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MAGISTER EN ALTA DIRECCIÓN GENERAL Y GERENCIA ESTRATÉGICA EMPRESARIAL
[La Dirección Estratégica ante los nuevos retos del Siglo XXI]
El nuevo milenio está caracterizado por un conjunto de factores que convierten el entorno en turbulento, complejo y con alto grado de incertidumbre, por lo cual las organizaciones tienen que desarrollar su capacidad de adaptación a los cambios con la rapidez que se requiere, constituyendo la Dirección Estratégica una herramienta importante por las posibilidades que brinda dado su carácter proactivo, permitiendo anticiparse a dichos cambios. La Dirección Estratégica en la actualidad, debe ir enfocada a la solución de los retos que se le presentan, por lo que el enfoque a utilizar debe ser adaptado a estas condiciones. El presente trabajo tiene como objetivo valorar la Dirección Estratégica ante los retos del Siglo XXI, donde se demuestra la aplicación de las tendencias gerenciales en dicho proceso, a partir de la influencia de los factores del entorno.
2016
Maestría Internacional
Juan Carlos Reyes Aguilar
[La Dirección Estratégica ante los nuevos retos del Siglo XXI] Juan Carlos Reyes Aguilar
Introducción
La Dirección Estratégica, desde su surgimiento se ha convertido en un arma
importante para que las empresas logren establecer objetivos y líneas
de acción en aras de perfeccionar su desempeño.
En la actualidad las organizaciones se enfrentan a un entorno cada vez más
turbulento, competitivo, inestable e impredecible, donde se percibe la influencia de
una serie de retos que marcan el presente siglo, como son: la globalización de
los mercados y la economía mundial, crisis estructural sistémica con la
simultaneidad de la crisis económica, financiera, energética, alimentaria y medio
ambiental, la internacionalización de los negocios, la innovación tecnológica,
el desarrollo de la información y las comunicaciones, avances significativos en la
microeléctrica, telecomunicaciones e informática, modificaciones en las
tecnologías de comercialización y financiamiento, reducción significativa
del tiempo que transcurre entre el descubrimiento científico y su aplicación en
la producción , la explosión en los servicios, un medio ambiente cambiante y
nuevos valores culturales que convierte los clientes en más exigentes.
La gerencia de las organizaciones en el nuevo milenio tiene que prepararse
para asimilar los cambios con la rapidez que se requiere, o sea, deben desarrollar
una elevada capacidad de adaptación a la dinámica que se presenta, donde el
factor humano, como fuente de ventaja competitiva debe trabajar por la
incorporación en las organizaciones de varios factores como: gerencia
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integral, gestión por competencias, gerencia del conocimiento, Feedback circular,
espíritu de equipos, liderazgo, empowerment, dirección por
valores, organización inteligente, dominio de idiomas y conocimientos
informáticos, entre otros.
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Desarrollo
La Dirección Estratégica debe ser entendida "...como una estructura teórica
para la reflexión acerca de las grandes opciones de la empresa, reflexión que se
fundamenta en una nueva cultura organizacional y una nueva actitud de la
Dirección, donde ya no se trata de capear las dificultades traídas por un entorno
turbulento, sino ir a su encuentro, donde se huye de lo improvisado en busca de lo
analítico y de lo formal, la Dirección Estratégica es también un intento de mejorar
la dirección y la gestión de una organización, utilizando la estrategia para guiar
sus acciones, pero integrando las nociones de preparación de la puesta en
marcha y asignación de recursos"
La Dirección Estratégica es el proceso de formulación, ejecución
y control de estrategias a seguir para cumplir los objetivos previstos. Esta se ha
convertido en una herramienta de vital importancia para las empresas del nuevo
mundo, al permitirles una revisión constante de las capacidades internas junto al
estudio del entorno donde se desarrolla, elemento fundamental para el logro de los
objetivos a corto, mediano o largo plazo.
Surge con el fin de superar las deficiencias de la Planificación Estratégica y de
proveer a la empresa de un enfoque de dirección, que le permita formular los
propósitos y objetivos a partir de una evaluación profunda de todos los factores
externos e internos que los condicionan, y lograr su cumplimiento a través de una
ampliación de la planificación, que incorpora un conjunto bien definido de planes
y programas, donde se determinan las acciones y tareas, los recursos necesarios,
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y la designación de los responsables y plazos que harán posible alcanzar las
metas fijadas.
Es importante tener presente que tanto en la formulación como en la
implementación de las estrategias, debe tener lugar un intenso trabajo grupal en la
empresa, que incorpore a todos los niveles y participantes, para darles la
oportunidad de reflexionar sobre el futuro, fijar fines a su nivel y proponer acciones
para cumplirlas, pero lo más importante es que de forma general se logra una
autoevaluación de todos.
No existe un único proceso de dirección estratégica para todas las
organizaciones, sino que éste se manifiesta en función de la misión y de las
características de cada una de ellas, así como de las pretensiones y las nuevas
necesidades que tenga la misma, no obstante, deben seguirse un grupo de pasos
generales adecuados en cada caso a la organización:
Determinación y establecimiento de la misión y las metas o fines de la
organización.
Diagnóstico estratégico.
Búsqueda y determinación de las opciones estratégicas.
Evaluación y selección de estrategias.
Implantación de la estrategia seleccionada.
Seguimiento y control estratégico.
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Etapas o Fases de la Dirección Estratégica
El proceso de Dirección Estratégica ha sido enfocado por varios autores, cada
uno de estos ha tratado de concebir un modelo o metodología para desarrollar el
mismo de la forma más eficaz posible. Este proceso básicamente se recoge en 3
fases:
Formulación.
