Editorial
La revista Edrielle está enfocada en la publicación de artículos y críticas de textos
literarios de corte infantil y juvenil. La línea principal es acercar a los lectores al mundo de la
imaginación, tal como la diosa que inspira el nombre de la revista, quien traía el don de las
palabras, la inspiración divina y el don de la imaginación a los hombres. Esta no es exclusividad
de niños y jóvenes, está fundada en la creencia ferviente de que la imaginación debe ser un
ingrediente que debiera acompañar al mundo adulto y que vale la pena rescatarla de las raíces
de las que proviene, el mundo infantil. La capacidad creativa del ser humano forma parte de su
esencia y es en sí una fuente de felicidad y realización. En ese sentido, la literatura en general
es el espacio donde se abren las fronteras para las nuevas sensaciones y pensamientos, no de
una sola persona, sino de una red donde confluyen distintas ideas y visiones del mundo, puesto
que en algún momento el oyente se convierte en hablante (Bajtín, 1982), hace un aporte
personal y es nutrido al mismo tiempo a través de la literatura.
En este sentido, también busca empatizar con las necesidades y búsquedas del niño y
del joven, así como reconocer su aporte en la visión que ellos tienen del mundo. Por otra parte,
el lector que se acerque a estas publicaciones ojalá encuentre en ellas herramientas que le
faciliten recomendar y entusiasmar a niños y jóvenes a acercarse a más de alguna de las obras
que irán apareciendo en los distintos apartados de cada fascículo. Por consiguiente, el formato
que presenta la revista consiste en tres apartados agrupados en artículos, críticas y propuestas
pedagógicas para el análisis de libros de corte infantil y juvenil, diversos en temática, en estilo,
en época y en perspectiva, para confrontar distintas visiones de la sociedad y de la literatura
misma. También incluye una lectura en voz alta para aprovechar las ventajas que tienen para el
fomento de la lectura en los niños diversos recursos de carácter multimodal, sobretodo cuando
se trata de encantar con la poesía.
Es así que se han incorporado obras de la nueva literatura infantil y juvenil, con la
introducción de nuevas temáticas y negociación moral (Colomer, 1999). Se intenta ofrecer al
lector herramientas para acercarse a la literatura infantil-juvenil y para formarse su propia
opinión y eventualmente acercar a otros, principalmente a quienes no han descubierto aún el
encanto de las letras en el amplio mundo de la literatura.
Se invita pues al lector a dialogar críticamente con la literatura presentada en este
número y a reflexionar respecto a las diferentes visiones del mundo infantil y juvenil y, quién
sabe, tal vez a ser un agente promotor de la lectura en niños y jóvenes que aún no han
descubierto la magia de los libros.
Cuando el infante pierde su infancia…
Este artículo abordará la problemática sobre la pérdida de la infancia planteada en dos
textos literarios: El niño con bigote, un libro Álbum de Esteban Cabezas, y El juego de Ender,
un libro de saga de Orson Card. El primero ilustra cómo un día que parecía ser igual a
cualquier otro Juan despierta con pelos en su cara, como los que tienen los adultos, y se da
cuenta de cómo un bigote podría cambiar su vida para siempre. Desde una entrada
entretenida, Cabezas describe a través de una analogía el dilema de la adultez frente a la
niñez. Por otro lado, El juego de Ender relata la historia de tres hermanos que nacen en un
contexto futurista posterior a una guerra contra los insectores, extraterrestres que intentaron
colonizar la Tierra pero fueron derrotados por las fuerzas militares humanas, de manera que
volvieron a su planeta de origen. Años después de este acontecimiento, todos los niños son
reclutados desde pequeños para prepararlos militarmente con la intención de eliminar la
amenaza de los insectores para siempre. La perspectiva de Orson tiene una intencionalidad
más oscura que adentra al lector a un mundo adulto más perturbador.
