Autores: Hi lar ia Godoy y C laudia Lorena Gonzalez Inst i tución: In st i tuto de Formación Docente de General Acha. Prov inc ia: La Pampa
UN PRE – MALVINAS EN GENERAL ACHA: USURPACIÓN DE UN ESPACIO PÚBLICO
Síntesis de la temática propuesta: “zona temática definida por la guerra de
Malvinas”
“Los seres humanos no somos la actualidad de la contingencia, somos
tambien la suma de lo que nos ha acontecido”.
Erase un día como tantos otros, 26 de octubre de 1981, cuando la presencia
del Ejército Argentino, de maniobras en la zona de General Acha – La Pampa, se
encaramaba en el nombre del General Fortunato Galtieri, para testimoniar su
presencia con una acción inconsulta: trasladar la entonces Plazoleta “General
San Martín” de su lugar original a un espacio ubicado frente a la Comisaría
local.
Erase un día como tantos otros…cuando un profesor del Espacio Curricular
Ciencias Sociales propuso a los alumnos del Instituto de Formacion Docente,
realizar un trabajo de investigacion, enmarcado en el Proyecto “A 30 años” (del
golpe de Estado de 1976). La idea tuvo una cierta repercusión en el alumnado,
pero por ciertas circunstancias no todos desidieron emprender esta gran
“aventura”, sí así se puede l lamar…es como transitar un camino, donde cada
parte de él revela un secreto, un enigma, un sentimiento, un pensamiento. Es
por un momento, trasformarnos en “detectives” que quieren encontrar
respuestas a tantos interrogantes que circulan en el imaginario social…
Una vez formado el grupo de trabajo, cada integrante expresó, en una
agradable conversación profunda y l lena de sinceridad, el ¿por qué? de tal
decisión. Varias razones justificaron esta: algunas alumnas por el sólo interés
de conocer algo del pasado; otras por que a pesar de no ser nativas de General
Acha, observan la lenta desaparición de “objetos” con gran signif icación social,
que hacen a la historia del pueblo.Otro por motivo fue y es el deseo que la
“Cultura Achense” recupere la identidad, y a su vez la posibi l idad de indagar
sobre esas cosas que nunca se hablan y tanto dicen…
Fue así, entonces, la forma de abordar este desafío, en el cual cada una,
aporto su grano de arena y se comprometió a seguir y lograr una meta.
El punto central en cuestión es el traslado de la plazoleta , un hecho
sumamente representativo por su significado, porque hace referencia a los
manejos polit icos, con Fortunato Galtieri como jefe de la comandancia mil itar,
a la accion del gobierno de turno y la no consulta al pueblo, de las
modoficaciones que se ivan a l levar a cabo.Por lo tanto estos procesos sociales,
que dieron origen a los hechoa anteriormente mencionados se convirtieron en
el disparador fundamental para desarrollar el proyecto pedagogico.
El trabajo investigativo se abordo uti l izando el metodo biografico, partiendo de
entrevistas a informantes claves, hombres y mujeres de distintos
estamentos.con respecto al ¿cómo?, en cuanto a la organización de la
informacion y los pasos a seguir, surge la reflexion grupal: ¿qué seria de
nosotros si no tuvieramos la posibil idad de recobrar las pequeñas cronicas que
hacen a nuestra exitencia? ¿qué recordamos? ¿qué sentimos? ¿qué actitud
tomamos? ¿qu pensamos hoy de aquel acontecimiento?.Estos cuestionamientos
constituyen los ejes que recrearon las imágenes en la memoria de los
entrevistados.
Las narraciones de los pobladores, nuestras miradas criticas acerca del episodio
acontecido y la transparencia, el respeto, son los pi lares centrales sobre los
que se apoya la investigacion.
Sin mas decir, somo un ojo que mira hacia el pasado producto de nuestra
memoria, para entender el presente y a raiz de eso pensar en un mañana…
“hay cosas encerradas dentro de los muros que si sal ieran de pronto a la calle
y gritaran l lenarian el mundo”
Federico Garcia Lorca.
CAPITULO I : Marco histórico referencial.-
En 1966, las Fuerzas Armadas Argentinas, asumieron el poder de manera directa, con el
objeto de reestructurar el Estado y la Sociedad. En el Proyecto no estuvieron solos; acompañaron
partidos políticos y, en parte, representantes de la izquierda nacional, que veían en este
advenimiento, la posibilidad de desterrar “la democracia burguesa”.
Estas transformaciones, haciendo referencia al papel de los mil itares,
estaban fundadas en la “Doctrina de la Seguridad Nacional”, según la cual el
grupo armado debía custodiar la frontera que separan a la Argentina de otros
países y, los que dentro del propio país, dividían a los partidarios del l lamado
“mundo occidental”, de los defensores del “comunismo dogmático”. Los
ideólogos mil itares util izaron el concepto “comunismo”, para referirse a toda
manifestación social, política o cultural que se opusiera al “régimen”,
haciendo referencia a la amenaza de los valores jerárquicos de organización
social que el gobierno proclamaba, por ejemplo: el pelo largo, la minifalda, los
besos en público…
En el terreno económico, el gobierno practicó una política “liberal”, con una activa
participación de dirigentes del medio empresario en la administración pública. La política
económica surgió de la disputa de ciertos grupos de poder, a saber: quienes constituían los
tradicionalistas de tendencia nacional coorporativa, encolumnados detrás del General Onganía y
los liberales – no creyentes de las libertades individuales ni en el liberalismo económico ortodoxo
– apoyados por los intelectuales de la Escuela de Economía de la Universidad Católica Argentina y
del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad del Salvador.
