Título de Página: Educación Comunitaria y Mujeres Maya Ixil
Contando Historias - Reconectando Vidas:
Educación Comunitaria, desarrollo de la mujer y cambio
social entre los Maya Ixil
M. Brinton Lykes, Boston College, EEUU
en colaboración con
Ana Caba Mateo, Jacinta Chávez Anay, Isabel Ana Laynez Caba y
Ubaldo Ruiz,
Asociación de Mujeres Maya Ixil - Nuevo Amanecer, Chajul,
Guatemala,
Joan W. Williams, Universidad de Texas-Austin, EEUU
PARA PUBLICARSE EN INGLES EN
International Journal of Leadership in Education: Theory and Practice
[Revista internacional de liderazgo en educación: Teoría y practica]
Special Issue on Social Justice and Education – July 1999
[Número especial sobre la Justicia Social y la Educación -
Julio 1999]
RESUMEN
Las negociaciones de paz que terminaron en acuerdos firmados entre el gobierno de Guatemala
y las fuerzas de guerrilla (URNG) el 29 de diciembre de 1996 "acabaron con" 36 años de guerra
en Guatemala y proporcionaron nuevos espacios en los cuales los sobrevivientes dan testimonio
de la terrible violencia que incluye masacres, ocupaciones militares, desplazamientos internos,
pobreza extrema y exilio. En este documento describimos el desarrollo de una organización de
mujeres en zonas rurales de Guatemala que fue creada para responder a algunas de las
consecuencias psicológicas, económicas y educacionales de esta guerra. El origen y actual
trabajo de la Asociación refleja procesos de colaboración en educación no formal, interétnica y
transnacional, organización comunal y desarrollo de liderazgo. Además de responder
directamente a las injusticias sociales - que incluye siglos de discriminación y marginación de la
gente indígena - y a los efectos de la guerra, la Asociación brinda un contexto en el cual la mujer
campesina Maya está afirmando la confianza en sí misma y en su comunidad al actuar por
cuenta propia en el desarrollo de planes de acción para ejercer cambios dentro de su comunidad
local. En este documento abordamos algunas de nuestras experiencias como "participantes" en
un área rural profundamente golpeada por la guerra, la violencia por parte del estado y la
pobreza; paralelamente como "observadoras" que buscan acompañarlos a construir paz con
justicia a nivel local. Hemos documentado algunos de los desafíos experimentados en las
colaboraciones a través de múltiples diferencias así como las contribuciones al desarrollo de la
mujer y a la creación de programas educativos más justos y equitativos tanto para ellas como
para los niños de sus comunidades.
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Contando historias - Reconectando Vidas:
Educación comunitaria, desarrollo de la mujer y cambio social entre los Maya Ixil
Las negociaciones de paz que culminaron en acuerdos finales firmados entre el gobierno
guatemalteco y la guerrilla (Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca/URNG) el 29 de
Diciembre de 1996 "acabaron con" casi 36 años de guerra en Guatemala. Los 13 acuerdos
firmados entre enero de 1994 y diciembre de 1996 incluyen convenios sobre derechos humanos,
identidad y derechos de la población indígena, procedimientos para reubicar y proteger a los
desterrados por el conflicto armado, reformas socioeconómicas y políticas y el establecimiento
de una comisión "para esclarecer las violaciones a los derechos humanos y los actos de
violencia que han causado tanto sufrimiento en la población guatemalteca (CEH, 1997). Cada
acuerdo refleja importantes negociaciones entre los grupos de oposición y, en su totalidad, ellos
buscan crear las condiciones necesarias para llegar a un orden político más democrático en
Guatemala.
Los procesos de paz han creado nuevos espacios en los cuales los sobrevivientes son eco
de múltiples versiones sobre la terrible violencia que ellos y sus familias experimentaron
durante este prolongado conflicto; violencia que incluye masacres, ocupación militar,
desplazamientos internos, pobreza extrema y exilio (ver en Guatemala: Nunca Más [Never
Again], ODHAG, 1998, y Guatemala, Memory of Silence, CEH, 1999), resúmenes y análisis de
muchas de estas violaciones). Más de 5,000 testimonios fueron registrados por el equipo de
Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI) a cargo de la Oficina de Derechos Humanos
de la Arquidiócesis y cerca de 8,000 fueron recopilados por la Comisión para el Esclarecimiento
Histórico (la Comisión oficial establecida por los Acuerdos de Paz para investigar y formular
"un informe objetivo sobre las violaciones a los derechos humanos y otros actos de violencia
relacionados con el conflicto armado interno" CEH, 1997, p.3). Sin embargo, muchos
permanecen aún en silencio en un contexto de creciente impunidad y violencia (ver más detalles
en Amnistía Internacional, 1998, informe anual sobre Guatemala, e informes bianuales de la
Misión de Verificación en Guatemala de las Naciones Unidas/ MINUGUA).3
Otros, tales como
las mujeres reunidas en la Asociación de Mujeres Maya Ixil - Nuevo Amanecer, buscan
estrategias más locales para contar sus historias, con la esperanza de hacerlo en un contexto que
no sólo les ofrezca algún alivio para sus múltiples heridas - resultantes de la guerra y de la
represión fomentada por el Estado - sino también crear una organización base a partir de la cual
ellas puedan establecer nuevos programas o proyectos que mejoren sus vidas y las vidas de sus
hijos.
Este documento describe el trabajo de colaboración entre un grupo de mujeres de las
zonas rurales de Guatemala, guatemaltecos de comunidades vecinas y dos norteamericanas. A
nivel de cooperación, este equipo responde localmente a los múltiples y profundos efectos de
más de tres décadas de violencia que han agravado la extrema pobreza de las comunidades en la
Sierra Guatemalteca. La autora principal fue presentada a la Asociación de Mujeres Maya Ixil -
Nuevo Amanecer cuando aún era un comité con menos de una docena de miembros, creado por
mujeres de la localidad para encaminar las necesidades económicas, psicológicas y educativas
de mujeres y niños en sus comunidades. En este documento hacemos un resumen sobre el
origen de la Asociación y sus actuales tareas - manejar un molino de maíz y un depósito
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comunitario, conducir un programa sobre adquisición de lenguaje y asistencia psicológica para
niños de la localidad entre 6 y 12 años, administrar un fondo para préstamos rotatorios/ banco
comunitario, establecer una biblioteca local, y desarrollar un proyecto de investigación de
acción participatoria (PAR) utilizando la técnica de fotografía4 - este último refleja un proceso
de educación interétnica, transnacional e intercultural, de organización y desarrollo de liderazgo.
Reflexionamos sobre las contribuciones de este trabajo a la continuidad en la educación de las
mujeres en la Asociación y en particular al desarrollo y capacitación de líderes locales entre las
mujeres. Algo importante, estas mujeres líderes están brindando importantes y hasta hace poco
inalcanzables oportunidades educativas a mujeres y niños dentro de las comunidades.
Ilustramos la manera cómo el trabajo de la Asociación responde a algunos de los múltiples
efectos de la guerra y a injusticias mayores tanto políticas como económicas.
Particularmente, en el contexto del PAR, exploramos varias maneras a través de las
cuales la fotografía crea una oportunidad para el alivio emocional al contar historias de
represión y pérdida. Algo significativo, los testimonios de las participantes mejoraron sus
capacidades lingüísticas y analíticas. Abordamos algunas de las vías a través de las cuales este
trabajo está cambiando la manera cómo las mujeres participantes se perciben a sí mismas. Al
mismo tiempo, ellas crean oportunidades para usar las habilidades y recursos que están
desarrollando a fin de reforzar su participación en la transformación de sus vidas, tanto
individuales como colectivas. Al identificar algunos de los desafíos que estamos enfrentando en
este trabajo que está en marcha, esperamos dar lugar a muchas preguntas sobre la colaboración
entre fronteras en un esfuerzo compartido por alcanzar la justicia, y hacer llegar varias
sugerencias acerca de cómo "la educación y capacitación no formal de adultos" (Leach, 1998)
contribuye de manera importante al desarrollo de la mujer. Finalmente, el trabajo de la
Asociación muestra muchas maneras a través de las cuales los avances educativos de las
mujeres han contribuido a mejorar las oportunidades para los niños.
Este artículo, nuestro primer intento de escribir sobre nuestro trabajo conjunto, nos
ofreció una oportunidad de reflexionar de manera más sistemática sobre el trabajo de la
Asociación y sobre nuestra experiencia de trabajar juntas. Los textos citados a continuación
reflejan las contribuciones directas de las tres participantes Ixil, transcritos de una entrevista en
español con la autora principal y luego traducidos por la misma autora. Un borrador de este
documento fue escrito por la autora principal y compartido con otros hablantes nativos del
inglés; luego fue traducido al español y compartido con otros colaboradores. Fue revisado y
corregido por todos los participantes en el proceso de escribirlo. Varios puntos, así como los
comentarios de críticos externos, fueron discutidos por todos y luego las correcciones fueron
incorporadas en un siguiente borrador. Como autora principal, Brinton dio forma al artículo
inicial y asumió la importante responsabilidad de desarrollar y finalizar todos los borradores.
