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EL CONSUMO DE COMERCIO JUSTO EN GALICIA:
UNA APROXIMACIÓN DESDE LA IDEOLOGÍA, LOS VALORES Y LA CLASE
SOCIAL
Ángel Antonio Leira Pernas
Universidade Da Coruña (UDC)
Master Oficial en Migraciones Internacionales (MOMI)
652919073
angelleirapernas@hotmail.com / angel.leira@udc.es
El presente trabajo pretende servir como una aproximación teórica y metodológica al fenó-
meno del comercio justo en Galicia. Se tratará, por un lado, de cuantificar el comercio justo a
partir del nivel de ventas de las tiendas existentes en la comunidad autónoma, y por otro lado
se intentará predecir la propensión a consumir a partir de tres variables: la ideología, los valo-
res y la clase social, asumiendo que el comercio justo sigue lógicas diferentes al consumo de
masas y es necesario que medien factores reflexivos individuales en el consumo de este tipo de
productos. Para ello, y a partir de los datos extraídos de las fuentes primarias de la investiga-
ción, se elaborará un indicador de clase social objetiva tomando como referencia la teoría
sociológica moderna sobre clase y teniendo en cuenta las características cambiantes del mer-
cado laboral y la estructura ocupacional. El indicador de clase funcionará como variable de
cruce en el estudio de la propensión a consumir, y aunque no trascenderá a debates sociológi-
cos de mayor envergadura, servirá como apoyo metodológico en la reducción de la realidad
social a grupos más o menos homogéneos en cuanto al nivel de vida.
Palabras clave: comercio justo clase valores ideología
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1. INTRODUCCIÓN
Vivimos en una sociedad de consumo en la que son evidentes los ejemplos de efectos
negativos que el consumo de masas ha tenido sobre todos los aspectos de la vida social
de las personas y sus nocivos efectos en un desarrollo estable de la naturaleza. El con-
sumo se ha convertido en la base de la vida social humana, y son muchos los autores
que han caracterizado en este momento histórico a los seres humanos como seres de
consumo. Éste es cada vez más autónomo, impersonal e impredecible.
Los efectos del consumo sobre la vida social humana y su indefectible importancia en la
generación y reproducción de desigualdades sociales lo ha convertido en un asunto de
central interés desde sectores críticos al capitalismo neoliberal, que consideran que el
desarrollo de nuevas formas de consumo tienen una fuerte capacidad de transformación
de la sociedad. Estas nuevas formas de consumo surgen a partir del desarrollo de pautas
de gasto y de actitudes que generan, directa o indirectamente, un reequilibrio del poder
adquisitivo entre consumidores de países del norte y productores de países del sur, y un
beneficio tangible sobre el medio ambiente. Uno de los ejes de estas formas de consumo
responsable es el comercio justo, que se caracteriza por garantizar en el intercambio de
mercancías que las condiciones laborales y sociales en las que se ha elaborado un pro-
ducto sean acordes con el respeto a los derechos humanos, y por tanto, se paga un precio
justo por la mercancía comprada. El consumidor debe pagar un precio ético primado
(Bird y Hughes, 1997), un porcentaje del dinero destinado a los productores, y que ga-
rantiza que los productores son organizaciones de colectivos registrados o bajo formas
de asociación participativa. Estas organizaciones operan en los países del sur y garanti-
zan haber sido desarrolladas bajo condiciones laborales dignas y la eliminación de in-
termediarios, en ocasiones especuladores.
El surgimiento de nuevos tipos de formas y pautas de consumo ha sido examinado des-
de la sociología y desde la filosofía debido a que es, simultáneamente, un fenómeno
colectivo y reflexivo. La teoría sociológica ha producido un buen número de trabajos
teóricos que tratan de caracterizar esta nueva sociedad y este nuevo tipo de consumidor.
Inglehart, por ejemplo, sostiene que el cambio cultural está favoreciendo un cambio de
pensamiento y de percepción del consumidor acerca del consumo responsable (In-
glehart, 1991, 2001). En concepción del postmaterialismo de Inglehart la preocupación
del consumidor se trasladaría desde una consideración puramente individualista a una
concepción integrada, en cuya preocupación tienen cabida el medio ambiente y el respe-
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to de los derechos humanos. En general, el consumidor postmaterialista está sensibiliza-
do para llevar a cabo un consumo responsable, y sin embargo no actúa acorde a ello.
Las pautas de consumo en la sociedad moderna están cambiando: numerosos autores
han caracterizado dentro de la teoría del cambio de valores al consumo como un acto
mucho más reflexivo y meditado, y no tan ligado al estatus o la aceptación social. Este
proceso de postmodernización genera una multiplicidad de identidades y modelos de
consumidores entre los cuales surgen aquellos comprometidos con el respeto al medio
ambiente, los derechos humanos, etc. (Bauman, 2001; Beck, 1999). Desde la filosofía
se ha desarrollado también un importante cuerpo teórico acerca de la ética en el consu-
mo, como una responsabilidad inherente a la vida social occidental dada la solidaridad
orgánica durkheimiana global que nace, crece y se desarrolla en el contexto de la globa-
lización. Desde un sentido ético, el consumidor occidental debe escoger donde gastar su
dinero, y debe tratar de que sus elecciones a la hora de consumir vayan acompañadas de
una reflexión moral (Singer, 2009). En definitiva, existe una creciente masa de consu-
midores comprometidos con una ética particular en el mismo acto de consumir.
Estas nuevas formas de consumo enfrentan a la sociedad del riesgo (Beck, 1999; Gid-
dens, 1990) para conseguir, a través del consumo, aletargar los efectos no deseados de
las lógicas del crecimiento económico y los avances tecnológicos. Con todo, muchos
estudios descubren una alta coincidencia entre consumidores responsables y perfil ideo-
lógico (Llopis-Goig, 2009; De Pelsmacker et al., 2005a), lo que aún convierte a este
tipo de consumo como minoritario y aislado. La extensión de un cambio de valores al
respecto de las pautas de consumo propio, responde igualmente a la posibilidad de acce-
so a canales de difusión que dan a conocer esta forma de consumo y empujan la reflexi-
vidad y a la creación de nuevos esquemas cognitivos. La poca amplitud de dichos cana-
les dificulta el crecimiento de un tipo de consumo tan ligado a la reflexividad.
