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Perfil de producción regional en Colombia: ¿una apuesta productiva para aprovechar el
mercado exterior?
Cristian Samir Ulloa Ramos 1
Wilson Alonso Nuncira Cervantes2 Catherine Valencia González3
Resumen
La estructura productiva de los departamentos debe ser referente para la definición de apuestas de
negocio para las regiones del país. La priorización de productos y/o servicios permite la mejora en la
asignación de recursos a nivel nacional, garantizando a cada una de las regiones, actividades en donde
puedan especializarse a partir de sus dotaciones factoriales y productivas. Específicamente se tiene en
cuenta los productos derivados del sector agropecuario y agroindustrial en donde el país podría llegar a
tener ventajas comparativas en el comercio nacional e internacional. Este artículo pretende mostrar la
relación existente entre la posible especialización relativa de la producción regional y, su concordancia,
1 Economista, Universidad Nacional de Colombia. Magíster en Desarrollo, Instituciones e
Integración Económica, Universitat de Valencia, España. Docente e Investigador principal,
Programa de Negocios Internacionales,Universitaria Agustiniana – UNIAGUSTINIANA,
Bogotá D.C., Colombia. Correo: [email protected]
2 Economista. Maestría en Gestión Organizacional de Universite du Quebec a Chicoutimi,
Canadá. Especialista en Administración de Negocios Internacionales. Docente y Co-
investigador, Programa de Negocios Internacionales, Universitaria Agustiniana –
UNIAGUSTINIANA, Bogotá D.C., Colombia Correo: [email protected]
3 Profesional en Comercio Internacional, Universidad Cooperativa de Colombia. Magíster en
Didáctica de las Ciencias, Universidad Autónoma de Colombia. Docente y Co-investigadora.
Programa de Negocios Internacionales, Universitaria Agustiniana – UNIAGUSTINIANA,
Bogotá D.C., ColombiaCorreo: [email protected]
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con la definición de apuestas productivas en los planes regionales de competitividad. Se concluye que
las apuestas productivas para el sector agropecuario y agroindustrial no se alinean con la estructura
productiva de las regiones, si bien se quiere impulsar una diversificación de la producción, cada vez es
más evidente el rezago de la agricultura y la industria en el valor agregado regional.
Palabras clave: estructura productiva, apuestas exportadoras, sector agropecuario
INTRODUCCIÓN
El reconocimiento de la economía colombiana en el mercado internacional es mayoritariamente
derivado del posicionamiento de productos del sector primario. Especialmente de actividades como la
caficultura y la floricultura. Actualmente, el país se encuentra en una coyuntura de posconflicto, en la
cual el sector agropecuario y agroindustrial adquiere protagonismo para la estrategia de desarrollo
nacional; no sólo por la reivindicación con dichas actividades económicas en pro del incremento de
producción y productividad, sino también por la importancia relativa del sector en lucha contra la
pobreza.
La especialización productiva es una necesidad para cualquier economía en cuanto permite el uso más
eficiente de los recursos. Esto tiene especial relevancia en el mercado internacional para
aprovechamiento de las ventajas comparativas, no sólo de los países en general sino también de las
regiones y municipios. El presente artículo pretende identificar las oportunidades de negocio en el
mercado nacional e internacional derivadas de la estructura productiva de los departamentos y las
regiones. Estas oportunidades en principio tienen relación con las ventajas en la producción y, se
materializan, en la apuesta de las organizaciones públicas y privadas en la especialización productiva
donde sea más eficiente el uso de los recursos.
El documento se estructura en tres apartados. El primero describe los principales aportes de la literatura
en relación con la importación de la actividad agropecuaria para el desarrollo económico y social. El
segundo muestra la estructura productiva de las regiones, haciendo énfasis en las principales
actividades que contribuyen al valor agregado. El tercero muestra las apuestas productivas de los
departamentos como elemento diferenciador para ampliar su oferta exportable hacia el exterior. Por el
último, se encuentran las conclusiones y referencias.
1. REVISIÓN DE LA LITERATURA
El primer acercamiento a la explicación de un modelo de desarrollo económico para los países en vía
de desarrollo lo introduce Arthur Lewis. En este menciona que son dos los sectores que contribuyen a
las economías: el sector agrícola de baja productividad y un sector moderno, asociado a elevadas
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productividades y al incentivo de la aglomeración económica para la conformación de centros
industriales y urbanos (Lewis, 1954).
