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  • Novena por la conquista de la Pira de Jos Engling Juventud Masculina de Ciudad del Este - Paraguay

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    Engling, tu fuego nuestra misin

    (Material para el encargado).

    1. Intenciones: Esta novena rezamos por las siguientes intenciones

    Por la conquista de la Pira de Jos Engling Por la pronta canonizacin de Jos Engling Por la Juventud Masculina

    2. Rosario 3. Relato de una parte de la vida de Jos Engling. Cada da se lee algo diferente, el orden es el siguiente:

    27 de noviembre: vida Familiar. 28 de noviembre: vida interior. 29 de noviembre: servicialidad 30 de noviembre: arriesgar la vida por los dems 1 de diciembre: apostolado 2 de diciembre: pureza 3 de diciembre: mi hermano mayor 4 de diciembre: regreso a la patria celestial (muerte de Engling) 5 de diciembre: Pira (patena y Santsima Trinidad) Padre Pistilli 4. Rezo de la oracin por la canonizacin de Jos Engling 5. Oracin de consagracin y fin. Obs: el encargado decide los momentos para cantar.

    Introduccin Seguramente alguna vez han conocido personas que encierran un misterio, encierran un misterio de amor y que pueden llegar a hacer grandes sacrificios por amor. Hoy queremos recordar algunos aspectos de Jos Engling como expresin del avance de nuestra conquista y al reflexionar sobre su vida descubrir cada vez ms ese misterio de amor en la vida de un hroe de Schoenstatt.

    Jos Engling vivi la misin que Dios le confi con una entrega de la que slo es capaz un alma juvenil. Regal a Schoenstatt el ardor del herosmo, fue un verdadero apstol. Jos Engling anhelaba ser sacerdote. Era seminarista de los Padre Pallotinos y perteneca a la Congregacin Mariana. Al declarase la primera guerra mundial, debi estar en el frente de batalla donde ofreci su vida por Schoenstatt. Muri a los 20 aos de edad.

    Primer da: Vida familiar

    Jos nace el 5 de enero de 1898 en Ermland, actualmente Polonia. En la casa paterna rein siempre una vida familiar ejemplar. El clima familiar de piedad despert en los hijos el sentido religioso. Ellos conocieron el templo antes que la plaza de juegos. El padre y la madre eran un ejemplo. Dice Jos: En vsperas de comenzar las clases de catecismo, me aconsej mi madre que implorase la gracia del Espritu Santo, lo que hice de inmediato. Entonces me hice el propsito de pedirle, antes de cada clase que me ayude a atender devotamente.

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    Que madre tan buena tengo! Ya que tengo una madre tan santa, hago el propsito de ser yo tambin tan piadoso y obedecer en todo a mis padres. Quiera Dios ayudarme a mantener esta intencin! Que madre tan buena tengo!

    Jos era su hijo predilecto, y esto tena su razn: Jos era el hijo de sus preocupaciones, pues era de una constitucin fsica bastante dbil. Una poliomielitis en su primera infancia, le dej como secuela la deformacin del esternn, de modo que Jos era algo encorvado. Adems tena un defecto de diccin. La madre trataba de compensar estos defectos con tanto ms amor y solicitud, por lo que se despert y desarroll tempranamente la rica vida afectiva de Jos. La delicadeza de conciencia tuvo especial importancia. La madre la haba cultivado cuidadosamente y la haba cimentado con su buen ejemplo. Una noche oy que el pequeo la llamaba llorando. Con las manos juntas estaba arrodillado en la cama. Se haba portado mal... Ahora su alma estaba compenetrada en una profunda conciencia de culpa. Rog a la madre que lo perdonara. Ella quiso tranquilizarlo dicindole que l no era un nio malo Pero s que fui!, replic llorando. Se conform cuando la madre le enseo a rezar el acto de contricin.

    Segundo da: Vida interior

    En las circunstancias de la guerra l rezaba cada maana una oracin de gratitud, sea que estuviese en una trinchera de la primera lnea, en un puesto de prevencin o arrastrando heridos y muertos. Aunque la noche anterior hubiese sido como hubiese sido, l le agradeca a Dios que an estaba vivo. Con la oracin: Oh Seora ma, renovaba por un da ms su Alianza de Amor con la Sma. Virgen.