2. APROXIMACIÓN AL CONSUMO DE COMERCIO JUSTO EN GALICIA
En la primera parte de este estudio se realizará una aproximación al consumo de comer-
cio justo en Galicia a través de los datos extraídos de las estadísticas de venta de las
tiendas que han prestado su colaboración. En primer lugar se deben situar los datos ob-
tenidos en el contexto del comercio justo en Galicia. Las tiendas de las que se han obte-
nido datos son seis de las siete tiendas que se dedican exclusivamente a la venta de pro-
ductos de comercio justo en Galicia. La otra tienda especializada es A Cova da Terra, en
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Lugo, que si bien no ha podido facilitar sus datos de ventas, ha colaborado en la recogi-
da de datos primarios.
De todos modos, es necesario reafirmar el carácter aproximativo de esta investigación al
tratar de realizar una fotografía del consumo de comercio justo en Galicia, pues si bien
están a disposición del lector los datos de las tiendas especializadas en comercio justo,
no todos los productos de comercio justo están disponibles en estos puntos de venta.
Existen otros de establecimientos que proporcionan al consumidor la posibilidad de
adquirir este tipo de productos –tiendas ecológicas o grandes almacenes– y algunos
autores y estudios previos afirman que es en esos establecimientos donde se producen el
mayor número de ventas de este tipo de productos (Bird y Hughes, 1997; De Pelsma-
cker et al., 2005b).
No obstante, el comercio justo como fenómeno más o menos reflexivo e independiente
del consumo de masas se daría de manera aislada y bajo criterios concretos ya descritos.
De este modo, el consumo de comercio justo en las tiendas especializadas implica cier-
tas características que lo alejan del consumo de masas (coincidencia ideológica, despla-
zamiento, interactuación con los vendedores, asunción del mensaje transmitido por las
organizaciones, etc.) y que hacen necesaria una concienciación previa de que se está
consumiendo un producto con un alto contenido simbólico. Si ese producto se consume
en un supermercado la carga simbólica decae y el mensaje se difumina.
Se asume además que la variabilidad del consumo de productos de comercio justo en
establecimientos de consumo convencional estará relacionada con las fluctuaciones del
propio establecimiento. Por ese motivo el estudio focaliza su interés en las tiendas de
comercio justo, pues se asume que son ellas las que representan esa reflexividad hacia el
producto que es clave para conocer el crecimiento de este tipo de consumo.
2.1 Análisis de las ventas
El análisis de las ventas de las tiendas de comercio justo en Galicia se ha realizado a
través de una perspectiva comparada entre la situación de las tiendas y la situación del
consumo convencional en el contexto de crisis en el que el consumo se encuentra ac-
tualmente.
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GRÁFICO 1. TASA DE CRECIMIENTO MEDIO ANUAL DEL GASTO DE LOS HOGARES POR TIPO
DE PRODUCTO
Fuente: Instituto Nacional de Estadística; encuesta de presupuestos familiares (base, 2006)
El gráfico 1 muestra la evolución que ha llevado a cabo desde el estallido de la crisis
económica, el consumo de ciertos tipos de productos. Los productos que se han exami-
nado son todos aquellos que en el contexto del consumo convencional tienen su homó-
nimo en el comercio justo. En la tabla se muestra la variación entre los años 2007 y
2011 de los productos señalados en la gráfica, y se observa la incidencia de la crisis
económica en el descenso de la tasa de crecimiento medio anual del consumo de esos
productos, alcanzando su cénit en el período comprendido entre 2008 y 2009, aunque el
crecimiento medio es negativo durante todo el período 2008-2011 en todos los produc-
tos. Tan sólo el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas frena su descenso en el
período 2010-2011, situándose en un crecimiento negativo del 0,08. Los demás produc-
tos de consumo examinados descienden año a año con tasas que alcanzan importantes
cotas.
El gráfico 2 muestra la evolución de las ventas de las tiendas dedicadas en exclusiva a la
venta de productos de comercio justo en Galicia a través de una comparativa de los da-
tos de los años 2009 y 2011. De las tiendas estudiadas, existen fluctuaciones no dema-
siado pronunciadas y una variabilidad menor que en los datos examinados en el gráfico
1. Estos datos se desagregan en la tabla 1 para mejor visibilidad de los mismos, y para
una visión más global de la evolución de las cifras y la composición del fenómeno.
-10
-8
-6
-4
-2
0
2
4
6
8
10
2007 2008 2009 2010 2011
Alimentos y bebidas no alcohólicas
Artículos de vestir y calzado
Ocio, espectáculos y cultura
Hoteles, cafés y restaurantes
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GRÁFICO 2. EVOLUCIÓN DE LAS VENTAS DE PRODUCTOS DE COMERCIO JUSTO POR ESTABLE-
CIMIENTO
Fuente: elaboración propia a partir de estadísticas internas de Panxea, Intermón Oxfam y SIG.
TABLA 1. EVOLUCIÓN DE LAS VENTAS DE COMERCIO JUSTO EN GALICIA
2009 2011
Enero 31.017,07 € 12,37% 29.811,64 € 11,50%
Febrero 14.346,55 € 5,72% 15.081,86 € 5,82%
Marzo 15.535,91 € 6,19% 17.063,13 € 6,58%
Abril 21.236,38 € 8,47% 21.722,97 € 8,38%
Mayo 17.941,03 € 7,15% 20.492,04 € 7,90%
Junio 21.153,12 € 8,43% 20.509,36 € 7,91%
Julio 18.193,64 € 7,25% 17.787,38 € 6,86%
Agosto 10.943,74 € 4,36% 11.760,57 € 4,54%
Septiembre 15.095,94 € 6,02% 18.589,66 € 7,17%
Octubre 17.420,27 € 6,95% 16.782,68 € 6,47%
Noviembre 18.900,96 € 7,54% 18.839,44 € 7,27%
Diciembre 49.018,82 € 19,54% 50.805,25 € 19,60%
Total 250.803 € 100,00% 259.246 € 100,00%
Fuente: elaboración propia a partir de estadísticas internas de Panxea, Intermón Oxfam y SIG.