Ejecución.
Control.
Fase de Formulación de estrategias:
En esta fase se recoge básicamente el planteamiento de la planificación
estratégica, ampliando el alcance del análisis desde las variables técnico –
económicas hasta las sociopolíticas – culturales.
La estrategia que se formule en esta etapa va a guiar el comportamiento y la
actividad de la empresa en un futuro y es el resultado de la conjunción de tres
elementos:
Las aspiraciones de la alta dirección (para la empresa).
Las oportunidades y amenazas que presenta el entorno.
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Las capacidades internas de la empresa.
Además se puede integrar en un marco de toma de decisiones formado por tres
etapas:
Etapa 1: Entrada de datos:
Es la etapa donde se recoge toda la información básica de entrada que se
necesita para la formulación de estrategias. Incluye la formulación de la Misión y la
Visión, un diagnóstico estratégico interno y externo y la formulación de los
objetivos que se propone la organización en el futuro.
Etapa 2: Comparativa:
Tiene como objetivo la generación de alternativas estratégicas factibles para
cumplir los objetivos previstos, a partir de la información recogida en la primera
etapa. Se debe realizar una comparación que puede ser interpretada como una
combinación o cotejación donde se interrelacionan los factores claves internos y
externos, el éxito estará en lograr la mejor combinación, dependiendo de las
habilidades, preparación, experiencia, inteligencia y buen juicio del equipo de
especialistas que participan en su desarrollo.
Incluye herramientas de comparación que se fundamentan en información de
entrada proveniente de la etapa anterior y que pueden ser de mucha utilidad en la
formulación de estrategias, como son: la Matriz DAFO, la Matriz de Posición
Estratégica y Evaluación de Acción (PEEA), la Matriz del Grupo Consultor de
Boston (GCB), la matriz Interna – Externa, la Matriz de la Gran Estrategia, entre
otras que se consideren importantes.
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Etapa 3: Toma de decisiones.
Es la última etapa de la formulación de estrategias, se encarga de identificar,
evaluar y seleccionar las estrategias a ejecutar (elaboradas en la etapa dos),
utilizando información de la etapa uno. Su necesidad radica en que ninguna
empresa está en condiciones de ejecutar todas las estrategias formuladas, tienen
que adecuarse a los recursos con que cuenta y poner en práctica las principales
estrategias, por lo que esta etapa suministra la base objetiva para la selección de
estrategias específicas.
Se auxilia de la Matriz Cuantitativa de Planeación Estratégica.
Fase de Ejecución de estrategias.
En esta fase se deben movilizar tanto los empleados como los gerentes, para
llevar a cabo las estrategias ya formuladas. Esto requiere la fijación de
metas, políticas y la asignación de recursos según las prioridades de la
organización. Se considera el paso más difícil dentro del proceso de la dirección
estratégica, pues requiere disciplina personal, sacrificio y concentración.
En este proceso es necesario el involucramiento de todos los trabajadores, de
ahí la importancia de que las metas de fijen a todos los niveles y exista una
adecuada comunicación entre todas las áreas funcionales
(dirección, marketing, finanzas, producción, I+D) y ahí es donde juega un papel
fundamental la capacidad de la alta gerencia para lograr la motivación necesaria
que proporcione el logro exitoso de las estrategias.
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Además es necesario la elaboración de un plan que permita determinar quién,
cuándo y cómo poner en práctica la estrategia; de programas que traten de
acercar el plan a un mediano plazo y de un presupuesto que supone concretar en
términos financieros las actuaciones de los programas. También se debe disponer
de una estructura organizativa que asegure: la asignación concreta de tareas o
responsabilidades, coordinar e integrar las acciones y establecer las líneas
de autoridad y canales de comunicación.
Fase de Control de estrategias:
Esta fase permite determinar la efectividad de las estrategias formuladas y
tomar medidas correctivas en el momento que lo requiera sobre la base de las
desviaciones entre los resultados obtenidos y los esperados.
Es normal que aparezcan modificaciones en algunos puntos que obligan a
cambiar partes de la estrategia. Esto se consigue mediante un control continuo
que se llevará a cabo fundamentalmente con sistemas de información eficaces.
Para la evaluación, control y revisión de estrategias se requiere del análisis de
las Fortalezas, Debilidades, Oportunidades y Amenazas que se determinaron en el
diagnóstico, además de debe evaluar el logro de los objetivos y metas planteadas,
lo cual debe ir aparejado al análisis del desempeño organizacional y plantear
acciones correctivas para mantener la dirección determinada por los objetivos.
Este proceso es más preventivo que correctivo.
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Importancia del Factor Humano en el Proceso de Dirección Estratégica
En la actualidad la Dirección Estratégica representa una concepción teórica y
práctica para la reflexión de las grandes decisiones que la empresa debe adoptar.
Ella se sustenta en una nueva cultura y una nueva actitud de los directivos, que
elimina la improvisación sobre la base de un proceso que conjuga el análisis y
la creatividad en la búsqueda de alternativas para el desarrollo.
En este proceso se integran coherentemente lo estratégico que asegura el
rumbo definido para el largo plazo y lo operativo del trabajo diario de las
organizaciones, lo que determina la necesidad de una adecuada correspondencia
entre la estrategia y el resto de los elementos del sistema de dirección.
Como enfoque integrador del sistema de dirección, la Dirección Estratégica
tiene en cuenta todos los aspectos que intervienen en la gestión operativa y
estratégica de las organizaciones con una concepción proactiva.
