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Normalista Boletín Informativo No. 106
Publicación mensual. Año XIX Ciclo Escolar 2015 – 2016
Jilotepec, México, Marzo de 2016
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Índice Página
Directorio
3
Presentación
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José María Morelos y Pavón, “Siervo de la Nación” Agustín Roberto García Sánchez
1
David Nicolás García
5
Actitudes y valores en la educación Mireya Maldonado Miranda
Alondra Velasco Hernández
10
Inclusión educativa un reto actual para el docente Gissella Sarahí Flores Barbosa
Cristhian Hernández Santiago
16
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DIRECTORIO
Profr. Leopoldo Serrano Montero
DIRECTOR ESCOLAR
Profr. Teodoro Guadarrama Cuevas SUBDIRECTOR ACADÉMICO
Profr. Gabriel Velázquez Jasso SUBDIRECTOR ADMINISTRATIVO
Profra. Azucena Bautista Noguez JEFA DEL DEPARTAMENTO DE PROMOCIÓN
Y DIVULGACIÓN CULTURAL
Profr. Óscar Dámaso Montaño Islas DISEÑO DEL BOLETÍN
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Presentación
En el marco del bicentenario luctuoso de José María Morelos y Pavón, en la
Escuela Normal de Jilotepec se efectuó el concurso de ensayo sobre la vida y legado
de este importante héroe insurgente. El escrito que resultó ganador fue elaborado por
dos alumnos de cuarto grado grupo I: Agustín Roberto García Sánchez y David
Nicolás García. El texto se publica en este boletín con la finalidad de que lo conozca
la comunidad en general.
Asimismo, el pasado 25 de enero de 2016 en la institución se llevó a cabo el
“2° Foro de intervención educativa de los docentes en formación”, en este espacio
académico los alumnos de ambas licenciaturas (en educación preescolar y en
educación especial) presentaron ponencias con diferentes temáticas: valores y
actitudes en educación, intervención docente, inclusión educativa, procesos de
evaluación, recursos didácticos, prácticas innovadoras, el contexto y su influencia en
el trabajo, e influencia del docente en el proceso de aprendizaje. En este número se
incluyen dos ponencias, una por cada licenciatura. Es importante que la sociedad
conozca la visión que tienen las alumnas en relación a los tópicos abordados.
Las redacciones de los alumnos, además de permitirles externar su visión de los
hechos, favorecen sus competencias genéricas y profesionales; sin más, se ponen a
consideración de los lectores los textos elegidos, esperando que sean de su agrado,
resaltando que no se elabora el boletín para que los alumnos de la ENJ escriban, más
bien, gracias a que los alumnos escriben es que se pudo redactar el siguiente número.
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José María Morelos y Pavón, “Siervo de la Nación”
Ensayo
Agustín Roberto García Sánchez1
David Nicolás García1
“Señor; si he obrado bien, tú lo sabes,
pero si he obrado mal, yo me acojo a tu
infinita misericordia”
Últimas palabras de José María
Morelos y Pavón
José María Morelos y Pavón representa para México un ícono de la
independencia de esta nación. En Morelos conviven el ideólogo, el insurgente,
político y sacerdote. El presente ensayo pretende resaltar su gran capacidad de
liderazgo auténtico en favor de lograr los objetivos de independencia, libertad y
justicia para los más oprimidos.
Es cierto que las circunstancias generales no eran nada favorecedoras para este
insurgente acosado por las disensiones internas de Nueva España, la escasez de
medios y armamento, la falta de apoyo desde el exterior del país. Pero a pesar de estas
situaciones poco optimistas de pronto un nuevo líder emergió de toda esta mezcla de
circunstancias adversas y durante casi un lustro fue capaz de apilar en su persona las
ansias de independencia del pueblo mexicano. Nos referimos, claro está, al Siervo de
la Nación José María Morelos y Pavón. 1 Estudiantes de la Licenciatura en Educación Preescolar, cuarto grado.
