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YULIBETH BERMÚDEZ MARIELBA GUTIÉRREZ
JESÚS HERNÁNDEZ ALEJANDRO HERRERA
MARÍA ALEXANDRA INESTROZA JEAN FRANCO INTRAPENDENTE
FRECUENCIA DE OBESIDAD SEGÚN EL INDICE DE MASA CORPORAL (IMC) CIRCUNFERENCIA DE LA CINTURA (CC) E ÍNDICE CINTURA –TALLA (ICT)
Y FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS EN LOS ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II
“CERRITOS BLANCOS”, BARQUISIMETO JUNIO - NOVIEMBRE 2009.
BARQUISIMETO, NOVIEMBRE 2009
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YULIBETH BERMÚDEZ MARIELBA GUTIÉRREZ
JESÚS HERNÁNDEZ ALEJANDRO HERRERA
MARÍA ALEXANDRA INESTROZA JEAN FRANCO INTRAPENDENTE
FRECUENCIA DE OBESIDAD SEGÚN EL INDICE DE MASA CORPORAL (IMC) CIRCUNFERENCIA DE LA CINTURA (CC) E ÍNDICE CINTURA –TALLA (ICT)
Y FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS EN LOS ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II
“CERRITOS BLANCOS”, BARQUISIMETO JUNIO - NOVIEMBRE 2009.
BARQUISIMETO, NOVIEMBRE 2009
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UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”
DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD DR. PABLO ACOSTA ORTIZ PROGRAMA DE MEDICINA
DEPARTAMENTO DE MEDICINA PREVENTIVA Y SOCIAL MEDICINA INTEGRAL EN EL MEDIO URBANO
FRECUENCIA DE OBESIDAD SEGÚN EL INDICE DE MASA CORPORAL (IMC) CIRCUNFERENCIA DE LA CINTURA (CC) E ÍNDICE CINTURA –TALLA (ICT)
Y FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS EN LOS ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II
“CERRITOS BLANCOS”, BARQUISIMETO JUNIO – NOVIEMBRE 2009.
AUTORES:
YULIBETH BERMÚDEZ MARIELBA GUTIÉRREZ
JESÚS HERNÁNDEZ ALEJANDRO HERRERA
MARÍA ALEXANDRA INESTROZA JEAN FRANCO INTRAPENDENTE
TUTOR Y ASESOR
DR. ADAUCIO MORALES
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FRECUENCIA DE OBESIDAD SEGÚN EL INDICE DE MASA CORPORAL (IMC) CIRCUNFERENCIA DE LA CINTURA (CC) E ÍNDICE CINTURA –TALLA (ICT)
Y FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS EN LOS ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II
“CERRITOS BLANCOS”, BARQUISIMETO JUNIO - NOVIEMBRE 2009.
__________________________
DR. ADAUCIO MORALES TUTOR Y ASESOR
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FRECUENCIA DE OBESIDAD SEGÚN EL INDICE DE MASA CORPORAL (IMC) CIRCUNFERENCIA DE LA CINTURA (CC) E ÍNDICE CINTURA –TALLA (ICT)
Y FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS EN LOS ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II
“CERRITOS BLANCOS”, BARQUISIMETO JUNIO - NOVIEMBRE 2009.
AUTORES:
YULIBETH BERMÚDEZ MARIELBA GUTIÉRREZ
JESÚS HERNÁNDEZ ALEJANDRO HERRERA
MARÍA ALEXANDRA INESTROZA FRANCO INTRAPENDENTE
___________________ __________________
JURADO JURADO
__________________________
DR. ADAUCIO MORALES TUTOR Y ASESOR
BARQUISIMETO, NOVIEMBRE 2009
7
DEDICATORIA
A NUESTROS PADRES,
FAMILIARES Y AMIGOS
8
AGRADECIMIENTOS
A Dios Todopoderoso
Por darnos la fuerza espiritual y guiar nuestros pasos para el éxito en las acciones en que emprendemos cada día..
A nuestras familias
Por creer en nosotros y brindarnos todo su amor y apoyo incondicional..
Al Doctor Adaucio Morales
Por su gran apoyo y colaboración en la realización de este trabajo de investigación.
Al ambulatorio y comunidad de “Cerritos Blancos”
Por abrirnos las puertas y constituir nuestra casa de estudio estos meses.
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FRECUENCIA DE OBESIDAD SEGÚN EL INDICE DE MASA CORPORAL (IMC) CIRCUNFERENCIA DE LA CINTURA (CC) E ÍNDICE CINTURA –TALLA (ICT)
Y FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS EN LOS ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II
“CERRITOS BLANCOS”, BARQUISIMETO JUNIO - NOVIEMBRE 2009.
AUTORES: YULIBETH BERMÚDEZ, MARIELBA GUTIÉRREZ, JESÚS HERNÁNDEZ, ALEJANDRO HERRERA, MARÍA INESTROZA, JEAN INTRAPENDENTE. TUTOR-ASESOR: ADAUCIO MORALES
RESUMEN
Se realizo una investigación descriptiva transversal para determinar frecuencia de obesidad según el índice de masa corporal (IMC) circunferencia de la cintura (CC) índice cintura –talla (ICT) y factores de riesgo asociados en los adolescentes que acuden al ambulatorio urbano tipo II “Cerritos Blancos”, Barquisimeto Junio - Noviembre 2009. La muestra no probabilística accidental, estuvo conformada por 32 adolescentes quienes acudieron al Ambulatorio, entre ellos 16 hombres y 16 mujeres. Se procedió a aplicar un cuestionario sobre factores de riesgo para obesidad. Se tomó peso, talla, IMC, CC e ICT. Se encontró 3,1% de adolescentes obesos según IMC, 12,5% y 31,25% presentaban obesidad central según CC e ICT, respectivamente. Del total de pacientes obesos según ICT 60% eran mujeres y 40% hombres, 80% de los adolescentes tenían edades comprendidas entre los 10 y 13 años, el grupo etario minoritario fue de 14 a 16 con el 20%, 40% no recibieron lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, mientras que el 60% si recibió lactancia materna, 10% de los adolescentes con obesidad central, según ICT, presentó omisión del desayuno en sus hábitos dietéticos, mientras que el 90% no omitían el desayuno. El 60% de los adolescentes con obesidad central según ICT resultaron ser sedentarios, y el 40% no lo eran. Se concluye que el ICT fue el método más sensible para diagnosticar obesidad central en adolescentes y que el sedentarismo es el factor de riesgo que se presento con mayor frecuencia en los obesos, por otra parte la omisión de la lactancia materna fue el segundo factor de riesgo asociado más frecuente. Se recomienda el uso de ICT para el diagnostico de obesidad central por ser el método más sensible de los empleados en el estudio.
Palabras Claves: Frecuencia – Obesidad Central – Índice Cintura Talla – Factores de Riesgo.
10
INDICE
CAPÍTULO PÁGINA
AGRADECIMIENTO………………………………………………………….. viii
RESUMEN……………………………………………………………………….ix
I. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………..11
II. METODOLOGÍA………………………………………………...................36
III. RESULTADOS………………………………………………………...........41
IV. DISCUSIÓN, CONCLUSIONES, RECOMENDACIONES…………….....49
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………….......52
ANEXOS…………………………………………………………………………62
11
I. INTRODUCCIÓN
La obesidad fue identificada como enfermedad por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) en el año 1997. Se trata de un problema que en las dos últimas décadas ha
cobrado carácter de enfermedad epidémica en la mayoría de los países. Según la OMS,
existen en el mundo más de 1.000 millones de adultos con sobrepeso, y al menos 300
millones de ellos son obesos. Afecta a grupos socioeconómicos de países ricos y pobres, y
sus características comprenden dimensiones sociales y psicológicas de complejo abordaje 1.
Lo mencionado anteriormente no es patrimonio solo de los adultos, lo preocupante
es que ya se está viendo en niños y adolescentes y que en este último grupo la tendencia
epidemiológica es a incrementarse 2. Por tal razón el estudio de obesidad en esta población
requiere que se definan los periodos que conforman la adolescencia.
Actualmente existen diferentes enfoques y disciplinas que se encargan de definirla;
cronológicamente la OMS, define la adolescencia como el lapso de tiempo que comprende
entre los 10 y los 19 años 3.Este período, a su vez, puede ser subdividido en tres fases:
adolescencia temprana, media y tardía. La duración de estas etapas varía tanto individual,
como culturalmente aunque en términos generales se puede afirmar que la primera va desde
los 10 a los 13 años, la segunda desde los 14 a los 16 años y la tercera desde los 17 a los 19
años 3.
Desde el punto de vista sociológico se define adolescencia como un período de
transición que media entre la niñez dependiente y la edad adulta autónoma. Desde el punto
de vista psicológico se conoce como el período crucial del ciclo vital, en el cual los
individuos toman una nueva dirección en su desarrollo, alcanzan su madurez sexual, y se
apoyan en los recursos psicológicos y sociales que obtuvieron en su crecimiento previo,
recuperando para sí las funciones que les permiten elaborar su identidad y plantearse un
proyecto de vida propia 3.
12
El cambio fisiológico es una de las características más relevantes que ocurre en esta
etapa dado que se produce el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, la
maduración completa de las gónadas y de las glándulas suprarrenales y la adquisición del
pico de la masa ósea, grasa y muscular 4.
Estas modificaciones fisiológicas se expresan en cambios físicos que van asociados
a una redistribución de la grasa, de los tejidos musculares y óseos, que con el paso del
tiempo le van a dar al individuo un aspecto más cercano al adulto. En tal sentido, los
cambios físicos de esta etapa están dados por aumento de talla y peso, cuyo incremento
varía según el sexo. En las mujeres se produce un pico entre los 9 años y medio y 14 años,
mientras que en los hombres el pico se produce entre los 14 y los 16 años 3. Posteriormente
a estos picos, en los hombres se produce una desaceleración de la acumulación de grasa
con un incremento de la masa magra, volemia y masa eritrocitaria en contraposición a las
mujeres en quienes continua el incremento de acumulación de grasa 5,6.
El volumen del tejido adiposo está en equilibrio dinámico, dependiendo de la
relación entre la lipogénesis y la lipólisis, consecuencia de una múltiple regulación;
hormonal, metabólica y nerviosa. La Lipogénesis y lipólisis son en última instancia
consecuencia de la actividad de la Lipotroteina lipasa (LPL) y de la Lipasa hormona
sensible (LHS), quienes son modificadas por las catecolaminas, insulina, glucagón,
hormona estimulante de la tiroides, colecistoquinina, hormona de crecimiento, cortisol,
ACTH, esteroides sexuales, paratohormona, etc. Sin embargo, estas hormonas no tienen
igual acción en todos los territorios adiposos. Algunas localizaciones son más sensibles que
otras a los mismos estímulos, determinando diferencias en la respuesta regional 7.
Debido a esta influencia hormonal, la distribución de la grasa corporal varía según
el sexo, predominando en las mujeres hacia la región inferior del cuerpo (distribución
ginecoide) y en el territorio subcutáneo, mientras que en los varones lo hace en la mitad
superior con mayor tendencia al depósito en las regiones abdominales profundas
13
(distribución androide). Todo esto se puede explicar debido a que los andrógenos
disminuyen el número de adipocitos en la mitad inferior del cuerpo, las hormonas
femeninas aumentan el número y posiblemente el tamaño de los adipocitos de la mitad
inferior, mientras que los corticoides producen un aumento del volumen de los adipocitos
en la mitad superior 7.
