorable a México, lo fue en
mucho menor medida.
El surgimiento del proceso inflacionario es
otro de los acontecimientos que marca el
agotamiento del esquema de expansión de la
economía seguido en la etapa anterior. Así,
de un crecimiento de los precios del 3°/o en
promedio anual que se dio entre 1960 y
1969, se pasó a uno del 16°/o para los años
comprendidos entre 1970 y 1978.*
Las presiones inflacionarias tuvieron causas
tanto externas como internas. El fenómeno
de la inflación en los setenta se experimen-
tó a nivel mundial y nuestro país no se pudo
sustraer a éste, pues llegaba de otras naciones
a través de las importaciones.
* Variaciones calculadas con base en el índice de precios implícito del producto interno bruto.
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En el caso de las presiones internas, aun cuan-
do pudieran señalarse varias, la más impor-
tante se origina en la oferta de bienes, ya que
la saturación de la capacidad instalada de
algunas ramas productivas, el retraimiento
de la inversión que impedía la expansión de
esta última y el errático comportamiento
de la producción agrícola, provocaron esca-
sez de algunos bienes e insatisfacción de la
demanda, con el consiguiente aumento de
los precios. A esta escasez se sumaron prácti-
cas de especulación con esos productos, lo
cual incidió también en el nivel de los pre-
cios. Dentro de este panorama complejo que carac-
terizó a los setenta, con crecimientos im-
portantes de la economía en algunos años y
modestas elevaciones en otros, destaca el auge
que la industria petrolera experimentó a
mediados de esa década y que la llevó a cons-
tituirse en uno de los pilares más sólidos de
la economía nacional, en especial en el últi-
mo trienio del periodo referido.
El descubrimiento de grandes yacimientos
de petróleo y gas natural y la realización de
cuantiosas inversiones en el procesamiento
de hidrocarburos, sustrajo a México de los
efectos nocivos que sufría la mayor parte del
mundo por la "crisis de energéticos". Además,
las exportaciones petroleras proporcionaron
al país montos crecientes de divisas necesa-
rias para financiar el desarrollo del país y
para compensar las también crecientes im-
portaciones que realizaban otras actividades
económicas, especialmente del sector indus-
trial.
En este último sector, la industria manufac-
turera sostuvo, en promedio, un ritmo acep-
table en sus niveles de producción, mante-
niendo su preponderancia en el producto
interno bruto a lo largo de la década, si bien
esto se logró mediante un aumento constante
de los requerimientos de divisas para finan-
ciar las adquisiciones en el exterior, princi-
palmente de bienes de capital, que requería
para su expansión. Por otra parte, algunas
ramas importantes de la industria manufac-
turera saturaron sus capacidades de produc-
ción, lo cual provocó que se constituyeran
en cuellos de botella para otras actividades
económicas.
Para hacer frente a los desequilibrios descri-
tos, el Estado introdujo algunos cambios en
los patrones seguidos por ciertas actividades
económicas, por lo cual incrementó los re-
cursos que se asignaban al fomento del sec-
tor agropecuario, sin descuidar los que se
destinaban al sector industrial. En este sen-
tido la inversión pública jugó un papel de-
terminante en los setenta; ésta registró
una tasa de crecimiento medio anual del
10°/o en el periodo 1970-1978, frente a
una tasa del 6.2°/o que observó la inversión
total de la nación. Pero lo más importante de
esto fue que la inversión del sector público
se orientó con preferencia hacia la construc-
ción de obras agropecuarias, petroleras y
eléctricas, especialmente en la segunda mitad
de la década, cuando el énfasis del esfuerzo
de producción se centró en alimentos y
energéticos.
Entre muchos otros, los acontecimientos
hasta aquí descritos fueron determinantes
para que, durante el periodo 1970-1978, el
producto interno bruto creciera a un ritmo
anual en promedio del 6.1°/o en términos
reales, que puede considerarse bastante sa-
tisfactorio considerando los factores nega-
tivos que se presentaron en la economía del
pa ís en algunos de estos años.
Este crecimiento estuvo sustentado por el di-
námico comportamiento en ese periodo de
las actividades de comunicaciones y trans-
portes, que se expandieron al 10.7°/o en
promedio anual; la generación de electri-
cidad, que lo hizo al 9.5°/o; la industria ex-
tractiva, al 7.lo/o y las manufactureras al
6.6°/o. Estos sectores mantuvieron creci-
mientos superiores al de la economía en su
conjunto. En cambio, quedaron por debajo
del mismo, la agricultura (3.5%), la ganade-
ría (3.5°/o), la construcción (5.7%), el
comercio (5.6°/o) y los servicios' (5.5°/o).
En 1978, último año del lapso considerado,
la estructura de la economía mexicana por
actividades económicas se presentaba de la
siguiente manera: las manufacturas absor-
bían el 24.8°/o del producto interno bruto,
el comercio el 22.2°/o, las comunicaciones y
el transporte el 6.8°/o, la agricultura el
5.8%, la construcción el 5.1%, la ganade-
ría el 3.6%, la industria extractiva el 2.7%,
y la generación de energía eléctrica el 1.5%;
el 27.5% restante correspondía a la silvicul-
tura, la pesca, las actividades gubernamenta-
les, pero principalmente a la prestación de
servicios* (Ver cuadro 1.3).
En resumen, el comportamiento cíclico de la
inversión, la conducta errática de la produc-
ción agropecuaria, el surgimiento del proceso
inflacionario, por un lado, y el auge petro-
lero del país, por otro, son los rasgos distin-
tivos de la década de los setenta.
14
Producto interno bruto valorado a precios de 1970.
