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Redes de innovación en PyMES; la configuración del espacio de fijos, flujos y redes
frente a las cadenas globales de valor
Dra. Celia Hernández Diego1
Dr. Manuel Lara Caballero2
Dr. Felipe de Jesús Moreno Galván3
Palabras clave: redes de innovación; PyMES; espacio de fijos, flujos y redes; cadenas globales de
valor
Resumen
El objetivo de este trabajo es analizar el espacio de fijos, flujos y redes que configuran las
redes de innovación (RI) de algunas empresas ubicadas en la Zona Metropolitana de la
Ciudad de México (ZMCM) frente a los desafíos de las cadenas globales de valor. Este
propósito surgió del interés por saber ¿Qué tipos de espacios se reconocen en las redes de
innovación y cómo se articulan para constituir entramados empresariales de primer orden y
responder a los desafíos de las cadenas globales de valor? Para responder a esta idea, el
trabajo se divide en tres partes. En la primera, se aborda la idea de redes de innovación y sus
modalidades espaciales dadas a partir del espacio de fijos, flujos y redes. En un segundo
momento se hace un análisis exploratorio de algunas empresas innovadoras para estudiar el
espacio de las redes de innovación que las define. La reflexión final de este trabajo gira en
torno a reconocer cuáles son los elementos que reconstruyen, potencian y articulan la
generación de redes de innovación en las pequeñas y medianas empresas (PyMES) frente a
los desafíos actuales de las cadenas globales de valor.
Introducción
Un primer paso para abordar la problemática de la innovación, se da al tratar de estudiar las
figuras analíticas que definen su entramado básico, y después, entenderlas como un conjunto
animado que amplía su campo de acción y que se inscribe en ámbitos espaciales
heterogéneos. Esta disección permite entender conexiones y conectividades dando pie a
ciertas configuraciones relacionales denominadas como redes de innovación (RI), cuyos
apoyos o pilares básicos contienen una simbiosis entre humanos, tecnología, incentivos para
generar valor agregado y esquemas de éxito para introducirse en una dinámica de
competitividad. Esto implica que el proceso innovador se potencia a partir de activos
intangibles como acervos de conocimientos e ideas que se unen a las habilidades técnicas y
de comercialización, recursos económicos y dispositivos materiales. Frente a este panorama,
la idea de red ha tenido una proyección en el espacio sociotécnico que le ha valido su
reconocimiento en la metamorfosis económica y territorial actual. Asimismo, en la red se
1Asesora externa de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Lerma. México. Correo electrónico:
[email protected]. 2 Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Lerma. División de Ciencias Sociales y
Humanidades. México. Correo electrónico: [email protected]. 3Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. División de Ciencias y Artes para
el Diseño. México. Correo electrónico: [email protected].
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logran identificar diferentes fuerzas configuradoras de un espacio en permanente cambio. Es
evidente que estas mutaciones se han dado históricamente en una conjugación de factores,
pero hoy, existe un pequeño diferencial cargado hacia los cambios sociotécnicos,
territoriales e informacionales y de comunicación. Es en este marco, en el que la circulación,
el intercambio y la interacción son factores constitutivos de las configuraciones
sociotécnicas que se tienen de frente. Ante esta vorágine, emergen las redes de innovación
como un dispositivo conceptual que es capaz de delimitar los mecanismos, articulaciones y
configuraciones dados entre los actores e intermediarios que participan en el proceso
innovador.
El objetivo principal de este trabajo es analizar el espacio de fijos, flujos y redes que
configuran las redes de innovación (RI) de algunas empresas ubicadas en la Zona
Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) frente a los desafíos de las cadenas
globales de valor. Este propósito surgió del interés por saber ¿Qué tipos de espacios se
reconocen en las redes de innovación y cómo se articulan para constituir entramados
empresariales de primer orden y responder a los desafíos de las cadenas globales de valor?
Para responder a esta idea, el trabajo se divide en tres partes. En la primera, se aborda la idea
de redes de innovación y sus modalidades espaciales dadas a partir del espacio de fijos,
flujos y redes. En un segundo momento se hace un análisis exploratorio de algunas empresas
innovadoras para estudiar el espacio de las redes de innovación que las define. La reflexión
final de este trabajo gira en torno a reconocer cuáles son los elementos que reconstruyen,
potencian y articulan la generación de redes de innovación en las pequeñas y medianas
empresas (PyMES) frente a los desafíos actuales de las cadenas globales de valor.
Definiciones y atribuciones de las Redes de Innovación (RI)
Históricamente, la creación de ideas, productos o servicios ha trascendido sus propios
márgenes de origen, dando lugar a procesos de internacionalización, mundialización,
globalización, transnacionalización, multinacionalización, entre otros calificativos. Estos
conceptos han venido describiendo la dinámica difusa de la economía que ha transitado por
estados de trueque, intercambios, comercialización, expansión de capitales, organización
productiva, evolución de los cambios tecnológicos y fricción del espacio. Los acomodos que
han surgido de estos sucesos dan cuenta de estructuras funcional y materialmente
organizadas alrededor del mundo. Sólo el paso de la producción en masa a la producción
flexible, logró revalorar el concepto de descentralización (Ruíz, 2004:15). A partir de este
momento, el análisis del espacio económico de las empresas se convirtió en el componente
básico para entender la dinámica capitalista. De este modo, surge una revaloración, no sólo
de las capacidades internas de la empresa sino del potencial de los activos de innovación
locales, nacionales y regionales y la capacidad para tejer entramados competitivos a nivel
global. En la apreciación más contemporánea de los diferentes estadios del cambio
tecnológico surgen propuestas formales para su análisis (Porter, 1990; Krugman, 1992;
Feldman y Florida, 1994; Feldman, 1994; Baptista, 1998).
El interés por dar seguimiento al proceso productivo de las empresas dio como resultado la
propuesta metodológica de McKinsey sobre “sistema de negocios” que señala que “todos los
negocios son una cadena de actividades que van desde las entradas-compras hasta el servicio
posventa” (Manso, 2003:55). En este mismo tenor, Michael Porter en 1980 habla sobre
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estrategia competitva (Competitive Estrategy. Techniques for analyzing industries and
competitors) que trata sobre las estrategias genéricas para posicionar a una empresa. Luego,
en 1985, el mismo Porter propone una nueva herramienta conceptual denominada cadena de
valor (Porter, 1985) como referente para “orientar las actividades de la empresa hacia el
mejoramiento de su posición competitiva” (Hax y Majluf, 1997:48). Estos conceptos
estuvieron entre los primeros referentes que exploraron las argumentaciones para que una
empresa o economía alcance mejores estrategias y resultados. Sin embargo, el
comportamiento de las empresas en su visión de negocios ha seguido estimulando la
elaboración de dispositivos, herramientas y modelos de análisis. Es en este contexto donde
el espacio, innovación y conectividad, son factores de análisis elementales para entender los
arreglos y ajustes de cualquier unidad empresarial o territorial. Este reconocimiento permitió
que se hablara sobre competitividad territorial (Alba, Bizberg y Rivière, 1998), cadenas de
valor local (Dalmau y Hernás), cadena de valor global (Galindo, 2008:80), sistema de
intangibles empresariales de regiones (Dalmau y Hervás, 2005:181) y sistemas
internacionales de producción integrada (Vargas, 2006:172), entre otros conceptos. El
crecimiento exponencial de estas ideas se debe a que en el mundo contemporáneo, las
configuraciones relacionales son moldeadas por una geografía de frecuencias, intensidades,
rapideces y conectividades. Es decir, más que una geografía de lo local, regional, nacional o
mundial habría que entender los procesos que logran constituirlos como uno u otro espacio.