La desigual cantidad y disposición sexual de la grasa representa una adaptación
metabólica y mecánica útil para la especie permitiendo mayor movilidad en los miembros
superiores e inferiores del hombre y la disposición glútea de la mujer le permite equilibrar
la basculación pelviana cuando sobreviene el embarazo. La evolución del porcentaje de
grasa varía de la siguiente manera: a los 10 años: Varones 12% y Mujeres 20%; a los 15
años: Varones 10% y Mujeres 25%; en los adultos: varones 10% y mujeres 20% 8.
Se ha propuesto que deberían existir distinciones en el tipo de distribución de grasa
corporal, debido a que la obesidad del cuerpo superior (tipo androide) está con más
frecuencia asociada a las complicaciones metabólicas que la del cuerpo inferior (tipo
ginecoide) 9.
Sin embargo, un estudio realizado por Demarchi. D y col. demuestra que al
desarrollarse la obesidad total, independientemente del género, se observa una
redistribución adiposa desde las extremidades superiores hacia el tronco, es decir, un patrón
de distribución centralizada (o androide) 8.
Freedman. D y col. aportan que la dicotomía entre la distribución central o
periférica de la grasa corporal ha sido estudiada en múltiples oportunidades por diferentes
investigadores, pero lo más relevante es que la primera se encuentra relacionada con la
elevación de valores de triglicéridos, presión arterial e incremento de la prevalencia de
diabetes, además de disminución de valores HDL 10.
14
Contrariamente al trabajo de Freedman. D y col. en un estudio realizado por
Daniels. S y col. el cual incluyó una muestra de 167 adolescente de ambos sexo, determinó
que la distribución androide de la grasa corporal fue independiente de la alteración de
valores de triglicéridos, fracción HDL del colesterol en plasma, presión arterial sistólica e
incremento de las masa ventricular izquierda pero encontró que si existía una relativa
preponderancia de que ésta sea un importante factor de riesgo cardiovascular en niños y
adolescentes 11.
Muchas investigaciones han demostrado la relación entre obesidad y diabetes
mellitus tipo 2, aterosclerosis, infarto, anginas, entre otras, y se ha descrito que un exceso
relativo de adiposidad general y abdominal puede estar relacionado con elevadas
concentraciones de colesterol, lípidos e insulina. Dada la extraordinaria importancia de la
obesidad, en su relación directa con el riesgo metabólico y cardiovascular, la Asociación
Europea para el Estudio de la Obesidad ha sugerido el uso de la CC y el IMC en la práctica
clínica diaria 12.
Resulta oportuno, definir la obesidad como un incremento del peso corporal, a
expensas preferentemente del aumento del tejido adiposo. En razón de tal definición su
diagnóstico está subordinado a la cuantificación del exceso de contenido graso del
organismo, pero debido a que la medición directa de la masa grasa es difícil en la práctica
clínica, se han aceptado los métodos indirectos de valoración del tejido adiposo como
medida de la obesidad. Tales métodos son las medidas antropométricas (peso, talla,
perímetros, pliegues) las cuales son preferibles desde el punto de vista práctico ya que
combinan escaso costo, fácil uso y precisión 13.
Es aceptada la utilidad del IMC para valorar el grado de obesidad, por su buena
correlación con otros métodos indirectos de valoración del tejido adiposo y su factibilidad 14. En países como Latinoamérica y Asia es frecuente el uso del peso para la talla como
estimador de adiposidad. Sólo desde hace algunos años, el IMC adquiere importancia como
15
un indicador de peso para la talla y adiposidad en niños 13. Se ha calculado que el IMC se
incrementa de forma fisiológica en 0,5 puntos por año desde aproximadamente los 8 años
hasta la adolescencia. Aunque el grado de cambio que indica riesgo no ha sido definido, un
incremento anual igual o mayor de 2 unidades de IMC se ha sugerido que identifica un
rápido incremento en la grasa corporal de niños y adolescentes 14.
En adultos el IMC ha sido ampliamente utilizado para determinar prevalencia de
obesidad. En niños, la evidencia para utilizar el IMC como indicador de sobrepeso y
obesidad se está incrementando rápidamente. En este sentido, tanto el Center for Desease
Control and Prevention (CDC), como la American Academy of Pediatrics (AAP, 2008) y la
OMS, recomiendan el uso del IMC para evaluar la prevalencia de sobrepeso y obesidad en
niños y adolescentes entre 2 y 19 años de edad14. En niños y adolescentes, el IMC cambia
sustancialmente con la edad, por lo que no es posible utilizarlo de forma similar que en los
adultos, recomendándose el uso de curvas que tomen en consideración la edad y el sexo15.
Hasta hace muy poco tiempo no se contaba con una referencia verdaderamente
internacional. El CDC, confeccionó curvas para los Estados Unidos de Norteamérica
basada en una revisión de las Encuestas Nacionales de Examen de Salud y Nutrición de los
Estados Unidos I (NHANES I, siglas en inglés) de 1977 y provee los percentiles (5, 50, 85
y 95) por cada año de edad entre los 6 y 74 años. En esta referencia se ha utilizado
generalmente como punto de corte para sobrepeso mayor del percentil 85 y para obesidad
mayor del percentil 95 16.
Pero otros autores han hecho notar que este patrón no es aplicable a todos los países
del mundo debido a diferencias en la composición corporal y en las dimensiones de los
segmentos corporales, en la maduración biológica y en distintas prevalencias de bajo peso
de nacimiento, tasas de amamantamiento y enfermedades que habitualmente se asocian con
obesidad 17.
16
Así, debido a que las anteriores referencias carecen de universalidad para realizar
comparaciones internacionales, la International Obesity Task Force (IOTF, 2000)
recomendó el trabajo desarrollado por Cole. J y col , quien obtuvo datos del IMC de niños
con edades comprendidas entre 6 y 18 años de edad, de seis naciones, a través de encuestas
representativas de su crecimiento en Brasil (1989), Gran Bretaña (1978-93), Hong Kong
(1993), Holanda (1980), Singapur (1993) y Estados Unidos de Norteamérica (1963-80).
Luego relacionó los puntos de corte para el IMC de niños con los de los adultos, y se
dibujaron curvas percentiles adicionales que a los 18 años de edad pasaban por 25 kg/m²
para el sobrepeso y por 30 kg/m² para la obesidad18.
En el año 2000 la OMS recomendó la utilización de los puntos de referencia del
CDC (1). Posteriormente la OMS, en el 2006, publicó las nuevas curvas para evaluar el
crecimiento y desarrollo de los niños desde el nacimiento hasta los 5 años de edad; cuya
referencia toma más de dos desviaciones estándar para sobrepeso; y más de tres
desviaciones estándar para obesidad. Esta referencia de crecimiento infantil de la OMS es
el resultado de un proceso sistemático iniciado en la década del 90. Se construyeron con
base en los resultados de un estudio multicéntrico que combinó un seguimiento longitudinal
del crecimiento desde el nacimiento hasta los 24 meses de edad y otro estudio transversal
en niños de 18 a 71 meses 19.
Este estudio recogió datos primarios sobre el crecimiento de 8.440 lactantes y niños
pequeños saludables, alimentados con leche materna, con antecedentes étnicos y entornos
culturales muy diversos, procedentes de los siguientes países: Brasil, Ghana, India,
Noruega, Omán y los Estados Unidos de América19.
En esta misma línea, un comité del Grupo Europeo de Obesidad Infantil publicó
una propuesta de utilizar el IMC/edad para la definición de sobrepeso y obesidad, la cual
coincidió con las referencias propuestas por el CDC 14.
17
En Venezuela, se recomienda la utilización de los puntos de referencia propuesto
por FUNDRACRESA en el estudio Proyecto Venezuela 1993, donde se utilizan los puntos
de cortes para sobrepeso mayor del percentil 90 y para obesidad mayor del percentil 97 20.
Como consecuencia de esta variedad de criterios para establecer puntos de corte del
IMC, que definan la obesidad en la edad infantil y juvenil, existe un interesante debate.
Estudios recientes demuestran que se producen variaciones importantes en la estimación de
la prevalencia de sobrepeso y obesidad en una misma población al aplicar estas referencias
indistintamente. Por lo que resulta pertinente establecer puntos de corte específicos para
cada país y región, que se adapten a las características de las poblaciones. Así pues,
atendiendo a esta última recomendación, para el estudio de una población de adolescentes
venezolanos resultó más adecuado aplicar, como criterios diagnósticos de obesidad, las
curvas y los puntos de corte propuestas por el Proyecto Venezuela 1993 y recomendadas
por Espinoza I 20.
También es conocido que se requiere de otros indicadores para estudiar la
distribución de la grasa corporal existente. Los parámetros para determinar la sobrecarga
ponderal y la distribución de la grasa corporal alrededor del abdomen son varios. Entre
ellos destacan, el índice cintura/cadera, circunferencia de cintura (CC) y el índice cintura
talla (ITC) Además de estos parámetros, existen otras técnicas más precisas para medir la
grasa corporal, pero su coste y complejidad limitan su utilización generalizada 12, 21, 22.
En los últimos años se ha reconocido la importancia que tiene la estimación de la
distribución de la grasa total en los diferentes compartimentos corporales (tejido
subcutáneo, grasa visceral o intra-abdominal) como método más fiable para establecer los
riesgos relacionados con la presencia de obesidad 21. Entre estos índices, el más estudiado
ha sido la CC, indicador de “adiposidad intraabdominal”, el cual pasó a ser un factor de
riesgo cardiovascular más sencillo y significativo que el peso o el conocido IMC, a pesar de
que los valores de referencia varían según la raza y población 21, 23.
18
Dada su importancia y su relación con diversas enfermedades, un panel de expertos
organizado por el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre (NHLBI, siglas en
inglés) había recomendado que la CC integre las mediciones realizadas en la primera
consulta médica y sea utilizada para monitorear la eficacia de la pérdida de peso 24.
Recientemente se ha comenzado a estudiar la medición de la cintura en los niños
prepúberes y púberes de ambos sexos y su correlación con el síndrome metabólico actual y
con los riesgos de enfermedades metabólicas y cardiovasculares del adulto. Los resultados
de los estudios de Brasil, España, Estados Unidos, Inglaterra e Italia demuestran que, en los
niños y los adolescentes, la CC es un buen indicador de la obesidad central, con utilidad
clínica y epidemiológica 1. Por otra parte Pérez M, investigó la CC como herramienta para
identificar sujetos colombianos en mayor riesgo cardiovascular, demostrando una mayor
prevalencia de factores de riesgos cardiovasculares con valores más bajos de CC que
aquellos valores previamente sugeridos en poblaciones caucásicas. Esto sugiere que el
grupo étnico debería ser considerado cuando se utiliza la circunferencia abdominal para
identificar los factores de riesgo 25.
En niños y adolescentes los puntos de corte para la CC, propuestos por los distintos
investigadores como indicador de riesgo de alteraciones metabólicas, son diversos 26. La
Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) ha realizado varios estudios
sobre la prevalencia de obesidad en España. En el último estudio de la SEEDO, realizado
en el 2000, se considera factor de riesgo cuando la CC es mayor de 82 cm en mujeres y más
de 95 cm. en hombres, siendo el riesgo muy elevado en mujeres y varones cuando es mayor
de 90 cm y 102 cm, respectivamente 22, 27. En cuanto al valor de la CC en niños, SEEDO
considera obesidad central cuando es mayor o igual que el percentil 90 12.
