LEMA INSTITUCIONAL:LEMA INSTITUCIONAL:LEMA INSTITUCIONAL:
SEMANA MISIONERASEMANA MISIONERASEMANA MISIONERA---HOSPITALARIA HOSPITALARIA HOSPITALARIA 181818---24 Octubre 201024 Octubre 201024 Octubre 2010
LEMA JORNADA MUNDIAL:LEMA JORNADA MUNDIAL:LEMA JORNADA MUNDIAL:
PRESENTACIÓNPRESENTACIÓNPRESENTACIÓN “Queremos ver a Jesús” (Jn. 12.21) “Hospitalidad: Convicción y Compromiso”
De nuevo este año queremos invitaros y haceros participes a Hermanos, Hermanas y Cola‐boradores, a una Semana de oración y sensibilización Misionera vivida desde la Hospitalidad. Al mismo tiempo nos unimos a la Iglesia que bajo el lema “Queremos ver a Jesús”, con el que se nos invita a entender este deseo, de querer verlo, como la ilusión de conocerle más de cerca, de creer y caminar con Él. “Queremos ver a Jesús” es la pregunta que algunos griegos le hicieron un día a los apóstoles, querían saber quien era Jesús, de donde venía, donde vivía, etc. Este deseo de querer ver a Jesús sigue estando latente en nuestra Iglesia y en nuestra Fami‐lia Hospitalaria, por lo cual no podemos matar o eludir este deseo, sino que lo hemos de re‐avivar. Estamos llamados a vivir el encuentro con Él, desde un fuerte sentimiento de esperanza, y desde dos vertientes: en primer lugar Dios sale a nuestro encuentro, espera que acudamos a Él, que le dediquemos un espacio personal cada día, unos momentos de estar a solas, como el encuentro de dos amigos íntimos. Y en segundo lugar, este encuentro íntimo nos tiene que llevar al encuentro de nuestros hermanos y hermanas que sufren, pero desde la convic‐ción de que: “cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis pequeños hermanos conmigo lo hicisteis” (Mt, 25,40), y desde el compromiso institucional: Nos sentimos depositarios y res‐ponsables del don de la Hospitalidad. Esto nos estimula a vivir en fidelidad nuestro caris‐ma, a custodiarlo, profundizarlo y desarrollarlo constantemente en la Iglesia (Cfr. Const. OH, 6; HSC 9). Celebrar esta Semana de oración Misionera‐Hospitalaria es una oportunidad para afianzar nuestro compromiso como cristianos, como Hospitalarios y Hospitalarias hacia aquellos her‐manos y hermanas nuestras que carecen de lo más básico para poder subsistir. Estamos lla‐mados a orar a tiempo y a destiempo, pero ello no es suficiente, tenemos que adoptar com‐promisos que impliquen otras áreas de nuestra vida. Es el momento de preguntarnos a nivel personal ¿Qué compromiso estoy dispuesto, dispuesta, a tomar para colaborar activamente con nuestros hermanos de los países más desfavorecidos? ¿Qué acciones puedo/podemos animar para implicar a más personas en la animación y compromiso misionero? Vivir la hospitalidad en el siglo XXI solo será factible cuando desde una apuesta seria y com‐prometida hagamos posible un mundo más humano, mas convencido, más comprometido, más solidario, en una palabra, más HOSPITALARIO, como han hecho desde su inicio San Juan de Dios, San Benito Menni y han continuado y siguen haciendo hoy, tantos Hermanos, Her‐manas y Colaboradores, que desean ver a Jesús, y lo plasman con convicción y compromiso en una Hospitalidad generosa y creativa. Desde la esperanza que con el esfuerzo de todos podemos alcanzar nuevas metas en nues‐tra compromiso Misionero‐Hospitalario.
Os saludamos unidos desde la oración, la misión y la fraternidad.