En tal caso, una de las propuestas es subrayar el hecho que las configuraciones relacionales
tienen ciertas cualidades que las distinguen como acciones, actividades y procesos
imbricados y no como meras acumulaciones o conglomerados de situaciones, elementos o
agentes. De manera ineludible, una configuración relacional se construye por operaciones
reticulares constitutivas de espacialidad y temporalidad abiertas al intercambio de datos,
información y conocimiento. Las tramas que se forman tienen diferentes gradientes de
apropiación, pertenencia, experiencia y significación.
A los eventos anteriores se ha sumado la presencia de los cambios tecnológicos en su
gradiente más alta: la innovación. Esta idea ha estado ubicada en las argumentaciones
seductoras de políticos, académicos, empresarios y tomadores de decisiones. La innovación
como referente de análisis no sorprende, pues su interés ha alcanzado horizontes lejanos y ha
bombardeado diferentes campos de acción, de discurso y de análisis. Pero, en las
condiciones vigentes de cambio mundial, los procesos para generar innovación adquieren
otros rasgos distintivos. La innovación requiere de configuraciones relacionales entre
diferentes actores, plataformas de comunicación vanguardistas, estrategias corporativas y
sobre todo, de una vinculación entre los incentivos gubernamentales y los propios intereses
de quienes hacen y promueven la innovación. Es evidente que esta condición obliga a
generar entramados que se definen temporal y espacialmente de manera particular. De este
modo, aparece un nuevo referente denominado: redes de innovación (RI), que serán únicas
en cada caso, pero con algunos elementos comunes.
Una de las primeras alusiones a las RI aparece a finales de la década de los noventa como un
referente de espacios posicionados en una red de vínculos tecnológicos y empresariales
(Castells, [1996] 2005:83). Luego, las RI fueron reconocidas como estrategias que
caracterizan a los grandes capitales a nivel mundial (Unholt y Goddman, 1995) y como
lógicas que responden a una demanda socioeconómica (Larédo y Mustar, 2001: 473).
También hay citas que hablan sobre “mecanismos novedosos de articulación de oferta y
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demanda tecnológica” (Palomino, 2002:24) que dan pie a programas o proyectos
productivos (IICA, 2002:10) o modelos de vinculación (Alba y Rózga, 2009: 55). Estas
ideas poseen un rasgo compartido: las vicisitudes de la experiencia de la innovación en la
escenificación de distintas configuraciones relacionales. De manera particular, las RI
conforman una referencia de análisis con la cual no se intenta tipificar anticipadamente un
fenómeno sociotécnico, por el contrario, se trata primero de entender los marcos de
referencia e interacción y luego sí, denominarlos según su escala, espacio, dimensión,
configuración y acomodo. Este planteamiento desemboca en una comprensión más detallada
de la dinámica, funcionalidad y transformación de los sistemas, estructuras y espacios
innovadores; cuyos referentes se desplazan entre lo local, regional, nacional o mundial. Las
unidades que se aprecian en este vaivén pueden gozar de cierta homogeneidad que las
distingue como configuraciones político-administrativas o marcos geográficos formalmente
definidos. Aunque también está la opción de toparse con la pluralidad de interacciones que
llegan a concretarse como espacios dinámicos dotados de elementos cualitativos que no se
ajustan a los esquemas normativos o de análisis vigentes. De ahí que los ejercicios
discursivos alrededor de la temática de innovación se pausen ante el reto de aprehender los
elementos que impulsan o deprimen un espacio, así como aquellos factores que los unen
estratégicamente. Después de esto, entonces sí, podrían traducirse aquellos mecanismos que
hacen que un territorio sea o no innovador y evidenciar si hay o no, RI.
Las RI no sólo ocurren como un proceso interno de las empresas, sino como un armazón que
trasciende fronteras geográficas. El referente espacial de esta idea ha cambiado
notoriamente, pues el espacio que ocupa es altamente difuso, con esquemas ilativos entre
ámbitos de distinta latitud y naturaleza. Por lo tanto, lo dual, central, marginal, periférico o
polarizado sufren ciertos resquebrajos frente al espacio que sobrellevan las interacciones
actuales que notoriamente se articulan sobre fijos, flujos y redes. Este escenario cambia
intempestivamente de forma profusa y emerge con nuevas lecturas, ya que el mundo de hoy
se acomoda en una catálisis espacial y temporal sin precedentes. En este sentido, se dice que
el territorio no ha sido inmune a los cambios en la conceptualización del tiempo-espacio. De
hecho se ha ido amoldando en correspondencia con las situaciones y contextos específicos.
En particular, las RI dan cuenta del tipo, manera, interacción y acomodos ocurridos en un
ámbito donde se generan procesos que llevan a la innovación. Las RI organizan armazones
complejas de proveedores, empresas, distribuidores, creadores, diseñadores, vendedores,
usuarios, políticos y gobiernos, cuya interacción es apropiada por lectores, analistas e
interesados del tema. Las RI producen estados, procesos y situaciones que a su vez generan
cuestionamientos y respuestas encontradas por sus efectos y dilemas. Este interés logra
revitalizar el análisis –prácticamente inagotable– de entidades, imaginarios y constructos.
Las RI desglosadas en sus partes primarias o completas conllevan a explorar los mecanismos
que activan o inhiben los procesos de cambios tecnológicos, aceptación de discursos y
tecnicismos como lenguaje cotidiano, factores o dispositivos que estimulan la labor y
facultades de técnicos, científicos e inversionistas para engancharse en un ámbito de RI. En
su estado más pragmático las RI crean espacios fértiles de fuerzas y potencias que se
entreveran hasta conformar territorios con atributos, personajes y lecturas disímiles que
enuncian cierta densidad que se cumple como un interés de particulares o como proceso
histórico que define en buena parte la acción humana.
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Las RI devienen fundamentalmente de la acción innovadora del proceso innovador bajo
estados de acción, interacción y relacionamiento, esto es, entrar en relación. Sin embargo,
entrar en relación, es un estado más allá de la simple conexión, significa la posibilidad de
entrelazarse a partir de arreglos, convenios, acuerdos, contratos, bajo situaciones prefijadas o
fortuitas basadas en la conectividad. Esta es una cualidad extensiva de la conexión, pero
adicionalmente, también es una extensión de la selección de vínculos que modelan
finalmente una configuración relacional. La conectividad es un indicador de la existencia del
sentido de unidad en una relación, que se da en diferentes grados dependiendo de la
situación de los actores. La interacción despierta el mecanismo de relacionalidad, hasta
convertirse en conectividad.
La recomposición de las RI tienen una doble implicación: un estado activo y un estado
interactivo. El primero significa estar en conexión y el segundo, entrar en un estado de
conectividad; la diferencia radica en que la conexión involucra un estado de implicación
como mediador, intermediario o participante (se tiene asistencia, pero no presencia activa),
mientras que la conectividad involucra una mayor participación en un ámbito relacional, es
ser una parte en la construcción de esa configuración a partir del vínculo y a partir de la
capacidad para ligarse a otros nodos. La razón de acción de las RI está en su conectividad, si
la conexión no produce movimientos interactivos no se puede generar conectividad, por lo
tanto, no se pueden crear RI. Definitivamente, la diferencia radica en el grado de
involucramiento, cohesividad o pertenencia a una red. Dicho de otro modo “la conectividad
se sustenta en aumentar y eficientar una proximidad funcional” (Fernández, 2005:70).
