Testimonios MISIONES JESUITAS 2012,
Coyonoxtle y la Presa, Ojuelos, Jalisco.
Un Solo Fuego S.L.P.
APRENDIENDO A DAR EL SI (Araceli Arizmendi Catillo)
Muchas veces he visto lo que se vive en misiones y cada una es distinta pero la que viví
en la localidad de la presa Jalisco fue toda una aventura que empezó el 26 de febrero
con la preparación en donde
me sentía como niña
pequeña aprendiendo cosas
nuevas sacando dudas
haciendo comunidad con el
equipo misionero, estando ya
en la localidad pude percibir
la calidez de su gente que me
hacia sentir como ahora que
hago yo no me merezco
tanto, el amanecer en un
lugar donde pude percibir a
Dios en cada cosa en cada
montaña , en cada charco en
cada cara de los pequeños
ansiosos por tomar sus clases,
en la alegría de los jóvenes
que contagiaban su energía
de vivir de ser algo más, las
personas mayores marcaron
esta misión en donde vi su
entrega a su gente a sus
raíces a sus creencias , no
tengo palabras para explicar
el gran regalo que me permitió conocer el dejarme llevar por el espíritu y encontrar
luces en mi camino que están realuzando una respuesta clara y concisa.
Solo me queda agradecer y espero que aunque sea haya dejado una semillita que a lo
mejor no vere los frutos pero orgullosamente se que hubo muchas llamas encendiendo
otras llamas para formar un solo fuego .
UN PEDACITO DE CIELO EN LA TIERRA (Lourdes Robledo)
Este año había perdido la ilusión de ir, donde le dí un no como respuesta a DIOS en su
invitación, más sin embargo el me quería, me puso tantos momentos para recapacitar,
así que volvió a tocar la puerta, reconocí su llamado y dije: “señor, no puedo negarte lo
que me gusta hacer, enséñame a mirar con tus ojos, hablar con tus palabras, a sentir
con tus manos y amar con tu corazón”…
Con el alma dispuesta a todo, emprendimos ese camino tan maravilloso, discerniendo
la presencia de DIOS, cuando llegamos a ese pedacito de cielo, al sentir el aire acariciar
mi rostro diciéndome: bienvenida hija mía, es aquí donde necesitas estar…”
Mis sentimientos
crecieron, mi corazón
estalló de amor y de fe.
Cuando ves el
recibimiento de las
personas te inspiran,
cuando te abrazan te dan
fortaleza y cuando sonríen
te dan esperanza, para
seguir en tu camino.
Conocer y compartir con
ellas sus vidas, desde la
más triste y dolorosa,
hasta la más llena de vida
y de amor; te permite
crecer como persona, a
saber valorar, que tus
problemas no se
comparan con los de ellos,
que tus necesidades son
un lujo para ellos, que
eres un cobarde para
enfrentar tus miedos, que
sufrir no es derramar solo
una lagrima con golpes de pecho, saber reconocer que has dejado de hacer o que no
has hecho para alcanzar esa felicidad y paz interior.
Fue un cansancio espiritual y emocional, que no cambiaría por nada.
Trabajar con niños mi pasión por la vida, fue darme cuenta que voy por el camino
correcto, que son mi vida, que sus miradas de querer recibir un abrazo, un apapacho,
una palabra de amor, el mimarlos, hablarles de Dios, dejarlos expresarse de él con esa
inocencia de alma, toca tu corazón y recuerdas que Jesús dijo”… dejen que los niños se
acerquen a mí….” Y… “ El que no se haga como niño no entrara al reino de los cielos”….
Pero Dios me tenía preparada una prueba ¿Qué tanto confió en él?..., el trabajar con
jóvenes, debo confesar que nunca lo había hecho, menos con grupos numerosos,
antes de trabajar dije en el nombre de Jesús ayúdame, serás tú quien hable con ellos,
serás tú quien me de la sabiduría… cuando estaba realizando la oración final, al ver que
los jóvenes estaban entregados por completo, con esos ojos llorosos, se me enchino la
piel, mi corazón empezó a palpitar, cerré mis ojos y dije DIOS MIO FUI UN
INTRUMENTO, estas aquí. De igual manera volví a trabajar con jóvenes con apoyo de
mis compañeros, y sentir como Dios toca sus corazones, por medio de ti, es algo
maravilloso. Al escuchar esos aplausos, agradecimientos y sentir esos abrazos, te
llenan. Es una recompensa del de arriba que has cumplido con tu trabajo, y que él está
ahí a tu lado.
