TEMA 1
México es uno de los países del mundo con mayor diversidad biológica y cultural. Las relaciones entre biodiversidad y culturas colocan a nuestro país en una posición única, que representa al mismo tiempo grandes oportunidades para el desarrollo, complejidad en el manejo de los recursos y una seria responsabilidad ante el mundo.
1. México es un país privilegiado por la diversidad excepcional de especies y ecosistemas que habitan en su territorio.
Se estima conservadoramente que habitan en la Tierra más de 10 millones de
especies; pero a la fecha se han descrito sólo alrededor de 1.8 millones de éstas.
Pese a este desconocimiento, tenemos en la actualidad un panorama claro sobre la
magnitud de la riqueza de la vida y su distribución en el planeta. México es uno de los
12 países llamados ‘megadiversos’, ocupando el cuarto o quinto lugar, por albergar
entre el 60 y 70% de toda la diversidad biológica conocida del planeta (Mittermeier y
Mittermeier, 1992). La diversidad conjunta de especies de plantas, hongos y animales
de México representa aproximadamente el 12% del total mundial, una proporción
superior a la que le correspondería por su superficie terrestre. La notable diversidad
conocida hasta el momento en México está sintetizada en grandes grupos en la Tabla
1. Sin embargo debido a la biodiversidad que falta aún por descubrir para algunos
grupos, la diversidad de México podría ser mucho mayor.
Cabe destacar por ejemplo, que sólo Indonesia (667) y Brasil (578) tienen reportadas
más especies de mamíferos que México (544). Australia, con un territorio varias veces
mayor que el nuestro tiene 880 especies de reptiles, mientras que México es segundo
lugar mundial con 837 especies (World Resources Institute, 2004).
Los mamíferos mexicanos incluyen al mayor número de especies marinas (45) del
planeta, la mayor parte de las cuales se localiza en el Golfo de California, como la
vaquita marina (Phocoena sinus), una especie endémica de la parte alta del Golfo de
California y el mamífero marino con el área de distribución geográfica más reducida
del mundo. Un hecho sorprendente es que en la actualidad se siguen encontrando
nuevas especies de mamíferos marinos en el país. Por ejemplo, en los últimos 10
años se han descrito más de 12 especies, incluyendo una ballena picuda o zifio
peruano (Mesoplodon peruvianus, Reyes, Mead y Van Waerebeek, 1991) que habita
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las aguas del Océano Pacífico, se que se le conoce sólo en Bahía de la Paz, en el
suroeste del Golfo de California en México y en la costa de Perú, entre las latitudes
11°12’ y 15°19’.
México califica entre los cinco países del mundo con mayor número de plantas
vasculares, después de Brasil (56,000), Colombia (45,000), China (27,100) y Sudáfrica
(23,420). En México se han registrado 22,351 especies de plantas vasculares aunque
se calcula que el número podría acercase a 29,000 especies.
Entre los países megadiversos del hemisferio occidental, México es el más rico en
cuanto a diversidad marina y a escala mundial es superado solo por las naciones de la
región del Pacífico asiático, como Indonesia, Filipinas, Australia y quizás Nueva
Guinea. Los cálculos del total de fauna de peces marinos alcanzan 3,500 especies
(20% de las especies de peces de los océanos en 1% de su área).
De las aproximadamente 1,025,000 especies de artrópodos descritas en el mundo
hasta hoy, unas 950,000 corresponden a insectos, y se calcula que México posee por
lo menos 300,000 de ellas, lo que lo posiciona en el sexto lugar mundial. Sin embargo,
a medida que la investigación sobre este grupo se amplía, es probable que los
números para México también lo hagan de manera considerable.
La información existente indica que la diversidad biológica de México contiene una
gran variabilidad genética. Por ejemplo, la variabilidad de la bacteria que produce
nódulos de frijol que fijan el Nitrógeno atmosférico, es la más grande del mundo.
Desafortunadamente desconocemos en gran medida el nivel de la diversidad genética
en nuestro país por lo que requerimos un mejor conocimiento de ella que ayude a
diseñar mejores políticas de conservación y manejo de ecosistemas y especies.
Tenemos asimismo un amplio desconocimiento de las tendencias de cambio en la
diversidad genética de las poblaciones de plantas cultivadas originarias de México
(como maíz, frijol, calabaza, especies frutales, etc.) a pesar de que existen ya
metodologías que permiten valorar rápidamente dicha variabilidad genética Este
conocimiento es básico para aplicaciones en la agronomía y la biotecnología.
Somos, junto con China, India, Perú y Colombia, uno de los cinco países con mayor
número de tipos de ecosistemas.
FIGURAS: mapas mundiales que muestren riqueza para varios grupos en términos de
número de especies, con base en números totales (World Resources Institute): Figura
1- diversidad de plantas vasculares, Figura 2 . Diversidad de anfibios, Figura 3.
Diversidad de reptiles, Figura 4. Diversidad de aves, Figura 5. Diversidad de
mamíferos
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2
Cuadro 1. La diversidad de especies en México para algunos grupos de organismos mejor
conocidos, en relación a cifras mundiales conocidas. El número de especies no es constante,
ya que continuamente se descubren nuevas especies.
Número de especies
descritas en el mundo1
Nivel de certeza en porcentaje
del total estimado1,2
Número de especies
descritas en México
Número estimado de especies en
México
Virus 4,000 1.00ªBacterias 4,000 0.40ªProtozoarios y microalgas 80,000 13.33ªHongos 72,000 4.80c 6,000 120,000 –
200,000Plantas 270,000 84.38d 27,704 > 33100
Algas 2,702 -Musgos y hepáticas
1,480 2,000
Helechos y afines
1,026 1,100
Gimnospermas 145 -Angiospermas 22,351 30,000
InvertebradosEsponjas 248Medusas 169
Moluscos 70,000 35.00c 4100 - 5000Equinodermos 560
Nematodos y helmintos
25,000 6.25b >500
Artrópodos ~90,000 700,000Arácnidos 75,000 10.00c 5,579
Crustáceos 40,000 26.67c 4,517Insectos y
miriápodos963,000 12.04c 77,307
Vertebrados 52,000 94.55d
Peces 24,960 2,622Anfibios 52,00 361Reptiles 7,280 803
Aves 9,880 1,282 Mamíferos 4,680 522
1 Número de especies conocidas para finales de los 90’s y los principios del nuevo milenio (Datos de: UNEP-WCMC; UNEP) 2 Se refiere al nivel de certeza del total de especies descritas y desconocidas, amuy bajo, bbajo, cmoderado y d buenoReferencias cifras para MéxicoHongos: Guzmán, 1994,; Cifuentes-Blanco, et al., 2004Briofitas (musgos y hepáticas): Delgadillo, 1998 y Delgadillo, 2004 (com. pers.)Algas macroscópicas : Pedroche, et al. 1993Helechos y afines : Riba, 1998; Villaseñor, 2003Gimnospermas: Villaseñor, 2003 (com. pers.)Angiospermas: Villaseñor, 2003; 2 Toledo et al. 1997; 3 Villaseñor, 2003 (com. pers.)Peces: Espinosa, 2004Anfibios y reptiles: Flores-Villela y Canseco-Márquez, 2004Aves: Navarro, et al 2004; 2 Navarro y Gordillo, 2005Mamíferos: Ramírez Pulido, 2005, Ceballos, et al 2002
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747576777879808182838485868788
3
2. La diversidad biológica de México está acompañada de una gran diversidad cultural. Existen relaciones muy cercanas e importantes entre ambas.
Como consecuencia de la diversidad biológica y ecológica del país, se desarrolló en
México un rico mosaico cultural, que se hace patente por el hecho de que en México
se hablan numerosos idiomas indígenas que, dependiendo de los criterios de
clasificación, van de 60 a 287 idiomas, es decir 30.2% y 4.2%, del total continental y
mundial respectivamente (www.ethnologue.com). Estas culturas en general han
aprovechado y siguen aprovechando la biodiversidad.
Un ejemplo de ello es la invención de especies domesticadas. Se ha estimado en más
de 118 especies las plantas económicamente importantes que fueron domesticadas o
manipuladas por los agricultores prehispánicos (Hernández X., 1993), lo que convierte
a México en su parte mesoamericana en uno de los principales centros mundiales de
domesticación de plantas. El 50% de las especies que se consumen como alimento en
el mundo tienen su origen en México. En nuestro país se cultivan, actualmente, 40
variedades principales de maíz, ciento veinte de chile y se mantienen más variedades
de trigo que en Europa.
El maíz fue inicialmente domesticado en nuestro país (hay evidencia de su uso desde
hace unos 6000 (o 7,500) años) y también aquí en México se conservan especies
silvestres afines con capacidad real o potencial de enriquecer la dotación genética de
las variedades cultivadas.
El fríjol está representado en el territorio nacional por 35 especies. Las cuatro de
mayor uso comercial y muchas variedades han sido domesticadas en México y
conservan especies cercanamente emparentadas en el territorio nacional.
Entre una larga lista de plantas actualmente cultivadas en todo el mundo originarias
de México o que tuvieron su origen biológico en el norte de Sudamérica pero se
domesticaron en nuestro territorio, se encuentran: el jitomate (Lycopersicum), las
calabazas (Cucurbita), los diversos chiles (Capsicum), algunas variedades de algodón
(Gosypium), el aguacate (Persea), la vainilla (Vanilla), el tabaco (Nicotiana), el camote
(Ipomoea), el cacao (Theobroma), el cacahuate (Arachis), las distintas variedades de
chayote (Sechium) y el amaranto (Amaranthus).
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El territorio que le pertenece a los pueblos indígenas, tiene una cubierta de vegetación
primaria y secundaria de 18 millones de hectáreas. El 11.3% del total del territorio de
los pueblos indígenas son áreas de pastizales y agrícolas (el 11.9%) en donde se
alberga parte de la agrobiodiversidad mesoamericana. Una parte de estos territorios
se encuentran en las cabezas de cuenca y en sólo 12,4% del país se capta el 21.69%
de toda el agua. Adicionalmente, se encuentran más del 50% de las selvas húmedas
(5,000 especies) y los bosques de niebla (3,000 especies) y el 25 % de los bosques
templados (7,000 especies). Esta correlación gruesa de especies (con base en las
estimaciones de Rzedowski, 1993) para tipos de vegetación hace patente la
importancia de estos territorios para la conservación de la biodiversidad, el aporte de
servicios ambientales y el desarrollo (Boege, 2006).
CUADRO 2 - especies domesticadas o origen en Mex-Mesoamérica- FALTA
Figura 6. Mapa de lenguas indígenas- FALTA
3. Gran parte de la diversidad biológica y cultural de México es única en el mundo y nos confiere una gran responsabilidad a nivel regional y global.
La combinación de diversidad biológica y riqueza cultural convierte a México en un
país único y destacado en el mundo. Un componente especial de esta excepcional
diversidad, es la alta proporción de las especies presentes en México que sólo existen
en nuestro país y se denominan endémicas. Aquí han evolucionado por ejemplo, unas
15,000 especies de plantas (entre el 50 y el 60% de las especies conocidas de
México hasta ahora) que son endémicas del país. Esto se traduce en que la mitad o
más de nuestra flora no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Si una de
estas especies se extingue en México desaparece del planeta.
Para algunas familias de plantas como las cactáceas, esta cifra es aun mayor, con
82.6% de las especies y variedades que se encuentran sólo en nuestro territorio.
Por lo anterior las especies endémicas son en especial importantes en relación a la
diversidad biológica y por ende prioritarias para las políticas de conservación. La
distribución de las especies endémicas tiene patrones bien definidos en el territorio
mexicano. Aunque varía para los diferentes grupos de especies, el menor número de
especies endémicas se encuentra en las regiones tropicales húmedas; una proporción
mayor en las regiones tropicales subhúmedas y una muy alta proporción en las
regiones áridas y semiáridas (Figuras 1 a 5).
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La responsabilidad de conocer, usar y conservar este patrimonio que nuestra sociedad
tiene ante sí y ante el mundo es muy grande. La riqueza y unicidad de la diversidad
biológica de México nos confiere un papel notable en muchos foros internacionales.
México creó el ‘Grupo de Países Megadiversos Afines’ el cual ya tuvo un logro
diplomático al generar un mandato de las Naciones Unidas para la negociación de
reglas vinculantes que impidan la piratería biológica.
Cuadro 3 . Número de especies que sólo se encuentran en el territorio mexicano (endémicas), y el número de especies .
Número de especies
descritas en México
Número de especies
endémicas a México
Número de especies en la
NOM -059- Semarnat-2001
VirusBacteriasProtozoarios y microalgasHongos 6,000 47Plantas 27,704 976
Algas 2,702 2Musgos y hepáticas 1,480 106 6
Helechos y afines 1,026 286 30Gimnospermas 145 87Angiospermas 22,351 13000 851
Invertebrados 67Esponjas 248Medusas y corales 169 7
Moluscos 17Equinodermos 560 2
Nematodos y helmintos
>500 46
Artrópodos ~90,000Arácnidos 5,579 3
Crustáceos 4,517 14Insectos y miriápodos 77,307
Vertebrados 1,514
Peces 2,622 347Anfibios 361 174 197Reptiles 803 368 466
Aves 1,282 125 371Mamíferos 522 169 295
1 Por error en la NOM se enlistan cinco especies de hongos dentro de plantas, de manera que la cifra oficial que se indica son 42 especies de hongos y 981 plantas
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162163164165
166167
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169
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4. La biodiversidad de México se distribuye heterogéneamente tanto en el territorio como en los mares.
México posee una gran variabilidad ecológica, resultado de una compleja topografía y
geología, muy diversos climas y microclimas, lo que produce infinidad de habitats.
Todos estos factores propician que la diversidad biológica de nuestro país no esté
homogéneamente distribuida en el territorio.
Los patrones de distribución de riqueza de especies y de concentración de especies
endémicas para diferentes grupos de organismos no son coincidentes.Lo anterior
implica que por todo el territorio y a toda escala geográfica existen variedades
genéticas, especies, fenómenos, o sistemas ecológicos únicos, útiles o científicamente
interesantes
Esto tiene consecuencias profundas para el uso y la gestión de la diversidad biológica.
5. La diversidad de la flora y la fauna silvestres mexicanas y su compleja distribución espacial, representan retos para conocerla, conservarla y usarla, pero también nos brinda oportunidades incomparables para el beneficio de la sociedad.
La gran diversidad biológica y sus complejos patrones de distribución representan
dificultades para su estudio, conservación y uso sustentable. Sin embargo, debemos
traducir la ventaja de poseer una extraordinaria biodiversidad en oportunidades para el
bienestar de la sociedad con perspectivas de mediano y largo plazo. Es inconsistente
tratar de preservar y manejar sustentablemente esta gran diversidad biológica con
unas cuantas metodologías o enfoques.
La sociedad mexicana obtiene bienes esenciales de los sistemas naturales incluyendo
alimentos, forraje, leña, madera y productos no maderables y farmacéuticos. Estos
bienes representan una parte importante y de autoconsumo de la economía. Lo que
hasta ahora ha sido poco apreciado es que los sistemas naturales también realizan
servicios fundamentales para el mantenimiento de la vida. Estos incluyen la
purificación del aire y el agua, la regulación del clima, la regeneración de la fertilidad
del suelo y la producción y mantenimiento de la biodiversidad a partir de la cual se
derivan todas las materias primas utilizadas en la industria agrícola y farmacéutica.
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Cuadro 4. Los beneficios que recibimos de los ecosistemas
PROVISIÓN REGULACIÓN Alimentos Del climaAgua dulce De inundacionesMadera y fibras EnfermedadesCombustibles Purificación del agua
SOPORTE CULTURALESReciclado de nutrientes Estéticos Formación de suelo EspiritualesProductividad primaria EducativosPolinización Recreacionales
Cotidianamente se usan cientos de especies de la flora y la fauna silvestre que
generan al país recursos. Lo extensivo del uso de las especies de México es muy poco
apreciado. Por ejemplo, la Carta Nacional Pesquera documenta la existencia de 589
especies pesqueras que se comercian en el país. Las especies maderables y no
maderables son varios cientos. Se han documentado casi 4,000 especies de plantas
medicinales, de las cuales depende la salud de un porcentaje importante de la
población principalmente el de menores recursos económicos. Las especies de valor
cinegético representan un mercado anual de muchos cientos de millones de dólares
anuales (PENDIENTE DEL ANÁLISIS QUE ESTÁ LLEVANDO A CABO LA DGVS). El
potencial biotecnológico de las especies de microorganismos, hongos, plantas y otras
especies es enorme.
Existen grandes problemas para el manejo sustentable de ecosistemas complejos y
frágiles, cuyos conjuntos de especies son muy variados, tales como las selvas
tropicales y nuestros variadísimos bosques templados, y en los mares los complejos
arrecifales. La profunda y rica experiencia indígena aporta aquí excelentes ejemplos
de la posibilidad de combinar conocimientos y prácticas tradicionales junto con
métodos y mercados modernos. Un ejemplo exitoso son las diferentes variedades de
café “amigables con la biodiversidad” que se producen en muchas regiones de
México.
La heterogeneidad espacial también implica que la conservación y la gestión se deben
realizar a varias escalas. Se requieren previsiones y acciones a nivel federal, estatal y
local para el establecimiento de áreas protegidas, para la gestión de especies
amenazadas, para el aprovechamiento de especies de valor comercial y para la
valoración, monitoreo y cobertura de los servicios ambientales. Dado lo heterogéneo
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238239240241242
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del territorio y lo dinámico de la composición y funcionamiento de los ecosistemas de
México, en el largo plazo la única forma de desarrollarnos sustentablemente implicará
el aprender a ser productivos sin destruir la naturaleza que nos rodea.