Según el National Cholesterol Education Program/Adult Treatment Panel III
(NCEP/ATP III) el punto de corte o el valor de la CC que identifica el aumento de riesgo
cardiometabólico para hombres es 102 cm y en la mujer, de 88 cm1. No obstante, estos
19
puntos de corte varían según el grupo étnico y el género, la Federación Internacional de
Diabetes (IDF, siglas en inglés) propone para los grupos étnicos del centro y Sur de
América los valores recomendados para el sur de Asia: masculinos mayor o igual que 90
cm y para el sexo femenino mayor o igual 80 CMS 28. Para los niños y adolescentes se ha
planteado el percentil 90 como punto de corte 1,29.
Esta variabilidad en los puntos de corte demuestra que existen diversos límites para
determinar la CC como factor de riesgo debido a la influencia de variables como género,
etnia, edad e IMC. En la actualidad se encuentran en revisión los límites máximos de
inclusión tanto para varones, mujeres, niños y adolescentes 24.
La medición de la cintura puede realizarse utilizando diferentes referencias
anatómicas, entre ellas 24:
-Cintura menor: es el menor perímetro de la región abdominal, utilizada en un 22% en los
diversos estudios 21, 24.
-Cintura mayor: es la cintura a la altura del ombligo, pasando inmediatamente por encima
de las crestas ilíacas. Usada en un 28% 21, 24.
-Cintura media: es la establecida por la OMS y se toma en el punto medio entre el borde
inferior la décima costilla y el reborde superior de la cresta ilíaca medido en máxima
espiración con el paciente en bipedestación.1, 30.
Hasta el momento no existe información que establezca los beneficios de una
referencia anatómica sobre la otra. Sin embargo, no hay una forma estandarizada de medir
la CC y se utilizan diferentes puntos anatómicos en diferentes estudios. A pesar de que la
OMS haya propuesto como ideal la medición en el punto medio entre el borde costal y la
cresta ilíaca, no ha sido establecido cuál es la mejor técnica a utilizar, ya que no existen
20
comparaciones del valor predictivo de riesgo en cada caso 24.
Como se comentó anteriormente, las investigaciones epidemiológicas señalan que
además de la grasa corporal total, es quizás más importante ubicar donde se deposita el
tejido graso, ya que una distribución abdominal de la adiposidad constituye un indicador de
riesgo cardiovascular y metabólico en adultos. En este sentido, además de la CC, el índice
cintura/talla (C/T) (cociente de la división del diámetro de la cintura entre la talla del
individuo), ha mostrado su validez como alternativa para analizar la topografía corporal en
adolescentes y adultos, al explicar con mayor propiedad la variación del patrón de
distribución 31.
No se ha establecido para la CC un punto de corte específico para cada edad en caso
de la población adolescente, mientras que para el ICT, según Li, el punto de corte puede ser
establecido en 0,5 estandarizado para cualquier edad y género 29.
Pérez B. y col. han logrado establecer con altas proporciones de aciertos y, por
consiguiente, bajas proporciones de falsos positivos y falsos negativos, la selección de
puntos de corte óptimos para el indicador ICT y CC. Así pues, se tiene que la media para
los puntos de corte tanto para la CC y el ITC, según un estudio realizado con niños y
adolescentes venezolanos entre 7 y 17 años, son: a) para niños entre 7 a 9 años 57 cm y
0,45; b) para niños entre 10 a 12 años, 63 cm y 0,44cm; c) para jóvenes entre 13 a 15 años,
66,90 cm y 0,42 y para adolescentes entre 16 y 17 años, 72 cm y 0,43 31.
Por otra parte, Savva S. y col determinaron que la CC y el ICT son mejores
predictores de enfermedad cardiovascular que el IMC, proponiendo como punto de corte
para una edad de 11.4 años 70,7 cm de CC y 0,48 para el ICT 32.
Para fines de este estudio, se consideró obesidad central en adolescentes cuando el
ICT sobrepaso valores de 0,5, conforme a lo demostrado por Li en sus investigaciones. Por
21
otro lado, se consideró el percentil 90, como valor máximo de referencia para la CC,
demostrado en varios estudios, que cifras por encima de este valor sugieren presencia de
obesidad central relacionados con el IMC 29.
En el desarrollo de la obesidad intervienen múltiples factores que pueden contribuir
a su aparición sobre todo en edades temprana de la vida, entre los factores de riesgos
asociados a la aparición de obesidad en adolescentes se ha relacionado que la historia
personal sobre el tipo de alimentación recibida durante los primeros meses de vida
específicamente el relacionado con la información de haber recibido o no lactancia materna
exclusiva puede jugar un papel importante en la frecuencia con la que aparece obesidad
La lactancia materna es considerada un importante factor de protección frente al
desarrollo de la obesidad y el sobrepeso, sin distinción de clase social o estilo de vida. Sin
embargo, diversas estadísticas demuestran que la prevalencia y duración de la misma distan
mucho de ser óptimas 33.
La nutrición adecuada en el primer año de vida y durante la primera infancia es
fundamental para que los niños desarrollen plenamente su potencial humano. Los primeros
dos años de vida representan una ventana crítica de oportunidad para promover el
desarrollo óptimo de la salud y el crecimiento físico y mental. Al tiempo que se
recomiendan 2 años o más de lactancia materna, los expertos sugieren proveer alimentos
complementarios, además de la lactancia después de los seis meses de edad, para mantener
así un crecimiento saludable 34.
La OMS ha definido los tipos de lactancia en base a la importancia que tienen los
beneficios atribuidos a la leche materna. Lactancia exclusiva: es aquella en la que ningún
otro alimento o bebida, ni aún agua, es ofrecido al lactante, excepto leche materna hasta los
seis meses de vida. Se permite que el lactante reciba suplemento de hierro, vitaminas u
otros medicamentos necesarios. Lactancia materna predominante: en la cual la fuente
22
predominante de nutrimentos es la leche humana, pero el lactante recibe agua o bebidas
(agua saborizada o endulzada,té o infusiones), jugos de frutas o electrólitos orales 35.
Otros autores proponen la siguiente clasificación. Lactancia materna parcial: esta
ofrece al menos un biberón con algún sucedáneo de la leche materna, a su vez se subdivide
en tres categorías: a) alta, más del 80 % es leche materna, b) mediana, 20% a 80 % de los
alimentos es leche materna y c) baja, menos del 20% es leche materna y la lactancia
materna simbólica la cual utiliza un biberón como consuelo o confort, son periodos cortos y
ocasionales de menos de 15 minutos al día 35.
Serrano M, describe la lactancia materna exclusiva como el alimento principal que
provee al niño 100% de sus requerimientos nutricionales durante los primeros seis meses de
edad, lo cual le ofrece plena garantía de una nutrición completa, crecimiento sano y
desarrollo de los bebés 36.
La relación entre la omisión de la lactancia materna exclusiva y obesidad ha sido
ampliamente estudiada, ya que se ha sugerido que la lactancia materna exclusiva protege
contra la obesidad por mecanismos como la capacidad del lactante de regular su ingestión,
la composición de la leche humana con posible influencia en la diferenciación y
proliferación de adipocitos.
Investigadores han demostrado que los niños alimentados con lactancia materna
durante más de 4 meses tienen en la adolescencia un menor IMC 35. Lo anterior se explica
debido a que algún elemento de la composición bioquímica de la leche materna
desencadena la liberación de menores concentraciones de insulina que las fórmulas
artificiales, lo que frena el desarrollo temprano de los adipocitos; ya que en el tejido
adiposo, la insulina se encarga de estimular la captación y utilización de glucosa por el
adipocito, favorecer la captación de ácidos grasos al estimular a la enzima lipoprotein
lipasa, que degrada los triglicéridos contenidos en las lipoproteínas. Además estimula las
23
síntesis de triglicéridos e inhibe los procesos de lipólisis, por lo que se favorece la
acumulación de grasa en los adipocitos. Por otra parte también contiene factores bioactivos,
que inhiben la diferenciación de los adipocitos “in vitro” y contribuye a la formación de los
mecanismos de control del apetito y la saciedad, hecho que se ve facilitado por un patrón de
lactancia a demanda 33.
Por otro lado, se ha descrito que la lactancia materna exclusiva tiene efecto
protector contra la obesidad en la infancia y en la vida adulta debido a la presencia de la
leptina 37. En este orden de ideas, se ha demostrado que la leptina se secreta y se sintetiza
en la placenta y líquido amniótico de embarazadas y también en la leche materna, que de
manera sorprendente, puede absorberse intacta en el estómago del bebé. Igualmente se ha
demostrado, en animales de experimentación, que la leptina en la leche materna no tiene un
efecto directo sobre los centros cerebrales del apetito y el peso corporal: lo que hace es
reprogramarlos para la vida adulta, hecho que posiblemente explique la presencia de
obesidad en escolares o en adultos que no consumieron lactancia materna exclusiva 38.
Para efectos de este estudio la lactancia materna se consideró exclusiva cuando se
suministró durante los primeros 6 meses de vida, sin la introducción de ningún otro
alimento o bebida, por lo cual el no cumplimiento de esta premisa, por ausencia o abandono
de la misma, predispone a obesidad en adolescentes y la vida adulta.
Diversos estudios confirman que el incremento tan abrupto de obesidad que ha
ocurrido en la población mundial en las últimas décadas obedece principalmente a cambios
ocurridos en la alimentación de la población. Entre ellos destaca el aumento en el consumo
de alimentos de alta densidad energética y bajo contenido de nutrientes, el alto consumo de
carbohidratos refinados y grasas saturadas, la disminución del consumo de vegetales y
frutas frescas, y otros hábitos de alimentación inadecuados 39 40.
24
El comportamiento relacionado con los hábitos de alimentación, selección de los
alimentos, preparación culinaria y las cantidades injeridas se define como conducta
alimentaria o el conjunto de acciones que establecen la relación del ser humano con los
alimentos 41.
Se acepta generalmente que los comportamientos frente a la alimentación se deban a
una mezcla de factores relacionados con el estilo de vida, los cuales se adquieren a través
de la experiencia directa con la comida en el entorno familiar y social, por la imitación de
modelos, la disponibilidad de alimentos, el estatus social, los simbolismos afectivos y las
tradiciones culturales 41. Las alteraciones en los hábitos o comportamientos frente a la
alimentación pueden predisponer a la aparición de trastornos en el estado de salud de una
persona 40.
Típicamente se ingieren tres comidas al día en horarios relativamente fijos. Para
algunos autores la duración del intervalo entre comidas depende más de factores
socioculturales que de las necesidades fisiológicas. Como los individuos a menudo comen
cuando no se encuentran en estado fisiológico de depleción, es posible que se hayan
tornado menos conscientes de las señales internas, relativas a la necesidad de energía y
respondan menos a ellas. Esta tendencia a comer sin que exista una necesidad fisiológica
contribuye a una excesiva ingesta energética y, por consiguiente, al aumento ponderal 42.
Una de las alteraciones que se presenta con mayor frecuencia en los hábitos de
alimentación y en especial en los adolescentes, es la irregularidad en el patrón de las
comidas y dentro de ella la omisión del desayuno a lo largo de la semana. Estudios han
reflejado que la obesidad se asocia a una menor frecuencia de consumo de desayuno. Los
adolescentes que realizan un desayuno completo expresan tasas de obesidad más bajas que
los que no desayunan o realizan un desayuno incompleto 39.