El conocido Modelo de las "siete-eses" de la consultora Mackinsey (7 S, por la
inicial de la palabra en inglés de cada uno de dichos componentes del sistema de
dirección) muestra gráficamente la intervinculación reciproca que entre estos
componentes se produce en el proceso de dirección. Incluye:
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Valores compartidos (Shared Valúes)
Sistemas (System)
Estilos (Styles)
Habilidades (Skills)
Personal (Staff)
Estructura (Structure)
Estrategia (Strategy)
Por valores compartidos se entiende una convicción o creencia estable en el
tiempo de que un determinado modo o conducta o una finalidad existencial, es
personal o socialmente preferible a su modo opuesto de conducta a su finalidad
existencial contraria. Son aprendizajes estratégicos relativamente estables en el
tiempo de que una forma de actuar es mejor que su opuesta para conseguir
nuestros fines, o que no salgan bien las cosas. Entre ellos podemos encontrar:
disciplina, organización, humildad, sencillez, serenidad, honestidad, voluntad,
firmeza, entre otros.
Una organización es un sistema, compuesto por varios subsistemas, uno de
ellos el de dirección. En el subsistema de dirección puede establecerse un modelo
de sistema con orientación a objetivos (DPO), que es un sistema directivo que
integra varias actividades claves de manera sistemática, dirigido conscientemente
al lograr eficiente y eficaz de los objetivos organizacionales e individuales.
El estilo de dirección se relaciona con las conductas que asumen los
dirigentes en el cumplimiento de sus funciones y constituye un elemento
importante del proceso de dirección. La capacidad para dirigir con eficacia es una
de las claves para ser un director eficaz. Se pueden obtener resultados superiores
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si los dirigentes añaden a sus operaciones el ingrediente extra de un eficaz
liderazgo. La esencia del liderazgo es la disposición de seguir, o sea, la
disposición de las personas para seguir a otras, lo que convierte a estas en
líderes. En la Dirección Estratégica actual se requiere de líderes – líderes.
Las habilidades constituyen el conjunto de capacidades de la organización
para desarrollar sus actividades. En la actualidad los directivos deben realizar
cambios en sus habilidades como: mayor dinamismo, autoridad moral, controlar
los procesos, control financiero, conquistar el entorno, eficiencia en los resultados,
auto preparación continua, motivar, estimular, comunicar, etc.
En el caso del staff, se refiere a la integración de los trabajadores y todo el
personal, para, de manera mancomunada, alcanzar los objetivos organizacionales.
Los conceptos y principios que se deben utilizar para perfeccionar el equipo
pueden ser: utilizar la plantilla mínima imprescindible, incrementar la idoneidad y el
multioficio, reducir los cargos de dirección en plantilla, ampliar el límite
de atención a los directivos, desarrollar aceleradamente a los jóvenes, entre otros.
En el caso de la estructura se trata de la estructura organizacional, donde los
objetivos y las estrategias tienen gran peso en la elección de la estructura
adecuada. Entre las tendencias de cambio de las estructuras de pueden citar:
estructura flexible y dinámica ajustada a las necesidades y al entorno; ubicación
del poder donde se solucionan los problemas, jerarquizando los papeles
principales y las relaciones claves; sustitución de los niveles jerárquicos por
relaciones de coordinación a un mismo nivel de la red; descentralización de la
dirección; reducción de la interacción vertical y la autoridad formal; aumento de la
integración lateral y de su influencia, entre otras.
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Hoy día la Dirección por Objetivos (DPO) incorpora en su filosofía la
Planeación Estratégica. Esta no se puede concentrar de modo exclusivo en
objetivos a corto plazo (en el ciclo de un año) ya que ello llevaría a la organización
y sus líderes a descuidar decisiones importantes que son necesarias para la
estabilidad de ella a largo plazo. Esta señala la necesidad de integrar planes
estratégicos a largo plazo con objetivos a mediano y corto plazo.
Al relacionar la DPO con la Planeación Estratégica a largo plazo exige de la
atención y participación de la alta dirección. Los altos directivos deben convertirse
en participantes activos del proceso de dirección.
La DPO no solo vincula los objetivos de corto plazo con los del más largo
plazo, sino que también integra los esfuerzos de los dirigentes en todos los niveles
de la organización.
Los planes estratégicos (del largo plazo) se implementan con planes de acción
(en el más corto plazo) y se controlan. Este proceso de planificación estratégica,
su implementación y control, es lo que recibe la denominación de Dirección
Estratégica. La implementación de la Estrategia es la que se debe llevar bajo los
conceptos y preceptos de la Dirección por Objetivos (D.P.O.)
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El Enfoque Estratégico no hace obsoleta toda la dirección tradicional, sino que
da una nueva orientación a las dimensiones táctica y operacional y se basa en:
Planificación partiendo de las condiciones turbulentas.
Construcción de escenarios alternativos para aclarar incertidumbres y futuros
posibles y las fuerzas que lo conforman.
Centrar el modelo institucional en el mercado y en las demandas de los clientes.
Construcción de una cultura estratégica para lograr un comportamiento
organizacional.
Intención de explorar la complejidad de la realidad.
Priorización de los factores del entorno en relación con los internos.
Preferencia por el nuevo comportamiento organizacional.
Deseabilidad del cambio para ajustar el rumbo de la organización.
Prioridad a las inversiones inteligentes como factores transformadores.
Propicia la descentralización y crea autonomía.
