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Fasecolda 35 años
Otros seguros
Seguro agrícola en Colombia
Experiencias, lecciones y perspectivas
Alejandra Díaz, Christian Mora, Mariana Pinzón / Junio de 2011
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1. DEFINICIÓN Y RELEVANCIA DEL SEGURO AGRÍCOLA
Las actividades agrícolas y pecuarias son determinantes del crecimiento econó-
mico de los países al ser motores de la economía y generadores de empleo. Estas
actividades representaron el 6,5% del PIB colombiano en 2010 y generaron em-
pleos al 18,3% de la población colombiana en el último trimestre del mismo año.
Múltiples choques adversos están asociados a estas actividades y su materiali-
zación tiene efectos devastadores en el campo y en la economía de los países,
re4ejándose en una disminución de la productividad, un aumento del desempleo
y un incremento en el precio de los alimentos presionando la in4ación, entre
otras consecuencias.
En efecto, el campo es susceptible a riesgos provenientes tanto de aspectos
externos a la producción, como a choques originados en condiciones propias
del proceso. Según Zorilla (2002), los riesgos a los cuales están expuestos los
agricultores se pueden clasi7car en cinco categorías, siendo las primeras cuatro
las que agrupan los eventos externos. En la primera categoría se encuentran
los choques hidro-climáticos, dentro de los que se encuentran las tormentas,
heladas, sequías, inundaciones, vientos y fuego entre otros. Al segundo grupo
pertenecen los eventos geológicos, como terremotos y erupciones volcánicas.
En la tercera clase están los riesgos de mercado como los precios domésticos e
internacionales asociados al valor de los insumos y productos, y los cambios de
calidad. En la cuarta categoría se agrupan los choques producidos por acciones
de los hombres, como las guerras, las crisis 7nancieras y los cambios en institu-
ciones legales. Finalmente, en la quinta categoría, siendo esta la única en donde
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se encuentran los riesgos intrínsecos al proceso productivo, se encuentran los
eventos sanitarios, dentro de los que se reconocen las plagas y las enfermedades.
Todos estos factores generan importantes 4uctuaciones en los ingresos de las
familias campesinas y agroindustriales, por lo que diferentes mecanismos de
administración de riesgos son utilizados por los productores agrícolas para in-
tentar suavizar los retornos de los productos. Wenner y Arias (n.d.) a7rmaron
que estos esquemas son: (1) diversi7cación de cultivos, (2) manejo de reservas
7nancieras, (3) generación de ingresos fuera de la 7nca, (4) contratación de la
producción, (5) contratación del mercadeo, (6) precios forward, (7) contratos
futuros, (8) opciones de leasing para los insumos, (9) contratación personalizada,
y (10) adquisición de seguros de cultivos y rendimiento.
Por su parte, Hazell, Pomareda y Valdés (1986) también identi7caron que los
agricultores utilizan esquemas informales para compartir riesgo como (11) con-
tratos compartidos de tenencia de tierras, (12) préstamos con familiares y amigos,
(13) utilización de redes familiares, (14) venta de activos, (15) uso de los ahorros,
y (16) migración temporal a lugares donde haya más disponibilidad de trabajo.
De estos dieciséis mecanismos identi7cados por los autores, los tres primeros son
estrategias que impiden el desarrollo de economías de escala y limitan la producti-
vidad. Seis de ellos (del cuatro al diez), generalmente no son conocidos ni utilizados
por los agricultores de países en desarrollo. Hazell et al alegan que los tres siguientes
(del once al trece) tienen una importante limitación debido a que generalmente
son mecanismos creados entre personas que provienen de la misma región, por lo
que la gran mayoría de ellos están expuestos a riesgos similares, impidiendo una
verdadera diversi7cación. Mientras que los últimos pueden afectar la capacidad de
los hogares de generar ingresos e incrementar su productividad.
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Estas limitaciones de los agricultores a la hora de diversi7car y administrar sus
riesgos han llevado a que los gobiernos realicen transferencias de dinero a los
productores en momentos en que los ingresos de la producción agropecuaria
se ven mermados por variaciones en precios, efectos climáticos o problemas
7tosanitarios. Las justi7caciones más comunes para realizar estos salvamentos
de emergencia han sido evitar la caída en la pobreza de productores pequeños e
impedir la escasez de demanda de los productos alimenticios producidos por el
sector. Aun así, esta política parece ser muy costosa especialmente en los países
en desarrollo, por lo que Innes (2003) demuestra la importancia de generar
una política agrícola ex ante para minimizar los costos económicos derivados
de los alivios realizados en épocas de desastre.
De esta forma, y con el ánimo de hacer frente a los diferentes choques que puede
enfrentar la agricultura, algunos países vienen adelantando con éxito iniciativas
tendientes a la protección del sector agropecuario y cuyo objeto fundamental
es mitigar el impacto de los riesgos y evitar con ello frenar el motor del creci-
miento de este sector de la economía.
Uno de los instrumentos 7nancieros que coadyuvan en esta labor de protección
del agro es el seguro agropecuario. Gracias a este, en países como Estados Unidos
y Japón desde los años 30, y en México y España a mediados del siglo pasado,
se protegen las inversiones y la infraestructura de las actividades agropecuarias.
En términos generales, el seguro es un contrato en el que quien traslada el riesgo
hace un pago regular de una prima de seguro tasada según la probabilidad de
ocurrencia del riesgo que se está amparando. El seguro agropecuario, por su
parte, busca reducir la incertidumbre de la actividad agropecuaria, mitigar el
impacto de choques adversos, suavizar el consumo y garantizar la continuidad
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de la actividad agrícola y pecuaria, permitiendo al agricultor recuperar en buena
parte la inversión realizada.
De esta forma, el seguro agropecuario es un instrumento de transferencia de
riesgos que ampara al agricultor o ganadero frente a riesgos propios de su acti-
vidad económica que son ajenos a la voluntad del productor tales como sequías,
heladas, enfermedades y plagas, que afectan la producción y el rendimiento de
los cultivos o la muerte de los animales en el caso pecuario. Para cubrir estos
riesgos, los seguros agrícolas se han categorizado en diferentes grupos, a saber:
los seguros climáticos (weather crop insurance), los seguros multiriesgo (multiperil
crop insurance) y los seguros 7tosanitarios (insects/deseases insurance), que com-
prenden a su vez, los seguros por planta (plant insurance) o los de rendimiento
(crop yield insurance), así como las coberturasde ingresos (revenue insurance).
Dentro de los seguros agrícolas, los climáticos, como su nombre lo indica, bus-
can cubrir el cultivo o criadero de los riesgos hidrológicos y meteorológicos a
los que están expuestos. La intención de los seguros de rendimiento es que los
agricultores puedan suavizar su ingreso, pagando indemnizaciones cuando la
producción del cultivo está por debajo de un mínimo histórico determinado en
la póliza. Finalmente, los seguros de ingresos han sido utilizados principalmente
para cubrir riesgos de mercado, como las 4uctuaciones de precios o los cambios
abruptos en la tasa de cambio. Por su parte, los seguros pecuarios comprenden
coberturas de transporte, estancia y adaptación, amparando la muerte de los
animales por diversas causas o la pérdida de su función zootécnica.
Lacouture y Uribe (1988), para de7nir el seguro agrícola, citan a Eduardo Casas
Caycedo, quien se desempeñó como Secretario General de la Sociedad de Agri-
cultores de Colombia (SAC), y posteriormente como Gerente de la Asecolda.
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Seguro agrícola en Colombia
Según Casas Caycedo, en un reportaje para la Revista Nacional de Agricultura
en 1967, “el seguro agrícola es un contrato mediante el cual el agricultor, en este caso
el asegurado, mediante el pago de una prima, traslada los riesgos a los que puede estar
expuesto un cultivo a una compañía de seguros durante determinado tiempo, de tal
suerte que en caso de ocurrir los riegos asegurados, la aseguradora pague al asegurado
las inversiones que haya implementado el agricultor en el cultivo afectado”.
De esta forma, el seguro agropecuario es una herramienta que garantiza el
abastecimiento y el autoconsumo, protege el ahorro del productor y evita que
sus ingresos se destinen al pago de calamidades. Para Rozo (1973) el seguro
también contribuye a la estabilización de los ingresos del productor y del sector
agropecuario, así como de los precios de los alimentos.
Así mismo, los seguros asociados a créditos agropecuarios, permiten al agricultor
garantizar el repago de las deudas a sus acreedores cuando la producción se ha
visto afectada por los riesgos que ampara la póliza de seguro, permitiéndole
continuar el ciclo productivo y evitando el sobreendeudamiento.
Estos seguros que respaldan la inversión agrícola o pecuaria con recursos de
crédito promueven además una mayor oferta de crédito para el campo, al ser una
garantía para las instituciones 7nancieras, y la inversión por parte del productor
en actividades más riesgosas pero eventualmente más rentables las cuales no
haría sin el respaldo de un seguro, tales como nuevas cosechas o inversión en
nuevas tecnologías e insumos que mejoren su rendimiento.
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2. ANTECEDENTES DEL SEGURO
AGRÍCOLA EN EL MUNDO
Diferentes hallazgos en la literatura indican que el seguro agrícola se remonta
a 1741 en Irlanda por cuenta de los cientos de miles de muertes a causa de la
inanición provocada por el frío extremo y las excesivas lluvias que afectaron
las producciones agrícolas y, por lo tanto, el consumo de alimentos. Este hecho
trascendió al resto de Europa y afectó severamente a Francia por culpa de las
heladas, lo que motivó la creación de grupos de ayuda mutua.
De acuerdo con Oury (1970), Benjamín Flanklin en 1730 inspiró, a propósito
del incendio de Filadel7a, la creación de un grupo para combatir las llamas;
posteriormente fue creador de la mutual Union Fire Company; y luego de
una compañía de seguro como resultado de las afectaciones a la agricultura a
causa de las inclemencias del tiempo y la necesidad de implementar seguros
para cosechas.
Por otra parte, en México durante la época de la colonia, comprendida entre
1521 y 1810, los agricultores conformaron fondos destinados a garantizar el
crédito y el suministro de granos en caso de una contingencia, mecanismo que
según Lases (2010) también se desarrolló por medio de las “Cajas de Comu-
nidades” cuyos fondos se destinaban a cubrir las pérdidas en las cosechas.
