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13 de enero de 2020
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ANÁLISIS ECONÓMICO GLOBAL
| PANORAMA GLOBAL DE SCOTIABANK
México
2020: UN PANORAMA SIN BRILLO
Tras un 2019 sin crecimiento, se espera que en 2020 el crecimiento sea muy
suave, una vez asimilados los impactos negativos del año anterior. Para lograr
una expansión económica más fuerte, será necesario un incremento
significativo en la confianza de las empresas y los consumidores.
Para la inversión, las perspectivas siguen siendo generalmente complicadas,
debido a la inseguridad en algunas regiones que, aunada a los cambios
realizados en la política energética, crea obstáculos dentro de un clima de
inversión que debería ser más favorable, ahora que hay señales claras de que el
TMEC será ratificado.
La situación fiscal sigue siendo complicada debido al bajo crecimiento y el
apoyo financiero que el gobierno brinda a Pemex. Para cumplir los objetivos
fiscales, podrían ser necesarios más recortes presupuestales, ya que las
agencias calificadoras estarán atentas a la eficacia del ejercicio presupuestario.
La inflación ha estado disminuyendo, lo que abre la puerta a algunas
reducciones de la tasa de interés de referencia que podrían brindar un cierto
alivio; se espera otro recorte de 25 puntos base en el corto plazo.
En este entorno, esperamos un crecimiento leve del PIB para 2020, de 1.0%. Las
empresas y los hogares serán todavía muy prudentes con el gasto.
UNA DIFÍCIL COMBINACIÓN DE FACTORES EN 2020
Empieza un nuevo año y una nueva década, y generalmente esto representa una
oportunidad para establecer objetivos y evaluar si vamos por el camino correcto. En el caso
de la economía mexicana, 2020 será un año fundamental dado que los pronósticos siguen
siendo complicados.
En 2019 tuvo lugar una combinación de factores negativos, que generaron una gran
incertidumbre y al final hicieron que el crecimiento se estancara. Muchos
sectores experimentaron una contracción, la inversión cayó y el consumo privado fue
moderado.
Pareciera que han quedado atrás muchos de estos factores que detenían la economía, y que
se abre la posibilidad de que en 2020 se retome la senda del crecimiento. La ansiedad
generada por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China o por la posibilidad de
un Brexit caótico se aligeró tras algunos acontecimientos recientes. El acuerdo logrado para
aprobar el TMEC eliminó un factor clave que generaba gran incertidumbre, aun cuando su
ratificación por parte del senado estadounidense sigue pendiente. En México, las
tradicionales dificultades que se han presentado cuando hay cambios en el gobierno y la
curva de aprendizaje de los nuevos funcionarios públicos ya deberían estar superadas y no
seguir deteniendo la marcha de la economía. La inflación ha descendido hasta la meta
oficial, dando así algo de margen al Banco de México para reducir las tasas de interés. El
peso (MXN) se ha fortalecido hasta llegar a menos de 19 pesos por dólar americano, lo que
indica que la percepción de riesgo por parte de los inversionistas internacionales es baja. Las
ventas minoristas siguen creciendo a tasas positivas reales, y las remesas continúan
incrementándose.
En adelante, el panorama parece menos tenso, pero no está libre de inquietudes ya que
algunos factores seguirán generando incertidumbre e inhibiendo la actividad empresarial.
CONTACTOS
Mario Correa, Director Estudios Económicos
52.55.5123.2683 (México)
Scotiabank Mexico
mcorrea@scotiacb.com.mx
Gráfico 2
Gráfico 1
México 2018 2019e 2020p 2021p
PIB real (variación % anual) 2.1 0.0 1.0 1.8
IPC (% interanual, cierre) 4.8 2.8 3.8 3.7
Tasa del banco central (%, cierre) 8.25 7.25 7.00 7.00
Peso mexicano (USDMXN, cierre) 19.65 18.85 20.52 21.21
Fuente: Scotiabank Economics.
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-2
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Crecimiento del PIB
Fuentes: Scotiabank Economics, INEGI.
Variación a/a real (%)
Sectorindustrial
Servicios
Total
Previsión
17.5
18.0
18.5
19.0
19.5
20.0
20.5
21.0
21.5
Feb
18
Abr
18
Ju
n 1
8
Ago
18
Oct 18
Dic
18
Feb
19
Abr
19
Ju
n 1
9
Ago
19
Oct 1
9
Dic
19
MXN / USD
Fuentes: Scotiabank Economics.
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ANÁLISIS ECONÓMICO GLOBAL
| PANORAMA GLOBAL DE SCOTIABANK
En cuanto a los factores externos, la situación política de Estados Unidos sigue siendo complicada, pues la población sigue polarizándose en
torno al juicio de destitución de Donald Trump y las elecciones presidenciales de 2020. No debemos olvidar que una de las estrategias políticas
que benefició a Trump fue atacar a México, así que es algo que podría ocurrir nuevamente.
En lo interno, aún siguen presentes algunas preocupaciones que afectan la economía. Si la demanda agregada se recupera, el crecimiento
económico podría acelerarse, pero aún está por verse si las empresas reactivan sus proyectos de inversión y si los hogares comienzan a gastar
más. Para que se incremente la inversión privada, deben mejorar los niveles de confianza, los cuales dependen de asuntos como fortalecer el
estado de derecho y mejorar la percepción de la seguridad. Es particularmente importante dar más peso a las oportunidades que a los riesgos.
Uno de los obstáculos para lograrlo se presenta en el sector energético, donde las medidas que ha tomado el gobierno bloquean o restringen la
participación del sector privado. Tampoco está claro si el acuerdo final del TMEC será suficiente para reactivar las grandes inversiones.
En cuanto a la política macroeconómica, la disciplina fiscal podría estar en riesgo, debido a que la falta de crecimiento está mermando los
ingresos fiscales y podría comprometer el logro de los objetivos fiscales. El desempeño de Pemex será clave, ya que de no concretar su
ambicioso plan de producción obtendrá pobres resultados financieros, por lo que requeriría que el gobierno federal le inyecte más recursos,
debilitando aún más la situación fiscal del país. Si las cosas no salen como están planeadas, las agencias calificadoras podrían volver a reducir la
calificación de crédito, lo que generaría mayor presión para los mercados financieros y para el peso.
Se espera que la inflación aumente un poco, desde el nivel bajo al que finalmente llegó en 2019, pues algunos de los aspectos positivos que
contribuyeron a su disminución ya no están presentes, pero aun así debería mantenerse dentro del rango establecido por el Banco de México.
