TIPS PARA TRABAJAR CON ESTUDIANTES CON TEA
La sola inclusión de un autista o Asperger en una clase regular no hace que
éste evolucione. Los niños y jóvenes con características asociadas al espectro de
autismo muchas veces confrontan serios problemas en la escuela. La distracción,
impulsividad, hiperactividad, desorganización y otras dificultades pueden conducir
a errores de descuido y una conducta desordenada que lo perjudica a sí mismo y
a los demás. Mediante la implementación de adaptaciones sencillas y poco
complicadas, los maestros en el ambiente del aula o en el estilos de enseñar
pueden adaptarse a las potencialidades y debilidades de sus alumnos. Pequeños
cambios en la forma en que un maestro se acerca a un alumno o en lo que un
maestro espera, pueden transformar un año de pérdidas en uno de ganancias
para el niño.
A continuación encontrará algunos ejemplos de adaptaciones que los
maestros pueden hacer:
DISTRACCIÓN:
Siente al estudiante en un lugar tranquilo; lejos de ventanas, puertas,
ventiladores.
Siente al estudiante al lado de un compañero que le sirva de buen ejemplo y
que le brinde apoyo. Proceda de la misma forma cuando sean trabajos grupales.
Aumente el espacio entre los pupitres.
Permítale más tiempo para terminar las tareas de clase.
Acorte las tareas de clase o los períodos o los períodos de trabajo para que
coincidan con la capacidad de atención. Utilice un marcador de tiempo.
Ayude al estudiante a fijarse metas que puedan ser alcanzadas a corto plazo:
divida las actividades a desarrollar en pequeñas partes para que el estudiante
pueda ver el final del trabajo.
Asigne los trabajos de clase de uno en uno para evitar que se acumulen.
Exija menos respuestas correctas para la nota.
Reduzca la cantidad de tareas escolares a realizar en la casa.
Enseñe al estudiante a autocomprobarse utilizando señales.
Acompañe las instrucciones orales con unas escritas y si es posible añada
dibujos o pictogramas de las acciones a realizar.
De instrucciones claras y precisas.
Trate de vincular al estudiante a la presentación de la lección.
Utilice una señal privada para inducir al estudiante a mantenerse en la tarea.
Asegúrese que el niño le está atendiendo cuando inicie una actividad y
comprenda lo que se le exige.
Hay que ser conscientes de que algunos estímulos auditivos y visuales pueden
ser excesivos o escasos para el estudiante. Por ejemplo, el zumbido de las
lámparas fluorescentes puede distraer mucho a determinadas personas con
autismo. Si el estudiante se distrae o parece afectado por el ambiente de la clase,
puede ser necesario realizar algunos cambios, tales como eliminar un ambiente de
“confusión visual” o cambiarlo de sitio en el aula.
COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
Para favorecer el desarrollo de intenciones comunicativas, la estrategia
fundamental es recurrir al “procesamiento visual”, en que los estudiantes suelen
tener más capacidad. Utilizar procedimientos que impliquen el registro (gráfico o
escrito) de secuencias diarias de actividades y de sucesos relevantes del día
(Horario visual). Usar viñetas como claves de la organización del tiempo. Emplear
un reloj de pared con números grandes en el aula.
Si tiene dificultades de comunicación se deben utilizar recursos de apoyo que
le permitan entender lo que sucede a su alrededor y que es lo que se espera de él
en cada una de las áreas de trabajo o en las actividades. Para niveles iniciales, se
recomienda colocar letreros con figuras alusivas al área de trabajo.
Estimúlelo a comunicarse, a solicitar verbalmente lo que desea formando
frases y oraciones. Modele usted y pídale que repita él lo que usted desea
enseñarle.
Propiciar la participación del estudiante en el aula haciéndole preguntas.
La mayor parte de las personas autistas utilizan e interpretan el lenguaje de
modo literal. Hasta que no conozca usted sus capacidades, evite:
Modismos: guardar la respiración, esperar la señal de partida, segundas
intenciones.
Dobles sentidos, como en los chistes.
Sarcasmos: decir “¡Estupendo!” justo cuando acaba de tirar una botella de
salsa sobre la mesa.
