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El Maravilloso Evangelio de la Gracia
Tommy Moya
No se autoriza la reproduccin de este libro ni de partes del mismo en forma alguna, ni tampoco
que sea archivado en un sistema o transmitido de manera alguna ni por ningn medio
electrnico, mecnico, fotocopia, grabacin u otro sin permiso previo escrito de la casa editora,
con excepcin de lo previsto por las leyes de derechos de autor en los Estados Unidos de
Amrica.
A menos que se indique lo contrario, todos los textos bblicos han sido tomados de la versin
Reina-Valera, de la Santa Biblia, revisin 1960. Usado con permiso.
Copyright 2008 por Tommy Moya
Todos los derechos reservados
Editado por Gisela Sawin
Diseo interior por:
Diseo de portada por:
ISBN: 978-1-59979-140-1
Impreso en los Estados Unidos de Amrica
08 09 10 11 12 * 7 6 5 4 3 2 1
Contenido
Introduccin:
Captulo 1 - Gracia sobre gracia
Captulo 2 - Justificados por la fe
Captulo 3 - Misericordia o sacrificio
Captulo 4 - El poder la gracia
Captulo 5 - La diferencia entre pactos
Captulo 6 - Casado, pero Miserable
Captulo 7 - La dimensin horizontal de la gracia
Captulo 8 - Su gracia lo lograr
Introduccin
Este libro es el resultado de una profunda inquietud que ha estado creciendo en mi
corazn en los ltimos aos. Como un predicador constituido por Dios para predicar el
maravilloso evangelio de la gracia me preocupa el estado en el que se encuentran
muchos creyentes que profesan ser libres, pero viven consumidos por la culpa e
inseguridad. Me inquieta la falta de gozo, la inseguridad de la salvacin, las
frustraciones internas, la falta de compasin, la actitud continua de juicio y crtica, la
hipocresa, la intolerancia y la falsa espiritualidad e inflexibilidad. Estas condiciones
que muchas veces se disfrazan detrs de la religiosidad y espiritualidad superficial
producen una bsqueda de aceptacin a travs de las obras de la carne producto de las
enseanzas y predicaciones que se emiten desde nuestros pulpitos.
A causa de las enseanzas de este libro asumo el riesgo de ser amado y ser criticado.
Amado por los que sern libres del sistema religioso de la culpa, la vergenza y la
inseguridad que producen mensajes llenos de legalismo y criticado por aquellos que
vern sus sistemas expuestos por la Palabra del Seor.
Mi misin es libertar a hijos que pudiendo ser libres y productivos, viven en vergenza,
temor e intimidacin. El Seor mismo tuvo que confrontar a los maestros y
predicadores de su tiempo (a los fariseos) que eran Talibanes encubiertos tras la falsa
piedad. Su sistema promovia una espiritualidad externa y un sistema de reglas y
dogmas donde el NO sustituye al SI de Dios y la libertad en Cristo.
A travs de este libro Dios tratar con nuestro fariseismo y nos ensear a disfrutar la
gloriosa experiencia de ser libres por causa de la verdad. Sacar a la luz aquellas cosas
que nos han contaminado y que en el proceso hemos mezclado con la gracia del Seor.
Dios nos libertar para que podamos disfrutar de la experiencia maravillosa de conocer
el maravilloso evangelio de la gracia de nuestro Seor Jesucristo.
Todo libro tiene expectativas de parte de su autor. En este caso espero que sucedan
cuatro cosas a lo largo de estas pginas:
1. Espero una mayor apreciacin del regalo de la gracia de Dios. Que comprenda lo
que significa para nosotros y tambin para los dems.
2. Espero que aprenda a pasar menos tiempo y energa preocupado y criticando las
decisiones de los otros en vez de concentrarse en la obra del Espritu en su vida.
3. Espero que aprenda a tener una mayor compasin por los dems y no entre en
juicios hacia ellos.
4. Y que este libro lo ayude a dar pasos gigantescos ante la madurez y hasta la
madurez que el Seor quiere que experimente en su vida.
La gracia de Dios nos da permiso para disfrutar quienes somos y lo que tenemos. Nos
da la oportunidad de ser libres y de disfrutar de la vida. Al leer los Evangelios
descubrimos a un Cristo del cual emanaba el S, el permiso para celebrar la vida.
Diferente a los que le rodeaban, hombres doctos en la letra de la ley, religiosos,
profesionales en la aplicacin de ella , piadosos por fuera pero asesinos por dentro. Sin
embargo, el veneno del legalismo no penetr en la vida de Cristo. Estaba tan lleno de
gracia y verdad que no haba lugar para el veneno del legalismo en l.
Si al finalizar las pginas de este libro usted comienza a amar y a comprender la gracia
de Dios para con nosotros, he logrado mi objetivo. Porque la Gracia de Dios es
maravillosa.
Captulo 1
Gracia sobre gracia
Un fin de semana prediqu en una iglesia del soleado Puerto Rico. Mi tema de
predicacin aquella tarde era La gracia. Al iniciar el sermn le pregunt a la
congregacin cuntos de ellos haban visto alguna vez un cuadro de Jess rindose.
Muchos entrecerraron sus ojos intentando concentrarse para pensar o recordar alguno.
Otros directamente cerraron sus ojos para enfocar su pensamiento y saber dnde haban
visto una imagen as. Finalmente, la mayora no respondieron al girar sus cabezas como
seal de negativa, que nunca lo haba visto. Unos momentos despus, una pareja se puso
de pie y coment haber visto a un Jess sonriente en un cuadro que prometieron traerlo
al da siguiente.
As sucedi, al finalizar el servicio del siguiente da, la pareja se me acerc con una
pintura en sus manos de un Cristo sonriente. Al mirarlo, se evidencia una imagen
totalmente diferente a los retratos mentales que tradicionalmente tenemos grabado en
nuestra memoria. Solemos pensar en un Cristo muriendo en la cruz o como un nio
entre los brazos de su madre. Sin embargo Cristo es la expresin mxima de la gracia de
Dios, la alegra ante el ser humano.
l le daba permiso a la gente para celebrar la vida, a diferencia de los que le rodeaban,
hombres doctos en las letras de la ley, religiosos, profesionales en la aplicacin de las
reglas, piadosos por fuera pero asesinos espirituales por dentro.
Qu haba en el Seor que no permiti que nada de esto lo contamine? l estaba tan
lleno de gracia y de verdad que no tena un lugar vaco para el veneno del legalismo.
Juan, uno de los doce discpulos captur en cinco versos la esencia de lo que haca al
Seor tan atractivo a las masas.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habit entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como
del unignito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de l, y clam
diciendo: Este es de quien yo deca: El que viene despus de m, es antes de m; porque
era primero que yo. Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la
ley por medio de Moiss fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de
Jesucristo. A Dios nadie le vio jams; el unignito Hijo, que est en el seno del Padre, l
le ha dado a conocer (Juan 1:14-18).
El cristiano no es atractivo por su sistema religioso ni por su rigidez espiritual, sino por
la cantidad de gracia que permita que emane de l por causa de una relacin viva con el
Cristo resucitado.
Cristo representa la imagen misma de la presencia del Dios. Se caracterizaba porque
estaba lleno de gracia y de verdad. Su gloria estaba mezclada con la gracia y la verdad,
que lo distingua de un mundo de tinieblas y demandas, de reglas y reglamentaciones,
de requisitos y expectativas demandadas por los lderes religiosos de aquel tiempo. De
esta forma aparece el Seor en escena, lleno de gracia y verdad. As lo introduce Juan,
ministrando en una forma totalmente diferente. Un Cristo viviendo en una forma
distinta, impactando a las personas de una manera extraordinaria. l introdujo un estilo
revolucionario de vida, por eso es que el verso 16 dice: Porque de su plenitud tomamos
todos, y gracia sobre gracia.
Aquella plenitud en Cristo marc la vida de los primeros discpulos, los marco de tal
manera que quienes lo aceptaron, recibieron tambin su compasin. El estilo de Cristo
se convirti en su propio estilo. Absorbieron su amor y su misericordia.
Esto fue tan poderoso que a fines del siglo primero, doce hombres con quienes nadie
hubiera podido hacer nada, fueron transformados poderosamente por la potencia de la
gracia de Dios. Tal era la potencia que ellos tenan que transformaron la Roma imperial
de aquel momento. Qu gracia maravillosa! Los discpulos no solamente tomaron de su
plenitud, sino que Juan nos dice que adems recibieron gracia sobre gracia. Porque de
su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moiss fue
dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo (v.17).
Usualmente tenemos una mentalidad dual, parte con la ley del antiguo testamento y
parte neo-testamentaria. Nos cuesta entender si somos aceptos o si todava nos falta algo
para recibir de Dios. No sabemos si en l estamos completos o incompletos.
Juan dijo que la gracia que hemos recibido en Cristo es una gracia sobre gracia. Esto
explica que la gracia que Cristo trajo e imparti es superlativa. En otras palabras, no se
puede medir, no se puede cuantificar, porque la gracia del evangelio de Jesucristo es
grande y ms excelente que la gracia que trajo la ley por medio de Moiss. Ya que la ley
exiga reglas y requisitos. Todo era condicin y templo. Todo era acondicionado. Usted
tena que hacer algo para recibir, para ser aceptado, porque bajo la Ley de Moiss el
servicio a Dios no era el resultado de amor, sino de culpa y vergenza. Esto produca
ridculas expectativas que incrementaban el fuego de los fariseos y satisfaca su orgullo
que se concentraba en la conducta externa y una constante vigilancia del bien y el mal,
especialmente en otros.
El sistema legalista era tan rgido que llevaba a juicios crueles, inflexibles, intolerantes e
incapaces de amar legtimamente. La obediencia era un asunto de compulsin en vez del
fluir motivado por amor. Pero la gracia que el Senor nos vino a impartir consiste en
perdn, bendicin, paz, prosperidad, santificacin, redencin. La gracia de Dios que
vino por medio de Jesucristo, es transformadora.
