VERSOSVERSOS
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VERSOSVERSOS
Gabriela Collado
DE GENERACIÓN EN DEGENERACIÓN
Tenía mi abuela
un tubo metálico para moldear churros.
Y mi madre
una freidora inútil.
Y yo
señal para llamar al TelePizza.
Tenía mi abuela
un cura para desahogar sus culpas.
Y mi madre
alguien a quien echárselas.
Y yo
un psicólogo para que me las explique.
Tenía mi abuela
almidón suficiente para las sábanas.
Y mi madre
una plancha a vapor ultraligera.
Y yo
la pasión por arrugarlas de a dos.
Tenía mi abuela
una caja con agujas de ganchillo.
Y mi madre
un enhebrador para agujas huidizas.
Y yo
un imperdible para todos tus recuerdos.
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VERSOSVERSOS
GABRIELA COLLADO
Tenía mi abuela
un misal repleto de estampitas.
Y mi madre
un crucifijo en lo alto de la cama.
Y yo
el mantra para llamar a los pecados.
Tenía mi abuela
un vaso en el que dejar la dentadura.
Y mi madre
un cepillo dental con cuatro pilas.
Y yo
tus dientes prendidos a mi boca.
Tenía mi abuela
tres fotos para retratar toda su vida en blanco y negro.
Y mi madre
una Instamatic para torturar a mis hermanos.
Y yo
los álbumes zipeados de todos mis ex novios.
Tenía mi abuela
un balcón donde escuchar serenatas.
Y mi madre
un zaguán para meterse mano (“De la cintura para arriba”).
Y yo
un hotel por horas con desayuno incluido.
Tenía mi abuela
las letras justas para un telegrama.
Y mi madre
el disco del teléfono gastado.
Y yo
low batt, low batt, low batt.
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VERSOSVERSOS
GABRIELA COLLADO
No hAy AlAs pARA El DEsCENso
Angustia que se dibuja...
Espesa mancha de alquitrán.
Zambullirme en la figura
y darme a emprender el viaje
al interior de la sombra.
No hay alas para el descenso
sino zapatos de barro
para arrastrar la pesadez
del vientre que lleva al alma.
Alguien debió de advertirme:
no dejes puertas abiertas
en donde acechan los monstruos
que devoran la esperanza.
Esa, la gran timadora.
¡Vamos, que se la coman pues!
¿Quién quiere un sueño delante?
Dame la mancha y la sombra
que quien las devora soy yo.
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VERSOSVERSOS
GABRIELA COLLADO
DolICIAs DE lA vIDA moDERNA
Abrir las piernas
para meter un hijo.
Abrir las piernas
para quitarlo.
Comprar rebajas.
Llenar la casa
de trapos sucios.
Esconderse
de las verdades.
Mentir a la salida
del colegio.
Volver a abrir las piernas
con condiciones
y sin condones.
Y cerrarlas,
por cojones.
Poner parches.
Lavarlos en alcohol.
Abrir las piernas
donde hay que cerrarlas.
Morir la vida
y enterrar a los muertos,
como Dios manda.
Y no preguntarse
quién manda qué,
ni quién es Dios.
VERSOSVERSOS
pRosCRItos
Dices que estamos proscritos,
amantes en abstinencia,
de un amor sin desinencia.
Que soñamos con el grito,
que se ahoga en nuestras manos,
de una entrega reprimida.
Que estamos en otra vida,
como quien lleva otro traje,
de un sastre malavenido,
que nos cosió este desastre
que nunca hubieras pedido.
Pero que siendo marido,
por convicciones ajenas,
¿quién imagina la pena
en la que hemos incurrido?
Pero que, en definitiva,
entre platos escurridos,
en tu casa y no en la mía,
se nos perdió la alegría
de encontrarnos aquel día
sumidos en el deseo
de las malas intenciones
y con daños a terceros.
GABRIELA COLLADO
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VERSOSVERSOS
GABRIELA COLLADO
lA RosA, lA CRuz y lA CRuz DEl suR
Solía llamarte Juan, a secas,
y la última vez que nos vimos
leías el Ulises de James Joyce.
Cambié el rumbo por cartas de tarot,
seguro que la número 13,
la sin nombre, esa, la de la muerte.