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IV SEMANA DEL SALTERIO Lunes dia 18: Fiesta. San Lucas. HOSPITALIDADHOSPITALIDAD: : DONDON COMPARTIDOCOMPARTIDO
Texto Institucional
Juan de Dios compartió el don que había recibido con toda clase de perso‐nas, que se sintieron contagiadas por su modo de vivir el cristianismo y su
amor a los necesitados: gente sencilla que se unía a él en el servicio, bienhechores anóni‐mos y personajes de la nobleza que le apoyaban con sus bienes, presbíteros que colabo‐raban con él en la asistencia espiritual de quienes residían en el hospital y otros muchos voluntarios, médicos y gente de servicio que con él y los hermanos atendían a los enfer‐mos.
El don de la hospitalidad al estilo de Juan de Dios se ha irradiado constantemente, incluso a personas que no siempre están animadas por los valores de la fe cristiana. El carisma transmitido se ha desplegado en una admirable creatividad, dando lugar a una serie de realizaciones adaptadas a tiempos y lugares diversos. Somos cada vez más conscientes de que el carisma de la hospitalidad al estilo de Juan de Dios transciende el ámbito de los hermanos que han profesado en la Orden. Se sigue impulsando una nueva visión de la Or‐den como “familia, y acogemos ‐‐ como don del Espíritu en nuestro tiempo ‐‐ la posibili‐dad de compartir nuestro carisma, espiritualidad y misión. Esta realidad, que entre noso‐tros ha ido tomando vigor muy lentamente, es un reto a vivir “de tal modo identificados con nuestra misión, que nuestros colaboradores se sientan animados a hacer lo mismo”. (Cfr. Camino de Espiritualidad al Estilo de San Juan de Dios: 32 y33).
Otro texto: Cfr. Misión Hospitalaria, Buena Noticia, Hermanas H S C, n 25 y 27.
Texto social
A pesar de que la sociedad mundial ofrezca aspectos fragmentarios expresados con los nombres convencionales de Primero, Segundo, Tercero y también Cuarto mundo, perma‐nece más profunda su interdependencia la cual, cuando se separa de las exigencias éticas, tiene unas consecuencias funestas para los más débiles. Más aún, esta interdependencia, por una especie de dinámica interior y, bajo el empuje de mecanismos que no puedan de‐jar de ser calificados como perversos, provoca efectos negativos hasta en los países ricos. Precisamente dentro de estos países se encuentra, aunque en menor medida, las mani‐festaciones más específicas del subdesarrollo. De suerte que debería ser una cosa sabida que el desarrollo o se convierte en un hecho común a todas las partes del mundo, o sufre un proceso de retroceso aun en las zonas marcadas por un constante progreso. Fenóme‐no este particularmente indicador de la naturaleza del auténtico desarrollo: o participan de él todas las naciones del mundo o no será tal ciertamente. (Cfr. Sollicitudo Rei Socialis, n. 17).
ORAMOS CON ÁFRICA Atraviesa los continentes, vete hacia África orando, informándote, acogiendo su alegría de vivir. Ella te proporcionará su sentido de la acogida y de la hospitalidad, su sencillez, su ritmo de danza y su sentido de la fiesta, su confianza en la vida día a día. Señor te damos gracias por este cami‐nar Señor te damos gracias por África. Amén.
LAUDES/VISPERAS
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Texto Institucional Jesús libera a los enfermos de posturas que pueden paralizar su proceso de rehabilitación. La hospitalidad de Jesús reconstruye a la persona la libera para la vida, para la comunicación. Su ac‐tuación afectó a las estructuras socio‐políticas y religiosas de su época. No sólo criticó las causas de la marginación que dejan a los enfermos desprotegidos y abandonados, sino que proclamó y defendió los derechos de los enfermos hasta provocar rupturas en el marco legal. Por nuestro carisma somos llamados a ser presencia profética en el servicio y la entrega a los que experimentan hoy situaciones de marginación y pobreza. Los enfermos nos ayudan a descubrir nuevos horizontes de misión y nos desafían a desarrollar respuestas que sean señal del Reino. (“Pastoral en el mundo del sufrimiento psíquico”, Hermanas Hospitalarias, pág. 38‐39. Misión Hospitalaria, Buena Noticia, Hermanas H S C, n. 30). Otro texto: Cfr. “No olvidéis la hospitalidad”, PPC. 2004. Francesc Torralba, pag. 169‐170.