Las RI construyen modos y exigencias particulares de actuación y adquieren toda su fuerza y
potencia a partir de realidades e imaginarios unificadores y, al mismo tiempo, diseminados
en los sentidos, acciones, formas de intercambio y en dinámicas de mercados que se
renuevan a sí mismas. Las RI se arraigan e integran profundamente, material y
funcionalmente, en la experiencia sociotécnica de la vida cotidiana. También son medios de
acceso para alcanzar mejores estándares de competencia y competitividad; se vuelve,
entonces, un sistema estratégico de mercado. En este contexto, las innovaciones aparecen al
alcance de los usuarios como instrumentos potenciales para generar acción. Esto significa
reconocer que el movimiento es una parte esencial del cambio tecnológico y el pivote
desencadenante de saberes, habilidades y creatividades conjugadas. Las ideas, procesos y
productos son el resultado de este encuentro. Tampoco se puede desconocer que en las
innovaciones se enraízan tres posibilidades consustanciales: la anticipación, la finitud y el
poder de control. La anticipación es esa posibilidad de prever con antelación las necesidades
reales o construibles, es también un insumo y al mismo tiempo el secreto mejor guardado de
los que participan de la innovación. La finitud tiene que ver con que toda innovación nace
con una caducidad implícita de temporalidad acortable o extendible en función de la
aparición o competición de otras innovaciones. El poder es una forma de acción dirigida al
dominio, sometimiento o destrucción de otros competidores o innovadores. Esta triada
genera sus propias dinámicas, entidades, jerarquías y desenlaces constitutivos de la propia
experiencia innovadora.
El punto de partida de una RI son los vínculos entre actores, individuales y colectivos que
interactúan con otros actores, tanto humanos como no humanos. Estas expresiones generan
determinadas configuraciones relacionales que unen lo espacial con lo tecnológico, en
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Espacio/escala
Fijos Flujos RedesTecnología
TIC
Configuraciones relacionales
Innovación
Producto Proceso Organizativa Marketing
ámbitos que se han llegado a denominar como sociotécnicos. La escala de los vínculos posee
una espacialidad difusa o borrosa, pero siempre alcanza un referente de lugar. Éste puede ser
alterado por la introducción de las tecnologías de información y comunicación. Una cuestión
es que al incorporarse éstas a las RI el referente de lugar tangible es perturbado por el lugar
conectable. De igual modo, el tipo de innovación también define el tipo de RI. Finalmente
una cuestión que no puede excluirse de las RI, es la dinámica que genera el mercado, pues
en definitiva ofrece la plataforma básica para su desarrollo y consolidación mediante una
mutación laberíntica de actores, espacios, competencias, capacidades y recursos (Figura 1).
Bajo estas premisas, la RI más sólida será aquella capaz de desplazarse sobre la frontera
tecnológica de un mercado competitivo y socialmente incluyente.
Figura 1. Componentes básicos de las redes de innovación
Fuente: Elaboración propia.
Modalidades espaciales de las RI
En una RI pueden reconocerse diferentes configuraciones relacionales, materiales y
simbólicas, las cuales se condensan en al menos tres tipos de espacios: a) espacio de fijos, b)
espacio de flujos y c) espacio de redes. Todos, de manera conjunta, evidencian formas y
densidades específicas de conectividad que se activan justo cuando hay movimientos o
tendencias dinámicas entre objetos, flujos, intermediarios y actores. Las RI potencializan su
presencia a partir estos espacios, pues en ellos, donde se producen ámbitos relacionales
basados en intercambios, transferencias, colaboración, participación, aprendizaje o trabajo.
A continuación se detallan las características de cada uno de ellos.
Espacio/Territorio
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Espacio de fijos
El espacio de fijos es el medio constituido por elementos fijos4 y dispositivos materiales que
potencian la conectividad como condición dinámica, es decir, como atributo transformador y
en transformación de las configuraciones relacionales. Por tanto, el espacio de fijos
potencialmente puede generar procesos de comunicación, intercambio y confianza entre los
actores que participan de la interacción constitutiva de procesos y actos. Los fijos son
figuras materiales establecidas o insertas en un determinado lugar como estructurantes, es
decir, como elementos con la capacidad potencial de servir en el tránsito y creación de
sentidos, identidades y necesidades.
Los fijos en su manifestación corpórea adquieren la forma de objetos, materias primas,
materiales, equipos, herramientas, maquinaria, infraestructura, edificios, carreteras, centros
de servicio, industrias, universidades, autos, computadoras, máquinas de trabajo, etcétera.
Los fijos no necesariamente son inamovibles, pues de hecho, un fijo puede convertirse en un
flujo cuando responde al universo de los movimientos socioeconómicos. Es decir, una
empresa puede mudar su esqueleto material a otro lugar, un auto puede formar parte de un
torrente tráfico, una computadora puede convertirse en transportadora de altos valores
económicos, etcétera. Todo depende del relieve que tengan los fijos en la articulación de
procesos y acciones. Su significación también proviene de la intervención transformadora
que logran adquirir en la experiencia de conectividad. En este sentido, es posible señalar que
los elementos materiales del espacio de fijos crean su espacialidad a partir de la ubicación,
posición relativa, localización estratégica, orden, ventajas comparativas y competitivas,
distribución y coordinación de sus elementos.
Espacio de flujos
Por otro lado, también está el espacio de flujos, que es el ámbito de circulación de
conocimientos, información, datos, códigos, ideas, mercancías, dinero, personas; elementos
que se distinguen por sus rasgos de fluidez. De acuerdo con Castells ([1996] 2005:445) “El
espacio de los flujos, es la organización material de las prácticas sociales en tiempo
compartido que funcionan a través de los flujos”. Se podría decir entonces que los flujos son
todos aquellos elementos que fluctúan entre los actores o intermediarios de un vínculo. Así,
el espacio de flujos sostiene una carga de contenidos en movimiento y atributos de
interacción que se consolidan como los transmisores de fluctuaciones entre actores. Es decir,
todo aquello que permite el vínculo, lo que está “en medio” de los nodos de una red, son
como los hilos que sustentan una relación, pero que no necesariamente llegan a producir
redes. Los flujos5 son por antonomasia movimiento, desplazamiento y circulación de
unidades, masas o volúmenes de distinta naturaleza. Cuando se aprecia un flujo, no basta
con mirar el punto de entrada y destino, sino todo el trayecto, contornos, zonas de fricción,
etcétera.
4 Los elementos fijos, fijados en cada lugar, permiten acciones que modifican el propio lugar, flujos nuevos o renovados
que recrean las condiciones ambientales y las condiciones sociales y redefinen cada lugar (Santos, 1982:53; Santos, 1988:
75-85 en Santos, 2000: 53). 5 Los flujos son un resultado directo o indirecto de las acciones y atraviesan o se instalan en los fijos, modificando su
significación y su valor, al mismo tiempo que ellos también se modifican” (Santos, 1982:53; Santos, 1988: 75-85 en
Santos, 2000: 53).
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Espacio de redes
Luego, se tiene una convergencia o encuentro del espacio de fijos y flujos que conforma el
espacio de redes. Este último resulta ser más complejo pues involucra tanto formas de
relacionamiento inmateriales como materiales derivadas de los fijos y flujos en interacción.
De tal modo que, el espacio de fijos y flujos crean en conjunto un tejido conectivo que da
sostén a los procesos de relacionamiento que convergen en un espacio de redes; un espacio
mixto que se experimenta a partir del cruce entre actores de distinta naturaleza; donde
prevalece la incorporación, mezcla e intercambio potencial de transformaciones
combinatorias de diferente orden. Aquí nacen, se entrecruzan y experimentan nuevas formas
de relacionamiento. También se crea una serie de desplazamientos que logran constituirse
como formas territoriales cada vez más complejas y transformativas. Por ende, el espacio de
redes se crea por interfaces de contactos o encuentros plurales, creadas permanentemente y
de forma inacabada; las redes siempre mutan, cambian, transforman, reutilizan y se
rediseñan.
