Ángel Malavé
Los ríos crecen en silencioSelección poética
Colección Delta - No. 132© Fundación para la Cultura y las Artes, 2016
Los ríos crecen el silencio© Ángel Malavé
Imagen de cubierta:Autor: alfredo alMeida
Título: Un estero con pájaros acuáticos (detalle)Técnica: Acrílico sobre telaDimensiones: 90 x 110Año: s/f
Al cuidado de: Héctor a. gonzÁlez v.Diseño y concepto gráfico general: david J. arneaud g.
Hecho el Depósito de LeyDepósito Legal: N° lf23420168001486ISBN: 978-980-253-670-2
FUNDARTE. Av. Lecuna, Edif. Tajamar, PHZona Postal 1010, Distrito Capital, Caracas-VenezuelaTelefax: (58-212) 5778343 - 5710320Gerencia de Publicaciones y Ediciones
Los ríos crecen en silencio
A mis hijosJosé Ángel,
Ulises,Samuel,
Maximiliano.A mis nietos
Solangel,Santiago
Los ríos crecen en silencio / 9
Prólogo
Palabras de Ángel, palabras parianas
Somos nuestra memoria, somos ese quimérico
museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.
Jorge luis Borges
El ejercicio interpretativo de la poesía será siempre un desafío. Uno no sabe, a ciencia cierta, dónde acaba la expresión del poeta y dónde comienza la indagación de intruso. En cualquier caso, estamos seguros, terminamos asumiendo esa aventura tratando de hallar qué es aquello que la hace posible, de qué se nutre y a qué apela para salvarse del olvido.
Abro las páginas de este libro de Ángel Malavé y en la medida que las recorro aparece como revelación una patria común: el esplendor de oriente, ese imaginario sensible que se reconoce como ámbito originario, como fragua de donde parte y vuelve el sentido cuando roza la orfandad. Volver a la tierra de origen, en Malavé, traduce el viaje inverso hasta las costas de una inocencia intransferible, allí donde la palabra halla su epicentro fundacional, su razón de ser, su espacio sensible y su certidumbre. Paria se nos hace vientre y camino, geografía espiritual que va permeando el sentir de una voz que, como intuía Borges, trata de abrirse un espacio en el que podamos encontrarle sentido a un montón de espejos rotos.
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Los ríos crecen en silencio y el sentido que promueve es una lectura contraria a la que oculta el relato de la mujer de Lot, si aquella vuelve los ojos para ver por última vez la ciudad antigua y se pierde volviéndose sal; aquí Malavé tuerce su mirada para decirse a sí mismo que nada está perdido y que todo puede sobrevivir al naufragio del tiempo.
«¿Dónde estás casa / de solares amplios, con árboles, / flores de cayena, pájaros anunciando el día / y sus mecedoras donde descansa el silencio?» En esta pregunta inaugural del libro ya está el talante que le dará forma al resto. A partir de entonces advertimos la travesía de aquel que intenta hallar el saldo que aún perdura y ante el cual busca encontrarse a plenitud. Es tal el imperativo que abraza Malavé, que en él descubrimos que más que un poemario de recuerdos es una incursión verdaderamente a la memoria. Y digo memoria y no recuerdo, en este caso, porque entre ambos, cuando la palabra se hace poética, hay una diferencia existencial inevitable; si el recuerdo es el simple remanso placentero del pasado que se recupera, la memoria resulta la inquietante amenaza y la interpelación permanente, lo que emerge de ella nos delata y nos revela; podríamos decir que al recuerdo se arriba mientras que la memoria nos asalta, por eso a pesar del riesgo, Malavé nos convoca a ese espacio difícil de las revelaciones. Con plena claridad nos manifiesta su compromiso: «Permaneceré aquí a pesar / de las quemaduras».
Dicho de otra manera, este poemario busca instalarse en eso que, a falta de otro nombre, llamamos asombro, aunque dar cuenta de su registro sea una prueba de fuego. Todo el itinerario que nos propone Ángel Malavé pareciera condensarse en aquella advertencia de poética de Jack Kerouac, tan simple como luminosa:
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«Vive tu memoria y asómbrate». Y esto lo decimos porque cuando acudimos al imaginario que este libro sugiere nos encontramos con la revelación íntima y trascendente, revelación que parte de la emotividad que despierta la memoria hasta convertirse en palabra de vuelo y raíz.