25
Se define desayuno la comida sólida consumida antes de iniciar la jornada laboral o
escolar, o la realizada antes de las 11:00 am durante los fines de semana. También podría
definirse como la primera comida del día. Esta representa una importante fuente de energía
y nutrientes, claves en el equilibrio nutricional. Debe aportar el 20-25% de la ingesta
energética del día y debe estar compuesto por lácteos, cereales y frutas 43 44.
La inclusión en la dieta de un desayuno diario y equilibrado, se asocia a un mayor
rendimiento físico e intelectual, puesto que representa una importante fuente de energía. En
la infancia y en la adolescencia (etapas de máximo crecimiento), el desayuno juega un
papel decisivo en el óptimo desarrollo. Sin el desayuno la alimentación difícilmente puede
ser nutricionalmente correcta, pues ayuda a conseguir una correcta distribución de las
calorías a lo largo del día y de esta manera participa en el mantenimiento del peso 44.
El aporte calórico y el equilibrio nutricional del desayuno tienen estrecha relación
con la prevalencia de obesidad, los alimentos en especial las proteínas ingeridas durante el
desayuno experimentan diversas reacciones químicas, acrecientan la temperatura corporal y
aceleran el metabolismo, lo que facilita que el resto del día no se consiga engordar aunque
se ingiera muchos alimentos 45.
Jakubowicz señala la relación que existe entre el no desayunar y el aumento de peso.
Durante las 24 horas del día existen oscilaciones de algunas hormonas, que determinan el
momento en el que los alimentos se transforman en energía y músculos y cuando en grasa.
Esas oscilaciones hormonales son dependientes de los ritmos naturales del día y la noche
(ritmo circadiano) 45.
Cuando los alimentos ingresan al organismo, sus efectos metabólicos y su conversión
a energía o grasa, dependen del entorno metabólico y hormonal que predomina en el
momento del consumo. En las mañanas el organismo está controlado por el cortisol, el cual
permite que los alimentos se transformen en energía y se regenere la masa muscular, a su
26
vez colabora con el mantenimiento de glucosa en sangre durante muchas horas. En los
momentos de ayuno el cortisol estimula la destrucción de las proteínas musculares y su
conversión en glucosa. Si al despertar no se desayuna y se continúa con el ayuno nocturno,
se activan sistemas de emergencia que ponen en marcha una estrategia de ahorro de energía
y disminución del metabolismo 45.
Como el cerebro no sabe si el ayuno será por unas horas o por unos días, toma
medidas restrictivas, primero utiliza la glucosa circulante en sangre como fuente de energía,
pero esa glucosa se agota en quince minutos. El descenso de glucosa en sangre sirve de
señal para que el hígado aporte su reserva de energía, con lo cual se logra mantener por
otros quince minutos los niveles de glucosa en sangre. Si cuando desciende nuevamente la
señal de glucosa en sangre se continua sin el aporte de alimentos desde el exterior, el
cerebro envía señales para la elevación de la cortisona, lo que produce una masiva
destrucción de las proteínas musculares y del colágeno de la piel, para ser degradadas hasta
aminoácidos, los cuales pasaran al hígado para ser convertidos en fuente de energía 45.
De esta manera si se prolonga el ayuno nocturno durante la mañana, el cuerpo utiliza
los músculos como combustible de reserva. No puede utilizar la grasa debido a que la
hormona del crecimiento que es quien estimula la degradación de los depósitos de grasa
como combustible de reserva, solamente se eleva durante el sueño nocturno 45.
Se podría decir que una persona que no desayuna sobrevive a expensas de su propia
masa muscular, pierde músculo y gana grasa, porque al momento en que la persona decide
luego almorzar, la comida será aceptada como excedente y se desviará como “grasa de
reserva” con lo que la persona tenderá a engordar 45.
Los nuevos estilos de vida y la sensación de falta de tiempo, son los que han dado
lugar a los cambios en el modelo tradicional de distribución de las comidas y han afectado
sobre todo al hábito del desayuno con una tendencia a realizar desayunos cada vez más
27
ligeros e incluso a omitirlos. Este problema se agrava si se tiene en cuenta la continua
tendencia a aumentar la ingesta durante las cenas, dando lugar a una distribución horaria de
las comidas a veces irracional con repercusiones negativas en el estado nutricional y en la
salud. Además, incluso, entre las personas que desayunan habitualmente, el desayuno es
muchas veces nutricionalmente poco satisfactorio, tanto desde el punto de vista cuantitativo
como cualitativo 43, 44.
A pesar de la importancia que tiene el desayuno un gran número de adolescentes no
lo realiza o lo hace menos de dos veces a la semana, ocasionando cambios metabólicos que
pueden tener efectos negativos no solo en el control de peso sino en los procesos de
aprendizaje y memoria durante el desarrollo 46. Para propósitos de este estudio se consideró
como omisión de desayuno cuando no se realiza o lo hace menos de dos veces a la semana.
Existen pruebas científicas sobre los efectos positivos del ejercicio en la salud47.
Diversos estudios, han puesto de manifiesto la estrecha relación entre los niveles bajos de
actividad física y el desarrollo y mantenimiento de la obesidad 48. La evidencia muestra que
un aumento de la actividad física se relaciona directamente con la condición física
saludable; en contraparte el sedentarismo y la falta de actitud física se asocian directamente
con el aumento de mortalidad por enfermedad cerebro vascular (ECV) 48.
Hay pruebas de que la actividad física protege contra el aumento de peso
perjudicial, mientras que los modos de vida sedentarios y el ocio, como ver televisión lo
favorecen 49.
La actividad física es definida como cualquier movimiento del cuerpo producido por
el músculo esquelético que requiere un gasto energético superior al de reposo y se
considera como actividad física regular: cualquier actividad realizada durante 30 minutos o
más por sesión, cinco veces por semana o más, que induzca cambios o adaptaciones en el
organismo que disminuyan el riesgo de padecer ciertas enfermedades como: diabetes,
28
obesidad, hipertensión arterial, dislipidemias, ECV 50.
Anteriormente se creía que la cantidad ideal de ejercicio (considerando el ejercicio
aeróbico o deportes) era de 20 a 30 minutos por día por los menos 3 veces a la semana.
Durante los años noventa una nueva evaluación de los datos recopilados dio lugar a una
nueva teoría que recomendaba al menos 30 minutos de actividad física moderada (bailar,
caminar, limpiar la casa) la mayoría de los días de la semana, lo cual produciría beneficios
para la salud similares a los programas de ejercicio 49.
En esta definición se considera actividad física moderada aquella que produce el
consumo del 40% al 60% de la capacidad máxima de oxigeno en el individuo, con
percepción de respiración y ritmo cardiaco superiores a lo normal (es la actividad
usualmente equivalente a una caminata enérgica, que le haga sentirse acalorado y
ligeramente sin aliento) 50. En términos de gasto energético una actividad moderada se
definirá como aquella que presenta valores de 4 a 6 MET 51. Así pues, es la actividad física
permanente, más que la actividad física realizada en un programa de ejercicio, la que
protege contra un aumento de peso perjudicial para la salud 49.
Lo anterior, ha creado la actitud de promover la actividad física no solo al momento
de la recreación o el tiempo libre, sino también tratando de incorporar la actividad física
diaria en la vida, dando lugar al nuevo concepto de: “vida activa” donde se utiliza el
espacio urbano como un ambiente fundamental para la promoción de la actividad física 47.
Por otro lado, en un simposio reciente sobre la relación dosis-respuesta entre la
actividad física y la salud se aportaron datos demostrativos que 30 minutos de actividad
moderada son suficientes para la salud cardiovascular y metabólica, pero no respecto a
todos los beneficios para la salud. Dado que la prevención de la obesidad es una de las
metas de la salud, es considerado apropiado 60 minutos diarios de actividad física
moderada 49.
29
La actividad intermitente también confiere beneficios sustanciales para la salud. Por
lo tanto, los 30 minutos recomendados de actividad pueden ser acumulados en lapsos cortos
de actividad: subir escaleras en vez de tomar el elevador, caminar en lugar de conducir el
automóvil por distancias cortas, hacer gimnasia o pedalear bicicleta estacionaria mirando
televisión, oficios domésticos, baile, y el juego activamente con niños, son actividades que
pueden contribuir al total del 30 minutos por día de ser realizadas en una intensidad
adecuada. Los que realizan actividades de menor intensidad deberían hacerlas más a
menudo y durante períodos más largos de tiempo 52.
La actividad física se puede categorizar por el contexto donde se desarrolla, en
varias categorías: ocupacional, tareas caseras, de transporte y recreativas, esta última se
subdivide a su vez en: deportes, actividades de tiempo libre (bicicleta, caminatas) y
entrenamiento de ejercicio. Se sabe que la realización de actividades físicas de intensidad
moderada, en forma regular, produce una serie de cambios adaptativos en el organismo que
disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares; estos beneficios se vinculan con el
ejercicio actual y no con el histórico, la reducción de riesgos de enfermedades crónicas, no
se mantiene en los que fueron muy deportistas en una época de su vida si posteriormente se
convierten en sedentarios 50.
Recientemente se ha comprobado que la práctica de la actividad física en la infancia
y juventud se asocia con mayores niveles de actividad física en la edad adulta; los jóvenes
que hoy son sedentarios serán adultos inactivos mañana. Por tanto, resulta indispensable
promocionar la actividad física entre los jóvenes, de forma que cuando lleguen a la edad
adulta mantengan estos hábitos de vida saludable 48.
En contraparte a la actividad física, la inactividad o su máxima expresión el
sedentarismo acarrea serias consecuencias para la salud, como lo son la obesidad,
enfermedades cardiovasculares, enfermedades metabólicas, osteoporosis y algunos
canceres, en consecuencia el sedentarismo se asocia a un incremento de la mortalidad
30
general. La obesidad se incrementa entre los niños por un desequilibrio en el balance
energético (exceso de calorías consumidas contra calorías gastadas con la actividad física) 50,53.
El sedentarismo representa un factor determinante de la obesidad, se ha considerado
que la dieta y el estilo de vida sedentario constituyen los principales factores que explican
el incremento de esta enfermedad. Cada día es mayor la evidencia epidemiológica de que el
sedentarismo es causa importante de mortalidad e incapacidad en los países desarrollados54.
La OMS en el año 2002 realizó un informe sobre la salud del mundo, donde estima
que los estilos de vida sedentarios son una de las 10 causas fundamentales de mortalidad y
discapacidad en el mundo 48.
La urbanización es uno de los muchos factores que contribuyen a la inactividad, las
personas generalmente adoptan trabajos sedentarios y no trabajos activos,
desafortunadamente el trabajo no es el único factor contribuyente, también las actividades
del hogar han aportado a la inactividad debido a la tecnología casera, sumado a esto el
tiempo libre se destina a realizar actividades sedentarias como ver televisión, videojuegos,
paseos en vehículo 55, 56.
Existen múltiples definiciones de sedentarismo, la Comisión Honoraria de Salud
Cardiovascular lo definen como la falta de actividad física regular 57, otros autores definen
sedentarismo como el estado que se caracteriza por la falta de una actividad física mínima
diaria recomendada para producir los fenómenos adaptativos que disminuyan el riesgo de
padecer enfermedades hipocinéticas 50.
Otra definición de sedentarismo es aquella que lo considera como una actividad
física que no alcanza la intensidad, frecuencia y la duración mínima estimada para que un
individuo se mantenga saludable, esto es intensidad menor a 4 MET (actividad física leve o
31
irregular) y/o una frecuencia menor de 3 veces a la semana y/o una duración menor de 25
minutos para el género femenino y 30 minutos para el género masculino54. Para fines de
este estudio se consideró persona sedentaria a aquella que cumplió con los parámetros
establecidos en esta última definición.