Esto permitirá a su vez que la sociedad mexicana pueda obtener los beneficios
estéticos, espirituales y económicos de la biodiversidad, al valorar los ecosistemas
naturales.
Tiende a olvidarse que la diversidad biológica no es solamente riqueza de especies.
Es también la variedad de paisajes y ecosistemas que proveen de servicios
ambientales esenciales, tales como suelos fértiles, aire limpio, flujos hídricos
saludables y regulares y, en general, un medio material sano indispensable para el
bienestar humano. México ya ha iniciado esfuerzos pioneros para valorar y pagar la
prestación de servicios ambientales, pero nos falta profundizar y consolidar estos
esfuerzos, que representan una poderosa avenida para hacer coincidir conservación
con desarrollo.
En resumen, el conocimiento que tenemos sobre la diversidad biológica pone a México
en condiciones de manejar de manera sustentable muchos de sus elementos, de
aprovechar y conservar otros de modo que los mexicanos se beneficien económica,
cultural y científicamente y de modo que esta generación cumpla la alta
responsabilidad que tiene con los mexicanos del futuro y en general con los habitantes
del planeta.
TEMA 2El patrimonio biológico de México está siendo impactado por la actividad humana. Esto ha traído como consecuencia el severo deterioro de los servicios ambientales de los cuales depende el ser humano.
6.- La transformación de los ecosistemas para obtener satisfactores sociales sin consideración del costo que esto conlleva; la sobreexplotación de los recursos naturales; las especies invasoras que afectan o desplazan a las nativas; la contaminación y el cambio climático; así como diversas combinaciones de éstos, son los factores directos del deterioro de la biodiversidad. Estos impactos tienen su origen en factores indirectos como los demográficos, los patrones y niveles de consumo, de gobernabilidad y tecnológicos.
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9
En México, como en el resto del mundo, en los últimos dos siglos, pero sobre todo en
las últimas cuatro o cinco décadas, la actividad humana se ha convertido en un factor
de modificación profunda de la naturaleza. Podría decirse que vivimos una era
especial, el Antropoceno, caracterizada por la intensa huella humana sobre los
ecosistemas que albergan a la biodiversidad (Figura 7).
El Cuadro 5 muestra comparativamente el impacto de los factores próximos sobre los
ecosistemas. Es evidente que los modos e intensidad de uso de la tierra, conducentes
a la transformación del hábitat han constituido el factor de mayor impacto sobre la
biodiversidad, en particular sobre la riqueza de especies, debido al riesgo de extinción
de especies endémicas y de poblaciones de plantas y animales. El impacto de este
factor es evidente en todos los ecosistemas del país, pero sobresalen los ecosistemas
tropicales. En los ecosistemas marinos, aunque la información es limitada para el caso
de México, la evidencia disponible a nivel global sugiere un deterioro considerable en
la actualidad y aun mayor en el futuro. Por otra parte, las especies invasoras
representan un factor de cambio menor en sistemas de alta diversidad como las selvas
húmedas, mientras que en otros, como los sistemas acuáticos y sobre todo en las
islas, son el factor predominante del cambio.
Puede preverse que, de seguir la tendencia de cambio climático antropogénico
proyectada actualmente, éste será uno de los factores directos de más impacto sobre
la biodiversidad, particularmente en los bosques templados, en especial los que
crecen en las cimas de las montañas.
La deforestación y fragmentación de los ecosistemas naturales es particularmente crítica en México. En contraste con otros países como Brasil y la
India, no contamos en el nuestro con información en tiempo real sobre cambios en la
cobertura de vegetación del territorio nacional. Incluso las estimaciones de cambio se
hacen en períodos de cinco o 10 años, con frecuencia usando información que no es
estrictamente comparable entre sí. En consecuencia no tenemos datos confiables de
la pérdida o ganancia de cobertura vegetal del país. Se calcula que en México la tasa
de deforestación entre las décadas 1970-1990, incluyendo la conversión de la
vegetación original y su reemplazo por vegetación perturbada en menor o mayor grado
(la llamada vegetación secundaria) fue de alrededor de 800,000 ha/año. Entre los
grandes tipos de vegetación de México, las selvas tropicales han sido los ecosistemas
terrestres que han sufrido las mayores transformaciones antropogénicas (Figura 8). De
su extensión original(¿), sólo el 17% de las selvas húmedas y el 26% de las selvas
secas actualmente existentes presentan un grado aceptable de conservación.
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278279280281282283284285286287288289290291292293294295296297298299300301302303304305306307308309310311312313
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Los manglares son también un ecosistema crítico, pero difícil de evaluar debido a su
distribución tan estrecha a lo largo de algunas costas, especialmente del Golfo de
México y el Mar Caribe. No obstante, la información disponible indica que las tasas
anuales de deforestación de los manglares son muy altas en algunas partes del Caribe
mexicano (12% de pérdida anual). Esto tendrá repercusiones sobre la diversidad y
abundancia de especies de importancia pesquera como el camarón y la langosta,
sobre los arrecifes que son importantes atractivos turísticos, ya que son ecosistemas
interdependientes y sobre la protección de las costas, que serán más vulnerables al
efecto de los huracanes.
El fuego ha sido un factor crítico en la transformación de los ecosistemas en México,
especialmente durante los últimos 35 años. El área quemada entre 1970 y 2005 varió
entre 200 mil y 250 mil ha/año, y el número de incendios por año fue de entre 6,250 y
7,100, con años críticos como 1988 y 1998 en los que se perdieron 518,265 y 849,632
ha de bosques, respectivamente (Figura 9). En su gran mayoría, los incendios
forestales son resultado de las quemas agrícolas mal controladas o son provocados
intencionalmente.
Una consecuencia directa de las modificaciones de la cobertura del terreno es la
erosión del suelo, sobre la cual tampoco contamos con datos fidedignos. La
información correspondiente para el año 2002 indica un monto total de 50.7 millones
de ha de terreno erosionado, cifra equivalente a casi un cuarto del territorio nacional.
Los bosques representan la zona más afectada, con 30% del área erosionada (Figura
10).
La extracción mal planeada de los recursos y en especial la tala ilegal son dos causas principales de sobreexplotación que generan daños severos a la integridad de los ecosistemas. Una gama de especies silvestres mexicanas se
exportan ilegalmente a diversos países. La extracción ilegal de plantas y animales en
el periodo de 2000 a 2004 muestra una tendencia creciente, muy marcada, que en su
año pico se aproximó a los 330,000 especimenes, con una notable sobre-
representación de las plantas, las cuales pasaron del 15% del total exportado al inicio
del periodo, al 60-70% en los últimos dos años.
Aún cuando México es un importante país pesquero, el 60% de nuestras unidades
pesqueras han alcanzado su rendimiento máximo y el 26.6% están sobreexplotadas,
por lo que prácticamente el 87% es vulnerable a decaer o no pueden crecer.
Las especies invasoras, aquellas que se establecen fuera de su área natural de distribución, cuyo establecimiento modifica los ecosistemas a los que llegan y
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348349350
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afecta a las especies nativas, provocan daños ambientales y económicos severos. Los efectos de las especies invasoras sobre nuestros ecosistemas y
especies están incipientemente documentados, lo que dificulta la estimación de su
impacto económico. El caso de los ecosistemas de agua dulce es notable, ya que el
31% de las especies de agua dulce –la mayoría de ellas peces– han sido registradas
bajo algún grado de amenaza por la norma oficial mexicana (NOM-059-SEMARNAT-
2001) debido a la invasión de especies exóticas. En otros grupos ya se han
presentado extinciones derivadas de la presencia de organismos exóticos y se
considera que este efecto ha ido en aumento, al punto de que actualmente están
involucrados en la extirpación de especies nativas en más de 100 localidades
dispersas en el país. FALTA INCLUIR LOS DATOS CORRESPONDIENTES
Los costos de los desastres en México, especialmente el efecto de ciclones y tormentas, debidos a la vulnerabilidad creada por la remoción de cobertura boscosa en áreas críticas, son considerables. Durante el periodo 1980–1999,
especialmente por el efecto de ciclones y tormentas, los costos fueron de un promedio
de 700 vidas humanas y cerca de $700 millones de dólares por año. Incluyendo los
daños directos e indirectos generados, los desastres hidrometeorológicos causaron un
total acumulado de $4,547 millones de dólares o 43.8% de los daños totales sufridos
por desastres durante este periodo. Estos mismos desastres han consumido más del
70% de los recursos del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN).
Los modelos de cambio climático global sugieren que las tendencias actuales continuarán y que estos cambios tendrán un severo impacto sobre la biodiversidad en las siguientes décadas. Si bien la aplicación local de este tipo de
modelos analíticos es difícil por su baja resolución, algunos estudios específicos para
México muestran que los climas del país serán afectados de manera diferencial
(Figura 11). En general, los ecosistemas más afectados serán los bosques, en
especial los de montaña. Los bosques de coníferas ubicados en las grandes
elevaciones, los bosques templados de las sierras y los bosques de niebla verán su
área de clima óptimo severamente reducida o incluso eliminada. Los ecosistemas
tropicales serán afectados mínimamente. Es difícil, por el momento, ilustrar los
impactos sobre la biodiversidad actual asociados al cambio climático. Su
manifestación más probable es a través de un efecto sinérgico con otros factores.
El incremento en nitrógeno y fósforo por el uso de fertilizantes artificiales ha aumentado desde 1950 y representa uno de los factores de cambio más
12
351352353354355356357358359360361
362363364365366367368369370371
372373374375376377378379380381382383384
385386387
12
importantes en los ecosistemas terrestres, dulceacuícolas y costeros y se prevé que se incremente sustancialmente en el futuro. La introducción de nutrientes a los
ecosistemas puede tener efectos benéficos (el incremento en la productividad) y
efectos adversos (la eutroficación). El uso de nitrógeno en fertilizantes sintéticos ha
sido un factor que ha incrementado la producción de alimentos en los últimos 50 años;
sin embargo ha generado impactos ambientales severos en sistemas terrestres y
marinos. Los humanos ahora introducimos al ambiente una y media veces más
nitrógeno (biológicamente disponible) que el producido por todas las vías naturales.
La contaminación por productos de la actividad industrial está presente en todos los ecosistemas del país. La contaminación de origen orgánico e inorgánico
es un importante factor de degradación de suelos, lagunas y corrientes de agua y de
deterioro para la flora y fauna terrestres y acuáticas. En el caso de estas últimas, las
concentraciones de metales pesados como el plomo y cromo que se han registrado
recientemente en regiones como el Golfo de México superan hasta en 20 órdenes de
magnitud los niveles detectados dos décadas atrás. En la especie pesquera comercial
más importante de esta región (camarón blanco), se han determinado concentraciones
promedio muy altas de plomo, cobre, y cromo. De la misma manera, las
concentraciones de metales pesados registradas en ostiones en lagunas de Tabasco
alcanzan altos niveles de plomo y cromo en algunas de ellas. Un ejemplo más se
observa en la Reserva de la Biosfera La Encrucijada, Chiapas, donde se encontraron
residuos de contaminantes orgánicos en membranas de huevos de cocodrilo con
concentraciones muy altas de Aroclor y DDT. Lo anterior indica que los compuestos
organoclorados se han dispersado en todos los ambientes, aún dentro de las áreas
naturales protegidas.
7.- La biodiversidad contenida en los ecosistemas contribuye directamente (en los servicios de provisión, regulación y culturales) e indirectamente (en los servicios de soporte) al bienestar de la sociedad mexicana incluyendo seguridad, materiales básicos para la vida y salud. El impacto antropogénico afecta la capacidad de la biodiversidad de proveer esos servicios
Dichos servicios, siguiendo la clasificación de un estudio global recientemente
concluido, el Análisis de los Ecosistemas en el Milenio (MEA por sus siglas en inglés)
se presentan en cuatro modalidades:
13
388389390391392393394395
396397398399400401402403404405406407408409410411412
413414415416417418419420421422423
13
- Servicios de soporte (p. ej. la capacidad de los ecosistemas de capturar la energía
solar y convertirla en tejido vegetal, o productividad primaria, de la cual dependemos
todos los seres vivos)
- Servicios de regulación (p. ej. el control de la erosión, control de vectores
responsables de enfermedades)
- Servicios de provisión de bienes (p. ej. alimentos, medicinas y fibras)
- Servicios culturales (p. ej. recreación, o educación a partir de la naturaleza)
Los cambios en la biodiversidad han generado beneficio económico y social pero esto
ha incurrido en costos ambientales que se manifiestan a diferentes escalas (Figura
12).
Si bien la información es limitada, la evidencia disponible para México indica un cambio notable en los servicios de provisión (alimentos, fibras, madera). Agricultura: La producción total de los principales granos y oleaginosas en México se
incrementó en un 1.1% anualmente entre 1985 y 2004, a pesar de que la superficie
cultivada per capita acusó un descenso cercano al 29% al pasar de 0.339 a 0.240
hectáreas por persona entre 1980 y 2002. Este ligero aumento en la producción en
una área menor se debe al incremento en el uso de tecnologías de producción,
incorporación considerable de fertilizantes y pesticidas, actividades con que impactan
considerablemente el ambiente. No obstante la gran biodiversidad domesticada
existente en el país, casi la mitad (49%) de la superficie cultivada se dedica a sólo tres
cultivos (maíz, fríjol y sorgo). Se reconoce que las áreas aptas para el establecimiento
de las zonas agrícolas están llegando a su límite.
Acuacultura. La oferta de alimentos a través de la acuacultura está aumentando. De
las 136 especies con potencialidad de cultivo en México, se aprovechan 57, y para 13
de ellas se tiene un dominio tecnológico que permite practicar cultivos de ciclo
completo. El crecimiento más importante es el de la producción de camarón, que pasó
de menos de 1,000 a 50,000 toneladas cosechadas por año entre 1985 y 2001.
Ganadería. De la superficie territorial del país, se utilizan 25.7 millones de ha para
fines pecuarios en el trópico (23.4% del total de la superficie nacional) la cual no
mostró crecimiento durante la década de los 80, mientras que durante la década de los
90 su crecimiento fue por debajo del 0.5% anual. El resto del país mostró una tasa
negativa desde 1980 que tiende a recuperarse sólo después del año 2000.
Recursos maderables. El potencial de producción de madera del país es enorme, con
128 millones de hectáreas de bosques, de los cuales el 75% está constituido por
bosques primarios. Sin embargo, este potencial no se utiliza y se desperdicia la
14
424425426427428429430
431432433434435436437438439440441442443444445446447448449450451452453454455456457458459460
14
madera existente en las 127,000 a 167,000 ha del total que se deforestan cada año
para abrir paso a la agricultura y la ganadería. La producción de madera en México se
ha mantenido constante en los últimos 15 años y oscila alrededor de los 10 millones
de metros cúbicos provenientes principalmente de varias especies de pino. El
resultado es que la producción nacional no es suficiente para cubrir la demanda, lo
que ocasiona un déficit comercial creciente que ascendíó a $ 1,074 millones de
dólares en 1998, y $ 3,600 millones de dólares en 2003. El 75% de la producción se
genera en sólo 5 estados, incluyendo dos de los que más diversidad biológica poseen:
Oaxaca y Michoacán.
En contraste, se estima que el volumen de producción de madera industrial no
autorizada es de alrededor de 13 millones de m3 y causa una pérdida de ingresos para
ejidos y comunidades de cerca de 4 mil millones de pesos.
Por otra parte, dada la gran diversidad biológica y cultural de México el potencial de
producción de productos forestales no maderables (PFNM) es considerable: se utilizan
alrededor de 1,000 productos no maderables (hojas, frutos, gomas, ceras, fibras,
tierra, hongos, cortezas, entre otros), los cuales se obtienen de un amplio número de
especies distribuidas en los diferentes ecosistemas presentes en el territorio nacional
incluyendo, por ejemplo, unas 5,000 variedades de plantas útiles y 215 especies de
hongos. El 20% de la población del país que habita zonas rurales, depende en mayor
o menor medida de los PFNM. La producción de PFNM ha ido en aumento, sin
embargo, el principal producto es la tierra de monte, la cual no es un producto
renovable
La disponibilidad de agua per capita promedio en México es de 4,800 m3 por habitante
por año, lo que es equivalente al promedio de Europa; sin embargo, existe gran
discrepancia entre las en las regiones hidrológicas, encontrándose alta disponibilidad
en regiones como la frontera sur y golfo- centro (con 17,254 y 10,574
m3/habitante/año, respectivamente), mientras que en las regiones Río Bravo y
Península de Baja California el valor es de alrededor de 1,500m3 y en el Valle de
México de tan sólo 188 m3 por habitante por año, lo que está por debajo del umbral de
escasez de 1,700 m3 por habitante por año. El factor grado de presión hídrica, que
mide la relación entre disponibilidad de agua (superficial y subterránea) con respecto a
su uso muestra una situación de crítica a moderada en la mayor parte del país; 83 de
los 653 acuíferos subterráneos del país presentan sobre explotación, cuatro de ellos
intrusión salina y 13 acusan ambos problemas. Los indicadores generales de calidad
del agua, muestran que el 73% de los cuerpos de agua del país están contaminados.
El 80% de las descargas de centros urbanos y el 85% de las descargas industriales se
15
461462463464465466467468469470471472473474475476477478479480481482
483484485486487488489490491492493494495496497
15
vierten directamente a los cuerpos de agua sin tratamiento previo, resultando en
acumulaciones de descargas contaminantes. Debido a la construcción de 4000 presas
y otras obras hidráulicas se ha sobrepasado la capacidad de estos ecosistemas para
procesar la descarga de residuos.