No obstante, los primeros desarrollos en materia de seguro agrícola como tal
se dieron en Japón y Estados Unidos en 1939. En el primer caso, este producto
se constituyó como un seguro de carácter estatal, subsidiado y obligatorio, que
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Seguro agrícola en Colombia
cubría a los agricultores de arroz, trigo, cebada y moras frente a todo riesgo.
Luego de la Segunda Guerra Mundial se reorganizó el esquema utilizado, se
combinaron las leyes de aseguramiento agrícola y pecuario en una misma, y
se aumentó la tasa de subsidio desde el 15% de la prima hasta casi la mitad.
Por su parte, en Estados Unidos el seguro fue el resultado de las sequías de
los años 30, pues esta circunstancia motivó la creación de la compañía estatal
Federal Crop Insurance Corporation, adscrita a la cartera de agricultura, en-
cargada de ofrecer a los agricultores un seguro voluntario contra todo riesgo
que afecte el rendimiento esperado de los cultivos, y el cual contaba con un
subsidio parcial a la prima (Gudger, 1981).
En 1994 se hizo una reforma en Estados Unidos con el objetivo de desarrollar
el mercado que estaba estancado en términos de penetración. En ella se hizo
obligatorio el seguro agrícola para todos los agricultores que recibieran bene7-
cios del Estado. De esta forma, se aumentó signi7cativamente la participación
de los granjeros en los esquemas de aseguramiento en los que el Gobierno
federal actuaba como asegurador o como reasegurador. Más tarde, en 1996 y
2000 nuevos cambios se introdujeron al programa, se eliminó la obligatoriedad
de participación de los bene7ciarios y se dio vía libre para el desarrollo de nue-
vos productos de aseguramiento y la expansión de cobertura a varios cultivos.
Actualmente en el país norteamericano compañías de seguros privadas ofrecen
los diferentes productos, con apoyo del Gobierno como reasegurador, pagando
subsidios a las primas para los productores, y subsidiando los costos adminis-
trativos y operacionales de los aseguradores. Según Wenner y Arias (n.d.) en
Estados Unidos se ofrecen seguros de rendimiento y de ingresos a cultivos
como el maíz, trigo, soya y algodón.
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España, por su parte, ha desarrollado un sistema de aseguramiento agrícola que
ha sido analizado ampliamente. En el país europeo se desarrolló un sistema
público-privado similar al estadounidense en la medida que el Gobierno provee
reaseguro, otorga subsidios a las primas de los productores y además subsidia
los costos operacionales de las aseguradoras privadas. Su principal diferencia
frente al esquema del país norteamericano es que el Gobierno además centraliza
la creación de nuevos productos y realiza los estudios necesarios con el 7n de
desarrollar el mercado en cada región.
La primera experiencia latinoamericana de este tipo data de 1913 en Uruguay
con un sistema de monopolio estatal por medio del Banco de Seguros del Estado.
Hasta 1993 este banco era la única entidad autorizada para emitir pólizas, hasta
que dos compañías privadas entraron al mercado. A pesar del intento de incentivar
la competencia, los seguros agrícolas en este país tienen muy poca penetración. De
acuerdo a Wenner y Arias, el bajo incentivo de los agricultores para asegurarse se
debe a las altas tasas de objeción por parte del Banco y a la asistencia monetaria
prestada a los productores en caso de choques climáticos o de mercado.
Años más tarde, en 1946, en Puerto Rico se creó el seguro voluntario para pro-
teger los cultivos de café contra eventos especí7cos como huracanes y tornados.
En los años siguientes se amplió la cobertura a otros cultivos, al tiempo que se
acompañó este seguro de una cobertura en vida para los agricultores.
México también fue pionero en el aseguramiento agrícola con la creación de
la Aseguradora Nacional Agrícola y Ganadera, Anagsa, en 1961, sin embargo
según Lases (2010), ya desde 1944 organizaciones campesinas conforma-
das como mutuales regionales venían asegurando la producción agrícola con
bastante éxito, lo que motivó en 1950 a las compañías de seguros privadas a
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Seguro agrícola en Colombia
incursionar en esta iniciativa ofreciendo coberturas frente al riesgo de granizo.
De acuerdo con Gudger (1981) en 1954 el Gobierno mexicano organizó a
todas las organizaciones mutuales que ofrecen protección al agricultor en una
federación de mutuales.
Con la Aseguradora Nacional, durante 25 años el aseguramiento de los campe-
sinos estuvo en cabeza del Estado lo que motivó un monopolio, la anti-selección
en el proceso de suscripción y el desinterés de las compañías privadas por
participar en el aseguramiento de los campesinos. El costo 7scal generado por
estos problemas obligó a que la aseguradora fuera cerrada en 1988.
En 1991 se generó una nueva aseguradora estatal que, contrario a su predecesora,
no asegura directamente a los agricultores, sino que actúa como un reasegurador
de las compañías privadas y los fondos mutuales de aseguramiento. Tomando
partes de los sistemas español y estadounidense, la nueva aseguradora también
otorga subsidios a las primas de los productos ofrecidos por los fondos, y se
encarga de la asistencia técnica a estas organizaciones mutuales.
Pero más allá del desarrollo de un sistema de aseguramiento tradicional, uno de
los grandes éxitos del caso mexicano es la creación de un seguro catastró7co, en
el que se cubren las 7nanzas públicas a través de una póliza en la que el tomador
y bene7ciario es el mismo municipio. Mediante un esquema en donde el Estado
Federal y los territorios trans7eren el riesgo a una de las cuatro aseguradoras que
ofrecen el producto, se garantiza que ante un evento hidrometeorológico o geológico,
los pequeños agricultores, ganaderos, pescadores y acuicultores estarán cubiertos.
Con un apoyo del gobierno Federal del 90% de la prima en los municipios
con alto grado de marginación, y del 75% en aquellos con mejores estadísticas
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de pobreza, el gobierno mexicano promueve la participación de los estados en
este esquema de administración de riesgos. En general, lo que se busca con este
seguro catastró7co es cubrir a los pequeños productores ante choques adversos,
salvaguardando las 7nanzas públicas.
Finalmente, otro caso que merece ser analizado es el brasileño, que tienen
sus inicios en 1954 cuando por medio del decreto 2168 se creó la Compañía
Nacional de Seguros Agropecuarios. Empezando con un funcionamiento ex-
perimental, las fallas que impidieron un correcto cálculo actuarial al determinar
las tasas de las primas y la escasez de personal entrenado en el tema, fueron
problemas que llevaron a que la iniciativa fuera terminada en 1966.
En 1973 se creó el Programa de Garantías a las Actividades Agropecuarias (Proa-
gro) que funciona como un seguro de crédito. Buscando aumentar el acceso a
crédito de todos los agricultores, el Programa, que era administrado por el banco
Central de Brasil, empezó siendo un producto voluntario. Las altas tasas de pago
de indemnizaciones llevaron a que en 1980 el programa se hiciera obligatorio para
todos los agricultores que tomaran un crédito para la producción, pero mantuvo
su carácter voluntario para quienes les otorgaran un crédito para inversión.
Aun así, las inundaciones y sequías que se presentaron el Brasil en el 2003 y
2004 fueron un importante desafío para el programa ya que las indemnizaciones
sumaron los 106 millones de reales mientras que las primas emitidas fueron de
40 millones. Según Guanziroli y Basco (2008) el problema principal del esque-
ma brasileño es que el sistema intenta cubrir todos los riesgos a los que están
expuestos los agricultores, en un país en que los climas son muy variados, existen
limitaciones importantes en términos de infraestructura para el transporte de
los productos, y hay una baja asistencia técnica disponible para los agricultores.
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Seguro agrícola en Colombia
3. HISTORIA DEL SEGURO AGRÍCOLA EN COLOMBIA
3.1 Regulación del Seguro Agrícola en Colombia
Los primeros indicios del seguro agrícola hallados en la regulación colombiana
datan de 1944 con la Ley 100 del mismo año sobre el régimen de tierras, la
cual en su artículo 31 contempla, según Jiménez (1973), que la Caja de Crédito
Agropecuario, Industrial y Minero promoverá el seguro de cosecha.
No obstante, es sólo hasta 1954 que mediante el Decreto 2102, se faculta a la
Caja de Crédito Agropecuario para asegurar las actividades agrícolas y gana-
dera contra la pérdida o daño de las cosechas o productos derivados de estas
actividades, y a los créditos agropecuarios en caso del no pago de las deudas
(Lacouture et al, 1988).
A pesar de haberse facultado a la Caja para asegurar la producción agropecuaria,
en los años posteriores a la expedición del Decreto, Colombia sólo evidenció
el desarrollo del seguro que protegía a la Caja del riesgo de no pago de sus
acreedores. No obstante esto, la Ley 33 de 1971 extendió las facultades de la
Caja para que ampliara sus servicios de seguros a sus usuarios y sus familias,
disposición que fue modi7cada por la Ley 16 de 1990 en la que nuevamente
se restringe la oferta de seguros a aquellos cuyo objeto sea cubrir los riesgos de
los usuarios de crédito y ahorro.
Algunos hallazgos hablan de que en 1958 la Compañía Colombiana se Seguros,
Colseguros, contaba con un seguro agropecuario que protegía el transporte
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de semovientes, amparando la muerte de los animales en caso de accidente o
muerte natural durante el desplazamiento de un sitio a otro, no obstante, lejos de
ser un seguro pecuario, éste era un seguro de transporte de carga (Rozo, 1973).
Según Lacouture et al (1988), el 24 de febrero de 1966 se presentó el proyecto
de Ley 23 con el ánimo de establecer el seguro agropecuario en Colombia, a
partir de la experiencia y regulación mexicana, sin embargo éste no fue acogido
por los legisladores de la época.
