DEMOGRAFÍA AMBIENTAL
Demografía
La demografía es la ciencia que estudia las poblaciones, o sea, la distribución de
los individuos de la población en clases de edad y sexo, y cómo se reparten las
muertes y los nacimientos entre esas clases de edad.
La demografía utiliza para sus estudios indicadores demográficos como las tasas
de natalidad, mortalidad, inmigración y emigración expresadas en 0/00. Además,
usa otros indicadores demográficos de interés para el estudio de las poblaciones
humanas:
Tasa de fecundidad (Ts). Relaciona el número de nacimientos que se producen
entre las mujeres en edad reproductora (15-49 años) respecto al total de mujeres
en esta edad. Este indicador nos muestra el número medio de descendientes por
mujer en edad fértil.
Tasa de mortalidad infantil (Tmi). Indica la incidencia de la mortalidad entre los
menores de un año. Es un buen indicativo del nivel de desarrollo de un país y de
sus condiciones médicas e higiénicas.
Inercia de una población. Se define como la tendencia demográfica producida
por la estructura de edades y la fecundidad. Un descenso de la tasa de fecundidad
de una población no va acompañado necesariamente de un descenso inmediato
de la población. Los efectos se notarán cuando los individuos nacidos lleguen a la
edad reproductora.
Esperanza de vida. Nos indica la edad media a la que llegará un recién nacido en
una población. Es un índice del nivel de desarrollo y de la calidad de vida de una
población. Para los estudios demográficos es importante conocer la estructura de
la población, es decir, la distribución por edades de los individuos que forman las
poblaciones.
La población mundial
Actualmente, la población humana sobrepasa los 7300 millones de habitantes y
aumenta con rapidez. Cada día, la población se incrementa aproximadamente en
unas 270000 personas. Se produce un crecimiento en progresión geométrica. Se
estima que dentro de 50 años la humanidad estará compuesta por más de 10000
millones de habitantes.
El aumento de la población tiene lugar, sobre todo, en los países en vías de
desarrollo, es decir, en los países con menos medios para afrontar los problemas
ambientales ligados al crecimiento de la población. En estos países se produce
más del 90% de los nacimientos. El crecimiento de la población plantea problemas
como: un aumento en el consumo de recursos (algunos son finitos y limitados) y
de residuos; el hambre que sufre una gran parte de la humanidad y el crecimiento
de las ciudades o los asentamientos urbanos.
Previsión del crecimiento mundial
El crecimiento de la población mundial no ha sido homogéneo en todas las
regiones del mundo. En los países de menos desarrollo se concentra el 81 % de
los habitantes, mientras que el 19 % restante se encuentra en los países
industrializados.
Los países en desarrollo presentan una alta tasa de crecimiento demográfico. En
los países industrializados la población crece con una tasa inferior respecto a los
países en desarrollo. Por ejemplo, en África la población aumenta con una tasa del
2,1 % anual. En países como España, Italia, Japón, Gran Bretaña, Suecia o
Alemania, la tasa de crecimiento anual apenas alcanza el 1 %. En numerosos
países del centro y el sur de América, como México, Colombia, Bolivia o Ecuador,
esta tasa oscila alrededor del 2 %.
Los países donde tienden a acentuarse la pobreza, la desigualdad y los problemas
ligados al subdesarrollo presentan, en general, mayores niveles de fecundidad y
altas tasas de natalidad.
Los factores que influyen en estos comportamientos son:
El tiempo de escolarización, que incide sobre la edad en que las mujeres y
los hombres deciden tener hijos.
La disponibilidad de información sobre la sexualidad humana y el acceso
a los diferentes métodos anticonceptivos.
La mayor tolerancia social hacia las decisiones individuales relacionadas
con la procreación, la vida en pareja y la sexualidad.
Distribución de la población mundial.
Durante este siglo se prevé un crecimiento demográfico importante en los países
más pobres, que se verá acentuado a partir de la década de 2020, fecha en la que
más del 85 % de la población mundial se concentrará en los países en desarrollo.
Más de 4 de cada 5 personas vivirán en países de ingresos bajos.
Asia es la región más poblada, concentra más del 60 % de la población mundial,
seguida por América y África, que concentran, cada una, un 13,5% de la población
mundial. Asia continuará siendo el continente más poblado, pero con una ligera
tendencia a perder peso específico en favor, principalmente, de África, que es el
continente que presenta los mayores incrementos demográficos.
En el lado opuesto, la población de Europa y Oceanía presenta un crecimiento
muy escaso. Ello se traduce en una pérdida progresiva de representatividad sobre
el total de la población mundial.
Estas tendencias en el crecimiento demográfico repercutirán en aspectos tan
importantes como el progresivo envejecimiento de la población en los países
desarrollados, o el aumento de la población en edad laboral en los países en
desarrollo.
Capacidad de carga
Este término se refiere a la población máxima que puede mantenerse de forma
indefinida sin agotar los recursos, los cuales pueden limitar el tamaño de las
poblaciones humanas.
Al estudiar otras especies, se deduce que cuando una población rebasa la
capacidad de carga de su entorno, sufre una mortalidad que la reduce a un
tamaño sostenible.
