Download - ¿Por qué estudiar Latín?

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  • PARA QU SIRVE EL LATN?

    Se puede comenzar a formular un proyecto didctico, en el caso en que se tenga bien clara delante de uno la meta a la que se quiere llegar al trmino del proceso. Esta meta est condicionada naturalmente por la cuestin fundamental relativa a la utilidad de la disciplina cuyo estudio se emprende, o, mejor an, a por qu se debe estudiar una determinada materia. En el caso del latn se ha abierto una vexata quaestio que ha visto poner sobre la mesa las justificaciones ms inverosmiles. Ya antes hemos analizado algunas; otras tritae opiniones son aquellas que quieren que el latn sea un ejercicio de lgica, una gimnasia mental, que mejora la comprensin del propio idioma, de la gramtica, facilita el aprendizaje de las lenguas romances, surte de conocimientos histricos, contribuye a la adquisicin de mtodos y principios, es imprescindible para leer los tesoros de la literatura latina clsica, que es la base de nuestra civilizacin.Todos, unos ms, otros menos, resultan motivos ms bien vlidos, aunque ninguno por s solo puede constituir la razn de la persistencia de una enseanza que en los institutos italianos ocupa unas 4 o 5 horas semanales de clase.

    Raramente, y jams desde las sedes institucionales, se escucha formular la que resulta la explicacin ms obvia: al latn se le ha reservado un puesto entre las materias estudiadas en nuestros institutos, no slo por la prestancia de su literatura clsica: subrayaba Mandruzzato oportunamente cmo hay que envidiar a los griegos modernos e incluso, en otro sentido, a los judos y a los indios, cuyas lenguas madre son ms generosas en dones. Sneca no es Platn, Horacio no es Pndaro, Virgilio no es Homero (). Pero el latn va ms all; su imperio poltico ha creado tambin un imperio cultural muy superior al griego; durante un milenio y medio el latn ha sido, de las dos, la primera de las lenguas de la cultura y por suerte se pueden leer pensadores y cientficos de los siglos ms recientes en un latn universal que resulta para nosotros sin comparacin ms accesible que para un finlands o un alemn17. Este es el verdadero motivo: quien no conoce el latn queda excluido de casi toda la transmisin cultural europea en el curso de los siglos en todos los campos, desde el derecho a la filosofa, de la medicina a la fsica, de las ciencias naturales a la teologa. De la mayor parte de las obras escritas en un latn vivo en cuanto a lxico y fraseologa, muerto, es decir fijado para siempre en las formas gramaticales de la tradicin clsica, en cuanto a morfosintaxis18, no existe traduccin alguna; y quien ignora la lengua universal que, precisamente en sus estructuras inmutables, daba garanta de eternidad y permita la institucin de una respublica litteraria en la que se poda dialogar al menos por escrito sincrnica y diacrnicamente rompiendo los estrechos diques del propio tiempo y los apretados confines de la propia nacin19; quien ignora esa lengua, decamos, est condenado a no conocer jams las races profundas de cualquier campo de que se ocupe.

    Por otro lado, en el caso de que existieran incluso versiones en lenguas modernas de la inmensa produccin medio y neolatina, quien se acercara a ella a travs de las traducciones, me parecera semejante a aquel que, no disponiendo de la llave de un cofre que encerrase tesoros valiosos, se conformara con ver su contenido en fotografa; as como los partidarios, incluso a nivel ministerial, del estudio de la literatura latina y griega en traducciones no consiguen que no me acuerde del personaje de una famosa cancioncilla napolitana de Libero Bovio, el cual, no teniendo dinero suficiente, sostena que iba todos los das al famoso restaurante Giuseppone a Mare, no para comer, sino para respirar sus aromas. Luigi Miraglia, Texto entresacado de CMO (NO) SE ENSEA EL LATNPublicado en Micromega 5* (1996) (Traduccin del italiano por el prof. Jos Hernndez Vizuete.)