ENTRE PITOS Y CARROS
Dirigir, ordenar, controlar y ejecutar es lo primero que se nos viene
a la mente cuando vemos a un agente de tránsito. Así fue cuando
vimos a Giovanny Ortega, un joven con tan solo 20 años de edad
quien se dedica a esta labor desde hace 11 meses en las calles de
Medellín.
Eran las 2:30 de la tarde
cuando nos dirigíamos
hacia el puente Gilberto
Echeverry Mejía, más
conocido como el puente
de la 4 sur, para
encontrarnos con este
joven quien llevaba
puesto un pantalón azul
oscuro, una camisa manga larga color azul cielo, zapatos negros y
lo que más lo identifica, su peto naranja y su gorra azul turquí, la
cual llevaba marcada “Gestores Pedagógicos, Universitarios de
Tránsito”.
El sol caía fuertemente en nuestras caras y fruncíamos el ceño,
mientras que con una de nuestras manos nos tapábamos el rostro,
ya que con la otra traíamos los implementos con que íbamos a
grabar a nuestro protagonista.
La bulla y los pitos de los carros nos tenían aturdidas. Por si fuera
poco se nos acercó un señor quien nos advirtió que por ese lugar
habían robado mucho en los últimos días, esto nos alteró más, pero
nos llenamos de valor y decidimos continuar con nuestra labor
periodística.
Pasaban hombres con presencia poco confiable, mirábamos de
reojo a ver qué iba a pasar, en ese mismo instante cogíamos los
implementos y nuestros bolsos con fuerza, ya casi listas para gritar
por si algo extraordinario nos ocurría. De repente vimos a Giovanny
con una sonrisa en su rostro y nos dijo: “tranquilas que conmigo no
les pasará nada”. En ese momento nuestros nervios
desaparecieron.
Mientras Ana María hablaba
con Giovanny, Mitzy llevaba el
trípode y miraba a ver qué
estaba sucediendo en el
entorno, Lorena tomaba cada
segundo una foto en todos los
planos posibles y se distraía
mirando que había capturado.
Por estar tan distraída se tropezó con una piedra y casi se cae, sino
fuera por Daniela quien iba delante de ella preparando la grabadora
periodística para grabar al protagonista, se hubiese caído.
En toda la avenida Las Vegas optamos por sacar todos los
implementos que necesitábamos para empezar nuestro trabajo. En
ese preciso momento todos los que caminaban para atravesar la
calle se paraban detrás de nosotras a ver qué era lo que estábamos
haciendo. Muchos nos preguntaban que si éramos de Teleantioquia
o algún otro medio de comunicación.
A lo lejos se veía a los conductores con afán de organizarse el
cinturón y soltar los celulares que llevaban en la mano para que el
tránsito no les llamara la atención. No obstante, éste no tiene
autoridad para multar a los infractores, si llegara a ocurrir algo él
tiene que seguir un conducto regular que es llamar a su jefe para
que se encargue de eso.
Transcurría las
horas de trabajo, la
calles de la ciudad
se llenaba cada vez
más de carros y el
ambiente estaba un
poco tenso. Entre
automóviles
peleaban la vía a
punta de pitos.
Todos con el fin de llegar rápido a su destino. Sin embargo el afán
no trae nada bueno, tanto así que hubo un momento en el que un
vehículo que iba bajando por el puente hizo un cruce indebido, y fue
en ese instante en el que Giovanny lo detuvo y le dijo: “señor, por
aquí no es permitido cruzar de esa manera, váyase por el carril
derecho, de la vuelta hasta llegar a la unidad El Remanso y luego
coge nuevamente Las Vegas, pero por el carril izquierdo”.
Eran las 4:30 de la tarde y Giovanny se disponía a tomar su hora de
descanso, como es costumbre se fue a pedir su “algo” en la
cafetería Jotas Copias, ubicada al frente de la Universidad Eafit. En
ese momento él nos dice que no lo grabemos ni le tomemos fotos,
debido a que ese era su espacio de privacidad. Así que nos tocó
ponerle pausa a nuestro trabajo.
Veinte minutos después de haber comido continuamos con nuestra
entrevista, donde nos contó que ser agente de tránsito no es su
única labor, ya que también es estudiante del ITM (Instituto Técnico
Metropolitano). Asimismo nos dijo que aunque no es fácil controlar
la seguridad vehicular, su objetivo de trabajo es darle tranquilidad a
la comunidad que habita por el poblado, ya que actualmente ese es
su punto de trabajo y uno de los lugares con mayor flujo vehicular.
Mientras la grabadora continuaba en play, Giovanny nos seguía
contando que su salario depende de las horas trabajadas, las
cuales normalmente son en la tarde: “mi jornada laboral empieza a
las 2pm, llego a la oficina y de ahí me comunico con mi jefe, él me
da las indicaciones sobre lo que me toca hacer en el día y el lugar
exacto en el que me toca estar”.
Como ya era hora de que Giovanny regresara a trabajar,
abandonamos Jotas Copias y nos dirigimos a su lugar de trabajo
nuevamente. Mientras íbamos caminando por toda la avenida Las
Vegas él nos contó que en este trabajo no faltaba el mal educado
que lo insultara, “al parecer no son conscientes que lo que
queremos es su bienestar”. Por situaciones como esas se
inventaron la foto detención que tiene como objetivo la reducción en
el número de accidentes, es más “se podría asegurar que gracias a
esto ha disminuido un porcentaje bastante alto de accidentes en la
ciudad”, afirma Giovanny.
Este agente de tránsito seguía tocando su pito y agitaba sus manos
hacia arriba avisándole a los carros y a los peatones en qué
momento debían seguir. No obstante, tuvo que parar en el momento
en que llegó su jefe en una moto, para pedirle informe de todo lo
que había ocurrido hasta ese entonces, es decir hasta las 6 de la
tarde.
Nuestro tiempo ya se estaba acabando, puesto que el sol ya se
estaba ocultando. Aunque el tiempo que pasamos con Giovanny fue
una gran experiencia, teníamos que partir, porque pronto nos
quedaríamos sin luz natural. Pero antes de ello Mitzy se arriesgó a
hacer lo mismo que hacia él para ver qué se sentía ser un Agente
de Tránsito. Pese a que Giovanny por reglamento no le pudo
prestar el pito, ni la gorra, ella se paró al lado de uno de los
semáforos, tomó una posición seria, levanto su mano izquierda y le
hizo seña a los carros cuando debían proseguir.
Así fue como culminó nuestro trabajo de “un día en la vida de un
Agente de Tránsito”, eso sí, no sin antes tomarnos la foto del
recuerdo y agradecerle a Giovanny por haber sacado un poco de su
agitado tiempo para nosotras; en donde nos hizo caer en cuenta
que aunque este trabajo aparentemente se ve fácil, no lo es, y
mucho menos cuando hay gente terca que no entiende que estas
personas lo único que quieren es nuestro bien.
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