El impacto antropogénico también ha afectado los servicios culturales.La riqueza cultural, forjada a lo largo de milenios y complejos procesos de interacción
naturaleza-sociedad en México está siendo afectada por situaciones de pobreza
extrema, migraciones masivas, desestructuración de organizaciones comunitarias, y
políticas de desarrollo agrícola, económico y comercial adversas. En términos
generales, la tendencia al abandono del campo va aparejada del abandono de
percepciones del entorno natural, de costumbres de manejo y utilización de recursos y
pérdida de instituciones sociales internas a grupos rurales e indígenas, cambios todos
que desestabilizan la organización comunitaria necesaria para lograr la utilización
sustentable y la conservación de los recursos naturales. Diversos estudios muestran
cómo el conocimiento tradicional de los ecosistemas ha ido disminuyendo de mano de
la transformación masiva de los mismos, al punto que, en regiones como en Los
Tuxtlas, Veracruz, en las que se ha documentado un gran conocimiento de las plantas
y animales y sus usos, actualmente los pobladores jóvenes muestran una marcada
falta de conocimiento de su entorno natural.
8.- La modificación antropogénica de los ecosistemas para obtener un beneficio social importante conlleva siempre un costo ambiental que casi nunca es valorado.
Costos y transacciones. Si bien los cambios en la biodiversidad han generado
beneficio económico y social (ganancias personales, producción de alimentos, etc.),
estos no han sido equitativos entre diferentes sectores de la sociedad y han incurrido
en costos ambientales. La percepción de la importancia de estas transacciones en
nuestro país es extremadamente pobre. La reparación de algunos de esos costos
ambientales es previsiblemente muy alta o en ocasiones es irreversible; por ejemplo la
restauración de manglares y humedales en general, o la reversión de las 2,583
especies identificadas en la norma de especies en riesgo de extinción a una condición
libre de riesgo sin duda representan costos de una gran magnitud los cuales
desafortunadamente no han sido definidos en México. En algunos casos el daño es
irreversible, por ejemplo la extinción a nivel global conocida de 47 especies
mexicanas. Estos ejemplos reflejan un costo ambiental y de oportunidad
16
498499500501
502503504505506507508509510511512513514515516517518519520521522523524525526527528529530531532533534
16
considerables. En términos económicos se ha calculado que en México los costos
monetarios del deterioro ambiental (incluyendo los desastres naturales) son
sustantivos, con un promedio anual para el periodo 1996-2003 de aproximadamente el
10.36% del PIB.
TEMA 3Es prioritario elevar la conservación de la biodiversidad a nivel de política nacional.
9.- En la última década se han implementado diversas estrategias que han promovido la conservación de la biodiversidad. Éstas se han enfocado principalmente a la protección de ecosistemas por medio de las áreas naturales protegidas y de especies, con la definición y establecimiento de programas específicos de protección de las especies y poblaciones que se encuentran en peligro de extinción.
La estrategia de conservación de los ecosistemas con mayores avances es el manejo de las áreas naturales protegidas.
Las áreas naturales protegidas (ANP) constituyen la estrategia de política ambiental
más consolidada en México para la conservación de la biodiversidad y sus servicios
ambientales. En conjunto las ANP de México (federales, estatales y municipales)
abarcan el 9.15% del territorio terrestre nacional, el 20.8% del mar territorial, el 11.0%
de la plataforma continental y el 1.4% de la zona económica exclusiva (Figura 13).
Dado que el promedio a nivel mundial es del 11.5% bajo protección en territorio
terrestre, México se encuentra cerca de esa cifra, pero debe continuar con esfuerzos
que le permitan -al menos- alcanzar ese estándar global con los diferentes tipos de
ecosistemas.
Las 155 ANP federales constituyen la estrategia que abarca mayor cobertura
(18,639,097 ó el 7.4% de la superficie terrestre, 19.5% del mar territorial, 10.4% de la
plataforma continental y 1.3% de la zona económica exclusiva) seguidas de las
estatales (3,223,090 ha). Las ANP privadas ocupan cuando menos 300,442 ha,
seguidas de las ANP municipales (78,320 ha). Estas modalidades actualmente
representan opciones complementarias para proteger sitios de menor tamaño.
El mayor avance en cuanto a ANP en el país se presenta en el sistema federal. El 65%
de la superficie decretada cuenta con reconocimientos internacionales, como
17
535536537538
539540
541542543
544545546547548549550
551552553
554555556557558559560561562563564565566567568569570571
17
Patrimonio Mundial, Reserva de la Biosfera por el Programa del Hombre y la Biosfera
de UNESCO, o la Convención de Humedales Ramsar. Esto ha sido una
transformación importante en la última década. De acuerdo a las categorías de la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) sólo el 16.75% de la
superficie decretada a nivel federal en las ANP es una reserva estricta. En el 83.25%
está permitido el uso de los recursos naturales siempre y cuando sea sustentable. Los
decretos federales no son expropiatorios, sino que sólo regulan el uso de la tierra o del
mar. Esta situación marca la pauta para las estrategias de conservación y manejo
utilizado en las ANP, ya que en México se trabaja conjuntamente con los dueños de
las tierras, mediante programas específicos que incentivan el manejo sustentable de
los recursos naturales.
Los decretos de establecimiento de las ANP en sí mismos son insuficientes para proteger los recursos naturales en una ANP. De las 155 ANP federales, un total de
83 son atendidas por personal calificado contratado por la Comisión Nacional de Áreas
Naturales Protegidas (CONANP) y cuentan con un presupuesto anual. Esto cubre el
14,746,669 ha o el 79% de la superficie decretada a nivel federal. Las 228 personas
asignadas por la CONANP a estas áreas se complementan con otras 178 personas
financiadas con recursos privados así como personal pagado por los estados en
algunos casos (p.ej. en Cuatrociénegas, Coahuila). En promedio cada persona atiende
una superficie de 25,251 ha. De acuerdo a un análisis de 93 áreas protegidas a nivel
mundial, la presencia de personal en el campo es la variable más directamente
relacionada con la disminución en la deforestación, por lo que es vital que México
incremente su inversión en personal calificado.
Uno de los logros principales de las áreas protegidas es la reorientación de la
inversión a actividades sustentables. El personal de la CONANP en las ANP trabaja
permanentemente con los propietarios de los recursos naturales en la búsqueda
conjunta de alternativas sustentables al uso de suelo y mar. El personal de la
CONANP reúne periódicamente a los Consejos Asesores y a los representantes de los
diferentes sectores que inciden en una determinada ANP. El seguimiento a los
acuerdos de estos Consejos permite coordinar las actividades de diferentes
dependencias públicas y otros sectores en pro de la conservación de los recursos
naturales y de los habitantes de las ANP. Esto asegura que las inversiones en las ANP
no se dupliquen o se contrapongan a la conservación.
El impacto de los decretos y del trabajo del personal en la conservación de las ANP
requiere de varios años para ser evaluado. Sin embargo hay resultados preliminares
alentadores que demuestran que en las últimas tres décadas en cinco de seis ANP
18
572573574575576577578579580581582583584585586587588589590591592593594595596597598599600601602603604605606607608
18
analizadas, la tasa de deforestación es menor dentro del área protegida que en sus
alrededores (ver Figuras 14 y 15 con los datos de Calakmul como un ejemplo). Otro
resultado importante es la disminución en la superficie afectada por incendios aún
cuando el número de incendios no ha disminuido. Esto indica una rápida respuesta en
la atención a incendios por el personal que labora en las ANP, apoyado por la
información diaria sobre incendios forestales proporcionada por la CONABIO.
El presupuesto federal asignado a las ANP ha mostrado un crecimiento sustancial: de
$147 millones de pesos en 2000, paso a $433 millones de pesos en 2005. Este
compromiso público ha apoyado la constitución de un fondo privado con un patrimonio
de US$ 50 millones, cuyos intereses apoyan la operación de 21 ANP en el largo plazo.
Considerando las tasas de deforestación en el país y el presupuesto mínimo que un
ANP requiere para su conservación básica, se estima que el presupuesto federal y
privado tendrá que cuadruplicarse, cuando menos, para atender a las ANP que
representan las reservas prioritarias del patrimonio natural mexicano.
Los proyectos y programas específicos de recuperación de especies prioritarias, con la participación de gobierno, academia y sector civil deben apoyarse y consolidarse en los próximos años para evitar las amenazas e incluso la desaparición de algunas de dichas especies del territorio nacional.
Mientras que las áreas naturales protegidas preservan porciones de ecosistemas
prioritarios en el país, una segunda estrategia que ha mostrado importantes avances
es la conservación de especies prioritarias y de sus poblaciones.
En relación con la protección de especies, en los últimos 10 años ha habido avances
significativos con el fortalecimiento del marco normativo que ahora considera este
tema en la Ley General de Vida Silvestre (LGVS, publicada en el 2000), el
mejoramiento de la norma que determina a las especies en riesgo de extinción
(modificada en el 2002), la creación de los Programas de Recuperación de Especies
Prioritarias - PREP1 -instituidos en la gestión de 1994-2000 y ahora reconocidos en la
LGVS.
Sin embargo, si comparamos el número de especies que están en alguna categoría de
riesgo de extinción (2583) y aquellas que cuentan con un PREP (522) se aprecia un
déficit significativo en las especies vulnerables a la extinción que aún no cuentan con
1 La estrategia principal para la conservación de especies prioritarias es a través de los Programas de Recuperación de Especies Prioritarias (PREP) desarrollados a partir de mediados de la década de los 90. Los PREP son elaborados por grupos de expertos en las diferentes especies o grupos de especies, quienes provienen principalmente del sector académico y conservacionista. Los expertos determinan el grado de amenaza de cada especie o grupo de especies y recomiendan las tasas de extracción en caso de que las especies sean susceptibles de aprovechamiento. Actualmente existen 23 comités de expertos, que abarcan especies que incluyen desde el lobo mexicano hasta las cactáceas.
19
609610611612613614615616617618619620621622623624625626627
628629630631632633634635636637638639640641
19202122232425
26
un programa de recuperación específico, por lo cual es necesario reforzar políticas de
protección de especies. Dentro de las políticas que se deben reforzar está la
necesidad de contar con expertos en un mayor número de especies prioritarias, para
atender la creciente demanda de permisos de aprovechamiento legal y disminuir el
mercado ilegal de vida silvestre y disminuir el tráfico ilegal de vida silvestre
Las especies migratorias representan un reto particular para la conservación, dada su
dependencia de varias regiones muchas veces distantes, tales como las áreas de
veraneo, de invernación, y los corredores migratorios, o de la corresponsabilidad entre
diferentes países. Muchas de ellas, como los murciélagos dan muy diversos servicios
ambientales a los ecosistemas y a la población humana. Estos servicios incluyen la
polinización de los cultivos y diversas especies forestales, y el control de insectos que
son serias plagas o que pueden afectar la salud humana.
10.- Además de la biodiversidad natural presente en los ecosistemas de México, es esencial salvaguardar las variedades domesticadas y los ancestros silvestres de los cultivos. Éstos representan un valioso capital para opciones futuras de desarrollo económico.
México cuenta con un importante número de plantas cultivadas y sus parientes
silvestres las cuales son de gran importancia para el ser humano. Los antecesores de
estos cultivos, así como las variedades nativas, cultivadas en sistemas tradicionales
son reservorios de genes y son esenciales para la mejora de las variedades
cultivadas; estos recursos corren el riesgo de perderse si no se logra su conservación.
Esta riqueza representada por la biodiversidad domesticada y sus ancestros puede
verse afectada positiva o negativamente por los organismos genéticamente
modificados (OGM). En México se iniciaron las primeras liberaciones de organismos
genéticamente modificados (OGM) al ambiente con fines experimentales en 1988.
Desde 1999, México creó la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad, que busca
generar políticas y coordinar acciones sobre el tema entre las dependencias
competentes del gobierno. México, junto con 131 países, forma parte del Protocolo de
Cartagena establecido en el 2000, y cuyo objetivo es llegar a un nivel adecuado de
protección de la biodiversidad con base en una segura transferencia, manejo y uso de
organismos vivos modificados. Esta Ley delimita las competencias de las autoridades
en el tema, con el fin de prevenir, evitar o reducir los posibles riesgos que estas
actividades pudieran ocasionar a la salud humana, medio ambiente y a la diversidad
biológica o a la sanidad animal, vegetal y acuícola.
20
642643644645646647648649650651652653
654655656657658
659660661662663
664665666667668669670671672673674675676
27
El lento desarrollo de las capacidades en bioseguridad en nuestro país contrasta con
la rapidez con la que está creciendo la superficie de tierra ocupada en México por
cultivos transgénicos, como la soya y el algodón. Esto se refleja en el número
creciente de solicitudes de liberación que corresponde a una superficie total solicitada
(hasta octubre de 2005) de 684,569 ha.
Figura 16- Gráfica o mapa de análisis de riesgo por CONABIO
11.- Una porción importante de la biodiversidad del país no está protegida por las estrategias de conservación existentes. Ante la acelerada transformación de los ecosistemas y limitados recursos, es inaplazable extender la conservación a los sitios ya definidos como de alta importancia para la biodiversidad.
El sistema de áreas protegidas existente, aunque vital y muy importante, no garantiza
el resguardo a largo plazo de una porción representativa y viable del patrimonio
biológico del país. Las zonas críticas y de alto riesgo se distribuyen en todo el país.
En el caso de los vertebrados, por ejemplo, no todos los grupos tienen una protección
asegurada con el actual sistema de ANP. A nivel nacional, sólo están representados
en las áreas naturales protegidas entre 98 y 96% de las aves, 29% de los anfibios
endémicos, 46% de los reptiles endémicos y entre 75 y 77% de los mamíferos
endémicos.
Nuestro conocimiento a la escala del país acerca de aves y mamíferos indican que las
áreas deben ser lo suficientemente grandes para mantener poblaciones viables de las
especies a conservar, pero estudios a escalas regionales y locales resaltan la
importancia de sitios dispersos y pequeños que albergan microendemismos. Esto
último plantea el reto de diseñar ANP dividas en fragmentos y desarrollar y apoyar el
manejo de otros esquemas alternativos de conservación.
Como parte de un compromiso en el marco del Convenio sobre Diversidad Biológica
(CDB) los países han acordado llevar a cabo análisis de vacíos y omisiones en
conservación (“gap analysis”) para identificar sitios prioritarios para la conservación de
una porción representativa y viable de su biodiversidad. México ha asumido este
compromiso con seriedad y lo ha documentado con la participación del sector
gubernamental ambiental, organizaciones civiles y especialistas del sector académico.
Los estudios que en este contexto se han realizado revelan que de las 75
ecorregiones definidas para el territorio nacional, 11 no tienen ninguna área protegida
federal. De las ANP federales, la mayoría protegen únicamente las cimas de las
21
677678679680681
682683
684685686687688689
690691692693694695696697698699700701702703704705706707708709710711712713
28
montañas mientras que los paisajes por debajo de los 2,600 metros sobre el nivel del
mar cuentan con una cobertura por debajo del 10 % del total nacional (Figura 17). A su
vez, se han identificado 108 sitios y áreas prioritarias para la conservación de la
biodiversidad costera y oceánica (Figura 18). Entre los principales vacíos de
información y protección resaltaron particularmente el Pacífico Tropical y las zonas de
mar profundo.
12.- La mayor parte de los ecosistemas y en consecuencia de la biodiversidad y sus servicios ambientales por conservar, están fuera de las áreas naturales protegidas.
Las áreas naturales protegidas representan apenas una fracción pequeña del territorio
nacional y por ello tienen un potencial de conservación limitado. Existe una relación
bien establecida en las ciencias ecológicas, que vaticina que un área que corresponde
al 10% del total de un territorio, como es el caso de nuestro país, apenas albergaría,
como máximo, el 50% de las especies que ahí ocurren. Por otra parte, si bien algunos
ecosistemas tienen áreas de gran extensión (como el Vizcaíno en BCS), la mayoría de
las reservas que tienen extensiones relativamente pequeñas en relación a los
ecosistemas que representan, en adición a que muchas de nuestras ANP carecen de
programas de manejo y efectividad de conservación. Finalmente, es previsible que las
ANP sufran los efectos del cambio climático, por lo que es innegable que el destino de
una gran parte de la biodiversidad del país y sus servicios ambientales depende de lo
que podamos conservar fuera de las ANP, en terrenos con franca y significativa
presencia humana.
Si bien es innegable que esta combinación de factores ecológicos y sociales
implica que algunas especies y varias poblaciones no podrán ser conservadas en
estos paisajes dominados por la actividad humana, el potencial del manejo sustentable
y de la conservación de la biodiversidad y, sobre todo de servicios ambientales en
tales paisajes es considerable y hasta ahora ha sido poco apreciado. Un ejemplo
alentador ilustra este punto es el del Estado de Oaxaca, en donde algunas iniciativas
campesinas recientes han designado 189,000 hectáreas como terrenos comunitarios
dedicados a la conservación y uso sustentable. Estas iniciativas y la existencia de una
fracción tan significativa de la biodiversidad en terrenos campesinos, ameritan no solo
reconocimiento sino incluso compensación por sus contribuciones al ambiente y al
bienestar nacional e, incluso, global.