La interpretación que se realiza a este modelo desconoce la importancia relativa del sector agrícola en
las economías. Según Lewis (1954), la productividad del sector industrial se ve influenciada por la
productividad del trabajo en el sector agrícola; en especial, porque los menores costes de producción de
los insumos permiten mejoras de productividad e incentivos a la industrialización.
Aunque se aboga por economías cada vez más industrializadas y con mayores valores agregados, es
importante mencionar que el desarrollo del sector capitalista en algunos casos depende del desarrollo
del sector de subsistencia (Lewis, 1954). Esto en esencia es posible, cuando el aprovechamiento de la
fuerza de trabajo sea tal que los excedentes generados en el sector de subsistencia se compensen con
mayores niveles de empleo en el sector capitalista.
Según Machado y Torres (1987), algunos autores como Johnston, Mellor y Nicholls, han descrito a la
agricultura como una actividad esencial para el proceso de crecimiento económico e indicaron que lejos
de desempeñar un papel pasivo, como podría sugerir la teoría de Lewis en su interpretación más
ortodoxa, dicha actividad puede hacer cinco importantes contribuciones a la trasformación estructural
de la economía: proveer trabajo, capital, divisas y alimentos para el crecimiento industrial y servir de
mercado para los bienes industriales producido domésticamente, además, Nicholls complementa el
trabajo de Johnston y Mellor destacando la importancia que tiene el progreso agrícola como
prerrequisito para el desarrollo industrial.
La propuesta inicial para que el desarrollo de la agricultura contribuyera al desarrollo económico fue la
modernización. Esta correspondía a la necesidad de reconocer la racionalidad en el manejo de los
recursos por parte de los pequeños agricultores y, por lo tanto, al entendimiento de la probabilidad de
su contribución en términos del crecimiento agrícola. Schultz ubica la tecnología en el centro de la
problemática del crecimiento en la agricultura pues suponía que los agricultores tradicionales
respondían a las nuevas técnicas cuando era rentable, lo que hacía necesario el énfasis en la
investigación y capacitación en el sector.
Sin embargo, las previsiones de Schultz no se cumplieron, no todos los agricultores tradicionales
respondieron al paquete tecnológico, pues su racionalidad no era capitalista y prefirieron sus técnicas
tradicionales. (Machado y Torres, 1987, pág. 373). Estos mismos autores plantean la necesidad de
construir un modelo conceptual para entender el proceso de cambio técnico en la agricultura.
Los mecanismo por los cuales una sociedad elige un patrón óptimo de cambio técnico en la agricultura,
es decir, el proceso mediante el cual la inversión del sector público en investigación, adaptación y
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difusión de tecnologías agrícolas en infraestructura institucional se dirige a aliviar las restricciones que
soporta la producción agrícola, impuesta por factores de una oferta relativamente inelástica. Toda su
teoría se fundamenta en la hipótesis de que el cambio técnico es guiado hacia un patrón eficiente por
los signo de precio en el mercado, estipulando que ellos reflejan eficientemente los cambio en la oferta
y demanda de producto y factores. Además, que existe efectiva interacción entre los agricultores, las
instituciones de investigación pública y las firmas privadas agrícolas.
La nueva visión del desarrollo rural extiende la importancia más allá de la comprensión de un sector de
subsistencia. Según Pérez (1998), lo rural trasciende lo agrario. En el medio rural se desarrollan,
además de las actividades propiamente agropecuarias, actividades artesanales, forestales, industriales,
agroindustriales y de turismo. Por ello, la importancia del vínculo de las políticas macroeconómicas
con las sectoriales y de la necesidad de una política agropecuaria activa y no pasiva.