También hay que reconocer que la conectividad es una propiedad del proceso relacional que
se complejiza sobre la escala, perspectiva u orientación específica que se tenga,
independiente de la gradiente que las defina. Es decir, un fenómeno social puede ser
complejo tanto en lo local como en lo global, en lo individual o colectivo; todo depende de
la densidad de los entramados relacionales que le sustenten. Con esto en mente, habría que
considerar el tratamiento de la conectividad como la base para la decodificación de ámbitos
relacionales, inferencia sobre los referentes que unen a los actores y reconocimiento de las
relaciones estructurales que soportan una red. Como derivado de la conectividad se
producen universos de significación que se logran traducir como acuerdos, convenios,
alianzas, arreglos, compromisos y luego, potencialmente ámbitos reticulares o relacionales
más complejos.
Por lo tanto, antes de hablar de redes habría que descifrar el eje articulador dado por la
conectividad. En otras palabras, la red descansa sobre la idea de conectividad y la calidad de
ésta se profundiza a partir del conocimiento de otras categorías relacionales como la
accesibilidad, flujocidad (velocidad de flujo), intensidad y estabilidad. Sólo que para que
estas categorías puedan detallar de manera más cercana el fenómeno o interacción a
describir tienen que ser retomadas en forma conjunta, para así, dar forma y ordenamiento a
la expresión de las redes. Aunque también se pueden retomar de modo separado y con ello,
mostrar una lectura de la red con énfasis en alguna de sus cualidades relacionales (Ver
Figura 2).
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Figura 2. Espacio de fijos, flujos y redes mediados por algunos indicadores de
relacionamiento
Fuente: Elaboración propia
Se insiste en que hoy, las fuerzas imperativas del siglo XXI abren un umbral de cambios y
transformaciones que se ligan con la conectividad, los flujos, las redes, las infraestructuras
de conexión, etc. Es aquí, donde los procesos de innovación emergen otra vez, pues
evidentemente, una conectividad eficiente requiere de formas creativas de conexión e
interacción. La experiencia conectiva es un estado que se experimenta en el hacerse. Por lo
tanto, se requieren de plataformas físicas que sean capaces de integrarse a los procesos de
interacción, intercambio y transformación o que creen alternativas tecnológicas mejoradas
para que esto suceda. No obstante, este planteamiento no viene aislado, se retoman en
particular, las configuraciones relacionales que se dan en un ambiente innovador y las
posibles estructuras derivativas. Esto no significa que las transformaciones sociotécnicas se
restrinjan únicamente a laboratorios, ámbitos donde se desarrolla tecnología o ciencia,
centros de investigación o empresas; va más allá, incluye una geografía de diferentes escalas
espaciales y territoriales.
Es claro que, la reflexión sobre la innovación tecnológica se topa con ámbitos relacionales
cohesionados con entornos históricos, económicos y políticos, material y culturalmente
distintos. En su conjugación fortuita o deliberada late la creatividad, imaginación e
invención de ideas, procesos y productos. Es aquí donde la innovación germina y se
potencia. Ya que las modalidades de la innovación tecnológica se presentan como lógicas y
fuerzas modeladoras que se insertan en las rutinas de trabajo, en los modos de vida y en la
transformación del tejido social y cultural. La experiencia tecnológica se despliega así, sobre
una cartografía dinámica de encuentros y desencuentros enmarcada por tiempos y espacios
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específicos llamados RI. Con estos antecedentes, el siguiente paso es mostrar cómo se llevan
a cabo las RI en un caso de estudio exploratorio, tratando con ello, de analizar sus ángulos
de vinculación, tipos de puentes, protocolos, estrategias de acción en el mercado y los
cambios que sufre el territorio donde se ubican.
Un análisis de actores y variables clave
Con los precedentes señalados, en esta parte del trabajo se contrastará el modelo teórico de
las RI respecto a un referente empírico exploratorio. Esto con el objetivo de incursionar en la
hipótesis de que la capacidad innovadora de las empresas estudiadas equivale al nivel de
conectividad que alcanzan a partir de su espacio de fijos, flujos y redes. La selección de los
casos se extendió a aquellas empresas con: a) algún tipo de innovación (producto, proceso,
organizativa o mercadotecnia); b) ubicadas en zonas industriales con algún tipo de
aglomeración territorial (clusters, parques tecnológicos, sistema regional de innovación,
zona industrial, etcétera); y, finalmente, c) que estuvieran dentro del perímetro de la Zona
Metropolitana de la Ciudad de México. No hubo restricción en cuanto al tamaño o capital de
la empresa, ni al tipo de sector productivo al que pertenecían. En todo momento se trató de
enfatizar el carácter cualitativo de las respuestas dadas por los entrevistados y de este modo,
enfatizar las relaciones y procesos que llevan a cabo las empresas para hacer innovación.
Con tales precedentes se conformó una cédula de entrevista, cuyos reactivos quedarían
acomodados en el siguiente orden (Cuadro 1,2 y 3):
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Cuadro 1 Características generales del espacio de fijos en una empresa innovadora
Características específicas de la empresa
Tamaño Nacionalidad
Giro o sector productivo Productos o servicios que desarrolla
Rasgos por los que se distingue el espacio de fijos
Pa
rá
metr
os
Infraestructura de
comunicación
Fax Tipo de conexión a Internet
Líneas telefónicas fijas Servers (servidores)
Teléfonos móviles corporativos Protocolo de comunicación de diseño exclusivo
Centro de atención telefónica Gasto en el servicio de Internet
Sitio o página web oficial (presencia de
la empresa en internet) Gasto en seguridad electrónica
Correo electrónico (uso para potenciar
las funciones y capacidades de la
empresa)
Contrato de servicios
Intranet Gasto en servicios de telefonía
Computadoras de escritorio Sistema de videoconferencia
Computadoras móviles (laptops) Gasto anual para mejorar la infraestructura y equipo
de cómputo y software
Computadoras conectadas a Internet
Infraestructura de
IyD
Inversión en IyD
Empleados dedicados a IyD (áreas de investigación, mejoramiento de procesos o innovación)
con relación a la cantidad de trabajadores
IyD interna
Adquisición de IyD externa (licencias, desarrollo con el cliente, alianzas tecnológicas)
Adquisición de maquinaria, equipos y hardware o software avanzados
Adquisición de otros conocimientos externos para innovación
Formación del personal de IyD
Introducción de innovaciones en el mercado o en la empresa
Diseño, otros preparativos para producción y/o distribución
Departamento o laboratorio específico de IyD
inversiones de
capital
Compra de maquinaria, herramientas, materiales
o equipo especializado Medios de transporte
Materiales Renta de maquinaria o equipo
Hardware Información sobre temáticas relacionadas
con la empresa
Software especializado Consultorías
Medios de comunicación Gestión y capacitación
Compra de paquetería para diseñar bases de
datos
Transferencia de tecnología
Recursos humanos calificados
Mercadotecnia y publicidad
Diseños exclusivos
Infraestructura de
información
Centro de documentación ligado a su empresa
Suscripciones a revistas o boletines especializadas
Medios de información para la toma de decisiones o mejoramiento de productos o servicios
Manejo de bases de datos internas
Programas computacionales
Información sobre temáticas relacionadas con la empresa
Infraestructura
urbana
Canales de comercialización a nivel local, nacional o internacional
Vías de comunicación (terrestres, aéreas, marítimas)
Disponibilidad de servicios privados en la línea de trabajo de la empresa
Disponibilidad de servicios públicos
Ubicación estratégica para la oferta y demanda del mercado
Factores de arraigo
Fuente: Elaboración propia.
