Investigación Revista Sur
Investigación de la Revista Sur y Victoria Ocampo
Sur, hace
referencia
tanto a la
revista
literaria argentina fundada por Victoria
Ocampo en 1931, como a la editorial
del mismo nombre que apareció dos
años después también fundada por
Ocampo.
La revista tuvo entre sus colaboradores
a figuras como Jorge Luis Borges,
Adolfo Bioy Casares, José Bianco,
Waldo Frank, Walter Gropius, Alfonso
Reyes Ochoa, etc. Como secretarios de
redacción participaron Guillermo de
Torre, José Bianco, Jorge Luis Borges,
Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 1
Investigación Revista Sur
Raimundo Lida, Ernesto Sabato, María
Luisa Bastos, "Péle" Pelegrina
Pastorino, Nicolas Barrios Lynch y
Enrique Pezzoni.
El primer número de la revista salió en
el verano de 1931 y su último número
se publicó en 1992. En ese periodo se
publicaron 371 ejemplares. Vale la
pena mencionar que en los últimos
veintiséis años de existencia la
aparición de cada número fue cada vez
más espaciada que los anteriores. De
tal forma entre 1931 y 1966 se editaron
305 números de la revista, y en los
siguientes 26 años se editaron solo 67
números.
Victoria
Ocampo
(n. Buenos
Aires, 7 de
abril de
1890 – m.
Buenos
Aires, 27
de enero
de 1979) es el seudónimo de Ramona
Victoria Epifanía Rufina Ocampo,
intelectual, escritora, ensayista y
traductora argentina.
Nacida en una familia adinerada,
publicó su primer libro con ayuda de
José Ortega y Gasset en 1924. Participó
en diversos movimientos intelectuales
y antifascistas; y militó activamente en
la oposición al peronismo.
Fundó la revista y la editorial Sur a
principios de los años 30. Promovió las
obras literarias de importantes autores
del siglo XX. En 1941 se instaló
definitivamente en Villa Ocampo, la
quinta veraniega familiar, convertida en
lugar de recepción para los
intelectuales del mundo que la
visitaban, como Keyserling, Tagore,
Caillois, Ansermet, entre otros.
Frecuentó Europa y algunos países de
América. Se destacan sus obras Tagore
en las barrancas de San Isidro (1961) y
La laguna de los nenúfares (1926). Es
considerada una de las más
representativas figuras femeninas de
Argentina al igual que Alicia Moreau
de Justo y Eva Perón. Siempre vigente,
murió a los 88 años.
Consagración
El 1 de enero de 1931 apareció en el
mercado una nueva revista fundada por
ella: Sur, que se mantuvo vigente a lo
largo de cuatro décadas. Las primeras
Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 2
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ediciones de su revista literaria fueron
fabricadas en San Antonio de Areco, en
la imprenta de Francisco Colombo
donde se imprimiera Don Segundo
Sombra (1926), de Ricardo Güiraldes.
Tuvo entre sus colaboradores a figuras
como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy
Casares, José Bianco, Waldo Frank,
Walter Gropius, Alfonso Reyes Ochoa,
Thomas Mann, Thomas Stearns Eliot,
André Malraux, Henry Miller, Octavio
Paz, entre muchos otros. Como
secretarios de redacción participaron
Guillermo de Torre, Bianco, Borges,
Raimundo Lida, Ernesto Sábato, María
Luisa Bastos, Pelegrina Pastorino,
Nicolás Barrios Lynch y Enrique
Pezzoni. La publicación, de relevante
éxito, alcanzó los 371 ejemplares. De
perfil antinazi, antifascista y
antifranquista, apoyó el final de la
Segunda Guerra Mundial y el
derrocamiento al ex-presidente Juan
Domingo Perón, por ser antiperonista.
Presidenta del Directorio del Teatro
Colón, en 1933, creó la editorial Sur
con el objetivo de divulgar de una
mejor manera la literatura, difundir a
los más importantes escritores del
mundo y promover los talentos locales,
como Jorge Luis Borges. El primer
libro que se publicó en esta editorial
fue Romancero Gitano, de Federico
García Lorca. Luego se demostrarán
libros de Eduardo Mallea, Juan Carlos
Onetti, Alfonso Reyes Ochoa, Horacio
Quiroga, Adolfo Bioy Casares, Aldous
Huxley, Carl Gustav Jung, Virginia
Woolf, Vladimir Nabokov, Jean-Paul
Sartre, Jack Kerouac, Albert Camus,
etc. Julio Cortázar dijo: “Sur nos ayudó
mucho a los estudiantes que en la
década del 30 y 40 tentábamos un
camino...”, mientras que Octavio Paz
escribió: “Victoria es algo más: es la
fundadora de un espacio espiritual.
