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ROL DE LAS AGENCIAS
CALIFICADORAS DE RIESGO
Jorge E. Pèrez H.
“Somos lo que hacemos día a día. De modo que la
excelencia no es un acto, sino un hábito”
Aristóteles
INTRODUCCIÓN
Las calificadoras de riesgo de crédito son instituciones que
evalúan la capacidad y voluntad de pago del emisor de
deudas o títulos valores. Después de un análisis cualitativo
y cuantitativo las calificadoras de riesgo asignan a
instituciones financieras, países, bonos o títulos valores,
una nota o calificación que pertenecen a una escala
preestablecida por la agencia calificadora. Cada una tiene
su propia escala de valuación, pero en definitiva todas
miden lo mismo y tienen el mismo objetivo: mantener
informado a los inversionistas en general, de los aspectos
macros y micro-económicos de un país, una, institución de
gobierno, institución financiera, corporación o un valor
específico.
Los servicios de nota o calificación de riesgo de crédito que
ofrecen las agencias calificadoras, permite al usuario estar
completamente actualizado para la toma de decisiones de
inversión, le ahorra tiempo y dinero.
Existen varias agencias calificadoras de riesgo de crédito,
sin embargo, en este trabajo nos vamos a concentrar en
tres de las más conocidas como son Standard and Poor,
Moody´s Investors Service y Fitch-Ibca.; expondremos una
pequeña reseña histórica del origen de las agencias
calificadoras, el tipo de riesgo que cubren en sus
evaluaciones, compararemos la escala de calificación de
cada una de las tres agencias, el cómo y cuál es el proceso
de valuación, la principales conclusiones de la nueva
propuesta del Acuerdo de Basilea y daremos nuestra
percepción del rol que han jugado, juegan y seguirán
jugando las agencias calificadoras en los mercados locales y
de capitales.
1. ANTECEDENTES
1.1 Breve Historia del Nacimiento de las
Agencias Calificadoras
La calificación de valores tuvo su origen a finales del siglo
XIX en Estados Unidos de Norteamérica con la
consolidación de un sistema de información crediticia que
era utilizado por inversionistas e instituciones financieras
del país.
A comienzos del siglo XX, con el desarrollo de la industria
ferroviaria y con la importancia que obtuvo la emisión de
bonos para su financiamiento, se crearon nuevas empresas
calificadoras para estudiar la calidad de estos instrumentos.
Estas circunstancias dieron la condición para que varias de
las firmas más importantes existentes hoy día, en algunos
caso bajo otros nombres, en los Estados Unidos de
Norteamérica, dieran sus primeros pasos en el campo de la
evaluación de riesgo.
En 1909 Moody’s inició sus funciones calificando bonos
corporativos de acuerdo al riesgo de incumplimiento de las
obligaciones de las compañías emisoras, en 1916 y 1922
hicieron lo mismo las empresas que formaron a Standard
and Poor’s (“Estándard Statistic Bureau” y “Poor’s
Publishing Co.”), mientras que Fitch (Fitch Publishing Co.)
empezó en 1913.
Si bien es cierto que la empresas calificadoras existían
desde principios del siglo XX, no es sino a partir de la
década de los 70’s en que este rubro se toma bastante
activo e importante. Esto se debe a la mayor participación
de las empresas y gobiernos en operaciones financieras
internacionales. A partir de ello empiezan a desarrollarse
una serie de modelos teóricos y técnicas para evaluar
sistemáticamente el riesgo asociado a operaciones
financieras o de inversión.
Para 1972 se funda la primera agencia calificadora fuera de
los Estados Unidos y es la “Canadian Bond Rating Services”
en Montreal, Canada; luego en Japón, en 1979, esta labor
se inicia con la conversión del servicio de información sobre
bonos del diario “Nikon Keisai Shimbum” en una sociedad
calificadora de valores, y en Europa la primera firma de
esta naturaleza surge en España en 1985 en la figura de
“Renta 4, S.A.” En América Latina la primera calificadora
de valores se autorizó en Chile en 1988 y fue a la Agencia
Clasificadora de Riesgo Humphrey’s Ltda., que era una filial
de Moody’s para el análisis de riesgo. Luego Humphrey’s
Chile abre Humphrey’s Argentina en 1993. El segundo país
de la región en donde se constituyó otra empresa similar,
fue en México en 1990.
2. LA CALIFICACIÓN DE RIESGO Y PARA QUE ES
UTILIZADA
La calificación es una opinión de una entidad independiente
especializada en estudios de riesgo, sobre la calidad
crediticia de una emisión de títulos. De esta manera las
sociedades calificadores de valores promueven la eficiencia
y estabilidad en el mercado de valores. La evaluación se
realiza sobre la capacidad de la entidad emisora de cumplir
puntualmente los compromisos financieros derivados de la
emisión. Cabe señalar que tal opinión se concibe sobre la
calidad crediticia de la deuda de un emisor más no de la
empresa calificadora y no puede interpretarse como una
garantía de pago.