Si la población es superior a los recursos disponibles, nos encontramos en una
situación de superpoblación, en la cual el hambre y las enfermedades asociadas a
la mal nutrición aumentarán la tasa de mortalidad.
La escasez de alimento también limitará la natalidad, pues las posibilidades de
criar con éxito a los descendientes disminuirán. Con ello, la población se ajustaría
a los recursos y, si la escasez fuese solamente local, el flujo migratorio hacia otras
áreas regularía el nivel poblacional.
En épocas pasadas, las poblaciones emigraban hacia nuevas regiones para
aligerar la superpoblación, pero actualmente, la posibilidad de canalizar la
superpoblación mediante las migraciones es mínima, debido a que los territorios
con déficit de población han disminuido y a las estrictas leyes migratorias de
muchos países.
El agotamiento de los recursos depende de la población y del nivel de consumo de
éstos por parte de cada habitante. Existe una desigualdad en el uso de los
recursos entre los distintos países.
La distribución equitativa podría conseguirse mediante el retroceso o freno en el
consumo de los países ricos, pero es una opción difícilmente asumible por los
ciudadanos y gobiernos, ya que significa renunciar al nivel de vida que se tiene.
Una solución alternativa es que los países desarrollados usen los recursos de
forma más racional al seleccionar y comprar productos que sean más respetuosos
con el medio ambiente. La suma de estas pequeñas acciones de miles
de ecoconsumídores es capaz de modificar los hábitos de muchas empresas e
industrias.
Algunas estimaciones muy optimistas indican que todavía estamos lejos de la
capacidad de carga del planeta y que, por tanto, se podría mantener una
población mayor a la actual. Estas estimaciones contrastan con la realidad: existen
amplias zonas del planeta con carestía de alimentos y, a nivel mundial, la
producción agraria se encuentra en una grave fase de estancamiento.
Problemática Norte-Sur.
En la actualidad, las poblaciones humanas se clasifican en dos grandes grupos:
Modelo desarrollado: se caracteriza por una tasa de natalidad baja y una
esperanza de vida alta (más de 70 años). Da lugar a estructuras de población
envejecidas con un crecimiento demográfico próximo a cero. Coincide con los
países ricos, en los que el crecimiento económico es muy superior al demográfico.
La renta per cápita es alta y crece.
Modelo subdesarrollado: tasa de natalidad alta y una esperanza de vida
moderada (40-60 años), que dan lugar a una estructura de población joven y un
crecimiento demográfico elevado. Corresponde a las 2/3 partes de la población
humana, donde el crecimiento demográfico iguala o incluso llega a superar al
económico y la renta per cápita es baja y se mantiene estable o decrece.
La mayoría de los países desarrollados se sitúan en el hemisferio Norte, mientras
que los países en vías de desarrollo se localizan en el hemisferio Sur. Por esta
razón geográfica se habla de la polarización Norte-Sur.
CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO
El ritmo acelerado de crecimiento demográfico, se ha convertido desde hace
varias décadas, en un tema de primer orden, debido a la presión excesiva de
la población sobre los recursos humanos disponibles en especial sobre los
recursos alimentarios. La alta tasa de nacimientos y la paralela reducción de la
mortalidad, gracias al avance de la medicina agravan la situación.
La concentración urbana de la población esta evidentemente relacionada con
factores históricos culturales y económicos debido a que el desarrollo urbano es
el resultado de procesos como la Revolución Agraria e Industrial.
El hombre ha intervenido directa e indirectamente debido a que nosotros somos
los responsables de que nuestro medio se vea sometido a un proceso de
aceleración y degradación no solo en capas inferiores, sino también en
considerables alturas.
Causas Directas: que afectan a la desertificación cuando se tiene crecimiento de
la población, es el caso de la urbanización, al construir carreteras o viviendas ya
no se puede recuperar ese suelo, más aún cuando se ocupan terrenos fértiles
para la construcción.
Causas indirectas: se tiene el aumento de industrias, el agotamiento de materias
primas las que son utilizadas en ellas o bien para el consumo de la población,
estas causas son netamente debido al crecimiento demográfico, ya que mientras
más aumente la población, mayor y mejor debe ser la economía de un país, si
esto ocurre se tendrá aparentemente una mejor calidad de vida. Pero también esto
trae sus consecuencias, el uso indiscriminado de cualquier recurso o bien el
aumento de industrias producen el desgaste de las materias primas lo que a largo
plazo, llevará a una baja en la economía, aumentando así la pobreza, seguida por
hambruna, enfermedades, etc.
ANÁLISIS DE LOS EFECTOS DEL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO SOBRE EL MEDIO AMBIENTE
Los efectos de la dinámica demográfica sobre el ambiente no resultan de un
impacto directo, sino de las mediaciones tecnológicas, económicas y culturales a
través de las cuales el crecimiento poblacional se traduce en un incremento del
consumo productivo o inproductivo de recursos limitados, lo que predomina en el
paradigma normal de la demografía es una "visión que ve la relación como una
presión de números (de población), sobre recursos" (escasos)... es decir, "un
malthusianismo puro o moderado... (centrado en) el volumen de la población, o en
su tasa de crecimiento" (Hogan, 1989). La relación población/recursos ambiente
se ve reducida así a una relación genérica, unidimensional y en todo caso
inespecífica, donde desaparece del campo de visibilidad cómo un conjunto de
procesos demográficos (fecundidad, natalidad, morbilidad, mortalidad,
migraciones) generan cambios ambientales, al tiempo que éstos afectan las
anteriores dinámicas demográficas.