Preferencia a las decisiones colegiadas, en equipo y a la participación en las
diferentes tareas de la gestión y la administración.
Planificación, seguimiento y evaluación son considerados en forma integrada,
como parte de un mismo proceso.
Compromisos con los plazos largos, mediano y corto, en este orden de jerarquía.
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La Dirección Estratégica ante los retos del Siglo XXI
La Dirección Estratégica le permite a las organizaciones tener un amplio
conocimiento de sus características internas y las del entorno que les rodea, al
realizar un enfoque muy crítico hacia la propia organización, además de posibilitar
la determinación de los objetivos esenciales para el sistema y las líneas de acción
para alcanzarlas. Posibilita una rápida adaptación de la empresa a un entorno
cada vez más turbulento. Permite una amplia receptividad a los cambios, pues su
modelo es totalmente flexible a los mismos. Busca la innovación. Busca un
enfoque integrador y su centro es la eficacia.
Asimilar fuertes y continuos cambios, no solo en el entorno, sino también
sociales y tecnológicos, es uno de los grandes retos a los que se enfrentan
actualmente las compañías. Por este motivo, es necesario tomar decisiones
dentro del ámbito empresarial para poder adaptarse a esta situación tan
cambiante.
Cualquier empresa que desee tener éxito y busque beneficios debe someterse
a un sistema formal de dirección estratégica, no solo para obtener los niveles más
altos de rentabilidad, sino también para no estar destinada a un fracaso seguro. La
planeación estratégica trata de mantener a la organización siempre adaptada al
entorno, pero no como una respuesta pasiva a sus impactos, sino de forma
anticipada, de manera que la organización emplee al máximo sus recursos y
capacidades, para aprovechar convenientemente las oportunidades y minimizar
las amenazas.
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Es decir, si se analiza todo lo antes propuesto, se puede señalar que se
presenta una situación que obliga a los directivos a la continua toma de decisiones
ante un entorno cambiante, donde la actitud que debe adoptarse debe ser
proactiva y aparejada a un liderazgo eficaz. La Dirección Estratégica en la
actualidad, debe adaptarse a la situación antes descrita, pues los retos que se
presentan tendrán gran influencia en ella.
Al existir factores como la globalización de los mercados, la economía y la
internacionalización de los negocios, las organizaciones deben realizar un
minucioso estudio de su entorno, descubrir cuáles son las amenazas que más le
afectan y las oportunidades que pudieran presentárseles, así como, aquellos
factores internos que constituyen fortalezas distintivas o debilidades que deben
eliminar para posicionarse ante la competencia. Se debe analizar además el
estado de esa competencia, reflejando con exactitud en qué situación se
encuentra frente a este amplio mercado. Pudieran también tenerse en cuenta
aquellos mercados que se pueden penetrar, aquellas estrategias que se pueden
diseñar para alcanzar los resultados que se quieren, así como las líneas de acción
para lograr los objetivos organizacionales.
Ante la violenta crisis que se presenta en los momentos actuales los gerentes
deben lograr el empleo eficiente de los recursos, por lo que desarrollar un Plan
Estratégico favorecerá el logro de los objetivos organizacionales estableciendo los
recursos que se van a utilizar y las personas que los administrarán, unido a un
control a priori y a posteriori de los resultados alcanzados.
La innovación tecnológica y el desarrollo de la información y las
comunicaciones han invadido los mercados a nivel mundial.
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La tecnología constituye un factor estratégico clave para el diseño de la
estrategia. La importancia de la misma fue reconocida por los autores que se
sitúan dentro del enfoque sociotécnico de administración, pero en las últimas
décadas ha adquirido mayor magnitud, pues el estudio de los tipos de tecnología,
su ciclo de vida, las formas de adquisición, y las opciones estratégicas basadas en
la tecnología son cuestiones cuyo estudio es de vital importancia para las
organizaciones.
La información puede ser considerada como un factor estratégico más a tener
en cuenta cuando se proceda al diseño de la estrategia empresarial. La profunda
modificación que viene experimentando la tecnología de la información, así como
el cambio de actitud de los directivos en relación con el papel de la información y
con la gestión de los sistemas de información, junto con la necesidad de la
información cada vez más completa como resultado de la mayor complejidad del
entorno y de la empresa, han conducido a llegar a valorar la información como un
factor estratégico y a emplearla en el diseño de una estrategia empresarial.
La información y las nuevas tecnologías de la información pueden ser
utilizadas para obtener ventajas competitivas. Los avances en este sentido están
provocando cambios en: la estructura del sector y de la competencia; las
actividades que componen la cadena de valor; y los enlaces entre distintas
cadenas de valor.
Ante la existencia de un medio ambiente cambiante y nuevos valores
culturales las actividades centrales de conducción de los directivos en las
organizaciones en los últimos tiempos suelen estar dirigidas, en lo fundamental, a
encontrar respuestas rápidas a la evolución de este entorno competitivo, a
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solucionar las cada vez mayores exigencias de los clientes y al aseguramiento de
un crecimiento seguro en el futuro. Todas ellas son adecuadas y válidas, de esta
forma alcanzarán resultados sostenibles si en el orden interno se fomenta un
sistema de valores que esté acorde a las principales estrategias de la
organización. Sólo si el personal le encuentra sentido a la acción que realiza, la
acción será sostenible y para encontrarle sentido a la acción tiene que haber una
dirección estratégica consiente y directa dirigida a sembrar nuevas creencias y
valores.
