2. Centro Suprate ADOC Asignatura:Computacin
Contenido:CuentosEstudiante:Jessica Abigail Estrada Chvez
Docente:Prof. Ricardo Fonseca Ao:1 B 2013
3. Al terminar la clase, ese da de verano, mientras el maestro
organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acerc uno
de sus alumnos y en forma desafiante le dijo: "Profesor, lo que ms
me alegra de haber terminado sus clases es que no tendr que
escuchar ms sus tonteras y podr descansar de verle esa cara
aburrida"
4. El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera
de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado. El profesor
mir al alumno por un instante y en forma muy tranquila le
pregunt:
5. "Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?"
El alumno qued desconcertado por la calidez de la sorpresiva
pregunta."Por supuesto que no!", contest de nuevo en tono
despectivo el muchacho. "Bueno", prosigui el profesor. "Cuando
alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me est
ofreciendo algo, en este caso una emocin de rabia y rencor, que
puedo decidir no aceptar."
6. "No entiendo a qu se refiere", dijo el alumno confundido.
"Muy sencillo", replic el profesor. "T me ests ofreciendo rabia y
desprecio, y, si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estar
aceptando tu regalo. Y yo, mi amigo, en verdad prefiero obsequiarme
mi propia serenidad." "Muchacho", concluy el profesor en tono
gentil, "tu rabia pasar, pero no trates de dejarla conmigo, porque
no me interesa. Yo no puedo controlar lo que t llevas en tu corazn,
pero de m s depende lo que yo cargo en el mo."
7. Huellas en la arena
8. Una noche un hombre tena un sueo. l soaba que recorra la
playa con el SEOR. A travs del cielo pasaban las escenas de su
vida. Para cada escena, l not que se marcaban Dos pares de huellas
en la arena; Un par le pertenecan a el, y el otro par pertenecan al
SEOR.
9. A medida que las escenas pasadas de su vida Desfilaban ante
l, Volteaba la mirada hacia las huellas en la arena, Y noto que
muchas veces, A lo largo del recorrido por la playa, En la arena
solo vea un par de huellas, Tambin not que esto ocurra en los
momentos Ms amargos y tristes de su vida.
10. Esto realmente lo desconcert y pregunto al SEOR:SEOR, T
dijiste una vez, cuando decid seguirte, que recorreras a mi lado el
camino de la vida, Pero he notado que durante las pocas ms amargas
de mi vida, Hay solamente un par de huellas. No entiendo?! Por qu
cuando ms te necesit, me dejaste solo?
11. El SEOR contest hijo mo, te amo y nunca te deje solo
Durante las pocas de amargura y sufrimiento que viviste, Cuando ves
solamente un par de huellas, No caminabas solo,Era yo que te
llevaba en mis brazos.
12. Te compro una hora
13. "Pap, cunto dinero ganas por hora?" "Por qu lo preguntas?,
dijo un tanto molesto. "Slo quiero saberlo. Por favor dime cunto
ganas por hora", suplic el pequeo. "Si quieres saberlo, gano 20
dlares por hora".
14. "Oh", repuso el pequeo inclinando la cabeza. Luego dijo:
"Pap, me puedes prestar 10 dlares, por favor?". El padre estaba
furioso. "Si la razn por la que queras saber cunto gano es slo para
pedirme que te compre un juguete o cualquier otra tontera, entonces
vete ahora mismo a tu habitacin y acustate. Piensa por qu ests
siendo tan egosta. Trabajo mucho, muchas horas cada da y no tengo
tiempo para estos juegos infantiles".
15. El pequeo se fue en silencio a su habitacin y cerr la
puerta. El hombre se sent y empez a darle vueltas al interrogatorio
del nio. "Cmo puede preguntar eso slo para conseguir algo de
dinero!". Despus de un rato, el hombre se calm y empez a pensar que
haba sido un poco duro con su hijo. Quizs haba algo que realmente
necesitaba comprar con esos 10 dlares y, de hecho, no le peda
dinero a menudo. Fue a la puerta de la habitacin del nio y la
abri.
16. "Ests dormido, hijo?", pregunt. "No, pap. Estoy despierto"
respondi el nio. "He estado pensando, y quiz he sido demasiado duro
contigo antes. Ha sido un da muy largo y lo he pagado contigo. Aqu
tienes los 10 dlares que me has pedido".
17. El nio se sent sonriente: "Oh, gracias, pap!", exclam.
Entonces, rebuscando bajo su almohada, sac algunos billetes
arrugados ms. El pequeo cont despacio su dinero y entonces mir al
hombre, el cual, viendo que el nio ya tena dinero, empezaba a
enfadarse de nuevo. "Por qu necesitabas dinero y ya tenas?",
refunfu el padre.
18. "Porque todava no tena bastante, pero ahora s tengo. Pap,
ahora tengo 20 dlares..., puedo comprar una hora de tu
tiempo?".