22
714715716717718719720721722723
724725726727728729730731732733734735736737738739740741742743744745746747748
749750
29
TEMA 4:El capital natural ofrece un potencial para el desarrollo y generación de beneficios para toda la población mexicana, a pesar de ello, las políticas de uso de la biodiversidad no han favorecido ni su conservación, ni su uso sustentable, y tampoco el bienestar social.
13.- La falta de transversalidad de las políticas públicas limita nuestra aproximación a la sustentabilidad, ya que el avance de las políticas productivas frecuentemente ocurre sin considerar la legislación y las políticas ambientales.
La política ambiental no ha logrado posicionarse entre las prioridades de la agenda
nacional. El presupuesto destinado al sector ambiental, incluyendo al agua es de 2.4
veces menor que el destinado a las actividades agropecuarias. Si se excluye de este
monto el dedicado a la Comisión Nacional del Agua, el presupuesto agropecuario es
12 veces mayor al ambiental, incluyendo el forestal, de conservación y biodiversidad,
de política regulatoria y normativa, de inspección y vigilancia, y de investigación
hidráulica (datos para 2005). La visión convencional del desarrollo social y productivo
no ha incorporado la dimensión ambiental ni el enfoque de sustentabilidad.
Es por ello que, con frecuencia, las políticas de fomento productivo suelen enfrentarse
a condicionantes que provienen de políticas ambientales, como es el caso de los
desarrollos turísticos o urbanos, y en esas circunstancias las políticas ambientales se
subordinan a las del “desarrollo”, o incluso sus leyes son violadas.
Por otra parte, la falta de mecanismos, estructuras y de espacios institucionales para
la planeación conjunta e integral de políticas públicas entre los diversos sectores,
provoca que cada uno de estos promueva acciones que en muchas ocasiones tienen
objetivos totalmente opuestos. Por ejemplo, la conservación de áreas naturales se
enfrenta cotidianamente a la expansión de la frontera agropecuaria o al fomento
pesquero; muchas áreas reforestadas se destruyen por el libre pastoreo del ganado;
los bosques con potencial forestal sufren el impacto de incendios forestales
inadecuadamente atendidos; programas de subsidio a la producción como el
PROCAMPO, promueven la deforestación para la agricultura.
Cuadro 6. Gasto agropecuario y ambiental de la Federación para 2006.
Gasto agropecuario (SAGARPA) 51, 020 Mmp
Gasto ambiental total (SEMARNAT) 21, 342 Mmp
Gasto ambiental excluyendo agua 4,270 Mmp
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30
Gasto forestal (Conafor) 1,989 Mmp
Gasto de conservación (Conanp) 0.545 Mmp
Gasto de vigilancia (Profepa) 0.767 Mmp
Gasto de agua (CNA) 15, 559 Mmp
Fuente: SHCP, Presupuesto de Egresos de la Federación 2006.
14.- Han existido distorsiones en las políticas públicas y se han instrumentado subsidios perversos que dañaron a la biodiversidad y al bienestar de los grupos poseedores de los recursos.
Por otro lado, algunos de los subsidios que constituyen la principal herramienta de
apoyo al desarrollo rural, generan importantes daños al medio ambiente y se adoptan
como una respuesta a presiones políticas de los sectores productivos. La exención de
cobro del IVA en los agroquímicos fomenta que estos se usen en exceso, generando
importantes impactos en la salud humana, en los cuerpos de agua y su biodiversidad,
en el suelo y en las plantas y animales expuestas a estos productos químicos
bioacumulables. El Procampo normal ha alentado el desmonte de áreas forestales
para demostrar el uso agrícola de los predios y muchos de los proyectos de Alianza
para el Campo se apoyan con la entrega de insumos químicos como pesticidas y
fertilizantes.
El subsidio a las tarifas de electricidad para el bombeo de aguas de riego propicia la
sobreexplotación de los acuíferos,. En los últimos 30 años se triplicó el número de
acuíferos sobreexpotados (Carabias y Landa 2006).
Asimismo, el subsidio al diesel marino con una reducción de 30% en el precio normal,
para evitar una supuesta quiebra de muchas pesquerías sobreexplotadas. Con
combustibles más baratos se pesca por más tiempo, y se cubren mayores
extensiones, lo cual lleva al exceso el esfuerzo pesquero difícil de controlar por la vía
administrativa
Reconociendo la importancia de los subsidios, estos deben estar dirigidos a quienes
realmente los necesitan de manera directa y sin distorsionar en su aplicación los
mercados que fomentan un incremento en el deterioro ambiental.
15.- La falta de criterios ecológicos en los sistemas de producción provocó graves daños a la biodiversidad, al agua, al suelo, a la salud pública y está contribuyendo a la expulsión de mexicanos del medio rural. Está
24
785786787788789790791792793794795796797798799800801802803804805806807808809810811
812813814815
31
demostrado que estas prácticas no son sostenibles social, económica, ni ecológicamente.
Las prácticas productivas en las actividades agrícolas, ganaderas, forestales y
pesqueras que se han fomentado en las últimas siete décadas han buscado maximizar
el beneficio monetario individual sin atender el daño generado en el medio ambiente y
sin considerar la permanencia de la producción en el tiempo, ni sus implicaciones
sociales.
La ampliación de la frontera agropecuaria sustituyó extensas áreas de potencial
forestal y deforestó las selvas tropicales; el uso indiscriminado de agroquímicos ha
contaminado suelos y cuerpos de agua y afecta a la salud humana, así como a la flora
y fauna; el uso inapropiado de las semillas mejoradas resultó en algunos sitios en la
sustitución de variedades nativas mas adaptadas a las condiciones locales; de los
645 acuíferos 102 están sobreexplotados (CNA 2005); el 45% del suelo del país
presenta algún nivel de degradación por erosión de las cuales el 5% presentan un
deterioro extremo o severo (Semarnat 2005); el uso del fuego en las actividades
agropecuarias elimina la capa orgánica del suelo y es la causa del 48% de los
incendios forestales se ha convertido en el principal generador de los incendios
forestales (Semarnat 2005).
La ganadería extensiva en las zonas áridas y semiáridas ha alterado el 70% de los
matorrales y el 95% de los pastizales naturales (Semarnat 2005); ha provocado
además la eliminación de especies nativas de alto valor forrajero, fomentado la
dominancia de flora invasora y flora no palatable por el ganado y la compactación del
suelo lo que reduce su capacidad de captación de agua.
En el caso de la pesca, el uso de artes de pesca no selectivas o que dañan a los
ecosistemas, provoca la captura de fauna de acompañamiento (que en ocasiones
llega a registrar proporciones de diez partes por una de la especie objetivo). Otras
actividades que han destruido o desperdiciado los recursos marinos son: el descarte
de las especies sin valor comercial, el impacto de los barcos arrastreros sobre las
comunidades del fondo del mar, las alteraciones sobre especies nativas causadas por
la introducción y translocación de especies exóticas para la acuacultura, y el deterioro
de sus ecosistemas. En 1997 se alcanzó el máximo histórico de captura por
1,570,000 toneladas, y actualmente es de alrededor de 1,400,000 toneladas; sin
embargo de las principales pesquerías marinas 15 (22.5%) se encuentran en franco
deterioro, 45 (63.3%) están aprovechadas al máximo nivel y solo 11 (14.2%) tienen
potencial de desarrollo (Carta Nacional Pesquera 2004). No solamente la sobre-pesca
ha afectado a las poblaciones de diversas especies, sino que la contaminación y la
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816817
818819820821822823824825826827828829830831832833834835836837838839840841842843844845846847848849850851852
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alteración física de los ecosistemas acuáticos es uno de los principales factores en
este deterioro.
Al tiempo que el deterioro ambiental ha ido avanzando, el campo también se
descapitalizó. Las reformas y programas institucionales de 1992 pretendieron dar un
mayor impulso al campo, lo cual no ocurrió. Millones de campesinos han migrado a
nuestras ciudades o a Estados Unidos. Se estima que el 44% de los ingresos de la
población rural proviene de fuentes no agropecuarias y que en 506 municipios de
pobreza extrema existen francos procesos de desertificación (citas..).
Figura 19. Gráfica de abatimiento de pesquerías
Cuadro 7. emigración del campo.
Cuadro 8. descapitalización del campo.
16.- Las concesiones a terceros para el usufructo de la biodiversidad terrestre y no a los dueños legales poseedores (comunidades, ejidos o individuos), no favorecieron durante décadas ni la conservación de la biodiversidad ni el bienestar social.
El 80% de la superficie forestal nacional es de propiedad ejidal y comunal. Los
habitantes de estas zonas, son, en consecuencia, los dueños de una importante
riqueza forestal; a pesar de ello, viven en condiciones de pobreza debido a que
históricamente la explotación maderera fue concesionada a empresas privadas y
paraestatales, dejando a los ejidatarios o comuneros con solo un pago de renta y a los
bosques en condiciones de deterioro productivo.
Entre 1941 y 1960 se establecieron 11 concesiones forestales particulares en el DF,
Quintana Roo, Oaxaca, Guerrero y Chihuahua. En 1970 se reemplazaron estas
concesiones por empresas paraestatales. Aunque se extrajeron vastos volúmenes de
madera durante este periodo, los beneficios económicos para los propietarios de los
bosques fueron mínimos y la reinversión en el sector forestal para mejorar el manejo y
restaurar las afectaciones fue nula. Además, la ineficiencia de la industria forestal
nacional, su baja capacidad competitiva y los bajos costos de los productos de
importación ha generado una balanza comercial negativa, que ha demandado
anualmente una importación de cerca del 40% de la necesidad nacional de madera y
celulosa con un costo de mas de 4,000 millones de dólares anuales (De la Mora,
2005, Figura 20).
Por su parte el aprovechamiento legal de la fauna silvestre se limitó por largo tiempo a
la actividad cinegética. Los permisos de cacería, regulados desde 1952 y hasta el
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853854855856857858859860861862863
864865866867868
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887888889
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2000 mediante a la Ley de Caza, otorgaban a intermediarios (ya sea privados u
organizaciones de cazadores) el usufructo de la fauna que no les pertenecía. El
resultado fue que los dueños de la tierra, al no obtener ningún beneficio económico por
conservar los ecosistemas, los transformaron a actividades agropecuarias.
Las pesquerías han sido afectadas por varios problemas: 1) la estrategia de otorgar
concesiones y permisos de pesca sin darles el seguimiento requerido, 2) la absorción
de la mano de obra desempleada en el agro y 3) adicionalmente la insuficiente
vigilancia y como consecuencia el libre acceso a los recursos . PENDIENTE
Todo ello ha resultado en la falta de compromiso de los pescadores para la
conservación de los recursos pesqueros, lo cual originó el uso de artes de pescas
poco selectivas y dañinas para el medio ambiente, el incremento desmedido del
esfuerzo pesquero a niveles no sustentables, que desembocaron en la
sobreexplotación y agotamiento de los recursos.
Figura 21. Gráfica de permisos y beneficios económicos a los cazadores - FALTA.
17.- El conocimiento tradicional sobre el uso de la biodiversidad es vasto entre las comunidades indígenas; sin embargo, la falta de valoración económica de las especies útiles y la ausencia de mercados diversificados limita el desarrollo económico de ejidos y comunidades rurales e indígenas a partir de sus propios recursos naturales.
Los estudios etnobiológicos demuestran que entre cinco y siete mil especies de la
biodiversidad mexicana son utilizadas para diversos fines -de autoconsumo,
comerciales, industriales, recreativos, religiosos - (Caballero et al…Avila …). Las
comunidades indígenas son quienes mayor conocimiento tienen sobre los usos de la
biodiversidad. Desde luego muchas de esas especies tienen usos muy especificos y/
muy locales y consecuentemente su valor monetario es virtualmente inexistente. Sin
embargo, un buen número de dichas especies si pueden tener un significado
económico mucho mayor pero no lo alcanzan por la inexistencia de mercados
regionales, nacionales e incluso internacionales.
Los mercados existentes para los componentes de la biodiversidad cubren a un
número reducido de especies, en relación al número potencial de especies que los
justificarían. En adición a lo anterior, los mercados existentes están caracterizados por
el dominio de terceras personas no vinculadas a la propiedad de los recursos, salvo
algunas excepciones que se tratan en el punto 16. Un ejemplo de las constricciones de
mercado lo constituye la producción maderable basada en las especies de pinos, el
cual constituye el 80% del volumen y el valor de la producción (ajustar cifras), lo que
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890891892893894895896897898899900901902903
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reduce la atención a la comercialización de numerosas otras especies, en particular
tropicales, con la excepción de la caoba y el cedro.
Otras especies no maderables de alto valor comercial están vinculadas a la medicina,
a la elaboración de textiles, cosméticos, plantas de ornato, o productos industriales
como gomas y resinas. Aunque pocas de estas especies pueden ser consideradas
como productos de comercialización internacional, muchas de ellas tienen valores
relativamente altos en el contexto regional o local y el desarrollo de marcados
adecuados a ellos pueden incrementar el valor agregado de la conservación y uso
sustentable de los ecosistemas en los que se presentan, para generar una variante de
fuentes de ingreso a los poseedores de los recursos.
El manejo sustentable de los recursos, que usualmente está basado en el uso
intensivo de fuerza de trabajo (como tareas de deshierbe a mano o
desparasitaciones), rendimientos relativamente menores (por no usar fertilizantes y
otros insumos químicos) etc., implica limitaciones que, si no son entendidas y
valoradas adecuadamente por los mercados dificultan su aplicación.
El desarrollo de tecnologías agroecológicas o silvopastoriles requiere de una asesoría
y asistencia técnica permanente y bien informada, que las instituciones
gubernamentales y de crédito desconocen y no tienen la capacidad para apoyar a los
pequeños productores del campo mexicano
Por otro lado, el acceso y mercado de los recursos genéticos no esta regulado aún en
el país y aunque significa un gran potencial, deben prevenirse los riesgos de perder los
controles nacionales y garantizar que los beneficios redunden en beneficios a los
poseedores legales de la biodiversidad. SE SOLICITA A JORGE LARSON CORREGIRLO
DURANTE EL PROCESO DE REVISIÓN DE LOS ARC
Los costos de certificación de productos orgánicos o sustentables son usualmente
altos para los productores campesinos y el acceso a mercados alternativos requiere
cierto nivel y escala de producción que solo puede obtenerse si los productores se
organizan. Se ha carecido de una política agropecuaria que apoye a la organización
productiva con estas características, además de que no existen estímulos económicos
ni fiscales para promover este tipo de productos.
Los mercados que consumen productos orgánicos y sustentables se encuentran bien
desarrollados en Norteamérica, Europa y algunos países de Asia. Existen sectores
crecientes de la sociedad mexicana que tienen capacidad e interés por adquirir
productos agropecuarios orgánicos que provengan de pequeñas organizaciones de
productores. Sin embargo estos nichos de mercado no han sido alentados por las
instituciones gubernamentales relacionadas con el ramo, ni promovidos debidamente
por los productores.
28
927928929930931932933934935936937938939940941942943944945946947948949950951952953954955956957958959960961962963
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Estos recursos y sistemas de producción, junto con los demás servicios ambientales
que brindan los ecosistemas como son la regulación del ciclo hidrológico y de
nutrientes y del clima, la generación y protección del suelo, la polinización, entre otros
no están adecuadamente valorados.
Figura 22. Grafica valor no maderables en el PIB - FALTA
18-. Los patrones de consumo, sobre todo de la población urbana, han establecido una creciente demanda por productos cuyos sistemas productivos no son sustentables.
Las formas de ocupación y uso del territorio nacional, el crecimiento permanente del
consumo per capita asociado a la producción primaria, y sus repercusiones por la
generación de desechos, contaminantes y otros impactos, siguen marcando las
presiones estructurales asociadas a la pérdida de biodiversidad en México.
El crecimiento demográfico hasta su estabilización hacia la cuarta década del presente
siglo ocurrirá casi en su totalidad en las ciudades. Consecuentemente, el impacto de la
población sobre el uso de los recursos tendrá marcadamente los patrones y niveles
de demanda que caracterizan a las poblaciones urbanas, entre ellas que la demanda
no será proporcional al incremento en población, sino que deberá esperarse un
impacto mayor debido al incremento de la demanda per capita
Hasta los primeros años de la presente década continuaba el proceso de dispersión
demográfica en localidades pequeñas, aún cuando la proporción de población rural se
mantuviera a la baja. Este proceso se encuentra aún asociado a los cambios de uso
de suelo y a la agricultura itinerante, y no tanto al abastecimiento de la demanda de los
centros urbanos, que se viene cubriendo cada vez más con bienes de consumo
importados o gracias a los incrementos de la productividad de los sistemas
agropecuarios de mayor escala. De ahí que el hato ganadero y la superficie agrícola
se encuentren estabilizados, aunque sus impactos ambientales continúen, por ejemplo
a través del uso de agroquímicos, de descargas residuales o del propio uso extensivo
del agua de riego.
Sin embargo, otros efectos directos e indirectos del consumo en general o de los
patrones de ocupación territorial se mantienen a la alza, como el incremento en el uso
de leña, el aprovechamiento de tierras de monte, el poblamiento de zonas costeras o
su ocupación intensiva para servicios turísticos, el incremento de la presión en
recursos hídricos, entre otros.