Diferentes autores reconocen el papel jugado por la Sociedad de Agricultores de
Colombia, SAC, en la tarea de instaurar el seguro agrícola dentro del escenario
colombiano. En efecto, un año después de la fallida iniciativa legislativa, la SAC
promovió un seminario para conocer la experiencia mexicana en materia de
seguro agropecuario y la posibilidad de su implementación en Colombia. Por su
parte, de acuerdo con Rozo (1973), en 1972 un nuevo proyecto de Ley buscaba
crear el Servicio Nacional de Seguro Agrícola y Ganadero, propuesta que no
fue aprobada en el Congreso, como tampoco lo fue aquella del año 1977 que
pretendía que la adquisición de un seguro agropecuario fuera prerrequisito a
la hora de adquirir un crédito agrícola, la creación de una compañía de seguros
con participación del sector público en un 50% y el otro 50% de asociaciones
y fondos del sector agropecuario.
Según González (2006), esta última iniciativa legislativa pudo ser el resul-
tado de una propuesta de Fasecolda y ANIF en 1975 de poner en marcha
el Plan de Seguro Integral Agrícola y Pecuario por medio de una compañía
de seguros conformada para este propósito con recursos públicos y privados,
así como de un fondo especial en el que el Estado asumiera los riesgos
políticos y catastró7cos.
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Seguro agrícola en Colombia
De acuerdo con Ávalos (1986), la primera iniciativa formal de seguro agrícola
en Colombia se remonta a 1984, cuando la compañía de seguros La Previsora,
de propiedad del Estado y para entonces con 30 años de experiencia en el
mercado asegurador colombiano, de la mano de la Caja de Crédito Agra-
rio Industrial y Minero, entidad creada por la Ley 57 de 1931 y autorizada
mediante Decreto 2102 de 1954 y con la Ley 33 de 1971 para adelantar
operaciones de seguros, emprendieron la tarea de ofrecer un seguro a los
productores para proteger las inversiones agrícolas de los mismos, gracias a
un subsidio a la prima otorgado por el Estado.
Según Miranda (1988) en Lacoutore et al (1988), bajo este modelo la Caja
actuaba como asegurador mientras que la Previsora hacía las veces de rease-
gurador, con el ánimo de reponer las inversiones en los cultivos de maíz, papa
y arroz que se hubiesen afectado a causa de sequías, inundaciones y heladas,
para lo cual La Previsora, según González (2006), conformó un grupo en el
que participaban compañías nacionales y extranjeras, además de contar con el
apoyo del Fondo Nacional de Calamidades. No obstante, alta probabilidad de
ocurrencia de riesgos climáticos llevó a su posterior desmonte.
Sin embargo, fue con la entrada en vigencia de la Ley 69 de 1993 que el seguro
agropecuario se establece formalmente en Colombia con el objeto proteger las
inversiones de los agricultores, bien sea que estas hayan sido 7nanciadas con
crédito o con recursos del productor, y por ende garantizar los ingresos del
sector agropecuario y el crecimiento económico.
Con la Ley 69 de 1993 se mantiene la potestad que fue otorgada a la Caja
de Crédito Agrario en 1954 y a las sociedades de economía mixta y empresas
industriales y comerciales de Estado, para expedir pólizas de seguro agrícola,
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haciéndoles obligatoria esta labor cuando no haya oferta privada que supla
dicha demanda.
De conformidad con el artículo tercero de la mencionada Ley, “el seguro agrope-
cuario ampara los perjuicios causados por siniestros naturales, climáticos ajenos al con-
trol del Tomador, asegurado o bene$ciario que afecten las actividades agropecuarias”1.
Con el ánimo de poder materializar el seguro agrícola en Colombia, la Ley
69 en sus artículos sexto y séptimo dispuso la creación del Fondo Nacional de
Riesgos Agropecuarios para ofrecer la cobertura de reaseguro a las compañías
de seguros o entidades autorizadas por ofrecer seguros agrícolas, Fondo que,
según el texto original de la Ley, estaría administrado por la unidad de seguros
de la Caja de Crédito Agrario, posteriormente por La Previsora Compañía de
seguros y 7nalmente por el Fondo para el Financiamiento del Sector Agrope-
cuario, Finagro, de acuerdo con la Ley 812 de 2003 la cual, además, establece
que su objeto será complementar la cobertura del reaseguro cuando existan
fallas en el mercado internacional de reaseguros.
La Ley 69 indicó también que la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario,
creada por la Ley 16 de 1990 para la administración del Sistema Nacional de
Crédito Agropecuario como organismo rector del 7nanciamiento del sector,
tendría a su cargo de7nir las pautas para el desarrollo del seguro agropecuario.
En el mismo año de la promulgación de la Ley que le da vida al seguro agrope-
cuario, se presenta otro avance fundamental en la materia y es la con7guración
del papel del Estado en la 7nanciación del pago de las primas del seguro. Es
así como, en el artículo 84 de la Ley 101 de 1993, se dispone que el Estado
1 Congreso de la República. Ley 69 de 1993, Artículo 3°. Bogotá
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concurrirá en el pago de las primas a manera de incentivo y que la Comisión
Nacional de Crédito Agropecuario tendrá la potestad de 7jar los porcentajes
sobre el valor de la prima que serán objeto de subsidio.
En adición a este impulso al seguro, es de resaltar que el inciso primero del
artículo 88 de la mencionada Ley, señaló en su momento que las primas de
los contratos del seguro agropecuario estarían excluidas del impuesto sobre las
ventas, lo que tenía por objeto reducir el precio del seguro y hacerlo asequible
a los productores agrícolas. Sin embargo, éste fue derogado por el artículo 154
de la Ley 488 de 1998.
En 1995, con el Decreto 167, se reglamentó parcialmente la Ley 69 de 1993.
Sin embargo éste, como el Decreto 846 de 2000 y el 1785 de 2001 que mo-
di7caban los Decretos 167 y 846 respectivamente, fueron derogados por el
Decreto 3377 de 2003.
Ya en 1999, la Ley 508 del Plan de Desarrollo 1999-2002 dispuso en el artí-
culo 46 que el subsidio a las primas del seguro agrícola podrían 7nanciarse con
cargo al Fondo Nacional de Riesgos Agropecuarios y que sería la Comisión de
Crédito quien tendría a su cargo la de7nición de las actividades agrícolas y las
regiones objeto de subsidio, facultad que también le fue concedida en la Ley
812 de 2003 sobre el Plan de Desarrollo 2003-2006 y en la Ley 1151 del Plan
de Desarrollo 2006-2010, del año 2007.
La Ley 812 de 2003 en su artículo 20, que modi7có el texto original sobre las
funciones de Fondo Nacional de Riesgo Agropecuarios de que hablaba la Ley
69 y la Ley 633 de 2000, señaló que entre las atribuciones del Fondo estaba la
de destinar recursos en caso de fallas en el mercado internacional de reaseguros.
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A pesar de todo el desarrollo normativo desde la promulgación de la Ley 69 de
1993, la cual giró principalmente en torno a las funciones del Fondo de Riesgos
y del Comité de Crédito Agropecuario, es con el Decreto 3377 del 2003 que
se materializa lo dispuesto en la mencionada Ley.
En efecto, es el Decreto 3377 el que reglamenta el seguro agropecuario y de-
termina, como reza en su artículo primero, su ámbito de aplicación y las con-
diciones para su operación. De acuerdo con la norma, las producciones objeto
de seguro y de subsidio a la vez serán las incluidas en el Plan de Seguros que
anualmente tendrá que aprobar la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario
y en donde se señalarán las regiones, riesgos y producciones a cubrir, además
el porcentaje del subsidio sobre el valor de las primas y los mecanismos de
divulgación del seguro agropecuario, entre otros aspectos.
El decreto dispone que harán parte de los recursos del Fondo Nacional de Riesgos
Agropecuarios, entre otros, el 1% de las primas de los seguros agropecuarios, y que
su objeto será cubrir el pago del subsidio a la prima, los gastos de divulgación del
seguro y complementar la cobertura del reaseguro en caso de fallas en el mercado.
Además el decreto reglamenta lo dispuesto en la Ley 101 de 1993 sobre la
participación de los representantes de las compañías de seguros y de los gremios
de la producción, indicando que éstos serán escogidos por Fasecolda y por la
SAC y Fedegan, respectivamente, y señala aspectos como el valor asegurado,
el cálculo de las primas, los períodos de carencia y los deducibles.
Posterior a la expedición del decreto, en 2004 la Comisión Nacional de Cré-
dito Agropecuario aprobó mediante Resolución 001 de 2004 el Plan Anual de
Seguros Agropecuarios para el ejercicio 2004, en el que se resuelve amparar el
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cultivo de banano de exportación por daños causados como resultado de vientos
fuertes, inundación y exceso de humedad por lluvia en las zona de Urabá y
Magdalena. Para efectos de determinar el valor asegurado máximo por hectárea,
la Resolución indicó que dicho valor por unidad de producción agropecuaria,
que está en función del costo total de la inversión realizada por el productor,
era de $8 millones por hectárea.
En adición, la Resolución indicó el porcentaje de subsidio según el nivel del
riesgo y la región. Así, un cultivo de banano de exportación en una zona de
riesgo medio en el Magdalena tendría para 2004 un subsidio del 20% del valor
de la prima si la póliza era individual o del 45% si era una póliza colectiva, es
decir, “aquellas contratadas por asegurados integrados a través de agremiaciones,
cooperativas, comercializadoras y asociaciones agropecuarias reconocidas por la ley
colombiana”.2 Para el 2004 el aporte del Fondo Nacional de Riesgos Agrope-
cuarios ascendió a los $9 mil millones.
Sin embargo, se tiene evidencia que el primer Plan Anual de Seguros aprobado
por la Comisión fue del año 1998 con las Resoluciones 5, 6 y 7, con las que se
concretó lo ordenado en la Ley 101 de 1993, y gracias a las cuales se determi-
nó que los cultivos de banano serían objeto de subsidio a la prima. Para esto,
se de7nieron las categorías de productores en pequeños, medianos y grandes
y el monto de subsidio según la categoría y ubicación geográ7ca, siendo los
pequeños productores de la región bananera del Magdalena los que recibirían
un subsidio mayor, con un 33% del valor de la prima del seguro.