Dadas las múltiples demandas de los proyectos aquí descritos y las restricciones de tiempo para
su publicación, decidimos no asignar tiempo ni recursos necesarios para un documento escrito
en forma realmente conjunta. La versión final del documento será traducida al español y las
copias estarán a disposición de todos los miembros de la Asociación y de otras partes
interesadas. Además, la entrevista grabada, de la cual se extrajo las citas incluidas aquí, será
revisada en forma conjunta por las autoras y reformateadas para crear una historia escrita de la
Asociación. La producción de dicha historia ha sido una prioridad para las mujeres de la
Asociación quienes esperan distribuirla en las comunidades de habla hispana con miras a poner
sobre el tapete los mismos problemas que desafían a quienes estamos trabajando en Chajul.
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Este proceso escrito, así como el proyecto en su totalidad, da lugar a complejas y
desafiantes preguntas sobre voz, memoria y representación - preguntas que están en el corazón
del proyecto y que también surgieron de diferentes maneras mientras nosotros buscábamos
concentrarnos en asuntos muy pragmáticos al escribir este documento, tales como cuándo
escribir en primera o en tercera persona, en singular o en plural. También salieron a relucir las
diferencias en los antecedentes educativos, así como en el acceso a una literatura académica, en
la cual se hace un encuadre típico y se discute críticamente muchos de los puntos señalados más
adelante. Hemos buscado re-presentarnos como sujetos del trabajo aquí descrito, en tanto que
reconocemos las diversas contribuciones de cada uno de nosotros en relación a la amplia
variedad de nuestros antecedentes y a la manera en que hemos experimentado las realidades
descritas aquí. Hemos tratado de desarrollar una estrategia de reflexión que sea un apoyo en vez
de ir en desmedro de la autoridad con que cada uno de nosotros habla. Específicamente, como
pensamos de manera crítica y reflexiva acerca de lo que estamos haciendo buscamos respetar la
diferencia lingüística y los contextos de experiencia a los cuales tenemos acceso; asimismo las
barreras, a menudo frecuentes, que hemos enfrentado en nuestro deseo de tender puentes hacia
ellos. Esto es de gran interés dentro del proyecto en su totalidad y es particularmente notorio en
el contexto de los recientes debates tanto dentro como fuera de Guatemala sobre voz y
"verdades que reclaman" en historias que hablan de la guerra y, en particular, del área Ixil de
Guatemala donde se está realizando nuestro trabajo.
Zonas rurales de Guatemala, lucha armada y situación de las mujeres
El informe anual del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia sobre salud y
educación en Centro América esclarece la realidad nacional que pone al corriente de la vida en
las zonas rurales de Guatemala. La población de Guatemala actualmente es muy joven, con un
51 por ciento por debajo de los 18 años. Se estima que cada año hay 400,000 nacimientos en
Guatemala, al mismo tiempo hay 27,000 muertes de niños menores de 5 años. Además, el 27
por ciento de los niños menores de 5 años están, ya sea moderedamente o severamente, por
debajo del peso normal, y el 50 por ciento padece desde una moderada hasta una severa falta de
crecimiento. Sólo un 49 por ciento de la población rural tiene acceso al agua limpia y potable;
solamente un 57 por ciento tiene acceso a los servicios de salud. De la población rural, el 51 por
ciento está por debajo del nivel de absoluta pobreza, definido como "el nivel de ingreso por
debajo del cual no es posible proporcionar una dieta mínima nutricionalmente adecuada,
además de los requerimientos no alimenticios esenciales" (Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia, 1997). La expectativa de vida al nacer es de 66 años.
En términos de educación, la tasa total de alfabetización de adultos es de 56 por ciento.
Sin embargo, hay solamente 78 mujeres alfabetizadas por cada 100 hombres alfabetizados. Las
tasas de analfabetismo son considerablemente más altas en mujeres y hombres de áreas rurales
que en los de centros urbanos. Guatemala fue uno de los 3 países en desarrollo de un total de 28
naciones en Asia, Latino América y el Caribe estudiados en un informe realizado en 1991 por el
Fondo de las Naciones Unidas para Actividades de la Población, en el cual se muestra que
menos del 80% de mujeres recibe educación formal (citado en Frayssinet, 1994). Las matrículas
en la escuela primaria también reflejan esta desigualdad de género - solamente 88 niñas fueron
matriculadas por cada 100 niños. El veintiuno por ciento de las mujeres guatemaltecas están
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trabajando como amas de casa y las niñas a nivel de zonas rurales, a menudo, son retiradas de la
escuela después de uno o dos años para ayudar en la casa y cuidar a los niños menores.
La religión es otro factor importante en la vida guatemalteca que a veces causa tensión
dentro de las comunidades. Las mujeres se han ido convirtiendo cada vez más, en portavoces de
las contradicciones que experimenta la comunidad pues ellas articulan sus necesidades como
mujeres dentro del marco religioso evangélico o católico conservador. Mientras que la mayoría
de la población es oficialmente Católica Romana, más de un tercio es Protestante Evangélica.
Este grupo religioso de rápido crecimiento, aunque aún es minoría, constituye el grupo más
grande de concurrentes a la iglesia. De manera significativa, muchos Mayas se identifican como
tradicionalistas, siguiendo costumbres desarrolladas por sus ancestros, muchas de las cuales se
remontan a la época de la pre-Conquista.
Situando nuestro trabajo de colaboración
El pueblo de Chajul queda en la parte más profunda de la Sierra Guatemalteca. Es uno
de los tres comprendidos en un área que los militares guatemaltecos denominaron el "Triángulo
Ixil" en las décadas de los '70s y '80s, refiriéndose al lenguaje y cultura Ixil de los tres pueblos
más grandes de esa área, Nebaj, Cotzal y Chajul. Hay más de una docena de pueblos más
pequeños que rodean Chajul, muchos están a dos días de camino y dependen de éste para hacer
el mercado dos veces por semana, para acudir a un centro de salud y para otros servicios
municipales.
La población de Chajul es predominantemente Ixil Maya, conformada por
sobrevivientes de la localidad, refugiados que regresaron de México, gente que desciende de las
Comunidades de Poblaciones en Resistencia, y otros que fueron desplazados dentro del país o
bien cruzaron las fronteras. Hay una pequeña población de K'iché Maya y Ladinos al interior del
pueblo y varias de las comunidades que lo rodean son K'iché.6 A nivel local, los miembros de la
comunidad están atravesando, a fuerza de trabajo, por muchas de las dinámicas regionales y
nacionales que han marcado profundamente sus vidas y han surgido de nuevas maneras luego
de haber finalizado una prolongada guerra.
Guerra, violencia promovida por el estado y vidas de mujeres
Las violaciones a los derechos humanos han avasallado Guatemala durante siglos.
Recientemente, tales violaciones tienen su origen en la violencia promovida por el estado en
contra de civiles, conformados principalmente por la población Maya; asimismo en casi 36 años
de guerra durante los cuales aproximadamente 200,000 civiles fueron muertos o desaparecidos,
y entre 500,000 y un millón y medio fueron desplazados dentro del país o bien a campos de
refugiados en México y Honduras; a los Estados Unidos, Canadá y Europa en el período más
intenso desde 1981 hasta 1983 (CEH, 1999).
Sólo recientemente se ha puesto de relieve la violencia de género propia de la guerra y el
caso de Guatemala no es la excepción (ver Agger, 1994; Aron, Corne, Fursland & Zewler,
1991; Lykes, Brabeck, Ferns & Radan, 1993). Tal vez no sea sorprendente aunque casi la mitad
de los informantes que proporcionaron testimonios a REMHI fueron mujeres, muy pocas
refirieron violaciones específicas contra ellas como mujeres (ODHAG, 1998, Vol.1, p. 203).
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Ellas relataron más bien formas colectivas de violencia, de masacres, de actos violentos contra
sus familias y sus comunidades. A pesar de esto, los autores del informe documentaron
evidencias sobre la violencia de género en entrevistas seleccionadas con algunas mujeres y con
informantes claves. Incluyeron en sus entrevistas y en las entrevistas reportadas por el CEH
(1999) descripciones de repetidas violaciones a niñas y mujeres, de destripamiento de fetos en
los vientres de mujeres embarazadas que luego eran golpeadas contra los árboles para matarlas,
de tortura y asesinato a niñas y mujeres, a niños en presencia de sus madres, a madres en
presencia de sus hijos. Muchas mujeres quedaron embarazadas y dieron a luz niños que eran
frecuentemente rechazados por la comunidad y, a veces, por las propias madres (ODHAG,
1998, ver pp. 91-92).