Y tú no intentaste retenerme,
aunque a mí sí me hubiera gustado.
No lo entendía... Ahora entiendo.
Debí haberme creído Odiseo,
me fui lungomar buscando vida
y Calipso me convirtió entonces
en una isla, pero sin tiempo.
Ahora, por fin, he acabado
de rehacer, entera, la nave;
esperando la noche me hallo
y en el horizonte, la Cruz del Sur.
Y te llamaba Juan, Juan de la Cruz.
¿Dime, dónde estará Penélope?
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VERSOSVERSOS
Nerea Ferrez
CAtulo1
Como Catulo
te voy a dar
con esta vara en ristre del poder que ostento,
cirio grueso y latente
que en mi mano se sacude,
te haré gemir lo que tú no me hiciste,
te meteré
uno a uno
los dedos de mi descontento,
y con esta mano que ahora se agita y rezuma
la miel que saciará mis querellas,
te alzaré la copa de la victoria,
y entonces,
y sólo entonces,
cuando haya saciado mi sed prehistórica,
dejaré que bebas de mi cáliz.
(En la antología de poesía erótica Erosionados, editorial Origami, 2013).
1. Poema III de Catulo: “III. Por culo os voy a dar y por la boca, /Aurelio maricón, y puto Furio, /que a mí me habéis juzgado por mis versos: /porque ellos son eróticos, yo impúdico. /Casto tiene que ser el buen poeta /en su persona, pero para nada /en sus versos, que tienen sal y gracia /si son eróticos y poco púdicos /y pueden excitar lo que les pica /no digo ya a chavales, sino a tíos /peludos que no pueden con sus músculos. /Y porque habéis leído “muchos miles /de besos” ¿me juzgáis poco hombre? /Por culo os voy a dar y por la boca”.
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VERSOSVERSOS
NEREA FÉRREZ
muERtos DE fRutA mADuRA
No habéis cambiado nada.
Ahí seguís,
en los mismos grupos que dejamos en la adolescencia
-porque adolece-,
con las mismas ideas y pretensiones,
el mismo comportamiento de creer que vuestro culo olía a rosas.
Y ahora os veo,
más viejos, más calvos, ajados, gordos...
-no es que yo no haya envejecido
pero me veo todos los días observándome optimista desde el otro
lado del espejo-
y un único pensamiento me recorre:
yo
que con menos tiempo
y dinero
y aires
y dinero
he viajado por fuera y por dentro de mí misma
hasta saberme cambiada cómo, cuándo, dónde y por qué,
yo
la rarita,
la del mote,
yo he crecido
y vosotros habéis muerto intentando ser mayores antes de tiempo.
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VERSOSVERSOS
NEREA FÉRREZ
fIN DE fIEstAs
Llegar a casa con los ojos vidriosos
y copas rotas bajo la piel.
Su ruido estridente me da dolor de cabeza.
Me duelen los pies dentro de las zapatillas de diez euros.
Zapatillas negras.
De cordones negros.
Como mis ojos negros.
Como el aro negro que me cruza el labio.
Y subo peldaño a peldaño hasta llegar a una casa que no siento mía
como si escalara el puto K2 del que tanto me hablaste
y llego sin cansancio porque mis piernas se han hecho al llanto del
esfuerzo
mientras se me caen los párpados sobre los cristales rotos.
Pienso en esos quilos que se me han ido,
dónde estarán,
si tendrán intención de volver
o si, como tú, han volado del nido dejándome sola y con un montón
de mierda que limpiar.
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VERSOSVERSOS
NEREA FÉRREZ
El GIGANtE DoRmIDo
En tu espalda
lucen
un millón de estrellas oscuras.
EtIquEtAs
Etiquetar.
Etiquetar etiquetas.
Etiquetar nombres, paisajes, lugares, momentos, personas, relacio-
nes, cosas...
Etiquetar.
Pienso que llevo toda mi vida intentando etiquetarla, ponerle orden
a ese caos en el que vivo, a ese desorden que soy.
Tal vez sea el momento de dejarme llevar y que sólo penda cuando
llegue el momento
una etiqueta inevitable de un dedo de mi pie.