La demografía se ha mantenido marginada en esta problemática teórica y
metodológica. Si bien muchos analistas se han adherido al principio malthusiano
del impacto del incremento de la población en una base limitada de recursos, o
han adoptado las analogías biologisistas de las relaciones entre las poblaciones
biológicas y su medio, incorporando en muchos casos de manera simplista la
noción de capacidad de carga, en realidad poco se ha aportado para analizar las
relaciones específicas entre la dinámica poblacional y los procesos ambientales.
Ello plantea la pregunta sobre la posibilidad de formular un paradigma de
demografía ambiental, de la misma manera que están emergiendo disciplinas
ambientales en la sociología, la antropología, la economía, el derecho y otras
disciplinas sociales.
La experiencia reciente en México muestra como a pesar del éxito alcanzado en la
disminución de las tasas de fecundidad, al no haber estado asociadas con una
política de desarrollo sostenible, no han sido capaces de frenar el curso de la
pobreza, el desempleo y la desigualdad social.
La degradación ambiental ha generado una patología ambiental emergente,
ocasionada por la contaminación del aire, agua y suelos, por el creciente uso de
sustancias tóxicas y peligrosas como los productos agroquímicos, los plaguicidas
y el asbesto. Las condiciones ambientales, al afectar la salud de la población
urbana y rural, inciden en las tasas de fecundidad, natalidad, morbilidad y
mortalidad de la población (Finkelman, 1990).
Otra de las relaciones críticas entre población y medio ambiente se refiere a la
distribución territorial de la población y los patrones de los asentamientos
humanos. La degradación ambiental se debe más a los patrones de consumo de
las sociedades opulentas con bajas tasas de natalidad, que al crecimiento
demográfico de los pueblos del tercer y cuarto mundos y de todos los inframundos
de las sociedades opulentas, que presentan las tasas más altas de crecimiento
demográfico. Tampoco es el número creciente de pobladores rurales los que
producen por ese sólo hecho los procesos de deforestación, sino la incorporación
de patrones de uso del suelo, de una agricultura altamente capitalizada, orientada
hacia el mercado mundial y de paquetes tecnológicos inapropiados para los
ecosistemas tropicales, lo que ha venido ocasionando la destrucción de sus
prácticas de manejo sustentable de recursos, generando procesos forzados de
migración y de inestabilidad que expulsan a la población hacia zonas cada vez
más frágiles y les lleva a adoptar verdaderas estrategias de sobrevivencia.
ATENCIÓN DEL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO
Desde el principio, la supervivencia del ser humano ha implicado la alteración de
su entorno. Como resultado, las actividades humanas han determinado un cambio
dinámico en el uso dado a la tierra (Harris 1987; Wolman 1993; Márquez 2001).
Con la llegada de los sistemas agropecuarios y el respectivo aumento en el
número de personas, nuevos impactos ecosistémicos como la deforestación y la
erosión se incrementaron significativamente, haciendo evidentes un gran número
de problemáticas ambientales que revertieron en consecuencias negativas para la
sociedad, y que revelaron la intrínseca y compleja relación que existe entre la
población y su ambiente biofísico (Márquez 2001). No obstante, históricamente la
relación Población - Ambiente ha sido reducida a los efectos que el crecimiento
poblacional tiene sobre el stock de bienes o servicios ambientales, dejando de
lado que existen complejos mecanismos internos de adaptación y transformación,
dependientes de las formas de uso del suelo y de valorización de los recursos
naturales, inherentes a las comunidades y que influyen directamente esta
dinámica (Leff, 2004). Luego de siglos de investigación y discusión científica, se
hace cada vez más evidente que así como las fuerzas demográficas pueden
generar diferentes consecuencias ambientales a través de procesos tan complejos
como diversos, las dinámicas de cambio ambiental también pueden influenciar el
tamaño, la composición y la distribución de la población (Hunter 2000; Lutz et al.
2002; De Sherbinin et al. 2007). Sin embargo, son muchas las preguntas que aún
persisten acerca de cómo funcionan estas interacciones, los contextos en los que
operan y las sinergias que establecen con otro tipo de factores ecosistémicos o
culturales. Parte de la labor científica se ha enfocado en los efectos mediados por
los cambios en la cobertura y los usos de la tierra, y la otra se ha concentrado en
los efectos producidos por las transformaciones de la materia y la energía (Jolly &
Boyle 1993).