Porque Sur no es sólo una revista a o
una institución: es una tradición del
espíritu.” Posteriormente, falleció su
ex-marido, Bernardo de Estrada,
también conocido como Mónaco, por
lo que empezó a redactar sus
“Testimonios”, del cual se realizaron
diez tomos. El primero se lanzó al
mercado en 1935 y el décimo y último
en 1977.
Con Eduardo Mallea, emprendió un
viaje a Europa en 1934 y fue recibida
por el político Benito Mussolini en el
Palazzo Venezia. Se presentó como
Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 3
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recitante en la ópera-ballet Perséphone,
de Stravinsky. Con ésta, actuó en el
Teatro Colón y en Río de Janeiro, en
Brasil. En una entrevista, ella admitió:
“La Perséphone es el recuerdo más
dolorosamente feliz de mi vida. Digo
dolorosamente porque hubiese deseado
seguir haciendo esa clase de cosas, que
es lo que mejor he hecho en mi vida”.
Por medio de Aldous Huxley y en
Londres, conoció a Virgina Woolf, una
notable escritora inglesa, con quien
entabló una relación incómoda en la
que Woolf confesó que había conocido
“la opulenta belleza de la millonaria
de Buenos Aires”. Editó sus ensayos y
dos de sus novelas, entre ellas Orlando
con traducción de Borges. En 1941,
tras la inesperada noticia del suicidio
de la escritora, Victoria escribió: “Yo
hubiera querido ahora poder limitarme
a escribir: A Virginia Woolf...porque yo
también buscando una frase, no hallé
ninguna que pudiera ponerse junto a su
nombre”. En 1935 muere su madre,
Ramona. Al año siguiente, fue
Vicepresidenta Honoraria Internacional
del Congreso de los Pen Clubs.
En un ensayo de 1936 titulado La
mujer y su expresión, la escritora
argentina reflexionó acerca de la
marginación de las mujeres en el
contexto patriarcal y sobre su
dificultosa relación con la cultura
moderna, aspectos que de algún modo
sintetiza en el problema de la búsqueda
de una expresión femenina autónoma.
Ella define ese estilo de escritura al que
aspira como un modo dialógico, que
incorpora la palabra ajena en el
discurso propio, diferenciándolo de la
expresión monológica que sería propia
de los varones en una cultura
androcéntrica.
Entre sus obras más importantes se
encuentran La laguna de los nenúfares
(1926), Domingos en Hyde Park
(1936), Emily Brontë (Terra incógnita)
(1938), San Isidro (1941), Lawrence de
Arabia (1942), El viajero y una de sus
sombras: Keyserling en mis memorias
(1951), Lawrence de Arabia y otros
ensayos (1951), Virginia Woolf en su
diario (1954), Habla el algarrobo
(1959), Tagore en las barrancas de San
Isidro (1961), Juan Sebastián Bach, el
hombre (1964), Diálogo con Borges
(1969) y Diálogo con Mallea (1969).
"Lo que desde ya sabemos afirmar de
América es que estamos enamorados Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 4
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extrañamente de ella. Y ese amor, como
todo gran amor, es una prueba. Prueba
que arroja sobre nuestras incapacidades
e imperfecciones una luz
resplandeciente y cruel."
En 1936 fue elegida presidente de la
"Unión de mujeres argentinas", uno de
los más antiguos movimientos
feministas. El fin de esta unión, era
luchar con la reforma de la ley de 1926,
sobre los derechos de las mujeres
casadas. A partir de esta fecha, la unión
de mujeres no dejó de combatir por el
mejoramiento de la condición femenina
en Argentina. Sin embargo, renunció en
1938.
En 1939 llegó a Argentina Roger
Caillois, el difusor de la obra de Borges
en Francia. Caillois, asistido por
Victoria, comenzó a traducir y publicar
a muchos de los escritores
latinoamericanos. En la Europa de
postguerra, asistió a los preparativos de
la creación de la UNESCO en París en
1946, fue la única argentina presente en
el Juicio de Nuremberg y mantuvo
encuentros con figuras relevantes de la
política y la cultura como Graham
Greene, la reina Isabel I de Inglaterra,
T. S. Elliot, Winston Churchill y
Charles De Gaulle.
