INSTITUTO PENSAMIENTO Y CULTURA EN AMÉRICA LATINA “ENSEÑANDO A PENSAR”
C. C. T. 12PSU0072K RVOE SEG/00017/2005
Periódico Manantial
1
México D. F.
Hugo Zemelman Merino, Director Ipecal.
Estela Quintar, Secretaria Académica, Ipecal.
Miguel Alberto González González, Director Publicaciones, Ipecal.
Se aceptan artículos o textos, siempre y cuando el autor se haga responsable de las fuentes y los conceptos que decide abordar. Se pueden enviar a los correos [email protected], [email protected]
Año 1. Edición 1. Julio de 2011.
Saludos Fraternos.
Nuestro primer número de
Manantial nos convoca a pensar los
movimientos sociales, la educación
y las mismas formas fatídicas que
tenemos los humanos de suprimir la
vida o de violentar nuestros
derechos.
Es una apuesta por seguir
comprendiéndonos, por intentar
otras voces para que la palabra no
muera, para que el lenguaje
siempre nos pueda decir algo, nos
puede seducir a continuar pensando
y explorando opciones de
humanidad, opciones que nos
brinden cierta esperanza, que nos
brinden posibilidades para no ceder
ante tantas formas de
silenciamiento que se vienen dando,
es pues, un buen momento para
que Manantial levante su voz, una
voz que dará espacio a otras
apuestas y propuestas sociales.
Indignados en España
Por Luis Fernando Valero1.
Cinco semanas bastaron para que
el movimiento de los “jóvenes
indignados” de España pasaran de
1 Doctor en Educación, docente e investigador español.
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ser unos héroes a ser unos
desalmados, que han merecido el
repudio de todos los partidos
políticos, sin excepción, y que gran
parte del pueblo manifieste que sus
últimas acciones no eran adecuadas
y si condenables.
El hecho más sangrante ha sido que
bloquearon el acceso al Parlamento
Autonómico en Cataluña, donde se
iba a votar el presupuesto para el
presente año, que conllevaba
profundos recortes a la educación, a
la sanidad y a los servicios sociales.
Unos dos mil jóvenes desde la
noche anterior se sentaron en la
calle que daba acceso al
Parlamento , por la mañana a las 9
horas no dejaron entrar a los
parlamentarios e incluso los
agredieron, a algunos les pintaron X
en la ropa, a otros le pintaron el pelo
y hasta a un diputado invidente
intentaron quitarle su perro guía. El
Presidente de la Autonomía
catalana y la Presidenta del
Parlamento tuvieron que acceder al
recinto en helicóptero, al igual que
unas decenas de diputados, otras
decenas llegaron en camionetas
blindadas de la policía.
Al final intervinieron las fuerzas
policiales y ya por la tarde ya se
despejó la calle.
Estos hechos han sido condenados
unánimemente por todos.
Los jóvenes responsables del
movimiento “15M” (15 de marzo)
“Democracia real” y “Jóvenes
indignados”, se han desmarcado
señalando que la violencia la
desarrollaron infiltrados anti sistema
e incluso llegaron a decir que
policías disfrazados comenzaron los
actos.
Las imágenes de los diputados
corriendo perseguidos por jóvenes
airados, escupidos o manchados
con espráis o quitándole las
carteras de sus documentos han
dando la vuelta al mundo.
¿Por qué se ha llegado a este
extremo?
Es evidente que en el pueblo
español hay un impresionante
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hartazgo de la clase política, los
estudios sociológicos y las
encuestas remarcan que la política,
los partidos y la corrupción
preocupan hoy a la ciudadanía
cuatro veces más que el terrorismo,
seis veces más que la educación,
ocho veces más que la sanidad y la
vivienda y 20 veces más que la
justicia o la violencia de género.
La sociedad española afirma que su
clase política está muy alejada de
ella, la inoperancia del gobierno es
evidente, la tasa de desempleo de
España es la mayor de Europa y
dobla la media de la Unión Europea,
y lo que es peor, no se observa en
un futuro próximo que haya una
mejoría, sobre este aspecto ya
publicamos hace unas semanas un
artículo sobre “La generación
perdida” en El Faro. Por ello cuando
los jóvenes tomaron algunas plazas
en las ciudades más importantes de
España, muchas personas vieron el
movimiento que era pacífico,
dialogante, que deseaba cambiar
algunas cosas y ofrecer alternativas
como una bocanada de aire fresco,
una “Primavera española”.