El vivir de nueva cuenta misiones de semana santa, después de 4 años, sigo en el
llamado a seguir sirviendo, en la forma que Dios me invite.
Más que dar es el recibir, que enseñar es aprender…
Doy gracias por estas experiencias, el poder compartir con mis compañeros, sentirlos
como ángeles a mi lado y su apoyo incondicional fue aun mas enriquecedor.
Cada uno toma y vive lo que necesita, todos tenemos el momento y la hora donde Dios
tocará tu corazón, tendrás ese momento tan especial, solo abre tu alma, por que el
está ahí, esperando a que tú quieras abrirle las puertas, si lo dejas ir, el volverá a tocar
una y otra vez, todo depende de ti. Pero el te ama y nadie te podrá amar más que él.
Diana Martínez
Un angelito del cielo me
invita a pasar misiones
con un grupo al que ella
ya conocía, y que hacía
tiempo atrás me había
invitado muchas veces..
Si bien, ella ya era parte
de mi vida, la enviaron
para que me hiciera tan
amable invitación... No lo
pensé mucho, puesto
que experiencias atrás
me habían dicho que era
momento de regresar a
hacer eso que me
gustaba, nuevo grupo,
nueva comunidad, nuevo
espíritu de ayuda.
E inician las preguntas
¿Estaré yo preparada
para ir a evangelizar a las
personas? ¿Seré yo la
indicada para ir a hablarles de Jesús? ¿Estaré haciendo lo correcto? ¿Estará bien que
me pare enfrente de todos a decirles sigan a Cristo o la vida es bella? Múltiples dudas
inundan la cabeza porque siempre he estado consciente de que antes de ayudar, hay
que ayudarse a uno mismo.
Las reuniones iniciaron y aún con tantas cosas que hacer, me sorprendía de que
siempre terminaba teniendo tiempo para ir, y llegaba con ánimos y con ganas de
aprender más y más.
Los días se fueron acercando y entre ver a las caras llenas de felicidad y ansiedad por
estar allá, siempre hubo la duda de que si estaba preparada? No lo voy a negar esto
siempre fue la realidad.
El día llegó y en mi imperaban sentimientos de nerviosismo, confusión de porque todo
había sido tan rápido. Al llegar a Chinámpas con gente que no te conocía y que era la
primera vez que te veía, te sonreían, te ofrecían ayuda, te daban la bienvenida (Cosa
tan extraña que ni la gente que vez a diario hace).
Llegamos a La Presa Jalisco y era entrar a la realidad de la semana santa, las misiones
empezaban. Un mundo de gente que no conocíamos pero que desde el principio
empezaron a formar parte de nosotros, nos integraron a su comunidad, nos hicieron
parte de ella.
Nos abrieron las puertas de su casa, nos ofrecieron de lo que tenían para comer, nos
invitaron de lo que tenían en sus casas, cobijas, colchones, agua.
Y ALGO QUE SIEMPRE DIJE FUÉ, IBAMOS PREPARADOS A LOS SACRIFICIOS Y ESTA
HERMOSA GENTE NO NOS PERMITIÓ HACERLOOO!!
Difícil entender que nosotros íbamos preparados para realizar un trabajo con ellos y
nos dimos cuenta que ellos fueron los que evangelizaron en nosotros… Cristo nos puso
ahí y nosotros solo servimos de instrumento, fuimos unas marionetas y todo fluyó...
todo se hizo sin esfuerzo... todo se iba acomodando perfectamente, días, lugares,
horarios... y nosotros estábamos ahí.
De pronto todas esas dudas desaparecieron y dije para que tantas preguntas si aquí
solo vengo a entregar lo que yo soy y lo poco que sé... lo demás lo ponen ellos... Gente
donde se hacía presencia el mismo Jesús.