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Para comprender su vida y obra es necesario contemplar cuales fueron las
circunstancias que definieron el curso de su vida como caudillo, comprendemos que
detrás de su vida llena de lucha y victorias existieron diversos factores que llevaron al
generalísimo a desear y soportar la difícil tarea de libertador de un país, el cual debe
comprender la importancia de la presencia de este caudillo en su historia al valorar las
repercusiones de su vida y obra en sus aspectos tanto políticos como históricos.
Este caudillo en el año de 1790 decide ingresar a la carrera eclesiástica en el
colegio de San Nicolás Obispo en Valladolid en donde estaba como rector Miguel
Hidalgo, en este contexto fue donde analizó las idiosincrasias de la población
novohispana, fue en ese entonces el génesis de su misión como caudillo.
Casi dos años el padre de la patria y el siervo de la nación convivirían ambos
bajo el contexto de la institución docente y aunque se ha especulado mucho acerca de
las influencias intelectuales, del mutuo intercambio de ideas, de si hubo o no
adoctrinamiento, etc., en realidad es que la relación no sobrepasó el límite de la
autoridad colegial, José María Morelos y Pavón bajo su instinto “curioso” superior al
de un alumno de su edad. No obstante, sí existió relación entre los caudillos, aunque
no tan directa como se cree.
Tal era la fuerza percibida por Morelos en el cura Hidalgo que como gesto
noble se refería hacia el padre de la patria como “maestro”. El primer estímulo que
incitó a Morelos a unirse a la lucha por la independencia fue la invitación que le hizo
Hidalgo para dirigir el movimiento en las tierras del sur, dándole a referir que serviría
más de caudillo que de capellán, una tarea ardua de conseguir.
La actividad insurgente de Morelos duró cinco años, dentro de los cuales logra
desarrollar cuatro campañas militares, además de una obra política, doctrinal y
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administrativa en la que se erige un pensamiento avanzado, innovador y cargado de
sentido popular y social. Se le reconoce como un incipiente genio de estratega militar,
despiadado y cruel en algunas ocasiones, y capaz de enfrentarse y doblegar en varias
ocasiones a los ejércitos realistas superiores en número, bajo el mando del temible
Félix María Calleja.
En su tarea como caudillo su visión lo llevó a combatir la tiranía y el
imperialismo desde la diplomacia. Parte de su gran obra y legado como diplomático
se destaca que organizó el Congreso de Anáhuac, el primer cuerpo legislativo de la
historia mexicana, cuyas sesiones tuvieron lugar en Chilpancingo en el año de 1813.
Allí Morelos presentó sus Sentimientos de la Nación. El Congreso aprobó el 22 de
octubre de 1814, en Apatzingán, la primera Constitución de México. Como mártir de
la patria tras varias derrotas, fue capturado el 5 de noviembre de 1815 en Temalaca,
por el coronel Manuel de la Concha, fue juzgado por la Inquisición, y finalmente
fusilado, el 22 de diciembre de 1815.
La obra y legado que como ser humano y líder indiscutible de nuestra
independencia nos dejó aquel que rechazó el título de alteza serenísima, va mucho
más allá de reconocer su capacidad de estratega militar. También hay que resaltar
otras grandes virtudes como ser humano, humilde, pero decidido a lograr la soberanía
nacional, abolir la esclavitud y formar una nueva nación más justa. Fue aclamado por
muchos, reconociendo su lucha como liberador, sin embargo su convicción lo orilló a
elegir el título de “Siervo de la Nación” (Herrejón, 2011: 126).
Sentimientos de la nación llegó como una nueva esperanza para el futuro de los
nuevos mexicanos libres de la opresión y la esclavitud teniendo derechos y
oportunidades como seres humanos compartiendo el nuevo mundo forjado por la
lucha de los insurgentes sedientos de justicia.
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José María Morelos y Pavón Atendió a la libertad y al beneficio de todos y no
solo algunos, defendió la patria y la hermandad como defensor de una nación
aboliendo la esclavitud e igualando en su justa visión a todo americano sin distinción
de su casta porque solo se distinguirá a un americano por su vicio y su virtud.