Adicionalmente, en el año 2002, la Resolución 01 de la Comisión resolvió que
los cultivos y riesgos amparados por el seguro parcialmente subsidiado serían
2 Comisión Nacional de Crédito Agropecuario. Resolución 001 de 2008, Artículo 7. Bogotá
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Fasecolda 35 años
el banano, la caña de azúcar, el algodón y la papa en caso de sequía, inundación,
exceso de lluvia, vientos fuertes y heladas, siendo los últimos dos cultivos los
más subsidiados con un 35%.
Ya en 2007, la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario sobre Seguro
Agropecuario, dispuso mediante Resolución 02 del mismo año, que los pro-
ductos, las áreas y valores máximos a asegurar por hectárea, serían aquellos
que señalara el Ministerio de Agricultura mediante resolución. Es así como
dicho ministerio, mediante resolución 012 de 2008 resolvió que los cultivos
que serían objeto de subsidio a la prima para la vigencia 2008 eran, además de
los contemplados en la resolución de 2002, maíz, arroz, soya, plátano, sorgo,
tabaco, 4ores y bosques.
En 2010 la Resolución 01 de la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario
sobre Seguro Agropecuario, por medio de la cual se aprobó el Plan Anual de
Seguros Agropecuarios para el año 2011 y el incentivo a las primas, resolvió
que el monto destinado al subsidio por parte del Fondo sería de $34 mil mi-
llones para proteger los cultivos que dispusiera el Ministerio de Agricultura,
de los riesgos señalados en resoluciones anteriores, además de deslizamiento y
avalanchas de origen climático.
Conforme con la resolución, el porcentaje del subsidio para el 2011 sería del
30% para todas las pólizas y un 30% adicional para aquellas que se contratasen
de forma colectiva. Adicionalmente, es de destacar que para efectos de difundir
el programa de aseguramiento, la resolución resolvió destinar hasta el 1% del
valor del presupuesto con el 7n de adelantar campañas en medios masivos, foros
y otros, en donde se informen a los agricultores las condiciones del seguro y los
mecanismos para hacer la reclamación, entre otros aspectos.
‥ 561 ‥
Seguro agrícola en Colombia
Como novedad también la resolución incluye que el Ministerio de Agricultura,
Finagro y Fasecolda, concentrarán esfuerzos dirigidos a lograr una mayor parti-
cipación de las entidades aseguradoras, toda vez que para el momento sólo una
compañía, Mapfre, tenía dispuesta una oferta de seguro para los agricultores.
Por su parte, la Resolución 20 de Ministerio de Agricultura determina que
los cultivos asegurables que pueden contar con el incentivo otorgado por el
Estado para ese año 2011, serían aquellos de ciclo corto, de mediano y tardío
rendimiento, los forestales, aquellos asegurados frente a riesgos catastró7cos y
los Microseguros, siendo esta la primera vez que se hace alusión a este tipo de
seguros dirigidos, en este caso particular, a los pequeños productores, pero más
importante aún que esto, es la ampliando que hace la Resolución a la cobertura
del subsidio, que en 2011 ya no será para cultivos de productos particulares como
algodón o maíz, sino para todo cultivo de corto, mediano y tardío rendimiento.
En octubre del 2010, con motivo del interés generado en el nuevo Ministro
de Agricultura, doctor Juan Camilo Restrepo, en materia de seguro agrícola, el
Ministerio de Agricultura, la Sociedad de Agricultores de Colombia, el Departa-
mento Nacional de Planeación y Fasecolda, con el auspicio del Banco Mundial y
la Agencia de Cooperación Suiza, adelantaron una jornada académica con el 7n
de hacer un diagnóstico sobre el precario desarrollo de este seguro en Colombia,
identi7car los retos y señalar las posibles líneas de acción que debería emprender
el Gobierno, los gremios de la producción y las compañías de seguro para impulsar
la protección del campo por medio de este mecanismo de transferencia de riesgos.
Como resultado de ello, se encontró que había consenso sobre el diagnóstico de
seguro en Colombia. En efecto, hubo acuerdo sobre la importancia de la pro-
tección del sector agropecuario. Adicionalmente, hubo consenso respecto de que
‥ 562 ‥
Fasecolda 35 años
las políticas de ayuda al campo luego de situaciones de emergencia han sido de
carácter asistencial, lo que además de ser ine7ciente conlleva el incentivo perverso
de que los agricultores no sientan necesidad de transferir sus riesgos ex ante vía
instrumentos 7nancieros como los seguros, y sobre las necesidades en materias
de información, entre otros aspectos que serán abordados más adelante en las
perspectivas y desafíos que tiene el seguro agrícola en el corto y mediano plazo.
Como resultado del seminario, se propuso la creación de mesas de trabajo
permanentes e intersectoriales en donde se discutieran los cinco aspectos más
relevantes que surgieron de la jornada académica, a saber, regulación, infor-
mación, sistema de administración de riesgos, plan de aseguramiento para el
período de gobierno 2010-2014 y educación a todos los actores involucrados.
En momentos en que se diseñaba una agenda de trabajo para abordar los temas
que surgieron del evento organizado por el Ministerio, la SAC y Fasecolda,
entre otros actores, a inicios del 2011, luego de un semestre de una intensa ola
invernal sin precedentes en la historia colombiana, que se prolongaría según
el IDEAM por un semestre más, que dejaba afectaciones a cerca de 726 mil
hectáreas en el territorio nacional, el Ministerio de Agricultura, en el marco del
Estado de Emergencia Económica, Social y Ambiental declarado mediante el
Decreto 20 de 2011, propuso un marco normativo tendiente a dar un mayor
impulso al seguro agrícola y a estimular la oferta de éste, hasta ahora en cabeza
de una sola compañía de seguros, con el 7n de revertir los efectos de los riesgos
futuros que pudiesen enfrentar los agricultores.
El 20 de enero de 2011 se expidió el Decreto 126 por medio del cual se adopta-
ban medidas en materia de seguro y crédito agrícola para atender la emergencia
e impedir la extensión de sus efectos
‥ 563 ‥
Seguro agrícola en Colombia
El Decreto, el cual fue declarado inexequible dos meses después por la Corte
Constitucional en Sentencia C-254-11, señalaba que para los créditos ampara-
dos con el seguro agrícola, el valor de la prima que correspondía al productor
podría descontarse de la comisión que paga al Fondo Agropecuario de Garan-
tías. Adicionalmente, el Decreto facultaba a la Comisión Nacional de Crédito
Agropecuario para que ésta dispusiera una reducción de coberturas en la garantía
de los créditos cubiertos con un seguro agrícola, creaba la Dirección Nacional
de Riesgos Agropecuarios, y autorizaba a las compañías de seguros del exterior,
directamente o por conducto de intermediarios autorizados, a expedir pólizas de
estos seguros, adelantándose con ello a la liberalización de seguros prevista para
julio de 2013 según la Ley 1328 de 2009. La Dirección, tenía por objeto desarro-
llar herramientas de evaluación de riesgos agropecuarios, cuanti7car y evaluar el
impacto y frecuencia de eventos climáticos, proponer mecanismos de transferencia
de riesgos y brindar asistencia técnica en materia de gestión de riesgos.
A pesar de la declaración de inexequibilidad, la discusión del Plan Nacional
de Desarrollo 2010-2014, fue propicia para el Gobierno al revivir algunos de
los artículos del mencionado Decreto, entre ellos, el descuento de la prima
del Fondo Agropecuario de Garantías y la autorización a las compañías del
exterior para expedir pólizas. En adición a esto, la Ley del Plan aprobó una
modi7cación a la de7nición de seguro agrícola de que habla la Ley 69 de 1993,
al ampliar los riesgos que éste cubre no sólo a los climáticos, sino a todos los
naturales y biológicos.
3.2 Experiencia del Seguro Agrícola en Colombia
En 1993, tras la expedición de la ley marco que le da vida al Seguro Agropecua-
rio, se adelantaron los estudios para generar los mapas de riesgos hidroclimáticos
‥ 564 ‥
Fasecolda 35 años
del agro colombiano de que hablaba la norma y en los que se caracterizaron los
cultivos y riesgos por departamentos. Es por esta razón que desde la expedición
de la nueva regulación hasta su puesta en marcha por parte de la Caja de Crédito
Agrario, en adelante la Caja Agraria, hay un brecha de tiempo.
Según González (2011), 7nalizando el año 1998 y a inicios de 1999, la Uni-
dad de Seguros de la Caja Agraria da inicio al aseguramiento de cultivos de
banano en Magdalena, con la di7cultad de no conseguir reaseguro, toda vez
que, como resultado de estudios que adelantó la Caja a nivel local, se hallaron
y difundieron entre los agricultores tarifas hasta dos puntos porcentuales por
debajo de aquellas que manejaba el reasegurador para cubrir ese tipo de riesgos.
Con el ánimo de hacer frente a esta di7cultad, se creó temporalmente un sub-
sidio adicional al contemplado en la Ley 69, el cual se destinó a compensar
la diferencia entre la tarifa del seguro con la del reaseguro, y se 7nanció con
recursos de un fondo diferente al del Riesgos Agropecuarios, administrado por
el Ministerio de Agricultura.
Con la liquidación de la Caja Agraria en julio de 1999, La Previsora Compañía
de Seguros, que no contaba con un área encargada de los seguros agrícolas para la
fecha, adquiere mediante un proceso de compra la operación de seguros de la Caja,
incluyendo el negocio agrícola que para entonces tenía vigentes cerca de 380 pólizas.
De acuerdo con González (2011), quien para la fecha asumió la responsabilidad
del tema en la Previsora, el primer siniestro que enfrentó la compañía se dio a
las pocas semanas de que ésta asumiera la operación que venía adelantando la
Caja, por la afectación de 40 7ncas bananeras a causa de fuertes vendavales en
la región de Magdalena.
‥ 565 ‥
Seguro agrícola en Colombia
Según González (2006), las hectáreas cultivadas que estaban aseguradas por
la Caja eran del orden de 5.000 de un potencial de 40.000, sin embargo éstas
se caracterizaban por su alto riesgo, muchas de las cuales no fueron inspeccio-
nadas y las que, además, alcanzaron siniestralidades de hasta el 300%, lo que
puso en evidencia la anti-selección del modelo que se estaba implementando,
lo que llevó a la compañía a reestructurar la operación de seguro agrícola en
la compañía, con el ánimo de poder asegurar de manera adecuada los costos
de producción de los agricultores colombianos, tal y como lo dispone la Ley.
