Post on 11-Aug-2015
LEY SOPA, LEY PIPA Y MEGAUPLOAD
ESTUDIANTE: KEILA FLORES RIVERA
LEY SOPA, LEY PIPA Y MEGAUPLOAD
El proyecto de ley extiende las competencias del Departamento de Justicia de los Estados Unidos y
amplía las capacidades de los propietarios de derechos intelectuales para combatir el tráfico online
de contenidos y productos protegidos, ya sea por derechos de autor o de propiedad intelectual.
Entre estos se pueden contar, por ejemplo, música o canciones, películas, libros, obras artísticas y
productos copiados o falsificados que no tributan las correspondientes tasas a los propietarios de sus
derechos de autoría o invención.
El proyecto de ley originalmente propuesto permite que tanto el Departamento de Justicia de los
Estados Unidos, como los propietarios de derechos intelectuales, puedan obtener órdenes judiciales
contra aquellos sitios de Internet que permitan o faciliten la violación de los derechos de autor.
Dependiendo de quién sea el que solicite la orden judicial, las acciones previstas contra el sitio web
podrían incluir:
Restricción al acceso a empresas que brindan un servicio de facilitación de pago tales como PayPal
o que ofrecen dinero a cambio de colocar publicidad online.
Restricción en los buscadores que vinculan con tales sitios.
Requerimiento a los proveedores de internet, para que bloqueen el acceso a tales sitios.
El proyecto de ley convierte en un crimen al streaming no autorizado de contenidos protegidos
por copyright (derecho de copia), y prevé una pena máxima de cinco años de prisión por cada diez
piezas musicales o películas descargadas dentro de los seis meses desde su estreno.
El proyecto además brinda inmunidad a todos aquellos proveedores de Internet que
voluntariamente lleven a cabo acciones contra tales sitios haciendo además responsable al sitio
web infractor de cualquier daño producido al titular de los derechos, incluso sin tener que
demostrarlo.
Quienes proponen la ley afirman que protege el mercado de la propiedad intelectual y su
correspondiente industria, trabajos e ingresos, y que es necesaria para reforzar la aplicación de
las leyes de derechos de autor, en particular contra los sitios web extranjeros.
Citan ejemplos como el del acuerdo judicial de 500 millones de dólares al que llegó Google con el
Departamento de Justicia por su papel en una campaña publicitaria dirigida a los ciudadanos
estadounidenses que alentaba a los consumidores a comprar drogas de prescripción ilegal en
farmacias online de Canadá. Los opositores argumentan que la ley infringe los derechos de la
Primera Enmienda, que es censura en Internet, que lisiará a Internet, y será una amenaza para la
denuncia de irregularidades y otras muestras de libertad de expresión.
Quienes proponen la ley afirman que protege el mercado de la propiedad intelectual y su correspondiente industria,
trabajos e ingresos, y que es necesaria para reforzar la aplicación de las leyes de derechos de autor, en particular contra
los sitios web extranjeros. Citan ejemplos como el del acuerdo judicial de 500 millones de dólares al que llegó Google con
el Departamento de Justicia por su papel en una campaña publicitaria dirigida a los ciudadanos estadounidenses que
alentaba a los consumidores a comprar drogas de prescripción ilegal en farmacias online de Canadá. Los opositores
argumentan que la ley infringe los derechos de la Primera Enmienda, que es censura en Internet, que lisiará a Internet, y
será una amenaza para la denuncia de irregularidades y otras muestras de libertad de expresión
Esta polémica ley, que tiene el apoyo de la industria del entretenimiento como televisoras y Hollywood, ha levantado las
voces en contra de gigantes tecnológicos como Google y Facebook pues el proyecto de legislación le daría facultades al
Departamento de Justicia para revisar, perseguir y desconectar a cualquier persona, física o moral, que sea sospechosa de
subir material con derechos de autor. También se penalizaría a los anunciantes que aparezcan en algunos de estos sitios
Según apuntó el Huffington Post, a través de la columnista Christina Gagnier, esta ley se presta a diversas
interpretaciones que podrían tener consecuencias en sitios legítimos como Wikipedia o YouTube que soportan contenido
