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    SIEMPRE

    PERIODISTA

    POR LEONARDO BLANCO

    JORGE LANATATIENE MUCHAS

    FAMAS: DE HOMBREPROBLEMTICO,

    EXPLOSIVO, EXCESIVOE INCONFORME, PERO

    LA QUE VISTE CONMS GRACIA, LA QUE

    SE ACERCA MS AQUIEN REALMENTE

    ES, NO TIENE TANTOQUE VER CON LO QUESUCEDE EN PRIVADO,

    SINO CON EL OFICIOPERIODSTICO QUE

    LO HA LLEVADOA FUNDAR UNA

    CANTIDADINSOSPECHADA

    DE ESPACIOSINFORMATIVOS DESDE

    LOS QUE NO DUDA,JAMS, EN ENCENDER

    POLMICAS. SU

    OBSESIN CON LAVERDAD LO HA

    PUESTO EN EL CENTRODE MUCHOS TIROTEOS,

    PERO, HASTA AHORA,NO HA CLAUDICADO

    ANTE NINGUNO.

    AFP

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    son las ocho de la maana y la ciudad deBuenos Aires se despereza. El pronsti-

    co del clima dice que debera estar muynublado, pero miente: a esta hora la ciu-dad est barnizada por una luz azul quepresagia un da de sol. A esta hora y enun cuarto en el que el sol no tiene cmollegar, sentado a la cabecera de una largamesa, el periodista argentino Jorge Lana-ta metro noventa, ciento veinte kilos,saco con cuadros escoceses, camisa colorcrema, corbata amarilla, pantaln beigey gafas con marco de carey fuma elsexto Benson & Hedges, de los cuarentay cinco que fumar ese da, y se suena lanariz con pauelos de papel. Delante de

    l, sobre la mesa, un cenicero. Detrs, untacho de basura. Pero l arroja con idn-tica indiferencia pauelos usados y ceni-zas al suelo, sobre la alfombra gris. A sualrededor, unas diez personas muy ani-madas computadoras, smartphones,diarios y revistas en mano preparan elprograma de radio que pondrn al airedentro de dos horas. Casi sin moverse,doblado sobre la mesa y aspirando su ci-garro con desgano, Lanata parece un gi-gante abatido. Aunque lo cierto es quehasta ahora nada nada: ni los excesos

    ni la muerte ni las ganas de morir, pa-rece haber podido con l. Tiene cincuen-ta y dos aos y lleva treinta y nueve debatallas periodsticas. Y en pocos dasser la persona de la que ms se hable ensu pas, la Argentina.

    Hizo, durante los ltimos veintisieteaos, lo que cualquier otra persona no po-dra hacer en dos o tres vidas: co fund ydirigi un diario (Pgina/12) que se volvimito al combinar desenfado con investi-gacin periodstica; hizo un programa deradio (Hora 25) cuyas grabaciones se trafi-caban como un pequeo tesoro para ini-

    ciados, adems de otros cuatro (Rompeca-bezas, Lanata AM, Lanata PM y ahora Lanatasin filtro); produjo y condujo ciclos televisi-vos (Da D, La luna, Despus de todo, Detrsde las noticias, y ahora Periodismo para to-dos); realiz documentales para televisin(Bric, 26 personas para salvar al mundo); pu-blic nueve libros periodsticos y de fic-cin (La guerra de las piedras, Polaroids, His-toria de Teller, Cortinas de humo, Vuelta de p-

    gina, Argentinos, Adn, Muertos de amor);realiz una pelcula documental (Deuda);fund tres revistas (Pgina/30, Ego yVein-

    tiuno); cre otro diario (Crtica de la Argenti-na); llev el periodismo al teatro de revis-

    tas (La rotativa del Maipo

    ) y gan ms detreinta premios.Todo todo: su trayectoria, su

    vida iba a ser puesto a prueba en losprximos das. Aunque nada se sabacuando lo vi por primera vez, ese mir-coles 10 de abril de 2013 en el que ahu-maba a su equipo en la oficina de pro-duccin de Radio Mitre, la radio del mul-timedios argentino Clarn en la que haceLanata sin filtro, uno de los programasms escuchados de la radio ms escu-chada de la Argentina. Apenas entr,gir en su silla, me extendi una mano

    enorme y envolvente como un abrazo, yme clav la mirada. Lanata mira a losojos con una mirada que dice: Qu bue-no verte, y con una timidez que des-miente la grandilocuencia que tiene conuna cmara o un micrfono delante. Yoacababa de leer un libro que lo pintabacomo el periodista ms amado y msodiado de la Argentina. Saba de su inti-midad sexual, de sus diez aos de consu-mo de cocana, de las veces que habaquerido acabar con su vida y de las quela vida haba querido acabar con l, de su

    descontrol con el dinero, de sus gastoscompulsivos y del trauma por los ms detreinta aos que su madre haba pasadopostrada y enferma. Saba demasiado.l, obviamente, no saba nada de m. Fueincmodo darle la mano a alguien en se-mejante inferioridad de condiciones.