Estas son las verdaderas leyes, la herencia de Morelos que protege al ciudadano
americano igualando las oportunidades de todo aquel habitante de la nueva tierra de
libertad dando una justa gratificación tanto al trabajador como al hacendado así como
eliminación de la tortura como castigo a los infractores de estas reglas mejorando así
la calidad de vida de las personas y propiciando el desarrollo del futuro territorio
independiente.
Gracias a esta magna norma fue sencilla la creación de nuestra acta de
independencia y de igual forma el nacimiento de la constitución de Apatzingán,
nuestra primera constitución proclamando así las libertades siendo el amparo del
desprotegido y el anunciamiento de la nueva tierra cubierta de gloria, México.
Sin duda alguna el Generalísimo José María Morelos y Pavón es el segundo
hombre fuerte del proceso emancipador de nuestra nación, mostrando aptitudes de
líder auténtico que lucha por lograr sus ideales y en beneficio de los más desposeídos
y oprimidos, sin buscar el beneficio personal o el poder, además demostró una gran
capacidad de convocatoria pues logró que se llevara a cabo el Congreso de
Chilpancingo en septiembre del año 1813, en el que se establecería la independencia
de México y la finalización de la dominación española.
Durante el desarrollo de este congreso, Morelos, presentó el famoso documento
Sentimientos de la Nación que a partir de ese momento adquiriría una relevancia
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notable convirtiéndose en uno de los textos más importantes del país y base para
nuestra constitución política.
El nombre de José María Morelos y Pavón estremeció a muchos de sus
enemigos, ha sido la añoranza de grandes patriotas mexicanos, muchos reconocen su
vida antes de convertirse en caudillo, en el tiempo donde fue sacerdote, en la época
cuando sentía el dolor de un pueblo azotado por el colonialismo, la hambruna, la
esclavitud y otros males que lo orillaron a convertirse en uno de los liberadores de
nuestra nación. Los ideales adoptados en honor al padre de la patria fueron cruciales
en su vida. Por ellos, se convirtió en el militar que su maestro le señaló, no obstante
antes de su muerte dejó para México un gran legado que hasta hoy es digno de
rendírsele homenaje
Bibliografía:
Hernández y Dávalos, Juan Evaristo. (1985) Colección de documentos para la Guerra
de Independencia de México de 1808 a 1821, México. UNAM.
Villaseñor y V., Alejandro. (1980). Biografías de los héroes y caudillos de la
independencia. México. Editorial del Valle de México.
Herrejón Peredo, Carlos. (2011).Hidalgo: Maestro, párroco e insurgente. México.
Editorial Clío.
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Actitudes y valores en la educación
Ponencia
Mireya Maldonado Miranda2
Alondra Velasco Hernández2
Tus valores definen quien eres realmente.
Tu identidad real es la suma total de tus valores
Assegid Habtewold.
El presente escrito muestra una pequeña parte acerca de cómo los estudiantes
normalistas ponemos en práctica actitudes y valores durante nuestra formación
académica, es decir no simplemente es conocer que existe el respeto, la justicia,
equidad, … sino ir más allá y ponerlos en práctica dentro y fuera del salón de clases
mediante la intervención docente. Para ello debemos tener siempre una actitud
positiva en cualquier ámbito de la educación en donde nos estemos desenvolviendo,
puesto que siempre se tiene el concepto de que un buen maestro es aquel que domina
2 Estudiantes de la Licenciatura en Educación Especial en el Área Visual, segundo grado.
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la teoría, pero la pregunta sería ¿verdaderamente sabe que actitudes y valores aplicar
durante la intervención?
Para ello el Plan y Programa de la Licenciatura en Educación Especial 2004,
muestra los cinco campos del perfil de egreso los cuales son: Habilidades
Intelectuales Especificas, Conocimiento de los Propósitos, Enfoques y Contenidos de
la Educación Básica, Competencias Didácticas, Identidad Profesional y Ética y
Capacidad de Percepción y respuesta a la condiciones sociales de sus alumnos y del
entorno de la escuela, para lo cual cada uno tiene peculiaridades distintas y se enlazan
uno con el otro. Pero en este caso el cuarto rasgo es el más adecuado para considerar
las actitudes y valores del maestro en la Educación Especial.