Ambos libros desarrollan la temática de la adultez en conflicto con la infancia, de modo
que contrastan las ventajas y desventajas de ambas etapas que, finalmente, se transforman en
un dilema. Sin embargo, cada narración refleja su propia perspectiva sobre la niñez y plantean
este dilema desde distintos aspectos. En sí, la visión del niño en la literatura infantil y juvenil ha
sufrido variaciones a través del tiempo, desde la concepción ‘inocente’ y ‘pura’, infancia que se
debe ‘proteger de los males del mundo’ y que debe prolongarse lo más posible, hacia un niño
que entiende más de lo que se cree y tiene problemas más complicados de lo que parece
(Colomer, 1999). Y estos libros transitan a través de estas concepciones para problematizar al
lector.
En primer lugar, el autor de El niño con bigote no explica cómo llegó a ocurrir, sino que
comienza la narración señalando que un día Juan había despertado con un bigote. Esta
aparición implica mucho más de lo que dice, ya que el bigote es un elemento clásicamente
asociado a la adultez; esto significaría que Juan está en transición a ser adulto o ya lo es,
dependiendo de la interpretación. A esto, la primera reacción del protagonista es de alegría
debido a las ventajas que Juan ve en este cambio, como describe el narrador: "¡Qué bien! -
pensó Juan-. ¡Ahora me dejarán ver películas para mayores de edad!" (Cabezas, 2010, p.6).
Nuevamente, las películas para mayores de edad van asociadas a los aspectos favorables de
la etapa adulta que los niños desean fervientemente; estos pueden ser tener menos
restricciones, poder de decisión, poder adquisitivo, entre otros.
Sin embargo, a medida que Juan comienza a relacionarse con lo que signfica ser adulto
se da cuenta de los aspectos negativos que no había contemplado previamente, que
convergen especialmente en un concepto: la responsabilidad. Juan dice que "(...) tendría que
hacer las cosas que hace la gente con bigote" (Cabezas, 2010, p.8), y estas ‘cosas’ se ponen
en conflicto con lo positivo de la niñez; aquí es donde comienza el dilema del crecimiento.
Después de considerarlo, Juan decide que prefiere seguir siendo niño y evitar ‘las cosas que
hace la gente con bigote’, por lo que toma la decisión de cortárselo; "¡Otra vez soy niño! -gritó
muy feliz" (Cabezas, 2010, p.16) después de recuperar su rostro de siempre.
Pero el problema no acaba ahí; al otro día, el bigote vuelve y más voluminoso que
antes. “¡Pobre Juan!” (Cabezas, 2010, p.26) exclama el narrador al término del relato, con un
final abierto. Estas dos palabras dan una connotación clara de la opinión del autor respecto al
dilema que se plantea, puesto que se compadece de Juan porque no pudo evitar ser adulto
después de todo. La brusquedad con que termina el libro genera que el lector realice su propia
resolución respecto al dilema.
Por otra parte, en El juego de Ender, Card presenta una perspectiva de mayor crudeza
al momento de analizar el dilema de la niñez frente a la adultez, a tal punto que puede llegar a
ser perturbador, puesto que deja una sensación amarga que confronta y conmociona al lector
(Hanán, 2009). Los niños Wiggin nunca conocieron realmente lo que significaba ser un niño
‘normal’, ya que la Escuela de Batalla tenía interés especial en los hermanos. Peter, el mayor,
era demasiado agresivo para cumplir el objetivo y Valentine demasiado compasiva. Pero
Ender, a sus seis años, parecía poseer el justo balance que buscaban entre la violencia y la
bondad; un estratega de excelencia. Sin embargo, para Ender nada de esto tenía real
importancia, puesto que su mayor preocupación en la vida era su hermana Valentine. Si
luchaba, lo hacía por ella; si sobrevivía al cruel entrenamiento de la Escuela de Batalla, lo hacía
por ella, y cada vez que se veía enfrentado a un combate, no podía evitar sentirse culpable por
cómo destruía a su enemigo. Los oficiales que supervisaban a Ender estaban conscientes de
esto, e incluso comentaban "¿No ha tenido nunca la impresión de que estos chicos no son
niños? Cuando se fija uno en sus acciones, en sus comentarios, ¿no le da la impresión de que
no son jovencitos?" (Card, 1993, p.46). En Ender y en sus compañeros de la Escuela de
Batalla no se observa nada de la niñez frágil e indefensa que se debe proteger; de hecho, se
plantea constantemente la posibilidad de que no haya niñez alguna en esos jóvenes. Al
respecto, uno de los compañeros de Ender le dice: "(...) me he hecho una idea de lo que es un
niño, y nosotros no somos niños. Los niños pierden de vez en cuando, y a nadie le preocupa.
