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LA QUIEBRA DE ADELAG
Una de los procesos de quiebra de mayor envergadura en
Panamá es sin duda, la Quiebra de ADELAG, cuyos propietarios
son Aquilino y Carlos de la Guardia.
ADELAG era un grupo comercial que abarcaba varias empresas:
Almacén El Triángulo, Almacén El Eléctrico, Tecnoautos (una
agencia de los autos HYUNDAI) y Financiera El Roble.
El grupo ADELAG capitalizó dinero de varios bancos,
inversionistas, y otras entidades que posteriormente se vieron
afectado guando se declaró la quiebra.
Los propietarios del Grupo ADELAG, los hermanos de la Guardia,
han culpado a los bancos acreedores, en especial al Banco
Santander Central Hispano que secuestró las cuentas bancarias,
el Banco General que secuestró el comercio total de la empresa,
el Banco Internacional de Panamá (BIPAN) que sustrajo las
computadoras que mantenían en arrendamiento financiero. En
declaraciones al periódico La Prensa, Carlos y Aquilino de la
Guardia señalan que en los últimos seis meses un comité de
bancos se encargó de las finanzas de la empresa y la desvalijaron
con el único interés de acabar con los bines del Grupo ADELAG.
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ANTECEDENTES
El proceso de quiebra empezó en el 2001, como consecuencia del
Grupo ADELAG, la cual dejó pérdidas millonarias a los bancos, y
proveedores.
A mediados del año 2001, los hermanos de la Guardia habían
sido acusados de salir huyendo del país para no hacerle frente ni
a la justicia ni a los bancos. Eso era falso. Ellos habían ido a
Corea para negociar con la Hyundai para que la franquicia de los
autos en Panamá, fuera traspasada a PETROAUTOS. Esta
empresa es de propiedad del chiricano Iván Jurado Tribaldos,
quien es a su vez el suegro de Carlos de la Guardia.
A los bancos no les gustaba esos viajes a oriente y andaban
cuidando el capital de la empresa iba a salir fraudulentamente.
Los bancos consideran que invertir en carros no es barato y se
requieren muchos millones.
Aunque parezca una maniobra extraña, ha sido la mejor decisión
de los hermanos de la Guardia para dejar a sus empleados
desempleados y a sus clientes sin respaldo de repuestos, además
era una maniobra limpia para que se salvara la empresa
principal.
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Cuando se declara la quiebra se nombra a Narciso Arellano como
curador. Los reclamos de créditos al Grupo ADELAG alcanzan
una cifra que supera los 30 millones de dólares, $30,172,116.30
para ser específico y el curador Narciso Arellano solo pudo
recuperar cerca de $377,000 dólares.
El propio curador confesó que es difícil poder recuperar la
totalidad de los créditos, sin embargo tenía el firme propósito
que la quiebra quedara en el aire y su misión era que los
acreedores pudieran cobrar por lo menos una parte de lo que se
les adeuda.
Narciso Arellano está tras la pista de los activos del Grupo
ADELAG para incorporarlos a la masa de activos y confía que
durante el proceso pueda recuperar una cantidad mayor. Sin
embargo, esto no es tarea fácil porque durante los primeros seis
meses no pudo localizar todos los activos y pasivos del grupo.
Arellano además se queja que Aquilino de la Guardia como
representante legal de ADELAG no compareció a declarar y
nadie sabe qué pasó con los libros contables. Es de esperar esta
actitud puesto que nadie va a entregar al curador los activos
para que sean distribuido entre los hambrientos acreedores
quienes actúan como depredadores que se aprovechan de la
debilidad del quebrado.
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La quiebra de ADELAG se declara el 17 de agosto del 2001 y se
les había dicho a los hermanos de la Guardia que no se
ausentaran del domicilio, sin embargo, para esa fecha ellos
estaban fuera de Panamá.
Los acreedores son conscientes de que será difícil recuperar el
dinero perdido, pero aspiran a que se declare una quiebra
fraudulenta, lo que va a trasladar el proceso a la esfera penal.
Las consecuencias podrían llegar hasta la privación de la libertad
de los que resultasen responsables, según las normas del Código
de Comercio y el Código Penal.