FIGURA 23. LÁMINA DE LEÑA Y BOSQUE DE MONTE QUE ENVIARÁ PROVENCIO
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Dados los niveles de rezago que en el consumo básico tiene al menos la mitad de la
población mexicana, el incremento deseable del ingreso y su mejor distribución para la
superación de la pobreza se traduciría con toda seguridad en una demanda creciente
de energía, agua, alimentos, materias primas, producción pesquera y otros bienes y
servicios ambientales, lo que obligará a mejorar la eficiencia productiva y los patrones
de uso de suelo, y a reducir la intensidad de los impactos sobre los ecosistemas. El
incremento esperado de alrededor de entre 25 y 30 millones de habitantes más hacia
mediados del presente siglo, multiplicado por el efecto ingreso-consumo que incluso
es deseable para el bienestar humano, deberán ser compensados por un esfuerzo de
control de los impactos del desarrollo para que ello no se traduzca proporcionalmente
en más afectaciones irreversibles a los ecosistemas.
TEMA 5En la última década se han desarrollado políticas públicas de uso de la biodiversidad que, basadas en criterios ecológicos, han permitido mejorar la conservación de sus recursos y ayudar al bienestar social; aun así, requieren reforzarse y promoverse más activamente.
19.- El manejo sustentable, tanto forestal como de la vida silvestre, directamente por los dueños de la tierra, ha demostrado que, en ciertas circunstancias, puede contribuir significativamente a mejorar la economía local, regional y nacional, el bienestar social y la conservación de la biodiversidad.
La Ley Forestal de 1986 dio por concluidas las concesiones a terceros dando a las
comunidades el derecho a manejar sus bosques, lo cual constituyó las primeras bases
del manejo forestal comunitario. Fue hasta 1995, con la creación de la Semarnap
primero y después con la Semarnat, que se apoyó a los dueños.
Al menos cinco condiciones básicas son necesarias para el crecimiento sustentable de
la actividad forestal:
la organización comunitaria que permita las decisiones colectivas sobre
el uso de la tierra y los beneficios equitativos;
los programas de fomento productivo sustentables;
los programas de manejo que fijan las bases de la renovabilidad de los
recursos naturales;
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los apoyos económicos para capitalizar a las comunidades;
los mercados consolidados, legales y transparentes.
Los programas de fomento productivo dirigidos a las comunidades campesinas e
indígenas son: el Programa de Desarrollo Forestal (Prodefor), Programa de
Conservación y Manejo Forestal (Procymaf), el Programa de Conservación Indígena
de Biodiversidad (Coinbio) y el de Plantaciones Comerciales (Prodeplan). Estos
programas cuentan con alrededor de 2 mil millones de pesos, y han generado empleo
e incrementado los ingresos en la población y han ayudado a consolidar a numerosas
organizaciones sociales locales, regionales y nacionales (más de 200), sobre todo en
Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Jalisco, Durango y Quintana Roo.
Existen muchas posibilidades de crecimiento en la actividad forestal sustentable, si se
consolidan estas tendencias. El Inventario Nacional Forestal (2000) reconoce que 21
millones de hectáreas tienen potencial de extracción maderable, de los cuales sólo 8.6
millones están bajo manejo forestal, con una producción de entre 6.5 y 8 millones de
m3 anuales concentrada principalmente en el aprovechamiento de las especies de
pinos.
En México se estima que existen 905 comunidades y ejidos que realizan actividades
de manejo forestal, de las cuales la tercera parte (323) cuentan con sus propias
empresas forestales que les permiten obtener empleo e ingreso directo (Anta, 2005).
De este total, cerca de 50 ejidos y comunidades cuentan con un certificado por su
buen manejo forestal de acuerdo a los estándares ambientales, sociales y económicos
del Forest Stewardship Council (FSC) y que incluyen cerca de 800 mil ha, lo cual a su
vez representa el 10% de la superficie bajo manejo forestal autorizada en México
(Anta, 2004). En Oaxaca por ejemplo se estima que de la producción forestal
maderable que se aprovecha, se obtienen cerca de 400 millones de pesos anuales y
se generan al menos 30 mil empleos directos en comunidades y ejidos (Anta y col.,
2000).Figura 24.
En cuanto a los aprovechamientos de la fauna silvestre, fue a partir de 1996 que los
permisos a intermediarios fueron suspendidos y solo se otorgaron a los dueños de la
tierra (ejidatarios, comuneros o individuos) o titulares de los derechos de propiedad,
situación que se legalizó en 2000 en la Ley General de Vida Silvestre bajo la figura de
Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA).
Las UMA extensivas tienen por objetivo que los legítimos poseedores o legalmente
autorizados para la explotación de los predios bajo manejo, obtengan mayores
beneficios económicos por la diversificación de sus actividades productivas, además
de fomentar la preservación de la biodiversidad. Este enfoque facilita la conservación
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de hábitat para la vida silvestre y en consecuencia protegería las especies en riesgo o
en peligro de extinción, al tiempo que contribuye a generar divisas y nuevas fuentes de
empleo ligado a la protección y conservación de los ecosistemas. Las UMA extensivas
basadas en las especies nativas, son un proceso de valorización de los elementos
derivados de la biodiversidad mexicana.
La superficie nacional regulada por UMA es de 23.54 millones de has (11.98% de
territorio nacional en 6 589 UMA registradas). Se han establecido en todos los
ecosistemas mexicanos aunque ha sido en el norte en donde se han concentrado
más. El impacto económico generado por la actividad cinegética en Baja California,
Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas es de alrededor de 2 900
millones de pesos anuales. Además, durante el 2002 se generaron alrededor de 31
638 empleos directos. En la actualidad existen mercados formalmente establecidos y
bastante diversificados, tanto nacionales como internacionales. Estos mercados están
vinculados a las actividades cinegéticas o de cacería, a la pesca deportiva, al
comercio en pie de cría y de mascotas, los zoológicos y espectáculos, museos
naturales, colecciones, fotografía y ecoturismo, entre otros. Se estima que las UMA
podrían llegar a generar hasta 10 mil millones dólares anuales dentro de 20 años si se
consolidan las tendencias actuales.LO ESTÁ ELABORANDO LA DIRECCION DE
VIDA SILVETRE. QUEDA PENDIENTE
No obstante los avances de estos instrumentos y programas es necesario fortalecer
las capacidades técnicas y financieras para extenderlos con todo su potencial y
abarcar todas las regiones del país, así como consolidar mercados adecuados que
beneficien a los productores directamente. La liga de estas formas de manejo
sustentable con beneficios económicos a la del desarrollo de mercados para productos
forestales no maderables, pagos por servicios ecosistémicos, ecoturismo, etc., es una
que se sugiere como obvia para consolidar estos procesos de manejo y conservación
con alicientes económicos para los dueños de los recursos.
20.- El uso tradicional de la biodiversidad por algunas comunidades indígenas y campesinas se ha ido adecuado y fortaleciendo con el apoyo de tecnologías modernas para mejorar las condiciones económicas de sus comunidades, así como mantener las especies que se manejan a la vez que protegen y restauran los ecosistemas.
Las comunidades campesinas e indígenas por siglos han hecho, en muchos casos, un
uso diversificado de su biodiversidad mediante tecnologías tradicionales adaptadas a
las condiciones ambientales. Sin embargo, ante los cambios de la relación de estas
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comunidades con el resto de la economía nacional, la inserción de sus habitantes en
actividades productivas asalariadas, no vinculadas a la producción rural y del fomento
productivo de programas gubernamentales mediante tecnologías intensivas, las
tradiciones se han ido perdiendo en las recientes generaciones. No obstante, ha sido
interesante como algunas comunidades han sabido adaptarse a las nuevas
condiciones aprovechando la ventajas que les ofrece la tecnología moderna y
fusionándola con la tradicional.
En nuestro país existen varios ejemplos de ello, que incluso se han podido articular en
procesos de organización e intercambios de aprendizaje. Este es el caso de los
productores de pita, magueyes mezcaleros, copales, agua de manantial y maíces
criollos entre otros que forman parte del Programa de Recursos Biológicos Colectivos
de la CONABIO, donde diversas comunidades y organizaciones de la sociedad civil
promueven el aprovechamiento de estos recursos tomando como base estudios
biológicos, socioeconómicos y tecnológicos para desarrollar mejores procesos de
manejo, agregar valor y comercializar los productos transformados a través de marcas
colectivas, denominación de origen y empresas integradoras (Larson y Neyra 2004).
Algunas otras experiencias exitosas, que aunque su enfoque principal es el uso de
recurso forestal maderable, también incorporan la producción de los productos no
maderables. Entre ellos podemos mencionar el caso de las Empresas Forestales
Comunales como San Juan Nuevo, Mich; Ixtlán, San Pedro El Alto y la UZACHI en
Oaxaca; Noh Bec en Quintana Roo; y Pueblo Nuevo y San Bernardino de Milpillas en
Durango que se caracterizan por ser comunidades y ejidos forestales certificados por
su buen manejo del bosque; que se administran bajo procesos empresariales y
lineamientos comunitarios y que tienen un relativo éxito comercial en la venta de su
madera procesada en aserrío o en algunos casos en productos de valor agregado
como muebles, puertas y molduras.
Este modelo de empresa forestal comunal les ha permitido diversificar su producción
forestal ya que aprovechan productos forestales no maderables, desarrollan proyectos
de manejo de vida silvestre, ecoturismo, y han establecido áreas comunitarias o
ejidales para la conservación de su biodiversidad. Los beneficios económicos que
obtienen de sus empresas forestales comunales se distribuyen equitativamente entre
sus comunidades y ejidos al generar empleo e ingresos que se destinan a obras de
beneficio social como caminos, escuelas, centros de salud, seguridad médica,
reinversiones hacia el bosque o a nuevas empresas productivas (Bray y col. 2005).
Figura 25.
Recuadro 1. Experiencias hacia la sustentabilidad.
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1111111211131114111511161117111811191120112111221123112411251126112711281129113011311132113311341135113611371138113911401141114211431144114511461147
40
La Red de Aprendizaje e Intercambio para la Sistematización de Experiencias Hacia la
Sustentabilidad (RAISES) integrada por OSC y personas que trabajan con
comunidades y organizaciones de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guanajuato, Guerrero
y Michoacán en proyectos de manejo y comercialización de productos forestales no
maderables como la pita, la palma camedor, hongos silvestres, el orégano, el mamey,
la miel, algunas especies de cícadas, agaves mezcaleros silvestres; y algunas
especies de árboles tropicales para la elaboración de diversas artesanías como los
alebrijes (Figura 26).
El Consorcio Chiclero Quintana Roo y Campeche, así como la Cooperativa Tosepan
Titataniske en Puebla son también dos importantes ejemplos de organizaciones
indígenas que aprovechan el conocimiento tradicional del manejo de especies como el
chicle y la pimienta gorda respectivamente, y que han podido desarrollar procesos de
buen manejo de sus recursos naturales (en selvas y cafetales respectivamente),
estableciendo mecanismos de acopio, transformación y comercialización en mercados
internacionales, como lo es Japón para el chicle y Alemania para la pimienta, y
logrando además mejores precios, mayor ingreso y mecanismos de seguridad social
para sus socios.
En todos los casos señalados el conocimiento tradicional se ha ido enriqueciendo con
mayor información ecológica para guiar el manejo sostenible de las especies
aprovechadas, se han desarrollado también procesos de transformación de las
materias primas para agregar valor, se han diseñado esquemas y mecanismos
organizativos para la producción, acopio y comercialización de estos productos tanto
en mercados nacionales como internacionales; y se han promovido también esquemas
de certificación, etiquetado, marcas o denominaciones que dan identidad y valor
social, ambiental y comercial a los productos que se aprovechan en una gran cantidad
de comunidades.
21.- Los enfoques sectoriales aislados en la gestión de los recursos pesqueros y el desarrollo tecnológico de los métodos y artes de captura, los precios bajos pagados a los productores, así como las distorsiones en el mercado, provocaron el abatimiento de los recursos así como el deterioro de la calidad de sus ecosistemas; esto ha generado la necesidad de una visión integral en las estrategias de aprovechamiento.
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1184
41
En el sector pesquero se ha buscado el ordenamiento y ejercicio responsable de las
actividades de aprovechamiento.
Desde 1995, se ha impulsado una política orientada al manejo integral de recursos y
en el año 2000 se desarrollaron documentos técnicos actualizables que proporcionan
elementos de gestión, orientación y planeación para la conservación y el
aprovechamiento de los recursos acuáticos mexicanos más importantes, que
constituyen un instrumento para el aprovechamiento integral y sustentable de los
recursos pesqueros de la Nación. Uno de ellos, la Carta Nacional Pesquera, define el
esfuerzo pesquero permisible y la mejor estrategia de manejo y conservación
propuesta para cada recurso, así como, también para el cuidado de los ecosistemas
acuáticos y en los planes de recuperación de ciertas pesquerías (Citas pendientes).
Asimismo se han actualizado los inventarios del esfuerzo pesquero tanto artesanal
como industrial y se hacen esfuerzos para ajustar los niveles de los mismos de
acuerdo con el programa de ordenamiento pesquero.
El seguimiento del Código de Conducta para la Pesca Responsable de FAO junto con
otros instrumentos e iniciativas internacionales ha permitido una evolución en la
administración pesquera en México.
Asimismo se deben de reconocer esfuerzos de algunos grupos de pescadores que
han estado en busca de la certificación sus pesquerías, para obtener un valor
agregado por el cuidado de las mismas. Destaca la certificación de cooperativas
pesqueras de langosta, así como las auto-vedas de los abuloneros en la península de
Baja California. (Citas pendientes).
22.- La actividad agrícola moderna aumentó en muchos casos la productividad de alimentos, pero provocó un importante deterioro ambiental. Es indispensable revalorar los costos y beneficios de esta agricultura a la luz de otras opciones de producción de alimentos.
El crecimiento agrícola a partir de los años cuarenta fue muy acelerado. Se aplicaron
altas inversiones privadas y estatales para la construcción de 1200 presas,
infraestructura de riego, almacenamiento y transporte, para la modernización de la
agricultura con maquinaria, agroquímicos, riego y semilla mejorado, lo cual permitió el
aumento de los rendimientos y un crecimiento anual del 7.4% durante esa década,
aunque solo en beneficio de una pequeña proporción de la población rural en México.
Sin embargo, el costo ambiental de esta actividad, medio siglo después, ha sido muy
alto y ha puesto en cuestionamiento la viabilidad de esta forma de producir alimentos y
otros productos naturales en el largo plazo.
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Las características de diversidad biológica y cultural del país determinan,
inescapablemente, que se requiere también de una diversidad de enfoques a la
producción agrícola, pecuaria y forestal en México. Tenemos que acabar de aceptar
que no existe una sola forma de resolver los problemas de producción agrícola a lo
largo y ancho de México, Que tenemos que considerar una gama de opciones de
producción que va desde la aplicación de técnicas tradicionales responsables hasta
tecnologías modernas responsables con el medio ambiente y de reducido impacto
ecológico, y que incluyen agricultura orgánica, hidroponía, uso de cultivares
transgénicos, etc.
El reto más grande de la producción de alimentos en México para las siguientes cuatro
o cinco décadas es como aproximarnos rápida y consistentemente al desarrollo de
diferentes tecnologías agrícolas y pecuarias que sean sustentables.
Por otro lado, existe un creciente sector de consumidores, sobre todo en el mercado
internacional, que buscan proteger su salud y prefieren consumir productos más
sanos, libres de residuos químicos y de modificaciones genéticas, que provengan de
sistemas productivos que no degradan al ambiente y que respetan los valores
culturales de sus productores.
La agricultura orgánica es una opción sustentable económica, social y
ambientalmente. México se ubica entre los 15 mayores productores de agricultura
orgánica. A principios de 2004 se desarrollaba en mas de 400 000 hectáreas
involucrando a mas de 100 000 productores (Escamilla, 2005). Las exportaciones
llegan a ser mayores a 200 millones de dólares anuales El 85% de esta producción se
exporta ya que el mercado nacional es muy reducido. El 98% de esta agricultura la
realizan pequeños productores que cultivan 2 ha promedio. Aunque el mercado
nacional es muy reducido tiene un gran potencial de crecimiento sobre todo en la
medida que los consumidores vayan siendo más conscientes y estrictos con la calidad
de los productos y comprometidos con la sustentabilidad.
23.- La ganadería ha sido la causa última del cambio de uso de suelo que además impide su reversión a los ecosistemas naturales. A pesar de algunas experiencias aisladas para mejorar estas prácticas, se ha avanzado muy poco en alcanzar una ganadería sustentable.
A partir de la mitad de la década de los años sesenta la inversión privada y pública del
sector agrícola se transfirió a la ganadería debido al dinamismo del mercado de
cárnicos por la demanda de las ciudades en crecimiento. Se generaron durante esa
década y la siguiente las mayores deforestaciones masivas de las selvas del trópico
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húmedo como fueron el Plan Chontalpa, Balancán – Tenosique (Tudela, y col. 1989) y
Uxpanapa (Ewell y Poleman, 1980) . Esta actividad ha quedado estancada
tecnológicamente y solo ha crecido basada en la expansión de la frontera ganadera.
Además ha sido por lo general muy poco productiva y en la actualidad no es
competitiva ante la apertura del mercado.
El modelo económico de apertura comercial marcó el quiebre en la expansión
ganadera al cancelarse los permisos de importación y permitirse la compra libre de
carne, procedente en su mayoría de los Estados Unidos. En el cuadro I se consigna el
peso que las importaciones van teniendo sobre el consumo. La ganadería bovina de
carne a diez años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha tenido
períodos muy críticos caracterizados por la disminución del hato ganadero; pérdida de
dinamismo en la producción de carne vacuna con relación a otros tipos de carne como
la de ave; cierre de rastros y dificultades financieras que llevaron a la descapitalización
de los productores (Chauvet, 1999; Cavalotti, 2002).
