Actualidad:
Peregrinos en el Valle de
Iruelas. Nueva ruta
Teresiana.
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ACTUALIDAD REPORTAJE NUESTRA FLORA
ED. AMBIENTAL PUBLICACIONES ACTIVIDADES
DESTACADO
Artículo: Enclaves,
esas piedras raras
en el granito
Nuestra Flora: El
Bosque Galería en la
R.N Valle de Iruelas
Educación ambiental: Más
de 800 voluntarios en los
EENN en 2017 14
Apuntes históricos:
El oficio de la resina.
Testimonio de un
resinero
Nº 22 / Otoño-Invierno 2017
Boletín electrónico de la Casa del Parque de la
Reserva Natural Valle de Iruelas
Suscripción gratuita:
Publicaciones:
“Indumentaria y
Joyería Barraqueña”. 13
Enclaves en la Garganta de Iruelas
10
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AACCTTUUAALLIIDD@@DD
PPeerreeggrriinnooss eenn eell VVaallllee ddee IIrruueellaass.. NNuueevvaa rruuttaa
TTeerreessiiaannaa qquuee eennllaazzaa ccoonn eell CCaammiinnoo ddee SSaannttiiaaggoo
ddeell LLeevvaannttee.. La Diócesis de Ávila, en colaboración con la Diputación abulense, han anunciado la puesta en
marcha de nuevas rutas teresianas de peregrinación que transcurrirán por toda la provincia
castellana en el marco de la celebración del primer Año Jubilar Teresiano, que se celebrará a partir
de octubre de este 2017. Además de la ya existente entre Alba de Tormes y Ávila, se abren ahora
tres nuevos caminos que atraviesan diferentes localidades que están relacionadas con la vida de
Santa Teresa de Jesús.
El objetivo principal de estas nuevas sendas
de peregrinación es que, quienes realicen
su recorrido puedan lucrar la indulgencia
plenaria. Y es que, recordamos, en el
decreto de concesión del Año Jubilar
Teresiano se señala que se podrá conseguir
dicho Jubileo “cualquier día del año, siempre que se peregrine al menos 100 km a pie o a caballo,
o 200 km en bicicleta, hasta cualquiera de los templos jubilares de la ciudad de Ávila”. El recorrido
siempre se realizará en diferentes etapas, hasta completar los kilómetros previstos.
Pero además de poder conseguir el Jubileo, los peregrinos podrán disfrutar de un destacado
patrimonio cultural y un innegable valor paisajístico por los cuatro puntos cardinales de la
provincia de Ávila.
Ruta Teresiana 4 - Ruta de los caminos y posadas _________________________
Este trayecto recorre municipios del Alto Tiétar y la comarca de Alberche-Pinares. Simboliza los
viajes de Santa Teresa hasta Toledo, donde tuvo una importante tarea epistolar, en el marco de la
reforma del Carmelo que había emprendido previamente. Además, en Toledo fue donde comenzó
a escribir su obra “Castillo interior”, también conocida como “Las Moradas”, una obra cumbre de la
espiritualidad teresiana y universal.
Tras cinco años en el primer convento fundado: San José de Ávila, años de vida conventual
ajustada al régimen primitivo, recibe la visita del P. Maldonado trayéndole noticias de la inmensa
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labor misionera que se requiere en América, lo que apena a la Santa, que en oración escucha:
“Espera un poco hija, y verás grandes cosas.”. Y efectivamente poco tiempo después recibe la
visita del padre general de Roma con: “…cumplidas patentes para se hiciesen más monasterios,
con censuras para que ningún provincial me pudiese ir a la mano.” Y es así como Teresa se hace a
los caminos, y el su “Libro de las Fundaciones” nos irá narrando lo que en ellos encuentra; sol
abrasador, frio y barro, gente de bien que la ayudan y traidores que desdicen lo prometido.
Este itinerario enlaza con el Camino de Santiago de Levante o del Sureste, por el que
probablemente transitó la Santa camino de sus fundaciones manchegas.