Conmovidos fueron los días, cada nueva casa que pisábamos, cada nueva espalda que
nuestras manos tocaban al dar un abrazo, cada mejilla que se besaba era la misma
presencia del cielo con nosotros!
Despedirse no fue lo más difícil, lo más difícil es pretender olvidar las caras, las
sonrisas, los abrazos, a las personas, tanta calidez de las personas. Acaso hay otro lugar
donde traten igual… porque si es así quiero conocerlos a todos.
“Al atardecer de la vida, seremos examinados en el
Amor". (José Luis Aguilar)
Y ahí estaba yo sentado en las piedras, solo, en la tarde, a inicios de la Semana Santa, meditando esta frase de San Juan de la Cruz en la parte alta del cerro donde el día viernes sería el viacrucis en Coyonoxtle, la comunidad donde me toco estar en misión. Sintiendo el viento fresco y el sol, observaba a lo lejos Chinampas, las casas de Coyonoxtle y a lo lejos se veía la comunidad de “La Presa” y el campanario de la iglesia. Chinampas fue la primera comunidad a la que llegamos el domingo de Ramos, ahí tuvimos la misa de envío con el P. Porfirio, parte del grupo se fue a “La Presa”. No fue fácil para mí estar en estas misiones por algunas cuestiones personales, los días previos fueron de pedir mucha fortaleza con la esperanza y confianza de que esta semana el Señor Jesús me daría grandes consolaciones y la invitación a estar atento
con los sentidos, a escuchar las alegrías y tristezas. Esta sería nuestra Galilea, aquí y donde estemos después de misiones, ahí es Galilea en nuestras vidas.
Coyonoxtle es una pequeña comunidad donde viven unas 20 familias, las casas están dispersas, es una zona árida y seca, casi no llueve, hay muchos nopales, mezquites y sangre de grado. La mayoría de las casas están construidas con adobe. Cuando llegamos la gente nos contó que la pipa tenía una semana sin ir a llenarles sus tambos y cubetas; ya tienen un pozo pero por trámites no han logrado que funcione. Hay una pequeña escuela, es un salón de adobe, techo de lámina y poco mobiliario, donde Ángel y ahora Juanita, jóvenes de la misma comunidad dan clase a los niños. La Sra. Eli nos contaba que hubo un tiempo que no había maestro y los niños le pedían a ella que les enseñara algo.
La gente nos recibió con mucha alegría, nos prestaron una casa para quedarnos, cobijas y algunos colchones para dormir. Y en las habitaciones colocaron imágenes de la Virgen María, Nuestra Señora de los Dolores. De lunes a miércoles hacíamos el visiteo en la mañana por las casas, fue oportunidad de conocer más a las familias, llevar la comunión a los enfermos, a la Sra. Feliciana, y que el Sábado Santo fue internada de urgencia en Aguascalientes.
Por la tarde teníamos la reunión con los niños, jóvenes y adultos. Me toco acompañar a los jóvenes, nos compartían sus alegrías, sueños, anhelos, y su confianza en
Jesús ante la realidad que se vive, falta de oportunidades de empleo, educación, la pérdida de un hermano, etc... Es una realidad que duele, ahora que recuerdo sus rostros y su compartir, y que me invita a no permanecer indiferente, a saber escuchar
y mirar. Hicimos oración con arte, por medio de dibujos que ofrecimos con alegría a Dios.
Compartir la mesa y la comida fue también motivo de alegría (la tortilla con sal, el alemán antiguo de Jessi,( el saludo de hormiguita, etc…), pero también para vivir sus necesidades (como el acceso al agua y valorarla), escuchar sus necesidades de empleo, de acceso a la salud, educación y la violencia que toca a esta parte del país, el problema de la migración y la separación de las familias para atender sus necesidades básicas. Escuchar como una madre responde con alegría en la cocina la llamada de su hijo que se encuentra en los Estados Unidos para avisar que está bien y que tiene cuatro años sin verlo; ver a la esposa llorar porque su marido se encuentra en Estados Unidos y que me comparte con alegría como ha cuidado sus plantas y flores que rodean su casa. Mirar las cortinas que hacen de puerta y que por las noches se debe de colar el frío. Tocar estas realidades de pobreza material nos hace ver esta realidad de injusticias, donde una sociedad consumista (religión del consumo y sus nuevos templos, los centros comerciales) y materialista nos engaña con las alegrías efímeras. Se nos impone la moda, la música, lo que hay que ver y escuchar. Es a partir de estas experiencias de misiones que se generan alegrías profundas y duraderas, de comunidad.