En Colombia, aunque de forma incipiente, la investigación en la temática ha
seguido la tendencia establecida por la comunidad científica internacional,
concentrándose en examinar de forma independiente los procesos biofísicos que
tienen un efecto negativo en la población y aquellas dinámicas demográficas que
afectan la calidad o disponibilidad de los recursos naturales (Ver López 1991;
IDEAM 1998; IDEAM 2001). Con muy pocas excepciones (Ver p. ej. Angel 1993;
Medellín 1993) la reflexión teórica también ha sido insuficiente y tiende a
enmarcarse dentro de concepciones de corte maltusiano, neomaltusiano o
boserupiano.
Existe poca atención al análisis profundo y global de la situación demográfico-
ambiental del país. Se requieren entonces investigaciones con una visión más
deductiva, que permitan un acercamiento a la realidad nacional, y a través de las
cuales se puedan identificar patrones de cuyo análisis se desprendan estudios de
caso comparables (Stern & Entwisle 2005). El vínculo entre la población, el uso del
suelo y el cambio ambiental ha sido poco estudiado. En Márquez (2001), varios
autores utilizan la historia ambiental para hacer un recuento histórico del cambio
en los ecosistemas colombianos e identifican los procesos de transformación
dominantes, algunos de ellos directamente vinculados a procesos demográficos.
Adicionalmente, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales
(IDEAM), ha investigado la tradicional y ya reevaluada relación entre el
crecimiento poblacional y el uso de recursos. Sin embargo, la labor científica en el
tema no alcanzado un desarrollo significativo en la última década, observándose
que en la mayoría de los espacios académicos e institucionales, los factores
sociales, económicos y demográficos permanecen desarticulados del contexto
ambiental de los grupos humanos estudiados. Cuando es incluido en el análisis, el
ambiente es usualmente reducido a su expresión biofísica, desconociéndosele el
componente antrópico que le es inherente y despojándolo así de toda la
complejidad que lo define.
POLÍTICAS PÚBLICAS DEMOGRÁFICAS
POLÍTICA DE POBLACIÓN: DEFINICIÓN. Conjunto de medidas adoptadas por
un gobierno con el fin de obtener unos determinados resultados demográficos
(tanto en el aspecto cuantitativo como cualitativo). - En última instancia el objetivo
puede ser de tipo político, económico o social. - Las medidas pueden ser de
carácter preventivo o paliativo.
ELEMENTOS DE UNA POLÍTICA DE POBLACIÓN. Acciones dirigidas a impulsar
determinados tamaños familiares. - Estructura y composición de la población. -
Gastos sociales dirigidos a los diferentes estratos de población. - Distribución de la
población y las migraciones. - Investigación demográfica y recogida de datos e
información. La acción del Estado ha sido más frecuente en el terreno de la
natalidad 2 tipos principales de políticas:
TIPOS DE POLÍTICAS
POLÍTICAS PRONATALISTAS: Medidas más frecuentes: a) prohibir o limitar el
uso por parte de las parejas de los métodos para controlar la fecundidad b)
promover la natalidad mediante incentivos económicos o propaganda. * Muy
utilizadas en los años 30. - Las más agresivas fueron las de los estados totalitarios
de los años 30 (Alemania, Italia). España en menor medida y con distintas
características. - También otros países: Bélgica, Suecia, el Reino Unido y, sobre
todo, Francia (1920 prohibición de abortos, anticonceptivos, y propaganda sobre
control de natalidad) * Años 60: países socialistas europeos (Hungría,
Checoslovaquia, Bulgaria y sobre todo Rumanía).
POLÍTICAS ANTINATALISTAS: Basadas en la planificación familiar - derecho de
los padres a determinar libre y responsablemente el número y espaciado de sus
hijos, y en la información y medios para hacerlo. * Planificación familiar reconocida
por primera vez como un derecho humano en 1968 en la Conferencia de Derechos
Humanos de Teherán. * Diversos métodos: a) medidas sobre la edad legal del
matrimonio b) técnicas anticonceptivas (DIU, píldora, inyecciones, preservativos)
c) esterilización d) aborto Métodos indirectos: inversiones en servicios sociales
(educación, salud o nutrición).
ARGUMENTOS PARA LA REGULACIÓN: Planificación familiar es un derecho
fundamental. Argumento base en los países desarrollados. - Salud de la madre: a)
Riesgo embarazos adolescentes b) Riesgo alta frecuencia embarazos c) Riesgo
abortos clandestinos - Factores nutricionales: mejor nutrición más fecundidad. Los
progresos en la nutrición hacen más necesarias las medidas antinatalistas -
Factores económicos. Rápido crecimiento demográfico ↔ pobreza. Origen de
políticas demográficas en países en desarrollo. Necesidad de políticas
económicas y sociales unidas a las demográficas. En ocasiones divergencia
argumentos macroeconómicos (+ tasas – crecimiento económico) y
microeconómicos (+ fecundidad + probabilidad de supervivencia). - Factores
educativos (- hijos + oportunidades). Educación ↔ baja fecundidad.