La evaluación del riesgo crediticio se basa en el análisis de
la interrelación de los elementos tanto cualitativos como
cuantitativos que mayormente afectan o pueden afectar el
cumplimiento de los compromisos financieros adquiridos
por un emisor. Entre los cualitativos se encuentran factores
tales como: entorno macroeconómico, sector en que
desarrolla su actividad, posición competitiva a nivel
nacional e internacional, planes y estrategias, calidad de la
administración, innovaciones tecnológicas oportunidades de
mercado y políticas de control y auditoria. La calificación
también implica el análisis cualitativo que evalúa aspectos
contables, financieros, de mercado, proyecciones, flujos de
ingresos y egresos, productividad, proveedores, clientes,
entre otros.
La calificación de riesgo ofrece grandes ventajas para el
desarrollo del mercado de valores, entre las que se
cuentan:
• Contribuye a una mayor transparencia y uso de la
información en el mercado de títulos de deuda.
• Se crea una cultura de riesgo en la inversión diferente
a la rentabilidad y a la liquidez.
• Brinda una mayor eficiencia al mercado al posibilitarse
fijar la rentabilidad de los títulos en función del riesgo
implícito de los mismos.
• Facilita a los inversionistas institucionales diseñar
portafolios de inversión balanceado de acuerdo con el
riesgo.
• Permite a los inversionistas involucrar fácilmente el
factor riesgo en la toma de decisiones y tener un
parámetro de comparación del mismo entre
alternativas similares de inversión. Dicha posibilidad
es aún más importante cuando al mercado acude un
gran número de emisores y por ello, los inversionistas
se encuentran en una virtual imposibilidad física de
analizar pormenorizadamente a cada uno de ellos.
• Posibilita la ampliación del número de emisores e
inversionistas que acuden al mercado público. En
efecto, un emisor que no ha acudido al mercado por
temor a no colocar sus títulos o a tener que pagar un
alto rendimiento para poder hacerlo, al resultar bien
calificado puede obtener mejores condiciones
financieras para la financiación a través de oferta
pública de nuevos títulos o para la consecución de otro
tipo de crédito, al paso que mejora la proyección de la
imagen de la empresa favoreciendo su posición
competitiva.
• Al conscientizarse el inversionista sobre los riesgos
que asume al comprar un valor, se elimina la
concepción equívoca que existe en el mercado público
de valores de algunos países sobre la garantía
implícita que el Estado brinda a una emisión.
3. TIPOS DE RIESGO QUE CUBREN LAS AGENCIAS
CALIFICADORAS
3.1 Del riesgo emisor y del riesgo soberano
De la calificación de riesgo crediticio de una entidad hace
parte el riesgo país o riesgo económico, que es la
consideración del ambiente económico de negocios y social
en donde opera el emisor. El anterior elemento es muy
importante también en la determinación del riesgo
soberano. El último se identifica con el grado y la forma en
que las acciones del gobierno pueden afectar, directa o
indirectamente, la habilidad de un deudor para utilizar los
fondos disponibles y cumplir con sus obligaciones de deuda
en moneda extranjera. La calificación del riesgo soberano
depende también del grado de integración del país al
sistema financiero internacional y de la tradición de
cumplimiento oportuno de sus obligaciones financieras
externas.
La calificación de riesgo soberano equivale a la mayor
confianza que se puede tener en la calidad de los títulos
valores de un país y se asocia a la capacidad, voluntad y
tradición del gobierno de cumplir puntualmente con su
propia deuda externa y con la que él garantiza. Dicha
puntualidad es muy representativa de la efectividad de las
políticas económicas que aplican las autoridades y de la
fortaleza del sistema económico para sostenerse más allá
del mediano plazo. En estas circunstancias el riesgo
soberano es reducido.
En el aspecto de la voluntad de pago tiene menor
importancia en la evaluación de las empresas particulares,
debido a que tienen una capacidad legal limitada, mientras,
que los gobiernos pueden dejar de pagar las obligaciones
por razones políticas, aunque tengan la disponibilidad
financiera para cumplirlas en su momento.
Frente a la deuda soberana en moneda nacional, la
capacidad y voluntad de un gobierno de cumplir sus
obligaciones esta apoyada en su poder impositivo y en su
control sobre el sistema financiero nacional, lo que
potencialmente le permitiría un acceso ilimitado a los
recursos en moneda nacional. En la evaluación de este
asunto inciden las variables fiscales y monetarias. Para el
cumplimiento de la deuda pública pactada en moneda
extranjera se deben asegurar divisas, lo cuál exige tener
políticas y ver la evolución de la balanza de pagos.
3.2 Los Grado de inversión y grado especulativo
En las clasificaciones de riesgo de la deuda soberana, las
agencias calificadoras utilizan letras, que a su vez se
agrupan en dos grandes bloques denominados,
respectivamente, grado de inversión y grado especulativo.