Hay en la primera parte de esta reunión de poemas una confianza inaugural, un deseo de hacer común lo que fue dejando de ser una vida particular para convertirse en un acto de celebración y un incesante punto de partida. «Quiero recuperar el andar / grabar en las paredes / las consignas vigentes de antiguas esperanzas / y partir».
¿Partir hacia dónde? Quizá la voz lo ignore, pero pareciera que del espacio inaugural en el que la inocencia entona el verbo de los orígenes, se pasa a la complejidad emotiva, desordenada y desafiante de la ciudad. Aparece la ciudad entonces como la constatación irremediable en la que sólo nos resta buscar la grieta de los días hasta hallar respiro. Leído con detenimiento, da la sensación de que este segundo talante urbano es el que justamente le confiere sentido revelador a la memoria instalada en la península pariana. De ese contraste, de esa pugna de vida y palabra, de memoria e irremediable radicalidad citadina, entre encantos y molestia, vemos surgir aquello que se puede traducir en esperanza, el ámbito difícil en el que la ciudad se descuida y se encuentra el afecto, la admiración y el amor. Sin embargo, en respuesta al desasosiego que la ciudad impone siempre estará en la memoria la soberanía originaria del mar. «Ciudad / Déjame cobijarte / con la conversación del mar».
Al caer la noche de la lectura, volvemos a un mismo recono-cimiento revelador tanto por la cotidianidad que delata como por
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las iluminaciones que nos libran del olvido: ante el espejo roto de la realidad nace la sagrada posibilidad de la voz memoriosa en su afán por darnos cuenta de una vida vivida en procura de la unidad, de aquello que Malavé aspira entre tanto desasosiego y que sólo su palabra puede testimoniar. Allí queda su presencia como «Un solo sol / Un solo cielo / Un solo mar».
Carlos Brito
La casa y otros amores
Mi casa me busca Me husmea
A todas partes me sigue.
Las casas Como las serpientes Mudan de piel.
elí galindo
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¿Dónde estás casa de solares amplios, con árboles,flores de cayena, pájaros anunciando el díay sus mecedoras donde descansa el silencio?
Acaso fuiste con el arco iris, a succionar el mar para lanzarlo a la montaña.
Casade techos alcanzando el solesta allíen el vientre de esa mujer en la misma calle esperando las lluviasentre sonrisas de visitantes
Casaen las noches de lunaen cuarto menguantecuentas la historiadel tirano montado a caballocon el pecho rojo y sin cabeza
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Casaen tu acera albergasa los muchachos que toman su ronsaludanA la negraque mueve su cintura
como un oleaje
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Mi casa no necesita paredesa través de las evitadas ventanasse pueden escuchar estrellaslas personas pueden andarcomo sonámbulossin asustar los pájarosque vienen del horizontepara que gusten y posensobre el techo que se apoya sobre nada
Mi casa no necesita paredesla libertad se deshace en las olas del mar en los bosques en la nueva lunao en el gesto ofrecidode una mujer.
20 / Ángel Malavé
Mi casa habitaen las embarcacionesde los pescadores en aguas del golfo pariano
Mi casa habitaen el corazón de los solitarios de la noche
Mi casa habitaen los esperanzadosen las consignas y cantos
del puebloen la lucha diaria
en los imprescindibles
Mi casa habitaen los rostros
de los transeúntesparada llena esperando el
transporte y la mirada
acusante del reloj
6:30 de la mañana
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Sentadaen el solar de la casala abuela teje y destejesus clinejassu pelo es ritmo
steelband
África
que retumba.
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Noches en que había que dormir tempranoRobaba el sueño de la abuela me iba con él a conocer todos los planetasLas aves indicaban fantásticas historiasYo conocía sus censuradas aventuras En las mañanassubíamos juntosa lavar mi caracon deseos de ver su rostroSólo miraba el mío Acusado.
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El techo recibe cielosque pasan
y rozan lo visible
elí galindo
¿Hay cielo tan azuly tan alto como el cielo pariano?
Entre tantohabito una ventana oculta detrásde la luna.
24 / Ángel Malavé
Juego mi vida, cambio mi vida de todos modos la llevo perdida león de greiff
Debo estar aquípermítanme ajustar las cuentas
La casa es sólo un recuerdo
Todo cuanto nos quedaes ese barco ancladoel mismo solel mismo parnasolos mismos cuentoslas mismas cancionesaves revoloteandosobre la ciudad
Permaneceré aquí a pesarde las quemaduras.