Texto Doctrina Social de la Iglesia Urge darse prisa. Muchos hombres sufren, y aumenta la distancia que separa el progreso de los unos del estancamiento, cuando no del retroceso, de los otros. Necesario es, además, que la la‐bor que se ha de realizar progrese armoniosamente, para no romper los equilibrios indispensa‐bles. Una reforma agraria improvisada puede resultar contraria a su finalidad. Una industrializa‐ción acelerada puede dislocar las estructuras, todavía necesarias, y engendrar miserias sociales que serían un retroceso en los valores humanos y en la cultura. (Cfr. Populorum Progressio, nº 29. Carta Encíclica del Papa Pablo VI).
ORAMOS CON AMÉRICA Atraviesa los continentes, vete hacia América orando, informándote. Ella te hará comprender que la vida es un combate y que el Evangelio es el arma de la justicia. Ella te comunicará su fe, su valor y su voluntad tenaz por la liberación de todo hombre. Señor te damos gracias por este caminar Señor te damos gracias por América. Amén.
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Martes dia 19: HOSPITALIDAD: ACCION CREATIVAHOSPITALIDAD: ACCION CREATIVA
MIÉRCOLES DÍA 20: HOSPITALIDADHOSPITALIDAD: COHERENCIA EN LA MISION: COHERENCIA EN LA MISION
Texto Institucional Humanizarse para humanizar y ser testigos de la santidad desde el radicalismo de las bienaventu‐ranzas a ejemplo de San Juan de Dios, pobre entre los pobres, siervo y profeta. Tenemos que presentar nuestra cultura de hospitalidad como alternativa a la cultura de hostili‐dad, que no solo domina la relación entre los pueblos, las naciones y las etnias, sino también las relaciones interpersonales. Tenemos que demostrar una nueva capacidad de acogida, crear co‐munidades de fe abiertas, que sean una invitación a todas las personas con las que nos relaciona‐mos: enfermos, familiares, colaboradores, amigos. Cada Centro debería ser una pequeña Iglesia doméstica capaza de crear la comunión cristiana en la que la alegría del uno es la del otro y el dolor del uno es el dolor del otro. Hoy más que nunca, en las relacio‐nes humanas, el Hermano de San Juan de Dios está llamado a ser testigo de Dios “amante de la vida”, que se mezcla entre su gente y con su presencia hace acoge‐doras la tierra, y al hombre verdaderamente hombre. (Cfr. Carta de Identidad de la OH, 4.5.2).
Otro texto: Cfr. Carisma y espiritualidad, Hermanas Hospitalarias, pag 95 y 96.
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JUEVES DÍA 21: HOSPITALIDAD: FIDELIDAD AL COMPROMISOHOSPITALIDAD: FIDELIDAD AL COMPROMISO
Texto Doctrina Social de la Iglesia La auténtica misericordia es por decirlo así la fuente más profunda de la justicia. Si ésta última es de por sí apta para servir de "árbitro" entre los hombres en la recíproca repartición de los bienes objetivos según una media adecuada; el amor en cambio, y solamente el amor, (también ese amor benigno que llamamos "misericordia") es capaz de restituir el hombre a sí mismo. La misericordia auténticamente cristiana es también, en cierto sentido, la más perfecta encarnación de la "igualdad" entre los hombres y por consiguiente también la encarnación más perfecta de la justi‐cia, en cuanto también ésta, dentro de su ámbito, mira al mismo resultado. La igualdad introduci‐da mediante la justicia se limita, sin embargo, el ámbito de los bienes objetivos y extrínsecos, mientras el amor y la misericordia logran que los hombres se encuentren entre sí en ese valor que es el mismo hombre, con la dignidad que le es propia. (Cfr. Dives in Misericordia, n. 14).