Respecto a lo anterior el docente “asume como principios de su acción y de sus
relaciones con la comunidad educativa, los valores que la comunidad ha creado y
consagrado a lo largo de la historia: respeto y aprecio a la dignidad humana, libertad,
justicia, igualdad, equidad, democracia, solidaridad, aceptación, tolerancia,
honestidad, responsabilidad y apego a la legalidad” (Plan de Estudios, 2004: 47),
teniendo presente esto se debe actuar con el suficiente compromiso para mejorar la
educación en la sociedad.
Por ello “una de las actitudes básicas que debe tener el profesor es ser una
persona optimista, porque mediante ésta poseerá la capacidad para incitar a sus
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alumnos al logro de los objetivos propuestos y hacerlos responsables de su propio
trabajo y aprendizaje” (Maruny, 1990: 46) con el fin de generar en los alumnos
grandes expectativas personales de acuerdo a sus logros que están experimentando
durante su formación académica, propiciando en ellos alcanzar las metas que se van
proponiendo en el transcurso, incluso los mismos docentes van desarrollando las
competencias didácticas.
El maestro de Educación Especial tiene una labor relevante en la educación
porque es responsable de que en las escuelas se apliquen las normas y lineamientos
hacia los alumnos que presentan necesidades educativas especiales con o sin
discapacidad. Pero en ocasiones se encuentran con obstáculos como son las actitudes
de los mismos compañeros de trabajo, impidiendo el desarrollo pleno de las
habilidades de los alumnos. Es aquí donde entra en acción la participación de que “un
buen docente debe ser capaz de participar, juntamente con otros docentes, en la
elaboración y la implementación de Proyectos Educativos, de acuerdo con las
necesidades que presenta la sociedad y que sólo el contexto educativo puede
suplirlas” (García, 2003:105).
Por lo tanto el maestro debe tener una actitud favorable ante el trabajo
interdisciplinario, debido a que de esta manera cada agente educativo realizará aquello
que le compete; en este aspecto influyen también la participación de los padres de
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familia, para lo cual el maestro debe tener un acercamiento totalmente de respeto para
todo aquello que se necesite.
Es necesario impulsar una práctica de valores desde el ámbito formativo de los
docentes, reconociendo que los valores no existen por sí mismos, sino que se
construyen con la participación de toda una comunidad estudiantil, teniendo como
actor fundamental al docente, quien es encargado de hacer la práctica educativa
cumpliendo un perfil profesional, y en la misma fomentar la práctica de valores de
manera crítica y reflexiva.
El reconocimiento de la intrínseca dificultad que entraña la educación en
valores no puede convertirse en excusa para olvidar que educar en ellos es una misión
irrenunciable, “mediar es transmitir valores, es conectar vivencias y elementos
culturales, es acercar al otro a un mundo nuevo de significados. (Arca, M, 1994: 320).
Cabe desatacar la función imprescindible del maestro dentro del aula y de su
actividad educativa en donde “debe fungir como aquel que se interese por atender al
estudiante, contribuyendo con su formación individual y social, propiciando un clima
psicológico que facilite la comunicación interpersonal y personal, convirtiéndose en
algo más que un simple maestro para su alumno” (Díaz Barriga y Hernández, 2002:
44);de acuerdo a esto se debe atender la educación de manera integral, es decir,
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atender las necesidades e intereses de cada alumno desde una perspectiva humana y
con la mejor actitud posible.
Finalmente se rescata la importancia de los valores y actitudes que los docentes
en formación debemos tener durante nuestra preparación académica, para generar un
clima de respeto y confianza con todos los agentes educativos con los que se convive
en el ámbito escolar, puesto que al tener presentes estas características se puede
generar ambientes participativos y de inclusión, es decir, la actitud de entrar al aula
con una sonrisa, desplegar humildad, compartir los conocimientos con calidez
considerando las diferencias individuales de aprendizaje de cada estudiante, dejando a
un lado actitudes negativas y más aún en la Educación Especial en la cual los
docentes tienen la firme convicción de practicar los valores.