Durante la ocupación alemana
(«nazis») de Francia, desde 1940,
Ocampo auspició la revista Lettres
Françaises, dirigida por Roger Caillois,
editada en Buenos Aires, y donde
colaboraron variados escritores
franceses que pudieron exiliarse de su
país natal.
En 1943, se dirigió en avión a Estados
Unidos invitada por la Fundación
Guggenheim para dar una serie de
conferencias. En 1944 asumió la
presidencia de un comité encargado de
recaudar fondos para Francia y sus
artistas y el 26 de julio de 1946 Perón
promete en un discurso el voto para la
mujer, pero a ella le parece aberrante la
idea de obtener el sufragio durante un
gobierno antidemocrático. En el mismo
año, recibió un homenaje por parte de
autores franceses por su colaboración a
ellos durante la guerra. En 1950 se le
concedió el premio de Honor de la
SADE y tiempo después, la medalla de
oro de la Academia Francesa. A su
infinidad de honores, se suma el
premio María Moors Cabot de la
Universidad de Columbia, el que Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 5
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otorga la Universidad de Visrabharati:
doctora en literatura, el honoris causa
de la Universidad de Harvard, y la
Commander of the Order of the British
Empire por la Reina Isabel II de
Inglaterra.
En 1951, durante una estadía por
Europa, los peronistas marcan con una
cruz la entrada de Villa Ocampo lo que
la designa como “oligarca disidente”.
Temiendo que allanen su casa de San
Isidro, envía a casa de sus amigos una
serie de valijas con cartas. Su origen
social y reconocida oposición al
gobierno de Juan Perón, que se
extendió desde 1946 a 1955, la
identificaron con un sistema cultural
conservador y elitista, aunque sus
relaciones personales y su revista
incluían nombres de todas las
vertientes incluso algunos escritores
comunistas. Para la década del `50,
habían intervenido en su revista 80
escritores franceses, 55 ingleses, 41
españoles, 15 alemanes, 14 italianos,
11 rusos, 6 suizos, 2 belgas, 182
latinoamericanos y 217 de otras
nacionalidades.
El director general de la UNESCO,
Julián Huxley, envió una carta a
Victoria Ocampo para informarle de su
deseo de conocer a todos sus amigos,
es decir, personalidades que estuvieran
en Villa Ocampo. Ella lo invita a San
Isidro al igual que al Premio Nobel
Bernardo Houssay, Eduardo Mallea,
Rafael Alberti y Francisco Romero. El
hecho fue motivo de enojo para el
presidente de la Nación, Perón, quien
se negó a recibir luego a Huxley.
En 1952, con 62 años, comenzó su
autobiografía con el pedido expreso de
que se publicara luego de su muerte. El
8 de mayo de 1953, mientras
descansaba en Mar del Plata y con la
escusa de que escondía armas en su
residencia, la policía allanó su casa y se
llevó a Victoria consigo como presa
política a la cárcel "El Buen Pastor", en
San Telmo; donde se encontraban
prostitutas y demás criminales
recluidas, procesadas y condenadas por
delitos comunes. También allanaron las
oficinas de Sur. “En la cárcel uno tenía
la sensación de que tocaba fondo, vivía
en la realidad”, admitió. Además de ser
arrestada la escritora, que luego
confesó de su estadía en la cárcel: “Me
sirvió para conocer la ayuda mutua, la
solidaridad…”, su amigo Jorge Luis
Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 6
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Borges, fue desplazado de su cargo
como director de la Biblioteca
Nacional (puesto que otorgó la
Municipalidad) y a cambio fue
designado inspector de aves, huevos y
ferias. Por su parte, su madre Leonor
Acevedo de Borges, de 77 años, fue
detenida y encarcelada por participar
de una manifestación contra el
gobierno peronista.