ORAMOS CON ASIA Atraviesa los continentes, vete hacia Asia orando, informándote, acogiendo su misterio. Ella te en‐señará a descubrir lo más profundo de ti para encontrar a Dios y reencontrarte tú mismo. Ella te enseñará el valor del silencio, el dominio de sí, la paciencia, la serenidad. Señor te damos gracias por este caminar Señor te damos gracias por Asia. Amén. Texto Institucional La fidelidad a la vocación que hemos recibido es posible, gracias a la fidelidad inmutable de Dios. Él al elegirnos para que reproduzcamos la imagen de su hijo, nos enriqueció con los dones del Espí‐ritu, como garantía de que su amor y su llamada son irrevocables. Esta actitud de Dios exige de nosotros una respuesta constante de fidelidad: Al mismo Dios, viviendo en comunión con Él, en el cumplimiento de de su voluntad A nosotros mismos, cultivando los dones que hemos recibido; A nuestros Hermanos, ayudándoles en su realización personal; A la Iglesia ejercitando nuestra misión de acuerdo con el carisma que se nos ha dado; A los enfermos y necesitados, ofreciéndoles nuestro servicio como manifestación del amor que Dios les tiene. Somos conscientes de vivir el don recibido condicionados por nuestra fragilidad humana y por un ambiente que nos incita continuamente a asumir valores ajenos al Evangelio. Esto nos induce a permanecer en actitud constante de humildad y de conversión, aceptando la necesidad del ascetismo personal, como medio para conseguir la fidelidad. (Cfr. Const. OH n 101 y 102).
Otro texto: Cfr. Const. HSC 2; 5 y12
Texto Doctrina Social de la Iglesia El desarrollo integral del hombre no puede realizarse sin el desarrollo solidario de la humanidad, mediante un mutuo y común esfuerzo. Nos lo decíamos en Bombay: "El hombre debe encontrar al hombre, las naciones se deben encontrar como hermanos y hermanas, como hijos de Dios. Dentro de esta comprensión y de esta amistad mutua, en esta sacra comunión, debemos también comen‐zar a trabajar juntos para edificar el futuro común de la humanidad". Sugeríamos también la búsqueda de medios concretos y prácticos de carácter organizativo y cooperativo a fin de reunir en común todos los recursos disponibles y realizar así una verdadera comunión entre las naciones todas. (Populorum Progressio, nº 43. Carta Encíclica del Papa Pablo VI).
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ORAMOS CON OCEANÍA Atraviesa los continentes, vete hacia Oceanía orando, informándote. Comprenderás su sed de Dios, tan real. En ese continente de islas de mil colores, lenguas y culturas, comprenderás su inquietud de unidad y de reconciliación. Señor te damos gracias por este caminar Señor te damos gracias por Oceanía. Amén.
Texto Institucional
La verdadera fidelidad al carisma nos exige mantener la identidad propia de nuestra Con‐gregación, a la vez que estar abiertas a nuevas formas de apostolado hospitalario según las diversas circunstancias de tiempos y lugares. La lectura correcta de los signos de los tiempos, las necesidades de los hombres y la caridad que el Padre ha derramado en nuestros corazones nos ayudan a discernir los campos de acción de nuestro Instituto. (Cfr. HSC. n. 66 Cosnt. y direc).
Otro texto: Cfr. Camino de hospitalidad al estilo de San Juan de Dios, nº 34
Texto social El desarrollo no se reduce a un simple crecimiento económico. Para ser auténtico, el desarrollo ha de ser integral, es decir, debe promover a todos los hombres y a todo el hombre. Con gran exactitud lo ha subrayado un eminente experto: "Nosotros no acep‐tamos la separación entre lo económico y lo humano, ni entre el desarrollo y la civiliza‐ción en que se halla inserto. Para nosotros es el hombre lo que cuenta, cada hombre, todo grupo de hombres, hasta comprender la humanidad entera".