BIBLIOGRAFÍA
Arends, R. (2007). Aprender a enseñar. México: McGraw Hill.
Díaz Barriga, F. (2002). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo; una
interpretación constructivista. México: McGraw Hill
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Gargallo, B. (1995) “Estrategias de aprendizaje. Estado de la cuestión. Propuestas
para la intervención educativa”, en Teorías de la educación. Revista
interuniversitaria, 7, 53-75
González, I. (2006). “La formación del alumno en valores y en actitudes”, en Revista
Digital de Investigación Educativa.
Monereo, C. y Castelo, M. (1997) Las estrategias de aprendizaje. Cómo
incorporarlas a la práctica educativa. Barcelona: Edebé
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Inclusión educativa un reto actual para el docente
Ponencia
Gissella Sarahí Flores Barbosa3
Cristhian Hernández Santiago3
Resumen:
El mundo actual y cambiante, se encuentra conformado por individuos con
diferentes ideologías, capacidades y necesidades. Estas personas requieren ser
preparadas para insertarse en una sociedad exigente. En décadas anteriores las
personas que tenían alguna necesidad específica de aprendizaje; eran remitidos a
centros especializados para poder brindarles una “educación especial”. Este tipo de
formación los alejaba de las prácticas sociales comunes, generando una vida separada
del mundo real y por consecuente la falta de inclusión a las labores cotidianas de los
ciudadanos. Más aún el desinterés por parte de los maestros para crear verdaderos
espacios de inclusión acrecentó más dicha situación. Por tanto es necesario crear una
conciencia de inclusión en el profesorado para crear prácticas pedagógicas en donde
se atienda a todos por igual.
Palabras clave: inclusión educativa, educación para todos, actitud, docente, cambio.
3 Estudiantes de la Licenciatura en Educación Preescolar, cuarto grado.
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En los últimos años se han implementado innumerables esfuerzos de las
autoridades educativas, de los maestros de educación regular, de docentes de
educación preescolar y de las familias, para promover la integración educativa,
propiciando además cambios en las legislaciones, en las prácticas educativas pero
especialmente en las actitudes sociales. La inclusión educativa se ha colocado así
entre los principales temas de debate del sistema educativo. El objetivo de la presente
ponencia es hacer alusión al concepto de inclusión educativa, rescatar algunos de los
documentos legales en los que se sustenta y el papel del docente para atender dicha
inclusión.
Hace algunos años organizaciones como la UNESCO, a la cual México está
adscrito, han promovido la educación inclusiva, tal como lo sugiere la declaración de
Salamanca (1994), cuando establece el principio de “Educación para todos”. En la que
se abren las puertas de la educación a todos los individuos, sin distinción alguna
incluyendo principalmente a los alumnos con necesidades especiales, siendo estos los
que:
En relación con sus compañeros de grupo, enfrentaba dificultades
para desarrollar el aprendizaje de los contenidos consignados en el
currículum escolar, requiriendo que a su proceso educativo se
incorporen mayores recursos o recursos diferentes a fin de que logre
los fines y objetivos curriculares (DGEE, 1994, citado en:
Orientaciones generales para el funcionamiento de los servicios de
EE, 2006:9).
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Lo anterior implicó un gran reto para los docentes de las escuelas regulares,
pues “La educación inclusiva se refiere a identificar y superar todas las barreras de la
participación efectiva… acomodando a todos los niños, sin importar sus condiciones
físicas, intelectuales, emocionales o lingüísticas…, esto incluye niños con
discapacidades o sobredotados” (UNESCO, 200: 03). Incorporándolos a las
actividades cotidianas de los centros de trabajo, brindándoles una misma atención,
que permita el óptimo desarrollo de sus capacidades y habilidades.