Los años en que se ha visto una recuperación de la actividad coinciden con factores
exógenos que frenan las importaciones, tales como el tipo de cambio consecuencia de
la devaluación del peso en 1994 o el cierre de la frontera, en los dos últimos años,
para animales mayores de 30 meses o cortes con hueso por motivo de la
encefalopatía espongiforme bovina (EEB).
El destino de la producción de carne bovina es la exportación de becerros a los
Estados Unidos y la engorda de ganado para el abasto interno. El modelo económico
de apertura comercial marcó el quiebre en la expansión ganadera al cancelarse los
permisos de importación y permitirse la compra libre de carne, procedente en su
mayoría de los Estados Unidos. En el cuadro siguiente se consigna el peso que las
importaciones van teniendo sobre el consumo (Chauvet, 2005).
Cuadro 9. Producción, importación y consumo de productos pecuarios (1994 –
2003) en México.
(Miles de toneladas)
Producto 1994 2002 2003 2004
Carne en Canal 1
Producción 3 363 4 548 4 695 4 818
Importación 541 1 179 1 281 647
Consumo aparente 3 796 5 507 5 659 5 054
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Importación/consumo 14.27 21.42 22.64 12.82
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Leche de bovino 2
Producción 7 320 9 658 9 784 9 873
Importación3 4 064 5 114 5 341 6 036
Consumo aparente 11 309 14 715 15 022 15 792
%
Importación/consumo 35.9 34.8 35.6 38.2
1/ Incluye carne de bovino, porcino y aves.
2/ Millones de litros.
3/ Corresponde a leche y productos lácteos en litros equivalentes.
Fuente: SAGARPA y CNG Información económica pecuaria.
Las alternativas tecnológicas están casi circunscritas a experimentos piloto de
reducido alcance. Existen algunos ejemplos de ganadería diversificada y de sistemas
agrosilvopastoriles que incluyen las actividades de pastoreo en espacios con árboles y
arbustos y no utilizan fuego. Sin embargo, se carece de una política sectorial enfocada
a su promoción. El mercado de una ganadería responsable, ambientalmente
sostenible y socialmente justa, aún es muy incipiente. En México y en otras partes del
mundo ha iniciado un mercado de ganadería orgánica para la venta de productos
lácteos.
PROCESOS SILVOPASTORILES EN CHIMALAPAS
En San Miguel Chimalapa,Oax. la CONANP ha venido impulsando un proceso de
desarrollo silvopastoril con ganaderos de varias congregaciones de este municipio,
principalmente con el Ejido “El Porvenir”. El modelo de ganadería alternativa
incluye el establecimiento de cercos eléctricos, siembra de leguminosas (Leucaena
sp) para generar forraje a través de las hojas y vainas; rotación de potreros,
construcción de abrevaderos, siembra de zacates de corte, y atención sanitaria.
Con este modelo se ha evitado el uso del fuego para promover el rebrote de los
pastos y con ello se elimina una de las principales causas de incendios forestales
en la región; se ha disminuido también la superficie necesaria para el
mantenimiento del ganado y con ello se evita desmontar las selvas secas de esta
comunidad, y se intensifica la producción obteniendo mayores rendimientos y
productividad de carne y leche (Figura 27).
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24.- El ecoturismo constituye una oportunidad para lograr la conciliación entre la conservación de áreas naturales prístinas y las necesidades económicas y sociales de la población que las habita.
El turismo es la una de las industrias más importantes en el mundo y se considera que
en el presente siglo será el líder en cuanto al intercambio comercial mundial. Según
datos de la Organización Mundial de Turismo (OMT), en el período 1993-1995 el
crecimiento medio de los ingresos por turismo internacional superó el de las
exportaciones mundiales de servicios comerciales.
Una parte del turismo especializado se cataloga como turismo orientado hacia la
naturaleza, caracterizado por destinos que ofrecen al turista una interacción directa
con la naturaleza en diversas formas tales como aventuras, deportes, observación
escénica, paseos, etc. Dentro de este se encuentra el ecoturismo.
Este segmento del mercado turístico ha experimentado en los últimos años un
crecimiento acelerado, llegando a representar hasta el 50% del segmento de turismo
especializado. En 1994 el turismo mundial orientado a la naturaleza representó
aproximadamente 200 mil millones de dólares y es una fracción importante de todo el
turismo internacional (Filion, 1994).
Dos de los ejemplos más destacados de este tipo de turismo en países del tercer
mundo son los casos de Costa Rica y Kenya. El primero reporta ingresos para 1993 de
570 millones de dólares (Instituto Costarricense de Turismo, 1993). En el mismo año
Kenya recibió 826 mil turistas, 80% de los cuales llegaron para observación de la
fauna silvestre; los ingresos por este concepto representaron una tercera parte de los
ingresos totales de divisas para este país (Kenya Wildlife Service, 1995).
El ecoturismo debe cumplir con un conjunto de características para que sirva al doble
propósito de conservar la naturaleza y generar ingresos económicos para mejorar el
bienestar de la población que habita en las áreas que se desean conservar:
a) Respetar los espacios naturales.
b) Incorporar el conocimiento de la naturaleza
c) Contribuir a la conservación
d) Ser de baja intensidad
e) Cumplir una función social
f) Involucrar a los dueños y propietarios de la tierra.
Esta actividad productiva resulta de gran importancia para la conservación de las
áreas naturales protegidas de México ya que la propiedad de la tierra de la mayoría de
la superficie bajo conservación es ejidal, comunal o privada, en donde habitan miles de
personas que deben encontrar un sustento económico amigable con el ambiente y
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compatible con los programas de manejo de las ANP. El ecoturismo puede promover y
financiar el desarrollo económico de esta población así como financiar la propia
conservación de las ANP. Pero es necesario que esta actividad se lleve a cabo bajo
los lineamientos de planes rectores que se deriven de los Planes de Manejo de las
ANP.
En México la actividad tiene un enorme potencial pero es aún muy incipiente. Los
ejemplos mas destacados son los de las visitas a la Reserva de la Biosfera de la
Mariposa Monarca, al avistamiento de las ballenas en la Reserva de la Biosfera de el
Vizcaíno, los arrecifes de coral en los Parque Nacional de Puerto Morelos, de
Cozumel, de Costa Occidental de Islas Mujeres. Punta Cancún y Punta Nizuc, la
Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas, Veracruz, el Parque Nacional Huatulco, entre
otros.
25.- Hay un significativo potencial de generación de empleos en el medio rural si se logra una valoración económica de la biodiversidad y se consolidan los mercados de productos sustentables.
Las actividades productivas sustentables basadas en la agricultura orgánica,
ganadería intensiva y silvopastoril, en la pesca y agricultura responsable, en la
forestaría comunitaria, las UMA y el ecoturismo, pueden crecer de manera muy
significativa. Se ha estimado que las UMA podría duplicar la superficie que
actualmente ocupan, la superficie bajo manejo forestal puede casi triplicarse, la pesca
puede incrementare en varias pesquerías y aumentar la producción en un 40% y la
acuacultura puede crecer de 166 mil toneladas cosechadas en 1999, hasta 1 millón
de toneladas (Semarnap, 2000).
Todos estos sistemas productivos son altamente demandantes de mano de obra, lo
cual podría generar importantes empleos para el medio rural. Sin embargo, la
condición para que esto ocurra radica en que el valor de la producción interiorice los
beneficios ambientales que produce, es decir el bajo impacto ambiental y que ello este
reflejado en los precios de los productos finales. La certificación es una herramienta
muy útil para alcanzar estos objetivos.
La venta de productos “sustentables” comienza a ser cada vez una mayor oportunidad
para los productores campesinos de México y Latinoamérica. Por productos
sustentables nos referimos a los productos orgánicos, de comercio justo, “amigables
con la biodiversidad”, “ecológicos”, etc., aunque en muchas ocasiones el conjunto de
estos valores no se cumplen completamente
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Tan sólo el mercado de productos orgánicos en el mundo alcanzó los 23 mil millones
de dólares en el año 2002 y cerca de 23 millones de ha se manejan bajo sistemas
orgánicos. México contribuye con 400 mil ha de que dan empleo a 100 mil
productores. Oaxaca y Chiapas concentran el 70% de la superficie orgánica del país.
Las divisas generadas por la agricultura en el año 2002 fueron del orden de los 280
millones de dólares (Willer y Yussefi, 2004; Gómez y Gómez, 2004). Figura 28.
Por su parte, el mercado de la madera certificada por su buen manejo ha tenido
también un notable crecimiento. En el año 2002 se tenían a nivel mundial 109 millones
de Ha certificadas por el FSC lo que representa el 3% de los bosques del mundo. La
madera certificada representaba en ese entonces el 5% del mercado europeo y 1%
de los EUA (Taylor, 2005).
En México la certificación de comunidades y ejidos forestales ha tenido también un
importante crecimiento y poco a poco las comunidades y ejidos certificados han podido
explorar algunos mercados internacionales y nacionales que demandan mercados
certificados como es el caso de Noram de México con el carbón certificado en algunos
mercados europeos; los ejidos forestales de Durango que abastecen a la industria
forestal de ese estado y a su vez provee productos certificados a otras industrias
norteamericanas; el ejido de Pueblo Nuevo en Durango que realiza algunas ventas de
madera certificada a la empresa de muebles Ikea; El ejido Noh Bec en Quintana Roo
que vende una parte importante de su madera en los mercados certificados; y la
comunidad de Ixtlán de Juárez en Oaxaca que produce y vende muebles escolares
certificados al gobierno del estado de Oaxaca.
El caso del ecoturismo en el país tiene potencialidades aún no adecuadamente
calculadas. La diversidad de espacios naturales, su unicidad y valor escénico
constituyen la base de una industria de turismo de bajo impacto que podría arrojar
millones de dólares en divisas como se expuso en el punto 23.
26.- Hay una fundamental interdependencia de las áreas urbanas con los servicios ambientales que brindan los ecosistemas, no sólo los circundantes a las ciudades, sino incluso los lejanos.
En México el proceso de urbanización y concentración continúa y le imprime mayor
tensión a las problemáticas ambientales. El país ya cuenta con 55 zonas
metropolitanas que en el año 2000 sumaban 51.5 millones de habitantes; con una tasa
de crecimiento poblacional del 2.3 %, que contrasta con el 1.9 % a nivel nacional; e
involucran a poco más de 300 municipios. Y si consideramos los asentamientos
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urbanos mayores a 5 mil habitantes, en ellos se concentra el 70 % de la población, y la
gran mayoría de los poblamientos menores presentan una alta interacción con
ciudades intermedias o metropolitanas.
Las ciudades y en general los asentamientos urbanos que incluyen a pequeños
poblamientos cuya dinámica es urbana y basada esencialmente en actividades
secundarias y terciarias, son usuarios poco visibles de los ecosistemas; de aquí que la
perspectiva ambiental en el ámbito urbano tienda a centrarse en problemas de
contaminación o de riesgos tecno-ambientales, y sólo por las descargas residuales a
los cuerpos de agua y/o por la sobreexplotación de acuíferos, se comienzan a
identificar las interacciones con el entorno natural.
Estos dos problemas tienden a tomar dimensiones gigantescas en diferentes regiones
del país, por ejemplo:
Se han diseñado normas e incentivos para el tratamiento de aguas residuales,
dirigidos principalmente a los mencionados 300 municipios con altos niveles de
urbanización y en general a los asentamientos urbanos; sin embargo, el nivel
de tratamiento no alcanza el 23 %, lo cual tiene una serie de consecuencias
ambientales, como son la afectación sobre poblamientos cuenca abajo, los
impactos en pesquerías y otras actividades como son el turismo, entre otros.
A pesar de toda la regulación en torno a los pozos de extracción y los acuerdos
de distribución de la oferta regional de agua entre usuarios, la Comisión
Nacional del Agua ha valorado a 37 ciudades en situación de stress o críticas
por presentar alguna problemática severa con el recurso agua, y al ubicarlas
por cuenca tenemos que 19 de estas ciudades en situación crítica se ubican
en las siete cuencas hidrológicas del país con mayor poblamiento.
Al visualizar el conjunto de servicios ambientales vemos cómo las grandes,
intermedias y pequeñas concentraciones urbanas son una gran fuerza de cambio o
tensión en la extensión de la frontera agropecuaria, en el patrón de cultivos, en los
paquetes tecnológicos, en la demanda forestal y de fibras y minerales; es decir, en los
denominados servicios de aprovisionamiento o suministro de los ecosistemas.
Las ciudades también son una tensión sobre las capacidades de los ecosistemas para
la regulación de los procesos relacionados con la purificación del agua, mantenimiento
de la calidad del aire, de absorción de desechos, de mitigación de riesgos, entre otros.
En muchas ciudades del país, donde habitan la mayoría de los mexicanos, se han
rebasado algunos de estos procesos de regulación generando afectaciones cotidianas
a la calidad de vida y elevando los niveles de vulnerabilidad para los segmentos más
pobres de estos asentamientos humanos, los que comúnmente están ubicados en las
zonas de riesgo.
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Estos impactos no se limitan espacialmente a las zonas urbanizadas, se extienden y
en muchos casos se agudizan en poblados rurales, como lo hemos constatado con las
tragedias de los últimos años derivadas de fenómenos climáticos extremos pero cuyo
impacto se ha multiplicado por los deterioros, principalmente de erosión de suelos y
deforestación, catalizados en forma indirecta por las demandas urbanas y realizados
por los productores rurales.
Otra dimensión de la mayor relevancia es el de los desarrollos turísticos,
principalmente en las costas, que tienen su génesis en la riqueza natural, pero su
forma caótica de crecimiento e impacto regional atentan cada día más contra esa
riqueza natural. Estamos hablando de casi todas las ciudades costeras o cercanas a
zonas de alta biodiversidad –con mayor o menor atracción turística- cuya dinámica en
el uso de los servicios ambientales, con énfasis en los recreativos, estéticos y
culturales, se ha intentado regular con resultados muy magros, de ello dan cuenta: la
presión sobre la pesca ribereña por encima de sus umbrales de sustentabilidad, la
destrucción de manglares, la contaminación de playas, la multiplicación de zonas de
alto riesgo por la misma pérdida de la cobertura de vegetación o por los niveles de
contaminación, entre otros.
En síntesis, la urbanización del país pierde su significado de modernidad y es cada día
más una expresión de ausencia de salidas a la pobreza rural, de concentración
espacial de la desigualdad y de creciente vulnerabilidad de enormes segmentos de la
población ante las tensiones ambientales.
Lo anterior marca que el impacto ambiental de los poblamientos urbanos no se limita a
su entorno natural, tiene una funcionalidad espacial a escala regional y con
articulaciones a mayor distancia, que rebasan inclusive las fronteras nacionales.
27.- La restauración de ecosistemas degradados es una tarea muy rezagada en el país y se ha limitado principalmente a la reforestación y a la recuperación de algunas especies prioritarias.
Desde la década de los años treinta se ha fomentado la reforestación en los
programas de gobierno, pero con especies exóticas lo cual ha generado
desplazamiento de la flora local no permitiendo la regeneración de los ecosistemas
naturales. Existen aproximadamente 18 millones de hectáreas degradadas en el país
que deben ser restauradas (OEGT, 2000).
A partir de la década de los noventa las políticas públicas empiezan a ampliar el
enfoque de la restauración más allá de la reforestación, aunque ésta sigue siendo el
programa y la acción dominante. La SEMARNAP (1994 – 2000) y luego la
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SEMARNAT se plantearon entre sus objetivos prioritarios la conservación y reversión
de los procesos de deterioro. Para lograr su reversión, es decir la restauración, se han
implementado varios programas como son: el PROCOREF (anteriormente llamado
PRONARE); la declaratoria y establecimiento de las Zonas de Restauración Ecológica;
el Programa de Plantaciones Forestales (PRODEPLAN); de la Recuperación de
Especies Prioritarias; la eliminación de especies exóticas; la restauración de suelos
(Carabias y Arriaga, en prensa).
En materia programática e institucional, se han dado grandes avances desde la
década de los años noventa, aunque son incipientes y perfectibles. Sin embargo, en
cuanto al marco normativo, los instrumentos regulatorios y económicos, el
financiamiento y sobre todo en lo referente a los recursos humanos para la
restauración los rezagos son muy profundos.
La Comunidad de Santiago Tilango, Oax en la Mixteca fue reconocida con Mención
Honorífica al Premio al Mérito Forestal en 2002 (Figura 29).
Recuadro 2. Programa de Restauración en las Áreas Comunales de Texocuixpan,
Puebla.
Para contrarrestar los impactos negativos que propiciaron los incendios forestales
ocurridos en 1998, se establecieron programas institucionales que pretendían la
restauración de las áreas afectadas y prevenir el cambio de uso del suelo.
En el estado de Puebla la superficie arbolada que resultó dañada fue cuantiosa, y
uno de los incendios forestales más destructivos afectó a la comunidad de
Texocuixpan (153.61 ha de bosques de Pino y Oyamel fueron afectados).
Con base en la declaratoria federal se realizó un diagnóstico para cuantificar los
daños. Esto aunado a la discusión continua con los habitantes de la comunidad
propició que dicha área fuera decretada como área de restauración.
Las estrategias de restauración han consistido en la prevención de la erosión del
suelo; estabilización de bordos y terrazas con la introducción de especies que se
distribuyen naturalmente en la zona y favorecen la regeneración de herbáceas
que se encuentran en el banco de semillas del suelo. También se establecieron
áreas para propiciar la regeneración natural de A. religiosa, J. deppeana y
Quercus spp., y se realizó la reforestación de 167 ha con P. ayacahuite, P.
montezumae y P. pseudostrobus.