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Hay sol ahoraEl cuerpo brillacomo un beso colgado en el solar de la casaEn mitad de la calle
el cuerpo en blanco
Su sombra.
26 / Ángel Malavé
A media tardela casa entera duermelos pájaros reposanbajo los cocoteros
Las callesu resplandorson ojos que van al a b i s m o
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A las que me amaronA las que me aman
Y a las que me amaran
Hesnor rivera
Los olores se combinanEn la sabrosura de tu piel
Olor
A mazala-mabiDelicias de los juegos
Del espíritu.
El ocre de tu cuerpose mezcla con el brillo
de las piedras.
La sombra de tu cabellerarefresca mi angustia.
Mujer parianaMujer caribeñaMujer desnudaMe iluminas con los soles
de tus ojos.
28 / Ángel Malavé
Estoy en el centro del río Neverí mirandola caída del sol los co lo res
me ciegan un instanteEn medio de la tormenta
Insisto
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Vengo con el compás sonoro de la mareaAbriendo camino Atravesando lugaresArdiente sol nos inundaVibradoras luces nos tiñen.
En la esquina las miro posarcomo sirena al mar.
En qué lugar habrédejado la tristezaCelebro la alegría que su puebla sobre mí.
30 / Ángel Malavé
La frágil noche
que el a z a r
nos unió
Qué ley rige ese mundo desconocido
No debiste cruzar las olas de este mardonde aprendemos
a morir.
Los ríos crecen en silencio / 31
No eres la silueta en medio del mar.
ERES
el ave que en su vuelo descifra la palabra
AM O R
32 / Ángel Malavé
He sonado –los campanariosbajo la sombra –de ese vestido azulLa figura de la abuelame acompaña para bajara los poetas de sus torres, invitarlosal brindiscon el vino que oculté en los senosde mi vecina.
Los ríos crecen en silencio / 33
A Luisa
Los recuerdos viajan en espumas de mary se insertan en las piedrasanhelan la claridadLos días de sol pasan.
Entre tantome fatigo de perseguir el sitiodonde anclarEl salitre es una torrecon tu nombre.
34 / Ángel Malavé
PariaVuelvo a la pazde mis ideales
odio algunos díasque se fueron
para amar los que vendrán
enrique Barrios
Al bajar la mareacamino entre los parias en el golfo tristebuscando tus olores Me detengo
En el bar donde nos conocimosPido el mismo trago La misma canción
Media vuelta y me voy con tu ausencia
Eres como las olasSe aplacan al instante que cambia El viento.
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Te busqué en la mañanas cuando los pescadoresrepartían su pescavaciaban sus botes y tú no estabas
El golfo lentamentese ausentaba de la orilla
El sol en el centrodibujaba el díatodo era soledadvolví a la horaen que el golfo regresaba a su orilla y tú no estabassólo espumas arrastradas del Caribe.
Te busqué en los cuentosde contrabandistasy no estabas
Te encontré 100 años más tardeallí allí en el lugar mágicoen tierra de nadieen el techo del Gibus
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Permanecí a tu ladodescubriendo que la lluvianada puedecontra el fuego de tu cuerpopermanecí justo como lo que soy.
Calle real
SOMARIEl inútil intento de acercarse a la verdad
Conduce a otros intentos
gustavo Pereira
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Rehúyo mi deber de centinelaretirándome al cuarto multiplico el cuerpoBusco en la arruinadamansión de deseo.Me abstengo de recogerpedazos de sueño entrehéroes anónimos.Vuelvo pasada la nochea incidir contigo
42 / Ángel Malavé
Recorrió estas callesEn los pies del árbolescribió su muerte.
Han pasado cien añosNo existe una plaza conmemorativaLos vecinos dicen que lo han visto danzando en su caballocon las mismas armasde elaboración casera. De su pecho rojo brotan signosque se sumergen en los cuerposantes que haya transcurrido La noche.
Los ríos crecen en silencio / 43
Aún queda historia para triturar me desnudan las raícessoy para la tierra pan perenneamo a las mujeres que se perdieronen la nochebeso las vírgenes perdidas por la luna recojo de mis casas
mis calles mis plazas mis bares la llave con que abro en luz la puerta del abismo.
