FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
RELACIÓN ENTRE TENER HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN
POBLACIÓN UNIVERSITARIA ESPAÑOLA
Autor: Mª de la Vega Marcos Figueira
Directores: Belén Marina Gras
David Paniagua Sánchez
Madrid Abril 2016
Mª de la Vega Marcos Figueira
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HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS
ESPAÑOLES 1
Resumen
Objetivo. Investigar las posibles diferencias en habilidades sociales y en autoeficacia percibida entre
universitarios que tienen hermanos y universitarios que son hijos únicos. Método. Se utilizó una muestra de 108
sujetos, mujeres y hombres, que pertenecían a la población universitaria española, para evaluar su autoeficacia
percibida y sus habilidades sociales. Para evaluar la autoeficacia se aplicó la Escala de Autoeficacia
Generalizada (EAG) y para medir las habilidades sociales se utilizó la Escala de Habilidades Sociales (EHS).
Además, los participantes respondieron un cuestionario de información personal con preguntas centradas en los
hermanos y la fratría. La muestra se dividió en dos grupos en función de si los sujetos tenían hermanos o no los
tenían. Resultados. Se cumplieron los criterios de normalidad para las escalas y subescalas. Se realizó una
prueba t de Student para muestras independientes con un alfa de ,05 y no se observaron diferencias
significativas entre los grupos. Discusión. No se encuentran diferencias significativas en habilidades sociales y
autoeficacia percibida entre estudiantes universitarios que tienen hermanos y que no los tienen.
Palabras clave: autoeficacia, habilidades sociales, hermanos, hijos únicos, población universitaria.
Abstract
Objective. To investigate possible differences in social skills and self-efficacy between university students who
have siblings and university students who are only children. Methods. The investigation was carried out using a
sample of 108 subjects, women and men, who belonged to the Spanish university population, with the aim to
assess their perceived self-efficacy and social skills. In order to evaluate self-efficacy, they filled the
Generalized Self-Efficacy Scale (EAG), and the Social Skills Scale (EHS) was used to measure social skills.
Furthermore, a personal information questionnaire was used with questions focusing on the siblings. The
sample was divided into two groups depending on whether the participants had siblings or not. Results.
Normality criteria for scales and subscales were met. The Student’s t-test for independent samples was
performed with an alpha of 0,05 and no significant differences between groups were observed. Discussion. It
can be said that there are no significant differences in social skills and self-efficacy between university students
who have siblings and those that do not.
Keywords: self-efficacy, social skills, siblings, only children, university population.
HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS
ESPAÑOLES 2
Relación entre Tener Hermanos, Autoeficacia y Habilidades Sociales en Población
Adulta Universitaria en España
Este trabajo se lleva a cabo con el objetivo de investigar acerca de la relación entre el
hecho de tener hermanos o no tenerlos, el desarrollo de las habilidades sociales y el nivel de
autoeficacia percibida en las personas adultas. Se estudia con la idea de indagar más
profundamente en un tema acerca del que todavía no se cuenta con suficiente información para
así poder llenar este vacío y plantear posibles futuros trabajos de investigación dentro de esta
línea y en la misma temática.
En relación con lo mencionado anteriormente, existen diversos estudios que hacen
alusión al tema. Sin embargo, la mayoría de ellos se centran en la relación entre hermanos en
términos de factores de riesgo para la salud y el desarrollo como la falta de apoyo entre
hermanos, o estudian el impacto del tamaño de la familia (Steelman et al., como se citó en
Gillies y Lucey, 2006). Apenas se conoce el rol que los hermanos y hermanas pueden
desempeñar creando o construyendo recursos dentro de la familia. Por otro lado, estas variables
son estudiadas especialmente en población americana clínica y que se encuentra en las etapas de
la niñez, la infancia o la adolescencia (Milevsky y Levitt, 2005). Por lo tanto, este trabajo puede
aportar información de un campo que todavía no está explorado en su totalidad, estudiando
cómo el hecho de tener hermanos o no tenerlos influye en la manera en la que en una persona se
desarrollan la autoeficacia percibida y las habilidades sociales. Además, es interesante obtener
este tipo de información en grupos de población que no habían sido estudiados anteriormente en
relación con este tema, como, en este caso, la población adulta universitaria en España.
Por otro lado, se demuestra que una relación estrecha y cálida con los hermanos está
asociada con una mayor salud psicológica (Facio y Resett, 2007) y un mayor nivel de ajuste
psicológico (Oliva y Arranz, como se citó en Ripoll, Carrillo y Castro, 2009). En muchas
ocasiones, las relaciones entre hermanos ofrecen un espacio de adquisición, desarrollo y
mantenimiento de habilidades sociales y se convierten en la base de las relaciones futuras con
otras personas en diferentes contextos. Además, las relaciones entre hermanos son críticas en la
formación de las representaciones sobre uno mismo, ya que constituyen un espacio o entorno
seguro en el que poder experimentar, es decir, en el que poder llevar a cabo diversos ensayos
con menos riesgo que en otros entornos. Las relaciones entre los hermanos están cargadas
emocionalmente y las interacciones son frecuentes, por lo que hay más oportunidades y
motivación para evaluarse a uno mismo en relación a un hermano. Los hermanos pueden influir
los unos sobre los otros en diversos aspectos. Por ejemplo, los hermanos pueden ser una fuente
clave de aprobación para algunos adolescentes. Sin embargo, aunque los hermanos son una
fuente significativa para las personas en procesos asociados al desarrollo de uno mismo, su rol
ha sido poco estudiado (Gamble y Yu, 2008).
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ESPAÑOLES 3
Diferentes estudios demuestran la existencia de una asociación entre la calidad de la
relación dentro del sistema fraternal, el desarrollo de habilidades sociales positivas con los
iguales y el nivel de ajuste psicológico de los niños (Smith, como se citó en Ripoll, Carrillo y
Castro, 2009). Por ejemplo, las relaciones positivas entre hermanos se vinculan con el mejor
entendimiento de las emociones de otras personas. Algunas investigaciones hallan que aquellos
niños que tienen una relación positiva con sus hermanos muestran una mejor comprensión
emocional y social, mejores habilidades sociales, más sensibilidad moral y un mayor ajuste
psicológico (Milevsky y Levitt, 2005). En el estudio de Milevsky y Levitt (2005), encuentran
que aquellos niños con mayores niveles de apoyo por parte de un hermano tienen un mayor
nivel de autoestima. Los hermanos y hermanas son una presencia fundamental en la vida de
muchos niños y personas jóvenes (Gillies y Lucey, 2006). Por otro lado, la calidez y el cuidado
en las relaciones entre hermanos conducen a un autoconcepto más positivo (Gamble, Yu y Card,
2010). En los estudios realizados sobre este tema, las relaciones entre hermanos suelen ser
vividas como una fuente de intimidad, compañía, apoyo y protección (Edwards et al., como se
citó en Gillies y Lucey, 2006). Además, son una fuente de conocimiento y experiencias. Por
otro lado, las creencias de un individuo sobre su autoeficacia social facilitan la amistad y la
conexión social (Sanmartín, Carbonell y Baños, 2011).