Además la educación inclusiva implica según Booth (2002: 6): “Eliminar o
minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el
alumnado. Muchos estudiantes experimentan dificultades porque no se tienen en
cuenta sus diferencias en los procesos de enseñanza y aprendizaje.”
Nuestro país en su deseo por dar respuesta a la demanda ciudadana, han
existido diferentes referentes legales que orientan las metas de la inclusión educativa,
generando nuevas oportunidades educativas para todos. Por eso es que en la Ley
General de Educación se establece la efectiva igualdad de garantizar el acceso y
permanencia en los servicios educativos a niños que presentan alguna discapacidad.
De igual forma en el Programa de estudios 2011. Guía para la educadora.
Preescolar, se establece que una de las bases para el trabajo en este nivel es la
educación inclusiva que implica oportunidades formativas de calidad para todos, en
donde la educadora es la responsable de desarrollar empatía hacia formas culturales
presentes en sus alumnos para incorporar la inclusión y valoración de los diferentes
grupos sociales. “El reconocimiento y el respeto a la diversidad cultural son
principios constituyentes de la convivencia, ya que al hacerlo se favorece la
inclusión al proceso escolar y la valoración de los rasgos de la cultura” (SEP, 2011).
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Pero nada de esto es posible si la actitud del docente no cambia. Por ello, el
plan de estudios 2012 de la Licenciatura en Educación Preescolar prioriza la
formación integral que los docentes. Éstos deben demostrar que pueden ejercer la
profesión docente y desarrollar prácticas en escenarios reales, mediante sus
competencias profesionales. Una de éstas establece propiciar y regular espacios de
aprendizaje incluyentes para todos los alumnos, con el fin de promover la
convivencia, el respeto y la aceptación.
En este contexto resulta interesante que el curso “Atención Educativa para la
Inclusión” en el séptimo semestre de la Licenciatura en Educación Preescolar
propone la estrategia de estudio de caso, la cual resultó una experiencia real,
partiendo de una valoración diagnóstica del grupo para identificar necesidades para el
aprendizaje y la participación en casos específicos; reconociendo su situación en
diversos contextos, sus competencias, sus dificultades.
Posteriormente se planearon e implementaron estrategias y ajustes razonables
para atender dichas problemáticas/necesidades, y finalmente se evaluaron los logros,
dificultades, pertinencia, avance del niño. De ahí resultó una oportunidad para crecer
profesionalmente y desarrollar diversas competencias como la generación de
ambientes de aprendizaje, actuar de manera ética, intervenir de manera colaborativa,
propiciar y regular espacios incluyentes, utilizar recursos, entre otras; dejando claro
que el trabajo para la inclusión es una labor que se debe realizar día a día en las aulas.
Además resulta una tarea gratificante, pues es para brindar las mismas oportunidades
de aprendizaje a los alumnos.
En conclusión, lograr la inclusión en una sociedad tan compleja no es una tarea
fácil. Influyen algunos aspectos principalmente el apoyo de padres y docentes para
dar el primer paso dentro del proceso. Este apoyo debe conllevar la aceptación de las
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barreras de aprendizaje que tiene el alumno, de esta forma el trabajo dentro del aula y
casa será de forma empática. Además de generar en los compañeros actitudes de
respeto, tolerancia, colaboración y aceptación.
REFERENCIAS:
Booth, T., Ainscow, M. y Kingston, D. (2006). Index para la inclusión. Desarrollo
del juego, el aprendizaje y la participación en educación infantil. Bristol.
CSIE.
SEP. (2006). Orientaciones generales para el funcionamiento de los servicios de
educación especial. México: SEP. (Documento electrónico).
SEP. (2011). Programa de estudio 2011. Guía para la educadora. Educación básica.
Preescolar. México: SEP.
SEP. (2012). “Acuerdo 650 por el que se establece el Plan de Estudios para la
Formación de Maestros de Educación Preescolar.” Diario Oficial de la
Federación, 20 de agosto. México.
UNESCO. (2000). Inclusion in Education: The Participation of Disable Learners.
Foro de Dakar.