    El cansancio paralizador, el hambre, la estada en las trincheras, la artillera enemiga, las caminatas peligrosas, eran las ocasiones de probar la autenticidad de esa entrega.

    Su Ideal Personal: Ser todo para todos y entera propiedad de la Sma. Virgen lo impulsaba a la entrega diaria. Basado en l, formul una oracin en la que le ofreca el da entero a la MTA para su capital de gracias.

    A esta hora -pensaba- se est celebrando en muchos lugares la Santsima Misa, tambin en Schoenstatt. Con esa actitud comulgaba espiritualmente y se una a la celebracin litrgica lo ms ntimamente posible. El sacrificio de Cristo en la cruz era el ejemplo ms vivo de su Ideal Personal. Como antes -cuando poda concurrir fsicamente- ahora tambin era la Santa Misa el centro de su da. Jos renovaba y profundizaba esta ntima unin con Dios por medio de las dos horas de guardia espiritual frente al Santsimo, una por la maana y la otra por la tarde. Se trasladaba espiritualmente a la Capillita de Schoenstatt. Junto con ellas, realizaba simultneamente su peregrinacin espiritual al Santuario. l senta que viva ms en el Santuario que en el campo de batalla. Pero precisamente ese fue el secreto que le daba a Jos en los peligros ms grandes la tranquilidad interior que sus camaradas admiraban tanto. Por la tarde por ejemplo sola recogerse durante un cuarto de hora para leer y estudiar. Y esto, an bajo los estallidos ensordecedores de las granadas! Trataba de rezar el rosario siempre, ya fuera durante las caminatas, durante las horas de servicio, mientras buscaba la comida, o en el puesto de guardaseales.

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    Por la noche controlaba su Horario Espiritual y se preguntaba: Cmo correspond hoy a la invitacin de Dios al herosmo?

    Alegr hoy a la Virgen Mara? Luego, Jos comenzaba a rezar su oracin de la noche. Generalmente, cuando llegaba a hacerla, ya empezaba para l el nuevo da. Peda espiritualmente la bendicin del Padre Kentenich; as lo haba acordado con l. Bajo su conduccin espiritual haba crecido, se haba compenetrado de sus ideales. l era quien lo orientaba en su aspiracin a la santidad. En consecuencia, tambin deba bendecirlo al final de cada da. Esa era para Jos la bendicin de su Madre Celestial desde el Santuario.

    Jos Engling anhelaba ser un verdadero apstol. Para ello muchas veces se traz l mismo un plan educativo: Escriba en su diario: 1. Quiero poner ms empeo en alcanzar la santidad. 2. Quiero ser un ngel de la guarda para mis compaeros congregantes en el frente. 3. Nunca dir una mentira 4. Quiero santificar el domingo.

    Despus de un ao y medio de estar en el frente, hizo privadamente ejercicios espirituales, en medio de patrullajes excitantes. Reelabor sus cuatro principios. 1. Quiero ser santo por medio de mi director espiritual. (P.J.K.) 2. Quiero ser un fiel congregante y entregarme con cuerpo y alma a la congregacin. 3. Quiero cumplir con gran celo el Examen Particular 4. No quiero esquivar ningn sacrificio para poder hacer diariamente lectura espiritual y rezar

    un misterio del rosario. As del joven, se hizo un hombre,

    del hombre, un hroe. del hroe, un santo.

    En relacin al ideal personal escriba aos ms tarde, durante la guerra:Si al hombre no lo gua una idea sublime, se estancar en las hondonadas de la vida diaria. A m me ofrecen el mayor sostn: la congregacin, su Reina y los aportes al capital de gracias.