Conociendo que un MET es la unidad de medición de actividad física, también
llamada equivalente metabólico el cual representa la tasa de gasto de energía en reposo y es
un múltiplo de la cantidad de oxigeno consumido en estado de reposo, que a su vez
corresponde a 3,5 ml O2/Kg. por minuto. De acuerdo a la cantidad de MET obtenidos se
puede dividir la actividad física en: leve o sedentarismo (1 a 3 MET); moderada (4 a 6
MET) e intensa (mayor de 6 MET) 51.
Diversos investigadores han estudiado la prevalencia de obesidad y sus factores de
riesgo. A continuación se hace referencia a los estudios más importantes hallados en la
literatura y que sirven de referencia para la realización de este trabajo.
La prevalencia de obesidad y sus factores de riesgos han sido ampliamente
estudiados, internacionales, nacionales y regionalmente, en virtud de que ésta ha sido
considerada un factor de riesgo importante para patologías cardiovasculares y metabólicas,
a continuación se presenta algunos de dichos estudios, los cuales permitirán sustentar el
presente trabajo de investigación.
En el 2003 se realizó estudio para determinar la prevalencia y los factores de riesgo
de sobrepeso en colegialas de 12 a 19 años de una región semiurbana del Ecuador e
investigar la posible relación del IMC de cada adolescente con su actividad física e
ingestión calórica y de macronutrientes, así como con el IMC estimado de los padres. Se
realizó un estudio de corte transversal que incluyó 302 alumnas adolescentes de 12 a 19
años de edad de cuatro colegios secundarios de Cumbayá y Tumbaco, siendo seleccionados
por muestreo aleatorio sistemático. A todas las participantes se les tomaron y registraron las
32
medidas antropométricas (peso, talla, circunferencia de la cintura y circunferencia de la
cadera) y su ingestión calórica total y de macronutrientes mediante un instrumento de
recordatorio de 24 horas. También se les administró un cuestionario sobre su actividad
física y se estimó el IMC de los padres. Se encontró que el 8,3% presentaron sobrepeso y
0,7%, obesidad. En 40,7% de las primeras, el sobrepeso tenía distribución gluteofemoral;
en 51,9%, distribución intermedia; y en 3,7%, distribución abdominal. Se observó una
correlación inversa entre el IMC de las adolescentes y su actividad física e ingestión
energética (P < 0,05), mientras que fue directa la correlación entre el IMC de cada
adolescente y el IMC estimado de la madre (P <0,05). Se concluyó que la prevalencia de
sobrepeso coincidía con la hallada en un estudio nacional pero que era menor que la
correspondiente a informes de países industrializados y de otros países latinoamericanos.
Los factores más influyentes sobre el IMC de la adolescente fueron la actividad física y el
IMC de la madre, independientemente de la ingestión energética total y de la composición
de la dieta 58.
En Canadá, Veugelers. P y col. en el año 2005, estudiaron la prevalencia y los
factores de riesgo para obesidad y sobrepeso en niños y adolescentes, por medio del estudio
de medidas antropométricas como el IMC y una encuesta destinada a investigar los hábitos
dietéticos, nivel socioeconómico y actividad física, agrupando cada uno de los factores de
riesgo y relacionándolos con la aparición de obesidad y sobrepeso. Se obtuvo una
prevalencia de sobrepeso de 32,9% y de obesidad de 9,9%, determinando como principal
factor de riesgo para sobrepeso el almuerzo en la escuela y como factores protectores cenar
con la familia al menos tres veces a la semana 59.
En el 2006 se realizó un estudio para determinar la prevalencia de obesidad en
escolares de Punta de Arenas en Chile y los principales de riesgo asociados en una
población de 361 escolares escogidos de manera aleatoria y estratificada. En ellos se
determinó peso, talla y se clasificó el estado nutricional de acuerdo al IMC, según normas
del CDC/NCHS. Se aplicó una encuesta al escolar y a su familia sobre variables
33
biosociales, actividad física y consumo alimentario. Los resultados fueron prevalencia de
obesidad en 23,8% y 22% de sobrepeso. Los escolares ven, en promedio, 3± 1,7 horas de
T.V al día y solo practican actividades físicas extraprogramáticas 0,7 a 1,4 horas a la
semana. La alimentación es poco saludable. Los análisis multivariados demostraron mayor
riesgo de obesidad con un IMC materno mayor o igual a 25, edad materna menor a 25 o
mayor a 40 años, mayor a 4 horas al día frente al TV y tener un hermano o ser hijo único.
Concluyeron que existe una alta prevalencia de obesidad en escolares de Punta Arenas y es
posible identificar los grupos de mayor riesgo para focalizar las intervenciones 60.
Solano L y col. realizaron en Venezuela, en el año 2004 un estudio descriptivo,
correlacional y transversal con el objetivo de determinar el diagnostico nutricional de pre-
escolares, escolares y adolescentes de las zonas de bajos recursos de Valencia, estado
Carabobo. La investigación incluyó valoración socio-demográfica, medidas
antropométricas como: peso-talla, talla-edad y peso-edad, circunferencia del brazo
izquierdo, pliegue del tríceps y el IMC, medidas de seguridad alimentaria, disponibilidad de
energía, consumo de nutrientes, examen copro-parasitológico. En esta investigación se
obtuvo una prevalencia del 2,9% de obesidad en pre-escolares y 8,6% para escolares y
adolescentes. Por lo que se concluye que existe la necesidad urgente de establecer
programas sensibles de mejora de la salud y de la calidad de vida en los beneficiarios,
basados en cambios favorables en el estado nutricional y en las condiciones sanitarias 61.
Pérez BM y col. en el año 2006, realizaron en Venezuela un estudio transversal con
el objeto de evaluar la composición corporal de 229 niños y adolescentes entre 4 y 18 años
que viven en hogares sustitutos del área metropolitana de Caracas. Las variables
consideradas fueron género, edad, peso, talla, pliegues cutáneos y CC a partir de las cuales
se calcularon los índices de masa corporal, conicidad y de cintura/talla. Se realizó análisis
confirmatorio de sensibilidad y especificad para establecer la validez diagnóstica de estos
marcadores e identificar los riesgos. Los varones presentaron 5,6% de sobrepeso y las niñas
10,7% de sobrepeso por el IMC 31.
34
Para el periodo de septiembre 2007 a enero del 2008 se realizó en el Municipio
Iribarren estado Lara, una investigación de tipo transversal para determinar la prevalencia
de obesidad central y factores de riesgo asociados en adolescentes de dos unidades
educativas en Bobare. En éste se obtuvo una prevalencia de obesidad central en
adolescentes de 7,17%. La mayor prevalencia de obesidad central se encontró ente 10 y
13,9 años. El 45,09% de los adolescentes con Obesidad central pertenecían al estrato
socioeconómico IV. Se determinó que de los adolescentes obesos, 39,22%, presentaban
sedentarismo y 62,75% presentaba actividad física irregular. El hábito dietético inadecuado
estuvo presente en 64,70% de los adolescentes obesos, en donde comer a deshoras fue el
hábito dietético inadecuado más frecuente con 45,44% seguido por cenar fuera del hogar y
no desayunar. En el 50,98% de los adolescentes obesos estuvo presente un solo hábito
dietético inadecuado. Estos resultados sugieren la importancia de actuar de manera
preventiva y especialmente en los grupos de riesgo para desarrollar políticas de promoción
y salud 62.
Michalopoulos P y col. en el año 2007, realizaron un estudio descriptivo transversal
con el objetivo de comparar la prevalencia de obesidad y algunos factores de riesgo en
adolescentes de dos unidades educativas de Barquisimeto estado Lara. En una muestra de
223 alumnos para la unidad educativa “Cerritos Blancos” y 143 para la unidad educativa
“Las Colinas”, seleccionada por muestreo aleatorio, se obtuvo la prevalencia de obesidad
central en adolescentes de 7,62% y 9,79% para cada institución, respectivamente 63.
Jiménez A y col. en el año 2008, en Venezuela, realizaron un estudio descriptivo
transversal, con el fin de determinar la prevalencia de obesidad central y los factores de
riesgo asociados en adolescentes de la Escuela Bolivaria “Boyuare” y del Liceo Bolivariano
“Antonio Almao” ubicado en la población de Río Claro del Municipio Iribarren estado
Lara. La muestra de 566 estudiantes fue seleccionada mediante muestreo probabilístico
compuesto de los cuales 3,56% presentó obesidad central. La mayoría de los adolescentes
presentó solo 2 factores de riesgo para obesidad central 64.
35
Después de realizar esta revisión teórica sobre la obesidad y su forma central surgió
la inquietud de conocer con qué frecuencia se presenta la obesidad central y los factores
de riesgo asociados en los adolescentes que acuden al Ambulatorio Urbano Tipo II
“Cerritos Blancos”, Municipio Iribarren estado Lara, en el periodo Junio – Noviembre
2009.
Los objetivos específicos fueron: a) Determinar la frecuencia de obesidad según el
IMC, CC, ICT y b) Determinar la frecuencia de obesidad central, diagnosticada por ICT,
según el sexo, la edad, la omisión de la lactancia materna, la omisión del desayuno y la
presencia de sedentarismo.
Basado en que la obesidad infanto-juvenil es un problema de salud pública que se
ha venido incrementando en los últimos diez años asociándose a las primeras cuatro causas
de muerte a nivel mundial, como son infarto de miocardio, hipertensión arterial, diabetes y
cáncer; acarreando a su vez grandes gastos a los sistemas salud pública que afectan
directamente a la economía del país, se justificó la realización de este estudio, ya que un
efectivo nivel de atención primaria juega un papel determinante en control de esta
enfermedad.
El alcance del presente estudio radica en que la investigación de la frecuencia de
obesidad en adolescentes, en edades comprendidas entre 10 y 19 años, basándose en
valores antropométricos y factores de riesgo asociados, permitirá la planificación de
actividades que controlen y prevean el desarrollo de obesidad en aquellos sujetos que
presenten factores de riesgo.
36
II. METODOLOGÍA
Se realizó una investigación descriptiva transversal, en la que se determinó la
frecuencia de obesidad según IMC, ICT y CC y los factores de riesgo asociados en los adolescentes
que acuden al Ambulatorio Urbano tipo II “Cerritos Blancos “de Barquisimeto, entre los meses de
Junio y Noviembre 2009.
La población estuvo constituida por los adolescentes con edades comprendidas
entre 10 y 19 años de edad que asistieron a las consultas del Ambulatorio Urbano tipo II
“Cerritos Blancos”. La muestra no probabilística accidental estuvo conformada por 32
adolescentes quienes acudieron al Ambulatorio Urbano tipo II “Cerritos Blancos” durante
el periodo de estudio, quienes se seleccionaron en el orden en que se presentaron en las
consultas del ambulatorio, para lo cual se tomó en consideración los siguientes criterios de
exclusión: presencia de distención abdominal debido a flatulencias o a un exceso de gases
intrabdominales, acumulación de liquido en el abdomen (ascitis), tumores intrabdominales,
escoliosis, embarazo y la negación de la persona a participar en el estudio.
Los investigadores informaron a los adolescentes y a sus padres y representantes
que acudieron al Ambulatorio Urbano tipo II “Cerritos Blancos” los objetivos y la
importancia del trabajo de investigación, así como el procedimiento a seguir.