Todavía está por verse si el reciente incremento de 20% en el salario mínimo tendrá algún impacto en el aumento de la inflación, puesto que las
empresas que no tienen márgenes suficientes para absorber el incremento del salario por encima de la productividad podrían transferir el costo
de esta medida a los precios o reflejarlo con menores contrataciones o un aumento del mercado informal. Es por ello que, para la primera mitad
del año, se espera un incremento de la tasa interanual de inflación.
Creemos que la política monetaria irá evolucionando según la información disponible. Esperamos un recorte más de 25 puntos base en el primer
trimestre y luego que la tasa de interés de referencia se mantenga en 7.0% en lo que resta del año. La posibilidad de ver más reducciones
dependerá de la inflación y el tipo de cambio.
Este entorno nos permite pronosticar un crecimiento del PIB de 1.0% en 2020. Según nuestras proyecciones, la inversión se contraerá aún más,
ya que las empresas siguen mostrándose escépticas y cautelosas, mientras que el consumo privado debería crecer un poco más rápido, pero a
un ritmo débil.
Finalmente, todavía se cierne una gran incertidumbre sobre los pronósticos y, si bien existe la posibilidad de tener un crecimiento un poco mejor
que el esperado, el sesgo se inclina más a la baja.
Gráfico 3 Gráfico 4 Gráfico 5
-20.0
-15.0
-10.0
-5.0
0.0
5.0
10.0
15.0
20.0
18 19
Inversión fija bruta
Variación a/a real (%)
Maquinaria y equipos
Construcción
Total
Fuentes: Scotiabank Economics, INEGI.
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-2
0
2
4
6
8
10
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17 18 19
Fuentes: Scotiabank Economics, Secretaría de Hacienda.
Crecimiento real a/a (%)
Ingresos fiscales sin impuesto a la gasolina
2.5
3.0
3.5
4.0
4.5
5.0
5.5
6.0
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Inflación
Sources: Scotiabank Economics, INEGI.
General
Variación a/a (%)
Subyacente
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Brasil
A medida que 2019 llegaba a su fin, las ventas minoristas, los PMI de la industria
manufacturera y los indicadores de confianza del sector industrial mostraron
signos de recuperación, con un posible crecimiento en 2020. Sin embargo, el
crecimiento mediocre y la inflación bajo control son el motivo por el cual la política
monetaria del BCB sigue siendo laxa. Por otro lado, estas tasas de interés
históricamente bajas exponen al BRL a una caída, como vimos en el tercer y
cuarto trimestres. Creemos que la presión sobre la moneda es lo que obligará al
BCB a iniciar un ciclo alcista.
El gobierno de Bolsonaro logró una reforma del sistema de pensiones un poco
más profunda de lo esperado, lo cual se percibe como un gran punto de partida en
los esfuerzos de consolidación de la disciplina fiscal. Ahora el gobierno debe
implementar una sólida reforma fiscal y del gasto público.
Brasil requiere de pequeñas reformas que impulsen el crecimiento, además de
seguir promoviendo la apertura de la economía del país. Sin avances en este
sentido, y sin el resultante incremento de la inversión, el potencial de crecimiento
del PIB de Brasil se mantendrá posiblemente en alrededor de 2%.
¿UN MEJOR 2020 DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS INDICADORES?
Hace tiempo que no veíamos ajustes al alza en los pronósticos de crecimiento de Brasil, y fue
precisamente esto lo que observamos al cierre de 2019. En su actualización de diciembre, el
Banco Central de Brasil (BCB) subió el pronóstico de crecimiento del PIB de 0.9% a 1.2%
para 2019 y de 1.8% a 2.2% para 2020. En cuanto a la inflación, el BCB espera una inflación
IPCA de 3.6% para 2020. Estas proyecciones coinciden, en general, con el resultado de la
encuesta más reciente que Bloomberg realizó entre inversionistas privados, es decir, un
crecimiento del PIB de 1.1% en 2019 y 2.3% en 2020, con una inflación de 3.7% para este
año. Nuestros propios pronósticos también han sido ajustados para reflejar mayor crecimiento
y menor inflación: para 2019, esperamos un crecimiento un poco por encima de 1.1% y para
2020 prevemos una aceleración de 100 bps. En términos de inflación, proyectamos ahora que
la tasa de inflación cerrará 2019 en cerca de 3.3% y se ubicará en un promedio de 4.0% a
4.2% en 2020. Sin embargo, los riesgos en nuestro pronóstico para la inflación siguen
inclinándose al alza, con la tasa SELIC (y toda la curva de rendimiento) en mínimos
históricos, lo que hace que el real (BRL) sea extremadamente vulnerable.
Entre los elementos que elevan las proyecciones de crecimiento se cuentan los índices de
gerentes de compras (PMI) del sector manufacturero, los cuales mostraron mayor solidez en
noviembre (se ubican ahora en el rango de 52–53), mientras que los PMI del sector servicios
mostraron resiliencia (alrededor de 51); el fortalecimiento importante de los indicadores de
ventas del sector minorista (+4.2% a/a en octubre); así como mejores números en los
indicadores de confianza del sector industrial (ubicados ahora en el rango de 64, es decir,
mucho más sólidos que las cifras de menos de 40 que vimos en el punto más bajo de la
recesión de 2015). Cabe destacar que esta perspectiva de mejor crecimiento solo indica que el
país volverá a una senda de crecimiento potencial moderado, con tasas de alrededor de 2%.
EL AÑO 2020 INICIA CON LA REFORMA FISCAL COMO PRIORIDAD
El sistema fiscal de Brasil es extremadamente complejo, tanto que cuando un abogado local
decidió imprimir toda la ley fiscal, el papel utilizado en el documento final pesaba 8 toneladas.
Esta enredada ley fiscal tiene muchos costos asociados. Según el reporte “Doing Business” del
Banco Mundial, Brasil se encuentra muy mal clasificado en los indicadores de competitividad:
ocupa el lugar 124 a nivel mundial en cuanto a la calidad del entorno de negocios. Uno de los
eslabones más débiles es el sistema fiscal, donde el país se clasifica en el lugar 184 entre 190
economías. El sistema fiscal y de contribuciones del país, que bien podría calificarse de barroco,
CONTACTOS
Eduardo Suárez, Vicepresidente, Análisis
Económico, América Latina
52.55.9179.5174 (México)
Scotiabank Economics
eduardo.suarez@scotiabank.com
Gráfico 1
Gráfico 2
Brasil 2018 2019e 2020p 2021p
PIB real (variación % anual) 1.3 1.1 2.1 2.1
IPC (% interanual, cierre) 3.8 3.3 4.2 4.1
Tasa del banco central (%, cierre) 6.50 4.50 6.00 7.00
Real brasileño (USDBRL, cierre) 3.88 4.09 4.18 4.30
Fuente: Scotiabank Economics.