También sentí la presencia del mal espíritu, con actitudes negativas, que no ayudan a construir comunidad y nos centra solo en el “Yo”, en el individualismo y pragmatismo que alejan el encuentro profundo con Jesús y causan confusión.
Pero también sentí la consolación que hoy agradezco, al buen espíritu que proviene de Dios y que me dejó con aumento de Amor, Esperanza y Fe. Esto fue así, la noche del sábado me toco encender el Cirio Pascual. En un inicio cubría la llama con las manos, hacía viento. La Hna. Aurora me pidió que elevara el Cirio que nos guiaría hacia la Capilla, “No se apagara, es la luz de Cristo que nos ilumina el camino” me dijo la Hna. Aurora, quien me guiaba para que no tropezara mientras llevaba el cirio pascual en alto. Y el Cirio Pascual no se apagó.
Me descubro confirmando mi principio y fundamento. Doy gracias a cada una de las gentes con las que compartimos la Vida y los alimentos en Coyonoxtle, de cada una de ellas aprendí algo. También a la gente que nos recibió en Chinampas, La Presa y Ciénega. Quedan en mi memoria los momentos de contemplación bajo la luz de la luna y las estrellas en el Coyo, por todo esto doy gracias a Dios. A Ignacio, mi compañero de batalla, le pido el ánimo y las fuerzas para más amar y mejor seguir a nuestro Señor Jesús y seguir caminando en su Compañía.
Jessica Galarza
Los buenos sentimientos se esconden bajo las capas de contaminación, injusticia,
pecado, trampas, carreras, trabajo, escuela, odio, rencores... cosas que se ven a diario
en nuestra sociedad... se esconden tanto, que cuando uno intenta rescatarlos es
difícil, entonces te detienes y piensas, a dónde se fueron? cómo es que estamos donde
estamos?... pero; qué hacer para recuperarlos? es ese el detalle..
MISIONES
Es cuando las cosas toma una
nueva valorización..
Desde un vaso de agua, la
comodidad de tu cama, el
baño de tu casa, hasta una
sonrisa, un abrazo, una
lágrima..
Nuestra vida va tan de prisa,
que una palabra de aliento se
escucha poco, puede oírse
pero no escucharse, sentirse ni
entenderse, el dolor se toma
muy a la ligera, tanto como el
amor..
Misiones es... Despertar
sabiendo que alguien te
espera... que alguien se
preocupa por si estás bien o
no... si comiste o no...
Es acompañar a todo un
pueblo, en penas y alegrías y
compartir con ellos la chispita que Dios a depositado en ti... aunque cuando caes en
cuanto son ellos quien terminan compartiéndolo todo contigo, TODO... sus
alimentos... sus casa, sus vida, sus penas, sus dolores, sus miedos, su AMOR, su fe, su
pasión, TODO, sufrimientos, empatías... te hacen parte de su familia en unos días... y
se desviven por que estés bien..
Misiones es comprender que Dios está vivo en la gente, que él no murió y resucitó
hace tiempo, sino más bien lo hace día con día... que el no, o difícil acceso a la salud, al
agua, a los alimentos, a la educación... está latente, pero tan minimizado... tanto se
habla de violencia y guerras... y tan poco de preocupación por esas personas que
pasan hambre cuando una persona de su casita enferma... y tienen que trasladarse a
otra ciudad a atenderla..