HITOS EN LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR: 1916 – Primera clínica para el libre
control de nacimientos, Nueva York 1937 – Asociación Médica Americana
respalda el control de nacimientos 1946 – La ONU establece una Comisión de
Población (con representantes de gobiernos) y la División de Población 1951 –
India adopta la planificación familiar como parte de su programa económico 1960
– Se introducen los anticonceptivos orales 1961 – Disponible el DIU 1967 – Se
crea el Fondo de Población de la ONU 1968 – Aprobación de la planificación
familiar como un derecho en la Conferencia sobre Derechos Humanos, Teherán
1968 – Encíclica Humanae Vitae de Pablo VI, censurando el uso de la
anticoncepción artificial 1968 – El Congreso de EEUU asigna por primera vez
fondos de ayuda exterior para la planificación familiar 1974 – Conferencia Mundial
de Población, Bucarest 1979 – China comienza su campaña “Un niño por pareja”
1984 – Segunda Conferencia Mundial de Población, Méjico 1988 – Se aprueba en
Francia la RU-486 1994 – Tercera Conferencia Mundial de Población, El Cairo.
CONFERENCIAS SOBRE POBLACIÓN: Antecedentes: Conferencias Mundiales
sobre Población en Roma (1954) y Belgrado (1965). Carácter técnico e
informativo. - Años 60 regulación de la población cuestión mundial. Política
generalizada a partir de 1965 por 2 motivos: - Programa Censal de la ONU años
60 - Comercialización píldora y DIU - Años 60 y 70 escenario internacional muy
politizado (capitalismo/comunismo, países no alineados) - 1974. Conferencia
Internacional de Población y Desarrollo (NNUU) en Bucarest. EEUU recomienda
planificación familiar. Países en desarrollo acusaron a desarrollados de insistir
más en las soluciones demográficas que en las económicas. Necesario que
políticas de población se integren en programas más amplios de desarrollo
económico y social. Se aprueba el derecho de las parejas y los individuos a decidir
libremente el tamaño y espaciamiento de su descendencia.
1984. Ciudad de Méjico. Clima de consenso: desarrollo ↔ planificación familiar es
masivamente aprobada. La mayoría de los países no desarrollados optan por la
planificación familiar y el bajo crecimiento. EEUU cambia su postura declarando
que el crecimiento demográfico es un fenómeno neutral. - 1994. El Cairo. Nuevo
escenario político y nueva filosofía: hombre como centro del proceso de desarrollo.
Nuevas políticas: enfoque basado en los derechos humanos, aspecto fundamental
bienestar de las personas. La Conferencia fija como objetivo asegurar el acceso
voluntario y universal a una gama completa de servicios de salud reproductiva e
información al respecto, antes de 2015. De planificación familiar se pasa a salud
reproductiva y derechos reproductivos. Ampliación de medios de la mujer es un fin
en sí mismo. - En 2004 no se celebró ninguna conferencia
“La salud reproductiva es un estado general de bienestar físico, mental y social, y
no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los aspectos
relacionados con el aparato reproductor y sus funciones y procesos. En
consecuencia, la salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida
sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o
no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia. Esta última condición lleva implícito el
derecho del hombre y de la mujer a obtener información y servicios de
planificación de la familia de su elección, así como acceso a otros métodos para la
regulación de la fecundidad que no estén legalmente prohibidos, y acceso a
métodos seguros, eficaces, asequibles y aceptables, el derecho a recibir servicios
adecuados de atención de la salud que permitan los embarazos y los partos sin
riesgos y den a las parejas las máximas posibilidades de tener hijos sanos”
(UNFPA). En este aspecto de la salud reproductiva es fundamental la prevención y
la lucha contra el VIH y el SIDA.
TENDENCIAS RECIENTES EN POLÍTICAS DE PLANIFICACIÓN: Mayor
incidencia en necesidad de reformar estructuras sociales y económicas como
medio indirecto: a) mejorar la condición de la mujer (acceso a educación y empleo,
modificación leyes matrimonio, divorcio o herencia) b) establecer un sistema de
seguridad para la vejez Relación estatus de la mujer ↔ desarrollo: crecimiento
económico y mejor calidad de vida más rápidos donde las mujeres tienen una
mayor consideración y reconocimiento social. - Esfuerzos por promover el interés
público por las políticas de planificación. Propaganda orientada a destacar la
función social de la fecundidad y las ventajas de las familias reducidas. - Diseño
de estrategias para lograr la aceptación de las políticas por la población rural,
actualmente el principal reto.
POLÍTICAS DE POBLACIÓN
PAÍSES DESARROLLADOS
Características principales de su población: - Descenso de la fecundidad -
Inmigración extranjera. - Actualmente: facilidad de acceso a métodos
anticonceptivos, despenalización del aborto y de la esterilización Política de las
dos libertades: facilidades para controlar la natalidad pero además tienen una
política de ayuda familiar más o menos incitadora. - Medidas incitadoras: -
Préstamos familiares - Deducciones fiscales - Preferencias para guarderías -
Permiso de paternidad… - Importante papel de la actividad femenina ↔ descenso
natalidad (reducción fecundidad, retraso edad matrimonio, reparto tiempo
hijos/trabajo, fuente de ingresos independiente). - Generalmente 3 ó más hijos
inactivas. No siempre relación directa EEUU y países escandinavos + fecundidad
y + actividad; España e Italia – fecundidad y – actividad.