Al ser mas excelente y superior la gracia de Cristo abosorbe lo que proveia la ley que
vino por medio de Moiss. Gracia sobre gracia es compasin. Es un favor superior a la
ley y no se puede medir. Entonces, cuando lleg la gracia y la verdad a travs de Cristo,
comenz una revolucin que libertaba los cautivos de la religin. El temor motivado por
la culpa fue remplazado por una simple motivacin de seguirlo y amarlo. En vez de
concentrarse en los logros de la carne, hablaban del corazn. En lugar de demandar que
el pecador cumpliera con una larga lista de requisitos, enfatizaba en la fe, aunque fuera
del tamao de una semilla de mostaza. La religin rgida y estril fue remplazada por
una relacin motivada por la gracia. Porque la gracia y la verdad trajeron libertad. Y
conoceris la verdad, y la verdad os har libres (Juan 8:32).
Hay gracia suficiente para que usted sea transportado del legalismo farisaico que los
sistemas religiosos lo han metido, a la gracia maravillosa. Dentro del sistema legalista
muchos viven inseguros de su salvacin. Acusados por sus propias conciencias no saben
que mas hacer para sentirce amados y aceptados por el Senor. Sin embargo, usted
necesita saber que todo lo que usted necesita ya Dios se lo ha provisto a travs de la
persona de Jesucristo y hemos recibido de l gracia sobre gracia.
La ley cre en los israelitas una mentalidad de negocio: Yo hago, t me das, t dices,
yo hago. Era un canje. Por esa razn muchas veces nos encontramos negociando con
Dios. Los fariseos se alimentaban de la inseguridad de la gente, por esa razn, Cristo los
confront llamndolos: Tumbas blanqueadas, nubes sin agua, hipcritas, serpientes.
Porque el resultado de su servicio era motivado por la culpa y la vergenza, y no por el
fluir de un corazn agradecido por lo que Dios haba hecho por ellos. Los satisfaca el
orgullo farisaico que se concentraba en la constante vigilancia del bien y del mal.
Por esa razn el sistema legalista siempre seala, mide su espiritualidad con la del otro.
Si ora ms que l, y va al culto ms que l, entonces l es ms espiritual, porque est
haciendo ms. Esto no tiene nada que ver con el corazn ni con una transformacin
interna. La vara de nuestra medida es Cristo. Cuando me mido con l me doy cuenta de
lo lejos que estoy del carcter, la santidad, la perfeccin de Aquel que me am. Pero
como tampoco podemos alcanzar tal medida con las fuerzas de la carne, entonces jams
podra llegar a ser como l. Es as que por cunto todo eso era imposible para la ley, lo
impartir en nosotros por gracia. Mas por l estis vosotros en Cristo Jess, el cual nos
ha sido hecho por Dios sabidura, justificacin, santificacin y redencin; para que,
como est escrito: El que se glora, glorese en el Seor. (1 Corintios 1:30-31)
Cuando Cristo les enseaba a sus discpulos acerca de los fariseos, les deca: Miren lo
que ellos hacen, y as no harn ustedes. Cuando oren encirrense para que lo que se
logr en secreto se vea en pblico. Tengan cuidado de los que se paran en las orillas de
las plazas a sonar flauta, a hacer ruido para que la atraccin sea hacia ellos. Tengan de
vosotros cuidado porque mi Padre ve en lo secreto.
Cristo siempre enfatiz en lo hecho desde el corazn. Cuando encuentra este sistema de
medidas que declara: Soy ms que otro porque hago ms, no lo acepta. Para Cristo
no es relevante cuntas almas usted alcanza para salvacin o cunta gente se convierte
cuando les predica, Mientras que eso tiene cierto grado de nobleza y reconocimiento
entre los hombres la verdad del asunto es que no lo hace ms espirituales que otros. No
es importante a quin usted conoce, quienes son sus contactos, recursos o dnde
estudi. Eso, en el reino, es irrelevante para la salvacin.
El gran apstol Pablo fue fariseo de fariseos, circuncidado al octavo da, de la tribu de
Benjamn, y en cunto a celo ms que todos los dems, tuvo que entender que todo
aquello deba dejarlo como basura con tal de ganarse el conocimiento de aqul que lo
haba amado, lo haba abrazado, de aqul que por gracia lo salv. Maravillosa gracia!
El sistema legalista es tan rgido que no da espacio para el gozo. A causa de esto
muchas familias han sido destruidas, matrimonios quebrados, hijos que hoy estn en el
mundo como consecuencia del legalismo, que reprimen, que son inflexibles y que no
permiten disfrutar la vida.
En el tiempo del Senor no solo existian los mandamientos dados por Dios atravez de
Moiss, sino que tambien , los fariseos agregaron la dogmtica de la interpretacin de
cada uno de ellos. De esa forma comenzaron a limitar la alegra de disfrutar de la
naturaleza, de los hijos, de los nietos, de la vida misma porque para ellos todo era
pecado.
Lamentablemente, aun en nuestro tiempo hay algunos que todava estn envenenados
por el legalismo y no pueden disfrutar de sus familias por estar envueltos en el
ministerio. Eso es legalismo. Dios quiere que usted disfrute tanto de la familia como del
ministerio. Cuando la motivacin no es el agradecimiento sino pagar de alguna forma el
favor de la gracia, eso es legalismo.
Hay sistemas donde todos los domingos la congregacin recibe una palabra de
condenacin por no haber orado una hora cada da de la semana o porque no le hablaron
a diez personas de Cristo durante esos das.
Sabe usted por qu los mormones andan en bicicleta por las calles predicando de
puerta en puerta? Porque eso le acumula puntos en su cuenta del cielo.
Sabe usted por qu los testigos de Jehov van predicando puerta por puerta? Porque su
salvacin est condicionada por las obras.
Pero usted debe entender que no puede aadirle nada a su salvacin, que lo que hace es
simplemente por amor. Si yo le preguntara: Por qu cree que Dios lo ama? Muchos
diran:
Yo creo que me ama porque voy a la iglesia.
Yo creo que me ama porque lo busco.
Yo creo que Dios me ama porque doy mucho dinero a la iglesia.
Si usted cree tener una razn por la cual Dios lo ama, dej de ser amor. Dios lo ama
porque lo ama. Eso se llama amor gape, que es amar sin esperar nada a cambio. se es
el amor que el Espritu Santo derram sobre nosotros.
Si usted le dijera a su esposa: Yo te amo porque t . Le puso una condicin y eso
no es amor sino cario. Cuando le dice a su esposo: Yo te amo porque me
comprendes, entonces qu suceder cuando no lo entienda?
Cuando Pablo comprendi la profundidad, la anchura, la inmensidad de este amor
exclam: Y l os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados (Efesios 2:1).
El sistema legalista ha instalado en nosotros la creencia de que la salvacin depende de
todo lo que hacemos. Pero su salvacin no depende de lo que usted haga sino de lo que
l hizo en la cruz del Calvario cuando entreg su vida por nosotros y nos rescat.
Si usted va a la iglesia por temor a perderse, o ha buscar una bendicin ms de Dios, no
sirve que haya ido. No se congregue para cubrir su cuota. Pero si usted va al lugar
donde todos los que aman a Dios se congregan semanalmente y va porque quiere
expresarle su amor, bien hace.
El amor de Dios es tan grande que nos ama siempre. Nos ama cuando tenemos dinero
para dar el diezmo y cuando no tenemos. Nos ama cuando estoy gozoso sirvindole con
una devocin extraordinaria, y cuando mis emociones me traicionan y estoy deprimido.
Me ama cuando estoy en salud como cuando estoy en enfermedad.
Muchas personas, en especial nosotros los latinoamericanos, que venimos al Senor en
muchas ocasiones con una gran influencia de la iglesia catlica romana que no permite
cuestionamientos, se congregan para pagar por sus pecados y culpas.
Cuando no estamos maduros en la gracia pensamos que atravesar por una prueba es un
castigo resultado de algn pecado que cometimos hace muchos aos. Pero cuando
llegue ante la presencia de Dios y le pregunte: Seor, t te acuerdas del pecado que
comet en aquella oportunidad?. l le dir: Cul? De qu pecado me hablas?.
Lamentablemente, tenemos la capacidad de guardar el recuerdo de nuestros propios
pecados con fecha. Le ponemos anotaciones, y sabemos quin estaba y quin no.
Recordamos la hora del da en que pec y qu era lo que estaba sucediendo en su vida
en esos momentos.
Pero cuando usted va a Dios con todos esos detalles, l le dice: De qu me hablas?
Porque no solamente dije que te iba a perdonar sino que no me iba a acordar de ellos.
No tengo memoria de ellos. Te dije que iba a limpiar tu corazn y que quedara como
blanca lana. Que seras tan santo que t mismo te sorprenderas de la obra que iba a
hacer en ti.
Es difcil entender esto con una mentalidad legalista, porque somos seres que estamos
acostumbrados a trabajar por lo que tenemos. Pero esto no depende de voluntad de
hombre sino de la gracia maravillosa y extraordinaria del Cristo resucitado. l me ama
como soy, con imperfecciones, con inseguridades, con temores.
En los sistemas rgidos las personas no disfrutan la salvacin, pelean por ella en lugar
de recibirla. Nunca estn seguros de ellos. Cuando le preguntan: Cmo ests?.
Responden: Ah estoy. Tratando de servir al Seor. Si est tratando de servirlo con la
fuerza de su carne, nunca podr alcanzar el nivel. Si le sirve por amor y disfruta el
hacerlo, celebre su salvacin. Si es parte de un sistema religioso donde no puede ser
usted mismo, donde rerse mucho es pecado y si no se re tambin lo es, entonces algo
extrao ocurre. Por eso, el texto comienza diciendo: a los que le recibieron, para dejar
bien en claro que a stos se les dio el derecho, la potestad, la autoridad de ser hechos
hijos de Dios.
MENTALIDAD DE GRACIA
Cuando lleg la gracia y la verdad a travs de Cristo comenz una revolucin para
libertar a los cautivos de la religiosidad. El temor motivado por la culpa fue
reemplazado por una simple motivacin de seguirlo y amarlo. Imagine a Cristo cuando
llam a los discpulos y le dijo: Sganme. En ese momento los fariseos hubieran
puesto cientos de condiciones para poder calificar la calidad de discpulos, pero Cristo
los llam por gracia. Porque en lugar de concentrarse en los logros de la carne, les
hablaba del corazn. En lugar de demandar que cumplieran con una serie de requisitos,
Cristo enfatizaba en la fe. La religin rgida y estril fue reemplazada por una relacin
motivada por la gracia. La gracia y la verdad que l trajo eran libertadoras.