    Cuando, el 12 de septiembre de1960, Jorge Ernesto Lanatanaci, haca aos que lo espe-raban. Mara Anglica lva-

    rez, de treinta y siete aos y ErnestoEduardo Jaime Lanata, de cuarenta, ha-

    ban perdido, siete aos antes, un emba-razo de mellizos. Eran, para los usos ycostumbres de la poca, padres ya mayo-res, y el antecedente de la prdida les ha-ba dejado un miedo punzante. As, du-rante sus primeros siete aos, Jorge La-nata fue todo lo protegido y estimuladoque un nio puede llegar a ser. Era elms consentido y el ms brillante, contCarmen, su ta, hermana de su padre,cuando record aquellos tiempos para ellibroLanata. Secretos, virtudes y pecados delperiodista ms amado y ms odiado de la Ar-

    gentina (Margen Izquierdo, 2012) escritopor el periodista Luis Majul. Compara-do con mis hijos, pareca un prncipedijo. Vena a los cumpleaos de sus

    primos con guantes blancos. Pero unatarde de 1968 la madre del nio de losguantes blancos se descompuso en la co-cina de su casa y la vida, tal como Lanatala conoca, dej de ser. Muchos aos des-pus, una noche de julio del ao 2000,enDa D, uno de sus programas de televi-sin, l mismo ley, sin levantar la vistadel papel que sostena en sus manos,parte de esa historia: Recin el juevespasado supe, con certeza, el nombre de laenfermedad que mi madre sufri duran-te los ltimos treinta y dos aos. Se lla-maba meningioma y es una especie de

    tumor cerebral. Fue un meningioma loque le sacaron de la cabeza un da de1968 en un quirfano del Sanatorio Mi-tre. Las diecinueve horas de ciruga ledejaron terribles secuelas: todo el costa-do de su cuerpo qued casi paralizado ydesde entonces mam est anudada auna tortuosa cuadriplejia y su cerebroperdi la capacidad de formar palabras;aunque no la de emitir sonidos: puededecir que no, o que s, o que Uuuauu! OEeehhh! Sonidos, pero no articular otracosa ms que su voz. Hace treinta y dos

    aos que me comunico as con ella. Delmismo modo, con miradas y monosla-bos. Con palabras que no son.

    Despus del ataque, y mientras supadre se transformaba en enfermero detiempo completo, l fue alojado en la casade su otra ta, Nlida, hermana de su ma-dre. Nlida fue como mi mam, de ellahered el pesimismo, la visin dark de lavida me dir Lanata una noche, en elestudio de su casa. Y el sentido del hu-mor lo hered de mi mam. Mi vieja esta-ba en una silla de ruedas y se cagaba derisa de las cosas. A la vez, mi viejo tena

    todo un quilombo con el peso de la pala-bra que yo tambin hered.

    Es mircoles,

    HAY GENTEQUE HACE ESTAS

    cosas: que trata devivir como piensa.

    Y YO HAGO ESO.

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    MI VIEJA ESTABA EN UNA SILLA DE ruedas y se cagaba derisa de las cosas. A la vez, mi viejo tena todo un quilombo con el

    peso de la palabra que yo tambin hered.

    A los siete aos, el pequeo Lanatapreguntaba empecinado cundo, quda, en qu momento su madre volveraa hablar. Todos le decan que ella iba aestar mejor y que, entonces, l tendra alfin un festejo de cumpleaos, unas vaca-ciones, una familia como antes. Pero

    nada de eso sucedi. Cuarenta y seisaos despus, en su estudio, me dir quesiempre se pregunt si vive de hacer pre-guntas porque en esos aos nadie pudoresponderle: Es como psicologa barata,de caf me dijo. Pero es probable quesea as. Mi mam no hablaba y yo trabajocon las palabras.

    El silencio de su madre era un ruidoinsoportable y la relacin con su padreno le ofreca mucha contencin. En untexto para su programa de radioHora 25escribi: Habr cruzado, con mi padre,cincuenta o sesenta palabras durante

    toda la vida [] Nunca nos hicimos rega-los ni festejamos cumpleaos el uno delotro: mam estaba enferma y no habanada que festejar. Tambin en el colegioLanata estaba solo: si bien era un buen

    alumno, la convivencia con sus pares noera la mejor. Alicia Rodrguez, una com-paera de aquella primera adolescencia,le cont a Luis Majul cmo los compae-ros de colegio lo atormentaban: Le pe-gaban con las reglas de madera y le deja-ban los brazos llenos de moretones.Aquella noche del ao 2000 en la quehabl por televisin del silencio aturdi-dor que lo haba acompaado desde chi-co, Lanata dijo: Cuando recuerdo esosaos, el espejo me muestra al chico mstriste que vi en mi vida. Luego, a los

    doce, coqueteara por primera vez con lamuerte al consumir un frasco de pasti-llas de su madre. Pero fue, finalmente,una mala ancdota.