    Tercer da: Servicialidad

    FLANDES, MAYO DE 1918 Junto con los que recin han llegado, Jos observa lo que significa estar en primera lnea. Ve centenares de hoyos de granada. Esto es primera lnea? Qu es eso? Despus de 24 horas lo sabe con exactitud. Segn un clculo, se supona que los ingleses disparaban diariamente alrededor de seis mil granadas en el radio de lucha del batalln de Jos Engling. Ahora le toca el turno a su compaa, la cuarta. A pocos metros de sus pies, las vallas negras se hunden en la tierra. El continuo detonar de las granadas levantan en un instante montaas de escombros de la altura de una casa. El fuego se acerca a ellos. En las trincheras, los cuerpos humanos se aprietan contra la tierra, que es la nica proteccin en esos momentos. Un tiro, otro, otro ms! Quiz el prximo los alcance. Esos pocos segundos son las vivencias ms horribles que el soldado experimenta en el frente. Continuamente ataques imprevistos. Continuamente el ensordecedor estallido de las granadas. Durante todo el da deton el fuego sobre Calonne. La cuarta compaa se haba establecido en el lmite noroeste del poblado. Los soldados estaban hambrientos. No obstante, Thalhfer, el suboficial, no poda hacerse responsable de enviar a sus hombres en busca de alimentos. l ya lo haba intentado en varias noches y cada vez, el saldo haba sido soldados muertos o heridos. Esa noche, recorri crter por crter en busca de voluntarios.

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    Voluntarios? -coment alguien- por nada del mundo correra en medio de ese fuego infernal Entonces, el suboficial escuch otra voz:- Bueno, ir yo Era Jos Engling. Otros se le asociaron. Cargados con algunas ollas, partieron hacia el pueblo. Los recibi un verdadero huracn de fuego. Instintivamente se tiraron al suelo resguardndose en los crteres abiertos por las granadas. A su lado, se extendan cuerpos de soldados ingleses. En los momentos de tregua reiniciaban su camino hasta llegar, al fin, a la aldea. Sin embargo, los esperaba an otro sobresalto: las granadas que explotaban all, eran sordas. Jos examin el aire: es gas!. Tanto la transpiracin, como el vapor de su propia respiracin, le empaaron los anteojos y la mascarilla antigas. Ello lo llev -en ese ltimo trecho- al pisar varias veces en falso y caer, con todo su peso, sobre crteres secos o llenos de agua. Finalmente, cuando llegaron a la cocina descubrieron que no era ese el lugar al cual deban ir; an tenan que andar cuatro kilmetros ms. Eso supuso que, para llegar antes de que despuntara el da, debieran elegir el camino ms corto. Pero que a la vez inclua mayor peligro. Ya no se tratara de ataques de alerta, sino de ofensivas directas contra ellos. A causa de estos contratiempos, varias marmitas llegaron vacas a destino. Haban perdido su contenido en el continuo tirarse y levantarse del suelo para esquivar los ataques. Al regresar, los compaeros se enfurecieron por la comida que haban perdido. Para ellos fue un momento difcil. Nadie les ahorr injuria alguna. Cmo reaccion Jos? En pleno da, arriesgando su vida, volvi a la aldea y busc entre los escombros lo que supona: una gran cantidad de vveres que haba dejado all una compaa inglesa que pas por el lugar. Cuando estuvo de vuelta, dispuesto a compartir con sus camaradas una bolsa llena de los sustanciosos alimentos, el resto de la tropa lo mir estupefacto. No es de extraarse, que an despus de veinte aos de aquel da, el suboficial Thalhfer opinara:

    Era el mejor hombre de la tropa de transporte.

    Cuarto da: Arriesgar la vida por los dems.