Tras obtener un certificado de buena
conducta para abandonar
temporalmente Argentina, Victoria, por
medio de André Malraux, conoce a
Charles De Gaulle. El 2 de junio es
liberada, tras 26 días en prisión y ya en
1955, con la caída del peso y sus
grandes inversiones para Sur, tuvo
problemas económicos que la obligaron
a reducir los gastos. El hecho se lo
confesó a Gabriela Mistral, que tras
declinar una invitación que le hizo en
1956, le confirmó la pérdida neta de
85.000 pesos de Sur en su 25°
aniversario. Ìntima amiga de Susan
Sontag y Soledad Ortega Spottorno,
escribió varios ensayos, entre ellos los
dedicados a Emily Brontë, Lawrence
de Arabia y Virginia Woolf. En
compañía con Saint John Perse, en
1954 publicaron la traducción española
del ensayo de Caillois titulado Poétique
de St. John Perse; y en 1961 una
traducción bilingüe de Señales de mar.
"...dinero me faltó siempre para hacer
la editorial y revista que soñaba.
Siempre andaba "fundida" (término que
ya no se usa porque supongo que todos
estamos fundidos...en cierto sector).
Fani me ofrecía sus economías. "¿Para
qué quiero dinero?" protestaba. Y este
desinterés sin igual no era de
palabra...aunque nunca lo puse a
prueba en cuestiones de esa índole."
Victoria Ocampo en Testimonios.
Décima serie (1975-1977), Editorial
Sur, 1978.
Ocupó sitiales en diversas Academias y
en 1958 André Malraux, de visita a
Argentina, se hospedó en Villa
Ocampo. “No conozco genio más
difícil de definir que el de éste francés
nacido en el umbral del siglo XX”,
escribió. En 1960, manifestó su
disgusto por la visita del secretario de
redacción de Sur, José Bianco, a Cuba
(gobernada en aquel entonces por Fidel
Castro), y éste renunció a su cargo. En
1962 recibió la propuesta del gobierno
argentino de ser Embajadora en la Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 7
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India, algo que rechaza. En 1963,
durante un trayecto a París, comenzó a
padecer los primeros síntomas del
cáncer y en 1965 se le concedió el
Premio Vaccaro por su labor en favor
de la cultura argentina, principalmente
en los campos de la literatura y de la
música. Para 1968, Indira Gandhi llega
a Buenos Aires. Visitó Villa Ocampo y
en la Embajada de la India le entrega el
Doctorado Honoris Causa de la
Universidad Visva Barathi. Otros
honores que ha recibido son el Premio
Alberdi-Sarmiento del Instituto Popular
de Conferencias en La Prensa, diario
en aquel momento dirigido por Alberto
Gainza Paz, y el Premio María Moors
Cabot en Nueva York, oportunidad en
la que declaró en su conferencia de
aceptación que “La política no aspira
casi nunca a enterarse de las cosas. El
espectáculo de desbarajuste perfecto
que ofrece nuestro país -y el mundo en
general en ciertos aspectos- lo prueba
con una abrumadora elocuencia.”
Su revista primero fue bimestral y
luego semestral. En ésta se podía
hablar de cualquier tema, incluso de
política. Aquí publicaron comunistas,
conservadores, liberales y anarquistas.
En una sola ocasión hubo censura,
precisamente sobre escritos en pro del
nacionalsocialismo. Tal es el caso de
Drieu La Rochelle, de quien se lamentó
por haberse volcado a esa doctrina, con
la consiguiente ruptura de su amistad.
Las dificultades que supone configurar
una expresión propia desde las mujeres
las utilizó y así mencionó la falta de
una educación formal, de libertades y
de una tradición literaria femenina en la
cual sustentar una escritura. En
particular, le parece decisiva la
carencia de referentes dentro de la
literatura, y quizás por ello sus textos
ponen en evidencia el deseo de
establecer diálogos y alianzas con
distintas sujetos que configura como
sus autoras modélicas.
Virginia Woolf y Gabriela Mistral son,
mayormente, sus principales referentes,
aunque también aparecen en sus textos
varias escritoras inglesas del siglo XIX,
como Jane Austen, Elizabeth Barrett
Browning, George Eliot y las hermanas
Brönte (en especial Emily), con las que
se sentía hermanada por los conflictos
sociales, culturales y discursivos que
habían debido enfrentar para acceder a
la escritura y a la publicación.Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 8
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Pero, por otra parte, el vínculo con
Woolf también se estableció desde un
plano de desigualdad irreductible,
derivada de las respectivas posiciones
que el discurso colonialista asigna a
Woolf y a Ocampo, y que termina por
desautorizar, en términos de la relación
cultural jerárquica.
Actitud política
La revista tuvo en su momento un claro
perfil antinazi , antifascista y
antifranquista, y celebró el triunfo
aliado en la Segunda Guerra Mundial.