Misiones es dejar tu corazón con cada persona, es reír, llorar, gritar, sentir con ellos,
hacerles sentir que no están solos... que Dios los acompaña paso a paso como a todas
las personas... hacerles ver que lo que dan es demasiado.. y entender un poco eso de
"Dar hasta que duela" porque abres los ojos y ves que muchas veces lo que estás
dando no es ni la mitad de lo que podrías ofrecer..
Misiones es darse cuenta del verdadero cansancio y que no tiene nada que ver esto
con la alegría con la que vives tu vida... es darse cuenta que sobre valoramos lo que
nos hace sufrir...
Misiones es aceptar que nadie te ama como ÉL... que estás donde tienes que estar y
bajo las situaciones y circunstancias que estás porque es ahí donde debes estar..
Misiones es dejar tu vida por un tiempo, para darte cuenta que hay algo mejor, que no
lo estás haciendo del todo bien, que te falta abrir los sentidos en muchos aspectos,
que no estás tomando en cuenta muchos detalles que pasan al rededor de lo que
llamas vida...
Misiones es algo que no se explica con palabras, pero si pudiera ser explicado con ellas
sería todo lo anterior resaltando tanto el AMOR que la gente te entrega, la alegría con
que te reciben, la pasión con que te despiden... se describiría con el COMPARTIR, con
el SENTIR, y con el AMAR..
Misiones es aceptar a DIOS con todos tus SENTIDOS... es AMAR hasta el extremo, es ir
a "donde los hombres necesiten sus palabras y tus ganas de vivir"..
Misiones es cuando dejas el corazón en la comunidad y te robas un pedacito del de
ellos para seguir viviendo en este mundo de pasos agigantados y sentimientos
opacados... un tiempo, mientras llega el momento de volver a sentir..
Sin embargo y además de todo esto... MISIONES... es una invitación a vivir de la
manera que la comunidad te ha enseñado a vivir... con AMOR, esperanza, ALEGRÍA, y
AMANDO como Dios...
Misiones es la manera en que Dios nos seduce por medio de la gente... pidiendo que le
renovemos el SÍ completo... y eso es lo que me deja... decirle a Dios aquí estoy señor...
cual dócil sierva...
Monse Juárez González
¡Ay de mí si no evangelizase! 1 Co
9,16...
Inicie estas misiones muy
emocionada, se iba acercando la
fecha y aun así 1 día antes no me
la podía creer pero solo Dios sabe
porque hace las cosas y por
razones que no vale la pena
mencionar no iba a continuar con
este viaje se me vinieron muchas
cosas a la mente me lo pregunte
mil veces, SEÑOR ACASO ES QUE
NO SOY ÚTIL PARA TI? ... Pero
GRACIAS a DIOS! que me puso a
una persona que me hizo
entender que DIOS NO SE
EQUIVOCA y que todo vendría a
su tiempo y así fue ... PROXIMA
PARADA : LA PRESA :D llegue y no
me sentía bien, me sentía tan pequeña, desanimada que hasta me llegue a preguntar
¿A que fue a lo que vine?.. Pero recordé aquello que dice el beato Juan Pablo II en su
encíclica Redemptoris missio “Los hombres que esperan a Cristo son todavía un
número inmenso no podemos permanecer tranquilos, pensando en los millones de
hermanos y hermanas, redimidos también por la Sangre de Cristo, que viven sin
conocer el amor de Dios” y olvide todo lo que había pasado y seguí me deje llevar
nunca hable yo el Señor fue quien hablo a través de mi, ver a esos niños jugando,
cantando, riendo siendo realmente FELICES! Me hicieron volver al piso y ver que no
todo es material que la vida está llena de muchas cosas, pude ver el rostro de CRISTO
en cada uno de mis hermanos abrazos y sonrisas sinceras, ver como la gente se
entrega a lo que hace me quedo satisfecha y agradecida con DIOS porque me sentí
mimada porque solo fue que me abandonara en su amor y todo salió como él quiso, y
hoy me siento invitada a seguir las huellas del apóstol Pablo, quien, “prisionero de
Cristo para los gentiles” (Ef 3,1), ha trabajado, sufrido y luchado para llevar el
Evangelio entre los paganos (Col 1,24-29), sin ahorrar energías, tiempo y medios para
dar a conocer el Mensaje de Cristo no solo en lugares lejanos si no con mi hermano
que está a mi lado.