Los niños no están en escuadras, no son comandantes, (...) eso es más de lo que un niño
puede soportar sin volverse loco" (Card, 1993, p.72).
Por otra parte, Peter y Valentine, con las capacidades intelectuales del mismo nivel que
Ender, comenzaron una farsa política meticulosa cuyo fin era introducir, a través de las redes
sociales, sus ideas sobre la situación política actual y evitar una guerra entre los propios
humanos. A esta propuesta Valentine responde que solo son unos niños, y como niños no
pueden (por capacidad y por deber) tener influencia en la opinión del mundo adulto, a lo que
Peter responde: "Pero nosotros no pensamos como los demás niños, ¿verdad, Val?" (Card,
1993, p.83). De los tres hermanos Wiggin, Valentine es la que más parece aferrarse a su niñez;
sin embargo, más adelante la narración explica que ella "intentó imaginarse a sí misma como
las demás muchachas de la escuela. Intentó imaginarse cómo sería la vida si no se sintiera
responsable del futuro del mundo. -Sería demasiado insípido" (Card, 1993, p.151), contesta ella
finalmente, de manera que admite esta pérdida de la niñez que caracteriza toda la obra.
Además del punto de vista de los niños protagonistas del dilema, Card expone las
perspectivas de los adultos involucrados en estas situaciones. Un personaje de gran
importancia al respecto es el Coronel Graff, quien vigilaba la interioridad de Ender y sus
relaciones con sus compañeros, tomaba las decisiones para que se convirtiera en un general
de guerra y se aseguraba de no causarle ‘más daño del necesario’. Su gran motivación era
salvar al mundo; sin embargo, a medida que Ender pierde toda esperanza, ilusión y vida para
convertirse en una máquina de guerra, Graff comienza a dudar de esta razón, por lo que
confiesa que "durante unos minutos, incluso se me ocurrió pensar qué clase de persona hay
que ser para curar algunas heridas de un niño destrozado con el único objeto de poder arrojarlo
de nuevo a la batalla" (Card, 1993, p.100). La convicción del Coronel de que sus actos estaban
justificados por la causa empiezan a decaer, e incluso se da a entender que el afecto que nace
hacia Ender es, en gran parte, el motivo de esto. En este caso, el personaje adulto manifiesta
su desacuerdo respecto a la interrupción tan temprana de la infancia para convertir niños en
adultos con responsabilidades como salvar a la humanidad entera.
Al final del primer tomo de la saga, Valentine y Ender se reencuentran e intentan
reiniciar sus vidas para aprovechar la infancia que les queda, cuando Ender ya tiene doce
años. Él piensa que es demasiado tarde para ser niño, a lo que su hermana le contesta: "Crees
que eres un adulto, cansado y hastiado de todo, pero sigues teniendo el corazón de un chico,
como yo" (Card, 1993, p.197). En esta única frase, se hace una crítica bastante explícita
respecto al mundo adulto, ya que "la puesta en cuestión no se reduce a un asunto de carácter
o debilidades personales, sino que afecta al modo de vida, a las preferencias y al mundo que
habitan y han construido los adultos" (Ow, 2011, p.6).