Las primeras acciones polit ico – institucionales, consistieron en marcar el
episodio como de “Revolución Argentina”. Con estos fundamentos, se adjunto a
la Constitución Nacional – luego de abolirse el Parlamento y cercenar los
Partidos Polít icos – un Estatuto de la “Revolución Argentina”. Esta acción l levó
al General Juan Carlos Onaganía a la Presidencia, designado por la Junta de
Comandantes.
A nivel de educación, las Universidades Nacionales, fueron intervenidas y
se acabó con su autonomía académica. Un episodio representativo de este
momento fue la denominada “noche de los bastones largos”; all í se produjo la
persecución de estudiantes y docentes que eran considerados “rebeldes a la
causa revolucionaria argentina”. Como parte del proceso represivo, se
produjeron despidos masivos en las fábricas y ámbitos del estado, clausurando
el protagonismo político y coorporativo del sindicalismo de base, bajo la
dirección de Ati l io Vandor.
Volviendo al plano económico, el primer asomo de una propuesta de corte social – cristiano,
fue desplegada por llamados “liberales”, quienes fueron representados en el Ministerio de
Economía por Adalbert Kriger Vasena ( surgido del “riñón de los grandes grupos empresarios”),
con la estrategia de conexión a los grupos de poder financiero del exterior. El plan consistió en
superar la crisis cíclica; para esto acudió congeló los salarios por dos años, se suspendieron las
negociaciones colectivas, se congelaron tarifas de servicios públicos y combustible, se estableció
un acuerdo de precios con las empresas líderes. El déficit fiscal se redujo con la reducción de
personal, recaudación impositiva más estricta, pero sobre todo, debido a una fuerte devaluación
del peso 40%, agregado a esto una nueva retención sobre las exportaciones agropecuarias. Se
equilibraron las cuentas a nivel de la macroeconomía.
A mediados del 69 se había reducido drásticamente, aunque seguía siendo elevada para los
niveles de los países centrales.
Los salarios no cayeron notablemente y la inversión fue en general alta, aunque
concentrada en obras públicas.
En mayo de 1969 estallo el breve, pero contundente movimiento de protesta “el
cordobazo”, ocurrido en Cordóba con repercusiones en Mendoza y Rosario, los
motivos que originaron este movimiento se relacionan con las problemáticas de
los estudiantes universitarios.
…“Y en vez de “miles de escaramuzas”, las movil izaciones de los obreros y
estudiantes del interior desembocaron en la más poderosa irrupción masiva del
proletariado argentino en toda su historia”… (a) Como una representación
simbólica se puede citar la muerte de un alumno Santiago Pampil lon que vino a
corroborar lo que significa la represión.
Para resignificar el movimiento estudiantil se suma un movimiento obrero
apelando a la lucha de barricada; con estas acciones el resto del país se
vincula al movimiento (Neuquen, Cipolleti, General Roca, Chaco, Misiones,
Formosa). En estos casos, arrendatarios y colonos, presionados por los
desalojos o los bajos precios del algodón y la yerba mate, se organizaron en
Ligas Agrarias.
…“ Se trataba de un coro múltiple, heterogéneo pero unitario, regido por la lógica de la
agregación, al que se sumaban las voces de otros intereses heridos, como los grandes
productores rurales o los sectores nacionales empresarios. Unos a otros se ligitimaban
recíprocamente y conformaban un imaginario social soprendente, una verdadera “primavera de
los pueblos”, que fue creciendo y cobrando confianza – hasta madurar plenamente en 1973- a
medida que descubría la debilidad de su adversario, por entonces incapaz de encontrar la
respuesta adecuada.”…
En el Mundo surgían otras “primaveras” contra el autoritarismo apoyado en grupos
minoritarios: Praga, México, Berkeley, París… hasta la Iglesia con Juan XXIII y el Concilio
Vaticano II, tendieron la mano para apoyar la reivindicación de los pobres, comprometiéndose
seriamente en la reforma social, apoyandose en la llamada “teología de la liberación”. En
Argentina, el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, acompañados por laicos, militaron en
las zonas más pobres, constituyendo organizaciones solidarias e impulsaron reclamos y acciones
de protesta, que desembocaron en verdaderas huelgas de hambre.
En vísperas de los ’70, el regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina (luego de su
“penoso” ostracismo en España), traía las más ambiguas posturas entre sus propios militantes
políticos. El Cordobazo reavivó las corrientes de pensamiento que ponían énfasis en la “acción
de masas”, privilegiando la “clase” por sobre “el pueblo”.
…“Los que optaron por el peronismo terminaron de redondear su revisión ideológica y de
encontrar el lugar que ese movimiento ocupaba en el gran proceso de construcción del
socialismo”. Tanto para la política como para la visión de la historia, se podía hacer una lectura
de dos tendencias escindidas como lo eran quienes ostentaban el poder autoritario y quienes
bregaban por un horizonte popular y nacional. Este enfrentamiento se agudizaría con el
advenimiento del proceso democrático de los ’70; los movimientos internos (incluso dentro del
propio peronismo) generaron grupos armados como: las Fuerzas Armadas Peronistas, FAR
(Fuerzas Armadas Revolucionarias), ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), Montoneros ( grupo
surgido dentro del propio movimiento peronista, pero con una base integrista católico –
nacionalista). La violencia se “naturalizó” y, a modo de guerrilla sectorizada, fue ocupando
espacios estratégicos en distintos lugares del territorio nacional. Asesinatos como el del General
Pedro Eugenio Aramburu (partícipe de la Revolución Libertadora y acusado por Montoneros de
responsable de la muerte del General Valle, defensor del peronismo “desterrado” de los ’50), se
sucedieron a lo largo del país generando una ola de terror y muerte; no obstante estas
organizaciones pensaban y actuaban como el brazo político e ideológico del pueblo representado
en los “barrios, villas, universidades y, en menor medida, en sindicatos, a través de la Juventud
Peronista, que creció notablemente”. El Ejército Argentino se resintió notablemente desde la
incapacidad del golpista General Onganía (década del ’60), quien se mostró sin convicciones a la
hora de utilizar la represión para detener la ofensiva de los entonces surgidos grupos armados.