A pesar de que muchas mujeres fueron asesinadas y/o desaparecidas, ellas tuvieron más
probabilidades que los hombres para sobrevivir, enfrentando la carga de consecuencias
psicológicas y materiales de esta violencia. Entre sus tantas respuestas a la violencia, es
importante notar sus múltiples contribuciones al mantenimiento y crecimiento de familias y
comunidades. Esto puede verse no solamente en los nuevos roles que las mujeres cumplen cada
vez más en las comunidades rurales (e.g. atendiendo animales grandes, preparando los campos
para sembrar, cortando madera, participando en organizaciones religiosas y políticas de la
localidad) sino también en los puestos de liderazgo en organizaciones de derechos humanos
(e.g., Grupo de Apoyo Mutuo, CONAVIGUA [COORDINACIÓN NACIONAL DE VIUDAS
GUATEMALTECAS]) que ellas han asumido. Como en muchos otros países de Latino
América, las mujeres demostraron su importante liderazgo en los primeros esfuerzos de protesta
por las desapariones forzadas7 de sus familiares y de exigir justicia frente a la represión e
impunidad imperantes (Arditti & Lykes, 1992; Arditti, 1999).
Necesidades de las mujeres, organización de mujeres
En los primeros años de esta década había pocas organizaciones comunales en Chajul y
muchos dentro de la comunidad continuaron viviendo con el temor de reunirse dentro de grupos
locales, e.g., en iglesias o de organizarse ellos mismos para mejorar sus vidas. La represión,
particularmente la de la década pasada, había infundido el terror y el miedo en la población pues
veían que líderes, catequistas y luego comunidades enteras eran destrozadas y/o dispersadas,
según se alega por su participación en maniobras locales por determinación propia. En el
polarizado contexto de la guerra (Martín-Baró, 1989) tales esfuerzos fueron frecuentemente
etiquetados de participación en, o apoyo a, las organizaciones de guerrilla (CEH, 1999). Sin
embargo, allá por 1990, algunos habían empezado a organizarse con la Iglesia Católica de la
localidad en Chajul. Una mujer de la localidad - quien estaba trabajando para una organización
nacional no gubernamental que recientemente había ofrecido apoyo económico limitado a
mujeres de la comunidad que estuvieran buscando una manera de ayudar a sus familias
vendiendo sus artesanías - tuvo acceso a la capacitación en el mercado de tejidos de la localidad.
Los fondos fueron asignados a abrir un almacén regional donde las mujeres Ixil pudieran
comprar hilos para tejer sus mantas. Sin embargo, como suele ocurrir con los proyectos de
desarrollo a corto plazo, el factor educativo demostró una inadecuada relación con la realidad
local, y cuando la ONG se retiró del área, las mujeres no habían recibido suficiente capacitación
que les permitiera mantenerse en el trabajo que habían empezado. A pesar de esto, aquellas
mujeres que habían sido seleccionadas para este proyecto habían identificado sus necesidades
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individuales y colectivas y buscaron una solución.
Durante este período, un número de mujeres que habían estado fuera de sus
comunidades de origen fueron regresando a Chajul de visita o para vivir. Una de ellas, María,
era amiga y colega de la autora principal y la invitó a visitar la comunidad en marzo de 1992 a
fin de hacer un taller para mujeres. María sabía del trabajo anterior de Brinton con promotores
de la salud y animadores de niños de zonas rurales y tenía la esperanza de que ella pudiera
facilitar una experiencia con mujeres en Chajul que estuvieran buscando desarrollar proyectos
para ellas y para niños en su comunidad. Anteriormente, ellas habían identificado la necesidad
de un molino adicional donde el maíz - materia prima de subsistencia en las zonas rurales de
Guatemala - pudiera ser molido dentro de la comunidad, también la necesidad de recursos para
los niños de la localidad. Ellas tenían la esperanza de ofrecer programas educativos para los
niños. A pesar de haber una escuela pública el profesor de la localidad no hablaba Ixil, y la
mayoría de estudiantes hacía esfuerzos, aún después de estar varios años en la escuela, por
entender el español. Algo importante, muchos en la comunidad no pueden pagar los derechos de
matrícula de la escuela local ni los costos de lápices y papel que necesitan todos los estudiantes.
Finalmente, las mujeres buscaron un ambiente de enseñanza/aprendizaje centrado en el niño
donde ellas pudieran responder a algunas de las tantas necesidades psicológicas de estos niños
sobrevivientes de la guerra y la violencia; asimismo donde ellas también pudieran aprender a
leer y escribir en su lenguaje indígena. Ellas estaban convencidas de que tales recursos
contribuirían de manera importante a la autoestima de los niños y a su futuro desarrollo como
actores y líderes de la comunidad.
El cuarto autor, un experto en adquisición integral del lenguaje que también tiene
experiencia en educación primaria y secundaria, se unió como consultor a la naciente
Asociación. El apoyó también con sus servicios administrativos al desarrollo de la organización,
ofreciendo sus habilidades logísticas en los momentos críticos cuando las mujeres buscaban
construir su organización. Tanto el molino de maíz como el proyecto para niños, el Centro para
la Educación Maya Ixil y el Desarrollo del Niño/CEFEMI, fueron inicialmente desalentadores
para las mujeres de la localidad, pues la mayor parte de esos pequeños grupos hablaba
solamente Ixil y había terminado sólo algunos años de escuela primaria.
Dos breves ejemplos sugieren la manera cómo ellas se organizaron frente a estos
concretos desafíos y frente a aquellos que enfrentaron cuando buscaban construir su
organización. El primero se refiere al molino de maíz, el segundo, al programa para niños.
Construyendo estructuras, moliendo maíz
La decisión de establecer un molino de maíz parecía ser un primer paso importante para
la nueva organización. Se esperaba que proporcionase un servicio a la comunidad así como
también generaría ingresos para la Asociación. Algo importante, las mujeres del comité lo
vieron como un recurso para desarrollar sus propias capacidades y para superar miedos que
subsistían tanto en ellas como en la comunidad respecto a qué tipo de labores eran legítimas en
el "trabajo de la mujer". Así ellas identificaron un nexo directo entre su sobrevivencia
económica y su salud mental. Ubaldo ayudó al grupo a resumir estas ideas en una propuesta que
fue enviada al Fondo para la Salud Mental Ignacio Martín-Baró y al Fondo de
Intercambio/Derechos Humanos en Nueva York. Su propuesta tuvo éxito. Con esta pequeña
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suma ellas compraron una máquina a gas para moler el maíz y la madera necesaria para
construir la estructura donde albergar el molino.
Este proceso duró realmente casi dos años, tiempo durante el cual algunas de las
mujeres que en un inicio se habían unido al comité se desanimaron por las tantas horas de
trabajo que no parecían rendir frutos. Los esfuerzos por reanimar al grupo para ayudar a
conseguir la madera y construir la estructura fracasaron; Ana Laynez y Jacinta fueron las únicas
mujeres deseosas de acompañar a un trabajador de la localidad quien cortó el árbol y luego lo
llevó al pueblo para comenzar la construcción.
... es el proyecto que nos costo mucho porque es el primer
proyecto ... y eso nos costo un poco porque no teníamos muchas
experiencias pero ... en los otros componentes tal vez, no nos costo mucho.
Siempre nos cuesta como conseguir un local.... Fue muy costoso para
nosotras porque no tenemos muchas experiencias, no teníamos fondos...
[pero] nosotras fuimos a buscar cal y nosotros fuimos a cargar cal y
buscamos piedras para construir. ... no teníamos experiencias y
pensábamos que no íbamos poder hacer eso. Por eso, le decimos a Maria
que tal vez es mejor que trabaja un hombre. "No, ustedes pueden," ella nos
exhortó, "Ustedes pueden, ustedes tienen manos y todo. Muestranse que
como mujeres ustedes van a poder" ... ellas nos estaban animando de que
nosotras, si no había ellos, nosotras estuviéramos tal vez – renunciaríamos
cada una de nosotras. Pero como cada vez que venían ellas decían,
"Animase ustedes, ustedes pueden." ...y poco a poco nos animamos.