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1
PRODUCTO INTERNO BRUTO POR RAMAS DE ACTIVIDAD a
1970-1978
(Millones de pesos de 1970)
Cuadro 1.3
Primera parte
RAMA DE ACTIVIDAD
1970
ABSOLUTOS °/o
1971
ABSOLUTOS °l o
1972
ABSOLUTOS °/o
1973
ABSOLUTOS °/o
Producto interno bruto 444 270 100.0 462 804 100.0 502 087 100.0 544 307 100.0
Agricultura Ganadería Silvicultura Pesca Minería Manufacturas Construcción Energía eléctrica Comunicaciones y T ransportes Comercio Restaurantes y Hoteles Gobierno Servicios
31 515 19 575 2 260
833 11 190
105 203 23 530
5 147
21 357 101 445
13 718 12 542 96 015
7.1 4.4 0.5 0.2 2.5
23.7 5.3 1.2
4.8 22.8
3.1 2.8
21.6
33 862 20 191
2 227 944
11 149 109 265
22 468 5 422
23 015 105 352
14 311 13 860
100 738
7.3 4.4 0.5 0.2 2.4
23.6 4.8 1.2
4.9 22.8
3.1 3.0
21.8
33 423 20 862
2 308 1 030
11 663 119 967 25 317
6 168
26 353 114 220
17 351 15 552
107 873
6.7 4.2 0.5 0.2 2.3
23.9 5.0 1.2
5.2 22.7
3.5 3.1
21.5
34 633 21 826
2 353 1 151
12 434 132 551 29 007
6 928
30 431 124 443
18 522 16 757
113271
6.4 4.0 0.4 0.2 2.3
24.3 5.3 1.3
5.6 22.9
3.4 3.1
20.8
PRODUCTO INTERNO BRUTO POR RAMAS DE ACTIVIDAD3
1970-1978
(Millones de pesos de 1970)
Cuadro 1.3
(conclusión)
RAMA DE ACTIVIDAD
1974 1975 1976 1977 1978
ABSOLUTOS °l o ABSOLUTOS °/o ABSOLUTOS °/o ABSOLUTOS °/o ABSOLUTOS °/o
Producto interno bruto 577 568 100.0 609 976 100.0 635 831 100.0 657 721 100.0 711 412 100.0
Agricultura Ganadería
Silvicultura Pesca Minería Manufacturas Construcción Energía eléctrica Comunicaciones y T ransportes Comercio Restaurantes y Hoteles Gobierno Servicios
35 463 22 408
2 417 1 198
14 155 140 963 30 970
7 813
34 457 131 100
19 026 18 253
119 345
6.1 3.9 0.4 0.2 2.4
24.4 5.4 1.3
6.0 22 7
3.3 3.2
20.7
35 679 23 295
2 477 1 275
14 972 148 058
32 792 8 235
37 904 138 268
19 710 21 212
126 099
5.8 3.8 0.4 0.2 2.5
24.3 5.4 1.3
6.2 22.7
3.2 3.5
20.7
35 338 24 098
2 526 1 397
15881 155 517 34 310
9 242
39 848 142 851
20 220 21 941
132 662
5.6 3.8 0.4 0.2 2.5
24.4 5.4 1.4
6.3 22.5
3.2 3.4
20.9
38 977 24 907
2 690 1 548
17 084 161 037
32 494 9 941
42 479 145 587
20 356 21 539
139 082
5.9 3.8 0.4 0.2 2.6
24.5 4.9 1.5
6.5 22.1
3.1 3.3
21.2
41 540 25 663
2 812 1 629
19 366 276 398
36 657 10 606
48 095 1 56 908
22 177 23 285
146 076
5.8 3.6 0.4 0.2 2.7
24.8 5.1 1.5
6.8 22.2
3.1 3.3
20.5
En este cuadro no se presenta el Sector Petrolero debido a que las actividades de dicho sector se encuentran distribuidas en otras ramas de actividad: minería, manufacturas, construcción, transportes y servicios.
FUENTE: SPP, CGSNEGI, Sistema de Cuentas Nacionales de México. Tomo I: Resumen General.
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1
2
Agricultura
Indice capitular:
Usos del suelo 19
Clasificación de los suelos 19
Cuadro 2.1 20
Cuadro 2.2 22
Gráfica 2.1 23
Comparaciones internacionales 24
El empleo del sector agropecuario 24
Cuadro 2.3 25
Importación y exportación de productos agropecuarios y forestales 26
Cuadro 2.4 26
Inversión pública e infraestructura 27
Cuadro 2.5 28
Cuadro 2.6 29
Las obras hidráulicas para la agricultura 29
Cuadro 2.7 30
Gráfica 2.5 30
Cuadro 2.8 32
Cuadro 2.9 33
Capacidad de almacenamiento agrícola 34
Producción agrícola 34
Cuadro 2.10 35
Cuadro 2.11 36
Trigo 36
Maíz 36
Frijol 36
Cuadro 2.11 37
Algodón 37
Arroz 37
Sorgo en grano 37
Cuadro 2.11 38
Gráfica 2.2 39
Cártamo y soya 39
Jitomate 39
Fresa 39
Cuadro 2.13 40
Cuadro 2.14 41
Gráfica 2.3 42
Cebolla 42
Comparaciones internacionales 42
Arroz en cáscara (palay) 42
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1
Cuadro 2.12 43
Cuadro 2.15 44
Cuadro 2.16 45
Cuadro 2.1 7 46
Cebada 47
Frijol 47
Ma i'z 47
Sorgo 47
Trigo 47
Crédito al sector agropecuario 47
Cuadro 2.18 49
Cuadro 2.19 50
Gráfica 2.4 51
Precios agrícolas 51
Cuadro 2.20 52
Cuadro 2.21 53
18
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1
2. Agricultura
Usos del suelo
En este apartado se considera exclusivamen-
te la distribución de ios usos del suelo con
relación a las actividades agropecuarias, es
decir, sin ocuparse de la utilización que se
hace de él para fines urbanos, ni de los as-
pectos geológicos y físicos que intervienen
en su formación*.
Clasificación de los suelos
El Censo Agropecuario de 1970 clasificó a
los suelos en superficies de labor, de pastos,
de bosques, con tierras incultas productivas
y con tierras improductivas agrícolamente;
y tomando en cuenta la disponibilidad de
agua, se establecieron las categorías de tierras
de temporal, de humedad y de riego. En lo
que respecta al tipo de cultivos, las tierras
de labor se clasifican como superficie dedi-
cada a cultivos de ciclo corto y superficie
dedicada a plantaciones. La primera es aque-
lla en la cual se cultivan productos no peren-
nes, es decir, especies cuyo ciclo de repro-
ducción no rebasa el año de duración, como
el maíz, el frijol y el trigo.
La segunda es la superficie en la que las espe-
cies cultivadas son perennes, esto es, aquéllas
cuyo ciclo de reproducción dura varios años
y es permanente; por ejemplo el manzano,
el durazno y el naranjo, por citar algunas.
En 1970 la tierra de labor representó el
16.5o/o del total de la superficie cultivable.