Apodos cariñosos: amiguete, colega, gordito, chico listo.
Discursos figurativos confusos.
Si el estudiante autista usa argumentos verbales repetitivos y/o realiza
preguntas verbales repetitivas, es necesario que el profesor interrumpa lo que
puede convertirse en una letanía continua y repetitiva. Responder de modo
continuado y de forma lógica a sus preguntas o discutir con él no elimina casi
nunca esta conducta. El tema de su argumento o de su pregunta no siempre es el
tema que le preocupa. Con frecuencia, la persona está transmitiendo un
sentimiento de pérdida de control o de incertidumbre sobre algo o alguien de su
entorno. Pídale que le ponga por escrito su pregunta o su argumento (si es un
autista de alto funcionamiento o asperger). A continuación, escriba usted su
respuesta. Normalmente, esto le suele calmar e interrumpe su actividad repetitiva.
Si esto no funciona, póngale por escrito su pregunta o argumento repetitivo y
pídale que conteste por escrito lo que él piensa que usted escribiría. Esto le
distraerá de su situación de escalada verbal y le proporcionará un método
socialmente más aceptable para expresar su frustración o su ansiedad. Otra
alternativa es el escenificar el argumento o la pregunta repetitiva, representando
usted el papel del estudiante y haciendo que éste le responda como él piensa que
usted lo hubiera hecho.
IMPULSIVIDAD
Ignore la conducta inadecuada que sea más leve.
Establezca reglas claras. No espere a que el niño se descontrole o a que usted
pierda la paciencia.
Se debe establecer el control del niño con autismo dentro y fuera del aula,
implementando límites a las alteraciones de conducta caprichos.
Incremente la inmediatez de las recompensas y consecuencias.
Al indicar lo que NO DEBE HACER, dele las alternativas de lo que DEBE
HACER.
Estimule la conducta con elogios.
De reconocimiento a la conducta positiva de otro estudiante cercano.
Ubique el asiento del estudiante cerca de un compañero que sea un buen
ejemplo o cerca del maestro.
Establezca un contrato de buena conducta.
Enseñe al estudiante a auto comprobar su conducta: levantar la mano, pedir
permiso para ir al baño, etc.
Elógielo cuando levante la mano para responder una pregunta.
El educando con autismo no debe escapar a consecuencia de una rabieta o
conducta agresiva. Cuando suceda, deberá ser sacado de la situación que
provoca la conducta y cuando esté tranquilo el docente procederá a colocar la
actividad u otra actividad.
ACTIVIDAD MOTRIZ
Sea observador: anote lo que pasa antes de una crisis, los signos y señales que
hace el niño.
Ignore gritos y llantos.
Permítale al estudiante trabajar de vez en cuando de pié.
Facilítele interrupciones que le permitan levantarse del asiento, es decir, hacer
diligencias, etc.
Proporcione descansos cortos entre las tareas de clase.
Recuérdele al estudiante que verifique el trabajo terminado si su realización fue
apresurada y descuidada.
Proporciónele tiempo adicional para terminar las tareas de clase, especialmente
si su ritmo de trabajo es lento.
Si su mesa está desordenada, necesitará con frecuencia su ayuda para
ordenarla o para poder encontrar sus cosas. Enséñelo a organizarse utilizando
pasos pequeños y específicos.
ESTADO ANÍMICO
Cuide su expresión facial.
Proporcione seguridad y aliento.
Las personas con autismo tienen problemas de organización,
independientemente de su edad o inteligencia, incluso aún siendo sobresaliente o
teniendo una memoria fotográfica, se le puede olvidar llevar un lápiz a la clase o
entregar una tarea. Esta situación lo angustia mucho. Una estrategia puede ser
colocar un dibujo de un lápiz sobre su bulto o que tenga una lista con las tareas
que debe realizar en casa o llevar al colegio.
Anticipe situaciones de lucha de poder y actúe de modo preventivo para evitar la
confrontación, mediante la calma, la negociación, la presentación de alternativas o
el desvío de su atención hacia otro asunto.
Si observa un aumento de comportamientos poco habituales, puede estar
mostrando un aumento de estrés. A menudo la manera de aliviarlo consistirá en
que el estudiante abandone físicamente la situación estresante.