44 / Ángel Malavé
Presiento tu calorComo luz que alumbra Los requiebros de la noche
Presiento el instantede verte cara a caraalcanzar tu alientosaber que eres desconocida
Sólo por el hecho de haberte perdidoentre hojas secas
Dejas una inmensa mancha oscuradonde cuelgomi último traje antes de salir.
Los ríos crecen en silencio / 45
Siéntate cerca de mí a tu ladoecho mis andadas al olvido a tu ladome reconstruyo.
46 / Ángel Malavé
Estás allí aleteandoen mi copaTus alas cubren la desnudez sóloun fragmento de memoriay me divisodisuelto en ti.
Los ríos crecen en silencio / 47
Vengo a pedirles un pedazo del díaa preguntarles qué debo hacertomé la decisión de construirun jardín en el mar Sólo queda un pedazo de sueñoy esa mujer que es la soñada
Quiero recuperar el andar grabar en las paredeslas consignas vigentesde antiguas esperanzas y partir.
48 / Ángel Malavé
Nunca recordé un sucesoimportantedéjame abordar estoque levantas frente a míal mirarte todo lo que tengo al costadose me oscurecemi oficio es el amoroigo tu cuerpo que fluyeno sé que decirteeste encuentro marcadopor cervezahumo de cigarrillosestas callesestas habitacionesquiero volveral caminoreala ese diálogo con la nochea esa complicidad animal.
Los ríos crecen en silencio / 49
A Ilse
Si contemplas hacia lo altouna imagen embriagadora desatarestos del espejoNo podría descenderestos dedos de soledad ocultanuna amapola brillante(toco su calor)fatigados sus gestos avanzanen lo irreal.
50 / Ángel Malavé
La destrezade tus movimientosson líneas que construyen el díaEl vestido de una quinceañeraoculta debajo el mundo que nos tocadescubrir.
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A Zully
Los árboles rompieron el silencioRecordé y parafraseéal maestro Simón RodríguezNo quiero ser como los árboles que se plantan en un solo lugarQuiero ser como las hojas que el viento las lleva a todas partes EntoncesVi tu cuerpo multiplicarseen mil colores y los améLes coloqué todos los nombresCarmen – Zari – Silvia – AntoniaCarolina – Luisa...No cabían en mi mente
Entendí
Que sóloa tu lado es posible.
PARE
52 / Ángel Malavé
Esta mujer nunca dirá su nombre
Como los arbustosvi caer las lluviasdetrás de mí
Tu nombrees solo una fisura de la noche
Tu cuerpo se desprendeen medio de la músicaY me confunde – con otros
Entre tanta ebriedadquien te habla soy yo
Los ríos crecen en silencio / 53
Antes doy un paseopor los bares que conocimos juntosdiscutimos sobre políticabebimos hasta el amanecer.El reloj indicaba la horay las acciones a tomar.Una historia cualquiera.Me miraste y te miré.Ni tú ni yo, dimos la orden.En todo caso,fue tremendo sucesoque recordamos cuando damos un paseopor los bares que conocimos juntos.
54 / Ángel Malavé
Todo hubiese sido distintosi no enciendes la luz.Despertarás y me preguntaráscómo te fue.Sé que he perdido mis hábitos.El vino y la cerveza brotan por mi cuerpo.Entendí que el mundoes un solo desorden. La mirada de esa muchachavale más que 20 mil excusas.Sé que dormiré.Al despertarme tomaré de nuevo mis hábitos.Lo que no podrá desprenderse de míes la mirada de esa muchacha.
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Es la hiel del concretola espina en medio del pie
la ciudaden ella instalo mi andanzade sombraen ella habito como un monje oscurocuando la muerte extiende la manovacía y recoge la nochecon que me doy al camino que hagopuedo salir y sé que voy solono me cubren los compañerosni la rama de amor que me conducehoy puedo salirsin el compromiso de la luchaciego camino entre hombresy sombrasciego doy mi mano al vacíocomo quien da todo de sí.
56 / Ángel Malavé
Sólo porque escogí vivir de alguna manera, habito esta ciudad.
raMón querales
Vine a esta ciudadCon una luz encendidaun puñado de arena en los bolsillosy toneladas de amorque se difuminaronen lo sombrío de sus calles.Pueblo vasto como la nochecabías en mis manos me repliego.Allá el sol es durosólo veo esa raya azuldonde soñé de niñoel fin del mundo.