La ruta comprende 100 kilómetros desde Sotillo de La Adrada, pasando por Casillas, El Tiemblo,
Cebreros, San Bartolomé de Pinares, Herradón de Pinares y Tornadizos, hasta llegar también a
Ávila. Transcurre por enclaves naturales de gran valor, como el Valle de Iruelas, los puertos de
Casillas o El Boquerón. Sin olvidar otros atractivos del patrimonio abulense, como los Toros de
Guisando, o el Museo de Adolfo Suárez y la Transición (Cebreros).
Qué ver en esta ruta:
– Monasterio de la Conversión (Sotillo de La Adrada)
Este convento se alza en pleno monte para dar cobijo a las hermanas de la Comunidad de la
Conversión, un nuevo carisma agustino surgido apenas hace 13 años en el marco de la Nueva
Evangelización. Jesucristo es el cimiento de su fe y de su vida cotidiana, por eso desean ofrecerlo
a todo hombre a través de un encuentro personal y comunitario con esta presencia. La Comunidad
es una hoguera encendida en medio del monte, que difunde luz y calor. Las hermanas están llenas
de Dios y quieren darlo sin medida. Desde una vida sencilla y alegre, siguiendo los consejos
evangélicos de castidad, pobreza y alabanza, permanecen fieles al amor de Cristo y de su Iglesia.
Son un cauce por el que Dios pasa a través de ellas. La sociedad de nuestros días atraviesa un
desierto espiritual donde el progreso y el bienestar no cumplen las expectativas de felicidad del
ser humano, que sigue demandando felicidad, amor y esperanza. La Madre Prado, sensible ante
esta carencia, sintió la llamada para llevar a cabo un nuevo carisma en la Orden Agustina.
(fuente: www.buenanueva.es)
– Valle de Iruelas
Seis mil hectáreas de una desbordante naturaleza. Un paisaje abigarrado, lleno de secretos
recovecos, que se desliza desde las cumbres de Gredos hasta las curvas plácidas y sosegadas del
Embalse del Burguillo. El Valle de Iruelas es un microcosmos que posee las tonalidades de cuatro
paletas cargadas de color, cuatro estaciones perfectamente marcadas. Este Valle tiene la
capacidad de devolverle, como un soplo magnífico, a su soledad… para descubrir de repente al
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buitre negro, o al leonado, al águila imperial -especies en serio peligro de extinción- que han
elegido este paraje para seguir viviendo. Podrá descubrir en su propio silencio todas las lenguas
del mundo vegetal, rumores entre acebos y pinos, tejos y castaños, robles y helechos, cantuesos
y peonias.
(fuente: www.valledeiruelas.com)
– Toros de Guisando
A unos 9 Km. de El Tiemblo, junto a la Cañada Real, en la margen izquierda del arroyo Tórtolas,
los cuatro Toros de Guisando son una de las mejores manifestaciones artísticas de la España pre-
romana, se encuentran localizados en el término municipal de El Tiemblo y datan de los siglos II y
I a.C.
Se trata de cuatro esculturas de toros, tallados en piedra granítica, de 2 metros y medio de
longitud, cuyo origen se desconoce.
Su significado se asocia a un templo dedicado al dios Tauro, animal de gran fuerza, nobleza y
virilidad, que se ha venerado a lo largo de la Historia en muchas Culturas; al mirar los cuatro
toros al oeste, podrían indicar el cambio de estación por donde se oculta el sol en invierno; o
podrían formar parte de la entrada de un centro de culto o centro sagrado. Hay quien los
interpreta como símbolos protectores de los ganados.
Tienen, además, una importancia historia singular. Este paraje da nombre al conocido como
Tratado de los Toros de Guisando. En el otoño de 1468, en este lugar, se firmó el acuerdo entre el
rey Enrique IV de Castilla y su hermana Isabel (la que posteriormente conoceremos como Isabel
la Católica), por el que el monarca reconocía la proclamación de ésta como Princesa de Asturias y,
con ello, heredera al trono de Castilla, por delante de su propia hija Juana “La Beltraneja” (de la
que sus detractores pensaban que era hija ilegítima).