Evitar hacer cambios bruscos en la rutina sin antes explicárselos al niño ya que
al no comprender estos cambios, le genera mucha ansiedad y se observará la
aparición de comportamientos inadecuados.
Proporcionarle información sobre las actividades a realizar durante el día, los
cambios de rutina, personas, etc., y sobre el comportamiento que debe tener en
cada situación. Para esto estructure el ambiente del aula de forma que le permita
comprender que se espera de él en cada área. Utilice muebles, letreros, dibujos
para señalar donde va a colocar sus pertenencias, donde se sentará, etc. Puede
emplear horarios visuales (gráficos), dibujos, fotos, secuencias de actividades,
cronogramas, que lo ayuden a organizarse y comprender mejor la situación. Un
ambiente y una rutina estructurada le dan seguridad y le permiten ubicarse
temporal y espacialmente, así como anticipar las actividades a realizar y
desenvolverse mejor en el ambiente.
Antes de responder con un SI o NO, piénselo bien a fin de mantenerlo,
cualquiera sea la respuesta del niño.
Evitar emplear el “NO o NO HAGAS _______” ya que esto solo le informa que la
persona está enojada y no le informa como remediar el problema. Se le debe decir
la alternativa: “HAZ__________”
Usar alabanzas y refuerzos específicos que le permitan saber al niño que es lo
que ha hecho bien.
No juzgue los sentimientos. Ayúdelo a darse cuenta de sus emociones y las de
los otros (empatía). Cuando el niño esté triste, asustado, feliz o grite para
manifestar su emoción, verbalícelo: “estás triste porque…”, “estás bravo
porque….” y pídale que lo verbalice el niño.
Hable con suavidad y en forma no amenazante si el estudiante se muestra
nervioso.
Repase las instrucciones cuando asigne nuevas tareas de clase para asegurar
que el estudiante las comprende.
Utilice las oportunidades que le permitan al estudiante desempeñar un papel
dirigente en la clase.
Reúnase a menudo con los padres o representantes para conocer los intereses y
logros del estudiante fuera de la escuela.
Envíe notas positivas a la casa.
Estimule el intercambio social con compañeros de clase, si el estudiante es
reservado o excesivamente tímido.
Observe si hay señales de estrés y anímelo o rebaje el cúmulo de tareas para
aliviar la presión y evitar una explosión de ira.
Ofrezca un breve adiestramiento sobre cómo controlar la ira. Anime al estudiante
a retirarse de las discusiones, a utilizar estrategias calmantes o a llamar a algún
adulto que este cercano cuando comience a enfadarse.
CAPACIDADES ACADÉMICAS
Siendo aprendices visuales que tienen problemas con el pensamiento abstracto
y conceptual: use señales visuales, presente las instrucciones y los horarios en
forma gráfica (dibujos alusivos a las actividades) y escrita. También puede
emplear esquemas y listas. Las situaciones estructuradas con entrada visual y
apoyo auditivo (canciones, ritmos, material colorido y/o tridimensional) que permita
la manipulación y retroalimentación kinestésica lograrán mayor atención y
desempeño.
Si es un niño del nivel Inicial: utilizar códigos viso-espaciales donde pueda
percibir en forma concreta la tarea a realizar y los objetos implicados, por ejemplo:
pictogramas que especifiquen la acción que va a realizar, fotos de sus propios
objetos y pertenencias (ropa, utensilios, etc.)
Evite hacer preguntas imprecisas, tales como ¿por qué hiciste esto? Diga: “No
me gustó que cerraras bruscamente tu libro cuando dije que era la hora de ir a
deporte. La próxima vez cierra el libro suavemente y dime que estás molesto. ¿me
querías demostrar que no tenías ganas de ir a deporte o que no querías
interrumpir tu lectura?. Sea lo más concreto posible en sus interacciones con los
niños.
Evite una sobrecarga verbal: sea claro, use frases cortas si percibe que el
estudiante no comprende correctamente. Aun cuando no tenga problemas
auditivos y este atendiéndole, le puede resultar difícil comprender el punto
esencial de su explicación, así como identificar la información importante.