    Desde los tres aos y mediopoda ver las noticias en losdiarios gracias a que su ma-dre le haba enseado a leer.

    Ms adelante, mientras sus compaerosse zambullan en historietas y tiras c-micas, l se sumerga en los mundos deCortzar y de Borges. Un da de 1971 su

    profesora de Iniciacin Literaria habaencargado una biografa sobre el escritorargentino Conrado Nal Roxlo. Lanatabusc el telfono de Roxlo en la gua tele-fnica y lo llam. Habl con l mediahora y al otro da, al frente de la clase,present la primera exclusiva de su vida.

    Desde ese momento, sus compaeros lomiraron con otros ojos y el mito del pe-riodista de once aos no tard en correr.Pronto estuvo escribiendo para La Col-mena, la revista del colegio, y poco des-pus paraLa Ciudad, el diario del Partidode Avellaneda, donde viva. A los cator-ce, abusando de una contextura fsicaque lo haca parecer mayor de edad, sepresent en rlaRadio Nacional y dejuna carpeta con sus notas. Das despustrabajaba en el servicio informativo de laradio. A los dieciocho aos escriba en larevista Siete Das y trabajaba en Sin Anes-

    tesia, un programa de radio que conducael periodista y locutor Eduardo Aliverti.Haba sido contratado para ayudar coninformes para las investigaciones perosu crecimiento fue arrollador. All cono-

    ci a Patricia Ins Orlando, su primeraesposa, a la que dejara un ao y mediodespus por Andrea Rodrguez, otracompaera de la radio, con quien en 1989tendra a Brbara, su primera hija.

    A principios de 1986 tena veintisisaos y dos trabajos: era el periodista enascenso del programa de Aliverti y jefede redaccin deEl Porteo, un mensuarioen el que firmaban algunos de los mejo-res escritores y periodistas del momen-to. Gracias a estos trabajos y a los contac-tos que supo conseguir, logr hacer ger-

    minar una vieja idea: la de generar unperidico audaz y de contrainformacin.El diario se llam Pgina/12 (inicialmen-te tendra slo doce pginas), sali a lacalle el 26 de mayo de 1987 y en l escri-ban algunas de las plumas ms notablesde la poca: Toms Eloy Martnez, Os-valdo Soriano, Juan Gelman, RodrigoFresn, entre otros.

    Pgina/12 revolucion el periodis-mo grfico en la Argentina. En sus pgi-nas se permita una atpica combina-cin de humor descarado e investiga-

    cin periodstica. Portadas arriesgadas,ttulos llenos de sarcasmo y notas ilus-tradas con montajes fotogrficos convi-van con informacin implacable. Ges-tos como el del 8 de octubre de 1989,cuando sali con su portada en blancoen repudio a los indultos que el presi-

    dente Carlos Sal Menem haba otorga-do a militares de la ltima dictaduraargentina; o el del 19 de marzo de 1991,cuando el diario completo sali impresoen papel amarillo porque el presidenteMenem lo haba acusado de amarillista,hicieron historia. Durante los diez aosen que dirigi Pgina/12, l y el diariofueron uno; el mismo desparpajo, lamisma arrogancia, el talento y la des-prolijidad. Pero mantener todo eso cos-taba mucho dinero. El diario era siem-pre un quilombo me dijo Lanata.Faltaba plata y haba que conseguir de

    cualquier lado, no alcanzaba ni para pa-gar los sueldos. Hace poco tiempo sesabe que Pgina/12, el diario ms pro-gresista de la Argentina, haba estadofinanciado por (y haba sobrevivido

    gracias a) el guerrillero Enrique Gorria-rn Merlo, lder del Ejrcito Revolucio-nario del Pueblo. Y fue eso lo que lo hizotambalear cuando el 23 de enero de1989 Gorriarn protagoniz un violentocopamiento a un cuartel militar quedej 39 personas muertas. Con la desa-paricin del guerrillero, que haba lo-grado huir del pas, el frgil equilibriodePgina/12 dej de ser. Luego, el diariofue vendido y aos despus se supo quehaba sido comprado por el multime-dios Clarn, que siempre haba visto aPgina/12 como un rival en potencia. La-nata continu como director algntiempo ms hasta que en 1997 decidialejarse. Tiempo despus, en una ma-niobra de la que no trascendi informa-cin, Clarn tambin se retir de Pgi-na/12. Desde entonces, el diario habraquedado en manos de Fernando Soko-lowicz, un empresario cercano a la fa-milia Kirchner. Hoy algunos lo vencomo fuente de informacin no influen-ciada por los monopolios y otros comomero rgano de difusin oficial.