Algunos cambios notorios se produjeron con el advenimiento del General Marcelo Livingston
(otoño del ’70) cuando, al frente del Ministerio de Obras Públicas y, luego en el de Economía,
sucediendo a Aldo Ferrer (ex - funcionario en la etapa de Frondizi). Los sectores nacionales del
empresariado se sintieron protegidos y la política económica apuntó a beneficiar a los sectores
trabajadores y más desprotegidos de la sociedad argentina. Este intento por conciliar los
tradicionales “bandos políticos”, no prosperó en manos de Levingston, surgiendo el General
Pedro Lanusse como propiciador de la “retirada militar” del poder político para dar pié a la
recuperación de la vida democrática. A pesar del esfuerzo, se generaron polémicas desiciones
acerca de cómo sostener una “paz conciliatoria”; por un lado se “creó un fuero antisubersivo y
tribunales especiales para juzgar a los guerrilleros y, por el otro, sectores militares, utilizaron un
fuerte mecanismo de “represión ilegal” con secuestros, torturas y desaparición de quienes eran
partícipes de los grupos de izquierda o de ideología peronista. Con idea de frenar este
desequilibrio, Lanusse promovió un Gran Acuerdo Nacional (GAN), organismo que terminó siendo
una disputa entre seguidores del propio Lanusse y peronistas que presionaban para el regreso de
Perón. La “pulseada” comenzó a favorecer al caudillo populista y, luego de acuerdo políticos
claves, propició la formación del Frente Justicialista de Liberación. En marzo de 1973, realizadas
elecciones en el país, se impone la fórmula justicialista: Cámpora - Solano Lima. Desde aquí y,
con serios problemas de orden interno, se preparó el regreso de Perón al poder.
Este regreso tuvo un primer momento trágico: grupos de oposición (dentro de la misma
estructura del movimiento peronista) se enfrentaron en Ezeiza , el propio caudillo, salvó su vida
de milagro. Este acontecimiento propició la rápida caida de Cámpora. Se instauró una breve
transición hasta que la fórmula Perón – Perón (por María Estela Martínez, su esposa), triunfó en
elecciones de septiembre de 1973. El proceso político se resquebrajó rápidamente y culmina con
la muerte del legendario caudillo con una “herencia” tenebrosa y dolorosa para la historia de la
nación argentina. Durante el breve proceso de esta última etapa del líder justicialista, los ejes
del denominado Programa de Renovación y Liberación Nacional (el acuerdo democrático, el
pacto social y el refortalecimiento del movimiento) fracasaron rotundamente; la ruptura del
pacto se profundiza cuando los empresarios comienzan a utilizar estratégias “desleales”:
sobreprecios, mercado negro, exportaciones clandestinas… las inversiones fueron muy pobres,
todo esto desencadenó una situación de rebeldía en los sectores trabajadores industriales. Esta
crísis en el plano económico – social, se ahondó con un aumento de poder en las autoridades
sindicales y la falta de comprensión por la sgeuridad del denominado “pacto social”.
La etapa de Isabel Martínez de Perón se rodeó de personajes autoritarios
como: José López Rega (el “brujo”), Lorenzo Miguel (r igente metalúrgico). Este
contubernio provocó la renuncia del Ministro de Economía: Gelbart; la
economía hizó un pico de crisis y el Estado se encontraba absolutamente
desbordado. El heredero del Ministerio de Economía: Celestino Rodrigo
(catapultado por José López Rega) provocó un verdadero colapso (la
devaluación trepó al 100%). En torno a la custión económica se replanteó la
político – ideológica. Fue así como la extrema derecha y los sectores
autoritarios del sindicalismo, adhirieron a la proclama: “ patria peronista”;
Montoneros y la Juventud Peronista, se vincularon con el principio “patria
social ista”. Esta escisión provocó una “bataola” que mostró el fondo de la
problemática; la lucha por “la conducción real y simbólica del movimiento y
del pueblo. Se generó una verdadera lucha terrorista y, una ola de asesinatos
de dirigentes representativos de los distintos sectores de poder, hizo de las
vías públicas, un caos total; la clandestinidad de las operaciones, generó un
miedo totalizador en la sociedad (fundamentalmente en los ambientes
intelectuales, estudiantes, obreros, otros militantes de grupos populares). El
Ejército fue convocado por el propio Poder Ejecutivo, con el objetivo central
de combatir la guerri l la en Tucumán. “El genocidio estaba en marcha”.
En realidad los militares se habían “acomodado” a las distintas etapas del poder y fue, el
General Jorge Rafél Videla, quién decidió no respaldar politicamente al Poder Ejecutivo. Este
acto terminó por alejar a López Rega y a Celestino Rodrigo de lugares clave en el poder político –
económico; con esto, se preparó el “caldo de cultivo” necesario para el próximo zarpaso del 24
de marzo de 1976 que se inció con el acontecimiento de arresto a María Estela Martínez y la
instalación de la Junta Militar en el poder político. “Como en ocasiones anteriores, el grueso de
la población recibió el golpe con inmenso alivio y muchas expetativas”.
“Guerra Sucia” vs. “Guerra de Malv inas”: ¿Una situación paradojal?
Disciplinar a través del terror significaba “…destruir buena parte de la sociedad y las
instituciones existentes; el mecanismo era el terrorismo de estado y la instalación de una receta
liberal desde el plano económico. La idea: era la “reeducación de los argentinos”. Este proyecto
se instaló con cierta eficacia en el período que va desde 1976 y 1980.