VIDA QUE LLENA MI VIDA. (Nicolás Gascón )
Con ansias de seguir en el camino de servir, con ansias de descubrir nuevos horizontes,
con ansias de conocer nueva gente, estilo de vida, creencias, comida, costumbres,
tradiciones, con tan tantas ansias de tener un pie en la comunidad La presa, así inicie
mis primeras misiones.
No imaginaba lo que me esperaba solo me dejaba llevar sin preocupación, no quería
suponer cosas, simplemente quería vivir intensamente cada momento. Llegando a la
comunidad las personas nos abrieron las puertas como si tuviéramos una relación de
amistad de años atrás, ¿Cómo es posible que la gente crea en los misioneros en medio
de un lugar de inseguridad? Es algo que con palabras no puedo escribir, más que nada
es un sentimiento que se puede observar, sentir y vivir, el amor que traspasa por
medio de las personas.
Es de valientes vivir en soledad, con preocupación, angustia, pero siempre con
esperanza de que algún día regresara aquella persona que se fue lejos en busca de un
mundo de oportunidades, de una mejor calidad de vida, dejado atrás su historia, su
gente, su vida; la migración es un proyecto de vida en la comunidad, donde generación
tras generación se siguen estos pasos, ya no importa el riesgo, lo que importa es estar
con la familia en aquel lugar de la tierra prometida, siempre con fe y esperanza de
regresar algún día, volver a ver a la familia y estar en aquel lugar de México que le vio
crecer.
Llegar en un lugar donde los jóvenes cansados de ver las situaciones de su comunidad
lleno de miedos comienza a crear desanimo por la vida, no observan lo que
verdaderamente los hace felices, se vuelve todo monótono, y así se refugian en el
alcohol y en el desanimo; pero así como están estos jóvenes también están los jóvenes
llenos de alegría, de esperanza, de amor, y aun más maravilloso es ese amor que lo
transmiten a los demás, se puede ver en sus rostros la fe que llevan dentro de lograr
que otro mundo es posible, a pesar de sus caminos duros ó sencillos nunca pierden esa
sonrisa que llego a marcarme y arrancarme un pedazo de corazón, me sentía sin
preocupaciones a lado de estos jóvenes, siempre he dicho que puedo encontrar a Dios
en todas las cosas, y esta vez lo pude sentir en cada uno de los jóvenes que me
transmitieron paz y mucho amor, algo que jamás olvidare es el agradecimiento y el
afecto que las personas te dan, pero al único que hay que agradecer es a mi padre
bueno por permitirme vivir y cruzarme en ese lugar con aquellas personas que me
llenaron de vida.
Sin embargo a pesar del dolor que reflejan las señoras nunca pierden la alegría que
pinta en sus vidas, ver como la comunidad se junta en los días santos para acompañar
a Jesús serviría de mucho en las ciudades, ya que con tanto amor a Jesús no importa lo
que tengan que hacer, lo importante es estar en su sufrimiento entregándose a Jesús
en cada uno de sus momentos; pude observar que la unión de la comunidad la hace
Jesús, donde hasta la familia más cerrada o menos participativa se involucra en el
acompañamiento de Jesús y de la comunidad creando una armonía única.
Pero mi pregunta es ¿Misionero yo? ¿Qué voy a enseñarles a las personas?, fueron mis
primeras misiones donde me respondí la pregunta, donde llegue con las manos vacías
y regrese con las manos sobradas de aprendizaje y de vida, donde descubro que hay
que vivir intensamente la vida no importa el dolor, siempre hay algo que motiva a
levantarte cada día y es ese amor que la gente te da, que la creación te da, que Dios te
da.
En un lugar pequeño de gente humilde, con un corazonzote, llenos de Fe y Esperanza
puedo decir que existe Vida, vida que llena mi vida, vida que marco a cada uno de los
misioneros, vida que puedo saborear, vida que jamás se terminara porque en ella hay
amor y vive Dios.
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