A nivel de entidad federativa y considerando
la extensión censada en cada una de ellas, se
distinguen los estados de Tlaxcala con el
64.30/0 de este tipo de superficie, Veracruz
con el 54.8°/o, Estado de México con el
45.40/0, Guanajuato con el 42.2°/o y Ta-
basco con el 55.3%, entre otros (ver cuadro
2.1).
Por lo que se refiere a la disponibilidad de
agua, se observa que en 1970 el 15.5%
de la tierra de labor era de riego, el 4.3u/o de
* Para un análisis de los diferentes tipos de suelos, véase la primera sección de esta obra.
humedad y el 80.2°/o de temporal, cifras
que ponen de manifiesto que en su mayoría
la producción agrícola depende de la intensi-
dad y regularidad de las lluvias. En algunas
entidades las tierras de riego cubren propor-
ciones considerables de la superficie de la-
bor, como en los casos de Sonora con 77.8°/o,
Baja California Norte con un 55.2°/o y
Coahuila con el 42.6°/o. Sin embargo, sus
porcentajes en tierras de labor son bajos, va
que, según el censo, para 1970 en Baja Cali-
fornia Norte ésta sólo representaba el 11.8%
de la superficie total, en Sonora el 6.3°/o y
en Coahuila el 3.5°/o. Y si bien estos últi-
mos porcentajes son bajos, no dejan de ser
notables los de las tierras de riego de dichas
entidades, ya que existen 14 estados en los
que más del 85°/o de sus tierras de labor
carecen de irrigación.
La importancia del riego en la tierra de
labor se explica por sí misma. Cabe desta-
car el hecho de que éste hace posible, en
general, la introducción de los avances tec-
nológicos aplicables a la agricultura, aspecto
que queda considerablemente restringido
en el caso de las tierras de temporal, por el
alto riesgo que en éstas presenta la produc-
ción, entre otros motivos.
Por lo que toca al tipo de cultivos cosecha-
dos en las tierras de labor, el Censo Agro-
pecuario registra que el 76.4% de la super-
ficie de labor era de ciclo corto y el 23.6°/o
restante se usaba para plantaciones.
En general, se observa que en todos los esta-
dos que poseen litoral los porcentajes de
tierras dedicadas a plantaciones son mayores
que en las demás entidades, lo cual puede
considerarse como natural, si se toma en
cuenta que en aquéllas prevalece el clima
adecuado para la producción de frutos tro-
picales.
La superficie de pastos es la que más abunda
en el país, el Censo Agropecuario de 1970
señala que el 53.3°/o de la superficie total
pertenecía a este tipo de tierras. Los estados
que cuentan con mayor superficie de pastos
son los de Chihuahua, con el 75.3% de su
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1
USOS DEL SUELO a
1970
(Porcentajes)
Cuadro 2.1
ENTIDAD FEDERATIVA
SUPERFl- SUPERFI- SUPERFI- TOTAL CIE DE CIE DE CIE DE
(has) LABOR PASTOS BOSQUE
SUPERFI- CIE CON TIERRAS INCULTAS PRODUC-
TIVAS
SUPERFI- CIE CON TIERRAS
IMPRODUC- TIVAS
CLASIFICACION DE LAS TIERRAS DE LABOR
SEGUN DISPONIBILIDAD
DE AGUA
JUGO O TEM- HUME- PO-
RIEGO DAD RAL
SEGUN TIPO DE CULTIVO
PERIO- PLAN- DO- TACIO
CORTO NESb
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Aguascal ¡entes Baja California Norte Baja California Sur Campeche Coahuila Colima Chiapas Chihuahua Distrito Federal Durango Guanajuato Guerrero Hidalgo Jalisco Méx ico Michoacán Morelos Nayarit Nuevo León Oaxaca Puebla Querétarc Quintana Roo San Luis Potosí Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Tlaxcala Veracruz V ucatán Zacatecas
139 868 192
503 319 2 731 714 2 505 756 3 168 361
13 264 934 464 269
4 763 854 21 263 167
93 577 8 396 859 2 585 273 4 320 768 1 305 757 6 099 704 1 417 388 4 066 739
390 825 2 507 720 4 637 392 5 341 657 2 416 207
821 610 2 037 613 4 844 666 3 692 725
12 844 672 1 847 769 6 486 221
366 703 5 232 012 2 944 778 6 504 183
27 3 11.8 2.6 8.3 3.5
38.6 37.8
4.9 27.2
8.5 42.4 20.5 45.0 23.6 45.4 26.0 31.9 17.1
7.0 19.0 37.0 25.5
2.5 14.7 27.7
6.3 55.3 16.6 64.3 54.8 20.5 15.0
53.3
67.3 41.6 68.0 10.6 71.4 31.3 25.3 75.3
7.1 69.4 42.4 31.6 29.3 55.2 25.3 40.7 32.7 46.2 65.2 28.4 33.2 55.7
3.1 54.0 37.1 79.1 16.9 46.8 11.3 21.7 15.2 59.1
14.2
1.0 7.6 5.7
52.8 3.0
16.1 20.4 1 1.2 42.8 13.8 3.8
13.8 10.4 13.7 17.3 19.1 9.9
22.4 14.6 25.2 11.1
7.1 88.6 10.4 14.9
5.9 7.9
25.5 7.3
10.4 26.4
6.3
4.7
0.5 6.2 6.5 5.6
13.9 1.6 1.5 0.7 0.4 1.9 1.2 1.3 2.9 0.9 1.3 0.9 1.2 3.3 7.0 8.4 1.0 0.7 0.1 7.6 4.5 0.6 4.9 5.1 0.6 1.2
17.5 16.8
11.3
3.9 32 8 17.2 22.7
8.2 12.4 15.0 7.9
22.5 6.4
10.2 32.8 12.4 6.6
10.7 13.3 24.3 11.0 6.2
19.0 17.7 11.0 5.7
13.3 15.8 8.1
15.0 6.0
16.5 11.9 20.4
2.8
15.5
23.9 55.2 74.9
1.1 42.6 23.0
1.2 17.3 7.3
15.0 21.9
3.0 11.5 8.2
16.9 26.2 29.5
8.8 25.3
5.7 11.1 15.8 0.4 5.3
41.7 77.8 0.3
33.0 3.3 2.0 1.0 5.5
4.3
0.4 0.4 1.0 8.9 3.0 3.2 8.0 0.7 1.9 1.0 1.6 1.6 1.7 2.8 2.2 3.8 0.3
31.9 0.7 6.4 3.2 2.4 0.4 2.6 2.4 2.4
15.7 0.7 0.8 6.2 0.3 0.6
80.2
75.7 44.4 24.1 90.0 54.4 73.8 90.8 82.0 90.8 84.Ó 76.5 95.4 86.8 89.0 80.9 70.0 70.2 59.3 74.0 87.9 85.7 81.8 99.2 92.1 55.9 19.8 84.0 66.3 95.9 91.8 98.7 93.9
76.4
92.0 96.4 94.4 52.3 95.2 67.1 46.5 91.3 98.2 97 8 98 8 85.8 89.5 94.4 97.2 94.1 98.5 91.9 79.5 82.0 91.8 96.5 76.3 71.2 97.6 95.0 21.4 80.6 96.8 42.0 27.4 98.5
23.6
8.0 3.6 5.6
47.7 4.8
32.9 53.5
8.7 1.8 2.2 1.2
14.2 10.5 5.6 2.8 5.9 1.5 8.1
20.5 18.0 8.2 3.5
23.7 28.8
2.4 50
78.6 19.4 3.2
58.0 72.6
1.5
a Deben considerarse, al comparar estos datos con los obtenidos en 1960. los cambios en la cobertura geográfica de ambos cen- sos y las diferencias conceptuales que determinan diferencias en la información captada.