Se puede decir que la destrucción fue un logro, no ha sí la construcción
demostrando grietas tan profundas que terminaron destruyendo al propio
proceso.
“…esta es la historia de esos años oscuros en que la Argentina se pareció a un
infierno, y de las razones por las cuales una sociedad indolente y
profundamente contaminada de violencia tolero, cuando no acompaño, las
violaciones de todo tipo de derecho y las irresponsabil idades más flagrantes de
los gobernantes…”
Al interior del Ejército se mostraban tenendencias opuestas. Videla nombraría
al general Roberto Viola como su segundo en el Ejército; este mil itar no era
aceptado por la plana mayor (Massera), el motivo del rechazo era un Viola
catalogado “de… acuerdista e incluso populista…”
En medio de esta tenebrosa interna “… el Proceso se organizó como un regimen
despótico que a la vez que concentraba en Las Fuerzas Armadas el Poder del
Estadodo para disciplinar a la sociedad ejerciendo la violencia y arbitrio,
desconcentraba internamente el poder de desidir y ejecutar políticas públicas,
disfuminando las jerarquías del propio aparato estatal. El resultado sería un
mostruo de muchas cabezas, sin articulaciones definidas, propenso tanto actuar
sin control como a quedar inmovil izado por múltiples bloqueos internos.
La interna recrudese, tanto por los ultimos hechos internacionales entre los
que se pueden citar la invasión sovietica de Afganistan y la victoria del
sandinismo en Nicaragua, episodios que explican la perdida de relevancia de los
derechos humanos en el ultimo año de la administración Carter, como por el
nuevo l iderazgo en los cuarteles. Es el momento de Leopoldo Fortunato
Galtieri, ideologicamente lejos de Viola por su nacionalismo xenofobico,
alejado de la apertura occidentalismo de Videla. “Ambos factores tendrían una
enorme signif icación en los hechos por venir”
CAPITULO II: La situación social, económica y política en vísperas de Malvinas.-
“ A lo largo del siglo XX, el conflicto Anglo-Argentino en torno a las Islas Malvinas ha
adquirido distintos matices. Desde que en 1945 la Argentina inició sus reclamos anuales ante las
Naciones Unidas por la soberanía de las islas, los acontecimientos fueron gradualmente cediendo
paso a un ámbito de negociación en el que las demandas Argentinas ganaron terreno y, hacia
fines de los setenta el diálogo era asiduo y la perspectiva de una solución pacífica de las
controversias se hacía cercana…”
Desde aquí, aportamos dos tipos de información, primeramente una aproximación a la
situación política interna, componente sustancial a la hora de plantear el conflicto y
seguidamente, una reseña de la relación existente entre dicho conflicto y el interés otorgado a
los recusrsos naturales del Atántico Sudoccidental por parte de ambos gobiernos y otros actores.
Los dirigentes del Proceso vivían un momento de sosobra al iniciarse la década de los ’80;
luego de idas y vueltas, el General Viola asumirá la Jefatura de Gobierno y responderá a la crisis
económica, con un plan basado en apoyo a la crisis financiera que vivían los principales
empresario del país (el Estado se hará cargo, en parte, de las frondosas deudas empresarias).
Como complemento de la medida, se lanzó la denominada concertación económica,
incorporando a los dirigentes empresariales al propio gabinete de Estado. Esta medida hizo que,
quienes originalmente habían apoyado al entonces Ministro de Economía, José Alfredo Martínez
de Hoz y, grupos militares adeptos, se opusieran al plan y promovieran un cambio en la
conducción del país. Promediado el año 1981, tras una enfermedad, el General Viola dimitió de
su mandato y, en su reemplazo asumió el general Leopoldo Fortunato GALTIERI, militar de
carrera que había realizado junto al presidente norteamericano Ronald Reagan, un aporte
interesante a su adiestramiento político, apostando a intentar darle prestigio al alicaido
“Proceso de Reorganización Nacional”, a la hora de conducir el Estado Argentino en esta nueva
etapa. Su aporte a la intervención Reagan en América Central, le valió el retiro de las anteriores
sanciones y aporte en adistramiento militar y armamento para el Ejéricto Nacional. No estaba en
su mente “…que la continuidad del Proceso estuviese amenazada por un estallido opositor o cosa
por el estilo, pero si advertía que el tiempo para intentar un “regreso a las fuentes” se estaba
agotando”.
Pequeños grupos de “Madres” se juntaban los jueves en la Plaza de Mayo y,
los estudiantes, movil izados por la esperanza de una transición democrática,
generaban algunas acciones de “protesta” (fundamentalmente en las calles o
lugares públicos más conocidos de la ciudad de Buenos Aires. La prensa hacía
“leña del árbol caido”; algunos a favor de los escuetos movimientos y otros
denunciando el regreso a al planteo subversivo. Las expresiones más
representativas de la “l iberalización viol ista” (episodio l lamado así por ciertos
sectores polít icos que veían en la persona de Viola, la posibi l idad de una
transición que no hiciera fracasar el regreso a la vida democrática), se
observaban en las producciones cinamatográficas y teatrales, y,
fundamentalmente, en la música rockera nacional, de la cuál se nutráin los
jóvenes que adherían a la recuperación de la l ibertad y el protagonismo social
“pisoteado” por el poderío superador del “régimen”. La Iglesia, representada
en los sectores menos reaccionarios, aprovechó el resquebrajamiento del poder,
para sal ir a denunciar la pobresa y la crisis del estado. Las corporaciones
sindicales, con la conducción del dirigente cervecero: Saúl Ubaldini, en el
marco de una nueva celebración del patrono del trabajo: San Cayetano, se
movil izan con el argumento “paz, pan y trabajo”; la Pastoral Social y los
sectores del “dialoguismo” gremial, fueron acompañantes representativos de la
citada movil ización. Lo extraño fue el no protagonismo de la Multipartidaria,
temerosa de un “malentendido” por partes de los “grupos de poder”, decidió
no incluir la temática relacionada con derechos humanos y, menos aún, recibir
a las Madres de Plaza de Mayo; esto motivado por una necesidad de establecer
una transición, sin mayores mayores obstáculos para el advenimiento de la
democracia. Los grupos mas “progresistas”, no acordaban con esta actitud
“negociadora” y, presionaban para que el cuerpo mil itar publicara los nombres
de las víctimas “…y su estado jurídico para dar por concluida la guerra
antisobversiva…”.