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00 02 04 06 08 10 12 14 16 18
Fuentes: Scotiabank Economics, FMI.
% del PIB
Deuda pública bruta
-12
-10
-8
-6
-4
-2
0
00 02 04 06 08 10 12 14 16 18
Fuentes: Scotiabank Economics, FMI.
% del PIB
Saldo del gobierno general
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toma el 65% de las ganancias de las empresas, a las cuales les toma un promedio de 1,500 horas cumplir
con sus obligaciones. La consolidación fiscal también podría ser uno de los factores que contribuyan a
mejorar el potencial de crecimiento del país (como se indicará más adelante). Un estudio realizado por el
FMI mostró que al igual que en buena parte de Latinoamérica, el gasto público de Brasil es muy ineficiente.
Una forma de impulsar el crecimiento podría ser reduciendo la gran participación gubernamental en la
economía (el gasto público representa más de 38% del PIB, en contraste con la mayoría de los países de la
región, donde la participación gubernamental representa solo una cuarta parte), y colocar más recursos en
manos de participantes de la iniciativa privada para que los canalicen.
La sostenibilidad fiscal también es motivo de preocupación. La mayoría de las agencias calificadoras
colocan los bonos soberanos de Brasil en la categoría de chatarra (Moody’s Ba2, S&P BB- y Fitch BB-),
y para recuperar el grado de inversión hay mucho trabajo por hacer, por el lado tanto de los ingresos
como de los gastos en las cuentas fiscales. Solo con la inercia acumulada, la deuda bruta podría
superar el 95% del PIB para mediados de la década de 2020. La reforma del sistema de pensiones de
2019 fue relevante, y ha de estabilizar el gasto por concepto de pensiones y ahorrar el equivalente a 10
puntos porcentuales en la siguiente década. Sin embargo, de acuerdo con los estimados de la Consulta
del Artículo IV del FMI, esto solo representa un tercio del ajuste total necesario para cumplir con los
objetivos fiscales a mediano plazo. Además, con la deuda pública cerca del 90% del PIB, plazos de
vencimiento de aproximadamente 4 años y con el comportamiento de la curva de rendimiento por
debajo del nivel de estado estable, una recuperación en dicha curva de rendimiento podría terminar
consumiendo más recursos fiscales de los que se ahorraron gracias a la reforma. Con base en
nuestros estimados, la política monetaria está actualmente relajada en unos 200 bps con respecto al
crecimiento potencial (que corresponde con la tasa de expansión económica esperada para 2020), y el
tramo a 10 años de la curva de rendimiento debería cotizarse con una diferencia de al menos 550 a
650 bps frente al bono a 10 años de Estados Unidos.
SIN MÁS INVERSIONES EL CRECIMIENTO SEGUIRÁ ESTANCADO
Como mencionamos antes, el 2020 se inicia con algo más de optimismo en cuanto al crecimiento, pero
debemos destacar que, desde 2014, Brasil solo ha registrado un trimestre con un crecimiento interanual
por encima de 2% (el cuatro trimestre de 2017), y que se ven lejanos aquellos gloriosos días cuando se
hablaba de los BRIC. Sin un incremento importante en la tasa de inversión del país, nuestras
estimaciones sugieren que el crecimiento potencial se encuentra en el rango de 1.5%-2.5%, que es
donde también se encuentran las estimaciones del gobierno. De las seis economías más grandes de
América Latina, la tasa de inversión promedio de Brasil desde 2000 (18.5% del PIB) solo supera a la de
Argentina (17.3%) y se encuentra entre 3 y 5 puntos porcentuales por debajo de los países de la Alianza
del Pacífico. Por lo que la pregunta es: ¿cómo impulsar el crecimiento?
Brasil es una de las economías más cerradas del mundo. Poco antes de la crisis de 2014 (cuyos efectos aún se sienten), el costo de manufactura en
el país se incrementó más que en prácticamente todas las principales economías dedicadas al sector manufacturero (de esas 25 economías, solo 3,
Austria, Francia y Suiza, tuvieron un aumento superior). Desde la turbulencia de 2014, la cual provocó una caída de 15% en la producción
manufacturera de Brasil, el país no ha podido recuperarse por encima de los niveles de producción registrados en 2005. Una de las causas
principales de esto es que, en una economía cerrada como la brasileña, no hay suficiente competencia para mantener los costos bajo control, como
sucede en el resto del mundo. Este rezago creado por los altos costos puede ser la explicación parcial de la crisis, por lo que abrir la economía
podría ayudar a mitigar dichos incrementos.
Según la encuesta “Doing Business” del Banco Mundial, Brasil se encuentra en el lugar 124 de 190 economías en términos de costos para los negocios en
el país. Para que hacer negocios sea más fácil e impulsar la inversión, es necesaria una ambiciosa agenda de micro reformas. Según el índice del Banco
Mundial, Brasil solo se acerca al tercio superior de las economías más competitivas en: protección a los pequeños inversionistas (lugar 61), cumplimiento
de contratos (58) y resolución de insolvencias (77). Fuera de esas tres categorías, Brasil tiende a ubicarse más bien cerca del tercio inferior de la tabla.
¿UN 2020 MÁS COMPLICADO PARA LOS MERCADOS BRASILEÑOS?
Además de los factores globales, percibimos distintos asuntos internos que contribuyen al riesgo de ciertos ajustes provocados por el propio mercado
y un mayor nivel de vulnerabilidad ante los impactos provenientes del exterior. El elemento clave es la baja tasa de interés del BCB (la tasa SELIC
actual de 4.5% es la más baja en la historia y es menor que la mitad del promedio de 10% registrado desde 2010). Nuestras estimaciones sugieren
que la “tasa real neutral” de Brasil se encuentra en alrededor de 3.5%, lo que significa que con un IPCA de 3.3%, las tasas de interés son
definitivamente holgadas (alrededor de 200 bps). En cuanto a su índice de riesgo de arbitraje (carry trade), el BRL es ahora más débil que otras
monedas de la región como el ARS, el COP, el MXN y el CLP, lo que significa que su liquidez (solo por detrás de la del MXN en América Latina) y
relativamente bajo costo de operaciones de arbitraje lo exponen a los impactos de cualquier movimiento de aversión al riesgo.
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2004 2014
Costos de manufactura
Fuentes: Scotiabank Economics, Boston Consulting Group.
Índice (costo de Brasil = 100)
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120
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180
200
Fuentes: Scotiabank Economics, Banco Mundial.