hecho por los usuarios y que usa material de otros. Facebook por ejemplo, se vería afectado por la cantidad de videos,
fotos, videos de miles de fuentes diferentes que se comparten día a día. Google podría incluso ser multado o penalizado
por cada link en una búsqueda que contenga derechos de autor, lo que podría llevarlo a la quiebra
Cierre de megaupload Mientras tanto, los sitios que alojan contenido generado por los usuarios sentirán la presión de
monitorear de cerca el comportamiento de sus miembros. Dicho monitoreo ya ocurre en sitios grandes como YouTube,
pero podría ser un gran gasto para las empresas que recién comienzan
A pesar de los supuestos delitos ante los que se enfrentan los fundadores de Megaupload, Dans ha señalado
que los usuarios españoles no tienen ningún tipo de responsabilidad, aunque se hayan aprovechado de la
gratuidad del servicio para descargar contenidos, porque "la legislación española no tipifica como
delito la descarga sin ánimo de lucro"
SOPA, que significa Stop Online Piracy Act es un proyecto de ley introducido en la Cámara de
Representantes de Estados Unidos el pasado 26 de octubre de 2011 por Lamar S. Smith(Texas, Republicano)
con el objetivo de ampliar las capacidades de los propietarios de derechos intelectuales para supuestamente
combatir el tráfico de contenidos en internet y productos protegidos por derechos de autor o por la
propiedad intelectual. El proyecto de ley tiene repercusiones gravísimas para la estructura actual de internet
en todos sus sentidos pues permite al Departamento de Justicia y a los propietarios de derechos intelectuales,
obtener órdenes judiciales contra aquellas webs o servicios que permitan o faciliten supuesto el
infringimiento de los derechos de autor, que incluyen: Bloqueo por parte de los proveedores de internet a la
web o servicio en cuestión, incluyendo hosting, e inclusive a nivel DNS (aunque esto ha sido puesto a
discusión). Empresas facilitadoras de cobro en internet (como PayPal) deben congelar fondos y restringir el
uso del servicio. Servicios de publicidad deben bloquear la web o servicio. Por ejemplo Google Adsense no
puede ofrecer servicio en webs denunciadas si esta ley llegara a aprobarse. Se deben de eliminar enlaces a la
web o servicio denunciado. Además las penas propuestas por la ley son desproporcionadas, por ejemplo cinco
años de prisión por cada diez canciones o películas descargadas dentro de los seis meses de su estreno
La aprobación de leyes como SOPA crearían efectos colaterales en todo internet que lo cambiarían de forma
negativa para siempre. Las redes de navegación anónimas se volverían ilegales (la anonimidad en internet es
importantísima para millones de personas en situaciones de peligro por parte de gobiernos totalitarios). Nuestras
comunicaciones serían oficialmente espiadas para poder determinar si incumplimos (o no) la ley. Sitios donde se
incentiva el contenido generado por el usuario no podrían operar porque sería sumamente impráctico vigilar cada
cosa publicada con el miedo de recibir una demanda desproporcionada pues la ley no distingue entre proveedor o
usuario en estos casos. Uno de los aspectos básicos de la web se vería afectado: enlazar por medio a hacerlo a un
sitio que tal vez sea sospechoso de violar la propiedad intelectual de una obra. Al enlazar también se estaría
incumpliendo la ley SOPA. Si encuentran similitudes con la Ley Sinde no es casualidad, evidentemente la ley fue
diseñada por el lobby del copyright que intenta aplicar métodos medievales a las épocas actuales. SOPA es un
atentado a la libertad de expresión. Al igual que la Ley Sinde, la creación de una “lista negra” de webs no accesibles
es un peligroso precedente sobre el cual gobiernos y empresas pueden actuar para censurar y controlar información
en base a intereses económicos y políticos. El problema no es la forma en que la gente accede y comparte
información, el problema ahora mismo es la falta de una reestructuración de las leyes internacionales de propiedad
intelectual que deben ajustarse a nuestros tiempos, a la forma en que las personas usan la tecnología que nos acerca
a la cultura y la manera en que la compartimos.