En primer lugar, observando los datos de la tabla 1, se comprueba que el comercio justo
todavía intenta abrirse paso dentro de un contexto que le sigue siendo hostil. Si bien las
ventas de las tiendas examinadas han conocido un incremento importante en el período
estudiado, su nivel de ventas sigue siendo minoritario, llegando a poner en peligro la
viabilidad de los establecimientos en cuestión, como se ha podido comprobar a través
de los testimonios de los implicados. El hecho de que la gestión y organización de las
tiendas esté siendo llevado a cabo en su mayor parte por voluntarios es la única explica-
ción de la supervivencia de la mayoría de las tiendas estudiadas, en un contexto donde
€0,00
€10.000,00
€20.000,00
€30.000,00
€40.000,00
€50.000,00
€60.000,00
€70.000,00
€80.000,00
2009
2011
7
el consumo en los cascos antiguos de las ciudades gallegas, donde se encuentran ubica-
das las tiendas, se ha visto dramáticamente afectado por la crisis del consumo. Se ob-
servan, sin embargo, diferentes indicios que en la tabla 1 indican la aparente indepen-
dencia del comercio justo sobre el consumo convencional, pero el principal es por su-
puesto que se produce un aumento del 3,37% de las ventas de las tiendas en el mismo
período (2009-2011) en el que el consumo general de los mismos productos ha decaído
en Galicia un 5,33%.
3. ANÁLISIS DE DATOS PRIMARIOS
Este bloque corresponde al análisis de datos primarios obtenidos mediante la realización
de dos encuestas: la primera de ellas fue elaborada en tiendas de comercio justo de dife-
rentes organizaciones que han colaborado en el estudio. La segunda fue elaborada a
través de la recogida de información en cuestionarios realizados a pie de calle y a través
de redes sociales. La muestra de ambas es de 40 encuestados.
3.1. Comercio justo y clase social. Oportunidades de acceso según la situación económica
particular
Uno de los objetivos del estudio radica en tratar de encontrar nexos entre el consumo de
productos de comercio justo y la posibilidad de acceder a ellos en tanto bienes de con-
sumo que son. En la hipótesis se asume que además de tener en cuenta la ideología y los
valores como principales impulsores de una conducta de consumo responsable, es nece-
sario que medie una capacidad objetiva de acceso al producto. La noción de “clase so-
cial objetiva” que se aplicará a partir de ahora tiene poco que ver con las definiciones
clásicas en la teoría sociológica de clase social, en tanto que se tendrá en cuenta un sólo
criterio de reducción de los individuos en grupos: el del nivel de vida a través del poder
adquisitivo y sus condicionantes particulares de cara al ahorro (responsabilidades fami-
liares, posibilidad de pérdida de empleo, etc.). Se obvian por tanto innumerables tipos
de reducción de la realidad social a grupos definidos a través de la educación, de parti-
cipación colectiva, de sectores de ocupación y de afinidades históricas que trascenderían
a un debate de mayor envergadura. La “clase social objetiva” que se trabajará en las
páginas subsiguientes trata de clasificar lo más adecuadamente posible a los individuos
a partir de su poder adquisitivo de partida, y que no tiene sólo que ver con el dinero a su
disposición.
8
3.1.1. Poder adquisitivo
El primer criterio dentro de la clasificación de clase propuesta será el poder adquisitivo
como provisor de bienes y servicios, que adquiere mayor importancia en la sociedad de
consumo actual, donde cada vez son mayores las necesidades que genera el mercado y
donde el empoderamiento económico de la clase media ha ido acompañado de una ge-
neración cada vez mayor de bienes de consumo indispensables.
A través de la estética de las ocupaciones de (Bauman, 1999) se trazará una de las lí-
neas desde la cual se construirá la clasificación de clase social objetiva. La estética de
las ocupaciones (Bauman, 1999) funciona como concepto clave para conocer los aspec-
tos subjetivos de la conciencia del trabajador acerca de su trabajo y de la perspectiva
que tiene de sus trayectoria personal y profesional. Las mismas ocupaciones de la etapa
postindustrial de la sociedad occidental están intrínsecamente unidas a las pautas de
consumo. Las diferencias existentes entre el trabajo industrial y el postindustrial tienen
mucho que ver con la transición del consumo occidental desde un consumo de subsis-
tencia hacia una lógica de consumo masivo de productos diversificados donde la subsis-
tencia ocupa un papel primordial –todo el mundo necesita comer– pero en la que la ma-
yor parte del capital se destina a bienes materiales para la vida contemplativa.
La sociedad de consumo se desarrolla principalmente a través de la creación de necesi-
dades en su espectador. Las necesidades son previas a su satisfacción, y desde un punto
de vista psicológico la importancia relativa de la necesidad es indiferente a la satisfac-
ción de la misma. La felicidad, al existir sólo en breves momentos tras satisfacer una
necesidad momentánea acentuada, no existe como estado (Freud, 1927). Una vez satis-
fecha la necesidad surgen el aburrimiento, la desidia y el descontento, y el que había
sido objeto de deseo pierde los atributos que llevaron al consumidor a desearlo. Lo que
en última instancia se desea es el deseo en sí. El deseo del deseo, mediatizado por los
condicionantes sociales y la influencia de los medios de comunicación, es el verdadero
eje de la conciencia que tiene del placer el individuo-consumidor.
En esta línea planteaba Maslow (1943) su teoría holístico-dinámica de las necesidades.
Señalaba la existencia de una jerarquía de necesidades humanas, representadas en forma
de pirámide, y que se componía desde la base hasta la cúspide por necesidades de fisio-
logía, seguridad, afiliación, reconocimiento y, finalmente autorrealización. Estas últimas
9
se dan cuando se han completado los cuatro estadios anteriores, y tienen la cualidad de
que no terminan.
TABLA 2. INGRESOS POR MIEMBRO DEL HOGAR
Frecuencia Porcentaje
Consumidores No consumidores Consumidores No consumidores
Válidos
Altos ingresos 9 5 25,7 15,6 Ingresos medios 12 17 34,3 53,1 Bajos ingresos 14 10 40,0 31,3 Total 35 32 100,0 100,0
Perdidos 5 8 Total 40 40
3.1.2. Temporalidad
La importancia de la temporalidad en la configuración del mercado de trabajo desde su
legalización en la reforma laboral de 1984, y la legalización de las Empresas de Trabajo
Temporal en la reforma de 1992, va más allá de las consecuencias económicas de su
implantación.