(fuente: www.turismoavila.com)
– Museo de la Transición
Por haber sido Cebreros el lugar de nacimiento del don Adolfo Suárez, se ha instalado en la
localidad, en la iglesia Vieja, situada en la parte alta del pueblo, el Museo Adolfo Suárez y la
Transición.
Pretende ser un homenaje amplio y con perspectiva nacional, para que las distintas generaciones
recuerden, conozcan y aprendan los valores de la Transición, esta etapa fundamental para la
definición de nuestra nación; Un homenaje a las personas que lucharon para que la llegada de la
Democracia fuera posible.
(fuente: www.turismoavila.com)
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Artículo de Eventos
NNeeoonnyymmuuss.. MMúússiiccaa EEmmoocciióónn yy PPaassiióónn En este pequeño apartado queremos dar a conocer a Silberius de Ura, un artista que emocionó
profundamente a los asistentes al concierto Neonymus en la Casa del Parque del Valle de Iruelas.
.
En torno al año 2010 decidió abandonar progresivamente su ocupación profesional (poseía un
estudio de diseño web) para crear y desarrollar este proyecto musical y en poner toda su energía
en lo que energía en lo que más le apasionaba: la música. Silberius se define a sí mismo como un
artista integral y vive en Covarrubias, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos.
Esta actividad gratuita fue organizada por Rosa Masip de
Diodati se mueve. Al concierto asistieron escritores como
Espido Freire, Fernando Marías o la pintora reconocida a
nivel internacional Nuria Ruiz Vernacci (en la fotografía de la
derecha junto a Silberius). Más información en:
www.diodatisemueve.com y www.neonymus.com.
Silberius de Ura, es el artista detrás del proyecto
Neonymus. Se crío a caballo entre la ciudad y
una pequeña aldea a la que se accedía por un
pequeño camino y donde no había luz eléctrica ni
agua corriente en las casas. Y quizá sea eso lo
que explique su pasión por lo rural, lo primitivo y
lo tecnológico. En su temprana juventud cursó
estudios de solfeo en el conservatorio de Burgos,
y estudió órgano. Después abandonó la
formación musical académica para experimentar
y aprender de modo autodidacta. En su Música
Actual se pueden reconocer formas musicales
antiguas fruto de aquellos años.
En Neonymus se conjugan varios de los
leitmotiv de Silberius: la música el cerebro,
la espiritualidad, la prehistoria y la
tecnología.
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APUNTES HISTÓRICOS
OOffiicciioo ddee llaa RReessiinnaa:: tteessttiimmoonniioo ddee uunn rreessiinneerroo
En este artículo recogemos las experiencias y modo de vida del resinero Javier Blasco Luengo.
Mi padre ya era resinero, y yo trabajé en las campañas resineras desde 1972 hasta el año 1982,
en la sierra de Gredos, en los parajes del Pinarón, Las Losillas…, inicialmente con el método de
hacha, método de Hugues, con el método de ácido o de pica de cortezas con estimulantes.
Existían varias fábricas de resina en la zona, dos en Sotillo de la Adrada, regentadas, a nivel
familiar, y una tercera en el Valle de Iruelas por el Asocio de Ávila. La campaña resinera se
desarrollaba entre marzo y noviembre, previa subasta pública de los montes, realizada por el
ayuntamiento de cada pueblo entre los empresarios del sector.
El inicio de la campaña con una reunión entre resineros y adjudicatarios de los montes para
acordar los precios de preparado y kilos de resina. El monte estaba dividido en cuarteles, que en
el sistema antiguo o hacha, podían contener entre 2500 y 3000 pinos, y en el sistema de ácido
moderno, hasta 5000 pinos.
Los trabajos de preparación del monte ocupaban alrededor de un mes dependiendo de la cantidad
de pinos de cada resinero. Los resineros dormían en el lugar en donde trabajaban, en pleno
campo, por lo que era necesario reparar anualmente las casillas o chozas en las que se habitaba
durante la campaña.