Seguidamente, se solicitó a los sujetos de estudio, el consentimiento informado, de manera
escrita, a través del cual tuvieron la oportunidad de expresar su deseo o no de participar en
el trabajo de investigación. (Anexo 1)
La técnica de recolección de datos se basó en mediciones antropométricas y la
aplicación de un cuestionario, el cual constó de cuatro partes.(Anexo 2).
La primera parte del cuestionario fue dedicada a los datos de identificación, la cual
constó de dos ítems, el primero relacionado con la edad y el segundo con el sexo. La
37
segunda parte correspondió a la pregunta 3 la cual evaluó el estado de salud actual del
encuestado, lo que permitió identificar la presencia de los criterios de exclusión. En esta
parte el alumno marcó con una equis (X) en la opción SI en caso de presentar alguna de
estas condiciones o en la opción NO en caso contrario.
La tercera parte correspondió a los ítems dirigidos a investigar los factores de riesgo
asociados a obesidad, la cual estuvo conformada por las pregunta 4, 5 y 6. La pregunta 4
permitió indagar si el encuestado recibió lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, esta
pregunta fue de respuesta dicotómica (SI – NO) la cual se respondió con una equis (X)
según el caso y la información fue aportada por la madre o por el representante del
adolescente. La pregunta 5 correspondió al hábito de no desayunar, de respuesta
dicotómica presentando la respuesta (Ninguna o 2 veces por semana y 3 o más veces por
semana) la cual fue respondida con una equis (X) según el caso.
La pregunta 6 permitió evaluar el sedentarismo, y la misma correspondió a la
adaptación española del Cuestionario de Actividad física de Tiempo Libre (AFTL) del
Minnesota Leisure Time Physical Activity Questionnaire, también citada como LTPA-
Leisure time physical activity 65. Dicha adaptación consiste en utilizar aquellas actividades
físicas que son realizadas en Venezuela y que están incluidas en el cuestionario original.
Esta parte del instrumento constó de una pregunta a través de la cual se identificaron entre
70 actividades, practicadas por el adolescente, para ello debía responder con una (X) en la
columna del SI o NO según fuera el caso. Si la respuesta era Si debía indicar cuantas veces
a la semana practicaba dicha actividad para lo cual se presentaron múltiples opciones (una
vez, dos veces, tres veces, cuatro o más veces), a las que correspondía con una (X) en la
columna correspondiente y por ultimo debió indicar la duración de dicha actividad, para el
género masculino si la duración de la actividad fue mayor o menor a los 30 minutos
respondía con una (X) según el caso y en el género femenino debió indicar si la duración
era mayor o menor de 25 minutos.
38
A cada actividad le correspondió un código estándar, aquellas que presentaron un
código menor de 4 MET se catalogaron como actividades de leve intensidad, aquellas cuyo
código se encontró entre 4 y 6 MET representaron actividad de moderada intensidad y las
actividades cuyo código fue superior a 6 MET fueron consideradas de gran intensidad.
Se contó el número de veces que se realizó cada actividad en una semana y el
tiempo dedicado, si realizó al menos una actividad de moderada a intensa durante un
mínimo de 25 minutos para el género femenino y 30 minutos para el género masculino, 3 o
más veces a la semana, se clasificó al sujeto como activo, pero si no realizó ninguna
actividad con los parámetros anteriores se clasificó como sedentario.
Luego de haber aplicado el instrumento, los investigadores se dedicaron a la
determinación del peso, talla y CC de los adolescentes. La circunferencia de la cintura fue
medida a nivel del punto medio entre el reborde inferior de la décima costilla y el borde
superior de la cresta ilíaca, uniendo los cabos de la cinta a nivel de la línea media axilar 20,29. La medida de la circunferencia de la cintura fue tomada con el sujeto de pie,
colocando los miembros inferiores juntos y los miembros superiores colgando libremente a
los lados del tronco. El abdomen estuvo descubierto. El sujeto exhaló todo el aire respirado.
La cinta métrica fue colocada perpendicular al eje largo del cuerpo, aplicando sobre ella
una tensión adecuada (que no comprima ni quede floja sobre la superficie a medir) y sin
interponer los dedos entre la cinta y la pared abdominal. La cinta métrica que se utilizada es
de marca Universal Medical, flexible e inextensible, con un ancho no mayor de 5
milímetros y una apreciación de 1 milímetro. La medida obtenida se registró en
centímetros.
La estatura fue tomada con un tallímetro marca Health o Meter con rango de
medición de 75 cm a 195 cm. La medida se tomó con el sujeto de pie, descalzo, con la
espalda, los glúteos, los talones y la región occipital en contacto con el tallimetro y sin
objetos en la cabeza. Esta medida comprendió la distancia entre el vértex (punto más alto
39
de la cabeza) y la región plantar, estando la cabeza en el plano de Frankfurt. Luego de una
inspiración se efectuó la medición identificando el punto que coincide con el vértex del
sujeto. La medida obtenida se registro en metros.
El pesaje del participante se realizó con una balanza marca Health o Meter, la cual
tiene una capacidad de carga de 160 kilogramos y una apreciación de 100 gramos. El
participante se montó en la balanza sin zapatos, con ropa ligera y sin accesorios u objetos
en los bolsillos de la ropa.
Seguidamente se procedió a calcular el IMC mediante la siguiente fórmula:
IMC = Peso (Kg)
Talla² (cm)
Una vez obtenido el valor de IMC, se determinó la presencia de obesidad. Este
procedimiento depende de la edad y sexo. Se utilizó las curvas de percentiles del IMC,
ajustadas a la edad y el sexo, construidas por FUNDACREDESA PROYECTO
VENEZUELA 1993 20 (Anexo 3) y se diagnosticó obesidad cuando el IMC fue mayor al
percentil 97.
Como siguiente paso se determinó la presencia de obesidad central según la CC,
este procedimiento también depende de la edad de los jóvenes. Se utilizó las curvas de
percentiles de la CC ajustadas para edad y sexo desarrolladas por Morales A. y col. y se
consideró la presencia de obesidad central en aquel individuo cuyo valor de la CC se
ubicaba por encima del percentil 90 de dichas curvas 66.
Para calcular el ICT se obtuvo el cociente entre el valor de la CC y la talla en
centímetros. Los sujetos tanto varones como hembras que tuvieron un valor de ICT mayor
o igual a 0,5 se consideraron con obesidad central 28.
40
Los datos antropométricos: pesos, talla, CC, IMC e ICT fueron registrados en la
cuarta parte del instrumento. Una vez recogida la información, se vació en una sábana de
datos y se analizó estadísticamente mediante proporciones o porcentajes, representados en 3
gráficos y 5 cuadros.
41
III. RESULTADOS
GRÁFICO Nº 1
FRECUENCIA DE OBESIDAD SEGÚN IMC EN ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II "CERRITOS BLANCOS"
DURANTE EL LAPSO JUNIO-NOVIEMBRE 2009
En este gráfico se evidencia que del total de adolescentes que acudieron al ambulatorio urbano tipo II “Cerritos Blancos”, el 3,1% presenta obesidad según IMC.
42
GRÁFICO Nº 2
FRECUENCIA DE OBESIDAD CENTRAL SEGÚN CC EN ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II "CERRITOS
BLANCOS" DURANTE EL LAPSO JUNIO-NOVIEMBRE 2009
Se observa que del total de adolescentes que asistieron al ambulatorio urbano tipo II “Cerritos Blancos”, el 12,5% presentó obesidad central según CC.
43
GRÁFICO Nº 3
FRECUENCIA DE OBESIDAD CENTRAL SEGÚN ICT EN ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II "CERRITOS
BLANCOS" DURANTE EL LAPSO JUNIO-NOVIEMBRE 2009
Se evidencia que del total de adolescentes que asistieron al ambulatorio urbano tipo II “Cerritos Blancos”, el 31,25% presentó obesidad central según ICT.
44
CUADRO Nº 1
FRECUENCIA DE OBESIDAD CENTRAL DIAGNOSTICADA POR EL ICT SEGÚN SEXO EN ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL
AMBULATORIO URBANO TIPO II “CERRITOS BLANCOS” DURANTE EL LAPSO JUNIO
NOVIEMBRE 2009.
Sexo
Obesidad Central
Presente Ausente Nº % Nº %
Femenino 6 60 10 40
Masculino 4 40 12 60
TOTAL 10 100 22 100
Se observa que del total de pacientes obesos diagnosticados por el ICT, el 60% eran mujeres.
45
(años)
CUADRO Nº 2
FRECUENCIA DE OBESIDAD CENTRAL DIAGNOSTICADA POR EL ICT SEGÚN LA EDAD EN ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL
AMBULATORIO URBANO TIPO II “CERRITOS BLANCOS” DURANTE EL LAPSO JUNIO
NOVIEMBRE2009.
Edad
Obesidad Central
Presente Ausente Nº % Nº %
10-13 8 80 12 54,55
14-16 2 20 9 40,90
17-19 0 0 1 4,55
TOTAL 10 100 22 100
Se encontró que la edad del 80% de los adolescentes con diagnóstico de obesidad central estaba comprendida entre los 10 y 13 años.
46
CUADRO Nº 3
FRECUENCIA DE OBESIDAD CENTRAL DIAGNOSTICADA POR EL ICT SEGÚN LA PRESENCIA O NO DE SEDENTARISMO EN
ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II “CERRITOS BLANCOS”
DURANTE EL LAPSO JUNIO NOVIEMBRE 2009.
Sedentarismo
Obesidad Central
Presente Ausente Nº % Nº %
Presente 6 60 14 63,60
Ausente 4 40 8 36,40
TOTAL 10 100 22 100
Se evidencia que del total de pacientes con obesidad central diagnosticados por el ICT, el 60% resultó ser sedentarios.
47
CUADRO Nº 4
FRECUENCIA DE OBESIDAD CENTRAL DIAGNOSTICADA POR EL ICT SEGÚN LA OMISIÓN DE LA LACTANCIA MATERNA EXCLUSIVA
EN ADOLESCENTES QUE ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II “CERRITOS BLANCOS” DURANTE
EL LAPSO JUNIO NOVIEMBRE 2009.
Omisión de lactancia materna exclusiva
Obesidad Central
Presente Ausente Nº % Nº %
Presente 4 40
Ausente 6 60
13 59
9 41
TOTAL 10 100 22 100
Se encontró que el 40% de los adolescentes con diagnóstico de obesidad central por ICT no recibieron lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida.
48
CUADRO Nº 5
FRECUENCIA DE OBESIDAD CENTRAL DIAGNOSTICADA POR EL ICT SEGÚN LA OMISIÓN DEL DESAYUNO EN ADOLESCENTES QUE
ACUDEN AL AMBULATORIO URBANO TIPO II “CERRITOS BLANCOS” DURANTE EL LAPSO JUNIO
NOVIEMBRE 2009.
Omisión de desayuno
Obesidad Central
Presente Ausente Nº % Nº %
Presente 1 10 2 9,09
Ausente 9 90 20 90,91
TOTAL 10 100 22 100
Del total de pacientes con obesidad central por ICT, solo el 10% manifestó omisión del desayuno en sus hábitos dietéticos.
49
IV. DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.
La obesidad representa actualmente una problemática de salud mundial, cuya
prevalencia ha incrementando significativamente en las últimas décadas. La población
infanto-juvenil no está exenta de esto, y existen altas probabilidades de que la obesidad
persista durante la edad adulta contribuyendo a la aparición de enfermedades
cardiovasculares y metabólicas.