En Colombia algunos estudios sobre las transformaciones en la estructura agraria del país han
involucrado en sus análisis la nueva visión del desarrollo rural, es así como Londoño (1984) resalta en
su artículo Agricultura y Trasformación Estructural: Una Comparación Internacional, el engranaje del
sector agrícola en el crecimiento económico, igualmente un documento presentado Bejarano (1988)
donde hace una revisión sobre la transformación estructural y el crecimiento agropecuarios para la
Misión de Estudios del Sector Agropecuario y dice los siguiente sobre el crecimiento agrícola y el
global:
“la experiencia histórica muestra que no es posible un crecimiento sostenido de la economía a menos
que vaya acompañado de un crecimiento correspondiente de la actividad agrícola; y al mismo tiempo,
no es posible sostener un crecimiento agrícola permanente si no va acompañado de un crecimiento
global que se corresponda con él. La información disponible para América Latina (Véase
Sarmiento,1988), muestra las fuertes complementariedades entre la industria y la agricultura y entre la
agricultura y el crecimiento global . Sarmiento (1988) comprueba que la expansión de la agricultura ha
sido mayor en los años en los cuales el incremento en los precios de los alimentos ha sido menor y que
los procesos de aceleración de la producción de la industria no han venido acompañados de una
reducción de la producción agrícola sino por el contrario se muestra una ligera correlación entre el
crecimiento de ambos sectores.”(Bejarano 1988)
Machado (1999) con respeto a lo planteado por Bejarano dice:
“Bejarano fue uno de los analistas que más avanzó hasta entonces en el rompimiento de las visiones
tradicionales sobre la agricultura, poniendo al descubierto los procesos de modernización en el sector y
el avance de sus relaciones con el resto de la economía. La interrelación entre el crecimiento
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económico y el sectorial, y entre las política macroeconómicas y las sectoriales, fue una preocupación
grande que se observa en los estudios de la Misión.”
Los argumentos de Bejarano de como aborda el estudio de la agricultura invita a seguir con esa
tendencia de la nueva visión del desarrollo rural y de esta forma sean elaborados investigaciones
importante sobre el sector rural colombiano como la Misión rural de1998 que establece un nuevo
enfoque sobre el concepto de ruralidad, desprendiéndose del enfoque dominante que considera lo rural
como algo residual agropecuario cuya función es apenas apoyar la construcción industrial y urbana y
proveer la mano de obra no calificada que demanda el mercado laboral urbano.
Además, lo rural no se limita a lo "agropecuario". Se parte de una visión que integra dimensiones
económicas, culturales y territoriales, lo cual -según la Misión- contribuye a mejorar la comprensión de
los procesos del mundo rural y a la formulación de estrategias políticas viables: "Lo rural es una
categoría del mismo orden que lo urbano en cuanto se
refiere a un espacio de orden territorial que abriga un conjunto complejo de sectores económicos,
comunidades, culturas y procesos políticos, con especificidad y lógica propias" (Reseña sobre las
conclusiones de la Misión Rural 1998)
EL informe detallado de la Misión para la transformación del campo 2015 dirigida por José Antonio
Ocampo no es ajeno al nuevo enfoque de ruralidad, considerando que el concepto de nueva ruralidad
surge de la necesidad de actualizar la visión sobre lo rural a raíz de cambios globales que transformaron
los espacios rurales y de una visión equivocada que asociaba lo rural al atraso y lo urbano al progreso.
Nuevas realidades como la industrialización de la agricultura, la urbanización de las comunidades
rurales, el creciente desarrollo de la industria, el comercio y el turismo en el área rural y la disminución
de la calidad de vida en las ciudades por sobre-poblamiento, congestión y contaminación obligan a
replantear ese paradigma. En resumen, la nueva ruralidad consiste en sobrepasar la visión sectorial
existente sobre el espacio rural que liga a la ruralidad con la agricultura y con el atraso, para dar paso a
una ruralidad donde priman una multiplicidad de sectores, la pluriactividad y se generan una serie de
actividades productivas altamente competitivas interrelacionadas con los mercados y las
aglomeraciones urbanas. (Misión para la transformación del campo 2015 Tomo II)
2. METODOLOGÍA
El siguiente trabajo es resultado de una investigación en curso. En primer lugar se desarrolla una
revisión bibliográfica sobre la importancia de la agricultura y la industria en los procesos de desarrollo
económico. Seguido se recolectaron datos sobre producción interna bruta por departamentos y se
agruparon para consolidar información regional, a su vez que se revisaron los perfiles exportadores de
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cada departamento y los planes regionales de competitividad para identificar las apuestas productivas.