En los enfoques gerenciales actuales, el factor humano constituye un elemento
de competitividad de gran importancia, pues la necesidad de un talento creador es
vital en las organizaciones modernas, donde la innovación es clave para
responder al entorno. La sociedad del conocimiento otorga un papel destacado al
factor humano en las organizaciones, no basta con aprender la cultura elaborada
por la humanidad, sino que se necesita de nuevas soluciones para los problemas
derivados del desarrollo tecnológico y de las transformaciones para adaptarse a
los cambios, por lo que se considera que desplegar las potencialidades
relacionadas con el talento creador constituye una exigencia para los directivos de
las empresas contemporáneas.
La Gerencia Integral es el arte de relacionar todas las facetas del manejo de
una organización en busca de una mayor competitividad, partiendo de una visión
sistémica: orientación hacia los objetivos generales de organización, visión
integradora y prevención y sistematización, y una elevada capacidad de
adaptación a los cambios (innovación). En este sentido se presentan dos
enfoques, el interno dirigido a la calidad total y el externo a la competitividad.
La calidad total tiene como objetivo la satisfacción de los clientes internos y
externos y la disminución permanente de los costos reales: costos de prevención,
evaluación, de fallo, lo que es responsabilidad de la alta dirección y requiere del
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involucramiento todo el cuerpo social de la organización. La competitividad es la
capacidad de una empresa u organización para desarrollar y mantener ventajas
competitivas, donde tener una posición defendible en el mercado y ventajas
sostenibles son los factores determinantes de esa competitividad. Por lo que se
puede decir que el gerente integral debe ser un estratega que sepa anticiparse a
los cambios a partir de manejar las relaciones entre la empresa y el entorno,
trazando estrategias que permitan mejorar la competitividad; un organizador al
ajustar constantemente el esquema o modelo organizacional a la estrategia; y
un líder con elevada visión sistémica y capacidad innovadora.
Entre las competencias que deben poseer los directivos del nuevo siglo se
pueden mencionar: profesionalismo, comunicación, trabajo en equipo, capacidad
de planificar y organizar, responsabilidad o capacidad de dar cuentas, orientación
al cliente, creatividad, interés tecnológico, compromiso con el
aprendizaje continuo, visión, liderazgo, capacidad de dar poder o fortalecer,
capacidad de gerenciar el desempeño, capacidad de construir confianza,
capacidad de juicio y toma de decisiones, etc. Todas estas competencias guiarán
la puesta en marcha de las estrategias formuladas.
El nuevo enfoque de liderazgo requiere de líderes – líderes con un estilo
participativo, direccionamiento estratégico y manejo del factor humano. El
empowerment como suplemento del liderazgo, reconoce la mayoría de edad de
los trabajadores, cuya integración al proyecto empresa resulta imprescindible. La
formulación, ejecución y control de estrategias requieren de un liderazgo eficaz,
capaz de velar por todo el proceso, asignar tareas y responsabilidades, y motivar a
los miembros de la organización hacia el cumplimiento de los objetivos y
estrategias.
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En la era del conocimiento las organizaciones necesitan de la Gerencia del
Conocimiento, por lo que se requiere administrar el conocimiento de todo tipo para
satisfacer las necesidades presentes y futuras, para identificar y explotar los de
conocimientos existentes y adquiridos, para desarrollar nuevas oportunidades;
esto permitirá llevar a cabo estrategias innovadoras que facilitarán el logro de los
objetivos propuestos.
En el Proceso de Dirección Estratégica se requiere de la búsqueda constante
de información, no solo a través de los canales de la estructura formal, sino
también de diversas fuentes que existen en las organizaciones, para lo cual el
feedback circular o multifuente, constituye una herramienta importante, al
establecer redes de comunicación poco centralizadas, que permiten recopilar
opiniones de interés para la toma de decisiones.
El espíritu de equipo proporcionará en la organización un ambiente favorable
en todas las direcciones, este se refiere a la integración de los trabajadores y todo
el personal, para de manera mancomunada, alcanzar los objetivos
organizacionales. En este sentido las acciones principales a desarrollar son:
trabajar en colaboración con los miembros del equipo para lograr las metas
organizacionales; solicitar insumos valorando genuinamente las ideas y
conocimientos de los demás; estar dispuesto a aprender de las personas;
anteponer la agenda del equipo a la agenda personal; apoyar la decisión final del
grupo y actuar en concordancia, aun cuando dichas decisiones puedan no reflejar
enteramente su propia posición; y compartir el reconocimiento por los logros del
equipo y aceptar la responsabilidad conjunta por las deficiencias del mismo. El
proceso de dirección estratégica, aunque constituye la responsabilidad de la alta
dirección de la organización, requiere del esfuerzo de todos los miembros de la
misma, es por ello, que el trabajo en equipo motivará a sus empleados a dirigir sus
esfuerzos hacia el logro de las estrategias y objetivos propuestos.
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Contar con una estrategia de valores es encontrar soluciones a muchos
problemas de la organización, es simplificar el trabajo administrativo, que es lo
mismo que absorber la complejidad administrativa, es orientar la estrategia
general hacia el estado deseado, en última instancia, es integrar al personal
alrededor de la estrategia de la organización y crear el compromiso por su
cumplimiento.
Es conocido que en todo grupo humano existe una cultura que se fundamenta
en un sistema de creencias y valores que se forma en los grupos como resultado
de la interacción y los mecanismos que se crean para la supervivencia como
grupo. Lo que se trata ahora, al poder tener una estrategia de valores, es saber
canalizar cuáles pueden ser los mejores valores que son necesarios jerarquizar e
impulsar para darle sentido a la estrategia general de la empresa y crear el
compromiso alrededor de ella.