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    El mircoles 30 de mayo de 2012 sefestej el veinticinco aniversario de lacreacin dePgina/12 y Lanata no fue in-vitado. La presidente de la Argentina,Cristina Fernndez de Kirchner, dio undiscurso en el que lo ignor como funda-dor. Al domingo siguiente, en Periodismopara todos

    , el programa de televisin queLanata haba comenzado a hacer en abrilde ese ao en canal 13, un canal de televi-sin abierta que pertenece al Grupo Cla-rn, dijo: El mircoles fui testigo de algoque conoca pero que no haba vivido encarne propia: fui vctima de cmo el go-bierno reescribe la historia como quierey pone personas y las saca de la foto a suantojo, como hacan los soviticos en laspurgas y hablndole directamente a lacmara, directamente a la presidenta,dijo: Yo le quiero decir, con respeto,que no slo la situacin del otro da fue

    pattica: usted fue pattica. Yo no voy apermitir que ni usted ni el diario quefund me desaparezcan. No necesito aPgina/12 para saber quin soy y Pginas me necesita para haber sido quien es.Lanata sac un cartel publicitario decuando en 1987 se anunciaba la salida dePgina/12. Este cartel es uno de los re-cuerdos fsicos ms antiguos que tengodel diario que fund dijo, y se dedic acortarlo en pedazos con una tijera.Ahora, lo que queda dePginaest en micabeza y en mi corazn. Y en la cabeza y

    el corazn de miles de personas dijotirando los pedazos del cartel al suelo.Y ah usted no puede entrar.

    Entre 1990 y 2000, Lanata con-sumi ocho gramos de coca-na por da. La cocana es ladroga de la productividad por

    excelencia me dir cuando hablemosde esa etapa de su vida. Te converts enel smbolo del sistema. Ests despiertopara no perderte nada, para consumir detodo. Es una locura total. l era, enton-ces, el colmo de la productividad: toda-

    va diriga Pgina/12 y desembarcaba enla radio, esta vez con un programa pro-pio,Hora 25. En el programa lea cuentos,poemas y reciba llamados de los oyen-tes. El programa y su conductor no tar-daron en volverse de culto y en tener unpblico incondicional.

    En 1990 se cas, en Nueva York, consu segunda mujer, la periodista SilvinaChediek, de la que se separara apenas unao despus. En 1993, Hora 25 dej deemitirse y al ao comenz un nuevo pro-grama, Rompecabezas. Era menos inti-

    mista pero con el mismo estilo: Lanata le

    hablaba a sus oyentes como si fuera suamigo, con un tono didctico que no dabanada por sentado. En 1995 experimentpor primera vez con la televisin con elprograma Viaje al fin de la noche, por la se-al de cable Much Music, que mostraba aun Lanata inquieto, que sala a la calle conuna cmara, hablaba con la gente ylea sus propios textos con una voz en offhonda que empezaba a ser su marca re-gistrada. Pero sera en 1996, con su cicloDa D, en el canal Amrica de la televisinabierta, cuando se transformara en per-sonaje televisivo. Da D podra haberse

    llamado, en verdad, Jorge Lanata. El pro-grama giraba en torno a l, que era su ni-co maestro de ceremonias, su hilo con-ductor, y quien marcaba las entradas ysalidas de los periodistas colaboradores.

    Gracias a Da D, Lanata conoci aSara Stewart Brown. Corra el ao 1996 yla chica haba ido, como una fan ms, a latribuna destinada para el pblico. Ella lomiraba como lo miraban todos, pero unpoco ms. l la miraba como no miraba anadie. Pero no sucedi nada hasta el daen que Lanata cumpli treinta y seis

    aos, Sara le dej una botella de whiskyjby una nota que deca: Feliz cumplea-os. Siento que ya te conozco. Estarabueno que nos viramos alguna vez. Alpie, la firma y un nmero de telfono.Diez das despus, Sara y Lanata salie-ron y comenzaron una relacin. Con eltiempo, Sara, quince aos menor, se con-virti en su pareja ms estable, la madrede su segunda hija, Lola, y su tercera es-posa, en ese orden. Sara hizo que yosienta que tena un lugar donde volverme dir Lanata. Era la primera vezen mi vida que senta eso.

    El 27 de abril de 1996 apareci porprimera vez en la portada de una revista.Fue enNoticias, que lo mostraba apoyadoen unos televisores en los que se veanimgenes de Neustadt, Grondona, Lon-gobardi y Hadad, figuras rutilantes delperiodismo poltico de la televisin ar-gentina de entonces. El ttulo: Trans-gresor exitoso. La bajada: En menos decuatro meses, Jorge Lanata se convirtien la nueva estrella de los programas pe-riodsticos [...] Fuma, tutea y pregunta loque otros no se animan.