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VERSOSVERSOS
NEREA FÉRREZ
oRtIGuEIRA. 2010
Ortigueira. 2010. Una foto.
Una barca solitaria pendulea sobre el agua.
Calma.
Atardece en este confín del mundo.
La foto me increpa desde la pantalla del móvil un recuerdo
que se diluye cuanto más lo leo.
Ortigueira.
Primeras vacaciones.
Primer topless.
Y sentir que la única mirada era la tuya.
No sentirme desnuda sino acogida en tus ojos.
Aún hoy pienso que me sigue costando menos desnudar el
cuerpo que el alma.
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VERSOSVERSOS
NEREA FÉRREZ
mAtCh poINt (II)
Hoy, la mañana sabía a tierra batida después de un largo par-
tido, y aún con el corazón en un latido me he mirado rápida
en el espejo para verme nueva.
Hoy, saboreaba el despertar y me miraba a los ojos, desnuda
de complejos y miedos, aceptando cada error por mío, asu-
miéndolos como también tatúo mi piel con mis victorias.
Hoy, he ganado juego, set y partido.
Desde esta mañana me he prometido quererme como nunca.
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VERSOSVERSOS
NEREA FÉRREZ
flACAs
Ver las fotos de esas niñas tan delgadas, de esas jóvenes de
escoba y suspiro entre las carnes, de alguna amiga tan her-
mosa pero tan etérea que te recuerda a aquello de la vita
brevis.
Verlas pasearse ufanas sobre unos tacones más altos que tus
piernas mientras evitas las minifaldas sin medias o los ves-
tidos con la espalda al aire que se han de llevar sin sostén.
Sentirse perdida en un mar de sirenas.
Recordar tu nombre. Empezar a nadar, aunque a veces sea
contra corriente. Sacar del armario los escotes, lucir caderas
y pensar que mejor saber que exista donde agarrarse cuando
la tierra tiemble a que el aire se te lleve como una hoja seca.
Y pensar, por último, que, ¡pobrecitas!, con esas caderas el
futuro se les abrirá camino a trompicones entre las piernas.
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VERSOSVERSOS
NEREA FÉRREZ
EstACIoNEs EN tRáNsIto
He pensado en todas aquellas estaciones que he pisado. En
las estaciones de autobús, en los aeropuertos, en las estacio-
nes de metro, de tren, en los puertos... He pensado y recor-
dado todas las despedidas, los abrazos, algunos besos, las
partidas viendo cómo te dicen adiós con la mano mientras
piensas en cuándo volverás a ver esos ojos, a oír el sonido
de aquellas voces; las llegadas, a veces sabiendo que alguien
aguardaba, a veces sólo el viento llegaba a tu encuentro.
He pensado en todas mis estaciones, mis estaciones en trán-
sito, en lo que me gusta viajar, sobre todo en autobús, ver a
los otros, que llegan, se esperan, se abrazan, esos momentos
previos, el dejar una parte de ti cada vez que te marchas y
no recuperarla nunca.
He pensado, recordado, abrazado esas frías memorias, va-
cías de calor y lejanas. Un palpitar inquieto, como el tra-
queteo de un tren, ha aparecido súbito al verme siempre en
tránsito.
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VERSOSVERSOS
NEREA FÉRREZ
tRAshumANtEs
Trashumante. Del verbo “trashumar”.
(Del lat. trans, de la otra parte, y humus, tierra).
2. intr. Dicho de una persona: Cambiar periódicamente de
lugar.
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Trashumante. Itinerante. Habitante de la última hora, el
último segundo, el instante más pequeño, la chispa.
Trashumante. Vivo en los autobuses. En los otros lugares,
fuera de mi geografía.
Los mejores viajes han sido los que he hecho sola. En auto-
bús. Recorriendo kilómetros de un mapa que se me diluía
en la cabeza y se volvía informe.
Los mejores viajes han sido aquellos en los que he dejado
una pequeña parte en mi destino.
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VERSOSVERSOS
adriáN Pérez Castillo
Un Agosto Clandestino es el momento de amistad y sentimiento donde la poesía y los poetas forman ese cauce que se desliza en cada tarde poética, son veladas inolvidables donde se recogen los frutos de unos proyectos y trabajos de meses, cuando el público siempre fiel a cada cita, nos comenta y nos entrega su agradecimiento edición tras edición.