A seis años de actividades los logros en el contexto ambiental y socioeconómico
son alentadores: (a) existen dos estratos de vegetación y los indicios de regreso
de la fauna son evidentes; (b) se evitó el cambio de uso de suelo y se coadyuvó a
incrementar la superficie destinada a restaurar; (c) se pacto un presupuesto para
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dar continuidad a las actividades de restauración durante 12 años; (d) los
habitantes se benefician económica y socialmente, pues participan en el diseño y
establecimiento de las estrategias realizadas en sus terrenos comunales.
TEMA 6Los instrumentos regulatorios y no regulatorios han permitido mejorar la conservación y uso de la biodiversidad pero son aún muy incipientes y requieren reforzarse.
28.- El ordenamiento ecológico del territorio o el marino, es una buena herramienta para conciliar los objetivos de la conservación de la biodiversidad con el bienestar social. A pesar de su gran potencial, la carencia de un marco legal más preciso y la falta de voluntad política para su aplicación lo hace un instrumento con limitaciones.
El Ordenamiento Ecológico del Territorio es un instrumento de planeación estratégico
y puede ser la base territorial en la toma de decisiones de la política pública, y sobre
todo de generación de certidumbre a la inversión pública y privada con la participación
e involucramiento de los actores locales. De 1988, que inicio este instrumento, a la
fecha se han realizado 119 iniciativas de ordenamiento en todas las modalidades
(regionales, federales, estatales, marinos y locales existentes), abarcando un 84% del
territorio continental nacional, y la porción marina del Golfo de California, aunque sólo
32 ordenamientos han llegado a decretarse, abarcando más de 28 millones de
hectáreas, lo que significa el 12% de la superficie nacional.
El ordenamiento de las zonas costeras acota el quehacer de la actividad turística,
pesquera, acuícola industrial y de los asentamientos humanos. El reglamento de
Ordenamiento Ecológico reconoce los mecanismos explícitos de participación pública
y se centra como protagonista en la resolución consensuada de conflictos por los
distintos usos del territorio.
No obstante las bondades de este instrumento su aplicación requiere el refuerzo
político a todos los órdenes de gobierno. Los gobiernos municipales y/o estatales, y
muchas veces incluso el gobierno federal, no se sujetan a las disposiciones legales de
los ordenamientos con lo cual el OET pierde su eficacia (Recuadro 3). A la fecha su
instrumentación dista mucho de ser satisfactoria, salvo...(citar algún caso exitoso).
45
15021503
1504150515061507
15081509151015111512151315141515151615171518151915201521152215231524152515261527152815291530153115321533
52
Uno de los proyectos actuales más importantes en México que se basa en el
ordenamiento es el Corredor Biológico Mesoamericano (CBM) coordinado por la
CONABIO. La concepción general de los corredores biológicos son reconocidos como
espacios de conectividad de las áreas protegidas. En ellos se articulan espacialmente
los más importantes instrumentos de la política ambiental y sistemas productivos como
son las ANP, las UMA, el manejo forestal sustentable, la restauración, las plantaciones
productivas, la acuacultura, la apicultura, la agricultura orgánica, el ecoturismo, el
manejo del agua, entre otros. El CBM, está integrado en su parte mexicana por los
estados de Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas, además de los corredores
en Guatemala , El Salvador, Belice, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. En el
CBM habitan más de 40 millones de personas, la mayoría indígena y se encuentra
cerca del 10 % de la diversidad biológica conocida en el planeta.
QUEDA PENDEINTE FALTA RESPUESTA DE PEDRO ÁLVAREZ
A nivel incipiente pero cada vez con mayor relevancia los Ordenamientos Locales que
se realizan desde el enfoque del Ordenamiento Territorial Comunitario (OTC) se basan
en el manejo del territorio de los núcleos agrarios (ejidos y comunidades) y ello permite
a sus dueños llevar a cabo ejercicios de planeación del uso del suelo y definir a partir
de estos la zonificación del territorio y determinar así áreas de manejo productivo
(forestal, agrícola, pecuario, etc.), zonas de conservación y protección de bosques y su
biodiversidad, áreas de restauración, etc.
Recuadro 4. Ordenamiento Territorial Comunitario.
En el estado de Oaxaca es en la entidad donde se tiene mayor experiencia en este
proceso, pero gracias a los proyectos como Procymaf, COINBIO y el CBM estos
instrumentos de planeación se han extendido a los estados de Michoacán, Guerrero,
Jalisco, Durango, Campeche y Quintana Roo.
De acuerdo con información de la Semarnat, en Oaxaca se tenían en el año 2004
cerca de 100 estudios de OTC que abarcan 600 mil Ha. en diversas regiones y
comunidades del estado. Entre las mas importantes destacan los OTC de la Unión de
Comunidades Forestales Zapoteco-Chinantecas (UZACHI) con mas de 22 mil Ha; la
comunidad forestal de San Pedro El Alto con 30 mil ha, el Sistema Comunitario de
Conservación de la Biodiversidad (SICOBI) con sede en la costa con 78 mil Ha, el
Comité de Recursos Naturales de la Chinantla Alta (CORENCHI) con mas de 30 mil
Ha, y la comunidad de San Miguel Chimalapa con 134 mil ha entre otras (Figura 30).
46
1534153515361537153815391540154115421543154415451546
1547154815491550155115521553
155415551556155715581559
156015611562156315641565156615671568
15691570
53
29.- Se han creado instrumentos económicos ambientales que son parte de una política integral de valoración y conservación de la biodiversidad, pero su aplicación es reciente y es necesario fortalecer su desarrollo.
La aplicación de algunos instrumentos económicos para la conservación de la
biodiversidad y su uso sustentable, así como para desincentivar la destrucción,
contaminación y sobreexplotación están comenzando a dar algunos resultados
positivos.
Entre ellos se puede mencionar:
1) el pago por servicios ambientales hidrológicos en zonas forestales, que tiene
por objetivo incentivar al propietario, individual o colectivo de los bosques para
que eviten el cambio de uso del suelo e inviertan en su protección (Recuadro 5)
2) el pago por captura de carbono
3) el cobro de derechos de descarga de agua residuales, para desincentivar las
descargas que contaminan los cuerpos de agua y afectan a la salud humana y
a la biodiversidad y que promueven el tratamiento de las mismas
4) el Procampo ecológico y reforestación, que consiste en un apoyo a los
campesinos que no cultivan su tierra sino que la reforestan
5) el subsidio para el manejo sustentable de los bosques y de la vida silvestre.
6) Otros programas que van en este mismo sentido son los PRODERS y el
Programa de Empleo Temporal (PET).
Estos instrumentos pueden constituirse en fuentes de ingreso para financiar las
acciones de conservación y para compensar a los dueños de la tierra que deben o
desean conservar sus ecosistemas.
Asimismo, existen los mecanismos de recaudación de recursos económicos que
permiten fortalecer la conservación, manejo y restauración de la biodiversidad, tales
como el cobro de derechos en ANP, las multas, compensaciones e impactos
ambientales (Recuadro 6 -cobro de derechos por daños de arrecifes por
embarcaciones ).
Entre los instrumentos económicos poco utilizados para fomentar el manejo sostenible
de los recursos naturales esta el crédito, que sin embargo, también se ha ido
dirigiendo a apoyar algunas actividades productivas sostenibles como lo es la
cafeticultura orgánica y el manejo forestal sostenible, entre otras. En este sentido la
experiencia del Fondo Acción de Banamex que se encargó de aportar créditos
acompañados de recursos no rembolsables destinados a la asistencia técnica y
acompañamiento de los acreditados es un caso ejemplar. El esquema si bien ha
desaparecido, se sigue manteniendo por parte de la Unión de Crédito de la
47
157115721573
1574157515761577157815791580158115821583158415851586158715881589159015911592159315941595159615971598159916001601160216031604160516061607
54
Coordinadora Estatal de Productores de Café de Oaxaca (UCEPCO) que continúa
otorgando estos créditos a productores de café de Oaxaca, Chiapas y Puebla; así
como a productores forestales y chicleros de Quintana Roo.
El desarrollo de mecanismos crediticios adecuados a las condiciones y requerimientos
de los pequeños productores rurales es sin duda una de las necesidades más
importantes para fomentar una verdadera cultura empresarial campesina y con
enfoque de sustentabilidad.
Uno de los instrumentos económicos más útiles para influir en la planeación de las
políticas ambientales y de desarrollo, es la valoración económica de la pérdida de
capital natural como resultado de la degradación ambiental por las actividades
productivas. El INEGI ha desarrollado el Sistema de Cuentas Económicas y
Ecológicas en el que valora el costo por agotamiento y degradación ambiental como
proporción del PIB. En el Cuadro 10 se puede apreciar que este costo ha oscilado en
la última década en el orden del 10% del PIB. Si bien este es un instrumento muy
relevante, en la práctica no se aplica en la toma de decisiones.
48
160816091610161116121613161416151616161716181619162016211622
55
Cuadro 10. Costos por agotamiento y degradación del medio ambiente
(Proporción del PIB a
precios de mercado)
Concepto1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003
Producto Interno Bruto, a precios de mercado
100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
Costos por
agotamiento y
degradación ambiental
10.3 10.8 10.9 10.9 10.4 10.2 9.9 9.5
FUENTE: INEGI. Sistema de Cuentas Económicas y Ecológicas de
México, 1998-2003.
30.- El marco normativo vinculado a los distintos aspectos del uso de la biodiversidad fue reformado durante la última década y pasó de una visión histórica sectorial y de fomento productivo, a una de conservación y uso sustentable.
Históricamente, el aprovechamiento de los recursos naturales estuvo regulado, desde
una perspectiva sectorial y meramente extractiva, por ordenamientos como la Ley de
Pesca, la Ley Forestal y la Ley Federal de Caza. Desde 1987 esa tendencia comenzó
a cambiar con La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, que
introdujo nuevas orientaciones de carácter general y que, desde sus reformas de
1996, permite a los particulares aprovechar la flora y la fauna silvestres cuando se
garantice la sustentabilidad de las poblaciones mediante tasas de extracción menores
a las tasas de renovación de las mismas. Otro ejemplo, es que en la LGVS se habla
de especies silvestres y su hábitat como un binomino, lo que implica una visión integral
de la biodiversidad.
El marco regulatorio se ha fortalecido con la Ley General de Vida Silvestre (2000), la
Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable (2003), la Ley de Desarrollo Rural
Sustentable (2001) y de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente
Modificados (2005). Asimismo, en 2004 se introdujeron reformas importantes a la Ley
General de Aguas Nacionales (2004).
49
1623
16251626162716281629
1630163116321633163416351636163716381639164016411642164316441645
56
El fortalecimiento del marco normativo también se ha dado a nivel de reglamentos y
normas. Se publicaron reglamentos de la LGEEPA (Impacto Ambiental y de Áreas
Naturales Protegidas) y se han expedido y modificado múltiples normas oficiales
mexicanas, incluso normas voluntarias que regulan el manejo de los recursos
naturales. Cabe señalar que las normas oficiales mexicanas se elaboran con la
participación y consenso de los actores involucrados, por lo que pueden contribuir en
la legitimización de las normatividad ambiental.
Así, en la última década se desplegó una importante actividad legislativa que ha ido
incorporando principios integradores para el uso sustentable de la biodiversidad y son
pocas las materias que aún no se han cubierto. Entre estas últimas destaca el medio
marino, cuya regulación sigue siendo débil y fragmentada.
Resumir y reescribirlos sig. 2 párrafos PENDIENTE
Sin embargo, el aspecto más importante de la actividad legislativa de los años
recientes no radica tanto en los contenidos de los ordenamientos como en las
condiciones de la producción normativa. Mientras las cámaras legislativas estuvieron
dominadas por el mismo partido político del Poder Ejecutivo, era en el seno de este
último donde se gestaban los textos legislativos y se discutía su coherencia con las
orientaciones de política pública. El debate parlamentario funcionaba más como una
“caja de resonancia” que como una verdadera fuente de producción de normas.
Desde 1997, la integración del Poder Legislativo se ha modificado radicalmente. Lo
que desde el punto de vista del desarrollo de la democracia en México es una buena
noticia, constituye un reto importante para el trabajo legislativo, ya que es factible que
se aprueben iniciativas como parte de arreglos estrictamente políticos, sin que
necesariamente respondan a un programa legislativo que siga orientaciones claras.
Hoy en día, el régimen de la biodiversidad depende de una constelación de fuerzas
políticas que no sólo deberán asegurarse de que las iniciativas tengan la viabilidad
política necesaria para ser aprobadas, sino que tendrá que asumir con seriedad el reto
de garantizar la coherencia técnico-jurídica y programática de su propia actividad.
31.- A pesar de los avances en el marco regulatorio, la vigilancia y aplicación de la ley es precaria por falta de recursos humanos y financieros suficientes en la PROFEPA.
A partir de 1995 la PROFEPA amplió su competencia hacia el campo de los recursos
naturales (vida silvestre y recursos forestales, marinos y pesqueros), lo que representó
para ella un reto enorme. La Ley Federal de Procedimiento Administrativo (en vigor
desde 1995), así como las modificaciones a la LGEEPA en 1996, dieron fundamentos
50
1646164716481649165016511652165316541655165616571658165916601661166216631664166516661667166816691670167116721673
167416751676167716781679168016811682
57
más claros a las acciones de aplicación de la ley y al mismo tiempo otorgaron mayor
seguridad jurídica a los inspeccionados. Posteriormente, la Ley General de Vida
Silvestre y las reformas de 2001 a la LGEEPA crearon figuras novedosas como la
flagrancia administrativa y la posibilidad de condonar las multas a cambio de
aportaciones a programas de restauración. Un indicador indirecto del éxito de esos
desarrollos normativos está en el hecho de que los amparos y otros recursos jurídicos
no han representado un obstáculo para el ejercicio de las atribuciones de la
PROFEPA, como ha ocurrido en muchos otros sectores de la administración pública.
No existen indicadores que permitan conocer el modo en que se conforma y se
transforma el universo de los ilícitos que afectan la biodiversidad, y menos aún del
impacto que las acciones de la PROFEPA pueden haber tenido en las diferentes
regiones y contextos sociales, por lo que el desarrollo de tales indicadores es
indispensable para definir una política racional de aplicación de la ley. No obstante,
existe una percepción, enteramente justificada, de que las acciones de aplicación de la
ley resultan casi insignificantes frente a las dimensiones de los procesos de deterioro
que afectan la biodiversidad. Además de un aumento en los recursos para enfrentar el
problema, se requiere de mecanismos de articulación de la PROFEPA con las demás
autoridades ambientales y, sobre todo, con las comunidades locales, para lograr un
consenso social en torno a la aplicación de la ley.
Cuadro 11. RESUMEN DE NÚMERO DE INSPECCIONES EN LA PROFEPA
NOTA: Sería ilustrativo saber cuánto personal hay para todo el país, qué presupuesto,
algo que le dé un contexto nacional.
32.- Las instituciones de gobierno responsables de la conservación y uso de la biodiversidad son muy recientes y nacen en un momento difícil de constricciones presupuestarias y reducción de personal. Es necesario fortalecer sus capacidades humanas y financieras.
La LGEEPA fue promulgada en 1987 y sentó la base jurídica para el fortalecimiento
institucional en materia ambiental. No obstante durante la década de los noventa el
gasto en protección ambiental se redujo en algunos años con la consecuente
afectación de las instituciones públicas, el congelamiento de nueva contrataciones y la
afectación de la inversión.
Aún cuando la tendencia ha sido a un crecimiento modesto del gasto en protección
ambiental, éste se sigue manteniendo en un nivel muy bajo tanto si se compara con el
equivalente de otros países de un nivel cercano de desarrollo al de México, y sobre
todo si se contrasta con los costos de agotamiento y degradación en proporción al
51
1683168416851686168716881689169016911692169316941695169616971698169917001701170217031704
170517061707170817091710171117121713171417151716171717181719
58
producto interno bruto como se vio en el punto 28. Para 2006 se estima que el gasto
del Gobierno Federal ejercido por medio de las instituciones directamente relacionadas
al medio ambiente (Semarnat en total) es equivalente al 0.25 % del PIB. Si añadimos
el gasto de las empresas estatales y de los gobiernos estatales, este se eleva a 0.7
para 2003, lo cual sigue siendo una cantidad muy baja.
CONSIDERAR DATOS ANTES MENCIONADOS SOBRE EL TEMA Y RETOMARLOS
EN ESTE PUNTO
Cuadro 12. Gasto del Gobierno Federal, las empresas paraestatales y los gobiernos
estatales en protección ambiental como proporción del PIB.
Concepto
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Gastos
en
protecció
n
ambienta
l/ PIB
0.4 0.4 0.4 0.5 0.5 0.4 0.3 0.3 0.4 0.6 0.6 0.6 0.6 0.7
a Se refiere a los gastos utilizados exclusivamente en los rubros del
presupuesto ejercido, discriminando aquellos que aunque estuvieron
programados no se ejercieron. Las cifras de 1998 en adelante no son
comparables con las anteriores, en virtud de que recientemente se tuvieron
importantes mejoras en los cálculos, como resultado de una ardua y exhustiva
investigación que condujo a la detección de nueva y detallada información,
permitiendo de esta manera la identificación de proyectos y gastos de forma
especifica y más clara a partir del año en cuestión.
FUENTE: INEGI. Sistema de Cuentas Económicas y Ecológicas de México, 1998-2003.
Las políticas generales no han permitido que las instituciones ambientales federales ni
estatales, logren establecer los cimientos suficientemente sólidos en recursos
humanos y financieros para atender las nuevas y crecientes responsabilidades.