Se le debe enseñar empleando todas las modalidades sensoriales posibles:
kinestésicas (llevando las manos a la manipulación motora), visual (exigiéndole
que mire lo que hace), auditiva (se le debe verbalizar lo que tiene que hacer).
Recuerde que las personas con autismo tienen dificultades para generalizar
aprendizajes, por esto es bueno darle oportunidades de practicar sus habilidades
en situaciones reales y no solo con pocos ejemplos.
La situación de aprendizaje debe ser estructurada de forma que le permita
predecir qué, cuándo y cómo va a aprender. Se deben elaborar secuencias
fáciles de comprender, predecibles y ordenadas.
El establecimiento del contacto visual es determinante para el éxito, ya que al
prestar atención aumenta la comprensión y la memoria.
Si lee con dificultad: facilite tiempo adicional de lectura, utilice estrategias de
“revisión previas”, seleccione textos con menos palabras por página, disminuya la
cantidad de lectura requerida, evite la lectura en voz alta.
Si su experiencia oral es pobre: acepte todas las respuestas orales, sustituya el
informe oral por la demostración, estimule al estudiante a hablar acerca de sus
ideas o experiencias nuevas, escoja nuevos temas sobre los que se puede hablar
con facilidad.
Si su expresión escrita es pobre: acepte todas las variedades de informes que
no sean escritos (ejemplo: demostraciones orales, proyectos), acepte el uso de la
máquina de escribir, procesadoras de textos, grabadoras, no le asigne muchas
tareas de trabajos escritos, haga pruebas con opciones múltiples o preguntas a
completar. Utilice dos marcadores de distinto color para cada línea del cuaderno a
fin de ayudarlo en su visualización.
Si tiene dificultades para las matemáticas: permítale utilizar la calculadora,
ábaco o computadora; utilice papel cuadriculado para espaciar los números,
facilite tiempo adicional para las matemáticas, proporcione de inmediato ejemplos
de respuestas correctas, así como instrucciones, a través de la demostración del
procedimiento correcto del cálculo.
La enseñanza debe tener en cuenta el nivel evolutivo-madurativo y las
capacidades del estudiante. También se deben mostrar los resultados finales de
las actividades de aprendizaje para ayudar al niño a comprender el sentido de lo
que se le pide y el de su propia actividad.
Proporcionar situaciones de aprendizaje sin ensayo y error, mostrar el sentido
de lo que se le pide que haga. Para ello se le debe brindar la ayuda necesaria y
suficiente para hacer las tareas que se le solicitan, evitando la ayuda excesiva.
Organice descansos entre actividades.
Si el estudiante parece que no está aprendiendo una tarea determinada,
recuerde desglosarla en etapas más pequeñas o introdúzcala de otras formas (por
ejemplo, visualmente, verbalmente, físicamente).
La sobrevaloración de las capacidades del niño - aisladas, sueltas, ejemplo:
buena memoria, capacidad para reconocer sonidos, olores colores, etc.- no debe
dar lugar a planificar las actividades educativas, ya que dichas competencias no
son funcionales. La actividad educativa basada en ella aumenta la frustración, las
alteraciones de conducta y disminuye la motivación en contextos educativos
PLANIFICACIÓN ORGANIZATIVA
Anticipe los cambios. Es recomendable presentar “lo novedoso” para que pierda
este carácter, exponerlo a nuevas situaciones pero no en forma sorpresiva para
que aprenda.
La rutina debe ser estructurada y previsible. Preparada con anterioridad para
evitar sorpresa.
Pida la ayuda de los padres para fomentar la organización.
Estimule al estudiante a utilizar carpetas para sus trabajos.
Entréguele al estudiante una libreta para hacer las tareas escolares en casa.
Supervise la anotación de las tareas escolares.
Envíe informes diarios o semanales a la casa sobre los avances obtenidos.
Verifique la limpieza del escritorio y la libreta con regularidad y estimule la
limpieza.
No asigne exceso de tareas para la casa.
Ayude al estudiante a fijarse metas a corto plazo.
No castigue al estudiante por pobre caligrafía si existe un trastorno visual-motor.
Estimúlelo a aprender a utilizar la computadora.