Interesante es notar que el Seor nunca utiliz la palabra gracia como parte de sus
enseanzas, sin embargo, la ense y la vivi al mximo, desde la prctica. Por
ejemplo, a la mujer sorprendida en adulterio, le extendi gracia. Al joven rico lo
confront con su propia ley, exponiendolo de esa forma a la gracia. Al leproso le
manifest gracia al tocarlo.
El trmino bblico de la palabra gracia, expresa la idea de doblarse, descender por
gracia. Se entiende la idea de favor condescendiente. Quizs podemos comprender
mejor la idea al pensar en un hombre que recruza en el camino del carruaje del rey
quien detiene su marcha y desciende con su corona y vestidura para tocarlo y
bendecirlo. El rey toc a uno de menos rango, eso es gracia. Es extenderle favor a uno
que no se lo merece y nunca podr ganrselo. Esta gracia es absolutamente gratuita.
Nunca se pedir que la pague. Aun si tratara, no podra. Es ms, tratar de pagarla es un
insulto al que la da.
Lo que Dios hizo fue doblarse hacia nosotros al tomar nuestra forma humana para ser
parte de nosotros, para sufrir y padecer lo de nosotros, para que fuera por absoluta
gracia.
Misericordia y verdad
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos am, aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos) (Efesios 2:4-5).
Al inicio de este texto, el Seor nombra la misericordia, que es la compasin con la que
nos am para proveer un Salvador al perdido. Si solo la misericordia hubiera podido
salvar, la muerte de Cristo hubiera sido innecesaria. Dios tiene suficiente misericordia
para poder salvar a toda una humanidad sin la necesidad de una muerte. Pero la
misericordia no era suficiente, tena que estar mezclada con amor, que era lo que
movilizaba el plan que Dios trazado para la salvacin.
Pero a la misericordia y al amor todava le faltaba algo, porque la santidad de Dios
demandaba que quien ocupara el lugar de la salvacin del hombre fuera absolutamente
perfecto y santo. Y cuando buscaron quin, nadie calificaba para tal requisito.
Por lo tanto, Dios con su misericordia y su amor no poda hacer nada porque no haba
quin reunieran los requisitos para ocupar ese lugar. Pero un da, en la eternidad, en el
eterno pasado, en la corte celestial, el Hijo se levant y dijo: Yo ocupar el lugar de los
pecadores, por eso es que 2 Corintios 5:21 dice: Al que no conoci pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fusemos hechos justicia de Dios en l.
Este texto revolucion mi vida cuando me respond al llamado de salvacin. Cuando
enfrent la realidad de que l no cometi pecado pero pag por los mos en la cruz del
Calvario, me estremec. No haba nadie para que tomara ese lugar, pero el Hijo se dio a
s mismo. Fue as que por amor inici un proceso en su economa divina y comienza a
trazar un plan para sealar un tiempo, un lugar en la historia, donde el Emmanuel habra
de venir. Dios con nosotros hara su aparicin. Entrara en la historia, rompera tiempo y
espacio para llegar a nosotros.
El apstol tratando de comprender esto dijo: El cual, siendo en forma de Dios, no
estim el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despoj a s mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condicin de
hombre, se humill a s mismo, hacindose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz
(Filipenses 2:6-8).
En aquel momento, hace ms de dos mil aos, Cristo apareci en la historia. Nadie
reuna los requisitos para hacerlo. Nosotros ramos los que debamos ser castigados, los
que tendramos que haber pagado por nuestra paz y haber sido enjuiciados, pero all
estaba el Hijo. l tom nuestro lugar. l fue la propiciacin por mi pecado. Y aquel
bendito da, despus que resucit al tercer da, introdujo la gracia maravillosa.
Entonces el Padre dijo: Todos los que a ti te reciban, tienen el derecho, la potestad, el
honor, de ser hechos hijos mos. Ahora todo lo tuyo ser de ellos y todo lo de ellos ser
tuyo. Cuando usted abraz a Cristo alcanz salvacin y santidad imputada, porque
todo lo que l hizo y lo que l era, se le imput a usted en aquel da en que lo recibi.
Porque el amor y la misericordia no podran operar en gracia hasta que hubiera una
completa provisin por el pecado que solo se encuentra en Cristo y quien hace posible
que la gracia sea extendida. Porque la gracia elimina todo mrito humano, slo se
requiere fe en el Salvador. Porque no solo provee salvacin, sino seguridad y
preservacin para el que la recibe, a pesar de sus imperfecciones humanas. Porque la
gracia perfecciona al que la recibe.
Isaas 53 dice:
Despreciado y desechado entre los hombres, varn de dolores, experimentado en
quebranto; y como que escondimos de l el rostro, fue menospreciado, y no lo
estimamos. Ciertamente llev l nuestras enfermedades, y sufri nuestros dolores; y
nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas l herido fue por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre l,
y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
cada cual se apart por su camino; mas Jehov carg en l el pecado de todos nosotros.
Angustiado l, y afligido, no abri su boca; como cordero fue llevado al matadero; y
como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeci, y no abri su boca. Por crcel y
por juicio fue quitado; y su generacin, quin la contar? Porque fue cortado de la
tierra de los vivientes, y por la rebelin de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los
impos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni
hubo engao en su boca. Con todo eso, Jehov quiso quebrantarlo, sujetndole a
padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiacin por el pecado, ver linaje,
vivir por largos das, y la voluntad de Jehov ser en su mano prosperada. Ver el fruto
de la afliccin de su alma, y quedar satisfecho; por su conocimiento justificar mi
siervo justo a muchos, y llevar las iniquidades de ellos (v.3-11).
Fuimos marcados por el toque de Dios, esto no significa que somos perfectos, sino que
somos separados. Solemos usar la tpica frase de: Pero... yo no soy ningn santo. Sin
embargo Pablo escribe: A todos los santos..., cuando hace referencia a nosotros. Es
que algo importante sucede al momento de la salvacin, no solamente fuimos salvos
sino tambin justificados. Aunque no sea perfecto, soy justificado por la fe del que
muri por m. Pablo entonces dice que fuimos Justificados, pues, por la fe, tenemos
paz para con Dios por medio de nuestro Seor Jesucristo, por quien tambin tenemos
entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza
de la gloria de Dios (Romanos 5:1-2).
Gloriarnos en la esperanza es celebrar lo que vendr. Usted ya est glorindose desde
ahora, que es salvo y que est completo en l. Usted no tiene que hacer nada para
sentirse as, l lo hizo todo. Lo nico que debe hacer es recibir lo que hizo por usted,
nada ms. Por eso es gracia sobre gracia. Si usted trata de pagar el favor de la gracia, la
contamina. Solamente srvale, no para pagar lo que Dios hizo, sino porque lo ama por lo
que l hizo.
El secreto de la salvacin
El secreto de una vida santa, gozosa, libre, productiva, descansa en el conocimiento de
la gracia y en la fe en nuestra gloriosa posicin en Cristo. Si est apartado de eso usted
vivir inseguro, y condenado. Ya no estamos en Adn sino en Cristo.
Tendremos recompensa por fidelidad y santidad prctica, usted puede ser recompensado
por su devocin y prctica, pero esto no se puede confundir con nuestra eterna e
inmerecida salvacin. Su salvacin es eterna, de lo contrario Cristo tendra que volver a
morir en la cruz, y l ya vino una vez.
Usted es salvo. A la falta de santidad, l le imputa santidad. A su falta de misericordia,
l le imputa su misericordia. Una vez que es salvo en l, siempre lo ser. Usted solo
preocpese por cuidar esta salvacin y por seguir creciendo en el conocimiento y la
gracia del Seor. Viva sin temor.
Imagino que su pregunta es: Y si vuelvo al mundo a pecar?. Si yo fuera usted, no
me tomara ese atrevimiento. Si eso ocurre, arrglese con Dios, yo no puedo juzgarlo.
Pero si usted est en Cristo, si no le sirve por temor y vergenza, si su devocin es
santa, sencilla, simple y de agradecimiento de amor por lo que l hizo, glorese!
Si usted sabe que no es ms por lo hace, sino por lo que l hizo y que no le puede
aadir nada a su salvacin con su oracin, y no ora para ser ms, sino para estar con l.
Algrese! Si est en Cristo, ni la vida ni la muerte, ni lo alto ni lo bajo, ni los ngeles ni
las potestades, ni ninguna cosa creada, podr separarlo del amor de Dios que es en
Cristo Jess. Celebre su salvacin! En l estamos completos porque Dios anticip su
prximo pecado y provey Abogado antes de la falta, por eso es: gracia sobre gracia.
En l fuimos perdonados.
Cuando usted entiende el valor de esta salvacin tan grande, cualquier cosa que quiera
daarla no lo permitir, porque si usted tiene que sufrir en la gracia, la gracia lo
sostendr. Si tiene que padecer en la gracia, la gracia lo preservar. Si tiene que ser
perseguido por la gracia, la gracia lo cubrir. Si tiene que morir por la gracia, la gracia
lo cubrir.
Captulo 2
Justificados por la fe
La justificacin es el acto soberano de Dios por medio del cual declara justo al pecador
que cree, aun cuando todava est en su condicin de pecador. Dios declar justo a
Abraham, aun cuando l saba que le iba a fallar. Una cosa era pecar antes de la gracia,
y otra, pecar despus de ser declarado justo. El que pecaba antes de la gracia no padeca
de remordimiento de pecado porque no tena relacin con Dios. Pero cuando usted peca,
y seguramente tiene en mente no hacerlo, hay gracia suficiente para cubrirlo, porque
Dios lo ha justificado porque usted crey en Cristo.
Cada da que usted se levanta por la maana y va a trabajar sabe que al final de la
semana o del mes, recibir su paga por lo que ha trabajado. Cuando llega el da de
cobro, se acerca usted a la oficina del jefe y le dice: Gracias. Mil gracias por este
pago! No s qu hara si no fuera por usted!? No, usted no hace eso. Simplemente le
agradece con amabilidad, pero en su interior sabe que su paga es lo que merece por el
esfuerzo de su trabajo y que si no le pagan, debe accionar judicialmente.