El resinero, en una campaña que duraba ocho meses, tenía que dormir lo más cerca posible de su
zona de trabajo, y lo hacía en chozos. Las chozas antiguas de resinero eran de planta circular, con
estructura de madera y paredes entramadas de cubierta vegetal de escobas y piornos, reforzadas
por un zócalo de piedra únicamente en la parte del hogar y chimenea. En su interior, de unos 5x5
metros e área y tres metros de altura, se acomodaban los útiles, ropas, los jergones enfrentados
al hogar y tal vez algunos bancos de carpintería. Algunos ganchos de madera distribuidos en las
maderas permitían aislar del suelo las ropas y alimentos.
Por lo general, al ser pequeños, eran incómodos, ya que solían ser ocupados por dos o cuatro
personas al mismo tiempo. Las casas se levantaron posteriormente. Su construcción se hizo con
piedra, barro, madera y teja. Todo ello, y el tener entre veinte o treinta metros cuadrados, hizo
más acogedora la estancia: las comodidades para preparar las comidas, el secarse las ropas los
días de lluvias y dormir sin pasar tanto frío mejoraron las condiciones de vida en el monte. Entre
seis u ocho resineros ocupaban cada casa. A esta se trasladaba todo lo necesario para hacer más
llevadera la estancia en el monte, en el que permanecerían prácticamente toda la campaña:
utensilios, pucheros, sartenes, colchón para dormir (un jergón lleno de paja), capotes para
abrigarse del frío y de la lluvia, pues aún no se conocían los trajes de plástico….
El calzado usado eran albarcas confeccionadas con suela de rueda de coche, sujeta con correas a
modo de sandalias.
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Los trabajos resineros propiamente dichos comenzaban con la operación de desrroñe o derroñe,
consistente en quitar la corteza gruesa del pino, o roña. Alisada la corteza, se colocaba una
hojalata en forma redonda o en uve para recoger la resina que vertía a un tiesto colorado bajo la
hoja de lata, apoyado en un clavo sin cabeza.
Los tiestos utilizados eran de barro con baja cocción, posteriormente vidriados y finalmente de
plástico, con una capacidad de alrededor de 1000 mililitros. Un pino podía proporcionar, de media,
entre 18 y 22 potes por campaña.
Para marcar la incisión donde se colocaba la grapa de hojalata se utilizaba una media luna de
hierro, golpeada por un mazo de encina de una sola pieza. Una vez realizado el desrroñe y el
clavado, se procedía a picar para la extracción de la resina. Con el sistema de picar de hacha se
sacaban virutas, dando un corte a la madera, mediante el racle, sacando hojas finitas o
remondadas y repitiendo la maniobra cada seis días. Por el sistema de ácido, se realizaba un corte
de unos dos centímetros a la cáscara cada siete días, repitiendo dicha operación tres veces antes
de pasar a la segunda fase, denominada remansa.
En el método del ácido se aplicaba una solución de ácido sulfúrico que mantenía abiertos los
canales resiníferos durante aproximadamente una semana.
El cambio del método de Hugues a la pica con ácido, como pasa con todo lo nuevo, causó
inicialmente algunos recelos, pero la aceptación fue rápida ya que permitía poder tener más pinos
para resinar en menos tiempo de trabajo. Uno de los problemas llamativos del nuevo método fue
que el efecto del ácido quemaba la ropa, dándose algún caso de quedarse sin pantalones. Por
suerte, los nuevos tejidos confeccionados con tergal resistían al ácido.
Las herramientas utilizadas eran el barrasco o peladera, medialuna, clavos, hojalata, hacha,
tenaza y machota usando un caldero para trasportar todo. Estos materiales eran proporcionados
por la empresa, y su buen estado era primordial para el resinero. Un trabajador de la empresa
visitaba los cuarteles para inspeccionar los trabajos y reponer los materiales necesarios. Las
operaciones de limpieza y afilado de racles, medialunas, y hachas ocupaban los tiempos muertos
y de fin de jornada. Las grapas se utilizaban de la campaña anterior. Se limpiaban los restos de
resina quemándolas y a continuación se perfilaba para dejarlas lo más rectas posibles.