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Cuadro 2 Características generales del espacio de flujos en una empresa innovadora
Rasgos por los que se distingue el espacio de flujos
Tipos de
flujos
Volumen de llamadas telefónicas, mails, faxes, intercambios de información
Volumen de ventas anuales
Total de inversiones potenciales
Propiedad de acciones bursátiles
Intensidad de
operaciones por
Internet
Pagos de servicios (agua, luz, teléfono, impuestos, proveedores)
Compras nacionales
Compras al extranjero
Ventas nacionales
Ventas al extranjero
Complejidad en las formas de comunicación (NetMeeting, videoconferencias,
teleconferencias, chat, e-mails)
Búsqueda de información
Interacción con otros agentes
Agentes
con los que
interactúa
Centro de investigación o des. tecnológico
Centros de capacitación profesional
Instituciones de educación superior tecnológicas
Universidades
Consultorías
Cámaras y asociaciones
Instituciones gubernamentales
Competidores
Clientes
Bancos
Transportes
Paquetería y envíos
Aseguradoras
Servicios de TIC
Proveedores
Centros de control de calidad
Centro de certificación como Emp. Soc. Responsable
Laboratorios
Soporte al cliente
Intercambios de conocimientos o información al interior de la empresa
Intercambios de conocimientos o información al exterior de la empresa
Elaboración de balances contables (movimientos, operaciones y saldos de ventas y compras)
Registro de la información recabados por la empresa
Análisis de la información recabados por la empresa
Apoyos gubernamentales para la innovación
Intercambio de personal con otras empresas de la misma firma
Uso, intercambio o difusión de innovaciones de otras empresas del mismo grupo
Transferencia de tecnología
Rotación del personal
Transferencia de personal entre empresas
Fuente: Elaboración propia.
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Cuadro 3. Características generales del espacio de redes en una empresa innovadora y características generales de
la innovación
Rasgos por los que se distingue el espacio de redes
Actores
con los que
guarda
relación
En la
organización
Equipos de trabajo
Procesos de capacitación
Formas laborales a distancia y teletrabajo
Pertenencia a un grupo corporativo(sede única, matriz, cadena, sucursal)
Sucursales o representación en otro lado
Empresas del grupo al que pertenece su empresa
Participación de inversionistas nacionales y extranjeros
En la producción
Proveedores principales
Competidores principales
Centros de investigación y desarrollo tecnológico
Centros de capacitación profesional
Instituciones de educación superior tecnológicas
Universidades
Consultorías
Cámaras y asociaciones
Instituciones gubernamentales
Bancos e instituciones de financiamiento
Transportes
Paquetería y envíos
Aseguradoras
Servicios de TIC
Centros de control de calidad
Centro de certificación como empresa socialmente responsable (ESR)
Laboratorios
En la distribución
y venta
Clientes minoristas o individuos
Clientes mayoristas o colectivos
Ejecutivos de venta (comisionistas)
Venta por catálogo
Venta por medios masivos de comunicación (telemarketing)
Internet
Puntos de venta estratégicos (propios, concesionados o en franquicia)
Otras empresas
Territorios de importación de productos o servicios
Territorios de exportación de productos o servicios
Características generales de la innovación
Tipo de innovación por su grado de novedad (radical e incremental)
Tipo de innovación por su naturaleza (de servicio, producto, mercadotecnia y comercialización)
Empresas por tipo de innovación y experiencia innovativa
Tipo de recursos destinados a la innovación
Estrategias de vinculación
Efectos de la innovación sobre productos, procesos, organización y comercialización
Afectaciones a la innovación (condiciones, factores o agentes desfavorables o inhibidores de la innovación)
Fuente: Elaboración propia.
14
76.2% 14.3% 9.5%
Empresa sólo con
capital mexicano
Empresa con capital
mexicano y extranjero
NS/NR
57.1% 9.5% 33.3%
Grande
Mediana
Pequeña
61.9% 33.3% 4.7%
Industria
Servicio
Comercio
33.3% 33.3% 33.3%
Empresa matriz
Empresa
sucursal o filial
Sede única
Por sector productivo
Por tipo de empresa
Por tamaño
80.9% 19.0%
0 20 40 60 80 100
Ubicada en el
DF
Ubicada en el
Edo. de México
Por ubicación
Por tipo de capital
Rasgos generales de las empresas estudiadas
El cuestionario6 fue aplicado a 21 empresas7, de las cuales, 13 correspondieron al sector
industrial, 7 al sector de servicios y finalmente, 1 al sector comercial. De estas empresas,
57.1%, fueron grandes 9.5% medianas y 33.3% pequeñas. Con la misma referencia, 62%
correspondieron al sector industrial, 33.3% al sector servicio y 4.8% al sector comercio.
Asimismo, el 33.33% declaró ser una empresa matriz, el 33.33% dijo ser sucursal o filial y
el 33.33% señaló que era sede única. Por la nacionalidad del capital, el 76.2% declaró ser
100% mexicana, 14.3% dijo tener la presencia de capital extranjero y el 9.5% no precisó el
dato. En cuanto a su ubicación el 81.1% está en el Distrito Federal, mientras que el 19% está
en el Estado de México. Estas referencias se especifican en la siguiente tabla (Gráfica 1).
Gráfica 1. Características generales de las empresas entrevistadas en trabajo de
campo
6 La cédula completa del cuestionario está disponible en Hernández, 2012. En particular, la selección de la muestra se dio
por significancia cualitativa, es decir, no se dio prioridad a la cantidad de las empresas entrevistadas, sino a la unidad que
espondía con las restricciones planteadas para los objetos de estudio. Esto para dar un mayor énfasis a lo que ocurre al
interior de las empresas y que muchas veces queda difuminado en la estadística de los datos duros. 7 Los nombres de las empresas entrevistadas son: E1. E1.Grupo Diagnostico Proa, S.A. De C.V.; E2. Vitro; E3. Grupo
Gutiérrez Tello; E4. México Red De Telecomunicaciones, S. De R.L. De C.V.; E5. Específicos Stendhal S.A. de C.V.;
E6. Opentec, S.A. De C.V.; E7. Doping Maquinaria S.A de C.V.; E8. Grupo Industrial Bocar, S.A. De C.V; E9.
Corporación Norteamericana S.A. de C.V.; E10. Laminadora Mexicana de Metales, S.A. De C.V.; E11. Grupo
Interdiseño, S.A. De C.V.; E12. Servicio de Apoyo Corporativo, S.A De C.V. E13. Moldeo De Plásticos Far, S.A. De
C.V.; E14. Levaduras azteca S.A. de C.V; E15. Metlife E16. Export-pharma; E17. Fundición Far SA de C.V.; E18.
Automatizaciones industriales; E19. Yacultl; E20. HP; E21; Autopartes Mercurio.