NoChEs vACÍAs
Mentiras impregnadas de silencio
cuando una vela quema la derrota.
Un desgarro sucumbe en mis entrañas
con el pulcro silencio de la noche,
y estoy solo, completamente solo
en una blanca noche sin recuerdos.
He perdido un amigo,
encontraré el consuelo en la locura,
en este hogar de libros y canciones
donde los ceniceros se desploman
cuando el alcohol o las mujeres funden
su placer en mi cuerpo.
Voy enterrando amigos,
un desgarro sucumbe en mis entrañas,
borracho de amargura
se desprende mi pena por el río
que aterriza sus aguas en cascadas
dejando solo el triste acontecer
de las noches vacías.
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VERSOSVERSOS
ADRIÁN PÉREZ CASTILLO
EBRo
Se prolonga en su cauce la bravura
de siglos de tormentas y deshielos,
temporales de lágrimas en cielos
donde el plomo desprende su amargura.
Un cauce de meandros y hermosura
desprendida en los chopos con sus velos,
tiñen con brumas de algodón los suelos
que abrazan la finísima blancura.
Sueñan desgarro y fuerza en las orillas
los brotes de carrizos y arboledas
que cimbrean en nítidas corrientes.
Ruge el Ebro varón, y en sus mejillas
hay una luz que incendia las roquedas
de un río cosechero de afluentes.
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VERSOSVERSOS
ADRIÁN PÉREZ CASTILLO
El soNEto
Lluvia de madrugada en un torrente
de cristalino flujo; providencia
que prolonga la estirpe y la existencia
de otros nombres que el tiempo deja ausente.
Tibio rumor de escarcha, y la corriente
se desborda en la oculta transparencia
embriagada de aliento y procedencia
del íntimo vaivén intermitente.
Me entrego como el mar hacia la orilla
cabalgando en constante desafío
mientras diluvia un aguijón inquieto.
Despertar de memorias, de semilla
que brota con el agua, como un río
de sílabas plasmado en un soneto.
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VERSOSVERSOS
aNtoNio lombillo
Agosto es un coñazo. Hace calor y muchos bares cierran, así que en Logroño no queda ni el tato. No sé a qué clase de iluminado se le ocurriría hacer un festival con semejantes premisas. Y menos de poesía. Supongo que a alguien con poco que perder, y con la poesía no se pierde ni el tiempo. La cosa es que me alegro de contarme entre sus amigos. De los humanos que gestaron las Jornadas, quiero decir, porque lo que planean les sale bien, incluso cuando para algunos no tenga ni pies ni cabeza. Y ahora resulta que me gusta agosto. Si repites cinco veces “me gusta agosto” tendrás una sorpresa inesperada.
El AmoR EN CuAtRo ACtos
Acto I.
Solía dormir en el coche. Conducir hasta algún sitio y, en cuanto a pasar la
noche, haber llegado nada más ponerme en marcha. Desde Barcelona hasta mi
coche, pensaba.
Las carreteras, los pueblos, la gente parece distinta cuando la miras desde un
coche. Cuando un coche es tu casa y tú pasas por ellos o entre ellos, y ellos están
dentro y fuera.
Con algún sitio he querido decir por ejemplo Francia, aunque lo mejor de Fran-
cia es dejarla atrás.
Al atravesar Marsella, cada muro, cada farola, fue parte de mi casa. Los barrios
bajos dieron la medida de las puertas de metal. Un mal traje, un container que-
mado, la del cristal de las ventanas.
Si no sabes dónde dormir y la noche se te ha echado encima, cualquier sitio es
igual de bueno. Cualquiera es igual de malo. En tu habitación, apagas la luz y
duermes. Aquí buscas una luz y duermes. Y dormía.
Y al amanecer salía del coche y yo era una nube blanca. Hacía frío. Era frágil. Y
nada tenía un nombre que yo le hubiera dado.
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VERSOSVERSOS
ANTONIO LOMBILLO
Acto II.