En un estudio llevado a cabo por Halistrom (como se citó en Escrivá, Navarro, del
Barrio y García-Ros, 1992), se miden variables sociales y demográficas como el número de
hermanos, el puesto que ocupa cada uno de ellos en el grupo fraterno, la clase social y la
educación académica. Estas variables se examinan simultáneamente con la experiencia de
pérdida temprana de los progenitores en relación con la depresión adulta. Estos autores
encuentran que las variables sociodemográficas anteriormente mencionadas no se relacionan
con el riesgo de padecer depresión en la adultez. En cuanto a la posición que ocupan las
personas dentro de la fratría se observa que media en el desarrollo emocional, social e
intelectual del niño (Koch; Mussen y cols.; Baskett, como se citó en Escrivá et al., 1992). En el
estudio de Escrivá et al. (1992), puntúan más bajo en depresión los hijos primogénitos seguidos
por el hermano que ocupa el tercer puesto y, después, por el segundo. Es decir, el hijo que ocupa
el puesto intermedio en la fratría presenta más síntomas depresivos que el resto de hermanos. En
relación a este estudio, se podría decir que los hijos primogénitos cuentan con la ventaja de
tener menor sintomatología depresiva en relación con sus hermanos. Sin embargo, los hijos que
ocupan el segundo puesto o el último, no presentan diferencias significativas en estabilidad
emocional y afectiva.
Por otro lado, se ha estudiado cómo el tamaño de la familia está relacionado con la
sintomatología depresiva en niños. Se ha visto que el pertenecer a familias en las que hay cuatro
o más hermanos influye de forma negativa en la estabilidad emocional de sus miembros
(Escrivá et al., 1992). Otro de los estudios relacionados con este tema es el de Arranz (como se
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ESPAÑOLES 4
citó en Escrivá et al., 1992), en el que se demuestra que las familias de hasta tres miembros
tienen ventajas mayores en cuanto a problemas de depresión comparado con las familias más
numerosas.
Según Gillies y Lucey (2006), los análisis estadísticos anteriores tienden a resaltar las
desventajas de tener hermanos, pero su estudio cualitativo ha mostrado algo diferente. Llevan a
cabo un estudio con una muestra de hermanos, los entrevistan y concluyen que, aunque vivir
con hermanos y hermanas puede generar sentimientos de ira, frustración o vulnerabilidad,
también provoca amor, lealtad y seguridad.
En una investigación llevada a cabo con una muestra de 438 familias con más de un hijo
se ha demostrado la existencia de asociaciones entre características de la relación entre
hermanos como el conflicto o el cariño y el ajuste individual de los niños (Brody, como se citó
en Gamble y Yu, 2008). Se ha confirmado que existe una similitud entre los hermanos en
conductas de relaciones sociales con los pares (Ingoldsby et al., como se citó en Gamble y Yu,
2008). Además, el modelamiento y el refuerzo de los hermanos aumentan la tendencia a confiar
en los otros y, particularmente, el uno en el otro para buscar aprobación (Gamble y Jin Yu,
2008).
Otro ejemplo de un estudio realizado en este ámbito es el de Salanova, Cifre, Grau,
Llorens y Martínez (2005), en el que se investigan los antecedentes de la autoeficacia percibida
en estudiantes universitarios y en profesores, centrándose en el burnout y en el engagement o
vinculación psicológica, en el que los autores encuentran una relación positiva entre el
engagement y la autoeficacia. Sin embargo, la autoeficacia no está predicha por el burnout y
tampoco se relaciona con las habilidades sociales o con las relaciones familiares o fraternales de
los sujetos.
Uno de los agentes de socialización más importantes en las personas, aparte del entorno
familiar, es el contexto escolar. Por ejemplo, se han hallado mayores niveles de impopularidad,
problemas relacionales y aislamiento en el ámbito escolar en personas que no tienen hermanos
en relación con individuos que sí tienen algún hermano o hermana (Cangas, Gázquez, Pérez,
Moldes y Rubio; Duncan; Veenhoven y Verkuyten; como se citó en Piñeiro-Ruiz, López-Espín,
Cerezo y Torres-Cantero, 2012). Sin embargo, la protección por el hecho de tener hermanos
solo se origina cuando el tamaño familiar es pequeño, ya que en familias numerosas el riesgo de
violencia y victimización aumenta debido al incremento de conflictividad dentro de la familia
(Eriksen y Jensen, como se citó en Piñeiro-Ruiz et al., 2012). Piñeiro-Ruiz et al., (2012),
encuentran que el nivel de victimización varía en función del número de hermanos que los
estudiantes tienen. Así, los estudiantes que no tienen hermanos sufren más agresiones físicas,
verbales y psicológicas. Además, los niveles de victimización disminuyen con el número de
hermanos de la fratría. Estos datos coinciden con el estudio realizado por Veenhoven y
Verkuyten (como se citó en Piñeiro-Ruiz et al., 2012) en el que se demuestra que los hijos
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únicos son, en general, menos aceptados por el grupo de iguales. Según estos autores el
asilamiento, que es una forma de victimización que se caracteriza por el rechazo, disminuye las
posibilidades de desarrollo adecuado de las habilidades sociales y la resolución de conflictos.
Otro aspecto a tener en cuenta es el de que los hijos únicos, por la ausencia de hermanos
mayores, presentan un mayor nivel de autocrítica y un menor número de relaciones sociales, lo
que afecta a su popularidad (Kemppainen, Jokelainen, Jarvelin, Isohanni, y Rasanen, como se
citó en Piñeiro-Ruiz et al., 2012). La tendencia a la victimización en personas que no tienen
hermanos podría deberse a que el no tener hermanos conduce a poseer carencias de
socialización, menos contextos de aprendizaje de estrategias de resolución de conflictos y un
menor número de oportunidades de interactuar con iguales (Kitzmann, Cohen y Lockwood,
como se citó, en Piñeiro-Ruiz et al., 2012). En relación con esto, las personas que no tienen
hermanos se desarrollan en un entorno más sobreprotector proporcionado por los padres. La
sobreprotección puede entorpecer el desarrollo de habilidades sociales y psicológicas y, como
consecuencia, aumentar la falta de habilidades y estrategias adecuadas de afrontamiento en
relación a la victimización (Veenhoven y Verkuyten, como se citó en Piñeiro-Ruiz et al., 2012).
