San José de Costa Rica, 29 de noviembre de 2014.
Mis queridas semillas,
Os voy a explicar una historia que sucedió cuando yo era pequeña.
Teníamos una vecina, mi amiga Carmencita, que era muy coqueta y
un día se levantó y se miró en su espejo y solamente miró que tenía tres
pelos en su cabeza y dijo: “¡Madre mía!
¿Cómo me voy a peinar hoy? Ah –dijo - es
muy fácil, pues solita me voy a hacer una
trenza”, cogió sus tres pelitos y se hizo una
trenza, una vez que se había hecho su trenza
salió a la calle y toda coqueta se paseó, la
gente le sonrió “¡Ay qué guapa estás, pues qué trenza más bonita!” y ella
se fue al campo, cuidó sus ovejas, vino a casa y feliz, terminó el día y se fue
a descansar. Al día siguiente se levantó y la buena señora se miró de nuevo
al espejo y dijo: “¡No puede ser! Pero ¿cómo es posible? se me ha caído
un pelo, solamente tengo dos ¿Cómo me peinaré hoy? Ay ya está
solucionado, me voy a hacer la raya en el medio ¡ay qué bien! Nunca
había llevado este peinado”. Y la buena señora salió a la calle y de nuevo
saludó a todos y se fue corriendo a llevar el rebaño al campo, la miraron y
dijeron “Ay Carmencita mira, hoy has cambiado de peinado ¡qué bien te
va!” y así se fue contenta a su trabajo, llegó a casa, cenó y se fue a
descansar.
Al día siguiente, se levantó y lo primero que hizo fue a mirarse a su
espejo, “Se me ha caído otro pelo, solamente me queda uno, pues hoy sí
que lo voy a tener complicado ¡Ay no! cómo me voy a complicar, pues
nooo, ya está, ya he encontrado la solución me hago una cola de caballo”,
fue a buscarse un lazo, el más bonito que tenía, rojo, y se lo puso, se ató su
cola de caballo y salió de nuevo a la calle, “¡Ay qué cola de caballo!” y
así se fue de nuevo a sus ovejitas, las cuidó y de nuevo volvió a su casa,
cenó, se aseó y fue a descansar. Al día siguiente se levantó y lo primero
que hizo se miró en el espejo y vio que el último pelo se le había caído.
¿Qué hubierais pensado vosotras mis semillas? ¡¿Qué hubierais
pensado, mis semillas?! Os voy a decir lo que pensó “¡Gracias a Dios!
¡Ya no tengo problemas! ya no me tengo que peinar, no tengo que buscar
lazos, ni raya en medio, ni trenzas que hacer, ya no tengo más que
preocuparme”. Y así salió a la calle y dijo: “¡Buenos días soy feliz!” Y
todas su amigas y vecinas le dijeron: “Buenos días, que feliz sea este día
contigo ¡qué guapa te ves!” “¡Lo soy!” y así se fue, ya
nunca más se preocupó, ya nunca más se miró al
espejo, porque decía “Las vecinas son mi espejo, ellas
me enseñan esa hermosura que cada día les doy con
mi sonrisa, con mi alegría ¿para qué preocuparme de
mirarme en el espejo?”.
Ay mis semillas, hoy recogeréis el fruto, los frutos de estos días que
os habéis mirado tantas veces en el espejo, para saber cómo ibais a hacer
este acontecimiento, las deudas, el dinero, los préstamos, taaantas cosas,
mira tenía solamente tres pelos y con los tres pelos solucionó todo, pues
hoy que no os queda más pelos en la cabeza ¿Por qué os preocupáis si la
gente va a reír, si la gente va a aplaudir, si la gente os va a ver? Igual para
los problemas de casa y también del gobierno y también de vuestro país;
acordaros de estos tres pelos, que en realidad son los problemas que
vosotros mismos os ponéis.
Con todo mi amor,
La Jardinera
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