A menor número, economía más competitiva
Clasificación según índice "Doing Business"
Gráfico 3
Gráfico 4
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Colombia
LA FORTALEZA DE LA DEMANDA INTERNA CONTINUARÁ, EL DESCONTENTO
SOCIAL ESTÁ CONTROLADO HASTA AHORA
En 2019, la actividad económica colombiana superó la de sus principales pares
latinoamericanos, debido a condiciones idiosincrásicas que fortalecieron la
demanda interna. En 2020 el crecimiento del PIB debería mantenerse fuerte;
nuestro pronóstico se mantiene en 3.6% (igual que en 2021), pero la
incertidumbre externa y las protestas a nivel local inclinan los riesgos a la baja.
El pass-through ha sido bajo en Colombia, y los choques de oferta temporales
se están desvaneciendo. En 2020 la inflación del IPC podría converger hacia el
objetivo del banco central (3%) y permanecer cerca de él en 2021 en ausencia de
choques adicionales.
En 2020, el BanRep probablemente ajustará la TPM a un nivel neutral.
Anticipamos un alza de tasas de 25 pb en el 1S20, ante una menor brecha del
producto, una inflación del IPC que converge hacia el objetivo (3%) y un déficit
de cuenta corriente cada vez mayor.
Los líderes de las protestas sociales no están exigiendo un cambio en el status
quo. La política fiscal está ahora en el centro de atención, dado que las
negociaciones para poner fin a las protestas implicaron algunas concesiones
gubernamentales y gastos adicionales.
La actividad económica colombiana continúa superando la de sus pares latinoamericanos,
debido a una fuerte recuperación de la demanda interna, una inflación relativamente
estable en la mitad superior del rango meta y un período prolongado de bajas tasas de
interés. La inversión se ha beneficiado de la Ley de Financiamiento de 2018 y el programa
de infraestructura 4G, mientras que el consumo privado se aceleró parcialmente como
resultado de un shock de demanda de productos perecederos debido a la migración
venezolana. En 2020, la migración venezolana y el programa 4G continuarán impulsando la
demanda interna, y una moderación de las importaciones debería mejorar el desbalance
externo en el PIB.
Las protestas de noviembre de 2019 en Colombia demostraron que el país no está aislado
de la ola de descontento social en la región, y han agregado algunos riesgos negativos a la
recuperación interna que no estaban presentes en el reporte de octubre. Aunque todavía no
hay datos precisos para el 4T19, los cálculos preliminares nos llevan a anticipar un impacto
bastante leve de las protestas; sin embargo, inclinamos los riesgos a la baja por las
repercusiones que todo esto puede tener en las decisiones de inversión privada si las
manifestaciones persisten. En general, nuestro escenario base sigue siendo un crecimiento
ligeramente mayor en 2020 comparado con el 2019, aunque la incertidumbre externa y las
tensiones sociales y políticas locales imponen riesgos a la baja. Estos riesgos pueden
exacerbar los ya elevados déficits gemelos. Vale la pena señalar que la política fiscal está
en el centro de atención, pues las negociaciones con los líderes de las protestas pueden
poner presión adicional a las ya apretadas cuentas fiscales. Finalmente, con respecto a la
política monetaria, todavía esperamos que el BanRep mantenga su postura en el futuro
cercano, mientras que el repunte temporal de la inflación se desvanecería durante el 1S20.
LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA SIGUE FUERTE AUNQUE LOS RIESGOS SE
INCLINAN A LA BAJA
El PIB de Colombia hasta el 3T19 mostró que el crecimiento de la demanda interna
continúa siendo fuerte. La demanda interna creció a 4.5% a/a hasta septiembre, muy por
CONTACTOS
Sergio Olarte, Economista Sénior
57.1.745.6300 (Colombia)
Scotiabank Colombia
sergio.olarte@co.scotiabank.com
Jackeline Piraján, Economista
57.1.745.6300 (Colombia)
Scotiabank Colombia
jackeline.pirajan@co.scotiabank.com
Colombia 2018 2019e 2020p 2021p
PIB real (variación % anual) 2.6 3.2 3.6 3.6
IPC (% interanual, cierre) 3.2 3.8 3.3 3.1
Tasa del banco central (%, cierre) 4.25 4.25 4.50 4.75
Peso colombiano (USDCOP, cierre) 3,254 3,287 3,250 3,180
Fuente: Scotiabank Economics.
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06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19
Fuentes: DANE, Scotiabank Economics.
a/a %
PIB vs. demanda interna
PIB
Demanda interna
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4.9
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8
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10
15 16 17 18 19
Fuentes: Scotiabank Economics, Banrep, DANE.
a/a, % y %
TPM vs. inflación
TPMInflación
Inflación subyacente (sin alimentos y precios regulados)
Gráfico 1
Gráfico 2
13 de enero de 2020
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ANÁLISIS ECONÓMICO GLOBAL
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encima del crecimiento del PIB (3.2% a/a). El déficit comercial siguió siendo alto debido a unas
exportaciones estancadas y unas muy dinámicas importaciones de bienes de capital. Las fuertes
importaciones de capital son reflejo de la recuperación de la inversión y una de las razones por
las cuales la demanda interna superó el crecimiento del PIB. Las importaciones de bienes de
capital aumentaron un 8.3% a/a, mientras que la inversión se recuperó (+4,6% a/a hasta el
3T19). Por el lado de la oferta, los sectores de servicios continuaron liderando el crecimiento en
2019, mientras que la construcción, y específicamente la construcción de edificaciones, es el
único sector de la economía con caídas anuales (-7.9% a/a hasta el 3T19). Vale la pena señalar
que la recuperación de la actividad económica no se ha reflejado en la dinámica laboral, pues el
desempleo se mantiene por encima del 10%. La migración venezolana puede ser una explicación
parcial de la alta tasa de desempleo (shock de oferta), pero no es el único factor. La mayor
automatización y la transición estructural hacia una economía más basada en servicios y menos
intensiva en mano de obra también están afectando la demanda laboral.
Los servicios financieros y el comercio vienen creciendo por encima del 4%. Los indicadores
coincidentes de octubre, como las ventas minoristas, la fabricación, la demanda de energía y la
producción de petróleo, entre otros, apuntan a una demanda interna aún fuerte en el 4T19. Dicho
esto, las protestas nacionales de noviembre pueden afectar el PIB del 4T19. Los cálculos
preliminares indican que las protestas (especialmente el 21 y 22 de noviembre) pudieron costar
alrededor de 0.07 pp del PIB en términos nominales, lo que aunque parece menor inclina los
riesgos a la baja. Además, una demanda global más débil también genera un sesgo a la baja en
nuestras proyecciones de actividad económica, especialmente para 2020–21.