Para entonces, y aún hoy, el esquema de aseguramiento de los productores
bananeros es el de daños en la planta por efecto de un evento climático, de tal
suerte que ante la ocurrencia de vientos o exceso de lluvia, por ejemplo, que
ocasionen daños a la plantación asegurada, el asegurado recibe como indemni-
zación el valor pactado por cada planta afectada.. Para determinar su valor, se
hace necesario contabilizar las plantas del cultivo, determinar la suma asegurada
y dividir la misma entre el número de plantas, lo que indica el valor unitario de
la inversión, el cual luego es multiplicado por las plantas afectadas.
Gracias al acompañamiento de la reaseguradora Partner Re, La Previsora,
tras estudios realizados por el reasegurador, lanzó formalmente su programa
de seguro agrícola en cultivos de banano por medio de las comercializadoras,
enfrentando nuevamente problemas de anti-selección, en momentos en que
el subsidio era menor que en la actualidad y dependía del tamaño de la 7nca a
asegurar, como se mencionó en el numeral anterior. Es así como el programa
sufrió los efectos de que sólo los agricultores pequeños de una misma región y de
mayor riesgo se aseguraron, al tiempo que los agricultores medianos y grandes,
encontraban un seguro de alto costo y con un subsidio bajo, lo que sumado a
una escasa cultura del aseguramiento fue en contra del resultado del negocio.
‥ 566 ‥
Fasecolda 35 años
Por su parte, en 2004 se adelantó una nueva iniciativa para asegurar 41 mil
hectáreas de banano de exportación, el 75% de ellas en Urabá y el restante en
Magdalena, para lo cual el Fondo de Riesgos Agropecuarios dispuso un pre-
supuesto que sólo fue aprovechado en un 2%, es decir en $200 millones de los
$9 mil millones previstos, sólo en la región de Urabá. Es así como en 2004
únicamente se expidieron 21 pólizas por un monto de primas de $546 millo-
nes, el 40% de ellos provenientes del subsidio, y un valor asegurado de $10 mil
millones. Igual suerte tuvo la experiencia de 2005 en donde, de acuerdo con
González (2006), sólo se aseguraron 143 hectáreas de plátano de 40.000 que
eran objeto del subsidio a la prima por parte del Gobierno.
De acuerdo con González (2011), entre 2005 y 2006 se empieza a incursionar
en seguros por índices en cultivos de algodón y maíz, año en el que también se
empezó a evidenciar un incremento en el subsidio por parte del Gobierno, lo
que favoreció la acogida del seguro por parte de los agricultores, especialmente
los algodoneros de Córdoba, Cesar, Tolima, Huila, Valle, Meta y Cundinamarca.
En este esquema, el seguro pagaba por exceso o dé7cit de lluvia en la zona,
cuando se superaban o no se alcanzaban respectivamente los límites de precipi-
tación determinados en función del promedio de precipitaciones de los últimos
años en la estación climática de referencia. Para estos casos, la aseguradora
dispuso un menú de opciones con umbrales de lluvia promedio en un período
de tiempo dado que disparaban el pago de la indemnización, los cuales se 7jaban
por encima y/o por debajo de los promedios históricos. Dependiendo de la
opción escogida por el asegurado sería el valor de la prima. Entre más alejado
estuviera la opción escogida por el asegurado del valor de referencia histórico,
menor era el valor de la prima, toda vez que la probabilidad de ocurrencia del
evento era menor.
‥ 567 ‥
Seguro agrícola en Colombia
Para entonces, la compañía de seguros ofreció a los algodoneros tres alternativas
de aseguramiento con disparadores por encima del promedio histórico de lluvias,
una de las cuales se ubicaba incluso un 60% más alto que dicho promedio, lo que
sin duda hacía que el costo del seguro para el agricultor fuera más bajo, lo que
motivó que los agricultores optaran por la opción más económica, y por ende,
más alejada del promedio histórico, de tal suerte que cuando hubo afectación
de los predios sus reclamaciones fueron objetadas en razón a que, a pesar del
exceso de lluvia, éste nunca alcanzó el promedio que se había contratado, lo
que generó la pérdida de con7anza por parte de los algodoneros, pero también
dejó importantes lecciones para el desarrollo de futuras iniciativas de asegu-
ramiento por índices.
En efecto, este esquema supone la necesidad limitar las opciones al asegurado,
educar al agricultor sobre cuándo se entiende que hubo pérdida, ajustar el
modelo con el 7n de que los promedios respondan acertadamente a la realidad
de los agricultores y motivar una participación más activa del Gobierno quien
podría, bajo este esquema, asegurar frente a riesgos catastró7cos a los pequeños
productores, trasladando así el riesgo a la compañía de seguros, reduciendo su
papel asistencial luego de eventos de ésta índole y haciendo más e7ciente la
ayuda del Gobierno ante tales situaciones.
Otro reto que enfrentó el modelo, según González (2011), fue la falta de infor-
mación, toda vez que las estaciones meteorológicas eran insu7cientes y muchas
veces por la distancia de ésta respecto del predio asegurado, no se re4ejaba la
condición real del cultivo. Adicionalmente, los datos arrojados eran limitados
y la transmisión no era en línea, razón por la que se requería efectuar pagos
adicionales de personal para la lectura de los datos con una periodicidad men-
sual, lo que di7cultó la operación y aumentó sus costos.
‥ 568 ‥
Fasecolda 35 años
Luego de la negativa experiencia con los seguros basados en índices vino la
decisión de Mapfre, Previsora y Suramericana de unirse en un esquema de
coaseguro para el aseguramiento de cultivos de banano, con resultados igual-
mente infortunados marcados por la selección adversa, a pesar de la unión de
la experiencia colombiana de Previsora y su papel como entidad del Estado, la
vocación mundial de Mapfre con la protección del agro y la fortaleza comercial
de Suramericana.
Aquí es de destacar el papel jugado también por el corredor de reaseguro
Lambert Fenchurch, hoy UIB, quien para entonces brindó asistencia técnica
a Previsora, y posteriormente a MAPFRE, y apoyó el desarrollo de estudios
necesarios para reorganizar la operación tras las diferentes caídas.
Ya para 2006 Previsora abandonó la iniciativa agrícola quedando ésta en manos de
Mapfre, quien creó la unidad de Seguros Agroindustriales y adelantó sus primeras
acciones de aseguramiento en banano, con subsidio del 40% por parte del Estado
y de la mano de reaseguradoras como Munich Re, Swiss Re y Hannover Re.
Desde entonces, según González (2011) la compañía se dio a la tarea de desarro-
llar esquemas de aseguramientos para diferentes cultivos, asegurando las plantas
y la producción, capacitar a más de 200 inspectores, llevar un mayor control de
las inspecciones a los predios y de hacer georeferenciación, lo que nuevamente
evidencia la gran infraestructura requerida para lograr el éxito en materia de seguro
agrícola, lo que per se resulta una limitante a la oferta de jugadores en el mercado.
A la fecha, Mapfre se constituye en la única jugadora que adelanta programas
de aseguramiento para el campo colombiano ofreciendo alternativas de seguro,
algunas subsidiadas por el Gobierno y otras no, que protegen a los agricultores
‥ 569 ‥
Seguro agrícola en Colombia
frente al daño directo a la planta o la pérdida en el rendimiento esperado. En
ambos casos la indemnización cubre un porcentaje de los costos de producción.
Estas alternativas son ofrecidas por medio del modelo de seguro comercial,
dirigido a medianos y grandes productores; seguro catastró7co, en donde el
tomador es el Gobierno y los asegurados los pequeños productores; y el mi-
croseguro agrícola, el cual tiene por objeto garantizar el pago de la deuda de
crédito de pequeños productores afectado por el evento que cubre la póliza. De
otra parte, como resultado de la ampliación de las actividades y riesgos objeto
se seguro agrícola y de subsidio en la Ley del Plan de Desarrollo 2010-2014,
Mapfre trabaja en iniciativas de aseguramiento para el sector pecuario.
Desde el 2007, el mayor de los retos que Mapfre ha sorteado de manera exitosa
es el haber hallado mecanismo para lograr el aseguramiento masivo por medio
de pólizas colectivas; ligar la compra del seguro a operaciones 7nancieras; dise-
ñar productos a la medida de cada cultivo; desarrollar innovaciones tecnológicas
que permitan la transmisión de información en línea para agilizar el proceso
de suscripción y ajuste de siniestros que permitan reducir costos de transacción
y optimizar el tiempo; generar con7anza en los clientes y las autoridades; y
garantizar la capacidad técnica que permita responder adecuadamente a las
exigencias de los asegurados.
Tras las experiencias vividas en materia de seguro agrícola en Colombia, queda
de mani7esto que las barreras para su implementación se han presentado en
la falta de información estadística que permita estimar las pérdidas futuras; la
capacidad e infraestructura requerida para la implementación del seguro; que
se traduce en altos costos; la falta de cultura del aseguramiento; la poca difusión
del subsidio ofrecido por el Gobierno y la comercialización.
‥ 570 ‥
Fasecolda 35 años
De otro lado, aún cuando el seguro paramétrico o basado en índices ha resultado
una buena alternativa en países de Asia y África, en Colombia este esquema
enfrenta un reto mayor a la hora de su implementación como es la topografía
y los microclimas que de ella se derivan, lo que sin duda demanda una amplia
cobertura de estaciones meteorológicas capaces de registrar información de
vientos, precipitaciones y otras que permitan calcular la ocurrencia de la pér-
dida, de tal suerte que se cierre la brecha entre lo reportado por la estación y la
realidad que vive el cultivo y minimizar así el riesgo de la pérdida de con7anza
del agricultor respecto del seguro. Sortear estas di7cultades permitirá extender
la cobertura del seguro especialmente a los pequeños agricultores en caso de
eventos catastró7cos de la naturaleza.
Ahora bien, para implementar este esquema por índices o para dar mayor
impulso al tipo de seguro desarrollado hasta el momento, se hace necesario
pensar en el modelo de aseguramiento adecuado para Colombia, el cual no
puede estar fundamentado en competencia de tarifas exclusivamente, , ya que
esta práctica puede conducir al establecimiento de tarifas insu7cientes por de-
bajo de las primas puras que pongan en riesgo la sostenibilidad del programa,
la protección del patrimonio del asegurado, y el erario público.