Además, las personas con hermanos cuentan con más posibilidades de socialización ya que, en
general, los hermanos constituyen una fuente de apoyo emocional que facilita la adaptación de
la persona. Por lo tanto, presentan menores niveles de victimización en comparación con los
hijos únicos (Kemppainen et al., como se citó en Piñeiro-Ruiz et al., 2012). Sin embargo, hay
que tener en cuenta que esto no siempre tiene por qué ser así, ya que en familias con varios
hermanos puede existir un alto nivel de conflicto familiar, lo que afecta negativamente al
desarrollo psicológico y social de los individuos. Por ello, pueden presentarse más situaciones
de victimización dentro de la familia, favoreciendo que se aprendan conductas violentas y
estrategias inadecuadas de afrontamiento. Por tanto, el tener hermanos puede también conllevar
rivalidad entre ellos, traduciéndose en una mayor victimización en el contexto escolar (Eriksen
y Jensen, como se citó en Piñeiro-Ruiz et al., 2012).
Para la realización del estudio de este Trabajo de Fin de Master se ha utilizado como
variable independiente el tener hermanos o no tenerlos y, como variables dependientes, el nivel
de autoeficacia de los sujetos y el adecuado desarrollo de sus habilidades sociales. A
continuación, se definen las variables mencionadas.
La autoeficacia o self-efficacy surge dentro de la Teoría Cognitiva Social y está definida
por Bandura (como se citó en Ortiz y Gándara, 2002) como el “conjunto de juicios de cada
individuo sobre sus capacidades, en base a los cuáles organizará y ejecutará sus actos de modo
que le permitan alcanzar el rendimiento deseado”, o bien como “el conjunto de creencias en las
propias capacidades para organizar y ejecutar los cursos de acción requeridos que producirán
determinados logros o resultados” (Bandura, como se citó en Salanova et al., 2005). Se refiere al
conjunto de creencias del sujeto acerca de la propia capacidad para aprender o rendir
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efectivamente (Zimmerman, Kitsantas y Campillo, 2005). También puede definirse como “la
propia percepción de la capacidad de los individuos para manejar adecuadamente una amplia
gama de estresores de la vida cotidiana” (Brenlla, Aranguren, Rossaro y Vázquez, 2010).
La autoeficacia forma parte del autoconcepto y es el producto de la interacción de
cuatro fuentes distintas: las experiencias anteriores, la persuasión verbal social, las experiencias
vicarias y los estados fisiológicos. Además, nace de la experiencia de afrontamiento de
dificultades en circunstancias pasadas (esfuerzo, ayuda externa percibida y cantidad de éxitos y
fracasos). La autoeficacia se forma en la infancia en interacción con la familia, los pares y el
colegio. Es decir, se construye basándose en los juicios acerca de las propias capacidades. Las
emociones positivas que acompañan a los diferentes sucesos de la vida aumentan la autoeficacia
percibida y las negativas, la disminuyen.
La Teoría Cognitiva Social dice que las creencias de autoeficacia son claves para
entender la competencia emocional de las personas y el éxito en las relaciones interpersonales
(Bandura, como se citó en Sanmartín, Carbonell y Baños, 2011). Todo ello tiene repercusión en
el funcionamiento humano, el ajuste y la adaptación al medio de cada persona. Por todo ello, la
autoeficacia es un elemento que protege, por ejemplo, ayudando a disminuir las conductas
antisociales. La percepción de autoeficacia ejerce un gran impacto en la adaptación y en el
desarrollo humano a través del aprendizaje de experiencias anteriores, experiencias vicarias,
persuasión social o verbal y estados fisiológicos de la persona (Brenlla, Aranguren, Rossaro y
Vázquez, 2010). Las creencias positivas sobre la propia eficacia incrementan la motivación e
influyen en lo que las personas piensan, sienten y hacen (Bandura, como se citó en Brenlla,
Aranguren, Rossaro y Vázquez, 2010). El concepto de autoeficacia es un tema ampliamente
estudiado en diversas áreas del funcionamiento humano como, por ejemplo, en la adaptación de
las personas al medio social, en la elección vocacional, en el ámbito del deporte, en la gestión de
organizaciones en el terreno laboral o, dentro del entorno escolar, en la consecución de metas
académicas (Bandura, como se citó en Brenlla, Aranguren, Rossaro y Vázquez, 2010).
Una de las hipótesis que se barajan en el presente Trabajo de Fin de Master es que
aquellas personas que tienen hermanos muestran un mayor nivel de autoeficacia percibida que
aquellas que son hijos únicos.
Otra de las variables que se quiere tener en cuenta en este trabajo son las habilidades
sociales. Éstas son un conjunto de capacidades que permiten el desarrollo de una variedad de
conductas que hacen que los individuos sepan desenvolverse socialmente de manera eficaz. Se
trata de repertorios de comportamientos que las personas presentan en su vida cotidiana y que
contribuyen a que alcancen buenos resultados en las relaciones interpersonales. También pueden
definirse como aquellas capacidades que posee el individuo para resolver sus problemas y los
del medio sin perjudicar a los demás (Del Arco y García, 2005). Las habilidades sociales son un
conjunto de comportamientos que permiten la interacción social, las conductas pro-sociales y
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ESPAÑOLES 7
las habilidades socio-cognitivas (Gresham y Elliot, como se citó en Lamont y Van Horn, 2013).
La competencia social se entiende como la capacidad para usar los recursos ambientales y
personales para alcanzar un desarrollo adecuado (Waters y Sroufe, como se citó en Arce, Fariña
y Vázquez, 2001).
Estas habilidades están compuestas de conductas que se asientan en ideas, sentimientos,
creencias y valores que provienen del aprendizaje y de la experiencia de cada persona. La
adquisición de habilidades sociales es un proceso de aprendizaje que se inicia al nacer y
continúa durante toda la vida de una persona. La competencia social se desarrolla como
resultado de las interacciones con otras personas (Arce, Fariña y Vázquez, 2001). Algunos de
los ámbitos en los que se necesitan las habilidades sociales como la empatía, el afrontamiento
de críticas o saber hacer cumplidos son: la asertividad, la comunicación, la resolución de
conflictos o la cooperación.