La progresiva apertura de los mercados internacionales demanda de los
directivos una marcada capacidad para operar y condicionarse en entornos
multiculturales. Se manifiesta, por ejemplo: exigencia de comunicarse, en muchas
situaciones, empleando inglés, que representa la lengua del mundo empresarial,
por tanto el dominio de idiomas se ha convertido en una herramienta
imprescindible para el futuro directivo. Será necesario como mínimo dominar tres
idiomas, el inglés sigue siendo el líder en el ranking de los idiomas, seguido por el
francés y el alemán; aunque lo fundamental es tener el dominio de inglés. Al
dominarlos los directivos pueden desenvolverse con tranquilidad, penetrar nuevos
mercados, realizar estudios de su competencia, y trazar estrategias basadas en
estos estudios.
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El conocimiento de la informática es indispensable para el gerente del siglo
XXI, los ordenadores se han convertido en una importante herramienta de trabajo.
La Internet constituye la fuente de información más rica en la actualidad, saber
utilizar lo obtenido de esta puede favorecer en el estudio de las organizaciones;
así como el conocimiento de softwares que podemos utilizar para facilitar la toma
de decisiones y complementar los estudios. Algunos softwares que pueden ser
utilizados para el proceso de Dirección Estratégica son los estadísticos para el
procesamiento y análisis de los datos, los de prospectiva en la búsqueda de
información, los métodos de expertos, entre otros.
Lograr una organización inteligente que gestione la información, el
conocimiento y esté al tanto de los cambios del entorno, para toma de decisiones
y la orientación estratégica es de vital importancia en la era actual, donde los
cambios que se presentan pueden desplazar las organizaciones con mucha
rapidez, es por ello que se requiere de líderes que estén insertados en este
constante desarrollo y adapten sus objetivos y procesos a la dinámica que se
presenta.
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Estrategias de crecimiento en los negocios del siglo XXI
Orgánicamente el tema de las estrategias de crecimiento recoge cuatro
componentes o momentos del mismo. Ellos son:
Nuevos negocios.
Crecimiento (propiamente dicho).
Consolidación.
Revitalización.
Nuevos negocios
Toda la teoría existente en cuanto a lo que hemos esbozado de la dirección
estratégica se puede materializar al analizar las posibilidades y probabilidades de
engendrar un nuevo negocio. Esto cada día se asocia a una Figura y a la vez
concepto clave, la del "emprendedor".
Este tipo de actitud o mejor dicho de comportamiento es difícil de describir. Va
asociada a cualidades como creativo, decidido, analítico, convencido, potente,
perseverante, razonador y otras tantas que pudieran mencionarse. Lo que es
absolutamente verídico es que sin esa posición emprendedora es imposible iniciar
un proyecto, un negocio.
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Los mediocres solo ven problemas insalvables. Otros, detrás de cada
adversidad, de cada problema aprecian una oportunidad. Estos son
emprendedores. La clave de ello es la de aprovechar todas las oportunidades y
alternativas.
Pero no basta solo con esa "posición" o con la buena voluntad y el deseo. Se
requiere encontrar una estrategia para acometer un proyecto. El aspecto medular
de la decisión de abordar un nuevo negocio es comprender primero, para después
comunicar cuál será la misión, los grupos implicados, los factores claves, las áreas
claves, el visón que después se transformará en objetivos y estrategias para
materializar esa idea en una realidad empresarial.
Pudiera resumirse ello se deben intentar responder los siguientes
cuestionamientos:
- ¿Cuál es la esencia de nuestro futuro negocio?
- ¿Qué queremos hacer en el futuro?
- ¿Cuál será el principal valor añadido que ofrecemos?
- ¿Por qué seremos lo que seremos?
- ¿Captaremos los suficientes clientes para este proyecto?
- ¿Cómo?
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- ¿Qué argumentos tenemos para calificar nuestra idea como buena y lograr
su materialización?
Una vez que se ha puesto en práctica el nuevo negocio con todas las
especificaciones aparecerá un período donde el objetivo clave será alcanzar una
cierta estabilidad, o sea que funcione garantizando ciertos márgenes, que
comenzarán a amortizar la inversión inicial.
Crecimiento
Las estrategias de una empresa van dirigidas en muchas ocasiones al
crecimiento, de manera de enfrentar la fuerte lucha que impera en la competencia.
Las estrategias de crecimiento son numerosas y disímiles y están en función
de la misión y visión elaboradas por la organización y dependen de factores tales
como:
- Características y futuro de sus productos y servicios.
- Horizonte geográfico de sus operaciones.
- Logística de distribución.
- Alcance en los mercados.
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- Asociación con otras entidades susceptibles a colaborar en la creación de
valores.
La evolución de una empresa depende de un conjunto de factores que inciden
notablemente en ello. Estos son:
- Edad de la organización.
- Tamaño de la organización.
- Etapas de la evolución.
- Etapas de la revolución.
- Tasa de crecimiento de la industria.
El crecimiento es importante para una empresa por:
- Signo de una compañía saludable.
- Atractiva para los inversores.
- Asumida por instituciones financieras.
- Oportunidades para los empleados.
- Posición Competitiva.
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- Reconocimiento del cliente.
Pudiéramos introducir que el crecimiento tienen un conjunto de fases, que
comprenden etapas de evolución y de revolución que se pueden sintetizar en las
siguientes etapas:
- Creatividad.