Este “entretejido” político, con posturas evidentes respecto al consenso por el “régimen” u
oposición para su destitución, aceleró la renuncia de Viola y auspició el ingreso de Galtieri. Las
cuestiones internas no dejaron de vincularse con las internacionales y, la colaboración de tropas
argentinas adiestradas para participar en la contrarevolución en América Central y la liquidar al
comunismo promarxista; todo este ambiente dio lugar a la preparación del ascenso al poder del
General Galtieri. A partir de este evento, la llamada Multipartidaria, inició un proceso de franca
oposición que no alcanzó para impedir el logro del citado jefe castrense.
El ministro de economía sería un miembro del estáblishment: Roberto Alemann.
Sus medidas claves fueron: “desinflación, la desregulación monetaria y la
desestatización empresaria”, icluia esto “…congelamiento de sueldos y la
l iberación y unificación del mercado cambiario…”. Los grupos mas “l ibistas”, le
dieron cabida a estas medidas con el consecuente respaldo desde afuera; por
otro lado sufrieron la desaprobación de los sectores gremiales (obreros y
empresarios), fundamentalmente por, las privatizaciones y por la profunda
recesión; esto enrareció el cl ima político, ya que, Galtieri había prometido,
girar lentamente, hacia la reinstitucionalización del país. Para amedrentar a
estos grupos, designa a un gabinete con civi les, a escepción del Ministerio de
Interior a cargo de un mil itar. Esta medida satisfiso a los grupos de derecha,
mas conservadores, que se vieron representados en el poder.
Un 30 de marzo de 1982, grupos más gremiales radicalizados generan un movimiento
reclamando por los derechos humanos, el que será duramente reprimido, haciendo trastabillar el
poder del denominado “terror estatal”. En este ambiente de hostilidad fue que se lanzó el
proyecto de invadir Malvinas. Las islas, herencia original del patrimonio colonial español, habían
sido ocupadas por los británicos en 1933 y, desde allí sostuvieron su propiedad sobre el
archipiélago. A partir de 1945, con la finalización de la Segunda Guerra Mundial y el nacimiento
de las Naciones Unidas, ingresó la cuestión de la “descolonización”. Desde allí y, como espacio
de auge en la década del ’60, Argentina (miembro de la ONU) establece negociaciones con el
Reino Unido por la devolución de Malvinas.
La década del ’70 mostró al Mundo con optimismo en materia de relaciones
internacionales y, en materia económica, se analizaba la posibil idad de escasez
de los recursos naturales básicos; esto motivó la frecuencia de pedidos de
“…licencia para la explotación petrolera en el área y las fomulaciones de
reserva de derechos sobre recursos naturales que tanto Argentina como el Reino
Unido realizaron en los foros internacionales”. El año 1975 se considera como
el de mayor auge por los enlaces establecidos por ambas naciones con el objeto
de promover la extracción de petroleo, tal es así que, en algún momento se
habla de …“congelar los reclamos soberanos y pasar a explotar los recursos
sobre una base binacional. Esta tendencia se prolonga hasta los primeros años
de la década de los ochenta, pero a partir de 1982 la impasse provocada por la
guerra se suma el énfasis que el segundo informe Shackleton imprime a las
condiciones adversas de una futura explotación petrolera, para comenzar a
generar un cl ima desvfavorable a tales proyectos”. (b)
Retomando el caso del belicismo argentino, las negociaciones tomaron un rumbo favorable a
pesar de algunas negativas de la corte británica, pero, el advenimiento de los regímenes
ditactoriales en América Latina, incluída la República Argentina, hizo que desencadenara el
conflicto armado y la paralización de las discuciones diplomáticas.
Revisando la l iteratura histórica de Luis Alberto Romero, podemos
resignif icar: “…habría cobrado forma definida entre los mil itares y sus
“amigos” una corriente de opinión belicista que arraigaba en una beta del
nacionalismo argentino y se al imentaba con vigoroso sentimiento chauvinista.
Diversas fantacías largamente acuñadas en el imaginario histórico de la
sociedad – “la patria grande”, “los despojos” de los que el país había sido
víctima – se sumaban a la nueva fantasía de “entrar en el Primer Mundo”
mediante una polít ica exterior “fuerte”…”. Los antecedentes del belicismo
mil itar argentino, eran cercanos y frustrados (caso intento de guerra con el
país hermano de Chile en 1978) si tenemos presente la cuestión del Beagle.
Esta disputa fronteriza de antaño terminó sometiéndose al arbitraje del Papa y,
como consecuencia de una fracasada aventura de guerra, la pérdida del control
de una parte del territorio nacional. ©
CAPITULO I I I: Malv inas ¿ las “hermanitas perdidas”?
El sentido espíritu nacional, parece ser uno de los tantos inventos del
egoismo sectario de algunos “grupos de poder” que, uti l izando el fervor de un
pueblo acostumbrado a manifestarse en las calles, las plazas…, toma decis iones
que involucran a toda una nacionalidad, en causas espureas e inconsultas como
lo es el de generar una guerra.