Vosotros todos, los que habéis oído la llamada de los pueblos que sufren; vosotros, los que trabajáis para darles una respuesta; vosotros sois los apóstoles del desarrollo auténtico y verdadero que no consiste en la riqueza egoísta y deseada por sí misma, sino en la economía al servicio del hombre, el pan de cada día distribuido a todos, co‐mo fuente de fraternidad y signo de la Providencia. (Cfr. Populorum Progressio, nº 14 y 86. Carta Encíclica del Papa Pablo VI).
ORAMOS CON EUROPA
Atraviesa los continentes, vete hacia Europa, ese continente en marcha, rico por su diversidad en el aspecto político, cultural, económico y religioso. Orando e informándote comprenderás su sed de apertura a lo universal. Señor te damos gracias por este ca‐minar Señor te damos gracias por Europa. Amén.
VIERNES DÍA 22: HOSPITALIDAD: DISCERNIMIENTO HOSPITALIDAD: DISCERNIMIENTO DE LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS DE LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS
Texto Institucional María es la primera hospitalaria. Acoge a Jesús en su seno y le acompaña hasta la cruz. Ella nos conduce a la fuente de agua viva que brota del Corazón de Cristo, y nos reviste de entrañas de misericordia, de modo que podamos llevar su amor maternal al hombre que sufre. Nos enseña a descubrir las necesidades de los otros, aun cuando no se formulen, y a responder eficazmen‐te a ellas. De su firmeza y perseverancia al pie de la cruz apren‐demos a permanecer hasta el final junto al enfermo. Ella es modelo de humildad, de disponibilidad para cumplir la voluntad del Padre, de agradecimiento ante su misericordia y bondad, de escucha atenta a la Palabra, de una caridad que libera y anuncia el reino a los más pobres y necesitados. (Cfr. Cosnt. 68, HSC; Caris‐ma y espiritualidad, Hermanas Hospitalarias, pag Otro Texto: Cfr. “No olvidéis la hospitalidad”, PPC. 2004. Francesc Torralba, pag. 117‐121.
Texto social
Su amor preferencial por los pobres está inscrito admirablemente en el Magníficat de María. El Dios de la Alianza, cantado por la Virgen de Nazaret en la elevación de su espíritu, es a la vez el que "derriba del trono a los poderosos, enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos... dispersa a los soberbios... y conserva su misericordia para los que le temen". María está profunda‐mente impregnada del espíritu de los "pobres de Yavheh", que en la oración de los Salmos esperaban de Dios su salvación, poniendo en él toda su confianza.
(Cfr. Redemptoris Mater, n. 37) ORAMOS CON LOS JÓVENES
Señor Dios, Padre nuestro, Padre de los jóvenes, hoy queremos encomendar en tus manos a todos los jóvenes del mundo. Que descubran que lo más importante no es ser más, tener más, poder más, sino servir más a los demás. Enséñales la verdad que libera, que rompe las cadenas de la injusticia, que hace hombres disponibles para el Reino.
Ayúdalos a descubrir y creer que este mundo desigual puede renacer sólo desde de Tu Hijo Jesucristo, y que esto les implica a ellos. Dales un corazón generoso y disponible, para que sepan embarcarse en la búsqueda sincera de la propia vocación y puedan responder a tu llamada particular de una manera particular y generosa.
Amén.
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SÁBADO DÍA 23: MARIA, HOSPITALIDAD: RESPUESTA MARIA, HOSPITALIDAD: RESPUESTA ACTIVAACTIVA YY GENEROSAGENEROSA
Texto Institucional Juan de Dios era comprensivo y trataba a todos, pecadores, opresores y oprimidos, como Dios le trataba a él: perdonaba y ayudaba, asistía y curaba las heridas físicas y morales. Muchas veces las heridas morales y espirituales antes como condición para alcanzar la armonía y la curación de las enfermedades del cuerpo. En un mundo tan dividido y roto por tantas ideologías, fundamentalismos, discriminacio‐nes étnicas que generan odio, resentimiento y deseo de venganza, la capacidad de San Juan de Dios de perdonar, reconciliar y construir puentes de fraternidad merece ser estu‐diada y vivida por la Familia Hospitalaria. Entre todos, entre sus asistidos y sus colabora‐dores, él era un profundo médico de heridas, tensiones y conflictos Y eran estas experiencias de heridas existenciales las que le convertían en un hospitalario especializado en curar y reconciliar a los enemigos entre ellos y que llegasen a ser sus co‐laboradores como ocurrió con Antón Martín y otros muchos. (Cfr. Carta de Identidad de la OH, 3.1.6).