La temporalidad es uno de los principales factores que provocan la corrosión del carác-
ter (Sennet, 2000): las características del empleo actual no permiten ni una identifica-
ción individual con el empleo, ni la formación de una biografía basada en la construc-
ción de una subjetividad asociada al trabajo, perdiéndose además la capacidad para de-
cidir un camino laboral. También influye en la toma de decisiones basadas en la medi-
ción del riesgo (Giddens, 1997; Beck, 1999). El individuo se enfrenta en diferentes
momentos de su vida con decisiones que pueden ser decisivas en el transcurso futuro de
su vida, momentos decisivos (Giddens, 1997). Sometido en escasas situaciones de su
vida (cambio de trabajo, realización de un examen de importante, casarse o divorciarse,
etc.), los momentos decisivos amenazan la coraza protectora de la seguridad ontológica
del individuo. No es sólo el estar sometido a un momento decisivo en una situación
concreta lo que quiebra la seguridad del individuo y le provoca una inquietud constante.
También el ser susceptible de verse sometido a un momento decisivo provocan esas
reacciones del individuo y modifican su conducta. En el caso del empleo, el ser despe-
dido y tener que buscar otro trabajo está mudando de ser una situación traumática que se
daba pocas veces en la vida del sujeto a ser una situación más habitual, a la que un indi-
viduo debe acostumbrarse. Pero no por ello deja de ser traumática y estresante, y el ser
susceptible de estar sometido a un cambio de trabajo provocará un cálculo de opciones
10
que, muy probablemente, implicarán un descenso del gasto y un aumento del ahorro
como medida de prevención de un eventual fin del contrato.
TABLA 3. INGRESOS POR MIEMBRO DEL HOGAR
Frecuencia Porcentaje
Consumidores No consumidores Consumidores No consumidores
Válidos Alta seguridad contractual 22 18 88,0 52,9 Baja seguridad contractual 3 16 12,0 47,1 Total 25 34 100,0 100,0
Perdidos 15 6 Total 40 40
3.1.3. Teoría contemporánea sobre clase: Wright y Goldthorpe
Para completar la clasificación de clase propuesta, el estudio se apoyará en el repensa-
miento de las posturas neomarxistas y neoweberianas de la teoría sociológica moderna,
a través de Wright y Goldthorpe. En el caso de los marxistas (Wright), se ha matizado
su visión de la centralidad de la clase obrera y de las relaciones de producción en la per-
tenencia a una clase. Los weberianos también se han visto obligados a repensar sus pos-
turas, sobre todo en lo concerniente a las clases medias y a la influencia de las relacio-
nes de producción. Son las propias características de la organización del trabajo capita-
lista postfordista lo que ha provocado el repensamiento de sus concepciones: las rela-
ciones de producción se han vuelto más difusas, ya que mientras en el capitalismo in-
dustrial las relaciones propietario - trabajador eran directas, en el capitalismo postfordis-
ta las relaciones entre el propietario y el trabajador se realizan de manera indirecta a
través de cargos intermedios (personas con capacidad de toma de decisiones y cierta
altura jerárquica en la empresa, pero que carecen de la propiedad de los medios de pro-
ducción). La principal solución teórica marxista al problema de las clases medias son las
posiciones contradictorias de clase (Wright, 1983). Éstas disminuyen la distancia entre
pequeña burguesía, gran burguesía y proletariado, teniendo en cuenta la existencia de
individuos que cuentan con características de más de uno de los grupos (posición con-
tradictoria) en base a su relación con los medios de producción y su participación en el
trabajo manual. En este primer acercamiento teórico de Wright se aprecia el alejamiento
de la teoría marxista clásica, ya que la propiedad de los medios de producción no impli-
ca por sí misma el ejercicio de la autoridad1.
1 Más adelante, Wright procedió a la modificación y complementación de su clasificación añadiendo
diferentes elementos: uno de ellos es la creación de una tipología de bienes productivos que le ayudará en
su clasificación de las relaciones de producción. En ella, describe diferentes tipos de bienes que definirán
11
Los neoweberianos, por su parte, se han visto obligados a repensar sus concepciones
sobre clase en referencia a estatus y situación de mercado. Sobre el primero se tiende a
conservar la concepción clásica aplicada al postfordismo de que el estatus vendría de-
terminado por el acceso a derechos, capacidades de decisión dentro de las organizacio-
nes y ventajas legales (estatus relacionado con el bienestar). Sobre la situación de mer-
cado, se introducen elementos de carácter marxista que tienen que ver con el acceso a
los medios de producción.
La escala de deseabilidad social de las ocupaciones (Goldthorpe, 1991)2 define los
componentes principales de la concepción de clase neoweberiana y pone las bases para
la creación de su estructura de clase. Combina todas las categorías ocupacionales dentro
de las cuales sus miembros serían comparables desde el nivel de ingresos y nivel de
renta por un lado y otras condiciones de empleo (diferentes características del bienestar,
el acceso a fuentes de control y de dominación dentro de las empresas, etc.) por otro.
Goldthorpe además introduce el concepto “clase de servicio”: aquellas posiciones de
clase relacionadas directamente con el ejercicio del poder y la autoridad.
Reiterando que la pretensión de este trabajo no es profundizar sobre el concepto de clase
más que como método de reducción de la realidad social en grupos más o menos están-
darizables en términos de bienestar y seguridad económica, la teoría sociológica no ha
sido ajena a esta concepción de la clase. Al contrario que las concepciones clásicas so-
bre clase, que definían grupos sociales oponibles, con intereses opuestos no comple-
mentarios, las concepciones modernas disminuyen progresivamente los principios de
homogeneidad y bipolaridad de clase.
los diferentes tipos de dominación que se llevará a cabo en el trabajo, modificando la concepción marxista
clásica en beneficio de una categorización de bienes que tiene en cuenta la cualificación, y no sólo el
poder. Según Wright (1983), coexisten tres tipos de bienes productivos: los bienes derivados del propio
trabajo, cuya propiedad da lugar a relaciones de explotación de tipo feudal y al enfrentamiento entre seño-
res y siervos (González, 1992); los medios de producción, que dan lugar a relaciones de explotación capi-
talista; los bienes de organización, que dan lugar a relaciones de explotación entre dirigentes-burócratas y
subordinados (González, 1992); y los bienes de cualificación, cuya posesión da lugar al enfrentamiento
entre expertos y no expertos. La tabla de ocupaciones de Wright puede consultarse en: Wright (1985),
Classes, Londres: Verso. 2 Puede consultarse en Goldthorpe, John y Hope, Keith (1974): The Social Grading of Occupations, Ox-
ford: Clarendon Press.