15
Empresas E1 E2 E3 E4 E5 E6 E7 E8 E9 E10 E11 E12 E13 E14 E15 E16 E17 E18 E19 E20 E21
Espacio de fijos
Parámetro máximo:
162
Total de aciertos
146 137 56 118 151 120 141 152 149 83 105 142 65 121 116 130 47 73 121 150 139
Calificación 90.1 84.6 34.6 72.8 93.2 74.1 87.0 93.8 92.0 51.2 64.8 87.7 40.1 74.7 71.6 80.2 29.0 45.1 74.7 92.6 85.8
Ponderación *(0.33)
30.0 28.2 11.5 24.3 31.1 24.7 29.0 31.3 30.7 17.1 21.6 29.2 13.4 24.9 23.9 26.7 9.7 15.0 24.9 30.9 28.6
Espacio de flujos
Parámetro máximo:
112
Total de aciertos
85 91 25 64 95 69 90 91 91 55 56 88 42 65 63 65 29 30 51 88 74
Calificación 75.9 81.3 22.3 57.1 84.8 61.6 80.4 81.3 81.3 49.1 50.0 78.6 37.5 58.0 56.3 58.0 25.9 26.8 45.5 78.6 66.1
Ponderación *(0.33)
25.3 27.1 7.4 19.0 28.3 20.5 26.8 27.1 27.1 16.4 16.7 26.2 12.5 19.3 18.7 19.3 8.6 8.9 15.2 26.2 22.0
Espacio de redes
Parámetro máximo:
100
Total de aciertos
58 71 25 45 77 44 66 63 63 47 50 64 35 50 35 49 22 20 26 70 49
Calificación 58.0 71.0 25.0 45.0 77.0 44.0 66.0 63.0 63.0 47.0 50.0 64.0 35.0 50.0 35.0 49.0 22.0 20.0 26.0 70.0 49.0
Ponderación *(0.33)
19.3 23.7 8.3 15.0 25.7 14.7 22.0 21.0 21.0 15.7 16.7 21.3 11.7 16.7 11.7 16.3 7.3 6.7 8.7 23.3 16.3
Sumatoria de ponderaciones
74.7 78.9 27.3 58.3 85.0 59.9 77.8 79.4 78.7 49.1 54.9 76.7 37.5 60.9 54.3 62.4 25.6 30.6 48.7 80.4 67.0
Para evaluar el desempeño de cada empresa, en el trabajo de campo se asignó a cada una de
las respuestas una escala de valores de mayor a menor en proporción directa con su nivel de
complejidad. Primero, se enlistaron en forma horizontal las 21 empresas entrevistadas en el
trabajo de campo; las cuales fueron subdivididas por el espacio de fijos, flujos o redes que
las define. Cada uno de estos espacios estuvo constituido por una serie de variables que
fueron valoradas en forma diferencial hasta obtener una sumatoria parcial por tipo de
espacio. El parámetro óptimo de puntos a alcanzar en el espacio de fijos fue de 162, en el
de flujos 112 y en el de redes 100. La diferencia entre ellos se justifica porque hay una
diferencia previa entre las ponderaciones y el número de variables asignadas para cada
espacio. Con estos referentes se sacó la calificación parcial (total de aciertos) que
alcanzaron las empresas. En seguida, a cada uno de los espacios se les asigno su
calificación parcial y luego se les asignó el valor ponderado (0.33) que les correspondía. En
último término, se sumaron las tres ponderaciones obtenidas y así se logró una evaluación
final para definir la conectividad las RI que constituye a cada una de las empresas. Esta
suma aparece al final de recuadro (suma de ponderaciones) (Ver Cuadro 4).
Cuadro 4. Resultados generales de las entrevistas realizadas en trabajo de campo
Fuente: Elaboración propia con base en los resultados de las entrevistas realizadas en trabajo de campo
Después de obtener los resultados por tipo de espacio, se logró ubicar a las empresas en
cuatro categorías (bajo, medio, alto y muy alto). Con estos parámetros se obtuvo el cuadro
5, en el cual se pueden hacer diferentes apreciaciones. Una de ellas es que en promedio, la
tendencia para constituir RI tiene un peso más fuerte en fijos, un peso medio en flujos y un
peso más débil en redes. En otras palabras, las empresas innovadoras que fueron
entrevistadas canalizan la mayor parte de sus recursos a la conformación de infraestructura
de comunicación, información y de IyD, inversiones de capital y aprovechamiento de
infraestructura urbana disponible, que en general constituye el espacio de fijos. El segundo
lugar de importancia lo ocupa el espacio de flujos, que se caracteriza por el volumen de
16
recursos que emiten y reciben las empresas innovadoras. Este espacio alcanzó en promedio
un peso menor al espacio de fijos, pero mayor al espacio de redes.
Cuadro 5. Calificación alcanzada de las empresas según indicadores seleccionados
Fuente: Elaboración propia con base en los resultados obtenidos del trabajo de campo.
Al concentrarse en las características generales de las empresas seleccionadas, es posible
apreciar que en todos los casos predomina el espacio de fijos, aunque con lógicas
distintivas en cada una de ellas. Las diferencias abarcan elementos materiales diferenciales
relacionados con costos, sofisticación tecnológica, peso específico en el proceso innovador
y potencial de conexión, en cuyo seno, cobra sentido la capacidad relacional del espacio de
flujos y redes. Es evidente que los elementos concentrados en el espacio de fijos
(instrumentos, herramientas, dispositivos tecnológicos, mobiliario, equipamiento)
constituyen la base material y funcional de las empresas estudiadas. Pero, este espacio de
fijos no es suficiente para llegar a entender el motor de la dinámica empresarial. Es
necesario que el espacio de fijos se reconozca como un detonante en la generación de un
espacio de flujos, definido por intercambios, acciones, procesos, traslados,
desplazamientos, circulaciones. Será entonces este rango dinámico el que diferencie a aquel
espacio de fijos que es capaz de generar movimiento del que no. Es aquí donde es posible
señalar que el espacio de fijos guarda un estado latente de conexión, pero que no se activa
hasta que se vincula con el espacio de flujos y genera un estado de conectividad, para
luego, dar paso a un espacio de redes.
Otro de los datos que destaca entre las empresas entrevistadas, es que la simple adición de
fijos y flujos no genera por sí misma un efecto sinérgico para crear redes. Es decir, se
Rango Empresa Fijos Flujos Redes Conectividad
Bajo (0-25) E17 9.67 8.63 7.33 25.64
Medio (26-50)
E3 11.52 7.44 8.33 27.30
E18 15.02 8.93 6.67 30.62
E13 13.37 12.50 11.67 37.54
E19 24.90 15.18 8.67 48.74
E10 17.08 16.37 15.67 49.11
Alto (51-74)
E15 23.87 18.75 11.67 54.28
E11 21.60 16.67 16.67 54.94
E4 24.28 19.05 15.00 58.33
E6 24.69 20.54 14.67 59.89
E14 24.90 19.35 16.67 60.91
E16 26.75 19.35 16.33 62.43
E21 28.60 22.02 16.33 66.96
E1 30.04 25.30 19.33 74.67
Muy alto (75-100)
E12 29.22 26.19 21.33 76.74
E7 29.01 26.79 22.00 77.80
E9 30.66 27.08 21.00 78.74
E2 28.19 27.08 23.67 78.94
E8 31.28 27.08 21.00 79.36
E20 30.86 26.19 23.33 80.39
E5 31.07 28.27 25.67 85.01
Promedio general de las empresas
entrevistadas 24.12 19.4 16.33 60.40
17
esperaría que al conjuntarse fijos y flujos se pudieran generar redes con un mayor peso
dentro de las configuraciones relacionales de las empresas. Sin embargo, los datos
confirman que las redes que forman las empresas no alcanzan a extraer el potencial real de
fijos y flujos. Por lo tanto, la fortaleza o debilidad de cada uno de los espacios configura
una RI que se distingue en forma individual para cada una de las empresas. Con esto es
posible señalar que hay una conectividad diferencial entre los espacios de las empresas y
también entre los espacios donde se ubican las empresas. Los espacios innovadores no se
dan por agregación de empresas, sino por los lazos, convenios, intercambios, contratos que
pudieran darse ente sí a partir de su conectividad.