La inflación continúa cerca del límite del rango objetivo del BanRep debido a un choque temporal
de oferta en los precios de los alimentos y un leve efecto de traspaso de la depreciación de la
tasa de cambio. De hecho, la inflación general terminó en 3.8% en 2019, mientras que la inflación
subyacente (excluyendo alimentos y precios regulados) se mantiene cerca del 3%, aunque con
una tendencia ligeramente positiva desde marzo. El efecto base en los alimentos debería
comenzar a desaparecer a partir de enero de 2020. El único riesgo al alza actual para la inflación
general en el corto plazo es un mayor traspaso de la tasa de cambio, debido a la depreciación
promedio de 11.6% que tuvo la moneda en 2019. Sin embargo, dado que estamos proyectando
una leve apreciación en 2020, creemos que la inflación general convergerá a la meta del banco
central (3%) para el 2S20. Más allá de 2020 no anticipamos choques; por lo tanto, con una
brecha del producto cada vez menor, la inflación en 2021 debería continuar cerca del 3%. El
equipo técnico del BanRep y algunos miembros de la Junta han dicho explícitamente que
prefieren mantener por más tiempo la tasa de política en el nivel actual (4.25%), considerado
ligeramente expansivo. La inflación temporalmente alta no ha afectado las expectativas de
inflación hasta ahora, mientras que la recuperación de la actividad económica, aunque ha sido
más favorable que lo anticipado por el BanRep, todavía está por debajo del crecimiento potencial. El equipo técnico del BanRep ha dicho que,
según sus modelos, la normalización de la tasa de política (para ellos la tasa real neutral es del 1.4%) debería comenzar después del 1S20, una
vez que esté claro que la brecha del producto es cercana a cero. Dicho esto, sin una perspectiva de estímulo monetario adicional por parte de los
bancos centrales de los países desarrollados, los riesgos latentes de depreciación y un déficit de cuenta corriente más alto podrían provocar un
aumento de las tasas antes de lo anticipado. Además, un incremento en la demanda interna también podría hacer que BanRep adopte una
postura un poco más restrictiva (hawkish). Nuestro escenario base implica una fuerte demanda interna en el 1S20, que creemos que
desencadenará un aumento de la tasa de interés al 4.5% en abril de 2020, aunque somos conscientes de que la demanda interna puede
sorprendernos a la baja si la incertidumbre política y social aumenta y si los proyectos de inversión se posponen.
Otro tema importante que recientemente ha sido relevante para los mercados es la posibilidad de que el BanRep intervenga en el mercado de
divisas si el USDCOP continúa debilitándose. Los miembros de la Junta del BanRep han dicho que, aunque los mecanismos están establecidos,
cualquier tipo de intervención en el FX actualmente no está en discusión dentro de la Junta. Además, vale la pena recordar que a pesar de la
depreciación del 90% del COP entre 2015 y 2016, el BanRep no intervino en el mercado de divisas, argumentando que Colombia tiene un tipo de
cambio flexible. Por lo tanto, aunque el tipo de cambio tocó máximos históricos en noviembre de 2019, no vemos la posibilidad de una
intervención del BanRep a corto plazo.
Gráfico 3
Gráfico 4
-20
-15
-10
-5
0
5
-8
-7
-6
-5
-4
-3
-2
-1
0
06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19IED (4T cont.), dcha.Inversión de cartera (4T cont.), dcha.DCC/PIB (4)
Fuentes: Scotiabank Economics, Banco de la República.
% del PIB
Déficit por cuenta corriente (% PIB)IED neta e inversión de cartera
(4T cont.)
Miles de millones USD
0
10
20
30
40
50
60
99 01 03 05 07 09 11 13 15 17 19
Fuentes: Scotiabank Economics, Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
% del PIB
Deuda bruta
53.9
13 de enero de 2020
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ANÁLISIS ECONÓMICO GLOBAL
| PANORAMA GLOBAL DE SCOTIABANK
La debilidad del USDCOP de 2019 se explicó principalmente por tres factores: i) el alto desequilibrio externo crea una demanda estructural y
natural de dólares que produce una depreciación. De hecho, el déficit en cuenta corriente alcanzó aproximadamente USD 14 mil millones que,
aunque bien financiado, ayudó a la depreciación del tipo de cambio; ii) la incertidumbre externa debido a conflictos políticos y sociales en todo el
mundo desencadenó la aversión al riesgo en grandes fondos de inversión, que liquidaron algunos activos de mercados emergentes
contribuyendo a un fortalecieron del dólar frente a la mayoría de las monedas; y iii) en América Latina hubo un efecto amplificado de la aversión
al riesgo global debido al descontento social regional que caracterizó a algunas de las grandes economías de la región. Creemos que la campaña
de Trump para las elecciones estadounidenses de 2020 puede aliviar la incertidumbre externa, con lo que el USD podría debilitarse. Además, en
nuestro escenario base, los disturbios políticos y sociales regionales ya habrían alcanzado su punto máximo y, por lo tanto, las monedas
deberían estabilizarse un poco en la región. Por consiguiente, esperamos una leve apreciación del USDCOP en 2020, aunque su nivel será
similar al promedio del año pasado. Para 2020, creemos que el USDCOP terminará el año en 3,250 y, en promedio, el tipo de cambio colombiano
rondará los 3,280.
EL DESCONTENTO SOCIAL ESTÁ CONTROLADO Y LAS DEMANDAS ESTÁN LEJOS DE CAMBIAR EL STATUS QUO
A pesar de que las protestas han durado más de lo previsto inicialmente, se han contenido las pérdidas económicas y de confianza. De hecho,
según los cálculos preliminares, durante los días más violentos y difíciles de las protestas (21-22 de noviembre) las pérdidas económicas fueron
de entre 0.07 y 0.09 pp del PIB en términos nominales, y después de que las protestas se tornaron más pacíficas, el comercio y la industria
volvieron a la normalidad. Hasta ahora, las protestas han perdido fuerza en el número de personas (de alrededor de 300,000 personas el día 21 a
menos de 1,000 personas en las últimas concentraciones), y las peticiones de los líderes de las protestas se han relacionado con la reforma fiscal
que ya se aprobó en el Congreso y las reformas de pensiones y trabajo que aún no están en discusión en el Congreso. Por lo tanto, al parecer
ninguna de las peticiones está buscando cambiar el status quo de un modelo económico promercado o cambiar alguna institución como el
Congreso, la presidencia, la independencia del banco central, el mandato de tasa de cambio flexible o la regla fiscal. En consecuencia, nuestras
previsiones no cambiaron sustancialmente debido a los recientes disturbios sociales, pues el evento está contenido y ha mostrado tener un efecto
poco significativo sobre la actividad económica.