12
TABLA 4. NIVEL DE ESTUDIOS ALCANZADO
Frecuencia Porcentaje
Consumidores No consumidores Consumidores No consumidores
Válidos Con estudios superiores 31 16 77,5 40,0 Sin estudios superiores 9 24 22,5 60,0 Total 40 40 100,0 100,0
3.1.4. Propuesta de indicador de clase
Como se señalaba, los neoweberianos ajustaron su noción de status a través de una serie
de características que, si bien se referían directamente a la remuneración del trabajo,
tenían en cuenta otras características del mismo que pueden servir para aumentar el ni-
vel de vida del individuo: seguridad contractual, seguridad económica, capacidad de
toma de decisiones en la empresa o disfrute de tiempo libre.
Lo que actualmente define, o debería definir la pertenencia a una clase social, no debe
ligarse al sector de ocupación y la propiedad de los medios de producción sino referirse
más a otra serie de características que comienzan a ser escasas y volubles en el mercado
laboral: la contratación indefinida, el empleo a tiempo completo, el tiempo libre de que
dispone el individuo, las posibilidades o no de perder el empleo (debido a las constantes
situaciones de incertidumbre de las empresas), y por supuesto el nivel de ingresos a dis-
posición del individuo. Las posiciones contradictorias de clase son habituales en la so-
ciedad actual (empresarios de hostelería, propietarios de pequeños establecimientos,
etc.).
Lo realmente interesante para este estudio es conocer cuáles son las variables socioeco-
nómicas que definen una mayor o menor propensión a consumir productos de comercio
justo, y por lo tanto, se deben intentar conocer todos aquellos elementos que puedan
influir en el bienestar de un individuo que, de manera indirecta, condiciona su compor-
tamiento como consumidor.
Basándome en tales consideraciones, se propondrá una clasificación de clase para los
empleados por cuenta propia resultado del cruce de las siguientes variables:
TABLA 5. CRUCES PARA LA CLASIFICACIÓN DE LOS EMPLEADOS POR CUENTA PROPIA
Altos ingresos/miembro
Ingresos/miembro medios
Bajos ingresos/miembro
Con empleados
Sin empleados
Con empleados
Sin empleados
Con empleados
Sin empleados
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Para los empresarios se utilizará como referencia a Wright, añadiéndole la diferencia-
ción entre empleador y no empleador. Parece más fácil aproximarse a la solvencia de un
empresario desde su participación o no en el trabajo manual. Así, un empresario con
empleados que no participa en el trabajo manual tiene mayor nivel de vida que uno que
debe participar en el trabajo manual de su empresa.
Para los asalariados se utilizará también la clasificación de Wright sobre bienes de or-
ganización aplicada de la manera que se muestra en la siguiente tabla: se tienen en cuen-
ta los bienes de cualificación como proveedores institucionalizados de capital cultural
(Bourdieu, 2000), en tanto que funcionan como canales de acceso a estructuras de opor-
tunidad laborales. A su vez, y como condicionantes de las oportunidades de consumo,
se cruzarán las dos anteriores variables con el nivel de ingresos por miembro del hogar,
en una escala baremada de la siguiente manera:
TABLA 6. CRUCES PARA LA CLASIFICACIÓN DE LOS EMPLEADOS POR CUENTA AJENA
Altos ingre-sos/miembro
Ingresos/miembro medios
Bajos ingre-sos/miembro
Alta seguridad contractual
Cualificados
No cualificados
Baja seguridad contractual
Cualificados
No cualificados
La seguridad contractual se utilizará como elemento que enfrenta al individuo a una
dificultad añadida al gasto, por los problemas que ésta plante: retomando los momentos
decisivos de Giddens, el estar sometido a un eventual despido reduce la voluntad de
gasto y aumenta la del ahorro.
La dificultad de elaborar un indicador basado en los ingresos radica en la variabilidad de
los mismos por zona geográfica, así como las diferencias en el coste de la vida
TABLA 7. RENTA MEDIA EN ASTURIAS, CATALUÑA, GALICIA Y MADRID. POR PERSONA
Renta anual Renta mensual
2008 2009 2008 2009
Asturias 10.676 € 10.400 € 890 € 867 € Catalunya 10.770 € 10.605 € 898 € 884 € Madrid 31.903 € 30.468 € 975 € 944 € Galicia 9.098 € 9.716 € 758 € 810 € Fuente: INE, encuesta de presupuestos familiares y elaboración propia
14
La tabla anterior muestra renta media anual de los hogares y los individuos en cuatro
comunidades autónomas diferentes del país. Se han escogido Galicia y Asturias como
comunidades de similares características en cuanto al empleo: crecimiento de los servi-
cios junto a un mantenimiento de empleo industrial y extractivo; y se les ha comparado
con las dos comunidades más representativas del avance de los servicios y del desarro-
llo de la sociedad de consumo: Madrid y Catalunya. Se han sometido a comparación la
renta media anual y mensual (calculada a partir de la renta anual dividida por los doce
meses del año) con la dificultad subjetiva de llegar a fin de mes
TABLA 8. DIFICULTAD PARA LLEGAR A FIN DE MES
Por hogar Por persona
2008 2009 2008 2009
ASTURIAS Con dificultad 13,5 18,4 13,2 18,7 Con cierta dificultad o facilidad 68,9 67,3 69,9 67,4 Con facilidad 17,4 14,2 16,8 14 CATALUÑA Con dificultad 28,4 31,7 28,4 32,6 Con cierta dificultad o facilidad 61,1 57,7 61,2 57,5 Con facilidad 10,5 10,4 10,3 9,9 GALICIA Con dificultad 27,5 30,8 26,7 30,7 Con cierta dificultad o facilidad 59,4 55,4 61 56 Con facilidad 13,1 13,7 12,3 13,2 MADRID Con dificultad 28,2 24,6 30,1 25,7 Con cierta dificultad o facilidad 55,5 60 55,4 58,2 Con facilidad 16,3 15,5 14,6 16,1
Fuente: INE, encuesta de presupuestos familiares y elaboración propia
Entre 2008 y 2009 la media de ingresos por persona en Galicia se sitúa en una media de
784 euros mensuales. Se asume que son ligeramente superiores a la renta mensual habi-
tual que el encuestado muestra en el cuestionario, debido a las diferentes primas del
empleo. Así, los umbrales de renta que se utilizarán para los cruces serán los siguientes.