Para esto, el modelo del pool, según González (2011), puede ser una alternativa
viable pues presenta la ventaja de contar con una tarifa técnica y equilibrada,
con productos genéricos bien estructurados y homogéneos, con tarifas únicas,
y la posibilidad de compartir los gastos de infraestructura que, como ya se
enunció, son bastante elevados.
Es así como para algunos autores, el modelo de pool de riesgos tiende a garan-
tizar una actuación bajo criterios técnicos que otorgan con7anza al reaseguro,
‥ 571 ‥
Seguro agrícola en Colombia
más de lo que puede llegar a ocurrir en un modelo de competencia abierta
por tarifas cuando no hay experiencia previa, pues en éste el riesgo de que los
jugadores incursionen en el seguro agrícola con tarifas por debajo de conside-
raciones técnicas, que bene7cian en principio al productor, podría ser mayor,
exponiendo la reputación del mercado de seguros agrícolas, la reputación de
los Gobiernos, cuando estos desempeñan un papel activo en su promoción, la
con7anza y permanencia de los reaseguradores en el país y la protección de
los clientes.
‥ 572 ‥
Fasecolda 35 años
4. EL SEGURO AGRÍCOLA EN CIFRAS
4.1 Panorama internacional
Según el Banco Mundial (Turrioz y Arias, 2010) el total de primas emitidas
directas en América Latina durante el 2009 ascendió a USD $780 millones,
lo que representó el 4% del total de las primas de seguro agrícola del mundo
(Ver tabla 1). La región se ubica detrás de Estados Unidos y Canadá (que
representan el 55%), Europa (20,1%) y Asia (19,5%).
Al examinar la evolución del seguro agrícola para la región de América Latina
(LAC) se encuentra que éstas han crecido de forma exponencial durante los
últimos años. Las primas emitidas directas para este tipo de seguros pasaron
de ser USD $311 millones en 2003 a un estimado de USD $780 millones en
2009, un aumento de más del 250% (Ver Grá7co 1). Como se puede observar,
Región Primas en Millones USD
Estados Unidos y Canadá
Asia
Total
10.700
3.900
3.800
780
170
90
19.440 100%
Hannover Re y Mahul y Stutley 2010.
▶ Tabla 1
‥ 573 ‥
Seguro agrícola en Colombia
el crecimiento de este seguro para la región ha sido más dinámico que el que
se ha dado a nivel agregado para el mercado mundial.
Según el Banco Mundial (Turrioz y Arias 2010) tres factores han contribuido
a este el crecimiento. El primero es el aumento en el valor subyacente de la
producción agrícola, que se ha traducido directamente en los valores de la suma
asegurada superior y un mayor volumen de primas. El segundo es el aumento
en el valor de los activos agrícolas, que también ha aumentado la sensibilidad
a la pérdida de los participantes en la cadena de valor aumentando la deman-
da de seguros. Y el tercer factor es el desarrollo de nuevos mercados para este
seguro y el aumento del apoyo del sector público, los cuales han contribuido a
un aumento de la oferta y la demanda.
▶
800
700
600
500
400
300
200
100
0
25
20
15
10
5
0
2005 2006 2007 2008 2010
‥ 574 ‥
Fasecolda 35 años
Una medida comúnmente utilizada en para el análisis de seguros es la de pe-
netración, que relaciona las primas emitidas de un ramo como el porcentaje
del Producto Interno Bruto (PIB) del país y, en el caso del seguro agrícola, del
PIB correspondiente a la actividad agrícola. Este cálculo para varios países se
muestra en el grá0co 2. Se encuentra que los niveles de penetración para los
mercados emergentes son sustancialmente menores que los observados en las
economías industrializadas.
Se debe tener en cuenta que con el desarrollo económico, la agricultura progre-
sivamente pierde su capacidad de estimular el crecimiento. Como consecuencia,
a medida que los países se desarrollan, se da una pérdida en la participación
▶
Penetración del seguro agrícola varios países
0,06%
0,05%
0,04%
0,03%
0,02%
0,01%
0,00%
2,4%
2,0%
1,6%
1,2%
0,8%
0,4%
0,0%
En % del PIB En % del PIB correspondiente a la agricultura (escala a la derecha)
Mu
nd
o
Eco
no
mía
s in
du
stri
aliz
adas
Mer
cad
os
emer
gen
tes
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pa
del
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ón
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Filip
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Ch
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Mar
ruec
os
Ch
ile
Ru
sia
Nig
eria
Vie
tnam
‥ 575 ‥
Seguro agrícola en Colombia
del PIB Agrícola en el PIB total por lo que las economías emergentes suelen
ser más dependientes del sector agrícola (Timmer, 2007). Este hecho, unido a
la baja penetración del seguro en economías emergentes, evidencia la vulnera-
bilidad de las mismas ante riesgos inesperados.
Dentro de la región, Argentina, Brasil y México son los países que presentan
mayores índices de penetración del seguro agrícola. Como se verá más adelante,
estos países cuentan con es esquemas de aseguramiento un poco más desarro-
llados que el del caso colombiano.
Al examinar la relevancia del sector agrícola dentro de las economías latinoa-
mericanas, se encuentra que este sector es de gran relevancia dentro de todos
los países en mención. En el caso colombiano, éste representa cerca del 10%
del PIB total, un nivel cercano al evidenciado en Argentina y Brasil, y mayor
▶
PIB Total y Agropecuario - 2008
2,000,000
1,600,000
1,200,000
800,000
400,000
0
25%
20%
15%
10%
5%
0%
Fuente: Banco Mundial.
PIB 2008 PIB agrícola como % PIB
Bo
liv
ia
Bra
sil
Ch
ile
Co
lom
bia
Ecu
ad
or
Mé
xic
o
Pa
rag
ua
y
Pe
rú
Uru
gu
ay
Mil
lon
es
de
dó
lare
s
‥ 576 ‥
Fasecolda 35 años
al de México, todos éstos países donde el desarrollo del seguro agrícola es
signi)cativamente mayor.
Para el Banco Mundial, los gastos de proveer seguro agrícola se pueden cla-
si)car en tres categorías: mercadeo y costos de adquisición (MCA), costos
administrativos y de operación (A&O) y gastos de ajuste (GA). Se estima que
en América Latina, los gastos de MCA en promedio son del 8,4% de la prima,
12,4% para A&O y 8% para GA. En el Grá)co No. 4 se resume la suma de
▶
Gastos totales (MCA, A&O y GA) como porcentaje de la prima total
Costa Rica
Chile
Ecuador
Venezuela, RB
Average
Mexico
Dominican Republic
Nicaragua
Honduras
Brazil
Winward Island
Fuente: Iturrioz y Arias (Banco Mundial, 2010) con datos compilados de Swiss Re, Hannover Re
y Mahul y Stutley 2010.
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%
‥ 577 ‥
Seguro agrícola en Colombia
estos tres costos para 11 países latinoamericanos en 2007. Se encuentra que,
en promedio, éstos representan cerca del 30% de las primas, lo que evidencia
que el margen destinado a la siniestralidad y a la utilidad se acerca al 70% con
el )n de que éste sea )nancieramente autosostenible.
Como se puede observar en la siguiente grá)ca, los niveles de siniestralidad del
seguro agrícola se ubican, en la mayoría de los países observados, por encima del
100%. Esta es una de las razones por las que en muchos casos se debe recurrir
▶
Siniestros como proporción de la prima no subsidiada
500%
450%
400%
350%
300%
250%
200%
150%
100%
50%
0%
Fuente: Encuesta 2008 Banco Mundial.
Ne
pa
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Do
min
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Su
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Re
pu
bli
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Cla
ims
/ P
rod
uce
r p
rem
ium
‥ 578 ‥
Fasecolda 35 años
al mecanismo de subsidio con el 'n de ampliar el acceso al mismo, así como
no tener que hacer una disminución de las coberturas.
4.2 El caso colombiano
Para el 2007 la penetración del seguro agrícola en el mundo fue aproximadamente
0,015% del PIB, mientras que en Colombia fue 0,0022%. La misma medida pero
tomando en cuenta el PIB agrícola en el escenario mundial fue de 0,3% en el
mismo año mientras que en Colombia fue 0,03%. Si bien desde 2007 este indi-
cador ha mejorado signi'cativamente, éste aún permanece en niveles muy bajos.
En términos de competencia, tal como se evidenció en las secciones anteriores,
no han sido numerosas las compañías aseguradoras que han explotado este
▶
Primas en seguros agrícolas como porcentaje del PIB total y de la agricultura en Colombia
0,0035%
0,0030%
0,0025%
0,0020%
0,0015%
0,0010%
0,0005%
0,0000%
0,07%
0,06%
0,05%
0,04%
0,03%
0,02%
0,01%
0,00%
-0,01%
Fuente: DANE, cálculos Fasecolda.
% en el PIB % del PIB agrícola (escala derecha)
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
‥ 579 ‥
Seguro agrícola en Colombia
mercado. Como se puede observar en la siguiente tabla, a la fecha, únicamente
Mapfre ofrece cobertura de seguro agrícola en el mercado.
Las primas emitidas en Colombia han venido en crecimiento, así como el
número de hectáreas aseguradas. Sin embargo, su crecimiento es reducido
teniendo en cuenta que las hectáreas aseguradas (Ver Tabla No. 3) no alcan-
zan a representar mucho más del 1% de las cerca de 3 millones de hectáreas
cultivadas en Colombia.
Periodo Compañía
1993-1999
2000-2006
2005
2007-Presente
Caja Agraria (liquidada)
La Previsora
Coaseguro Previsora, Mapfre, SURA
Mapfre
▶ Tabla 2
Periodo Primas (millones) Hectáreas aseguradas
2005
2006
2007
2008
2009
2010
1.499
1.217
9.725
16.547
6.815
15.317
4.216
2.789
28.511
57.659
35.318
45.740
▶ Tabla 3
Primas y Hectáreas Aseguradas
Fuente: MADR, Precios Constantes 2010 y Mapfre Colombia.