Los trabajos en el pino se realizaban en quinquenios, divididos en años del uno al cinco, y se
volvía a comenzar el ciclo. Pudiéndose completar tantos quinquenios como permitiera su grosor.
La cara del pino o corte para la extracción de la resina era de unos 12 cm de anchura por unos 40
o 50 cm de altura a lo largo de la temporada. Para el aprovechamiento de los pinos resineros, el
método empleado era el denominado quinquenio, que consistía en hacer cinco alturas seguidas
durante cinco años. Este sistema rotatorio se denominaba de vida al pino, para distinguirlo del
llamado método a muerte que, en una única campaña abría tantas caras como permitiera el árbol
para su explotación.
Las entalladuras, el colocar la hojalata, tiesto y clavo, marcaban el inicio de cada temporada. En
los primeros años el trabajo se realizaba sin ayudas, pero el quinto año, dada la altura de dichas
entalladuras se empleaba una escalera de tres o cuatro pasos y una horquilla de madera para
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llegar al tiesto o cerámica. También se empezó a utilizar el racle, adaptándole una barra de
aluminio, de altura graduable, y colocando al final un tipo de freno que, al ser presionado,
permitía aplicar el ácido sin necesidad de emplear una escalera.
Al resinero se le respetaba su plaza o cuartel durante el quinquenio, aunque cambiase de
empresa. A partir de los años 40 a los resineros se les encuadró en el Régimen General de la
Seguridad Social, en el cual se mantenían durante la temporada que duraba la resina. Los
resineros, los remansadores y los cargueros no tenían sueldo fijo, ya que dependía de los kilos de
resina que, a destajo, pudieran extraer de los pinos según el precio por kilo fijado para la
campaña.
La jornada diaria comenzaba de madrugada: se preparaban torreznos para desayunar y se
trabajaba de sol a los. Por la noche se cocinaba la cena y la comida del día siguiente y vuelta a
empezar. Si el tiempo no se estropeaba se mantenía el mismo itinerario. La lluvia retrasaba el
trabajo ya que los tiestos se llenaban de agua y se tenía que quitar con sumo cuidado para no
tirar la resina al suelo.
Los caminos de traslado al trabajo eran veredas, posteriormente pistas forestales con pendientes
y desniveles del terreno muy pronunciados al tratase de sierra alta.
Con el comienzo del otoño llega el fin de la temporada. Se limpia la cara del pino en toda la
extensión abierta a lo largo de la temporada y se recoge la última resina, más dura y con mayores
impurezas, usando para ello un saco y el barrasco. El remansador cumplía la función de recoger la
resina de los tiestos, empleando para el vaciado una lata y una cuchilla, que a continuación se
vertía en unos cántaros que se repartían por el monte para su transporte a un cargue o muelle. El
remansador trabajaba en una brigada compuesta de tres o cuatro trabajadores y tenía a su cargo
cinco o seis cuarteles., entre veinticinco y treinta mil pinos. A su vez, había un carguero que, con
sus mulas o burros se encargaba de repartir los cántaros por el monte, y una vez llenos los
recogía y los llevaba al muelle para vaciarlos en cubas o bidones. Con el tiempo los accesos al
monte fueron mejorando con la construcción de pistas forestales y su traslado se hacía ya en
camiones hasta la fábrica donde se procedía al vaciado de los barriles y la elaboración de los
productos de la resina como el aguarrás, la colofonia y demás productos que se utilizaban en
farmacias y químicas. Terminada la temporada de la resina, entre noviembre y marzo, el resinero
completaba sus recursos con otras actividades,: recogida de castañas, madera, ganadería… y caza
para autoconsumo.