- Dirección.
- Delegación.
- Coordinación.
- Colaboración.
Resulta medular determinar en primer lugar en qué etapa nos encontramos,
solo así podremos comprender nuestro diagnóstico y emprender un conjunto de
estrategias que nos permita avanzar en el resto de las etapas.
El acto de progresar por cada una de las etapas de crecimiento depende
fundamentalmente de la calidad de la dirección que se ejerce en la empresa en
cuestión. Esto está determinado por:
- El liderazgo resonante.
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- Estrategia triunfadora y bien implementada.
- Alta motivación de empleados.
- Preocupación y ocupación por los clientes.
El crecimiento en una empresa de cualquier sector tanto industrial como de
servicios atraviesa por la interrelación entre el mercado y los productos o servicios
que se ofertan.
La figura 3.32 ilustra con mucha nitidez la situación planteada:
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Figura 3.32: Interrelación entre el mercado y los productos o servicios que se ofertan1.
Por otra parte resulta importante realizar un análisis de este crecimiento
empresarial a partir de la denominada "responsabilidad social corporativa".
Un ejemplo de ello es la comprensión que debía existir por parte de
multinacionales de invertir en los mercados más pobres del mundo, lo cual para
ellos pudiera ser muy atractivo, porque aunque se obtengan márgenes limitados
por unidad de producto o servicio, las dimensiones del mercado que se denomina
"base de la pirámide" representa casi las dos terceras partes del planeta. No se
trata de actuar motivados por fines benéficos, si no que siguiendo el curso de su
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gestión empresarial, contemplen en sus estrategias el crecimiento en este tipo de
mercado.
Esto por sí solo no podrá resolver las situaciones de los pobres de este
mundo. Habrá que ver otras muchas cuestiones que transitan desde la gestión de
administración hasta la ayuda económica por parte de los políticos de los países
desarrollados. Pero incuestionablemente será un paso importante. Recuérdese
que no se trata de "enviar pescados" sino "enseñar a usar la vara de pescar".
Un crecimiento sostenible, con responsabilidad social contribuirá notablemente
al proceso de integración de la empresa con la sociedad donde se desarrolla
Consolidación
Una vez que se ha hecho realidad el crecimiento de la empresa, aparece un
nuevo momento que se conoce con el nombre de Consolidación.
Es llamado también "concentración empresarial".
Cuando las empresas maduran en la mayoría de los sectores siguen un ciclo
predecible con tendencia a la consolidación empresarial.
Es clave que las empresas puedan diagnosticar en qué punto están.
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Todos los sectores tienen estructurado un ciclo de vida bastante similar y
predecible. Saber dónde nos encontramos es vital para un diseño estratégico
futuro.
Una vez formado un sector empresarial, tardará unos 25 años en atravesar por
cuatro etapas, que se recogen en la figura 3.33.
Figura 3.33: Curva de consolidación "Mi industria y sector"1.
Antes tardaba más tiempo atravesar por estas etapas y se predice que en el
futuro tardará bastante menos. Lo que es importante es comprender que a las
empresas no les queda más alternativa que pasar por estas etapas. De la calidad
con que se gestionen las mismas así serán los resultados.
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El crecimiento vertiginoso y la expansión fundamentalmente internacional en
muchas ocasiones trae consigo la no convergencia entre las diferentes estructuras
que conforman la empresa, así como inexactitudes, imprecisiones y obstáculos
que habrá que sortear.
La consolidación se caracteriza por:
- La coordinación e integración de todos los procesos de la empresa.
- La racionalización de los que consideramos procesos claves.
- El empleo eficaz de la tecnología en su sentido más amplio.
- La eliminación o reducción significativa de las actividades que no generan
valor añadido.
En este orden de cosas Prahalad recalcaba algo sumamente interesante
"Durante la década del 80, a los altos ejecutivos se les medía por su actitud para
reestructurar, eliminar el desorden y simplificar los niveles jerárquicos de sus
empresas. A partir de la década pasada, ya esto no es así. Los ejecutivos serán
juzgados por su capacidad para identificar, cultivar y explotar las aptitudes básicas
que posibilitan el crecimiento. Por supuesto tendrán que reconsiderar el concepto
tradicional de empresa".
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Revitalización
La última de las etapas que examinaremos de forma muy breve es la
renovación o revitalización. Tenemos que ser capaces de tomar en cuenta las
especificidades determinadas por estar inmersos en entornos sumamente
competitivos, que nos imponen a colocar en tensión total todas nuestras
capacidades y potencialidades sobre todo aquellas que tiene que ver con los
posicionamientos de futuro.
La esencia de esta etapa estriba en alcanzar la transformación hacia el
desarrollo a partir sobre todo de un presupuesto clave: inyectar creatividad,
innovación, cambio, todo ello sustentado en un sólido espíritu emprendedor, que
posibilite anular las posiciones conformistas y convencionales que nos pueden
llevar al desastre.
El desarrollo veloz de la tecnología y en especial de las TIC están
determinando los cambios radicales que más temprano que tarde tienen que
acometer las empresas del futuro. El futuro es ahora mismo. Más que siempre hoy
las empresas tienen que reaccionar muy rápido ante los cambios que demandan
los clientes que cada vez son más exigentes.
Gary Hamel en su libro de mucha actualidad "Liderando la revolución" plantea
varias conclusiones fundamentales:
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- La época del cambio gradual ha llegado a su fin. En consecuencia el acto
de estar presente en un sector no es garantía.