Migraciones internacionales: las políticas de los países emisores y receptores son
decisivas en cuanto a la dimensión, duración y orientación de los flujos. Uno de los
ejemplos más representativos: EEUU 1924 – comienzan medidas restrictivas 1952
- Sistema de inmigración moderno. Límites basados en el país y prioridad a
miembros de familia y gente con habilidades especiales. 1986 – Esfuerzos por
restringir inmigración ilegal y matrimonios falsos. Proceso de regularización 1990 -
Límite anual para ciertas categorías de inmigrantes. Objetivo: atraer trabajadores
extranjeros con especialidades. Aún grandes problemas con inmigración
clandestina de Méjico y Caribe En Europa: -segunda mitad del XIX y principios del
XX grandes emigraciones sobre todo a América (España, Alemania, Irlanda,
Italia…) -Final de la IIGM política de fomento de la inmigración (Francia,
Alemania). Motivos económicos: simple reclutamiento, ignorando reunificación
familiar y acceso al mercado de trabajo de los familiares. -Años 50 y 60: africanos
y turcos; posteriormente asiáticos; actualmente latinoamericanos.
Perspectivas de futuro: - No tiene sentido política demográfica expansiva - Debate
entre mantener el reemplazo o disminuir la población - Crecimiento débil también
puede plantear problemas: 1.000 años al 0,3 % anual de 10.000 a 200.000
millones. - Disminución a largo plazo conduce a desaparición.
PAÍSES EN DESARROLLO: Tras descolonización, estados independientes
consideran crecimiento demográfico positivo o no perjudicial (China de Mao) - A
partir de mediados de los años 50 esta actitud comienza a cambiar. - Elementos
principales: - elevación edad de matrimonio - control de la fecundidad en el
matrimonio. - Acciones prioritarias varían de un país a otro: redistribución
geográfica, migraciones internas, control migraciones internacionales, mortalidad
infantil/juvenil… - Hay que distinguir entre macroconsecuencias (inversión en
educación, sanidad…) y microconsecuencias (los niños pueden suponer
beneficios a corto o a medio plazo) - Muchas políticas de planificación familiar
fracasan por ventajas de descendencia numerosa: seguridad para la vejez, ayuda
material para el trabajo, prueba de virilidad, satisfacción del orgullo personal,
cumplimiento de preceptos religiosos… - Factores de precocidad del matrimonio:
dote, reducción de gastos de mantenimiento.
INDIA. Edad media matrimonio: - Antes del XIX 12,8 años - 1951: 15,5 - 1961:
16,1 - 1971: 17,2 - 1978: edad mínima legal 18 años (eficacia parcial) - Años 70
“estado de emergencia” esterilizaciones masivas. - Actualmente: - Hincapié en
población rural - Mejora de la condición social de la mujer - CHINA: - 1950: edad
mínima matrimonio 18 años mujeres, 20 hombres. - 1980: edad mínima
matrimonio 20 mujeres y 22 hombres - Política del hijo único en zonas urbanas.
Zonas rurales y minorías étnicas: 2 hijos (si el primero es niña o discapacitado).
Los hijos de más provocan penalizaciones económicas. En ciudades como
Shangai y Pekín también excepciones - Mayor éxito de reducción pobreza y
atención sanitaria que la obligación forzosa de sólo1 hijo.
PROCESO DE TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA EN COLOMBIA
Ha sido relativamente acelerado en el contexto de América Latina. Con México,
Costa Rica y Brasil, forma parte de un conjunto de países que iniciaron
“recientemente” su descenso de la fecundidad (desde fines de la década de 1960)
y que actualmente están atravesando la etapa avanzada de la transición
demográfica, todos con tasas globales de fecundidad bajo el nivel de reemplazo.
Como es de esperar en un país de alta heterogeneidad socio-espacial, persisten
diferencias importantes en los niveles de fecundidad, puesto que mientras varias
regiones ya presentan tasas bajo el nivel de reemplazo (las principales capitales,
el Eje Cafetero, Valle del Cauca y Bogotá), las áreas rurales y otras regiones,
principalmente las de los litorales, permanecen retrasadas en su transición
demográfica. Aun así, los cambios en los patrones reproductivos que han llevado
a la transición de la fecundidad se están adoptando de una manera generalizada,
incluyendo las regiones clasificadas como las más pobres del país, lo que está
determinando una clara convergencia. La rápida transformación demográfica se
traduce en grandes cambios en la estructura por edad de la población.
Fundamentalmente, se experimenta una reducción de la población infantil y juvenil
(menores de 15 años), cuyo peso ha descendido del 47 % al 28 % desde fines de
la década de 1960; y un incremento muy importante del grupo de población
potencialmente activa (15 a 59 años), que alcanza actualmente el 62 % del total.
Aunque el envejecimiento es aún moderado, el peso de la población de adultos
mayores (60 años y más) se ha duplicado, del 5 % al 10 % desde fines de 1960
hasta hoy, y se puede decir que esta será la tendencia predominante en el
mediano y largo plazo. La heterogeneidad del proceso de transición demográfica y
su asociación con el nivel de desarrollo de los diferentes territorios del país queda
plasmada en la vinculación que se advierte entre el tamaño de la economía de los
departamentos, medida por su aporte al PIB nacional, y el peso porcentual de los
distintos grupos de edad. Los departamentos más desarrollados tienen menor
peso de la población infantil y mayor proporción de población en edad activa y
adulta mayor. La información que proporcionan las ENDS corrobora las
transformaciones y diferenciales de la estructura por edad de los departamentos.