Nuevos miembros fueron ingresando; el molino fue construido y comenzó a funcionar
en 1993. En un inicio, las mujeres se comprometieron a manejar el molino ellas solas, ocupando
todos los puestos de empleadas/obreras y administradoras. Sin embargo, algunas de las mujeres
expresaron su temor de trabajar con la máquina, salían de casa antes del amanecer para hacer
funcionar el molino pues necesitaban el maíz molido para las tortillas de la mañana, etc. Ellas
discutieron sobre los chismes que los hombres y otras mujeres de la comunidad estaban
voceando al ver mujeres que se ocupaban en hacer "trabajo de hombres". Estas dudas fueron
expuestas en los talleres que desarrollamos en 1993, 1994 y 1995. A través de la lluvia de ideas
y de técnicas de dramatización (ver Lykes, 1994, para una descripción de estas técnicas
creativas) ellas exploraron éstos y otros sentimientos. Utilizando recursos creativos en talleres
grupales facilitados por la primera autora, ellas analizaron también las causas de sus
sentimientos, profundizando su entendimiento sobre las jerarquías de género dentro de su
comunidad. Ellas establecieron escenarios alternativos para hacer frente y transformar sus
sentimientos a fin de alcanzar de una mejor manera sus metas en relación al molino de maíz. La
técnica de multiplicación dramática (ver Pavlovsky, Martínez Bouquet & Moccio, 1985), donde
se da a los participantes observadores la oportunidad de establecer finales alternativos a las
dramatizaciones presentadas por un grupo pequeño, dio a varias mujeres que no se sentían
preparadas para asumir el liderazgo en este proyecto de desarrollo económico, una oportunidad
de trabajar con el grupo para resolver estas contradicciones y dudas que estaban
experimentando. También les permitió darse apoyo mutuo en el descubrimiento de poder
desarrollar nuevas habilidades de las cuales ellas se sintieron sorprendidas, dadas las
limitaciones de su educación formal y capacitación que frecuentemente ellas remarcaban.
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Finalmente, la naturaleza lúdica de estos talleres las animó a continuar en el trabajo que requería
muchas horas de labor voluntaria además de las largas jornadas de trabajo en sus hogares.
Desarrollando proyectos educativos alternativos para niños
El proyecto con niños enfrentó desafíos similares. A pesar de que las mujeres son, por
tradición, responsables de cuidar a los hijos menores en las comunidades rurales de Guatemala,
las mujeres adultas raramente participan activamente en "juegos de niños". Ana Laynez y
Jacinta estuvieron entre las primeras que trabajaron con el proyecto educativo, del cual ellas
recuerdan:
... yo también, desde el principio cuando empezamos a
trabajar con los niños, la verdad, a mí me daba miedo de jugar con los
niños. Tal vez yo podía, pero yo decía que no podía. Yo tenía vergüenza de
estar allí. Yo soy señora, y de estar brincando con los niños, y la verdad, a
mí me daba vergüenza. Pero a través de los talleres que Brinton nos da,
esta impartiendo con nosotros. Poco a poco me esta fuindo el miedo. Yo
puedo estar jugando con los niños. Cada día que estamos jugando pelota o
hacienda ruedas. Así que, yo no, aunque pasen personas allí o quedan
algunas mujeres allí, parada, viendo que nosotras, las tres estabamos
jugando y brincando con los niños. Ya, no siento [ ] mal, aunque me están
hablando mal de mí, por allí, porque ya me acostumbré. Para mí es al favor
de los talleres...
Cuando Jacinta y Ana reflexionaron sobre los tres primeros años de su trabajo juntas en
el molino de maíz y en el programa educativo para niños, CEFEMI, ellas señalaron cambios no
solamente en ellas como coordinadoras del programa y facilitadoras educativas sino también en
los niños. Ellas comenzaron con aproximadamente 40 niños y ahora tienen 150 participantes y
una lista de espera. Al inicio del año, con nuevos estudiantes, ellas observaron que
particularmente las niñas eran tímidas y mostraban algunos de los mismos sentimientos de
vergüenza que ellas habían experimentado al organizar la Asociación. Ellas se negaban a
tomarse de las manos con los niños en los juegos y no se decidían a participar en las actividades.
Pero poco a poco cuando empezamos a jugar con ellos, jugamos y le
explicamos que son iguales los niños y las niñas, son iguales. No, no solo a
tocar las manos les va hacer daño o algo malo. Si no, que es igual. Somos
hijos seres humanos, entonces entienden, y poco a poco se les quita la
vergüenza. Y como estamos a la mitad del año, ya al final de año, ... ya no
les da miedo, ya no les da vergüenza juegan ya con los niños. Participan.
Como ellas, ellas son los que seleccionan sus temas los que se les enseña, y
participan. En juegos participan, eso es la diferencia que nosotros hemos
visto.
Problemas y posibilidades de crecimiento: se forma la Asociación
A medida que la violencia pública de la guerra continuaba retrocediendo y más gente se
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arriesgaba a unirse a grupos para participar en la mejora de sus propias vidas, las
responsabilidades del comité local crecían. En 1995, el gobierno guatemalteco y la URNG
firmaron el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de la Población Indígena. A pesar de que el
acuerdo completo no fue adoptado hasta que la versión final fue firmada en diciembre de 1996,
el documento comenzó a circular y fue traducido a varias leguas indígenas e incluído en un
panfleto de educación popular. Entre los acuerdos se incluyó el reconocer la identidad de la
población indígena, el respeto y el ejercicio de sus derechos políticos, culturales, económicos y
espirituales, así como reconocer los cambios constitucionales que garanticen estos derechos.
Los derechos de las mujeres indígenas fueron señalados de manera especial y las partes
acordaron trabajar en pos de la promoción e implementación de Convenios de Eliminación de
Todo Tipo de Discriminación contra la Mujer. Aunque nadie esperaba un cambio inmediato, la
promulgación de estos documentos y los continuos esfuerzos de la UNICEF por educar a cada
vez más comunidades guatemaltecas sobre los derechos del niño contribuyeron de manera
importante a crear espacios para una mayor participación de la comunidad.
Dentro de este amplio contexto sociopolítico y las crecientes demandas locales de
servicios y recursos, el grupo coordinador decidió hacer más estable su organización
formalizando su estructura, y formando así una organización no gubernamental, dándole ellas
mismas el nombre de Asociación de Mujeres Maya Ixil - Nuevo Amanecer. Ubaldo proporcionó
las asesorías necesarias para completar los documentos requeridos y ofreció talleres de
capacitación de modo que el Directorio se familiarizara con sus responsabilidades y
oportunidades como una entidad legal. Actualmente el grupo cuenta con 65 mujeres e incluye
mujeres viudas, casadas y solteras, algunas de las cuales han crecido en orfanatorios, mujeres
que sólo tienen 18 años y ancianas de 65 años o más.
... estamos revueltas en varias religiones y costumbres. No vemos que
[la Asociación] sea religiosa pero que queremos levantarnos juntas, tener
un futuro mejor y mantener a nuestros hijos. ... nosotras estuvimos en la
escuela y sacamos quinto o sexto grado. Pero la mayoría de nuestras
compañeras salieron en segundo o primer grado no llegaron a tercero o
cuatro. ... Hasta ahora pues como hay muchas niñas, jóvenes que están
estudiando, ya se consigue. Pero antes, nada. No había nada de personas
que hablaba el castellano o entender tampoco leer ni escribir. ... Porque no
estabamos acostumbrados. La gente de aquí no le gustaba que sus hijas
entran a la escuela. ... las niñas no podían estudiar. Y entraban un poco en
la escuela pero después no le dejaban seguir. Les tocaban hacer el trabajo
de la casa asi no pudieron estudiar porque, los padres, para ellas no tiene
importancia el estudio.
De manera similar, el trabajo de la Asociación se ha expandido hasta incluir un depósito
comunitario, un fondo de préstamos rotativos/banco comunal, una biblioteca local con libros
para niños y el desarrollo de un proyecto de investigación de acción participatoria utilizando
fotografías y entrevistas para contar la historia de las mujeres en la Asociación y en su
comunidad. Las relaciones de colaboración entre las cinco primeras autoras también se
extendieron para incluir a Joan, quien se nos unió para trabajar con el proyecto PAR.
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Fotovoz: Una estrategia para ralatar historias, reconectando vidas
Escogimos un proyecto de investigación de acción participatoria utilizando la fotografía
y las entrevistas con historias orales, como nuestro siguiente esfuerzo de colaboración en Chajul
por varias razones. El PAR tiene una larga trayectoria en Latino América (Fals-Borda &
Rahman, 1991) y las autoras se comprometieron a promover la participación de un mayor grupo
de mujeres de la Asociación en su trabajo, al mismo tiempo que creaban un contexto
educativo/de capacitación en el cual estas mujeres pudieran desarrollar sus habilidades para
comprometerse más activamente en el desarrollo de programas y proyectos que respondieran a
las necesidades locales. Algo significativo las mujeres buscaban documentar las experiencias de
la violencia y sus efectos en Chajul, para compartir sus historias entre ellas, así como
comunicarlas fuera de Chajul, a fin de no privar a nadie de esta historia, y para las siguientes
generaciones que no han experimentado directamente la violencia de. De esa manera, ellas
buscaban "dar testimonio" ofreciendo espacios para compartir y aliviar a las mujeres que aún no
habían contado sus historias así como recordar el pasado como un recurso par evitar que se
repita en el futuro.