b Se incluye la superficie de labor dedicada al cultivo de praderas artificiales.
FUENTE: SIC, Dirección General de Estadística. V Censos Agrícola, Ganadero y Ejidal 1970. México, 1975.
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superficie censada; Coahuila con un 71 A°/o\
Durango con 69.4°/o y Aguascal¡entes con
el 67.30/b, por citar sólo los más importan-
tes. Estas cifras explican la razón por la que
en esas y otras entidades con pastos adecua-
dos, la ganadería ha adquirido una significa-
tiva importancia económica.
La superficie de bosques ha registrado un
descenso continuo en las últimas décadas:
de representar en 1950 el 26.7% del total
de la superficie censada, pasó a sólo el
14.20/0 en 1970 (ver cuadro 2.1). Esto se
debe a varios factores entre los cuales se pue-
den citar, como los más importantes, los
siguientes: la falta de una reforestación
adecuada después de haber talado zonas
boscosas; los incendios forestales, que en
algunas zonas adquieren grandes proporcio-
nes; la erosión del suelo y, en algunos casos,
el avance del urbanismo, como sucede en los
alrededores de la ciudad de México. Las
entidades que cuentan con mayor superficie
boscosa son: Campeche, con el 52.8% de
su superficie; Quintana Roo con 88.6%;
el Distrito Federal con 42.8% y Tamaulipas
con 25.5%. En este tipo de superficies que-
dan incluidos tanto los bosques de coniferas
y zonas selváticas, como las zonas de arbus-
tos, denominadas también no arboladas.
La superficie con otro tipo de tierras com-
prende, según el censo de 1970, a la de tie-
rras incultas productivas, esto es, tierras que
sin estar abiertas al cultivo producen especies
económicamente aprovechables, como es el
caso del ixtle de lechuguilla, que se da en
forma silvestre en las zonas sem¡desérticas
del norte del país. Aun cuando este tipo de
tierras sólo representa el 4.70/0 del total
de la superficie nacional, en algunas entida-
des el porcentaje de las mismas es elevado,
como en Zacatecas, Coahuila y Yucatán,
con el 16.8%, el 13.9% y el 17.5% de
su superficie censada, respectivamente.
En cuanto a las tierras improductivas encon-
tramos que, según el mismo censo, repre-
sentan el 11.30/0 de la superficie censada en
1970, y quedan incluidas entre ellas los de-
siertos y las tierras impropias para la agricul-
tura y otras actividades económicas. Donde
en mayor proporción se localiza este tipo de
tierras es en los estados de Baja California
Norte, Guerrero y Campeche, con el 32.8%
para los dos primeros y el 22.7% para el
último (ver cuadro 2.1).
En 1975, la Comisión del Plan Nacional
Hidráulico* realizó estudios en el territorio
*SARH, Comisión del Plan Nacional Hidráulico. Uso po- tencial del suelo. México, 1976, p. 47 y 8 anexos.
nacional, tendentes a identificar el uso del
suelo en México; éstos señalan que existen
355 084 km2 (18.1 °/o del total nacional)
susceptibles de explotación agrícola: 246 726
km2 (12.6O/0 del territorio de la República
Mexicana) de pastizales para alimentación de
ganado; y 524 006 km2 (26.8°/o del total)
de bosques y selvas para uso forestal. Los
tres usos citados, que son a la vez las princi-
pales actividades productivas que explotan
los suelos en México, ocupan 1 126 000 km2,
es decir, el 57.5°/o del territorio nacional.
Según los datos de la citada Comisión, de los
suelos aptos para la agricultura, 43 210 km2
(4.3 millones de ha) son de riego; 201 385
km2 (20.1 millones de ha) de temporal en
plano, y 110 498 km2 (11.0 millones de ha)
de temporal en montaña (ver cuadro 2.2 y
gráfica 2.1).
Respecto al uso agrícola de los suelos, el
riego desempeña un papel de primer orden
en los índices de producción y productivi-
dad agrícola. Mientras que las áreas de tem-
poral sólo son cultivadas en la época de
lluvias, las tierras de riego pueden ser utili-
zadas constantemente, lo que permite ob-
tener mayores volúmenes de producción
agrícola. Sin embargo, no todas las tierras
son aptas o susceptibles de ser irrigadas, ya
sea por su baja calidad, por falta de agua o
por su propia conformación física como es el
caso de los suelos con pendientes muy pro-
nunciadas. Las tierras de riego están concen-
tradas en algunas regiones, particularmente
donde se localizan presas de almacenamiento.
Así, las principales zonas de riego en la re-
pública se hallan en los estados de Sonora,
Sinaloa y Baja California Norte, los que
poseen alrededor de una tercera parte del
total del área irrigada; en la zona noreste,
entre Tamaulipas y Nuevo León poseen el
12.1 o/o; en el centro de la república, los
estados de Guanajuato, Puebla, Michoacán y
Jalisco, disponen en conjunto del 21.7o/0;
y en el norte, Chihuahua tiene el 4.9°/o de
dicho total.
El resto de las áreas de riego se encuentran
dispersas en el territorio nacional.