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AARRTTÍÍCCUULLOO DDEE GGEEOOLLOOGGÍÍAA
LLooss eennccllaavveess eessaass ““PPiieeddrraass”” rraarraass eenn eell GGrraanniittoo
Un rasgo característico de las rocas intrusivas, como el granito, es la presencia en ellas de
inclusiones de cuerpos de roca que difieren de la roca intrusiva en su textura, estructura o
composición y que reciben el nombre genérico de “enclaves”. En la R.N Valle de Iruelas, las
rocas graníticas tienen abundantes y variados tipos de enclaves, entre los que destacan los que
tienen orígenes distintos:
Fragmentos de otras rocas, por ejemplo gneises y otras rocas metamórficas, que rodeaban a la
masa del magma (lo que se llama encajante, o roca caja) y que fueron asimilados o englobados
en el proceso del ascenso del magma hacia la superficie. En ocasiones estos enclaves se
denominan Xenolitos (del latín y del griego, xeno: extraño; y lithos: piedra) y suelen tener
formas alargadas con bordes más o menos redondeados con bandas de reacción en ocasiones.
Como es lógico, se encuentran en mayor número y tamaño cuanto más próximo está el contacto
con la roca encajante.
Bolsadas de otra roca, también plutónica pero de composición diferente al granitoide en el que
están contenidas, que se formaron a partir de masas del magma de diferente composición que se
enfrían y se consolidan en el interior de la roca encajante, como “burbujas” que no se terminan de
mezclar con el resto. Suelen tener formas redondeadas, elípticas o circulares y composiciones de
tipo diorita, con texturas aplíticas o porfídicas. Los bordes pueden ser netos o irregulares y
difusos, lo que nos permite saber cómo estaban las temperaturas entre las dos masas del magma
y sus composiciones. Este tipo de enclaves se denominan Autolitos.
En cualquier caso, estas piedras raras dentro de otras rocas, no solo resultan curiosas y hasta
vistosas, sino que nos cuentan increíbles historias acerca de la evolución del magma que dio
lugar a las rocas que ahora vemos en la superficie terrestre, gracias a que la erosión ha exhumado
lo que se formó en profundidad. Los canteros de Ávila a estos enclaves los llaman “Gabarros”.
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NUESTRA FLORA
EEll BBoossqquuee GGaalleerrííaa eenn llaa RR..NN vvaallllee ddee IIrruueellaass yy
aallgguunnooss eennccllaavveess ppaarraa ccoonnoocceerr llaa vveeggeettaacciióónn Los Bosques Galería
Son denominados así por la forma en que se disponen a ambos lados de los cursos de agua,
creando bandas paralelas de vegetación en amplios tramos de los ríos españoles.
La proximidad del agua y la importante aportación de nutrientes arrastrados por ésta le confiere a
este tipo de formación boscosa cierta independencia respecto a las condiciones climáticas
circundantes.
Realizan un papel fundamental en la protección y conservación del río al que acompañan, pues
gracias a sus raíces se retienen los márgenes de los cauces y la sombra que producen sus copas
frondosas preservan el nivel de agua de la evaporación del sol en verano. Crean una temperatura
inmejorable para la desarrollo de la vida en su interior.
En los bordes de los arroyos de la R.N valle de Iruelas se desarrollan comunidades arbóreas que
constituyen ecosistemas donde se instalan plantas que requieren condiciones de sombra y alta
humedad para sobrevivir. Entre estas formaciones, la más representativa en la
garganta de la Yedra, garganta de Iruelas… son las alisedas o bosques de aliso.
Parada 3
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El aliso (Alnus glutinosa) es un árbol de 20 a 25 metros
de altura, de tronco derecho, cilíndrico y limpio. Las
raíces de este árbol están extendidas en superficie y
contienen nódulos en los que habitan bacterias que son
capaces de fijar el nitrógeno atmosférico en el suelo. Las
hojas son alternas, enteras, glabras y caedizas, ovales o
redondeadas de 4 a 10 cm de longitud. Una originalidad
es que permanecen verdes hasta su caída.
Las inflorescencias femeninas son pequeños gatillos
rojizos agrupados en racimos de unos 2 a 6 unidades.