Para analizar la dinámica económica regional, los departamentos del país se agrupan en seis regiones
según sus condiciones geográficas y socioeconómicas. Esta agrupación de departamentos es la
propuesta por el Centro de Investigación Económica y Social - FEDESARROLLO:
1. Región Andina: conformada por los departamentos de Antioquia, Boyacá, Caldas, Huila, Norte de
Santander, Quindío, Risaralda, Santander y Tolima.
2. Región Centro: conformada por Bogotá y el departamento de Cundinamarca;
3. Región Pacifica: incluye los departamentos de Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca.
4. Región Caribe: comprende los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira,
Magdalena, Sucre y San Andrés y Providencia.
5. Región Orinoquía: conformada por los departamentos de Arauca, Casanare, Guainía, Meta y
Vichada.
6. Región Amazonía: comprende los departamentos de Amazonas, Caquetá, Guaviare, Putumayo y
Vaupés.
3. ESTRUCTURA Y ESPECIALIZACIÓN PRODUCTIVA
Como se evidencia en la ilustración 1, en la región de Amazonía la principal actividad que contribuye
al valor agregado del departamento son las actividades asociadas a servicios sociales, comunales y
personales. A su vez, en el periodo de estudio la explotación de minas y canteras ha ganado
participación en la producción de la región. Es claro que la industria manufacturera y agricultura son
unas de las actividades más rezagadas de este grupo de departamentos.
Ilustración 1. Evolución del valor agregado por grandes ramas de actividad. Región de la Amazonía
2000 y 2015p
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En el caso de la región Andina, si bien existe una diversificación productiva mayor, las actividades de
servicios sociales y los establecimientos financieros juntas suman algo más del 30% del valor
agregado. En el periodo de estudio la industria manufacturera y la agricultura han perdido participación
en la producción del departamento, mientras que la construcción es la actividad que ha tenido mayor
crecimiento.
Ilustración 2. Evolución del valor agregado por grandes ramas de actividad. Región Andina 2000 y
2015p
La región de Orinoquía presenta una especialización productiva muy acentuada frente a la explotación
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de minas y canteras, en razón de su dotación de recursos minero-energéticos algo más del 65% en el
año 2000 y casi el 60% en el año 2015 de su producción es derivada de dicha actividad. La agricultura
es la segunda actividad económica con mayor porcentaje de participación, tuvo un incremento poco
significativo que lo deja con el 10% de contribución al valor agregado de la región.
Ilustración 3. Evolución del valor agregado por grandes ramas de actividad. Región de la Orinoquía.
2000 y 2015p
La región caribe colombiana es otra de las regiones con mayor diversificación de su producción. Sin
embargo, es al igual que la región de Amazonía, dependiente de las actividades de servicios sociales
que han incrementado su contribución a casi 20% en el
año 2015 (ver Ilustración 4). Por el contrario, las actividades de industria y agricultura vienen
perdiendo participación a través del tiempo pasando de 14% a 11%, y de 12% a 8% entre el año 2000 y
2015 respectivamente.
Por su parte, la región Central tiene una contribución importante de las actividades desarrolladas por
establecimientos financieros y de seguros. Constituye la región con mayor participación de esta
actividad en su valor agregado, superando el 33% de participación en el año 2015. Si bien la tercera
actividad de mayor importancia en la región es la industria manufacturera, en el periodo de estudio ha
sido la segunda actividad que más ha perdido participación en la producción. En cuanto a la agricultura,
es una actividad poco frecuente en dicha región, lo cual ha llevado a que disminuya su contribución de
3,4% a 2,4% entre el 2000 y el 2015 (ver Ilustración 5).
Ilustración 4. Evolución del valor agregado por grandes ramas de actividad. Región Caribe. 2000 y
9
2015p
Ilustración 5. Evolución del valor agregado por grandes ramas de actividad, 2000 y 2015p. Región
Central.
Por último, como se evidencia en la Ilustración 6, la región del Pacífico colombiano se caracteriza por
una estructura productiva que privilegia, en su orden, a las actividades de servicios financieros, sociales
e industria. Entre las tres actividades representan el 60% del valor agregado de la región. Aunque esto
es un resultado importante para la industria, es evidente que la región sigue dependiendo de los
servicios como actividad central para generar mayores niveles de producción. En relación con la
agricultura si bien supera el 5% en el año 2015, ha venido perdiendo participación en el periodo de
estudio.