El cantante Joan Manuel Serrat, que
el día anterior fue investido doctor
honoris causa por la Universidad
Pompeu Fabra, señaló en su
discurso que "La gente de a pie"
debe "recuperar los valores
democráticos y morales" en un
momento de "crisis de modelo de
vida". Porque más que de una mera
"crisis financiera" puso como
ejemplo la "vergonzante
corrupción", que desde los
gobiernos "se filtra a la sociedad".
Por ello llamó a despertarse a esa
"sociedad adormecida" que da trato
de "ídolo popular" a políticos
imputados.
Y señaló además que "Se refuerza
el poder financiero, el político y el de
la banca, que con las ayudas
públicas y el dinero de la gente
renovará sus ataques
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especulativos". Denunció que "la
codicia de unos, la incompetencia
de otros, la ignorancia y la poca
vergüenza de muchos nos han
situado en un mercado en el que
todo tiene un precio, donde todo se
compra y todo se vende", clamó,
antes de aplaudir el "soplo de aire
fresco" y el "grito de atención" que
es para él el llamado movimiento del
15-M, ya que "es un derecho y una
obligación reclamar nuestro
futuro". Como se comprende había
todo un movimiento a favor de estos
jóvenes.
Hay quien opina que “jóvenes
indignados” que ingenuamente se
han dejado comer el mandado, por
unos infiltrados anti sistema, aunque
también hay quien piensa que la
clase política no podía permitir
seguir estando en el candelero
negativo y había que actuar y para
ello nada mejor que dejar crecer con
permisividad, buenísimo,
comprensión, “con sí… pero…”,
“sería bueno que…”
Durante día los políticos han
halagado el movimiento y en contra
de la legalidad vigente y de las
declaraciones de la Junta Electoral
que pedía la disolución de las
manifestaciones y de las tomas de
las plazas, el gobierno de Zapatero
no hizo nada, quizás porque su
ministro del Interior, responsable de
la policía y candidato a sustituir a
Zapatero en las próximas
elecciones del próximo marzo, no
quería hacerse impopular con una
carga policial.
Los propios comerciantes de la
Plaza del Sol de Madrid se
quejaban que estaban teniendo
pérdidas por valor de 30 millones de
euros, pero no se hizo nada. Ello
envalentonó a los jóvenes y fue
gestándose un movimiento más
agresivo contra la clase política y
comenzaron a ir a los
ayuntamientos a insultar a los
nuevos concejales y alcaldes,
elegidos el 22 de mayo, y no se hizo
tampoco nada, hay quien sostiene
que perversamente los políticos
dejaron que el caldo de cultivo de la
violencia fuera creciendo, como así
ocurrió y así el responsable de la
Policía en Cataluña, pues tiene
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transferidas las competencias, no
hizo nada sabiendo desde la noche
anterior, como se ha señalado, que
los manifestantes estaban
bloqueando las entradas del
parlamento y así un comentarista ha
escrito “La pasividad de Felip Puig,
responsable de la Policía catalana,
no fue desatención o negligencia
sino cálculo político astuto e
irresponsable: desertó del deber de
proteger a los parlamentarios ante
la amenaza conocida y ya visible.
Pero prefirió no actuar. El resultado
de su inhibición forma parte de la
estrategia retadora del personaje:
ha dejado actuar a los jóvenes
movilizados para justificar ante las
cámaras y en horarios de máxima
audiencia que la única manera de
actuar contra los descontentos,
indignados o rebeldes sociales
puros es la violencia. Y Artur Mas,
Presidente de la Autonomía, salió
enseguida, en discurso solemne,
hablando de violencia callejera y del
traspaso inadmisible de las líneas
rojas”. Jordi Gracia. El País.
En estos momentos los jóvenes
indignados han recibido el repudio,
habrá que ver qué efecto tiene en
las próxima semanas pero ya hay
quien cree que al final ocurrirá lo de El
gatopardo de Don Fabrizio Corbera,
Príncipe de Salina, aquel que dijo: “Se
vogliamo che tutto rimanga come è,
bisogna che tutto cambi", es decir: el
"cambiar todo para que nada cambie”.
