RESCATAN ÁLBUM DE SITIOS ARQUEOLÓGICOS
El Instituto de Investigaciones Getty alberga 45 imágenes de la arquitectura y la escultura prehis-pánicas, tomadas en 1850 por el arqueólogo y artista de la lente francés Claude Désiré Charnay, durante los tres viajes que realizó a México; el acervo Ruinas americanas ha sido digitalizado y puede ser consultado en línea
Segundo palacio de Mitla, Oaxaca.
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de marzo.- Los primeros registros documentales de la
arquitectura precolombina hechos por Claude Désiré Charnay (París, 1828–1915), a finales
del siglo XIX, ingresaron al acervo del Instituto de Investigación Getty, en Los Ángeles,
California, al ser considerados pioneros de la fotografía como herramienta de
investigación, y no sólo de entretenimiento.
“Charnay fotografió a los principales sitios de Uxmal, Mitla, Izamal, Chichén Itzá y
Palenque. Sus imágenes de las fachadas de palacios, relieves, puertas e interiores
proporcionan cuentas detalladas de la condición de monumentos mayas de la época, y su
vista general sugiere la forma en que se han integrado en el paisaje contemporáneo de
México”, explica Frances Also, curador encargado de la colección.
Se trata, detalla en entrevista, de un álbum de 45 fotografías de los tres viajes que el joven
parisino realizó a partir de 1850, de las cuales destaca una imagen del calendario azteca
de 1850. La colección pertenecía al Instituto Católico de París, que la recibió en donación
en diciembre de 1924, y a mediados del año pasado el Instituto de Investigación Getty la
adquirió en una subasta.
Fachada del Palacio de los Hombres en Uxmal, Yucatán.
“Las fotografías de Désiré Charnay son impresionantes, pero eran sólo accesibles a un
público de élite que podía permitirse la adquisición de una placa. En cierto modo, sus
fotografías se han conocido un poco mejor con las recientes exposiciones y publicaciones,
pero hace falta más difusión”, añade sobre el álbum titulado Ruinas americanas, que
forma parte del catálogo de América Latina.
Cada fotografía incluye una leyenda detallada, escrita a lápiz, con información sobre las
dimensiones de los monumentos; lo que a la distancia temporal resulta indispensable para
los estudios arqueológicos, pues muchos de estos sitios se han modificado
“dramáticamente” en los últimos 150 años. “Las fotografías de Charnay son claramente
una huella importante como documentación arqueológica”, acotó el investigador.
La serie, disponible para consulta pública en versión digital, representó para el instituto
una pieza de rompecabezas importante para completar la historia de la arquitectura y el
arte mesoamericano, además de una contribución al estudio de la fotografía antigua de
América Latina.
Also precisa que el instituto contaba sólo con 21 fotografías de Désiré Charnay tomadas
entre 1880 y 1882, así como una serie de 35 de sus primeros grabados; además de otros
documentos y textos del fotógrafo parisino, por lo que este álbum de zonas mayas
integran una narración del interés del artista por la arquitectura precolombina y, sobre
todo, una historia mayor del origen de las construcciones precolombinas.
Figura gigante de una pirámide de Izamal, Yucatán.
“Más allá de su valor como documentación de los monumentos culturales mexicanos, esta
nueva adquisición de Charnay de fotografías impresas en París, en comparación con las
que teníamos previamente, dan la oportunidad de estudiar también las técnicas de
impresión practicadas primero, tanto en la Ciudad de México como en París”, afirma
respecto a la piezas que a pesar de su antigüedad no requirieron restauración más que
una limpieza general.
El trabajo fotográfico del también arqueólogo se caracteriza por producirlo en condiciones
austeras, con una cámara negra de gran tamaño que llevaba, literal, cargando en sus
expediciones. Con la técnica del colodión húmedo, el explorador tomaba la imagen en una
placa de plata y la mantenía en un vidrio con barniz hasta visualizar el paisaje; pero había
ocasiones en que el químico se desbordaba y echaba a perder un trabajo de más de tres
semanas.
Por lo que, a decir del investigador, las fotografías adquieren mayor valor estético y
documental, sobre todo si se toma en cuenta que en esa época el registro arqueológico se
hacía sólo con dibujo, litografía o grabado, realizado por artistas y no arqueólogos.
Désiré Charnay siguió los pasos de artistas-viajeros como John Lloyd Stephens y Frederick
Catherwood, quienes hacían daguerrotipos y dibujos basados en una cámara que luego
traducían al grabado; pero él fue más allá al ser uno de los primeros en utilizar la técnica
de la fotografía de manera formal. Su trabajo está reunido principalmente en dos cuerpos:
el Viaje a México, que registra la exploración entre 1857 y 1860, y Ciudades y ruinas
americanas de 1862, de los cuales se presentó una selección el año pasado en el Antiguo
Colegio de San Ildefonso, que pertenecen a Fomento Cultural Grupo Salinas. Also detalla
que el álbum se digitalizó y puede revisarse íntegro en el página web del instituto –previo
registro–. A la fecha, 387 investigadores, principalmente estudiantes, han solicitado el
material.
Una imagen de la piedra del sol, tomada en 1850.
“POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU”
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