    Un soldado lleg precipitadamente al crter en el que se encontraba Jos con otros camaradas. Kofel, esta noche tienes que participar en un patrullaje. Hay que presentarse a las veinte horas en el comando. Y sali corriendo. Kofel era uno de los soldados mayores, padre de varios hijos. Quieto, sin proferir palabra, acept el mensaje y cerr sus ojos ensimismado en sus pensamientos. Sin duda alguna, en ese memento su imaginacin habr volado hasta sus seres queridos a quienes probablemente no volvera a ver, pues el patrullaje bien poda significarle la muerte. Jos lo observ y por un instante experiment en s mismo la pena que envolva a este soldado. Eso fue suficiente para tomar la decisin. Cuando lleg la noche y Kofel se levant para partir, Jos, acercndose le dijo: Qu date camarada, yo voy por ti. Yo y se present Despus de la primera semana lleg la orden: Alistar todo para el relevo! Pero, antes haba que hacer an otro trabajo: enterrar los muertos. Jos se ofreci de inmediato para esa difcil y pesada tarea. All estaban los cadveres, uno junto al otro. Por otro lado, en el puesto de socorro, donde estaba la compaa que se aprontaba. Las dos ltimas semanas en el frente de batalla haban dejado a Jos extenuado. Haba estado ocho das en la primera lnea y casi cada noche se haba incorporado a la tropa de transporte. En un da haba ayudado a enterrar trece muertos y a aliviar a diecinueve de los heridos de su compaa. Luego, por la noche ocup el puesto de guardaseales. Jos senta que su cuerpo pesaba plomo. Sin embargo, le encomendaron dar un aviso y parti corriendo. No lo hubiese hecho por salvarse a s mismo, pero saba que de su velocidad y precisin, dependa la vida de muchos camaradas. Ya haca tres das y tres noches que estaba de pie. Quiz podra dormir un poco esa noche. De repente, una nueva orden lo envi a trabajar en las trincheras. Deba dispensarse de ello? l no daba ms y, a decir verdad, ninguno de sus superiores le hubiese negado el descanso. Sin embargo, la reflexin de Jos fue: No, entonces otro me tendra que suplir a m.

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    El oficial encargado de hacer cavar las tumbas fue midiendo el terreno y dividindolo en parcelas que cada soldado deba excavar. Al concluir, dijo: que cada cual cave su pedazo. Quien termine, puede retirarse. Esta consigna despert entusiasmo entre los soldados. Alegres, comenzaron a conversar hasta tal punto que los ingleses debieron haberlos escuchado, pues de repente dispararon en direccin a ellos. Cuando ces el fuego, los soldados continuaron trabajando con desmesurada prisa. Ese rincn se haba vuelto peligroso! A medida que terminaban su trabajo se iban retirando. Tambin Jos iba a hacer lo mismo cuando vio a un camarada ya mayor que no poda adelantar con su trabajo; el miedo a la muerte y el agotamiento, haban paralizado sus fuerzas. Jos, sin pensarlo ms, de inmediato estuvo a su lado dispuesto a ayudarlo. Para hacer el relevo, los soldados estaban completamente excitados: un bombardeo imprevisto los haba descompensado; casi todos los jefes estaban muertos o heridos. Quin acompaara a los soldados hasta la primera lnea? Le hicieron esa pregunta a los soldados que transportaban los cadveres. Quin est dispuesto? Yo dijo Jos y se present. Cuando llegaron a la cuarta compaa los esperaba an otro cuadro aterrador. All tambin haban sido atacados y dos camaradas quedaron sepultados bajo la tierra. El jefe de la compaa decidi que algunos de la cuarta se quedaran para rescatar a los sepultados. Jos se ofreci. Luego de desenterrarlos los llevaron al puesto de emergencia. Y todava cuando termin con esto, Jos, presentndose de inmediato en el comando, se mostr dispuesto a prestar servicios de guardaseales hasta que pudiese ser reemplazado.

    Quinto da: Apostolado.

    Jos se ocupaba del grupo al lado de su trabajo militar y de sus propios esfuerzos por conquistar su Horario Espiritual. Ahora el grupo necesitaba nuevos temas para continuar el trabajo. La evolucin de la Organizacin Externa y su desarrollo personal le sugirieron la tarea precisa: apostolado en el sentido schoenstattiano. En torno a l todo se estaba desmoronando. Jos pens entonces en una ofensiva: No huir del mundo, sino compenetrarlo de Dios! Lograra encender al grupo con esta idea? Desde el refugio subterrneo escribi circular tras circular enviando sugerencias para el Horario Espiritual:

    1. Apostolado del buen ejemplo. 2. Trabajo directo por la salvacin de los camaradas. 3. Luchar contra la inmoralidad. 4. Amor a la Santa Iglesia. 5. Trabajo por la concepcin religiosa de la guerra. 6. Educacin de nuevos apstoles. 7. Apostolado de la prensa. 8. Misiones paganas. 9. tica social.