En resumen, Cabezas y Orson desarrollan la pérdida de la infancia desde dos
perspectivas diferentes, sino opuestas; Cabezas desde lo divertido, haciendo uso de analogías
para introducir al infante en el temor a ser adulto, y Card con un enfoque angustiante e incluso
desesperanzador, que además cuestiona significativamente la moral que rige las decisiones
adultas y los criterios con que se juzgan las acciones de los demás. De esta manera, estos
libros invitan a la reflexión no solo a niños, que son quienes vivirán este proceso, sino también
a adultos, cuyas decisiones pueden influir en los infantes y en sí mismos, reviviendo quizás el
dilema entre la adultez y la infancia.
El encanto misterioso de una doncella japonesa
La historia transcurre en Japón, en tiempos de fronteras poco definidas entre la realidad
y la ficción, en que los sueños se mezclan con lo vivido. En esa época, un humilde cortador de
bambú encuentra dentro de una de las ramas a una pequeña criatura que él y su mujer deciden
adoptar por hija. Años después, Kaguyahime, al ser dotada de gran belleza, es cortejada por
cinco pretendientes de alta alcurnia, quienes deben cumplir una misión encomendada por la
joven para ganar su aprecio. El Emperador, que decide conocer su belleza, se enamora de ella
desde el momento en que la ve. Sin embargo, Kaguyahime termina por confesarle a sus padres
adoptivos la verdad: que su estadía en la Tierra era un castigo temporal, puesto que realmente
es la princesa de la luna, y que tendrá que volver a su antiguo hogar.
El relato transcurre en un mundo lleno de magia, que, sin embargo, se distancia
prudentemente de esa magia occidental al que estamos acostumbrados; Kaguyahime, que es
un personaje que encanta, no solo a sus pretendientes, sino también al lector con su carácter
exótico y a la vez siniestro, adquiere una trascendencia comparable al de obras clásicas de
occidente, sumado al toque innovador que aporte la cultura japonesa al relato.
Además, la narración tiene una estructura de encadenamiento y ramificación hacia otras
aventuras, en que los cinco pretendientes adquieren un carácter protagónico. Estas historias
encaminan al lector hacia ciertos valores que convergen en una ideología mayor presente en
toda la obra. Este elemento, si bien es moralizante, es un aspecto frecuente en la literatura de
la época, cuyo objetivo era la transmisión de la cultura popular y sus creencias.
Un elemento importante, quizás no tan frecuente en la literatura clásica de occidente, es
la incorporación de lo extraterrestre en la fantasía de la narración, acercándose en parte al
género de ciencia ficción que en nuestra cultura se desarrolla mucho tiempo después, pero que
puede llamar la atención del lector juvenil e infantil.
Por otra parte, debido a que este mito pertenece a la tradición oral de Japón, no existía
una traducción al español, de manera que antes de esta edición solo estaba disponible en
inglés o francés. Este hecho facilita mucho su lectura, ya que la traducción de Takagi es simple
y accesible a todo tipo de lector. Sin embargo, es importante considerar que económicamente
no es de fácil acceso, puesto que se encuentra alrededor de los $8 000.
El mito del cortador de bambú refresca al lector de la mitología clásica y ofrece la
apertura a nuevos tipos de aventura, impregnada de elementos culturales de Japón. A pesar de
su costo, es ciertamente recomendable.
Datos bibliográficos:
Título: El cuento del cortador de bambú
Editor: Kayoko Takagi
Traducido: Kayoko Takagi
Publicación: Cátedra, 2004
Páginas: 266
Propuesta pedagógica: Beowulf
OA 3, Cuarto básico: Leer y familiarizarse con un amplio repertorio de literatura para
aumentar su conocimiento del mundo y desarrollar su imaginación; por ejemplo: poemas,
cuentos folclóricos y de autor, fábulas, leyendas, mitos, novelas, historietas, otros.