Cuando una deuda soberana recibe el grado de inversión,
significa que la empresa calificadora no tiene
absolutamente ninguna duda de que el país en cuestión
cumplirá al pie de la letra con sus compromisos de deuda;
con grado especulativo, significa que existe algún grado de
riesgo para el inversionista en la adquisición de títulos de
deuda.
En otros términos, el propósito de estos tipos de
calificaciones es dar una señal a los inversionistas sobre la
seguridad de pago de los documentos de deuda que
adquieran de cierto país. Esto genera una demanda de
títulos de los países calificados.
Como se señaló anteriormente, las agencias otorgan
calificaciones tanto a los gobiernos soberanos como a las
compañías industriales o las instituciones financieras. Una
regla de criterio que utilizan es que ningún emisor
corporativo podrá tener una calificación mayor que la de su
país de origen. Es decir, existe una calificación techo a la
que las compañías pueden aspirar, siendo esta la
calificación soberana.
Este criterio se basa en el hecho de que cualquier compañía
constituida bajo las leyes de un país determinado siempre
estará sujeta a las leyes y disposiciones del gobierno
soberano de dicho País. Esto tiene como resultado que el
emisor es dependiente de las regulaciones del gobierno de
su país para la obtención de la moneda extranjera que
requiere para cumplir con sus obligaciones.
4. LAS EMPRESAS CALIFICADORAS Y LA ESCALA DE
CALIFICACION
Las agencias calificadoras son empresas privadas dedicadas
a la evaluación de un país desde el punto de vista político,
económico y social la cual da una calificación que sirve de
instrumento para las decisiones de inversión y permite
mitigar el riesgo que supone invertir en activos financieros
de diversos prestatarios, ya sean estos países, entidades
estatales, provincias, ciudades o empresas.
En otras palabras, lo que califican las agencias es la
capacidad y el deseo de un emisor soberano para devolver
la deuda emitida de manera periódica, tanto el principal
como los intereses, lo cual sirve de guía a los inversionista-
s o hombres de negocio para la adecuada toma de
decisiones en materia de inversión.
A nivel internacional existen diversas agencias calificadoras,
sin embargo, tres son las más prestigiadas:
4.1 Stándard and Poor’s (S&P)
Las clasificaciones que efectúa S&P provee a los
inversionistas de una evaluación de los bancos alrededor
del mundo, instituciones de ahorros y préstamos, bancos
de inversión, gobiernos y compañías financieras. Las
clasificaciones tienen una variedad de categorías, que dan a
los inversionistas una herramienta para distinguir entre los
tipos de riesgos a los cuales estarían expuestos.. El criterio
de clasificación es una composición de dos herramientas. La
primera, es fundamentalmente un análisis de crédito. Esta
utiliza un análisis cuantitativo para determinar la posición
financiera de la institución, incluyendo la calidad de la
cartera, liquidez, ganancia y adecuación patrimonial. La
segunda, se centraliza en factores cualitativos como el
alcance y calidad de la administración, perfil de riesgos,
agresividad del negocio, y el apoyo de parte de los entes
reguladores. Las categorías de clasificación y sus
respectivos significados son:
4.1.1 Grados de Inversión de Largo Plazo:
AAA Es el más alto grado de seguridad, con una
excelente capacidad de pago.
AA Un alto grado de seguridad con una fuerte
capacidad de pago. Estas
emisiones difieren muy poco de otras con mayor
clasificación.
A Un fuerte nivel de seguridad y capacidad de pago,
pero ésta clase es un poco más susceptible al largo
plazo, que las anteriores, en condiciones económicas
adversas.
BBB Un grado satisfactorio de seguridad y capacidad
de pago, pero estas emisiones son mas vulnerables
ante condiciones económicas adversas que las
anteriores.
4.1.2 Grados Especulativos de Largo Plazo:
Los clasificados en estas categorías tienen características
predominantemente especulativas en su capacidad para
pagar intereses y capital, ‘BB’ indica el más bajo grado de
especulación y ‘C’ el más alto grado.
BB Esta categoría refleja menos vulnerabilidad de
incumplimiento que otras emisiones especulativas de
corto plazo. Sin embargo, estas emisiones están más
expuestas a las incertidumbres imperantes y a
condiciones económicas o financieras adversas
poniendo en duda su capacidad de pagar capital e
intereses al vencimiento.
B Esta categoría indica que las emisiones tienen una
vulnerabilidad de incumplimiento mayor, pero en la
actualidad tienen la capacidad de cumplir con los pagos
de interés y capital. Adversidades en los negocios, en
las condiciones financieras, o económicas impedirían su
capacidad de pagar los intereses y el capital.
CCC Las emisiones clasificadas “CCC” tienen en el momento
una vulnerabilidad de incumplimiento que puede
notarse y depende de condiciones favorables de
negocios, financieras y económicas para poder cumplir
con los pagos de interés y capital al vencimiento.