La realidad del rezago educativo
Juan Manuel Díaz Yarto2
La educación en México está siendo
nuevamente afectada por una
errónea política educativa
conducida por el modelo neoliberal
establecido en colusión por los
teóricos del capitalismo
modernizado y los gobernantes
convencidos de poder traducir esa
teoría en políticas adecuadas para
gobernar. El resultado negativo de
la puesta en práctica de este
2 Académico mexicano, vinculado a diferentes propuestas alternativas en América Latina.
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modelo a nivel nacional es la
profundización de la desigualdad
social y una agravada inequidad en
la distribución de la riqueza,
agudizando con ello la pobreza e
incrementando la corrupción. Según
datos aparecidos en la prensa (La
Jornada, 11-05-2011) una décima
parte de los mexicanos concentra
41.4 por ciento de la riqueza
generada anualmente, lo que quiere
decir que este reducido grupo de
población (unas doscientas mil
personas) tiene un ingreso 27 veces
mayor que el diez por ciento más
pobre3.
3 “…en el 2006, el 10 por ciento más favorecido de los hogares mexicanos acumulaban el 36.04 por ciento del ingreso disponible mientras que el 60 por ciento de los hogares menos favorecidos acumulaba conjuntamente 26.05 por ciento del total de ingreso” (Méndez, E. IMCED, Ethos Educativo, 45, 2009).
Esta realidad ha repercutido de
diferente forma y magnitud en la
educación, destacándose
especialmente el crecimiento del
índice de rezago nacional y local
que decididamente lo ratifica como
variable irrenunciable del concepto
de educación en México. Resulta
absurdo construir el problema de la
educación ignorando el peso de
esta categoría en su
conceptualización. Los estados en
los que tiene una presencia
alarmante son, de nuevo, los
históricamente atrasados: Guerrero,
Chiapas, Oaxaca y Michoacán (más
otros que se suman dependiendo
del fenómeno a tratar). Este grupo
de entidades forma parte del
discurso oficial que ha naturalizado
esta realidad inamovible para
calificar algún nivel de atraso o tipo
de desventaja comparativa. La
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perversa estabilidad negativa de los
indicadores sobre el rezago, se
utiliza como valiosa herramienta
para presionar la toma de
decisiones políticas y político-
electorales, así como económicas,
para gestionar financiamiento. El
comportamiento cómplice de los
gobernantes en la continuidad del
rezago, ha evitado (en ocasiones
hasta involuntariamente) impulsar
medidas de cambio de las
condiciones de inicio de los
programas con las que se podrían
transformar los resultados.
Es importante dejar claro que
nuestra reflexión no apela al
argumento fácil que califica al
problema del rezago educativo
desde lugares comunes que, por
otro lado, no aportan elementos que
ayuden a encontrar opciones
concretas. En los análisis sobre
este fenómeno es común encontrar
respuestas que ofrecen
explicaciones desde distintos
ámbitos, entre ellos destacan: la
multiculturalidad y variedad
lingüística, el que los funcionarios
responsables no son profesionales
de la educación por lo que
desconocen los problemas locales,
la falta de capacidad política para
tomar decisiones adecuadas y el
deficiente margen de gestión para
impulsar medidas adecuadas, así
como la escasez de recursos
financieros.
Otro elemento importante de
nuestra reflexión es que no
desconocemos el peso histórico del
problema que condiciona
comportamientos inerciales y
naturalizados, ni que la inmovilidad
en las condiciones estructurales del
modelo económico obstaculice la
intervención directa. Asimismo,
comprendemos la dificultad de los
gobernantes en turno para tomar
decisiones concretas debido al alto
riesgo político que implican, sin que
por este motivo justifiquemos su
comportamiento.
No dejamos de reconocer que, tanto
el gobierno actual, como otros
anteriores, han emprendido
programas de atención al rezago
con distintas metodologías y con
resultados significativos. La
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búsqueda de una solución definitiva
ha contado con el esfuerzo de
profesionales destacados, así como
con recursos financieros
importantes que, por ejemplo a nivel
nacional, han llevado al país a tener
una cobertura educativa comparable
con las de países mejor
estructurados.