Aprenderá más si se aprovechan sus áreas de interés.
OBEDIENCIA
Para que el niño aprenda a seguir instrucciones debe EVITAR LA REPETICIÓN
DE LAS MISMAS. Si se observa que a la segunda instrucción no responde, usar
algún apoyo visual, gestual o tomarlo de la mano y ayudarlo a cumplir la orden
dada.
Las instrucciones deben ser dadas una a una.
Antes de dar una orden se debe tener claro que es lo que se quiere que el niño
haga y que es lo que se espera de él. LAS REGLAS, ORIENTACIONES E
INSTRUCCIONES DEBEN SER CORTAS, CLARAS, CONCRETAS, DIRECTAS Y
PRECISAS, y estar escritas o dibujadas. ESTABLECIENDO CONTACTO VISUAL
CON EL NIÑO. Evitar gritos y largas explicaciones.
Decirle al niño LO QUE DEBE HACER y evitar decirle LO QUE NO DEBE
HACER. Ejemplo: Evite decir: “Ya te he dicho que no debes salir a montar
bicicleta en la calle”. Diga: “Recuerda que la regla es montar bicicleta en la acera
o en el parque con mamá”.
Anticipe situaciones de lucha de poder y actúe de modo preventivo para evitar
la confrontación, mediante la calma, la negociación, la presentación de alternativas
o el desvío de su atención hacia otro asunto.
Señale las consecuencias lógicas de su conducta y su cuota de
responsabilidad. Apoye la conducta obediente con una respuesta o consecuencia
positiva inmediata.
Ignore manifestaciones menores de mala conducta.
Utilice su atención hacia el niño para reforzar la conducta positiva.
Utilice reprimendas “prudentes” ante la mala conducta. Evite dar sermones,
criticar, reprochar o amenazar. Solo se debe establecer con claridad cuál es la
conducta esperada y ayudarlo a lograrla. Ejemplo: Evitar decir: “Si no te quedas
quieta no podremos ir al parque”. Diga: “Cuando estés quieto podremos ir al
parque”.
Otorgue reconocimiento a la conducta positiva de un estudiante cercano.
Siente al estudiante cerca del maestro.
Establezca un contrato de conducta.
Implementen un sistema de control de la conducta en el aula.
Enséñeles a los estudiantes a auto comprobar su conducta.
Sea consecuente con lo que dice (positivo o negativo), no hable en doble
sentido.
SOCIALIZACIÓN
Una de las preocupaciones a medida que el niño avanza en su educación
escolar es la mejora de interacciones sociales apropiadas y la ayuda para que el
niño se adapte mejor socialmente. El aprendizaje formal y didáctico de habilidades
sociales puede efectuarse tanto en la clase como en un entorno más
individualizado o en la casa. Las experiencias más exitosas son las que utilizan
modelos directos, así como la dramatización y representación de papeles en
situaciones concretas. Ensayando y practicando el modo de enfrentarse a distintas
situaciones sociales construidas, el niño puede aprender a generalizar sus
habilidades en entornos más naturales y comprender otros puntos de vista. La
interpretación de la conducta social de los demás debe ser enfatizada y hacerse
muy obvia.
Se le debe enseñar a estar consciente de los sentimientos de los demás, mirar
las cosas desde la perspectiva de otros e interpretar el lenguaje en forma no
literal.
Debe instruírsele sobre el comportamiento social y la comunicación no verbal
de otros: expresiones faciales, gestos corporales y posturas. Éstos deben ser
resaltados en situaciones verbales, así como hacer muy claras las expectativas
sociales.
A menudo resulta útil emparejar al niño con otro para realizar o compartir
encuentros estructurados. El uso del apoyo de un amigo o compañero ayuda
porque estos niños se relacionan mejor de uno en uno. La elección de un
compañero puede ayudarle a elaborar habilidades sociales, potenciar la amistad y
reducir la marginación. A su vez, este compañero puede ayudar con las
instrucciones dadas por el maestro, recordarle tareas a realizar. En las clases
superiores se debe tener cuidado para proteger al niño de las burlas, tanto fuera
como dentro del aula, ya que esto constituye una de las principales fuentes de
ansiedad para nuestros niños mayores. Se deben hacer esfuerzos para ayudar al
resto de los estudiantes a comprender mejor, tolerar y aceptar al niño con autismo.