En Dios esto no funciona as. Todo lo que hemos trabajado y nos hemos esforzado, nos
trajo muerte y separacin de Dios. No importa cun difcil haya sido la obra ni cuntas
buenas intenciones haya tenido. No importa sus buenas acciones, ni las velas que haya
encendido. No importa los rosarios que haya rezado, ni la cantidad de veces que fue a
misa. No importa lo poco o lo mucho que haya hecho, porque cuando usted se presenta
ante Dios, l le dice: Eres un reo de muerte. Esa es tu paga. Eso es lo que mereces. Ese
es el castigo por causa de tu pecado. Pero, cuando acepta lo que Jess hizo en la cruz
del Calvario, se da cuenta que no puede pagar lo que l hizo. Eso es gracia, que me
atribuye a m lo que otro hizo, para que yo pueda estar delante de Dios, por pura gracia.
Cristo pag la deuda, y yo recibo el beneficio solamente por creer.
El pueblo hispano ha trabajado mucho para obtener logros, recompensas econmicas y
reconocimiento. Por esa razn es muy difcil para ellos comprender esto, ya que ha
trabajado mucho para tener lo que lograron, han sudado para alcanzarlo, por eso les
cuesta comprender que la gracia es un don inmerecido. Esa experiencia resultado del
trabajo diario se transfiere a nuestra experiencia con Dios.
Hay quienes dicen: Tengo que hacer algo para Dios. Tengo que trabajar para l,
porque cmo voy a pagarle mis deudas?. Usted debe entender que nunca podremos
pagarle nada, porque Jess ya pag el precio por nosotros. l justific nuestras faltas
delante de su Padre para que seamos aceptos. Justificacin es el acto soberano de Dios
por medio del cual nos declara justos. l pag la deuda y yo recibo el beneficio por
creer en lo que l hizo.
Hay una barrera que se llama pecado de la cual nadie es inmune. No hay educacin,
logros, lectura, dinero, religiosidad que lo quite. El mundo est contaminado con l y
todos necesitamos ayuda, perdn, y salvacin.
Cualquiera que haya alcanzado logros puede gloriarse ante la gente porque los seres
humanos nos impresionan con sus logros. Nos impresionan las cosas que se han hecho,
por eso le ponemos su nombre a calles, pueblos y ciudades. Levantamos estatuas en su
honor, y le damos nombres a edificios de gobierno y escuelas pblicas. Una persona que
ha trabajado mucho y que logr algo en la vida, tiene de qu gloriarse ante otros seres
humanos, pero ante Dios no importa el logro humano. Ni an Abraham pudo alcanzar la
bendicin y el favor de Dios en sus propios mritos. No fue lo que l tena ni lo que l
logr, sino lo que Dios hizo por medio de su gracia.
Abraham era un hombre vaco, espiritualmente muerto, criado por una idlatra. De
acuerdo al captulo 24 del libro de Josu, Abraham se cas con una mujer que viva en
una regin idlatra por nacimiento, por naturaleza y por decisin. l era un pecador, sin
embargo Dios traspas toda esa idolatra, toda esa muerte espiritual, todo lo que lo
separaba de l, y por gracia se acerc a Abraham. Cuando crey todo lo que Dios haba
dicho le fue contado por justicia, y eso en la Biblia se llama: Justificacin.
El problema del pecado
Por tanto, como el pecado entr en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, as la muerte pas a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de
la ley, haba pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado
(Romanos 5:12-13).
Por cuanto todos pecaron significa que nadie es inmune. El problema del pecado no
se maneja con mejor educacin, ni con altos logros. El problema del pecado no se
soluciona con ms lectura, con dinero, ni con religiosidad. Nada de eso sirve. Todos
fuimos contaminados con ese pecado. Todos necesitbamos ayuda. Todos
necesitbamos perdn. Todos necesitbamos un Salvador.
As que, como por la transgresin de uno vino la condenacin a todos los hombres, de
la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificacin de vida.
Porque as como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, as tambin por la obediencia de uno, los muchos sern constituidos justos.
Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abund,
sobreabund la gracia; para que as como el pecado rein para muerte, as tambin la
gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Seor nuestro
(Romanos 5:18-21).
La salvacin es un regalo gratuito que no se le puede atribuir a mritos humanos. Usted
no es ms salvo despus de cuarenta das de ayuno, ni ms salvo despus de haber dado
mucho dinero a la iglesia. No es ms salvo porque ora tres horas al da ni por colaborar
con el ministerio de los desamparados y enfermos. Sus buenas obras no le aaden una
pizca a su salvacin.
En otras palabras, usted no est haciendo nada que Dios no quiera que haga. Por lo
tanto, lo que usted est haciendo es una demostracin de que por gracia, Dios se ha
inclinando hacia usted y lo est dirigiendo hacia el camino que l quiere que usted vaya.
No es porque usted es ms espiritual que otra persona, ni porque tiene ms gracia,
simplemente esa era la obra que l haba preparado desde antes de la fundacin del
mundo para que nosotros caminemos en ella. Es por eso que Cristo mientras hablaba de
esto en un contexto de gracia dijo: Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le
haba mandado? Pienso que no. As tambin vosotros, cuando hayis hecho todo lo que
os ha sido ordenado, decid: Siervos intiles somos, pues lo que debamos hacer,
hicimos (Lucas 17:9-11).
Declar esto porque en verdad solamente hicimos lo que se nos dijo. Por lo tanto, yo no
puedo gloriarme de lo que estoy haciendo hoy, ni creer que soy ms que usted,
simplemente estoy haciendo lo que por gracia se me encomend.
El propsito de la ley
La gracia es un regalo gratuito y para que pudiera ser manifiesta, la ley tena que ser
enviada, por eso es que el texto bblico dice: Pero la ley se introdujo para que el
pecado abundase; mas cuando el pecado abund, sobreabund la gracia (v.20).
El primer propsito de la ley era identificar el pecado y confrontarlo. Luego lo acusar
de tal manera que usted tendra que buscar a quien pudiera darle libertad.
El segundo propsito de la ley era intensificar la culpa, porque todo lo que deca la ley
era no. Esta declaraba lo que se necesitaba para cumplir con los requisitos de la
justicia de Dios, pero no tena provisin para poder cumplirlos, porque en s misma la
ley es incapaz de justificar al pecador.
La ley demandaba de la perfeccin, pero no ofreca ayuda o motivacin para lograrla.
Lo nico que haca era identificar el pecado para que se diera cuenta de lo terrible que
era delante de Dios y buscara la provisin para poder manejar aquella culpa. Todava es
igual. La ley nos hace conscientes de nuestra falta.
Se ha detenido usted frente a una pared que tiene un cartel de advertencia que indica:
No toque, pintura fresca? Antes, usted nunca haba visto ese muro, ni hubiera notado
la pintura. Tal vez pas por ese lugar siempre, pero recin cuando pusieron el cartel de
advertencia y lo ley, algo se le despert dentro de usted con curiosidad. Algunas
personas ms controladas, pasaron all, leyeron el cartel, sintieron la tentacin de tocar
la pared recin pintada, pero no lo hicieron.
Con relacin al pecado, la ley no ayuda, porque el propsito de la ley es sealar.
Cuando usted sabe acerca de la ley se descubre el pecado que est en usted, entonces
comprende lo perverso y malo que es. Aun hacindole tanto bien a la gente, est lleno
de odio, rencor, amargura, envidia, celo, contienda. Aunque asista a su iglesia los siete
das de la semana, cuando trate de vivir por la ley, jams podr satisfacer la demanda de
una santidad perfecta, de un Dios excelente, que no juega con el pecado. l tiene
demandas y exigencias divinas.
La ley deca: Esto es santidad: honren mi nombre obedeciendo mi ley, pero nadie lo
poda hacer. La ley se introdujo para que el pecado se manifieste. Entonces, cuando el
pecado abund, la esperanza era que la gracia sobreabundara. Aunque el pecado se
poda medir, la gracia no. Cuando el pecado era mucho, la gracia era infinita.
Cuando el pecado juzgaba, la gracia deca: Eres justificado porque creste en lo que
Dios provey a travs la persona de Jesucristo. Cuando el pecado condenaba, la ley
justificaba. Cuando el pecado acusaba, la gracia bendeca.
El propsito de la gracia
La gracia excedi las expectativas naturales. Hasta que usted no entienda el significado
y propsito de la gracia, ser un juguete del mismo infierno. El diablo va a jugar con su
mente, con su pasado, con lo que usted hizo hace ms de veinte aos atrs. El enemigo
lo acusar, lo culpar. Pero si usted entiende el propsito de la gracia, dir ante la
acusacin: Est equivocado. En verdad yo era un pecador, un adltero, un borracho.
En verdad hice cosas de las cuales me avergenzan an hablar de ellas, pero la gracia
cubri cada una de mis faltas. La gracia cubri cada uno de mis pecados. Porque cuando
el pecado abund, la gracia sobreabund.
Un da, mir a la cruz del calvario y comprend que el que tendra que estar colgando en
ese madreo, era yo. l tom mi lugar y por gracia soy salvo, no por las obras de la
carne, sino por la justicia de mi Dios. La ley revel lo malo que ramos, pero la gracia
nos revela lo bueno que es Dios.
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envi a su Hijo, nacido de mujer y
nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que
recibisemos la adopcin de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envi a vuestros
corazones el Espritu de su Hijo, el cual clama: Abba, Padre! (Glatas 4: 4-6).
Dios nos ha dado el Espritu de su Hijo por el cul clamamos: Abba Padre!. Moiss
no pudo decirlo. Isaas y Jos tampoco, ya que el trmino ms cercano y afectuosos que
pudieron decirle a Dios fue: Jehov.
Moiss, Abraham y Adn, desearan estar en la dimensin que estamos viviendo. Ellos
tenan que ir a un lugar para encontrarse con Dios, usted camina con Dios donde quiera
que vaya. Ellos necesitaban ofrecer sacrificio para poder ser aceptado, pero yo no tengo
que esperar por el sacrificio, porque Cristo muri una vez y para siempre, y en aquella
muerte perfeccion a todos los que creen en su justicia para siempre. Usted es
justificado.
La perfeccin que l demostr es la misma que nos han imputado a nosotros. Cuando
Dios mira su vida no lo ve a usted, sino a Jess. Las debilidades que usted tiene, la ley
se las resalta, pero si le aplica gracia, la mirada de Dios sobre su vida es otra.