El rezago educativo se ha
establecido como categoría para
definir un determinado
comportamiento negativo de la
política educativa emprendida por
los Estados nacionales. Solamente
el analfabetismo entendido como la
condición en la que se encuentra
una persona mayor de 15 años
cuando no ha concluido su
enseñanza básica (primaria y
secundaria) acusa, con un
porcentaje promedio de 6.9, un
problema mayúsculo para la
sociedad mexicana4. Asimismo,
4 Según los datos del INEA seis millones de mexicanos están en condición de analfabetismo, 10 millones más que no concluyeron la primaria y otros 17 millones de jóvenes y adultos que truncaron sus estudios en la
esta categoría abre preguntas sobre
los alcances históricos de los
programas nacionales, así como por
la necesidad de hacer ajustes
coyunturales, a saber: ¿Qué
persona se desea tener con estos
programas? ¿Qué tipo de rezago y
cuáles resultados son posibles de
alcanzar? ¿Es posible de atender o
de resolver el problema? ¿Cuáles
condiciones originales obstaculizan
un cambio/adecuación de rumbo en
la política educativa? ¿Qué
cambios/adecuaciones son
necesarios en el modelo integral
educativo y cómo estos (as) se
deben actualizar? ¿Es posible
adecuar el modelo educativo a las
condiciones temporales de los
gobiernos locales?
El fenómeno en Michoacán
Con base en lo anterior y a partir
conocer el índice de rezago
educativo en Michoacán revelado
recientemente por el INEGI (Censo
de población, 2010), hacemos una
secundaria, alcanzando un total de alrededor de 33 millones de personas de 15 años y más.
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reflexión con la finalidad de aportar
elementos que resulten útiles para
la toma de decisiones locales que
se aparten de los lugares comunes
señalados, así como de las inercias
políticas que no ayuden a
comprender la complejidad total del
problema. Para evitar confusiones
frente a la legitimidad de las cifras
publicadas por los organismos que
evalúan y atienden el rezago
educativo en el estado, decidimos
aceptar la legitimidad de las cifras
aportadas por el INEGI ya que,
como organismo profesional, actúa
con una metodología confiable que
ofrece resultados comprobables, sin
que por ello pretendamos
desconocer la existencia de otras
lecturas de sus datos, ni tampoco,
como en este caso, la posible falta
de correspondencia de estos con
los ofrecidos por el gobierno del
estado. Es preciso decir también
que no ignoramos que, tanto las
formas de evaluación, como las
interpretaciones, forman parte de la
polémica en la que se escuchan
voces válidas que sugieren lecturas
diferentes a las directamente
numéricas, enriqueciendo el análisis
con otros elementos.
Los resultados estadísticos
El rezago educativo es una
categoría articulada con elementos
económicos, políticos, geográficos,
sociales y culturales pertenecientes
a una realidad compleja que rebasa
los márgenes impuestos por la
estadística y que abre el
razonamiento al análisis y al
conocimiento de un fenómeno que
parece incontenible a la luz de las
medidas adoptadas. En este
sentido, nos planteamos reflexionar
desde dos elementos cruciales. Uno
interpretativo, a partir de los
resultados estadísticos y otro desde
la posibilidad de construir
soluciones.
La población analfabeta que habita
en el estado de Michoacán que
comprende a las personas que no
han terminado primaria, más las que
no han terminado la secundaria, y
las que no saben leer, ni escribir
“una breve frase sobre su vida
cotidiana” (UNESCO) alcanza un
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52.8 por ciento de la población
mayor de 15 años. Esta realidad
alarmante si se la compara con los
porcentajes revelados a nivel
nacional, descubre fríamente que el
estado ocupa una posición
(antepenúltimo lugar nacional) muy
atrás de la divulgada por el
Gobierno. Con 305 mil analfabetas
Michoacán ocupa el lugar 26
comparativo en el país, lo que
revela pésimo desempeño de las
políticas si observamos la media
nacional que es de 6.9 por ciento.
Esa simple realidad coyuntural de
las cifras, nos enfrenta de golpe,
aunque sin sorpresa, a tener que
comprender el rezago educativo
como un fenómeno con varias
apreciaciones. Por los alcances
limitados de este texto, solo nos
referimos a algunas de ellas que
consideramos, además, como
propuesta de discusión:
Es imposible de atender en el
corto plazo de los gobiernos
locales
No ha sido impactado
positivamente con los
recientes programas
estatales
Se desconocen las causas
que lo originan por lo que no
se puede incidir de forma
resolutiva.
