EL ARTE DE HABLAR Y ESCRIBIR

SANDRA RAMIREZ

1. El refinamiento de la expresión verbal no sólo debe cuidarse en el medio académico sino, igualmente, en la vida cotidiana, con el propósito de seducir a través de las palabras a nuestros interlocutores.

LA EXPRESIÓN ORAL EN LA VIDA COTIDIANA

En el primer caso, para conseguir ser buenos conversadores es preciso contar con la materia prima indispensable. Por tal razón se requiere ampliar nuestros horizontes intelectuales leyendo periódicos y revistas científicas y políticas, al igual que asistiendo a conferencias y acercándonos a individuos que poseen experiencias o información sobre los asuntos que nos interesa enriquecer, para que nuestra conversación sea relevante.

Si son pocos los interlocutores con los que platicaremos en una reunión informal, saludémoslos de mano como un preludio para establecer una relación afable.

NO TEMAMOS ESTAR CERCA DE LA GENTE.

Al contrario, si son pocos los interlocutores con los que platicaremos en una reunión informal, saludémoslos de mano como un preludio para establecer una relación afable.

La sonrisa posee algo mágico, nos afecta a nosotros mismos, alegrándonos el ánimo y afecta a la forma en la que nos ven, haciéndonos más atractivos. Sonreír comunica una actitud amigable.

SONRÍA SIEMPRE, AL EMPEZAR Y DURANTE LA EXPOSICIÓN.

Le deben poner sabor a su charla y las pinceladas de realidad con las que acompañan su oratoria, lo mismo que los distractores que utilizan, nos mantienen arrobados sin preocuparnos por el devenir del tiempo.

EMBELESA AL PÚBLICO.

Este cambio ha coadyuvado para que las clases se vuelvan más dinámicas con el propósito de favorecer la participación reflexiva, crítica y propositiva de los estudiantes, y se supere la transmisión mecánica del conocimiento.

ALGUNAS IDEAS SOBRE EL PROCESO EDUCATIVO PARA FACILITAR LA EXPRESIÓN

ORAL

Para llevar a cabo las investigaciones y preparar los temas teóricos de la clase, destaco la trascendencia de trabajar en equipo, dentro y fuera del aula. De esta suerte, procuro alentar a quienes muestran temor de expresarse en público.