Textos: P. Sergé NicolaffDiseño: Mónica Heller
Curso de Mariología para www.institutodeteologia.org y www.oracionesydevociones.info
Entre los privilegios de la Virgen María en atención a su dignidad de Madre de Dios y en virtud de los méritos de
su Hijo, es de destacar el de su Inmaculada Concepción, reconocido
por la Iglesia desde sus inicios y definido como dogma de fe el 8 de
diciembre de 1854 por el Papa Pío IX en la Bula Ineffabilis Deus.
“Declaramos, pronunciamos y definimos que la
doctrina que sostiene que la Santísima Virgen
María, en el primer instante de su Concepción fue,
por singular gracia y privilegio del Dios omnipo-
tente, en previsión de los méritos de Cristo Jesús,
Salvador del género humano, preservada inmune
de toda mancha de culpa original, ha sido revelada
por Dios y, por tanto, debe ser firme y constante-
mente creída por todos los fieles”.
“Inmune de toda mancha de culpa
original”: la Iglesia confiesa que María en
ningún momento y
en modo alguno fue alcanzada por la culpa original que se transmite por generación a la humanidaddesde nuestros
primeros padres.
Pío XII añade que cuando se habla de María, ni siquiera “cabe
plantearse la cuestión” de si tuvo o no algún pecado, por nimio que
pudiera pensarse, “puesto que lleva consigo la dignidad y santidad másgrandes después de las de Cristo. (...) Es tan pura y tan santa que no puede concebirse pureza mayor después de la de Dios” (Fulgens
corona, 08.09.1953).
Sentencia cierta: libre de la concupiscencia desde su concepción.
La inmunidad de María es una gracia del Diostodopoderoso que constituye un “privilegio sin-gular”. Dios se interpone entre María y el pecadopara que éste ni siquiera le roce por un instante.
Es un privilegio extraordinario concedido a laque había de ser Madre de Dios.
Esta verdad no se ha obtenido como una conclusión a partir de la
Revelación, o por su conexión con alguna otra verdad revelada. Se trata
de una verdad formalmente revelada por Dios. Ha habido progreso en el conocimiento y
explicación, pero la verdad era cono-cida desde los comienzos de la
Iglesia como divinamente revelada.
Anunciación (Lc 1, 28): “La expresión ‘llena de gracia’ traduce la palabra griega
‘kexaritomene’, la cual es un participio pasivo. Así pues, para expresar con más exactitud el matiz del término griego, no se
debería decir simplemente ‘llena de gracia’, sino ‘hecha
llena de gracia’ o ‘colmada de gracia’, lo cual indicaría
claramente que se trata de un don hecho por Dios a la Virgen.
El término (...) expresa la imagen de una gracia perfecta
y duradera que implica plenitud”
(Juan Pablo II, Audiencia general, 08.05.1996).
Los Padres advierten que las palabras de Isabel a María, en la Visitación (“bendita tú entre las
mujeres ybendito el fruto de tu
vientre”), dan a entender que María fue la sede de
todas las gracias divinas y que fue
adornada con todos los carismas del Espíritu Santo,
al extremo de no haber estado nunca bajo el
poder del mal.
Protoevangelio: “Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer, entre
su descendencia y la suya. Ella te aplastará la cabeza, mientras tu le muerdes el talón” (Gn 3, 15). En el texto hebraico, quien pisa la cabeza de la serpiente es la descendencia
de la mujer.
Pío XII, Fulgens corona: “Si en un momento determinado
la santísima Virgen María hubiera quedado privada de la gracia divina, por haber sido
contaminada en su concepción por la mancha hereditaria del
pecado, entre ella y la serpiente no habría ya -al
menos durante ese período de tiempo, por más breve que
fuera- la enemistad eterna, de la que se habla desde la tradición primitiva hasta la
solemnedefinición de la Inmaculada Concepción, sino más bien
cierta servidumbre”.
La doctrina de la Inmaculada encontró cierta resistencia en
Occidente. Hubo santos, como Agustín,
Bernardo, Alberto Magno, Buenaventura y Tomás
de Aquino, que al tiempo de afirmar la eximia
santidad de María, se resistían a proclamar el privilegio de la
Inmaculada. No percibían cómo conciliarlo con la universalidad de
la Redención operada por Cristo.
Solución: María no es una criatura exenta de redención. Es la primera
redimida por Cristo y lo ha sido de un modo eminente en atención a los méritos
de Jesucristo Salvador del género humano. Duns Escoto distingue la
“redención liberativa” de todos nosotros, de la “redención preventiva” de María.
Sixto IV, en 1476 y 1483, aprueba la Fiesta y el oficiode la Concepción Inmaculada, prohibiendo calificar co-mo herética la sentencia inmaculista. Inocencio VIII,en 1489, aprueba la invocación de la Concepción In-maculada. Trento, en 1546, declara que “no es inten-ción suya incluir en este decreto, en que se trata delpecado original, a la bienaventurada e inmaculada Vir-gen María, Madre de Dios”. San Pío V incluye en elBreviario el oficio de la Inmaculada. Paulo V, en 1616,prohíbe enseñar públicamente la sentencia antiinmacu-lista. Gregorio XV, en 1612, lo prohíbe privadamente.Alejandro VII, en 1661, publica una constitución so-bre la Inmaculada. Clemente XI, en 1708, extiende laFiesta como de precepto a toda la Iglesia Universal.
Hitos del Magisterio sobre la Inmaculada
Los Padres descartan no sólo cualquier especie de pecado en la
Madre de Dios, también la juzgan ajena a toda imperfección voluntaria, hasta
el punto de negar en Ella cualquier acto imperfecto o remiso de caridad. Entienden que, en modo alguno, ha
estado inclinada al mal.
Privilegios incluidos en la plenitud de gracia, 1
La posibilidad de hacer el mal es un signo, pero
también una imperfección de la libertad. El verdadero ejercicio de la
libertad consiste en elegirel bien porque nos da la gana. La
gracia sana lavoluntad libre. Donde hay plenitud de
gracia,hay plenitud de voluntad sana y, por tanto, plenitud de libertad. Por eso
la Santísima Virgenfue libérrima en todo momento.
Privilegios incluidos en la plenitud de gracia, 2
La Virgen María estuvo sujeta al dolor. Santísima, sin sombra de pecado, pero
pasible y mortal, partícipe de la kénosis de su Hijo, padeció al corredimir con Cristo. Una espada atravesó su alma
(anuncio de Simeón). El privilegio de la Inmaculada, lejos de sustraer el dolor de María, aumentó en Ella su capacidad de
sufrimiento.
Desde su concepción la Virgen es superior en graciaa todas las criaturas, incluidos los ángeles. Pero noera una gracia infinita: creció a lo largo de su vida,especialmente en la Encarnación, al pie de la Cruz yen Pentecostés. Además, el amor recíproco entreel Hijo y la Madre sería una causa ininterrumpida
de incremento de gracia para Ella.