- La revolución se basa en innovar los conceptos de negocio:
"replanteamientos" radicales de modelos de negocios existentes que crean valor
para los clientes.
- La necesidad de innovar los conceptos de negocios se debe en parte a la
disminución de los beneficios procedentes de las viejas formas de hacer negocios
(la reingeniería, la reducción de costes y de personal, etc.).
- Algunos activistas están liderando la insurrección en empresas para adaptar
los tradicionales modelos a conceptos de negocios innovadores ideados por otras
personas.
- Las empresas pueden reconvertirse en organizaciones en constante
innovación al involucrarse de forma continua en un ciclo de generación de ideas,
experimentos, evaluaciones e implementaciones.
Ahora nos corresponde detenernos en la implementación de todo este
proceso, que a nuestro juicio comienza con la elaboración de los objetivos
estratégicos, que es donde finalmente se concreta toda la estrategia delineada.
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Figura 3.34: Proceso de planeación estratégica en una era de cambio a gran velocidad.
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Conclusiones
El análisis realizado ha permitido arribar a las siguientes conclusiones:
Las condiciones que caracterizan el presente siglo propician la necesidad de la
utilización de la Dirección Estratégica como una tendencia de
la administración contemporánea.
Las tendencias gerenciales del siglo XXI se ponen de manifiesto en cada una de
las fases del proceso de Dirección Estratégica.
El factor humano constituye la fuente fundamental de ventajas competitivas para
las organizaciones.
Las nuevas técnicas de la información y las comunicaciones se imponen en los
procesos empresariales.
El liderazgo se convierte en la cualidad fundamental de los directivos del
nuevo milenio
El espíritu de equipo parece un valor irrefutable, porque tradicionalmente cada
uno va un poco a lo suyo, y sobre todo en organizaciones grandes se estaba
imponiendo un pensamiento asistémico.
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El liderazgo es quizá uno de los postulados más incontestables, porque buena
parte de los mandos desatiende el desarrollo de sus colaboradores, y se explica
ante ellos con ambigüedad.
El empowerment, porque viene a ser el complemento ideal del liderazgo y en
cierto modo a reconocer la mayoría de edad de los trabajadores. Lo de la dirección
por valores (DpV), porque un método (religión) siempre ha sido útil. Lo del Cuadro
de Mando Integral, porque la gestión cotidiana se estaba desalineando con la
estrategia.
Hemos de confiar que la nueva gerencia y dirección proporcionarán una mejor
formación, información y comunicación dentro de las empresas para que las
nuevas generaciones trabajen, en el siglo XXI, con mayor eficiencia y satisfacción.
La información, el conocimiento, los valores y las estrategias, fluirán seguramente
cada vez mejor dentro de las organizaciones, en beneficio de los resultados y para
satisfacción de todos.
La vida de una empresa u organización en este siglo XXI atraviesa
indefectiblemente por numerosas etapas todas decisivas para prolongar su
continuidad y éxito. La fase primaria es su concepción propiamente dicha, es
cuando determinamos su existencia en sí. Se trata del proceso de conversión de
una idea, un paradigma a lograr la apertura oficial y legal de la empresa. A partir
de ahí solo resta su nacimiento y lo que es más importante su funcionamiento.
Con posterioridad surgen o van generándose el resto de los momentos del
proceso empresarial, el crecimiento. Después se sucederá la consolidación y
posteriormente la renovación.
En medio de transformaciones y cambios de todo orden y dimensión (sociales,
políticas, tecnológicas, culturales, etc.), que desencadenan una situación de
incertidumbre y complejidad para la vida individual y social, en la que el papel de
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la empresa ha sido visible y condicionante, es innegable la correlación que existe
entre la calidad de vida y el desarrollo empresarial.
Una empresa enfrenta su futuro generando valor y capitales básicos para el
incremento del nivel de vida de las sociedades y, por ende, de sus naciones, razón
por la cual es imperante entender la dinámica interna de estos tres retos
estratégicos que soportan las organizaciones, que se ve reflejada en el éxito de la
institución en los siguientes aspectos:
La competencia en el conocimiento con enfoque innovador, que permite un
desempeño superior.
La confianza para garantizar la fidelidad de los distintos actores en las
transacciones que se realizan, en las interacciones entre empresa, Estado y
comunidad y en las negociaciones con los distintos públicos de interés.
La civilidad como práctica de la corresponsabilidad, en la que la empresa es
un actor comprometido con el futuro del entorno económico, social,
ecológico, cultural y político.
La empresa contemporánea no sólo debe cultivar el conocimiento para apoyar
la creatividad y la innovación, sino que también debe construir el capital ético y
moral necesario para responder ante la sociedad de manera pertinente; es decir,
para ser considerada un actor válido en las sociedades del siglo XXI.
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[La Dirección Estratégica ante los nuevos retos del Siglo XXI] Juan Carlos Reyes Aguilar
Páginas webs
http://www.urosario.edu.co/Universidad-Ciencia-Desarrollo/ur/Fasciculos-
Anteriores/Tomo-I---2006/Fasciculo-3/ur/Retos-estrategicos-para-la-
direccion-empresarial/#.VxgTGNR97IU
https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=549113
http://www.monografias.com/trabajos99/direccion-estrategica-nuevos-retos-
del-siglo-xxi/direccion-estrategica-nuevos-retos-del-siglo-xxi.shtml
http://www.marketing-xxi.com/la-direccion-estrategica-16.htm
http://es.slideshare.net/antpablo/Direccion-y-Gestion-en-el-Siglo-XXI
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