    Todo lo que sugera lo haba experimentado primero. Jams exiga a los suyos algo que l mismo no cumpliera de un modo ejemplar. Pero a pesar de sus buenas intenciones, la preocupacin por su grupo fue aumentando cada vez ms: tres que estaban internados en el hospital militar tomaron contacto directo con la vida de una gran ciudad y con la inmoralidad reinante. Aunque ellos mismos no cayeron en ella, las circunstancias influyeron de tal manera en ellos que llegaron a desanimarse completamente. Los dems, que estaban en el frente, no tenan mejores nimos. La fe en sus ideales pareca desmoronarse. Quedaron confundidos al ver el caos en la humanidad y en cada persona. No encontraban a nadie que luchara por ideales similares a los de ellos. Se sentan perdidos y sobrecogidos por un sentimiento inexpresable de soledad en medio de un mundo que pensaba y

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    viva de un modo diametralmente opuesto. Adems de todo esto, todava Jos, el dirigente de grupo, escriba circulares interminables sobre el apostolado, la renovacin religiosa y moral, la influencia en el medio ambiente... Su idealismo an no haba sido derrotado! Bah! Pero de qu sirve el idealismo? Hay que dejar que el carro siga hasta que se rompa!... Engling senta el dolor interior de sus compaeros de grupo, pues l mismo estaba en medio de todos esos peligros. Con cunto agrado les hubiera transmitido algo de su propio entusiasmo y de su fe inquebrantable. Pero, aparentemente todo era en vano. No obstante, continu escribiendo carta tras carta... pero ya ni contaba con respuesta alguna. Con este dolor fue a la muerte. No habr ofrecido su vida tambin por ellos? Aunque los miembros de su grupo ya no lo vieron ms, quiz haya sido su ofrecimiento y su lucha continua por alcanzar sus ideales, lo que hizo que a pesar de todo, siguieran manteniendo su fe. Engling tu fuego, NUESTRA MISIN ! ( tres veces)

    Sexto da: Pureza

    De ninguna manera nos debemos imaginar a Jos como a un tonto inofensivo o inocente que ni siquiera sabe que existen dos sexos... Es verdad que l no buscaba a las mujeres y que no tena ninguna amiga. Sin embargo, tampoco lleg a la madurez viril sin luchar por el dominio de sus instintos. Cada quince das renovaba su voto privado de pureza y conserv, hasta la muerte, lo que se llama inocencia. Pese a todos los peligros morales, Jos fue fiel. Y el origen de esa fuerza, lo encontramos en varias razones: primero, en su delicadeza de conciencia. Cierta vez estando en Schoenstatt tom como propsito: dominar los ojos en el dormitorio. Para l, la decencia y el pudor eran importantes. Jos se conserv intacto, interior y exteriormente. Tena una fantasa muy limpia. Su alma y su vida afectiva estaban plenamente ocupadas en otras cosas. Jos rezaba mucho. El rosario era parte del inventario de su bolsillo. Ante todo, cultiv la oracin contemplativa. Leer diariamente algo sobre la Virgen y meditar en lo ledo. Jos Engling tuvo que ver y escuchar muchas cosas, pero trat de evitar que ellas le penetraran. Haca caso omiso de ellas. Como el automovilista, que no debe dejarse encandilar por las luces de los otros vehculos, ni detenerse a observar lo que sucede en la vereda de las calles, Jos recorri su camino, con sus ojos siempre sobre su autopista; sin detenerse, sin desviarse, seguro de su meta. Trat de adquirir un sano criterio frente a las diversiones que se le presentaban. Cuando fue al cine, por ejemplo, a ver Quo Vadis , lo hizo llevado en primer lugar por un fuerte inters cultural. Mientras sus camaradas se divertan en las salas cinematogrficas, l prefera peregrinar al Santuario. De esta manera, senta que era como mejor descansaba y volva a respirar aire puro. Su constante aspiracin asctica a travs del HE, el EP y el director espiritual, fue el seguro de su pureza. Pero adems, haca muchas otras cosas. En su equipaje, por ejemplo, adems de armamentos, vveres y municiones, llevaba algunos libros para s mismo y para los dems que haca llegar an hasta las primeras lneas del frente. l saba por qu: La literatura que frecuentemente se lea all ayudaba a relajar an ms la moral y las buenas costumbres. Jos aprovechaba cada oportunidad para recibir los Sacramentos -sea la Confesin, o asistir a la Santa Misa-. Saba que como el cuerpo necesita de alimentos para poder crecer, tambin el alma necesita de un sustento: la fuerza de los Sacramentos. Hice el gran sacrificio de levantarme a las 3.30 de la madru gada y quedarme en ayunas hasta las 12.00 hs. para poder comulgar. El viernes tuvimos Misa. Tenamos una cierta esperanza, aunque mnima, de poder recibir los Sacramentos. Hace dos semanas se reparti la Comunin durante la Santa Misa. Supe que los de la Reserva antes se haban confesado con el Capelln del ejrcito. Yo no pude dominar mi apetito y tom caf. Despus realmente hubo oportunidad de comulgar. Para algunos fue la ltima