Se puede echar mano del concepto
oficial con el que se califica el
rezago para encontrar regularidades
consensuadas de análisis, lo que
nos llevará a tener que restringirnos
a la metodología que divide en
niveles porcentuales a la población
afectada, a saber: analfabetismo
alto, bajo y medio. Sin que
desconozcamos el aporte de la
metodología formal para profundizar
en el análisis, preferimos en este
caso, intentar una lectura desde un
ángulo de mirada diferente, aunque
no por eso menos profesional. Es
por ello que la fragmentación en
niveles no está, por ahora, dentro
de nuestras intenciones analíticas,
ya que no pretendemos enfocarnos
a un mejor conocimiento de la
población rezagada, sino a ofrecer
una mirada al fenómeno que
enriquezca la polémica y abra
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potencialidades de construcción de
otras políticas.
Es significativo el hecho que en
Michoacán vivan 313 mil personas
que no saben, ni leer, ni escribir, así
como que esta cantidad arrastre al
estado por debajo de la mayoría de
los estados de la república.
Situación que por otro lado no hace
más que reforzar la rápida
conclusión naturalizada de que el
rezago educativo es una de las
tareas pendientes del gobierno en
turno (y de los que vendrán).
La estadística fija el fenómeno en
una dimensión numérica de la que
apenas se ha movido durante
décadas, y con ello pone en
entredicho la capacidad de las
políticas públicas para atenderlo
adecuadamente. Consideramos que
es de mayor relevancia para el
análisis y para la búsqueda de la
solución lo que esta coyuntura nos
devela sobre la desconexión entre:
el diagnóstico y la realidad. Además
de la urgencia de comprender estas
categorías fuertemente articuladas a
la falta de estrategias integrales que
rebasen el terreno de lo sectorial y
que impliquen una complejidad
problemática mayor, estatal y
nacional.
Con esto deseamos subrayar que
antes de discutir el lugar que se
ocupa a nivel nacional en el rezago
educativo, o de la urgencia
coyuntural por encontrar soluciones
mágicas a un problema concreto, es
más trascendente y oportuno que el
gobierno se dé cuenta de la estable
perversidad que este indicador
confirma. Esta realidad exige el
compromiso de tener que responder
con políticas que desde la
imaginación, construyan propuestas
concretas de solución a una
realidad histórica integral, que se
yergue como un obstáculo que
ancla cualquier modelo de
desarrollo local.
La falta de atención histórica a los
obstáculos que impiden el desarrollo
es una característica estructural de
los planes de gobierno, y la miopía
política ha empotrado su
permanencia y continuidad a la
realidad local. No es el cambio de
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políticos lo que puede impactar de
manera resolutiva la complejidad del
fenómeno, sino un cambio de
política en la elección de ángulos de
mirada distintos.
El rezago educativo no se debe
calificar como consecuencia del
crecimiento, ni como casualidad que
se manifiesta en algunos grupos
sociales, sino que es necesario ser
consciente de sus orígenes sobre
los que no se ha logrado influir:
cultural, familiar, social y geográfico
y que se pueden reconocer en la
historia debido a su circularidad y a
los diversos enfoques de los
programas de atención.
La atención al rezago desde las
políticas públicas debe atender a los
docentes como otro pilar sobre el
que naturalmente se asienta. Con
ellos se debe emprender programas
de formación específicos que los
capaciten profesionalmente para
ocuparse de este sector de la
población. Está claro que la
formación de los maestros es una
tarea dinámica que por sus
características, debe actualizarse de
manera permanente en relación
con:
el modelo de política
educativa
el sentido de la política
educativa
con las necesidades
específicas de la población
con el desarrollo tecnológico
y educativo
La manera centralizada de
abastecer los programas
educativos, más allá que no
demuestra tener propuestas de
solución efectiva a las
problemáticas locales, representa
enormes esfuerzos humanos y
significativas sumas de dinero que,
forzadas por un comportamiento
tradicional, no consiguen alcanzar
los objetivos que proponen y
terminan diluyéndose entre el
complejo enrejado de los intereses
de grupos y entre la negligencia de
intereses políticos. Conducir los
programas de atención al rezago a
partir de una idea general
preconcebida del fenómeno y de las
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necesidades particulares de
personas o de grupos políticos, les
resta efectividad pues se desconoce
si los recursos (materiales y equipos
tecnológicos) llegan a los lugares
adecuados, ni si tales insumos son
óptimos para atender las
necesidades educativas de la
población que los recibe.