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La calle recoge las esperanzasde un atardecer que se hundeen la vigilia del dormidoqueda atrás la memoria donde lanzolo que salvé del juicio finalEl tiempo nos acosay al viento le pregunto por ticorriente ausenteguardo aún los tatuajesde travesuras infantiles.
58 / Ángel Malavé
EspectroVen esta noche
VenOtra vez
Ven siempreNo me dejes solo
Frente a esta multitud de soledades
ludovico silva
Esta habitación me irritaReposando en un colchón viejoUn televisor en blanco y negro encendidoSólo veo rayasEl sonido difusoLa sombra en la pared
se agiganta se mueve
Interpretando varios personajesUn hombre cuyos zapatos toman aguaOtro colgado riéndoseen el pequeño espejo de la otra paredLos diálogos son difusosLa obra no ha comenzado
En la ventana los espectadores esperando
El inicio de la función
Los ríos crecen en silencio / 59
Soledad
–El cuarto frío–Las sábanas recién hechasLas almohadas frescasLa ventana en posición norteLos rastros de tus pies borrados por el vientoMirando el paisaje
¿En qué momento te deje huir?
60 / Ángel Malavé
A Edmundo Ramos
Nunca nos dejen afuera
Es mucho mejor volver a estas callesEs mucho mejor quedarse en este callejónLleno de cervezas y saludos cordialesOlvidar los sucesos del fin de semana
Aquí está el violinistaAquí estamos todosPasando el sombreroPara pagar nuestra pensión de sueños
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El Río Guaire es mi amigo. Yo le pido la bendición. El es como
un burrito indómito que atraviesa la
ciudad cargado de botellasvacías
WilliaM osuna
Bajo las frágiles ramasde los árboles y el BLEDOA la orilla del río de los CARACASdonde el azar nos unió Guaire eres como la mujer de la noche
Llevas cantos esculpidos en tu cauce divides la ciudad
Tu cuerpo danzacon armonía de un lado a otro
Del lado derecholos carros vuelan como buitres mirando al norte
Del lado izquierdo vuelas mirando al sur
Para unir la luz y el sonido.
62 / Ángel Malavé
Caracas
Atiende los altos muros de tu ciudadNo dejes pasar al ciego al verdugo
Y al que todo lo disponeWilliaM osuna
Tiendo la ciudadSobre ella duermo
Entono fuertes canciones
No soy vigilante ni filósofo
Mi ciudad es diferenteMe reúno con ellaHablo con ella en cada esquinaDeshojo sus códigosLa desnudo en medio de sus avenidas CaminoCon los vientos del Warairarepano
Espero en la estación Dirección OesteSiento la mirada de transeúntes CelososDe ver La ciudad toda abrazada
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Dejaste en mi existencia lanostalgia del mundo
vicente gerBasi
La noche envejeciendoLas calles no tienen nombreEl amor ronda solitarioLa luz de la semana
es clara
En mí el ocio galopaTodo te lo diMe quedé con la n a d a
64 / Ángel Malavé
De que me ha salvado el altarsi entras como espiga en la mañana sin llavesdonde huye la muerteAsisto a las iglesiaspara sólo ver a Diosme aterra pensarque he de morirentre esta gente en este paísEn estos días tormentososbusco a esa mujerque caída la noche Sonríe solapor las avenidasde la gran ciudad.
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De rostro caído fui cementandoel contacto con el cobre No era lo soñadoen ella se ocultaban miles de soles(La reja se sobresalta momentáneamente)VuelvanDespezadas huellasdisponen un simulacro.
66 / Ángel Malavé
Después de la última líneasuena el menor de los pasos Se inicia el conteoanunciando la hora los mismos de antes el mismo escenarioimagino un gran público ¿A dónde podré huir?La noche se oculta comoun animal.
Los ríos crecen en silencio / 67
En la sombrade este baile de figurashe encontrado gritosen los caminos el mendigojunto a Dios elaborala figura del mundo.