Permite observar que algunos, como los del Eje Cafetero, Boyacá, Nariño, Tolima
y Cauca, presentan una reducción de su población joven más acelerada de lo
previsto y una sobrerrepresentación de la población adulta mayor, lo que puede
estar asociado con la pérdida de población joven por la emigración, ya sea interna
o internacional. Asimismo, puede identificarse una relativa sobrerrepresentación
de la población de edades activas en algunos departamentos en los que
predominan procesos productivos que atraen un volumen importante de fuerza de
trabajo, como es el caso de Arauca y Casanare por la extracción de petróleo. 58
Como consecuencia de la transición demográfica y el cambio en la estructura por
edad, la relación de dependencia demográfica alcanzó su máximo valor en
Colombia hacia 1964 y viene disminuyendo desde entonces. Las proyecciones de
las Naciones Unidas, el CELADE y el DANE concuerdan en el momento en que
esta relación de dependencia alcanzará su valor mínimo (2015). La extensión total
del periodo de descenso será entonces de 51 años. La variación total, que es una
primera medida del bono demográfico, sería del 45,4 %, o expresándolo de otro
modo, una variación anual de algo menos del 1 %. De acuerdo con la segunda
definición del bono demográfico (es decir, la relación de dependencia por debajo
de los dos tercios), el periodo más favorable del dividendo para Colombia habría
comenzado en 1999 y se extendería aproximadamente hasta 2043 según las
estimaciones de la ONU, o hasta 2035 según las del DANE y la ENDS, es decir, 8
años menos de bono demográfico. De todas maneras, se puede concluir que
Colombia posee la ventaja de contar con una buena porción de bono demográfico
hacia adelante (ya sean 23 o 31 años) y por lo tanto se dispondría del tiempo
suficiente para materializar este dividendo mediante la adopción de políticas
apropiadas, sobre todo en el ámbito del empleo y la educación. La duración del
bono demográfico es diferencial entre los departamentos. Las proyecciones
oficiales de población departamental cubren el periodo de 1985 a 2020 y por lo
tanto solo se puede obtener un panorama truncado de la duración del bono y sus
diferencias. Sin embargo, es posible identificar un primer grupo de departamentos
cuya relación de dependencia había alcanzado su máximo valor antes de 1985 y
registran su valor mínimo dentro del periodo proyectado; entre ellos se encuentran
los de mayor desarrollo y mayor avance en la transición demográfica, junto con
algunos como Boyacá, Cauca, Nariño y Cesar, de menor desarrollo pero que
tienen poblaciones artificialmente envejecidas por la emigración. Estos
departamentos han tenido una primera etapa del bono demográfico relativamente
prolongada, pero ya la han finalizado o estarían haciéndolo antes de 2020. Un
segundo grupo de departamentos registrarían tanto el máximo como el mínimo de
la relación de dependencia en el periodo proyectado y por lo tanto son los de
transformación demográfica más acelerada actualmente. Se destacan en este
grupo los departamentos del Eje Cafetero, y entre ellos Quindío, que tendría el
periodo de bono más corto, con solo 13 años. Un tercer grupo de departamentos,
la mayoría de ellos de la región de la Orinoquía o Amazonía, experimentaron el
máximo de su relación de dependencia muy recientemente, alrededor del año
2000; son los más retrasados en el proceso de transición demográfica, pero su
periodo de bono puede ser muy prolongado hacia el futuro. Cualquiera sea el
grupo, todos los departamentos cuentan con una segunda etapa del bono —el
segmento creciente de la relación de dependencia que sigue siendo favorable— ,
lo que les proporciona varios quinquenios de dividendo demográfico hacia delante.
59 La valoración económica del bono demográfico se hace a través de la relación
de dependencia económica, que vincula los perfiles de consumo e ingreso por
edad. En Colombia, esta relación ha venido descendiendo desde 1970 y alcanzará
un mínimo aproximadamente en 2027, es decir, habría 57 años de situación
favorable a consecuencia del cambio demográfico, especialmente de la reducción
de la población en edad escolar y su demanda específica de recursos. El aumento
de los ingresos por consumidor en el país para el total de ese periodo de 57 años
sería de un 27 % (de 1,93 a 1,41 consumidores por cada productor). Anualmente,
eso implicaría casi un 0,5 % de incremento de los ingresos relativos al consumo.