El conocimiento a nivel local de los
sujetos en rezago es una exigencia
que no se satisface con su
localización numérica y geográfica,
sino que plantea la exigencia de
emprender programas mejor
elaborados que permitan darnos
cuenta del contexto y de la
circunstancia de las personas que
estamos calificando. Es por ello que
adquiere un peso mayor dedicar
tiempo y personal capacitado al
conocimiento de los sujetos y de los
procesos históricos en los que se
han ido construyendo esas
subjetividades. Esta tarea evitará
hacer una lectura que conduzca a la
rápida implantación de medidas que
emparejen las diferencias y
reforzará el conocimiento de las
particularidades sociales y
culturales de los grupos rezagados
con la finalidad de diseñar políticas
adecuadas que impacten
positivamente su condición.
La urgencia oficial por incluir a este
grupo en un modelo de formación
escolarizada con la finalidad
incorporarlos estadísticamente no
responde a un compromiso por
conocer las características
particulares y elimina la posibilidad
de saber quiénes son y qué
necesidades concretas tienen. La
inclusión a como principio
metodológico no aporta claridad al
sentido (laboral, formativo, cultural,
etc.) de los programas de atención
al rezago y deja a un lado la
posibilidad de resolver los
problemas planteados por el
fenómeno.
Las condiciones socioeconómicas a
las que está sometido este grupo de
la población, están regidas por la
marginación y la exclusión ya que
tienen menores posibilidades
laborales en comparación con otros
grupos, carecen de posibilidades de
calificarse profesionalmente, son la
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fuerza de trabajo peor pagada y no
son tomados en cuenta en el diseño
de las políticas públicas, por lo que
sus posibilidades de incorporación
social están condicionadas a ONG´s
o algunos pocos grupos sociales.
En mancuerna causal con lo
anterior están las condiciones
sociosicológicas que actúan sobre
las personas en rezago provocando
desintegración familiar e
inestabilidad emocional en las
personas.
No son menos importantes las
consecuencias que estas
condiciones provocan sobre los
docentes quienes, aunque de
manera diferente a lo que les ocurre
a las personas en rezago, tienen
condiciones salariales que en
muchos casos les impiden
dedicarse únicamente a la tarea
educativa o a continuar
capacitándose, o abandonan el
trabajo en búsqueda de mejor
salario, o emigran al extranjero, sin
descontar el hecho de tener que
someterse a vaivenes y caprichos
de grupos políticos. Esta situación
les provoca inestabilidad laboral,
afectación sicológica y alienta la
creación de grupos locales con
intereses políticos ajenos al
problema del rezago educativo.
No queremos dejar de referirnos
concretamente a la manera como se
califican las personas mayores de
50 años que forman parte del grupo
en rezago y que, con base en una
concepción generacional-utilitaria,
se ponga en tela de juicio la
optimización de los recursos
posibles de designar en su atención.
Esta lógica adecuada con las
exigencias del mercado permite
atisbar el razonamiento neoliberal
que priva en los tomadores de
decisiones políticas. El
desconocimiento del sujeto cierra
las posibilidades para imaginar
opciones y construir políticas
adecuadas para estas personas y
naturaliza la imagen social de
personas en desecho, antes que
fuente de conocimiento invaluable.
Desde nuestro punto de vista,
atender el problema del rezago
educativo en Michoacán no puede
entenderse como una cuestión
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electoral, ni tampoco delimitada por
tiempos políticos ya que su carácter
histórico estructural exige una
dedicación que rebase las
necesidades temporales de corto
plazo. La permanencia del problema
es un indicador de lo inapropiado de
tomar medidas urgentes que
ofrecen resultados mágicos en el
corto plazo, y exige de las
autoridades un razonamiento que se
eleve por encima de modelos
establecidos y de opciones
electorales para emprender
programas de largo plazo que
atiendan la integralidad del
fenómeno.
La Economía de la solidaridad
Manuel Antonio Jiménez Castillo5
5 Licenciado en Ciencias Económicas, Master en Desarrollo Económico Y Doctorando En Economía Regional. Universidad de Sevilla España.
La economía de la solidaridad llamada
en algunos círculos economía social,
ha experimentado un protagonismo
excepcional en respuesta a la crisis
injustamente calificada como financiera
(lo es únicamente en su origen y
compartida en su desarrollo y difusión)
que está asolando la economía mundial
en los últimos años.
Si bien en el caso particular de España
(aunque no exclusivamente) este tipo
de economía ha emergido con fuerza,
me veo obligado a realizar un escueto
ejercicio de reflexión a propósito de
indagar cómo se está afrontando este
campo de estudio que se extiende más
allá de la frontera de lo estrictamente
económico.