La ley cumpli con su trabajo: exponer el pecado. Pero la gracia nos habilita para
agradar a Dios, porque no me dej solo y no tengo que inventar cmo agradar a Dios,
sino que el Espritu del Hijo est en m. As como Jess pudo agradar al Padre a plena
perfeccin, la gracia me motiva a acercarme a l.
Y l os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en
los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al
prncipe de la potestad del aire, el espritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia, entre los cuales tambin todos nosotros vivimos en otro tiempo en los
deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y
ramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los dems. Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor con que nos am, aun estando nosotros muertos en
pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) (Efesios 2:1-5).
No es por mrito humano
Es maravilloso pensar que justificacin es declararnos justos y santos, an cuando
todava estamos muertos en delitos y pecados. Este es el resultado de que Dios nos haya
dado vida juntamente con Cristo.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos am, aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos), y juntamente con l nos resucit, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jess, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas
de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jess (Efesios 2:4-7).
Somos salvos por gracia. Cuando estemos ante l en ese glorioso da, usted sabr que
no est ante la presencia de Dios por sus obras ni por haber nacido en un hogar
cristiano. La nica respuesta del por qu estamos ah, es: Por pura gracia. Cristo lo
hizo por usted y por m. Nosotros solo recibimos los beneficios, agradecidos por la
maravillosa gracia del Evangelio. En esa gracia hemos sido sostenidos.
La gracia vivifica, fortalece, levanta, y elimina la conciencia de la ley y nos lleva a vivir
en la cruz. Por eso Pablo deca: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo
yo, mas vive Cristo en m (Glatas 2:20). Porque lo que para la ley era imposible, la
gracia lo logr. En la gracia no hay logros humanos, no puede atribuirse nada propio.
Asesinos de la gracia
Solemos repetir la tpica frase: Buscar a Dios. Pero no puede buscar lo que ya est
dentro de usted. No podemos buscarlo porque l ya nos encontr. No busque a Dios,
relacinese en intimidad con l. La palabra dice: He aqu, yo estoy a la puerta y
llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrar a l, y cenar con l, y l conmigo
(Apocalipsis 3:20).
Cuando nos sentamos a la mesa con alguien, estamos intimando con esa persona, nos
relacionamos en intimidad con ella. Esa es la forma y la expresin bblica ms profunda
de tener una relacin. Cuando usted invita a alguien a su casa, y lo hace con el propsito
de venderle algo, eso no es gracia, es manipulacin. La gracia me lleva a intimar con
Dios. Pero hay personas encargadas de que usted no logre esa relacin especial con
Dios. A ellos decid llamarlos: Asesinos de la gracia. Los encontramos cada generacin.
Sus argumentos son: Tienes que seguir intentando y esforzndote para ser salvo. Antes
que puedas hacer esto en tu vida, tienes que dejar algunas cosas para luego ganrtelo.
Pero la gracia ofrece perdn a travs de la fe, despus que usted lo recibe, el Seor le
dar fortaleza para dejar, poner, quitarse cosas de encima, y empezar otra vez. Despus
de recibirlo comprender que es por gracia. El le dar el poder para eliminar de usted lo
que no le agrada.
Pero cuando eso ocurra, no diga: Yo dej esto porque hice aquello. Declare que dej
eso solamente por gracia, porque en sus fuerzas no hubiera podido abandonarlo nunca.
Por gracia de Dios recibi la habilidad sobrenatural para que pueda quebrar con todo lo
que lo alejaba, lo separaba, obstrua y contamina su relacin de intimidad con l.
Es la gracia la licencia para pecar? Pecaremos para qu la gracia abunde? En ninguna
manera, porque los que hemos muerto al pecado cmo viviremos an en l? Es por
gracia para que nadie se glore.
No se olvide que su salvacin, no es lo que usted le hace a Dios, sino lo que Dios ha
hecho por usted. l nos ha dado su provisin. Su matrimonio se restaura por gracia, se
fortalece por gracia. Su vida se sostiene por gracia.
Tal vez usted convive con un sentido de culpa violento, porque de acuerdo a las reglas
religiosas que le haban estipulado, usted no estaba cumpliendo ninguna o solo unas
pocas de esas reglas. El problema es que cuando uno vive por la ley, con un solo
mandamiento que no haya cumplido, es culpable de todos las restantes tambin. Una ley
violada crea la misma intensidad de pecado de cien leyes no cumplidas, porque el
castigo o el precio de cada una es la muerte.
A medida que usted comprende el verdadero sentido y propsito de la gracia, usted
puede expresar, vivir y disfrutar lo glorioso de una salvacin tan grande. Cuando Dios
nos dice: Cudala!. No es caminar con temor a perderla, sino apreciarla en gran
manera por el alto cost, el precio que se pag. Si usted realmente entiende la salvacin,
no tendr deseos de pecar.
Si vive en un sistema legalista religioso, seguramente sentir culpa y no disfrutar de la
salvacin. Se alegra durante el servicio del culto pero no puede adorar con libertad. Su
vida es a medias. A una iglesia que ha sido inundada por la gracia, no hay que decirle
cundo adorar. No es necesario animarlos a hacer ejercicios religiosos: Levanten las
manos o bajen las manos. Pero cuando usted entiende esto, hay un agradecimiento
continuo en su interior que se expresa en la alabanza y la adoracin.
Si tal vez usted tiene temor a apartarse y a volver atrs, le aseguro que al conocer la
gracia de Dios, no disfrutar ms del pecado del mundo. Descubrir entonces que el
pecado es un estado miserable.
Dios le asegura que su fe puesta en l, le ser contada por justicia. Cuando el Juez del
cielo levante su martillo y golpee su escritorio, dir: _____________ (ponga su
nombre en el parntesis), exonerado de todas sus culpas, de todas sus faltas, de todos
sus pecados. Queda libre por mi gracia, porque puso toda tu confianza en lo que mi Hijo
hizo en la cruz del Calvario.
Cuando el pecado se poda medir, la gracia no tena medida.
Cuando el pecado era infinito, la gracia era infinita.
Cuando el pecado juzgaba, la gracia justificaba.
Cuando el pecado condenaba, la gracia libertaba.
Cuando el pecado acusaba, la gracia bendeca.
Captulo 3
Misericordia o sacrificio?
Dios, rico en misericordia y bondad, nos dio vida cuando estbamos muertos en
nuestros delitos y pecados. Por gracia nos salv por medio de la fe; y por el gran amor
con que nos am, juntamente con Cristo Jess nos resucit y nos sent en lugares
celestiales para mostrar en los siglos por venir las abundantes riquezas de su gracia.
Sabemos que esto no es nuestro, sino don de Dios; pues no es por obras, para que nadie
se glore (Efesios 2: 1-10)
En la actualidad conviven algunos sistemas que debilitan, inutilizan y finalmente
destruyen el gozo y la efectividad que la Iglesia tiene; no por mrito de ella misma, sino
por don de Dios.
Si observamos analticamente la mayora de las predicaciones de los ltimos tiempos,
concluiremos que estn impregnadas de humanismo disfrazado de religiosidad. Los
heraldos de este tipo de evangelio proclaman propuestas como: Tienes que ser mejor,
tienes que intentar an ms, tienes que estar ms comprometido, tienes que amar
ms profundamente, tienes que ser bueno. De ah que muchos hayan acuado la
expresin: Aydate que Dios te ayudar. Es decir: Usted tiene que hacer algo para
que Dios entonces se mueva y responda a su iniciativa.
El problema radica en que la persona que tiene una conciencia de pecado y est tratando
de hacer todo lo posible para ser libre y agradar a Dios, recibe un mensaje con leyes sin
verdadero poder.
Como portadora del evangelio, la iglesia se ha comprometido con las personas
ofreciendo ms expectativas de lo que realmente ha enseado. Tampoco ha provisto las
herramientas necesarias para alcanzar esas promesas. Se ha ocupado en cumplir las
reglas, observar las actividades y mantener el trabajo. Por lo que el resultado obtenido
ha sido miles de creyentes frustrados y desanimados, que no pudiendo hallar alivio a su
tormento, terminan rechazando la iglesia y todo lo que Dios tena para ellos.
Roy Heisson, respetado y reconocido predicador de Gran Bretaa, pronunci: La
mayora de los mensajes son buenos avisos, pero no buenas noticias.
Qu contraste con el Seor Jesucristo y su calidad de vida! Todos sus actos emergieron
de lo que atesoraba y guardaba en su interior. Nunca fue vctima de las circunstancias,
sino que decidi vivir cada instante conforme la voluntad del Padre que as lo haba
predestinado. Su corazn jams fue preso de amarguras, odios, celos, temores o
envidias; ni la ansiedad gobern su mente. No manipul ni reprimi a nadie para
obtener algo. Aquellos que caminaron con l simplemente siguieron al Maestro.
Vino a dar vida en abundancia, a proclamar libertad a los cautivos, a sanar a los
enfermos, a echar fuera demonios. Se lo conoca como amigo de pecadores, pues
delante de su presencia los criminales y las prostitutas no eran condenados ni
rechazados, sino amados. Vivi sin egosmo. Su relacin con el Padre era ms que
suficiente. Enfrent al diablo y no fracas, porque su confianza siempre estuvo en
Aquel que lo haba enviado.
Jess fue el hijo amado en quien Dios tuvo complacencia. l se deleitaba en las cosas
que su Padre le haba encomendado cumplir, y las viva con pasin y devocin.
Religin vs el evangelio de la libertad
Quin no anhela la vida de Cristo, libre del control de las circunstancias, y siempre un
paso al frente? Justamente esto no es lo que la gente rechaza cuando se le habla del
Seor, sino el sustituto que se le presenta como evangelio: una vida de religiosidad.
Mientras que la religin es un sistema complejo de conceptos teolgicos y requisitos de
comportamiento, el evangelio de Jesucristo es el anuncio de las Buenas Nuevas de
Salvacin, de la Buena Noticia.
El anuncio del evangelio de la Paz nos habla de calidad de vida en Cristo. No por lo que
hagamos, intentemos o dejemos de hacer; sino porque Dios nos ama y somos sus hijos.