Actividad hipertextual
Antes de la lectura del mito, se proyecta la película “Cómo entrenar a tu dragón”. Luego
la profesora procede a la lectura, de manera que durante o después de la lectura, los niños
sean capaces de distinguir similitudes o diferencias entre los vikingos de la película y los
vikingos del texto; en este sentido, la profesora debe hacer énfasis en los valores que
enseñaban (la valentía, la fuerza, etc.), en las características sicológicas de los personajes
(actitudes, expresiones) y en sus costumbres (cultura vikinga).
Esta actividad cumpliría con la primera parte del objetivo de aprendizaje, que es ampliar
su conocimiento de mundo al familiarizarse con la literatura clásica de los pueblos de Europa
del Norte.
Actividad para la creación de una comunidad de lectores
Como actividad para el fomento lector de los más pequeños (podría ser primero o
segundo básico), la profesora preparará un día de disfraces en que todo el curso debe vestir
como vikingo o vikinga e invitar a sus compañeros a conocer sobre esta cultura. Esta actividad
tendrá la modalidad de feria o exposición con distintos puestos, donde un grupo de niños
entregará información sobre uno de los aspectos conversados anteriormente en clases
(mencionados en la actividad hipertextual). Para la preparación de esta actividad, la profesora
podría realizar con antelación un trabajo de investigación respecto a la cultura vikinga y
posteriormente repartir los temas a distintos grupos del curso.
Finalmente, después de la exposición los niños harían una representación de las
aventuras de Beowulf para entusiasmar a los niños con la historia y acercarlos a la lectura a
través de la dramatización, de manera más lúdica y entretenida. La profesora tiene que hacer la
adaptación de la leyenda a guión y organizar la puesta en escena de la obra.
Esta actividad apunta al desarrollo de la imaginación de los niños, ya que la expresión
dramática requiere de una interpretación teatral y, por tanto, un toque personal al desarrollo de
la historia.
Justificación teórica
El uso de un hipertexto para el abordaje de un mito facilita el acercamiento a la lectura,
muchas veces ajena a la realidad del niño, ya que "se refuerza la expresividad del mensaje y
subraya la intencionalidad, porque con la evocación (...) se alude a una tradición cultural (...)"
(Mendoza, 2003, p.21).
Además, la segunda actividad se enfoca en la interacción entre los niños para producir
la motivación a la lectura, puesto que "cuando los amigos comienzan a hablar sobre un libro es,
por lo general, porque uno de ellos quiere compartir su entusiasmo" (Chambers, 2007, p.21)
Lectura en voz alta
Para escuchar la poesía “Alguien”, de la Antología Poética de Rafael Alberti, seguir el link a
continuación:
http://youtu.be/70NiQX0Aiqg
Bibliografía
Alberti, R. (2003) Antología poética. Argentina: Ediciones del Sur
Bajtin, M. (1982-1993). “El problema de los géneros discursivos”. En Estética de la creación
verbal . México D.F.: Siglo Veintiuno Editores
Cabezas, E. (2010). El niño con bigote. USA: Fondo de Cultura Económica
Card, O. (1993). El juego de Ender. Recuperado de
http://72522667.blogspot.com/2013/12/saga-ender-orson-scott-card-pdf.html
Chambers, A. (2007) Dime. Los niños la lectura y la conversación. México: Fondo de Cultura
Económica.
Colomer, T. (1999). “La literatura infantil y juvenil actual”. En Introducción a la literatura infantil y
juvenil actual. Madrid: Síntesis.
Hanán, F. (2009). “Libros perturbadores: una categoría a la sombra”. Barataria
Mendoza, A. (2003). Los intertextos: del discurso a la recepción. Cuenca: Universidad de
Castilla-La Mancha
Ow, M. (2011). 'Tengo un secreto': cuestionamiento del mundo adulto en álbumes ilustrados.
Santiago de Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile.
Takagi, K. (2004). Cuento del cortador de bambú. España: Cátedra.
Tolkien, J. (1999). Beowulf. Recuperado de http://espanol.free-ebooks.net