Primeramente, esta visión “más
humana” de la economía ha pretendido
recuperar el carácter ético-normativo
de una rama de conocimiento que se
creyó erróneamente liberada de
apriorismos cuando realizó la división
entre lo que las cosas son y lo que
deben ser. Los juicios normativos son
una característica intrínseca a todo
acto de conocimiento que como “acto”
en sí, implica acción y por consiguiente
posicionamiento ideológico. Decir que
la economía no responde a ninguna
posición moral, no deja de ser una
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posición ética tan “moral” como que la
economía debería encargarse de
alimentar a los pobres. Por tanto, la
cuestión no radica en moralizar la
economía que siempre lo fue sino en
hacerlo hacia ciertos valores éticos que
consideremos como válidos.
Desde las posiciones de los
economistas clásicos con Smith a la
cabeza, se reclama el natural y por
consiguiente libre funcionamiento de la
economía a través de la famosa mano
“invisible”. El hecho que sea un
movimiento natural (que ya de por sí
sería hartamente discutible) no implica
que por ello sea deseable. No existe
cosa más natural que la muerte y no
por ello se considera como algo
deseado/deseable.
Protestas en Atenas julio 2011.
Por otra parte, y aunque resulte baladí,
la economía llamada solidaria o social,
no aclara en principio absolutamente
nada, y más allá de esto, puede
considerarse retórica y/o redundante.
La economía siempre es social, ya que
ésta expresa no más que la
interrelación que se establecen entre
sujetos económicos dentro de una
organización y solidaria que no sería
más que un adjetivo correspondiente a
una consecuencia de acción. De
hecho, en muchos casos ésta es
excesivamente solidaria con algunos.
La cuestión por tanto no radica en que
la economía sea solidaria sino más
bien hacia quien o quienes va dirigida
esa supuesta solidaridad.
Un elemento que reclama un papel
fundamental en este tipo de actividad
es el de la llamada concienciación
ciudadana. Se suele decir que para
alcanzar una economía con rostro
humano se requieren de personas
libres e instruidas con sensibilidad que
sean capaces de defender causas
justas y tengan comportamientos
éticamente aceptables. Sin embargo,
este tipo de argumentaciones suelen
mezclar conceptos que no tienen por
qué mantener una causación lineal. Es
verdad, que una persona analfabeta
gobernada bajo un régimen sin
libertades políticas no tiene posibilidad
de alcanzar por sí misma cotas de
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bienestar. No obstante, el hecho
contrario, es decir, que sea instruida y
libre no supone que lo haga. La
concienciación es una condición
necesaria pero no suficiente para
actuar. Cambiar supone la conciencia
de poder, y el hecho de querer.
El comienzo hacia una economía bien
llamada solidaria no debe partir
implantando aquellos valores sociales y
humanos que la caracterizan sino
cuestionando primeramente aquellos
otros que salvaguardan los principios
de la economía tradicional basada en la
ganancia como categoría suprema y
universal.
Las variables que definen a la
economía como solidaria han sido y
siguen siendo la igualdad económica,
el empleo, la conservación del medio
ambiente, la cooperación sobre la
competencia y el carácter no lucrativo
de sus iniciativas. Estas ideas fundadas
desde la buena predisposición, podrían
caer en sacos rotos o peor aún, ser
ferozmente tragadas por la máquina
devoradora de la sociedad de mercado-
consumista y ser convertidas en una
marca, en una insignia “chip” de la
llamada sociedad del espectáculo. Para
evitar que la economía solidaria se
convierta en un eslogan más del
capitalismo funerario al que hace
mención Verdú, se requiere un ejercicio
responsable, consciente de sus
limitaciones pero sobre todo, de sus
posibilidades y contradicciones con la
manera actual de hacer economía.
En este sentido, no pretendo hacer un
ejercicio de deslegitimación de la
economía solidaria/social, sino
desprenderla de todas inexactitudes e
incoherencias que la puedan pervertir
de ser un posible elemento mitigador
de los desenfrenos e injusticias que
vacila la economía presente.
No obstante, el verdadero origen de la
economía solidaria ya lo adelantaba el
ilustre poeta Antonio Machado cuando
afirmaba; “es de necios confundir valor
con precio” y progreso con felicidad.