Por otro lado, como define la Organización de las Naciones Unidas: “la familia es una
unidad básica de la sociedad y eje de la red de organización social” (como se citó en Quezada,
2015). La familia es un sistema que integra los conceptos de totalidad, jerarquía, comunicación
y control y en el que todas sus partes son interdependientes. Las familias poseen estructuras y
configuraciones diferentes que hacen que cada una posea características que la diferencian y,
por lo tanto, que reaccione según las modalidades que le corresponden según su configuración
(Minuchin y Fishman, como se citó en Quezada, 2015). La composición de la familia ha
experimentado una serie de cambios desde el inicio de la industrialización hasta el día de hoy en
las funciones que desempeña, en la diversidad organizacional, en las diferencias en los roles
dentro del sistema, etc. Uno de estos cambios puede observarse en la disminución del número
de miembros dentro de la familia. Hoy en día existen menos familias numerosas que hace unos
años y, cada vez más, los padres tienden a tener menos hijos o a tener hijos únicos.
Debido a que la población estudiada en este trabajo es de nacionalidad española, parece
necesario señalar que España se encuentra a la cola del índice de natalidad en Europa con 1,3
hijos de media. Un 27,6% de mujeres españolas tan solo tienen un hijo. Las familias numerosas
han pasado a ocupar un 12,5%. Por otra parte, el tamaño de las familias en España se ha ido
reduciendo a lo largo de las últimas décadas. A partir del año 2000 han ido creciendo las
familias monoparentales, sobre todo las encabezadas por una mujer, además de las parejas con
uno o dos hijos. Además, la cantidad de familias numerosas de cuatro hijos o más se ha visto
reducida con los años (Landwerlin, 2006).
Relacionando la familia con el desarrollo de habilidades sociales, se puede decir que
dentro del sistema familiar la relación positiva en el subsistema fraternal constituye una fuente
de apoyo más allá de las contribuciones de los padres o los pares (Facio y Resett, 2007). Se sabe
que los adolescentes consideran a sus hermanos como importante fuente de compañía, intimidad
y amor. Se observa en diferentes países de Europa Occidental y en los Estados Unidos que
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ESPAÑOLES 8
durante la adolescencia los hermanos son las personas más queridas después de los padres
(Facio y Resett, 2007). Los hermanos se perciben como proveedores de ayuda en diferentes
situaciones. La familia es el primer grupo social con el que una persona tiene contacto. Todo
ello resalta la importancia de las relaciones entre hermanos.
En algunas ocasiones los hermanos proporcionan contextos únicos en los que se dan
experiencias que influyen en el desarrollo de las habilidades sociales y cognitivas (Noller, como
se citó en Robertson, Shepherd y Goedeke, 2014). Además, las relaciones entre hermanos
facilitan oportunidades a los niños para aprender más sobre sí mismos y también sobre cómo los
demás les ven a ellos (Kramer, como se citó en Robertson, Shepherd y Goedeke, 2014).
Las relaciones entre hermanos pueden ofrecer oportunidades para aprender acerca del
manejo de conflictos, la formación de la identidad, la tolerancia al afecto negativo y el
entendimiento social (Kramer, como se citó en Robertson, Shepherd y Goedeke, 2014). Estas
relaciones entre hermanos son una tierra fértil en la cual los niños pueden aprender a resolver
desacuerdos y a regular sus emociones en situaciones de alta intensidad (Kennedy y Kramer,
2008).
Los hermanos interaccionan los unos con los otros a lo largo de los años y aprenden
maneras de comportarse y de ser, y se puede decir que “ensayan” recursos que usarán en el
futuro en sus relaciones durante la vida adulta (Young, como se citó en Robertson, Shepherd y
Goedeke, 2014).
Los mecanismos de aprendizaje social están en la base de la influencia entre hermanos,
sobre la cual los hermanos desarrollan atributos, actitudes y conductas similares. Los hermanos
tienen un rol de modelo (sobre todo los hermanos mayores) en el que actúan como agentes de
socialización (Whiteman, McHale y Crouter, 2007).
Además, la edad y el orden de nacimiento influyen de forma significativa en el
contenido y la naturaleza de la relación entre hermanos (Gillies y Lucey, 2006). Simplemente
observando cómo un hermano o hermana mayor se enfrenta a diferentes situaciones y retos se
pueden interiorizar ideas y aprendizajes muy útiles.
En un estudio realizado por Galicia-Moyeda, Sánchez-Velasco y Robles-Ojeda (2013),
se intenta relacionar las variables autoeficacia y dinámica familiar, en una muestra de 80
adolescentes de 12 a 15 años de edad. Estos autores hallan que los alumnos que tienen una alta
autoeficacia social y académica viven en un núcleo familiar con buenas relaciones de cohesión
establecidas. Es decir, observan que la capacidad de dirigir el propio aprendizaje, el logro de
expectativas académicas, parentales y de los profesores y, además, la percepción de la propia
capacidad para establecer relaciones asertivas entre iguales, están influenciadas por la unión de
la familia de los adolescentes, la compenetración entre sus miembros y la ayuda ofrecida y
recibida dentro del contexto familiar. Además, la importancia que la familia de los adolescentes
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ESPAÑOLES 9
da a los procesos de desarrollo personal afecta a la percepción de autoeficacia tanto social como
académica de los niños.
El tipo y la cualidad del apego que uno experimenta en la adolescencia (incluida la
relación con padres, pares y hermanos) puede afectar directamente al apego que las personas
crean en su adultez (Robertson, Shepherd y Goedeke, 2014). Existe una asociación entre la
calidez y la comunicación en la relación entre hermanos y el nivel de ajuste psicológico de los
mismos (Oliva y Arranz, como se citó en Ripoll, Carrillo y Castro, 2009).
En relación con lo anterior, el entorno familiar constituye el primer contexto en el que
las personas desarrollan variables psicológicas tan importantes como el autoconcepto y la
identidad de cada uno de sus miembros. A ello contribuyen las prácticas de disciplina, la
intensidad del vínculo afectivo y el contacto físico, lo predecible del contexto y el apego
familiar (Musitu y Allatt; Noller y Callan, como se citó en Navarro, Miguel y Germes, 2006).
Resumiendo, se puede decir que las relaciones entre hermanos pueden crear un espacio
de adquisición, desarrollo y mantenimiento de habilidades sociales y son la base de las
relaciones con los pares en otros contextos como, por ejemplo, el colegio (Ripoll, Carrillo y
Castro, 2009).