De camino a Sète encontré una carretera de ensueño. Mar y marisma, y el asfalto
como un cuchillo marcando la frontera entre las aguas. Pocos kilómetros antes
de llegar, un Spar y latas de cerveza, un tarro de ensalada Les Saladièrs y, cuando
tu casa es tu coche, la playa, la hierba, el portal de entrada.
Pero aquella carretera había decidido esperar a que la acabara.
Así que tuve que retomarla y con ella llegué finalmente a Sète, donde estuve mi-
rando el pueblo y la gente como si en realidad me importaran. Y la carretera me
contaba mientras tanto que ella iba a ser un sitio increíble para pasar la noche.
Lo cierto es que nunca tienen bastante las carreteras.
Y volví y me dijo en voz alta: mañana amanezco y soy la playa, así que tú serás
la playa. Y hará frío a pesar del sol naciente y querrás bañarte.
Y me dormí.
Acto III.
El coche a veces manda y decidió Amsterdam desde allí, ya ve usted qué valiente,
qué iluso, qué malacostumbradas ruedas. Y yo quise hacerle caso pero, según
subía, algo cambió y pensé Florencia, así que pasé la noche en Suiza con el coche
contrariado.
Pero tan bonito el verde, tan de verdad, que al día siguiente fuimos otra vez
blancos y todo fueron parabienes hacia Italia.
Los italianos zumban como avispas y, entre Parma y Módena, un atasco de-
mencial, aunque el desánimo en la Toscana es como llorar de risa. Y después
Florencia.
Florencia. Florencia, qué locura.
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VERSOSVERSOS
ANTONIO LOMBILLO
Qué locura Santa María di Fiori de improviso. Y qué feliz es la ignorancia, nun-
ca ni una sola foto y, de pronto, aquella fachada silenciosa a mi izquierda por la
ventanilla, así que yo, con la cara y el resuello girados hacia ella, reí y di golpes
al volante en un arrebato absurdo, con una melancolía inexplicable, una euforia
de otro, una enfermedad que para qué. Florencia, Florencia, qué hija de puta
Florencia.
Acto IV.
Aparqué. Miré el gris metalizado del capó de mi coche. Al descubrir un pequeño
golpe oxidado, pasé el dedo por encima.
Hoy me lo voy a beber todo, amigo, así que duermes solo.
Y pasaron veinticuatro horas.
He visto el David. Si te cuento que he llorado no me vas a creer, así que te diré
que está muy bien, que es blanco como nosotros cuando dormimos de un tirón
con una luz de salvaguarda. Pero aún no me lo he bebido todo, así que hoy
también duermes solo.
Y pasaron veinticuatro horas.
Estoy acabado. Tal y como están las cosas, vas a tener que llevarme tú de vuelta.
Ve por Génova, Ventimiglia, Niza, Montpellier, Perpignan, Girona. Necesito
tus malacostumbradas ruedas, coche, confío en ti.
Voy a dormir un poco.
Cuando lleguemos deja la luz apagada para saber que cualquier cosa tendrá ya
un nombre que yo le haya dado.
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VERSOSVERSOS
CarmeN beltráN
Desde hace ya diez años, cada mes de agosto es un regalo para todos los amantes del arte, la cultura y la poesía de nuestra región. Y preciso un poco: no sólo para los de nuestra región (cada año tenemos la suerte de ir conociendo a más compañeros de otros lares que vienen por aquí a disfrutar de esos días) y ya no sólo el mes de agosto (porque hace tiempo que los agostos riojanos extienden su poética clandestinidad desde casi mediados de julio hasta entrado septiembre). Y aún preciso un poco más: la poesía ya no viene sola (aunque en realidad nunca venga sola); ciclos de cine y exposiciones la multiplican y acompañan. Los materiales que componen este hermoso acontecimiento no son otros que amor y trabajo. Porque aunque siempre tendamos a hablar más del primero que del segundo, los dos han ido perseverantemente de la mano en esa feliz tarea que nadie se propuso pero ha acabado sucediendo, de convertir nuestro Agosto Clandestino en uno de los festivales poéticos de referencia del estado. Diez años y más de ciento veinte libros y otros tantos poetas maravillosos iluminando nuestros veranos y nuestras vidas. Y yo, que jamás soñé con disfrutar de tanta y tan buena poesía tan cerquita, sólo puedo dar las gracias a quienes con generosidad, inteligencia y cariño, nos han ayudado y nos ayudan a que este pequeño milagro se siga produciendo año tras año. Gracias de corazón y hasta el XI Agosto Clandestino.