TABLA 9. UMBRALES DE RENTA POR MIEMBRO DEL HOGAR
UMBRALES DE RENTA
Bajos ingresos por miembro del hogar No superarán los 600 euros por miembro
Ingresos por miembro del hogar medios Más de 600 euros y menos de 1100 euros por miembro
Altos ingresos por miembro del hogar Más de 1100 euros por miembro
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Se agruparon, finalmente, los individuos ocupados en las 8 categorías que se describen a
continuación, que corresponden a grupos homogéneos en relación con las características
destacadas.
TABLA 10. PROPUESTA DE CATEGORÍAS DE CLASE DE LA POBLACIÓN ACTIVA
CLASE SOCIAL ACTIVOS
1. Muy alto
Empleados por cuenta propia, con altos ingresos/miembro del hogar, con empleados.
Asalariados cualificados, con altos ingresos/miembro del hogar y alta seguridad contractual.
2. Alto con seguridad
Empleados por cuenta propia, con altos ingresos/miembro del hogar y sin empleados.
Asalariados no cualificados, con altos ingresos/miembro del hogar y alta seguridad contractual.
3. Alto con incertidumbre Asalariados con y sin cualificación, con altos ingresos/miembro del hogar y baja seguridad contractual.
4. Medio con seguridad
Empleados por cuenta propia, con ingresos medios/miembro del ho-gar y con empleados.
Asalariados con y sin cualificación, con ingresos/miembro del hogar medios y alta seguridad contractual.
5. Medio con incertidumbre
Empleados por cuenta propia, con ingresos medios/miembro del ho-gar y sin empleados.
Asalariados con y sin cualificación, con ingresos/miembro del hogar medios y baja seguridad contractual.
6. Bajo con seguridad
Empleados por cuenta propia, con bajos ingresos/miembro del hogar y con empleados.
Asalariados con y sin cualificación, con bajos ingresos/miembro del hogar y alta seguridad contractual.
7. Bajo con incertidumbre
Empleados por cuenta propia, con bajos ingresos/miembro del hogar y sin empleados
Asalariados cualificados, con bajos ingresos/miembro del hogar y ba-ja seguridad contractual.
8. Muy bajo Asalariados no cualificados, con bajos ingresos/miembro del hogar y baja seguridad contractual.
A continuación se ha realizado una clasificación para los desempleados, que significan
hoy en España un importante grupo de presión, a través de criterios similares. Según
datos del INE, aproximadamente 21 de los 47 millones de individuos que viven en Es-
paña no están trabajando, pero la mayoría de ellos son consumidores. Colocarlos en la
escala social y caracterizar su nivel de vida es fundamental para tratar de discernir su
comportamiento como consumidores.
Las variables que se tendrán en cuenta para realizar esta clasificación serán puramente
económicas, ya que son las que mejor pueden definir el nivel de vida de un desemplea-
do.
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TABLA 11. CRUCES PARA LA CLASIFICACIÓN DE LOS DESEMPLEADOS
Sin personas a su cargo Con personas a su cargo
Cobrando la prestación por desempleo
Bajos ingresos/miembro
Ingresos/miembro medios
Altos ingresos/miembro
Sin cobrar la prestación por desempleo
Bajos ingresos/miembro
Ingresos/miembro medios
Altos ingresos/miembro
Por tanto, primero se ha tenido en cuenta el nivel de ingresos del hogar, y en segundo
lugar la prestación. Se asume que un individuo que no cobra la prestación pero que vive
en un hogar con un alto nivel de ingresos tiene un alto nivel de vida (dependiendo de la
edad se podrá intuir si se trata de un estudiante, un jubilado, o simplemente de alguien
que no necesita trabajar). Estas variables se cruzarán con la variable “personas al car-
go”, asumiendo que a mayor número de personas al cargo, menor gasto individual se
realizará.
TABLA 12. PROPUESTA DE CATEGORÍAS DE CLASE PARA LOS INACTIVOS
NIVEL DE VIDA / CLASE SOCIAL INACTIVOS
1. Muy alto Sin personas a su cargo, con altos ingresos/miembro del hogar y sin cobrar la prestación.
2. Alto con seguridad Sin personas a su cargo, con ingresos/miembro medios del hogar y sin cobrar la prestación.
3. Alto con incertidumbre
Sin personas a su cargo, con altos ingresos/miembro del hogar y co-brando la prestación.
Sin personas a su cargo, con ingresos/miembro medios del hogar y co-brando la prestación
4. Medio con seguridad
Con personas a su cargo, con altos ingresos/miembro del hogar y sin cobrar la prestación.
Sin personas a su cargo, con bajos ingresos/miembro del hogar y sin cobrar la prestación.
5. Medio con incertidumbre
Con personas a su cargo, con altos ingresos/miembro del hogar y co-brando la prestación.
Sin personas a su cargo, con bajos ingresos/miembro del hogar y co-brando la prestación.
6. Bajo con seguridad Con personas a su cargo, con ingresos/miembro medios del hogar y sin cobrar la prestación
7. Bajo con incertidumbre Con personas a su cargo, con bajos ingresos/miembro del hogar y co-brando la prestación
8. Muy bajo
Con personas a su cargo, con bajos ingresos/miembro del hogar y sin cobrar la prestación.
Con personas a su cargo, con bajos ingresos/miembro del hogar y co-brando la prestación.
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TABLA 13. CLASIFICACIÓN DE CLASE OBJETIVA (CONSUMIDORES Y NO CONSUMIDORES)
Frecuencia Porcentaje
Consumidores No consumidores Consumidores No consumidores
Válidos
Muy alta 8 2 34,78 6,89 Alta con seguridad 0 2 0 6,89 Alta con incertidumbre 0 1 0 3,44 Media con seguridad 7 10 30,43 34,48 Media con incertidumbre 2 5 8,69 17,24 Baja con seguridad 6 1 23,08 3,44 Baja con incertidumbre 0 2 0 6,89 Muy Baja 0 6 0 20,68 Total 23 29 100 100
Perdidos 17 11 Total 40 40
Finalmente, atendiendo a la clasificación de clase realizada, se han podido colocar a 23
encuestados consumidores y a 29 no consumidores, debido al alto número de valores
perdidos en la encuesta por el considerable número de ítems necesarios para realizar la
clasificación, ítems obtenidos de respuestas susceptibles de generar rechazo por parte de
los encuestados debido a la profundidad de su interés en aspectos más bien privados.