    Durante ese ao, Lanata dispar

    con municin pesada denunciando irre-gularidades varias en el gobierno del en-tonces presidente Carlos Menem. En1997 el programa fue sacado del aire yLanata se ocup de gritar a los cuatrovientos que haba sido por presin delpresidente. El domingo 30 de noviembrede 1997 el diario La Nacinpublic: Esdifcil explicar por qu la emisora quiereprescindir de uno de sus programas conms rating, que tiene una excelente ven-ta publicitaria [] y el reconocimiento deser el nico programa de investigacinque est en el aire. Al ltimo programa

    deDa Dasistieron unas setecientas per-sonas que colmaron el estudio y las ca-lles de ingreso al grito de Lanata no seva. Pero Lanata se tuvo que ir.

    Hasta entonces, su vida haba sidointensa, pero en 1997 la intensidad fueinsoportable: haba abandonado Pgi-na/12, lo haban echado de la televisin yno lograba dejar la cocana. Ese ao tuvosu primer intento de desintoxicacin, enThe Glens Falls, una clnica en el estadode Nueva York, pero no funcion. Tam-bin tuvo su segundo intento de suicidio:

    quince minutos antes de que comience elnuevo ao, estaba solo, mirando los fue-gos artificiales desde el balcn terrazadel piso veintisis en el que viva enton-ces, con unos gramos de cocana, unchampn francs, un paquete de cigarri-llos medio vaco y una pistola calibretreinta y ocho sobre la mesa y sinti quela vida ya era demasiado para l. No sepuede pelear contra la historia/ en unasola noche/ es demasiada pelea escri-bi. La historia pesa,/ pega/ golpes ba-jos. Muchos aos despus contara parasu biografa el final de aquella noche:

    No me pegu un tiro. No lo hice porque,en el fondo, no lo quera hacer. Fue unaboludez.

    En 1998 trat de reinventarse. Fun-d Veintiuno, la revista del siglo que vie-ne, que fue otro medio con su sello: in-vestigacin y desfachatez en un mismocombo. El primer ejemplar tena unaportada negra e inclua, como regalo, unsobre con tierra (santa, decan irnica-mente), que haba sido extrada de losbordes de la polmica pista de aterrizajeque el entonces presidente Carlos Me-

    NECESITO SER YO. NECESITO SER YOlo ms que pueda.

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    nem se haba hecho construir al lado desu casa, en su pueblo natal de Anillaco,un poblado humilde de la provincia deLa Rioja. En la edicin nmero doce elttulo de portada fue: El agujero negroy traa un agujero real, por el que se po-da meter la mano, calado en el medio dela revista (la nota trataba sobre el presu-puesto: Entrese por primera vez, pun-to por punto, en qu se va la plata, decala bajada). Lanata tambin se dio el gustode desafiar al marketing haciendo que el

    nombre de la revista cambiara ao trasao: se llam Veintiuno, Veintidsy Veinti-trs, nombre que mantiene hasta hoy,cuando ya no es suya.

    El 9 de agosto de 1999 Lanata vol-vera a la televisin con Da D. El 20 denoviembre de ese ao la revistaNoticiasle volvi a dedicar la portada, pero estavez no fue nada elogiosa. El ttulo: La-nata contra Lanata. Y en el interior untexto que lo mostraba acosado por el es-trs y los juicios por calumnias e inju-rias, perdiendo dinero con su revista y

    con un estado de salud muy frgil. Vein-titrslleg a tener un dficit operativo decien mil dlares por mes y su financista,el economista Gabriel Yeln, se neg aponer ms dinero. A fines del ao 2000,Yeln le hizo firmar a Lanata un contra-to en el que el periodista se comprome-ta a pagar tres millones de dlares enseis cuotas. Lanata no lleg a pagar ni latercera. Yeln pidi la quiebra personalde Lanata, que fue decretado desahu-ciado e inhabilitado. Muchos, sobre

    todo empleados de la revista, lo culpa-ron por el fracaso. Yo no soy chorro. Yono afan dijo para la biografa de Ma-jul. Yo fui el boludo que quebr, no elempresario rico que hizo quebrar la em-presa y se qued con la guita. El pare-cido de la historia de VeintitrsconPgi-na/12 puede resultar asombroso: hoy larevista es uno de los diecisis mediosdel Grupo Veintitrs, un grupo de me-dios perteneciente a Sergio Szpolski yMatas Garfunkel, dos empresarios liga-dos al kirchnerismo.

    En 2000, abandon la televisin ehizo su segundo intento de desintoxica-cin en el McLean Hospital de Boston.Y si bien abandon el tratamiento antesde lo previsto, jura que dej de tomar.Cuando le propuse que pensara si la co-cana haba tenido algo de bueno en suvida, me dijo que no, que realmente no:Capaz cosas menores. Habr estadoms despierto para hacer ms bolude-ces Pero no, de bueno nada. La cocanaes una cagada.