Adversidades en las condiciones de negocios,
económicas y financieras probablemente causarían
incumplimiento en el pago de sus obligaciones.
CC Se aplica a emisiones que son subordinas a otras
obligaciones calificadas C y que por lo tanto contarían
con menos protección.
D Incumplimiento
E No hay suficiente información para calificar.
4.1.3 Grados de Inversión de Corto Plazo:
A-1 Esta es la mas alta categoría indicando que el
nivel de seguridad de cumplimiento al vencimiento es
bastante fuerte. Aquellas emisiones que se consideran
que cuentan con características de seguridad
extremadamente fuertes llevan su categoría con un
signo positivo (+).
A-2 La capacidad de cumplimiento al vencimiento de estas
emisiones es satisfactoria. Sin embargo, el grado
relativo de seguridad no es tan alto como el de la
categoría A-1.
A-3 Las emisiones bajo esta categoría tienen una
adecuada capacidad de cumplimiento de sus
obligaciones al vencimiento. Sin embargo, son más
vulnerables que las emisiones de más alta categoría
ante los cambios adversos durante ciclos económicos.
Más (+) o menos (-) Clasificaciones desde “AA/A-1+”
hasta “CCC/C” pueden ser modificados con un signo de más
o menos, para reflejar su posición relativa dentro de las
categorías de clasificación.
N.R. Indica que ninguna clasificación ha sido pedida, no
hay suficiente información en la cual se puede basar la
clasificación, o que S&P, por norma, no clasifica ese tipo de
obligación en particular.
4.2. MOODY’S INVESTORS SERVICE (Moody´s)
Con la diversificación de instrumentos de inversión y la
globalización de los mercados financieros, las calificaciones
de Moody's se han extendido hasta abarcar compañías
industriales, instituciones financieras y gobiernos nacionales
y estatales en aproximadamente 90 países. En sus
calificaciones Moody's considera que las evaluaciones no se
debe basar sólo en un análisis de indicadores y razones,
tanto políticos como económicos. Está calificación no se
refiere exclusivamente a la calidad de crédito de un
Gobierno, sino que va referida a la totalidad del país,
incluyendo deudores del sector público y privado.
En cuanto a deuda soberana, los criterios de clasificación
que utiliza se basan en dos aspectos fundamentales. En
primer lugar, un país puede incumplir sus obligaciones por
una deficiencia crónica de generación de divisas, que suele
estar producida por razones de índole política y económica.
En segundo lugar, un país puede no cumplir sus
obligaciones de deuda internacionales por un problema de
liquidez a corto plazo.
En el caso específico de Moody's la escala y el significado
que utiliza para clasificar los riesgos es la siguiente:
4.2.1 Clasificación de Deuda de Largo Plazo:
Aaa Los Bonos clasificados Aaa son considerados de la
mejor calidad. Ellos tienen el menor nivel de riesgo de
inversión y generalmente se refiere a ellos como "de
máxima garantía" (“gilt edged”). Los pagos de intereses se
encuentran protegidos por márgenes amplios o
excepcionalmente estables y el pago de capital es seguro.
Aunque varios de los elementos que brindan seguridad
están sujetos a cambios, los mismos son predecibles y eso
evita que tales cambios alteren la buena posición de estas
emisiones.
Aa Los bonos clasificados Aa son considerados de alta
calidad bajo todos los estándares. Al igual que la
clasificación Aaa son generalmente conocidos como bonos
de alto nivel. Esta clasificación es de más baja calidad que
los mejores bonos porque los márgenes de protección no
son tan buenos como en los títulos de categoría Aaa,
porque los elementos de protección tienen mayor
fluctuación o porque existen otros factores que hacen que
el riesgo de largo plazo parezca un poco mas alto que en
los títulos de clasificación Aaa.
A Los bonos clasificados A poseen muchos atributos
favorables para la inversión y son considerados como
obligaciones de un nivel medio-alto. Los factores que dan
seguridad al capital e intereses son considerados
adecuados, pero pueden existir elementos que los
consideren susceptibles a un deterioro en el futuro.
Baa Los bonos clasificados Baa son considerados como
obligaciones de nivel medio (es decir, no son ni de muy
alta, ni de muy baja seguridad). Los pagos de intereses y
capital aparecen adecuados en el presente, pero pueden
carecer de ciertos elementos de protección o, por sus
características, no ser confiables más allá de cierto tiempo.
Tales bonos carecen de características sobresalientes para
la inversión y de hecho, también tienen características
especulativas.
Ba Los bonos clasificados Ba son considerados como
obligaciones que poseen elementos especulativos; su futuro
es inseguro. Los elementos de protección de intereses y
pagos de capital son generalmente muy moderados, por
ende no son tan seguros durante los ciclos económicos
futuros. Estos bonos se caracterizan por su incertidumbre.
B Los bonos clasificados B generalmente carecen de las
características de inversión deseables. Es poca la seguridad
de pago de intereses y de capital, al igual que la
preservación de los términos en los contratos más allá de
un largo período de tiempo.