Como consecuencia de lo antes mencionado, se realizó el presente estudio cuyos
resultados se discuten a continuación:
Se evidenció que del total de adolescentes encuestados, existe un 3,1% de obesidad
según el IMC, un 12,5% de obesidad central según la CC y un 31,25% de obesidad según el
ICT, se observa una mayor frecuencia de obesidad central diagnosticada por este último
índice. Dichos resultados coinciden con la revisión teórica, en la cual se señala que el ICT
mayor o igual de 0,5 puede identificar en un 98% a los sujetos con obesidad. Asimismo,
estos resultados coinciden con los obtenidos en el estudio realizado por Pérez D. y
colaboradores, en Barquisimeto, Venezuela, en el 2008, en el cual prevaleció la obesidad
central diagnosticada por ICT en la población estudiada, seguida de la obesidad
diagnosticada por CC y finalmente aquella según IMC67. Cabe resaltar que no se
encontraron más estudios que aplicaran como método diagnostico el ICT para determinar la
prevalecía o frecuencia de obesidad en adolescentes.
Del total de encuestados con obesidad central según ICT el 80% perteneció al grupo
de adolescentes tempranos, 20% al de adolescencia media y ninguno al grupo de
adolescencia tardía. Resultados que tienen una gran importancia a futuro, ya que se ha
encontrado que los adolescentes que padecen obesidad a edades tempranas presentan un
mayor riesgo de permanecer obesos durante la adultez y desarrollar enfermedades
metabólicas68.
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Del total de sujetos con obesidad central diagnosticada por ICT, el mayor porcentaje
estuvo representado por el género femenino; de igual manera que lo encontrado en el
estudio realizado por Pérez D. y colaboradores, en Barquisimeto, Venezuela, en el 200867.
Referente al sedentarismo, del total de adolescentes con obesidad central
diagnosticada por ICT, más de la mitad resultó ser sedentarios; estos hallazgos coinciden
con lo encontrado por Pérez D. y colaboradores, en Barquisimeto, Venezuela, en el 200867
y con las evidencias de la OMS, en su informe técnico sobre dieta, nutrición y prevención
de enfermedades crónicas49, donde se considera que el sedentarismo es un factor causal,
convincente, de obesidad y la actividad física es un factor protector, convincente, en contra
de la misma.
Con respecto a la omisión de la lactancia materna exclusiva se evidenció que esta
ocurrió en menos de la mitad de los adolescentes obesos, resultado que pudiera respaldarse
según lo mencionado por la OMS, en su informe técnico sobre dieta, nutrición y prevención
de enfermedades crónicas49 en el cual se afirma que la omisión de la lactancia materna
exclusiva es un factor que, probablemente, influya en la aparición de la obesidad, sin
embargo, no se han encontrado suficientes evidencias para considerar este factor como un
riesgo convincente, discrepancia que puede explicarse por factores socioeconómicos y
educación de la madre, que confunden los resultados de los estudios.
Del total de sujetos con obesidad central diagnosticada por ICT, se evidenció que
una décima parte de ellos omite realizar el desayuno, resultados que difieren con los
obtenidos por Pérez D. y colaboradores en Barquisimeto, Venezuela, en el 200867;
situación que probablemente pueda deberse a que la muestra en estudio fue pequeña y no
probabilística.
Se concluye que el ICT fue el método más sensible para diagnosticar obesidad en
adolescentes y que el sedentarismo es el factor de riesgo que se presentó con mayor
frecuencia en los obesos, por otra parte la omisión de la lactancia materna fue el segundo
factor de riesgo asociado más frecuente y en tercer lugar se ubicó la omisión del desayuno
51
Con base a los resultados obtenidos se sugieren las siguientes recomendaciones:
1. Al personal del ambulatorio Urbano tipo II “Cerritos Blancos” a planificar,
organizar y orientar estrategias de asesoramiento dirigidas a los adolescentes y a sus
padres y/o representantes con la finalidad de prevenir esta condición de salud. Así
como también a incentivar a la población a realizar jornadas donde se promueva la
actividad física y una alimentación balanceada con el fin de disminuir la proporción
de adolescentes y adultos con sobrepeso y obesidad.
2. A los centros educativos de la comunidad “Cerritos Blancos”, incentivar en los
estudiantes el estilo de vida saludable, mediante la incorporación en los programas
educativos de objetivos orientados a la prevención de enfermedades metabólicas.
3. Al consejo comunal de “Cerritos Blancos” apoyar a la comunidad mediante gestión
de recurso humanos y financieros necesarios para llevar a cabo programas de
prevención de enfermedades metabólicas en la población, mediante la promoción
del deporte y la alimentación sana.
4. Al Decanato de Ciencias de la Salud de la UCLA incentivar a los estudiantes y
profesores sobre la problemática planteada a fin de continuar esta línea de
investigación para conocer la magnitud del problema y aportar soluciones.
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53. Cabrera A, Rodríguez M. Sedentarismo: tiempo de ocio activo frente al porcentaje de gasto energético. Rev Esp Cardiol [serial online] 2007; 60(3):244-50 [Consultado en 2009 Junio 02]. Disponible en: URL: http://www.revespcardiol.org/cardio/ctl_servlet?_f=40&ident=13100275 54. Sánchez A, Martínez M, Toledo E, Irala J, Martínez A. Influencia del sedentarismo y el hábito de comer entre horas sobre la ganancia de peso. Med Clin (Barc) [Revista online] 2002; 119(2); 46-52. [Consultado 2009 Junio 02] Disponible en URL: http://www.unav.es/preventiva/sun/pagina_2.html 55. Kain J, Vio F, Albala C. Obesity trends and determinant factors in Latin America. Cad. Salud Pública, Rio de Janeiro 2003;19(1):77-86. 56. Pérez A, Suarez R, García G, Espinosa A, Linares Daniel. Propuesta de variante de clasificación del sedentarismo y su validación estadística [Página Web online]. Disponible en: http://www.fac.org.ar/1/docencia/foros/cardtran/colab/Sedentarismo%20Cuba.htm 57. Comisión de sedentarismo. Revista Argentina de cardiología 2001; 69(1) [serial en linea]. [Citado el 06 Julio 2009] Disponible en URL: http://revista.sac.com.ar/consensos/prevencion/sedentarismo.pdf 58. Burbano et al. Prevalencia y factores de riesgo de sobrepeso en colegialas de 12 a 19 años en una región semiurbana del Ecuador". Rev Panam Salud Pública [serial on line]. 2003 [citado el 25 de junio 2009]; 14(2): 96-96. Disponible en URL: http://www.scielosp.org/scielo.php?pid=S1020-49892003000700015&script=sci_arttext 59. Veugelers P, Fitzgeral D. Prevalence of and risk factors for childhood overweight and obesity. CMAJ [ revista online]. 2005 Septiembre 13; 173(6): 607-13[consultado 26 junio de 2009]. Disponible en: http://www.cmaj.ca/cgi/content/full/173/6/607 60. Loaiza M, Atalah SE. Factores de riesgo de obesidad en escolares de primer año básico de Punta de Arenas. Rev. Chil. Pediatrica (online). 2006, 77(1). Pp. 20-26. [citada junio 26 de 2009]. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0370-41062006000100003&lng=es.
60
61. Solano L, Baron MA, Real S. Situación nutricional de pre-escolares, escolares y adolescentes de Valencia, Carabobo, Venezuela. An Venez Nutr [Serail online] 2005 [citado 2009 Junio 25]; 18(1).Disponible en URL: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?scrip=sci_arttxt&pid=s079807522005000100014&1ng=en&nrm=iso 62. Cotovio G, Elkadi B. Prevalencia de Obesidad central y factores de riesgo asociados en adolescentes de la Unidades educativas Nacionales “Agüero Felipe Alvarado” y “Francisco de Miranda”. Bobare Municipio Iribarren Estado Lara septiembre 2007 Enero 2008. [Tesis de Pregrado no publicada] Universiad Centroocidental “Lisandro Alvarado“. Barquisimeto. 63. Michalopoulos P, Puerto A, Reyes M, Reyes J, Rincón C, Rivera M. Comparación de la prevalencia de obesidad central y algunos factores de riesgo en adolescentes de dos unidades educativas de la ciudad de Barquisimeto estado Lara. [Tesis de pre-grado no publicada] Universidad Centoccidental “Lisandro Alvarado” Barquisimeto. 64. Jimenez. A, Jimenez. F, Determinar la prevalencia de obesidad central y los factores de riesgo asociados en adolescentes de la Escuela Bolivaria “Boyuare” y del Liceo Bolivariano “Antonio Almao” ubicado en la población de Río Claro del Municipio Iribarren estado Lara [Tesis de pre-grado no publicada] Universidad Centoccidental “Lisandro Alvarado” Barquisimeto 65. Tuero C, Márquez S, Paz J. Análisis de un modelo de cuestionario de valoración de la actividad física durante el tiempo libre. Minnesota Leisure Time Physical Activity cuestionare (LTPA). Ef deportes, [serial online] Noviembre 2000 (27) [citado 07 Julio 2009] Disponible en URL: http://www.efdeportes.com/efd28/adcuest.htm 66. Morales A, Balza M, González M, Piña M, Zemán P y García D. Desarrollo de percentiles de la circunferencia abdominal (CA) en adolescentes del Municipio Iribarren – Estado Lara – Venezuela. Proyecto de investigación registrado en Consejo de Desarrollo Científico Humanístico y Tecnológico de la Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”, 2007.
61
67. Peréz D, Prado W, Rigaud D, Sira D. Prevalencia de obesidad según el índice de masa corporal, circunferencia de la cintura e índice cintura talla, y factores de riesgos asociados con obesidad central, diagnosticada por ICT, en estudiantes del Decanato de Ingeniería Civil de la Universidad Centroocidental “Lisandro Alvarado” Abril – Septiembre 2008. [Tesis de pre-grado no publicada] 68. Sánchez C, Pichardo E, López P. Epidemiología de la obesidad. Mexico [serial on line] 2004.[Consultado 2009 Octubre 30] Disponible en URL:http://www.medigraphic.com/pdfs/gaceta/gm-2004/gms042b.pdf
62
ANEXO
63
ANEXO 1 UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”
DECANATO DE CIENCIA DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE MEDICINA PREVENTIVA Y SOCIAL
BARQUISIMETO- ESTADO LARA Código: _________
Iniciales del participante: _________
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Frecuencia de obesidad según el Índice de Masa Corporal(IMC) Circunferencia de la Cintura (CC) e Índice Cintura – Talla (ICT) y factores de riesgo asociados en los adolescentes que acudan al ambulatorio Cerritos Blancos, municipio Iribarren, estado Lara, en el periodo junio – diciembre 2009. 1. ¿Cuál es el objetivo e importancia de la investigación?
El objetivo de esta investigación es determinar la frecuencia de obesidad según el Índice de Masa Corporal (IMC), Circunferencia de la Cintura (CC) e Índice Cintura-Talla (ICT) y factores de riesgo asociados en los adolescentes que acudan al Ambulatorio Cerritos Blancos, Municipio Iribarren, Estado Lara, en el periodo Junio – Dicimbre 2009. La obesidad central ha sido reconocida como un problema de salud pública en los jóvenes, y a su vez, representa un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades en la vida adulta. Actualmente su prevalencia ha sido poco estudiada en nuestro país, por lo que esta investigación permitirá conocer y analizar cuál es la realidad en la población juvenil.
2. ¿En qué consiste esta investigación?