    En 2004 Lanata film Deuda,una pelcula documental so-bre la deuda externa argenti-na. Al ao siguiente volvi a

    la radio con el programa Lanata AM. Yel domingo 2 de marzo de 2008 sali ala calle el primer nmero de su nuevodiario, Critica de la Argentina, presentadocomo el ltimo diario en papel. Lana-ta convoc a buena parte de los mejoresperiodistas de la Argentina que, entu-siasmados, dejaron sus trabajos paraLEO

    NARDO

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    sumarse al nuevo medio. Pero nuncalogr ser econmicamente viable: el go-bierno de Nstor Kirchner, debido a lasdenuncias de corrupcin disparadaspor Lanata, le neg la pauta oficial (pau-ta publicitaria del gobierno gracias a lacual muchos medios de la Argentina

    logran sobrevivir). Segn cuenta Majulen su libro, Kirchner tambin habrapresionado a los anunciantes privadospara que no apoyaran al diario. Unafuente confiable a la que Majul no con-signa, dijo que escuch decir a Kirchnerque Lanata es un extorsionador profe-sional. No slo no lo vamos a ayudar. Lovamos a hacer mierda.

    El 3 de abril de 2009 Lanata renun-ci a la direccin de Crtica. La carta dedespedida que public en el mismo dia-rio comenzaba diciendo: Debo ser unade las personas que ms se ha despedido

    en los medios. Me desped dePgina/12, de Veintitrs, de la ra-dio. Me despidieron de la tele-visin. Me he despedido comovctima de la fatalidad o comoejercicio de libertad. Hace mu-chos, muchos aos, decid vi-vir de acuerdo a lo que pienso.Vivo, entre otras contradiccio-nes, la de levantar empresassin decidirme a ser un empre-sario. Y al final agregaba unapostdata feroz dedicada a Cla-

    rn, que el da anterior habainsinuado que el fracaso deCrticaera, en realidad, un fra-caso de Lanata: Prrafo apar-te merece la reaccin de ayerde algunos medios al informarcon verdadera mala leche so-bre esta noticia. Es gracioso y patticoverse corrido por izquierda por Clarn,que es el diario que convivi e hizo gran-des negocios con los militares.

    Crtica sigui editndose, pero sinLanata. Hacia fines de abril de 2010 lasangra comercial y un conflicto entre

    sus accionistas, que se negaban asumirla responsabilidad por las deudas, lepuso punto final a su breve historia.Muchos de los periodistas que habansido convocados por Lanata sintieronque haba actuado con descuido y mali-cia, poniendo en juego sus puestos detrabajo. Lanata se refiri muchas vecesal tema: Yo no saba que Crtica iba aandar mal. Yo perd una casa le dijo aMajul haciendo referencia a la casa quevendi en Jos Ignacio, Punta del Este,Uruguay, para invertir seiscientos mil

    dlares en el proyecto del diario. Notuve que ver con el cierre. Y no mefui porque soy un cagador. Al revs:me fui porque me licuaron mi parte. Mefui porque me cagaron a m. Quinpuede juzgarme por eso?

    Si Lanata coquete con la muertepor lo menos dos veces a losdoce aos y aquel fin del ao1997 tambin estuvo a punto

    de morir sin quererlo al menos tres: en1999 tuvo un coma diabtico; en febrerode 2010 tuvo una pericarditis, una en-fermedad que es producida por la infla-macin de la membrana que envuelve alcorazn; y nueve meses despus, en no-viembre de 2010, uno de sus rionesdej de funcionar. Su historia clnica esun catlogo de gravedades: tiene apneasseveras (suspensin de la respiracin)

    que lo obligan a dormir con una mscaraBipap, un artefacto que le cubre casi todala cara y que, al detectar el cierre de laglotis, dispara aire para que sta se abra;tiene una insuficiencia renal que podraproducirle una arritmia cardaca, y dia-betes tipo dos, una enfermedad crnica

    que, adems de acarrear problemas enojos, riones, nervios y vasos sangu-neos, podra generarle un ataque cardia-co si no mantiene en equilibrio su peso ysu nivel de azcar en la sangre. Su mdi-co Julio Bruetman fue contundente: en labiografa escrita por Majul dijo que La-nata puede morir en cualquier momen-to. Por lo pronto, l parece haberlo com-prendido: logr bajar treinta kilos y gra-cias a eso dej de dializarse. Si sigue as,en unos aos estara en condiciones derecibir un transplante de rin. Cuando

    hablamos del asunto me confes que leda terror la idea de operarse. Le pregun-t si lo que le preocupaba era su salud ola necesidad de tener que dejar algunosde sus muchos trabajos: Me preocupams que duela y que la camilla sea fra,me dijo muy serio.