Esta clase de vida que las Sagradas Escrituras describen como eterna, no se limita al
tiempo biolgico ni cronolgico; sino que es Dios el Eterno quien le da a nuestra vida
eternidad en l. Esto trasciende toda limitacin humana.
Algunos viven esta vida esperando la muerte para experimentar su eternidad en Dios.
Sin embargo, Jess dijo: ... y yo les doy vida eterna; y no perecern jams, ni nadie
(los) arrebatar de mi mano (Juan 10: 28). No se trata de que nos dar la vida eterna,
l ya nos la dio.
Por aos nos hemos aferrado y enfatizado a que la paga del pecado es muerte. Y esto es
as; pero tambin es cierto y nos hemos olvidamos que la ddiva de Dios es vida eterna
en Cristo Jess Seor nuestro (Romanos 6:23). El regalo, el don, la ddiva, el derecho,
el privilegio, la bendicin de Dios para usted y para m es la vida eterna en Cristo Jess.
Eso es la gracia, es Dios mismo dicindonos: Deja de intentar una y otra vez. Yo ya
hice el trabajo por ti. Ahora es tiempo de descansar y solo trabajar con el poder de mi
fuerza. Y recuerda que si despus de haber realizado absolutamente todo lo que podas
hacer, an fracasaras, yo te amo. No hay nada que pueda impedir que te siga amando.
En mi gracia no importa de dnde vienes, cul haya sido tu experiencia de vida o qu
concepto tengas de ti mismo. Simplemente con amor eterno te am y te prolongu mi
misericordia.
Los fariseos nunca pudieron comprender esta dinmica de Cristo, de cmo l se sentaba
a la mesa con los pecadores sin contaminarse. Su religiosidad los ceg de tal manera,
que se convirtieron en personas inflexibles, arrogantes, carentes de amor y misericordia,
con una actitud siempre a la defensiva y abusiva de su prjimo. Estas caractersticas,
an estn vigentes en medio nuestro. El evangelio que presentamos no es otra cosa que
farisesmo cargado de legalismo. Estos paradigmas tambin caracterizan a los fariseos
de este siglo. No estoy refirindome a los fariseos del tiempo de Cristo nada ms, estoy
hablando de nosotros hoy.
Mucho de nuestro llamado evangelio, no es otra cosa que farisesmo moderno o
legalismo religioso envuelto en alguna frase de gracia. Sin embargo, nosotros estamos
peor que los fariseos de la poca de Jess. Hoy por hoy, es ms que una secta religiosa,
es una actitud, una mentalidad, una forma de vida. Es un conjunto de doctrinas e
institucionalismo puramente religioso y saturado de apariencias. Este sistema con una
concepcin legalista de las cosas reduce a Dios a nuestra humana y limitada
interpretacin.
En reiteradas oportunidades, Jess confront a los fariseos con sus propias leyes. Pero
ellos nunca asimilaron la diferencia entre la verdadera misericordia y el sacrificio. Por
eso nosotros debemos conocer y creer que la gracia de Dios elimina por completo el
legalismo de nuestras vidas.
Fariseo vs legalista
Veamos entonces, dos pasajes de la Escritura que nos ayudarn a diferenciar la
misericordia del sacrificio y cmo opera la gracia en esto.
Pasando Jess de all, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de
los tributos pblicos, y le dijo: Sgueme. Y se levant y le sigui. Y aconteci que
estando l sentado a la mesa en la casa, he aqu que muchos publicanos y pecadores, que
haban venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jess y sus discpulos. Cuando
vieron esto los fariseos, dijeron a los discpulos: Por qu come vuestro Maestro con los
publicanos y pecadores? Al or esto Jess, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de
mdico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y
no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al
arrepentimiento (Mateo 9:9-13).
En este pasaje, Jess estaba sentado a la mesa con Mateo, un cobrador de impuestos.
Aquellos que recaudaban los tributos pblicos no eran bien vistos por el pueblo, pues
literalmente cobraban lo que no deban haciendo pagar a la gente ms dinero del que
realmente corresponda. Pero all estaban los fariseos observndolo todo, quienes no
podan evitar hacer comentarios entre los discpulos de Jess.
Para los legalistas, asociarse con un impo significaba una tragedia, ms an resultaba
inconcebible ver a Jess comiendo de la misma mesa con publicanos y pecadores. Y en
medio de ese cuadro aparece la respuesta inmediata del Seor mostrando cul es la
actitud que Dios quiere que tengamos hacia la vida: Los sanos no tienen necesidad de
mdico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y
no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al
arrepentimiento.
En aquel tiempo iba Jess por los sembrados en un da de reposo; y sus discpulos
tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Vindolo los fariseos, le
dijeron: He aqu tus discpulos hacen lo que no es lcito hacer en el da de reposo. Pero
l les dijo: No habis ledo lo que hizo David, cuando l y los que con l estaban
tuvieron hambre; cmo entr en la casa de Dios, y comi los panes de la proposicin,
que no les era lcito comer ni a l ni a los que con l estaban, sino solamente a los
sacerdotes? O no habis ledo en la ley, cmo en el da de reposo los sacerdotes en el
templo profanan el da de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el
templo est aqu. Y si supieseis qu significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no
condenaras a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Seor del da de reposo
(Mateo 12:1-8).
Aqu vemos otro suceso glorioso. Nuevamente los fariseos escandalizados, pues segn
sus leyes los discpulos de Jess no respetaban el da de reposo. A lo que el Maestro,
refirindose al libro del profeta Oseas 6:6, les dijo: Y si supieseis qu significa:
Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaras a los inocentes; porque el Hijo del
Hombre es Seor del da de reposo.
El trmino sacrificio es bien conocido por todas las religiones del mundo. Apela al
holocausto, muerte, ofrenda y abnegacin. Tiene un amplio espectro: desde carbonizar
nios como ofrenda para aplacar la furia de algn dios, hasta inmolarse con bombas en
nombre de Al asesinando as una comunidad completa, un autobs con personas,
lderes polticos, etc. La idea implcita que representa ese sacrificio es que si hacemos
algo, solo entonces Dios se mover a nuestro favor.
La realidad es que Dios mismo trajo este concepto de consagracin y ofrenda cuando
hizo sacrificar un cordero en expiacin y remisin por los pecados de los hombres. En
este acto de oblacin ofrecemos algo que nos pertenece por otra cosa an ms
importante y valiosa. sta era la prctica conocida en los tiempos bblicos; y exiga
derramamiento de sangre. De ah que las ofrendas fueran siempre de seres vivos.
Pero cuando entendemos el concepto de sacrificio en los parmetros del nuevo pacto a
travs de Jesucristo, ninguno de nosotros puede entregar una ofrenda verdadera. Dios
Padre es el nico dueo absoluto de todas las cosas. Cada uno de nosotros somos meros
administradores, mayordomos de lo que l en su gracia y amor nos confa. Por eso,
nuestro sacrificio siempre ser incompleto. O acaso alguno de nosotros sopl aliento
de vida a su cuerpo? Lo que podemos ofrecer es el resultado de lo que Dios primero nos
concedi.
El Seor saba que nunca podramos celebrarle un sacrificio perfecto; por eso se dio a s
mismo en la Cruz del Calvario. Jess fue el Cordero inmolado para perdn de todos
nuestros pecados. Su sangre derramada sell nuestra salvacin. Cristo fue el sacrificio
perfecto, el mediador de un nuevo pacto. Y sin derramamiento de sangre no hay
remisin. Somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una
vez y para siempre. (Hebreos 9: 22; 10: 10)
El error de los fariseos fue pensar que sus sacrificios pagaban sus bendiciones. Su
filosofa de vida solo reconoca el lema: Mientras yo haga, Dios responde. Siempre y
cuando ofrecieran el sacrificio indicado, ellos crean en su teologa que actuaban
correctamente.
De ah que en la Parbola del fariseo y el publicano se mencione a dos hombres que
subieron al templo a orar. El fariseo, puesto en pie oraba consigo mismo y daba gracias
a Dios porque no era como los dems, ladrones, injustos, adlteros, ni an como el
publicano que se hallaba con l en el templo. Ayunaba dos veces a la semana y daba los
diezmos de todo cuanto ganaba. En cambio el publicano, estando lejos, no quera
siquiera alzar sus ojos al cielo; as que se golpeaba el pecho pidiendo a Dios su favor,
pues se reconoca a s mismo como pecador. Jess dijo entonces que ese publicano
haba sido justificado antes que el fariseo, pues cualquiera que se enalteciera sera
humillado (Lucas 18:9-14).
Nosotros muchas veces actuamos de ese modo. Asistimos a la Iglesia, nos
congregamos, participamos de algunas disciplinas espirituales, diezmamos, oramos, y
creemos que por esas actitudes Dios no nos rechazar. Por el contrario, nos aprobar y
permaneceremos en su redil.
Otros, maltratan sus cuerpos en seal de sacrificio y aceptacin para Dios. En Semana
Santa caminan de rodillas, descalzos, haciendo oraciones y promesas con un rosario en
la mano o persignndose con un escapulario, para que la ira de Dios se apacige. Y all
est Cristo dicindonos: No, ustedes no entienden la enseanza que mi Padre les est
dando a travs del sacrificio.
El sistema sacrificial fue instituido por Dios; pero no para ensearnos que l se
complace en los sacrificios, sino para que comprendamos que ya no debemos ofrecernos
en sacrificio vivo para obtener la salvacin. La deuda est completamente saldada. Ese
fue el sacrificio ms excelente que el Seor mismo haya provisto para que usted y yo
pudiramos disfrutar el regalo de la salvacin. No se trata de lesionar, golpear o lacerar
nuestros cuerpos para sosegar el enojo de Dios. l no est airado con sus hijos. Dios nos
ama profundamente. El sacrificio evidenci la seriedad del pecado; y solo con el
derramamiento de sangre inocente poda tratarse con l. El hecho de que Dios recibiera
el sacrificio fue un acto de pura misericordia.
El Seor nos am primero proveyendo el medio que nos reconciliara con l: su propio
Hijo. No era aceptable cualquier cosa, solo el Cordero de Dios poda quitar los pecados
de toda la humanidad.
Los fariseos invalidaron su fe con sus pensamientos legalistas. No lograron entender
que misericordia es antes que sacrificio.
