Ciclo A se nos presenta el ejemplo de la Sagrada Familia.

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Ciclo A

se nos presenta el ejemplo de la Sagrada Familia.

Estamos hechos a imagen de Dios, que es una familia: la Santísima Trinidad.

Aunque uno viva solo, debe imitar a Dios Trinidad, por la apertura de vida y el dinamismo de comunión.

Por eso, lo normal es nacer y vivir

en una familia donde reine el amor.

Aunque las circuns-tancias pueden ser muy diferentes para cada uno.

Jesús no vivió aislado, sino en una dimensión social. Vivió en una familia, en un pueblo y en una nación determinada.

El mensaje de la Navidad es: “Paz a los hombres de buena voluntad”.

Dios quiere que en las familias reine un clima de paz y de alegría, aun en medio de las dificultades y sufrimientos.

La familia es necesaria. “El futuro de la humanidad se fragua en la familia”.

Hoy san Pablo, en la segunda lectura, da unas normas de santidad para las familias:

“Sobrellevaos mutuamente y perdonaos”El amor debe ser el único vínculo por encima de las tensiones. Y se va creando cada día, como la vida.

El amor de los esposos debe ser como el de Cristo a su Iglesia.

La familia es “comunidad de vida y de amor”. Por eso es necesario el dialogar y el favorecer lo que une, no lo que separa. Hay que evitar el egoísmo.

Sigue diciendo san Pablo que la obediencia de los hijos “le agrada al Señor”; pero los padres “no exasperen a sus hijos”.

La autoridad no es tiranía, sino que debe servir de estímulo.

Los padres deben preparar a sus hijos para la vida.

El amor no quita los sufrimientos, pero los disminuye.

En este año, en el ciclo A, el evangelio nos presenta a la Sda. Familia en una gran dificultad y sufrimiento.

Es perseguida por los poderosos y tiene que huir a Egipto como los emigrantes y perseguidos.

Mt 2, 13-15. 19-23 Dice así:

Cuando se marcha-ron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Leván-tate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto: quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.

José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: “Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto”.

Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: “Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño”.

Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá.

Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.

Palabra del Señor

El evangelio nos habla de los sueños de José. Hablar “en sueños” para los orientales significaba una advertencia celestial. Pero Dios nos habla por los acontecimientos o por otras personas. Alguien le diría a José que Herodes era muy malo y el niño peligraba después de la visita de los magos a Herodes. Igualmente sobre la noticia de la muerte de Herodes. Luego José sentiría la sensación interior de que era verdad.

Dios no suele hacer milagritos en la vida ordinaria, y nunca Jesús los hizo para propio provecho.

Si Dios hubiera querido salvar a Jesús, sin tener que ir a Egipto, hubiera tenido mil maneras diferentes. Pero Dios respeta las libertades humanas, buenas o malas.

Alguno piensa que si un angelito le dijera la voluntad de Dios…

Pero Dios nos habla de muchas maneras y José sintió que la voluntad de Dios era huir. Y se fue donde las familias hebreas perseguidas solían ir: a Egipto.

Quizá san Mateo, que hablaba a los israelitas, queriendo proponer a Jesús como nuevo Moisés, acentuó un poco más lo del ir a Egipto, para luego volver.

como tantas personas que tienen que salir de sus casas y de su patria.

Lo importante es que haya amor de entrega y de acogida.

con José cruzó caminos,

y atrás los fueron dejando.

Automático

y sin hacer nada a nadie, se marcharon de sus tierras.

En un asno va montada, y a Jesús lleva en sus brazos, y mientras José camina, junto a ella va pensando.

Deja sus tierras de siempre, cumple la voz del Señor.

Olvida su propia vida, olvida su propia vida, para encontrarse con Dios.

fueron de un lado hacia otro, María y José por Egipto.

Sin parientes ni familia vivieron en el destierro,

hasta que muriera Herodes, hasta que muriera Herodes,

Que aprendamos y los sigamos.

AMÉN