‥ 580 ‥
Fasecolda 35 años
Por su parte, la siniestralidad del seguro agrícola durante los últimos cuatro años
se ha mantenido en niveles similares después de ajustes en la tasa del seguro
que se debieron dar como consecuencia de experiencias del pasado que hicieron
incurrir en pérdidas a las compañías que otorgaron la cobertura.
El primer Plan Anual de Seguros emitido en 1998 destinaba recursos de sub-
sidio de prima al cultivo de Banano únicamente. Posteriormente, en 2002, se
incluyeron los cultivos de caña de azúcar, algodón y papa, y en 2008 se dispuso
que se podrían cubrir además los cultivos de maíz, arroz, soya, plátano, sorgo,
tabaco, 2ores y bosques. De estos cultivos autorizados las siguientes dos grá3cas
muestran aquellos con mayor emisión de pólizas y su distribución en número de
hectáreas aseguradas. Como se evidencia en las grá3cas, la inclusión de nuevos
cultivos al acceso a los subsidios de primas de seguros impactó positivamente
la emisión de seguros agrícolas.
▶
Siniestralidad Seguro Agrícola Colombia
300%
250%
200%
150%
100%
50%
0%
Fuente: Fasecolda.
2005 2006 2007 2008 2009 2010
% S
.C.C
.
19
0%
27
0%
12
4%
11
7%
81
%
12
5%
‥ 581 ‥
Seguro agrícola en Colombia
El número de polizas ha aumentado paulatinamente en Colombia principal-
mente en el cultivo de tabaco. A diciembre de 2010 se alcanzó un número de
6642 pólizas emitidas de ese cultivo y un total de 10597, sumando todos los
cultivos asegurados en el país. Vale la pena resaltar que este seguro se puede
tomar de forma individual o colectiva por medio de grupos o agremiaciones
de cultivadores.
El mayor número de hectáreas aseguradas en 2010 se realizó para el cultivo
de banano, con un total a diciembre de 2010 de 17130 hectáreas aseguradas.
También se destaca el crecimiento en los cultivos de arroz y algodón, con un
total de 5011 y 3790 hectáreas aseguradas respectivamente. Para esa misma
▶
7000
6000
5000
4000
3000
2000
1000
0
Fuente: Mapfre.
2007 2008 2009 2010
Plátano
Sorgo
Tabaco
Forestal
Banano
Arroz
Maíz
Café
Papa
Algodón
‥ 582 ‥
Fasecolda 35 años
fecha de corte los cultivos con mayor número de hectáreas aseguradas son los
de banano arroz y maíz con el 37%, 22% y 11% respectivamente del total de
área asegurada. Este porcentaje es aún marginal si se tiene en cuenta que el
total de 47740 hectáreas aseguradas no representa ni siquiera el 1% del área
sembrada en Colombia.
El valor asegurado del seguro agrícola en Colombia alcanzó su máximo en
2008 por un valor de $285 mil millones y a 2010 el valor asciende a $261 mil
millones. Se espera que con las nuevas acciones de política implementadas en
2011 a partir del Plan Nacional de Desarrollo, tanto en número de héctareas
aseguradas como en valor asegurado, se incremente el desarrollo de este seguro.
▶
25000
20000
15000
10000
5000
0
Fuente: Mapfre.
2007 2008 2009 2010
Plátano
Papa
Café
Tabaco
Sorgo
Algodón
Banano
Forestal
Maní
Maíz
Arroz
‥ 583 ‥
Seguro agrícola en Colombia
▶
Valor asegurado en millones de pesos
350,000
300,000
250,000
200,000
150,000
100,000
50,000
-
Fuente: Mapfre.
2007 2008 2009 2010
‥ 584 ‥
Fasecolda 35 años
5. LECCIONES DE LA EXPERIENCIA INTERNACIONAL
Algunas lecciones se derivan de los esquemas desarrollados alrededor del mundo
y deben ser consideradas en el desarrollo del mercado colombiano. En prime-
ra medida, el esquema estadounidense que ha sido analizado está altamente
in)uenciado por los cazadores de renta y falla en tener objetivos claros. Según
Wenner y Arias (n.d.) el programa ha cambiado de propósito varias veces,
pasando de ser un esquema de administración de riesgos a un mecanismo de
administración de desastres, siendo ahora una herramienta para mantener el
ingreso de los productores. Adicionalmente, el costo ha sido alto para los con-
tribuyentes, principalmente debido a las altas tasas de subsidios.
El caso español, por su parte, también ha sido criticado por los altos costos
relacionados a la operación del esquema mixto puesto en marcha. En el país
ibérico, los costos administrativos y de siniestros siempre han excedido los re-
caudos por primas. Por lo mismo, se ha reconocido que la mayoría de sistemas
utilizados en los países desarrollados no pueden ser exportados hacia los países
en desarrollo debido a los altos costos 2scales.
Sin embargo, la experiencia de un país en desarrollo como Uruguay tampoco
puede ser imitada. Las transferencias monetarias que realiza el Gobierno central
para mitigar los efectos de los choques eternos sobre los productores agrícolas
es una política que ha desincentivado la adquisición voluntaria de productos
de aseguramiento. Además, la poca con2anza que genera el sistema a la hora
de pagar las indemnizaciones es otro factor que impide una mayor penetración
de los productos.
‥ 585 ‥
Seguro agrícola en Colombia
Por su parte, el esquema de aseguramiento japonés, si bien ha sido costoso
para el Gobierno debido a los altos subsidios a las primas, también ha resul-
tado ser un caso interesante en términos de adaptación al mercado. Siendo
un producto obligatorio para todos los productores, el Gobierno se enfrentó
a varias quejas de los clientes sobre el funcionamiento y los procesos del
mismo. Introduciendo cambios en los cronogramas de pago de las primas, y
expandiendo los bene2cios y cultivos cubiertos, se logró que los intereses de
los agricultores convergieran con el programa. Según Hazell et al (1986), más
allá de satisfacer las necesidades de los productores, el esquema de asegura-
miento ha logrado que la prevención de plagas y enfermedades se convirtiera
en una externalidad positiva, lo que ha bene2ciado tanto a los productores
como a los aseguradores.
Más allá de los bene2cios en prevención, la experiencia brasileña con seguros
obligatorios ha sido valiosa. Para Hazell et al (1986), el seguro ha permitido
que pequeños y medianos agricultores, que suelen tener pocas garantías,
accedan al sistema 2nanciero. Adicionalmente, la disminución del riesgo
debido a la adquisición de un seguro ha contribuido a que los agricultores
se involucren en actividades de más alto riesgo y mayor retorno, lo que en
consecuencia ayuda a la adopción de nuevas tecnologías y al aumento de la
producción agrícola.
En general, el mercado, por construcción, cuenta con altos costos operativos.
Las di2cultades de ajuste y el alto costo de capacitación de la mano de obra
encargada de la veri2cación, ha llevado a que varios gobiernos generen un
esquema de subsidios con el 2n de aumentar la penetración de los seguros.
Las altas in)exibilidades 2scales generadas por este esquema han obligado a
la búsqueda de un mecanismo alternativo de aseguramiento para las familias
‥ 586 ‥
Fasecolda 35 años
rurales y los productores agrícolas de los países de desarrollo; en esta tarea se
encontró que es posible disminuir los costos operativos asociados a los seguros
agrícolas por medio de los seguros por índice.
En ellos, según Barnett y Mahul (2007), el pago del siniestro se hace sobre la
realización de un evento que esté altamente correlacionado con las pérdidas de
los agricultores, generalmente determinado por medio de un umbral. Con este
tipo de productos los ajustes se hacen sobre una muestra signi2cativa de los
asegurados y no sobre el universo completo, lo que permite una disminución
de los costos. Para los autores, estos seguros, además de disminuir los costos
operacionales, aventajan a los tradicionales en la medida que sus contratos son
más sencillos facilitando el proceso de venta, no obligan a la estimación de la
pérdida real de cada uno de los asegurados, no requieren de una clasi2cación
de los asegurados según su exposición al riesgo, y reducen los problemas de
selección adversa y riesgo moral.
No obstante, con estos seguros los agricultores están expuestos a un riesgo
base que se genera cuando el índice y la pérdida de los asegurados son dos
eventos que no están perfectamente correlacionados. Por lo mismo, este tipo de
productos deben desarrollarse en lugares en dónde las pérdidas de los agricul-
tores dependan en un alto porcentaje del suceso medido por medio del índice.
Además, los seguros por índice requieren que los umbrales sean determinados
para zonas donde el riesgo ocurrido sea covariado. En otras palabras, estos
seguros requieren de información con2able y actualizada que permita ajustar
los productos a las condiciones de cada región.
Entonces, la disminución del riesgo de base requiere de un alto compromiso
por parte del Gobierno y las aseguradoras. Según Barnett y Mahul (2007) es
‥ 587 ‥
Seguro agrícola en Colombia
necesario que se determine la demanda de estos seguros y las necesidades de
los clientes, se desarrolle una regulación adecuada para el impulso del merca-
do, se fomente el entrenamiento de los aseguradores, se realicen programas de
educación al consumidor, y se establezca una entidad con2able que centralice
la información y determine si el umbral fue disparado.
En general, el aumento de la penetración de este tipo de seguros demanda
un arduo trabajo por parte de empresas privadas y públicas. Compartir infor-
mación, y desarrollar productos y procesos con2ables es una tarea en la que
varios actores están involucrados. Aun así, los altos costos operacionales deben
ser manejados con el 2n de que estos seguros sean ampliamente utilizados y
se puedan eliminar los gastos 2scales ex-post asociados a las transferencias a
agricultores luego de desastres.
Sin embargo, más allá de la preocupación por los costos 2scales, también se
deben analizar los efectos de los seguros agrícolas sobre la producción. Según
Glauber (2004) la evidencia sugiere que estos esquemas de aseguramiento han
fomentado las siembras en tierras de baja productividad lo que en consecuencia
puede haber generado un aumento en la producción. Sin embargo, para Ra-
maswami (1993) los seguros agrícolas disminuyen el producto a causa del riesgo
moral introducido. Por lo mismo, estudios posteriores deben ser realizados en
cada país para así determinar cuál de los dos efectos prima.