Caa Los bonos clasificados Caa tienen un pobre prestigio.
Estas emisiones pueden estar en incumplimiento o tener
elementos de riesgo en cuanto al cumplimiento de capital o
intereses.
Ca Los bonos clasificados Ca representan obligaciones que
son altamente especulativas. Esta emisiones generalmente
están en incumplimiento o sufren de otras fallas muy
marcadas.
C Los bonos clasificados C tienen el más bajo nivel de
clasificación y su posibilidad de mejorar de categoría de
inversión es extremadamente poca.
Nota: Moody’s Investor Service utiliza modificadores
numéricos 1, 2, y 3 en cada clasificación genérica desde Aa
hasta B. El modificador 1 indica que la obligación está en
un alto nivel dentro de su clasificación genérica; el
modificador 2 indica que está en nivel medio; y el
modificador 3 indica una clasificación de nivel bajo dentro
de la clasificación correspondiente.
4.2.2 Clasificación de Deuda de Corto Plazo:
Las clasificaciones de deuda de corto plazo de Moody's son
opiniones sobre la capacidad que tienen los emisores de
pagar puntualmente sus obligaciones. Estas obligaciones
generalmente tienen un vencimiento original menor de un
año, a menos que se especifique lo contrario. Moody’s
emplea las tres siguientes categorías, todas evaluadas
como grado de inversión, para indicar la relativa capacidad
de pago por parte de los emisores clasificados:
P-1 Los emisores con clasificación Prime-1 (o las
instituciones de apoyo financiero) tienen una capacidad
superior para el pago de sus obligaciones prioritarias de
corto plazo. La capacidad de pago Prime-1 se sustenta en
base a las siguientes características:
− Posiciones líderes de mercado en industrias bien
establecidas.
− Altos rendimientos sobre la utilización de fondos.
− Estructura de capital conservadora con una
dependencia moderada sobre deuda y amplia
protección de los activos.
− Amplios márgenes de ganancias que cubran los gastos
financieros fijos y una alta capacidad de generar
efectivo.
− Acceso bien establecido en diversos mercados
financieros y fuentes alternas de liquidez muy seguras.
P-2 Los emisores clasificados Prime-2 (o las instituciones
de apoyo financiero) tienen una fuerte capacidad para
pagar sus obligaciones prioritarias de corto plazo. Esto es
generalmente sustentado en base a muchas de las
características antes mencionadas pero en menor grado. La
tendencia que muestra los ingresos y las razones
financieras, aunque buenas, son más variables. Las
características de capitalización, aunque continúan siendo
apropiadas, están más propensas a verse afectadas por
factores externos. Mantienen una fuente alterna de liquidez
amplia.
P-3 Los emisores clasificados Prime-3 (o las instituciones
de apoyo financiero) tienen una capacidad aceptable para
pagar sus obligaciones prioritarias de corto plazo. Las
características de las industrias y los componentes de los
mercados pueden tener un efecto más pronunciado. La
variación en los ingresos y en la rentabilidad pueden dar
como resultado cambios en los niveles de las medidas de
protección de deuda y pueden requerir niveles de
apalancamiento financiero relativamente altos. Mantienen
una fuente alterna de liquidez adecuada.
• Los emisores clasificados Not Prime no encajan en
ninguna de las categorías de las clasificaciones “Prime.”
4.3 FITCH-IBCA (FITCH)
Es la tercera agencia calificadora más importante, pero
dada la similitud de criterios con Standard and Poor's,
generalmente el desempate se salda a favor de la
calificación otorgada por esta última agencia. Actualmente,
las agencias calificadoras Fitch-IBCA y Duff & Phelps se han
fusionado y a partir de dicha fusión ambas agencias
emitirán una misma calificación; para ello D&F adoptará la
escala empleada por FitchIBCA.
Los criterios de calificación se basan en la revisión de las
variables macroeconómicas habituales haciendo hincapié en
el estudio de situación política y social, y en todos aquellos
factores que pueden contribuir a desestabilizar el sistema
político, como terrorismo y corrupción administrativa. Es
decir, su análisis lo realiza tomando, en cuenta factores
cualitativos y cuantitativos, que se entremezclan y son
difíciles de ponderar en forma aislada.
Las calificaciones de Fitch proporcionan una opinión de la
capacidad de pago de una institución o de una emisión de
valores en el cumplimiento a tiempo del pago de intereses,
comisiones, dividendos de acciones preferidas o el repago o
pago del principal de una deuda. Estas calificaciones del
riesgo de crédito aplican a varias entidades públicas y
privadas incluyendo las emisiones de gobierno,
financiamientos estructurados, corporaciones, préstamos a
bancos, a contrapartidas, acciones preferidas así como las
fortalezas financieras de las compañías de seguros y
garantes financieros.
