Download - Reecontrarse con el pasado - Parte 2

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  • EG1GARA 2015 4 25 larunbata 3

    cos deban de saber lo que ocu-rra en el este de Anatolia, res-ponde calmada, para luego re-cordar a los occidentales quelos turcos no lo hicieron, lo hi-zo el Estado turco.Las anteriores generaciones,

    sin acceso a la educacin, anniegan las masacres. Es el casode Yilmaz Trk y Orhan GaziAydin, dos turcos cuya versinparece sacada de los libros esco-lares. Estn sentados a la entra-da de un taller para bicicletas.Trk (70 aos) lleva medio siglocon su empresa. Aydin (63) esun ex artesano que mata eltiempo junto a su amigo. Vivi-mos con todos como hermanoshasta que ellos empezaron aatacarnos; fueron los armenioslos que cometieron el genoci-dio, dice Trk. Aydin asiente. Cemre les excusa: En Tur-

    qua se lee poco y la gente solosabe lo que ensea el Gobierno.No es su culpa, es del Estado.Gareth Jenkins, experto de la

    Universidad John Hopkins, re-salta la fuerte identidad colec-tiva turca y el orgullo por susantepasados: si uno crece aques muy difcil aceptar el genoci-dio. Los turcos quieren verse co-mo vctimas, no como autores,de todo lo negativo.

    Los irregulares kurdos

    En una tienda de productos pa-ra el cabello nos recibe Reshidzer, un kurdo de 40 aos. Nie-ga que los Jvenes Turcos desco-nociesen lo que pasaba. Aseveraque los eventos estaban progra-mados: El genocidio es tan realcomo que soy kurdo. Saban loque ocurra y lo que queran. Los armenios, buenos comer-

    ciantes y artesanos, lograron in-fluencia en el Imperio tras elxodo griego precipitado porlos conflictos greco-otomanosdel siglo XIX. Eran famosos porel oro que almacenaban.Los irregulares kurdos, que se

    hicieron con parte de las tierrasregentadas por los armenios,son los terceros en discordia.Efectuaron el grueso de las ma-sacres. En 1913 algunos de ellosconformaban las unidades para-militares Teskilat Mahsusa, cre-adas por Enver Pasha para con-

    trolar los disturbios en Anatolia.Los kurdos se han resguardadodurante aos en el engao oto-mano y en la ignorancia pero, adiferencias de los turcos, defi-nen lo ocurrido en 1915 comoun genocidio. zer repite conseguridad que los kurdos hici-mos la masacre. La gente lo hizopor puro beneficio. Estoy de acuerdo, los kurdos

    masacraron a los armenios. Su-cedi hace mucho y estamos pa-gando un precio alto. Vivimosjuntos en estas tierras y entrenosotros es obligatorio que ha-ya confianza, compartir los he-chos, dice por e-mail Februni-ye Akyol, coalcaldesa asiria enMardin por el prokurdo PartidoDemocrtico de los Pueblos.Con el tiempo nuevas vidas se

    desarrollaron en las tierras quepertenecieron a los armenios.Las compensaciones morales yeconmicas las penales sonimposibles porque los respon-sables han fallecido se hanconvertido en un asunto espi-noso que, segn Cemre, impideel reconocimiento: La cuestineconmica es importante; ten-dran que pagar mucho dinero.Jenkins sabe que ser muy

    difcil devolver las propiedadestras cien aos, pero remarcaque Ankara no hace lo suficien-te: Siempre rechaz pagar odevolver las propiedades. Es ob-vio que en ciertas reas podrahacer mejores contribuciones:localizar los ttulos de propie-dad y pagar las compensacionesa sus descendientes. Mientrasturcos y kurdos tratan de digerir

    la historia negada, los armeniosde Anatolia sufren una discri-minacin religiosa que, segnJenkins, podra ir a peor si ladispora contina con sus cam-paas. Este colectivo repartidopor el mundo suma ms del do-ble de los habitantes de Arme-nia y busca con ahnco el reco-nocimiento internacional delgenocidio, ms an que la de-primida Erevn, ansiosa por eloxgeno econmico que le darareabrir la frontera.

    La promesa de Obama

    Alemania, Israel y EEUU anniegan que el objetivo otomanofuese la aniquilacin. Diferentesgobiernos norteamericanos hancoqueteado con el trmino peronunca se han atrevido a irritar aAnkara, esencial para sus intere-ses. Obama prometi en campa-a que reconocera el genocidio.Pero como muchos otros lderesnecesitados del apoyo del lobbyarmenio, no ha podido pronun-ciar la temida palabra G durantesus dos mandatos. Tampoco lapronunciar, segn la dispora,en el centenario, una decisinque garantizar a la Casa Blancael uso de la base area de Incir-lik y el trnsito de la logsticablica a Irak y Afganistn.Como cada ao, Ankara niega

    las masacres intencionadas yataca a quienes le contradicen.Etyen Mahupayan, consejeroarmenio del primer ministroDavutoglu, fue prejubilado porreconocer pblicamente el ge-nocidio. Los actores internacio-nales tambin han recibido los

    ya clsicos reproches turcos: Er-dogan record al Papa que laHistoria no es asunto de religio-sos y menospreci al Parlamen-to Europeo cuando declar quelo que diga la UE sobre Arme-nia nos entrar por un odo ynos saldr por el otro. El AKP serpentea con esta

    causa para obtener rdito parasu visin neo-otomana. Jenkinsencuadra los buenos gestos delEjecutivo dentro del despreciodel AKP por los Jvenes Turcos.Ahora tendran que expresar sutristeza por las matanzas arme-nias de Abdulhamit II, al que ad-miran. Insiste en que la mejorestrategia sera recordar a to-das las vctimas tnico-religio-sas del siglo XIX y XX: El Go-bierno podra llamar la atencincon las vctimas musulmanasen Europa y el Cucaso.Ankara centra sus esfuerzos

    en silenciar en Anatolia los ecosdel genocidio: piensa en laselecciones de junio. Ha hechocoincidir la conmemoracin dela batalla de Gallipoli, que gene-ralmente se celebra el 18 demarzo, con la del genocidio, unevidente intento por boicotearuna fotografa en la que los ar-menios recordarn su trauma ylos turcos revivirn su paranoia.Jenkins cree que, desde el

    punto de vista psicolgico, esairracionalidad y perseveranciaen negar la realidad es insana.Espero que algn da los turcospuedan mirar su historia concalma y objetividad y ver lo ne-gativo y lo positivo. Necesitarnvarias generaciones.

    Diferentes

    gobiernos de

    EEUU

    coquetearon

    con el trmino

    genocidio pero

    nunca se

    atrevieron a

    irritar a

    Ankara.

    Orhan Gazi Aydin(izquierda) y Yilmaz Turk,

    en la entrada de un negociode bicicletas en Ankara.

    Hablan de un genocidio quetiene hasta un museo en laregin de Erzurum, situada

    al este de Anatolia.Miguel FERNNDEZ IBEZ

    hutsa

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