Ilustración 6. Evolución del valor agregado por grandes ramas de actividad, 2000 y 2015p. Región
Pacífica.
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4. APUESTAS PRODUCTIVAS AGROINDUSTRIALES PARA DEPARTAMENTOS Y
REGIONES
En las siguientes tablas, se relacionan cada una de las regiones colombianas donde se consolida
información sobre la experiencia exportadora, (información tomada de ProColombia, perfil exportador
por departamentos) y la apuesta exportadora agropecuaria que implementó el ministerio de agricultura
desde el año 2006, que en la actualidad se sigue proyectando en algunos casos al 2020, en otros al
2032. Los datos de la apuesta en canasta exportadora de productos agrícolas y agroindustriales se
tomaron del documento de competitividad regional que presentaron las gobernaciones para el Sistema
Nacional de Competitividad, a través de políticas y proyectos que concretaran estrategias a largo plazo,
en pro del desarrollo económico y social del país.
Tabla 1. Experiencia y apuesta exportadora región Andina
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De acuerdo a la tabla 1, se evidencia que los productos más competitivos de la región con fortalezas
exportables son principalmente el café, los cafés especiales y el cacao; sin dejar de un lado la apuesta
sectorial que hacen algunos departamentos de la región en el subsector frutícola.
Tabla 2. Experiencia y apuesta exportadora región Centro
En cuanto a la región capital cabe resaltar que tienen una mayor vocación agroindustrial, y su apuesta
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con valor agregado es más ambiciosa que otras regiones, generando mayor mano de obra y
encadenamientos productivos como en el caso del tabaco, la confitería y las preparaciones alimenticias,
por otro lado se mantienen sus productos bandera como flores, y algunas frutas frescas y la papa (ver
Tabla 2) .
Tabla 3. Experiencia y apuesta exportadora región Pacifica
En la región del Pacifico, sobre salen sus productos insignia como el café y el azúcar, pero a su vez se
generan nuevas perspectivas exportadoras como la del sector piscícola, con respecto a pescado, fresco,
refrigerado y congelado; como también el brócoli. Y se sigue trabajando clúster en la palma de cera. La
región del pacifico tiene una importante apuesta industrial en mercados internacionales, jalonada por el
departamento del Valle del Cauca.
Tabla 4. Experiencia y apuesta exportadora región Caribe
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Aunque parte de la región tiene significativa exportación de químicos industriales como el
polipropileno y cloruro de vinilo, la apuesta exportadora común de estos departamentos es para el
sector servicios turísticos, aun así en el sector agroindustrial se resaltan las apuestas exportadoras a la
palma africana y sus derivados, el ganado bovino en pie y el encadenamiento productivo que este
genera tanto en cárnico y lácteos, como también el subsector piscícola y el de biocombustibles.
Tabla 5. Experiencia y apuesta exportadora región Orinoquía
Tabla 6. Experiencia y apuesta exportadora región Amazonía
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Cabe resaltar que para El DNP, consolidó las regiones de la Amazonía y la Orinoquia (Amazorinoquía)
en la apuesta exportadora; donde sobre salen productos agroindustriales: Piscícola, cárnicos y lácteos,
cafés especiales, flores y plantas aromáticas. Adicionalmente Guainía, Guaviare y Vaupés se
encuentran consolidados como el oriente amazónico y de allí el reto exportador se da en el subsector
forestal y caucho.
Para concluir, la experiencia exportadora no ha sido relevante para la proyección al 2020 ó 2032 en la
gran mayoría de departamentos, pero si se ve permeada por la propuesta de política comercial nacional,
de diversificación de las exportaciones. En el mismo sentido, aunque el la Apuesta Exportadora
Agropecuaria del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (2006-2020) resalta los esfuerzos
gubernamentales para las exportaciones de Tabaco, algodón, papa amarilla, carne bovina, lácteos,
camarón, tilapia, cafés especiales, biocombustibles. Aquí encontramos una significancia en forestales
no maderables, sub sector piscícola, cacao y caucho. Cabe resaltar que por la tradición de ser país
cafetero, donde dicho producto agrícola es una exportación tradicional, donde participan 19 de 32
departamentos, hoy la apuesta exportadora se da en el marco de la indicación geográfica protegida
(denominación origen) que abarco los cafés especiales.