Las inflorescencias masculinas forman gatillos cilíndricos
y erguidos o algo curvados hacia abajo. Las
infrutescencias forman pequeñas piñas de 1,5 a 2,5 cm
de largo y 1 cm de ancho pedunculadas y agrupadas de
3 a 5. Los frutos son muy pequeños, de 1 a 2 mm
comprimidos y de color pardo y con dos alas o flotadores
laterales que sirven para su dispersión por el agua.
El Aliso puede vivir desde el nivel del mar hasta los 1300 metros de altura. En la Reserva Natural
Valle de Iruelas, podemos encontrar un grupo de ejemplares de esta especie a 1400 metros de
altitud, en la ruta Las Barrancas Pozo de la Nieve PR-AV-21.
Acompañando al aliso podemos encontrar otros árboles
como el arraclán (Rhamnus frangula), el fresno común
(Fraxinus angustifolia), el sauce cabruno (Salix caprea),
olmo de montaña (Ulmus glabra), avellanos (Corylus
avellana), bardaguera (Salix atrocinerea), sauco
(Sambucus nigra), arce de Montpellier (Acer
monspessulanum) y muy puntualmente tejos, (Taxus
baccata), abedules (Betula alba) y acebos (Ilex
aquifolium).
Un recorrido aconsejable para conocer el bosque de
ribera en el Valle de Iruelas, es recorrer a pie la pista
forestal asfaltada que trascurre paralela a la garganta de
Iruelas y que conduce al puerto de Casillas. En tan sólo
unos pocos kilómetros podremos identificar un gran
número de los árboles mencionados así como algunos
ejemplares de gran porte y belleza de pino laricio o
cascalvo (Pinus nigra) y algunos pies de olmo de
Parada 1
Parada 2
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montaña (Ulmus glabra), árbol más propio de los bosques caducifolios de la España atlántica y
que en Iruelas encuentra refugio en el fondo de las gargantas y junto a los arroyos.
A continuación proponemos el recorrido con su correspondiente información gráfica,
tanto en un mapa como en el perfil.
Punto de Inicio: Se deja el coche aparcado en el entorno del desvío entre la carretera que va al
Puerto de Casillas y la Rinconada.
Punto de llegada: Pino gordo o Pino de las Serrezuelas. También Arroyo de las Serrezuelas.
Distancia: 2,8 Km. Desnivel: 90 metros. Tiempo: 45 minutos. Dificultad: Baja
Paradas Latitud Longitud
1 40º 23' 42'' 4º 34' 08''
2 40º 23' 38'' 4º 34' 09''
3 40º 23' 37'' 4º 34' 05''
4 40º 23' 24'' 4º 34' 05''
Parada 4
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PUBLICACIONES LLooss
IINNDDUUMMEENNTTAARRIIAA YY JJOOYYEERRIIAA
BBAARRRRAAQQUUEEÑÑAA ((11662200--11996600))
José Antonio Somoza Arribas. Edita Ayuntamiento de Barraco
Jose Antonio Somoza, natural de El Barraco, ha escrito numerosos libros en los que profundiza en
la cultura y tradiciones de su pueblo natal, en sus anteriores obras “Para la Historia de El Barraco”,
2008, Institución Gran Duque de Alba. “El Barraco, usos y costumbres” 2009. Caja de Ahorros de
Ávila. “Retratos y estampas barraqueñas”, 2009. Institución Gran Duque de Alba, abordaba de una
manera más generalista la historia de El Barraco, reuniendo en una obra encomiable valiosos
hallazgos hasta ahora desconocidos.
En este libro el autor nos instruye sobre el atuendo de
quienes nos precedieron desde el siglo XVII hasta la
segunda mitad del siglo XX. Se muestran infinidad de
trajes, atuendos, ropajes, prendas diversas, ajuares,
bordados, joyas, aderezos, alhajas, que los hombres y
mujeres vestían y lucían antiguamente en el pueblo de El
Barraco.