68 / Ángel Malavé
Hoy pesa esta mañanahuyes con el rostro tapadopor el silencio traficante de sueñossi pudiera borrar esta plazaconstruir un río transparentedonde mirartey caminar en su orillacantando canciones de niñobuscar tu rostro entre peces y piedras realidad maravillosatodo... todo ha sido alteradoen esta plaza sólo hay olores del tiempo humo y palomas revoloteandosobre la estatua de un no recordado héroe.
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Cuadro del pintor Pancho BourneContrabajo rojo
Me enseñaste a serenarel cuerpo colmándolo de melodíaReposas en el lienzo azulIluminas con reflejo recíprococomo un rastro de fuegosobre una pantalla – virtualLanzas –frases– entusiastasposeídas de frescurareemplazas a la respiracióneres una chispa ardientealojada en el corazónreproduces las frecuenciasmás graves del espectro sonoro Tu bellezasolo se compara –con la mujer–con la cual bailo.
70 / Ángel Malavé
No es esta la calle que huellan nuestros pasosalfredo silva estrada
Un cuerpo que es tensión, acorde música diseñadopara que uno lo tiendao atente contra lo circundantePropuesto para comerciar con el sudor Incitandoa desarrollar las fierasde todos los zoológicosUntado de antañohasta un circodonde madre y padre esperanPor uno que no ha nacido.
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Entre tú y yohay un territorio indecisono es luz ni sombra
es tiempo
Hora pausa precariapágina que se oscurecepágina en la que escribodespacio estas palabras te amo
El día gira y se deshojalima los confines de las cosasla realidad se aleja escribohablo conmigo hablo contigo.
Quisiera hablartecomo lo hacen el árbol y el airecon palabras visibles y palpablescon peso, sabor y aromasmientras lo digolas cosas imperceptiblementese desprenden de sí mismasy se fugan hacia otras formas hacia otros nombres.
72 / Ángel Malavé
Quedan estas palabras porque eres túlo hicimos tú y yo
el destinola mujer que ereses a la que habloy al hacerlome vuelvo murmullo aire soploun fantasma que nace de esas letrasdéjate llevar por ellashacia ti misma.
Como amanteoí música de amanecer historiasse desprenden de una pared y ella surgecon un mapa de Américagrabado en el centro al Sur los trasnochadosde alguna edad lejanacubren las pisadas de los transeúntes cuyo caminose extravía en los confinesde la inquietud.
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A la negra Iris
Giro a mi alrededordurante días y noches confiesoson los rostros desenterradosde un viejo cementerio
Vuelve camarada
Ve y busca a la negrapara que organice la discusiónVe al fondo de la casano olvides el rosario
A ese librole quedan páginas por escribir Volvamosa la batida a la escapaditaa la mentira esaque estabas en casa de una amiga Recuerdatenemos 50Un trueno no significa tempestad y si lloviera aún nos quedaese paraguas made in China
74 / Ángel Malavé
En la plaza
Estando con ellainsisto en esa manía del socialismo
El socialismo es de siempre –para siempre
¿Qué voy hacercon tanta palabra encerrada?¿Discutir con ella –o–invitarla a la playaEl golfo está tranquilocontarle del color marrónde sus aguas decirleque a través de sus ojoslas veo azules –transparentesEste alborotado amores como el resplandorde las calles del golfo de Paria
Tantos errores son mis errores esperoel cambio del sol
para que entre la brisa
Los ríos crecen en silencio / 75
Toque de queda
Cuando vuelvan a las calles iluminadascomo escenario
Y las luces de neónanuncien «pepsi es sabrosísima»En las vallas de la autopista y del metroella sigue fumando su cigarrillocon «suavidad y sabor»
La gente toma su cervezacuenta con alegría y tristeza los sucesos
Los otros acuden a la salade maquillaje de los canales de televisióncon la sonrisa de siempre dicen Todo está en calma
Mientras las noticias de sucesosreseñancuarenta y cinco muertes en la ciudaddurante el fin de semana Entoncessabré que hacerme sentaré frente al mara ver el devenir de las olas.