Las diferencias de lenguaje y la limitada alfabetización, así como las tradiciones locales
de contar historias y las dramatizaciones, habían contribuído a que las mujeres adoptaran
recursos creativos en los anteriores talleres. Sin embargo, la primera autora notó que la ausencia
de un registro visual para las reflexiones y los análisis era una limitación para el análisis en
colaboración. Este problema empeoró en talleres con diferentes participantes, dadas las
exigencias diarias que limitaban la participación de algunas mujeres. Un método de fotografía
comunitaria, "Imágenes que hablan" o "Fotovoz" (Wang & Burris, 1994; Wang, Burris & Ping,
1996), habían sido usadas con éxito en China con mujeres de educación no formal donde las
fotografías eran usadas como herramienta para influir en la política de salud y educación de la
localidad y parecían responder a algunas de estas necesidades.
Las imágenes fotográficas proporcionan una poderosa y singular herramienta para
documentar los problemas de las mujeres desde su propia perspectiva. El poder de la imagen
visual es, a diferencia de otras formas de comunicación, universalmente comprensible y
accesible; puede ser utilizado para facilitar el debate, documentar experiencias y facilitar
análisis críticos sobre la realidad social, así como para resolver problemas. Además,
virtualmente todos pueden fácilmente aprender cómo usar una cámara básica y comenzar a
documentar lo que uno considera importante y digno de ser captado por la cámara (Voces
visuales, 1995).
Decidimos usar la técnica fotovoz para contar la historia de las mujeres, para
documentar y comunicar las realidades Ixil a través de imágenes y textos que ellas mismas
creaban. Queríamos documentar las experiencias de violencia, desplazamiento y pérdida
descritas anteriormente y sus efectos en las mujeres y niños que ahora están viviendo en Chajul
y en pueblos vecinos. Adaptamos el PAR a las realidades locales, concibiendo las imágenes
como vehículos para la reflexón personal y comunal, inicialmente en el grupo de participantes y
luego en círculos cada vez mayores de mujeres dentro y fuera de Chajul.
Planificamos un proceso de dos años. Un grupo de 19 mujeres de Chajul y las
participantes de Estados Unidos han formado un equipo de investigación de 21 personas. La
13
Asociación señaló a una del grupo para servir de coordinadora. Las participantes de Estados
Unidos se encargaron de asesorar el proyecto. Cada participante de la localidad tiene una
cámara y algunos rollos y ha recibido entrenamiento regular en el uso de la cámara. Ninguna de
las participantes tenía experiencia previa en tomar fotografías, aunque todas habían sido
fotografiadas en alguna ocasión por fotógrafos guatemaltecos. Tuvimos extensas
conversaciones sobre el tema de fotografiar, particularmente sobre la tradicional forma de tomar
fotografías en la localidad como un proceso formal donde los fotografiados estaban vestidos con
sus mejores trajes y posaban para la fotografía (Parker & Neal, 1982). Conversamos sobre las
ventajas y desventajas de este tipo de fotografía en contraste con una fotografía más espontánea,
cándida, de la vida diaria y decidimos que en la mayoría de los casos esta última sería la más
adecuada para los objetivos de nuestro proyecto (Spence & Solomon, 1995). Aclaramos
problemas éticos que surgen en el proceso de investigación y discutimos acerca de los
parámetros y pautas para fotografiar a otros (e.g., ?Cuándo no te gustaría ser fotografiada?).
Exploramos varias estrategias para pedir permiso antes de tomar las fotografías individuales y
las condiciones en las cuales el permiso no sería necesario (ver, e.g., Punch, 1994, para
consideraciones sobre algunos de los múltiples problemas éticos en el campo de la
investigación). También dramatizamos estrategias a fin de aprovechar este primer encuentro
para pedir permiso como una oportunidad de construir o fortalecer las relaciones con los
miembros de la comunidad que nos eran desconocidos.
La temática de cada rollo se decidía en talleres que incluían a todas las participantes.
Nuestro tema inicial, el trabajo, estaba basado en nuestra propia experiencia y comprensión de
los desfíos que enfrentaban las mujeres y niños en Chajul. Los últimos temas - salud y
enfermedad, religión y prácticas tradicionales, la guerra y sus efectos, la cosecha, la vida en el
pueblo - derivaron de nuestros análisis de los primeros rollos de película. Algo importante*, las
participantes decidieron no solamente entrevistarse entre ellas sino que seleccionaron a algunas
mujeres de las que estaban fotografiando y las invitaron para ser entrevistadas. De esa manera,
ellas buscaron dar a estas mujeres una oportunidad para contar sus historias así como
profundizar en su propio entendimiento de las experiencias que estaban fotografiando; así iban
perfeccionando su capacidad de contar la historia de Chajul y sus pueblos vecinos.
El proceso que hemos desarrollado para analizar las fotografías ha contribuído de
manera importante a perfeccionar las habilidades de lenguaje oral, alfabetización y la capacidad
analítica en el grupo de 19. Cada mujer selecciona 5 a 10 fotos de un rollo de 24 que ella
considere lo más representativo del tema que el grupo había escogido. Luego ella "cuenta la
historia" de cada foto a un pequeño grupo que incluye a otras 2-4 participantes. Al compartir
esto, ella incluye sus razones particulares por las que eligió esa foto, así como cualquier historia
que le haya contado la persona a quien fotografió. Para un segundo análisis, formamos grupos
de 5-7 mujeres que escogen de 2-4 fotos de un grupo más grande que incluye todas las
fotografías sobre un determinado tema tomadas por el grupo de 19 y seleccionadas por cada una
de ellas para su inclusión. Estas sesiones de análisis grupal han sido particularmente
movilizadoras y motivadoras. A través de una planificación cuidadosa y el conjunto de
experiencias en los debates grupales (Vygotsky, 1986; Rogoff, 1990), las mujeres han
desarrollado estrategias para agrupar ideas, identificar similitudes y diferencias entre dos o más
fotos, hacer análisis holísticos de las fotografías, así como explorar procesos y/o hechos que
precedieron al momento captado por la cámara. Ellas han comenzado a a formular hipótesis en
secuencias causales, y así explorar las posibles causas próximas y distantes del problema
14
representado en una determinada foto. Por ejemplo, la diarrea incontrolable de un niño que lo
llevó a la muerte se debería no solamente a la ausencia de un centro de salud local o de un
médico y a la falta de recursos de la madre para pagar los medicamentos, sino también a la
ausencia de una adecuada nutrición, agua potable y condiciones sanitarias en el hogar y en la
comunidad. Estos análisis, junto con las fotos, son registrados y presentado a un grupo más
grande donde son sujeto de un segundo análisis a cargo de otras participantes y/o para una
mayor elaboración a través del dibujo, dramatización y relato de historias. En este último
contexto, las participantes exploran las posibles soluciones a los problemas identificados a nivel
individual y colectivo, y de esa manera también desarrollan una visión compartida para el
cambio.
Como resultado de este proceso selecionaremos aproximadamente 100 fotografías para
una exhibición fotográfica que será llevada de viaje y para la publicación de un libro. De esa
manera, re-presentaremos la historia de mujeres y niños de Chajul y de sus comunidades
vecinas, historia que el equipo de 21 participantes ha desarrollado a través de procesos como la
fotografía y los grupos de reflexión/análisis. Para acompañar las fotografías seleccionaremos
textos de las historias orales que extrajimos de la transcripción de entrevistas así como de los
ejercicios de análisis y debates grupales. Tanto la exhibición fotográfica como el libro están
destinados a compartir las historias generadas por este proceso de acción-reflexión y a formar
un conocimiento base a partir del cual se desarrollen propuestas específicas que aseguren
mayores recursos para Chajul y sus pueblos vecinos. De esa manera, esperamos educar a otros
sobre la realidad de las mujeres y niños Ixil así como desarrollar propuestas concretas que
respondan a las necesidades específicas de la comunidad articuladas a través de este proceso de
acción-reflexión. Finalmente, muchas participantes ven el proyecto como una oportunidad de
mayores vínculos de desarrollo con la comunidad internacional, con la esperanza de que la
solidadridad de ésta contribuya a prevenir más episodios de violencia así como a proporcionar
apoyo financiero y técnico tan necesario para aquellos que en Guatemala están trabajando en
responder a los efectos de la guerra.