Antioquia, Cundinamarca y Valle de Cauca son los departamentos con mayor producción, exportación
y diversificación de productos agroindustriales, concentrándose en la región Andina, Central y
Pacifico, lamentablemente se evidencian bajos niveles de sofisticación en la canasta exportadora.
CONCLUSIONES
En la estructura productiva de las regiones colombianas es evidente que las actividades de servicios
sociales y financieros se sobreponen a las actividades industriales y agropecuarias. A pesar que los
planes regionales de competitividad han definido unas apuestas productivas para impulsar la industria y
la agricultura, es claro que cada vez pierde mayor participación en el valor agregado de las regiones.
En especial, este resultado es importante en la medida que permite identificar una deuda con el proceso
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de desarrollo económico del país, tanto desde la agricultura como la industria. Son actividades que si
bien crean posibilidades de generación de valor agregado para los mercados nacionales e
internacionales, son rezagadas en la producción regional a nivel general.
La estructura productiva regional deja un escenario pesimista para el cumplimiento del objetivo de
diversificación de las exportaciones en el país. En particular, porque cada vez más los recursos de
inversión irán a las actividades que generen mayor valor agregado, sin embargo, las autoridades
nacionales y locales han hecho un trabajo importante para definir apuestas que de alguna manera
puedan aprovecharse en el futuro.
Las apuestas exportadoras de las regiones Andina y Pacífica siguen apelando a los productos
tradicionales como el café. Sin embargo, actualmente el desarrollo tecnológico ha permitido la
diferenciación de dicho producto en los mercados, lo que permite el posicionamiento de cafés
especiales como el futuro en dicho grupo de departamentos.
La región Caribe por su cercanía al mar ha venido apostando por un desarrollo de la actividad piscícola,
a su vez, el aprovechamiento en algunos departamentos de su dotación de ganado bovino les permite
diversificar su producción para abastecimiento interno en carnes y lácteos. En la región de Amazonía,
aún no se evidencia una apuesta productiva que permita la especialización, en este caso específico se
toman decisiones en relación con la ubicación geográfica sin pensar en los beneficios de la
aglomeración para dichos departamentos.
Existe una clara especialización productiva de la región de Orinoquía en la explotación de minas y
canteras, sin embargo, esto hace que su estructura de producción sea dependiente de la existencia del
recurso minero-energético y no permite una diversificación eficiente para ampliar la canasta
exportadora. Esto no concuerda con sus apuestas exportadoras, en especial cuando gran parte de sus
inversiones siguen concentrándose en la actividad minera y energética.
Por último, la consolidación de un proceso de desarrollo económico implica que las actividades de
producción generen un impulso paralelo de la agricultura y la industria. Esta visión de desarrollo rural
como industrialización de la actividad agropecuaria lleva a preguntarse si el país se encuentra en la
senda correcta para alcanzar la consolidación de mejores niveles de productividad, competitividad y
crecimiento.
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REFERENCIAS
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Misión de Estudios del Sector Agropecuario. DNP- MINISTERIO DE AGRICULTURA Colombia
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Economics and Social Studies, Vol. 22, No. 2 Mayo, Manchester
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Editores- Banco Ganadero – Caja Agraria - Vecol
Machado, A. (1998) La Cuestión Agraria en Colombia a fines del Milenio. El Áncora Editores: Bogotá
Machado, A. (1999) La Cuestión Agraria y el Desarrollo Cuadernos de Economía, v. XVIII, n. 31,
Bogotá, 1999, pag 237- 279
Machado, A. y Torres, J. (1991) El sistema agroalimentario – Una visión integral de la cuestión agraria
en América latina (2a edición) Siglo XXI Editores y CEGA: Bogotá
Mellor, J. (1966) The Economics of Agricultural Development, Cornell University Press: Ithaca, N.Y.
Misión para la Transformación del Campo (2015) El Campo Colombiano: Un Camino Hacia el
Bienestar y La Paz. DNP Tomo 2
Pérez, E. (1998) Una visión del desarrollo rural en Colombia, Cuaderno de desarrollo rural No 41
Rostow, W. (1960) The Stages of Economic Growth: A Non-communist Manifesto, Cambridge
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