En comparación con la investigación sobre la influencia de las relaciones familiares
entre padres e hijos, el estudio sobre la relación del sistema de hermanos o fratría recibe poca
atención y se investiga escasamente. Aunque en los últimos años está surgiendo un interés por
la influencia de las relaciones entre hermanos, sigue siendo un tema en el que se ha indagado
poco. Se ha señalado que las relaciones familiares determinan el bienestar de los niños, pero la
atención se ha centrado sobre todo en el rol de los padres. Sería interesante estudiar más el tema
de la relación con los hermanos (Facio y Resett, 2007).
La investigación en el contexto de las relaciones entre hermanos se ha focalizado sobre
todo en aspectos como el entendimiento emocional y social, las habilidades cognitivas, la
sensibilidad moral, el ajuste psicológico o las conductas disruptivas (Gamble y Yu ,2008).
La relación entre hermanos representa un contexto emocionalmente intenso. La
comparación social entre hermanos es la clave de la dinámica de estas relaciones. Por lo tanto,
se debe tener en cuenta el impacto de los hermanos en el desarrollo del autoconcepto (Gamble y
Yu ,2008). El rol de los hermanos en la formación del autoconcepto ha obtenido poca atención
por parte de los estudios.
La dimensión de la autoeficacia ha sido profundamente estudiada en niños y
adolescentes, pero no tanto en población adulta universitaria. Además, la investigación previa se
centra sobre todo en las consecuencias (estrés, desempeño), pero existen pocos estudios que
evalúen los antecedentes de la autoeficacia, como los obstáculos y los facilitadores para su
adquisición (Salanova et al., 2005).
HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS
ESPAÑOLES 10
Aunque en la literatura puedan encontrarse documentos que aseguran que los hermanos
ejercen importantes roles en el desarrollo psicosocial del otro, los investigadores no estudian la
influencia de estos mecanismos directamente. Es necesaria más investigación sobre este tema
para determinar los procesos de influencia (Whiteman, McHale y Crouter, 2007).
Noller (como se citó en Robertson, Shepherd y Goedeke, 2014) afirma que se necesita
más trabajo para obtener un mejor entendimiento de las relaciones entre hermanos y su
importancia en el desarrollo de la vida adulta.
Está claro que existe una gran influencia de las relaciones entre hermanos sobre el
desarrollo futuro, pero se necesitan estudios que se centren en la socialización entre hermanos
para llegar a entender por qué mecanismos ocurre esto y cómo los hermanos pueden llevar a
cabo roles formativos en el desarrollo social y emocional del otro (Robertson, Shepherd y
Goedeke, 2014).
Según Ripoll, Carrillo y Castro (2009), sería interesante estudiar las diferentes
dimensiones de las relaciones entre hermanos y los aspectos específicos del funcionamiento
social, como la competencia social o la autoeficacia. Además, según Gold, Treadwell,
Weissman y Vichinsky (2008), es necesaria más investigación sobre la relación entre hermanos
y la autoeficacia percibida.
Por lo tanto, el principal objetivo del presente estudio es investigar si existe una relación
entre la autoeficacia, el desarrollo de habilidades sociales de una persona y el hecho de que esta
persona tenga hermanos o no los tenga. Es decir, se pretende encontrar una relación entre el
hecho de tener hermanos y el desarrollo sano de la autoeficacia y de las habilidades sociales en
población general adulta universitaria en España. Se quiere estudiar si el hecho de tener
hermanos actúa como facilitador para un correcto desarrollo de la autoeficacia y de las
habilidades sociales en la adultez.
La hipótesis que se plantea en el presente trabajo es que existe una diferencia en cuanto
al nivel de autoeficacia y el desarrollo de habilidades sociales entre los adultos universitarios
españoles que tienen hermanos y los que no tienen hermanos.
La utilidad del estudio consiste en proporcionar información nueva acerca de la
influencia que ejerce la relación entre hermanos sobre algunos aspectos del autoconcepto, como
la autoeficacia y la competencia social. De esta manera, se pretende estudiar un tema de la vida
familiar que ha recibido poca atención en las investigaciones pasadas, para conocer así los
aspectos más relevantes y poder aplicar los conocimientos obtenidos a la práctica clínica de los
profesionales de la psicología. Por otro lado, nos permite conocer más a fondo los antecedentes
del desarrollo de las habilidades sociales y de la autoeficacia en las personas. Además, dado que
la mayoría de las investigaciones en este campo han sido realizadas con otros rangos de edad y
en diferentes poblaciones, es posible que este Trabajo de Fin de Master aporte información
nueva y útil al campo de la psicología.
HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS
ESPAÑOLES 11
Quizá esta investigación facilite, en cierto modo, el trabajo terapéutico de algunos
psicólogos, que pueden obtener información con la que no se contaba anteriormente, y, además,
pueda servir para llevar a cabo intervenciones terapéuticas más eficaces en algunos ámbitos,
como los colegios, y con ciertos pacientes, como, por ejemplo, los niños y adolescentes. Hasta
el momento no se han estudiado en profundidad las habilidades sociales y la autoeficacia en
relación con el tener hermanos o no tenerlos en España.
HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS
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Método
Participantes
Para la consecución de los objetivos del presente trabajo se obtuvo una muestra de 108
sujetos. Los criterios de inclusión fueron: personas de nacionalidad española, universitarias,
pertenecientes a la población general, no a la clínica. En cuanto a los criterios de exclusión, no
se seleccionaron sujetos que no fueran de nacionalidad española, que no estuvieran realizando
estudios universitarios y que no fueran mayores de 18 años de edad.
La muestra fue obtenida gracias a la difusión de la información en las redes sociales y
en Internet. Se utilizó el programa de Formularios de Google para facilitar que los sujetos
respondieran a las preguntas en el momento que más les conviniera según sus circunstancias
personales.
La muestra de sujetos se compuso de 13 varones y 95 mujeres, es decir, el 12% de la
muestra eran varones y el 88%, mujeres. En cuanto a la edad, los sujetos oscilaban entre los 18
y los 50 años, siendo la media de edad de los participantes de 24,31 años (d.t. 5,21 años). De
toda la muestra el 53,7% de sujetos tenía hermanos y el 46,3% no los tenía, por lo que los dos
grupos eran parecidos en cuanto al número de sujetos. Además, dentro del grupo de las personas
que tenían hermanos el 25,9% tenían un solo hermano, el 23,1% tenían dos hermanos y el 4,6%,
tres hermanos.
Instrumentos de medida
Con la finalidad de medir las variables dependientes se utilizaron los instrumentos
Escala de Habilidades Sociales (EHS) de González (2000) y Escala de Autoeficacia General
(EAG) (Jerusalem y Schwarzer, 1992). Además, se pasó un cuestionario de información
personal (edad, sexo, si se tienen o no hermanos y puesto que se ocupa en el grupo de hermanos
en el caso de tenerlos).