Dicho lo anterior, este leve malestar social sesgó los riesgos para la actividad económica a la baja por dos razones: i) se demostró que la
gobernabilidad de Duque es débil y la reforma fiscal resultó ser mucho más costosa en términos fiscales. Por lo tanto, el gobierno tiene que
ajustar otros gastos para cumplir con la regla fiscal; y ii) las protestas pueden aumentar la incertidumbre y hacer que algunos agentes pospongan
proyectos de inversión.
Por último, los desequilibrios fiscales y externos siguen siendo la principal preocupación para la estabilidad económica de Colombia a más largo
plazo. El déficit en cuenta corriente continuó aumentando en el 3T19 y llegó a 4.9% del PIB, aunque 100% financiado por IED. Después de las
negociaciones con los manifestantes, la reforma fiscal aprobada en el Congreso en diciembre de 2019 redujo los ingresos esperados del
gobierno en 0.3 pp del PIB, principalmente ante la perspectiva de los reembolsos del IVA para el 20% de la población más vulnerable, lo que
ejerce más presión sobre las ya ajustadas cuentas fiscales después de la disminución del impuesto a las empresas del 37% al 32%, con un costo
muy alto de evasión de impuestos.
13 de enero de 2020
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ANÁLISIS ECONÓMICO GLOBAL
| PANORAMA GLOBAL DE SCOTIABANK
Perú
2020: SIN ACELERACIÓN REAL DEL CRECIMIENTO, PERO CON BUENOS
RESULTADOS MACROECONÓMICOS Y MENOR TENSIÓN POLÍTICA
Hay un declive pronunciado en la tensión política, tendencia que probablemente
continúe en 2020, a pesar de la instalación de un nuevo congreso, más noticias
sobre corrupción y la incertidumbre por las elecciones de 2021.
El gobierno está más enfocado en las políticas económicas, pero no de forma
suficientemente proactiva.
El crecimiento del PIB será mayor en 2020 (3.0% frente a 2.3% en 2019), pero la
diferencia no es realmente significativa.
La inversión privada parece estar recuperándose, pero es necesario que haya
más continuidad para ser una tendencia convincente.
El PEN ha sido constantemente más fuerte de lo esperado. Ajustamos nuestro
pronóstico de final de año 2020, de 3.42 a 3.35.
El gobierno suaviza sus reglas fiscales, aun cuando el balance supera las
expectativas.
La turbulencia política finalmente ha pasado a segundo plano después de que el presidente
Vizcarra maniobró legalmente para cerrar el congreso en septiembre y convocó a nuevas
elecciones parlamentarias el 26 de enero. Las noticias sobre política no han desaparecido
por completo del panorama, ya que la corrupción y otras controversias que provocaron el
remplazo de tres miembros del gabinete continúan generando encabezados en los
periódicos. Sin embargo, la tensión política ha disminuido y hay más confianza ahora que el
panorama electoral será más claro. La confianza de las empresas ha mejorado y el
malestar restante está más ligado al débil crecimiento económico que a la política.
Ahora que la lucha entre el congreso y el gobierno ha terminado, éste podrá enfocarse más
en la política económica y social, por lo que ha promulgado varios decretos con reformas
en este sentido. Aunque muchas de las medidas son más bien de tipo administrativo (como
la renovación de las exenciones fiscales), otras son de gran importancia e indican la
dirección que quiere tomar este gobierno. Entre dichas medidas se encuentra acelerar la
ejecución de 52 proyectos de infraestructura que se consideran prioritarios, y para lograrlo
se trabaja en eliminar los obstáculos legales y regulatorios. El gobierno ha mostrado que
tiene la motivación para incrementar la inversión del sector público, aun cuando no haya
tenido mucho éxito haciéndolo.
En este inicio de 2020, mantenemos por ahora casi todas las proyecciones emitidas para
este año. La única excepción es el sol (PEN), el cual terminó 2019 con una cotización de
3.31, frente a nuestro pronóstico de 3.35. Como el punto de partida es ahora más bajo de lo
estimado, y debido también a la fortaleza continua del PEN y la relativamente inesperada
mejora de los términos de intercambio, hemos ajustado nuestro pronóstico de fin de año
2020, de 3.42 a 3.35. La incertidumbre global, la disminución en los precios de los metales
y la incertidumbre política a nivel local (el periodo electoral comenzará realmente a finales
de 2020) representan algunos riesgos. Sin embargo, uno de los principales mensajes
enviados en 2019 fue que el PEN demostró ser extremadamente resistente a la
incertidumbre, tanto en el ámbito interno como en el externo.
CONTACTOS
Guillermo Arbe, Gerente Principal Estudios
Económicos
511.211.6052 (Perú)
Scotiabank Peru
guillermo.arbe@scotiabank.com.pe
Gráfico 1
Gráfico 2
Perú 2018 2019e 2020p 2021p
PIB real (variación % anual) 4.0 2.3 3.0 3.5
IPC (% interanual, cierre) 2.2 1.9 2.0 2.3
Tasa del banco central (%, cierre) 2.75 2.25 2.25 2.50
Sol peruano (USDPEN, cierre) 3.37 3.31 3.35 3.35
Fuente: Scotiabank Economics.
-0.1
-3.7
-18
-12
-6
0
6
12
18
17 18 19
Fuentes: Scotiabank Economics, BCR.
Variación a/a (%)
Crecimiento trimestralde la inversión pública
Previsión
7.1
3.0
-12
-6
0
6
12
17 18 19
Fuentes: Scotiabank Economics, BCR.
Variación a/a (%)
Crecimiento trimestral de la inversión privada
Previsión
13 de enero de 2020
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ANÁLISIS ECONÓMICO GLOBAL
| PANORAMA GLOBAL DE SCOTIABANK
Otro indicador que debemos seguir con atención es el comportamiento del déficit fiscal de 2020,
después de la publicación de la cifra final correspondiente a 2019, a mediados de enero. Sin
embargo, es posible que el ajuste sea moderado y no tenga mucha importancia. El déficit fiscal de
2019, hasta el mes de noviembre, fue de1.6% del PIB y es probable que para todo el año sea igual
o inferior a nuestra proyección, de 2%. Esto no solo refleja un pobre crecimiento del gasto público,
el cual se ubica en solo 1% del PIB, sino que se traduce en una sólida tasa de ingresos fiscales, la
cual se incrementó a un saludable ritmo de +8%, lo que aparenta ser un reflejo del mejor trabajo
realizado por el gobierno en términos de recaudación.