En 1994 se creó por primera vez una institución que conjunta los sectores ambientales
con los del manejo de los recursos naturales renovables (SEMARNAP), a la cual, en la
siguiente administración (2000 – 2006) se le desprende el sector pesquero, lo cual
significa un retroceso para la sustentabilidad de esta actividad.
52
1720172117221723172417251726
172717281729
1730
17311732173317341735173617371738
59
Si bien la SEMARNAT ha podido consolidar sus programas de protección y manejo de
la biodiversidad, requiere necesariamente de reforzar de manera muy sustantivas el
personal calificado, con un necesario crecimiento de plazas de estructura como es el
caso de la CONANP, y de aumentar los recursos económicos como en el caso de la
CONABIO. En este caso la CONABIO tiene también la oportunidad de desarrollar con
mayor capacidad el área de uso y manejo de la biodiversidad si se pudiera integrar o
al menos establecer una mayor coordinación entre el Programa de Recursos
Biológicos Colectivos y el CBM proyectos financiados por el GEF que han realizado
actividades en este sentido como el COINBIO, Manejo Integrado de Ecosistemas
(MIE) y el CBM.
Es importante también promover instituciones locales que tengan la capacidad de
instrumentar políticas y programas que se dirijan a conservar y manejar la
biodiversidad a nivel de cada una de las entidades federativas.
33.- En la gestión de la biodiversidad no basta con la intervención gubernamental sino que se requiere de la acción conjunta con la sociedad (informada, organizada) para lograr su conservación y uso efectivo
Es necesario desarrollar nuevas formas de coordinación y las condiciones necesarias
para el involucramiento de otros actores (centros de investigación científica y
tecnológica, organizaciones no gubernamentales, organizaciones de productores,
representaciones de agentes económicos y sociales, medios de comunicación, entre
otros) en la toma de decisiones y en las acciones vinculadas al manejo de la
biodiversidad.
Cabe señalar que el sector ambiental, comparado con otros sectores, presenta una
tendencia a desarrollar y fomentar una amplia gama de espacios de participación
social dentro de sus políticas, programas, instrumentos y toma de decisiones, aunque
todavía faltan reformas profundas para una participación social efectiva.
En los últimos años se consolidó la participación de la sociedad a través de numerosos
consejos consultivos definidos en la legislación ambiental y sectorial de manejo de
recursos naturales (Recuadro 7 -de Consejos). Es necesaria una evaluación rigurosa y
acotada a la normatividad de estos espacios sobre su desempeño tanto por parte de
las organizaciones sociales como por la voluntad de los sectores gubernamentales de
acotar su poder.
A nivel de las administraciones públicas estatales y municipales, sin duda hay casos
exitosos bajo diversas modalidades y con diferentes alcances, que si bien todavía son
53
1739174017411742174317441745174617471748174917501751
175217531754175517561757175817591760176117621763176417651766176717681769177017711772177317741775
60
la excepción en el país, existen mejores condiciones para catalizar su multiplicación
(Recuadro 8 -de proceso participativo).
Sería conveniente la creación y consolidación de espacios locales, con la
concurrencia de los principales actores. Asimismo, se requiere fortalecer el
movimiento ambientalista que se sume a los esfuerzos locales y regionales para
conformar comunidades reflexivas encargadas del desarrollo regional bajo pautas de
sustentabilidad, donde las autoridades representativas juegan un papel coordinador y
de conducción de dicho desarrollo.
Esto último no sólo apunta la necesidad de resolver los problemas de
representatividad, responsabilidad y enfoque entre los organismos ambientalistas,
también es necesario y de mayor importancia el hacer visibles y abrirles espacios a
los múltiples agentes económicos y sociales que ya aportan o están dispuestos a
hacerlo, en proyectos y acciones concretos que significan una adecuada interacción
con los ecosistemas y sus servicios ambientales.
La legislación ambiental actual y la relacionada con los recursos naturales posibilita la
participación de diversos actores de la sociedad en espacios considerados para el
manejo de la biodiversidad. Estos son los Consejos Asesores de las ANP y las recién
creadas Unidades de Manejo Forestal Regional (UMAFOR) donde las comunidades y
ejidos tienen una papel central en la definición de las acciones a desarrollar tanto en
las ANP como en las UMAFOR, así como otros actores interesados en la conservación
y manejo de la biodiversidad como las instituciones académicas, de investigación, las
OSC, organismos privados, fundaciones, así como los tres órdenes de gobierno.
34.- Las capacidades humanas y financieras para consolidar la conservación y uso de la biodiversidad han aumentado, pero aún son insuficientes y requieren fortalecerse para lograr un mejor conocimiento, gestión y aprovechamiento de nuestro capital natural.
Capacidades humanas. El aumento del número de carreras, especialidades, posgrados y
líneas de investigación en cuestiones ambientales en los últimos veinte años ha resultado en
el funcionamiento de más de 1,200 programas académicos en 177 instituciones de educación
superior. La carrera de biología es la fuente principal de recursos humanos para el
conocimiento, uso y conservación de la diversidad biológica. Las carreras y posgrados de las
áreas de las Ciencias Sociales y las Humanidades han sido más resistentes a comprometerse
con los temas ambientales y de la sustentabilidad.
Hay en total 23 instituciones de educación superior, que han creado 61 programas entre
maestría (33) y doctorado (28), de las cuales, en el área metropolitana de la Ciudad de
54
1776177717781779178017811782178317841785178617871788178917901791179217931794179517961797179817991800180118021803180418051806180718081809181018111812
61
México se encuentran 5 instituciones con 21 programas (34% del total). En el norte del país
con excepción de Nuevo León, no hay instituciones relacionadas con el conocimiento y uso de
la biodiversidad, es decir, en la mitad del territorio nacional, con una diversidad prácticamente
desconocida de ambientes xéricos, pastizales, encinares, selvas bajas caducifolias, zonas
costeras, no hay opciones de posgrado, tampoco los hay en Colima y Nayarit.
Del total de programas, 36% tienen una visión multidisciplinaria pobre o nula, 25% tienen una
mediana visión multidisciplinaria, y 39% restante cuentan con una visión multidisciplinaria
real. Hay una carencia de programas de posgrado de manejo forestal, manejo de cuencas,
manejo de selvas, manejo de zonas áridas, manejo de poblaciones, o manejo de recursos
biológicos que proveen de servicios ambientales. Tampoco se están formando suficientes
recursos humanos para conocer y conservar la biodiversidad y ningún programa atiende la
interacción entre ecosistemas rurales y urbanos y pocos se abocan al conocimiento de la
diversidad biológica a nivel ecosistémico. Estos datos sugieren la necesidad de formación de
nuevos investigadores con una visión multi e interdisciplinaria.
Capacidades financieras. El incremento en los recursos destinados a la conservación
de la biodiversidad de México es evidente en el sector público, internacional y privado
(Figura 31). En el ámbito gubernamental el presupuesto de la Secretaría de Medio
Ambiente ascendió de 2,734 millones de pesos (0.77% del gasto neto total previsto de
la Federación) en 1995 a más de 24,482 millones de pesos (1.35% del gasto neto total
de la Federación) en 2005. En relación con aportaciones internacionales, en el periodo
1990-1997 México y Brasil fueron los países que recibieron mayor financiamiento
(45.5%) para proyectos de conservación en Latinoamérica. El 90% del financiamiento
provino de agencias multilaterales y bilaterales. Dentro de estos apoyos destaca el
Fondo para el Medio Ambiente Mundial (Global Environment Facility GEF). Desde su
creación en 1991 el GEF ha apoyado un total de 32 proyectos en México por un monto
de US$ 317.2 millones a través del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) (US$ 44.1 millones) y el Banco Mundial (US$ 273.1). Con recursos
públicos e internacionales, el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza,
A.C., (FMCN) apoyó en el periodo 1997-2004 con un monto de 385 millones de pesos
a un total de 400 proyectos dirigidos a la conservación y a la operación básica de
áreas naturales protegidas prioritarias. Por su parte la Fundación Gonzalo Río Arronte,
IAP, destinó, del 2001 al 2005, 221 millones de pesos a 21 proyectos particularmente
enfocados a la protección y recuperación ambiental de cuencas, cauces y cuerpos de
agua.
El financiamiento para la conservación ha ido en aumento en los últimos años,
asociado a la existencia de un mayor número de entidades con atribuciones en
55
18131814181518161817181818191820182118221823182418251826
18271828182918301831183218331834183518361837183818391840184118421843184418451846184718481849
62
materia de medio ambiente; la diversificación de mecanismos de financiamiento para
la conservación; un mayor interés por diversos sectores de la sociedad, que se refleja
en mayores inversiones y participación; una mayor capacidad técnica en
organizaciones dedicadas a la conservación y el reconocimiento, por parte del sector
empresarial, de la importancia de los recursos naturales en la viabilidad económica del
país.
35.- Se requiere construir una nueva cultura sobre la biodiversidad que valore su importancia en sus dimensiones sociales, biológicas y económicas y provoque un cambio de actitud en la población ante la biodiversidad, apoyada por una política de estado que multiplique la participación de la sociedad mexicana en este esfuerzo.
Las decisiones que la sociedad y las comunidades toman con respecto a conservar los
paisajes naturales responden a necesidades materiales, perspectivas culturales y
grado de apreciación de los problemas ambientales y su importancia para el bienestar
social. Una actividad que ha desempeñado un papel relevante en la toma de
conciencia de la ciudadanía sobre los problemas ambientales y la conservación de
ecosistemas es la educación ambiental. En las áreas urbanas, por la sensibilidad que
la población comenzó a tener sobre problemas de contaminación atmosférica, de
generación de residuos sólidos, de disposición y distribución del agua en las grandes
ciudades, la educación ambiental se ha desarrollado de manera activa. En el medio
rural, en cambio, la situación de la educación ambiental ha sido muy limitada y los
pocos esfuerzos merecen redoblarse. En ocasiones, la temática ambiental se ha
manejado como parte integral de programas de desarrollo comunitario y esto ha
permitido mayores posibilidades de continuidad de las acciones. De particular
importancia han sido las intervenciones dirigidas a promover un manejo sustentable de
los recursos naturales. Existen experiencias valiosas de grupos que han trabajado en
estrecha relación con los usuarios (y dueños) directos de los ecosistemas. En el país
existen diversas redes de educación ambiental activas y recientemente se está
integrando una red enfocada a las áreas protegidas.
Otro aspecto muy importante en relación con la toma de conciencia sobre el ambiente
y la conservación son los medios masivos de comunicación. Si bien han existido
importantes iniciativas en distintos medios (ej. prensa escrita, radio y TV), éstas por lo
general no son sostenidas y quedan en impulsos cortos. Este es un campo de gran
potencial, que merece atenderse seriamente.
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El concepto de participación social es un componente central en la agenda política
ambiental nacional así como en la internacional. No obstante, ello no significa que
exista consenso con respecto a sus contenidos y alcances. Si bien hoy se reconoce de
manera oficial la necesidad de incorporar en los esfuerzos de conservación
impulsados desde el Estado a las poblaciones que detentan los recursos naturales, lo
cierto es que éstas no han sido ajenas a dichas prácticas. Diversos estudios muestran
cómo históricamente las comunidades asentadas en distintos ecosistemas han
construido, desde principios de la década de los años ochenta y desde sus sistemas
de valores y creencias y organización social y política, instituciones locales que
norman sus prácticas colectivas de acceso y uso de los recursos, permitiendo con ello
tanto su aprovechamiento como su conservación.
En México muchas de las áreas naturales protegidas han sido decretadas en espacios
poblados y con tenencia comunitaria de la tierra. El decreto de muchas reservas sin
consulta previa con la población y sin la integración de las experiencias comunitarias,
ha alimentado una oposición hacia dichas áreas. Es necesario revertir intervenciones
antidemocráticas y atentatorias a derechos agrarios preestablecidos, reconociendo las
iniciativas locales de conservación y aprovechamiento sustentable. La participación
requiere contar en primera instancia con comunidades fuertes y organizadas en torno
a sus recursos; con normas internas clara y colectivamente establecidas y respetadas,
así como con instituciones legítimas. El Estado deberá reconocer esta fortaleza y
condición de poder de las comunidades, y apoyarlas cuando sea necesario.
36.- México es reconocido por sus esfuerzos y enfoques innovadores en conocimiento, conservación y uso de la biodiversidad. Sin embargo, el reto de un país megadiverso demanda que además de cumplir con los compromisos establecidos en los acuerdos internacionales, las políticas de desarrollo nacional fortalezcan la conservación y uso sustentable de la biodiversidad. Las acciones que el país tome en las próximas décadas serán decisivas para conservar el patrimonio natural y el bienestar de la sociedad.
Debido a la ubicación geográfica estratégica y al acceso a distintos foros
internacionales México se ubica en una posición privilegiada para erigirse como un
interlocutor importante para el diálogo y la cooperación entre los países desarrollados
y en desarrollo. Esta condición le ha permitido impulsar negociaciones y lograr
acuerdos entre países que tradicionalmente mantienen posiciones antagónicas.
Asimismo, México ha jugado un papel importante en la búsqueda de compromisos
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globales, por ejemplo fue el primero en ratificar la Convención de Lucha contra la
Desertificación y ratificó, en los tiempos estipulados por ONU, el protocolo de Kyoto y
el de Cartagena.
Su participación activa en foros y organismos internacionales ha servido también como
catalizador para configurar una agenda nacional en esta materia. México ha adquirido
compromisos internacionales relevantes, ratificando las convenciones clave .
Actualmente México participa de manera crítica y constructiva, procurando mantener
congruencia entre las prioridades nacionales y los diversos foros y convenios
internacionales, tanto multilaterales y regionales, como: CITES, Convención de
Diversidad Biológica, Ramsar, MAB-UNESCO, la Comisión Ballenera Internacional, el
Comité Trilateral de Conservación y Manejo de Vida Silvestre y Ecosistemas, la
Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA) y la Comisión
Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), entre otros.
México ha tomado los principios de equidad y responsabilidad común pero
diferenciada, y de enfoque precautorio como ejes rectores de la acción internacional y
en el marco jurídico nacional. Sin embargo su implementación aún es insuficiente.
Si bien México ha tenido importantes logros en los foros ambientales internacionales,
tiene ante sí el reto de internalizar adecuadamente los compromisos derivados,
tomando en cuenta: la participación, seguimiento, pago de cuotas internacionales,
ejecución de las actividades necesarias, así como el fortalecimiento de la relación
entre los compromisos internacionales y el desarrollo de políticas públicas en materia
de biodiversidad y desarrollo sustentable. Es importante mencionar que en estos foros
continuamente emanan decisiones, programas de trabajo e iniciativas que después de
hacer un ejercicio de priorización, debieran estar incorporadas al quehacer
gubernamental haciendo uso de un manejo adaptativo. Tanto la problemática como los
posibles beneficios de una adecuada conservación y aprovechamiento de la
biodiversidad, inciden directamente en la agenda de desarrollo del país, por lo que su
atención debe convertirse en un asunto de máxima prioridad.
Recuadro 9. Listado de acuerdos y foros Internacionales en materia ambiental en los
que México participa.
Multilaterales
1. Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD).
2. Protocolo de Cartagena, sobre seguridad de la biotecnología del convenio sobre la
diversidad biológica.
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3. Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y
Flora Silvestres (CITES).
4. Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas
Marinas (CIT).
5. Comisión Ballenera Internacional (CBI)
6. Convenio sobre Humedales de Importancia Internacional Especialmente Hábitat de
Aves Acuáticas (RAMSAR)
7. Organización Internacional de las Maderas Tropicales (ITTO)
8. Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC).
9. Protocolo de Kyoto, de la convención marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático.
10. Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en los países
afectados por sequía grave o desertificación, en particular en África (UNCCD).
11. Convenio de Viena, para la protección de la Capa de Ozono.
12. Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono.
13. Convenio de Basilea, sobre el control de los movimientos transfronterizos de los
desechos peligrosos y su eliminación adoptado por la conferencia de
plenipotenciarios del 22 de marzo de 1989.
14. Convenio de Rótterdam, sobre el procedimiento de consentimiento fundamentado
previo aplicable a ciertos plaguicidas y productos químicos peligrosos objeto de
comercio internacional.
15.Convenio de Estocolmo, sobre contaminantes orgánicos persistentes.
Declaraciones y Planes de Acción Multilaterales
1. Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
Humano Estocolmo
2. Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
3. Declaración de Johannesburgo sobre Desarrollo Sustentable.
4. Plan de Implementación de Johannesburgo
5. Declaración del Milenio (objetivos de desarrollo del milenio)
6. Declaración de Cancún (Grupo de Países Megadiversos Afines)
Vínculos con organismos 1. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
2. Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
3. Comisión de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (CDS)
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19891990199119921993
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4. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
5. Conferencia de la Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
6. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
7. Comité de Pesca de la FAO (COFI)
8. Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques (UNFF)
9. Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE).
10. Organismo de Cooperación Económica Asia - Pacífico (APEC)
11. Organización Mundial de Comercio (WTO).
12. Acuerdo de Asociación Económica y Concertación Política y Cooperación entre
México y la Comunidad Europea.
13. Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Climático
14. Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC)
Sub Regionales1. Comisión para la Cooperación Ambiental de Norteamérica (CCA).
2. Comité trilateral Canadá - México - Estados Unidos para la conservación y manejo
de la Vida Silvestre y Ecosistemas.
3. Comisión Centroamericana Ambiente y Desarrollo (CCAD).
4. Corredor Biológico Mesoamericano
5. Arrecife Mesoamericano
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