Un sistema de vida errado
El Legalismo como sistema de vida produce conceptos errneos en el pensamiento de
las personas. Existen tres caractersticas que identifican tanto a los fariseos de la poca
de Jess como a nuestros contemporneos. Ellos evitan estar en contacto con los
pecadores, concientizan a sus seguidores que la institucin es ms importante que las
personas y reducen la comunin con Dios a un simple y superficial formulismo.
1) El contacto con los pecadores
Los fariseos desarrollaron por aos esta corriente filosfica: las tinieblas derrotan la luz,
la suciedad contamina la limpieza, la muerte es ms fuerte que la vida, el pecado arruina
la justicia. Se han hecho tan expertos de lo exterior y rigurosos de guardar la ley, que
perdieron de vista el objetivo; es decir, el espritu de la ley.
Hoy por hoy, el legalismo no es otra cosa que farisesmo moderno. Este patrn de
pensamientos tergiversados lleva a las personas a evitar estar relacionados con la gente
del mundo, con los pecadores.
Quizs usted provenga de ese submundo seudo religioso, en el que le arrebataron de en
medio de la sociedad para incluirlo en un templo a cantar coros, mientras hay miles que
marchan minuto a minuto hacia el infierno. Se niegan a rerse con ellos, porque
considera que ni siquiera son dignos de esbozarles su sonrisa. O incluso, ha considerado
la posibilidad de cambiar de mbito laboral, pues est rodeado de pecadores. Necesita
un lugar donde todos sean creyentes. Qu pensamiento tan bello y espiritual parece
ste! El nico problema es que todo eso no es ms que farisesmo puro y legalismo
religioso.
La pregunta es: Cmo entonces vamos a ganar a aquellos que todava no conocen a
Cristo?
Nuestro idioma evanglico y religioso se limita a vocablos como: Amn, gloria a Dios,
bendito sea el Seor y aleluya. Nos sentimos tan incmodos entre la gente del mundo
que ya no sabemos cmo expresarnos ni cmo comportarnos en su presencia.
Jess no tena ningn tipo de prejuicio. Le agradaba estar entre el pueblo, con los
pecadores, los enfermos, los quebrantados, las prostitutas, los ladrones. Nosotros, en
cambio, estamos tan pendientes y concentrados en evitar el mal que tampoco hacemos
el bien.
Lo que en verdad nos contamina es no conocer al Dios de la gracia. El Seor es el que
nos ha colocado precisamente en el lugar donde nos encontramos. Somos luz, pero
tambin somos la sal que este mundo necesita para no continuar corrompindose.
Es una trasgresin a la gran comisin que Cristo nos encomend. Debemos ser luz a las
naciones, pues somos la luz del mundo y la sal de la tierra (Mateo 5: 13-16).
La Palabra de Dios nos dice a travs del apstol Juan en su primera carta: Hijitos,
vosotros sois de Dios, y los habis vencido; porque mayor es el que est en vosotros,
que el que est en el mundo (1 Juan 4:4). Usted tiene que saber quin es en Cristo y
dar testimonio de la obra que Dios ha hecho en usted.
2) La institucin es ms importante que las personas
Muchos creen que Dios no est en las escuelas por la promulgacin de leyes humanas.
Pero en realidad, mientras nuestros hijos continen cursando su escolaridad, Dios
seguir estando entre nuestros pequeos y jvenes. No entendemos que en nuestro
sistema democrtico dar espacio a Dios significa que el espiritismo, la brujera, la
Nueva Era, la pornografa y la perversin tengan tambin su lugar.
Es tiempo de ensear a nuestros hijos a proclamar y anunciar lo que ellos tienen dentro.
No hay maestro que pueda prohibirles orar y servir al Seor. Es el momento de
incluirnos en aquellas esferas donde realmente debemos estar.
La luz brilla afuera, en el colegio, en el trabajo, en su casa, con su familia. El evangelio
de la gracia prioriza a las personas, no a la institucin.
Si no tenemos nuestra identidad fundamentada en Cristo y no reconocemos la obra de
Dios en nuestras vidas, no podemos pretender afectar nuestra sociedad. Una iglesia
atemorizada nunca podr conmover e influenciar este mundo positivamente.
El rgimen legalista reduce a Dios a reglas, regulaciones y restricciones. Pero Dios no
est interesado en defender la reputacin de una institucin; muy por el contrario, su
celo y su pasin estn en dar cumplimiento a su propsito eterno.
En nombre de la institucin se han levantado voces que en vez de dar vida, han
provocado muerte y dolor en lugar de sanidad. Entonces observamos a personas
divorciadas ser tratadas como de segunda categora; a mujeres casadas sometidas a
situaciones extremas; o a personas con capacidades diferentes, ser rechazadas y
marginadas. Se las critica, juzga y seala sin ningn tipo de miramiento.
Nuestros pensamientos y caminos estn tan lejos de los pensamientos y caminos de
Dios, que no logramos comprender el corazn del Seor. Vivimos balancendonos de
un extremo al otro, rindiendo ms tributo a la organizacin que honrando a Aquel que
merece toda nuestra honra y adoracin. Sin embargo, debemos tener presente que todo
el institucionalismo de los fariseos nunca evit que Jess viviera entre el pueblo y
conociera las necesidades de las personas.
3) La trivialidad en la relacin con Dios
El pensamiento legalista restringe la relacin con el Seor y la intimidad con l, a una
mera frmula completamente vaca. Esto lo hace extensivo a todos sus seguidores,
enfatizando que la gracia es la licencia que la gente necesita para pecar.
Algunos creyentes solo asisten los domingos a sus congregaciones procurando hallar
respuestas para sus situaciones, y no escuchan la voz del Seor.
Dios no puede circunscribirse a normas o interpretaciones humanas que se activan
conforme el usuario y la circunstancia as lo requieran. Se pretende experimentar la vida
sin mayores dificultades. Pero esto es idolatra. Dios se convierte as en el medio por el
cual se logran objetivos netamente egostas: librarnos de todos nuestros males y
sufrimientos. De esta manera, nunca se est seguro de haber hecho y ofrecido lo
suficiente. El gozo es puro artificio, y flucta en intensidad y calidad de acuerdo a la
cantidad de obras.
Es similar a lo que ocurre en un concurso de belleza. De las cincuenta finalistas
iniciales, solo quedan tres; aunque todas se han esforzado en las mismas disciplinas. Se
toman de las manos fingiendo alegra y se desean buenos augurios para la final del
certamen. Todas parecen felices; y cuando el jurado anuncia el nombre de la ganadora,
se abrazan y festejan. No es ms que una parodia. Se consuelan pensando que aunque
no ganaron, no son tan malas como las dems que no llegaron a trmino.
Esta clase de creyentes se dice a s mismos que no son buenos como el pastor, pero
tampoco viles como los adictos.
En este orden de cosas no existe ninguna diferencia entre un creyente y un pecador. Lo
que los hace distintos es la gracia de Dios. sta es una invitacin completa a la
comunin con Aquel que lo cre, donde la solucin al pecado no es sacrificio sino
misericordia. En la relacin con Dios profundizo mi intimidad con l y el conocimiento
de su persona. Todo lo que recibo de parte del Seor es por fe. Es Dios mismo quien
nos encuentra y nos ama. Esto produce gozo y regocijo en nuestro corazn; porque ya
no depende de lo que nosotros hagamos, sino de lo que Cristo hizo por cada uno de
nosotros en la Cruz.
Las Escrituras dicen que somos ms que vencedores por medio de Aquel que nos am.
Y que si perseveramos y permanecemos fieles en l, obtendremos la corona de la vida.
Somos linaje escogido, real sacerdocio, nacin santa, pueblo adquirido por Dios para
anunciar las virtudes de Aquel que nos llam de las tinieblas a su luz admirable (1
Pedro 2:9) Solo por su gracia, cada uno de nosotros tendr el gran premio. No por
nuestro mrito, sino por la victoria de Jesucristo en la Cruz. Somos vencedores no por lo
que hagamos, sino porque confiamos en lo que Jess ya hizo. Y eso no se compara
absolutamente con nada de lo que usted y yo podamos hacer.
Entendemos acaso que es por misericordia y no por sacrificio? Por su gran amor con
que nos am es que hasta aqu hemos llegado. Dios nos ama y quiere darnos la
oportunidad que le conozcamos en su gracia.
Con verdad el apstol Pablo deca que no se gloriara ms que en la Cruz de Cristo,
pues los latigazos, la corona de espinas, los clavos, la lanza, y todos los padecimientos
de Jess tendran que haber sido para l. El profeta Isaas tambin dijo que el castigo de
nuestra paz fue sobre el Seor, y que por su llaga fuimos sanados.
Es tiempo de pedir perdn si crey que mereca su gracia, su amor y su misericordia. Lo
nico que podemos hacer es descansar en la obra redentora y expiatoria de la Cruz,
sabiendo que el poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad y que su bendita
gracia nos sostiene.
Captulo 4
El poder la gracia
La seguridad de la esclavitud o los riesgos de la libertad?
Uno de los eventos histricos ms interesantes en esta nacin ocurri entre los aos
1863 y 1865. Despus de su reeleccin, el entonces presidente Abraham Lincoln, se
encontraba en un momento decisivo, la guerra civil estaba en su ms intenso nivel.
En aquel momento, una de las objeciones del presidente era la esclavitud de los negros.
Pero en 1863, especficamente un da de ao nuevo, declar pblicamente la conocida
Declaracin de la emancipacin, que no es otra cosa que darles libertad a los esclavos.
Pero recin en 1865, la Constitucin de los Estados Unidos formaliz aquella
declaracin oficialmente. Para ese entonces, el presidente Lincoln ya haba muerto, pero
su sueo se haba logrado: los esclavos eran libres.
La voz corri desde el capitolio hasta Luisana, Missisipi, Georgia, hasta los campos
ms lejanos de los Estados Unidos. All se escuch la voz de que haba llegado la
liberacin. Los titulares de los peridicos declaraban: La esclavitud fue legalmente
abolida. Sin embargo, algo que nadie esperaba, sucedi. La mayora de los esclavos
del sur continuaron viviendo como si nada hubiera pasado, aunque ya eran libres.
Shelby Foote un conocido historiador americano, en su comentario acerca de la guerra
civil dijo: Cuando en 1864 se le preguntaba a un esclavo negro qu pensaba sobre el
gran libertador decan: Yo no s nada sobre ese hombre llamado Abraham Lincoln,
excepto que nos libert y tampoco se nada sobre eso.