Las tierras de riego de algunas áreas, así
como la rehabilitación de suelos y el uso de
fertilizantes, semillas mejoradas, maquinaria
agrícola, herbicidas y otros elementos cien-
tíficos y tecnológicos, han permitido que
el recurso suelo sea explotado más eficien-
temente.
El uso que se ha dado al suelo en México
para fines agrícolas, refleja la dieta tradi-
cional de su pueblo. En la superficie que
anualmente se utiliza para fines agrícolas,
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USO POTENCIAL DEL SUELO PARA FINES AGRICOLAS
1975
(Kilómetros cuadrados)
Cuadro 2.2
PORCENTAJE PORCENTAJE PORCENTAJE
DE LA AGRICULTURA DE LA AGRICULTURA DE LA ENTIDAD SUPERFICIE AGRI SUPERE,CIE DE SUPERFICIE DE SUPERFICIE
FEDERATIVA TOTAL CULTURA TOTAL RIEGO TOTAL TEMPORAL TOTAL
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Aguascal ¡entes Baja California Norte Baja California Sur Campeche Coahuila Colima Chiapas Chihuahua Distrito Federal Durango Guanajuato Guerrero Hidalgo Jalisco México Michoacán Morelos Nayarit Nuevo León Oaxaca Puebla Querétaro Quintana Roo San Luis Potosí Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Tlaxcala Veracruz Yucatán Zacatecas
1 958 201
5471 69 921 73 475 50 812
149 982 5 191
74 21 1 244 938
1 479 123 181 30 491 64 281 20 813 80 836 21355 59 928
4 950 26 979 64 924 93 952 33 902 11 449 50 212 63 068 58 328
182 052 25 267 79 384
4 016 71 699 38 402 73 252
355 084
2 185 5 149 4 765 6 558
1 1 736 2 277
12 770 28 000
527 23 979 13 594 11 853 8 433
25 41 1 11 666 21 160
2 853 6 450
10 761 16 763 13 775 3 036 1 352
11 465 19 787 12 597
1 517 19 135
2 443 16 648 9 423
17 016
18.1
39 9 7.4 6.5
12.9 7.8
43.9 17.2 11.4 35.6 19.5 44.6 18.4 40.5 31.4 54.6 35.3 57.6 23.9 16.6 17.8 40.6 26.5
2.7 18.2 33.9
6.9 6.0
24.1 60.8 23.2 24.5 23.2
43 201
436 2 098
574 13
2 128 364 317
2 097 83
2 081 3 636
125 685
1 707 977
2 931 453 689
1 058 703
1 088 452
387 5 896 6 667
4 186 131 281
37 921
2.2
8.0 3.0 0.8
1.4 7.0 0.4 0.8 5.6 1.7
11.9 0.2 3.3 2.1 4.5 4.9 9.1 2.6 1.7 0.7 3.2 3.9
0.6 10.1 3.6
5.3 3.2 0.4 0.1 1.2
311 883
1 749 3 051 4 191 6 545 9 608 1 913
12 453 25 903
444 21 898
9 958 11 728
7 748 23 704 10 689 18 229
2 400 5 761 9 703
16 060 12 687 2 584 1 352
11 078 13 891
5 930 1 517
14 949 2 312
16 367 9 386
16 095
15.9
31.9 4.4 5.7
12.9 6.4
36.9 16.8 10.6 30.0 17.8 32.7 18.2 37.2 29.3 50.1 30.4 48.5 21.3 14.9 17.1 37.4 22.6
2.7 17.6 23 8
3.3 6.0
18.8 57.6 22.8 24.4 22.0
FUENTE: SARH, Comisión del Plan Nacional Hidráulico. 1975.
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DATOS PARA ACTUALIZAR LAS GRAFICAS DE AGRICULTURA
(porcentajes)
Superficie de Labor
Gráfica 2.1
100.0
Temporal en Montaña 31.1
Riego 12.2
Fuente: SARH, Comisión del Plan Nacional Hidráulico, 1975.
que se calcula en 16.8 millones de hectá-
reas, se cultivan básicamente cuatro pro-
ductos: a) maíz, con cerca de 7 millones
de hectáreas, que representan el 41.6°/o de
la superficie total cultivada. Este cultivo
se practica en todo el territorio nacional,
pero especialmente en los estados de Jalisco,
Veracruz, México, Puebla, Guanajuato y
Oaxaca; b) frijol, con 1.7 millones de hectá-
reas, siendo los principales centros producto-
res los estados de Jalisco, Zacatecas, Guana-
juato, Chihuahua y Nayarit; c) sorgo, con
alrededor de 1.2 millones de hectáreas en
los estados de Tamaulipas, Sinaloa, Michoa-
cán, Jalisco y Guanajuato, principalmente;
d) trigo con cerca de un millón de hectáreas
en los estados de Sonora, Baja California,
Chihuahua, Sinaloa y Guanajuato. Con estos
cuatro productos se cubre aproximadamente
un 62.5o/o de la superficie total cultivada.
El 37.50/0 restante se utiliza para otros cul-
tivos, plantaciones y frutales, de donde pro-
vienen ciertos productos que destacan por
su alto valor comercial, como el algodón,
café, tomate y cacao.
Ante las necesidades de incrementar la pro-
ducción agrícola del país, se ha requerido
del conocimiento de la denominada "Fron-
tera Agrícola". Esta se ha definido, en un
estudio efectuado recientemente por la Di-
rección General de Geografía de la CGSNEGI,
como "la suma de todas aquellas áreas
susceptibles de incorporarse a la producción
agrícola mediante diversos métodos y con
distintos plazos y costos".*
De acuerdo con los resultados obtenidos en
dicho estudio, sobre una superficie que abar-
có a 17 entidades federativas (44.7 millo-
nes de hectáreas aproximadamente), se pudo
estimar que en esta área se encuentran loca-
lizadas 10 millones de hectáreas correspon-
dientes a tierras en las cuales existe capaci-
dad para labores agrícolas y 34.7 millones
que no son susceptibles de ninguna actividad
de tal índole.
Dentro del primer tipo de superficie se pue-
den distinguir dos clases de tierras: unas son
aquéllas que a pesar de su aptitud para el
uso agrícola no se destinan a este fin; y aun-
que éstas representan tan sólo el 9.3o/o
(4 172 000 ha) del total de la zona analiza-
*SPP, CGSNEGI, Frontera Agrícola. México, julio de 1980, p. 1.