De esta forma, las experiencias internacionales sugieren que el desarrollo de un
mercado de seguros agrícolas es necesario para que los campesinos y produc-
tores tengan a su disposición diferentes productos para administrar sus riesgos.
Además, con este mercado se ayuda a disminuir el valor destinado a realizar
salvamentos cuando ocurren eventos catastró2cos, lo que en consecuencia ayuda
‥ 588 ‥
Fasecolda 35 años
a la sostenibilidad 2scal de los países. Aun así, los altos costos operacionales
de los productos exigen un alto compromiso por parte de actores públicos y
privados para lograr el desarrollo de un mercado ajustado a las necesidades e
intereses propios de los agricultores colombianos.
El Banco Mundial (2010), recogiendo la experiencia de varios países, y anali-
zando detalladamente el mercado latinoamericano, agrupa en cuatro categorías
los principales temas a considerar para buscar la mayor penetración de estos
seguros en el país. En el primer grupo se analizan las cuestiones institucionales,
dentro de las que se encuentra la necesidad de instituciones legítimas y con2a-
bles con altos niveles de estabilidad y disponibilidad 2nanciera para encargarse
de la disponibilidad de información, la infraestructura y el entrenamiento de
ajustadores; además, dentro de este grupo también está la regulación que debe
facilitar el desarrollo de nuevos productos.
El segundo grupo estudia los asuntos 2nancieros, en donde se recomienda
aumentar el pool de riesgos agrícolas, se promueve la participación guberna-
mental como complemento de los reaseguros, y se invita a monitorear cons-
tantemente el esquema de subsidios. La tercera categoría se encarga de los
factores técnicos, en donde se recomienda un continuo análisis de los riesgos a
los que están expuestos los agricultores en cada cultivo y región, y se solicitan
servicios de información climáticos. En el cuarto y último grupo se encuentran
los elementos operacionales, para los que el Banco Mundial sugiere el uso de
las redes y organizaciones establecidas previamente (tales como cooperativas,
asociaciones, bancos rurales e instituciones micro2nancieras) mediante las cuales
el proceso de suscripción se facilita y se pueden prestar servicios de capacitación
y asistencia para la prevención.
‥ 589 ‥
Seguro agrícola en Colombia
6. PERSPECTIVAS Y DESAFÍOS PARA COLOMBIA
Para el Banco Mundial (2010), en países como Colombia, en donde el se-
guro agrícola está en proceso de consolidación, las grandes 2rmas dedicadas
a la agroindustria aumentarán su demanda por productos de aseguramiento
adaptados a sus necesidades. Con esto se logrará un aumento importante en
la penetración del seguro, y se obligará a las compañías de seguro a acercarse
a nuevas regiones y cultivos. En consecuencia, de acuerdo con la entidad, es
posible que se generen nuevos productos a la medida de los per2les de riesgo
especí2cos para cada uno de los diferentes procesos agropecuarios que se llevan
a cabo en el país. De esta forma, pequeños y medianos productores podrán
encontrar un producto que se ajuste a los requerimientos y comportamientos
de las siembras y criaderos a los que se dedican.
No obstante esta mirada positiva sobre el futuro del seguro agrícola en Colom-
bia, lo cierto es que el país enfrenta grandes retos en la materia, los cuales, sólo
si son resueltos, permitirán una ampliación de la oferta de seguros ajustados
a las necesidades de los diferentes productores. Mientras ello ocurre, es fun-
damental trabajar en asuntos de política pública frente a riesgos, información,
capacitación, entre otros.
La ola invernal que azotó a Colombia entre el segundo semestre de 2010 y
el primer semestre de 2011, nuevamente evidenció que históricamente las
políticas para responder a las emergencias sufridas por el campo, en este caso,
ocasionados por eventos de la naturaleza, han sido de tipo asistencial y por
tanto se han caracterizado por ser costosas para el Estado, por ser ine2cientes
‥ 590 ‥
Fasecolda 35 años
y por generar incentivos para que los agricultores no trasladen sus riesgos por
medio de instrumentos como el seguro. Por lo tanto, uno de los mayores retos
que enfrenta Colombia es lograr el equilibrio entre la asistencia al campo y el
empoderamiento de los agricultores en su autocuidado, de tal suerte que las
intervenciones asistenciales, como medidas de choque ante una emergencia, no
sean sustitutos de instrumentos como los seguros, sino más bien complementos,
como en el caso de España.
Es así como, sería deseable la implementación por parte de los gobiernos de
medidas de sustitución gradual que permitan pasar de iniciativas de apoyos
directos, hacia una asistencia condicionada al aseguramiento de los cultivos.
Ahora bien, este tipo de mecanismos debe adicionalmente llevar a las autorida-
des a revisar aspectos como el gravamen al impuesto a la ventas sobre el seguro
agrícola y la implementación de tasas de interés diferenciadas, u otros estímulos
similares, para quienes siendo deudores de crédito agropecuario, amparan sus
cultivos con el seguro.
Otro de los aspectos sobre los que Gobierno, productores y aseguradores deben
trabajar, es en la de2nición de metas de aseguramiento de mediano y largo plazo,
priorizando áreas geográ2cas y/o actividades agropecuarias que permitan pro-
yectar un plan de aseguramiento que responda a criterios claros y que apunte a
objetivos concretos en los próximos años que permitan focalizar los esfuerzos de
todos y optimizar las inversiones de recurso humano, tecnológico y 2nanciero.
Por su parte, se hace imperativo el desarrollo y/o actualización periódica de
sistemas de información con2ables y articulados, de los que se puedan identi2car
riesgos, frecuencias y severidades de los mismos, los cuales coadyuvarán en la
de2nición de las condiciones de aseguramiento, procesos de tarifación, acciones
‥ 591 ‥
Seguro agrícola en Colombia
para contrarrestar la selección adversa y mecanismos de prevención de riesgos.
Para esto se hace necesaria la colaboración estrecha entre los diferentes actores
y el liderazgo de las agencias del Estado en la recolección y consolidación de la
información necesaria y en el desarrollo de estudios estadísticos.
Con la inclusión de los riesgos biológicos dentro de aquellos que cubre el
seguro agrícola, y que pueden ser objeto de subsidio, será desafío de todos
los actores el desarrollo de información y la implementación de productos
de seguros capaces de responder a las necesidades de ganaderos y agricul-
tores, que mitiguen de forma efectiva el impacto de enfermedades y plagas
en las actividades agropecuarias, pero que además permitan una ampliación
de la oferta de seguros, incluso a otros segmentos de productores, como por
ejemplo los piscícolas.
Otro desafío importante que enfrenta el seguro agropecuario es su divulgación,
la sensibilización en el tema y la educación 2nanciera de los productores. El
Gobierno viene apoyando el desarrollo de esquemas de asistencia técnica en los
procesos agroindustriales, lo que ha permitido un acercamiento entre los grandes
productores, y los pequeños y medianos agricultores. Estos espacios, podrían ser
útiles en la estrategia de sensibilización en el tema de administración de riesgos.
Además, se viene disponiendo de recursos para actividades de divulgación del
seguro, que se hacen necesarias de ejecutar en una forma plani2cada.
Ahora bien, estos esfuerzos siempre serán insu2cientes si, por ejemplo, las
aseguradoras no se capacitan en la materia, pues la especialidad del seguro en
mención requiere de una infraestructura humana y de procesos de suscripción
e indemnización diferentes dentro de la compañía, capaces de dar tratamiento
particular a un negocio altamente especializado.
‥ 592 ‥
Fasecolda 35 años
De otra parte, el desarrollo de microseguros agropecuarios que permitan prote-
ger a los pequeños productores es un desafío que enfrenta la industria del seguro
y el campo. Es así como instrumentos como seguros paramétricos deber ser
analizados y puestos a prueba como alternativa de aseguramiento de una gran
masa de pequeños productores, que permita reducir costos de transacción en
la suscripción, haciendo uso de canales masivos, nuevas tecnologías y grandes
agrupadores que a la vez serán tomadores, y en la indemnización, con el pago
de siniestros basados en índice previamente establecidos.
La limitada oferta de productos de seguro agrícola debe ser corregida y parte
de la respuesta a ello es la materialización de las iniciativas aquí expuestas. Sin
embargo, otro de los interrogantes que quizás se deban responder antes es sí
el esquema de aseguramiento actual en Colombia, basado en la iniciativa de
empresas privadas y con estímulos a las primas, es el modelo llamado a ser el
que de buenos resultados, a pesar de llevar más de 17 años de expedida la norma
que regula el seguro agrícola y su limitado alcance.
Es por esto que la discusión sobre la implementación de un modelo mixto, es de-
cir, público-privado como en España, debe ser considerada, pues la experiencia
internacional ha demostrado que estos modelos reportan una alta penetración,
una mayor diversi2cación del portafolio de seguros y una tarifación basada
en criterios técnicos, al tiempo que aporta estabilidad 2nanciera, experiencia,
respaldo y costos moderados.
En efecto, modelos público-privados, en donde las compañías aseguradoras
actúan en un pool de riesgos con participación del Estado, han demostrado ser
apropiados para el desarrollo del seguro agropecuario pues permiten una mayor
e2ciencia en el proceso de suscripción, comercialización y ajuste de siniestros.
‥ 593 ‥
Seguro agrícola en Colombia
Finalmente, también se debe estudiar el esquema mexicano que fue desarro-
llado de la mano de Agroasemex. El país centroamericano generó un seguro
catastró2co en el que se cubren los pequeños productores ante choques ad-
versos, salvaguardando las 2nanzas públicas. Mediante un esquema en donde
el Estado Federal y los territorios trans2eren el riesgo a ciertas aseguradoras
privadas, se garantiza que ante un evento hidrometeorológico o geológico, los
pequeños agricultores, ganaderos, pescadores y acuicultores estarán cubiertos.
Con un apoyo del gobierno Federal del 90% de la prima en los municipios con
alto grado de marginación, y del 75% en aquellos con mejores estadísticas de
pobreza, el gobierno mexicano promueve la participación de los estados en este
esquema de administración de riesgos.
‥ 594 ‥
Fasecolda 35 años
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