Qu tragedia! Se haba peleado una guerra importante. Un presidente haba sido
asesinado. Se firm una enmienda a la ley en la Constitucin de los Estados Unidos de
Norteamrica, lo que hoy se conoce como el artculo 13. Los que alguna vez fueron
esclavizados eran legalmente libres, sin embargo, muchos continuaron viviendo como
esclavos, en temor y en vergenza.
Quizs usted comparte conmigo el asombro de este relato, y se detenga a pensar cmo
es posible que esta gente por la cual se haba pagado un precio tan alto para que ya no
fueran ms esclavos y para que vivieran en libertad, prefirieran seguir en esclavitud.
No se sorprenda! Hay cristianos en la misma situacin. Muchos de ellos, siendo libres,
viven como esclavos. Jess pag un gran precio por esa liberacin. l es el gran
libertador que dio su vida en la cruz del Calvario, para que no tengamos que ser nunca
ms esclavos del pecado.
Sin embargo, algunas de las dinmicas que se desatan en el comportamiento, revelan
que prefieren la seguridad de la esclavitud, que los riesgos de la libertad. An hoy hay
estadsticas que revelan que hay presos en crceles que prefieren mantener su condicin
de reclusos porque saben que su conducta lo llevar a cometer actos ilcitos
nuevamente. Afuera de los lmites de la crcel, ellos no pueden controlar sus pasiones y
deseos, por lo tanto, prefieren permanecer encerrados bajo control. Vivir en libertad
implica un grado alto de responsabilidad y no todos estn dispuestos a asumirla.
A Satans le fascina mantenernos ignorantes de la gracia, y obligarnos a vivir bajo la
culpa, la vergenza, la ignorancia y la intimidacin. Sin embargo, podramos llamar a la
carta del apstol Pablo a los romanos: La Declaracin de nuestra libertad. Ella describe
todo lo que tiene que ver con nuestra liberacin en Cristo.
Acompeme a revisar esta declaracin para as comprender y nunca olvidar que
nuestra salvacin es por gracia.
Declaracin de nuestra libertad
En el captulo tres del libro a los romanos se presenta el caso para nuestra condena.
El veredicto fue: Culpable de todas las acusaciones.
La sentencia: Muerte.
El captulo tres toma este caso y lo presenta de la siguiente manera: Son esclavos
porque todos estn bajo pecado (v.9).
La condicin: No hay justo, ni aun uno (v.10). No hay quien entienda (v.11). No
hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno (v.12). No podamos llevar delante de
la presencia de Dios ningn logro que valiera la pena. No importa todo lo que
intentramos hacer en la fuerza de nuestra carne para calmar nuestra conciencia que nos
acusaba, y para calmar la ira de un Dios santo. Nada serva ante la presencia de un Dios
que es absolutamente santo. Ninguna de nuestras obras vala la pena. Porque estbamos
sin paz, sin pureza, sin esperanza, sin temor de Dios (v.13-20). No tenamos escape, no
sabamos nada sobre libertad. No tenamos idea si podamos sobrevivir a esa condicin.
ramos reos de muerte, condenados a la perdicin.
El apstol Pablo desde verso 21 en adelante declara:
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley
y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que
creen en l. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y estn destituidos de
la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redencin
que es en Cristo Jess, a quien Dios puso como propiciacin por medio de la fe en su
sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que l sea
el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jess. Dnde, pues, est la jactancia?
Queda excluida. Por cul ley? Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.
Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. Es Dios
solamente Dios de los judos? No es tambin Dios de los gentiles? Ciertamente,
tambin de los gentiles. Porque Dios es uno, y l justificar por la fe a los de la
circuncisin, y por medio de la fe a los de la incircuncisin. Luego por la fe
invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.
Desde el momento que fuimos salvos por la gracia de Dios, luego de haber depositado
nuestra fe en la persona de Jesucristo, algo dentro de nosotros se manifest y las cosas
que antes no entendamos, comenzamos a comprenderlas.
Cristo nos libert
Nuestra declaracin de libertad fue proclamada a travs de los cielos y en las
profundidades del infierno se supo que el pecador era oficialmente libre a travs de la
gracia del evangelio y de lo que Cristo hizo en la cruz del Calvario.
Doctrinalmente esta verdad es representada por la palabra redencin, que no es otra
cosa que el comprarnos otra vez. Es el pago de un precio por mi libertad y la suya. Es lo
que Cristo hizo para que seamos libres.
La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo es para todos los que creen en l, no
en sus propias habilidades, ni en sus promesas o recursos. No es para aquellos que creen
en sus contactos, ni en sus esfuerzos, sino para los que creen en l. Porque todos
pecamos y fuimos destituidos de la gloria de Dios.
Para acceder a esta libertad y calificar no se determina por raza, color, lenguaje, ni ser
educado o tener dinero. No hay distincin entre nosotros, todos somos iguales. Todos
necesitamos salvacin en la persona de Jesucristo, porque todos pecamos y fuimos
destituidos de la gloria del Seor.
Algunas personas creen que por no ser drogadictos, perversos, abusadores, o porque
nunca mataron, no son grandes pecadores. Pero aunque esos no sean sus pecados, en el
infierno no hay compartimientos especiales para los pecadores leves. Todos participan
del mismo fuego, del mismo calor.
Vivamos atados como prisioneros. ramos esclavos de nuestras pasiones, de nuestros
deseos, lujurias y concupiscencias. Estbamos a merced de la ley que nos declarara
culpables, reos de muerte. Pero cuando el Seor decidi morir en la cruz fue para
hacernos libres. No tenamos nada que ofrecerle a cambio, nadie aceptara tomar nuestro
lugar. Sin embargo, el Seor dijo: Yo doy mi vida. Si ustedes aceptan lo que les doy y
lo que har, todo lo mo, lo que hice y lo que har, se les contar como justicia, como si
ustedes hubieran pagado el precio.
-------Por ese acto de amor incondicional fue declarada la abolicin de mi esclavitud. Ya
no tenemos que vivir bajo mi antiguo dueo, ahora soy libre para servir a mi Dios el
resto de mi vida.
Consciencia de pecado
La primera analoga que el apstol Pablo describe es que nacimos en pecado, la segunda
es que en Cristo la posibilidad de liberacin est presente. La tercera analoga es trgica,
porque empieza a considerar que aunque nacimos en pecado, al recibir a Cristo, somos
libres. Entonces por qu razn muchos viven como si fueran esclavos?
Cuando les preguntaban a los esclavos de Alabama por qu no asuman la posibilidad
de su liberacin, ellos respondan que no saban nada acerca de la libertad. Tambin hay
cristianos con una conciencia de pecado en vez de liberacin.
Reconoce frases como: Yo no puedo hacer nada. En realidad no valgo mucho,
simplemente soy humano Pastor, usted sabe que nadie es perfecto? Le resultan
familiares estas excusas? A travs de estas expresiones se racionaliza el pecado. En
realidad todava vive como esclavo en varias reas de su vida donde el pecado lo
domina y es culpable de ello. A la luz del captulo 6 del libro de romanos, esto es un
insulto a la gracia, porque el pecado lo controla. Amparase dentro de estas declaraciones
demuestra que todava hay reas controladas por una mentalidad de esclavo. Estn tan
programados para pecar que esperan que ocurra.
Muchos cristianos provienen de un trasfondo de legalista, donde nueve de cada diez
mensajes estaban concentrados en mirar el pecado para mantenerse distante de l. A
causa de ello nuestra mentalidad cuenta con una conciencia de pecado. Fueron
entrenados mejor para tratar con el pecado que para disfrutar de su libertad.
Comienzan el da con temor a pecar, viven avergonzados, sienten culpa cuando van a
dormir en vez de darle gracias a Dios por ese da. Oran para confesar sus pecados de
esta manera: Seor, perdname porque en este da te volv a fallar, recin entonces se
sienten tranquilo. El temor que hay en ellos los domina de tal manera que necesitan
hacerlo para tener paz. Temen que el Seor venga y no los encuentre limpios, entonces
creen que es mejor confesar y pedir perdn, as se aseguran la salvacin. De esa manera
quitan su culpa, su sentido de vergenza.
La mentalidad de muchos ha sido acondicionada al pecado, aun su cnticos revelan la
teologa que viven. Han basado sus alabanzas en experiencias y no en revelacin. Sus
canciones forman su teologa, la cual determina su manera de vivir. Un cntico de
revelacin expresa la verdad de la Palabra de Dios, y mis frustraciones y temores no se
ven reflejados en esa meloda. Usted puede estar en el medio de la crisis ms violenta de
su vida, y mientras transcurre ese tiempo, el Espritu Santo le revela un cntico que debe
entonar. Esas notas musicales son como semillas que al cantarlas explotarn en verdad.
El Espritu Santo no viene a glorificar una experiencia personal sino a revelarnos la
verdad de la Palabra. l viene a revelarnos la esencia de la palabra poderosa de Dios en
nuestra vida.
Por esa razn, cuando aprendemos a vivir en el poder de la gracia, no necesitamos
pecar. Entendemos la gracia y vivimos en libertad. El evangelio de la gracia revela la
verdad eterna de Dios en el espritu. Porque todo aquello que nos hace sentir culpables
cuando fuimos declarados libres, es manipulacin. Usted tiene la capacidad de decidir.
Cuando ejercite el nuevo pacto, podr discernir lo que hasta ahora ha vivido y lo que
desde este momento quiere hacer. Descubrir qu verdad era completa y cul
incompleta. Discernir que la gracia es inescrutable, no tiene fin. Lo tomar de la mano
y cuando el pecado quiera limitarlo, la gracia all estar. Porque las inescrutables
riquezas de nuestro Seor Jesucristo nunca fueron contenidas en el evangelio de ley,
sino en el evangelio de la gracia.
Cuando la atmsfera de liberacin explote dentro de su espritu, descubrir que: Dios
es ms grande de lo que usted pensaba y ms grande que la experiencia que vivi. El
apstol Pablo tuvo todo por basura con tal de ganar el conocimiento de nuestro Seor
Jesucristo. La revelacin de ayer fue para ayer. Agradeci a Dios porque a