76 / Ángel Malavé
Homenaje al poeta margariteñoJesús Rosas Marcano en su soneto
«Por el heladero atracado»
A José Ángel, Ulises, Samuel y Maximiliano
Cuando hablo de revolución miroa los niñosal salir de la escuelalos niños compran heladosUn vendedor de heladosno es un vendedor de heladoses un repartidor de p a p a g a y o s
Los ríos crecen en silencio / 77
Sobre esta tierraha vueltoa ponerseuna sombratodo se confunde en la faz
Hugo – Luis – JoséSuenan sus clarinetes La noche continúacon su fresco diálogomarcha inexorablementehacia el día Estás ahí Voy a tu ladorespirando el aroma de un cafecitoNo hay palabras –sólo gestos
En la ciudad se oyen sonidos –vocesfuera –abajoContinúo mi viaje contigonos invade la tristeza
CiudadDéjame cobijartecon la conversación del mar.
78 / Ángel Malavé
Parque Los Caobos, 2002Al Catire Hernández D’ Jesús
Encuentro
Regreso a los espaciosdonde la naturaleza cobijalas múltiples sonrisas.Hombres y árbolesse confundenen un solo rostro.Voces del universo pidiendo por la
el sol penetra
a través de las ramas de los árbolesprolongando las esculturas de Narváez
que las cubre...
Los ríos crecen en silencio / 79
Los ríos crecen en silencio
Tenemos que cambiar nuestro país
Con solo nuestras manos
otto rené castillo
He viajado 950 kilómetrosen un día lluviosoHay sueños acuáticosen la Av. Lecunay los barcos naufragan
En el paísel río crece llevando en su caucepeces transparentescomo pupilasDe
Les entregamos el amora los que vivenen cada punto del horizontePara que los guarden en su pecho
NORTE
OESTE ESTE
SUR
Caribe sonoro
Los ríos crecen en silencio / 83
A Guillermo BustamantePoeta guerrillero colombiano
A la mujer heroica de Colombia
Las bayonetas han rotoMi tambor
Y cambiado mi cantoPor zozobra
G.B.
Esta noche no tengoRumba para ti.
Ellos han roto la guitarraY el bongó
Negra de De senos firmesY caderas hirvientesNo tengo rumba para ti Esta noche
Hablo con el silencioRecojo la soledad de otroY olvido la mía.
Esta nocheNo hay rumba para tiNi para nadie en este Pueblo.
84 / Ángel Malavé
Hoy vendrá Sus pasos seguiré
Con el oído puesto en la tierraHasta que amanezca
alvaro Montero
Al pueblo de Honduras
Han disparado sus dardos cual flecha de fuegoentre las composiciones de las noches del Sur.
La paz única estrofaLa noche no es un lugar para la oscuridades un espacio de luz.Los ojos de este continenteson una flor en el rostro.
Música recorrelos puntos cardinales Sus transparentes pasosbuscan en las arenas y montañasla inacabable lucha.
No se ha perdido Perder es pasarse al otro bandoComo el murmurarde ese oscuro mar.
Los ríos crecen en silencio / 85
Lo que ayer dije aquí yo
Mi pueblo una sola calleUn solo cantoUn solo silencioUn solo sueñoUn solo solUn solo cielo Un solo mar
¡No!
Mi pueblo es el CaribeMúltiples cantosMúltiples etniasMúltiples calles
Pero
Un solo sol Un solo cieloUn solo mar.
86 / Ángel Malavé
El mar me llama con su amistosa manoMi prado –un continente–
se desenrosca suave e indeleblecomo una campanada en el crepúsculo
ernesto cHe guevara
¿Caribe Sonoro?
Vuelven a asomarselos soldados de la guerraEstán alistadosparten del Norte
¡No son los marinerosque se pierden en la mary regresanen el canto de los caracoles!
Los ríos crecen en silencio / 87
La Revolución es un caballoQue galopa sin que lo detengan
Buen caballo probadoGalopas por la orillaVestido por la lluviaOleajes de coloresVuelan en el curso del ríoBajo la sombra del arcoíris
–Se asoma–
Un rumor de flechas Contra el cambio
–no hablemos–En aquel período pasado
–Quieto–
Galopas hacia claros rumbos
–Existes–
En las coloridas y afiladas lanzasQue habitan en los ojos de los jinetes
88 / Ángel Malavé
Mujer desnuda, mujer negraCanto a tu belleza efímera, forma que fijo en lo eterno
antes que el destino celoso te reduzca a cenizas paraNutrir las raíces de la vida
léoPold sédar sengHor
Andando en tu jornada
Mujer negramiro el calor de tu caraLa arena pinta flores en tu cuerpo
Son las mañanas de sol Las olas van y vienenPasa una nube tan ligera
Tu sonrisa no venNi tus líneas perfectasBella mujer negra
Caminas –danzasal ritmo de las cancionesque al amanecer musitas
cansada
La ciudad con sus balcones oscuros te miran
de sa pa re ces
Los ríos crecen en silencio / 89
La trayectoria de un pájaro data de muy lejos
El pájaro alzó el vuelorecogió los versos de un marineroLos dejó caer al río –cantó con el agua–Su canto era el cantode los caribes que se negaron a la esclavitudSe lanzaron al marcon sus ancianos –mujeres–niños–animales.