Un recorrido por las vestimentas de este pequeño
municipio a través del tiempo en el que descubrimos trajes
tradicionales, como los manteos, comunes a otros pueblos
de sierra, y también algunas particularidades como son el
traje de rabo de mujer, o el de bragas del hombre.
No sólo se detiene en las formas y los colores de las
prendas de vestir y calzar, presta un merecido cuidado a las características de los paños, (lana y
linos autóctonos), analiza la etiqueta y el cuero y en el apartado de joyas diserta sobre sus diseños
y materiales.
La importancia del traje , en la indumentaria tradicional que lucían las barraqueñas y barraqueños,
se comprueba en los relatos y libros de viajes que escribieron los españoles y extranjeros que
visitaron este municipio en siglos pasados, en ellos nos hablan sobre las características y la
singularidad de las ropas y atuendos utilizados.
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EDUCACIÓN AMBIENTAL
MMááss ddee 880000 vvoolluunnttaarriiooss ttrraabbaajjaann eenn llooss EEssppaacciiooss
NNaattuurraalleess ddee CCaassttiillllaa yy LLeeóónn aa ttrraavvééss ddee llaa RReedd ddee
CCaassaass ddeell PPaarrqquuee
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha visitado el PRAE de
Valladolid, centro de referencia de la educación ambiental en la Comunidad, para conocer las
actividades de voluntariado en este Centro, que complementan los campamentos de verano que
allí se desarrollan.
Entre las actividades de voluntariado destacan las propuestas encaminadas a mejorar la
conservación de la flora y la fauna; la restauración de elementos etnográficos y su puesta en
valor; la mejora y limpieza de riberas y espacios públicos; y las acciones de divulgación y
educación ambiental.
El programa se ha
convertido en el marco del
fomento y la apertura de
nuevas fórmulas de
participación de los
ciudadanos en acciones de
voluntariado que
contribuyen al conocimiento,
disfrute y puesta en valor
del patrimonio natural,
generando vínculos
emocionales y posibilitando
actitudes y comportamientos
activos mediante la creación
de un tejido social a favor de
la recuperación, la gestión sostenible y la divulgación de los valores del medio ambiente.
Los beneficios del voluntariado ambiental en los Espacios Naturales Protegidos son múltiples,
entre los que destaca la mejora de los niveles de protección y la conservación, así como el apoyo
al desarrollo local sostenible. La creación de vínculos entre la realidad sociocultural de la población
rural y la urbana, también se ven favorecidos por las acciones de voluntariado.
En los últimos seis años el número total de voluntarios ha sido de 6.323 en las 363 actividades
realizadas.
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Las ofertas de actividades propuestas se desarrollan en cuatro áreas diferenciadas: para el público
general; dirigido a las familias; para los mayores residentes en los espacios naturales de
nominado voluntariado sénior; y finalmente, para colectivos, asociaciones o enfocado dentro de
las acciones de Responsabilidad Social Corporativa de las empresas (RSC).
Todas las actividades, fechas e inscripciones se encuentran en la web www.patrimonionatural.org.
Voluntariado ambiental en el Valle de Iruelas____________________________
Las actividades programadas para este año en la Reserva Natural del Valle de Iruelas son las
siguientes:
“Limpieza de una antigua piscifactoría en la Garganta del Valle de Iruelas”.
“Limpieza del entorno del embalse”
“Construcción y colocación de cajas nido”
“Señalización de la ruta alternativa a GR-10”
Si está interesado en participar como voluntario aún puedes inscribirte para la actividad
“señalización de la ruta alternativa a GR-10” que se realizará el próximo 21 de octubre.
Más información:
Casa del Parque Reserva Natural Valle de Iruelas
Mail: [email protected]
http://www.miespacionatural.es/ 16
Edita: Fundación del Patrimonio Natural de Castilla y León
ISSN 2174-8136
Reserva Natural del Valle de Iruelas
Poblado de Las Cruceras s/n
05278 El Barraco
Ávila
Tlf: 91 862 76 23
Email: [email protected]