*además de como organizadora, tuve la suerte de participar como autora en el III Agosto Clandestino (allá por el 2007). Presenté un poemario titulado “Pecado original” y tuve de compañero de mesa al poeta Carlos Javier Morales, que presentó su “Evolución de la palabra”. Poco después escribí un poema (que forma parte de “Cuaderno de sal” publicado por la editorial zaragozana Los libros del Señor James en 2010) citando un fragmento de otro estupendo suyo que se llama “Certeza” y que les animo a buscar. Por hacerle un guiño a esa tarde que para mí fue tan bonita, escojo ese texto para compartirlo aquí.
Un hombre enamorado puede hablar de la vida,
convencer a las gentes y unirlas a su causa.
Un hombre enamorado es un peligro:
puede deshacer muros, cerrojos,
y abrir los ataúdes.
Carlos Javier Morales
qué hay de cierto
en este juego perverso:
que se muere seguro
y que con suerte se ama
sólo amar es buscar el espejo
en lugar de la máscara
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VERSOSVERSOS
eNrique CabezóN
Así fue, primero soñarlo y después buscar la manera de hacerlo. Tejer redes, deshacer nudos, romper las diná-micas, los servilismos, desbrozar el camino y proponer, siempre proponer, nunca imponiendo. Así fue, imagi-nar un trampolín y nunca una meta, acercar la mejor Literatura posible a nuestro contexto que nadie sabe por qué soberbia excusa no era capaz de dar salida, cabida o mínima comprensión a otras tendencias posibles. Y, aún hoy, con mucho eso, saber todavía que no existen los dueños de la verdad absoluta y que todavía más variedad es posible y que, ay, la calidad está ahí, y no siempre en quien tiene esa palabra en boca. Lo revolu-cionario es seguir soñando los colectivo frente a las sinergias individualistas, clasistas, competitivas y cínicas, lo revolucionario es creerlo posible y buscar cómplices para lograrlo. La suerte es haberlos encontrado, seguir encontrándolos y proponer lecturas, cuanto más plurales y variadas mejor, cuanto más panorámica mayor posibilidad de crítica, y en eso estamos, contra las coartadas estéticas heredadas, contra las verdades absolutas y las vanidades disfrazadas de bucólicos discursos desmovilizadores. En el camino.
CuRso DE AIslAmIENto: REtIRARsE A tIEmpo
Don Enrique Cabezón García empeñado en el proyecto final de escribir un BUEN poema para el curso de su vida.
DECLARA: Que el domingo pasado volvió a leer algunos tebeos de su infancia reencontrándose con algunas sensaciones que le empujaron, en su momento, a querer desarrollar proyectos creativos, que se aplicó con esmero a la escritura pero se debatía entre la hondura y el entretenimiento, así hasta aproximarse, es posible que más de la cuenta, al frágil himen que separa tales sensaciones y que, por ende, también las une. Que, en no pocas ocasiones, y no sólo en su obra, parecen repelerse con una facilidad pasmosa profundidad y atractivo. Que, como el maestro Francis Ponge aseguraba, la poesía no se sabe muy bien lo que es, mucho menos ante la presencia rotunda y material de los objetos. Tal vez un pellizco, como lo llaman los flamencos. De paseo más tarde pudo detectar los árboles, el cielo, el aire nuevo y viciado de cada día, las aves, las piedras, la carne y el pescado, los cabellos, los olores, el agua, la ciudad monstruosa, incluso los sueños, la arena… Tanta variedad hizo mella y maravilla en su capacidad ob-servadora y que, por ello, tomó la consciencia de su pequeñez, como en otras ocasiones, y en la importancia de tal escala.
SOLICITA darse de baja por motivos sentimentales.
Logroño, 24 de enero 2006.
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VERSOSVERSOS
ANTONIO LOMBILLO