4.3.1 Clasificación de Deuda de Largo Plazo:
La escala de calificaciones siguientes se aplica a
compromisos en monedas extranjeras y monedas locales
Aaa Es la calidad más alta del crédito. Denotan la
expectativa más baja del riesgo de crédito. Se asignan
solamente en caso de que dé la capacidad
excepcionalmente fuerte para el pago oportuno de
compromisos financieros. Esta capacidad es altamente poco
probable ser afectado por acontecimientos previsibles.
Aa Calidad muy alta del crédito. Denotan una expectativa
muy baja del riesgo de crédito. Indican la capacidad muy
fuerte para el pago oportuno de compromisos financieros.
Esta capacidad no es perceptiblemente vulnerable a los
acontecimientos previsibles.
A..Alta calidad del crédito. Denotan una expectativa baja
del riesgo de crédito. La capacidad para el pago oportuno
de compromisos financieros se considera fuerte. Esta
capacidad puede, sin embargo, ser más vulnerable a los
cambios en circunstancias o en condiciones económicas que
el caso para grados más altos.
BBB Buena calidad del crédito. Indica que hay
actualmente una expectativa baja del riesgo de crédito. Las
capacidad para el pago oportuno de compromisos
financieros se considera adecuada, pero los cambios
adversos en circunstancias y en condiciones económicas
son más probables deteriorar esta capacidad. Esta es la
categoría de inversión más baja.
4.3.2 Grados Especulativos
Corresponden a la falta de certeza del repago oportuno de
capital e intereses.
BB Especulativo. Este grado indica que hay una
probabilidad de riesgo de crédito en desarrollo,
particularmente como resultados adversos en un corto
plazo a los cambios económicos; sin embargo, negocios o
alternativas financieras, tal vez disponibles, podrán permitir
cumplir los compromisos adquiridos.
B Altamente especulativo. La emisiones calificadas con B
indican un nivel más alto de incertidumbre y por lo tanto
mayor probabilidad de incumplimiento que las emisiones
con mayor calificación. Cualquier acontecimiento adverso
podría afectar negativamente el pago oportuno de capital e
intereses.
CCC, CC, C Alto riesgo de incumplimiento. El
incumplimiento es una posibilidad verdadera. La capacidad
para cumplir los compromisos financieros están basados
sobre posibles negocios favorables o el desarrollo de
acontecimientos económicos. El grado de CC indica que el
incumplimiento de alguna forma es probable. El grado C
indica que el incumplimiento es inminente.
DDD, DD, D Incumplimiento (default). En esta categoría
los grados se basan en la perspectiva de alcanzar la
recuperación parcial o completa en una reorganización o
una liquidación del deudor. Mientras se espera la
recuperación, los valores de la recuperación son altamente
especulativos y no se pueden estimar con precisión alguna.
Las obligaciones con calificación DDD tiene un potencial de
entre 90% a 100% de recuperación de las cantidades e
intereses pendientes de pago. La DD indica una
recuperación potencial de entre 50% a 90%, mientras que
la D es el potencial recuperación más bajo de 50%.
Las empresas clasificadas en estas categoría, han
incumplido algunas o todas sus obligaciones. Empresas con
calificación DDD tiene grandes posibilidades de reasumir
su funcionamiento o de continuar sus operaciones con o
sin un proceso formal de reorganización. Las clasificadas
como DD y D, están generalmente experimentando un
proceso formal de reorganización o de liquidación; aquellas
clasificadas DD son las que tiene una posibilidad más alta
de satisfacer una porción de las obligaciones pendientes,
mientras que las D tiene posibilidades remotas de
compensar parcial o todas las obligaciones.
4.3.3 Clasificación de Deuda de Corto Plazo:
La escala de calificaciones siguientes se aplican a
compromisos en monedas extranjeras como locales. Un
grado a corto plazo tiende un horizonte de tiempo de
menos de 12 meses para la mayoría de las obligaciones, o
hasta tres años para valores del gobierno de los Estados
Unidos de Norteamérica, y así pone mayor énfasis en la
liquidez necesaria para resolver compromisos financieros de
una manera oportuna.
F1 Es la calidad más alta de crédito. Indica la capacidad
superior para el pago oportuno de compromisos
financieros; posee una capacidad superior para conservar el
valor del capital , y de limitar la exposición al riesgo de
pérdidas por factores crediticios.
F2 Buena calidad de crédito. Una capacidad satisfactoria
para el pago oportuno de compromisos financieros. Tiene
una fuerte capacidad para conservar el valor del capital y
de limitar las exposición al riesgo de pérdidas por factores
crediticios, con un riesgo incremental limitado en
comparación con fondos calificados con la categoría más
alta.
F3 Calidad justa del Crédito. Posee una capacidad
razonable para conservar el valor del capital y limitar la
exposición al riesgo de pérdidas por factores crediticios. Los
fondos de calificación F3 podrían ser más vulnerables a
acontecimientos adversos, tanto externos como internos,
que los fondos con calificación más alta. Podía dar lugar a
una reducción a grado de no inversión.