Habilidades sociales. La Escala de Habilidades Sociales (González, 2000) explora la
conducta habitual del sujeto en situaciones concretas y valora hasta qué punto las habilidades
sociales modulan estas actitudes. La escala consta de 33 ítems. Se dispone de un índice global y
de puntuaciones de 6 factores o subescalas: autoexpresión en situaciones sociales, defensa en los
propios derechos como consumidor, expresión de enfado o disconformidad, decir “no” y cortar
interacciones, hacer peticiones e iniciar interacciones positivas con el sexo opuesto. En la escala
todos los ítems son indicadores de un constructo general de conducta asertiva. Este test se puede
administrar de forma individual o colectiva y tiene una duración variable de 10 minutos a 15
minutos. Se puede usar en adolescentes a partir de 12 años y, también, en adultos. Un ejemplo
de los ítems que presenta la escala es el siguiente: Cuando en una tienda atienden antes a
alguien que entró después que yo, me callo. Este instrumento tiene una alta consistencia interna
HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS
ESPAÑOLES 13
y presenta un coeficiente de fiabilidad alto para la muestra de este estudio (alfa de Cronbach
,90), como puede observarse en la Tabla 1. El índice de homogeneidad es mayor de 0,2 en todos
los casos, por lo que no se identifica ningún ítem que esté restando fiabilidad a la Escala de
Habilidades Sociales. Las fiabilidades de las subescalas oscilan entre ,56 y ,83, siendo la
fiabilidad más baja para la subescala 5 (Hacer peticiones) y la más alta para la subescala 1
(Autoexpresión en situaciones sociales). La subescala 5 de la Escala de Habilidades Sociales es
menor de ,60. La fiabilidad aumenta quitando alguno de sus ítems, pero en ningún caso el alfa
supera el ,60.
Autoeficacia. Para obtener información sobre la autoeficacia percibida de los sujetos fue
utilizada la EAG, la adaptación española de la Escala de Autoeficacia General (Jerusalem y
Schwarzer, 1992). Este instrumento evalúa el sentimiento estable de competencia personal para
manejar eficazmente las situaciones estresantes. La escala consta de 10 ítems que expresan
pensamientos positivos sobre la propia capacidad de hacer frente a situaciones difíciles y acerca
del control percibido sobre los diferentes sucesos en la vida. Se mide la percepción de
competencia personal para manejar nuevas situaciones. El instrumento posee escalas tipo Likert
con 4 opciones de respuesta (nunca, pocas veces, a veces o siempre). Un ejemplo de los ítems
que presenta este instrumento es el siguiente: Puedo resolver problemas si me esfuerzo lo
suficiente. Las puntuaciones totales varían entre los 10 y los 40 puntos, es decir, si se obtiene
una puntuación alta, el nivel de autoeficacia percibida será mayor y si la puntuación es más baja,
el nivel de autoeficacia percibida será menor.
La escala EAG correlaciona positivamente con optimismo, autoestima y extraversión; y
negativamente, con ansiedad, depresión, soledad, neuroticismo y timidez. La fiabilidad de la
escala es alta para la muestra de este estudio, mostrando un alfa de Cronbach de ,89 como se ve
en la Tabla 1. El índice de homogeneidad es mayor de 0,2 en todos los casos por lo que no se
identifica ningún ítem que esté restando fiabilidad a la Escala de Autoeficacia General.
Tabla 1
Fiabilidad de las escalas utilizadas
Escala Alfa de Cronbach
Escala Autoeficacia Generalizada ,88
Habilidades Sociales subescala 1 ,83
Habilidades Sociales subescala 2 ,66
Habilidades Sociales subescala 3 ,64
Habilidades Sociales subescala 4 ,69
Habilidades Sociales subescala 5 ,56
Habilidades Sociales subescala 6 ,73
Habilidades Sociales Global ,90
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ESPAÑOLES 14
Diseño utilizado y procedimiento
El estudio utilizó una metodología relacional buscando el establecimiento de relaciones
entre el hecho de tener hermanos o no tenerlos y el nivel de autoeficacia y la adecuación en las
habilidades sociales de los sujetos estudiados.
La recogida de datos fue realizada entre diciembre de 2015 y enero de 2016. Para
comenzar, a los sujetos se les pasó un cuestionario en el que se obtuvo información acerca de si
tenían hermanos o no los tenían, cuántos hermanos tenían, qué puesto ocupaban dentro del
grupo de hermanos, etc. De esta manera se pudo separar a la muestra en dos grupos: los que
tenían hermanos y los que no los tenían. A continuación, se pasó a los sujetos la Escala de
Autoeficacia General y la Escala de Habilidades Sociales mencionadas con anterioridad. Los
participantes respondieron al cuestionario y a las escalas online, utilizando el programa de
Formularios de Google. Una vez finalizada la recogida de información, se compararon los
resultados de ambos grupos buscando posibles diferencias significativas en estos aspectos.
Todos los participantes fueron informados de los objetivos del trabajo y de la
posibilidad de elegir entre participar en él o no hacerlo y de abandonarlo en cualquier momento.
En cuanto al análisis de datos, para conseguir el objetivo propuesto, en primer lugar, se
realizaron análisis estadísticos descriptivos de las variables consideradas en el presente estudio y
se analizaron las consistencias internas de las escalas utilizadas (alfa de Cronbach) utilizando el
paquete estadístico IBM SPSS Statistics Versión 22 para Windows. A continuación, para
contrastar la hipótesis planteada, se efectuó un análisis t de Student para muestras
independientes con el citado paquete estadístico.
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ESPAÑOLES 15
Resultados
Con el objetivo de comprobar si se cumple el supuesto de normalidad de la muestra se
realizó la prueba de Kolmogorov-Smirnov (p = ,05). Como se puede observar en la Tabla 2,
según esta prueba, no se pudo asumir normalidad en la distribución, ya que no todos los valores
son superiores a ,05. Las subescalas 3 y 4 de la Escala de Habilidades Sociales tienen valores
< ,001 y ,002 respectivamente, por lo que resulta estadísticamente significativo.
Tabla 2
Prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov
Escala Estadístico Significación
EAG 0,09 ,011
HS 1 0,10 ,006
HS 2 0,09 ,032
HS 3 0,13 < ,001
HS 4 0,11 ,002
HS 5 0,07 ,198
HS 6 0,08 ,037
HS G 0,09 ,032
Debido a que con la prueba de Kolmogorov-Smirnov (p = ,05) no se pudo asumir
normalidad, se pasó a observar los valores de asimetría y curtosis presentados en la Tabla 3.