En las tardes se ven en los cristalesde los ríos de América y el CaribeSus corrientes embravecidasGolpea en las pupilas de los invasores
Su legado se hace eco
–Volverán–Como las aves que emigran pero regresan a su nido.
Índice
Dedicatoria ……………………………………………7Prólogo …………………………………………………9
La casa y otros amores¿Dónde estás casa…/ ………………………………… 17Mi casa no necesita paredes…/ ……………………… 19Mi casa habita…/ ……………………………………… 20Sentada ………………………………………………… 21Noches en que había…/ ……………………………… 22Hay cielo tan azul…/ ………………………………… 23Debo estar aquí…/ …………………………………… 24Hay sol ahora…/ ……………………………………… 25A media tarde…/ ……………………………………… 26Los olores se combinan…/ …………………………… 27Estoy en el centro del río Neverí…/ …………………… 28Vengo con el compás sonoro de la marea…/ ………… 29La frágil noche…/ ……………………………………… 30No eres la silueta en medio del mar…/ ………………… 31He sonado –los campanarios…/ ……………………… 32Los recuerdos…/ ……………………………………… 33Paria …………………………………………………… 34Te busqué…/ …………………………………………… 35
Calle RealRehúyo mi deber de centinela…/ ……………………… 41Recorrió estas calles…/ ……………………………… 42Aún queda historia para triturar…/ …………………… 43Presiento tu calor…/ …………………………………… 44Siéntate cerca de mí…/ ………………………………… 45Estás allí aleteando…/ ………………………………… 46Vengo a pedirles un pedazo del día…/ ………………… 47Nunca recordé un suceso…/ …………………………… 48Si contemplas hacia lo alto…/ ………………………… 49La destreza…/ ………………………………………… 50Los árboles rompieron el silencio…/ ………………… 51Esta mujer nunca dirá su nombre ……………………… 52Antes doy un paseo…/ ………………………………… 53Todo hubiese sido distinto…/ ………………………… 54Es la hiel de concreto…/ ……………………………… 55Vine a esta ciudad…/ ………………………………… 56La calle recoge las esperanzas…/ …………………… 57Esta habitación me irrita…/ …………………………… 58Soledad…/ ……………………………………………… 59Nunca nos dejen afuera…/ …………………………… 60Bajo las frágiles ramas…/ …………………………… 61Caracas ………………………………………………… 62La noche envejeciendo…/ ……………………… 63De que me ha salvado el altar…/ ……………………… 64
De rostro caído fui cementado…/ ……………………… 65Después de la última línea…/ ………………………… 66En la sombra…/ ……………………………………… 67Hoy pesa esta mañana…/ ……………………………… 68Cuadro del pintor Pancho BourneContrabajo rojo ………………………………………… 69Un cuerpo que es tensión…/ …………………………… 70Entre tú y yo…/ ………………………………………… 71Como amante…/ ……………………………………… 72Giro alrededor…/ ……………………………………… 73En la plaza …………………………………………… 74Toque de queda ………………………………………… 75Cuando hablo de revolución…/ ……………………… 76Sobre esta tierra…/ …………………………………… 77Regreso a los espacios…/ ……………………………… 78Los ríos crecen en silencio …………………………… 79
Caribe SonoroEsta noche no tengo…/ ………………………………… 83 Al pueblo de Honduras…/ …………………………… 84Lo que ayer dije aquí yo…/ …………………………… 85¿Caribe Sonoro?…/ …………………………………… 86Buen caballo probado…/ ……………………………… 87Andando en tu jornada…/ ……………………………… 88La trayectoria de un pájaro data de muy lejos…/ …… 89
Este libro se terminó de imprimir en los talleres litográficos del
Instituto Municipal de Publicacionesdurante el mes de julio de 2016
Caracas-Venezuela
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