Paralelamente tomó un claro perfil
antiperonista, y festejó la caída del
gobierno de Juan Domingo Perón a
manos del golpe militar de la
Revolución Libertadora en 1955. Por
último, surgieron diferencias que
derivaron en el alejamiento de José
Bianco como secretario de redacción
por su participación como jurado en el
Premio Casa de las Américas.
Peronismo
Con respecto al peronismo, no sólo los
miembros de la revista tenían una clara
tendencia antiperonista, sino que ésta
es expresada por teóricos del
peronismo como una supuesta actitud
de tendencia antinacional, europeísta y
pro-americana. De esta forma el crítico
Daniel Santoro expresa en 2006:
"Gauchos, peones rurales, mucamas,
obreros bonaerenses y morochos
provincianos eran [supuestamente]una
multitud dada a los excesos y a gustos
no homologados, una pesada carga de
la América profunda que amenazaba
invertir la dirección del vector Sur,
representado en la tapa de la revista
que por entonces ejercía el comisariado
cultural y del buen gusto. El vector en
el logotipo de esta revista señalaba el
sur desde el norte, mostrando
simbólicamente la dirección aceptada
para influencias y homologaciones. El
conjunto de las novedades políticas y
culturales aportadas por el peronismo
conformaban un indeseable programa
estético capaz de invertir la dirección
del vector de influencias, lo que
provocaría un "reflujo contaminante"
hacia las activas aguas de la
modernidad de posguerra."
Fundada y dirigida por Victoria
Ocampo (1891-1979), SUR se
convirtió en una de las más importantes
revistas literarias del mundo. Desde el
primer número, aparecido en el verano
de 1931 hasta el número 371 publicado
Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 9
Investigación Revista Sur
en 1992, ofreció a sus lectores
colaboraciones de destacados escritores
argentinos y extranjeros: Jorge Luis
Borges, José Ortega y Gasset, Alfonso
Reyes, Adolfo Bioy Casares, Pedro
Henríquez Ureña, Octavio Paz, Jules
Supervielle, Silvina Ocampo, Ramón
Gómez de la Serna, Eduardo Mallea y
tantos otros importantes escritores que
a través de sesenta años hicieron de
SUR un fresco imprescindible de la
cultura del siglo XX.
Si bien en el N° 1 de Sur, Victoria
Ocampo en su “Carta a Waldo Frank”
explica que la idea de fundar una
Revista se las transmite el propio
Waldo, y que el nombre fue finalmente
elegido de una lista sugerida, por
Ortega y Gasset : “Entonces llamé por
teléfono a Ortega, en España. Esas
gentes tienen costumbre de
bautizarnos... Así, Ortega no vaciló y,
entre los nombres enumerados, sintió
enseguida una preferencia: Sur me
gritaba desde Madrid”. Indagando un
poco más sobre los orígenes de Sur,
encontramos en el N° 303 – 304 – 305
de Noviembre de 1966 a Abril de 1967
( un solo ejemplar que condensaba los
tres números) la historia más detallada
contada por su protagonista. Victoria
Ocampo, que dice:
“Como ya he repetido hasta el
cansancio, pesó más que todo en la
balanza un acontecimiento fortuito: la
llegada del norteamericano Waldo
Frank (el autor de España Virgen) a
Buenos Aires, en gira de conferencias,
y mi encuentro con él y con quien
traducía las conferencias del nuevo
amigo. El traductor, argentino de 25
años, era autor de un libro de cuentos y
redactor de La Nación: Eduardo
Mallea. Tanto Frank como su traductor
decretaron que una revista tenía que
nacer de nuestro encuentro. Se
necesitaba. Creían –no me explicaba
yo bien la razón de tal creencia- que yo
estaba destinada a emprender la tarea.
Ya sabemos que a la madre, en todo
nacimiento, le toca la parte menos
placentera.
Agregaré (aunque Ortega aconsejaba
que nunca se subrayara lo obvio) que
yo era una autodidacta. La educación
que se les daba a las mujeres en mi
juventud (reinaban en la Argentina los
prejuicios victorianos, más los
españoles) era sumamente pobre. En
las clases altas, eso si, las chicas
Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 10
Investigación Revista Sur
aprendían idiomas con sus institutrices.