En este marco, “…el reclamo por las Malvinas, archipielago del Atlantico Sur que las
autoridades de Buenos Aires habían ocupado tras independizarse de España y del que fueron
expulsadas en 1833 por los británicos, tiene raices profundas, como efectiva causa nacional, en
la sociedad argentina. Desde la década de 1930 fue punto de encuentro de los variopintos
nacionalismo locales. Primero el declive del vínculo comercial privilegiados con el imperio
británico y luego del proceso de descolonización, gracias a los cual argentina logro que la ONU
emitiera una resolución invitando a Gran Bretaña a negociar una salida de conflicto le dieron
empuje a las aspiraciones de redimir el territorio perdido. Y las negosiaciones efecctivamente se
pusieron en marcha, aunque a un ritmo que estuvo lejos de satisfacer esas espectativas, por lo
que las tensiones fueron en aumentos”.
Los militares del proceso venían baranjando desde su llegada al poder hacer algo, algo
drastico se entiende, para resolver las cuestion. Incluso Massera encargo secretamente a un
equipo de la armada un plan de invansión pero fue recién en 1981 que el tema se encaro
“seriamente”, apartir de la coincidencia de Galtieri y Anaya en que su solución era la clave para
dejar atrás todos los problemas que los agobiaban: concretaria un sueño compartido por
militares y civiles, simentando la “unidad nacional”, sera un paso vital para el fortalecimiento
militar y geopolitico del país y eliminaria de un plumaso los obstaculos para el éxito del plan
político.
Toda esta fundamentación se basaba en descontar un apoyo exterior y que, desde el gobierno
británico, se iniciaba un desmantelamiento de la “flota de superficie y retirando naves de la
zona, por razones presupuestarias principalmente…”. Los isleños no daban señales de dejar de
pertenecer al protectorado inglés y, esta retirada no era vista con buenos ojos. Otro elemento
de presunto aporte internacional,era la orientación de la embajadora de Reagan (entonces
presidente de Estados Unidos) hacia el reconocimiento de las dictaduras de la región. Esta
estrecha realación entre EEUU y el Proceso, paraecía rondar el apoyo o, en todo caso, la
neutralidad ante cualquier acto de soberanía argentino.
Algunos lazos con el interior: La Pampa y la ciudad de General Acha.-
Acha como un una población constituida a partir de la denominada “Conquista del Desierto”,
influenciada por resabios autoritarios y clasistas a partir del dominio territorial de los grupos
militares y civiles que adhirieron al modelo, se ve atraída por la necesidad de un regimen
politico - económico fundado en estos preceptos. En terminos generales, se puede hacer una
lectura en el ideario, no solo de los sectores más representativos de la comuniadd achense, sino
en “el propio imaginario popular”, un apego a la manifestación a favor del poderio de las armas
y a la idea de un “colimba” como sujeto formado “en el orden y para el orden”.
En este marco histórico – ideológico se establecen los vínculos entre
autoridades (civico – mil itares: intendente Toribio González –mil itar retirado- y
un Consejo Asesor constituido por civi les convocados por el propio ejecutivo)
para dar lugar al “Proceso de Reorganización Nacional”, en el micromundo
“pueblerino”. Es así que, a partir de los informes periodísticos y de los
recogidos entre algunos de los entrevistados, exaltados por la búsqueda del
deseado “ser nacional”, se puede inferir: se hicieron algunas maniobras
mil itares en un campo cercano a General Acha, conocido como “Las Acacias”,
acompañado de todo un movimiento cívico – mil itar con obras públicas,
movil izando a los propios soldados como constructores, depositando
importantes valores en los comercios de la localidad y, en el más puro de los
sentidos simbólicos: “ el cambio de lugar de la histórica “Plazoleta General
José de San Martín”...
“… Nosotros teníamos una cantina para abastecer a oficiales, suboficiales y más de 1500
soldados. Estaban tropas de la provincia de Buenos Aires, Bahía Blanca e incluso en Santa Rosa
estaba una brigada aérea completa. Todo el bagaje que tenía el ejercito aca, por algo era…
ahora vos veías que había otros que no hacian “un carajo”, que andaban más bien con medicos,
en un vivac que habia atrás del campo de Garat, que hacia de abastecimiento…”
“… ellos buscaban un campo (digamos) de una sola mano, esos campos eran aptos por sus
condiciones… en ese momento estaba Juancito (hijo); revisaron todo el campo y les gusto por la
extensión, ese campo tenía originalmente 20 km de largo por 10 de ancho y …eso les convenia
para … También afectaba el campo de Otamendi, los srs. Otero y eso hacia un total de 12000
hectareas… tiraban con los cañones desde la ruta hacia adentro y … en eso se les paso un tiro de
largo y quemaron todo un lote en el Valle Daza, donde era todo monte… lo apagaron enseguida
con todos los soldados…”
Una visita de Galtieri con destino al campo de maniobras militares del ejército ubicado en el
Establecimiento rural “Las Acacias”, a unos 60 kilómetros al Oeste de la ciudad de General Acha,
fue cordialmente recibida por el entonces gobernador Telleriarte (un civil en el cargo del
Ejecutivo de esta provincia de La Pampa, promovido por esta propuesta del Presidente Viola de
“...sumar civiles al Proceso...”), declarándolo “huésped de honor” en la ciudad capital: Santa
Rosa.
En su arribo y encuestado por los periodistas pampeanos aclaró el motivo de su
presencia en nuestro territorio; “…el tema sobre las maniobras que se efectúan
en la zona rural de General Acha y otros temas castrense locales…”
Consultado sobre la habilitación del Comando del Cuarto Cuerpo de Ejército en Santa Rosa,
manifestó “… la fecha exacta aún no la tengo definida, pero de todas maneras, en recientes
publicaciones y en próximas de boletines del Ejército …”
Esto da cuenta de la mil itarización que La Pampa estaba sufriendo entre civi les
adeptos y militares que buscaban consolidar “El Proceso” y promovía a la
denominada “Doctrina de la Seguridad Nacional”.