Una vez más asesinan a la palabra
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Luis Fernando Valero6
No es casualidad que en (Jn.1:1-3)
se nos diga que el principio fue el
verbo, es decir la palabra y que fue
a través de ella que todo se creara.
No es casualidad también que cada
vez que aquellos que por la palabra
liberan, otros, los de siempre,
intenten acallarla, son tantos en la
historia de la humanidad que es
imposible señalarlos.
¿A quién molestaba que Jesús que
dijera que la palabra hacia libre a
las personas?, a aquellos que se
creían los únicos autorizados a
interpretar la palabra, y por eso lo
asesinaron.
Hoy de nuevo aquellos, que en
absoluto pueden permitir que la
palabra libere, vuelven a asesinar a
los que cantan la palabra, Facundo
6 Colabora en diversos periódicos y revistas como El Faro, El mirón, Plumilla Educativa y otros medios de expresión de Tarragona en España.
Cabral, Víctor Jara, Federico García
Lorca.
En El Salvador, Monseñor Romero,
que era la voz de los que no tenían
voz , también le dieron un certero
disparo en el corazón, el que
impulsa la sangre para decir la
palabra, como señalé en su
momento en mi novela-relato de
aquel crimen: “Monseñor: la voz”
Una vez más Iberoamérica se tiñe
de dolor y de sangre al ver que un
poeta cantor cae abatido cuando
cantaba su palabra diciendo:
“No soy de aquí, ni soy de allá
no tengo edad, ni porvenir
y ser feliz es mi color
de identidad”
Y se lo decía a personas que dentro
de un poco más de un mes de
nuevo deberán demostrar que
quieren y desean ser libres, pero no,
siempre hay quien sabiendo el
poder de la palabra, asesina a
quien la canta o se la dice al
pueblo, y en este caso ha sido
Facundo Cabral, como antes fue
Víctor Jara y tantos otros.
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Ya están saliendo quienes
torticeramente no desean que se
sepa la verdad y la fuerza de la
palabra y por ello comienzan a decir
que parece ser que no era, al cantor
de la palabra a quien se quería
asesinar, sino era otro, no se
deseaba matar al poeta inocente y
libre, que el destino de las balas
eran para otro, pero el pueblo
iberoamericano y en especial el
guatemalteco sabe bien que el
destinatario era Facundo, por ser
poeta y cantor de la palabra, igual
que lo era Víctor .
Facundo lo han matado no por que
cantara sólo:
“No soy de aquí, ni soy de allá
no tengo edad, ni porvenir
y ser feliz es mi color
de identidad “
La cuestión es que también cantaba
“Yo no sé quien va más lejos
la montaña o el cangrejo
pobrecito mi patrón piensa que el
pobre soy yo
Quien sabe si el apoyarse
es mejor que deslizarse
pobrecito mi patrón piensa que el
pobre soy yo
Mas que el oro es la pobreza
lo más caro en la existencia
pobrecito mi patrón piensa que el
pobre soy yo
Solamente lo barato
se compra con el dinero
pobrecito mi patrón piensa que el
pobre soy yo
Que me importa ganar diez
si se contar hasta seis
pobrecito mi patrón piensa que el
pobre soy yo”.
Y también
“Caracol milenario que camina los
sueños
color de otras esferas que enamora
el silencio
esencia de los mares que crece la
montaña
el pan de los pastores la luz de la
cigarra.
La más hermosa brisa por la que
vuelve el viento
la eternidad grandiosa que vive en
un momento
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la pasión más divina que libera el
Quijote
la razón del invierno que seduce al
coyote.
Si yo pudiera ser, solo por una vez
lo que tú crees que soy, lo que tú
crees que soy”
Al igual que a Monseñor Romero no
le mataron por decir “Dios es
nuestro salvador” sino que también
dijo:
“Yo quisiera hacer un llamamiento
de manera especial a los hombres
del ejército y en concreto a las
bases de la Guardia Nacional, de la
policía, de los cuarteles: hermanos,
son de nuestro mismo pueblo,
matan a sus mismos hermanos
campesinos y ante una orden de
matar que da; un hombre debe
prevalecer la ley de Dios que dice
"No matar". Ningún soldado está;
obligado a obedecer una orden
contra la ley de Dios. Una ley
inmoral, nadie tiene que cumplirla.
Ya es tiempo de que recuperen su
conciencia y que obedezcan antes a
su conciencia que a la orden del
pecado.”
“No sólo muere un hombre, también asesinan la palabra”.