Mientras tanto, en diciembre, el gobierno cambió el tope máximo del déficit fiscal para el periodo
2021-2024. El tope máximo de la deuda en 2020 sigue siendo de 1.8% del PIB. Los nuevos topes
son 1.8% para 2021, 1.6% para 2022, 1.3% para 2023 y 1.0% de 2024 en adelante (anteriormente
el tope era de 1.0% de 2021 en adelante). Creemos que estas cifras son alcanzables y más
realistas; de hecho, el nuevo tope para 2021 coincide con nuestros pronósticos. Nuestro pronóstico
para 2020 es de 2.0% del PIB, lo cual parece un poco elevado dado que el déficit se estaba
manteniendo en menos de 2% hasta finales de 2019. Es importante destacar que es una obligación
legal cumplir con dichos topes (sin embargo, el incumplimiento no es castigado) y que éstos
deberán ser ratificados por el nuevo congreso una vez que se instale.
Nuestro pronóstico de crecimiento del PIB para 2020 se mantiene en 3.0%, incluso si el cuarto
trimestre de 2019 luce un poco más débil que lo esperado. El crecimiento del PIB en octubre fue de
un decepcionante 2.1% y la tendencia de crecimiento de todo el año ronda 2.2%, colocándose justo
por debajo de nuestro pronóstico de 2.3% para todo el año. El desempeño de la mayoría de los
sectores fue el esperado, aunque las excepciones se dieron en la manufactura y la construcción
(1.2%), las cuales son fundamentales para la demanda interna. No parece haber cambios
sustanciales en la situación para 2020, pues es posible que sea muy similar a la de 2019 en cuanto
a la demanda interna. La mejoría podría provenir de sectores relacionados con los recursos
naturales (aunque sería menor que la que percibimos inicialmente, pues los resultados del sector
pesquero no son alentadores), o de las inversiones del sector público, específicamente de los
gobiernos regionales y locales, que podrían ejercer mayor gasto durante su segundo año en el
poder, como suele ocurrir. Finalmente, la mejoría también podría provenir de la inversión privada, lo
cual sería una novedad. Este indicador tuvo un comportamiento ligeramente mejor que el esperado
en la segunda mitad de 2019, por lo que la esperanza de lograr un mayor crecimiento proviene
justamente de dicho desempeño. Nuestro pronóstico de crecimiento de 1.1% en la inversión
privada durante 2020 ahora parece tener más potencial alcista de lo que creíamos inicialmente.
Mientras tanto, el crecimiento del consumo permanecerá estable, pero las exportaciones pueden
aportar un par de décimas a las cifras de crecimiento económico, pues continúa el boom en el
sector agroindustrial y la producción del sector minero ha dejado de caer. Pronosticamos un
crecimiento de 3.5% para 2021, pero dado que habrá muchísima incertidumbre por ser un año electoral (¿quién ganará?), esta cifra debe
tomarse solo como una referencia. Asumimos que el nuevo gobierno no solo será lo suficientemente favorable para los mercados, sino que
también será al menos adecuado en términos de gobernabilidad.
La inflación de todo el año 2019 cerró en 1.9%, cifra alineada con nuestro pronóstico de 2.0%. Para 2020 no percibimos presiones inflacionarias
inminentes, por lo que esperamos que nuevamente cierre el año en cerca de 2%.
En diciembre, el banco central mantuvo su tasa de referencia en 2.25%, tal como se anticipaba. El comunicado con indicaciones sobre los
posibles movimientos futuros tuvo un tono muy neutral. Gracias a que la inflación se mantiene dentro del rango deseado por el banco central (es
decir, ni muy alta ni muy baja), es posible el organismo se enfoque más en el crecimiento económico a la hora de definir su política monetaria
para 2020. En 2019, dos argumentos influyeron en la decisión del banco central para reducir las tasas: 1) un crecimiento del PIB
significativamente inferior a las expectativas; y 2) la falta de estímulos fiscales, con la consecuente percepción de que se debía intervenir para
compensarlo. Aunque es posible que ambos factores sigan presentes en 2020, lo harán en mucho menor medida, de manera que es difícil
determinar si el banco central seguirá reduciendo sus tasas. Debido a la incertidumbre en este sentido y al hecho de que las autoridades no lucen
cómodas con las reducciones, seguimos pensando que no se reducirán más las tasas en 2020, aunque este pronóstico debe tomarse con ciertas
reservas.
Gráfico 3
Gráfico 4
2.3
3.0
3.5
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
02 04 06 08 10 12 14 16 18 20
Crecimiento del PIB
Fuentes: Scotiabank Economics, BCR.
Variación anual (%)Previsión
0
1
2
3
4
5
16 17 18 19
Tasa de referencia e inflación
%
Fuentes: Scotiabank Economics, BCR, INEI, EE.
Tasa de referencia
Inflacióna/a
13 de enero de 2020
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ANÁLISIS ECONÓMICO GLOBAL
| PANORAMA GLOBAL DE SCOTIABANK
Chile
EL ESTALLIDO SOCIAL RETRASA PERO NO PONE EN DUDA LA RECUPERACIÓN
ECONÓMICA
El estallido social de octubre ha aumentado la incertidumbre política, afectando
las condiciones para hacer negocios. Con ello, hemos actualizado nuestra
proyección de crecimiento del PIB a 1.0% y 1.4% para 2019 y 2020,
respectivamente. En el ámbito político, los parlamentarios han acordado realizar
un referéndum en abril para cambiar la constitución vigente.
Hemos actualizado levemente a la baja nuestra proyección de inversión, la
cual esperamos que crezca 3.8% y 4% en 2019 y 2020, respectivamente, dado
que existen muchos proyectos que se encuentran en etapas de no retorno y,
por lo tanto, se materializarán de todas formas. Asimismo, la mayor
incertidumbre política y económica probablemente profundizará la
desaceleración del consumo privado, posponiendo la recuperación de la
demanda interna.
Los mercados financieros sufrieron mayor volatilidad en octubre y noviembre,
acompañada de una significativa depreciación del peso las semanas
posteriores al estallido social. No obstante, la volatilidad ha decaído hacia fin
de año, con una exitosa intervención cambiaria y provisión de liquidez por
parte del Banco Central. No descartamos más episodios de volatilidad durante
el año.
ESCENARIO MACROECONÓMICO
El PIB del 3T19 confirmó que la economía chilena estaba atravesando por un proceso de
recuperación sostenida, aunque no en todos los sectores. El débil consumo de bienes
durables contrastaba con el sólido crecimiento del consumo de servicios y la inversión en
construcción. Así, hasta septiembre, proyectábamos una expansión del PIB del 2.7% para
2019. Sin embargo, el estallido social de octubre provocó cambios significativos en las
perspectivas económicas, y ahora pronosticamos un crecimiento del PIB del 1.0% para
2019. Este malestar social comenzó cuando Metro de Santiago, el operador de metro de la
capital, aumentó el precio de sus boletos, solo semanas después de que el gobierno
anunciara un aumento del 10% en las facturas de electricidad. Esto desencadenó protestas
masivas en varias ciudades de Chile, con oleadas de violencia que tuvieron un impacto
significativo en el corto plazo, ya que muchas industrias se paralizaron y los saqueos
afectaron la infraestructura, especialmente en comercio (gráfico 1). En el mediano plazo, la
pérdida de los indicadores de confianza ciertamente afectará las decisiones de inversión y
consumo (gráfico 2).
