Post on 09-Feb-2018
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-J. E. P..
fa conoce a la perfección -el modo de pen- 'sar y de hablar de. l?s campesino~ - ~oque confier.e autentiCIdad a todas sus paginas. Muchas de las constantes de la obrade Rulfo (encerrada en dos libros: El llanO en llamas V Pedro Páramo) s,on plenamente herenciá de Faulkner, en el enfoquenarrativo y en la visión total.
Una excelente aplicaci6n de los procedimientos faulknerianos la ha ,realizado elgran novelista uruguayo-argé~tino Jua?Carlos Onetti. De todos los hIspanoamerIcanos Onetti es el que toma de maneramás intelectual la influencia de Faulkner.Escritor afín en muchos sentidos al existencialismo, Onetti prefiere el ambiente dela ciudad a orillas del Plata. Hasta 1956,cuando Irby public6 su ensayo, Onetti había dado a 'conocer cinco novelas: El pozo,Tierra de nadie, Para esta noche, La vidabreve, Los adioses, y un libro d,e cuentos:Un sueño realizado. (A la fecha ha enriquecido su bibliografía con dos relatos extensos: Una tumba sin nombre y La carade la desgracia, una novela, El astillero,que me parece la más ma?ura de este. admirable nárrador y otro hbro de cuentos,El infierno tan temido '- que no he logrado conocer.) Todas estas obras, añadeIrby, exploran incansablemente diversos aspectos de los mismos temas: la. soledad sinremedio del hombre al que CIrcundan lairracionalidad y la sordidez; la torva nostalgia por la juventud perdida y la imposibilidad de la comunicación; la inútil luchapor escapar del 'tedio..
Hasta aquí la parcial y fragmentaria glosadel estudio de Irby. Propongo a su atención el examen de la influencia del autorde Light in August en los siguientes títulos v autores (de una lista que no pretende ser completa): Alejo Carpentier e~ Elreino de este mundo, Los (Jasas perdIdos,El acoso (y probablemente en El siglo delas luces, publicada en francés antes de laedición original). Otro novelista -de alcances semejantes a ese gran maestro cubano de la narración- Que comparte eldiscernido, personalizado inflUJO de Faulkner es el chileno Manuel Rojas, particularmente en la que se considera su obra maestra, Hijo de ladrón. En Chile, asimismo,dos de los más importantes nuevos narradores se suman a los discípulos de Faulkner: José Donoso (Coronación) y ClaudiaGiaconi (especialmente en La difícil juventud y El sueño de Amadeo). En Uruguay, Mario Benedetti (l'",fontevideanos)y en Perú, Carlos Eduardo Zavaleta, sobr~
. todo en su último libro de cuentos: VestIdo de luto. Otro cubano, Guillermo Cabrera Infante, se ha servido de las aportaciones de Faulkner para dar la imagen dela vida en su país durante la dictadura batistiana: Así en la paz como en la guerra.Entre nosotros, Faulkner ha influido a varios de los escritores j6venes de mayor talento, entre otros: Carlos Fuentes (La región más transparente, La muerte de rlrtemio Cruz) José de la Colina (Ven, caballogris y La lucha con la (Jantera que se editará próximamente), Sergio Pit01 (Tiempocercado) y Tomás Mojarra (Cañón de Tuchipila) .
Como pocos novelistas del siglo veinte,Faulkner merece el título de inventor derealidad. Transfiguró, para siempre, lasconcepciones novelísticas: antes de Faulkner la novela era una y hoyes, sin duda,otra. Su enorme aportación a la forma y laestructura narrativas bastaría a darle un sitio entre los verdaderos clásicos actuales.Escribió una serie de libros que en sí constituycn otra realidad: son espejo del mundo - y otra porción que se ha añadido almundo.
consideramos que e! esplendo~ de la novela norteamericana ocurre haCia 1930, entonces surgen la violencia e intensidad conque Faulkner dio s~ntido artí.:;tic? a conflictos sociales semejantes de algun modoa los de Hispanoamérica.
El problema de la sociedad del .Sur delos Estados Unidos, sociedad agrarIa, feudal, obsesiomida por el pasad~ y de.morada en él, al margen de la SOCIedad I~d~strial del Norte y llevada por el capJtal!.smo hacia un futuro que -para el surenoauténtico y representativo- s6.10. au.gura !adestrucción de sus valores. y prIvilegIOS masentrañables, es, guardadas todas las proporciones, el conflict.o de muchas' partes denuestro Continente. Por ello, en las generaciones de escritores nacidos después de1950 la influencia de Faulkner coincidiócon Ía crisis del antiguo realismo y las sucesivas cri.;is sociales y políticas. .