    Que en la Argentina de hoyLanata pueda ser considera-do hroe y demonio a la vezslo se explica por la marca-

    da polarizacin poltica que vive el pas yque, si bien no resulta novedad en su his-toria, es algo a lo que los argentinos sehaban desacostumbrado. Durante losmandados del ex presidente Nstor Kir-chner (2003-2007) y de la actual presi-denta, su mujer, Cristina Fernndez(20072011 y 20112015), parece habercrecido una brecha que distancia a quie-

    nes estn de acuerdo con laspolticas del gobierno y a quie-nes sostienen una mirada cr-tica. En ese contexto, el kirch-nerismo instal en el lugar delos enemigos a las corporacio-nes periodsticas ms influ-yentes del pas y, en particular,al multimedios Clarn, grupoal que pertenecen, entre otrasmuchas cosas, el canal 13 laseal por la que se emitePerio-dismo para todos, el programa

    que Lanata hace los domingosa las 22 horas, y Radio Mitre,la emisora en la que conduce yproduceLanata sin filtro, de lu-nes a viernes de 10 a 14 horas.As, Lanata, el hombre que su-fri y enfrent al grupo Clarn

    durante aos, termin transformndoseen la estrella ms rutilante de su canal detelevisin, su radio y su diario. Se con-virti tambin en el enemigo perfectopara el gobierno de Cristina Fernndez.Hoy, muchos de quienes no estn deacuerdo con el gobierno ven en Lanata a

    alguien con la valenta necesaria paradesenmascarar a un modelo corrupto.Quienes suscriben al gobierno, ven en la un mercenario con aspiraciones desti-tuyentes que, traicionando todos susprincipios, se vendi a la corporacinque tanto criticaba.

    Ejemplos de lo que Lanata lleg a de-cir sobre Clarn hay muchos. En abril de2008, por ejemplo, desde las pginas de sudiarioCrtica, expuso las denuncias de con-taminacin contra Papel Prensa, la nicaempresa argentina dedicada a la produc-

    LE PIDO QUE HAGAUN ESFUERZO PARADESCRIBIR a su padre.

    Es periodista dice luego depensar bastante.

    Le digo que sa es su profesin,que no es l.

    Creo que es lo mismo dicesin tener que pensarlo mucho.l es periodista siempre.

  • 7/22/2019 074-081 R. Lanata

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    ilimitado. l mismo suele asumir quePeriodismo para todos es lo mismo queDa D, pero con plata.

    En unas horas armar un escnda-lo de proporciones en torno al gobiernode Cristina Fernndez. Lo mirarn tresmillones de personas pero ahora,

    cuando entro a su camarn, est solo, fu-mando. Su camarn es una tienda decampaa de dos por dos, armada contelas negras entre los trastos de la esce-nografa. Una mesa, dos sillas, un espe-jo, un televisor, una cafetera, un perchero,un cenicero y una caja de pauelos de pa-pel. Lanata no quiere un camarn de ver-dad. Le gusta estar en el desorden de la tras-tienda. Le pregunto si est nervioso. Perodice que no, que nervioso no est. Quelo que quiere es que suceda. Quieroque esto pase de una vez dice. La ex-pectativa que se ha generado es grande.

    La campaa publicitaria de canal 13anunciaba: Lanata sabe algo que estedomingo te va a mostrar. En Twitter elprograma es, sin haber comenzado, unode los temas del momento. La genteque me putea, me putea sin saber quvoy a decir me dice. Y la genteque me felicita, me felicita por algo quetodava no saben.

    Lanata sale del camarn vestidopara el show: gafas de marco turquesa,saco escocs en beige y bord con par-ches en los codos, camisa crema y pan-

    taln, zapatos y corbata bord, todoalistado y planchado por Brbara, suhija mayor, vestuarista del programa.La gente, que una hora antes ya haballenado la tribuna del estudio, lo aplau-de y l, incmodo, levanta una manocon un gesto de bueno, bueno, ya est.Sara Stewart Brown lo acompaa en si-lencio, a unos metros de distancia, y suhija menor, Lola, de ocho aos, correpor el estudio con una amiga y se sacafotos con su celular. Andrea, su ex mu-jer, madre de su hija mayor y producto-ra del programa, ultima detalles en el

    control mientras el director de cmaraspide que alguien arregle la pantalla quemarca el minuto a minuto de la medi-cin de audiencia, que muestra un cre-cimiento afiebrado. Alguien le explicaque no hay nada que arreglar. Que, anantes de haber comenzado, el subidndel nmero es real. Pura expectativa.