A septiembre, los proyectos de inversión proyectados estaban aumentando y las
perspectivas para este sector eran optimistas, especialmente en la industria minera. Pero
entonces surgieron las protestas sociales y muchos proyectos de inversión sufrieron
cambios. Es notable que, de acuerdo al registro de inversión publicado por la Corporación
de Bienes de Capital, la mayoría de los proyectos en curso para el período 2019-2023 ya
están en construcción, por lo que es difícil que se cancelen. Sin embargo, esperamos un
retraso en los proyectos que se encuentran en etapas preliminares (ingeniería conceptual,
básica y de detalle), especialmente en sectores no transables. De todas formas
pronosticamos un crecimiento estable de la inversión en 2019 y 2020, aunque
reconocemos que ha habido una corrección a la baja en este componente.
CONTACTOS
Gráfico 1
Jorge Selaive, Economista en Jefe
56.2.2939.1092 (Chile)
Scotiabank Chile
jorge.selaive@scotiabank.cl
Carlos Muñoz Cárcamo, Economista
56.2.2939.1026 (Chile)
Scotiabank Chile
carlos.munoz@scotiabank.cl
Waldo Riveras, Economista Sénior
56.2.2939.1495 (Chile)
Scotiabank Chile
waldo.riveras@scotiabank.cl
Chile 2018 2019e 2020p 2021p
PIB real (variación % anual) 4.0 1.0 1.4 3.0
IPC (% interanual, cierre) 2.6 3.0 2.9 3.0
Tasa del banco central (%, cierre) 2.75 1.75 1.00 2.00
Peso chileno (USDCLP, cierre) 694 753 700 680
Fuente: Scotiabank Economics.
100
102
104
106
108
110
112
114
116
15 16 17 18 19
PIB real mensual
Fuentes: Scotiabank Economics, Banco Central de Chile.
Índice (2013=100)
13 de enero de 2020
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ANÁLISIS ECONÓMICO GLOBAL
| PANORAMA GLOBAL DE SCOTIABANK
Durante la mayor parte de 2019, el consumo de los hogares experimentó una desaceleración
relacionada con mayor ahorro precautorio. Este fue el resultado del aumento de los riesgos
externos asociados con la guerra comercial. En contraste, el ingreso disponible estaba
creciendo a un ritmo estable hasta septiembre. Pero, tras los acontecimientos de octubre, que
aumentaron los niveles de incertidumbre a nivel nacional, anticipamos una profundización de
este comportamiento de ahorro precautorio, posponiendo la recuperación de la confianza y la
demanda interna. Además, hemos visto una depreciación multilateral del tipo de cambio real,
que también ha contribuido al aumento en el costo del consumo. Para compensar esta
disminución en el consumo privado, el Gobierno ha anunciado un masivo paquete fiscal,
proponiendo medidas que implican un aumento importante en el gasto fiscal en 2020, que
debería ser el principal determinante del crecimiento el próximo año. Este aumento en el gasto
del gobierno es similar al implementado después de la crisis subprime de 2008.
El mercado laboral ya muestra signos de deterioro, como se refleja en varias fuentes de
información. Aunque la tasa de desempleo se mantuvo en el 7% en octubre, el impacto de los
eventos de octubre se verá en los próximos meses. Por un lado, el mercado laboral muestra
debilidad en la creación de empleos privados, especialmente en la manufactura y el comercio,
ya que estos sectores han visto reducciones en los empleos asalariados. Por otro lado, todavía
hay muchos proyectos de inversión en el sector construcción, que requerirán mano de obra y,
por lo tanto, probablemente compensarán el daño en el mercado laboral causado por las protestas sociales de octubre. Proyectamos que la tasa
de desempleo alcanzará el 8.5% en 2020.
La normalización de la inflación continúa, pero a un ritmo lento. La trayectoria de la inflación en el horizonte de política monetaria estará
determinada por dos factores clave: menores presiones inflacionarias derivadas de mayores brechas de capacidad; y presiones de aumento de
costos debido a la naturaleza idiosincrásica de la reciente depreciación del peso. La incertidumbre que rodea la evolución futura del escenario
macroeconómico es más alta de lo normal, pero pronosticamos una inflación anual ligeramente superior al 3% durante el primer semestre de
2020, seguida de una desaceleración hacia el 2.9% en diciembre del próximo año. Por lo tanto, anticipamos que el efecto de brecha de
capacidad ampliada dominará en los próximos meses.
Dado este escenario, esperamos que el Banco Central reduzca la tasa de política monetaria hasta un 1.0% durante el primer semestre de 2020.
Las mayores brechas de producto, en un contexto de inflación controlada, requieren un estímulo monetario mayor que solo podría alcanzarse con
un tasa de referencia más baja. Además, la intervención cambiaria ha sido exitosa, lo que aumenta el alcance del Banco Central para expandir su
estímulo monetario.
En el mercado cambiario, el CLP experimentó una fuerte depreciación en noviembre, alcanzando niveles históricos, sumado a una alta
volatilidad, lo que llevó al Banco Central a intervenir. Esta intervención, seguida de una mitigación de la violencia y la incertidumbre política, ha
llevado al peso a apreciarse más de CLP80 (~10%) desde finales de noviembre. Todavía esperamos una alta volatilidad en el mercado de
divisas, especialmente a medida que se acerca el referéndum para una nueva constitución (que se llevará a cabo en abril de 2020).
Con todo, la economía chilena sufrió un choque significativo en octubre, lo que provocó un cambio en la actividad y los indicadores financieros,
retrasando pero no descartando la recuperación económica. Hemos actualizado nuestras estimaciones a corto plazo, reconociendo que el nivel
de incertidumbre ha aumentado considerablemente, a la vez que esperamos más publicaciones económicas para evaluar mejor el impacto de
este estallido social.
Gráfico 2
20
30
40
50
60
70
08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19
Confianza empresarial (IMCE) y percepción de la economía
(IPEC)
Fuentes: Scotiabank Economics, Adimark GFK.
Consumidores
Empresas (IMCE ex. minería)
13 de enero de 2020
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proyecciones que aquí se exponen son las nuestras a la fecha del presente y están sujetas a cambios sin previo aviso. La información y las
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