Algo importante, a través de los procesos grupales generados por la experiencia del
PAR, las participantes están desarrollando habilidades y recursos para asegurar sus roles como
protagonistas en el desarrollo de respuestas programáticas a sus necesidades. Por ejemplo, las
visitas a pueblos adyacentes han introducido a las mujeres jóvenes del pueblo a realidades más
duras de vida para la mujer donde, por ejemplo, la ausencia del molino las obliga a levantarse
temprano cada mañana para moler a mano el maíz. Al mismo tiempo, las visitas proporcionan a
las mujeres del pueblo un canal para contar sus historias de sobrevivencia, muchas lo hacen por
primera vez. Estos encuentros con mujeres de los pueblos vecinos han creado puentes que las
conectan con otras mujeres en esos pueblos, las cuales se dedican a enfrentar determinados
problemas a través de organizaciones colectivas. Así, las mujeres de la Asociación se han visto
impulsadas a responder a la demanda de estos pueblos para ayudarlos a organizar grupos de
mujeres similares al desarrollado en Chajul.
Algo significativo, muchas de las participantes continúan con la energía de sus propias
capacidades para recolectar y analizar datos. Las mujeres mayores, en particular, expresan
sorpresa ante el hecho de poder participar activamente en una experiencia de investigación, ya
que ellas nunca han asistido formalmente a una escuela ni han hablado español. Ellas se han
adjudicado sus roles como fotógrafas y describen su confianza en sí mismas y su elevada
15
autoestima a la vez que reflexionan de manera crítica sobre su trabajo y el del grupo. En la
experiencia de "contar historias" relativas a las fotografías, ellas están aprendiendo cómo
trasladar imágenes visuales a palabras y, lo que es importante, cómo pasar de una interiorizada y
privada imagen de sí mismas y de su realidad hacia un entendimiento compartido con otros. El
contenido particular de muchas de las fotografías ha facilitado el compartir sentimientos
profundamente guardados acerca de la violencia y sus efectos, algunos de los cuales no habían
sido anteriormente socializados dentro de la comunidad. La participación ha sido, por lo tanto,
una oportunidad no solamente para el crecimiento y desarrollo individual, sino para compartir
historias, comparando diferentes versiones de sobrevivencia, reconectándose con la comunidad
donde puedan desarrollar una visión compartida hacia la acción colectiva para el cambio. Ana
Caba describió el proyecto de la siguiente manera:
El proyecto fotovoz es muy importante para nosotros, porque
como su nombre indica, son fotografías y voces. La voz explica la
fotografía y por lo tanto es una avenida que nos guía a encontrar una
solución a nuestras necesidades como mujeres. Con las fotografías
desarrollaremos un libro, que al leerlo podrán comprender mejor la forma
de trabajar de las mujeres, las necesidades de las mujeres, y los problemas
de los niños. Estas mismas mujeres están trabajando con las fotografías y
contando sus historias. Una foto no es lo mismo que contar una historia, la
foto esta ahí. Ud. puede apreciar la realidad y nosotros podemos solicitar
ayuda adicional para nuestro trabajo [con estas fotos] . . . . Con el
proyecto de fotovoz observamos que nosotras las mujeres y otros que han
sufrido la violencia y han vivido esas experiencias de violencia lo pueden
recordar gráficamente, lo cual es muy importante ya que muchos hoy en día
están creciendo sin haber sufrido estas experiencias y creen que no
existieron porque ellos no las vieron. Por contraste, están muchas personas
que vivimos y sufrimos esto en carne propia y lo estamos recordando.
Cuando entrevistamos a personas quienes han sufrido estas experiencias y
han visto a sus familiares morir, vemos que sienten un gran alivio al contar
sus historias a otro persona [en su comunidad]. Uno piensa que ellos
también están pidiendo ayuda y pidiendo que esta violencia, esta guerra,
nunca regrese. Por medio de la fotovoz buscamos un medio donde la
comunidad internacional pueda ofrecer su ayuda para que esta violencia
nunca vuelva a suceder. Para nosotros este proyecto es muy importante.
Colaborando a través de múltiples fronteras: Lenguaje y Educación
Ninguno de los proyectos descritos aquí podía tener éxito sin la colaboración de las que
trabajan desde al dentro de la comunidad y las que trabajan desde afuera de la comunidad.
Somos cinco mujeres y un hombre; cuatro Mayas, tres de las cuales son mujeres Ixil, uno, un
hombre K'iché casado con una mujer Ixil. Provenimos de diversos clases sociales e economicos,
aunque esto es un desafío digno de describir dada la experiencia de lo rural versus lo urbano de
algunos de los Maya. Más clara es la enorme brecha entre las dos mujeres que éramos
estadounidenses8 y percibimos (o hemos percibido) salarios profesionales en los Estados
Unidos, poseemos carro y casa propios y tenemos a nuestros compatriotas en Centro América.
También están las diferencias al interior de la comunidad estadounidense, pues mientras una es
16
una profesora nombrada la otra es estudiante de doctorado. Cuatro del equipo son padres que
crían a más de una docena de niños en forma colectiva. Los Maya de este grupo han sufrido
discriminación y marginación en una sociedad guatemalteca dominada por Ladinos, mientras
que las estadounidenses han conocido los privilegios de los blancos en las instituciones
estadounidenses que también otorgan privilegios según la raza y el color. Como ya se ha
indicado, cada uno de nosotros trajimos también diferentes experiencias de vida y destrezas a
este trabajo de colaboración.
Aunque en un inicio estuvieron escépticos respecto a necesitar colaboradores no
guatemaltecos además de la autora principal, la gente de la localidad reconoció y apreció las
repetidas experiencias en las que se sintieron fortalecidos o animados por “las participantes
desde afuera” de la comunidad que creyeron en ellos y estuvieron deseosas de entrar en sus
experiencias y aprender con ellos. Los líderes de la Asociación reconocen, a su vez, su rol de
animar a otras mujeres de la Asociación a continuar participando, a pesar de las demandas y
privaciones de la vida diaria. Las “participantes desde afuera” han experimentado, a veces,
impaciencia por el ritmo de la vida diaria en el contexto rural, temiendo que ante otras
exigencias se vieran obligadas a partir de Chajul antes de que los participantes locales sintieran
haber alcanzado el nivel de entrenamiento suficiente para enfrentar los desafíos allí. El contraste
entre los ritmos de tiempo y trabajo chocaba, a veces, a todos los involucrados y contribuían a
una mala comunicación y a desentendimientos. Las dramáticas diferencias en el estilo de vivir y
el costo de vida en Chajul, las ciudades de Guatemala y la vida urbana en Estados Unidos,
contribuyeron también a que hubiera desentendimientos para desarrollar y mantener el
presupuesto del proyecto. Fue difícil racionalizar las desigualdades entre los estipendios
pagados a las colaboradoras de Estados Unidos y a los trabajadores locales de Chajul, por
ejemplo. También nos vimos afectados, de manera diferente, por nuestros diferentes niveles de
participación en el trabajo y nuestras anteriores y recientemente desarrolladas relaciones
personales a través de las fronteras culturales.
Una de las diferencias más desafiantes que hemos encontrado en nuestro trabajo ha sido
el lenguaje, tanto el idioma de origen como las diversas lenguas orales y escritas que hemos
adquirido a través de las experiencias educativas formales e informales. Por ejemplo, la primera
lengua de los hablantes Ixil, a menudo, era un ejemplo de su dificultad para oir y hablar el
español, lengua predominante en Guatemala, y consecuentemente su falta de seguridad para
hablar en público.
... [yo – Ana Laynez]recuerdo que yo necesitaba alguien para traducir
porque yo mas hablaba en Ixil. Cada vez que yo decía, yo quería decir algo
me decía a María.... Y ella aceptaba pero poco a poco nos dijo: Diga usted,
aunque no es así, pero díganlo. Así allí, ella nos daba la oportunidad de
decir... cuando empezamos en el grupo y me daba vergüenza y ponía
colórate con color, sudaba mucho. [Ahora,] más o menos, estoy bien, estoy
aprendiendo, en los talleres que están dando Brinton…
Yo [Jacinta] por mi parte siento que ya no estoy como antes porque vuelvo
a repetir que yo no podia hablar español, de que yo no podia participar tal
vez, yo no podia estar en el medio de un círculo de personas de estar
hablando. Pero antes yo no hacia asi, antes yo tenía miedo. Pero al
17
cambio, siento que ahora, yo siento que ahora si yo quedo en medio de un
grupo de hombres y mujeres yo sentio que ya puedo hablar. Asi como
decia Ana Laynez anteriormente, sudaba mucho de estar hablando, de, se
me escapa las palabras, yo no tenia que[ ] yo sentí que tenia un poco
puede hablar en español.