B Especulativo. Capacidad mínima para el pago oportuno
de compromisos financieros. Es más vulnerable a los
cambios financieros y económicos adversos a corto plazo.
C Alto riesgo de incumplimiento. El incumplimiento es una
posibilidad verdadera. La capacidad para cumplir con
compromisos financieros esta determinado por la
sostenibilidad del negocio y un ambiente económico
favorable.
D Incumplimiento (default). Denota un incumplimiento
real e inminente de cumplir con los compromisos
financieros.
Nota a los grados a largo plazo y a corto plazo: Signo de
más( “+”) o menos (“-“) pueden ser agregado a un grado
para modificar el estado relativo dentro de la categoría
importante del grado. Tales sufijos no se agregan a la
categoría AAA de largo plazo, a las categorías por debajo
de CCC o a los grados a corto plazo con excepción de F1.
5. Cuadro con la Escala comparativa a Largo Plazo de
las tres Agencias Calificadoras.
COMENTARIOS
Desde sus inicios las Agencias Calificadoras de riesgo de
crédito no han sido reguladas por organismo alguno; han
ido a la libre, como se dice, basando sus juicios de una
manera subjetiva en lo que debe ser el comportamiento
macro y micro económico de los gobiernos, una
corporación, valores financieros, para mencionar algunos.
Dictan pautas de cómo debe ser el comportamiento en el
manejo de deudas y compromisos financieros.
Hemos visto como paso a paso con esta subjetividad en las
evaluaciones que ellos realizan, se han convertido en un
ente poderoso con credibilidad, al extremo de crear
dependencia de organismos rectores de políticas monetaria
y económicas de países, corporaciones, instituciones
bancarias, instituciones financieras en general, de
individuos y por último de organismos regionales:
organismos como el FMI y el comité de Supervisión
Bancaria de Basilea. Muchos de los modelos, decisiones y
normas que se plasman en los acuerdos, son tomadas de
las agencias calificadoras de riesgo.
Por ejemplo, La Superintendencia de Bancos de Panamá, en
la Resolución No.7-2000 (de 8 de septiembre de 2000),
para la constitución de provisiones adecuadas utiliza como
criterio mínimo para la identificación, revisión y control de
riesgo país en actividades relacionadas con préstamos,
depósitos de bancos e inversiones en valores, los grados
de calificación que emplean las agencias calificadoras
internacionales. Estas empresas actúan como organismos
multilaterales sin serlo; tenemos que tener en cuenta que
independientemente de la función que desempeñan como
calificadores de riesgo de crédito, son entes o empresas
privadas globalizadas y no Organismos Multilaterales.
Sustenta lo expuesto al inicio del párrafo anterior, cuando
vemos que en el documento consultivo del Nuevo Acuerdo
de Capital de Basilea, Parte 2: El Primer Pilar – Requisitos
de Capital mínimo, en el punto 22 (El Método estándar –
Reglas Generales), hay una parte que dice: “Para ponderar
el riesgo en el método estándar, los bancos podrán utilizar
las evaluaciones realizadas por las instituciones de
evaluación de crédito externos, reconocidas como
admisibles para fines de capital por los supervisores
nacionales, de acuerdo con los criterios definidos en la
sección A-“ del presente documento”1. Luego muestra el
cuadro con la ponderación correspondiente de acuerdo al
grado o calificación que tenga la entidad bancaria. He
utilizado este punto como muestra de mi planteamiento,
pero en el documento que hago mención más adelante se
sigue utilizando como modelo los empleados por las
compañías calificadoras de riesgo.
De hecho al ser aceptado el documento por todas las
autoridades reguladoras de banco del mundo,
indirectamente están siendo influidas por la concepción
subjetiva y no regulada de las entidades calificadoras,
auque también, podemos decir, que al ser aceptado por la
mayoría de los reguladores automáticamente es valida la
acepción de los parámetros de riesgo de las instituciones
1 Documento Consultivo, “El Nuevo Acuerdo de Capital de Basilea, Emitido por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, enero 2001. Documeento para consulta hasta el 31 de mayo de 2001, Banco de Pagos Internacionales (BIS).
calificadoras de riesgo crediticio. Para mí, esta no debe ser
la situación, por el contrario deben ser los países que dicten
las reglas y parámetros a aplicar en cada situación y ellos,
las agencias calificadoras, apegarse a las decisiones y
parámetros que dicten las autoridades reguladoras.
Las Agencias Calificadoras de Riesgo tienen una larga
historia y un rol en la calificación de riesgos como un
servicio a la inversiones realizadas por los inversionistas,
pero tienen que tener un nivel de regulación pública muy
importante. Si se transfiere ese rol a la iniciativa privada,
sin supervisión pública, se toma el riesgo o se expone a
que los agentes privados pasen de calificadores a
operadores.