23
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bienes agrícolas. Por otro lado, se encuentran
las áreas propiamente agrícolas, en las que se
que se desarrollan actividades de esta natura-
leza y que, por ende, no plantean ninguna
problemática, dada la relación correcta que
ya existe entre su aptitud y el uso que se les
da. Su extensión es de 5 millones 892 mil
hectáreas, que representan el 13.2o/0 de
la superficie total estimada y el 58.5%
de los suelos aptos para la agricultura.
Comparaciones internacionales
Con objeto de que el lector tenga un punto
de referencia que le ayude a ubicar a México
en el contexto internacional, se comentarán
brevemente algunas comparaciones de usos
del suelo en otros países.
Del total de tierras del planeta, sólo el
II.20/q son de labor; el 23.4o/0 son de
pastos; el 31.2°/o de áreas forestales y el
34.2o/o de otros tipos. En lo referente a la
disponibilidad de agua, el 13.5% de la tie-
rra de labor es de riego y el 86.50/0 de tem-
poral. Si consideramos el tipo de cultivos
cosechados, tenemos que el 94o/0 es de ciclo
corto y el 6°/o de plantaciones (ver cuadro
III.2.3).
Entre los países americanos considerados,
Estados Unidos es el que registra mayor por-
centaje en tierras de labor; en segundo lugar
se ubica Argentina, en tercero Nicaragua y
en cuarto México.
Por su parte, en los países europeos la pro-
porción de tierras de labor es bastante alta.
Así, de la extensión territorial de Checos-
lovaquia, el 41.90/o corresponde a este tipo
de suelo; en España el 41.3°/o, en Italia
el 41.5°/o y sólo en la U.R.S.S. se observa
un porcentaje bajo, ya que apenas alcanza el
10.40/0 aunque en términos absolutos es
el país que mayor área de labor posee, gra-
cias a su gran extensión territorial. Entre
los países asiáticos, la India sobresale con un
57.0% e Israel con un 21.2%.
Se observa, en resumen, que de los vein-
tiséis países seleccionados, dieciocho de
ellos, ente los cuales figura México, tienen
porcentajes superiores al 11.2% de super-
ficie de labor, cifra que representa el prome-
dio mundial. En cuanto a la tierra de riego,
hay quince países que tienen una proporción
menor al porcentaje medio mundial y sólo
once lo superan, entre ellos México. Empero,
aparte de estas cifras hay que considerar las
características climatológicas de cada país
24
para poder determinar las razones por las
cuales algunos de ellos poseen una agricultu-
ra bastante dinámica, a pesar de su reducido
porcentaje en tierras de riego.
El empleo en el sector agropecuario
Por las características mismas del proceso
productivo y por la heterogeneidad de los
sujetos que en él participan, la cuantificación
del personal ocupado en la agricultura plan-
tea serios problemas. Así, el IX Censo Ge-
neral de Población y el V Censo Agrícola,
Ganadero y Ejidal, ambos en 1970, mues-
tran divergencias en las cifras de empleo que
proporcionaba el sector en cuestión. Estas
diferencias obedecen a la diversidad de cri-
terios que prevalecen al efectuarse cada
censo, lo cual a su vez se explica por "las
modalidades que presentan los distintos
tipos de explotación agrícola, el bajo nivel
cultural de la población, la acentuada dis-
persión de la población rural y la variedad de
situaciones ocupacionales existentes en la
agricultura"*
Procede aclarar que en este trabajo se mane-
jaron los datos de población ocupada inclui-
dos en el Censo Agrícola, Ganadero y Ejidal,
debido a que éste fue diseñado específica-
mente para captar la problemática del sector.
Según las cifras, de 1950 a 1970 la pobla-
ción empleada en el sector agropecuario y
forestal —se toma éste porque no es posible
determinar cuál es la que se dedica exclu-
sivamente a la agricultura— se incrementó
en 1.1% en promedio anual, pasando de
6.2 a 7.8 millones de personas. Este lento
crecimiento de la ocupación en la actividad
agropecuaria ha generado una transferencia
de mano de obra de este sector hacia el res-
to de los sectores económicos. Sin embargo,
la magnitud de dicha transferencia no se
ha precisado debido a que no se dispone,
hasta el momento, de estudios que calculen
el monto del desempleo raral ni el de los mo-
vimientos migratorios hacia las ciudades.
De acuerdo al censo de 1970, la distribu-
ción geográfica del personal ocupado en la-
bores agropecuarias mostró que la mayor
parte de esta población se localizaba en los
estados de Puebla (11.6%), Veracruz
(10.50/0), México (8.50/0), Oaxaca (8.1 °/o),
Chiapas (6.2°/o) y Michoacán (6.2%); es
* Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Centro Na- cional de Información y Estadísticas del Trabajo, Es- tudio comparativo de la población ocupada en la agricul- tura, para México, en base al IX Censo General de Po- blación y al V Censo Agrícola, Ganadero y Ejidal de 1970. México, 1977.
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COMPARACION DE USOS DEL SUELO 1977 (Porcentajes)
Cuadro 2.3
CLASIFICACION DE LA TIERRA DE LABOR
SUPER SUPERFICIE SUPER CON FICIE DE FICIE SUPERFICIE CULTIVOS CON
PAISES SUPERFICIE DE PRADERAS FORES DE OTRAS SIN DE CICLO PLANTA SELECCIONADOS TOTAL3 LABOR Y PASTOS TAL TIERRAS6 TOTAL RIEGO0 RIEGO CORTO CIONES
TOTAL MUNDIAL 13 073 605 11.2 23.4 31.2 34.2 1 462 017 13.5 86.5 94.0 6.0
AMERICA Argentina Brasil Canadá Estados Unidos Nicaragua México Venezuela
273 669 845 651 922 107 912 689
11 875 192 304 88 205
12.8 4.8 4.7
20.6 12.7 12.1 6.0
52.4 19.7 2.5
26.4 28.5 38.7 19.1
22.0 60.2 35.4 31.7 52.9 36.8 54.4
12.8 15.3 57.4 21.3
5.9 12.4 20.5
35 000 40 720 43 700
187 600 1 505
23 220 5 337
4.3 2.5 1.1 9.2 4.9
21.5 6.6
95.7 97.5 98.9 90.8 95.1 78.5 93.4
71.4 79.3 99.8 99.1 88.3 93.5 89.6
28.6 20.7
0.2 0.9
11.7 6.5
10.4
EUROPA Alemania Federal Checoslovaquia España Francia Grecia Italia Inglaterra U.R.S.S.
