2º Grupo F.
1487 Ideologías y Bienestar Social. Prof: Jorge Garcés Ferrer.
RESUMEN
La idea principal con la que Hans-Peter Martin y Harald Schuman
empiezan el libro es que, en el futuro, se prevé que el 80% de la
población vivirá a expensas del 20% restante. Esta predicción la realizó
un grupo de 500 expertos que se reunieron en San Francisco en 1995
para estudiar el panorama del siglo XXI. Esta idea se fundamenta en
que no habrá puestos de trabajo para más gente, ya que las empresas
aumentarán sus beneficios sustituyendo a los trabajadores actuales por
nuevas tecnologías que sean capaces de realizar el mismo trabajo con
un menor coste. Así se observan actualmente un gran número de
reducciones de plantilla en las fábricas, debidas también a los nuevos
competidores por los puestos de trabajo industriales del mercado global.
Éstos no son otros que los trabajadores de Europa del Este y del
Sur-Sureste Asiático, que realizan su trabajo por menos dinero y en
condiciones infrahumanas muchas veces, un ejemplo bastante gráfico
que nos dan los autores es que con el salario que cobra un trabajador de
Suiza, se puede pagar el salario de tres trabajadores indios que realicen
el mismo trabajo. Se nos cita el hecho de que empresas como Nike o
Mattel subcontratan fábricas en el tercer mundo para minimizar los
gastos, empleando en ocasiones mano de obra infantil.
También se nos expone el hecho de que los ejecutivos de los
multimillonarios fondos de inversión y las grandes multinacionales
acotan el poder de “decisión” de los Estados nacionales. Atraídos por las
promesas de grandes beneficios y de crecimiento económico para sus
países, que realizan los grandes ejecutivos, los políticos ceden el poder
económico que les compete a los dirigentes del poder económico que
practican un capitalismo salvaje, sin tener en cuenta que están
empujando a millones de personas a una situación de extrema
necesidad y de desempleo de larga duración. Dentro de las pocas
opciones que tienen los trabajadores está la rebaja de sus pretensiones
salariales y de sus derechos laborales y ciudadanos. Como consecuencia
del descenso de la calidad del trabajo y de las condiciones de vida de la
mayoría de los ciudadanos, se prevee que en el futuro viviremos en
grandes ciudades sumidas en la pobreza donde existan pequeños
ghettos donde los ricos podrán convivir sin que el resto del mundo les
moleste. Se pone como ejemplo a Brasil.
Como es lógico, los autores cargan contra EEUU por su forma de
manejar la situación económica actual. Como representante del
capitalismo feroz que hoy nos gobierna, EEUU tiene gran parte de la
culpa de los problemas y las injusticias económicas existentes. También
se pone de manifiesto su desacuerdo con la dependencia que todas las
economías mundiales tienen hacia la norteamericana.
Hans-Peter Martín y Harald Schumann también nos exponen, como
una clave por la que es muy difícil cambiar el guión económico actual, el
caso de los paraísos fiscales, donde grandes narcotraficantes y
estafadores “lavan” enormes cantidades de dinero negro. Hubo
propuestas para intentar controlar los movimientos de divisas, la
llamada Tobin Tax. Tobin propuso establecer un impuesto sobre todas
las transacciones de divisas, para evitar los desplazamientos ingentes
de capital que provoca la globalización económica. Se habló de un
impuesto del 1% sobre todas estas actividades. Pero esta propuesta sólo
puede ponerse en práctica si todos los países del mundo la llevan a
cabo, ya que conque uno solo no lo hiciera se convertiría en un nuevo
paraíso fiscal. Como era de esperar, esta propuesta se quedó en nada.
Una de las causas de los paraísos fiscales es la negativa de las
multinacionales a pagar unos impuestos que consideran excesivos.
Debido al mercado transnacional se pierde la soberanía nacional
de algunos países y la identidad nacional de las empresas, como la
alemana Hoechst.
Los autores defienden que Europa ha de ser la alternativa a EEUU.
OPINIÓN PERSONAL
Tengo que admitir que este libro me ha sorprendido porque,
aunque nunca he confiado en los supuestos “poderes benignos” de la
globalización, tampoco creía que el “circo” de la economía mundial
fuese tan extremamente inhumano y cínico.
El ver cómo los ciudadanos de a pie no podemos hacer
prácticamente nada por cambiar la situación económica de las personas
más desfavorecidas me crea una profunda situación de impotencia,
mientras las elites que manejan nuestras vidas viven tranquilamente sin
remordimientos y con la vida resuelta. Antes de leer el libro creía que los
políticos se habían visto empujados (sin oponer mucha resistencia) al
mercado global y que intentaban paliar de alguna forma las
desigualdades sociales y económicas. Ahora creo que algunos sí que lo
intentan, pero otros dejan hacer libremente a los magnates de la
economía mundial para poder beneficiarse económicamente de las
situaciones de desamparo de los más débiles. Mientras esta última clase
de políticos corruptos sea minoritaria pienso que la situación podrá ser
revertida, eso sí, no sin esfuerzo.
Una de las consecuencias más nefastas de lo que ocurre hoy en
día, saliendo del análisis meramente económico, es el ascenso de los
ultraderechistas. Este ascenso se explica por el miedo que la sociedad
actual tiene al mirar el presente e imaginarse el futuro tal y como lo
exponen los autores del libro. La gente siente pánico a perder el empleo
y a ver rebajado su status social y/o su nivel de vida, y se adhieren (creo
que erróneamente) a los partidos populistas y demagogos de extrema
derecha, que les prometen la conservación de su situación económica, e
incluso la mejora, y culpan del mal funcionamiento del sistema
capitalista a los inmigrantes y a las personas desfavorecidas que no
pueden defenderse, como si estos no tuviesen suficiente con su precaria
situación tanto económica como social. No puedo evitar pensar que los
ciudadanos acomodados están en el camino de acabar sintiendo una
continua “situación de amenaza” centralizada en quien no es el
responsable. Esto puede llegar a ser más grave si la situación económica
global empeora y los gobernantes se justifican con términos como la
“amenaza musulmana”, tan utilizada en los últimos meses, que puede
tener como consecuencia el rechazo general y violento de las
sociedades occidentales hacia los inmigrantes pobres. Esto también
implicaría esa legitimación hacia el inicio de guerras contra países
pobres que interesen económicamente a EEUU o sus “aliados”.
Por último, quiero mostrar mi absoluta adhesión a los autores de este
libro, en cuanto a que Europa ha de ser la alternativa económica y
política a EEUU.