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    oportunidad... Cuando se anunci -estbamos sentados delante de la Iglesia- algunos gritaron enseguida en un tono sarcstico: Engling! (no porque haba tomado caf sino para tildarme de santuln y beato). Por lo menos tendra que haberme confesado y averiguar luego sin embargo si poda comulgar. Algunos esperaron para ver lo que yo haca, para seguir luego mi ejemplo. Me dio mucha vergenza cuando supe luego que un muchacho del campo se haba quedado en ayunas. En otra oportunidad intent reclutar a los camaradas catlicos para asistir a la Misa. - Pero, Engling- acabamos de llegar del frente! Estamos completamente rotos! Primero tenemos que dormir como se debe. Dos horas de camino es demasiado para nuestros huesos apaleados! Jos no afloj. Logr reunir un grupito y se encamin con ellos haca la Iglesia. En el camino habl personalmente con cada uno y los anim para que se acercaran a los sacramentos. Cmo responderamos a la pregunta si Jos estaba enamorado? l amaba inmensamente a la Reina de su corazn, a la MTA. A ella se haba consagrado a travs de la Alianza de Amor, y solamente a ella le perteneca su amor juvenil. Sus flores de mayo nos permiten vislumbrar algo de esa gran fuerza de su corazn; lo mismo la vivencia de su cercana en el terror de Flandes, y su trato con el Dios Trino en las cuchillas de Bois Bernard.

    Oracin final. Oracin por la canonizacin por Jos Engling

    Canto final TU FUEGO, NUESTRA MISIN

    Semilla de fuego que el Este hered, salve la Reina que un da te escogi!, abriste la senda en tu entrega sin fin,

    te diste por la causa y fue fecunda tu misin.

    Los Cruces Negras marcharon en la noche y su capital de gracias fue su sangre,

    hoy la heredamos con el "pacto de fuego", Engling amigo, camarada y hermano,

    la PIRA ya arde hoy en nuestros pechos.

    "El mundo entero es el campo de batalla", y la luz ya naci en la sombra de la noche,

    Engling amigo, tu fuego, nuestro fuego, y la Guardia Real, ser fiel a su Santuario.

    La Madre nos llama hoy a conquistar el mundo y nuestros pechos han de ser los muros, la Alianza nuestra espada incandescente,

    gracias Madre hoy nos escogiste a nosotros, nuevas Cruces Negras para el Reino.

    El sol ya naci en el horizonte, y nuestras tumbas semillas sern,

    y alegres te decimos "Salve oh Reina!, los que por Ti hemos de morir te saludamos.

    Engling tu fuego, NUESTRA MISIN!!!!!!!