Menos mal. Cuando empezó la
aventura de Sur yo ya había publicado,
tímidamente en La Nación, algunos
artículos. Pero estos “ensayos” en
nada justificaban que tomara las
riendas de una revista. Fue el caso
típico de “ por falta de hombres buenos
a mi padre lo hicieron alcalde”. La
improvisación sudamericana en todo
su esplendor. Sin embargo, hombres
buenos (adecuados a semejante
empresa) los había. Pero tal vez se
necesitaba alguna otra condición de
que los hombres buenos disponibles
carecían, sin dejar de ser buenos”
“ Hojeando un diccionario de la
Academia (lectura que tanto me
recomendaba Ricardo Baeza, pues
soñaba con que yo adquiriera un
vocabulario decente y escribiera
“judía” en vez de “chaucha”,
“americana” en vez de “saco”,
“puertecita” en vez de “puertita”,
“melocotón” en vez de “durazno”,
“albaricoque” en vez de “damasco”,
“bolso” en vez de “cartera” ... etc) di
por casualidad con el vocablo “mula”
y la definición siguiente: “Cuadrúpedo
de unos 12 decímetros de altura, hija
de asno y de la yegua, o de caballo y
asna. Es menos ágil que el caballo y
más que el asno, y excede a entrambos
en fuerza y sufrimiento” Esta
definición me aclaró providencialmente
el panorama. No fue preciso que
continuará indagando. Doy por
sentado que Waldo Frank y Eduardo
Mallea, sin comunicármelo,
sospecharon que yo pertenecía a la
raza subalterna de cuadrúpedos. Por
ser bastardos no dejan de ser
resistentes y de rendir servicios al
hombre. Ciertos generales soñaron,
incluso, con tenerlos a su disposición
para cruzar abruptas montañas
inexploradas y adornadas de
precipicios ( aunque se presenta
siempre a los generales montados en
briosos corceles)
“ Esa es, por lo menos, mi
interpretación del nacimiento de Sur y
de mi participación en él. No puede
haber una más certera por aquello de
que “ de hombre es errar, y de bestia
perseverar en el error”. Si Waldo
Frank y Mallea cometieron un error al
elegirme, yo lo agravé perseverando.
Alguna vislumbre de mi calidad de
mula tuvo también el Conde de
Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 11
Investigación Revista Sur
Keyserling, puesto que en una carta del
25 de febrero de1939 me escribía desde
Darmstadt : “Si. Lo recuerdo ahora.
Creo que Usted nació de tarde. Un
siete de abril. Por mis cálculos es usted
de Aries y capricornio. Un tesón de
primera”.
Esta, por consiguiente, es la historia
verídica aunque abreviada de una
revista y de una editorial, contada por
una mula solitaria. El decir solitaria
no implica negación o desconocimiento
de la gran ayuda recibida. Y si no
temiera ser mal interpretada, afirmaría
que mucho les debo a algunos
caballos.”
Victoria Ocampo, escribió este y otros
interesantísimos comentarios sobre Sur
en el prologo de este número triple,
comentarios a los que haré referencia
cada vez que sea necesario.
Vale la pena destacar que entre 1931 y
1966 se editaron 305 números de la
revista, y en los siguientes 26 años se
editaron solo 67 números.
El Número uno de Revista SUR salió
en el Verano de 1931 y el último de los
371 números publicados salió a la
venta en el año 1992.
Del ejemplar Número 1 se imprimieron
100 ejemplares en papel de hilo Bond
numerados y reservados para los
suscriptores de la edición de lujo.
En dicho ejemplar se anunciaba como
Sur Revista Trimestral, dirigida por
Victoria Ocampo, con Dirección y
Administración en Rufino de Elizalde
2847 Buenos Aires, su Consejo
Extranjero (sic) estaba compuesto por:
Ernest Ansermet, Drieu La Rochelle,
Leo Ferrero, Waldo Frank, Pedro
Henríquez Ureña, Alfonso Reyes, Jules
Supervielle; José Ortega y Gasset, su
Consejo de Redacción por Jorge Luis
Borges, Eduardo J. Bullrich, Oliverio
Girondo, Alfredo González Garaño,
Eduardo Mallea, María Rosa Oliver,
Guillermo de la Torre, ( en ese orden)
las condiciones de venta y suscripción
se indicaban como a $ 2.- el número
suelto, $ 7,50 la Suscripción Anual, que
se elevaba a $ 8,50 para los países del
convenio postal hispanoamericano y
$10.- para otros países.
Candela Ferreyra y Emilia de Azcuénaga 12