Los profesores pueden aprovechar las habilidades que estos niños poseen para
ayudarles a ganarse el aprecio de sus compañeros de clase. También es muy útil
que el niño pueda tener oportunidades de ayudar ocasionalmente a otros niños.
Elogie la conducta adecuada.
Compruebe que las relaciones sociales sean adecuadas y estimúlelas mediante
una palabra o una señal privada.
Estimule las tareas del aprendizaje en colaboración con otros estudiantes.
No interprete una mala conducta como algo personal contra usted. La persona
con autismo no es una persona manipuladora; y si es de alto funcionamiento, no
está planificando el hacerle la vida más difícil. Por regla general, la mala conducta
es el resultado de los esfuerzos que han de realizar para sobrevivir frente a
experiencias que pueden ser confusas, desorientadoras o generadoras de miedo.
Debido a su discapacidad, las personas autistas son egocéntricas. La mayoría de
ellas tienen muchas dificultades para interpretar las reacciones de los demás.
Elogie al estudiante con frecuencia.
Asigne responsabilidades especiales al estudiante en presencia de sus
compañeros para que los demás lo vean bajo un aspecto favorable.
Recuerde que las expresiones faciales y otras señales sociales pueden no ser
entendidas. La mayoría de las personas con autismo tienen dificultades para leer
expresiones faciales e interpretar “el lenguaje corporal”.
Cuando se abstraiga o se aísle, como si se “desconectara”, llame su atención
con un golpecito “suave” en el hombro o en una superficie cercana. Se debe
fomentar su participación en actividades con los demás, promoviendo una
socialización activa y limitar el tiempo de aislamiento. De ocurrir esto durante el
recreo, se debe planificar actividades o juegos donde él participe, ya que lo más
probable es que no sepa que hacer en el tiempo libre.
Si muestra poco tacto, insulta sin atención, es necesario explicarle por qué su
respuesta es incorrecta y cuál es la respuesta correcta.
OTROS
No realice juicios ante conductas inadecuadas, a veces estas manifestaciones
son inherentes a su condición.
No de nada por supuesto al evaluar sus habilidades. Por ejemplo, el estudiante
autista puede ser un “fenómeno de las matemáticas” en Álgebra, pero puede no
ser capaz de realizar un simple cambio de moneda en una caja registradora.
También puede tener una memoria sorprendente sobre los libros que ha leído, los
discursos que ha oído o las estadísticas deportivas, y puede no ser capaz de
recordar que tiene que traer un lápiz a clase. El desarrollo no homogéneo de
habilidades es una de las características principales del autismo.
La persona con autismo debe llegar temprano a la escuela y a las actividades
extra cátedra siempre para que se incorpore la rutina desde el principio de la
misma.
Estimularlo para que realice diversas actividades en su tiempo libre.
Estimularlo para que colabore y participe en las actividades de rutina diaria.
Reforzar verbalmente el esfuerzo y los intentos.
Utilizar las fijaciones por algún objeto o tema para motivar al niño a trabajar.
Acostúmbrelo a recoger el lugar donde se desenvuelve.
La persona con autismo debe aprender a trabajar con varios maestros desde el
comienzo.
Registrar en una hoja las conductas de intranquilidad y desobediencia, los
disparadores y las reacciones de los adultos frente a estas conductas. Hágalo
durante una semana y así podrá conocer objetivamente como se da la conducta.
Observe si es una forma de llamar la atención.
No aceptar ¡No! como respuesta.
Brindar información a los compañeros y a todo el personal para que participen y
colaboren con su aprendizaje.
El personal del colegio fuera del aula (profesores de gimnasia, personal de las
cantinas, conductores de autobús, bibliotecario, etc.) deben estar familiarizados
con el estilo las necesidades del niño. Los entornos menos estructurados, donde
las rutinas y las reglas son menos claras, tienden a ser difíciles de comprender.
Prof. Ma. Mercedes Fassanella C.
Integración y Seguimiento
CAIPA Lara.