Brinton, Joan y Ubaldo también enfrentan desafíos lingüíticos al trabajar juntos, Ubaldo
habla K'iché y español, también ha adquirido un considerable manejo del Ixil en estos años de
trabajo. El entiende también considerablemente el inglés, aunque tiene dificultad para hablarlo.
Ni Brinton ni Joan hablan Ixil; sus intentos por aprenderlo han sido frustrantes y su éxito fue
mínimo. Ambas son hablantes nativas del inglés con varios años de experiencia y facilidad para
el español. Aunque el español de Guatemala es la lengua usada para todas las transacciones
oficiales, en Chajul, y particularmente en el trabajo con mujeres y niños, el ixil es la lengua
predominante. Esta realidad genera dinámicas que se entrelazan de manera compleja con otras
dinámicas de poder que tienen su origen en algunas de las diferencias y desigualdades
estructurales que ya hemos descrito. La ayuda de traductores fue necesaria pero no suficiente
para nuestro trabajo de colaboración desde que éste comenzó.
La traducción es, tal como aquí la proponemos, algo más que una habilidad importante
para entender palabras en una lengua y trasladarlas a otra. Implica un complejo entendimiento
de cómo ubicar las palabras dentro y a través de las relaciones sociales en un contexto material
en particular. Afortunadamente, como ya se indicó, los líderes indígenas dentro de las
organizaciones han asumido más y más la responsabilidad de traducir para nuestros hablantes
que no sabían Ixil. Ellos traducían del Ixil hablado al español hablado, y vice versa, facilitando
una participación más activa de los que no hablaban Ixil. Algo importante, el hecho de que las
observadorass vivan en medio de Chajulenses refuerza su capacidad para entender lo que se está
traduciendo. La continua predominancia del español y del Ixil escrito por las líderes de la
Asociación también aumenta su relativo poder dentro del proyecto de investigación y como
protagonistas en otros múltiples proyectos que coordina la Asociación.
Las líderes de la Asociación atribuyen algunos de los cambios en sus habilidades y en su
seguridad en sí mismas a la facilitación de talleres dentro del trabajo de colaboración. Ellas
también han observado el impacto del proyecto fotovoz en la capacidad de comunicación de las
mujeres dentro de la Asociación.
...algunas de ellas no pueden leer ni escribir ni pueden hablar el español, pero si ya
pueden comunicar, ellas [ ] ya participan, ya pueden, como las compañeras, hacer
una investigación aunque no saben leer ni escribir. Ya pueden hablar como
personas, para mí es un proyecto bastante bueno. Si ya pueden sacar fotos. Van con
sus cameras al mercado y pueden sacar fotos. Yo también por mi parte, tal vez antes
del proyecto yo siempre miraba a los hombres que cargaban sus cameras Yo tenia
deseo de tocar las cameras, pero como no tuve la oportunidad de hacerlo, pero si ya
puedo tomar fotos
Las diferencias lingüísticas dentro de nuestro grupo están relacionadas a diferencias
educacionales y nacionales, las cuales están asociadas a accesos divergentes al poder y a los
18
recursos. Entre éstos, uno que es de crítica importancia para todas las ONGs es el acceso a las
fuentes de financiamiento externo. Hemos tenido éxito al encontrar fondos para iniciar los
proyectos descritos aquí, a pesar de que los gastos infraestructurales son mucho más difíciles de
identificar. Es significativo que la mayoría de donaciones de financiamiento que hemos
mencionado hasta ahora han sido idea de quienes trabajan como consultures, y no de aquellas
que están viviendo las experiencias descritas como protagonistas locales. El presente proyecto
fotovoz proporciona recursos para capacitar en habilidades administrativas y organizativas
necesarias para cumplir estas y otras tareas esenciales para la continuidad de una ONG local.
Por ejemplo, Las coautoras Ixil de este escrito han estado recibiendo capacitación de una
contadora Maya y han participado en talleres sobre desarrollo organizacional. Ambas
experiencias se dan en español, en consecuencia su manejo del español les ha dado acceso a
oportunidades educativas adicionales. Su conocimiento del Ixil continúa conectándolas con las
experiencias locales y les permite servir de puente para otras mujeres del proyecto que todavía
no son bilingües. Algo importante, y evidente dentro de sus prioridades educativas para los
niños del CEFEMI, el dominio de la lectura y escritura en su lengua indígena, el Ixil, continúa
siendo una prioridad debido a su íntima conexión con su identidad individual y colectiva.
Conclusiones
A pesar de las múltiples diferencias dentro de nuestro equipo coordinador, nosotros
tenemos un mismo compromiso para responder a algunos de los múltiples efectos de la guerra a
través de proyectos y programas comunitarios más justos y participatorios con y para las
mujeres y niños en esta comunidad rural guatemalteca. El desarrollo de este documento fue
similar a muchas de nuestras experiencias de trabajo en colaboración, es decir, un proceso
reiterativo en el cual cada miembro participó de varias maneras. Esas contribuciones
individuales se basaban en reuniones y debates grupales que hasta ahora nos brindan la
oportunidad de refleccionar sobre nuestras experiencias, tratar el tema de algunos de los
múltiples desafíos que hemos enfrentado y ver cambios en la comprensión de nosotras mismas y
nuestro trabajo a medida que los íbamos experimentando en nuestras colaboraciones. El
proyecto de fotografía PAR, fotovoz, está contribuyendo de manera importante al desarrollo del
liderazgo de las tres autoras Ixil de este documento. El proyecto, aunque no fue concebido como
tal, se ha convertido en un contexto educativo no formal para 19 mujeres cuyas capacidades de
expresión, de comunicación oral y de análisis han sido perfeccionadas de manera significativa a
través de la participación activa al tomar fotografías, contar historias, hacer entrevistas y
desarrollar análisis de su trabajo. Algo significativo, las autoras ixil, líderes dentro de toda la
Asociación, están ayudando a otras participantes a evaluar habilidades que están desarrollando,
así contribuyen de manera importante a afirmar más la confianza en sí mismas.
Fotovoz fue creado con objetivos específicos de acción investigadora. Elegir la
fotografía como un recurso para contar historias fue algo decisivo dados los recursos creativos
así como las múltiples limitaciones lingüísticas y educativas entre las participantes. Los
métodos que hemos estado desarrollando como grupo han revelado importantes
complementariedades entre fotografías y palabras, transformando nuestro trabajo de
colaboración en, entre otras cosas, un proyecto de alfabetización colectiva. Continuamos dando
asistencia a las dimensiones psicosociales del trabajo y trabajando a conciencia para apoyar y
mantener el grupo. Sin embargo, también estamos cada vez más conscientes de la importante
19
contribución educativa de este trabajo, descrito por especialistas en desarrollo y por activistas
como una educación no formal para adultos (Leach, 1998). Algo significativo, la estimulación
de habilidades para la alfabetización y el liderazgo de las mujeres de la Asociación contribuye
de manera importante al tipo de recursos educativos que ellas están desarrollando para sus hijos
y otros niños de Chajul. CEFEMI continúa creciendo y su curriculum está actualizado con la
experiencia de las mujeres en el proyecto fotovoz. Una información adicional es la experiencia
de la autora principal con jóvenes inmigrantes de las zonas urbanas de Estados Unidos cuya
primera lengua es el español. Ella ha usado el fotovoz para construir sociedades a nivel de
escuelas, comunidades y universidades con el fin de colaborar en proyectos de prevención de la
violencia donde los jóvenes participantes asumen puestos de liderazgo desde la base de sus
experiencias y autoconocimiento (Lykes, Shartrand & Cruz, 1999).
El progreso y el crecimiento han sido lentos, demasiado lentos para aquellos que se
retiraron de la Asociación. Sin embargo, el cambio estructural a largo plazo, que es esencial si
nuestro propósito es tener sistemas sociales más equitativos y justos, es lento y requiere de
muchos cambios a nivel individual y colectivo. Juntas estamos descubriendo que a pesar de las
enormes diferencias de poder y recursos y de acceso a éstos hemos podido establecer algunas
colaboraciones en las cuales cada uno de nosotros ha crecido al compartir importantes recursos
con el fin de brindar oportunidades de desarrollo más equitativas y justas para un mayor grupo
de mujeres y niños.