Irby analiza la huella de Fa-lkner en lasobras de cuatro narradores: Lino NovásCalvo, José Revueltas, Juan Rulfo y JuanCarlos Onetti. Nacido en España, NovásCalvo lleg6 a Cuba a los siete años (1912).Desde entonces se identificó con la vida yla realidad cubanas, de donde nacieron lascircunstancias y los personajes de todos suscuentos. Comó se sabe, Novás Calvo hizola primera traducción de Faulkner al español(Santllario, Madrid, Espasa-Calpe, 1934)
v reconoció: "Tengo a Faulkner en la sangre." Irby considera quc los cuentos de
ovás de ningún modo pueden tomarsecomo imitaciones; asimilan con justeza unatécnica que encaja perfectamente en las necesidades formales de la narración. El talento de Novás se manifiesta en varios volúmenes de alta calidad -La luna nona,No sé quién soy, Cayo Canas y En losTraspatios.
En nuestro país la técnica faulknerianaha dejado una huella notable en las obrasde José Revueltas y Juan Rulfo. La retrospección, el ambiente denso )o' angustioso, laconstante dimensión interior que haceavanzar con lentitud el relato, son algunasdc las características de Faulkner que Irbyreconoce en el autor de El luto humano.(Cuatro años después de escritas esas páginas, Revueltas publicó un tomo de cuentos, Dormir en tierra, que anula la mayorparte de sus limitaciones y lleva a sus últimas consecuencias la expresión de su enorme capacidad narrativa.) El mundo deJuan Rulfo se parece en muchos aspectosal de Faulkner; la vida en las regiones deJalisco donde el campesino contempla conestoico fatalismo el desolado panorama dela época que sucedió a la Revolución: elfin ~e los latifundios, el bandolerismo, larebehón cristera y la arbitrariedad despiadada de los caciques. Como Faulkner, Rul-
ISIMDATIAS Y_En 1956 James East Irby -autor de laentrevista con Borges aparecida en estasmismas páginas- publicó un ensayo: Lainfluencia de William Faulkner en cuatronarradores hispanoamericanos, que no haencontrado la merecida difusión y que hoy,'a la muerte del gran novelista, es oportunoreseñar en líneas generales. Muchas de lastesis de Irby han sido posteriormente retomadas por la crítica para discernir el influjode Faulkner en las corrientes y en los escritores de Latinoamérica que modificaronlas concepciones tradicionales de la novela.A seis años de distancia, el inteligente estudio de Irby conserva su eficacia y lucidez.Con todo, la presencia de Faulkner se manifiesta en un buen número de libros publicados de aquel tiempo a esta parte - yel ensayo de Irby podría ampliarse, actualizarse con algunas menciones de novelas ytomos de cuentos subsecuentes a la ediciónde aquellas páginas.
Durante la década 1930-1940 comenzóa notarse en la prosa narrativa hispanoamericana una crisis del realismo tradicional,caracterizada por un descrédito de las formas establecidas de la novela y el cuento.Un ejemplo cercano puede hallarse en Elresplandor de Mauricio Magdalena, obra deplena transición en que, dentro de un esquema todavía realista, se emplean mon610gas interiore a la manera de James Joycey altcraciones cronol6gicas al uso de la 111')
derna novelí tica de Norteamérica y Europa. La nueva corriente, denominada "realismo mágico" por algunos críticos atentos,coincide con la crisis econ6mica que fue larcpercusi6n en Latinoamérica del dcrrumhedc Wall Street (1929). Aunque muchoscultivadores dcl "realismo mágico" omitende sus obras todo contenido social y eludenlos problemas más serios de la realidad quclos circunda, existe dentro de esta tendencia un grupo de narradores que escriben enfunci6n de la vida concreta de sus respectivos países y comparten rasgos comunesque los caracterizan: una vinculaci6n íntima, en mayor o menor grado, con la ticrrav la naturaleza O con la existencia laberíntica de las grandes ciudades"; un elemen tofantástico o semifantástico que toma a mcnudo la forma de una exageración casi expresionista -grotesca y de pesadilla- deciertos aspectos de la realidad; una angustia, un pesimismo y un fatalismo atroccs:un cmpleo, cada "ez más frecuente, de laviolencia y de la sordidez; una forma llenade complicaciones y exenta a veces de claridad, que utiliza la narración subjetiva yparcial por medio de testigos y encierra unaconcepción relativista del tiempo; y, finalmente, en su estilo, una recreación eficazdel lenguaje cotidiano, popular que, conheterogéneos elementos (del moroso laconismo a la retórica desbordada) expresa laconfusión y la multiplicidad' de! mundoque nos toc6 vivir, de nuestro tiempo. Laangustia de tales escritores, en todo caso,es hist6rica, no mera gesticulación; dadoque corresponde a la circunstancia del hombre americano en una era de transición y tiene, por tanto, un sentido profundamente humano.
Wi11iam Faulkner participó de buenaparte de estos rasgos, y la influencia delgran narrador obedece a factores que estánmás allá de la fama, e! Premio Nobel o lasimple moda literaria. Así, es· lógico quehaya señalado a muchos de nuestros másnotables escritores los métodos para expresar su visión del mundo - sobre toao si