Como los valores de la asimetría son menores que│2│y los de la curtosis son menores
que│7│no resultan estadísticamente significativos y, por lo tanto, se puede asumir normalidad,
según Curran, West y Finch (1996). Es decir, se asume, de acuerdo con los resultados, que la
distribución de la variable en esta muestra está normalmente distribuida.
Tabla 3
Estadísticos descriptivos
Escala Media d.t. Asimetría Curtosis
EAG 31,02 4,98 -0,79 1,81
HS 1 23,49 5,57 -0,49 -0,66
HS 2 14,63 3,05 -0,32 -0,49
HS 3 12,44 2,36 -0,62 -0,18
HS 4 17,65 3,43 -0,83 1,05
HS 5 14,62 2,76 -0,99 -0,41
HS 6 13,75 3,34 -0,21 -0,51
HS G 96,58 15,56 -0,30 -0,54 *d.t.= desviación típica
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ESPAÑOLES 16
A continuación, como se puede ver en la Tabla 4, y con el objetivo de comparar los dos
grupos de la muestra (sujetos con hermanos y sin hermanos) en cuanto a sus niveles de
autoeficacia percibida y desarrollo de habilidades sociales, se calcularon los estadísticos
descriptivos de las puntuaciones de los diferentes grupos en la Escala de Autoeficacia
Generalizada y en la de Habilidades Sociales y sus seis subescalas. Los estadísticos resultan
muy similares en los dos grupos. En la Escala de Autoeficacia Generalizada las medias de
ambos grupos son 31,22 y 30,78 respectivamente, para una puntuación máxima de 40 puntos,
apreciándose solo una pequeña diferencia entre ellos a favor del grupo de sujetos con hermanos.
Por otro lado, las medias de los grupos en la Escala de Habilidades Sociales en la puntuación
global de la escala tienen una puntuación media, ya que la puntuación máxima es de 132 puntos.
El grupo de sujetos con hermanos se encuentra en un percentil de 67,5 (la puntuación directa de
95,45). Por su parte, el grupo de sujetos sin hermanos tiene una puntuación directa de 97,90 lo
que lo sitúa en un percentil 75. Es decir, el grupo de sujetos sin hermanos obtuvo una
puntuación mayor que el otro grupo en habilidades sociales.
Tabla 4
Estadísticos de grupo
Con hermanos Sin hermanos
Escala Media d.t. Media d.t.
EAG 31,22 5,20 30,78 4,75
HS 1 23,40 5,56 23,60 5,64
HS 2 14,38 2,81 14,92 3,31
HS 3 12,36 2,19 12,54 2,56
HS 4 17,24 3,31 18,12 3,54
HS 5 14,53 2,86 14,72 2,67
HS 6 13,53 3,36 14,00 3,33
HS G 95,45 14,85 97,90 16,40
*d.t.= desviación típica
Sin embargo, para comprobar si las diferencias que existen en autoeficacia percibida y
desarrollo de habilidades sociales entre los sujetos con o sin hermanos eran significativas, se
realizó la prueba de Levene para igualdad de varianzas con un alfa de ,05 y, a continuación, la
prueba t de Student para muestras independientes con un alfa de ,05 y, por tanto, un nivel de
confianza del 95%. La significación en la prueba de Levene para igualdad de varianzas, como se
presenta en la Tabla 5, fue mayor que ,05 en todos los casos, por lo que se asumieron varianzas
iguales para los grupos.
HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS
ESPAÑOLES 17
Tabla 5
Prueba de Levene para la igualdad de varianzas
Escala F Significación
EAG 0,015 ,902
HS 1 0,009 ,924
HS 2 0,482 ,489
HS 3 1,278 ,261
HS 4 0,220 ,640
HS 5 0,474 ,493
HS 6 0,024 ,878
HS G 1,039 ,310
Por otro lado, la significación en la prueba t de Student también fue mayor que ,05 en
todos los casos, como se puede observar en la Tabla 6, por lo que podemos concluir que no
parecen existir diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de este estudio.
Tabla 6
Prueba t de Student para muestras independientes
Escala t Significación
EAG 0,46 ,646
HS 1 -0,18 ,851
HS 2 -9,16 ,362
HS 3 -0,38 ,690
HS 4 -1,32 ,187
HS 5 -0,34 ,730
HS 6 -0,72 ,473
HS G -0,81 ,417
Teniendo en cuenta todos los valores anteriormente mostrados, no se puede decir que la
hipótesis planteada al comienzo de este trabajo se cumpla, ya que no parecen existir diferencias
estadísticamente significativas en personas con y sin hermanos en cuanto a niveles de
autoeficacia percibida y habilidades sociales.
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ESPAÑOLES 18
Discusión
En este Trabajo de Fin de Master se ha medido el nivel de autoeficacia generalizada y
de habilidades sociales en una muestra de 108 estudiantes universitarios mayores de 18 años. La
muestra fue dividida en dos grupos en función de si los sujetos tenían hermanos o eran hijos
únicos para, así, poder comparar las puntuaciones obtenidas por los diferentes grupos en la
Escala de Habilidades Sociales y en la Escala de Autoeficacia Generalizada.
Por otro lado, como se refleja al inicio del trabajo, se hipotetizaba que existía una
diferencia en nivel de autoeficacia generalizada y en habilidades sociales entre personas que
tienen hermanos y personas que no los tienen. Las puntuaciones en la Escala de Autoeficacia
Generalizada fueron mayores en el grupo de sujetos con hermanos y las puntuaciones en la
Escala de Habilidades sociales fueron más altas en el grupo de sujetos que son hijos únicos. Sin
embargo, tras realizar e interpretar la prueba t de Student, se concluye que no existen diferencias
estadísticamente significativas entre los dos grupos de sujetos en cuanto a sus habilidades
sociales y su autoeficacia percibida. Por lo tanto, los resultados obtenidos no apoyan la hipótesis
planteada inicialmente.
Una posible explicación de los resultados obtenidos podría ser que quizá las personas
con y sin hermanos desarrollan una autoeficacia y unas habilidades diferentes unos de otros en
la etapa de la infancia, pero, poco a poco, a lo largo de los años, estas variables se van igualando
hasta la edad adulta. Quizá en la edad adulta las diferencias no sean significativas en los
aspectos mencionados debido a que a medida que pasa el tiempo las personas van teniendo más
oportunidades de interacción con otras personas, con diferentes contextos y con nuevas
situaciones. Las experiencias vividas proporcionan nuevos aprendizajes que pueden introducir
variaciones y cambios en elementos como las habilidades sociales y la autoeficacia percibida.