Las estrategias de las empresas para el caso estudiado están mayormente inclinadas hacia la
compra, apropiación y consolidación de fijos. Esta prioridad desequilibra la troika que
conforma las RI. La prioridad sería entonces encontrar un equilibrio entre el espacio de
fijos, flujos y redes. Si uno tiene una longitud o peso mayor dentro de las empresas, la
configuración declina hacia una figura distinta de espacio, territorialidad y por supuesto,
tipo de innovación. Cada uno de los espacios crea oportunidades de mercado, directrices,
estrategias de marketing, formas de producción, objetivos y metas particulares. No sólo se
trata de reconocer que el espacio de fijos, flujos o redes es un entramado que desarrollan las
empresas, es también una forma de crear valor y generar innovación.
Los datos son contundentes en la muestra tomada; las empresas se concentran en capitalizar
sus recursos, pero descuidan la generación de flujos y redes. Es decir, hay un vacío notable
en las empresas: la interacción e intercambio de información y conocimientos para
capitalizarlos se reducen a sus contactos primarios con proveedores, intermediarios, clientes
o consumidores. Esto crea una serie de redes con baja conectividad, aisladas y
endogámicas. En tal caso, no se puede esperar que los niveles de innovación de las zonas
industriales crezcan, sobre todo cuando desde la empresa –como el núcleo básico de los
espacios innovadores– sigan desequilibrados sus espacios. La atención a los tres tipos de
espacios es prioritaria, pues al saber cómo estos se constituyen, se pueden entender de
mejor manera las formas de incentivar la innovación.
Se reconoce que cualquiera de los espacios que constituyen las RI mantiene una condición
reflexiva. Es decir, cada uno de los espacios posee el potencial necesario para estimular al
resto y así crear una RI. Por lo tanto, la conformación de una RI a veces podría iniciar en el
espacio de fijos, otras en el espacio de flujos y otras en el espacio de redes. Sin embargo, en
un ámbito de RI es necesaria la presencia integrada y fortalecida de los tres espacios, aun
cuando su funcionalidad posee un diferencial o peso específico para cada caso o situación.
Por tal razón, no es suficiente con tener espacios fuertes, si están funcionando en un estado
de desintegración entre sí. Frente a esto, el estudio de las RI estará apelando por una
condición de reflexividad entre los distintos espacios y entre sus actores. El estudio de las
RI también abogará por un análisis sobre las configuraciones relacionales que siguen las
empresas como situación estratégica de competencia, la situación competitiva que las
sostiene y, sobre todo, un análisis del espacio que las define. Esto es prioritario ante las
tendencias y prácticas internacionales desterritorializadas que acentúan el carácter
relacional de las operaciones de compra-venta de ideas, productos y servicios. Esto
significa que habrá que poner el acento en la capitalización de logísticas y prácticas
diseminadas en la geografía mundial.
18
Consideraciones finales
Las configuraciones, estrategias y desafíos que enfrentan cotidianamente las empresas
sugieren entramados complejos y de rasgos específicos que les obligan a enfrentar las
exigencias de un mercado cada vez más competitivo. En esta dinámica se presta atención a
los vínculos productivos que se generan al interior de la empresa, a las variables
macroeconómicas latentes en el mercado y a las relaciones externas a la empresa que
guardan con actores de distinto orden. El aprovechamiento de estos recursos dependerá
enteramente de la capacidad relacional y estratégica de la empresa, la cual varía
condicionalmente por los factores internos y externos a los que se ve sometida.
En forma más concreta, los diferenciales entre las empresas se presentan por el uso
estratégico de fuerzas que se empatan con los mecanismos de actuación articulados de
manera compleja, los cuales son absorbidos por la propia lógica de la empresa. Esto
contribuye a fortalecer la idea que la innovación además de ser un proceso transformador
de recursos o capacidades en bienes o servicios es, también, una expresión de estructuras
relacionales con rendimientos, trayectorias y derrames de distinto tipo. La innovación no
sólo se expresa en la idea, producto o servicio innovador, también genera una serie de
derramas tecnológicas que modifican los métodos de trabajo, formas organizacionales,
técnicas de venta, canales de distribución y medios de compra.
Ahora los cambios relacionales en el mundo atienden a una serie de intersticios entre
actores, situaciones y procesos de distintas velocidades, naturalezas y geografías. Bajo este
contexto de cambio, la innovación tecnológica ha tenido una presencia con mayor
reconocimiento que en tiempos pasados. Sin embargo, tanto en el antes como en el ahora, la
innovación no es un proceso en abstracto, pues está compuesta de configuraciones que se
comportan como elementos diferenciales de orden que dan sentido al advenimiento de
configuraciones relacionales de distinto tipo. En tales términos, se trata de reconocer que la
innovación se distingue en su carácter acumulativo de datos, información y conocimientos,
que luego se fusionan, incorporan o se materializan en procesos, productos o ideas con
aplicaciones prácticas y susceptibles de entrar en una dinámica de mercado.
No obstante, si bien hay que hablar de armados o configuraciones relacionales, también hay
que reconocer los cambios que afrontan, sobre todo cuando se habla de una dinámica
globalizante, en la que aparecen discursos insistiendo en la competitividad, cooperación
entre firmas, trabajo en equipo, conectividad entre territorios, procesos de urbanización más
intensos, etcétera. Eventos que hablan sobre un cambio inminente en el espacio relacional
que apunta a un actuar en redes. Esto no es hablar de simple sustitución de categorías o
cambio nominal de los hechos, se trata de reconocer que los entramados en los que se vive
cotidianamente se complejizan o se vinculan con procesos relacionales más sofisticados y
problemáticos.
Es en este contexto donde tienen cabida las cadenas globales de valor, pues no sólo han sido
un modelo empresarial ampliamente estudiado, sino un referente de sistemas productivos
organizados en diferentes escalas. Sin duda, las cadenas globales de valor “han
desempeñado un papel histórico crucial al modificar los patrones de acumulación capitalista,
las formas sociales y la organización del comercio internacional” (Calleja, 2007:178). En
19
esta transición ha cambiado la estructura de las empresas en su dimensión funcional y
espacial, tanto en los grandes corporativos como en las Pequeñas y Medianas Empresas
(PyMES). En consecuencia, hay una redefinición de los actores e intermediarios que
participan de este proceso, desplegados en diferentes escalas geográficas.
De igual modo, en el plano teórico emergen aportaciones significativas que ponen de
manifiesto ciertos resquebrajos en las categorías de análisis que acompañan la discusión
sobre las cadenas globales de valor. El punto de arranque es sobre el propio concepto de
cadena. Esta idea hace referencia a un conjunto de agentes, procesos y elementos materiales
que participan secuencialmente en actividades para crear valor. El referente inmediato
asociado a la categoría de cadena es el conjunto de eslabones que la constituyen y que
aparecen como elementos entrelazados lineal y sistemáticamente. La ausencia,
debilitamiento o ruptura de uno de los eslabones pone en peligro la existencia del conjunto.
Por lo tanto, más que discutir sobre cadenas globales de valor habría que dar un giro y
reconocer la emergencia de redes globales de valor. Al respecto, el primer adelanto se daría
en el sentido de reconocer que la metáfora de red supera a la metáfora de cadena. Ésta última
se apega más a una concepción lineal, dependiente, factorial, divisional, horizontal,
tradicional, modular, con cierta inclinación a la centralización, estabilidad endeble. Aunque
también es cierto que ha demostrado sus bondades para entender el proceso de diseño,
producción, distribución y consumo de productos y servicios, sobre todo, durante el siglo
XX. Por su parte, la idea de red explora en extenso la naturaleza, configuración y
materialización del proceso relacional de industrias, empresas e instituciones intermediarias.