Pero dentro de la baja representatividad de los encuestados que se han podido clasificar,
las respuestas obtenidas muestran una distribución diferente de los casos según la en-
cuesta.
Pese a la dificultad para obtener conclusiones, se observa cómo el nivel de vida entre
ambos colectivos puede ser bastante similar, con la salvedad de que el colectivo de con-
sumidores estaba mucho más formado que el de no consumidores, lo que le da acceso a
posibilidades de crecimiento laboral y los “bienes de cualificación” definidos por
Wright. De ahí que haya estado tan copado el grupo “Muy Alto”. Por su parte, los no
consumidores se agrupan en su mayoría en las posiciones intermedias. La categoría de
los no consumidores parece más real: la distribución de las frecuencias, salvando el gru-
po de los individuos de clase social muy baja, se asemeja a la curva de la distribución
normal, teniendo en cuenta los condicionantes por la muestra tan baja a disposición y el
número de casos perdidos. Por su parte, y no siguiendo el patrón de los no consumido-
res, los consumidores de comercio justo se acercan a los extremos, y muestran, en gene-
ral, un mayor nivel de vida que el otro grupo.
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3.2. Ideología política
El comercio justo no tiene por qué ser ideológico, en un estricto sentido de ideología
política, atendiendo a los valores que promueve. No obstante, no está exento de una
notoria impregnación ideológica de izquierdas, que puede incluso ser un impedimento
para gente que autoubicada más a la derecha en la escala ideológica asocie este tipo de
productos a una rivalidad casi futbolística. En efecto, la impregnación ideológica del
comercio justo suele asociarse a prejuicios y etiquetas sobre los consumidores y promo-
tores de estos productos. La escala de autoubicación ideológica propuesta comprende
desde el 0 como la posición más a la izquierda de la escala, y el 10 como la posición
más a la derecha. Se han agrupado los resultados de la siguiente manera:
De 0 a 2: Izquierda De 3 a 4: Centro-
izquierda 5: Centro
De 6 a 7: Centro-derecha
De 8 a 10: Derecha
TABLA 14. CLASIFICACIÓN DE LOS ENCUESTADOS SEGÚN SU AUTOUBICACIÓN EN LA ESCALA IDEOLÓGICA
Frecuencia %
Consumidores No
consumidores Consumidores
No consumidores
Válidos
Izquierda 18 17 51,4 48,6 Centro-izquierda 13 2 37,1 5,7 Centro 2 8 5,7 22,9 Centro-derecha 1 3 2,9 8,6 Derecha 1 5 2,9 14,3 Total 35 35 100,0 100,0 Media 2,57 3,63
La mayoría de los encuestados se considera gente de izquierdas. El grupo más numeroso
es, en ambos casos, el grupo de gente autoubicada en las posiciones más a la izquierda
de la escala: el 51,4% en el grupo de los consumidores y el 48,6% en el grupo de los no
consumidores. El reducido número de encuestados no consumidores y su baja represen-
tatividad provoca un sesgo importante, aunque profundizando en la encuesta se pueden
trazar líneas claras de diferenciación entre el posicionamiento político ambos grupos.
Por ejemplo, está suficientemente claro que los consumidores de productos de comercio
justo están claramente posicionados políticamente como personas de izquierdas. De
hecho, tan sólo el 5,8% de los encuestados se autoubicó en una posición de derechas (ya
sea la posición más a la derecha como la posición de centro-derecha).
3.3. Coincidencia o rechazo de los valores que promueve el comercio justo
El objetivo principal de esta parte del estudio es diferenciar entre actitudes y comporta-
mientos de los consumidores de comercio justo con respecto al resto, aun siendo sus-
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ceptibles de un importante sesgo de respuesta, teniendo en cuenta que la encuesta se
realizó dentro de las tiendas de comercio justo. No obstante, se asume también que las
respuestas de los no consumidores estarán influidas por un importante sesgo, y de lo que
se trata es de colocar a los encuestados frente a decisiones éticas que se contraponen.
Los consumidores y los no consumidores, frente a las situaciones en las que se les sitúa,
se diferencian entre sí en la valoración de las actitudes a tomar frente al comercio justo
y el consumo responsable, así como su visión acerca de las capacidades y los deberes
individuales hacia el planeta y hacia el resto de seres humanos, la implicación ética y la
responsabilidad moral para/con el mundo. El objetivo de la encuesta pasaba por enfren-
tar al encuestado a situaciones en las que es imposible no relativizar, pero ante las que
hay que tomar una decisión que implica una fuerte carga ética.
Los canales de difusión que utiliza el comercio justo son diferentes dada la propia iden-
tidad de su concepción: es un tipo de consumo que incide en la aceptación de ciertos
valores por parte del receptor y que terminan por significar una condición sine qua non
para consumir este tipo de productos. A priori, al contrario que el consumo convencio-
nal, los vendedores de productos de comercio justo buscan primero la transmisión de
valores, la concienciación y la sensibilización del cliente que la venta masiva, por lo que
resulta complejo articular la complementariedad del consumo masivo y el comercio
justo.
Estos valores atañen a visiones personales acerca del mundo, la pobreza y el medio am-
biente. Por tanto, se tratarán de buscar diferencias tangibles entre consumidores y no
consumidores de productos de comercio justo acerca de los valores que éste promueve.
Se ha realizado una escala de aceptación de los valores del comercio justo utilizando los
siguientes ítems:
Comprar productos de comercio justo es un gesto de justicia, no de solidaridad.
Me gustaría colaborar con alguna ONG.
Las políticas neoliberales, la derecha económica, es la única culpable de la po-
breza en el tercer mundo.
El mundo posee los recursos suficientes para abastecer a toda su población.
Los productos de comercio justo son de calidad.
El libre mercado atenta contra los derechos y la dignidad de los productores lo-
cales.
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A continuación, se ha elaborado una segunda escala de rechazo de los valores del co-
mercio justo por parte de los consumidores, y el resultado se ha obtenido a través de la
valoración de las siguientes afirmaciones en la encuesta:
No me debo sentir culpable por la situación de los países del tercer mundo, ya
que no es culpa mía.
En época de crisis, busco los productos más baratos, independientemente del
origen y su proceso de elaboración.
No dispongo del tiempo necesario para colaborar con alguna ONG.
La gente que compra habitualmente productos de comercio justo, tiene más in-
gresos que la media.
Hay mucha gente que, aun queriendo, no puede ser solidaria.