La intensidad de este ahorro va disminuyendo a medida que se atenúa el ritmo de
la transición demográfica y, en consecuencia, en la década pasada (2002 a 2012)
el ahorro de recursos cayó al 0,4 % anual. Esa es la magnitud económica del bono
demográfico total de Colombia. Aunque parece modesto, el ahorro de recursos
que implica puede ser muy importante. En la década comprendida entre 1998 y
2008, este ahorro constituyó en América Latina más de un tercio del crecimiento
del producto interno bruto per cápita. De manera similar, es posible realizar una
valoración económica del bono demográfico en el sector educativo. En Colombia,
la relación de dependencia económica de este sector — gasto en educación sobre
ingresos laborales— alcanzó su valor máximo en 1972. A partir de esa fecha inició
un proceso de reducción a largo plazo que, según las proyecciones de población,
podría prolongarse hasta 2072, es decir, un siglo completo. En todo ese periodo,
la relación de dependencia económica de la educación se reduciría en un 53,5 %;
desde su valor máximo hasta hoy, entonces, habría disminuido a casi la mitad.
Esta reducción significa que el mismo nivel de escolarización podría lograrse
ahora con un poco más de la mitad de los recursos que se demandaban en 1972.
En la década pasada, el ahorro de recursos que obtuvo el sistema educativo como
consecuencia del bono demográfico fue de un 12 %, es decir que se contaba con
un 1,2 % más de recursos anualmente, que se habrían podido utilizar en mejorar
la calidad de la educación sin aumentar la carga fiscal. El descenso de la
fecundidad y la transformación demográfica del país resultantes han
proporcionado 40 años de ventajas para el sector educativo y todavía se cuenta
con 60 años hacia adelante para aprovechar esta situación excepcional. Sin
embargo, los datos no son alentadores, puesto que no indican que se esté
intentando este aprovechamiento. La población con edad para el nivel de básica
primaria disminuyó como consecuencia de la transición demográfica en un 3,9 %
entre 2005 y 2011, pero la población matriculada en básica secundaria decreció
en un 10,3 % en el mismo periodo. Como resultado, en este lapso la tasa bruta de
cobertura educativa en primaria disminuyó en un 6,2 %. En la educación
secundaria, aunque la escolarización ha aumentado, la tasa neta de cobertura
solo llegaba al 55 % en 2001, nivel muy por debajo del de muchos países de la
región y lejano de la meta propuesta por la UNESCO, del 75 %. 60 En cuanto a la
eficiencia del sistema, la comparación del gasto público por estudiante frente al
logro educativo, expresado mediante las tasas de cobertura neta, revela que
Colombia obtiene menores logros de cobertura neta con mayores inversiones que
un buen número de países de la región. En resumen, la situación actual del
sistema educativo colombiano, en comparación con países que transcurren por
procesos de transición demográfica similares, indica que no se han alcanzado
logros proporcionales al alivio demográfico obtenido y que quedan muchos
desafíos pendientes, tanto en la educación de nivel primario como secundario. Sin
abandonar los esfuerzos en materia de educación primaria, es necesario abordar
cuanto antes el mejoramiento de la calidad de la educación secundaria. De
acuerdo con la CEPAL (2009), asumir las metas en este nivel de escolarización
formal es imperativo por varias razones y la necesidad de asegurar a los jóvenes
el acceso a empleos de mayor productividad y por lo tanto a ingresos que les
permitan mantenerse por encima de la línea de la pobreza, son las principales. Se
ha observado que la secundaria constituye un umbral importante en este sentido,
y que para tener chances de acceder a un nivel de ingresos intermedio o superior
es preciso haber terminado ese ciclo educativo. Las políticas educativas deberán
tener en cuenta los recursos ahorrados en el sistema para reinvertirlos en su
totalidad en el mejoramiento de la cobertura y la calidad de la educación, quizás la
mejor fórmula para el aprovechamiento del bono demográfico. La inversión en
formar a los jóvenes de hoy les puede asegurar una adecuada inserción en el
mercado laboral, mejores ingresos consecuentes y una mayor capacidad de
ahorro. De esta manera, estarían capitalizando hoy para poder atender las
crecientes demandas que plantearán las sociedades envejecidas que tendrán que
vivir en un futuro no muy lejano. Por otra parte, la concentración de un gran
volumen de población en edades activas plantea un reto sin precedentes a las
políticas de empleo. Sin una adecuada inserción de esta población en puestos
productivos, el cambio demográfico no solo dejará de ser una oportunidad, sino
que podría provocar desempleo, violencia y otros problemas sociales. La
implantación del modelo actual de desarrollo se ha superpuesto a la vigencia del
bono demográfico y puede contrarrestar sus ventajas. En particular, se presentan
tendencias a la especialización extractiva de los países y regiones más pobres, y a
la informalización y precarización del empleo. Ante este panorama, se hace
necesario volver a fortalecer la acción del Estado para el diseño e implementación
de políticas en materia de empleo, las que deben orientarse a promover la
generación de puestos de trabajo mediante la incorporación adecuada del país en
las cadenas productivas internacionales, al tiempo que se apoye el
emprendimiento interno. Asimismo, se requiere reforzar la legislación e
institucionalidad del mercado laboral para la protección del empleo y los ingresos
de los trabajadores. 61 Finalmente, es necesario que en el diseño de las políticas
sociales, ya sea en el ámbito educativo, laboral, de la seguridad social y la salud,
se comprendan y se integren adecuadamente la dinámica demográfica y sus
consecuencias, tanto las que significan oportunidades, como el bono demográfico,
como aquellas que implican limitaciones, como el proceso de envejecimiento que
se avecina.