Otro Texto: Cfr. Identidad Hospitalaria, Hermanas Hospitalarias del S C J, nº 14.
Texto Doctrina Social de la Iglesia La primera forma de llevar a cabo esta tarea consiste en el compromiso y en el esfuerzo por la propia renovación interior, porque la historia de la humanidad no está dirigida por un determinismo impersonal, sino por una constelación de sujetos, de cuyos actos libres depende el orden social. Las instituciones sociales no garantizan por sí mismas, casi mecá‐nicamente, el bien de todos: « La renovación interior del espíritu cristiano » debe preceder el compromiso de mejorar la sociedad « según el espíritu de la Iglesia, afianzando la justi‐cia y la caridad sociales». De la conversión del corazón brota la solicitud por el hombre amado como un hermano. Esta solicitud lleva a comprender como una obligación el compromiso de sanar las institu‐ciones, las estructuras y las condiciones de vida contrarias a la dignidad humana. Los fieles laicos deben, por tanto, trabajar a la vez por la conversión de los corazones y por el mejo‐ramiento de las estructuras, teniendo en cuenta la situación histórica y usando medios lícitos, con el fin de obtener instituciones en las que la dignidad de todos los hombres sea verdaderamente respetada y promovida. (Doctrina Social de la Iglesia, nº 552).
ORAMOS CON LOS ENFERMOS Y ANCIANOS
Jesús, Tú eres el poder del Padre. Tú conoces nuestro mal, por eso quie‐res estar con nosotros, haciendo nuestro camino. Tú no estás lejos de na‐die, mucho menos de quien se siente enfermo, anciano, cansado o depri‐mido. Hoy queremos decirte: Señor, que te veamos siempre en nuestras noches, que te cantemos en nuestras alegrías. Recibe el dolor de nuestra vida que se derrama gota a gota en la cotidianidad de los días. Danos tu consuelo y fortaleza especialmente en las jornadas más duras. Amén.
DOMINGO DÍA 24: XXIX DOMINGO TIEMPO ORDINARIOXXIX DOMINGO TIEMPO ORDINARIO HOSPITALIDAD: HOSPITALIDAD: FRUTOFRUTO DEDE LALA CONVERSIONCONVERSION
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Señor,
tu voz sigue resonando en nuestros oídos: "La mies es mucha... pero escasos los obreros..."
"Id y haced discípulos... bautizándoles... enseñándoles..."
"Yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo..." Confiamos en tu palabra,
abrimos nuestro corazón a tu mensaje misionero y te suplicamos con la fuerza de la fe recibida.
Haz que esta jornada misionera sea un "nuevo Pentecostés del amor",
que nuestras comunidades sean misioneras y rechacen la tentación
de encerrarse en sí mismas, que las Iglesias nacientes en la misión cooperen con otras más necesitadas
y den de su pobreza, que los jóvenes, enfermos y personas consagradas
participen en el compromiso misionero, que los llamados a la vocación misionera
respondan a ella con generosidad, que los bautizados participemos
en la actividad misionera de la Iglesia como responsables de tu encargo misionero.
Te lo pedimos con María, reina de las Misiones Amén
ORACIONORACIONORACION:::
UFFICIO MISSIONI E COOPERAZIONE INTERNAZIONALE
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ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOS
HERMANAS HOSPITALARIAS DEL SGDO. CORAZON
DE JESUS
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