Galtierieri en Acha también hizo de la suyas…
Un acto cargado de simbología y que muestra soldados trabajando en
espacios publicos para, de alguna manera amortiguar el peso que signif ica un
ejercicio bélico, el posible acto de la guerra… produce un giro en el ideario
popular en la representación de un espacio público. Una muestra de acción
incolsulta y de arrebato a la pertenencia cívica, se puede extraer de la lectura
de un periodico local: “Celebración en la plaza San Martín: General Acha:
miércoles 27 de octubre de 1981... una grata circunstancia constituyó en
General Acha el acto l levado a cabo el lunes y en la vispera al acerse entrega
de las obras en la nueva plaza General San Martín por parte del Ejército
Argentino a la Municipalidad de General Acha...” +
“… El acto, que conto con la presencia relevante del general Leopoldo Galtieri, comandante
en jefe del Ejercito, y del gobernador de La Pampa, contador Ricardo J. Telleriarte, entre otros
altos funcionarios militares y civiles, no solamente constituyo la oportunidad de una jornada
festiva, con el agrado del desfile posterior.
También inaugura una obra que hace a la parte edil icia de la ciudad, al
inaugurar el nuevo paseo con el aporte de la niñez logrado con los juegos
respectivos al l í…”
(diario La Arena miércoles 27 de octubre de 1981)
Discurso pronunciado por el intendente municipal, Toribio González,quién
entre otras cosas “…dijo que contamos con las más relevantes personalidades
del quehacer público nacional y provincial. Es por ello que doy la bienvenida a
todos los que hoy nos visitan”. Habló luego de “agradecer por haber tenido
nuestro pueblo el privi legio de ser elegido para estas maniobras de nuestro
ejército argentino, y de las obras que realizan como parte del Plan Civico
Mil itar…”
Los discursos oficiales parecían motivadores de un momento festivo que
ocultaría una etapa de dolor, un soslayar la consulta de un pueblo a la hora de
cambiar de forma inconsuta un lugar públ ico con relevancia histórica como lo
era la plazoleta General San Martín…”. Algunas de las opiniones recogidas al
respecto, dicen:
“… sí por supuesto estaba la plazoleta frente a la estación del ferrocarril y frente a la
comisaría estaba el busto de Bernardino Rivadavia, bueno… se dijo que el general San Martín
tenía que ocupar un lugar más importante en la ciudad y… bueno, se lo trajo y se hizo allí todo
un trabajo de remodelación. Trabajo el ejército “bueno” una obra que se hizo en general que
no mereció ninguna crítica notable de la comunidad de Acha, un acto más bien administrativo
casi…”.
“… La plaza San Martín que esta frente a la estación nos resultaba un poco
alejada. Entonces vimos con agrado que la plazoleta esa estuviera más cerca
del centro y también de que la figura del General San Martín en cierto modo
era recorrida por más cantidad de gente, por que al ver dejado acá de pasar ya
el ferrocarri l aquella me parece que no se recorrían públicamente, así que lo
vimos con buenos ojos, además yo vivía frente a la plazoleta, bueno y me
pareció bien más que soy una admiradora del General San Martín es como que
lo acercaron donde vivía yo…”
“…No , no tengo opinión…”
Fuera del contexto de este episodio puntual, las repercusiones en el ámbito de los
pobladores entrevistados aparecen contrastes …
“…Yo no se como reaccionó la gente, a veces acá la gente por estos
cambios que implican haber un tono serio, como es la figura del General San
Martín, no creo diferencia menos ya de la novedad, se muestra indiferente,
s iempre parece que es más relevante un partido de fútbol que la historia con
los próceres incluidos…”
“…Yo no se a que ideas se refiere, la situación no se a que ideas…”
“… No comparto en absoluto esas ideas, la actitud de la gente fue disímil o
dispar a mi criterio que colaboradores y vende patrias a mi criterio que
estuvieron activamente participando a favor del proceso, lo increíble es que
acentúan la persecución, matanza, torturas, violaciones que ejercía el
ejercito argentino, la marina, la armada no solo que lo acentúa reitero
participaba en los gobiernos mil itares, como ministro como formando parte de
las municipales pero en absoluto no puedo compartir el horror que se hizo en el
país…”
“… Bueno la actitud de la gente ya te dije, bueno de al ivio yo no digo que
hubiera habido un apoyo entusiasta no eso no era así, pero si tampoco se le
ponían obstáculos al gobierno mil itar y además en el ámbito local hay que
reconocer que estuvimos un intendente muy activo, un intendente muy
ordenado con una capacidad de gobierno firme y que más al lá de los métodos
que podía uti l izar para imponer autoridad que era propio de un gobierno de una
dictadura el pueblo de General Acha lucia muy bien, muy prolijo, muy bien
equipado el personal trabajaba bien los servicios eran bien eficientes, el
material rodante estaba impecable, el pueblo estaba l impio, ordenado, los
paseos públicos en general todo eso andaba muy bien lo que andaba mal eran
las l ibertades, los derechos, las garantías, los atropellos que algunos sufrieron
lo que aquí en General Acha no tuvimos mayores casos de gente complicada con
la represión, pero poco nos empezábamos a enterar de los atropellos…”
“...Si...recuerdo el momento del aterrizaje del helicóptero con el General Galtieri a bordo,
se posó en cercanías de la Ruta 152...el lugar era propicio para esto y...también recuerdo que
todos los chicos del barrio (vivo aquí cerca de la ruta) estaban cercanos al acto y...cuando quise
acordar fueron invitados a dar una vuelta en el aparato y subieron...nos quedamos (con mi
señora) mirando sin saber que hacer...