24 411 12 554 49 954 54 568 13 080 29 405 24 177
2 227 200
32.8 41.9 41.3 34.5 30.7 41.5 28.9 10.4
21.3 13.7 21.5 24.0 40.2 17.9 47.2 16.8
29.6 36.0 31.0 26.7 20.0 21.5
8.5 41.3
16.3 8.4 6.2
14.8 9.1
19.1 15.4 31.5
8 012 5 259
20 604 18 836 4010
12 206 6 986
232 404
3.8 1.8
14.0 3.0
21.7 23.4
1.4 6.9
96.2 98.2 86.0 97.0 78.3 76.6 98.6 93.1
93.6 97.5 75.9 91.7 75.3 75.7 99.1 97.9
6.4 2.5
24.1 8.3
24.7 24.3
0.9 2.1
ASIA Arabia Saudita China Israel India Irán Japón
214 969 930 496
2 033 297 319 1 63 600 37 103
0.5 1 1.4 21.2 57.0
9.8 13.5
39.6 22.7 40.2
4.4 6.7 1.4
0.7 13.1 5.7
22.0 1 1.0 67.0
59.2 52.8 32.9 16.6 72.5 18.1
1 110 106 500
430 169 400
15 950 14 985
35.1 45.7 44.7 20.8 36.6 65.7
64.9 54.3 55.3 79.2 63.4 34.3
93.7 99.1 79.5 97.6 96.1 87.9
6.3 0.9
20.5 2.4 3.9
12.1
AFRICA Angola Etiopia Kenia Marruecos Sudáfrica
124 670
110 100 56 925 44 630
122 104
1.5 12.5 4.0
17 6 11.9
23.2 58.7
6.6 28.0 66.7
58.3 8.0 3.3
11.6 3.8
17.0 20.8 86.1 42.8 17.6
1 830 13 730
2 270 7 840
14 56U
0.4
1.9 6.0 7.0
100.0 99.6 98.1 94.0 93.0
70.0 94.7 78.9 94.5 92.4
30.0 5.3
21.1 5.5 7.6
3 Están deducidas las superficies de aguas continentales, como son ríos, presas y lagunas. Los datos están expresados en miles de ^ hectáreas.
Incluye las tierras no utilizadas para fines agrícolas, pero potencialmente productivas, tierras incultas, superficies edificadas, ca- rreteras y otras tierras no especificadas. Los datos sobre tierras de riego se refieren tanto a las irrigadas por medio de obras, como a las inundadas por ríos y que se dedi- can a la producción.
FUENTE: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Anuario FAO de Producción, 1978. Roma, 1979.
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decir, que en sólo seis entidades se concen-
traba más de la mitad de la población em-
pleada en el sector primario (ver cuadro
2.4).
La información disponible nos permite tam-
bién conocer la composición del empleo por
categorías ocupacionales. En este rubro te-
nemos los siguientes datos: por su volumen,
destacó la categoría de asalariados, que al-
canzó una proporción del total cercana a la
tercera parte; venían luego los ejidatarios
y los familiares no remunerados, para figu-
rar, en último término, ia categoría de pro-
pietarios.
Importación y exportación de productos
agropecuarios y forestales
Nos ocuparemos ahora de algunos productos
agropecuarios y forestales que sobresalieron
por su participación en el comercio exterior,
considerando su valor, durante el periodo
1960-1978.
Se debe tener en cuenta que estos datos de
importaciones y exportaciones se refieren
únicamente a productos en estado natural,
es decir, a aquéllos que no han sufrido nin-
gún proceso de transformación.
Dentro de las importaciones se seleccionaron
POBLACION OCUPADA EN EL SECTOR AGROPECUARIO Y FORESTAL SEGUN POSICION EN Cuadro 2.4 LA OCUPACION POR ENTIDAD FEDERATIVA 1 970
ENTIDAD PROPIE PORCEN ASALA PORCEN EJIDA PORCEN FAMILIARES NO PORCEN FEDERATIVA TOTAL TARIOS3 TAJE RIADOS TAJE TARIOSb TAJE REMUNERADOS TAJE
ESTADOS UNIDOS 7 837 041 884 696 11.3 2 534 910 32.3 2 218 472 28.3 MEXICANOS
Aguascalientes 29 755 3 427 11.5 9 130 30.7 12 676 42.6 Baja California Norte 38 748 3 774 9.7 21319 55.1 9 372 24.2 Baja California Sur 13 335 2 565 19.2 6 306 47.3 4 412 33.1 Campeche 39 218 2 174 5.5 10 574 26.9 20 704 52.9 Coahuila 121 307 6 553 5.4 41419 34.1 55 661 45.9 Colima 37 355 1724 4.6 17 991 48.2 9 198 24.6 Chiapas 488 010 27 337 5.6 190 426 39.0 118 435 24.3 Chihuahua 160 957 21 925 13.6 50 270 31.2 62 545 38.9 Distrito Federal 45 080 7 516 16.7 19 325 42.9 17 729 39.3 Durango 150 096 13 140 8.8 42 718 28.5 81109 54.0 Guanajuato 300 789 42 747 14.2 82 241 27.3 79 068 26.3 Guerrero 355 505 24 304 6.8 128 149 36.1 113 720 32.0 Hidalgo 321109 55 998 17.4 88 909 27.7 108 442 33.8 Jalisco 395 769 43 439 11.0 160 623 40.6 96 122 24.3 México 673 107 84 821 12.6 228 390 33.9 171690 25.5 Michoacán 487 455 40 375 8.3 211 097 43.3 127 082 26.1 Morelos 79 864 6 767 8.5 24 939 31.2 28 218 35.3 Nayarit 158 199 3 739 2.4 84 654 53.5 45 127 28.5 Nuevo León 69 931 16 075 23.0 16 832 24.1 26 160 37.4 Oaxaca 635 734 93 400 14.7 214 259 33.7 143 089 22.5 Puebla 911630 126224 13.8 140 595 15.4 118 759 13.0 Querétaro 68 652 10 446 15.2 15 861 23.1 29 709 43.3 Quintana Roo 15 415 508 3.3 3 958 25.7 10 437 67.7 San Luis Potosí 268 664 17 144 6.4 98 788 36.8 95 014 35.3 Sinaloa 240 139 9 749 4.0 115 512 48.2 84 542 35.2 Sonora 129 855 12 904 9.9 60 425 46.6 42 466 32.7 Tabasco 163 858 25 365 15.5 50 327 30.7 35 855 21.9 Tamaulipas 143 537 17 338 12,1 46 568 32.4 57 070 39,8 Tlaxcala 131062 42 786 32.7 23 926 18.2 31 459 24.0 Veracruz 826 360 78 386 9.5 260 881 31.6 197 565 23.9 Yucatán 173 689 8 955 5.1 46 626 26.8 100 727 58.1 Zacatecas 162 857 33 091 20.3 21872 13.4 84 310 51.8
2 198 963
4 522 4 283
52 5 766
17 674 8 442
151 812 26 217
510 13 129 96 733 89 332 67 760
95 585 188 206 108 901
19 940 24 679 10 864
184 986 526 052
12 636 512
57 718 30 336 14 060 52 311 22 561 32 891
289 528 17 381 23 584
28.1
15.2
11.0 0.4
14.7 14.6 22.6 31.1 16.3
1.1 8.7
32.2 25.1 21.1 24.1 28.0 22.3 25.0 15.6 15.5 29.1 57.8 18.4 3.3
21.5 12.6 10.8 31.9 15.7 25.1 35.0 10.0 14.5
^ Tabulaciones inéditas. Cifra tomada del Censo Ejidal.