Esto significa también reconocer el aspecto espacial y territorial que conlleva, que tiene a
reconocer a la conectividad como el epicentro de la dinámica de redes. En otras palabras,
con la red se tiene la posibilidad de reconocer las capacidades y potenciales para acceder a
un mercado (accesibilidad), el grado de unión, confianza, fuerza, potencia, circulación o
penetración entre las partes (intensidad), las condiciones de integración, acomodo y
permanencia en una economía competitiva (estabilidad), la rapidez con la que se pueden
desplazar ideas, productos, servicios, personas, mercancías y dinero entre un punto y otro
(velocidad); todas en conjunto forman la conectividad. Este es el punto central para repensar
las condiciones globales de producción que priman en la actualidad. Por lo tanto, no se
puede entender la dinámica capitalista sin antes entender los principios de conectividad que
les sustentan.
Para apropiarse de este nuevo modelo productivo llamado redes globales de valor se necesita
“una economía basada en Internet, impulsada por las capacidades de aprendizaje y
generación de conocimientos, capaz de operar dentro de las redes globales de valor y
apoyada por instituciones políticas legitimas y eficaces” (Castells, 2001:248). De igual
modo, hay que explorar la naturaleza, dirección y alcance de los flujos sociotécnicos que se
desplazan entre una red global de valor. También es necesario reconocer el papel de los
actores e intermediarios y las configuraciones relacionales que se edifican sobre esta
emergente geografía de coordinación mundial. Es en este marco donde las economías
latinoamericanas tienen que salir avantes, tanto en la propuesta de dispositivos de análisis
como de actuación. El caso de estudio mostrado en este trabajo, puede ser un pivote
exploratorio para entender las capacidades relacionales de las empresas con instrumentos de
análisis distintos. Entre los resultados obtenidos, fue evidente que la mayoría de las redes
empresariales no están consolidadas. En forma particular se pudo apreciar que las
20
configuraciones relacionales que tejen las empresas son limitadas, aun cuando se encuentren
confinadas en espacios industriales, ya que sus vínculos más fuertes son con proveedores,
clientes e intermediarios los cuales no necesariamente están en la misma zona. Hay
esporádicas formalizaciones de cooperación con centros de investigación, desarrollo
tecnológico, universidades o becarios altamente calificados, pero sus resultados no son
evaluados estrictamente y muchas veces esos mismos fondos terminan subsidiando la
supervivencia de la empresa, pagando proyectos sin estudios de mercado sólidos o
destinados al fracaso o difíciles de recuperar. Este problema local incita a extrapolar la
preocupación por saber qué está pasando en lo nacional y regional del espacio
latinoamericano.
Por otro lado, la intención de enfatizar el aspecto territorial de la innovación a partir de su
espacio de fijos, flujos o redes encuentra su justificante en el hecho que es un proceso que no
sólo se circunscribe a los límites del laboratorio, empresa o centro de investigación, sino que
forma verdaderas configuraciones relacionales con grados diferenciales de complejidad. El
trenzado de estos espacios también refleja la gradiente que alcanzan las empresas
innovadoras y las estrategias que siguen para mantenerse a la vanguardia de las exigencias
del mercado. El espacio de la innovación es más que sólo un sustrato inherente o latente, es
un aspecto que requiere enfatizarse en su ámbito urbano, en los espacios de distribución,
consumo y apropiación de objetos y procesos innovadores.
La innovación conforma un espacio donde están los estímulos, soportes y complementos de
los cambios científicos, tecnológicos, organizacionales y técnicos. Además coadyuva a la
generación de aglomeraciones, sistemas, parques tecnológicos, distritos, sectores, polos,
regiones que han sido estudiados desde hace tiempo, pero también se ha puesto atención a
cartografías inéditas de innovación; ámbitos que aunque de distinta naturaleza se llegan a
interconectar funcionalmente. Aquí es donde las redes globales de valor encuentran un lugar,
pues se están mostrando como las configuraciones predominantes de los sistemas
productivos actuales. Las implicaciones para el espacio latinoamericano estriban en
reconocer que este modo de actuar exige, a su vez, esquemas innovadores para acceder
competitivamente al mercado mundial con mejores contenidos tecnológicos, laborales y de
políticas públicas integrales. En las cadenas globales de valor se tienen mercados de trabajo
especializados y diversificados, espacios de mayor productividad y competitividad, ámbitos
de ciencia y tecnología, pero sobre todo, ámbitos relacionales que habilitan, a su vez, un
sinnúmero de espacios de acción y convergencia.
Los espacios de la innovación que acompañan las cadenas globales de valor también
suscitan distintas lógicas territoriales y redes de transición que hacen de un espacio
innovador, un ámbito que regula e incentiva la creatividad, la formación de conocimientos y
el intercambio de información y valores. En tal caso, la complejidad de los espacios
innovadores no depende de la perspectiva, sino del entramado que se explora. Así, los
espacios de fijos, flujos o redes emergerán bajo rasgos diferenciales cuyos bordes pueden
llegar a interconectarse o trastocarse. En medio de esto hay evidentemente un tiempo-
espacio por el que fluye información, conocimientos, uso de tecnologías y protocolos de
organización particulares. Estos aspectos se tomarán como base para describir a las
empresas que previamente sean consideradas para ello. El hecho de entender el territorio
como un entorno complejo de relaciones, ámbitos y condicionantes organizacionales,
21
permite ampliar la visión de las imbricaciones que definen un espacio innovador. Los
espacios innovadores, no son espacios nominales de primera instancia, hay que entender los
contornos difusos que los definen, entenderlos en sus relaciones, contextos y marcos
históricos. Para luego, tener una mejor visualización en el balance de las capacidades y
debilidades de los espacios latinoamericanos frente a los desafíos de los mercados
mundiales.
El punto central es cómo aprovechar al máximo el espacio de fijos, flujos y redes para
constituir RI más consolidadas y que pueden entreverarse en distintas escalas del cambio
tecnológico. En este sentido, la innovación no puede limitarse a la empresa como
tradicionalmente ha ocurrido. La espacialidad de la innovación va más allá de la
circunferencia de una firma, pues es heterogénea y multiescalar. Esto significa que su
configuración está dada por distintos actores, con distintos pesos y escalas. La cuestión es,
encontrar el punto de contacto entre todos para generar verdaderos ámbitos relacionales
basados en la conectividad. En este aspecto yace la innovación, pues ello significa apegarse
a la noción que los cambios tecnológicos conciben una espacialidad que opera por
relaciones, modos de organización, planes y directrices, mecanismos de articulación, canales
de intercambios y sobre todo, vínculos en distintas escalas e intensidades. Al aceptar esta
visión, es posible generar directrices, políticas y estrategias sobre la línea del crecimiento y
desarrollo tecnológico. No como panacea, sino precisamente como una vertiente que puede
capitalizarse y redefinirse como estrategia integral de transformación en las economías. Esto
es, en definitiva, una vertiente optativa para incrementar los valores de producción y venta,
mejoras en los espacios o territorios y sobre todo, una posibilidad para mejorar las
condiciones sociales que acompañan a la innovación. En este caso, el sector productivo,
tamaño o naturaleza de la empresa, capital disponible o peso en la cadena productiva,
ofrecen un mejor entendimiento de la innovación, si se miran por el tamiz de las
configuraciones relacionales que producen y no sólo por tipo de variable.
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