“...Quiero decir que aquí no hubo casos aberrantes de persecución o de
otro tipo (por parte del Ejército)...solo algunos. No conozco casos importantes,
solo la detención por algunas horas de detención por averiguación de
antecedentes (mi caso). Una situación (si se puede decir anecdótica) en la zona
de Alpachiri, cercano a Colonia Santa María...la famil ia Abercón, uno de los
Abercón, una de las chicas estaba estudiando y...este...vino con el novio a
pasear a la casa de los “viejos”. Un tío, además padrino de la chica, viene a
saludarla al pueblo; cuando entra se encuentra con el Comisario y le comenta
que ambos participaban de alguna actividad clandestina...el t ío alarmado se
movil izó y consiguió sal ir del país, pasando por Neuquen van a Chile. Pasa uno
o dos años y una persona viene a ver al padre de la chica (este hombre
Abercón) y le salen a comprar el tractor que tenían en la chacra...cuando lo
revisan, levantan la tapa del motor y se encuentran con fusi les, granadas y
otras armas que, según dicen, eran propiedad de la chica y su novio...”
“...Montoneros...heeee... ERP, ERP...y este...se salvaron porque el
Comisario era muy amigo del tío...bueno, son los únicos que yo este...tengo
conocimiento por ese hecho...pero después acá no hubo otros casos...”
En el tramo de la conversación final, hace referencia a otra anécdota
personal: “...cuando estudiaba, regresado a casa y... la Policía había puesto
en la esquina de a un hombre de civi l para vigi larme...mi padre un día
preguntó que haría este Sr. tanto tiempo all í y...de pronto soltó unos perros
dogos que tenía para cuando iba al campo y esta persona corrió desesperado
para encontrar refugio... la cosa es que no apareció mas por la zona...”
En medio de esta tenebrosa situación, una muestra de aparente hosti l idad,
quedó expresada por una escaramuza suscitada entre marines británicos y
trabajadores de una empresa argentina en aguas de las Islas Georgias de Sur
(archipiélago cercano a Malvinas), un 1° de marzo de 1982; el acto terminó con
el hizamiento de la enseña nacional. El 2 de abri l, en un marco de reserva
absoluta, el Ejército Argentino inició el operativo mil itar de ocupación del
archipiélago. La ONU, atravéz de su Consejo de Seguridad, emitió una
resolución condenando el acto bélico.
(a) de”El trokismo en la Argentina”/1. Osvaldo Coggiola. Bibl ioteca Centro
Editor de América Latina.
(b) de “Malvinas: los motivos económicos de un confl icto”. Ana Margheritis –
Laura Tedesco. Bibl ioteca Ciencias Políticas-Centro Editor de América
Latina.
(c) de “Breve Historia Contemporanea de la Argentina”. Luis Alberto Romero.
Colección Popular Fondo de Cultura Económica.
A manera de conclusiones
La problemática abordada desde el Eje: “Guerra de Malvinas. Sentidos en
pugna”, necesita de una lectura más integral del período que comprende el
Proceso de Mil itarización del Estado, bajo un régimen político basado en la
persecución ideológica y en el quiebre permanente de la vida institucional.
Para el sostenimiento de esta postura en las f i las castrenses, fue necesario
apelar a los ardides más petulantes y al “cambio de piezas” en el tablero
internacional. No siempre existió una respuesta clara y favorable desde los
sectores de poder de las potencias pro-occidentales, el caso dilemático
apareció en la contienda de Malvinas, cuando el “régimen de Galtieri”,
sostenido por sus campañas preliminares en Centroamérica en las luchas
anticomunistas, se aferraba al ascenso de Reagan al gobierno de EE.UU. y la
emergencia de la l lamada “revolución conservadora”. Agredida Gran Bretaña,
solo bastaba el pensar en las relaciones “carnales” con el coloso del Norte,
para imaginar hasta qué punto existiría un apoyo estratégico o mil itar.
En el plano interno, los siempre “viciosos” de poder, surgían desde las
sombras para aliarse a todo tipo de estrategia que les permitiera mantenerse
en la cumbre, ámbito que se apoyó básicamente en la política económica
esencialmente “monetarista” que tuvo a Martínez de Hoz como el máximo
pergeñador, sustentado en la l lamada “escuela de los Chicago boy”.
El plano provincial, regional y local, nunca estuvo aislado del nacional e
internacional. Los acontecimientos de menor trascendencia pueden ser
ejemplificadores de estas situaciones dilemáticas, dejando sus más profundas
huellas en las culturas populares, siempre subsumidas por quienes tienen el
poder de la palabra en los ámbitos públicos. Los informantes clave que
aparecen como entrevistados para permitir una mirada más vivencial de los
episodios elegidos para el abordaje de la temática, son evidencia de este
sustento.
Un espacio público (en este caso la “Plazoleta General San Martín) no puede
ser vejado en el marco de una coyuntura autoritaria que, para sustentar la
carga ideológica castrense, la desmantela y la acopla al espacio edil icio de los
“cancerberos de la Seguridad”, dejando a la vista el atropello del despojo,
convirtiendo al lugar de origen en un abandonado apéndice de lo que fuera
cabecera de la Estación Ferroviaria.
Seguramente existirá un horizonte que atrae la mirada de los ojos de los
“buscadores de micro – historias” y... el camino se ha hecho al andar. Sostener
en un tiempo más “kantiano” este proceso de reconstrucción de la “historia
reciente”, permitirá acercar a quienes, por sentimiento al patrimonio
colectivo, son capaces de reconstruir un lugar con identidad y pertenencia.
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