FUENTE: SIC, Dirección General de Estadística. V Censos Agrícola, Ganadero y Ejidal 1970. Resumen General y Censo Ejidal Especial 1970. STPS, Centro Nacional de Información y Estadísticas del Trabajo, Estudio Comparativo de la Pobla- ción Empleada en la Agricultura para México en Base al IX Censo General de Población y al V Censo Agrícola, Gana- dero y Ejidal de 1970. México, 1977.
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diez productos agrícolas considerados como
significativos, los cuales presentan variacio-
nes en todo el periodo. Entre estos produc-
tos se encuentra el arroz, que destacó por
la disminución en el valor de sus importa-
ciones, cuyo monto en 1960 fue de 32 millo-
nes de pesos, mientras que en 1978 éstas
sólo alcanzaron la cifra de 869 000 pesos,
aproximadamente.
Lo contrario sucedió con el maíz, cuyas im-
portaciones de 1960 a 1978 crecieron en
valor a una tasa media anual del 40.2o/o;
y fue en el periodo 1976-1977 cuando dicho
incremento resultó más notable, puesto que
las importaciones aumentaron en este lapso
casi en un 200°/o.
Esto significa que desde 1965 se ha estado
importando este producto, el cual, anterior-
mente, era uno de los artículos de exporta-
ción. Lo anterior indica que la producción
de maíz se ha desplomado a causa, princi-
palmente, de que no ha sido debidamente
apoyada su producción, especialmente en
las zonas temporaleras, que es donde se
cultiva preponderantemente este producto.
Además de esto, interviene también el
hecho de que en las áreas de riego se susti-
tuyó el cultivo de maíz por productos tales
como el sorgo y la soya.
Por lo que respecta a los productos pecuarios
y forestales, el ganado bovino ha destacado
por el valor de sus importaciones, habiéndo-
se incrementado éstas a una tasa media
anual del 11.5°/o en el periodo 1960-1978.
Dentro de los productos forestales considera-
dos, las mayores importaciones correspon-
den a las maderas finas y los árboles frutales.
En general, de los bienes agropecuarios y
forestales, son los agrícolas los que destacan
por su mayor participación en el valor de las
compras al exterior.
De manera similar, las exportaciones que se
realizaron en el periodo mencionado, se ubi-
can también principalmente en el sector
agrícola, dado que la ganadería y la silvicul-
tura tienen en ellas una participación mí-
nima.
El valor de la exportación del sector agrícola,
considerando 16 productos representativos,
se incrementó a una tasa media anual del
12.40/0, de 1960 a 1978, destacando para
el último año el café en grano con una parti-
cipación del 71.6°/o del valor de las expor-
taciones agrícolas seleccionadas, lo cual se
debe a las alzas registradas en el precio de
este producto en el mercado internacional,
en los últimos años.
Asimismo sobresale el tomate cuyas expor-
taciones en 1960 fueron por 7.5 millones de
pesos, pero que ya en 1978 alcanzaron la
cifra de 918.7 millones de pesos.
El incremento de las exportaciones de esLos
productos sólo ha sido posible mediante la
utilización de procesos modernos de produc-
ción y del empleo de tierras de la mejor
calidad. Tal es el caso del jitomate (tomate),
que se cultiva principalmente en tierras de
riego. Además, hay que tener en cuenta que
ciertos productos, como el café, cuentan con
un mejor financiamiento debido a que su
producción está destinada en gran parte a los
mercados internacionales.
Si relacionamos el valor total de las importa-
ciones y exportaciones con las operaciones
realizadas por el sector agropecuario y fores-
tal, vemos que la contribución del sector pri-
mario en el comercio exterior ha tenido un
resultado favorable, puesto que las ventas
han superado a las compras. Sin embargo, se
observa que el superávit del sector se ha re-
ducido en los últimos años y otro tanto ha
sucedido con la parte con que contribuía a
equilibrar el saldo deficitario de otros secto-
res de la economía (ver cuadros 2.5 y 2.6).
Inversión pública e infraestructura
Al igual que en otros países subdesarrolla-
dos, el Estado mexicano se convirtió en el
orincipal promotor del sector agrícola, no
sólo con la realización de la Reforma Agra-
ria, sino también a través de la inversión
pública en obras de infraestructura que
apoyaron a las actividades económicas y,
entre ellas, a las agropecuarias.
La importancia de las obras de infraestruc-
tura no estriba únicamente en la actividad
que implica el hecho de llevarlas a cabo, sino
que además, son un instrumento poderoso
de política económica que permite al Estado
equilibrar el desarrollo tanto en el plano
sectorial como en el regional, así como re-
distribuir ingresos entre las zonas y grupos
sociales menos favorecidos.
Al finalizar el periodo bélico de la Revolu-
ción Mexicana se inició la reconstrucción
económica del país. Los esfuerzos guberna-
mentales a este respecto fueron orientados
a crear las condiciones necesarias para el
fortalecimiento de las actividades producti-
vas. En todas aquellas actividades en que por
la amplitud del periodo de recuperación de
la inversión, el sector privado no participaba,
fue el sector público el que asumió el papel
de promotor, emprendiendo fundamental-
mente la construcción de la infraestructura
básica, sin la cuai no hubiera sido posible
el ulterior desarrollo del país.
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