Consiste en investigar en jóvenes que acudan al ambulatorio Cerritos Blancos los siguientes parámetros:
• La edad • El sexo • Índice de masa corporal • La circunferencia de la cintura • El índice cintura-talla • Lactancia materna exclusiva. • Habito del desayuno. • Sedentarismo
Para la investigación de estos parámetros, se aplicará un instrumento de recolección de datos (cuestionario), el cual consta de 4 partes. Las cuales estarán dedicadas a los datos de identificación, lactancia materna exclusiva y hábitos del desayuno y sedentarismo
64
Código: _________
Iniciales del participante: ________
• También se realizará la medición de la circunferencia de la cintura, del peso y la
talla en cada uno de los jóvenes.
• La información obtenida será utilizada única y exclusivamente para alcanzar el objetivo planteado y se garantizará la confidencialidad de la misma.
• Los jóvenes que presenten algún problema de salud serán orientados y referidos hacia una consulta de atención médica especializada.
3. ¿Es obligatorio participar en la investigación?
No, la participación en la investigación debe ser voluntaria. Si usted tiene alguna razón para no participar está en su pleno derecho de negarse a entrar en la misma.
4. ¿Tiene algún costo económico participar en la investigación?
No, todo es gratuito
Yo, _______________________, mayor de edad, portador(a) de la cedula de identidad Nº_______________, como representante legal de _________________________, cédula de identidad Nº_________________, en pleno uso de mis facultades físicas y mentales dejo constancia que he leído y entendido lo expuesto en este “INFORME DE CONSENTIMIENTO”. Igualmente dejo constancia de que los investigadores responsables del estudio me expusieron y me explicaron en forma clara y precisa todos los pasos del protocolo, así como las ventajas del estudio. También aseguro haber hecho todas las preguntas referentes al estudio y a la participación de mi representado en el mismo y que dichas preguntas han sido contestada en su totalidad y a mi plena satisfacción, por ello acepto voluntariamente que mi representado, arriba mencionado, participe en esta investigación.
65
Código: _________
Iniciales del participante: ________
COMPLETAR EN EL ORDEN QUE APARECE
NOTA: ESTA SECCION DEBE SER COMPLETADA SOLO POR EL REPRESENTANTE LEGAL DEL PARTICIPANTE.
Firma del investigador que administra el consentimiento Fecha:
NOTA: LA SIGUIENTE SECCION DEBE SER COMPLETADA SÓLO POR EL REPRESENTADO (VOLUNTARIO).
Con mi firma manifiesto que conozco el protocolo de esta investigación y que acepto participar voluntariamente en ella. Igualmente manifiesto haber hecho todas las preguntas referentes al estudio y a mi participación en el mismo y que dichas preguntas han sido contestada en su totalidad y a mi plena satisfacción.
______________________ _____________________
Nombre del Representante Firma del Representante
______________________ ______________________
Fecha Hora
66
Código: _________
Iniciales del participante: ________
NOTA: LA SIGUIENTE SECCION DEBE SER COMPLETADA SÓLO POR EL TESTIGO.
Con mi firma certifico que estuve presente durante la discusión del formato del consentimiento, todas las dudas fueron resueltas satisfactoriamente y la participación del voluntario(a) es voluntaria.
Firma del Investigador que Administra el Consentimiento Fecha
______________________ _____________________
Nombre del Voluntario(a) Firma del Voluntario(a)
______________________ ______________________
Fecha Hora
______________________ _____________________
Nombre del Testigo Firma del Testigo
______________________ ______________________
Fecha Hora
67
ANEXO 2
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO
DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD “PABLO ACOSTA ORTIZ” BARQUISIMETO-ESTADO LARA
INSTRUMENTO DE RECOLECCIÒN DE DATOS
A continuación se presentan una serie de preguntas o ítems para ser respondidos con una (x) o según corresponda. Aquellas preguntas escritas en letras mayúsculas serán solo para uso de los investigadores y no deben ser respondidas
PARTE I. IDENTIFICACIÓN
1. EDAD: _______
2. SEXO: _______
Femenino ( )
Masculino ( )
PARTE II. ESTADO DE SALUD ACTUAL
3. ¿Presenta usted algunas de estas condiciones de salud en los actuales momentos? (Marca con una equis (X) según corresponda)
SI NO
Distensión abdominal (flatulencia o exceso de gases intra-abdominales) ( ) ( )
Acumulación de liquido en el abdomen (ascitis) ( ) ( )
Tumores intrabdominales ( ) ( )
Escoliosis (Desviación anormal de la columna vertebral) ( ) ( )
Embarazo ( ) ( )
Hipertensión ( ) ( )
Diabetes Mellitus ( ) ( )
68
ACEPTADO (Solo para uso de los investigadores)
SI: ____ NO: ____
PARTE III. FACTORES DE RIESGO
4. Lactancia Materna: ¿Recibió lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad?
SI: ___ NO: ____
Información suministrada por padres o representantes
LACTANCIA MATERNA EXCLUSIVA: (Solo para uso de los investigadores)
PRESENTE_____ AUSENTE _______
5. Desayuno: ¿Cuantas veces a la semana desayunas?
Ninguna o 2 veces por semana _______
3 veces o más _______
OMISIÓN DEL DESAYUNO: (Solo para uso de los investigadores)
PRESENTE: ______ AUSENTE: _______
6. ¿Realiza usted, en su tiempo libre, alguna o algunas de las actividades que se presentan a
continuación? De ser afirmativo marque con una equis (X) en la columna del “si” y si es
negativo en la columna del “no”. En caso de ser positiva tu respuesta debe marcar, con una
69
equis (x) las veces a la semana que la realizas en las columnas correspondientes y la
duración en minutos que le dedicas.
Actividades ¿Practica esta
actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos (min.)
a. Andar y miscelánea:
SI
NO
1
Vez
2
veces
3
veces
4 o
más
veces
Femenino Masculino
Menos
de 25
min.
Más
de
25
min.
Menos
de 30
min.
Más
de
30
min.
2,5METs Juegos de video
3,5METs Andar por placer
6.5METs Caminar rápido
4 METs Andar al trabajo
8 METs Usar escaleras
6 METs Pasear por el campo
70
Actividades ¿Practica esta actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos (min.)
a. Andar y miscelánea:
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o
más
veces
Femenino Masculino
Menos
de 25
min.
Más
de 25
min
Menos
de 30
min.
Más
de
30
min.
7 METs Acarrear cosas a la espalda
8 METs Subir montañas
4 METs Ir en bicicleta por placer
5,5 METs Baile en discoteca
6 METs Aerobic, bailes, danza
3 METs Montar a caballo
Actividades ¿Practica esta
actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos (min.)
b. Actividades
acuáticas
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o
más
veces
Femenino Masculino
Menos
de 25
min.
Más
de
25
min.
Menos
de 30
min.
Más
de
30
min.
3,5 METs
Remo por placer
12 METs
Remo por competencia
6 METs
Nadar en piscinas
6 METs
Nadar en playa
8 METs
Nado sincronizado
7 METs
Submarinismo
71
Actividades ¿Practica esta
actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos (min.)
c. Jardín
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o
más
veces
Femenino Masculino
Menos
de 25
min.
Más
de 25
min.
Menos
de 30
min.
Más
de
30
min.
2,5 METs
Cortar el césped con máquina
6 METs Cortar el césped con tijera
5,5 METs
Sembrar y podar en el jardín
4 METs Rastrillar el césped
4,5 METs
Sembrar árboles
72
Actividades ¿Practica esta
actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos (min.)
d. Acondicionamiento físico
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o
más
veces
Femenino Masculino
Menos
de 25
min.
Más
de
25
min
Menos
de 30
min.
Más
de
30
min.
4.5METs Ejercicio en casa
5.5METs Ejercicio en gimnasio
4.5METs Conbinacion de andar y correr
6,5 METs
Correr
6 METs Levantamiento de pesas
Actividades ¿Practica esta
actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos (min.)
d. Acondicionamiento físico
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o
más
veces
Femenino Masculino
Menos
de 25
min.
Más
de
25
min
Menos
de 30
min.
Más
de
30
min.
4.5METs Ejercicio en casa
5.5METs Ejercicio en gimnasio
4.5METs Conbinacion de andar y correr
6,5 METs
Correr
6 METs Levantamiento de pesas
73
Actividades ¿Practica esta
actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos (min.)
e. Deportes
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o
más
veces
Femenino Masculino
Menos
de 25
min.
Más
de
25
min.
Menos
de 30
min.
Más
de
30
min.
2,5 METs
Billar
3 METs Bolos 7 METs Patinaje 12 METs Boxeo 4 METs Voleibol 4 METs Ping pong 8 METs Tenis
6 METs Tenis doble 6 METs Baloncesto
sin partido
8 METs Baloncesto con partido
9 METs Futbol 4 METs Sofball 4 METs Gimnasio 10 METs Judo, Karate,
Taekondo
Otros deportes. especifique
74
Actividades ¿Practica esta
actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos
(min.)
f. Reparación en casa
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o
más
veces
Femenino Masculino
Menos
de 25
min.
Más
de
25
min
Menos
de 30
min.
Más
de
30
min
3 METs Carpintería en interior
4,5 METs Pintura
interior
6 METs Carpintería exterior
5 METs Pintura
exteriror
Actividades ¿Practica esta
actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos
(min.)
g. Actividades en la casa:
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o más
veces
Femenino Masculino Menos de 25 min.
Más de 25
min.
Menos de 30 min.
Más de 30
min.
8 METs Subir escaleras
3,5 METs Limpieza
general
2,3 METs Limpieza parcial
3,5 METs Compras
supermercado
2,3 METs Otras compras
2 METs Tender la
cama
2,3 METs Lavar la ropa 2,5 METs Cocinar
75
Actividades ¿Practica esta actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos (min.)
h. Pesca y Caza
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o más
veces
Femenino masculino Menos de 25 min.
Más de 25
min.
Menos de 30 min.
Más de 30
min.
4 METs Pescar a la orilla del río
5 METs Pescar dentro de la corriente
5 METs Cazar animales pequeños
6 METs Cazar animales gandes
2,5 METs Tiros con pistolas
2,5 METs Tiros con arco
Actividades ¿Practica esta actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos (min.)
e. Inactividad:
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o más
veces
Femenino Masculino Menos de 25 min.
Más de 25
min.
Menos de 30 min.
Más de 30
min.
3,5 METs
Ver TV acostado
2,3 METs
Sentado en la computadora
3,5 METs
Leer o escribir acostado
2,3 METs
Hablar por teléfono acostado
76
PARTE IV: EVALUACIÓN ANTROPOMÉTRICA (Solo para uso de los investigadores)
Peso: __________
Talla: _________
Circunferencia de la Cintura: _________
Índice de Masa Corporal: ____________
Índice Cintura /Talla: _______________
DIAGNÓSTICO: (Solo para uso de los investigadores)
Presente Ausente 7. Obesidad (IMC) 8. Obesidad Central ( CC) 9.Obesidad Central (ICT)
Actividades ¿Practica esta
actividad?
Número de veces en la semana
Duración de la actividad en minutos
(min.)
f. Otras actividades
SI
NO
1
vez
2
veces
3
veces
4 o más
veces
Femenino Masculino
Menos de 25 min.
Más de 25 min
Menos de 30 min.
Más de 30 min
77
ANEXO 3
Curvas de percentiles de IMC, ajustadas a la edad y el sexo, construidas por FUNDACREDESA PROYECTO VENEZUELA 1993
78
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