El trabajo presentado aquí da lugar a muchas preguntas adicionales. Como mujeres, la
vida de las participantes está cambiando significativamente a través de este trabajo de
colaboración. Algunas son viudas y le han dado un nuevo sentido de confianza a su
independencia; ellas esperan que esto les ayude a generar más recursos para su propio desarrollo
económico y el de sus hijos. Aquellas que tienen esposo han recibido diferentes respuestas
departe de éstos, respuestas que van desde las prohibiciones iniciales para participar - o bien
restricciones que limitan su tiempo a horas en que sus hijos y esposos no las necesitan - hasta
actitudes de colaboración y apoyo. Las implicancias mayores de este trabajo para los roles de
género dentro de Chajul serán tratadas en trabajos futuros. Las participantes han visto
claramente que aceptar el cambio en sus vidas trae consecuencias complejas no sólo para ellas y
su familia sino también para la comunidad en general. Las mujeres de la Asociación han sentido
claramente la importancia de establecer una organización femenina donde ellas puedan, como
mujeres, iniciar programas y proyectos para mejorar su vida y la vida de sus hijos. En un futuro
trabajo esperamos explorar con mayor profundidad algunas de las previstas e inprevistas
consecuencias de este protagonismo en las relaciones entre ambos géneros dentro y fuera de
Chajul.
20
Notas Finales
1 M. Brinton Lykes, Boston College, EEUU en colaboración con Ana Caba Mateo, Jacinta
Chávez Anay, Isabel Ana Laynez Caba yUbaldo Ruiz, Asociación de Mujeres Maya Ixil -
Nuevo Amanecer, Chajul, Guatemala, Joan W. Williams, Universidad de Texas-Austin,
EEUU. Para publicarse en ingles en International Journal of Leadership in Education: Theory
and Practice [Revista internacional de liderazgo en educación: Teória y practica]Special Issue
on Social Justice and Education – July 1999 [Número especial sobre la Justicia Social y la
Educación - Julio 1999] 2 La autora principal agradece a Angela Shartrand y a Rose Alvarez, estudiantes de doctorado
en la Universidad de Boston por su permanente apoyo. Ambas contribuyeron de manera
importante a hacer de este documento una realidad tanto en español como en inglés. La autora
principal expresa su reconocimiento y gratitud a las mujeres, hombres y niños de Chajul que han
contribuído de manera importante con gran parte del trabajo aquí descrito. A través de la
convivencia y trabajo con ellos desde 1992, ella ha profundizado en sus conocimientos sobre los
sobrevivientes de las múltiples experiencias de la guerra contrainsurgente en Guatemala y el
despertar de éstos. Todas las autoras expresan su reconocimiento al apoyo financiero y técnico
del Fondo para la Salud Mental y los Derechos Humanos Ignacio Martín-Baró, Estados Unidos,
Redd Barna-Noruega, la Fundación Soros-Guatemala, LEMNA, Guatemala, y a la ciudad de
Chajul. Finalmente, agradecemos a dos correctores anónimos y a Marilyn Cochran-Smith,
Editora de Temas Especiales, por sus útiles comentarios sobre las primeras versiones de este
artículo. 3 Mayores evidencias de la brecha entre esas violaciones de derechos humanos y los actos de
violencia que fueron registrados por una de las comisiones especiales formadas para establecer
un registro oficial con el total estimado puede encontrarse en Guatemala, Memoria del Silencio.
Los informes CEH registraron un total de 42,275 víctimas, 23,671 de las cuales fueron víctimas
de ejecución arbitraria y 6,159 víctimas de desapariciones forzadas. Basándose en otros estudios
sobre la violencia política en Guatemala, el CEH "estima que el número total de personas
asesinadas o desaparecidas como resultado de un enfrentamiento fratricida alcanzó un total que
supera los 200,000" (CEH, 1999, p. 17). 4 La investigación de acción participatoria (PAR) hace referencia a una serie de procesos y
prácticas donde el conocimiento y la acción son producidos por y para grupos tradicionalmente
excluídos del poder y los recursos. La toma de conciencia ("un proceso de autoconocimiento a
través de la búsqueda interior y reflexión en forma colectiva", Fals-Borda & Rahman, 1991, p.6)
y la acción sociopolítica fueron alcanzadas a través de una genuina colaboración en la
investigación y educación a nivel de comunidad. El PAR tiene una larga tradición dentro de la
ciencias de acción social y los movimientos liberacionistas (Fals-Borda & Rahman, 1991;
Gaventa, 1991; McTaggart, 1997) y muy recientemente ha sido aplicado en el trabajo de las
organizaciones del Oeste (Whyte, 1991; ver también, Reason, 1994). 5 Recientemente aparecieron artículos en el New York Times (Rohter, 1998) y en la Chronicle
of Higher Education (1999) (Crónica de Educación Superior) con comentarios sobre el libro de
David Stoll (1999) en el cual él pone en tela de juicio la veracidad de varias declaraciones
emitidas por Rigoberta menchú Tum en su testimonio/historia oral/historia de su vida que fue
editado por Elisabeth Burgos-Debray y publicado en inglés en 1984 en su último volúmen
(Menchú Tum, 1998). Los complejos temas surgidos en este debate van más allá del alcance de
este ensayo. Sin embargo, el trabajo dentro del proyecto aquí descrito, que tiene lugar en
algunas de las mismas comunidades descritas por Stoll en este libro y en su primer trabajo
21
(1993) - en el cual las historias son contadas en contextos diferentes y con una serie de
propósitos - confirma la importancia del relator de la historia, del oyente, del público para quien
la historia está siendo contada; asimismo del contexto social en general y del momento histórico
en el cual la historia fue recogida, para dar sentido a lo que se está contando. El primer objetivo
de nuestro trabajo es crear un contexto donde algunas mujeres Maya de las zonas rurales,
afectadas directamente por la violencia de la guerra que duró casi 36 años, puedan contar sus
historias y afirmar su protagonismo, como sobrevivientes y como autoras de sus vidas, aun con
las limitaciones de lenguaje, alfabetismo, experiencia, etc. que restringen lo que quienes viven
fuera de esta realidad puedan saber o entender sobre ellas. Tal vez lo más importante de este
trabajo es que ha creado un registro adicional acerca de la resposabilidad del Estado por las
masacres, desapariciones y muertes en esta área de Guatemala, con mucha documentación y
recientemente confirmado oficialmente por los informes de la ODHAG (1998) y CEH (1999).
Las diversas interpretaciones de lo que significaron estos hechos y sus efectos en la vida
presente de Chajul y de algunos de sus pueblitos es el punto central de los diálogos y análisis en
este proyecto. 6 Un abordaje completo de las relaciones étnicas e interétnicas en Guatemala está fuera del
alcance de este documento. Hay 21 grupos de lenguas autónomas que abarcan a la población
Maya guatemalteca; el K'iché es una de las cuatro más importantes y allá por el siglo XV
alcanzó un considerable poder político y militar (Fischer & Brown, 1996). Los Ixil conforman
uno de los grupos más pequeños. Hay antagonismos históricos y contemporáneos entre estos
grupos; muchos de los K'iché que viven en Chajul son descendientes de los K'iché conocidos
ampliamente como comerciantes y mercaderes. La mayoría de tiendas pequeñas en Chajul son
propiedad de familias K'iché o Ladino. El término "ladino" es usado como sinónimo del término
mestizo en otros países de Latino América, refiriéndose ahora tanto a los descendientes de los
españoles como a quellos nacidos de una mezcla racial y/o han elegido asimilarse al grupo
dominante, culturalmente mezclado. Aunque el abordaje contemporáneo de antropólogos,
activistas Maya y especialistas indica una mayor fluidez - la misma que históricamente no se ha
reflejad en el entendimiento de las categorías Maya y Ladino - especialistas y activistas de
derechos humanos igualmente afirman la importancia de no subestimar el profundo impacto del
racismo en la vida de Guatemala (Bastos & Camus, 1996; Fischer & Brown, 1996; Warren,
1999). El informe del CEH recientemente publicado confirma esto con documentación que
demuestra cómo el racismo institucionalizado contribuyó a desequilibrar el número de
habitantes Maya que fueron asesinados y desparecidos en la guerra de Guatemala que duró casi
36 años. Ellos caracterizaron esta violencia como genocidio (CEH, 1999). 7 El término desaparecido hace referencia al proceso practicado en Latino América durante las
dictaduras del siglo veinte donde las personas eran secuestradas por organizaciones
paramilitares, fuerzas de seguridad o gente asociada a ellos. Ellos fueron frecuentemente
torturados y luego brutalmente asesinados; los cuerpos eran tirados al mar o sino puestos a
disposición. Sin embargo, los cuerpos no volvían a aparecer; familiares, amigos y colegas no
sabían si dichas personas estaban vivas o muertas (Arditti, 1999; Arditti & Lykes, 1992; Nunca
Más, 1986; ODHAG, 1998; CEH, 1999). 8 Se trata de una traducción del español "estadounidense" (ver Gugelberger, 1996, p.4, también
Nota 4, p. 119). Aquí es utilizado en vez del término tan común "americano" puesto que este
último hace referencia a todos los ciudadanos de las Américas, es decir, de Canadá, México,
Centro y Sud América y de los Estados Unidos de Norteamérica.
22
Referencias
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