En relación con la explicación expuesta anteriormente es necesario añadir que, en
general, la relación de las personas con sus hermanos es más estrecha y frecuente en las etapas
de la niñez y de la infancia, debido fundamentalmente a la convivencia en la misma casa y, por
tanto, es posible que la influencia de la relación entre ellos sea mayor en esas edades que en
etapas posteriores. Es frecuente que a partir de la adolescencia la relación entre hermanos se
vaya distanciando y que vaya habiendo un menor contacto entre ellos y, por tanto, la influencia
de la relación entre ellos sería menor. Es decir, a lo largo del camino hacia la adultez los
contextos de aprendizaje cambian.
Tal vez otra variable que haya podido influir en los resultados es que el estudio se ha
hecho con una muestra de universitarios y, por tanto, su nivel de estudios es elevado y podría
condicionar los resultados. La historia académica de los participantes puede haber
proporcionado contextos de aprendizaje que quizá hayan influido en su nivel de autoeficacia y
HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS
ESPAÑOLES 19
en el desarrollo de habilidades sociales. Quizá si la muestra hubiera procedido de niveles
culturales diferentes los resultados hubieran variado en algún aspecto.
Otra hipótesis que podría explicar los resultados obtenidos es que las variables
dependientes de este estudio podrían estar más relacionadas con el nivel de sobreprotección
dentro de la familia que con el número de hermanos.
Los resultados aportados por estudios anteriores, (Cangas, Gázquez, Pérez, Moldes y
Rubio; Duncan; Veenhoven y Verkuyten, como se citó en Piñeiro-Ruiz, López-Espín, Cerezo y
Torres-Cantero, 2012), en los que se encontraron niveles de impopularidad, problemas
relacionales y aislamiento más altos en personas sin hermanos que en personas que tenían
hermanos, no son confirmados por los datos resultantes del presente estudio. En esta ocasión,
los sujetos del grupo de hijos únicos y del grupo con hermanos obtuvieron una puntuación
similar en habilidades sociales, lo que a priori descarta una mayor frecuencia de impopularidad,
problemas relacionales y aislamiento.
Los resultados de este trabajo tampoco apoyan el estudio de Piñeiro-Ruiz et al., en el
año 2012, ya que estos autores hallaron que los estudiantes que eran hijos únicos sufrían más
situaciones de agresividad física, verbal y psicológica, lo que se relaciona con la aceptación en
el grupo de iguales y con el desarrollo de habilidades sociales. Además, los resultados de estos
autores son similares a los del estudio de Veenhoven y Verkuyten (como se citó en Piñeiro-Ruiz
et al., 2012), en el que se observa que los hijos únicos son menos aceptados por el grupo de
iguales, lo que origina que existan menos posibilidades de desarrollo adecuado de habilidades
sociales y resolución de problemas y conflictos. Por otro lado, es común que los hijos únicos
tengan una mayor sobreprotección por parte de sus padres y esto dificulta el desarrollo adecuado
de habilidades sociales. En el estudio de Kemppainen, Jokelainen, Jarvelin, Isohanni, y
Rasanen (como se citó en Piñeiro-Ruiz et al., 2012), se observó que las personas sin hermanos
son más autocríticas y tienen menos relaciones sociales que las personas con hermanos. En este
Trabajo de Fin de Master los resultados apuntan a que las personas con y sin hermanos tienen
un nivel de habilidades sociales similar, sin haber encontrado diferencias significativas en este
aspecto.
En cuanto a las limitaciones del presente estudio, se debe señalar que el tamaño de la
muestra es pequeño, siendo de 108 sujetos debido a haber tenido un tiempo y unos recursos
limitados para obtenerla. El estudio hubiera sido más enriquecedor con un tamaño de muestra
mayor. Además, la muestra está formada por 13 hombres y 95 mujeres siendo el número de
mujeres mucho mayor que el de hombres. Hubiera sido de interés obtener el mismo número de
mujeres que de hombres para que el estudio estuviera más igualado en este aspecto. Por otro
lado, resultó muy difícil obtener muestra del grupo de sujetos sin hermanos, en lo que se invirtió
una gran cantidad de tiempo.
HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS
ESPAÑOLES 20
Otra de las variables que tal vez hayan influido en el estudio es que las escalas fueron
pasadas a los sujetos vía online a través Formularios de Google y no se tuvo un contacto directo
o cara a cara con ellos, lo que habría facilitado la ejecución de la tarea, pudiendo resolver las
dudas de los sujetos y explicándoles mejor en qué consistía cada paso de la evaluación. Se eligió
el método citado debido a la falta de tiempo para pasar las escalas de manera presencial y para
tener la posibilidad de acceder a más sujetos gracias a la fácil difusión que favorece esta vía.
Además, y teniendo en cuenta los resultados obtenidos, hubiera sido enriquecedor haber
realizado un diseño longitudinal para este estudio, es decir, que los sujetos hubieran contestado
a las mismas escalas en la infancia, en la adolescencia y, por último, en la edad adulta. De esta
manera se podría observar si existe una variación en las habilidades sociales y la autoeficacia
percibida en los sujetos con y sin hermanos a lo largo del tiempo.
También es importante señalar que, debido a la limitación de tiempo para la realización
del trabajo se han descartado algunas variables que hubiera sido interesante estudiar como, por
ejemplo, los estilos de apego y de crianza, la calidad de la relación entre los hermanos, el puesto
que se ocupa dentro del grupo de hermanos, el número de hermanos o el tamaño de la familia, el
tiempo de convivencia con los hermanos, etc. Además, sería interesante evaluar las diferencias
en cuanto a la edad, al sexo y al nivel sociocultural y socioeconómico de los sujetos.
Este estudio ha mostrado que no existen diferencias significativas en habilidades
sociales y en autoeficacia percibida entre adultos universitarios que tienen hermanos y adultos
universitarios que no los tienen.
Por lo tanto, y en relación con todo lo mencionado anteriormente, sería interesante que
en futuros estudios se siguieran realizando investigaciones en estos aspectos. Las futuras líneas
de investigación podrían centrarse en realizar un estudio con un diseño longitudinal en lugar de
uno transversal para observar cómo van cambiando las habilidades sociales y la autoeficacia
percibida a lo largo de la vida en las personas con y sin hermanos. También sería interesante
observar cómo va cambiando la relación dentro del grupo de hermanos desde la infancia hasta la
edad adulta, relacionando y comparando lo observado con los niveles de autoeficacia percibida
y habilidades sociales en las personas que son hijos únicos y en las que tienen hermanos.
HERMANOS, AUTOEFICACIA Y HABILIDADES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS
ESPAÑOLES 21
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