    En el estudio, Lanata se para frente aun micrfono de pie, de estilo retro, y pideun vaso de agua. Cuando finalmente eldirector grita Aire!, la gente aplaude y

    cin de papel de diario de la que Clarntiene 49% de las acciones, y sobre la su-puesta apropiacin de esta empresa porparte de Clarn en condiciones irregula-res durante la ltima dictadura militar.Tambin destac la llegada a la CorteSuprema de una causa que investigaba

    la filiacin de los hijos de Ernestina He-rrera de Noble, duea del multimedios, ysobre la posibilidad de que los nios hu-bieran sido, en realidad, hijos de una pa-reja de desaparecidos por la dictaduramilitar. Pero al mismo tiempo expuso undebate sobre la publicacin de esas noti-cias: Deberamos postergar su difu-sin para no quedar en el medio de lapelea del gobierno con Clarn? Debera-mos directamente censurarlos, ya quealgunos suponen que se est de un lado odel otro? Por qu deberamos elegir en-tre dos opciones que no nos gustan? No

    creo que eso sea lo que ustedes esperande nosotros.

    Despus, mientras el gobierno con-verta a Clarn en el generador de todoslos males de la Argentina, Lanata mati-zaba sus opiniones sobre el multime-dios que sera su futuro empleador. Enagosto de 2010 fue entrevistado por Er-nesto Tenembaunm, en el programaPa-labras ms palabras menos, en la seal decable Todo Noticias, del grupo Clarn.Cuando tuvo que hablar del intento deintervencin por parte del gobierno

    de una empresa del grupo Clarn, Lana-ta dijo: Sabs qu? Me voy a poner dellado de ms dbil. Porque siempre mepuse del lado del ms dbil. Y el ms d-bil, ahora, es quien pareca el ms fuerte[] El mismo diario (Clarn) que ni memenciona cuando hablo en un progra-ma. Pero no importa. Son cosas distin-tas. Una cosa es mi carrera y otra lo queest pasando en la Argentina.

    Fue desde ese momento, segncuenta Majul en su libro, que directivosdel grupo Clarn sintieron que tenanms coincidencias que diferencias con el

    periodista rebelde a quien haban consi-derado su enemigo. En octubre de 2011Lanata empez a negociar su ingreso algrupo. En diciembre el acuerdo era unhecho y durante los primeros meses de2012 ya era la estrella de Radio Mitre,Canal 13 y el diario Clarn.

    Ests dando la vida, Jorge, le dijodesde su programa de Radio Continen-tal, con un tono cargado de sarcasmo, elperiodista Vctor Hugo Morales (relatorde ftbol a quienes muchos recuerdanpor la transmisin del gol de Maradona a

    los ingleses). Morales reaccion as, ha-ciendo alusin de manera cruda a la sa-lud de Lanata, luego de que ste le dedi-cara un informe en su programa de tele-visin, basado en el libroRelato oculto, lasdesmemorias de Vctor Hugo Morales (Plane-ta, 2012) de Leonardo Haberkorn y Lu-

    ciano Alvarez, en el que se lo acusa dehaber tenido vinculacin con la dictadu-ra militar que gobern Uruguay entre1975 y 1977. Algo muy poco coincidentecon la mirada progresista actual de Mo-rales. No te es fcil, Jorge. Ands conaparatos sigui Morales, en pleno2012, cuando Lanata todava estaba ha-cindose dilisis. Me parece bien que laltima parte de tu vida se la des a (Hc-tor) Magnetto (ceodel Grupo Clarn).

    Morales y Lanata, que en otrostiempos se trataban amistosamente,comparten el karma de la transforma-

    cin. Si Lanata dej de ser lo que eracuando se pas a las huestes del GrupoClarn, Morales, que haba sido violen-tamente crtico con el gobierno de Kir-chner, sufri su metamorfosis el 2 defebrero de 2010, cuando, despus dehaber lanzado encendidas crticas al en-tonces presidente recibi un llamadotelefnico privado en el que el mismsi-mo Nstor Kirchner le habra explicadopor qu las acusaciones de corrupcinde entonces no tenan razn de ser.Nunca volvi a ser el mismo. Desde en-

    tonces dej de lado las crticas al gobier-no y se puso al frente de la pelea conClarn. La vida nos separ, Jorge. Cadauno tiene lo que se merece, sentenciMorales en los cuarenta y cinco minu-tos que dedic a responderle a Lanata.

    Morales y Lanata son percibidospor la opinin pblica como conosde los dos bandos: Morales es la voz delos K (por kirchneristas) y Lanatade los anti K.

    Debe haber pocas cosas msdesangeladas que un canal

    de televisin un domingo ala tarde. Hoy es domingo 14

    de abril, son las siete y los pasillos delcanal 13 estn vacos. Dentro de tres ho-ras, Lanata estar al aire con el primerprograma de la segunda temporada dePeriodismo para todos, un producto tele-visivo no muy diferente aDa D: investi-gacin periodstica con denuncias haciael poder de turno, combinada con unshow repleto de sarcasmo y humor pero,esta vez, con un privilegio que Lanatanunca haba podido gozar: presupuesto contina en la pgina 90