Tal y como están las cosas, entiendo que las personas antepongan sus intereses
a la solidaridad.
Miro antes el precio que la procedencia de un producto.
Tal y cómo funciona el mundo, nada de lo que yo haga podrá cambiar las cosas.
En un contexto de crisis, no creo que pueda consumir productos de comercio
justo.
Se elaboró un indicador idéntico para los no consumidores de comercio justo, con tan
sólo una modificación: la afirmación “los productos de comercio justo son de calidad”
se transforma en “los productos de comercio justo NO son de calidad”. El resto de
afirmaciones permanecen invariables y se utilizarán de la misma manera para realizar la
escala.
El indicador se ha elaborado a través de las preguntas anteriormente expuestas, respon-
didas a partir de la siguiente escala de respuesta propuesta a los encuestados, con los
resultados obtenidos a continuación:
ESCALA
1. Totalmente en desacuerdo
2. Poco de acuerdo 3. Ni de acuerdo ni en desacuerdo
4. Bastante de acuerdo
5. Totalmente de acuerdo
TABLA 15. RELACIÓN CON LOS VALORES DEL COMERCIO JUSTO DE LOS CONSUMI-DORES
Rechazo de los valores del co-mercio justo
Aceptación de los valores del comercio justo
Validos 38 37 Perdidos 2 3 Media 2,4240 4,1776
Media calculada siendo 5 la posición de mayor rechazo o mayor aceptación, según corresponda, y 1 la po-sición de menor rechazo o menor aceptación.
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TABLA 16. RELACIÓN CON LOS VALORES DEL COMERCIO JUSTO DE LOS NO CON-SUMIDORES
Rechazo de los valores del co-mercio justo
Aceptación de los valores del co-mercio justo
Validos 35 34
Perdidos 5 6
Media 3,0229 3,5833
Media calculada siendo 5 la posición de mayor rechazo o mayor aceptación, según corresponda, y 1 la po-sición de menor rechazo o menor aceptación.
Pese a que los no consumidores están sensiblemente menos sensibilizados que los con-
sumidores, tienden a aceptar mayoritariamente los valores propuestos, pese a que mu-
chas de las afirmaciones propuestas eran voluntariamente pretenciosas. En este caso,
interesa más la diferencia existente entre ambos grupos que la respuesta real, dado que
en el grupo de los no consumidores, estadísticamente poco representativo, el sesgo de
respuesta por deseabilidad social ante afirmaciones como las propuestas puede ser am-
plio. Por ello se opta por centrar el interés en la diferencia entre ambos grupos, ya que
se supone también que el sesgo de deseabilidad social para los consumidores puede ser
elevado. Dado que ambos grupos son susceptibles de presentar un sesgo considerable,
se pueden extraer las conclusiones más jugosas atendiendo a las diferencias entre ellos.
4. CONCLUSIONES
Examinando los resultados obtenidos se concluye en primer lugar que el carácter mino-
ritario del comercio justo sigue vigente, atendiendo a las dificultades de viabilidad de
las tiendas que se dedican al mismo, y que logran una relativa tranquilidad de cara a su
supervivencia gracias a la acción del voluntariado. No obstante, la evolución de las ven-
tas en el contexto de la crisis ha sido positiva, abriendo un espacio de optimismo de cara
al futuro de esta forma de consumo y de todas aquellas relacionadas con él.
Esta evolución al margen de las fluctuaciones del consumo de masas parece deberse a
ciertas características que convierten al comercio justo en un fenómeno relativamente
distante de las lógicas de consumo masivo de la sociedad occidental. En primer lugar,
parecen mediar entre el consumidor de comercio justo y el consumidor convencional
unas implicaciones morales y unos comportamientos éticos para/con el resto del mundo
y el medio ambiente que se reflejan también en sus pautas de consumo. Sometidos a la
obligación de escoger, los consumidores habituales de comercio justo priorizan en mu-
chas ocasiones esa necesaria implicación sobre su situación económica (conclusión que
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se debe relativizar en su justa medida, pues pocos individuos supeditarán su bienestar a
su implicación ética).
Además, toda esta implicación tiene su origen en una serie de corrientes de pensamiento
moderno que tienen su génesis y se relacionan con grupos de izquierda: ecologismo,
ecosocialismo, ideologías verdes anticapitalistas, etc. Todo ello provoca que sean indi-
viduos que se autoubican a la izquierda en la escala social los que se impliquen en ma-
yor medida en estas nuevas formas de consumo que en realidad no deberían estar sujetas
a una consideración política, sino a una reflexión interna.
También parecen mediar en la propensión a consumir productos de comercio justo ca-
racterísticas socioeconómicas y laborales de los individuos. La encuesta, pese a su esca-
sa representatividad, ha comprobado que una mayor parte de los consumidores de co-
mercio justo es poseedor de un mayor nivel de vida y una mayor estabilidad laboral que
un no consumidor: suelen ser individuos con menos cargas familiares, con cierta estabi-
lidad laboral y con estudios superiores. Todo ello es susceptible de estar relacionado: la
implicación con estas nuevas prácticas de consumo son sólo compatibles con el acceso a
canales de información y el contacto con nuevas ideologías ecológicas que van surgien-
do.
Por último, y considerando este estudio únicamente como una aproximación al fenó-
meno, parece que van surgiendo nuevas líneas que posibilitan el avance de la investiga-
ción de este tipo de fenómenos relacionados con el consumo. En primer lugar por la
aparición y reproducción de nuevos y numerosos movimientos sociales: desde el 15M a
todos los movimientos asamblearios, participativos y cooperativistas en barriadas urba-
nas que están intrínsecamente conectados con estas nuevas ideologías centradas en la
transformación del consumo de masas: el fomento del cooperativismo alimentario, de la
alimentación ecológica y del comercio justo están muy presentes en el ideario de los
movimientos sociales que han surgido desde la aparición de los indignados.
En ámbitos más académicos, la preocupación de la teoría sociológica y de la filosofía
acerca de la globalización ha ido paulatinamente girando hasta centrar su interés en el
consumo como fenómeno clave en la reproducción de desigualdades y cada vez más
autores consideran que un cambio de concepción del consumo y el desarrollo de nuevas
pautas de gasto son fundamentales para la transformación del capitalismo y para frenar
todos los problemas ecológicos que plantea la sociedad del riesgo para la propia super-
vivencia del status quo.
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