Mi planteamiento concuerda con muchos académicos,
políticos y hombres de negocios que han sugerido que la
industria de las calificadoras de riesgo debería ser
reformada o regulada por el estado o hasta nacionalizadas.
Los que sustentan esta opinión se basan en el argumento
de que estas agencias han tomado un papel demasiado
trascendental en la evaluación del riesgo de un bono, un
país o una corporación; por lo tanto, decimos que se han
convertido en un arma de juicios financieros y económicos
peligrosos. Llegan a un país, hacen su investigación y
luego plasman en un documento, sus percepciones de la
situación del país o de la corporación; le dicen a las
autoridades de los países, a los gobiernos los que deben o
no deben hacer para mantener una calificación, que en una
u otra medida afecta positiva o negativamente las
percepciones de riesgo por parte de los inversores de los
mercados de capitales, poniendo en peligro en un momento
dado a países, ya que los lleva al ostracismo financiero
internacional perjudicando de esta forma la búsqueda de
capitales; además influyen en que el valor del mercado
de éstos se vean afectados por estas calificaciones dando
como resultado unos mayores costos de interés que no son,
en muchos casos, resultados de los emisores.
Debemos recordar lo que ha estado aconteciendo desde la
década de los 80´s, que es cuando toman fuerza, y
debemos recordar lo que aconteció en los últimos años con
el fiasco de sus evaluaciones y predicciones de las crisis
del sudeste asiático en 1998 y 1999 con Indonesia,
Thailandia, Philipinas y Rusia por mencionar algunos casos.
Para reforzar lo anterior, tenemos que en un informe de
1999 de la consultora “First Washington Associates” de
Estados Unidos, con relación a las calificaciones que se le
había dado a Argentina, informaba que las notas de las
agencias calificadoras estuvieron “infladas” y que esto
ocurrió, en gran medida, por las regulaciones
gubernamentales. El informe insinuaba la inconveniencia
de un sistema de calificación compulsiva y también
afirmaba que “algunas agencia calificadoras habían
“inflado” las notas porque “la competencia por los negocios
entre las ochos firmas sin duda motivó ratings inflados”.
Todos hemos vivido lo que ha estado sucediendo en
Argentina en los últimos dos años por criterios, tal vez,
equivocados. Estas Agencias Calificadoras de riesgo pueden
llevar a un país o corporación o inversionista a la quiebra
al cerrarle con sus comentarios las posibles fuentes de
salidas y de recursos financieros que se requieran en un
momento dado.
Resumiendo, tenemos que es un hecho importante, tener
en cuenta que son empresas privadas, que brindan un
servicio muy importante para el mundo financiero, y que
sus comentarios son sumamente peligrosos. Por ser
empresas privadas que se dedican a la comercialización de
servicios financieros, se deben a sus clientes; con esto no
quiero decir que no puedan ser empresas honesta y
confiables, pero pueden ser sujetas a manipuleo porque
ellos se deben a su clientela. Tal vez se dejen llevar por las
consideraciones de las autoridades y corporaciones en un
momento dado, porque tiene que seguir con el negocio en
marcha, tienen que reportar ganancia y repartir dividendos
a sus accionistas. Hemos vivido como en los últimos dos
años se han suscitados eventos de quiebras o
incumplimientos de obligaciones por parte de empresas
como Enron, Kmart, Vivendi, Worldcom, por mencionar
algunas, que estuvieron bien calificadas, con grados de
calificaciones altos y sin embargo, las condiciones de las
empresas no ameritaban esos grados altos de calificación,
porque habían adulterado, en muchos casos, los libros
contables y estas agencias no tuvieron el olfato o se
dejaron llevar por la grandeza que mostraban dichas
empresas. No hicieron un verdadero “Due Diligence” y si
lo hicieron y se dieron cuenta, nunca dijeron nada. Lo triste
de todo esto, es que hubo grandes pérdidas de dinero
para los inversionistas sin que se pudiera responsabilizar al
trabajo de investigación por parte de las empresas
calificadoras. En este juicio o comentario, incluyo a los
entes gubernamentales que tienen a su cargo el vigilar,
regular y sancionar o tomar medidas preventivas, para que
no se den situaciones como las mencionadas
anteriormente.
Concluyo y, es mi opinión final, que todas estas empresas
privadas que se dedican a la calificación de riesgos
crediticios, se deben fusionar, porque lo que acontece en la
actualidad es que estas empresas calificadoras están en
amplia competencia por el mismo negocio y puede ser, en
un momento dado manipuladas por las empresas a las
cuales están calificando, porque son clientes y en la
competencia no pueden perder clientes. Una vez
fusionadas, las que subsistan deben ser regulada por
autoridades locales o crear un mecanismo regulador, como
es el caso de Basilea, que supervise la actividad de estas
empresas y dicte los parámetros que se deben seguir.
También puede crearse un organismo como el FMI que
tiene la participación de todos los países del mundo,
aunque en esta última idea habría conflicto de intereses
por parte de los países participantes y podría haber juicios
viciados.