Una vez declarada la quiebra, cayó sobre el Grupo ADELAG
varios reclamos y se estableció entonces una Junta de
Acreedores, la cual se puso a examinar cada uno de los reclamos.
Un mes después, Noviembre 2001, tuvo que hacerse una reunión
especial para analizar otro crédito que provenía del extranjero,
específicamente del recién cerrado Hamilton Bank de Miami,
donde Manuel Cohen Salerno era accionista y hoy Manuel Cohen
es Diputado y se ampara bajo el manto de impunidad que le
ofrece la Asamblea Legislativa de Panamá.
Ocho años pasaron desde que se declaró la quiebra del Grupo
ADELAG y que según la Comisión Nacional del Valores CNV se
declaró quiebra fraudulenta. Desde entonces, los representantes
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enfrentaron un proceso civil y finalmente llegaron a un acuerdo
con sus acreedores.
Pese al acuerdo, como se declaró que la quiebra era fraudulenta,
a los representantes del Grupo ADELAG se vieron inmersos en
dos procesos penales, uno en el Juzgado 13° Penal y otro en el
Juzgado 15° Penal.
Según la Comisión Nacional de Valores, su parte en el caso ya
terminó y ahora queda en manos de la justicia el futuro de los
representantes del Grupo ADELAG.
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PROCESO PENAL
Un proyecto de sentencia puesto a circular por el magistrado
Aníbal Salas se declara la prescripción de la acción penal
seguido a los hermanos Aquilino y Carlos de la Guardia Romero
por la quiebra del Grupo ADELAG en el año 2001.
El magistrado Harry Díaz rechazó el proyecto exculpatorio de
Salas y en su lugar, Díaz favorecería confirmar la decisión de
culpabilidad de la primera instancia, aumentando la condena de
los delitos de falsificación y estafa de 4 años (en primera
instancia) a 66 meses de cárcel luego de culminado el proceso en
segunda instancia y que perdieran los hermanos de la Guardia.
Finalmente en Enero del 2009, Aquilino y Carlos de la Guardia
Romero, directivos del quebrado Grupo ADELAG, fueron
condenados por el Juzgado Decimotercero, ramo penal, a cuatro
años de prisión bajo los cargos de falsedad y estafa, cuya
investigación fue solicitada por la Comisión Nacional de Valores.
En su fallo, la jueza Waleska Hormechea también condenó a los
hermanos dela Guardia al pago de 125 días multa a razón de
$200 diarios, lo que hacía un total de $25,000 cada uno.
Según fuentes conocedoras de los antecedentes familiares,
aseguran que los hermanos de la Guardia hacen una recusación
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en segunda instancia la que está fundamentada en la causal de
enemistad entre el magistrado Harry Díaz porque tuvo una
discusión con uno de los hijos de Aquilino de la Guardia. Según
la defensa de los de la Guardia, producto de esos incidentes el
magistrado Díaz debió solicitar que se le declarara impedido de
entrar a conocer del caso.
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ALEGATOS DE ADELAG
Según Carlos de la Guardia, los bancos acreedores presionaron a
la junta directiva del Grupo ADELAG a tomar decisiones
incorrectas. Además Carlos considera que las sucesivas
peticiones de secuestro de la empresa por parte del Banco
Central Hispano, que tan sólo tiene un 2% de la deuda todal,
provocaron que siete meses después el resto de los bancos
acreedores pidieran la quiebra del grupo empresarial.
A pesar de todo, los hermanos de la Guardia reconocen que la
empresa se manejó con perspectivas de crecimiento que no
ajustaban a la contracción económica que vivía Panamá en el
2000. Los bancos cobraron del Grupo ADELAG mas de 70
millones de dólares, producto de la venta de las propiedades del
grupo empresarial.
ALEGATOS DE LOS ACREEDORES
Uno de los miembros del comité bancario que buscaba una
alternativa para renegociar la deuda de ADELAG, afirma que los
bancos afectados nunca tomaron control administrativo de las
empresas de ADELAG, y que durante el proceso sólo pudieron
quedarse con los bienes de la financiera.
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